Segunda Serie de Poemas
Séptimo poema de un alma al Sagrado y Bendito Corazón de Jesús
Delante de Ti, postrado, Señor,
aspiro a alcanzar Tu misma simplicidad para que,
bajo ese espíritu soberano y amoroso
yo lleve adelante Tus Designios
y Voluntades.
Hazme capaz, Señor,
de amarlo todo
así como Tú, Dulce Pastor,
amas a cada una de Tus ovejas.
Entrégame con confianza
la prueba que Tú
has pensado para mí
a fin de que yo pueda crecer en el amor
y desvanecer de mi consciencia
toda soberbia y arrogancia.
Hazme semejante a Tus siervos,
disponibles en el amor,
entregados en el servicio,
abiertos a Tu Misericordia y a Tu Perdón.
Que Tú puedas
curar a este ser profundamente
y que puedas llegar hasta los espacios
en donde ni siquiera logro percibir la realidad.
Sé que Tú, querido Jesús,
lo puedes todo.
Acepta mi pequeñísima oferta,
en comparación con la oferta
de todo el Universo.
Convierte dentro de mí
todo lo que no está bien
y ábreme la puerta segura
para que mi alma se pueda sumergir
en el océano de Tu Divina Consciencia.
Que nunca deje de sonreírle
a la vida que Dios me ha entregado.
Concédeme, Señor mío,
la fuerza de Tu renovación
para que la humanidad sea renovada
en espíritu y esencia,
y así vivamos la redención
tan esperada.
Amén.
¡Les agradezco por guardar las palabras de esta alma en sus corazones!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Sigo camino hacia el encuentro de las necesidades planetarias, hacia el encuentro de las almas que más necesitan de Mi Corazón en este tiempo.
Compañeros, acompañen a su Maestro por esta nueva senda de Luz que los ayudará, como hermanos, a disolver las apariencias, las diferencias y los conflictos.
Caminen a Mi lado con la linda sonrisa del espíritu, para que todo en su interior sea curado y redimido.
Anímense a trascenderse a sí mismos y a ingresar en esta escuela del amor curador para que sus corazones sean aliviados.
Los animo al cambio de la consciencia para que sus corazones sirvan al Creador de todo lo que existe.
Les dejo Mi Paz y Mi Amor renovador.
Sigan adelante y en estos días esperen la llegada del Rey Universal.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Queridos hijos:
En la víspera de esta Natividad del Señor, quisiera que todos Mis hijos trabajasen, todos los días, bajo el espíritu de la alegría y del amor por estar sirviendo a Dios.
Quisiera que en sus rostros se reflejase su sonrisa por recibir esta próxima Natividad como algo especial y único, para que así también el espíritu de las familias siga siendo ayudado.
Para eso, hijos, los invito día a día a renovarse, a estar en Cristo y por Cristo, viviendo cada momento como algo primordial, sabiendo que todo lo que hagan repercutirá en el mundo.
Quisiera que sus labios no se cansaran de alabar al Señor, por que grande es Su Gloria y Su Misericordia para con el mundo; mundo que necesita en este tiempo de infinitas intervenciones y gracias.
Celebren todos los días y no se cansen de hacerlo; celebren de corazón y háganlo por sus hermanos del mundo que pierden el sentido de vivir y la oportunidad de amar, así como Yo les enseño todos los días.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Que no falte la confianza absoluta en que todo, en el nombre del Señor, saldrá bien; porque en estos tiempos las almas necesitan aprender a sobrevivir y a permanecer en Dios para que la perfecta e invencible unión con el Reino de los Cielos se establezca.
Esa confianza, que todos los días podemos tener en Dios, es lo que atrae el efecto de los milagros y de las cosas maravillosas que pueden suceder durante el camino de la vida espiritual.
Por eso, hijos Míos, alégrense, sonrían y agradezcan a Dios; porque Su Plan, que parecería imposible de llevarse adelante, estará siendo realizado bajo el espíritu de la caridad, de la fraternidad y del esfuerzo, para que más Gracias y más milagros se materialicen en este planeta y en esta necesitada humanidad.
