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En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos:
A pesar de las caídas o de los desiertos, hoy están aquí, delante de Mí.
A pesar de las tribulaciones o de las agonías, hoy están aquí, delante de Mí.
A pesar de lo que les parece incierto o imposible a ustedes o a la humanidad, hoy están aquí, delante de Mí.
A pesar de lo que vive el mundo entero y esta civilización, a pesar de que los conflictos se siguen ampliando y agravando, a pesar de la división de las familias; hoy, queridos hijos, están aquí delante de Mí; y la Luz Interior del Reino de Lys se enciende en los corazones que creen en ella, el Santuario Interior emerge de los mundos internos y, a través de las almas, ilumina la tribulación de estos tiempos, para que todas las corrientes contrarias sean disipadas y disueltas, para que las almas más perdidas de este mundo, especialmente las que están en un gran cautiverio espiritual por interferencia de Mi adversario, hoy alcancen la liberación y la paz.
Hijos, a pesar de todo, hoy están aquí, delante de su Madre Celeste, atravesando aún el fin de estos tiempos, aprendiendo aún de lo desconocido que es este momento planetario.
Hijos, tengan fe; hoy están aquí, delante de Mí, y eso nadie lo puede impedir, en este mundo ni en ningún otro.
La Mujer Vestida de Sol, aquella Grandiosa y Humilde Señora que apareció e hizo brillar el cielo de Fátima, trayendo el don de la Profecía y del Mensaje, hoy vuelve a estar aquí con todos Sus hijos y el mundo.
Y el gran testimonio de Mi Materno e Inmaculado Corazón es que, a pesar de todo lo que puedan vivir ustedes y sus hermanos del mundo, hoy tienen la Gracia de estar aquí, delante de Mí, para que una vez más se reconsagren a Mi Materno e Inmaculado Corazón, para que esta luz que hoy encienden a través de sus velas, no solo encienda sus mundos internos, en la Fe, en la Esperanza y en la Misericordia de Dios, sino que también esta Luz Interna del Reino de Lys, que hoy emerge de los corazones que creen en ella, redima a este mundo, convierta a esta civilización de superficie, despierte la consciencia del ser humano al don de la paz, del amor y del bien.
Hoy, a pesar de todo lo que ve su Madre Celeste de este momento planetario, el alivio de Su Corazón Inmaculado lo encuentra a través de los que están aquí, delante de Mí. Esto no es parte de un misterio, sino que es parte de la revelación de Mi Amor por ustedes, hijos Míos, de la oración perpetua por cada uno de ustedes y por sus seres queridos, para que reencuentren siempre, todos los días, los caminos hacia la paz, el bien y la caridad, dones preciosos que les permitirán vivir en la Unidad de Dios.
Por eso, Mis amados hijos, no crean en sus flaquezas, crean en los dones y las virtudes que Mi Padre les dio, que les otorgó a través de la Presencia de Mi Amado Hijo, el Cristo.
Delante de un mundo en caos, en perdición y en confusión, no se olviden de que Fátima siempre los llevará a la paz y que su Sagrado Santuario Espiritual, formado por las almas preciosas de este mundo, todos los días trece se reenciende para toda la humanidad sin condiciones.
A través del legado de Mis Apariciones en Fátima y, principalmente, de Mi Mensaje al mundo, Yo vengo a invitarlos a cruzar el portal hacia la universalidad, en donde Dios es para todos sin condiciones, en donde Él abre las puertas a todas Sus Criaturas, principalmente a las más pecadoras y perdidas.
Hoy, encendiendo esta vela delante de sus corazones, que representa la llama perpetua y eterna de Lys, el Amor inextinguible de María por todos Sus hijos, los invito a donar sus dones y virtudes a Dios, para que Él pueda aliviar el sufrimiento, la desesperanza, la indiferencia, la falta de amor entre hermanos y hermanas de este mundo.
