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Revelaciones de los Mensajeros Divinos sobre los Reinos de la Naturaleza - Parte 3: Reino Animal
Jul
21
2023
Revelaciones de los Mensajeros Divinos sobre los Reinos de la Naturaleza - Parte 3: Reino Animal
“Deseo que amen al Reino Animal como a sus propias vidas": este es el llamado que Cristo Jesús envió, el 20 de noviembre de 2015, a todos aquellos que se postulan a la Nueva Humanidad.
Más recientemente, San José, en Su Mensaje semanal del 16 de junio de 2023, anunció que el servicio desinteresado al Reino Animal debe ser uno de los pilares de la vida de quienes se consagren a Su Casto Corazón.
>> Sepa más: Hijos y Amigos de San José: conozca esta nueva forma de consagración
Ciência e espiritualidade
La ciencia humana ya comprobó que los animales tienen sensibilidad, es decir, la capacidad de sentir como los seres humanos. Gracias a este reconocimiento, se están logrando algunos avances, aunque muy lentamente, en lo que respecta a los derechos de los animales.
Sin embargo, los Mensajeros Divinos enfatizan que hay prisa; la gravedad de la situación planetaria, tanto material como espiritual, exige un cambio inmediato en nuestra relación con la Creación y especialmente con estos hermanos menores.
Por eso, a lo largo de los años, Cristo Jesús, la Virgen María y San José Castísimo han venido enfatizando la misión inalienable de la humanidad con el Reino Animal y revelando la importancia espiritual de los animales en el planeta.
Para saber más, ¡continúe leyendo!
El Reino Animal y el Proyecto Original de Dios
Los Mensajeros Divinos nos dicen que cuando Dios creó el Universo Material, determinó que cada uno de Sus Aspectos constituiría un Reino de la Naturaleza, el que debería proporcionar algo vital para la existencia de los demás. Por lo tanto, toda la Creación viviría en fraternidad y unidad.
Así, el Padre Creador dotó a la esencia de cada especie del Reino Animal de un atributo único, como una pieza insustituible en el gran mosaico de la Creación.
San José afirmó, en Su Mensaje del 27 de noviembre de 2015, que este Reino “es la expresión de la fidelidad y del amor, es el guardián del espíritu de la cooperación y de la fraternidad evolutiva en cada especie, como le correspondía”.
El propósito de Dios era que cada especie animal, luego de manifestar plenamente su potencial, continuara su camino evolutivo en el Universo, ingresando a nuevas escuelas espirituales bajo el impulso del amor experimentado en la Tierra.
La misión del Reino Humano con los animales
Correspondería al Reino Humano, a través del amor, del cuidado y del ejemplo, crear las condiciones para que el Reino Animal pueda expresar los atributos que Dios depositó en su esencia. San José habla de esta tarea de la humanidad:
El Reino Humano debería ser el puente con la Consciencia Divina, que proporcionara el espíritu de la constante evolución y del crecimiento, para que la Creación jamás se estancara y los Reinos prosiguieran dando pasos evolutivos y cambiando su escuela espiritual. Que, de esa forma, nuevas esencias fueran surgiendo y renovando permanentemente la Creación de Dios y que, a partir del laboratorio de la Tierra, todo el universo se pudiera renovar.
Sin embargo, el Casto Corazón afirma, en ese mismo Mensaje, que el Reino Humano fue el único de los Reinos que no cumplió su misión en el proyecto terrestre, desvirtuando su relación con los demás Reinos de la Naturaleza.
¿Qué tenemos que aprender del Reino Animal?
Los Mensajeros Divinos dicen que, en la escuela de amor y cooperación evolutiva de la Tierra, el Reino Humano tiene mucho que aprender del Reino Animal.
San José, nuevamente, nos da algunas indicaciones:
Contempla al Reino Animal y aprende del amor a la vida. Aprende a defender las Leyes de Dios, a cuidar del prójimo y a ser siempre fiel a Aquel que amas plenamente. Aprende de la plenitud del Reino Animal y, con la misma naturalidad del corazón, sé guardián de la Vida y de la Perfección de Dios.
