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Que hoy reine la paz en sus corazones, hijos Míos, para que se aproximen a Dios y así se disuelvan sus inquietudes y miedos, sus abismos y angustias.
Que hoy reine la fe en sus almas y el amor en sus espíritus, para que sepan que cuando responden al llamado celestial, a pesar de todas las batallas, de todas las miserias, dudas y miedos, el Amor de Dios siempre triunfará.
Hoy vengo con el rosario entre Mis manos a pedirles que sigan orando por este mundo. Mis ojos ven cosas que ustedes no pueden alcanzar, no podrían aceptar o creer y que suceden en la humanidad. Pero sus corazones y sus oraciones sí, hijos Míos, pueden llegar no solo a las almas perdidas, sino a situaciones profundas y desconocidas que tienen sus raíces en lo más interno de las consciencias de las naciones.
Ahora que ya aprendieron a estar en Mi Corazón, a amarme y a reconocerme como su Madre y Protectora, como Aquella que acompaña no solo la cruz de Cristo, sino la cruz de cada hijo de Dios, ahora, Mis amados, sean más conscientes de su misión Conmigo.
Que cada día los lleve a profundizar no sólo en la transformación y en la rendición de sus vidas, sino en su servicio a este planeta herido y a su humanidad enferma y carente de amor. Esto se logra a través de la oración cada vez más profunda, del canto cada vez más sincero, del servicio cada día más abnegado, de la entrega cada día más completa de sí mismos.
Tomen sus rosarios todos los días y oren Conmigo. Oren suplicando al Padre por este mundo, por aquello que sus ojos no pueden ver.
El Tiempo de Dios ya se aproxima a la Tierra y las promesas de un nuevo mundo, en donde el Reino de su Padre se expresa, ya se aproximan a su manifestación. Las promesas que unen en sí a todas las religiones verdaderas y que hacen que ellas se plenifiquen en una verdad única, ya se aproximan a su expresión, ya se tornarán vida.
Más antes de esto, hijos amados, el Libro del Apocalipsis y todo lo que fue retirado de él por las manos de los hombres, también se cumplirá.
Muchas pruebas duras y profundas tocarán la consciencia de las naciones como la de los hombres, y para hacer de cada uno de esos momentos verdaderos triunfos de Dios y no del caos, ustedes deben estar en permanente oración.
Es posible, hijos, vivir la cruz y hacer triunfar en ella a un Amor nuevo y a la Misericordia Divina; así como es posible vivir el Apocalipsis y el Armagedón y hacer de esto una confirmación de sus almas ante Dios, del potencial que hay en sus corazones, como Sus hijos.
Fueron creados para amar y para renovar el Amor, y esto sucede más allá de todas las circunstancias del mundo. Solo es necesario, hijos, orar de corazón, servir con amor, entregarse, estar en Dios, buscar al Padre cada día, en cada instante.
Mi Corazón en silencio los inspira, los conduce a este propósito y acompaña sus pasos. Mi Amor sustenta su cruz, Mi Gracia los auxilia en sus caídas, Mi Paz los renueva y los hace descubrir quiénes verdaderamente son.
Por esto, en este camino, oren, hijos Míos. Oren por el mundo, oren por la paz.
Yo los bendigo y les agradezco por responder a Mi llamado.
Su Madre María, Rosa de la Paz
Hoy regreso a uno de los lugares de la Tierra, en donde Mi Consciencia reposa para poder meditar y tomar nuevas decisiones, como lo hacía en el Monte de los Olivos.
Este lugar, en donde se encuentra este Monasterio consagrado a Mi Corazón, es uno de los más preciosos tesoros internos de su Maestro y Señor, porque a través del Monasterio presente en los Andes colombianos, se pueden espejar hacia la superficie las reliquias espirituales más grandes que los Andes guardan desde antes de la existencia del ser humano.
Aunque no lo parezca, la cadena montañosa de los Andes es un gran recinto interno, en donde la vida de otras estrellas se puede expresar y, en consecuencia, ayudar a la humanidad.
