Vigilias de Oración
APARICIÓN DE LA VIRGEM MARÍA, DURANTE LA VIGILIA DE ORACIÓN POR LA PAZ EN LAS NACIONES EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Vengo en nombre de Mi Hijo para darles las gracias por sus súplicas, por medio de la novena que están realizando al Castísimo Corazón de San José.

He venido desde el Cosmos a decirles esto para que sepan que su Madre Celeste está con ustedes, así como está con el mundo, tan necesitado de Amor y de Luz.

Yo vengo a hacer resplandecer sus vidas por medio de la oración, para que se vuelvan columnas de Luz para este mundo y lleven esa Luz al mundo en donde más se necesita, en donde más claman.

Les agradezco por esta novena, porque las puertas se están abriendo y los corazones están consiguiendo ser sinceros.

Por más que no comprendan en profundidad el Propósito de Dios, su Madre Celeste, por medio de Su Amor, les hará comprender todas las cosas con simplicidad y humildad.

Por eso, sigan orando hasta el término de la Novena de San José, para que también el Castísimo Corazón pueda impartir Sus Gracias sobre Europa y África.

Grandes son las necesidades planetarias, muchísimas son las emergencias en estos tiempos.

Les pido, hijos Míos, que sigan orando por la Paz en las naciones, como vienen haciéndolo: semana tras semana, cuenta por cuenta y corazón con corazón, encendiendo esa Luz de Mi Amor en el mundo por medio del poderoso Rosario.

Con todo esto Yo les pido que continúen adelante, para que puedan seguir renovándose a través de los tiempos, a pesar de que cosas gravísimas suceden en el mundo.

Mi confianza, hijos, está en ustedes, en cada momento de oración que ofrecen a Mi Corazón Inmaculado, para que heridas profundas e internas puedan ser disipadas del Corazón de su Madre, y así, del corazón de Sus hijos, que buscan la paz.

Vengo a su encuentro con todas las estrellas del Cosmos. Vengo a visitarlos con grandes Consciencias angélicas para desatar los nudos de estos tiempos, para que las almas encuentren la paz, vivan el espíritu de la solidaridad y de la cooperación con los semejantes, sabiendo que todo podrá ser superado en el Amor. No hay otro camino.

Mientras el mundo no aprenda a amar, no existirá paz. Mientras más se animen a practicar el ejercicio del amor del corazón, mayores posibilidades existirán para que millones de almas aprendan a vivir el camino del Amor.

Por medio de esta escuela de oración que viven Conmigo todos los días, especialmente en la oración por la Paz en las naciones, todas las cuentas que son realizadas y ofrecidas conceden Gracias inexplicables al mundo entero; cosas que tal vez no verán en este tiempo, pero sí verán suceder en el futuro cercano, cuando su Madre Celeste ya no esté más a su lado para visitarlos y solo esté en el Cielo, deseando ardientemente que vivan Mi instrucción, la instrucción de Mi Hijo y la de San José, para que esta Obra continúe adelante, así como está escrito en el Corazón de Dios.

Mientras tanto, hijos Míos, los invito a seguir amando de verdad, a colocar el amor en práctica en cada detalle, como con cada hermano que se aproxime a sus vidas buscando un poco el amor reparador, buscando un poco el amor curador y consolador, que solo brota de la Fuente del Espíritu Santo y de las almas que se coligan con Él.

La Obra que realizará su Madre Celeste en Europa será importante. Por eso, cada colaboración es imprescindible, por más pequeña que parezca. Pero Yo sé que hay almas que pueden ayudarme más y saben que es verdad lo que les digo.

La Madre de Dios no ostenta riquezas, sino el bien para todos Sus hijos, independientemente de su nación, religión o creencia.

Quiero que aprendan hijos Míos, junto a Mí, que todos pueden ser uno, porque alcanzando esa unidad espiritual, Dios estará en ustedes y ustedes estarán en Dios viviendo en Su Reino; a pesar de los acontecimientos de estos tiempos, de las purificaciones o de las pruebas.

Yo los invito todos los días a ser parte de la Gran Hermandad, la Gran Hermandad que está en el Cielo y también aquellos que están en el interior del planeta y que con su silencio llevan adelante grandes Obras en el mundo por la liberación del planeta y de la humanidad, por la redención de los corazones, por la Paz en todos los pueblos.

