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En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En estos últimos tiempos, esperé este momento de poder colocar Mi Consciencia Divina sobre este sagrado lugar de la Jerarquía y de la Creación, para que los verdaderos tesoros espirituales de los Estados Unidos pudieran emerger, en este día, ante los ojos internos que están abiertos para percibirlos, ante los corazones que están abiertos para poder sentirlos.
Yo vengo a dar a conocer al mundo estos tesoros que se guardan en el Gran Cañón del Colorado, a fin de que el alma de esta nación pueda recordar el Propósito de su formación y de su existencia, para que todos los que aquí viven sepan que el Propósito Espiritual de los Estados Unidos aún está por cumplirse, a pesar del vínculo de este país con las guerras y con los conflictos, en los cuales vive desde hace décadas.
Vengo a colocar ante la humanidad y, en especial, ante todo el hemisferio norte, estas Sagradas Reliquias de la Jerarquía Espiritual del Gran Cañón del Colorado, para que todas las consciencias y almas posibles puedan beber de esta fuente que aquí habita y que aquí se encuentra, en el más profundo y reverente silencio delante de la Creación, pudiendo ingresar a través de la contemplación y de la oración interna en el alma espiritual de este lugar, así como en otros lugares que Estados Unidos tiene, en donde la Jerarquía se expresa silenciosamente, como en Monte Shasta.
Por eso, para estos tiempos definitivos, en los que el alma de las naciones se compromete con acontecimientos no evolutivos, vengo a decirles a los abiertos de corazón, a aquellos que buscan incesantemente el camino de la trascendencia y de la ascensión, que puedan sentir en lo profundo del corazón estas sagradas energías del Gran Cañón del Colorado, el que expresa una historia incalculable e infinita, del amor y de la experiencia que los pueblos originarios alcanzaron con este universo y este planeta.
Quisiera que así puedan percibir que esta vida no termina en lo material; que la verdadera vida está en lo espiritual y que, desde el principio de este Proyecto Humano en la Tierra, Dios pensó en cada detalle, para que la civilización humana, a través de su comunión verdadera con los Reinos de la Naturaleza, pudiera conectarse con la Fuente Primordial. Ese es el verdadero servicio de los Reinos Menores, tan ultrajados y maltratados por el hombre de superficie.
Pero cuán grande es el amor de los Reinos de la Naturaleza, de los paisajes más bellos de este mundo que, a pesar de todos los impactos que reciben, se siguen donando y entregando por ustedes, con el fin primordial de que el ser humano de estos tiempos aprenda a evolucionar y a despertar.
Como les dije, aquí habitan Sagradas Reliquias, los puros de corazón podrán sintonizarlas y, así, encontrarse con su verdadero origen y el verdadero motivo de estar aquí encarnados, en este mundo, para aprender a vivir la escuela del amor y de la redención.
En síntesis, Mis compañeros, en este planeta, pensado y creado por el Creador con la asistencia sublime de los Arcángeles, los Sagrados Padres Creadores, se crearon las mejores condiciones para que las almas que aquí encarnaran, vivieran su profunda experiencia espiritual y, a través de esa sagrada experiencia, encontraran su propósito y la razón de estar aquí en este tiempo y en este ciclo, para ser parte de la expresión de la Divina Voluntad de Dios.
Por eso, en alegría y en júbilo, ante el Gran Cañón del Colorado, Sagrado Recinto de amor y de hermandad, abran sus consciencias, expandan sus corazones y que sus espíritus tengan la oportunidad, que ustedes mismos les pueden dar de vivir bajo el Soplo del Espíritu, recibiendo los impulsos y las corrientes cósmicas que aquí habitan, y así se puedan comenzar a recuperar los valores que la humanidad perdió en este tiempo.
Esa es la razón principal de los Recintos Sagrados: que las almas recuerden que son una estrella, que los mundos internos sepan que son un sol interior que puede brillar, en este espacio y en este tiempo, viviendo su compromiso, su linaje y su tarea; a fin de reconstruir el consciente y el inconsciente de esta humanidad.
Y, así, como lo fue con el pueblo sagrado de Israel, la humanidad recupere su Proyecto Original y pueda vivir los Principios y la Ley de la Creación, a fin de que comience a gestarse ya el surgimiento de la Nueva Tierra.