Después de tantos años de encuentros con Mi Corazón Inmaculado, Yo vengo a pedirles algo muy simple pero profundo, quiero que a partir de hoy sus vidas sean el propio Mensaje de Fátima, para que la pureza original de esta raza no se pierda, para que la esperanza regrese a las familias divididas de este mundo, para que la Unidad del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo sea una bendición para todos, para que más almas en este mundo reencuentren la fe y la comunión con Mi Hijo.
Hoy, Lys abre su gran portal de Paz y de Misericordia junto a Polonia y, a través del Sagrado Retiro de Mi Hijo, Galileum, las santas Jerarquías del universo y todos los ángeles que hoy acompañan a su Señora transustancian las materias más corruptas de esta superficie, convirtiendo la Misericordia en dones de Gracia, de dádivas y de un especial regalo de Dios a cada uno de Mis hijos, un regalo espiritual que Él les concede a través de Mi Materno Corazón.
Lys viene a corregir lo que nadie quiere corregir, no con severidad, sino con amor, con caridad y con el servicio de los ángeles del Reino de Lys, que hoy están presentes en la órbita de la Tierra, unidos a la gran red de imploración universal, a través de Mis Sagrados Espejos Celestes.
Que los códigos de la pureza, de la paz, de la reconciliación, de la Misericordia, del perdón y de la redención, hoy puedan renovar la vida de todos Mis hijos, especialmente la de aquellos que están desesperados y perdidos, especialmente la de aquellos que ya no creen en el Amor de Dios.
Hoy, Mi Corazón transmutador se ofrece para liberar las amarras y las cadenas de Mis hijos, que aprisionan a todas las almas y no les permiten caminar hacia Dios.
Él Me ha pedido, en este 13 de mayo, traerles Sus Gracias y Sus Dones, volverles a presentar Su Faz de Misericordia y de Piedad, eterna Presencia del Único Dios que con Su Faz ilumina el camino de Sus hijos, guía a las almas hacia el Propósito interior de la existencia, hacia el reencuentro de la pureza y de la inocencia original.
Que a través del Sagrado Santuario del Reino de Lys, expuesto hoy como Terafín de la Madre del Mundo en este mes en el que se siembran las semillas de Luz de la Jerarquía, su transformación sea ya una realidad en los próximos meses y en los próximos tiempos, y no un dolor; para que puedan caminar con esperanza renovada y encendida por todos aquellos que sufren y que desconocen, por la consciencia de este herido planeta azul.
Su Madre Celeste les presenta las Gracias de Dios en este día, como mérito de la fidelidad de los que siguen al Corazón Inmaculado de María, a través de la oración perpetua e incansable.
Por eso, como en el principio, les vuelvo a decir: ¡Hijos amados, alégrense y ya no sufran! Hoy están aquí delante de Mi Inmaculado Corazón, Sagrario que se ofrece a cada uno de ustedes para que lo puedan llevar en sus esencias y en sus almas, para que contemplen Mi Corazón en sus corazones y puedan estar siempre unidos a Mí en espíritu y en alma, para que la gran puerta de la Misericordia, que expresa Polonia, nunca se cierre, para que las almas del mundo entero crean en la Misericordia de Dios y en el fin del cautiverio que traerá el Retorno de Cristo.
En simples palabras, hijos Míos, les pido que, en este 13 de mayo, sus vidas sean Mi propio Mensaje de Fátima para el mundo; les pido que sean instrumentos de la paz y del bien, que busquen la unidad en todas las circunstancias de la vida, que busquen la fraternidad, apreciando las diferencias, sublimando las propias ideas y centrándose en la Llama del Propósito de Dios, en Su Amor Eterno e Inextinguible que hoy Mi Corazón Inmaculado les trae como un testimonio de Paz y de Amor para el mundo.
