- Inicio
- Blog
- Mensajes
- Oración por la Paz en las Naciones
- Calendario
- Oraciones
- Impulsos Diarios
- Libros publicados
- Pinturas e Imágenes
- Objetos Sagrados
- Música
- Galeria de fotos
- ¿Quiénes somos?
- Centros Marianos
- Campaña por la Paz
- Redes Sociales
- Contacto
Segundo Mensaje
Es el amor de Mis amigos lo que Me hace venir al mundo muchas veces, y no Me canso de hacerlo porque en ellos encontraré el motivo para poder realizar Mi Obra en la humanidad y en todas las naciones.
Mientras estaba en el Huerto Getsemaní, el Señor Me reveló las maravillas que sucederían después de Mi Ascensión hasta este presente en el que hoy nos encontramos. Él Me reveló los prodigios y las obras que realizarían Mis seguidores y que, a pesar de que fuesen difíciles de realizar y de llevar adelante, a ellos nunca les faltaría el ímpetu del Divino Espíritu para poder concretarlas.
Después de tantos padecimientos vividos durante la agonía en el Huerto Getsemaní en la noche del Jueves Santo, después que Nuestro Padre Me mostró todo lo que sucedería no solo con Mi Consciencia, sino también con la humanidad y sus generaciones, un Ángel del Señor se Me presentó para darme ánimo y alegría, para darme fortaleza y motivación para seguir bebiendo del Cáliz que el Padre Me estaba ofreciendo por la redención de todos los pecadores, por la salvación de la humanidad, por la conversión de toda la Tierra y de todas sus razas.
El Ángel del Señor Me mostró lo que sucedería después que Yo pasara por la Tierra y ascendiera a los Cielos.
Nadie podría imaginar cuántos prodigios Dios puede realizar por medio de las almas que Me siguen y que Me viven. No estoy aquí por los ingratos, estoy aquí por los que son consecuentes Conmigo y se esfuerzan por serlo en cada etapa de la vida, en cada momento vivir un sacrificio más grande por Mi Corazón y por Mi Consciencia, y en cada oportunidad solo decirme “sí”. De ese “sí” de todos Mis servidores y seguidores Yo Me sirvo para poder venir al mundo y anunciar la Palabra de Dios que resonará en los corazones fieles, que brotará como un manantial de los corazones humildes, que transformará a los que aún no se han redimido y que ni imaginaban que podrían redimirse por Mi Presencia.
Hoy les traigo esa realidad y esa revelación.
En aquel tiempo, el Ángel del Señor vino a consolarme así como hoy vengo a consolarlos a ustedes y a todos los que Me escuchan. Porque el amor es la gran llave que disuelve toda la maldad. El amor es esa corriente poderosa que todo transforma y que vivifica a las almas.
El Amor del Espíritu de Dios es invencible y eterno, así como eterno puede ser el amor de ustedes por Mi Corazón y por Mi Consciencia; eso es lo que Me permitirá llegar al mundo; es su fidelidad la que Me permitirá cumplir, a través de ustedes, con el Plan que el Padre Me entregó para este ciclo, un ciclo tan agudo y sufrido para la humanidad.
Por eso Yo los invito, en esta tarde, a ver el lado positivo de las cosas, a ver la realización del Plan por medio de las dificultades y de las pruebas. Porque lo que más espero es que puedan crecer interiormente, que puedan dar testimonio de Mi Presencia y de Mi llegada al mundo en estos tiempos críticos.
De los que no Me responden o Me dejaron de responder, Yo Me encargaré, porque lo que Dios les ha entregado a esas almas como Propósito no podrá ser interferido ni alterado. Por eso, todo tendrá un Juicio no solo dentro de los hombres, sino también en toda la Tierra.
Les vengo a derramar Mi Misericordia y Mi Gracia para que todo se pueda purificar y sublimar.
Aún hay tiempo para poder salvarse y redimirse, pero la primera regla que Yo les pido es que se rindan. Quien no se rinda no podrá seguirme, y en este momento ya están viendo ejemplos.
La rendición rompe y quiebra la resistencia. La rendición quiebra la piedra más dura de la consciencia y el obstáculo más imposible del ser.
El amor vencerá junto a la rendición de las almas que se entregan en fidelidad a Mi Corazón para que Yo pueda construir lo nuevo en cada una de ellas.
Mi testimonio es decirles la Verdad, porque la Verdad es amor y es transparencia. La transparencia debe ser el sello que se grabe en sus corazones para que puedan soportar los tiempos que llegarán sin engaños ni interferencias. Aún necesito que trabajen en eso por más que les cueste, por más que no sepan vivirlo, por más que aún no lo hayan encarnado en ustedes.
Vivan en Mi Transparencia interior y siempre encontrarán la Verdad, y el corazón de sus seres no estará solitario, será colmado por Mi Espíritu y por Mi Gracia para poder renovarse de tiempo en tiempo.
En esta tarde los animo a contemplar la grandeza que Me reveló el Ángel del Señor por medio de los últimos testigos que pronunciarían Mi Nombre al mundo y que dirían que Yo ya estoy retornando para cambiar definitivamente a esta humanidad.
Sean valientes y sigan la Estrella de la Confraternidad de Mi Corazón, que será el emblema que los guiará cuando Yo ya no esté presente y solo Mis Palabras sean el testimonio de Mi Amor por ustedes y por la humanidad, para que puedan recordar que en cada mensaje entregado Yo les dejé una llave importante para poder cambiar.