Yo los animo a decir sí a cada nuevo servicio, para que las puertas a la Misericordia de Dios se mantengan abiertas.
¡Buen comienzo de trabajo para todos Mis misioneros!
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos, quisiera verdaderamente que toda la humanidad conociera los desiertos por los que caminé, por los que sigo caminando para auxiliar a Mis amados y pequeños hijos que intentan huir del terror que se apoderó de sus casas y, muchas veces, de sus corazones.
Quisiera que todos los que confían en Mí pudieran ir al Medio Oriente para ver con sus propios ojos la realidad del planeta y ayudar con sus propias manos a los que ya perdieron la esperanza de seguir viviendo en este mundo.
Quisiera tener en el campo de refugiados un gran ejército celestial que, vestido con Mi Manto, irradiara silenciosamente Mi Paz. Pero eso lo harán con sus corazones, con sus oraciones más sinceras.
Digo que quisiera verlos allí, físicamente, porque para muchos esa es la única forma de despertar la consciencia. Existen aspectos ocultos de sus seres a los que no les basta la oración para que vivan la transformación. Necesitan ver y sentir, en carne propia, que el fin de los tiempos ya se aproxima; que el Armagedón ya se inició, no solo en el espíritu y en la mente de los seres humanos, sino también en la vida material de muchos.
Si descubrieran, hijos Míos, el verdadero poder del verbo orante, no necesitarían ir hasta Medio Oriente para que Mi Misericordia se derramara, pero aún son inmaduros en la vida del espíritu. Y, para que Me abran las puertas de sus corazones y de sus consciencias, necesito que vivan una experiencia que los transforme por completo.
No será como en África, donde encontraron un dolor secular, un dolor que nació de la indiferencia de la humanidad, del abandono, de la falta de amor. En Medio Oriente, hijos Míos, encontrarán los frutos del caos y del mal, que intentan triunfar más allá de Mi Inmaculado Corazón, pero que no lo conseguirán, porque enviaré a Mis soldados adentro de este reino de tinieblas para aliviar el dolor de aquellos hijos Míos que fueron tocados por el frío del miedo, del terror, del desamparo.
Quiero que todos los seres orantes acompañen esta misión con la consciencia absoluta de que sus hermanos estarán ingresando, en Mi nombre, en tierras que un día pertenecieron a Dios, pero que poco a poco están siendo tomadas por la oscuridad.
Yo iré, con Mis hijos, a rescatar a los corazones perdidos y necesito que ustedes Me acompañen. Quiero, con los simples actos de servicio y caridad, arrancar del trono del mal a aquel que cree que tiene más poder que Dios.
Aun silenciando Su Sagrado Corazón, el Poder del Creador se irradia profundamente a todas las cosas. Quisiera contar con hijos más maduros, dispuestos a trascender las leyes y tendencias de este mundo, para vencer todos los días la indiferencia que la humanidad común ya vive de una forma tan normal.
Hijos, quisiera despertar en esta noche sus consciencias a la realidad planetaria, pero también a la vida superior para que fortalezcan, en la llama del Espíritu de Dios, las pequeñas llamas de sus esencias, para que así sean suficientemente fuertes para permanecer en este mundo como si no pertenecieran a él; para vivir, en un tiempo de caos, irradiando la paz de sus corazones sin nunca perder la certeza del triunfo de Dios, independientemente de lo que suceda a su alrededor.
Pero, para que puedan vencer las leyes de la Tierra y vivir bajo las Leyes Divinas, que retiran sus mentes de las irradiaciones e influencias de este mundo, necesitan ser perseverantes y esforzarse un poco más para no ser tan comunes como los que no Me conocen.
Cada uno sabe lo que necesita transformar en su vida y aquellos permisos que aún le dan a la propia consciencia de no vivir el amor, la fraternidad y la unidad con Dios para afirmar la propia voluntad.
