Mensajes de la Virgen María

Queridos hijos:

Cuando abro la puerta al Cielo, sus almas pueden elevarse al Reino de Dios y desprenderse de la vida material, de todo aquello que los atormenta y, principalmente, de lo que los separa de Mi Hijo.

Es así, que su Madre Celeste, empeñada en ayudarlos a caminar por el camino crístico, viene para evitar muchas cosas, especialmente para que los rebaños de Cristo no se separen del Propósito.

A cada una de las ovejas le llegó el momento de encontrar la libertad de la prisión que las mantenía presas espiritualmente. Para que se abran las puertas a la liberación, primero, sus corazones abiertos al Mío deben querer separarse cada vez más de los abismos que genera la consciencia terrestre.

Queridos hijos, enfrentando en este tiempo todas sus miserias, permitirán que sus espíritus estén vacíos de todo y nunca más llenos de sus pequeñas voluntades.

Solo les pido que se tomen fuerte de Mi Manto para que los rayos de Mi Corazón puedan iluminar sus pasos y así salir del abismo en el que se colocaron por alguna razón.

Lo más importante, Mis hijos, es que no vivan el arrepentimiento como una obligación, porque si no viven el verdadero arrepentimiento de corazón, no habrá paz y tampoco sosiego ante tantas tormentas.

Yo soy su incansable Estrella Guía, que los quiere ver limpios y libres de sus ideas para que finalmente reine en ustedes el Corazón del Señor, que es un Corazón noble y humilde, un Corazón que murió por ustedes y que resucitó para mostrarles el poder infinito del Amor.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los bendice,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz