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En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Hijos:
No se pueden olvidar que América es la cuna para la Nueva Humanidad, es la tierra para el surgimiento de la Nueva Tierra. Por esa razón, estamos retornando los Tres Sagrados Corazones; porque no solo América, sino también el mundo lo necesita.
Y desde ahora, de lo más profundo de Mi Corazón, agradezco a todos los que harán posible estos Sagrados Encuentros en Brasil, Uruguay y Argentina. No podrían imaginar lo que siente Mi Corazón al saber que Mi Amado Hijo retornará a la Argentina y que los Tres Sagrados Corazones fundarán un nuevo punto de Luz sobre la superficie de la Tierra, a través del Centro Mariano Santuario de la Creación.
Esto significa que la puerta hacia el Universo Espiritual se abrirá finalmente en esa región del planeta; y que los ángeles que Me acompañan y Me sirven, a través de los Centros Marianos, también ayudarán a que la expresión del Centro Mariano Santuario de la Creación sea posible.
Siempre tuve en Mi Corazón cumplir con la bendición y la consagración de ese lugar, que se abrió plenamente para responder al llamado de la Madre Celeste. Y, principalmente, ese llamado resonó y repercutió en todos los corazones que, con fe y persistencia, hicieron posible la expresión física del Centro Mariano.
Esto significa, hijos Míos, que los Reinos de la Naturaleza, la esencia de cada uno de los Reinos que ustedes conocen, así como el Reino Elemental y Dévico, tendrán el gran portal celestial del Centro Mariano para que sean recibidos y acogidos en espíritu y, en consecuencia, los Reinos, elementales y devas del mundo entero tengan un lugar dentro de esta Obra, así como lo tienen dentro de las Comunidades-Luz, para que vivan un proceso de restauración y de cura que es desconocido, oculto e invisible.
¿Y, saben que es lo que permite todo esto?
Es cuando se oran las Mil Ave Marías en los Centros Marianos. Porque no solo la humanidad y el planeta son trabajados con cada oración pronunciada por cada corazón sincero, sino también los Reinos de la Naturaleza que tanto sufren y padecen en este tiempo.
Después de la consagración del Centro Mariano Santuario de la Creación, ellos tendrán finalmente el espacio que merecen, para poder ser llevados a otros lugares del universo, para que cada alma grupo de los Reinos se pueda reparar y curar, redimir y restablecer.
Porque Mi Hijo, cuando retorne al mundo, no solo vendrá por el Reino Humano, Él vendrá por todos los Reinos de la Creación. Y Él los traerá a la Tierra, curados y redimidos a los Reinos, elementales y devas, después de la purificación del planeta, cuando el planeta se haya redimido y, así, se haya renovado.
Los Reinos, elementales y devas que serán acogidos a través del portal del Centro Mariano, así como de los demás Centros Marianos y Santuarios del mundo, tendrán la oportunidad de repoblar al planeta de nuevas especies, formas y expresiones nunca antes vistas.
Será en ese momento, tan importante de la humanidad y del universo, cuando surja la Nueva Tierra y la Nueva Humanidad, que muchos de ustedes que estarán presentes en ese acontecimiento, recordarán conscientemente todo lo que significó en este tiempo el esfuerzo de expresar la Obra de la Jerarquía en la superficie de la Tierra y, sobre todo, el esfuerzo de concretarla, en unidad de almas y de corazones conscientes que escuchan el llamado del Cielo y responden a él.
Por eso, este momento que ustedes viven es culminante, es un momento en el que podrá ser reescrita una historia, la historia del amor en sus corazones, la historia de la redención en sus corazones, que es lo que Mi Hijo necesita para poder justificar ante Dios, más allá de los errores del mundo, lo que Él necesita reconstruir en esta humanidad, esencialmente.
Una de las razones de Nuestro regreso a Sudamérica es por esto que les he explicado. Esto significa, hijos Míos, que no será un encuentro más, sino que será un momento único en el que Mis hijos y también los Reinos de la Naturaleza tendrán la oportunidad de alcanzar la cura interior, a través del portal del Centro Mariano Santuario de la Creación.
Y, para la Jerarquía, Aurora complementará esta tarea en el sur de Brasil; porque el Reino de Aurora abarcará, con Su consciencia, más allá de Sudamérica o aun de los océanos, para intentar estabilizar y equilibrar el desorden psíquico de la humanidad, especialmente el desorden que viven hoy muchas naciones de América Latina, en donde las almas no ven un futuro ni tampoco pueden encontrar una nueva esperanza.
Por esa razón, estamos haciendo este gran movimiento por ustedes y también por sus hermanos del mundo entero, así como próximamente lo haremos por el Medio Oriente y el norte de África y, en algún momento, lo haremos por el Lejano Oriente.
Es muy importante para ustedes, hijos Míos, que en sus mentes, pero principalmente en sus corazones no existan diferencias ni tampoco divisiones, juicios de valor de lo que hace la Jerarquía en el planeta o dónde Ella puede obrar o intervenir en este momento. Porque si Yo no estuviera aquí, en este día, no tendría como justificar lo que necesito hacer ante las Leyes Superiores, ante los errores del mundo, la indiferencia de los corazones y la impunidad que algunos colocan sobre el mundo entero.
Ustedes deben aprender, ustedes ya deberían haber aprendido a seguir los pasos de la Jerarquía y a sentirse ciudadanos de este universo, así como toda la Jerarquía se siente ciudadana de este Universo Sideral.
Eso les permite, hijos Míos, comprender el Propósito de forma universal y no comprender el Propósito de forma individual; porque mientras tengan esa postura, estarán lejos de Nosotros, y eso no significa que los dejemos de amar o de perdonar, porque Mi Hijo los amó y los perdonó en la Cruz, ¿lo recuerdan?
¿Recuerdan lo que Mi Hijo dijo en la Cruz?
Es lo mismo que hoy Yo hago por ustedes, para que puedan crecer y madurar interiormente, sabiendo que hay mucho por hacer, sabiendo que hay mucho que corresponder y que hay mucho por concretar.
Ese es el destino de cada uno de ustedes: concretar los Proyectos de la Jerarquía Divina y Espiritual; porque es algo para la humanidad y no solo para ustedes, es algo para el planeta entero, es algo para todos aquellos que no tienen la Gracia y la Misericordia que hoy ustedes tienen al estar aquí Conmigo.
Cuando muchos de ustedes se animen a servir en África, recordarán este día, por ustedes mismos lo recordarán, y les aseguro que sentirán vergüenza de ustedes mismos por haber recibido tanto y no haber comprendido nada, por ver lo que es la verdadera miseria y la verdadera pobreza en un continente como África que hace miles de años es sometido por el mismo mal.
Y, aunque esto suceda, Mi Hijo liberará África, mucho más de lo que lo hizo en los últimos tiempos, porque cuando Él retorne físicamente, muchas situaciones hostiles y difíciles desaparecerán espontáneamente, porque caerán por su propio peso.
Solo la Presencia de Mi Hijo, durante Su Retorno al mundo, liberará a las almas, romperá las cadenas, quebrará cada uno de los grilletes y las almas podrán vislumbrar el Retorno de Cristo, así como fue profetizado.
Como Madre que los ama, como una Madre que los sostiene sin nada a cambio, les hago esta reflexión para que puedan crecer conscientemente y, desde este 8 de agosto que han vivido con Nosotros, ya no se permitan justificarse ni un día más; porque eso, hijos Míos, no es justo delante de la Ley y no es necesario que sufran, porque ya el sufrimiento supera al mundo.
Ustedes deben ser profundamente agradecidos, sensatos, honestos y misericordiosos; porque ninguno de ustedes, en este momento ni en otro momento, podrían medir lo que significa la Gracia que han recibido en estos últimos quince años.