Por eso, vuelvo a recibir, desde su mundo interior, el Acto de Consagración a Mi Corazón Inmaculado:
Inmaculado Corazón de María,
fuerza, luz, protección y esperanza,
en Ti nos renovamos, a Ti nos consagramos
para que seamos testigos, ahora y siempre,
del triunfo de Tu Inmaculado Corazón
en toda la humanidad.
Amén.
(tres veces)
Y ahora, para que el amor del Reino de Lys-Fátima se irradie al mundo entero, en este momento especial, cantarán: “Ave, Ave María” y sentirán, junto a ustedes, a los ángeles de la guarda, elevando este ofertorio al Corazón del Padre Eterno para que las más profundas experiencias de amor y de perdón, de caridad, de bien y de fraternidad se puedan establecer en el mundo en estos tiempos, como preámbulo del triunfo de Mi Inmaculado Corazón.
Canten a la Madre de Dios.
Canción: “Ave, Ave María”.
Hoy, Mi Materno e Inmaculado Corazón se eleva al Cielo, llevando Consigo las flores de las almas y de todos los corazones, frutos perpetuos de la oración del corazón; flores que colocaré a los Pies del Padre Celestial para que Él siga concediendo Gracias a este mundo sufrido, a través del don de la paz y de la esperanza para el mundo, bajo el espíritu de la renovación del Reino de Lys.
Yo les otorgo la reconsagración a Mi Corazón Inmaculado y, a través de esta reconsagración de sus almas, reconsagro a la humanidad al Corazón de María.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Vayan en paz.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Voy a comenzar el relato por el momento de la Aparición.
Ustedes vieron que la dicción de algunas palabras no me salía muy bien, no era por falta de concentración o por no estar viendo bien a María, todo lo contrario, la energía que Ella trajo hoy era muy contundente.
Como bien dijo la Madre Divina, Ella hoy nos trajo el Reino de Lys, Su Santuario Interior y, a través del Reino de Lys, nos trajo ese gran portal que expresa Polonia por medio del canal de la Divina Misericordia. A través de esa unión entre este lugar, Lys en Portugal y el canal de la Misericordia en Polonia, la Jerarquía espiritual y la Jerarquía angélica llevaron adelante una gran tarea en la órbita de nuestro planeta.
Y si recuerdan un pasaje del Mensaje en el que, a pesar de todas las cosas que Ella mencionó hoy, todos los motivos, situaciones que nos pueden apartar de Dios en estos tiempos de tribulación, María afirmó: “Hoy, están aquí, delante de Mí”; y ¿será que nosotros entendemos qué es lo que significa para nuestra vida estar delante de Nuestra Señora?
Ella hoy nos hizo esa pregunta para que nos interroguemos a nosotros mismos en nuestras oraciones: ¿será que tenemos fe que Ella está aquí, y que ha hecho un milagro en la vida de cada uno de nosotros, más allá de los altibajos que vamos a vivir?
Ella nos dijo esto con un Amor profundo que brotaba de Su Corazón. Y, cuando Nuestra Señora nos dijo esto, en forma concomitante, la Jerarquía espiritual y angélica llevaba esa tarea adelante en el planeta. Ella recogía esa Luz interior de cada uno de nosotros que hoy mostraba, que es la Luz de nuestra esencia, la Luz que es nuestro verdadero ser, no todas las capas que a veces nos envuelven y nos traen problemas.
María nos reveló nuestra Luz interior, que Ella preciosamente ha alimentado año tras año, momento tras momento, no solo aquí, sino también en Sus hijos que ahora están en el Santuario de Fátima.
Hubo algo que Madre Emaús nos dijo en la intención de la oración y que María lo afirmó hoy, que todo lo que permitió este movimiento, profundamente espiritual y un poco desconocido, fue la simplicidad; que estemos ante la simplicidad de María, de Su humildad y de Su servicio, atributos que María nos invita a vivir todo el tiempo, que norteen nuestras vidas y, siendo ese norte en nuestras vidas, nosotros estaremos unidos a Su Corazón.