Aquí, el Casto Corazón vuelve a enfatizar que la convivencia con animales nos ayuda a aprender a amar:
Si sienten que no saben amar o que no pueden hacerlo, traten de cuidar de los Reinos de la Naturaleza, sobre todo del Reino Animal, que vierte su amor sobre los seres humanos aun siendo tan ultrajado por ellos.
Si quieren aprender a vivir el amor, déjense amar por el Reino Animal y aprendan con ellos a expresar, sin miedo ni vergüenza, el amor que hay en su interior.
Lecciones espirituales ocultas en el comportamiento animal
La Virgen María nos da ejemplos de cómo la expresión natural de la vida en los animales es mucho más que una simple disposición biológica. En verdad, las características de muchos animales corresponden a impulsos espirituales depositados en la esencia de cada especie, que emergen para elevar la vibración del planeta.
La Madre Celeste reveló que las aves, por ejemplo, encarnan varias lecciones espirituales: al volar, nos inspiran a trascender los límites y buscar lo Alto, y al cantar, nos muestran cómo alabar constantemente a Dios.
Cuando seamos capaces de conectarnos verdaderamente con el Reino Animal, seremos capaces de establecer una comunicación más profunda con la consciencia de cada especie. Así, podremos, por nosotros mismos, observar la expresión espiritual latente en cada animal que se cruza en nuestro camino.
Pero este es un ejercicio espiritual que los Mensajeros Divinos nos convocan a realizar ahora: estar atentos a las señales de la Naturaleza y reconocer la manifestación de Dios en toda la Vida.
Animales guardianes de lugares sagrados
Los Sagrados Corazones revelaron que algunas especies animales cumplen el papel de guardianes de los vórtices espirituales del planeta, como bien sabían los pueblos originarios.
Cuando Cristo Jesús estuvo en el Gran Cañón, en Estados Unidos, se dirigió a la consciencia de la fraternidad indígena de Norteamérica, recordando a los animales guardianes que protegen muchos lugares considerados sagrados por este pueblo:
El gran coyote del sur, al igual que el águila, envía su espíritu de amor, así como también el oso de las florestas del oeste y el Búfalo Blanco del norte de América se unen a fin de proteger y amparar a las raíces sagradas de un legado que fue desestimado con la llegada del hombre blanco, pero ese legado se guarda latente en los Recintos Interiores del planeta.
Nuestra Señora nos reveló que los delfines, las ballenas y las tortugas son guardianes de los Recintos Intraoceánicos*, retransmitiendo los impulsos divinos captados en estos espacios a todo el globo terrestre.
La contraparte de estos Recintos Intraoceánicos se manifiesta a través de las ballenas y de los delfines, especies marinas que tienen la capacidad física y mental de retransmitir los potentísimos impulsos de paz y de armonía que son emitidos por los Recintos Intraoceánicos y, por medio de esas especies, esos impulsos de luz viajan kilómetros hasta poder llegar al otro lado del mundo.
Además, con respecto a las ballenas y los delfines, Nuestra Señora comunicó en Su Mensaje del 10 de febrero de 2018, que estas especies aportan una esencia de amor espiritual desconocida por la humanidad, gracias a la cual la Divinidad logra detener cataclismos marinos, como terremotos y tsunamis.
Sobre el consumo de animales
Cuando Cristo Jesús estuvo en la Tierra, la humanidad aún no estaba preparada para comprender ciertas verdades. Por eso, el Maestro tuvo que adaptar Su Mensaje al estado de las consciencias de esa época.
Pero ahora, después de más de 2000 años, los seres humanos ya deberían haber progresado en su madurez. De esta forma, Nuestro Señor, auxiliado por la Virgen María y San José, está haciendo nuevas revelaciones, incluyendo el tema del consumo de animales en Sus Mensajes.
En Su Mensaje del 9 de junio de 2016, San José mostró a la vidente Hermana Lucía de Jesús “varias imágenes de mataderos y como las almas de los animales quedaban aprisionadas por situaciones de sufrimiento”. Después, mostró imágenes de laboratorios en donde se manipulaban genéticamente los animales, “creándolos sin pelos ni plumas, deformados, solo para el consumo”.