En simples, pero profundas palabras, ¡cuántos hermanos de otrora vinieron desde el universo hacia este planeta, desde el origen de la Tierra, para acompañar los pasos de esta civilización humana encarnada! Y, a pesar de los tiempos, de los traumas y de los acontecimientos en la superficie de la Tierra, ellos están aquí para seguir acompañándolos. Ellos dieron el sí, en sacrificio, entregando lo más valioso de sus espíritus y de sus consciencias superiores para que este Proyecto en la superficie no se perdiera.
¿Será que la humanidad tendrá el coraje y la valentía de aceptar esta realidad?
¿Será que el ser humano de superficie, en este tiempo, tendrá el coraje de contemplar la Creación con otros ojos y de entender que esta vida no es solo material?
Yo les traigo esta Gracia y también esta oportunidad de que, a través del ejemplo de este sagrado lugar del Gran Cañón del Colorado, sus consciencias se expandan, se abran y despierten al encuentro de lo que es real.
Les dejo a ustedes, en esta jornada, estos impulsos. Y su Maestro y Señor, junto a toda la Divinidad, ya prepara Sus Pasos para poder auxiliar a Brasil, porque para la Jerarquía todo es importante y espero que aprendan a contemplar Nuestro sacrificio, con una sola intención, una verdadera intención de gratitud.
Así, podrán seguir acompañando a la Jerarquía en esta larga trayectoria del planeta, para que la ley del sufrimiento termine, las consciencias se liberen de su cautiverio espiritual y reciban los impulsos sagrados de los Recintos que guarda este planeta, por el propósito de la evolución de la raza humana.
Que brillen sus estrellas junto a Nosotros; que sus soles sean parte de Nuestro Sol de Amor y de Misericordia, a fin de que esta raza humana sea más fraterna y justa, y algún día sea merecedora del Tercer Orden de la Hermandad.
Rezo por esto todos los días y los invito a rezar Conmigo para que esta ardiente Aspiración de Dios se cumpla, más allá de los 144 000.
Agradezco a los hermanos presentes en los Estados Unidos por acompañar esta tarea, por darle el valor que ella tiene en la importancia de este momento planetario.
Mis Gracias sean derramadas en todos ellos, sobre todo Mi Amor Consolador, para que tengan la fuerza interior necesaria para erguir las bases de la vida grupal y comunitaria en los Estados Unidos, una profunda aspiración de los Maestros del Oriente.
Desde el Valle Sagrado del Gran Cañón del Colorado, en donde brilla y se perpetúa la Luz y el Amor de la Jerarquía, todos sean bendecidos y reciban Mi Paz.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Que este mundo sea redimido. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Como la brisa que hoy los envuelve, así será el anuncio de Mi llegada, iluminando la Tierra que está en oscuridad, para que pueda renacer y así resucitar de su cautiverio espiritual, moral y físico.
Volveré como ese Sol, que hoy también los ilumina; pero el poder que reflejaré y la Luz que expandiré serán más que los de cientos de soles de este universo material, porque vendré a transmutar el planeta y liberarlo, de una vez y para siempre.
A Mi derecha y a Mi izquierda estarán los Arcángeles, los Padres Creadores que, como fue en el principio y en el origen de la Creación, restablecerán el Proyecto para este planeta y también para otros.
Será necesario que la Fuente de la Creación se aproxime al mundo y, desde Su plano espiritual, esa Fuente vuelva a verter en las almas los códigos de vida y de redención alcanzados en la dolorosa Pasión de Cristo y vividos en la agonía de la Madre de Dios, que lo acompañó en cada paso del Calvario.
Todos esos méritos, absolutamente abnegados y ofrecidos al Padre Eterno por los ángeles de la Creación, que guardan en sus Cálices esos códigos de vida, volverán a ser depositados en el surgimiento de la Nueva Humanidad.
Pero para que esto suceda, tendrá que ser justificado, y también confirmado a través de la vida de los que le dicen sí a Dios, de los que están caminando al lado de Cristo, buscando dentro de sí mismos el Reino de los Cielos y la Tierra Prometida.