La vida de los Cielos, hoy, nos dijo María que es muy simple.
Y cuando les dije que las palabras no me salían muy bien en la Aparición, fue por lo que Ella nos estaba mostrando. En un momento del Mensaje, nos dijo: “Hoy, el Santuario de Lys es formado a través de todas las almas que creen en él”.
Ella nos mostró que ese Santuario se reflejaba dentro de cada uno, y cada uno de nosotros tenía una parte de ese Santuario, como piezas perfectas que había construido Nuestra Señora espiritualmente en las almas. Y hoy esas piezas se unieron perfectamente como una sola, ¿y saben qué fue lo que sucedió? Se expresó el Santuario interno de Lys, donde todos estábamos reunidos con María, Nuestra Señora.
Y, para terminar, Ella nos habló de nuestra reconsagración, ya que la Fuente de las Gracias, que nos trajo María, estaba abierta. Entonces, tenemos que saber que hoy llevamos una Gracia que Ella nos dio para nuestra vida y para aquellos que vamos a encontrar en nuestro camino.
En este tiempo, María nos pide ser instrumentos de la paz y alejarnos de la desunión, de la crítica, de la discordia, de la falta de fraternidad y de amor. Si nosotros seguimos haciendo esto, Ella nos dice que no estamos viviendo Su Mensaje; pero también nos dijo que tenía fe en que eso iba a cambiar, porque si estamos aquí, delante de María, es porque podemos.
Este es el Mensaje tan simple y profundo que Ella hoy nos trajo; y, para terminar, nos pidió reconsagrarnos a Su Corazón Inmaculado.
Entonces, cantamos “Ave, Ave María”. Ella no cantaba, porque no canta para Sí misma. Miren Su grado de humildad y simplicidad, Ella solo sonreía, escuchando nuestras voces, tal vez un poco desafinadas, pero lo que sale del corazón es lo más afinado que existe, es el amor que nosotros le damos, y Ella nos retribuye con un Amor más grande que el que nosotros tenemos.
En ese momento, de canto y de comunión con el Corazón de María, nos reconsagramos. Ella le dejó a cada una de nuestras vidas un camino abierto para que nos animemos a recorrerlo, el camino de nuestro Propósito interior, lo que verdaderamente vinimos a hacer en nuestra vida y para qué vinimos a servir.
Ella nos dijo que siempre estará a nuestro lado, aunque termine Su tarea pública algún día, porque lo que nosotros tendremos, como un gran tesoro, es el Amor que nos ha derramado encuentro tras encuentro.
Hoy, Ella se fue feliz de aquí, aun contemplando el mundo en caos durante la Aparición. Pero cuando las almas se encienden, a través del Corazón de María, Ella nos dijo que el adversario, el error o el pecado no prevalecen, porque salimos de esa coordenada y nos unimos a Dios a través de Ella.
Intenté que la explicación fuera lo más detallada posible.
¡Gracias, Madre Divina, por cuánto nos das!
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Como dijo María, vayamos en paz.
Gracias a todos.
Como respuesta del Universo Celestial, hoy llevo entre Mis Manos una Rosa de Luz. Es el tributo del Amor de Mis hijos por la Madre de Dios, de todos los orantes de Argentina que han respondido a Mi llamado de amor delante de estos tiempos críticos.
Esta Rosa de Luz que hoy llevo entre Mis Manos es el testimonio esencial de cada corazón orante; es la respuesta amorosa de Mis hijos de Argentina por la Madre de Dios.
Con toda la dulzura de Mi Corazón y de Mi Alma, llevaré hacia el Reino de Dios este ofrecimiento de las almas.
Podré interceder, no solo por todos los seres del planeta, por los Reinos de la Naturaleza, por los más marginados y pecadores; también podré intervenir por las almas del purgatorio y del infierno que gritan por luz y por paz.
Todo esto es posible, queridos hijos, cuando su respuesta es verdadera, cuando de sus corazones nace la dulzura por Mi Corazón Maternal.