Yo los invito todos los días a coligarse a esa gran Hermandad y a seguir encendiendo en sus pechos la Estrella Confederada, la cual los llevará por el camino de la Luz, de la ascensión y del bien.

Leyes muy profundas y desconocidas del Universo podrán transformar sus vidas y las vidas de sus hermanos y ya no será necesario, hijos Míos, sufrir. Quiero que el dolor y el sufrimiento terminen en el mundo. Quiero que las almas conozcan la verdadera alegría de servir a Dios. Lo que Yo llamo “felicidad espiritual”, que no está en este mundo sino en el Universo, en la Vida Universal y en el Conocimiento; en la fe, en el servicio y principalmente, en la gratitud.

Quiero llevarlos, queridos hijos, al Reino de Dios todos los días, para que ustedes se animen a traer el Reino de Dios a la Tierra y muchas, muchas más cosas en el mundo sigan transformándose.

Este es el deseo ardiente de su Madre Celestial, de su Madre humilde y servicial, incansable y eterna, que viene a llamar a Sus hijos a través de los tiempos para que más vidas despierten hacia su verdadera vida espiritual.

Mientras esto no suceda, Yo seguiré viniendo al mundo. Yo seguiré impulsando el despertar de las consciencias, respondiendo al pedido de Cristo y del Padre Celestial; con ustedes y en ustedes. Yo podré, como Madre, hacer muchas cosas más.

Aún hay mucho por hacer, hijos Míos. Hay mucho por materializar y expresar dentro de esta Obra de Amor y de Redención planetaria que recorre el mundo y las naciones, solo para sembrar la Paz y la esperanza.

Hoy traigo el Rayo de la esperanza al mundo, para que las almas lo puedan reconocer y vivir. Sabiendo que cada uno de Mis hijos tiene tantas virtudes y dones para servir a Dios, para poder despertar y reconocer en sí lo que ni siquiera las almas saben completamente.

Por eso, Yo los vengo a impulsar y a motivar, al despertar sus talentos, virtudes y dones. Porque Cristo vendrá a llamarlos y les pedirá sus virtudes y talentos, así como todos sus dones, para que estén al servicio de Él en el momento de Su gran Retorno al mundo.

Ustedes, hijos Míos, son llamados como su Madre Celestial, a ser mediadores del corazón y de la palabra; a buscar en todas las cosas y en todos sus hermanos el espíritu del bien; a ver el bien en sus hermanos y no el mal; lo que es positivo, radiante y elevado en cada consciencia que guarda en sí el Cristo interno.

Promuevan en este tiempo el despertar del Cristo interior y el planeta será repoblado de sublimes energías divinas, que serán atraídas por los hijos de Dios, no solo como columnas de Luz, sino también como espejos de Su Divina Consciencia.

Los invito, hijos Míos, a recrear juntos este planeta y esta humanidad. A re-enseñar  el camino del amor y del servicio por medio de las misiones humanitarias, de las peregrinaciones, de las corales, de todo lo que pueda expresar el Amor de Dios en el mundo.

Por eso, esta Obra es para todos y es más amplia de lo que parece y de lo que es. Ustedes, hijos Míos, tienen la llave de Mi confianza para poder hacerlo, siguiendo los pasos de la Jerarquía Espiritual en la obediencia y en el bien, para que todo se mantenga en su camino así como Yo espero ardientemente que se cumpla.

Vengo a agradecerles en esta noche, por su colaboración amorosa, a todos aquellos que están gestando por medio de la oración y de la colaboración, la próxima misión de paz en Europa y África.

Ni siquiera saben, hijos Míos, todo lo que sucederá en ese continente y todo lo que los Mensajeros Divinos harán en cada nación que visitarán, así como en cada lugar al que irán para sembrar la Paz y la Misericordia que ustedes han tenido la Gracia de conocer en los últimos tiempos.

Los invito, por medio de la colaboración y de la construcción de esta próxima misión, a seguir siendo orantes y misericordiosos con los que son más ignorantes, que están distraídos y muy ilusionados con todo lo que les ofrece el mundo.

Todo lo que hagan en la Tierra también lo estarán construyendo en el Cielo. En el último día de sus vidas sabrán y tomarán consciencia de todo lo que hicieron por amor a Dios.