Por eso, estamos en la transición hacia ese momento, momento que no está lejos en este tiempo material y espiritual.
Por eso, la gran justificación serán los tesoros que guardarán Mis apóstoles y Mis discípulos de todas las Reliquias espirituales y divinas que Cristo reunió a través de Su Muerte y de Su Resurrección, a través de la Sangre que, gota a gota, fue derramada por la remisión de los pecados del mundo y por la salvación del Proyecto de la Tierra.
Solo la Luz de Dios, impregnada de Su más profundo Amor Eterno y Divino, podrá resolver la actual situación planetaria; podrá reordenar al mundo; podrá redimensionar a la raza humana, para los que aún deberán permanecer aquí, dando continuidad a la Obra de Amor de Cristo en la Tierra.
Por eso, en este día, Yo estoy aquí para saber quién Me seguirá y quién dará continuidad a Mi Proyecto Redentor de las almas de la Tierra.
Rezo para que todos lo puedan conseguir, porque sé que aún se vivirán momentos difíciles, en los que las almas serán colocadas en fuertes experiencias, experiencias que les servirán para crecer interiormente y para madurar en el camino crístico de los grados de amor y de evolución.
Los Ángeles de la Guarda protegen a las almas, en cada momento, sobre todo cuando se disponen a vivir la Voluntad que Dios determinó, sin interferir en el destino que está escrito desde el principio para cada uno de ustedes.
Por eso, su Maestro y Señor, en presencia de los Arcángeles, de los Padres Creadores, se encuentra en ese gran momento interno y espiritual, pero también universal, en el que las almas de esta humanidad deberán confirmarse, de una vez y para siempre, para que Yo después, retornando, pueda hacer resurgir a este planeta y a esta humanidad de los abismos en donde se ha colocado, de los sufrimientos que aún sigue viviendo, de los conflictos que sigue experimentando por no conocer el verdadero Amor de Dios y no abrirse, como civilización de la Tierra, a que esta raza sea impregnada y colmada de los mismos códigos que Su Maestro y Señor recibió en la Agonía del Huerto Getsemaní.
Por eso, hoy llevo en Mis Manos un Libro con hojas en blanco; como los que llevan los Arcángeles, los Padres Creadores.
¿Por qué está en blanco?
¿Este Libro y los Libros de los Padres Creadores tienen en sí la historia de la humanidad, con sus aciertos y errores, con sus victorias y triunfos?
Les respondo que sí, estos Libros la tienen. Pero ahora están en blanco porque la humanidad está en su momento de inflexión y las almas deberán responder para confirmar la continuación de este Proyecto y de la evolución de este planeta, dentro del Mundo Confederado.
¿Quién escribirá en estos Libros, a través de la adhesión y de la entrega de la vida?
¿Quién escribirá aciertos, triunfos y victorias a través del Amor de Cristo? Pero, ¿quién dejará de escribir errores, pecados, ofensas y toda negligencia?
¿Quién iluminará la historia escrita en estos Libros a través de los grados de amor, de devoción, de obediencia y de reverencia?
Aquí está el Libro de la vida espiritual de la humanidad, que deberá ser reescrito por la fidelidad de las almas y por los corazones buenos que, a pesar de sus desiertos o de sus pruebas, a pesar de sus experiencias dolorosas o traumáticas, a pesar de todo, Me dicen sí en confianza, en amor y en determinación.
Estamos dentro del tiempo material de la vida, pero el Tiempo Real se aproxima, y esperamos que estos Libros, que están en las manos de los Arcángeles, los Padres Creadores, y en las Manos de Cristo, su Señor, sean escritos por la redención de los apóstoles y la entrega de los valientes, a fin de que se pueda perpetuar Mi Legado en el mundo a través de la vida sacerdotal y religiosa.
Sean capaces de comprender lo que les digo, sean capaces de intentarlo y de poder vivirlo.
Mi Amor no tiene excepciones, Mi Amor tiene prodigios, gracias y misericordias.
Esto es lo último que quería decirles en esta Maratón, porque espero que mediten Mis Palabras, que profundicen en Mis Mensajes y que sean capaces de intuir y de percibir todo lo que les estoy diciendo por Amor.
Sigamos rezándole a Dios no solo por Su Misericordia, por Su Gracia y por Su Paz, sino para que los apóstoles del fin de los tiempos sean capaces de estar allí Conmigo sin titubear, sin oscilar, en donde Yo los necesite y cuando Yo los llame por su nombre.
Mi Corazón se alegra por las almas buenas y orantes. Mi Corazón siente a las almas que intentan aliviarlo. En todas ellas está Mi refugio, en sus vidas está Mi Paz, en su fidelidad está Mi Confianza Eterna.
Los vuelvo a bendecir con Mi Paz, pero esta vez también con Mi Luz Eterna para que el mundo siga siendo transformado, redimido y transfigurado; para que los pilares que intento fundar sobre la superficie de la Tierra, a través de Mis apóstoles y de Mis almas, sean pilares sólidos y firmes que sean capaces de amar con plenitud Mi Legado, para que Mi Amor Crístico esté presente en el mundo.
Acompañen a la Jerarquía Espiritual en todo lo que hará en Norteamérica; porque por más que los tiempos apremien y las dificultades aumenten, el Amor de Cristo que proviene de la Fuente Suprema siempre triunfará y hará nuevos a todos corazones, liberados del mal.
Les dejo Mi Paz, una vez más.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Después de que todo se haya purificado, dentro y fuera de las criaturas, será el momento en que Yo retornaré al mundo. Vendré, semejante a la Luz de este día que hoy los abraza, emanando cientos de rayos hacia todas las direcciones del planeta y del universo.
Así, verán venir al Hijo de Dios; así como fue escrito en los Evangelios; así como fue anunciado por algunos videntes predilectos Míos, a través de los tiempos, que tuvieron la Gracia de recibir la revelación de la Pasión y Muerte del Señor, pero también tuvieron la Gracia de recibir la revelación del Retorno de Cristo.
Y hoy, ustedes, en este tiempo, a pesar de la situación crítica del planeta, también siéntanse parte de esa revelación que su propio Maestro y Señor les anunció en estos últimos tiempos a ustedes, por medio de Sus Mensajes y de Sus Palabras.
Por eso, a veces Mi Corazón se siente oprimido y a veces esclavizado, porque Yo les He confiado todo, no Me He guardado nada y, aunque aún una parte de Mi Consciencia sea un misterio para este universo y para esta Creación, en el fin de los tiempos todo se sabrá. Por eso, Mis Tesoros son incalculables y Mis Gracias son inextinguibles.
Así como Yo les He confiado Mi Ser y Mi Consciencia Divina, también Yo les He pedido muchas veces que confiaran en Mí. Pero, aunque el ser humano sea frágil e imperfecto, ustedes saben que Yo tengo el poder de transformarlo todo y de hacer de la vida de cada ser un nuevo instrumento en las Manos de Dios.
Mi misterio se terminará de revelar a aquellos que sigan siendo fieles a Mí, en este camino de desafíos y de pruebas que Yo les ofrezco. Porque, más allá de todo, lo más importante para su Maestro y Señor es que triunfe el Amor Crístico.
El mundo no fue creado para que estuviera sin el Amor Crístico. Por esa razón, el mismo Dios tuvo que encarnar en la Tierra para que ustedes, a través de los tiempos, lo sintieran cerca.
Sin esa cercanía de Dios, que Él mismo se ofreció a vivir por la redención de todo el género humano, ni ustedes ni sus hermanos tendrían la Gracia de comprender y, sobre todo, de aceptar la Voluntad Divina.
Por eso, lo que está previsto que suceda a través del Plan de Dios no puede ser alterado. Las almas no pueden alterar los Planes de Dios, sería como estar en contra de la Ley y no aceptarla; porque lo que está previsto para cada una de sus vidas es incalculable y, hasta diría, incomprensible.
Es tan grande la Gracia de Dios y tan Infinita Su Misericordia que a veces, Mis compañeros, las pierden de vista y se confunden por sus propios ideales o hasta por sus propias voluntades.
¿Qué hubiera sido de Mí si su Maestro y Señor, desde el momento de Su Encarnación hasta Su Muerte, no hubiera aceptado lo que Dios había determinado? ¿Qué hubiera sido de este mundo? ¿Qué hubiera sido de esta humanidad?