Mi Corazón siente gozo por los que Me corresponden. Mi Corazón siente plenitud por los que participan de Mi Obra y la hacen suya en sus vidas en cada momento de oración, en cada momento de servicio por la humanidad y por los Reinos de la Naturaleza, en cada momento en que ustedes le dicen “sí” al Señor.
Que sus corazones no sean confundidos, porque si Yo todavía estoy aquí es porque algo necesito de ustedes y Me lo tienen que dar para que se pueda cumplir el Plan. No hay nada más importante, compañeros, que se realice el Reino de Dios en la Tierra y que las almas sean partícipes de Mi Iglesia Celestial en los confines del mundo y en cada ser interior.
Ayer les di la revelación de Mi dolor por los que Me ofenden, hoy les doy la revelación de Mi alegría, alegría que Me entregó el Ángel del Señor por los que Me aceptan de manera incondicional y verdadera.
No necesito que sean perfectos, necesito que sean transparentes y tan cristalinos como el agua que corre por los ríos y que abarca grandes océanos. Sumérjanse en esa potencia de Mi Corazón vivo y resplandeciente, y el mal allí no los encontrará y no los confundirá.
Porque quien es verdadero con Mi Corazón podrá ser verdadero con el hermano, podrá decirme “sí” a Mí y al prójimo; aun cuando crea que no lo conseguirá, aun cuando piense que no podrá donarse, lo podrá hacer cuando le confirme su “sí” a Mi Corazón.
El dolor puede ser profundo en el Corazón del Maestro, pero la alegría que Me dan los que Me sirven es eterna e invencible.
Aférrense a los atributos vivos de Mi Corazón para que Yo pueda seguir obrando en el mundo y verán en poco tiempo, y no es simbólico lo que les digo, verán en poco tiempo a muchos más que llegarán de una forma impensable a la Obra de su Maestro y Señor.
Que la unidad se establezca en el corazón de los que quieren seguir Mi Camino. No Me detendré por los que Me niegan. No Me apartaré de los que Me siguen.
No detendré Mis pasos por los que Me dan la espalda, porque Mi Corazón triunfará así como triunfó en la Cruz el Corazón vivo de Dios en Su Hijo.
Pero ahora no derramaré Mi Sangre para demostrarles que Dios murió en la Cruz por ustedes para perdonarlos por sus ofensas e ingratitudes.
Ahora Yo les demostraré la corriente de Mi Gracia y de Mi Misericordia, la que iluminará a los corazones del mundo para siempre.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Primer Mensaje
Mi Silencio habla de la verdad de estos tiempos.
Mi Silencio les recuerda el momento de Mi pasaje por el Huerto Getsemaní y la hora durísima de la agonía; momento en el cual Dios Me reveló la verdad y Me la hizo conocer profundamente, para que no solo Mi Corazón se preparara, sino también para que Mi Espíritu se preparara para los tiempos que llegarían después de Mi Ascensión a los Cielos.
Estamos en la hora de esa gran verdad. Estamos ante la revelación de ese momento crucial que llega al mundo para poder mostrarle su realidad y así salir de la ceguera.
Hoy, su Maestro y Señor carga con las ingratitudes del mundo y con todas las ofensas que los corazones en estos tiempos cometen, en su profunda ignorancia.
Es un sentimiento inexplicable, es una sensación inextinguible, es un dolor grande para poder soportar y, sobre todo, para llevarlo dentro de Mi Corazón.
Por eso vengo a pedirle al mundo y a los que creen en Mí, la adoración reparadora, durante cinco minutos, a fin de que el Corazón del Señor sea consolado de las ofensas que recibió y de las ingratitudes que sintió de todos los que una vez estuvieron a Mi lado, pero que el engañador del mundo apartó de Mí, por diferentes razones.
No es este el mensaje que hoy les traía para su conocimiento e instrucción, pero el Salvador de los hombres debe llegar hasta el final, hasta la última alma, hasta el último rincón del mundo para dar auxilio a los que más necesitan, especialmente a los que viven en su ignorancia o en su indiferencia.
En la adoración reparadora de los cinco minutos podrán consolar a su Maestro y Señor, de muchísimos sentimientos y actitudes ofensivas que Me envían las almas de la Tierra por diferentes caminos y a través de diferentes acciones.
He aquí el Corazón que aún sufre por el mundo y por los que le dan las espaldas al Redentor de Universo, dejando de corresponderle como Él lo necesita, como Él lo ha pensado y como el Padre Celestial lo ha propuesto.
Pero los que siguen Conmigo que no se amedrenten; reparen el Corazón doloroso del amadísimo Señor a fin de que los siete principales sentimientos que ofenden a Dios sean transmutados y reparados por el poder misericordioso de Mi Corazón y por las adoraciones que las almas Me ofrezcan tan solo por cinco minutos.
Así repararán el Corazón del Hijo y, en consecuencia, repararán el Corazón del Padre. Repararán el Corazón de Cristo por los sentimientos de indiferencia, por los sentimientos de ingratitud, por el sentimiento de negación, por el sentimiento de cobardía, por el sentimiento de negligencia, por la falta de fe y, especialmente, por el sentimiento de desamor hacia las Obras de Dios y a su cumplimiento en la Tierra.
Por esos siete sentimientos adorarán el Corazón Eucarístico del Señor del Universo y ofrecerán reparación a fin de que las almas no se sigan confundiendo a sí mismas.
Y aunque el rebaño esté agitado y el lobo feroz esté a su acecho, el Pastor del Universo no retrocederá. No retrocederá porque Él vendrá a salvarlos, Él vendrá a mostrarles el camino y la Luz ante las tinieblas.
Compañeros, llegó el tiempo de la definición.
La cruz de este tiempo es muy pesada y quien en verdad no esté Conmigo no podrá cargarla por más que lo intente, por más que lo quiera hacer.
Quien no está Conmigo no está en el amor y podría no saberlo.
Por eso, imploren a Dios con arrepentimiento de corazón, para que la humildad les sea concedida y sus corazones se purifiquen, ante las venganzas que el adversario emitirá en el fin de estos tiempos contra los seguidores de Cristo.
Si no hay amor, nada se podrá resolver. No bastarán las palabras. No bastarán los comentarios ni los juicios de valor. Necesito que sean Mi ejemplo vivo en la Tierra, por más que nunca lo consigan. Deberán espejar Mi Presencia para que Mi Corazón sea glorificado en los confines de la Tierra.
Ha llegado el momento de no engañarse más y de no permitir ser engañado, porque muchos vendrán en Mi nombre y afirmarán que otros son los caminos, y muchos lo creerán.
Por eso, sumérjanse en Mi Corazón doloroso, para que la llama de su amor lo consuele y lo repare mediante la adoración a Mi Eucarístico Corazón.
Las señales del tiempo anuncian grandes acontecimientos, dentro y fuera de los hombres, dentro y fuera de las mujeres de la Tierra.
Y no habrá nada ni nadie que pueda detener su definición en este tiempo, definición que marcará el destino de la próxima etapa y, podría decir, de toda su existencia, hasta después del retorno de su Maestro y Señor al mundo por segunda vez.
Por eso, no les hablo de hechos pequeños o de incomprensiones insignificantes, de adhesiones pobres o de falta de unidad inmediata para con sus hermanos y semejantes.
Están ante la Segunda Persona de la Santísima Trinidad. Están ante una revelación que se viene anunciando desde los orígenes de la Tierra hasta el presente.
Por eso, quisiera saber, ¿quién beberá Conmigo del nuevo Cáliz que Me entregará Dios?
Lo que se transmutará en estos tiempos será muy diferente a lo que se transmutó en los tiempos pasados durante la Presencia del Hijo de Dios en la Tierra.
Los invito a abrir aún más el corazón para escuchar Mis Palabras y para que ellas no se vuelvan pasajeras ni tampoco se olviden; porque Mi tiempo está terminando entre ustedes.
Los que no puedan donarse totalmente a Mí siempre estarán en libertad, porque Dios los ha hecho libres para que pudieran aprender a amar como Él los ama, infinitamente.
Les estoy entregando el planeta en sus manos y con confianza. Le entrego a esta Obra la humanidad; porque lo que habrá de suceder en el cercano futuro será muy grande y exigirá responsabilidad y correspondencia.
No quiero que sientan temor de todo esto, o de todo lo que les he dicho.
Les traigo la revelación del mismo sentimiento que Dios depositó en Mi Corazón durante Mi pasaje por el Huerto Getsemaní; sentimiento y revelación que se está cumpliendo en este momento, por las respuestas que Me dan Mis seguidores, sobre todo los que bajan los brazos ante Mí y se dejan vencer.
Sean inteligentes y usen el poder de Mi Corazón para transformarlo todo. Sean algo más que seres humanos que viven y respiran en este planeta, que escuchan o que hablan, que sienten o que piensan. Sean, en verdad, lo que vinieron a ser y no se justifiquen, porque así nunca cambiarán.
Mi Corazón ya no puede recibir más ingratitudes, porque el mundo Me las da diariamente. Mi Corazón solo quiere recibir su amor y su verdad.
Vengo a Austria para que comprendan en lo que estamos trabajando juntos y la importancia que esto tiene para Dios, tanto en el Universo como en la Tierra.
¿No será que sus sentimientos e inquietudes son pequeños ante la verdadera realidad de la humanidad y de su autodestrucción?
Crezcan y comprenderán el Plan; lo vivirán, así como Yo lo vivo y realizarán mucho más de lo que Yo realizo; porque les dije que harían cosas más grandes que las que Yo hice hace tanto tiempo atrás.
Que Mis Palabras permanezcan y que no se desvanezcan, porque Mis Palabras, cuando Yo ya no esté, serán su recuerdo para vivir la redención.
Que el Señor los bendiga y los ilumine.
Que el Señor les dé Su Templanza y Su Mansedumbre.
Que en el Señor puedan corresponder y obrar, para que venzan la fragilidad de estos tiempos por medio de la fortaleza del Espíritu Santo.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Recordemos, compañeros, la Fiesta de la Misericordia que es solemnemente celebrada el domingo siguiente después de Pascua.
Celebrar la Misericordia es aceptar en espíritu la Presencia de Dios, sabiendo que en cada momento de la vida necesitamos la Presencia de Dios para enderezar nuestros caminos y encontrar la paz.
Esta vez, la Misericordia volverá a ser celebrada en Polonia y esto concederá, en los planos internos, la cura profunda de todas las generaciones de europeos que de alguna forma atravesaron por las guerras mundiales.
Una expiación será concedida a los grandes pecadores y, así, una historia que quedó grabada en la memoria de los inocentes será disuelta, a fin de conciliar la paz entre las consciencias, tan necesaria y justa para estos tiempos y para los tiempos que vendrán.