Así el Cielo se comunica con la Tierra, los Espejos del Universo se comunican con los espejos de los corazones, y se establece a través de esta ciencia espiritual la divina energía de la Paz, la que viene a auxiliar del Universo a todos los seres, especialmente a las naciones más necesitadas de Luz y de Redención.
Los invito, queridos hijos de Argentina, a seguir trabajando a través del esfuerzo y del servicio para que en cada corazón humano se pueda constituir el Nuevo Reino de Dios, el que vendrá con la segunda venida de Mi Hijo.
Hoy vengo desde las montañas de los Andes cruzando el lago Nahuel Huapi, porque también soy la Madre de la Divina Naturaleza, y quiero que Mis hijos aprendan, en estos tiempos, la importancia de poder cuidar y proteger la Creación de Dios, todo lo que Él manifestó por Sus criaturas desde el principio, pensando en cada detalle, para que las almas de la Tierra se sintieran acogidas y plenas, y que en cada lugar que observaran o que contemplaran pudieran sentir la Presencia de Dios.
Valorizar a los Reinos de la Naturaleza será un significado importante de la humanidad, y la respuesta de esta protección a los Reinos Menores de parte de esta raza actual, permitirá la continuidad de una nueva raza, con una nueva consciencia y una nueva energía, que partirá con el interés en lo sagrado y en lo reverente, en la preservación y en el cuidado de todo lo manifestado por la Creación de Dios.
Ustedes aquí, queridos hijos, como en toda la Argentina, tienen grandes tesoros espirituales guardados en estas bellezas naturales, que son parte de los Dones de Dios. Por más que no los vean ni los sientan, ellos están allí presentes desde hace mucho tiempo.
Abran su consciencia al interés del Universo y la Vida Mayor descenderá sobre sus vidas, para que reconozcan en estos tiempos que no solo son seres materiales, sino espirituales, que han venido a la Tierra a cumplir con una misión y un propósito, no solo como seres individuales, sino también como nación.
Cada respuesta de Mis hijos a la Madre de Dios, es una nueva oportunidad de intercesión por las almas y por el planeta.
A partir de ahora, queridos hijos, vivan esa nueva cultura interior de preservación de los Reinos de la Naturaleza y sagrados valores de Luz y de Amor despertarán en sus corazones; sentirán la imperiosa necesidad de cuidar a la Creación, para la llegada de las nuevas generaciones.
Por eso hoy vengo de las montañas de los Andes, cruzando el gran Espejo del lago Nahuel Huapi, irradiando desde aquí para toda la Argentina, los Atributos de Dios.
Este fue el lugar escogido por el Padre para que la Madre Celeste en esta nueva etapa de la peregrinación descendiera desde el Universo hacia este sagrado lugar, a fin de volver a establecer en la Argentina los valores necesarios que la protegerán espiritualmente y que permitirán el surgimiento de una nueva consciencia basada en el bien y en la fraternidad, en el amor y en la hermandad entre los seres, hasta en los Reinos Menores de la Naturaleza.
Deseo, queridos hijos, que sientan a Dios en cada espacio aquí presente, que puedan descubrir los prodigios de Su Corazón Eterno, amorosamente manifestado través de los Reinos de la Naturaleza, porque en los Reinos de la Naturaleza, queridos hijos, está la cura de la Humanidad.
Llevaré esta Rosa entre Mis Manos hacia el Reino de Dios, como el ofrecimiento de cada uno de sus corazones para esta nueva etapa que deberá comenzar en Argentina, primero en el plano espiritual, para después suceder en el plano material.
Mi Hijo ya les dio el primer impulso para que esto sucediera. Las bases ya están construidas en sus consciencias. Ahora es hora de erguir el templo interior en cada corazón humano, para que pueda volver a florecer en la Argentina la alegría de vivir a Dios y de sentir Su Reino Celestial en la Tierra.