Todo lo que tejen en la Tierra también lo tejerán en el Cielo, y el Universo tendrá memoria de sus acciones y de sus obras de bien por la humanidad.

Hoy Me elevaré al Cielo en profunda tranquilidad, sabiendo que Mis hijos han comprendido, más allá de las palabras, el llamado del Cielo.

Sean propagadores del bien que hoy les traigo, para que el planeta sea colmado de Luz y de Misericordia, hasta que los Mensajeros Divinos terminen de cumplir Su Misión en la humanidad.

En esta noche, quiero que sus corazones, hijos Míos, sean revestidos de esperanza para que la cura se establezca en la humanidad, el bien llegue a muchas más vidas en el mundo y sean tocadas por la Gracia de Dios, por Su Misericordia Infinita.

Vengo a traer la Paz, no solo al Brasil, sino también al mundo. Este encuentro ha ayudado para que eso suceda.

En el Amor y el Bien, Yo los bendigo.

En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Les agradezco por responder a Mi llamado.

Que este lugar siempre se revista de esperanza, para que la esperanza transforme al mundo y todas las consciencias sean tocadas por el Rayo de la Esperanza de Dios.

¡Les agradezco!

APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA, EN LA CIUDAD DE LOURDES, FRANCIA, A LOS VIDENTES FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS Y HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Queridos hijos, antes de estar aquí con ustedes, estuve en la Gruta de Massabielle curando a Mis hijos enfermos, por medio de milagros de Amor, milagros de Misericordia, milagros que provienen de la Compasión de Dios.

Estos santos milagros, de los cuales hoy Yo les hablo, son milagros del Espíritu Santo que trabajan en las esencias, que se profundizan en las almas que vienen con sus corazones abiertos a buscar la cura espiritual que tanto necesitan.

Después de mucho tiempo, queridos hijos, finalmente retorno a Mi casa en Lourdes, para traer a Francia nuevas oportunidades que provienen del Universo de Dios y que hoy derramo a través de Mis manos de Amor para el mundo.

Quisiera, queridos hijos, que así como Me han acompañado en estos últimos dos meses, sus corazones Me sigan acompañando en esta sagrada misión, que no solo los llevará vivir la transmutación por un Amor incondicional e infinito, sino que también abrirá las puertas para que muchos, muchos de Mis hijos, que al día de hoy están perdidos, olvidados y enfermos de espíritu, puedan recibir de su Madre Celeste la Fuente de cura y de salvación para generar en los corazones la redención tan esperada por Cristo.

Hoy también vengo aquí, a Lourdes, para poder purificarlos y lavarlos en esa sagrada Fuente que Yo aquí he abierto para que las almas vinieran a beber de la Fuente de las Gracias que es tan imprescindible para el mundo. Y aunque el mundo siga con sus errores y pruebas, su Madre Celeste, la Madre del Universo, no deja de venir al mundo a traer la Paz, la Misericordia y la Redención a los corazones.

Hoy también he venido aquí, queridos hijos, a finalizar esta peregrinación. Dios Me ha pedido reunir a sus corazones en este lugar, para que no solo reciban la cura que necesitan, sino también para que renueven sus votos con Cristo, con motivo de prepararse para Su esperado Retorno al mundo.

A través de estos últimos meses, los Sagrados Corazones de Jesús, María y San José han podido trabajar ampliamente en esta parte del mundo. 

En verdad, les digo que Europa fue apartada de una gran desgracia, porque a través de las columnas de oración que están formadas en Europa y a través de los peregrinos que siguen la voz de su Madre Celeste, se ha evitado que sucediera una desgracia mayor.

Con esto les quiero decirles, queridos hijos, que así como fue en Norteamérica, nuevamente su Madre Celeste hace triunfar a Su Inmaculado Corazón, pudiendo cerrar las puertas infernales que tragaban a muchas almas en los abismos.

Por eso, queridos hijos, Yo los invito a tomar consciencia de los verdaderos acontecimientos espirituales que el Padre Celestial manifiesta, a través de la voz de los Mensajeros Divinos y de todos los que corresponden una y otra vez al llamado de la Madre Universal.

Hoy estamos en un día de júbilo. Hoy el Corazón de su Madre Celestial está aliviado, porque Sus hijos han respondido a Su llamado una vez más. 

A partir de hoy, queridos hijos, y en los próximos meses, prepararemos sus almas, sus almas apostólicas y misioneras para la misión de África, para la peregrinación por la paz en el continente africano. 

Se han preguntado, queridos hijos, por qué su Madre Celeste, el Sagrado Corazón de Jesús y el Corazón de San José han comenzado por Europa y no por África. Hemos venido aquí a gestar en sus corazones un principio de redención que es desconocido por la mayoría de la humanidad, para así poder gestar la cura tan necesaria en todos los europeos y finalmente se pueda dar la cura, el perdón y la reconciliación entre los diferentes pueblos y razas del mundo.

Hoy, vengo aquí como la Inmaculada Concepción para dar continuidad a Mi Obra, no solo en el mundo, sino también a través de este Santuario Mariano que acoge la miseria humana, la enfermedad espiritual y corporal, la perdición de las almas y todo tipo de sufrimiento humano. Es posible convertir, transmutar y transfigurar todo esto a través del Amor de Mi Inmaculado Corazón que está vivo en los corazones de Mis hijos que, de tiempo en tiempo, siguen los pasos de su Madre Celestial.

De esta forma, Yo les traigo, en este último día de peregrinación, la renovación de sus espíritus y consciencias a través de la bendición del Espíritu Santo y de cada uno de Sus Dones que los inspirarán a seguir el camino del apostolado y de la misión que Dios les ha encomendado amorosamente a través de Mi Inmaculado Corazón, del Sagrado Corazón de Jesús y del Castísimo Corazón de San José.

Hoy, Jesús y San José están aquí Conmigo en divinidad. Están acompañando este momento, en el que las almas entran en comunión con su Madre Celeste para renovar el sacramento de su fe y de su confianza en Dios.

Yo no les prometo, queridos hijos, un jardín de rosas en este mundo. Yo les ofrezco el sacrificio, la oración y la entrega como un medio de poder curar a la humanidad; así como Yo se lo pedí a Santa Bernardette que, en confianza y en amor, siguió Mis pasos hasta que finalmente comprendió que Mi venida a Lourdes tenía también un propósito mundial, a través de los siglos y de las generaciones humanas.

Después de muchos años, de muchos siglos, su Madre Celeste vuelve a Lourdes para reabrir un nuevo tiempo, al mismo tiempo que se cierra una peregrinación y todos son partícipes de este acontecimiento. La fe de sus corazones y vidas en los Mensajeros Divinos está permitiendo, queridos hijos, que cosas gravísimas sean evitadas en la humanidad.

Ahora, la tarea de su Madre Celestial ya no es más en los Centros Marianos, que son puntos de luz y de amor, sino que la tarea de su Madre Celestial es con el mundo y la humanidad, porque deseo que todos los pueblos, todas las naciones y todas las razas, comprendan que soy la misma Madre, a través de los tiempos, de todos los corazones y de todas las criaturas.

Yo soy la Madre Universal que, en esta tarde de celebración, de profundo júbilo, extiende Su Manto universal para acoger todas las necesidades humanas y planetarias con el fin, queridos hijos, de que muchas más almas alcancen el Amor de Cristo y sientan en lo profundo, la verdad del corazón.

 

Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

De esa forma, les pediré, que multipliquen las Gracias que hoy les entrego y que testimonien al mundo, sobre todo a Europa, que Dios está presente en el corazón de cada uno de Sus hijos.

Hoy, hijos Míos, vengo a renovar el Sacramento de la fe en cada uno de ustedes, para que la fe no muera en el corazón de Europa. 

Hoy, en Mi Corazón, en el silencio de Mis oraciones divinas, libero a Francia, además de Lourdes, del sufrimiento que desde hace tanto tiempo hace que las almas se pierdan y no encuentren a Dios.

Vengo, hijos Míos, a liberar de los errores a la humanidad, que hicieron que los corazones negaran a Dios, negaran su filiación con el Padre.

Hoy, hijos, a través de sus corazones y de los dones que el Espíritu de Dios deposita en sus vidas, espero que sean fieles testimonios de la Presencia de Dios y de Sus Mensajeros en este mundo. Pierdan el miedo, hijos, en nombre de toda la humanidad, de testimoniar la Palabra Divina, de vivirla y de difundirla cada día, para que hasta el alma más perdida pueda encontrar a su Madre Celestial.

Yo estoy aquí para todos. Cada ser que vive en esta Tierra, como cada Reino de la Naturaleza, es un hijo Mío, al cual Yo amo y procuro amparar todos los días con Mis oraciones. Mi Rosario, hijos, jamás deja de pasar entre Mis manos. Oro día y noche por la humanidad y espero que Me acompañen en esta oración constante, que habla de la urgencia de este mundo, de que la humanidad despierte para que la paz pueda vivir entre los hombres.

Hijos, establezcan Mi Gracia en sus vidas a través de un ejemplo vivo de compasión y de fraternidad. Dejen que la cura que les traigo se exprese en sus corazones y que, de esa forma, Dios pueda hablar a través de sus bocas; se pueda expresar en sus acciones y pueda llegar a Sus hijos a través de cada uno de ustedes.

Vengo a curar a Europa de un pasado doloroso, un pasado de muchos errores que ahora deben ser convertidos en la Presencia de su Madre Divina.

Hoy, las aguas de Lourdes se extienden más allá de la gruta que aquí abrí. Hoy, traigo un Agua Divina que los lava y purifica más allá de las fronteras entre las naciones, llegando a todos Mis hijos, a todos los que Me escuchan. Y que, a través de esta cura, hijos Míos, sus corazones puedan llevarla hasta aquellas naciones que tanto la necesitan y que no pudieron estar en la Presencia de su Madre Divina, porque no abrieron sus corazones.

Anuncien al mundo Mi Paz universal, anuncien el Retorno de Mi Hijo, difundan todas las señales que aparecerán en los cielos, para que las almas no tengan miedo, pero sí que se regocijen, porque llegó el momento de estar cara a cara con el Redentor de mundo. Preparen sus corazones y no teman, solo crezcan día a día en la virtud y en el espíritu, haciendo crecer en sus corazones aquellos dones que hoy les entrego.

Así como estuve con los apóstoles, hoy estoy con ustedes, renovando la Presencia Divina en sus vidas. Vayan, hijos Míos, de dos en dos por este mundo tan necesitado de paz y lleven la Presencia de Dios a aquellos que más la necesitan.

Sirvan, oren y difundan la paz, a los corazones, porque escucharon el llamado de la Madre Universal, de la Madre del Mundo y, prepararán, con Ella, el descenso de las estrellas, el emerger de una Nueva Tierra, que curará el pasado y construirá un nuevo mundo en este planeta tan herido y necesitado de cura.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

A pesar de los errores del mundo, de los tiempos cruciales que vivimos, hoy Mi Inmaculado Corazón, su Señora, Madre y Reina de la Paz, la Inmaculada Concepción, la Señora del Santísimo Rosario, retira una estrella de Su Corona, colocándola en sus corazones, después de estos meses de peregrinación, como símbolo de que se está cumpliendo el sagrado Plan de Dios en la humanidad. Y aunque la humanidad se deba purificar, recuerden este símbolo de la estrella luminosa de Mi Corona, que queda en sus corazones como un símbolo de concreción de una misión sagrada en estos tiempos finales.

Recuerden también, queridos hijos, que los Pirineos han sido la ruta de su Madre Celestial con las santas mujeres y José de Arimatea, transportando el Santo Grial del Señor. 

En cada lugar en donde Yo he aparecido, a través de los tiempos, fue depositada, por medio de Mi Presencia, Mi energía divina y Mi maternidad. Por eso, retorno a esos lugares en diversas partes del mundo, para que la humanidad tome consciencia de los Recintos Sagrados que Dios expresa en Su Corazón invisible y pacífico.

Los Pirineos son la cuna de un Recinto Sagrado, de un Reino Celestial de su Madre Santísima y de todos Sus ángeles. Por eso, hoy llego aquí para poder comenzar una nueva etapa con ustedes.

Envío Mis agradecimientos, donando el Amor de Mi Corazón a todos los que hicieron posible esta sagrada misión que fue tan arriesgada, pero al mismo tiempo fue triunfadora.

Deseo y espero que, en una próxima etapa, todos Mis hijos Me acompañen a África, porque allí debe darse la cura de los corazones heridos. 