Hoy, les pediré que vuelvan a leer las Palabras que Yo pronuncié en la mañana de hoy, porque Yo les mostré la realidad del planeta, lo que más le preocupa a Mi Inmaculado Corazón en este tiempo y, como Madre de los refugiados, los llamé a auxiliarme, humildemente, para que esta misión se cumpla, y también les mostré la realidad del universo, el Silencio de Dios como respuesta a lo que ocurre en el mundo, el Silencio que estremece el corazón de todas las criaturas en el Cielo.
El Silencio del Creador parece eterno y deben aprender a sentirlo, porque tiene la intención de hablarles a los corazones humanos. Ya no hay criatura en el universo que conozca el desenlace del Plan de Dios y, en Su Silencio, el Señor quiere revelarle Su Verdad directamente al corazón humano como última alternativa para que despierten al cumplimiento de Su Plan.
Sé que muchos vienen, a Mi encuentro, buscando una solución para sus vidas, para sus problemas y sufrimientos. Sé que muchos quieren escuchar Mi Voz para encontrar aquí un aliento, un amparo para las situaciones que ya no saben cómo superar y, sin embargo, hijos Míos, Yo les muestro la realidad del mundo, Yo coloco una necesidad mayor por encima de sus pequeñas necesidades; porque aprenderán a superar los obstáculos de sus vidas, descubriendo que existen obstáculos mayores en la vida de sus hermanos. Y es auxiliando al prójimo que los problemas propios se disuelven y desaparecen.
Si quieren una respuesta o un alivio para sus dolores, alivien el dolor de los que viven a su lado y también muy distantes.
Busquen servir y pronto verán cómo desaparecerán todos los males de sus vidas.
Busquen encontrar a Dios, sentir Su Divina Consciencia y descubrir la capacidad de unidad con Él, que es única en sus corazones.
Cuando comiencen a sentir Su Presencia dentro de sus esencias, nada más les importará. Disolverán su pequeñez en la grandeza del Creador y solamente aspirarán a retornar a Su Reino.
Quiero llamar aquí a los que se consagrarán como Hijos de María y quiero decirles que se están sumando a un ejército de paz que estará amparado por Mi Corazón, al que le daré todo, pero también le pediré todo.
De los Hijos de María, buscaré el esfuerzo, les pediré la total transformación, les pediré que venzan el parecer propio para cumplir con la Voluntad de Dios; les pediré que venzan el propio cansancio cuando llegue la hora de orar sin cesar; les pediré que clamen por el mundo, aun cuando aquellos que más aman estén necesitando sus oraciones; les pediré que se unan a Dios, aunque a su derecha y a su izquierda este mundo parezca desaparecer. Les pediré que se mantengan en paz y que irradien paz al mundo cuando la desesperación se apodere del corazón de muchos.
Por eso, los consagro, los bendigo y los acojo en Mi Manto todos los días, cada vez que vengo a este mundo. Necesito que muchos Hijos de María impregnen la Tierra, que Mi ejército se expanda por los cuatro puntos del planeta, porque todo el planeta necesitará de aquellos que den testimonio de Mi Presencia, de aquellos que anuncien una esperanza, de aquellos que no permitan que se apague la llama en el corazón de sus hermanos, de aquellos que sostendrán a otros de pie, con la cabeza erguida y los ojos abiertos, para ver el Retorno de Mi Hijo cuando Su Luz brille en la oscuridad y traiga nuevamente el Sol a este mundo.
Esos deben ser los Hijos de María, aquellos con los que puedo contar a cualquier hora, en cualquier lugar. Sé que muchos no comprendían lo que estaban haciendo cuando levantaron sus manos y se ofrecieron para consagrar sus almas a Mi ejército de amor.
También sé que, ante estas Palabras, muchos no se sienten preparados para vestir Mi Manto sobre sus cuerpos. Pero Yo les digo, Hijos Míos, que la preparación vendrá cada día, poco a poco, cuando Mi Corazón los fuera formando, construyendo en su interior la fortaleza que amparará a otros, que acogerá a muchos.
