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Hijos:
Cuando llegue el tiempo, el Conocimiento, la Verdad y la Luz del Universo de Dios se revelarán por sí solos, y no habrá dogma, doctrina o institución que pueda ocultar lo que emergerá dentro de los seres como en lo más alto de los cielos.
El cosmos pulsará en el interior de las criaturas y, de ese mismo infinito, en el cielo surgirán las señales de un nuevo tiempo, de una nueva vida que revela y manifiesta el Reino de Dios, Reino incomprendido y desconocido por los hombres.
Cuando llegue el tiempo, el silencio de los que persistieron será su mayor herramienta para permitir la revelación de la verdad, porque la verdad no surgirá de las palabras de los seres humanos, sino de sus ejemplos vivos, de las señales del cielo y de la propia Voz de Dios que, después de haber estado en silencio, hará resonar Su Verbo con el poder de mil trompetas sobre el mundo.
Por eso, no quieran convencer, no quieran hacer por sí mismos, no quieran transformar el mundo con palabras, pero sí con el ejemplo, con el testimonio que habla por sí solo. Y, cuando el hombre se silencie, reverberará la Voz de Dios.
Que Su Reino, siempre vivo en los que permitieron Su expresión, sea quien revele al mundo el camino.
Que estas sean entonces sus aspiraciones constantes: con el ejemplo anunciar, con el verbo orar y proclamar la Gracia de Dios, con la vida expresar Su Reino, con el corazón renovar Su Amor.
Tienen Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Un alma que buscaba profundizar su fortaleza en Cristo, renovarse en Él ante cada prueba, le cuestionó al Señor, diciéndole: “Señor, ¿de dónde viene la fe de los primeros cristianos?, ¿de dónde viene la fortaleza de aquellos que supieron y saben entregar su vida por amor?”.
Y el Señor le respondió: “No solo la fe de los primeros cristianos, alma amada, sino también la fe de todos aquellos que saben entregar su vida por amor a Dios está basada en la certeza de Mi Existencia Celestial. Esas almas saben que su testimonio de amor rescata e inspira a los que están sin esperanza y a los que perdieron la fe. Saben que su ejemplo genera méritos para la salvación de los más pecadores. Saben que su vida es como un soplo, de tan frágil y pasajera, pero que, durante ese breve soplo, deben amar con todo su ser y de todo corazón.
Siguiendo el Mandamiento que les dejó Mi Hijo, no hay mayor amor que el de aquel que da la vida por sus amigos. Y, dar la vida, alma pequeña, no es solo morir; sino, sobre todo, donarse con todo su ser y de todo corazón, ser testimonio vivo de la entrega y del amor, de la Gracia y de la Misericordia que fluyeron y siguen fluyendo del Corazón Crucificado de Cristo.
Por eso, alma Mía, que tu esfuerzo esté en amar y en adentrarte más profundamente en Mi Amor. Así, toda la fe y toda la Gracia te serán reveladas”.
Que este diálogo, hijos, les enseñe a estar fortalecidos en Dios y no en el mundo, y que en el soplo ligero de la vida sepan amar con todo lo que son.
Tienen Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Cristo les enseñó a amar no solo para que conozcan y experimenten el Amor, sino sobre todo para que lo multipliquen y lo lleven a todos los que no lo conocen, no lo viven y no lo saben.
Por eso, después de tantos impulsos, vayan y den testimonio del Amor que les tocó el corazón. Den testimonio de la Presencia espiritual y divina de Cristo, a través de sus acciones, de sus palabras, de sus sentimientos y de sus pensamientos.
Y con la expresión de una nueva conducta, diferente de todo lo que la humanidad ya conoce, ustedes harán que los que están ciegos puedan ver que el Retorno de Cristo se aproxima y, con él, una nueva vida.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Queridos compañeros de Mi Casto Corazón:
No cabe más repetir que son tiempos de emergencia en el mundo.