Luego, el Casto Corazón explicó que estos animales no portaban la esencia divina, pues no fueron creados por Dios, sino por el hombre, y que estas manipulaciones genéticas están provocando que la vida espiritual del planeta muera poco a poco.
Nuestro Instructor también dijo que, por el hecho de que los seres humanos maten y coman animales, la humanidad está perdiendo la capacidad de amar.
Él nos preguntó:
¿Si no son capaces de amar a los Reinos de la Naturaleza y matan y comen animales, cómo podrán clamar por paz entre los hombres?
¿Cómo podrá el corazón humano dejar de matarse los unos a los otros, si cada día crece el deseo de matar animales?...
¿Cómo serán instrumentos de Dios para el descenso de Su Paz, si no son pacíficos con los Reinos, si no son amorosos y cuidadosos con la vida que está a su alrededor?
¿Cómo podrán establecer el equilibrio interno y psíquico en los seres, si a diario desequilibran el mundo interno de los animales, los que ya nacen sintiendo la angustia del sufrimiento?
La Virgen María también habló, en varias ocasiones, contra el consumo, la explotación y el maltrato a los animales.
Ella nos preguntó:
Hijos, ¿cómo es posible que, en este tiempo, contaminen la Tierra o sacrifiquen a los animales sin sentir absolutamente nada?
Y suplicó:
¡¡Basta!... ya no vendan a los animales, ya no los sacrifiquen.
Consecuencias de las transgresiones al Reino Animal
Los Mensajeros Divinos revelaron que actualmente, una de las mayores causas de los problemas en el mundo, tales como guerras, enfermedades físicas y trastornos mentales, es la matanza de animales.
Al aniquilar diariamente a millones de animales, causándoles sufrimientos indecibles e interrumpiendo su ciclo evolutivo, aumentamos cada vez más nuestra deuda ante la Justicia Divina.
Además, esta práctica genera energías involutivas que desequilibran el plano psíquico terrestre, desencadenando desórdenes sociales y enfermedades cuya cura se vuelve difícil de encontrar.
De esta forma, comprometemos la evolución de toda la Creación, provocando un sufrimiento que deberá ser transmutado y liberado de alguna manera.
Nuestra Señora evidenció cómo retrasamos nuestra evolución cuando no respetamos a los demás seres vivos:
Si los animales se expresaran, comprenderían su sufrimiento y angustia... Los Reinos Menores no son para ser explotados ni transgredidos. Eso no permite que el ser humano evolucione y despierte al gran Conocimiento Universal. Eso no permite que siga subiendo la escalera hacia el Infinito, para poder encontrar, algún día, la Verdad y la Sabiduría.
Por eso, el propio ser humano estanca su evolución y no la finaliza.
El Nacimiento de Cristo: un mensaje de unión con todos los seres
Desde el inicio de Su Vida en la Tierra, Cristo Jesús expresó la unidad con toda la Creación. Incluso los momentos que precedieron al nacimiento del Niño Jesús estuvieron marcados por la presencia amorosa y reverente de los Reinos de la Naturaleza, como relata Nuestra Señora:
Llegamos al establo y Dios Nos mostró cómo la compañía, amorosa y silenciosa, de los Reinos prepararon la Llegada del Redentor. La hora se aproximaba y José Me ayudó a descender del burro y con rapidez juntó paja con Sus Manos y la colocó sobre un lugar del establo, para que el Nacimiento pudiera acontecer.
Ya en otra ocasión, la Virgen María nos recordó que el Hijo Primogénito de Dios eligió nacer en un humilde pesebre, rodeado de los Reinos:
Recuerden que Mi Hijo nació en un pesebre y que, desde ese pesebre en Belén, los Reinos con Mi Hijo intercedieron por la salvación del mundo.
Recuerden que el burro que llevó a María, la que guardaba en Su Vientre al Hijo de Dios, la sirvió con amor por el Plan del Padre.
Ella también nos ofreció este encantador pasaje sobre la presencia de los animales en el Nacimiento del Salvador:
Las cabras, ovejas y demás animales del establo ofrecen su quietud y silencio, y dan su calor en la Sagrada Gruta para crear un ambiente acogedor de paz y de amor.