Si dicho Monasterio no existiera en este lugar, en el que se encuentra hoy, las Américas no podrían ser contenidas en los grandes movimientos sísmicos.
Al existir un humilde Monasterio dedicado a la contemplación y al servicio, no solo la región se ve beneficiada, sino también el país y los países hermanos que lo rodean, porque todo parte de la consciencia, y de la consciencia nace la posibilidad de expresar la Voluntad de Dios.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
No existe mayor fuerza espiritual que la Fe de Mi Corazón, porque en Mi Fe Yo los sostengo, los guío y los protejo de todo mal o adversidad.
La Fe de Mi Corazón, en ustedes, es capaz de disipar cualquier situación que se oponga a la Voluntad del Padre porque la Fe de Mi Corazón, en ustedes, fue lo que Me permitió llegar hasta lo alto del Monte Calvario y sobrevivir por el poder humilde que Me daba la Fe.
Sea la Fe de Mi Corazón el portal que los conduzca a Dios y así podrán, con confianza, dar los pasos en la Escuela del Amor y del Servicio.
Que la Fe de Mi Corazón, en ustedes, ilumine los espacios, consciencias y lugares por donde vayan, para que el Amor Crístico colme a los corazones que sufren y que perdieron la fe.
Que la Fe de Mi Corazón, en ustedes, les demuestre la fuerza poderosa que tiene la devoción y que, en alabanza a Dios, lo más profundo de ustedes pueda ser curado para que la humanidad también sea curada de todo lo que vive.
Por la fuerza de la Fe de Mi Corazón los bendigo y les doy la Paz.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Finalmente, llegué a la Amazonia y desde ahora preparo las bases espirituales para que en la Ciudad de Manaos, después de la Maratón de la Divina Misericordia, se establezca una base permanente de trabajo y de asistencia, no solo humanitaria sino también de servicio a los Reinos de la Naturaleza.
Llegó el momento, después de tanto sufrimiento, de que los Reinos Menores sientan el amor y el amparo de los seres humanos. Por eso, un espacio de preservación, de cuidado y de restauración de los Reinos Menores deberá ser creado en Manaos, para que los mismos tengan un lugar de paz y de cura para después continuar su evolución.
Cientos de especies vegetales y animales necesitan del cuidado y del servicio de los seres humanos, la que será una tarea fundamental para esta Obra, fundada en los principios del amor y de la hermandad.
La asistencia a los Reinos y a los pueblos originarios por parte de la Orden Gracia Misericordia será de alivio y de acogimiento, ante un proceso de desigualdad, de abandono y de explotación.
Dos sectores de trabajo se establecerán en Manaos: uno a través del servicio humanitario y otro a través del servicio de la Orden Gracia Misericordia a los Reinos de la Naturaleza.
¡Les agradezco por guardar Mis aspiraciones en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Compañeros:
La cruz de la humanidad, que es espiritual y que Yo puedo compartir con ustedes, nunca será demasiado pesada, pero en algunos momentos la sentirán.
Esa cruz representa la situación planetaria y a las almas que necesitan aliviar sus deudas a través de una Gracia extraordinaria.
Esa cruz que Yo comparto, solo la cargan aquellos que son conscientes y maduros en su compromiso y que son capaces de dar, más allá de ellos mismos, un poco más de lo que verdaderamente podrían dar en este tiempo.
Así, ellos son capaces de cargar Conmigo la cruz de estos tiempos, la cual liberará a la humanidad de todos los errores cometidos.
La cruz que Yo comparto significa asumir y soportar una carga espiritual interna y psíquica que tal vez nunca antes soportaron, y eso es para compensar los graves errores que la humanidad hoy comete y que se han vuelto impagables.
Por eso, este es el ciclo de verdaderamente confirmar dentro de sí la amplitud interna de ese compromiso, el que los colocará en el camino del sacrificio y de la entrega absoluta, en el nombre de su Maestro y Señor.