Por eso, no se preocupen, no se sientan indignos de estar ante Mí, no tengan miedo de decirme sí, porque Yo los ayudaré siempre cuando estén dispuestos a responder a Mi llamado.
Ahora canten, para que la alegría nunca se pierda. A pesar del dolor del mundo, la alegría debe permanecer en sus corazones, transmutando y trascendiendo el sufrimiento, haciendo sonreír a los que solo conocen el dolor.
Nunca pierdan, hijos Míos, la capacidad de sonreirles a los que se entristecen. Nunca pierdan la alegría y la voluntad de acoger en sus brazos a los que necesitan un poco de esperanza. Dios se encuentra en la sonrisa de los puros y establece Su Reinado en los mansos de corazón.
No es que serán indiferentes y sonreirán ante el sufrimiento del mundo. Lo que estarán haciendo, hijos, es abriéndole una puerta a Dios, porque el enemigo espera verlos tristes, sin esperanza, sin amor, pero ustedes permanecerán alegres porque, a pesar de todo, la certeza del triunfo de Dios nunca desaparecerá de su interior.
Sabrán que, en el momento de mayor tribulación en el mundo, cuando todo parezca perdido, el Cielo se abrirá y aquel que un día les sonrió buscará una sonrisa, una sonrisa pura y verdadera, un respiro, el aliento de finalmente encontrar al Rey del Universo.
Les agradezco y les pido que despierten a la verdad de sus corazones.
Que escuchen a Dios que, en silencio, quiere encontrarlos en sus esencias.
Prosigan en paz y en profunda alegría por haberse encontrado Conmigo.
Les agradezco.
Sonríele a la vida, para que el brillo de tu alma resplandezca ante las tinieblas.
Alégrate por entero, ya que has ingresado en el Océano de Mis Gracias.
Sirve sin demora, para que tu ser se done por entero.
Ábrete a lo nuevo, porque así tu ser será conducido.
Mira hacia adelante y verás reflejado en el Cielo el diseño perfecto de Mi Sagrado Corazón.
Dónate a Dios; ese es el lema para estos tiempos, y esta donación siempre deberá ser alegre para que la esperanza abra los nuevos caminos en la vida.
Adórame incondicionalmente, así tu espíritu estará unido a Mis Comandos Mayores.
Es hora de entregarse sin miedo, porque no existe mayor valor que hacer todo por amor al Plan de Dios.
Nunca olvides que el Camino de Cristo es el Camino ofrecido a todos, pero solo algunos consiguen lanzarse por entero en Mis Brazos, porque saben que Yo les pediré cosas inalcanzables, pero no será nada mayor a lo que ustedes pueden realizar; Mis Obras son simples y verdaderas, Mis Obras quieren llevar a todos los hijos de Dios al Paraíso.
Ustedes deberán reconocer en humildad lo que Yo les pido, porque eso será necesario para la redención del mundo.
Bajo la Gracia Sublime de Dios, sean bienaventurados.
Gracias por vivir en Mi Eterno Corazón.
Cristo Jesús
Que nunca se borre la alegría de los rostros de Mis discípulos por estar sirviendo a Dios.
Que la alegría pueda reflejarse como luz y como cura en sus rostros, para que aquellos que han de despertar Me reconozcan al instante en cada interior.
La verdadera alegría espiritual es lo que falta en el mundo para poder curar los dolores, los sufrimientos y los grandes males. Por eso, en estos tiempos, Yo reflejaré sobre los Míos la alegría infinita de Mi Corazón y lo haré como en el pasado, así podrán ver en los buenos rostros Mi Sonrisa reflejada en amor y en compasión.
Aquel que ora Conmigo desde el corazón, podrá reflejar la belleza de Mi Sonrisa y en consecuencia podrá reflejar Mi Alegría Eterna, la de poder estar con ustedes; así verán cómo, en la alegría, sus pruebas y desafíos serán más leves, porque estarán imitando Mi gran Sonrisa de luz.