Por eso, sigan dando los pasos en la fe y sin resentimientos ni culpas. Ya tienen la capacidad de salir del punto en donde se quedaron y saber que no solo Mi Mano está extendida para ustedes, sino que el Corazón de Mi Hijo está abierto para ustedes, así como lo estuvo y siempre lo estará abierto, para que puedan sentir su inconmensurable Amor.
Necesito que comprendan claramente lo que les digo y que no lo interpreten, porque Nuestras Palabras son para ser guardadas en el corazón y en ningún otro lugar. Es en el corazón de cada uno de Mis hijos en donde se realiza la sagrada transformación, porque el corazón de Mis hijos es intuición, es sabiduría, es sentimiento y es fe.
Permitan que sus corazones gobiernen, para que sus almas puedan gobernar algún día y sean sus almas las que los conduzcan y los guíen hacia el sagrado encuentro con Mi Amado Hijo, para poder vivir la sagrada convocatoria de todo lo que Él y Yo necesitamos realizar en el mundo en el fin de estos tiempos.
No solo deben sentirse parte de una familia espiritual, bendecida y guiada por la Jerarquía, que no descansa ni tampoco se detiene a pesar de lo que sucede en el mundo; sino deben sentirse como una familia universal que es capaz de ser un receptáculo para recibir los atributos de la Fuente de la Creación que formarán parte del surgimiento de la Nueva Tierra.
Guarden estas Palabras también en el corazón, no buscando comprenderlas, pero sí aceptarlas, sabiendo que lo que les digo es algo que sus espíritus vivirán en los próximos tiempos, cuando llegue ese gran momento de la Nueva Humanidad.
¿Acaso, hijos Míos, algún día se preguntaron si verdaderamente aspiraban a ser parte de la Nueva Tierra?
Si Nosotros todavía estamos aquí, apareciendo, hablándole al mundo y derramando Nuestras Gracias a todos los corazones, ¿qué representa esto para ustedes?
Lo que representa, hijos Míos, es una señal visible de que fueron escogidos para que se postulen como miembros de una Nueva Humanidad, que deberá nacer primero en ustedes, para que después pueda nacer en el mundo, en un mundo redimido y curado, perdonado y liberado de la oscuridad.
Después de estos dos últimos años de restricciones y de agonía para muchos, los Sagrados Corazones vuelven a marcar, en la senda del espíritu, cada uno de Sus Pasos por esta humanidad, para que puedan volver a sentir que siempre estamos con ustedes y que no, no nos hemos alejado, que siempre estamos allí, en el corazón y en el alma que se abre para recibirnos, a través de la vida de los Sacramentos y de la sagrada oración del corazón.
Deseo que lo que sucederá en Camboriú, a través del Centro Mariano Santuario de la Creación, deseo que lo que sucederá en el Centro Mariano de Aurora y lo que posteriormente sucederá en la ciudad de Buenos Aires, en Presencia de Mi Amado Hijo, por todos los argentinos, sean momentos de celebración y de verdadera alegría, la alegría del reencuentro por poder estar cerca de Nosotros y Nosotros más cerca de ustedes, por poder estar cerca de todos Mis hijos del mundo que necesitan tanto de Amor, de Luz y de Redención.
Antes de retirarme de esta larga jornada que han vivido con los Sagrados Corazones, antes de prepararme junto a Mi Hijo y a Mi Esposo, San José Castísimo, y antes de bendecir a los que quieren consagrarse como Hijos de María, quisiera dirigir Mis Palabras a Mi hija Viviana Walsh, diciéndole que estoy con ella y que lo he estado en cada etapa de su sufrimiento, que Dios aceptó su angustia y su pesar para ayudar a toda la Argentina, para que Argentina siga siendo la cuna del Retorno de Cristo, porque Mi Hijo no cambió de idea.
Pero a pesar de este agitado naufragio que vive la Argentina, y que la barca parezca que va a hundirse, tengan fe y sigan adelante, no solo por ustedes, sino por todos los argentinos, Mis hijos, y recuerden que Mi Hijo está dentro de la barca, y que un verdadero Maestro solo interviene cuando menos lo esperan, para liberar de la esclavitud a todos los que son colocados en ella.
Por eso, Viviana, Mi querida hija, hoy a pedido de Mi Hijo, eres ungida en espíritu, pero serás ungida en cuerpo y alma a través de un sacerdote; porque iré a la Argentina, a través de Mis hijos sacerdotes, para vivir un reencuentro que tu corazón sentirá. Hoy, Mi Hijo te levanta, te toma de tus brazos y te sostiene, sabiendo que podrás renacer después del calvario que has vivido anónimamente.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Se pueden acercar los que se van a consagrar como Hijos de María y, escuchando el Himno de la Consagración, vamos a prepararnos para este momento de bendición, pero también para este momento de verdadero agradecimiento a la Jerarquía Divina por todo lo que nos entrega de forma incansable y perpetua, por todo lo que confía en nosotros para llevar adelante el Proyecto de Dios en la Tierra.
Vamos a orar junto a los hermanos que hoy se están consagrando, por una vez, la oración a la Madre Universal, para realizar este momento de consagración a través de los Atributos de la Madre Divina.
Oración: Madre Universal.
Los consagro como Mis hijos, porque siempre son Mis hijos, los Hijos de María.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Pueden ir en Paz.
Y con todos Mis hijos que se autoconvocarán para acompañar a los Sagrados Corazones por Sudamérica, Nos encontraremos allá para comulgar una vez más de Dios, de Su Misericordia, Perdón y Reconciliación.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Abriendo la puerta de Mi Corazón, queridos hijos, les entrego Mi Gracia Suprema. Es la Gracia de Mi Corazón que los fortalecerá y que los protegerá en estos tiempos.
Vengo de nuevo a San José para bendecirlos, y los encomiendo a San José Castísimo para que sea vuestro Padre Protector, el Guardián de sus esencias, el Pastor de las almas después de Cristo.
Hoy quisiera tenerlos más cerca de Mi Corazón, porque escuché sus oraciones. Y vengo en este día también, para bendecir a Brasil en esta importante tarea que él tiene para este momento; tarea espiritual muy profunda, donde muchas almas de esta nación están involucradas con ese propósito y no lo saben, que es el propósito, queridos hijos, de mantener viva la fe en todo este pueblo bendito que Yo amo con tanto Amor.
Por eso, hoy vengo vestida con el manto de esta nación, trayendo la cura para las almas, la sabiduría para todos los espíritus, y en el planeta de esta nación traigo la Paz de Dios para el mundo.
Este es el espíritu y la propuesta para esta nación.
Ahora continuaré diciéndoles, queridos hijos, que Mi mensaje para este día es traerles la Gracia de la restauración y de la cura para todos Mis hijos de Brasil, que tanto necesitan de Dios y de Su Infinita Misericordia para poder persistir en estos tiempos.
El planeta ha cambiado mucho, así como ustedes lo saben. Por eso vengo en este día hacia ustedes para mostrarles, nuevamente, el camino hacia Jesús, y el Amor que Él quiere derramar en todos sus corazones y vidas.
Hoy, quisiera pedirles algo especial, queridos hijos presentes aquí en San José, que recen una oración o al menos un Misterio del Rosario, para que Vuestra Madre Celeste pueda cumplir el propósito a través de Sus hijos, de llegar a Centroamérica.
Así como Yo aparecí en esta nación para protegen el Propósito de Dios que ella tiene, de la misma forma aparecí en México como Guadalupe, para unir a las razas y los pueblos en una misma igualdad, en una misma condición de amor y de fraternidad.
Por eso les pido a todos Mis hijos, no solamente a los que están aquí en San José, sino también en el mundo entero, que en este día de vigilia ofrezcan a su Madre Celeste más oraciones, para que Mi Cesta de oro pueda ser depositada a los pies del altar del Creador, y sea el mayor e infinito ofrecimiento de la salvación de todas las almas de Mi amada América.
