Viernes, 22 de diciembre de 2017

Mensajes semanales
MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Cuando Dios te llama para cumplir con su Plan, te entrega un desafío y al mismo tiempo te conduce al cumplimiento de una Ley.

Si fuiste creado para manifestar un Pensamiento Divino, ¿qué otra cosa has de querer sino vivir este Propósito que el Creador tiene para tí?

Misterio entre los misterios es la creación humana entre todas las creaciones materiales de Dios.

Misterio insondable, incluso para los ángeles que acompañan a los hombres sin comprender sus pasos, que otra criatura, reconociendo que fue pensada con perfección para un Propósito único, quiera vivir otra cosa, un camino propio, lejos de lo que Dios pensó para ella.

Hijo, la Voluntad de Dios aún te espera, porque para vivirla es necesario renunciar a tus caminos, rendir tu voluntad y entregarte a algo que desconoces y que, al mismo tiempo, es el único propósito de tu existencia.

Rendirse al amor es una meta difícil, porque el Amor que proviene de Dios, aquel que Él te enseñó al multiplicarse para dar vida a Sus hijos, es donación, entrega, renuncia, vacío.

Dios abandonó Su Soberanía para dar la Vida.

Él se multiplicó y escondió Su Perfección en las miserias de los hombres para que un día Su misterio fuera revelado.

Pero el amor también es plenitud, es soberanía que se encuentra en la unidad, porque Dios vuelve a ser Único cuando Sus hijos se unen a Él.

El amor también es Gracia infinita y desbordante que se oculta en el vacío, es libertad que se oculta en la obediencia, es reposo que se oculta en el servicio, es el acto de recibir que se oculta en la entrega.

Cuando lo des todo de ti es que recibirás de Dios la riqueza que se oculta en el vacío, lo macro que se oculta en lo micro, el Todo que se oculta en la Nada.

Cuando Jesús nació, hijo, Yo estuve delante de este misterio hecho vida y, a partir de aquel momento, toda Mi comprensión de la evolución se convirtió en una única aspiración de ser tan pequeño como aquel Niño que ocultaba, en Sí, al Padre de toda la Vida.

Dios está dentro de los hombres, está escondido en ti. Este gran misterio solo dejará de ser para ti una historia bíblica y una teoría cuando experimentes ser pequeño, cuando te rindas a la nada.

Eleva, entonces, tus ojos al Cielo como Yo los elevé cuando salí de la gruta de Belén para ver que el Universo mismo que estaba entre las estrellas se encontraba en aquel pequeño Niño, y di, como Yo dije:

”Señor, Tu Misterio es insondable, Tu Pensamiento incomprensible, mas Tu Voluntad es inmutable e invencible, pues, al no soportar la ignorancia e indiferencia de los hombres, Te hiciste pequeño, el más pequeño de ellos y, carne de su carne, viniste a la Tierra. Tu Nada revela el infinito Amor de Tu Corazón. Hazme nada Contigo para que un día alcance la Gracia de tener parte en Tu absoluta grandeza. Amén.”

Revela así los misterios de estos tiempos y ya no te engañes buscando en grandezas la Perfección de Dios, porque allí solo encontrarás miserias y confusiones.

Mira antes dentro de ti mismo y dejate ser nada. Allí algo misterioso se revelará.

Tu Padre y Amigo,

San José Castísimo