Muchos no aceptan compartir Conmigo esta cruz, pero Yo me sirvo plenamente de los que mediante la oración y el servicio abnegado se entregan para agradarme y aliviarme de lo que veo del mundo.
Que la cruz sea para ustedes la victoria hacia un nuevo y decidido paso espiritual.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor Cristo Jesús
Compañeros:
La verdadera consagración es interna y profunda y, esa consagración, se refleja cuando el alma expresa sus virtudes a través del servicio, de la caridad, del bien y de la incondicionalidad.
La consagración es el portal interior que se abre para el alma y para la esencia, para que, al atravesarlo, los núcleos más profundos del ser se vean delante de Dios a fin de comenzar a cumplir y a vivir Su Voluntad, cueste lo que cueste.
Por eso Mi adversario arroja toda su furia cuando las almas dan pasos y decididas, sin nada ni nadie que las detenga, siguen el camino de la consagración, porque después de ese paso llega el camino de la trascendencia para poder alcanzar, algún día, el camino de la perfección.
Ese camino de la trascendencia es el del verdadero desprendimiento y desapego de sí mismo, al punto de estar ante la batalla interior de vencer, en el nombre del amor y de la verdad, los aspectos de la indiferencia, de la omisión y de los pecados capitales.
Cada vez que un alma, que camina en la consagración, se ve delante de la oportunidad de dar un nuevo paso espiritual y de renovarse, nuevas luchas llegarán para trascender y morir a más cosas que el alma en su aspecto egoico cree de sí misma.
Todo eso es para alcanzar y vivir el absoluto y poderoso Amor Crístico que les dará la libertad para siempre.
La consagración es la oportunidad de rasgar los viejos velos de la consciencia y es la gracia permanente de poder estar al servicio de Dios.
¡Les agradezco por guardar Mis palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Yo les doy Mi Paz para que también la puedan vivir durante los momentos cruciales.
Les doy Mi Paz para que la puedan sentir, aun en los momentos de dificultad o de desierto.
Mi Paz puede ser vivida por aquellos que se dispongan a encontrarla en la convicción de servir, en el esfuerzo de donarse y en la oportunidad de sacrificarse por los demás.
Mi Paz puede estar permeando y colmando los corazones que se propongan estar dentro de esa cadena de amor, que es impulsada por el Universo.
A través de Mi Paz alcanzarán también la sabiduría y, a pesar de las circunstancias o de las pruebas, ustedes podrán saber claramente la dirección y el camino a seguir dentro de Mi Plan de redención y de perdón.
Mi Paz los llevará a encontrar la Verdad y a reconocerla dentro de ustedes. Eso los ayudará a crecer en consciencia y así, sus almas tendrán el gobierno sobre sus vidas y caminos.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Queridos hijos:
Dios está atento a la voz de sus súplicas porque este es un tiempo de grandiosas necesidades espirituales, mentales y físicas.
Este es un tiempo en el que la solidaridad y el bien deberán penetrar en lo más profundo de la consciencia para que, de verdad, exista un cambio y un despertar.
Este es el tiempo de llevar al mundo este mensaje: es momento de considerar al semejante y de servir a los demás, porque esta sagrada acción permitirá que sucedan milagros y que almas que están absolutamente perdidas puedan ser rescatadas, así como ustedes fueron rescatados por el Amor de Dios.
Solo que este momento es crucial y definitivo, es un momento delicado en el que, todos los días y en oración, deberán pedir sabiduría y discernimiento para todos los que toman decisiones precipitadas y pierden completamente el sentido verdadero de la realidad.
Como Madre de la Gracia y de la Misericordia de Dios cuento con cada uno de Mis soldados orantes para que, en este momento de inflexión planetaria, todo se mantenga en su armonía y en su equilibrio.
Esa es la razón por la cual en los próximos tiempos se atenderán, a través de las peregrinaciones, situaciones de emergencia interior y de emergencia exterior.