Estoy aquí entre ustedes, queridos hijos, como la Señora Aparecida del Brasil y la Reina de la Paz, abriéndoles Mi Corazón Inmaculado para que puedan ingresar al Templo, al Sagrado Cenáculo de vuestro Señor Jesús, que los contempla en esta noche con Su Misericordia, borrando sus deudas, disipando los errores, trayendo la esperanza y la renovación a través de Mi Inmaculado Corazón.
Hoy no estoy aquí sola con ustedes; estoy con el alma peregrina del Brasil, con todos los fieles devotos: simples y pobres, ricos y austeros, que siguen el Espíritu de la Paz, el Espíritu de vuestra Señora.
En el Cielo esto se refleja como una gran celebración, cumpliendo nuevamente la profecía de que todas las generaciones a través de todos los tiempos, honrarían y glorificarían a la Coronada de Estrellas, a la Madre de Dios.
Los ángeles ven este acontecimiento en el Brasil, como una nueva puerta que se abre en este día 12 de Octubre, no solo en el Universo sino también en este país que tanto necesita de perdón y de redención.
Pero es la devoción y la fe de Mis hijos que siempre Me permitirá llegar aquí, en cualquier lugar del Brasil, cuando la Voluntad de Dios lo establezca. Cuando sus voces oran a Mi Corazón, independientemente donde se encuentren, sepan que la oración es poderosa cuando se hace con el corazón y con todo el amor de sus vidas. Eso renueva sus familias y toda la vida planetaria, trayendo una Gracia excepcional y extraordinaria para este tiempo final.
Hoy estoy entre ustedes, queridos hijos, contemplando a las naciones del mundo y los invito, nuevamente, a renovarse dentro de la Campaña por la Paz; a ser difusores de Mi mensaje, de Mi llamado celestial, para estos tiempos, de vivir ahora y siempre la oración del corazón, para que la paz se establezca en el corazón humano y en el planeta.
Quiero que hoy vengan aquí todos Mis peregrinos, Mis queridos peregrinos, que Me ayudaron a concretar Mi llegada a esta ciudad.
Acérquense a Mi altar para que Yo los pueda bendecir en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Es una alegría saber que el Brasil aún Me quiere, y que todos los días trabaja su fe para establecer en la consciencia la confianza en Dios y en Su Divino Propósito.
Ustedes, queridos hijos, que hoy se aproximan a Mi altar, a Mi altar guadalupano, representan a toda la consciencia de Brasil.
También pido a todos los brasileños que en este momento Me escuchan en lo profundo de sus corazones, que coloquen su mano izquierda sobre el pecho para que pueda resonar para siempre, la Voz de su Madre Celeste, de la Madre que los quiere y los ama, que desea para todos Sus hijos el camino del bien y de la paz, de la esperanza y de la fe, a pesar de lo que sucede.
Así, Yo los uno a Mi Santo Rosario, y hoy forman parte, queridos hijos del Brasil, de las cuentas de Mi oración que Yo entregaré al Padre Eterno y depositaré en Sus Santas Manos, para que Él vea, queridos hijos, que Su Sierva fiel, la siempre Virgen María, cumple la promesa de la salvación y la redención de los corazones. Señalando con Mi Mano Mi Inmaculado Corazón les pido, queridos hijos, confíen en Mí como deben confiar en Cristo.
Confíen en Mí, porque Yo siempre los llevaré a Dios.
Confíen en Mí, porque Yo los protegeré de todo mal.
Confíen en Mí, porque siempre aliviaré sus corazones, calmaré sus sufrimientos, les traeré la esperanza y la Gracia de Dios de la Fuente purísima de Su Misericordia.
Confíen en Mí, queridos hijos de todas las naciones, para que Mi Inmaculado Corazón triunfe a través de sus vidas en toda la consciencia planetaria.
Confíen en Mí, porque siempre contarán con Mis ángeles de Luz.
Yo les entrego en este día, queridos hijos, la bandera de la Paz, para que ella siempre pueda verse en el brillo de sus oraciones y en la sonrisa de sus corazones, porque todo así se curará.
Ustedes son Hijos de María, algunos ya consagrados, y hoy consagrados por Mí, para que se fortalezca en la consciencia de la humanidad el Plan de Dios para toda la Tierra.
Mañana vestirán Mi Manto Celeste de Luz, sintiendo, en primer lugar, sus almas consagradas a Mí en este nuevo ciclo, en que sus vidas se purificarán, pero contarán con Mi guía para que sus corazones siempre se renueven y prevalezca la fe y todo el Amor de Mi Corazón en sus vidas.
No teman transformarse, teman estar lejos de Dios.
Yo los invito, queridos hijos, en el sagrado Oratorio de Mi Corazón Inmaculado, a que sean testigos de Mi Presencia en este lugar, en América.
Oren a su Madre Celeste para que Su Plan triunfe en la Tierra y en todas las almas que despiertan.
Por la Luz que derramó Tu Inmaculado Corazón,
que convirtió los corazones del mundo,
Divina Señora, ruega por nosotros.
Amén.
Bendita Yo Soy entre todas las mujeres, y benditos son sus corazones ante Dios cuando viven en Mi Corazón.
Bendito es el paso que dan en sus vidas.
Bendita puede ser siempre su oración.
Benditos son sus ángeles de la guarda.
Bendito sea el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
Ahora canten la oración que han orado.
Les agradezco por responder a Mi llamado y los invito a difundir el poder de Mi Inmaculado Corazón.
Sonrían a su Madre Celeste. La humanidad está despertando de su profundo sueño.
¡Aleluya, aleluya!
Como una Flor de Paz desciendo al mundo para traer la paz y la unidad entre los pueblos y las naciones.
El Corazón de Dios está herido al ver algunas naciones divididas, en donde Mi adversario trabaja trayendo preocupación y horror a los corazones. Pero no olviden que Yo soy la Reina de la Paz, la Madre de todo lo posible y lo imposible.
Soy la abogada de este mundo y traigo para todos la reconciliación que aún deberán vivir en estos tiempos.
Mi Corazón se agrada al ver sus corazones orantes, porque en ellos encuentra un refugio, un aliento de paz para seguir adelante realizando Mi Obra en el mundo en los corazones que más lo necesitan.
Hoy soy la Reina de la Paz ante sus corazones, pero también soy su Madre de Guadalupe. Y vengo a pedir, en este día, que este mismo Altar, hoy bendecido por Mi Gracia, permanezca presente para los próximos encuentros que aquí se darán con Mi Inmaculado Corazón.
Porque así, queridos hijos, a través del testimonio que Yo les he dado por medio de la Virgen de Guadalupe, todos los códigos que se guardan en Mi Faz se volverán a reactivar en este tiempo, para que sus corazones y los corazones del mundo reciban los códigos de Mi Luz celestial, aquellos que irán formando de a poco la nueva raza.
Hoy vengo con este pedido especial, porque en sus mundos internos, las manos que prepararon este Altar, los corazones que se donaron para embellecerlo, han comprendido Mi petición primordial, que es llegar a aquellos lugares, a aquellos pueblos en donde aún no estoy presente en espíritu ni en divinidad.
Será a través de sus brazos y de sus manos, queridos hijos, por medio de la oración del corazón, así como hoy la han practicado, que Yo podré llegar a los que más sufren y necesitan en este tiempo.
Aquí ustedes están en un paraíso celestial, porque la sagrada luz de las Jerarquías compenetra cada uno de estos espacios. Así, queridos hijos, nada les falta. Pero se han preguntado en algún momento de su oración: ¿a cuántos les falta la paz?, ¿a cuántos les falta la vida espiritual?, ¿a cuántos les falta la cura y principalmente, el alimento para el cuerpo?
El mundo aún está dividido, no quiere escuchar la Voz de los Mensajeros de Dios.
América debe consagrarse como ese nuevo Edén y será a través de sus obras de paz y de caridad que eso podrá suceder, la caridad de poder colaborar con lo que es importante para Dios y de contribuir con este Plan de Redención para planeta.