Nuevamente la Divina Misericordia actuará y atraerá curas profundas en la esencia de las almas.
Todo lo que será ofrecido por medio de la Peregrinación por la Paz ayudará a la Jerarquía Celeste, para que Ella lleve adelante el desbloqueo espiritual de un proceso que condenó y que condena a miles de almas en esta parte del mundo.
Para que esto sucediera fue necesario revelar, primero, la Faz de Mi Divina Misericordia para que los corazones supieran que, a través de los méritos alcanzados por su Maestro y Señor, la vida planetaria podría ser ayudada ampliamente.
Ahora, y en esta ocasión, Polonia será ayudada de nuevo.
¡Les agradezco por guardar Mi Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Segundo Mensaje
Quisiera que el mundo comprendiera lo que Yo vivo y lo que siento, pero sé que es muy desconocido para la mayoría de Mis compañeros poder comprender lo que verdaderamente necesito para este ciclo, en el que la humanidad agoniza hora tras hora, tiempo tras tiempo.
He venido aquí para compartir lo que Soy y todo lo que tengo.
No vengo a pedir lo que el mundo no Me puede dar, sino que vengo a pedir lo que el mundo Me puede entregar.
Cuando están vacíos, todo Yo lo puedo hacer y aún más Mi Misericordia se puede derramar en aquellos que escuchan Mi Voz y Mi Palabra y la hacen parte de sí en cada momento de la vida, como en cada oportunidad de servir para ampliar la consciencia en los grados del amor y del perdón.
Lo que Dios Nos ha enviado a hacer aquí, a Portugal, y en Europa, es muy grande, algo que no será palpable a la vista de muchos, sino que será conocido por los que abran su corazón para poder comprender la Obra de la Jerarquía y cómo la Jerarquía Espiritual la construye, de ciclo en ciclo y por intermedio de los servidores.
Que no les falten ganas de poder conocer Mis Misterios.
Que no les falte motivación de poder cumplir Mis designios.
Que no les falte ánimo de poder llevar adelante Mi Voluntad.
Porque todo lo que Yo tengo pensado, Pensamiento que proviene de la Mente Divina del Padre, se deberá cumplir, para que, por medio del amor a la cruz que muchos viven la humanidad pueda redimirse de verdad y sin prejuicios.
Por eso Mi Misericordia es la Fuente que todo lo concede y que todo lo realiza.
Recuerden que no pueden llegar al Padre sino a través de Mí.
Y para llegar al Padre a través de Mí, deben pasar por la Fuente de Mi Divina Misericordia, para que se den cuenta y perciban que se deben perdonar a sí mismos y deben perdonar a los demás.
Deben perdonar el pasado y perdonar el presente.
Deben perdonar todo lo que es interno y también lo que es externo.
Deben perdonar lo que no aceptan y deben perdonar lo que les duele.
Así el mundo podrá cambiar y no será necesario sufrir más, no será necesario que algunas almas se ofrezcan al sufrimiento y a ese estado tan desconocido por el mundo.
Cruzar la puerta del sufrimiento por el mundo es cruzar la Puerta hacia Mi Corazón, hacia un espacio en donde muchos, en estos tiempos, no quieren ver la realidad por temer conocerla profundamente.
Pero si Yo Me ofrecí a la Cruz por ustedes, no habrá nada que temer.
Yo les ofrezco incansablemente que Me ayuden a cargar con esa cruz que es la cruz del mundo, la cruz de la Redención y de la Misericordia, la cruz del despertar y de la elevación de la consciencia.
Pero esa cruz que Yo les ofrezco a cada una de sus vidas es una cruz que debe ser liberada, y eso comienza en ustedes mismos, para que después se pueda dar en el mundo y especialmente en la humanidad.
Liberar a la humanidad de sus sufrimientos es algo muy grande y desconocido.
Por eso muy pocos son los convocados para esa tarea, para esa misión especial, de la que no se tiene total consciencia de lo que significa y de lo que representa; pero sí se tiene consciencia al poder sentir y percibir lo que se vive, paso a paso.
Por medio de Mi Misericordia necesito reparar el mundo y sustituir las corrientes negativas que aprisionan a la humanidad cada vez más.
Con su sí Yo podré hacer muchas más cosas.
Con su donación Yo podré conceder muchas más Gracias.
Con su incondicionalidad Yo podré socorrer y auxiliar al mundo y a los que Me dan las espaldas, a los que Me niegan, a los que ofenden a Dios por medio de sus ejemplos y modos de vida.
Hasta que la humanidad no aprenda a amar verdaderamente, deberá pasar por la Ley del Sufrimiento. Yo vine al mundo para poder enseñarles cómo liberarse de ella e ingresar en la Ley de Mi Gracia y de Mi Misericordia.
Aún de Mi Costado sigue brotando la Sangre Preciosa de su Maestro y Señor. Esa Sangre se derrama sobre el mundo y sobre la consciencia de la humanidad para poder justificar, por medio de todos los orantes que invocan Mi Divina Misericordia, los gravísimos errores y ultrajes que el mundo comete hoy, en estos tiempos críticos.
Por medio de la Sangre que brota de Mi Costado vengo a justificar los errores de las naciones, de los pueblos y de toda la humanidad, de cada uno de los seres que vive sobre la superficie de este planeta.
Por medio de Mi Sangre vengo a justificar y a reparar las cosas ante Dios, los hechos que someten y condenan el corazón de los hombres y la vida de todas las criaturas.