Les pido, queridos hijos, que a partir de este día recen por las intenciones de su Madre Celestial, porque se ha demostrado que, a través de sus oraciones, se ha cumplido la sagrada misión en Sudamérica, en Centroamérica, en Norteamérica, en Europa y próximamente en África y Asia.

Deseo llegar a todos los corazones. Los corazones Me llaman y su Madre responde al clamor de Sus hijos de todas las naciones y de todas las culturas.

En esta tarde, en la que Mi júbilo es infinito, vengo a bendecir a los nuevos Hijos de María que representarán a muchos más en el mundo.

Les pido que se pongan de pie para que Yo los pueda bendecir.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Nuestra Señora está diciendo que hará una oración para consagrarlos, y para consagrar a todos nosotros, a todos Sus hijos, renovando nuestros votos con Dios y con Cristo, con la vida superior y suprema. 

Y al mismo tiempo, esta bendición que nos dará María, en esta Fuente de Gracias de Lourdes, será un agradecimiento de Su Corazón Inmaculado a todos los hijos del mundo que hicieron posible, en estos meses, esta peregrinación por la paz en Europa.

María agradece también, en esta tarde, a los hijos de Sudamérica, de Centroamérica y de Norteamérica que han orado por todos nosotros para que todo esto fuera posible. 

María está agradeciendo infinitamente, en este momento a todos nuestros hermanos de la Orden Gracia Misericordia, a los residentes de las Comunidades-Luz, a los grupos de la Red-Luz que son las Manos y los Pies de Cristo en esta Obra planetaria.

Vamos a escuchar, en este momento, la oración de bendición de nuestra Madre Celestial.

Colocamos nuestras manos en señal de recepción.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

“Santísimo Padre del Universo,
que abres los portales de la Gracia
a una humanidad perdida y apartada de Tu infinito Amor,
ve a través de este ejemplo, la correspondencia de Tus hijos,
de los apóstoles de Cristo,
de los servidores incondicionales de Mi Inmaculado Corazón,
de los compañeros de San José Castísimo.

Recibe en Tu Reino, en este momento de júbilo,
 la oración de sus Ángeles de la Guarda
y de todos los adoradores del Cuerpo Eucarístico de Cristo.
Sírvete a través de ellos, Señor,
para que se realice Tu Obra en toda la humanidad.

Te pido, Señor, que escuches la voz de Tu Santísima Sierva. 

Que derrames a través de Mi Corazón,
la Fuente de Tu Gracia y de Tu Misericordia,
a fin de que muchas más, muchas más de Tus criaturas
escuchen Tu Sagrado Llamado y la humanidad se rehabilite,
siguiendo el camino de la redención hasta que retorne Mi amado Hijo
con el resplandor de Su Gloria entre las nubes,
los cielos, las estrellas, los soles y todo el universo.

Que todos reciban, en este tiempo, Su segunda Venida
con júbilo de salvación y de cura para las almas de esta humanidad.

Que Tu Plan se cumpla en esta Tierra
y que muchos más corazones se abran para reconocer Tu Palabra,
Tu Mensaje de amor, de fe y de reconciliación
por medio de los Mensajeros Divinos.

Ahora observa, Padre amado,
las llamas de Luz que Yo he encendido en los corazones
que han escuchado todas Mis Palabras
y las han hecho vivas en este tiempo final”.

 

Les pido a los ángeles del universo que bendigan este momento, esta consagración y esta ocasión de renovación con la Misericordia del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Les agradezco por responder a Mi llamado.

No se olviden tomar agua de la Fuente de Massabielle.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Ahora, María encendió Su Corona de doce estrellas y se está elevando junto con Sus ángeles. 

La Madre Divina está firmando dentro de un Libro un compromiso con la humanidad y el Creador.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Este libro representa, queridos hijos, la confirmación de sus corazones a Mi Plan de Amor y también el compromiso de responder a los preparativos del esperado Retorno de Cristo, que no está lejos de suceder.

Ahora, escucho sus voces. Quiero que vuelvan a cantar por Francia: “Únete al Corazón de María”. 

Me ha gustado mucho el esfuerzo de su francés, eso abre el Corazón de Dios y las puertas al infinito.

Agradezcamos a Dios por haber concedido esta peregrinación y porque los corazones se hayan autoconvocado, en sus diferentes naciones y pueblos, para esta sagrada misión.

¡Gracias, Señor, por cuánto nos das!

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Quiénes somos

Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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