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40 días con Jesús a través del camino cuaresmal
"Ya estás en la última etapa del desierto, estás ante el comienzo de la próxima Sagrada Semana.
¿Cuál será la reflexión interior que Me ofrecerás, después de los cuarenta días del tiempo cuaresmal?
¿Qué será lo que cambió dentro de tu consciencia? ¿Serás el mismo ser?
No pierdas de vista los últimos días de tu desierto espiritual. El tiempo está terminando y es hora de ofrecerse al Padre Eterno para que se cumpla el tiempo esperado del Retorno de Cristo.
Que tus pies estén firmes y seguros en un único camino: el Camino de Cristo.
Soporta la cruz, no con pena, sino con amor al sacrificio. Yo ya te enseñé cómo hacerlo.
Sé valiente y no te detengas, porque ya se acerca el día de la redención".
Cristo Jesús
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
A través de los océanos, Mi Consciencia se espeja en la humanidad y puede reflejar en los seres humanos el gran estado de la Consciencia Crística. Es ese estado espiritual e interior que Yo busco implantar en toda la raza humana a través de los tiempos y por medio de los impulsos que Yo les traigo para este ciclo.
Hoy, Mi Corazón y todo Mi Ser ya están en África, al igual que sus mundos internos y sus oraciones también lo pueden estar para acompañarme en esta osada tarea de redimir el continente africano y de generar, en todos los pueblos de África, el alivio del sufrimiento y la recuperación de la paz.
Por esa razón, hoy estoy aquí, pero en Espíritu y en Omnipresencia también estoy en África, tratando con asuntos muy importantes y espirituales que hasta los días de hoy sus consciencias desconocen.
Una vez más, Yo los invito a amar el misterio a través del Amor que les ofrezco. Así, podrán sentir, en su mundo interior y en su consciencia, los impulsos que Yo les traigo para que aprendan a reconocer Mi Voluntad; la Voluntad que ya está escrita en la Consciencia del Padre Eterno y en todos Sus Ángeles y Arcángeles; esa Voluntad que intenta implantarse desde los orígenes del planeta, desde el comienzo de la humanidad.
Por esa razón, Mi Consciencia Divina trabaja, desde los orígenes de la Tierra, por este Proyecto Humano que fue pensado amorosamente por el Creador.
Pero deben saber algo importante: este es el tiempo de poder corregir a la humanidad, no con Justicia, sino con Misericordia, para que ella reencuentre el camino que perdió hacia su evolución y despertar.
El continente africano guarda tesoros muy importantes, tesoros preciosos y desconocidos hasta los tiempos de hoy.
Es Mi tarea, y también es Mi deber revelarles esos tesoros a través de la riqueza espiritual que guardan muchos corazones de África. Una riqueza espiritual que no solo fue explotada y retirada de forma injusta e impune, sino una riqueza espiritual que también fue sepultada, fue silenciada y fue esclavizada por los países y por las consciencias que rigen infelizmente a esas naciones de África.
En Mi Retorno, Yo vendré con un Gran Proyecto para poder realizar y concretar. Uno de esos Proyectos, que guardo en Mi Corazón, es el resurgimiento de la consciencia espiritual de África, lo que ella representa para el Padre Eterno desde el principio y todo el legado que aún nadie conoce.
Esos tesoros, de los cuales les hablo, no son materiales, sino profundamente espirituales y, hasta diría, suprafísicos.
Esos tesoros permitirán que el planeta, como alma y como consciencia interna, pueda regenerarse y así permitan que surja la Nueva Humanidad; que no es la humanidad de este tiempo, porque esta es una humanidad en transición, en prueba, es una humanidad en sufrimiento y en agonía.
A través de Mi Divina e Insondable Misericordia, vengo a abrir las puertas en aquellos lugares que están cerradas: las puertas de la luz, las puertas de la consciencia, las puertas de la Gracia y de la cura para aquellas consciencias, almas y corazones que verdaderamente lo necesitan, como son Mis hijos predilectos de África.
Por eso, el comienzo de esta misión en Angola, en esta etapa, será muy significativa y no será igual a las experiencias anteriores que fortalecieron el espíritu del servicio misionero.
Ahora, es un tiempo de hacer despuntar y también de hacer concretar lo que el Padre necesita materializar en la superficie, lo que ustedes ya conocen como Sagrados Puntos de Luz, que no solo beneficiarán a África, sino también al mundo entero. Y esto le demostrará a toda la humanidad, una vez más, el sacrificio de las consciencias de África que no pierden la fe y la esperanza en Mi Corazón, que solo tienen a Mi Corazón para poder sobrevivir.
Por eso, Mi Corazón se dona una vez más, así como lo hizo una vez en Ruanda. Ahora, vengo por toda África, por todas las naciones de África, por todos los pueblos y por todas las culturas.
Ha llegado el tiempo de que la humanidad reconozca los errores que cometió con África y los pueda corregir y enmendar, no solo de forma material, sino también de manera espiritual.
Para eso, Yo estoy aquí como el Abogado de Dios, como el Mediador y el Intercesor entre las almas justas y las almas injustas. Yo estoy aquí a través de Mi Divina e Insondable Misericordia y por medio de la Luz de Mi Gracia para hacer resurgir la esperanza en aquellos que la perdieron y que hoy no tienen nada.
Por eso, los pasos que se darán en este ciclo serán importantes, serán pasos que determinaran los próximos tiempos, determinarán los próximos ciclos y, diría, los próximos acontecimientos.
Por eso, deberán estar atentos y vigilantes. Y como Mis apóstoles, servidores y misioneros llamados a vivir el Plan de Dios, deben llevar adelante el Propósito de su Maestro y Señor de sembrar en los corazones y en las almas el Amor Crístico y, a través de ese Amor Crístico, insondable, infinito e inextinguible, permitir que las almas sufridas reencuentren la esperanza, la fe y la alegría de vivir en este mundo, y que al mismo tiempo puedan reencontrar las virtudes y los dones que hoy desconocen.
Por eso, a través de la fundación de Mi Obra en Sudamérica, hoy se crea un puente de luz, de unidad y de hermandad entre Sudamérica y África para que Europa también se pueda unir a este propósito y el continente africano ya no sea usado como desecho, como basurero de las consciencias que más sufren, sino que toda Europa y el hemisferio norte finalmente den el paso para cerrar la deuda espiritual que aún tienen pendiente con toda África.
Yo les dije, desde el año 2017, de la importancia de llegar a África. Sucedieron algunos movimientos, pero no fueron suficientes; se vivieron algunas experiencias, pero no fueron suficientes. Es hora de que cada consciencia europea, de que cada miembro del hemisferio norte coloque su corazón y, sobre todo, su vida incondicionalmente al servicio de los que más lo necesitan. Eso le demostrará a su Maestro y Señor que están comprendiendo Mi Mensaje y que Mi Mensaje no se pierde con el tiempo o no queda solo guardado en la memoria.
Es hora de actuar con prontitud y determinación. Ustedes, soles en la Tierra que ya están despiertos, saben lo que deben hacer y dónde deben estar. No se resistan, que los europeos no se resistan, que abran sus corazones y puedan saldar las deudas que tienen con África.
Alguien debe dar el paso, y son ustedes que lo deben hacer por aquellos que nunca darán los pasos, por aquellos que nunca mirarán con misericordia y ni siquiera con compasión a los hermanos sufridos de África.
Yo los invito a repensar sus actitudes y sus intenciones. Yo los invito a colocarse definitivamente en el camino de la concreción del Plan.
Ahora, los tiempos apremian. Por eso, deben estar atentos para no perder los impulsos, para no perder todo lo que Yo les traigo en este tiempo. África espera, hace mucho tiempo, este momento y no podrá esperar más. Por esa razón, Yo estoy aquí para recordárselos, para hacerles saber que este es el tiempo de la acción.
Que esta Maratón de la Divina Misericordia prepare este momento inmediato que tanto espero ver concretado a través de ustedes. Un momento de servir sin condiciones, de donarse sin condiciones, de hacer algo sin condiciones por aquellos que sufren, por los hermanos de África.
Ya no puedo escuchar ni tampoco ver a los niños de África que esperan manos y brazos que los acojan, que se aproximen, que los contengan y, sobre todo, que los amen y los sirvan. Ellos esperan amor y no solo pan.
Por eso, es importante que cambien sus conceptos sobre lo que es la vida de la sobrevivencia. Es importante que entiendan que en los corazones de África existen tesoros desconocidos e importantes.
Si ese movimiento de servicio permanente al continente africano sucede en estos tiempos, por la colaboración y la donación de todos, permitirá que la deuda espiritual de Europa y también de otras regiones del planeta sean aliviadas, permitiendo que la consciencia africana sea reparada y reconstruida espiritualmente.
