Martes, 13 de junio de 2017

Apariciones
APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA EN LA CIUDAD DE ROMA, ITALIA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN Y A LA HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Ayúdenme a cargar en Mis brazos a esta vieja humanidad, para que ella sea ayudada, para que ella sea curada de todo lo que ha vivido a través de los tiempos y de todas las razas.

Ayúdenme a cargar en Mis brazos a esta vieja humanidad, que necesita ser renovada por el gran Espíritu de Dios, por la Fuente de Su Amor y de Su infinita Gracia.

Para que esta humanidad reciba los Dones de Dios, será necesario, queridos hijos, que los corazones hagan penitencia. Y cuando hablo de penitencia, es que cada uno ofrezca a Dios un acto de reparación, un acto de misericordia y de reconciliación diariamente, por todos los que no lo hacen, por todos los que no lo viven; y especialmente por todos lo que omiten este pedido de poder curar a la humanidad, muy envejecida por sus errores, por sus acciones, por todo lo que ha hecho en los últimos tiempos.

El deseo de su Madre Celeste, es fortalecer la iglesia interior, en el espíritu de cada hijo, a fin de que se pueda llevar adelante el tan esperado Retorno de Cristo a la humanidad. De esa forma, queridos hijos, sus corazones y sus vidas estarán lejos de todo lo que es superficial, de lo que los aleja de Dios, cuando no consiguen mirar la grandeza de Su Corazón eterno.

Su Madre Celeste debe restaurar la vieja Iglesia. Esto comenzará por los hombres, en sus mundos internos, en sus consciencias, en sus ideas y conceptos, para que cada día más, bajo la verdad y la transparencia, todos puedan estar unidos a los designios del Padre Celestial; designios que Él espera manifestar, revelar y mostrar a Sus criaturas, para que ellas puedan gestar la tan esperada Nueva Humanidad.

Mientras todo eso está por suceder, queridos hijos, que nada los haga temblar; que sus corazones estén cada día más fortalecidos por la oración del corazón, por la elevación de sus espíritus al Reino de Dios, por su unión interna con todo lo que es sublime.

Si ustedes así lo hacen, la vieja humanidad despertará a este misterio, abrirá sus ojos y se volverá a conectar con todo lo que es divino y supremo.

Necesito, queridos hijos, que realicen todos estos pedidos por todos los que los necesitan realizar, así el mundo dejará de estar hipnotizado y podrá encontrar en su interior todo lo que es verdadero y real.

Por eso, vengo a reformar las bases de lo que ya existe. Por eso su Madre Celeste está aquí, para compartir con sus hijos la Voluntad de Dios, que debe estar más próxima a sus corazones y consciencias.

Como Yo les dije ayer, queridos hijos, Dios Me ha pedido entregarles las llaves que abrirán las puertas al conocimiento del Infinito, en donde, en verdad, todo es real, sublime y eterno. Es en ese lugar, en donde quiero ver a todos Mis hijos del mundo, para que disuelvan en sus consciencias la ambición por la guerra, por el poder y la destrucción de todo lo que ha creado Dios, a través de los Reinos de la Naturaleza.

Vengo aquí también por los Reinos Menores, para que los hombres de  superficie finalmente los puedan contemplar, no con ojos de destrucción, sino con una mirada de misericordia por lo que es inofensivo y puro, en el principio de esta Creación.

Necesito que Mis hijos puedan contemplar todas las necesidades del planeta, así estarán más cerca de saber qué hacer y cómo colaborar con el Plan del Redentor.

Es con Mis Palabras tan simples que les entrego las Llaves del Universo. De esta forma, hijos Míos, podrán comprender que en verdad no es difícil llegar hasta Dios.

La humanidad necesita solo aprender a ser sincera, verdadera en sus acciones, transparente en sus sentimientos y, cuando oran, si oran de corazón, descubrirán todos los misterios que hoy, Yo vengo al mundo, para revelarles. Disolverían las barreras de la mente humana, porque la voz de sus corazones podría ser escuchada y su verbo llegaría hasta el Corazón de Dios.