Porque desde el Huerto Getsemaní, en ese momento tan agudo para la Vida de su Señor, Yo ya sabía que este momento llegaría y que debería estar presente para testimoniar lo que Mi Padre, una vez, allí Me mostró.
Pero también vengo a testimoniar la Obra de Mi Misericordia que trasciende los tiempos y las formas, los modos de vida y las costumbres.
Vengo a testimoniar a los que en estos tiempos Me siguen y se congregan en torno a su Señor para confirmar Su Presencia en el mundo y especialmente en los corazones, en la esencia divina de cada ser, a pesar de la corrupción de estos tiempos y de las injurias de muchos, de muchos hijos de Dios.
Vengo, por medio de la sangre que brota en Mi Costado en este momento, a reparar Mi Iglesia, que como ven se está derrumbando.
Por eso, son llamados a estar adheridos a este momento junto a su Maestro y Señor; a hacer algo por los demás, algo más verdadero y profundo que pueda traer cura a las almas y los corazones heridos que una vez creyeron en Mi Iglesia y la han desahuciado por sus hechos y experiencias.
Vengo a renovar, en este día, el Sacrificio del Cordero de Dios para que no existan más corderos inmolados en este tiempo final.
Porque la Sangre que derramó su Señor de Su Costado ha sido suficiente, a fin de que ese testimonio de amor perdurara a lo largo de los tiempos y hasta el momento de Su Retorno por segunda vez a la humanidad.
Renueven el Sacrificio del Cordero de Dios todos los días.
No se olviden que el pan y el vino siempre deben estar en la mesa de su Redentor para que día tras día, momento tras momento, comulguen de Mi Cuerpo y de Mi Sangre. Así la vida será renovada a pesar de los acontecimientos y de las crueldades de este tiempo final.
Quisiera que comprendieran, compañeros Míos, de forma universal y de una manera más profunda y abierta, que el legado que testimonió su Maestro y Señor junto a Sus apóstoles en la Última Cena no puede perderse, no podrá desaparecer ni desvanecerse del corazón de los hombres.
Hasta ahora no he revelado lo que verdaderamente pasó en la Última Cena a nivel de la Consciencia del Espíritu y del Universo Celestial, pero ese momento se aproxima, esa hora está llegando, es el último Don que Yo le entregaré al mundo para la verdadera expresión de la vida sacerdotal y crística en las almas.
Sepan que ese legado siempre deberá ser su tesoro, su inspiración y su vida.
Que la comunión con Cristo no sea olvidada, ni un solo día, aunque sus cuerpos ya no puedan más.
Refúgiense en Mi Corazón y todo pasará.
La Llama de Mi Amor es más fuerte que todas las maldades del mundo y que todos los agravios.
Yo puedo transformar lo que ustedes no consiguen, si Me lo permiten. Pero mientras no Me lo permitan, como el mundo en su mayoría no Me lo permite, Mi sed aún será muy grande y amarga.
Sentiré la amargura, en este tiempo, más grande que cuando Me dieron de beber hiel en la Cruz. Ese es el símbolo de la indiferencia de la humanidad que deberá ser extirpada de la consciencia de los hombres y de las mujeres de la Tierra, para que exista una extraordinaria Gracia de despertar y de tener consciencia de lo que en verdad es vivir el Plan de Dios sobre la Tierra. Por eso, su valentía será imprescindible en estos tiempos.
Que su fuego interior nunca se apague y que su llama interior encandile las tinieblas que permean la Tierra por su inseguridad y su ofensa.
Por eso he dicho que esta será la Maratón del sacrificio, el momento de poder entregar el corazón en Mis Manos para que Yo lo pueda ofrecer como testimonio justificable ante Mi Padre y Su Reino por los agravios del mundo y la indiferencia.
Que nadie pierda la oportunidad de comprender lo que estoy diciendo y expresando.
Que nadie pierda la oportunidad de recordar Mis Palabras y de hacerlas parte de sí, porque estas son las últimas palabras que le estoy diciendo al mundo antes de que todo suceda.
Esa es la razón por la cual vengo con Mi Divina Misericordia, intentando expandirla y extenderla en el tiempo, aunque no haya tiempo, para que las almas ingresen en el Océano de Mi Amor y de la reparación, para que la cura se conceda en todos los espíritus.
No dejen de ayudarme en esta Peregrinación por la Paz, porque no será solo la paz que les daremos, sino también la consciencia de saber que es tiempo de cambiar y de vivir los Mandamientos de Dios como fueron escritos en el principio.
Eso renovará Mi Iglesia, eso le concederá a las almas la Gracia de volver a vivirme plenamente.
Que la Sangre de Mi Costado lave sus mundos internos.
Que la Sangre de Mi Costado lave sus almas.
Que la Sangre de Mi Costado se derrame completamente sobre ustedes, para que el Sacrificio del Cordero sea aún más justificable ante la Creación.
En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Primer Mensaje
Que estar Conmigo no sea un compromiso, sino una necesidad esencial para estos tiempos.
Yo no vengo a pedir lo imposible, sino lo que en verdad Me pueden dar, porque lo veo y lo siento.
Al igual que Mi Madre del Cielo, hoy piso con Mis Pies la cabeza de la serpiente de la maldición, la serpiente usurpadora e invasora, y así libero los infiernos, a las almas y, sobre todo, a los pueblos.