Deben comprender, de una vez y para siempre, que sus vidas son llamadas a vivir el Amor Crístico y a que se conviertan en Nuevos Cristos; para que den continuidad a Mi Obra de Misericordia, que toda la humanidad necesita en esta hora de incertidumbre y de falta de paz.
Por eso, hoy Yo vengo como el Sol de Dios que representa la vida, la regeneración y la cura para todo el planeta y el universo. Vengo como esa Luz poderosa y eterna que puede transmutarlos y liberarlos de sus errores y de sus pruebas.
Pero solo de ustedes, compañeros, dependerá ese último y gran paso que, en el silencio de Mi Corazón y en Mi oración, espero que puedan darlo.
Aún hay muchas cadenas que romper. Aún hay muchas amarras que liberar. Aún hay muchos corazones que reconstruir, porque la confianza ha sido ultrajada por todo lo que sucede en el mundo.
Y aunque Dios, su Padre Eterno, contemple todo lo que hacen de este planeta y de esta humanidad, Él no se aleja, Él se acerca. Él se hace sentir y saber, a través de la eterna persistencia de Su Amado Hijo, por aquellos que, a pesar de la oscuridad del mundo, son valientes y siguen dando los pasos hacia la Luz, hacia este Sol del Universo que los abraza y que los recoge en el Amor de Dios.
De esta forma, Yo los preparo para vivir situaciones más determinantes y maduras, experiencias que les permitirán darse cuenta si están Conmigo o no lo están, si sus corazones están prontos o no lo están.
Pero una vez más, les digo que no se desanimen y que sean valientes. La Luz de Mis Rayos penetra en la Tierra herida y en la humanidad enferma para poder curarlas.
Por eso, Yo Soy ese Sol inextinguible e inmutable que siempre vuelve a nacer para dar Vida a los Suyos y para darles Amor en Su sagrado recogimiento.
Las señales de estos tiempos les demuestran a todos que es hora de vivir con seriedad y reverencia este sagrado llamado, porque no se repetirá jamás, no se escuchará más; ya que en la purificación de la Tierra todo concluirá y el planeta se reordenará, su superficie deberá ser regenerada para estar dentro del cumplimiento del Proyecto de Dios.
Pero todo esto será posible si ustedes están aquí Conmigo, de verdad. Aun con todos sus defectos, deben permitir que Mi Amor llegue a todos y que la vida interior de los seres humanos algún día se vuelva sagrada y solemne, para que los frutos de la conversión y de la redención del mundo sean presentados a los Pies del Creador, Adonai.
No busquen respuestas en donde no las encontrarán, escuchen sus corazones y no se confundan. Mi enemigo tiene muchas artimañas, es muy astuto y audaz.
Pero quien está Conmigo, en unidad y en reverencia, no perecerá; porque Mi Amor es como una cúpula finísima de Luz que los protege y los resguarda, tan solo cuando no se dan el permiso de salir de Mi Corazón por otras preferencias y deseos.
Cuando se decidan a vivir los códigos de la vida evolutiva, aprenderán a vivir los Mandamientos. Por eso, no se olviden de que son parte del sagrado pueblo de Israel, que debe continuar caminando en este desierto planetario de indiferencia y de sordera. El sagrado pueblo que debe encontrar, a través de Mí, la Tierra Prometida.
Aspiro a que muchos lo puedan hacer y a que muchos puedan concretar el encuentro con esa sagrada tierra espiritual que es parte del Reino de los Cielos.
En esta tarde, en la que Mi Divina e Insondable Misericordia, a través del Sol, sigue brillando para el mundo; no se olviden de que Soy el que Soy y de que Mi Eucaristía es un Cuerpo de Luz vivo y resplandeciente que todo transmuta y libera en aquellos que lo aceptan en humildad y de corazón.
En ellos, siempre conseguiré escribir la continuación de Mi Historia, que es la Historia de Dios, a través de Su Voluntad y de Su Ardiente Aspiración de que el Padre tenga parte con ustedes y ustedes tengan parte con el Padre a través de Mí, su Señor y Maestro del Universo.
Y, una vez más, les doy la Paz para que el mundo sea merecedor de la paz, para que esta paz tan necesaria y urgente se establezca en la faz de la Tierra.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Compañeros, no existe otra razón para que Yo venga al mundo, sino con el fin de curar a la humanidad de este tiempo, por todo lo que ella vive, día a día, en todas las circunstancias, situaciones y motivos.
Pero sé que muchos no comprenden lo que esto significa para su Maestro y Señor, y la humanidad se sigue enfermando en varias situaciones y experiencias, colocando en juego su camino de evolución y, muchas veces, su camino de despertar.
Hoy, a través del solemne silencio de Mi Corazón, les digo todo esto para que mediten y para que reflexionen. No esperen que el mundo cambie rápido, de la noche a la mañana.
No se olviden de que su Dios, a través de Su Amado Hijo, encarnó en la Tierra por medio de una humilde y simple Mujer, en un simple pesebre, para que todos pudieran ver que Dios mismo es humilde y prodigioso.
Si esto no hubiera sucedido así, compañeros, no hubiera sido posible la Obra de Redención y de Paz; una Obra que aún continúa latente en este tiempo y que lo seguirá estando a través de la adhesión de todos.
Ustedes ven a su alrededor una situación planetaria que cada día es más crítica y difícil, pero también ven en ustedes mismos su propia situación interior, y a veces no saber lidiar con su proceso de transformación y de purificación. Pero Yo les puedo decir que les He dado todo y un poco más, y que el Padre Me Ha dado ese permiso, porque Yo sabía que ustedes lo necesitaban.
Mientras el tiempo de la emergencia planetaria se agudiza en la humanidad y en la superficie de este planeta, Yo los invito a que no se olviden Quién en verdad Soy Yo, para que no se olviden cuál es la razón por la cual todavía les hablo y Me aparezco a entregarles Mi Mensaje, que es el Mensaje de Dios.
Sé que la condición humana muchas veces confunde y precipita los acontecimientos, por ustedes mismos lo podrán ver en este tiempo crucial. Pero Yo los invito a colocar su mirada en la esperanza que estará llegando en el gran día de Mi Retorno al mundo, en el que su Maestro y Señor presenciará el Juicio Universal.
Y, en esa hora, ¿qué será lo que ustedes estarán haciendo?
Y, ¿cómo podrán enfrentar por sí mismos ese Juicio, que no vendrá para condenarlos y castigarlos, sino que vendrá con sabiduría para mostrarles la realidad que en muchos casos no quisieron ver ni aceptar?
Por eso, Yo He tenido la intención, a través de los tiempos, de entregarles Mis más preciados Tesoros, sabiendo que muchos de ustedes en algún momento podrían fallarme y no tener consciencia de lo que significa en verdad estar a Mi lado para acompañarme en esta tarea universal, que no solo corresponde a esta civilización, sino también a otras.
Pero, Yo no vengo aquí para señalarles su ignorancia o su poca determinación en tener que dar el paso definitivo para aceptar, de una vez y para siempre, que no hay otro camino. Así mismo, Yo lo hice hace tanto tiempo atrás con una humanidad más primitiva y precaria espiritualmente.
Pero, ustedes no son parte del mismo momento en el que esa humanidad del tiempo pasado corría un gran riesgo de perderse y de autodestruirse. Ahora, los acontecimientos son más graves, de la misma forma las decisiones que tomen en sus vidas también podrían ser graves y no tener retorno.
Quiero que entiendan que después de estos años de Apariciones, desde el año 2013 hasta el presente, He trabajado pacientemente por la redención y sublimación de su consciencia y, más aún, He trabajado amorosamente a través de Mis Instrucciones y Palabras para que las hicieran parte de ustedes, las hicieran carne, así como el Amor de Dios se hizo carne en el Corazón de Su Hijo, en el padecimiento más terrible de la Agonía de la Cruz, en la absoluta soledad, al saber que hasta Mis propios compañeros de otrora Me abandonaron por miedo y por temor.
Pero, Yo vuelvo a decirles todo esto porque en verdad no hay más tiempo, y lo repetiremos hasta que lo entiendan y lo acepten definitivamente.