A través de Mi Corazón vengo a abrir sus bolsillos, porque sé que Me todo Me lo pueden dar en este tiempo final.
Mi gran milagro de amor es que Yo esté presente entre ustedes instruyéndolos, hasta que Mi Hijo y Mi Padre lo permitan.
Por eso, queridos hijos, vengo a abrir las vertientes del amor de sus corazones, porque en verdad es el corazón el que se dona a Dios y no la moneda.
Es desde sus corazones que partirá el impulso de vivir la caridad fraterna por el prójimo y especialmente por aquellas naciones del mundo que necesitan fortalecer su paz, vivir en Mi Gracia y en la Misericordia del Padre.
Hoy Mi Hijo Me envía extraordinariamente para darles este mensaje, para entregarles este pedido. Porque es importante, queridos hijos, que los Planes de Mi Paz se cumplan en el mundo.
Por eso también hoy he venido a pedirles, queridos hijos, que reactiven la Campaña por la Paz, que en sus corazones y en todo lugar se exprese esta campaña por Centroamérica y México.
Difundan Mi pedido para llegar a estas naciones y comprenderán lo que Yo haré después de un tiempo, porque allí Yo dejaré una Gracia, la misma Gracia que ustedes ya recibieron muchas veces.
Los invito a vivir, queridos hijos, en la fraternidad. También los invito, queridos hijos, a preservar estas tierras sagradas con el don de la manifestación que ellas tienen y que el propio Padre Eterno les ha dado por medio de la Providencia Divina.
Así Yo los invito a ser guardianes de este Centro Mariano y cada parte de esta Comunidad, para que no estén en las manos de otros, sino en las Manos de Dios.
Nuevamente les digo, queridos hijos, que hoy les vengo a pedir y a invitarlos a vivir en la donación, así como la Sagrada Familia lo vivió en el principio, dando todo lo que tenía, en cada paso de la Evangelización de Mi Hijo.Aún cuando estuvimos refugiados en Egipto, sin tener nada que llevar, el propio Dios no nos desamparó.
Quien entrega las cosas que tiene en sus manos, entrará primero al cielo, porque en el cielo no guardará la vida material. La vida material es parte de la evolución y del aprendizaje de las consciencias. La vida del espíritu es su sagrada meta hasta los últimos tiempos, hasta que la puedan alcanzar, queridos hijos.
Hoy abro Mi Corazón y lo expando frente a ustedes. Y esta invitación que hoy hago para todos, no es solo para los que están presentes aquí, sino también en el mundo.
Así ayudarán, a través del cumplimiento de los Planes de Dios, a que el desequilibrio material y planetario se corrija, que los más pobres reciban lo que necesitan y que el mundo se equilibre por la Presencia de Mi Inmaculado Corazón, del Casto Corazón de San José y del Sagrado Corazón de Jesús.
Los invitamos, queridos hijos, en este tiempo, a que crucen el umbral hacia el desapego, para que vivan la trascendencia de si y la unión perfecta con las Leyes de Dios.
Los invitamos, queridos hijos, a buscar el equilibrio interior para que la vida planetaria también se equilibre.
Hoy encuentro en sus corazones una disposición: de aspirar a cumplir con Mi llamado, de aspirar a cumplir con Mis pedidos en este nuevo ciclo para Centroamérica y México.
Hoy los veo, queridos hijos, más abiertos que en otros tiempos, para abrazar a otras naciones hermanas, para que se puedan constituir, definitivamente, como la nueva raza de la humanidad y a través de su donación y servicio, puedan atraer los nuevos principios que reformarán al planeta, que transfigurarán a la consciencia de la humanidad y sublimarán a los corazones que aún no han alcanzado la Luz y el Amor.
Mucho amor fue derramado sobre ustedes, queridos hijos, para que la manifestación de este centro sagrado pudiera estar presente, el amor está en todo.
Yo los invito a penetrar en el Misterio del Amor de Dios. En el Amor de Dios no hay nada para si, no hay propiedad ni control. Por eso, queridos hijos, los invito a buscar a través de la donación la libertad, la libertad de sus almas y de sus consciencias, de saber comprender, por encima de todo, que hay un propósito infinito que debe cumplirse en este tiempo final.
Recuerden que Mi última meta es llegar a Australia para rescatar a Mis hijos de los pueblos originarios, así como he rescatado espiritualmente a muchos hijos a través de las peregrinaciones.
Redoblen sus esfuerzos y podrán ver el Propósito de Dios manifestarse como cura en sus vidas y como redención para sus corazones.
En la Divina Providencia es en donde deben vivir, para que las puertas estén abiertas a todos los que deben llegar a encontrar el alimento del cuerpo y del espíritu.
Recuerden que a través de estos años los estoy preparando para vivir en las Islas de Salvación en este Plan de Rescate que comienza a postularse, que comienza a mostrarse, a todas las consciencias del mundo.
Por último, les pido que recen por Venezuela, para que su pueblo y su nación encuentren la paz y la ayuda de todas las naciones, que ella hoy necesita.
Escuchen con el corazón lo que les estoy diciendo. Su Madre Celeste también sufre por lo que ve en Venezuela.
Los invito a trascender la indiferencia y abrir aún más sus corazones para los que buscarán refugio de este exilio que hoy están viviendo, así como sucede en Medio Oriente.
Los invito a vivir en confraternidad, en la unión con el Padre y con todos sus espíritus, para que así se cumpla el tiempo de la Redención.
Esto es todo lo que hoy vine a decirles. Me retiro en paz, viendo sus corazones receptivos al recibir en sus espíritus Mi sagrado llamado celestial.
Los bendigo con Mi Gracia y los impulso a seguir adelante para que nunca olviden Mi Propósito Mayor, que es el triunfo de Mi Corazón en toda América.
¡Les agradezco!
Canción: Hijos del mar (en portugués).
Mis amados hijos:
Hoy he venido aquí, en este día, para elevar a través de sus oraciones a todos los que necesitan de la Luz y del Amor de Dios. Amor que está siendo olvidado por el mundo, porque el reino de la oscuridad está presente y solo el Amor lo puede vencer cuando esté en sus corazones todo el tiempo.
Después de estos días vividos Conmigo, en los que compartieron la Verdad, el Sagrado Conocimiento de Dios, Yo vengo a activar definitivamente el espejo sagrado de sus corazones, para que desde allí nazcan y broten los principios del amor y de la hermandad, lo que Dios espera de este mundo y en este tiempo final.
Vengo a construir en ustedes nuevas bases, bases de una vida elevada, de almas que corresponden al Corazón del Padre Celestial y que en este tiempo despiertan por obra de Su Gracia y de Su Misericordia.
Pero aún, queridos hijos, a través de sus corazones, de todas sus oraciones, muchos más corazones deberán despertar.
Después de tantos años, en los que cada uno de ustedes fue instruido, llegó la hora, Mis amados hijos, de que finalmente las bases se puedan fundar en esta Obra que Yo quiero realizar en Europa y más allá de este continente.
Pero sepan, queridos hijos, que todos sus hermanos de América podrán darles el apoyo para motivarlos siempre a dar un paso adelante y animarse a construir, en estos tiempos finales, esta gran red de espejos de amor, que Yo aspiro a instituir en cada uno de ustedes.
Recién han comenzado, queridos hijos, a dar los primeros pasos en este camino del despertar. Sepan que sus estrellas de origen, que vuestras verdaderas esencias, reconocen este momento importante y esta Obra en la cual fueron llamados a participar.
Sepan, queridos hijos, que por encima de toda prueba, sufrimiento o error que comete todo el mundo, está el Plan de Dios esperando cumplirse y siempre podrá prevalecer el amor de sus corazones. Será ese amor que los mantendrá a todos bien unidos, los fortalecerá y lo mantendrá firmes para sustentar esta barca que pasa por última vez por este mundo para rescatar a los que aún están perdidos.
Es así, queridos hijos, que Yo también vengo a abrir los ojos de sus corazones para que, conociendo la Verdad del universo que está escrita hace mucho tiempo, sus espíritus se puedan autoconvocar para esta verdadera misión que nace del Corazón de Dios para todo el universo y para este planeta.
Así, Yo los invito, hijos amados, a vivir en fraternidad y en confraternidad, para que más corazones y almas que aún no encuentran el camino de la Luz y de la Verdad, puedan encontrar ese camino que Yo abro para todos, sin excepción. Porque Yo quiero, queridos hijos, que todos Mis hijos del mundo reciban la misma sagrada oportunidad como a cada uno le corresponde.
En esta hora tan crucial del mundo, en la que la batalla final se acelera, Yo los invito, queridos hijos, a seguir orando con todo el corazón para que puedan descubrir finalmente el amor que existe en ustedes, amor que tiene que estar al servicio de Dios para que pueda triunfar la Luz en este momento final del planeta.
Yo abro las puertas del universo a todos, para que todos puedan conocer la Verdad, el verdadero origen, la verdadera esencia de sus vidas, los verdaderos espíritus que fueron escogidos por las Manos del Altísimo, en esta hora final, para llevar adelante esta Obra que es sustentada por todos los que despertaron al Llamado de Mi Hijo.
El Cielo los contempla con amor, queridos hijos, y ese amor se regocija en Dios y en todos los ángeles del universo.
Su paso en este momento es muy importante para que la Obra se pueda realizar y los pilares se puedan fundar en esta parte del mundo.
Les dejo, en sus corazones, todos los Principios del Amor, porque es ese Amor que los nutrirá y los salvará, que les traerá la vida y la oportunidad de conocer la redención y la paz.
Quiero que vivan unidos a Mí a través de ese Amor. Y así, queridos hijos, podrán conocer los diferentes caudales del Amor que tienen que estar al servicio del Plan y donados a esta humanidad enferma espiritualmente.
Existen muchas almas del mundo que no conocen el Amor de Dios. Y si sus corazones se convocaron para vivir en ese Amor, Yo les pido, queridos hijos, que se animen y que lo hagan, porque es ese Amor de Dios, que habita en cada uno de ustedes, que los llevará a completar la Obra, la Obra que fue pensada por el Creador en esta parte final del tiempo.
Así, Yo los constituyo, queridos hijos, no solo como apóstoles de Mi Hijo, sino como apóstoles de Su Amor y de Su Misericordia. Este apostolado, queridos hijos, lo vivirán a través del ejemplo diario, del servicio y de la fraternidad que deben expandirse por el mundo para poder cambiar todo el mal que existe en la humanidad, transfigurándolo en Luz y en Amor a través de todas las almas que responden a este llamado.
Una y otra vez, visito Portugal para que recuerden su verdadera misión en este tiempo.
Siempre contarán, queridos hijos, con el Centro Sagrado de Fátima que Yo especialmente he fundado para ustedes y para todos vuestros hermanos.
Desearía, queridos hijos, que este Centro Sagrado viviera también en sus corazones; así como muchos de sus hermanos, que están en otros Centros Sagrados, llevan a esos Centros en sus corazones para poder irradiarlos al mundo que tanto lo necesita.
También hoy los invito, hijos amados, a que sean chispas de Lys por medio de la oración y del amor que deben brotar de sus corazones todos los días sus vidas, hasta que se cumpla finalmente el esperado Retorno de Mi Hijo al mundo.
Todo lo que viven en este tiempo, queridos hijos, es una preparación, es una escuela de aprendizaje y de redención. Les pido, por amor, que no se resistan a vivirla. Abran siempre las puertas de sus corazones para que la Luz de Dios pueda entrar.
Recuerden todas las Sagradas Instrucciones que han recibido en estos días, para que esas semillas sean imborrables de sus esencias. Son estas semillas de Luz, queridos hijos, estas chispas de Lys que deben multiplicarse en toda Europa y en la humanidad.
Cuentan con la divina intercesión de Nuestra Señora de Guadalupe y del Casto Corazón de San José para llevar esta obra adelante en toda Europa.
Las almas de Europa deben ser atraídas hacia el Centro de Lys. Muchas de ellas necesitan recuperar su pureza esencial al igual que ustedes. Es esa pureza original que Mi adversario está borrando, en este momento, a través de las guerras. Es esa pureza que no debería borrarse, queridos hijos.
Su compromiso con Conmigo es muy importante. Es así como Yo les demuestro, hijos amados, que todas las cosas que Yo pido son muy simples, aunque la humanidad no le pone atención y termina perdiéndose en los abismos del infierno, y hasta allá Yo debo ir a rescatar a cada uno. Necesito, queridos hijos, que también me acompañen en esa tarea.
Que todas las enseñanzas que recibieron en estos últimos días puedan rebrotar en sus corazones, que puedan nutrir sus almas, que puedan fecundar sus espíritus así como la Sagrada Familia fecundó la fraternidad en la humanidad.
Les ofrezco en esta noche especial, hijos amados, Mi Inmaculado Corazón que pulsa ardientemente sobre la palma de Mi mano lleno de Amor y de Misericordia para cada uno de ustedes, para cada uno de Mis hijos, para los que están más perdidos y olvidados por la humanidad.
Necesito, queridos hijos, que en ustedes florezca el amor de Lys para que, finalmente, se formen como verdaderos espejos del amor.
Solo les pido que, en esta hora crucial de la humanidad, en la que la guerra condena a muchas almas del mundo, el amor pueda estar en sus corazones por medio de los actos simples y verdaderos.
Les pido, queridos hijos, que solo vivan acciones de bondad y de amor. Pidan ese amor a Mi Corazón Inmaculado, Corazón que está lleno y repleto de Amor para cada uno de Mis hijos. Amor que quiere derramarse, pero aún no puede, no puede porque las almas no lo piden. Mi Amor es una Gracia, queridos hijos, es un Amor que cura y que redime, es el Amor de Jesús en Mí que debe estar en cada uno de ustedes.
Así permitirán, queridos hijos, que Yo tenga la Gracia, en este tiempo final, de volver a Europa una vez más, antes de lo que ustedes imaginan.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Hoy, vengo del Cielo, queridos hijos, para llamar a los que aún no han despertado, a través de los que se han consagrado a Mi Inmaculado Corazón.
Hoy, estoy aquí como la Reina de la Paz, como la Madre de todo el universo, como la Guardiana de la Fe, como la Protectora de los corazones y de los que dicen sí a Mi llamado.
Espero que su consagración como Mis Hijos, sea en honra a Dios, al Todopoderoso, y a Su Amado Hijo que pronto retornará para verlos en oración y en trabajo por el Plan.
Queridos hijos, hoy abro Mi Manto para mostrarles todas las naciones del mundo, principalmente aquellas que aún no se han consagrado a Mí, desde hace ya 2000 años. Aún espero en los corazones que Yo despierto, en esas naciones, que lo puedan conseguir.
Medio Oriente debe ser Mi reinado de Paz, y ustedes, hijos amados, deben acompañarme en la transmutación como en la oración.
No tienen por qué temer a esas cosas, hay muchas almas en este lugar que verdaderamente sufren y ustedes lo saben.
Yo vengo aquí para entregarles todos los días Mi Reino Celestial, que es el Reino de Mi Hijo y de San José, el Reino del Paraíso.
Hoy, necesito que sus corazones se abran profundamente un poco más, porque no estoy sola aquí, estoy con los ángeles que custodian Mi tarea y la tarea de todos Mis hijos.
América tiene que cumplir esa promesa. En todas las naciones de América, Yo estoy presente, a través de Mis diferentes Faces, desde Alaska hasta Tierra del Fuego, en Argentina.
Yo soy la misma para todas las culturas, pero todos los pueblos Me reconocen a través de su devoción y de lo que Yo he manifestado a través de los tiempos en Mis Apariciones.
Yo estoy en Salta como también estoy en Medjugorje, así como Mi Presencia nunca se borra en Fátima, en Lourdes y ni siquiera aquí, cuando ustedes llaman a la Madre de la Figueira.
Yo soy ese gran Árbol de Vida para ustedes, hijos amados. Ustedes deben cumplir Mi Plan en este lugar, el que Dios ha propuesto para esta parte de América; y sepan que se está consiguiendo a través de la fe y de la oración, que es lo que Yo necesito de todos Mis hijos.
Cada paso que puedan dar en su consagración, es grandioso para Dios y para Su Proyecto Original.
Hijos amados, vivan esta oportunidad que Yo les entrego diariamente; porque cuando Yo ya no esté aquí ni esté Mi Hijo ni San José, ustedes deberán seguir trabajando con todos los peregrinos que llegarán aquí a buscar la fuente de Mi Amor y de Mi Paz. Por eso, existe el Centro Mariano y los demás Centros que Yo he consagrado, así como Yo consagré a Fátima y a Lourdes para Mi Obra Mariana.
Quisiera que todos pudieran ingresar en Mi Corazón Inmaculado y que beban de la Fuente del Amor de Dios que Yo les traigo para sanar sus heridas y sus sufrimientos.
Hoy, les estoy hablando porque sé que Me escuchan. Pero más corazones deberán escucharme a través de ustedes, en el ejemplo de la oración y de la caridad; en el ejemplo de expandir Mi campaña de Paz por el mundo para que Mi Plan se establezca y su Madre Celeste junto con Su Hijo Glorificado derroten al adversario en el último tiempo que le queda.
La Tierra temblará y se purificará, para que sea más pura. Pero Yo no los dejaré de socorrer porque han confiado en Mí, desde el principio. No dejo de estar presente en sus hogares cuando abren las puertas a la oración, y en cada uno de sus familiares, a los que Yo intento llegar todos los días con Mi Amor y con Mi Redención, que es la Redención de Mi Hijo Amado.
Hijos amados, Yo quisiera que fueran parte de Mi vida espiritual; que el Reino de los Cielos no estuviera lejos de ustedes, como lo ha estado para muchas almas. Yo traigo el Reino de los Cielos en cada Aparición, en cada palabra, en cada gesto de Amor y de Paz.
Yo les traigo el nuevo código de Mi Hijo para que lo guarden en sus corazones y almas, y él pueda sembrarse en lo profundo de sus esencias y así despertarán los talentos.
Hoy, les hablo con dulzura porque sé que lo necesitan, porque sé que necesitan Mi abrazo consolador y maternal.
Yo no soy la que ama, es Dios que ama a través de Mí; y Yo quisiera amar a sus hermanos a través de sus corazones, disipando sus dudas y faltas a través de Mi Pureza Original, de la pureza del Reino de Lys-Fátima. Para que eso sea posible, amados Míos, en la presencia de todo el universo y del Amor invencible de Mi Hijo, quisiera escuchar con Mi Corazón una canción en honor al Reino de Lys, en honor a todas las esencias que despiertan y a los servidores que trabajan por el Plan en toda Europa y en el mundo entero.
En este día 13, los Jardines de Lys se abren para bendecirlos y para que los recorran espiritualmente Conmigo, en la belleza perfecta de Dios y de toda Su manifestación creadora.
Antes de consagrarlos como Hijos de María, debo llevarlos a la Pureza Original y a la esencia del Amor que los unificará con Dios.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
La Madre señalando el coral, dice:
Los escucho.
Canten Conmigo, hijos Míos, para abrir las puertas del Reino de Lys.
Canción: “Lys, María, Lys”.
Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Es de ese Jardín tan puro de donde provienen sus pequeñas esencias, porque Mi Corazón tiene Su morada en ese Jardín; y cada uno de ustedes, hijos Míos, nace de Mi Esencia Maternal, nace del Vientre Espiritual de su Madre Celeste.
Hoy, les traigo el Reino de Lys para que puedan renacer en espíritu, para que puedan vivir la pureza que les permitirá enfrentar los tiempos que vendrán.
Hoy, les traigo la Paz de Lys, así como se las traje en tiempos anteriores a través de los pequeños de Fátima.
En aquel tiempo, aquellos tres pequeños niños pudieron abrir las puertas del Reino de Lys para establecer la paz y evitar una guerra en este mundo. Ahora, hijos Míos, la guerra ya está establecida y ella no es solo entre la Luz y la oscuridad, también el caos y el mal luchan entre sí para engañar a las almas.
Por eso, hoy les traigo el Reino de Lys, que es Mi Reino en Fátima, para que se establezca la paz en sus vidas y, a través de ustedes, en el corazón de cada uno de Mis hijos.
Quiero que sean precursores de Mi Paz, a través de la oración y también de los ejemplos de vida, así como los apóstoles de Mi Hijo. Cuando ellos predicaban, de sus bocas no solo emanaban palabras; ellos irradiaban a todos la Presencia de Cristo, ellos irradiaban el Verbo Divino, los Dones del Espíritu de Dios que fueron impresos en sus consciencias.
Cuando les pido que Me escuchen y lean Mis Palabras es para que también puedan quedar impresas dentro de cada uno de ustedes y que, de esa forma, anuncien Mi Presencia en este mundo y en todo el universo; que no sean solo palabras pronunciadas por sus bocas, que sea el Espíritu de Dios el que se manifiesta a través del amor y de la verdad que sus corazones pueden vivir.
Es por eso, hijos Míos, que necesito de tantos misioneros en este mundo, que necesito de tantos corazones que no solo vivan una experiencia en la Tierra, sino que vivan una verdadera misión, que vivan la misión espiritual de atraer el Reino de Dios, de vivir el verdadero arquetipo para esta humanidad, porque esa es la Voluntad de Dios.
Y es posible manifestar eso siempre que sean verdaderos, sinceros, humildes; siempre que sean obedientes, que no quieran establecer en el mundo los propios planes, sino los Planes del Creador; porque sus planes, hijos, son muy pequeños. Ustedes son muy ignorantes porque sus corazones aún no conocen la verdad, no conocen el verdadero Plan de Dios. Pero si se abren en espíritu, en esencia, para unir sus pequeños corazones al Corazón del Creador; este Plan, que es perfecto y que incluye a cada esencia de este mundo, se podrá manifestar naturalmente a través de sus corazones.
Hoy les traigo del Reino de Dios la verdadera misión espiritual, el verdadero espíritu misionero, para que él se pueda manifestar en sus esencias; que puedan ser ejecutores de este Plan, así como lo son Mis ángeles, estos que hoy están a Mi alrededor manifestando la Voluntad de Dios en este día, para cada una de sus vidas; estos que traen de los Cielos los dones del espíritu misionero para depositar en ustedes.
Que ustedes, hijos Míos, vivan ese espíritu y cumplan la verdadera misión de santificar y consagrar este mundo, no solo a Mi Inmaculado Corazón, sino también al Corazón de Mi Hijo, al Corazón del Padre.
Que esta Tierra pueda vivir el Pensamiento Divino, aquella idea perfecta emanada por Dios en el principio. Eso es posible si ustedes aceptan responder a Mi llamado, más allá de todo lo que siempre desearon vivir.
Para Mi Inmaculado Corazón no existen límites, no existe edad, no existen destrezas. Todos pueden ser misioneros en espíritu, porque la verdadera misión trasciende los movimientos físicos que pudieran realizar. La verdadera misión se cumple cuando sus corazones están abiertos y permiten que Yo ame a través de ustedes.
Por eso, reuní aquí a los misioneros que vinieron de Oriente y también a los que fueron a Chaco, porque quiero imprimir en esos corazones un impulso de Luz que se multiplique y se expanda a todos los servidores que quieran consagrarse a Mi Corazón como misioneros de María.