La Eucaristía: un sacrificio de amor por toda la Creación
Al instituir el Sacramento de la Eucaristía, Nuestro Señor dejó un legado de Amor y Redención que no solo vino a liberar al Reino Humano, sino también a todos los Reinos de la Naturaleza.
San José resaltó que Cristo Jesús tomó para sí el sacrificio que los pueblos ofrecían, sirviéndose de los animales, ofreciéndose a sí mismo como Pan de Vida:
Nuestro Señor elevó el pan, lo consagró y lo repartió entre los Suyos; elevó el vino, lo transubstanció y repartió entre los Suyos. ¿Quién habrá comprendido este misterio, en el cual Cristo tomó para sí el sacrificio que se ofrecía con los animales?
Esta instrucción se refuerza en Su Aparición de mayo de 2016:
Cristo, hijos, acabó con el sacrificio de los animales, sacrificándose Él mismo. Y de esa forma le dio una señal al mundo de que ustedes ya no deben martirizar a sus hermanos menores, sino que deben ser siempre un ejemplo delante de ellos, ejemplo de almas que se ofrecen para vivir el amor y elevarlos en su evolución.
¿Cómo podemos ayudar al Reino Animal?
Según los Mensajeros Divinos, existen tres formas principales de poder ayudar a aliviar el sufrimiento de los animales: la búsqueda de la comunión con este Reino, la oración y el servicio.
- Comunión con el Reino Animal.
Los Mensajeros Divinos nos enseñan que la comunión con los animales ayuda a aliviar el dolor de todo el Reino. Esto sucede porque, a través de los méritos generados por las personas que buscan esta unión profunda con los animales, la Divinidad puede liberar al alma-grupo de muchas especies de las prisiones del sufrimiento. Además, esta actitud pone en movimiento la energía de la Gracia y así situaciones que parecían irresolubles pueden alcanzar la luz y la redención.
En el bellísmo Acto de Reverencia y de Amor a los Reinos de la Naturaleza, Nuestra Señora dice:
Solo aspiro a que todos estemos en comunión con los Reinos para que, por un instante, podamos sentir su constante sufrimiento y así los aliviemos, sin transgredir más a la Creación.
Los Sagrados Corazones han observado que la comunión con el Reino Animal se puede alcanzar, más fácilmente, cuando tomamos consciencia de lo que representa en la Creación de Dios y del Proyecto Divino de colaboración mutua entre todos los Reinos.
San José dijo:
Para que se establezca la paz y para que el Reino de Dios sea uno con el reino de este mundo, ustedes deben descubrir lo que cada Reino y cada elemento contiene como vivencia para enriquecer el aprendizaje humano. Porque si no aprenden a amar a los Reinos de la Naturaleza, que constantemente se donan a los seres humanos y de todas formas intentan auxiliarlos en su aprendizaje del amor, será difícil que puedan amar de verdad al prójimo como él es.
- La oración.
Los Mensajeros Divinos nos presentan la oración como una de las principales herramientas ante cualquier dificultad, y esta no podría ser diferente cuando se trata de aliviar el dolor del Reino Animal.
Necesitamos ser conscientes del poder que se concentra en cada oración hecha con sinceridad, utilizando este instrumento sagrado que Dios nos entregó para el bien de todos los seres.
Cada cuenta de oración rezada por los Reinos, es un nudo que desata el sufrimiento de un Reino semejante, sea mineral, vegetal, animal o dévico.
Recuerden que cada cuenta que suman por los Reinos semanalmente, es un gran nudo de sufrimiento que se desata, se alivia y se cura.
- El servicio.
Cristo nos muestra que el servicio al Reino Animal se puede hacer de forma simple, comenzando por cuidar a un hermano menor que esté cerca de nosotros. Los Sagrados Corazones revelan que, una vez practicados con amor, estos pequeños gestos son capaces de equilibrar graves errores cometidos por los seres humanos:
Todos los orantes deberán tener como práctica cuidar y proteger a alguno de los Reinos de la Naturaleza, sea un mineral, un vegetal o un animal para que con ese servicio amoroso se siga expandiendo la amnistía espiritual, la Gracia Divina que podrá compensar los graves errores que comete el ser humano con todos los ecosistemas de la Tierra.