Hoy Mi Obra comienza aquí, en este lugar de Portugal, porque también necesita de Mi Misericordia; a pesar de todos los hechos que hayan sucedido en otros tiempos y de todas las Gracias que hayan descendido sobre este país.
Pero ahora estamos en un momento definitivo, en el que la participación de cada uno de Mis compañeros es esencial.
Esa es la respuesta que Yo recibiré de ustedes para seguir llevando adelante Mi Obra, esta vez en esta parte del mundo, en Europa, pero también en otros lugares en donde se necesita Mi Divina Misericordia para poder seguir adelante.
Ahora le llegó el momento a Mis compañeros de darlo todo por amor, y este mensaje es para todos.
Llegó el momento de que se igualen a Mí, que sean tan semejantes a Mí, no solo en el espíritu sino también en las obras.
Mientras estoy con ustedes descomprimo a la humanidad del mal, y permito que las almas se sumerjan en el Océano Infinito de Mi Misericordia.
Será importante que todos puedan entrar a ella, porque la Fuente se está cerrando mientras se aproxima la Justicia Divina.
Será importante que todos los que puedan estén a salvo, porque así podré dar testimonio ante Mi Padre, de que las almas responden a Mis pedidos y a Mis comandos.
Estoy aquí no solo por Portugal, sino también por toda Europa que debe despertar a la esencia de Mi Divina Misericordia; y para poder despertar a la esencia de Mi Misericordia deberá comprenderla y, sobre todo, vivirla en estos tiempos tan cruciales en los que luchan el amor y la indiferencia.
Necesito que sean parte de esa Fuente de la Misericordia mientras estén aquí, en este planeta y formando parte de esta humanidad.
Que cada acto o cada sentir sea parte de Mi Divina Misericordia.
Que cada ofrecimiento o donación de ustedes sea parte de Mi Divina Misericordia para que Mi Cruz Redentora pueda triunfar una vez más.
Ya estamos en el tiempo y, por medio de esta Peregrinación, estamos ingresando al momento más culminante de la humanidad, en el que ya no habrá más qué escoger, sino un solo camino que seguir, que es el camino hacia Mi Corazón, el que Yo le ofrezco incansablemente al mundo, para que las almas se sirvan de Mis méritos y de todos los tesoros que el propio Padre le ha concedido a Mi Consciencia Divina.
Pero ustedes saben, compañeros, que por más que Yo esté en el Cielo, Yo Soy igual que ustedes, como hombre, como alma y espíritu; que Mi Cuerpo resucitado y toda Mi Consciencia subieron a los Cielos para estar protegidos de estos tiempos y, especialmente, para prepararse para el momento del gran retorno a la humanidad.
Estamos en esa transición y en ese camino, estamos a la espera de ese gran momento en el que todo se desencadenará, dentro y fuera de las criaturas.
Mientras tanto, beban de la Fuente de Mi Misericordia para que se puedan purificar y limpiar.
Que sus actos estén llenos de amor.
Que sus palabras estén llenas de sabiduría y no de vibraciones bajas.
Que sus obras estén llenas de caridad y de Misericordia.
Que sus gestos sean gestos de luz y de elevación de su consciencia y de la consciencia de toda la humanidad, para que cuando Yo vuelva los pueda encontrar transformados, sin necesidad de purificarlos un poco más ni de pedirles que permanezcan un tiempo más en la Tierra y no puedan volver Conmigo al Cielo.
Lo que Yo les digo en este momento no es simbólico, es una verdad que emana Mi Corazón.
Cuando Yo retorne al mundo, a muchas, a muchas almas les costará reconocerme porque retornaré diferente a cómo Yo Me fui al Universo.
Pero Mi Voz sí será reconocida. Mi Corazón Glorificado y vivo sí será visto, y todos podrán ser testigos de Mis cinco principales Llagas de Luz, que Yo impartiré como la luz de más que cientos de soles para bendecir a la Tierra y convertirla en redención.
Cuando todo eso esté por suceder los corazones ya deberán estar limpios, sin arrogancia, sin orgullo, sin soberbia y, sobre todo, sin maldad; porque para que el Reino de Dios entre en ustedes, ustedes deberán ser dignos del Reino de Dios.
Y el Reino de Dios podrá entrar en ustedes cuando sus corazones estén limpios de sí y llenos de la entrega que compartirán con su Maestro y Señor, transmutando y liberando el dolor del mundo y el sufrimiento que aprisiona y hace agonizar a las almas.
Esta es la cruz que Yo les ofrezco a muy pocos, porque la recompensa, que no será de este mundo, es muy grande para quien la cargue junto Conmigo y con valentía.
Llegó el momento de que la cruz de esta humanidad, que ha sido pervertida y ultrajada, se redima y resplandezca como victoria de Luz y de Amor, de Unidad y de Hermandad, tan semejante a la Cruz en la cual Yo fui clavado en lo alto del Monte Calvario; en esa redención se unirán a la Esencia del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Pero aún hay mucho por hacer, hay mucho por hacer con tan pocos.
Sin embargo, la Fuerza de Mi Espíritu no les faltará; porque quien está en Mí, Mi Espíritu lo tornará invencible y le dará la fuerza para poder hacerlo todo, según Mis designios y Mi Voluntad.
Es así que hoy les digo, compañeros, especialmente a los que escuchan este mensaje en este primer día de Maratón, que se han esforzado y han madrugado para recibirme en sus corazones del otro lado del mundo, que con esos Yo contaré, porque no serán corazones tibios ni fríos, serán corazones en los que Yo podré confiar infinitamente y sin excepciones, sin justificaciones y sin reclamos.