Entonces, queridos hijos, hoy les traigo lo más sagrado que hay en el Universo de Dios y que también está dentro de ustedes, que es esa Esencia Divina que les hará comprender los Misterios de Dios tan solamente por la oración del corazón.
Así abrirán las puertas para que se develen los secretos que se encuentran en lugares sagrados como este y que vienen a acudir a la humanidad tan necesitada de luz y de amor, de una manera silenciosa e imperceptible.
Los coloco, queridos hijos, ante la Llama sagrada del Amor de Dios, delante del Fuego ardiente de Su Corazón, que impulsó la Creación de los mundos y de las estrellas y de toda la Vida Universal.
Los coloco delante de este Sagrado Fuego Divino para que puedan reconocer su filiación espiritual con el Padre Celestial y descubran dentro de ustedes sus orígenes, lo que les hará renacer y encontrar sentido a sus vidas.
Por eso he venido aquí, queridos hijos, no solo para llevar al Cielo la Rosa de Amor que ustedes Me han donado, sino también para entregarles la Llama de Amor de Dios, aquella Llama que vivifica el espíritu y la consciencia, que trae entendimiento y sabiduría, plenitud y confianza en la Voluntad de Dios,
A partir de ahora, hijos míos, siéntanse diferentes, siéntanse otras personas, almas renovadas por el Amor del Padre, que reencuentran el camino que habían perdido hacia su trayectoria espiritual.
Delante de los Sagrados Reinos invisibles de la Creación, guardados en los paisajes naturales de la Tierra, vengo a testimoniar ante de Mis hijos de Argentina el Amor de Dios por medio de Su Sagrada Llama Divina, para que las almas reencuentren el sentido del propósito y de la vida, sin necesidad de alterar la evolución ni de modificar las Leyes Universales, las cuales forman parte de su planeta y de su humanidad.
Respetando la Ley de la Jerarquía, serán dignos de la Gracia de Dios como consciencias y como pueblo, y podrán abrazar el llamado de Dios como lo han hecho en este momento, por más que no lo comprendan o no lo entiendan, sintiendo la veracidad del Amor de Dios en sus corazones, que viene a guiar al mundo hacia el camino del gran despertar.
Que se cumpla en Argentina el advenimiento del Propósito de Dios; que las almas sean partícipes de ese advenimiento y que refugiadas en el Amor de Dios sean partícipes de la venida de Cristo, siendo merecedores de Su Divina e Insondable Misericordia, para constituir en la Tierra los nuevos cristos.
Hoy, ante Mi Presencia Celestial, se consagran almas tan especiales como tantas otras que han escuchado Mí llamado para seguir viviéndolo y cumplíéndolo en el fin de estos tiempos.
Quiero que vengan aquí los que hoy se consagrarán como Hijos de María, porque en pocas palabras, hijos Míos, Yo les he dicho todo lo que Dios necesitaba que escucharan, para el crecimiento espiritual de sus mundos internos y el despertar de sus consciencias a la Vida Divina.
Pueden arrodillarse.
Este “sí” significa una respuesta importante para el Universo. Esa respuesta la acoge Mi Inmaculado Corazón, no solamente de ustedes, sino de todas las almas que forman parte de Argentina y que algún día recibirán el despertar de la consciencia, para darse cuenta que la vida no termina aquí, sino que ella es eterna.
A través de esta consagración ingresen a las nuevas Leyes del Universo, para que sus vidas sean regidas por nuevos principios y siempre sus espíritus sean encomendados a la magnifica Obra del Espíritu Santo de Dios, para que se cumplan en ustedes sus divinos dones y encuentren el camino de servicio, a fin de concretar en la Tierra la segunda venida del Redentor.
Colocando sus manos en señal de recepción, queridos hijos, reciban esta consagración espiritual por todas las almas del mundo, vivificando a partir de ahora el compromiso sagrado con la oración, para que sus almas sean curadas de todo lo que hayan vivido en el pasado, para que sus consciencias sean abrazadas por el Fuego del Amor de Dios y así se cumplan, en ustedes, las Promesas de Cristo.
Escuchando el Himno de su Consagración, elevando la llama de su corazón al Cielo, reciban esta bendición directamente de Mi Corazón Inmaculado, por ustedes y por la Argentina, por el amor predilecto que le tengo a este pueblo y porque de aquí haya surgido un gran misionero de Dios, el Papa Francisco, embajador de Cristo en la Tierra; un pacificador que aprende a vivir la Palabra de Cristo y hacer sobrevivir su Iglesia en estos tiempos críticos, a fin de que triunfe la Iglesia Celestial de Cristo en la humanidad.
Que no existan diferencias, que no existan barreras, que no exista desunión. Que en la esencia de cada alma todas las consciencias se unan bajo un mismo propósito, sabiendo que siempre deberá prevalecer el Amor de Dios para que triunfe, por todos los siglos, Su divino Reino. Amén.
Los bendigo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Les agradezco por haber respondido a Mi llamado.
Una nueva luz llegará a la humanidad y ella deberá nacer a través de todos los Hijos de María.
Aunque algunos ya no estén Conmigo, el compromiso con la Madre de Dios es imborrable en el Universo.
Pero Yo volveré a reunir al rebaño de Cristo para que descubran que detrás de todo ese Misterio de Dios existe algo esencial y primordial que es el Amor, que triunfa sobre todo mal.
Los escucho.
Hermana Lucía de Jesús:
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
A pedido de María, vamos a rezar la oración "Ave Luminosa" y vamos a acompañarla en Su vuelo por toda esta ciudad y por toda esta nación, permitiendo que Su Luz se expanda por este lugar.
Oración: Ave Luminosa.
María nos pide que oremos con más fervor. Aquellos que podamos, vamos a orar de rodillas.
Hijos Míos:
Quiero construir en sus corazones la fortaleza en la que habitará Mi Hijo. Quiero que sus almas sean fuentes de Luz en este mundo y que, a través de cada uno de ustedes, la Luz que existe en Mi Reino pueda llegar a la Tierra.
En este tiempo, ustedes están aprendiendo a ser pacificadores, están fortaleciendo sus corazones y sus espíritus para un tiempo que llegará, tiempo en el que sus consciencias serán como reflectores de Luz en medio de la oscuridad que existirá en el mundo. Pero hoy les digo que jamás teman, porque Mi Corazón siempre estará a su lado y, siempre que clamen, Mi Paz llegará a sus vidas.
Quiero construir, en cada uno de ustedes, los apóstoles del nuevo tiempo, que llevarán la Palabra de Vida, que darán testimonio de la Presencia de Cristo en el mundo cuando Sus Pies toquen nuevamente la Tierra.
Hijos Míos, muchos no creerán en la Presencia de los Mensajeros de Dios; pero, a través del ejemplo de sus corazones, convertirán a las vidas, despertarán a las almas y traerán la paz al mundo.
Quiero que sepan que una Estrella de Mi Corazón es depositada hoy en sus esencias para que se sientan bajo Mi Manto, bajo Mi Protección Celestial, y así se fortalezcan para que puedan fortalecer a otros que no conocen la Luz, que no descubrieron el perdón y la paz.
Por eso, les pido que oren, que profundicen en Mi Presencia y que preparen un camino de Luz para Mi llegada mañana; porque si Me dicen sí, Mi Consciencia podrá actuar plenamente en este país y Mi Paz podrá instaurarse en este mundo, poco a poco.
Necesito la rendición total de sus corazones, porque los pocos que pueden decirle sí a Dios deben decirlo con todas sus fuerzas, con todo su ser y con todo su corazón. De esa forma, será posible que Mi Presencia llegue al mundo, una y otra vez, y que Mi Paz invada a los espíritus y a los corazones.