Mi Corazón es simple, así como Mis Palabras, y para entenderlas basta ingresar en Él, porque en Él, hijos Míos, encontrarán toda la vida, encontrarán el Universo y la verdad de la cual la humanidad se apartó hace tanto tiempo.

Están viviendo en una gran ilusión, de la cual Yo vengo a retirarlos.

Los Ojos de Dios están puestos sobre la humanidad todo el tiempo y ¿quién, hijos amados, mirará hacia arriba y encontrará ese mirar divino para comprender la verdadera razón de su existencia?

¿Quién se abrirá para vivir el Amor de Dios y dejar de ser un peso en los Brazos de su Madre Celeste?Con Mi Amor, con Mi Simplicidad y Mi Pureza puesta en sus corazones, vengo a retirar de ustedes los viejos velos, que eran tan pesados, que no les permitían caminar. De esta forma, hijos, libres de ustedes mismos, encuentren ese camino que hoy les señalo, el camino de la transparencia y de la verdad, en el cual se ingresa tan simplemente, cuando oran con el corazón, cuando son fraternos y misericordiosos, cuando la necesidad del prójimo, aunque sea poco a poco, pueda ser mayor que sus necesidades. 

Yo vengo, hijos Míos, a renovar el corazón humano, para traer a sus vidas aquel pensamiento divino, perfecto, que el Creador emitió al Universo, cuando creó a la humanidad. 
El Amor de Dios por el corazón humano es único y todo el Universo, toda la Creación, aspira a encontrar ese Amor, que está latente en lo profundo de su mundo interior. 

Llegó la hora, Mis amados, de despertar a ese Amor Divino para liberar la indiferencia, para liberarlos de las cadenas que los prenden a este mundo, a las cosas materiales y a tantos problemas, enfermedades, que hacen perecer el espíritu y el corazón humano. 

¿Cuántos, hijos amados, caminan por este mundo buscando una verdad y un sentido, buscando una verdadera razón para estar aquí? Hoy les presento esta razón, les presento ese sentido, que se encuentra dentro de ustedes como una puerta que los conduce a la eternidad. 

Oren Conmigo por este planeta. Oren Conmigo por los que más lo necesitan. Oren por los Reinos de la Naturaleza. Aprendan a respetar a esos Reinos, que también están aquí para enseñarles a regresar a Dios y aprender con ustedes de este amor puro, que se esconde en sus corazones. 

Si quieren aprender el Conocimiento Divino, si quieren salir de la ilusión y de la superficialidad, oren Conmigo y Yo los despertaré del sueño en que viven. 

Oren Conmigo y ya no sean tan egoístas, no se entreguen a las mentiras de esta Tierra para encontrar algún alivio y confort humano.

Hoy, Yo les presento el Reino de Dios y Su Divina Presencia para que estén en Ella todo el tiempo. 

Realmente estoy viva en el corazón de Mis hijos, especialmente en el de aquellos que se consagran, confiando en la Mano que guía toda esta Obra universal, que es su Padre Eterno, a través de Su Sierva, de Su Intercesora y Abogada.

Hoy consagraré a almas que nunca he consagrado,

que por primera vez recibirán la Gracia de comenzar a vivir este camino de ser hijos, hijos predilectos de Mi Inmaculado Corazón.

Que se aproximen aquí los que hoy se consagrarán.

Vamos a vivir esta consagración, queridos hijos, como una renovación de los votos, para poder vivir en estos tiempos el Plan de Dios.

Cantemos “Hijos de María”.

En el Cielo se guardan tesoros infinitos, que hoy son depositados en la Tierra, en el corazón de los simples y de los justos. Este es el legado que hoy les entrego para sus corazones y vidas, pidiéndoles que continúen orando el Rosario, todos los días, para que se establezca la paz, el fin de los conflictos y el bien en todas las criaturas.

Los consagro y los santifico como hijos de Mi Inmaculado Corazón, por la autoridad que Mi Hijo Me concedió, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.

Gracias por responder a Mi llamado. Un gran paso interno fue dado hoy.

Les agradezco.