Les vuelvo a decir que es hora de darlo todo por los que no lo dan; y cuando llegue el tiempo de Mi regreso, serán bienaventurados como los que están en los Cielos, serán reconocidos a causa de haber sufrido y padecido por Mí, al igual que tantos santos y tantos servidores de los últimos tiempos.
Que esta Maratón de la Divina Misericordia sea la maratón del sacrificio y de la institución del Divino Perdón entre los pueblos y las naciones que se conquistaron y se lastimaron, transgrediendo las Leyes de Dios y los atributos de la evolución.
Que, por medio de la Fuente y del Océano de Mi Divina e Insondable Misericordia, las heridas más profundas del sufrimiento humano sean cerradas, desde el momento de Mi Ascensión hasta el presente.
Confío, confío en lo que Me podrán dar, porque lo que Me han dado hasta ahora ha concedido esta Gracia tan importante de que ustedes estén aquí, junto a Mí, para seguir los caminos del perdón y de la redención.
Escucha, Padre, la voz de los que siempre están Contigo.
Escucha la voz de los que claman por Tu Voluntad y por Tu Gracia.
Que todo sea renovado, Padre, desde lo más íntimo hasta lo más superficial.
Que todo sea curado, Padre, desde lo más pequeño hasta lo más grande.
Porque en todo Tú Te encuentras, Adonai.
Porque en todo Tú vibras, Emmanuel.
Y Tu Espíritu está presente, Abba, en todas las dimensiones.
Que las almas más sedientas y perdidas encuentren Tu Luz por medio de esta oferta a la Divina Misericordia de Mi Corazón, y así estaré cumpliendo, amado Padre, junto a Mis hermanos, la promesa de volver a hacer triunfar Mi Cruz en el mundo. Amén.
Que la Luz del Espíritu Santo los bendiga y que el Espíritu Santo los guíe por medio del Don de Su Sabiduría y Discernimiento.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Primer Mensaje
Que Mis Palabras rebroten en los corazones de los simples y de los que se han decidido a seguirme de forma incondicional.
Me alegra saber que algunos comprendieron lo que Yo digo al respecto de Mi Obra y que han permitido cumplir Mi Propósito en este lugar, en este Centro Mariano en el Reino de Aurora.
Porque, a pesar de que la indiferencia aún está en la mente de muchos hombres, hay corazones que consiguen seguir Mi Camino; y es a través de esos corazones que Yo cumplo Mis designios para poder sostener a este planeta y a esta humanidad.
Aún una gran misión nos espera en Europa en los meses de junio y julio, algo que delicadamente el Padre está pensando poder realizar por medio de los esfuerzos de los que se disponen a servirme; y esto incluye a todos, sin excepciones.
Cada uno debe cumplir con su parte en este momento del Plan; todas las piezas deben estar colocadas en sus correctos lugares para que el Proyecto pueda funcionar y seguir adelante. Nadie puede excluirse en este momento de lo que ha venido a cumplir en esta vida, nadie.
Cada uno de ustedes tiene una llave con la cual abrirá una puerta para que una nueva oportunidad se pueda dar; y eso va más allá de su personalidad, hasta de su propio espíritu.
Es necesario que las almas comprendan que la Obra es un motor en dinamismo; es un fluir constante de Leyes y de Principios que, de ciclo en ciclo, descienden a la Tierra para poder salvar a la humanidad.
No necesito que cumplan Mis designios de forma perfecta, pero sí de forma verdadera; eso traerá transparencia a sus vidas y a sus caminos; eso los hará verdaderos los unos con los otros, y también los hará verdaderos ante Mí.
Yo solo necesito que Me sirvan de verdad, para que los proyectos que Me ha entregado el Padre se puedan cumplir por medio de las almas que Me sirven, de tiempo en tiempo.
Hoy vengo por un Uruguay que ha decidido cerrarle las puertas a Dios, de muchas formas.
¿Y por qué digo esto? Porque lo verán en sus ejemplos, en sus acciones y decisiones.
En verdad ya lo pueden ver en todo lo que se ha decidido hacer en este tiempo y que está fuera del equilibrio del Plan y de la Justicia.
El Padre, el Universo y las Jerarquías no desean la condenación del país, sino la salvación.
El despertar de muy pocos permitirá la salvación de muchos, pero no como todos lo esperan.
Es importante hacerse responsable de las decisiones tomadas, de las cuales la mayoría de las almas no tiene consciencia de lo que se ha decidido. Eso provoca deudas grandes para los que han tomado las decisiones, a nivel espiritual y material.
Pero con la última parte de la Misericordia que vengo a derramar, vengo a salvar a los últimos, a los que en verdad se quieran arrepentir y vivir el camino del Amor y de la Justicia.
Las naciones están comprometiendo el despertar y la evolución de las almas; y eso es algo que quedará más evidente en el fin de los tiempos.
Por eso, el arte de la oración permite bloquear esos proyectos que no son de Dios sino de los hombres.
Estamos entrando en el ciclo de los últimos impulsos que recibirá el Uruguay para que, al menos, la minoría haga algo por su tierra, así como en las demás naciones del mundo que serán llamadas a declarar ante el Padre en el fin de los tiempos.
Quisiera hablarles de las maravillas que tiene el Reino del Padre, el Reino que está en los Cielos, y cuánto las almas podrían vivir dentro de él si se ofrecieran verdaderamente a Dios; pero primero debo hablarles del mundo y de su humanidad, porque hay una parte que a ella le corresponde resolver por sí misma; y esto comenzará con la sinceridad del corazón y de la vida.
