Lunes, 22 de agosto de 2011

Apariciones extraordinarias
SEGUNDA APARICIÓN EXTRAORDINARIA DE LA VIRGEN MARÍA EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, A LAS 7:35, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Llegó el día del Encuentro con la Madre Celestial. El grupo del monasterio se trasladó hasta el área de las apariciones, frente a la Casa de Oración. En ese sitio se inicia la coligación con María orando a la Madre Universal. El grupo ora durante un tiempo a la espera de la Aparición de la Madre Divina.

Al despuntar el sol del amanecer, Fray Elías y Madre Shimani se colocan de pie. Fray Elías contempla con mucha devoción un punto sobre el naranjo que está frente al grupo. Posteriormente nos relata:

Fray Elías: Comenzó a manifestarse la presencia de la Madre de la Divina Concepción de la Trinidad sobre el naranjo y nos dice:

 

En el preciosísimo y resplandeciente Fuego del Padre: en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

He venido aquí para pedirles que construyan un jardín de rosas, para que el sufrimiento sea elevado hacia Mi Corazón.

 

Fray Elías: Ella sostiene con Su mano izquierda un libro abierto y con la mano derecha señala hacia arriba. Lleva en el cuello, un orandio, con más de 72 cuentas. Está rodeada por una luz blanca y celeste intensa. Posa sus pies sobre una forma de pequeña nube y sobre las siete rosas de color rojo. A su derecha y a su izquierda, en un lugar más elevado, se encuentran dos ángeles, quienes sostienen un cáliz dorado, mientras lo elevan con sus manos, miran a los Cielos.

Ahora, Ella desciende desde la copa del árbol hacia donde todo el grupo se encuentra, y permanece a un metro del suelo, en el aire. La Madre abre sus brazos hacia ambos costados y desde sus manos se irradia una luz blanca, que nos baña.

La Madre Divina dice:

 

¡Oren, oren, oren!, porque los hombres no escuchan Mis palabras. El sufrimiento debe aliviarse a través de la luz que ustedes conocen.

He solicitado que estuvieran aquí, presentes en este lugar, todos Mis hijos. ¿Por qué no han venido? ¿Han escuchado bien Mi llamado? Los esperaré.

 

En el lugar se encontraban presentes solo los hermanos y hermanas del monasterio. En ese momento un hermano se levanta y va a buscar a todos los que estaban presentes en el campo ese día.

Se espera en oración hasta la llegada de todos.

 

Soy la misma Virgen que nació de la Fuente para rescatar a las almas. Hoy como la Divina Concepción de la Trinidad, les traigo Mi Eterno Amor de protectora y de guardiana.

Realicen este jardín semejante al de los mundos sublimes, para que junto a la cura que nace desde aquí, se disipe el sufrimiento y sus corazones sean elevados.

Las peregrinaciones, el caminar interior, comenzará con pequeños grupos, pero después a lo largo de los meses y años, este Centro de Mi Luz recibirá a grupos más numerosos. Serán preparados, durante estos ocho días de Encuentro, para los tiempos que vendrán, al igual que muchos de Mis hijos en otras partes de este mundo.

Mi mensaje quiere tener más eco en los corazones y ustedes deben ser portavoces de Mi mensaje, así como otros hijos a los que me aparezco.

Ustedes conocen pocas facetas de Mi Corazón, pero hoy les presento una: Mi Rosa de Luz.

 

La Madre Divina nos muestra, en este momento una rosa, color rosa intenso, en la región de Su Corazón.

 

Espero que ustedes compartan Conmigo la fraternidad del corazón, para que esta esencia interior se irradie hacia todos sus hermanos.

Encuentren la paz en sus corazones y no teman, Yo estoy con cada uno de ustedes, pues como lo he dicho, cada uno me ayudará a recibir a los que lleguen aquí.

La hora vespertina será Mi hora predilecta para las procesiones, Mi hora Inmaculada, Mi sello de luz, para que el alma en el caminar se despoje de sus vestiduras y llegue hasta Mi Templo para reverenciarme y beber de la Fuente de Mi Amor.

Conmigo, en confianza y fe, beban del cáliz que Mis ángeles elevan para la redención.

Durante estos días dediquen horas a la profunda oración. Lleven este mensaje a sus hermanos que necesitan volver a escuchar Mi Voz, para que tengan ansias de seguir esta senda que les estoy mostrando.

Gracias por responder a Mi llamado y gracias a todos Mis hijos que oran con confianza aunque no me ven. Están recibiendo una Gracia, la que pocos comprenderán. Velen por ella, para que no se disipe, para que se afiance y se irradie en cada corazón, ya es la hora.

Para los dos últimos días, aguardo aquí la presencia de Mis hijas de la oración, de Mis cuatro hijas que fundaron Mi Red de Luz Orante (Red Fraternidad de Oración: Red mundial de grupos de oración).

La Nueva Lis (*) Esencial está despertando y ustedes deben prepararse para acoger a los que están distantes y a los que despiertan en este nuevo impulso de Fátima. La devoción debe permanecer en cada esencia interior; ustedes busquen esa esencia en sus corazones y digan a sus hermanos que también la busquen, pues allí Yo me afirmaré para poder derramar la Misericordia de Mi Hijo.

Gracias por responder a Mi llamado y anúncienlo a todo el mundo, a todos los corazones que me siguen en esta Faz de la Divina Concepción de la Trinidad. Anuncien al mundo, portavoces de Mi Voz, Mi mensaje durante estos días, para que todos acompañen esta peregrinación interior que hoy iniciamos. Si están aquí, es porque ustedes han estado en otro tiempo Conmigo.

Mediten en lo que les digo, confíen en Mi Luz Redentora.

Soy la Divina Concepción que irradia la Trinidad del Universo a los corazones que se abren. Yo Soy María, Yo Soy la nueva Consciencia Femenina que resurge delante de ustedes y de todos Mis hijos para rescatarlos.

La hora de la salvación y de Mi compromiso ha llegado.

Sepan que estos son Mis últimos encuentros con ustedes, para que a partir de aquí caminen en la senda de este Centro de Oración.

Madre de la Divina Concepción de la Trinidad

 

 


(*) Lis: Centro Planetario que se manifiesta en Europa. Tiene su epicentro en Fátima, Portugal y también se proyecta hacia la zona de Lourdes. Este Centro Planetario trabaja, en la humanidad, esencialmente activando la energía de la devoción y los códigos de la pureza original.