Por eso hoy, hijos, les traigo los impulsos de Lys y también los impulsos de Dios y, de esta forma, derramo una Gracia inédita, infinita, para aquellos que sepan vivirla de corazón.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
A través del canto de los jóvenes, queridos hijos, todos los jóvenes que se drogan, que se pierden por el alcohol y la desunión, pasaron por los Jardines de Lys por su mediación. Mi Inmaculado Corazón los ayudó a fortalecer su camino en la búsqueda de la Luz Eterna.
Antes de que Yo Me eleve al Cielo, Mis Palabras han reconsagrado a todos ustedes, los presentes, y a aquellos que Me escuchan abiertos de corazón y de alma.
Que los que hoy se consagrarán al Inmaculado Corazón, a la vida del servicio como voto, a la vida de oración como voto y a la vida en la fraternidad como voto, se coloquen de pie.
Tráiganme aquí agua para bendecir.
Queridos hijos que se consagrarán, Yo aproximaré a ustedes la lluvia de Mis Gracias y de Mi Paz a través del agua bendita, que es el símbolo más visible de la pureza y de la castidad; elemento creado amorosamente por Dios, su Padre Eterno, en el principio de los universos.
El agua los purifica. El agua los santifica. El agua los renueva, los libera del pecado y los lleva a encontrar la paz. Esa agua será rociada sobre sus cuerpos por un sacerdote que en Mi Nombre y en el nombre de la Santísima Trinidad les impartirá la bendición.
Hoy, bendigo a la Madre de Colombia, Chiquinquirá, la Madre de todos los pueblos originarios de los Andes, que Yo he instituido como Peregrina de toda Colombia y de los países de Centroamérica, junto con la Virgen de Guadalupe y la Virgen de Coromoto, y en unión a la Virgen de Cuapa.
En estas Faces, queridos hijos, Yo les revelo Mis Atributos, los Atributos de la Madre Universal.
Chiquinquirá es el Atributo de la Unión, de la unidad de las almas de toda la Tierra con Dios.
Por la autoridad que Me concede la Gracia de Dios, que esta agua se constituya por todos los Dones del Espíritu Santo, por la infinita Gracia de Dios y de Su insondable Misericordia, a través del poderoso Corazón de Su Hijo amado, Jesucristo, Nuestro Señor, que vendrá por segunda vez al mundo en Gloria entre las nubes y derramará Sus Gracias como una lluvia de Luz sobre aquellos que hayan persistido en la fe hasta el final de los días del Juicio Universal.
Los ángeles custodios de su Madre Celeste colocan sus manos de Luz sobre esta agua. Que ella bendiga a los que hoy se consagran y que inician un camino de oración y de servicio por los Planes de Paz de su Madre Celeste.
Con la autoridad suprema del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Yo los consagro a todos a Mi Inmaculado Corazón.
Escuchemos el himno de los Hijos de María, en devoción y fe.
Mientras Yo Me elevo al Cielo, quisiera, hijos consagrados, en este encuentro anual con Mi Corazón eterno, que asumieran en sus oraciones a un alma de Oriente, para que reciba la misma Gracia que ustedes reciben todos los meses.
No escojan a nadie, solo oren con el corazón, porque Dios todo lo ve.
Yo les agradezco por responder a Mi llamado.
¡Gracias, hijos, por cuánto Me dan!
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
¡Gracias, Madre, por cuánto nos das!
Yo vengo al mundo a traerles la paz a las naciones, el fin de las guerras en las familias, en los hogares y en los corazones, y en todos los pueblos que sufren el gran castigo del fin de los tiempos.
Yo vengo a instaurar la devoción a Mi Inmaculado Corazón en toda América y, hoy, después de haber estado en Medjugorje celebrando con toda la humanidad Mi aniversario mundial, en esta noche de Gracias, vengo a su encuentro a derramar nuevamente Mi Luz sobre el mundo.
Dios quiere de sus corazones lo mejor y lo bueno; por eso, los invito, queridos hijos, a vivir el camino de la caridad y también el camino de la oración del corazón.
Si viven estas cosas, tan simples pero importantes, sus deudas se disolverán de la cuenta de Dios y sus hogares se abrirán para recibir Mis Gracias especiales, aquellas que Yo deseo instituir en sus corazones y almas.
Como Reina de la Paz, los reúno a todos en Mi Cenáculo Sagrado, porque a través de Mi Corazón Inmaculado, queridos hijos, hoy están celebrando Conmigo la Comunión con Mi Hijo.
Dios Me ha permitido de forma especial, hijos Míos, traer la Sagrada Custodia Universal, el Gran Cuerpo Glorificado de Cristo, la Preciosa Sangre del Señor Jesús Cristo que debe ser contemplado en este tiempo definitivo.
Con alegría, vayan a sus parroquias y adoren al Señor. Él espera, hace tanto tiempo, escucharlos con detenimiento, escuchar sus oraciones y sus problemas. Dios desea, a través de los Sagrados Corazones, que la humanidad se pueda salvar nuevamente y la Señora de la Paz, la Reina Universal, quiere evitar la Ley de Dios sobre el mundo, para que la humanidad pueda emerger nuevamente del Corazón de Dios y ella ingrese en el Corazón del Padre a través de una profunda comunión que ustedes deben vivir, queridos hijos, en este tiempo más que nunca, para que el mal se pueda apartar de sus vidas y se pueda establecer en sus familias la misma unidad divina que vivió la Sagrada Familia de Nazaret.
Como Reina de la Paz, hijos Míos, Yo los invito a ingresar a Mi Universo de Paz. Por eso, no será necesario, hijos amados, que Me puedan ver con sus ojos físicos. Yo deseo que puedan sentirme con sus corazones y permanecer en Mi devoción eterna.
Oro por todos ustedes, día y noche. Desde el Reino Celestial envío a Mis Ángeles Custodios para que puedan protegerlos y acompañarlos; pero, en este tiempo tan especial que vive el mundo, Yo necesito que ustedes den el gran sí al Señor, así sus vidas cambiarán prontamente y sus familias se renovarán por la acción amorosa del Espíritu Santo.
Queridos hijos, al igual que en otros tiempos pasados, en los que Yo Me aparecí a otros videntes en el mundo; hoy, les anuncio, hijos amados, que despierten a este Mi último llamado, que sus ojos se puedan abrir a la Luz que viene del Cielo, que sus corazones puedan escuchar Mi Mensaje especial, el Mensaje que Yo tengo para este tiempo actual.
Vivan los Sacramentos, hijos Míos, y si se han olvidado de alguno de ellos, vuelvan a vivirlos prontamente, así estarán unidos al Padre y al Universo Celestial.
Yo deseo, en sus vidas, un camino de conversión, conversión que abrirá la puerta para vivir la redención, pero en este tiempo solo bastará la oración del corazón.
Yo, como su Maestra de la oración, vengo a enseñarles ese camino tan simple y sincero, el mismo que Yo aprendí cuando estuve con ustedes en el mundo. Aun llevando a Jesús en Mis brazos no dejaba de contemplar la grandeza del Señor. Así, podrán entender, queridos hijos, que en sus quehaceres diarios pueden contemplar al Señor. Dios contempla, con grandeza y amor, cuando Sus hijos se esfuerzan sinceramente.
Que sus corazones sean espejos de oración, que sean luceros para este mundo que está a oscuras. Esto es posible, queridos hijos; si ustedes lo hicieran así, no se reconocerán en poco tiempo, porque en sus rostros brillará la Luz de Mi Hijo y en sus corazones palpitará el Amor de Cristo.
Recen por todos los sacerdotes, por toda la vida religiosa universal. Yo vengo a instituir, en este fin de tiempo, un gran pedido que Me ha hecho Mi Hijo Jesús: unir a través del corazón y de la oración a todos los pueblos que están dispersos en el mundo. Si eso sucediera así, a través de su permiso y su acción amorosa, nuevas Leyes de Misericordia descenderán sobre el mundo y ya no será necesario que sufran más, queridos hijos.
