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Mis muy queridos hijos:
Como hace 100 años atrás, hoy los vuelvo a reunir cerca de Mi Corazón para pedirles que, más que nunca, recen por la paz.
Por esa razón, su Madre Celeste viene del Cielo, al ver que la invasión, el odio, la destrucción y la guerra entre hermanos se volvieron a establecer en Europa del Este.
Con urgencia y en súplica, vengo a pedirles que se unan en una sola voz y en un solo corazón, ofreciendo a Mi Inmaculado Corazón una Novena extraordinaria a partir del día 28 de febrero por la Paz y el Fin de la Guerra en Europa Oriental.
Una vez más, el veneno de la impunidad se expande rápidamente sobre Europa, y los más desfavorecidos son forzados a emigrar.
El mundo cree saber sobre el control y el poder de las armas.
Después de 100 años, desde Fátima, la Reina de la Paz llora por el flagelo que está siendo causado al Creador y a las familias más oprimidas.
Les pido que se unan en oración Conmigo, porque el tirano azul está queriendo imponer la impiedad y el castigo sobre aquellos que no se rindan a sus tenebrosos planes.
Hijos, infelizmente, estamos llegando al esperado fin, momento en el cual el dolor más grande y desconocido llegará al mundo.
Recen con fervor y, en un compromiso verdadero, estén junto a Mí en esta cruda batalla espiritual, en donde su Madre Celeste aplastará la insensata y maligna cabeza de la serpiente.
Desde ahora, les estoy agradecida.
Los bendice, en este momento crucial,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
La fuerza espiritual sacerdotal es como un espejo que concentra y atrae la Energía Divina.
Mi enemigo siempre quiere destruir esa fuerza espiritual desconocida que proviene de la Fuente de Dios.
Por eso, Mis hijos sacerdotes son colocados bajo una presión interior, también desconocida, por la que Mi enemigo proyecta y espeja realidades inciertas que, en muchos casos, son capaces de confundir y de desviar las aspiraciones de los sacerdotes de Cristo.
En este tiempo, Mis hijos predilectos, los sacerdotes, no pueden dejarse arrastrar ni influenciar por los asedios que no les pertenecen, porque son solo piedras en el camino que intentan hacerlos caer una y otra vez.
Pero, Mi Hijo, que los ama profundamente, les ha dado la fuerza de la resurrección espiritual, la posibilidad de reerguirse cuantas veces sea necesario.
La misión espiritual e interna que tienen los sacerdotes del mundo no puede ser valorada o apreciada con los ojos físicos, solo puede ser contemplada por aquellas almas que son capaces de orar con fervor por Mis hijos predilectos; para que, en cada nueva caída, ellos se levanten del suelo por un único fin, por el pueblo de Dios, que los aguarda y que aspira, a través de los sacerdotes, a ver a los apóstoles de Cristo.
Les pido a todos los sacerdotes que no se dejen engañar por aquello que no les pertenece, que sean valientes y que siempre recuerden que, a través del poder de los Sacramentos, ustedes encontrarán el servicio tan necesario y fundamental para redimirse.
Recemos todos los días por los sacerdotes. Les estaré inmensamente agradecida.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Vengo al mundo como el Espejo de la Paz para que Mis hijos puedan recordar que la Paz existe, pero que la Paz se disolvió, en estos tiempos, en muchos corazones.
Por eso, vengo como el Espejo de la Paz, trayendo con Mi Presencia el Universo Celestial, todas sus herramientas y atributos, trayendo a los Ángeles de Dios que reflejan la Jerarquía en los Universos Superiores.
Quiero que, a través del Portal de Mi Corazón, cada uno de ustedes vuelva a ingresar en Mi Paz, porque cuantos más ingresen en Mi Paz, a través del Portal de Mi Corazón, muchas situaciones serán resueltas y la furia no se desencadenará ni tampoco la adversidad en los corazones oprimidos.