Porque llegará ese día y esa hora, en los que Yo no podré estar a su lado; deberán estar solos, pero con Dios, en confianza, viviendo el gran momento de la transición de la humanidad y del planeta, viendo a su alrededor las tinieblas y la oscuridad, así como su Maestro y Señor las vio en el Huerto Getsemaní. Y todo esto no lo hizo retroceder, porque dejó Su Corazón vacío para aceptar beber del Cáliz que el Padre le ofrecía a Su Hijo.
Hoy, delante de ustedes les muestro Mi Altar, el Altar de Mi Sacerdocio Espiritual y Planetario, un Altar que no se ha vaciado, porque no ha habido postulantes para beber de los Cálices que están ante sus ojos. Esta lección y esta enseñanza que les traigo no es emocional, sino profundamente espiritual, diría semejante a la que su Maestro y Señor vivió a través del ángel del Huerto Getsemaní.
Sé que la condición humana, como ha sucedido en estos últimos tiempos, ha colocado a muchos de los Míos y especialmente a los que más He amado hasta los días de hoy, en problemas, en situaciones que han herido la confianza de Mi Corazón porque se han alejado de Mí, conscientemente.
Pero, Yo les digo lo mismo que les dije a Mis apóstoles en la Última Cena, que a pesar de todo se amen los unos a los otros, así como Yo los amo y aún más.
Hoy, les digo que seguiré adelante con Mi Obra Redentora y Misericordiosa, con aquellos que por sí mismos se han dado cuenta de lo que significa estar Conmigo en este tiempo final y en esta coyuntura espiritual del planeta, en donde todo está en riesgo y en peligro.
Por eso, con Mi Mirada hacia el suelo, así como les ha dicho Mi Santa Madre, el último día del año que ha pasado, Yo les digo que los sellos del Apocalipsis se están terminando de abrir, y sé que muchos no tienen consciencia de lo que esto significa en este momento.
Yo nunca colocaré sobre ustedes una cruz que no puedan cargar, no sería el Cristo.
Yo vengo aquí no solo a compartir el pan y el vino, transustanciados en Mi Cuerpo y en Mi Sangre; vengo a compartir, con los obedientes y los vacíos de corazón, Mi dolor por el mundo para que en el silencio sea transmutado y liberado, a fin de que las almas que están más perdidas tengan la Gracia del rescate y de la redención.
Por eso, quiero que sepan que Mi Voluntad se escribe en las almas despojadas de sí mismas, en las almas que trabajan todos los días en su propia rendición y entrega. No puedo escribir Mi Voluntad en las almas desobedientes o en las almas que se resisten.
Yo no Me ocuparé de esto ni tampoco ninguna otra Jerarquía; porque ustedes fueron conscientes desde el primer día de lo que significa estar Conmigo y, aunque la carne es débil, el alma puede ser fuerte y valiente, puede ser capaz de seguirme en fidelidad.
Sigo perdiendo sacerdotes en el mundo. ¿Quién será capaz de unir el Cielo y la Tierra, la Tierra y el Cielo?
No puede no haber sacerdotes en el mundo. Muchos creen serlo, pero Yo no necesito de su poder y de su ambición, necesito de sacerdotes que vivan el misterio de la Cruz y del Calvario que, al igual que Yo, su Maestro, sean capaces de entregar su vida, así como Yo lo hice en la Cruz, para que las almas se sirvan del Amor de Dios, del Amor que se necesita urgente en este tiempo, ya que muchas están desorientadas y perdidas por las cosas del mundo.
¿Quién será digno de perpetuar Mi Legado hasta los últimos días de la Tierra?
¿Quién será capaz de consagrar su vida verdaderamente, para que Yo pueda hacer prodigios en las almas?
Yo no vengo a mirar sus defectos ni tampoco sus dificultades, porque las conozco todas. Yo vengo a buscar lo que Me pueden dar de verdad y sin requisitos, sin condiciones, sin resistencias.
Por eso, tengo tan pocos amigos, fieles amigos, y esto no es un reclamo de Mi parte, es una realidad.
Estar Conmigo es más que querer estar Conmigo, es más que cumplir Mi Voluntad y realizarla.
Estar Conmigo es algo más allá de estar en el Plan y de formar parte de Mis ejércitos.
Estar Conmigo es estar en cercanía, sin miedo a los errores.
Estar Conmigo es estar en transparencia y no en mentiras.