Me apremia saber que hay compañeros dentro de Mi Obra que aún no comprenden lo que está sucediendo en este momento, porque no se animan a ver la verdad, la necesidad que emerge en estos tiempos para ser atendida, dejando atrás la vida personal de cada ser para atender a la humanidad y, sobre todo, al planeta que es su casa.
Deben comprender, compañeros, que en este tiempo deberá existir un lugar en el mundo en donde puedan poner sus pies, y que sea un lugar seguro, sin conflictos ni perturbaciones; sin guerras y sin tribulaciones; un lugar en donde reine un poco de paz y de esperanza.
Si Mis servidores colocan su atención en lo que es externo y no interno, ¿cómo percibirán la realidad de estos tiempos?
Ante sus ojos se muestra el mundo sufrido, es hora de socorrerlo; es hora de tomar consciencia que un propósito se debe cumplir y que no ha terminado, que no es pasajero ni tampoco estático.
El despertar de la humanidad continúa; la redención de la humanidad continúa, y es necesario percibir esa realidad sin entrar en la indiferencia ni en la omisión.
Porque más esfuerzo vivirán los que se han apartado de Mi Camino que los que ya están Conmigo, dentro de Mi Camino.
Todo lo que Yo les he dado nunca se desperdiciará. Todo lo que Yo les he dado un día deberá ser testimoniado por ustedes ante el Universo.
Por eso, los que están confundidos, o creen estar confundidos, que recapaciten.
Yo no vengo a hablarles de algo práctico o material, sino de algo profundamente interno, que comienza y termina en ustedes, y que afecta al espíritu por sus decisiones y acciones, por sus sentimientos y también por sus pensamientos.
No pueden opacar su esencia original, su pureza. Ella debe estar inmaculada y a la vista de la Luz de Dios, para que se mantengan en contacto y en comunión con el Divino Espíritu.
Busquen dentro de sí la respuesta y se darán cuenta que lo que les digo es verdad.
Que busquen la respuesta dentro de sí los que no han comprendido el Plan en este tiempo, para que tengan la oportunidad de ser reconducidos hacia el camino de la Hermandad.
Hoy vengo a mostrarles a los Míos, por primera vez, un sentimiento de amargura por los que Me decepcionan, por los que no se unen a Mí después de todo lo recibido, después de todo lo vivido y compartido.
Ofrezcan esta Maratón para que el Plan se pueda cumplir como está escrito y no se altere por las decisiones de Mis compañeros o de los que ya no están en Mi Camino y aún tienen su compromiso firmado en lo Alto; un compromiso imborrable e imposible de alterar.
Cada uno tendrá su oportunidad de vivir el momento de su definición, y eso será entre el alma y Dios. Las herramientas y los medios fueron dados para que se preparen para ese momento.
Quien está con algún obstáculo para poder estar a Mi lado es porque no ha hecho las cosas bien, y no ha estado atento y vigilante a los acontecimientos que cada día más se avecinan y que traen el cambio de la consciencia de la humanidad.
Les prometí decirles siempre la verdad y Mi Verdad hoy les traigo; la Verdad que veo del mundo y de la humanidad; la Verdad de los que veo, de los que están a Mi lado y titubean.
Es hora de colocarse frente al Trono del Padre y preguntarse: ¿Qué estoy haciendo?
No para culparse ni amedrentarse, sino para ver la realidad con neutralidad y mejorarla con ánimo renovador y alegría.
No necesito de ustedes penas ni incertidumbres, preocupaciones ni aflicciones; ya recibo bastante del mundo todos los días y espero que más, más corazones Me alivien, sin traerle más preocupaciones ni aflicciones a Mi Corazón.
Revivan Mi Pasión como el símbolo de Mi Amor por ustedes, a través de los tiempos y de las generaciones. De allí saquen las fuerzas internas para poder seguir adelante, así como Yo lo hice en el peor momento de Mi Vida, en la mayor soledad, en el gran momento de Mi entrega por la humanidad.
Sean valientes y no se desanimen. Enfrenten su transformación como parte de Mi Victoria Celestial y no den más trabajo a sus hermanos con sus insignificantes complicaciones de vida. Asuman la responsabilidad de lo que no están haciendo y crecerán verdaderamente, sin espejismos.
Ustedes saben a quién Yo le estoy hablando. Que cada uno asuma su parte, con madurez y sin comentarios.
Porque los que deberían estar aquí sustentando el Plan Conmigo, están distraídos, en sí mismos, como lo está la humanidad.
El planeta, como consciencia, está agonizando y necesita de almas en eterno servicio a Dios. Muchas más almas en eterno servicio a Dios, mucho más que los sufrimientos que genera la humanidad, día a día. Eso equilibrará los tiempos y los acontecimientos, y no será necesario vivir tanto el dolor ni la angustia que viven millones de almas en el mundo por su ceguera espiritual.
Abran aún más el corazón para que Mis Palabras trabajen profundamente y no se queden en lo superficial.
En este tiempo estoy trayendo todos los Rayos de Mi Consciencia para que los conozcan y los identifiquen. Eso removerá lo que está obstruido en la consciencia, sanará las heridas y elevará a las almas al Propósito de Dios.
Les agradezco por acompañarme de verdad y sin tibieza en el corazón.
Los bendigo y los animo a la lealtad.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más