Ahora, extiendo Mis brazos hacia ustedes para que se tomen de Mis manos y, como pequeños niños que aprenden a dar los pasos en la evolución, ayudados por la Madre Celeste, ingresen al Universo de la Paz. Crean que la Paz existe más allá de las situaciones de la vida, de los desafíos, de los aprendizajes o de las pruebas.
Hijos amados, Yo Soy el Espejo de la Paz y, si están en Mi Corazón, estarán en la Paz de Dios, en la Paz de Cristo, a pesar de todo lo que se presente o se manifieste en este tiempo, porque Mi aspiración en este día es curarlos a través de Mi Paz.
La falta de Paz enferma al cuerpo y al espíritu, enloquece a la mente y perturba al corazón. Por eso, la falta de Paz lleva a las almas y al mundo al conflicto, a la desarmonía, a la ausencia de la fe.
Pero Yo, que Soy su Madre, la Madre que los aceptó desde la Cruz, la Madre incondicional y eterna, la Madre que ama y que los consuela sin condiciones ni reglas, quiero que ingresen al Universo de Mi Paz; porque de esa forma, hijos Míos, cada uno de ustedes y de sus hermanos comprenderán lo que les sucede en este tiempo, lo que atraviesan en este tiempo, lo que enfrentan en este tiempo.
Vamos juntos, en este ejercicio espiritual, hacia el encuentro de la Paz de Dios en el Universo Celestial, en donde Sus Espejos Celestes irradian, a la Creación y a toda la vida presente en el universo, los atributos regeneradores y curadores de la Paz.
Pequeños, Mis niños en evolución, es hora de que crezcan y de que se fortalezcan. Es hora de que maduren sus espíritus y forjen en sus consciencias el guerrero de Dios, el servidor sin condiciones, el apóstol incansable que entiende y que comprende la Voluntad de Mi Hijo, que es la Voluntad del Padre.
Por eso, aproxímense a los Espejos Celestes de la Paz y, ante el Universo Creador y todos los Ángeles de Dios, ingresemos en la consciencia de los Espejos de la Paz, sagradas emanaciones de Luz Celeste que purifican a los mundos internos, que fortalecen a las almas, que encienden en los corazones la llama viva de la fe.
Contemplen, a través del Corazón de su Madre, los Espejos de la Paz para que, a través de ustedes, instrumentos del Padre, la Paz se refleje en el mundo y se establezca en las almas que la han perdido.
En los Espejos de la Paz existe un misterio que hoy será develado: cuando Dios pensó en la Creación, en el absoluto vacío y en el profundo silencio del universo, ¿saben qué pensó Él, a través de Su Mente Creadora?
Que, en sus semejantes, en todas las criaturas que Él crearía, existiera la molécula de la Paz en el centro de la esencia de cada ser.
Por eso, todo lo que han vivido a través de los tiempos e incluso en las diferentes civilizaciones han sido situaciones que los han llevado a perder la Paz.
En todo lo que viven, en este momento, son invadidos y hasta impregnados por diferentes informaciones o situaciones. Todos los estímulos de esta modernidad que los llevan a la desconexión espiritual, tienen el fin de quitarles la Paz, y al estar desconectados de Dios, de Su Fuente, sus cuerpos se enferman, sus espíritus son oprimidos, porque no encuentran la Paz.
Hay una sola herramienta, un solo instrumento común para todos, que los llevará a recuperar la Paz. Y al recuperar la Paz, a pesar de lo que sigan viviendo o experimentando, no perderán la fuerza espiritual, la valentía, el coraje, el ánimo de servir a Dios y de vivir el sacrificio. Ese instrumento es la oración del corazón.
Por eso, en este tiempo, para que ustedes y sus hermanos recuperen la Paz, deben unir aún más su verbo con el Verbo Creador de Dios; para que, en esa fusión interna y en esa unidad inextinguible, sean guiados hacia la Fuente de la Paz, y todo lo que suceda en este tiempo y lo que sucederá en los próximos tiempos no les quite la Paz, sino que sean portadores de la Paz, instrumentos de la Paz de Cristo que, en consciencia y en unidad, preparen Su Retorno.