Sonrío a los pequeños niños, sonrío a aquel que Me devuelve con amor una sonrisa desde su corazón. La cura es necesaria en estos tiempos, por eso nunca dejen de sonreír con la luz de su corazón, porque así la cruz de ustedes será más liviana y podrán estar Conmigo sonriendo al mundo para aliviarlo de su gran dolor.
La Alegría Celestial hace bellas a las almas que la conectan y se unen al Amor Universal.
Bajo el Amor del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por sonreír desde el corazón.
Cristo Jesús
Queridos hijos:
Hoy, una vez más, en Mi visita espiritual a Medjugorje, Yo les pido que reconozcan la presencia de Mi Paz en vuestros corazones. Mi Amor quiere convertir vuestras almas en un jardín de rosas y en un inagotable manantial de paz.
Hijos Míos, aceptando este llamado de Mi Corazón Materno, en ustedes no existirá más dolor, para que así nazca de nuevo el Amor del Redentor.
Queridos hijos, quiero que vuestras consciencias ya no reclamen más por las dificultades y por las pruebas de la vida. Yo los invito a permanecer en Mis brazos Maternales para que caminen en el sacrificio.
Pequeños Míos, el mundo está cargando con mucho dolor, por eso, ustedes deben ser verdaderas emanaciones de Mi Paz sobre la faz de la Tierra.
Queridos hijos, para corregir el pasado, las pruebas o el dolor, deben entregar vuestras vidas a las Manos del Creador. De esa manera, en nombre de todos los que no oran, no adoran y no aman a Dios, ustedes estarán haciendo una importante entrega de vuestros corazones al Altísimo.
Caminen, en este tiempo, bajo la Valentía y el Amor de Cristo, porque vuestros corazones misioneros ahora deben darlo todo por la humanidad.
Sonrían a la vida que Dios les ha dado con tanto amor; agradezcan desde el corazón y sirvan en paz a los más necesitados mediante la oración y el servicio del corazón. De esa forma, las torres de la paz se erguirán desde la Luz de vuestros corazones.
¡Les agradezco por estar viviendo Mi llamado!
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Vengan hacia Mí; Yo los protejeré. Vengan hacia Mí; Yo los amaré. Vengan hacia Mi Reino en confianza; vivan en Mi Paz.
No hay nada más precioso en las almas que el reflejo de un dulce corazón. Yo reúno corazones para que ellos celebren Conmigo en la oración. Más bella que los Cielos es la sonrisa de nuestro Altísimo Señor. Vengan todas las almas hacia Mi Inmaculado Corazón porque Yo les haré beber de la Fuente de Mi Paz.
Que los peregrinos caminen por Mi sendero de rosas. Que unidos a Mi Corazón oremos por la paz. Es muy simple lo que Dios les pide: solo estar en oración y ser una viva oración.
Para que más corazones sean salvos el Señor necesita de la donación de sus instrumentos: instrumentos de la Paz, instrumentos del Amor, instrumentos de la Redención, instrumentos de la Conversión para todos los corazones.
Sepan, Mis pequeños, que Mi Inmaculado Corazón los guía y que Mi Corazón de Sierva es guiado por los prodigios y la Misericordia del Señor. Mi Corazón es un instrumento de amor y de paz, el cual Yo los invito a contemplar. Quiero que sus corazones reinen en Mi Corazón para que la soledad en las almas se acabe, para que la nueva alma restaurada por Mi Amor reconozca Mi oración y se una a ella.
Hoy, Mis pequeños, que los abrace por entero el Reino de la Paz para que todo conflicto interior se libere de los corazones doloridos. Es posible, Mis pequeños, conocer un Reino de Amor y de Paz. Por eso, Yo vengo a diario desde este lugar para traerles la Luz de las alturas. Busquen, Mis queridos hijos, permanecer cada segundo dentro de Mi Inmaculado Corazón para que sus corazoncitos se conviertan en Redención y en Perdón para muchas almas a las cuales Yo quiero llegar en este fin de tiempo.
Sean partícipes de la Luz Eterna que está apareciendo nuevamente para sus corazones. Unan sus corazones a Mí.
Los Ama,
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más