Nuestras Palabras necesitan llegar a todo el planeta. No podrá haber una sola alma que no conozca la Presencia de los Mensajeros de Dios en este lugar (1). Por eso, hoy les pido que difundan Nuestro llamado sin medo, sin tener vergüenza de proclamar la propia fe, sin temor a no ser aceptados o reconocidos por aquellos a quienes respetan y aman.
Solo coloquen en sus consciencias que todos necesitan despertar, que no habrá más tiempo para las ilusiones de la vida, porque la oración será la única salida para la situación planetaria.
No piensen en lo que sentirán los seres, no se preocupen con lo que manifestarán las mentes de las personas en el mundo; solo vislumbren la necesidad de las almas de reconciliarse con Dios, de orar y de unirse al Plan del Creador.
No importa la respuesta inmediata de las consciencias al entrar en contacto con Nuestras Palabras. Lo que verdaderamente importa es que la semilla de Luz estará plantada dentro de los seres y cuando les llegue el momento de la real necesidad, tendrán a qué recurrir: recordarán aquellos valles del Brasil (1) y también aquel refugio de paz entre los naranjales (2), recordarán las montañas que guardan al Espíritu Santo de Dios (3) y también aquellas que amparan el futuro de la humanidad con códigos del Niño Jesús (4) para que sean depositados en los pequeños de este mundo.
Anuncien a sus familias que sus vidas no son más las mismas. Anúncienlo a sus conocidos, anúncienlo a los desconocidos que necesitan paz. Anúncienlo a los ricos, anúncienlo a los pobres. Anúncienlo a los sanos y a los enfermos, a los jóvenes y a los ancianos.
Que el futuro del planeta encuentre la esencia de la paz en los corazones de los más jóvenes y que, aquellos que partan de este mundo, los más ancianos, puedan llevar el descubrimiento del amor a donde vayan después de esta vida.
Les hago este pedido porque las almas no pueden perder la oportunidad de vivenciar el amor, ya que para eso vinieron al mundo.
Que se cierren las puertas de los infiernos ante la respuesta orante de todos los corazones que despiertan a tiempo.
Que la Perfección de Dios, existente en el interior de todas las criaturas, no sea sustituida por las innumerables miserias capitales que el enemigo sembró en la consciencia humana.
Hoy, Yo los llamo a ser verdaderos apóstoles de Cristo, sin temor ni vergüenza, aunque parezcan locos, que la locura santa sea expresada en sus corazones.
Que sus acciones de amor y de fraternidad sean el testimonio de Nuestra Presencia en el mundo. Que su capacidad de perdonar y de reconciliarse con el prójimo sea la prueba para los ojos humanos de que Dios está entre los hombres, por medio de Sus Mensajeros.
Por eso, hoy y todos los días de sus vidas, vayan, sirvan, reconcíliense con el prójimo, pidan perdón, sirvan a los que los odian, amen a los que los persiguen, oren como la prioridad de sus vidas, como si la oración fuera el agua sin la cual no pueden vivir.
Difundan, anuncien al mundo el Mensaje de Dios, de paz y transformación, el llamado al despertar y a la redención, por medio de Sus Mensajeros. Algo repercutirá en la consciencia humana, siempre y cuando sean verdaderos en todo lo que hagan.
Antes de proclamar con sus bocas, vivan con los sentidos, con las intenciones y con el corazón todo lo que aspiran a que los seres conozcan. Sean portadores de la paz y de la esperanza para este mundo que se pierde en la ilusión.
No dejemos que se apague una parte del Corazón de Dios.
Yo los amo y los bendigo siempre, para que esta bendición ser torne vida en todos los espacios de la consciencia humana.
San José Castísimo
2. Se refiere al Centro Mariano de Aurora, Paysandú, Uruguay.
3. Se refiere al Centro Mariano del Espíritu Santo, Córdoba, Argentina.
4. Se refiere al Centro Mariano del Niño Rey, Teresópolis, Rio de Janeiro, Brasil.
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más