Él necesita tener Espejos de la Paz de la Madre de Dios, ¿quién se ofrecerá?, ¿quién se postulará a ser un Espejo de la Madre Divina?, ¿atraer, hacia la Tierra, los Atributos que fueron ultrajados, interferidos y disueltos en muchas consciencias?
A través de la oración, deberán seguir uniendo el Cielo y la Tierra, sus almas con Dios, el planeta con la Fuente Divina. No hay otra salida. Cada uno, viviendo la oración del corazón, vive la Paz y aprende a cargar con su cruz, a pesar de lo que suceda o del peso que ella represente.
Ahora, vuelvan su mirada al interior, coloquen sus almas delante del Espejo de la Paz. Y todos juntos, unidos a Mí, en este momento, restableceremos la Paz del Padre Celestial en los mundos internos y, desde los mundos internos, en todo el planeta, para que las consciencias y las almas sean aliviadas, recuperen la fe y la confianza en el Padre y todo sea curado y renovado. Para eso, cantaremos la palabra “Paz” como un sagrado mantra de elevación y, así, encenderemos los Espejos de la Paz del Universo Celestial.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Descendiendo la Luz de los Espejos de la Paz y abarcando a todas las consciencias del mundo, llegando a cada corazón de este planeta.
Inspiramos.
Recuerden que Yo Soy la Reina de la Paz, y que siempre pueden buscar la Paz a través de Mí, sabiendo que, más allá de todo, Dios los ama y los bendice a través de Su Amor Eterno.
Mi Corazón recoge todas las intenciones que fueron depositadas, a través de los corazones orantes, en este día de reencuentro Conmigo.
He pedido que, a través de la Comunidad Flor de Lys, hoy fuera colocada una cesta de intenciones a los pies de Mi Altar y una oferta sincera y honesta en nombre de toda la humanidad y de todos los que aspiran recibir una respuesta de lo Alto.
Hoy, esta cesta que está a Mis pies, no solo será atendida como Dios lo ha pensado y como el Padre lo determine, sino que también estas intenciones serán respondidas como una instrucción para todos Mis hijos.
A través de este ejemplo, los invito a fortalecer la fe en la oración para que sus pedidos e intenciones sean elevadas al Padre de forma correcta y, por encima de todo, siempre busquen el bien común y la necesidad de todos, para que todos reciban las Gracias que necesitan.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Primera intención de un hermano de la Comunidad Flor de Lys:
"Humildad, concede al mundo la Gracia del despertar y que puedan conocer y sentir Tu Amor".
Nuestra Señora responde que en eso ha trabajado, en este día, con todos los que han escuchado este Mensaje.
"María, haz que esta humanidad conozca el Amor Verdadero".
El Amor Verdadero, dice nuestra Madre, lo encontramos en nuestra abnegación, en nuestro servicio incansable por los otros y por el Plan de Dios.
"Por el alivio del sufrimiento de todos los niños del mundo y por todos los que dirigen las naciones".
Este es el principal propósito que tiene Mi Hijo, dijo la Madre de Dios: que los que dirigen las naciones y gobiernan los pueblos tengan consciencia de la fraternidad y de la igualdad, teniendo la oportunidad y la Gracia de que cuando retorne Mi Hijo conozcan el verdadero Gobierno de Sí.
"Ser expresión de la Voluntad y de la Verdad que desciende desde lo Alto y habita en nuestro interior y que, unidos a esa Fuente, seamos expresión de la Realidad Superior".
Fue una sincera intención, dijo la Madre Divina.
"Madre, que las almas, de los lugares más oscuros de los abismos, sean rescatadas por Tu Amor y llevadas hacia el Reino de Dios".
Ella dijo que agradece por tener consciencia de esa intención.
"Que todos tengan la oportunidad de seguir los pasos hacia Cristo. Por todos los sacerdotes".
Dijo la Madre de Dios que Su principal fortaleza son los sacerdotes, cuando ellos consiguen cumplir con los pedidos de Cristo, porque los sacerdotes son Sus hijos predilectos. Sin sacerdotes no hay unidad entre el Cielo y la Tierra, no hay comunión entre el Cielo y la humanidad.