Pero, ¿cómo el servicio prestado a un animal puede ayudar a aliviar el sufrimiento de los demás? En esto radica un misterio de la Creación: las diferentes especies del Reino Animal tienen una consciencia espiritual única, llamada alma grupo. Entonces, cuando asumimos el cuidado de un animal, por ejemplo: un perro, podemos transformar este trabajo en una ofrenda para toda la consciencia de la especie canina y, con eso, equilibrar los sufrimientos vividos por muchos otros perros.
San José dice:
Las diferentes especies de los Reinos de la Naturaleza, así como los diferentes elementos, tienen una consciencia espiritual única; si cada ser humano tratara al animal que tiene delante de sí como una ofrenda para toda la consciencia de esa especie, podría equilibrar las atrocidades que suceden en lugares remotos del planeta.
Así, que podamos comprometernos cada vez más con el servicio al Reino Animal para que, como nos pide Cristo, la omisión y la indiferencia ya no tengan más morada en nuestros corazones.
Que el Reino Animal sea rescatado y curado por las manos que se donan para servirlo incondicionalmente.
Reino Animal y la purificación del planeta
Los Mensajeros Divinos ya han revelado que la liberación de los animales solo se realizará plenamente en una etapa futura, después de la transición planetaria.
San José afirmó que los Reinos de la Naturaleza, incluido el Reino Animal, también vivirán la purificación de la Tierra. En su perpetua donación, sustentarán a la consciencia humana en medio del caos y crearán las condiciones para que ella viva su aprendizaje.
Según el Casto Corazón, esta experiencia vivida con el Reino Humano quedará registrada en cada especie:
Los Reinos de la Naturaleza aprenderán con la experiencia humana, y ese aprendizaje quedará marcado en la consciencia grupal e individual de cada especie. Esto significa que, cuando llegue el momento de la individualización de la consciencia para los Reinos Menores que compartieron la evolución de la Tierra en el fin de los tiempos, esa consciencia individual contendrá en sí los códigos de entrega, donación, sacrificio y perdón vividos en estos tiempos.
Complementando la Instrucción de San José, la Virgen María enfatizó que los apóstoles y seguidores de Cristo también deberán, a semejanza del Maestro, ofrecerse para cargar la cruz espiritual de los Reinos de la Naturaleza en esta transición planetaria, transmutando y redimiendo todo el mal generado por la humanidad.
Los 144 000 están siendo llamados para cargar con la cruz de todos los Reinos de la Naturaleza; están siendo llamados para cargar con la cruz del Reino Mineral, totalmente ultrajado; con la cruz del Reino Vegetal, totalmente devastado; con la cruz del Reino Animal, totalmente mutilado; con la cruz de los Reinos Dévico y Angélico, totalmente desplazados del aura de los Reinos Menores.
¿Quién amará esa cruz, así como Mi Hijo los amó a todos ustedes?
La nueva vida Crística del planeta
Cristo Jesús ya había anunciado que, así como el Reino Humano, los demás Reinos de la Naturaleza poseen una partícula crística. Él profundizó esta Enseñanza con una importante revelación sobre el período que seguirá a la purificación del planeta:
Los Nuevos Cristos no solo serán humanos, la Creación que ya existe podrá ser la nueva vida crística en el planeta, totalmente redimida y curada por las manos que se donen para servirla y los corazones que se entreguen para amarla.
Podemos comprender mejor la afirmación de que los Reinos de la Naturaleza también podrán ser la nueva vida de crística en el planeta al recordar lo que dijo Cristo Jesús:
Los pasos de la evolución y de la expansión de la consciencia son regidos por la Ley del Amor… Cuanto más amen, más crecerán...
De esta forma, es fácil percibir que los Reinos de la Naturaleza, que se sacrifican por amor en forma permanente, tienen un espléndido potencial de desarrollo en el Universo.
Por eso, ¡firmes en la oración, en el servicio y en la búsqueda de la comunión con el Reino Animal, preparemos con fe y esperanza el Retorno del Maestro, cuando conoceremos Sus sublimes Planes para estos amados hermanos!
Finalmente, dejamos una pregunta de Nuestra Señora, con una invitación para que hagamos un examen de consciencia:
¿Por casualidad, envían una simple mirada al pasar al lado de un animal?
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