Yo vengo a su encuentro como Mediadora Universal. Deseo desde hace tanto tiempo que puedan vivir en Mi Corazón; pero verdaderamente les digo, queridos hijos, que muchos de ustedes se han olvidado de Mi llamado.
Por eso, a través del Amor Materno que imparto a todos los corazones, Yo vengo a recordarles, queridos hijos, este importante llamado de buscar la paz del corazón. Así, se ayudarán a ustedes mismos y esa Gracia especial que viene desde el Cielo se expandirá por sus familias y amigos.
Ustedes saben, queridos hijos, que muchos de Mis hijos están sufriendo, en este tiempo, problemas espirituales que se agravan en las almas, enfermedades que aparecen en los cuerpos de Mis hijos, que parecen incurables.
Busquen el camino de la oración, así encontrarán el camino de la cura. El Don de la Ciencia del Espíritu Santo les mostrará el camino para vivir su redención y, de esa forma, Mis amados niños, liberarán sus corazones de todos los males que viven.
Hoy, les pido, queridos hijos, que no abran las puertas al mal. El Cielo los convoca para algo especial, el Infinito Dios viene a su encuentro a través de Mi Corazón Inmaculado.
Yo Soy la misma de Nazaret, queridos hijos, la misma que apareció a lo largo de los siglos.
Mediten en este acontecimiento especial que viven hoy. Hagan lectura de los acontecimientos y así, en el silencio del corazón, en la profunda oración del corazón y en la fe permanente, comprenderán todo lo que hoy les digo y entenderán porqué Yo vengo nuevamente al mundo. Es una gran necesidad del Padre, en Su Majestuosa Voluntad, que todos Sus hijos se vuelvan hacia Su Corazón.
Miren con los ojos abiertos el horizonte que está despertando, la luz del amanecer que está emergiendo. Yo Soy el Sol que los alumbra en la oscuridad, Soy su Estrella Guía.
Aférrense a Mis manos, queridos hijos, así Yo podré envolverlos con Mi Manto Sagrado y así, como Yo lo hice en Guadalupe, uniré a todos los pueblos como uno solo, disolveré el mal de los corazones, porque resurgirá la fe verdadera en todos los hijos que han creído en Mi Palabra.
En esta noche de Gracias, no los dejaré de bendecir. Vengo a derramar Mi Gracia Maternal sobre ustedes, a colocar Mis manos sobre sus cabezas, implorándole a Mi Hijo por Su Misericordia; de esta forma, sus familias, queridos hijos, serán premiadas por Mi Luz Maternal y se volverán a unir en el amor.
No se olviden de buscar el amor del corazón, así se librarán de vivir los sentimientos humanos. Dios decía que, a través de su fe, todos sus hermanos, sus familias, sus amigos y conocidos se volverán a unir; y esto será posible cuando vivan una vida de oración permanente, entonces a sus casas llegarán las necesidades de otros hermanos y podrán envolverlos con el poder de la oración para que la cura se pueda establecer en esos corazones.
Sé que muchos esperaban milagros. El verdadero milagro de Dios, queridos hijos, para este siglo XXI, es que Me haya permitido volver a su encuentro, especialmente en esta parte de América, anunciándome como la Reina del Sol, la Mujer que viste los Rayos Dorados del Padre, la Sabiduría del Padre y Su Misericordia para que sean derramada sobre el mundo.
Yo busco, de sus corazones y almas, la sinceridad verdadera. Mis ojos contemplan todas sus necesidades. Yo deseo que, todos Mis hijos, den el paso hacia el Plan de Dios a través del corazón, de la fe y de la oración en una profunda comunión con Cristo; porque si así lo hicieran, recibirán la Gracia que tanto buscan.
Dios tiene muchas cosas buenas para ustedes. Él ya ha golpeado la puerta de sus hogares, pero en este tiempo envía a Su Mensajera Fiel en nombre de Jesús, Cristo el Redentor, para despertar a aquellos que duermen en este mundo por la fuerza que ha tenido la ilusión de esta humanidad y que, a través de las modernidades, hipnotiza a Mis hijos, haciéndoles perder el camino de la fe.
Por eso, hoy les vengo a anunciar que están a tiempo de retornar a la Casa del Señor.
Les agradezco profundamente, queridos hijos, este preparativo que le han hecho a Mi Corazón.
En esta noche sagrada de fe, Yo vengo a entregarles Mi Amor, la fe que sus corazones necesitan y la cura que necesitan sus almas para poder seguir caminando en los caminos del Señor, en los Planes de Dios y en Su magnífica y amorosa Voluntad.
Yo Me anuncio a ustedes como su Madre, no quiero hacerles ningún mal, sino que sientan el resplandor de Mi Corazón Inmaculado.
Queridos hijos, todo esto es verdadero cuando los corazones se abren a la fe. Los necesito como Mis servidores y apóstoles del nuevo tiempo.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Nuestra Señora está orando por nosotros y por la ciudad de Sorocaba.
Hoy, les digo, queridos hijos, como lo ha dicho Mi hijo, que los últimos serán los primeros y los primeros serán los últimos, los que cerrarán la puerta para los que se han quedado atrás, y todos estaremos juntos en la promesa del Paraíso, del Reino de Dios.
Vengo también, en esta noche, a bendecirlos, y Me uno al corazón de todos Mis hijos, confirmando su fe ante el Altísimo Señor. Esto es lo más importante, queridos hijos, que la llama de su fe nunca se apague. Por eso, hoy les pido, que los hijos que están sentados en la última fila de este salón se aproximen para la bendición en este altar, y todos aquellos que lo sientan lo pueden hacer. Pero llamo de forma especial, a este altar más cercano, a los nuevos Hijos de María, que nuevamente son el ejemplo de la conversión y del Amor de Dios manifestado por el poder de la fe y de la oración.
Cantemos.
Canción: “Nuestra Señora”.
Cuando el alma canta se une a Dios instantáneamente y el Universo Celestial se manifiesta en Su corazón, creando la perfecta unidad entre las criaturas y Dios. En las cosas más simples y humildes se encuentra la verdadera llave que los llevará a la salvación.
Mis muy amados hijos, por la autoridad que Dios Me ha dado y bajo la protección y el amparo del Arcángel Rafael, de todos los ángeles del Cielo que glorifican perpetuamente al Señor, por el poder de Mi Inmaculado Corazón y por la fuerza imperiosa de la Misericordia de Cristo, Yo los bendigo en esta noche celestial, derramando lo más puro de Mi Corazón sobre sus corazones; y espero encontrarlos, prontamente en el Cielo, después de haber vivido sobre esta Tierra la gran experiencia de amor y de perdón.
Únanse, en este tiempo. Mi Corazón Inmaculado los ayudará siempre que Me abran la puerta del corazón, que es el camino directo a Dios, la bendición eterna de Nuestro Padre y del Amor predilecto del Señor por todo lo que Él creó desde el principio.
Yo Soy la Madre del Principio y del Fin, Soy Quien los esperará con alegría y con amor para abrazarlos fuertemente, para que reposen sus cabezas en Mi Corazón y así, que con sus oídos internos puedan sentir el palpitar de Mi Corazón Inmaculado que es el único motivo de su alegría en esta vida.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Recen el Rosario todos los días, la paz se necesita en este mundo y el fin de la guerra espiritual también. Así, la Misericordia del Señor descenderá y en el corazón del universo seremos Uno solo.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
¡Gracias hijitos, por responder a Mi llamado!
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
A pedido de nuestra Madre Santísima, para cerrar este encuentro con Su Corazón Inmaculado, vamos a escuchar y vamos a cantar el “Himno de Medjugorje”.
Madre María Shimani de Montserrat:
Y para cerrar, vamos a cantar todos juntos “María de Nazaret”.
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más