"Por la Paz y la Cura en todo el mundo".
Eso fue lo que hoy hizo la Madre de Dios.
"Que todos los que fueron llamados sean fortalecidos por Dios, en este tiempo de tribulación interna y externa. Y donde haya alguien que ore a Nuestra Señora encuentre la Paz para todo su pueblo".
Dijo María: ¡que así sea!
Y vamos con la última intención, entre tantas que fueron recibidas:
"Madre Divina que Tu Manto de Luz siempre me ilumine para llegar al Corazón de Nuestro Señor, Jesús Cristo".
Dijo la Madre Divina que por eso Ella trabaja eternamente e incansablemente.
Y así como he respondido a estas intenciones, que Mis demás hijos que escuchan en este momento, sepan que escucho las intenciones de sus corazones y almas, porque todo tiene su hora cierta.
Los bendigo, bajo los Espejos de la Paz de Dios.
Sean fuertes y valientes. Mi mano los guía.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Mis muy queridos hijos:
Con regocijo en Mi Corazón, desde ahora les agradezco las preciosas y humildes oraciones que, desde el día de ayer, están siendo ofrecidas a la Señora de Lourdes.
Ahora, más que nunca, su Madre Celeste está al lado de cada corazón orante que fervorosamente le ruega a Dios por el fin de esta pandemia y por la cura y el alivio de la humanidad.
Hoy, quisiera que cada uno de ustedes se sintiera cerca de la Gruta de Lourdes para ser curado por el agua espiritual que brota incesantemente desde hace años. Quisiera que sus corazones sean purificados por Mi Gracia y curados por Mi Amor de Madre, a fin de que este mundo se transforme, día a día, en la viva Aspiración del Creador.
Con reverencia y devoción, Mi Corazón recibe, en su seno, las oraciones de todos los orantes, especialmente de los que, en estos días, a los pies de la Inmaculada Concepción, rezan con fe y fervor para que desciendan las Gracias necesarias en este doloroso tiempo.
Con esperanza, simbólicamente, Yo los invito a ser lavados y bañados por el agua espiritual de Lourdes, teniendo fe que todas las enfermedades espirituales y corporales serán atendidas por la Madre de Dios, para que Mis hijos vivan la saludable experiencia del Amor de Cristo, de un Amor que se ofreció y se seguirá ofreciendo para sanar las más profundas heridas y miserias de la condición humana.
Si ustedes todos los días se entregan a Mí, les aseguro que se estarán entregando a Mi Hijo, porque eso es lo que Él espera de Sus apóstoles: compañeros despojados de sí mismos para que estén en alianza con el Redentor.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
En este día especial, en el que se conmemora el ciclo de los 100 Encuentros de Oración de Misericordia, deseo que cada uno de Mis hijos coloque su mirada en el Sagrado Corazón de Jesús; y así, vean cómo, en este día de la victoria de la Divina Misericordia, Sus Rayos de Amor, de Cura y de Luz tocan y bendicen a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de Misericordia.
Como soldados orantes de Cristo, eleven sus estandartes y caminen como un gran ejército de Luz hacia el centro del Altar del Señor para que, una vez más, la ofrenda de cada corazón sea depositada a los Pies del Redentor; a fin de que los votos internos sean renovados y, como en los últimos 100 Encuentros de Misericordia, ustedes contemplen el descenso de la Misericordia de Dios.
Hoy también, los invito a recordar el momento cuando cada hijo Mío, por primera vez, tomó contacto con la Misericordia y esa Misericordia hizo de su vida un testimonio de conversión.
Recuerden todos los hermosos momentos de alabanzas y las oraciones sostenidas en estos últimos años.
Vean, hijos Míos, por un momento, cumplirse dentro de ustedes la Voluntad de Dios.
Que hoy, el Espíritu Sagrado de la renovación y de la insondable Misericordia de Mi Hijo siga curando a la Tierra herida para que triunfe el Bien y la Paz.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más