En este día, Mi Corazón les sonríe, para que su fortaleza sea construida a través de la alegría. Que jamás pierdan la alegría de sus corazones. Si en algún momento de sus vidas se encuentran con tristeza, recuerden que en esta tarde la Reina del Cielo y de la Tierra les irradia una sonrisa para que recuerden eternamente que la alegría siempre debe prevalecer, porque la alegría es un don de sus almas, es un don de esta nación que debe convertirse plenamente a Dios.
Les agradezco siempre por orar Conmigo. Llevo en Mis Manos sus súplicas e intercederé ante Dios por sus almas y por esta amada nación.
Les agradezco.
Hermana Lucía de Jesús:
Vamos a darles un pequeño relato de la Aparición de hoy, a pedido de la Virgen María.
La Presencia de María ya llegaba hasta nosotros a partir de las últimas cuentas de nuestra oración. Ella, como una bola de fuego, como un Sol, recorría toda la ciudad.
Y cuando nos arrodillamos, cuando los portales se abrieron hasta este lugar, fue como si varios Cielos, a partir del Universo, comenzaran a abrirse. Primero descendieron los ángeles, muchas huestes de Luz que cantaban como coros infinitos; no daba para contar la cantidad de ángeles.
Y, en ese momento, ellos nos indicaron que nos aproximáramos al lugar donde María iba a aparecer. Ella llegó hasta nosotros como este Sol, hasta que en cierto momento se fue diseñando Su Silueta de Luz y entonces pudimos verla con todos los detalles.
Ella vino como la Reina de la Paz, pero hoy, de un modo diferente. Ella traía en Su Pecho una estrella dorada de seis puntas y en el centro de la estrella estaba Su Inmaculado Corazón. Esa estrella pulsaba e irradiaba Luz sobre todos nosotros.
Y, en el momento en el que Ella nos pidió que rezáramos la oración "Ave Luminosa", fue como si de alguna forma Su Consciencia se multiplicara y, en omnipresencia, Ella llegaba a muchos lugares de Venezuela. Podíamos verla como muchas Siluetas de Luz y al mismo tiempo que estaba aquí, con nosotros, llegaba hasta esos lugares.
Y cuando Ella nos dijo que una estrella de Su Corazón se depositaba en nuestra esencia, de esa estrella de seis puntas salían estrellas de seis puntas muy pequeñas que entraban en nuestras esencias. Y fue interesante porque, cuando entraban en nuestras esencias, traspasaban nuestro corazón e iban llegando a personas que estaban ligadas a nosotros.
Podíamos ver eso en otros planos. Es un poco difícil de explicar, pero era como si detrás de cada uno de nosotros hubiera muchas personas, una fila enorme, y esa estrella iba pasando de corazón a corazón, iba llegando a una infinidad de personas de nuestras familias y cercanas que están relacionados con nosotros de alguna forma.
Después, mientras los hermanos del coral entonaban la canción del Espíritu Santo, Ella volvió a convertirse en un Sol, que fue creciendo hasta abarcarnos a todos. Dejó Su Presencia impresa en las imágenes que trajimos hoy y después se elevó a los Cielos, agradeciéndonos a todos.
Y una cosa que recordé fue que al comienzo de la Aparición, parecía que Ella iba a permanecer silenciosa, pero nos dio algunas instrucciones y después nos habló a todos los presentes:
"Queridos hijos, están cursando una escuela de pacificación y de fortalecimiento. Cuenten Conmigo para descubrir esa escuela y para descubrir Mi Presencia en las dificultades de la vida".
Y así, Ella nos invitaba a fortalecernos, sobre todo los hermanos de Venezuela, ante las situaciones que vivimos, y a sentir que cada acontecimiento de nuestra vida nos invita a un aprendizaje diferente, del que nos podemos valer para madurar, para crecer en espíritu y en consciencia.
Muchas gracias a todos.
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más