Estar Conmigo es estar, así como uno es, sin pensar en lo que dirán o comentarán.
Estar Conmigo es vaciarse todos los días; es no infringir la Ley para que no se lastimen a ustedes mismos; es no desaprovechar Mi Llamado, porque sé que si muchos llegaron a estar Conmigo es porque escucharon Mi convocatoria en los planos internos.
¿Pero quién, sino Yo, rescatará sus vidas y salvará sus almas?
¿Cómo es posible que haya almas que no quieran estar Conmigo por estar con otros?
Esto es el reflejo de que el amor que esas almas Me tienen es frágil y miserable.
Porque Yo vengo al mundo, como un Mensajero, para cumplir la Aspiración de Dios, que ustedes desconocen y que es la Aspiración de que el Padre Eterno pueda escribir Su Voluntad a través de sus vidas y, sobre todo, de sus almas.
Aun habiendo sido Misericordioso con la humanidad y sobre todo con ustedes, parece que para algunos no ha sido suficiente. Eso es no comprender lo que es la Misericordia Divina; es no haberse colocado debajo de los Rayos de la Sangre y del Agua de Cristo, para que Yo los pudiera proteger y salvaguardar de Mi enemigo.
Por eso, esta es la última vez que les digo esto, porque es una Instrucción que sirve para todos, sin excepción. No jueguen con su destino porque no lo conocen. No pierdan la oportunidad de entrar al Paraíso por sus sentimientos humanos.
¿Qué sucederá con todos aquellos que estaban detrás de ustedes, esperando la oportunidad del amor y de la redención?
Les digo esto a las almas indecisas, indefinidas y frágiles; porque si su confianza hubiera estado verdaderamente en Mí, nada hubiera pasado; las almas en el mundo no se perderían, porque no existiría motivo ni razón para que eso suceda.
Yo quisiera, por última vez, que sepan que hay mucho por hacer y que Mi Espíritu se ennoblece en todos aquellos que verdaderamente hacen el esfuerzo por superarse todos los días y, sobre todo, hacen el esfuerzo de que la propia vida sea parte de la salvación y de la redención del mundo.
Yo les dije, una vez: golpeen y la puerta se abrirá. Y esa puerta ya se abrió para todos, pero con pena y con Mi Mirada hacia el suelo, quiero decirles que esa puerta por más que la vuelvan a golpear no se abrirá más. Les digo a las almas indefinidas e ignorantes.
Los Tesoros del Padre no se desperdician ni tampoco Sus Dones y Sus Virtudes.
2023 será un año de fuertes experiencias que deberán aprovechar para madurar y crecer definitivamente, porque Mi primera Aspiración en este año es que ustedes vivan el voto de la fidelidad y no se atrevan nunca más a colocar en riesgo Mis Proyectos de Salvación y de Misericordia.
Con esto, Yo no les digo que dejarán de ser imperfectos, que dejarán de tener pruebas o de vivir desiertos espirituales; con esto, Yo les digo que, estando en fidelidad, serán capaces de atravesar una tempestad más fuerte que la que los apóstoles atravesaron en el Mar de Galilea, con la Presencia del Maestro.
Quisiera que esta próxima Maratón de la Divina Misericordia sea rezada por la madurez de los Nuevos Cristos, por la definición de los que aún no dan el paso, por la Misericordia y por la Paz en esta humanidad.
Aunque algunos se arriesguen a herir el Corazón de Dios y el Corazón de Cristo, Yo vengo a darles Mi bendición para que comprendan la infinidad de Mi Amor Redentor.
Un último consejo, protéjanse y cuídense unos a otros, sean capaces salvar al otro y de arriesgarse por su evolución, aunque sea difícil o insoportable; porque hasta que no hagan triunfar Mi Amor en ustedes y en sus hermanos, tendrán muchas pruebas que atravesar.
Por último, honren y den valor y reconocimiento a todo lo que Yo les He entregado, para que la Ley no golpee a las almas indecisas, a las almas indefinidas.
Que Mi Misericordia transforme la Justicia en Amor y Compasión.
Les doy Mi Paz para que la vivan y la difundan.
Mi Corazón está pronto, ¿y el de ustedes lo está?
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más