No solo deben tener un gesto de buena voluntad, eso no es suficiente para Mí; deben tener un gesto de concreción, de prontitud y no de resistencia. Tienen Mis tesoros y Mis Gracias sobre ustedes, en sus corazones y almas.
Por eso, les digo a Mis apóstoles: este es el tiempo de actuar y de no permitir que Mi enemigo avance en este mundo y, sobre todo, en aquellos pueblos y naciones condicionados por los sistemas corruptos de este mundo.
No les pido que hagan grandes cosas, les pido que hagan movimientos y acciones con amor. Allí está la llave de la redención.
Después de aquí, después de este Mensaje y a través de sus oraciones a la Divina e Insondable Misericordia de Mi Corazón, retornaré a África para seguir trabajando, así como lo vengo haciendo en estos días, preparando el continente para una nueva etapa. Pero esa nueva etapa se dará y se concretará a través de la colaboración y, diría, del entusiasmo de aquellos que comprenden Mi Mensaje y no solo lo escuchan.
A través de esta Maratón de la Divina e Insondable Misericordia, les puedo decir, compañeros Míos, que el mundo vivirá un Juicio ante lo que hoy vive y padece África. No esperen que los que se dicen poderosos, o aun los que explotan a toda África, puedan cambiar; el cambio, compañeros, comienza en ustedes, en el anónimo servicio a los demás.
Eso concederá al mundo una amnistía espiritual desconocida e inexplicable, y África se podrá levantar y reerguir como el pueblo y la cultura que representa para Dios.
Yo rezaré para que ustedes, Mis compañeros, den los pasos, en especial todos los miembros de esta Obra que pertenecen a Europa. No es suficiente que uno, dos o tres consciencias hagan un movimiento por África, todos son responsables de la deuda espiritual.
Yo los invito a asumir la cruz, así como Yo la asumí por ustedes. Pero les aseguro que no vivirán el peso ni el calvario que Yo viví por ustedes. Siempre estaré allí, a su lado, para sostenerlos, para impulsarlos, para transformarlos, para convertirlos en Mis apóstoles de los últimos tiempos.
Sean valientes y no retrocedan.
No le teman a la cruz ni tampoco al sufrimiento, teman estar lejos de Dios y absorbidos por la ilusión del mundo.
Ustedes tienen los tesoros del Padre, a través de Nuestras Palabras y de Nuestras Apariciones han recibido esos tesoros; ahora hay que colocarlos al servicio de los demás, de los que más los necesitan, de los que más los esperan desde hace tanto tiempo.
Yo estaré allí, esperando sus pasos definitivos.
Ahora sí, retorno a África como Consciencia Espiritual y Divina, esperando que más consciencias asuman un servicio maduro y no pasajero. Recuerden que África tiene una gran herida espiritual y física que aún no fue cicatrizada. La presencia de Mis apóstoles, de Mis servidores y misioneros generará la cura de esa situación inexplicable para todos.
Solo el Amor sanará el dolor.
Los animo a seguir adelante.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Muchos de Mis apóstoles están llegando a un momento que Yo ya viví por ustedes, hace mucho tiempo.
Para que Me puedan comprender, para que Me puedan sentir, para que puedan interiorizar cada una de Mis Palabras, les contaré una parte de Mi historia, una historia que no fue escrita en la Biblia, en ningún libro sagrado.
Esa historia es semejante a lo que ustedes están viviendo en este momento, no solo por la transición planetaria, no solo por lo que está atravesando la humanidad, sino también por lo que cada uno de ustedes debe entregarme, porque este es el tiempo de la madurez de Mis apóstoles.
Cuando Yo cumplí 21 años, 13 años antes de la gran entrega de su Maestro y Señor, realicé un viaje muy importante al Lejano Oriente.
Esos acontecimientos fueron registrados en algunos de los Evangelios, que fueron retirados para que la humanidad no los conociera.
Pero hoy, Yo vengo a contarles qué fue lo que su Maestro y Señor vivió a Sus 21 años, cuando siendo aún muy joven comenzó a prepararse para beber del Cáliz que, tiempo después, un día el Padre Eterno le ofreció en el Huerto Getsemaní.
En ese viaje, tuve que aprender como hombre, pero también como Consciencia, a asumir la superación de la condición humana, una condición que arrastraba a la raza humana hacia la perdición. Les hablo de hace mucho, pero mucho tiempo.
Ese viaje, tan importante, fue una retribución que Mi Corazón realizó a los llamados “Reyes del Desierto”, que llegaron de tierras muy lejanas para reconocer en la ciudad de Belén, el Nacimiento del Mesías.
Así, comprenderán cómo la trayectoria de sus vidas está trazada por la Voluntad de Dios y cuando las almas no viven la Voluntad de Mi Padre solo sufren y sufren.
En aquel tiempo, a Mis 21 años, bajo la compañía espiritual de Mi Madre Celestial y la ayuda interna de los primeros esenios que Me acompañaron en los planos internos para esa Misión, su Maestro y Señor primero llegó a los países árabes y, ante los grandes imanes de la época, el Hijo de Dios no fue reconocido externamente, Él fue reconocido internamente, solo al haber pasado por ese lugar.
En esa ocasión, visitando los pueblos árabes, Mi Padre Me dio a conocer la importantísima tarea que Él mismo realizó a través de los tiempos, en los orígenes de esos pueblos y de esas religiones; no solo revelando Sus Nombres Sagrados que eran pronunciados e invocados, sino también Él Me dio a conocer la Sagrada Geometría de Su Proyecto Divino para los primeros pueblos que habitaron este planeta.
Allí pude conocer el misterio de la Sabiduría de Dios, que Él sembró y colocó en los pueblos más antiguos del planeta.
Habiendo recibido esa instrucción, que era preparatoria para el momento de Mi gran entrega, su Maestro y Señor, a los 21 años de vida, siguió viaje hacia la India; y en esa ocasión fue para recordar y para recoger los frutos de esa experiencia que el Padre una vez realizó en Mi Consciencia, con otra faz y con otros trajes.
Fue en ese momento, en el que su Maestro y Señor recibió la revelación del misterio de la Compasión de Dios y, ante los reyes antiguos de la India, pude comprender, a los 21 años de vida, por qué en este mundo, y hasta los días de hoy, existe el sufrimiento, y cómo la esencia de la Divina Compasión es capaz de no solo liberar a las almas del sufrimiento, sino que también es capaz de absorberlas, transformando todas las condiciones y limitaciones humanas por el simple hecho de amar.
Si en la India no hubiera tenido esa experiencia, creo que no hubiera tenido la fuerza para beber del Cáliz en el Huerto Getsemaní.
Esa experiencia y esa misión concluyó en Egipto, en las tierras del gran patriarca Moisés, uno de los sucesores del Arca de la Santa Alianza. Allí se completó Mi experiencia preparatoria para que, retornando a Tierra Santa en los años siguientes, ya Mi Corazón estuviera pronto para vivir lo que vine a vivir por ustedes.
En las tierras de Moisés, en la región del Monte Sinaí, el Padre Me dio a conocer aún más la inmensidad de Su Misericordia, la infinitud de Su Piedad por este proyecto del planeta, por la redención humana, por todas las generaciones que llegarían después de Mí hasta los tiempos de hoy.
En ese sagrado lugar del Monte Sinaí, su Maestro y Señor pudo conocer la vida eremítica, porque en el absoluto desierto es donde encontramos solo a Dios para que nos quite la sed, para que nos consuele, para que nos fortalezca y para que nos renueve.
En ese sagrado lugar del Monte Sinaí pude presenciar, con Mi visión interna, los sagrados tesoros de las Jerarquías Espirituales del universo y todo lo que sucedería en los tiempos venideros con las generaciones futuras que tendrían la Gracia de despertar a la Conciencia Cósmica y de saber que la vida, en este planeta, es más amplia e infinita de lo que parece, que las generaciones futuras podrían saber que la vida no termina aquí y que la verdadera vida se encuentra en las estrellas, en los soles y en las constelaciones.
Cuando regresé a Tierra Santa, después de tres meses de viaje, Mi Madre Me esperaba en Nazaret. Allí, Ella también había vivido la misma experiencia, en Su estado de contemplación y devoción, acompañando cada paso del Hijo de Dios, porque sabía que esa misión que viví a los 21 años no era solo una iniciación, sino también una preparación para lo que vendría después.
¿Por qué creen que hoy les cuento todo esto?
Mi finalidad no es que tengan más conocimiento, sino que crezcan en el amor, en el amor maduro que se entrega, el amor que los renueva, que los lleva a arriesgarse cada día más, a vivir mayores experiencias de amor por Mí, sin importar lo que signifique o lo que represente.
Muchos de ustedes, desde el punto de vista espiritual, se encuentran en los 21 años de su evolución; y aquí, compañeros, no tiene nada que ver la edad evolutiva ni tampoco la edad material.
Muchos se encuentran viviendo los 21 años de su evolución y están ante el umbral, ante la oportunidad de dar un gran paso, un paso más firme y más seguro, un paso hacia la madurez y hacia la responsabilidad.
Esa madurez y esa responsabilidad les permitirá comprender, en este tiempo crítico, que ustedes ya no pueden estar primero en todo, sino que todo lo demás, que es más necesario y urgente que ustedes mismos, debe estar primero en sus vidas para que asuman la madurez espiritual y material, para que el Padre Celestial les entregue mayores responsabilidades y mayores tareas.
Muchos de ustedes podrían creer que no están prontos para esto. Pero recuerden lo que hace poco tiempo les dije, que el eje del planeta es sostenido por un finísimo hilo de Luz, ese hilo de Luz se debe fortalecer para que nunca se rompa, para que no se desarrollen más acontecimientos en la humanidad y en el planeta.
En este momento, la humanidad no tiene justificación ante Dios. Es el amor y la responsabilidad de mis apóstoles, es la madurez y la consciencia de Mis compañeros, lo que generará una verdadera justificación ante Dios, para que la Misericordia descienda y la Justicia Divina se detenga.
Sé que, a través de estas Palabras y de este Mensaje, coloco a sus mundos internos en una presión ardiente. Pero sepan que Mi deber es decirles la verdad y abrirles sus ojos, los ojos de la consciencia, pero también abrirles sus corazones para que no se cristalicen, para que no se endurezcan, para que nunca pierdan la sensibilidad ante la realidad de estos tiempos.
Como hace 2 000 años atrás, nuevamente esta historia se vuelve a repetir en el presente, con pocos haré todo lo que debo hacer. Pero este es el tiempo de Mis apóstoles, de los apóstoles maduros y disponibles, capaces de ir más allá de sí mismos, capaces de renunciar más allá de sí mismos, capaces de entregarse aún más por Mí.
En este último mes del año, y antes de que ingresen en un nuevo año, deben pensar y reflexionar sobre estas cosas, porque están en el momento de no solo poder recordar quiénes fueron, sino también están en el momento de saber para qué vinieron aquí y qué es lo que aún deben cumplir bajo la guía de la Voluntad de Mi Padre.
No vengo a pedirles que sean perfectos, les vengo a pedir que alcancen la perfección a través de la entrega y del servicio; porque quien confía en Mí no tiene por qué preocuparse, ni siquiera de sus propias miserias.
Porque a quien verdaderamente está Conmigo, Yo lo liberaré de sus cadenas y opresiones. Yo lo sanaré con Mi Mano Curadora y se liberará para siempre de sí mismo; y su alma no vivirá más en una prisión espiritual, sino que como un águila de luz volará hasta las altas cumbres de la Casa del Padre, para ser parte de Sus Divinas Moradas.
Este es el Mensaje que quiero dejarles a todos los que son fieles a la oración del corazón y en especial a los Encuentros de la Maratón de la Divina Misericordia.
A partir del próximo ciclo, serán ustedes, Mis compañeros y Mis amigos, los que deberán sostener a través de la oración misericordiosa todo lo que sucederá en el planeta; porque a los 21 años de su evolución, están en el momento cierto de dar el gran paso, sin que Yo esté presente. Pero tengan fe, porque desde lejos, desde Mi Gobierno Espiritual, estaré rezando por ustedes para que, algún día, sean Cristos.
Y ahora, en este silencio, que los invito a vivir internamente Conmigo, comulguen de Mis Palabras para que sus corazones estén prontos para lo que llegará.
Recuerden que Mi Madre es su Madre, y si el Hijo de la Madre de Dios entregó lo más valioso que tenía a los pies de la Cruz, entregó a Su Madre para cada uno de ustedes, ¿son capaces de creer que lo conseguirán?, ¿que conseguirán entregarse como Yo Me entregué?
Eso es todo lo que hoy quiero decirles, y les agradezco por tener la valentía de animarse a sentir cada una de Mis Palabras.
Recemos, frase a frase.
Oración: Cristo de la Luz.
Que esta Maratón sea el gran paso de los apóstoles para los tiempos que llegarán.
Los bendigo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Hoy puedo testimoniar una experiencia y una misión realizada por un pequeño grupo de almas que corresponde a Mis designios superiores.
La misión que hoy fue cumplida en esta región sagrada del Gran Cañón del Colorado abre definitivamente la puerta para el último ciclo de revelaciones, como también se abrió el portal para la ayuda y la intervención en la consciencia actual de la humanidad.
Muchos acontecimientos se dieron en este día, eventos internos que hasta ahora siguen repercutiendo y resonando en la consciencia de los que conscientemente participaron y de los que indirectamente fueron llevados, en el plano espiritual, para vivir la misma experiencia en algún nivel de la consciencia.
El esfuerzo, el empeño y el amor fueron llaves importantes que, desde el principio de esta misión, abrieron las puertas para que la misma Jerarquía pudiera obrar.
Con esto quiero hacerles entender que ya estamos atravesando los últimos momentos de los impulsos espirituales, que son directamente enviados desde la Fuente Suprema y que son dirigidos a todos los seres sin distinción de credo, religión o purificación.
Abracen este momento y colóquenlo en la gratitud y en la gloria del Padre Eterno para que, más allá de todo, se pueda seguir cumpliendo la divina y ardiente Voluntad de Dios.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor Cristo Jesús
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Desde el nacimiento del sol vendrá la Luz de la Montaña Blanca y esa Luz se revelará a todos. Cualquier consciencia la podrá reconocer, no importa su creencia, religión o estado interior.
Esa Luz, que estará en la Montaña Blanca, vendrá por la humanidad y el planeta. Y otras luces llegarán a la Tierra directamente del Universo, para colocarse en ciertos puntos de la Tierra y demostrar a la humanidad que el tiempo final ha llegado.
Y eso será en el momento más culminante de la humanidad, pero la Luz de la Montaña Blanca será la primera que lo anunciará: el fin de un fin; para prepararse para el comienzo de una nueva etapa, de un nuevo ciclo, de una nueva humanidad.
Muchos querrán saber de qué se trata la Luz que vendrá de la Montaña Blanca, pero no bastará la interpretación o el discernimiento de los hombres porque nunca llegarán al resultado de lo que esa Luz significa y de dónde esa Luz proviene.
Esas luces vendrán anunciando el advenimiento del Retorno de Cristo, el momento del cumplimiento de Su promesa que no será algo inmaterial ni tampoco espiritual, sino físico.
La Luz de la Montaña Blanca removerá muchos aspectos de la humanidad y ella se revelará a todos para poder hacer ese trabajo que le fue encomendado.
Ese misterio vendrá directamente del Padre Eterno, de Su Universo espiritual. Y a medida que esa Luz descienda, entre los planos de consciencia, se materializará hasta llegar a lo alto de la Montaña Blanca, el que será su último lugar de revelación y en donde sus misterios se mostrarán para los que estén unidos de corazón a ella.
Y aunque sé que la humanidad no comprenderá lo que eso significará, algunos tendrán la Gracia de conocer la revelación de ese misterio y su procedencia, porque el Padre Eterno necesita que la humanidad se prepare para ingresar en otro estado de consciencia del que tiene hoy, que es un estado insuficiente y precario a nivel espiritual, mental y material. Estado que ha afectado la evolución de la raza y la correcta armonía con los Reinos de la Naturaleza.
Esa Luz poderosa, que estará en la Montaña Blanca, vendrá a través de un aspecto del Padre Eterno. Será ese aspecto de Dios que se materializará a través de la Luz poderosa de la Montaña Blanca; y no habrá ninguna ciencia que la pueda revelar ni ningún entendido que la pueda comprender, porque es una Luz que vendrá de lo interno, de lo más profundo e invisible.
Será tan semejante al sol que los rige y que los ilumina día a día y, más aún, tendrá un poder más fuerte que el propio sol central de esta galaxia. Sus emanaciones no serán solamente ultravioletas o más allá de ellas. Su energía transformará todo lo que ella irradiará y tocará.
Muchos esperan la llegada de esa Luz, antes del Retorno de Cristo, porque no solo es una Luz poderosa y desconocida, sino también es el gran portal hacia lo nuevo, hacia una nueva etapa, un nuevo tiempo.
Muchos tendrán la Gracia de desprenderse de lo que ya no necesitan, de lo que los oprime o de lo que los perturba todo el tiempo.
Algunos tomarán consciencia de lo que aún guardan en sus corazones y mundos internos, pero la mayoría despertará a lo que nunca ha querido ver con sus propios ojos, porque realmente el Universo se mostrará. Y ese Universo que traerá la poderosa Luz de la Montaña Blanca revelará una realidad desconocida que aún nadie conoce, solo el Hijo del Padre y Su Madre Celestial.
De esa Luz surgirán algunos movimientos. Se emanarán muchos principios que la humanidad necesita para poder curarse y redimirse. Su acción será física y no tan invisible, porque la humanidad necesita romper sus resistencias y percibir finalmente que se ha equivocado.
Los que han clamado y pedido a lo alto serán ayudados por esa poderosa Luz Blanca que viene de la Montaña. Y ella elevará a los que tanto han suplicado, y muchos comprenderán qué es el Plan de Dios y porqué ha existido desde el Origen, cuál es Su destino y Su fin para los próximos tiempos.
Hoy les hablo en palabras simbólicas porque aún todo no puede ser revelado. Los misterios llegan para ser revelados a los humildes de corazón, a los simples, a los despojados de sí, a los que ya no quieren vivir su propia voluntad, sino la del Padre Eterno.
Por eso, los misterios más grandes e infinitos se develan a los pobres de corazón. Es así como se cumple la gran Voluntad de Dios, y todo comienza a ser transformado conforme Él lo pensó desde los Cielos para todos Sus hijos, para todas Sus criaturas.
La Luz de la Montaña Blanca traerá un gran anuncio que no se comprenderá con palabras, sino con símbolos. Esas serán las señales que la Luz de la Blanca Montaña dará para todo el mundo. Será mostrada, registrada y televisada. Durante los tres días de manifestación hasta que cumpla con lo que le fue pedido, ella se mostrará conforme a lo que está escrito en el Corazón de Dios, porque eso es parte del Apocalipsis, es parte del final del Armagedón.
Y así, la Iglesia que Yo fundé a través de Pedro se dará cuenta de que nunca se abrió al Universo y de que la verdadera espiritualidad y el verdadero cristianismo, que su Maestro instauró en este mundo, viene de algo mayor y no solamente de palabras, de mensajes o de instrucciones; de que todo forma parte de una Gran Confraternidad que siempre a vigilado y acompañado a este planeta y a toda su raza, y que aunque la poderosa Luz de la Montaña Blanca pase por este planeta, se deberá cumplir el Proyecto del Creador y, en ese momento, es cuando todos estarán ante la gran oportunidad de trascender la dualidad para vivir en la unidad eterna.
Hoy emito este mensaje desde la Montaña Blanca que guarda muchos tesoros espirituales para la humanidad y el planeta en su silencio. Y es así que esta Montaña Blanca se une a todas las montañas del planeta, hasta el sur de América y también a los Himalayas, en donde sus luces se mostrarán y se revelarán al mundo para que la humanidad comprenda que siempre se ha destruido a sí misma y se ha olvidado de amarse, como Dios ama a la humanidad a pesar de todo lo que ella hace.
Recen en esta Maratón de la Divina Misericordia para que la Jerarquía Universal y Divina pueda seguir cumpliendo los proyectos que están previstos en este mundo a través de la consciencia de su grupo, llamado por el propio Padre Eterno para cumplir Su Voluntad, entregando sus vidas completamente a Su servicio y a Su Amor incondicional, el Amor mayor del Padre.
No pierdan la oportunidad de lo que están recibiendo y acojan en sus corazones la Palabra del Hijo de Dios, porque aún gran parte de la humanidad está dormida y despertará abruptamente a través de las señales que vendrán del Cielo en dirección a la Tierra y los lugares más inhóspitos e impenetrables del planeta, en donde la naturaleza es la poderosa realeza de Dios sobre la superficie del planeta, y no de los hombres.
Guarden estas llaves que les entrego como un tesoro y recen para que su Maestro y Señor pueda realizar y cumplir lo que el Padre le ha pedido, a través de Sus apóstoles, para que desde la vida sacerdotal hasta la vida religiosa, desde la vida interna hasta la vida externa del servicio por los más necesitados, todo pueda ser realizado; y el Amor, el Amor que viene de Dios a través de Sus hijos pueda curar el sufrimiento y el dolor.
Hoy comienza una nueva etapa para Norteamérica. Por eso los he traído aquí, como he traído hasta aquí a todos sus hermanos, porque lo verdaderamente espiritual es simple y en lo simple se encuentran Mis amigos para vivir el vacío que Yo les ofrezco, yendo más allá de sus personas y de su entendimiento, para vivir algo que nunca comprendieron y que nunca comprenderán, así como lo que Yo viví por ustedes hasta la Cruz, sin comprenderlo, por Amor.
No todos tienen la Gracia de recibir estas Palabras; pero sí tienen la Gracia para que sean difundidas, porque como ya les dije, Mi tarea entre ustedes está finalizando y en los años que vendrán todo sucederá.
Ese será el gran momento para cada uno de ustedes, de vivir y de practicar Mis enseñanzas para que cuando Yo retorne, Me reconozcan y Me sigan como lo han hecho en Tierra Santa. Y así se seguirá escribiendo lo que una vez comenzó a ser escrito en Tierra Santa.
El pueblo de Israel se volverá a reunir, con otros rostros y otras vestimentas, en otro tiempo y bajo otras circunstancias para que suban hasta la Montaña Blanca a recibir a su Redentor, en gloria y humildad.
Por medio de Mis Palabras, hoy estoy ungiendo a todos ustedes, reconociendo los esfuerzos de los justos, el amor de los que sirven, la verdad de los que intentan ser puros todos los días, la entrega de todos los que, sin demora, me responden cuando lo necesito. Y es así que en lo más invisible y silencioso es en donde se cumple Mi Voluntad que es la Voluntad del Padre en ustedes y en sus hermanos.
Que la fuerza del Amor que viven y que tienen por Mí, los impulse a seguir adelante, a superar sus propias tinieblas y pruebas, y a nunca bajar los brazos; porque así Yo los podré alcanzar y ustedes Me alcanzarán a Mí, para estar más allá de los tiempos difíciles en comunión con lo Alto, con el Universo, con la Hermandad.
Que la estrella que se guarda en sus corazones ilumine el fin de los tiempos.
Que la estrella que se graba en sus pechos encienda la paz en estos tiempos; porque muchos necesitarán de servidores y de seres entregados para encontrar alivio, cura y redención.
Que así sea.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Mi Obra de Misericordia en los planos internos será realizada a través de pocas almas.
Esas almas buenas serán el cortejo que estará delante de las puertas del Cielo. Allí posicionadas y colocadas con determinación y amor cumplirán con todo lo que diga y pida el Salvador y Redentor.
A través de esas almas saciaré a muchas otras, las que por sí mismas y en este tiempo no consiguen cumplir con determinación lo que necesito.
Por eso, Mi Obra de Misericordia todavía será un misterio divino, una realidad que se mostrará a los corazones puros de intención. En ellos volveré a erguir Mi Iglesia Celestial y por ellos daré todo Mi Ser, así como lo di hasta en lo alto de la Cruz, sin excepciones ni límites.
De la misma forma, ese cortejo de almas complacerá Mi Corazón de todas las ofensas, ingratitudes, indiferencias que el mundo Me ocasiona y, especialmente, las almas que están dentro de Mi Obra redentora.
Aplacaré la angustia del Padre Eterno con la bondad y la Misericordia que las almas decididas ofrezcan a su Redentor.
Yo entregaré dones inexplicables y poderes internos para que esas almas, a pesar de los desiertos de estos tiempos y de todo lo que ellas vean a su alrededor, no pierdan la fe y la convicción de cumplir con Mi Plan, porque la Obra se cumplirá con los que serán consecuentes Conmigo hasta el fin del tiempo.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
La lluvia que hoy cae del cielo es el llanto de los ángeles por ver en el Corazón de su Maestro las cinco espinas de dolor causado por la vida religiosa y por la humanidad.
Para que el Corazón de su Señor sea aliviado, hoy vengo a entregarles el "Rosario de las cinco espinas clavadas en el Corazón de Jesús", para que lo recen por todos los que son ingratos e indiferentes después de haber recibido de Mí los tesoros celestiales que fueron desperdiciados y no valorados.
Les entrego este rosario para que lo recen todos los días posibles, para que el Padre Eterno vea las súplicas de Sus buenos hijos por los más pecadores y para que las cinco espinas de dolor sean retiradas del Corazón de su Maestro.
Cada vez que alguna alma indiferente comete una acción contra la Ley y el Universo, las espinas perforan aún más el Corazón del Redentor.
Si esta oración es rezada ante el Santísimo, los méritos que la misma generará beneficiarán el rescate de algún núcleo profundo de las almas que son indiferentes, para que en el próximo mundo tengan una oportunidad.
Si esta oración fuera rezada en las familias de los Rosarios-Luz, los devotos peregrinos curarán, con su voz, el castigado Corazón de Jesús y muchas Gracias serán concedidas a los fieles corazones.
Ahora les enseñaré el "Rosario de las cinco espinas clavadas en el Corazón de Jesús".
Cuenta de unión
Por la fe, la devoción, el servicio y el amor de todos los peregrinos,
que el Corazón castigado de Jesús sea curado y aliviado.
Amén.
Primera decena
Por la espina de la ingratitud clavada en el Corazón castigado de Jesús,
que la entrega y el amor de los peregrinos restauren a Nuestro Señor.
Amén.
Segunda decena
Por la espina de la indiferencia clavada en el Corazón castigado de Jesús,
que el servicio, la caridad y la fidelidad de los peregrinos reparen a Nuestro Señor.
Amén.
Tercera decena
Por la espina de la desobediencia clavada en el Corazón castigado de Jesús,
que la obediencia, la lealtad y la transparencia de los peregrinos reparen a Nuestro Señor.
Amén.
Cuarta decena
Por la espina de la infidelidad clavada en el Corazón castigado de Jesús,
que la pureza, la humildad y la simplicidad de los peregrinos curen a Nuestro Señor.
Amén.
Quinta decena
Por la espina del desamor clavada en el Corazón castigado de Jesús,
que la fe, la luz y el consuelo de los peregrinos reconstruyan el Espíritu de Nuestro Señor.
Amén.
¡Les agradezco por corresponderme!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Queridos compañeros:
La misión realizada, hasta hoy, en Argentina significó para el Padre Eterno un importante paso espiritual e interior que los corazones dieron en la búsqueda incesante de la fe y del amor a Dios.
Hoy, el Castísimo Corazón de San José cerró una etapa especial y única en la obra de amor y de redención de los Mensajeros Divinos; y San José mismo abrió un nuevo ciclo que irá despuntando como un sol para todos los servidores de Cristo.
Es así que, como hace más de dos mil años, San José cumplió hoy con una etapa en el propósito de la instrucción palpable para las almas, lo que permitió preparar el suelo fértil de cada corazón para poder atravesar el fin de los tiempos.
En este sentido, la instrucción del Castísimo Corazón de San José abrió una puerta, en este siglo XXI, para que la humanidad entera nunca se olvide de aprender a ser muy humilde y austera en la vida sobre la superficie de la Tierra.
Argentina fue el escenario escogido por el propio Padre Celestial para que en el mes de agosto fuese colmada de las gracias y de las bendiciones de los Sagrados Corazones.
Después llegará el momento, en que su Maestro y Señor se retire también, y por último, se vuelva a elevar para la gloria de Dios, nuestra Santísima Madre.
Así, cuando esto suceda, se desencadenarán los últimos tiempos y todo lo que está en el Cielo como lo que está en la Tierra se mostrará, y será en esa hora que los soldados de Cristo deberán sostener sin vacilar la antorcha del triunfo de la Luz.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Ofrezcan a Dios todos los frutos que podrá traer esta próxima Maratón de la Misericordia a fin de que dichos frutos sirvan de ofrenda, de reverencia y de amor para que su Maestro y Señor los entregue como testimonio de amor y de devoción al Padre Eterno.
Ofrezcan lo mejor de ustedes para que su Maestro pueda seguir interviniendo en la situación espiritual de la humanidad, para que cientos de registros sigan siendo disueltos por el descenso de la Luz Crística.
No dejen de ofrecer lo máximo de ustedes para que en esta oferta también los Reinos de la Naturaleza, que son ultrajados, puedan recibir una nueva oportunidad de aprender y de evolucionar en otras esferas de consciencia.
Ofrezcan esta Maratón como una tabla de salvación para los más perdidos, pero también ofrezcan sus oraciones por las situaciones graves y desconocidas por todos, situaciones que solo ve su Maestro y Señor.
Ofrezcan cada momento como si fuera el último para que el triunfo y la victoria de Cristo se puedan seguir dando en el corazón humano, para que despierten los talentos y se entreguen a Dios todos los dones que moran en cada alma de la Tierra.
Ofrezcan sus corazones porque aún hay tiempo para clamar por la Misericordia, antes de que llegue el tiempo de la Justicia.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
No quiero que algún día sientan frustración, incomodidad o desesperación por estar cansados, porque Yo llegué a la cruz más exhausto y destruido que todos ustedes; por eso tienen la oportunidad, en este día, de padecer por Mí.
Sé que para sus núcleos internos a veces es demasiada exigencia, pero ya es tiempo de que vean que nada, absolutamente nada les falta y que Mi propio Padre, a través de Su Madre Celeste, cuida hasta esos detalles.
Recuerden a todos aquellos hermanos suyos que nada tienen, que nada reciben y que se encuentran en peores condiciones de vida espiritual y material.
Yo llamé a cada uno de ustedes para que Me dieran algo de su interior, y muchos aún no Me lo dieron.
No busco su desarrollo material ni intelectual. Lo que siempre busco es que sus corazones ofrecidos plenamente por la humanidad estén conmigo también en este momento en el que tal vez sus células desean o aspiran a otras cosas.
Yo les prometí Mi Reino por medio de sacrificios soportables para ustedes. Ahora es el tiempo de ofrecerse completamente en las manos de su Redentor para que milagros e intervenciones más grandes se puedan dar.
Les prometí decirles la verdad, reconozco los demás esfuerzos, pero hoy necesito que individualmente se coloquen ante Mí y Me pregunten ¿Señor que más debo hacer?
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor Cristo Jesús
Recibe de Mi Corazón el impulso de la elevación de la consciencia para que, a través de tu oración, puedas alcanzar toda la visión infinita del Propósito.
Elevando tu consciencia, tu espíritu atravesará el portal y entregarás al Padre Eterno todo tu ser para que Él concrete en ti Su Proyecto de Amor.
Entregando tu consciencia despertarás a lo eterno, descubrirás en el camino la Gracia que significa poder estar en Dios.
Recibe de Mi Corazón el impulso de la trascendencia y, así, podrás ser testigo del inagotable océano del Amor de Dios, el que te colmará y te revelará el verdadero sentido de la existencia.
Trascendiendo tu consciencia recibirás al Espíritu Santo, el que te conducirá y te llevará a concretar las metas para que se establezca el triunfo del Plan de Cristo.
Recibe de Mi Consciencia los impulsos de Mi Corazón para que en tu vida se concrete y se realice la Divina Voluntad.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
A través de la Santa Eucaristía encontrarán el portal interior que los unirá a Dios y, desde ese lugar de consciencia, descenderán todos los atributos que necesiten para alcanzar la transformación.
A través de la Eucaristía encontrarán al Dios Vivo presente en la forma perfecta de Su Hijo. En el Padre sentirán Su poderosa Presencia y podrán acompañar como servidores, la manifestación de Su Voluntad.
A través de la Eucaristía encontrarán el camino que los llevará siempre hacia la luz y sentirán, dentro de sí, una fuerza interior de elevación que los impulsará a la trascendencia.
A través de la Eucaristía encontrarán cada respuesta que busquen y sentirán, dentro de sí, la confianza en Dios necesaria para poder dar los pasos en el camino crístico.
A través de la Eucaristía encontrarán el alimento que nutrirá su fe para los tiempos que llegarán. Y, a pesar del ciclo de la tribulación, su fe no vacilará porque habrán construido, dentro de sí, la unión plena con la Santísima Trinidad.
¡Les agradezco por guardar Mis palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
La Fe de Jesús no estaba basada en argumentos o justificaciones espirituales.
La Fe de Jesús provenía de una convicción verdadera de que el conocimiento surgía y nacía del Amor concedido por Dios a cada interior; eso la hacía simple, humilde y verdadera, como conocimiento.
Esta Fe era impulsada por la absoluta confianza en el Padre Celestial, eso la fortalecía por sí misma. No era una Fe que se apropiara de algo, ni siquiera espiritual o inmaterial.
Jesús alimentaba Su Fe a través del Amor que Su propio Corazón tenía por la Voluntad Divina. Era ese Amor el que fortalecía Su Fe y le concedía a todos la revelación del misterio divino y cósmico.
Jesús traía, por medio de Su Fe, la realización del mandato divino, lo que permitía cambiar el rumbo de los acontecimientos y enderezaba el desvío interior de las consciencias.
El Amor y la Fe en Jesús eran inseparables, uno no podía prevalecer sin el otro; ya que esas virtudes internas, en perfecto equilibrio y armonía, eran las que concedían los milagros.
La Fe de Jesús no tenía nada de racional y ni siquiera de científico. Aunque ella se fundamentara en las líneas del conocimiento de la Ley Suprema, Su Fe era absolutamente colmada por el Amor, lo que hacía de Él un Ser pleno de sabiduría y comprensión.
Esta Fe que vivió en Jesús es la misma Fe que Cristo intentó despertar y depositar en lo profundo del corazón de los hombres.
Porque, en esencia, la Fe de Jesús les demuestra a los seres de superficie que son capaces de pasar por encima de sí mismos, a fin de vivir y de experimentar la razón de su existencia, de su propósito y de su meta, plasmado en el misterio inviolable de la Voluntad Divina.
Si las almas imitaran la Fe de Jesús, las pruebas que el Universo les concede no serían problemas ni obstáculos.
Imitar la Fe de Jesús es carecer de voluntad propia, es tener un corazón disponible para amar cualquier consciencia, bajo cualquier situación; es decir “sí” cuando los llaman para darse más de lo que podrían.
Imitar la Fe de Jesús es no tener miedo de reconocer los errores y de intentar enmendarlos con transparencia para no volverlos a cometer.
Imitar la Fe de Jesús es creer, más allá de sí, de que existe Algo superior y divino que nos rige, que tenemos un propósito que cumplir y una Voluntad desconocida que abrazar y amar con toda nuestra fuerza.
Imitar la Fe de Jesús es no temer caer y levantarse cuantas veces sea necesario para afirmar nuestra unión con el Padre Eterno.
¡Les agradezco por imitar la Fe de Jesús!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Segundo Mensaje
Y verán venir al Hijo de Dios con la victoriosa Cruz de Emmanuel, iluminando los cuatro puntos de la Tierra, a todas las razas y a todos los pueblos, para que triunfe nuevamente el Amor Misericordioso de Mi Corazón y se abran las puertas a la reconciliación de las almas con el Universo y la vida.
Esta victoriosa Cruz de Emmanuel anunciará un nuevo tiempo para el planeta y su humanidad.
Dichosos serán aquellos que la veneren con la humildad del corazón, porque en el próximo tiempo serán reconocidos como Hijos de Dios.
Dichosos serán los que creen en Su poder, porque serán congregados a los pies de la Cruz de Emmanuel para ser bendecidos y colmados por el Espíritu Santo.
Y finalmente, compañeros, por la poderosa Cruz de Emmanuel, toda adversidad y mal serán vencidos y, en la unidad con el Padre, sus corazones florecerán en el amor y en la fe.
Cuando vean venir al Hijo de Dios con la victoriosa Cruz de Emmanuel, será la señal de que se aproxima el último tiempo, será el momento en el que sus corazones deberán estar preparados para recibir lo que tanto esperaban.
Esta Cruz viene a cerrar todo lo que es incierto y a abrir la Fuente del Amor para los corazones.
La Cruz de Emmanuel trae el espíritu de la redención para las almas y para todos los espíritus caídos. Ella tiene la potestad de traer la liberación para el mundo y la redención para las naciones, porque en ella se guardan los códigos de los sagrados méritos de la Pasión de su Señor.
En la Sagrada Cruz de Emmanuel se guarda la experiencia vivida por Cristo en la Tierra, el incalculable valor de Sus padecimientos, de todos Sus sufrimientos y de todas Sus agonías por la conversión y la redención de los espíritus caídos en este planeta; y también por Su preciosísima Sangre derramada durante Su Pasión y hasta Su Muerte en la Cruz.
La victoriosa Cruz de Emmanuel guarda, en esencia, hasta el último momento en que su Maestro y Señor expiró en la Cruz entregando Su Espíritu al Padre para que al tercer día lo resucitara.
Bienaventurado será quien contemple con humildad la victoriosa Cruz de Emmanuel y quien le pida algo al Padre por alguna consciencia que está perdida o caída, porque al tercer día el Padre lo escuchará y responderá a su súplica.
Esta poderosa Cruz de Emmanuel es el símbolo para los mundos visibles e invisibles, para el plano espiritual, mental y material.
En ella, el Padre ha dejado los méritos que Su amado Hijo alcanzó desde Su Nacimiento hasta Su Ascensión a los Cielos, hasta antes de salir de este planeta y elevarse al Universo.
La sagrada y poderosa Cruz de Emmanuel trae la alianza y la unión de las almas con Dios, con Su Divino Proyecto, con Su Divina Idea, con Su Divino Pensamiento y con el propósito que cada ser y criatura de esta humanidad debe manifestar en el fin de estos tiempos.
Ella es el símbolo azul que vence a las tinieblas.
No hay espíritu o consciencia que se pueda resistir a la victoriosa Cruz de Emmanuel y a los méritos que ella guarda, méritos alcanzados por Cristo durante Su pasaje en la Tierra.
La victoriosa Cruz de Emmanuel es el símbolo de unión del Universo Espiritual con el Universo Material, de la Fuente del Padre con la esencia de Sus criaturas en todo este Universo y en otros.
Su Hijo Amado y los santos ángeles del Cielo se postran ante la victoriosa Cruz de Emmanuel, porque ella vence al enemigo, derrota a los impíos, purifica a los injustos y redime a los que están perdidos.
Abran sus corazones a este gran momento del descenso de la Poderosa Luz de Emmanuel para que las almas abandonen sus desiertos internos y todas sus agonías, para que los espíritus de esta Tierra se reenciendan por la Poderosa Luz de Emmanuel que viene al encuentro del espíritu de sus hijos para colmarlos con sus Dones y con todas sus Gracias.
Cuando vivan algún obstáculo o alguna dificultad, póstrense ante la poderosa y victoriosa Cruz de Emmanuel y contémplenla, encendida y brillante, y vean cómo ella penetra en los espacios y los planos, llenándolos de Luz y de Misericordia, y así, sus penas se disolverán.
¡Poderoso Padre del Universo, Amado y Resplandeciente Emmanuel!
Tu Hijo, hoy ofrece el símbolo para la redención de las almas y de todo este planeta.
Tu Hijo coloca en Tu Altar celestial la poderosa Cruz de Emmanuel para que, por todos los sacrificios, padecimientos y sufrimientos vividos por Tu Amado Hijo, todas Tus Gracias y Misericordias retornen a las almas a fin de que se disuelva la esencia del mal y brille en los corazones Tu Divina y Gloriosa Esperanza.
¡Oh, gloriosa Cruz de Emmanuel que llegas al mundo para socorrer a las almas, que desciendes en Gloria para encender a los corazones, que vienes al auxilio de los no redimidos!
¡Oh, Santo Padre!
Que Tu poderosa Cruz Azul haga cumplir en las almas Tu Propósito para que el mal sea disuelto y la alegría regrese a los corazones limpios, y así vivamos en la comunión con Tu Espíritu y Tu Divinidad.
Hoy los ilumino con la poderosa Cruz de Emmanuel para que todo sea transformado y transmutado.
Verán brillar en los Centros Marianos el Espíritu del Padre que, siendo imperceptible y silencioso, llega al mundo para reunir a los rebaños de Dios y llevarlos al encuentro del Retorno de Cristo.
El Cielo les entrega un símbolo más de redención y de misericordia.
Que la Cruz sea el impulso para el retorno a sus orígenes y, en esencia, a su principio.
Así podrán vivir el Plan como lo ha diseñado Dios en Su Corazón Misericordioso.
No teman, el sufrimiento del mundo terminará, pero aún la humanidad deberá aprender lo que no aprendió.
Mi Corazón y Mi Vida les entregan la poderosa y victoriosa Cruz de Emmanuel para que ilumine los caminos de los discípulos de Cristo, de los pueblos de Dios, de los servidores del Plan durante el tiempo de la gran tribulación.
Cuando Yo ya no esté entre ustedes ni siquiera aquí, tendrán de qué servirse: de la poderosa Cruz de Emmanuel, y recordarán a cada momento el Sacrificio del Hijo de Dios y todos los méritos que Él alcanzó por Su dolorosa Pasión.
Que el Espíritu del Padre descienda a los Centros Sagrados y que las almas escuchen en su interior la Voz y el Eco de Dios, para que caminen al encuentro de la victoriosa Cruz de Emmanuel que será el portal de unión con el Universo y las estrellas.
¡Oh Santo Propósito de Emmanuel, hazte visible a las almas del mundo!
Que las cadenas de la perdición se rompan, que los corazones se liberen y que las almas encuentren la comunión con Tu Espíritu.
Después de dos mil dieciocho años, su Maestro y Señor desciende en Aurora, con la poderosa y victoriosa Cruz de Emmanuel para iluminar los espacios visibles e invisibles, para dar la Gracia de la redención y de la cura a todos los espíritus caídos.
Y junto a Sus Ángeles del Cielo, el Maestro canta Aleluya porque se cumple, en el fin del ciclo, Su esperado Retorno a la humanidad bajo la Gloria y el Poder de Emmanuel.
Que en esta Maratón las almas puedan revivir su compromiso con lo Alto y no con lo bajo.
Que las almas puedan volver a despertar a la esencia de su propósito para cumplir con la Voluntad del Padre y así responder a Su llamado en el fin de este tiempo.
Vengo aquí trayendo entre Mis Manos la poderosa y victoriosa Cruz de Emmanuel para que las puertas se cierren y el Reino de Dios descienda, a fin de transfigurar los corazones y las vidas de todas las personas.
¡Amado Padre Emmanuel, Soplo del Espíritu Poderoso de Dios, Esencia inextinguible e irrefutable, Poderoso código de redención y de liberación cósmica!
Reconstruye, en esta raza, Tus sagrados Principios, para que bajo la poderosa Luz Azul de Tu Consciencia Divina las almas alcen vuelo en dirección a Tu Fuente y así, se fundan en Tu Corazón Glorioso y Vivo.
Así como la Cruz poderosa y victoriosa de Emmanuel, les entrego el Sacramento de la Comunión con Mi Cuerpo y con Mi Sangre para que vuelvan a vivificar su compromiso con el Padre y Su sagrado Plan.
Como hace más de dos mil dieciocho años, vuelvo a decirles que coman porque este es Mi Cuerpo, que ha sido entregado por los injustos y los traidores para la redención de todas las almas y de todos los pecadores, a fin de que algún día despierten a la Verdad que es el Amor y la Unidad con el Padre.
De la misma forma les digo que beban porque esta es Mi Sangre de la Nueva Alianza, que viene para purificarlos y santificarlos en comunión con la humildad y con la verdad.
Reciban este Sacramento en nombre de Emmanuel, para que no solo el Universo cumpla el Divino Propósito, sino que todas las almas, todos los pueblos y todas las razas despierten en estos tiempos a la redención y a la cura.
Así, Yo los dejo con la Bendición de Emmanuel preparándolos para el día de la consagración de Su victoriosa y poderosa Cruz, en el que muchos más espíritus, dispersos por este planeta, se rendirán cuando la Cruz sea encendida y se una al Padre, y el Padre se una a Sus hijos.
Los bendigo, y ofrezcan este Encuentro de oración por los que ya no están aquí y por los que han cerrado su corazón a la Verdad por miedo, por temor o por disociación.
Que una pequeña partícula de la Sagrada Luz de Emmanuel llegue a esas almas para que el Plan se reconstruya, así como Dios lo ha pensado.
Llevando en Mi Mano la Poderosa Cruz de Emmanuel, encendida y resplandeciente, trayendo el Cielo a la Tierra, trayendo a Dios hacia Aurora, los preparo para estos días de reconfirmación y de vivencia del Amor Crístico.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Ríndanse a Mí, pues este ya es Mi último tiempo.
Las horas pasan para este mundo y las almas se pierden. Dichosos de ustedes por recibirme y por ser dignos en el Señor, aunque no lo merezcan. Pues si no se rinden, ¿cómo Yo podré estar en ustedes y ustedes en Mí?
Mi Sagrado Corazón derrama Su Sangre sobre los horrores del mundo, sobre todos los pecados. ¿Quién será digno de recoger Mi Sangre así como lo hicieron Mi Madre y María Magdalena? ¿Quién será como Juan y estará hasta la última hora en la Cruz sin temor alguno?
Lo que Yo les he dado en su vida es lo mejor que les pude dar; no hay otra cosa mejor que les pueda entregar. Cada uno tiene lo que es justo y lo que merece ante la Ley de Mi Padre. Pero, ¿por qué no se rinden? ¿Qué mal Yo les puedo hacer si, aun en medio de la tribulación, vengo a ustedes en esta noche bendita para derramar los códigos de Mi Sangre y renovarlos en el Espíritu de Dios?
Hay muchos que dicen estar Conmigo, pero no lo están. Necesito de apóstoles verdaderos, no apóstoles de barro que se puedan romper con un solo golpe. Así como les dije a Mis apóstoles en el pasado, ustedes no conocen Mi Justicia. No vengo a castigarlos, vengo a traerles la verdad, aquella verdad que puede estar en ustedes si ustedes están en Mí y no Me rechazan en sus hermanos.
Si no viven las pruebas, ¿cómo aprenderán? Sin las pruebas, ¿creen que van a alcanzar el Cielo y la Divinidad? No estoy hablando de cosas imposibles compañeros, pues hoy vengo a dedicar este mensaje a ustedes, aunque la necesidad del mundo es más grande que la de ustedes mismos.
Hoy les muestro Mi dolor, que es el dolor del mundo, e invito a que cada uno de ustedes lo conozca, lo acepte y lo viva en la oración. Pero sé que algunos de ustedes no aceptan ese dolor porque temen conocerlo. Entregué ese dolor a todos los santos y a las personas simples de corazón a través de los tiempos. El dolor es más grande que Mi Misericordia, y eso Yo no lo puedo ocultar. ¿Quién cargará con esta pesada Cruz y no solo vivirá de Mis Prodigios? Los que son llamados por el Pastor deben vivir todas las cosas que Yo les entrego de tiempo en tiempo.
Pero aún Mi Sagrado Corazón espera de cada uno de ustedes que, en esta ofrenda misericordiosa de oración, ya no sean los mismos porque ya no hay tiempo que perder. El mundo se oscurece poco a poco y el fervor no puede apagarse en los corazones. ¿Cómo podrán ser depositarios de Mis Gracias si a veces sus corazones se cierran ante Mí y ante sus hermanos?
Yo no vengo a prometerles una vida magnífica en este mundo, pero sí vengo a prometerles la vida eterna en el próximo mundo. Si se separan entre ustedes, ustedes se separan de Mí y Mi Mano no puede acercarse a ustedes porque ustedes se alejan. Se alejan de Mi Luz, de Mi Amor insondable, de Mi Paz, de Mi Esperanza.
Hoy no quiero dejarles un mensaje de dolor, sino una realidad. Todas las almas están en su Juicio y esto recién ha comenzado. El Juicio de ustedes podrá ser leve si su amor es más grande. El amor por lo que aún no sienten, el amor por lo que no aceptan, el amor por lo que rechazan, el amor por lo que niegan delante de todo lo que han recibido a Mi derecha y a Mi izquierda.
Hoy no puedo abrir Mis Brazos y extender Mis Manos hacia ustedes porque no veo el amor del mundo. Son muy pocas las llamas que se encienden para glorificarme, pero aún están a tiempo, compañeros, de dar un paso más en la confianza a Mi Sagrado Corazón.
Deseo verlos en plenitud y no con amargura. Mi Corazón derrama Su Sangre para renovarlos, para vivificarlos en el Espíritu de Mi Padre que está en los Cielos y que los contempla día y noche. Si ustedes no aceptan lo que Yo les doy no podrán vivificar a Mi Padre Eterno; pues Mi Padre está lleno de Dones para todas las almas, pero las almas no permiten que se derramen los Dones en sus corazones.
Desearía hablarles de lo que en verdad necesita el mundo pero primero debo cuidar de los que Yo he escogido con Mi Mano a través de los tiempos y he señalado con Mi Luz en este último ciclo.
Los apóstoles estuvieron separados para predicar, pero nunca dejaron de unirse, así como Yo les enseñé en la oración, en la Adoración a Dios. Ustedes creen adorar Mi Corazón pero no saben. Es una conquista para sus espíritus adorar a Mi Corazón cuando tengan confianza en Mí por todo lo que viven. Nada es casualidad. Ustedes viven lo que han sembrado y están cosechando lo que han plantado. No hay ningún error en todo esto. El Cielo sabe que las almas se equivocan, pero deben comenzar de nuevo todos los días, en la absoluta certeza de que servirán al Pastor a pesar de las consecuencias.
¿Qué más quieren de Mí? Esto es todo lo que Yo les puedo dar y ya es una Gracia máxima que lo puedan vivir en estos tiempos difíciles. Eleven al Padre sus errores porque son los errores del mundo, la indiferencia de los corazones que sufren por no poder reconocer el Propósito que ha pasado muchas veces frente a ellos de diferentes formas y con distintas señales.
Acojan Mi dolor por la indiferencia humana y transfórmenlo en amor y en compasión; acojan la indiferencia de sus hermanos, que sufren por rechazarme inconscientemente; acojan el dolor ajeno y así Me ayudarán a cumplir el Plan. Que esta Maratón sea asumir el dolor del mundo, que la mayoría no quiere vivir. Pues si el dolor no se asume, el mundo sufrirá por no haber escuchado el Mensaje.
Hoy Mis ángeles custodios adoran sus esencias que es lo verdadero y sublime ante los Ojos de Dios. Ellos no ven sus defectos y sus imperfecciones, ellos ven lo que en verdad son y no se cansan de hacerlo. Es algo que ustedes deben aprender en sí mismos y en sus hermanos; así se liberarán de las influencias de Mi adversario que tritura las mentes, así como el trigo se hace polvo.
Sean misericordiosos aunque no lo sean. Renueven sus votos ante Mi Corazón todos los días y no teman vivir su cruz, porque si Yo llevé la Cruz por ustedes y por el mundo, ¿por qué ustedes no compartirán la Cruz que hoy cargo por esta humanidad? Aunque sea un ser ascendido, que Mi humildad los humille, que Mi verdad los purifique, que Mi Corazón los limpie de toda mancha, de toda adversidad.
Si ustedes creen que Yo Soy la Luz entre las tinieblas, ¿por qué no Me siguen en lo que Yo he colocado en sus caminos?
Mi Rostro se dibuja en los corazones que son verdaderos y en los que son honestos en su transformación, a pesar de las caídas. Yo no dejo de ayudar a los que claman por Mí, pero no puedo ayudar a los que se enorgullecen por sus propias virtudes. Destierren aquello que ya no sirve más para Mi Padre, así Yo podré entrar en ustedes como Yo entré en el Padre Pío dejando la señal visible de Mi Presencia por cincuenta años. Tengo algo especial para cada uno, pero aún no lo he podido entregar. En el sacrificio se encuentra la confianza en Dios, en la humildad y en la humillación se encuentran el despojamiento de sí y se trascienden todas las barreras de la materia.
Quiero que en esta Maratón sean verdaderos Conmigo y que no solo lo sean en las palabras. Que sus verbos pronuncien lo que verdaderamente sienten ante Mi Corazón Misericordioso, porque mientras gran parte del mundo sufre la persecución y la guerra y no pueden recibirme, ustedes, ¿qué harán con todo lo que Yo les he dado con tanto Amor y Misericordia? Sean honestos ante los Cielos y renuncien no con soberbia, sino con humildad, con paz, con esfuerzo y sacrificio. Renuncien verdaderamente a lo que creen que es mejor o a lo que podrían mejorar. Mis apóstoles pasaron por esa prueba hasta el final de sus días.
No dejen dormir sus consciencias cuando Yo estoy hablando. Yo Soy su Rey y su salvación.
Necesito que crezcan en consciencia y no en vanidad. Mis perlas preciosas no pueden perderse en este mundo. Adoren a Mi Corazón para que nada malo suceda, pues el tiempo de Mi Justicia se aproxima para toda la humanidad.
Salgan de sí mismos y vean a los que mueren, a los que la televisión muestra como si fueran una victoria. ¡Oh compañeros Míos! aún no saben lo que siente Dios cuando un corazón es indiferente a lo que se le ha dado por Misericordia.
A todos los estoy llevando a una evaluación interior, porque cuando Yo retorne no podré ver en sus túnicas ninguna mancha, y si hubiera algunas manchas no podré reconocerlos porque hasta ahora Yo les enseñé a lavar sus vestiduras con el agua de Mi Misericordia y de Mi Gloria.
Intenten amar un poco más, aunque no puedan. Mi Corazón se ofrece para eso y sus hermanos también se ofrecen para ser amados de verdad. Recemos a Dios por los que no pueden amar a Mi Padre ni a Mí. Recemos con fervor y con Misericordia, así como Yo les enseñé en el principio.
Oración: Padre Nuestro.
No quisiera verlos con caras largas en esta Maratón, porque el mundo precisa alegría, verdadera alegría para poder trascender todos los males y las indiferencias que las almas cometen diariamente ante el Reino Celestial.
Hoy podré bendecir, por compasión, estos elementos que han puesto ante Mi altar, que está en el Cielo y está en la Tierra, para que sus corazones sean lavados por Mi Sangre y sus espíritus sean purificados por Mi Cuerpo, dos señales visibles de la redención y de la entrega a Mi Corazón que siempre los espera.
Hace dos mil años Yo les dejé un tesoro universal, una insignia perpetua para sus corazones y almas. Les dejé el tesoro vivo del universo, el Terafín de Dios manifestado en cuerpo y sangre para toda la humanidad. ¿Cuántas veces ya comulgaron Conmigo?, ¿lo hicieron de verdad o solo con apuros? ¿Cuántas veces Me ofrecí a la mesa de todas las almas para que Me vivieran en la Pasión y en la Cruz?
Mi Corazón Sagrado hoy derrama Su Sangre por las almas indiferentes, por los que no se animan a confesarse Conmigo, ante Mi divina Humildad y ante Mi Paz.
Hoy preparo con esta comunión a toda esta parte de la Tierra que debe consagrarse a Mi Divinidad antes de que Yo vuelva al mundo por segunda vez. Para llegar a Mi Divinidad deberán limpiarse y purificarse todos los días. Por eso les pido que se rindan a Mí para que sus corazones superen todas las pruebas, en el nombre de Dios y de Su infinito Proyecto.
Ante los Ángeles Custodios del universo, ante los Arcángeles que glorifican a Mi Padre perpetuamente, ante el santísimo Espíritu de Dios, ante Su Hijo amado, ante el Padre Celestial que unifica todo lo creado y que vivifica a los espíritus que le responden con sinceridad y ante la majestad de la Madre del Mundo, Yo los absuelvo y los perdono en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Cuando cometan una indiferencia laven sus pies, así como Yo se los lavé a los apóstoles para que reconocieran que Dios se hace tan pequeño ante las almas más orgullosas. No ofendan más a Dios, el mundo lo ha ofendido mucho.
Vivan Mis Tesoros celestiales y alcanzarán la vida eterna. Amén.
Cristo Jesús Glorificado
El tiempo de la Justicia universal llegará.
Por eso, vengo a llamar a los más pecadores e imperfectos para que, en honra al Sagrado y Glorificado Corazón de Jesús, reciban la última chance de vivir la conversión y la redención, pues no quedará piedra sobre piedra y nadie lo podrá impedir.
Vuestro juicio ante todo el universo celestial y angelical está próximo, pero si mis almas buenas continuaran orando de corazón y sin obligación o compromiso prometo, antes de la última hora, prestar ayudar a las almas que han manchado, con su soberbia y negación, el Corazón de Mi Padre Eterno.
Enviaré en vuestro auxilio a Mis Ángeles Custodios para que, en las horas más difíciles, en las que la Tierra se purificará intensamente, ellos guíen vuestros pasos y a todos los cenáculos de oración en donde se glorifique a la Santísima Trinidad.
Reciban la ayuda que necesitan, Mi Iglesia verdadera plena de apóstoles simples ya cumplió la parte que le correspondía, delante de la Ley y de la instrucción.
Nadie, en este mundo material, podrá decir que no conoció al Hijo de Dios, Aquel que vendrá entre las nubes trayendo la balanza de la Justicia y el Cetro contra la impunidad y el sufrimiento.
El Hijo de Dios vendrá en la omnipotencia de Su humildad, de Su humildad alcanzada, y no habrá quien no lo vea venir en esplendor celestial y en Amor misericordioso.
Las escrituras sagradas se cumplirán de una forma desconocida para los impíos y los crueles.
Pero Mi soberanía pertenece al Universo Mayor, desde donde descenderá la Gloria de Dios y el Reino de Su eternidad.
Prepárense, arrepiéntanse y oren con amor luminoso para que las últimas penumbras del horror humano no toquen ni influencien vuestros corazones.
Quien no sea humilde y manso no lo soportará. Por eso, ahora que están a tiempo de poder revertir todo, sean inteligentes, busquen una vida de confraternidad y de pureza, así estarán protegidos de las interferencias del adversario y de ustedes mismos.
Les envío Mi Paz, y Mi Paz les entrego, ya no hay nada mejor que hacer en esta vida que orar y servir.
Acepten el tiempo del apocalipsis que están pasando, siéntanse protegidos por Mi Espíritu paterno y no pierdan tiempo ni espacio con los malos entendidos. Ya no sean puertas del pasado, sean instrumentos de Mi insondable e infinita Misericordia.
Recuerden lo que hoy les digo, estas ya son Mis últimas Instrucciones y Mensajes para la humanidad. Vivan en la fe y salgan del mundo de la desesperación y de la inquietud desordenada.
Oren, oren, oren Conmigo y vigilen.
Búsquenme en el Santísimo Sacramento del altar y serán dignos de regresar algún día a Mi Reino de Paz y de Amor.
Bendigo en esta noche a los que no merecerían Mi bendición, así podrán sentir la magnitud de Mi Amor por todos ustedes.
Les dejo Mi Paz, bajo la Misericordia de Dios sean bienaventurados, les agradezco por acompañarme.
Vuestro Redentor, Cristo Jesús
Fray Elías del Sagrado Corazón:
Jesús llegó aquí con Su esplendor como Sagrado Corazón de Jesús y Su Presencia luminosa y amorosa estaba rodeada de seis ángeles que portaban en sus manos un Santísimo que ellos proyectaban como espejos de luz sobre nuestros seres.
Y, allí, el Maestro fue haciendo un trabajo en nuestro interior, viendo la necesidad de cada uno de nosotros, de la ciudad y del planeta.
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más