El Sagrado Corazón de Jesús y el Inmaculado Corazón de María, con el apoyo del Castísimo Corazón de San José que hoy vive Su recogimiento, irán al encuentro de las necesidades más difíciles y enviarán, por indicación e inspiración, a todos Nuestros servidores a atender y socorrer lo que sea necesario, como buenos padres y buenas madres, como impecables servidores y colaboradores.
Por esa razón, hijos Míos, todo este movimiento que se aproxima y que será de una inmediata entrega de sí, los ayudará a olvidarse de ustedes mismos y a colocar dentro de la balanza de la Justicia Divina, la grave y crítica situación planetaria. Porque no podemos permitir que este Proyecto humano de Dios sea desestimado.
Todo el esfuerzo que fue ofrecido, en los últimos años y hasta los días de hoy, por muchos grupos de oración, de adoración y de servicio, está siendo utilizado para compensar las deudas más graves de la humanidad, ocasionadas por el aborto, por la prostitución y la explotación de niños, adolescentes y adultos, por el comercio de la esclavitud, por la deforestación del planeta, por la extracción de minerales, como también por la caza desmedida de las ballenas y de los animales marinos.
Todo lo que hoy sucede necesita muchísima e incansable oración para que la Justicia Divina no caiga sobre la humanidad.
Desde ahora estoy agradecida por la consciencia y la apertura de sus corazones y vidas al llamado de servicio de la Madre de Dios.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Cuando Yo llego al mundo, observo y contemplo todas las necesidades y situaciones del planeta.
Yo les enseño a contemplar, junto Conmigo, todas las necesidades para que a través del amor sean suplidas; sean suplidas por un amor que sea capaz de testimoniar, por ustedes mismos, la Presencia inconfundible de Dios.
Por eso, Yo les ofrezco en este momento, la oportunidad de amar y de percibir una realidad tan necesitada, la que a través del servicio debe ser resuelta.
Este es el tiempo de ofrecerse, como se ofrecen Mis hijos en el mundo y los apóstoles del amor, para que se cumpla la Voluntad del Padre que todo lo abarca.
Les agradezco por guardar Mis palabras en el corazón.
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
De Mi Corazón brota la Sangre de redención y de vida, porque en Mi Corazón existe aún la Llaga que fue abierta una vez en la Cruz. Una Llaga que en ese momento nadie conoció. Solo Mi Madre y las Santas Mujeres, como también Juan el Apóstol conocieron el surgimiento de esa Llaga material y espiritual.
Esa Llaga fue la última y gran entrega espiritual, mental y moral de Su Señor.
En verdad, más que las Llagas de las manos y de los pies, fue la Llaga que hasta los días de hoy justifica los errores de la humanidad y es la Llaga que permite que Yo esté aún aquí, entre ustedes, para anunciar y proclamar el Reino de Dios dentro de cada ser y en toda la Creación Universal.
Esta es la Llaga que testimonió el Amor de Dios por los hombres, a pesar de que estuvieran equivocados o estuvieran en la mayor y absoluta oscuridad.
Esta es la Llaga que aún deberá ser aliviada, que es causada por la ignorancia de los que no viven a Dios y por la indiferencia de los que le dan las espaldas y se van, abandonando el Amor del Redentor.
Esta es la Llaga de Su Maestro que aún deberá ser curada por mucho tiempo más. Y lo que la cicatrizará, algún día, será el amor de los que son bienaventurados y no tienen preconceptos de la Obra Universal y Divina de Su Señor.
Esa Llaga será curada a través de los que ayuden y se entreguen a la transmutación silenciosa.
Esta Llaga será curada a través de todos los que confíen ciegamente en Mí, más allá de lo que les suceda, atraviesen o purifiquen, porque si aún llevo en Mi Corazón la Llaga del dolor y de la ignorancia del mundo, será posible a través de los Míos que esa dolorosa Llaga sea aliviada como lo es en cada momento de adoración, de oración y de comunión Conmigo.
Porque cuando todo suceda y cuando Mi Llaga sea curada, ustedes solo tendrán refugio en Mi Corazón, en Mi Vida Divina y en Mi Presencia.
Nunca dejen de ser generosos con los demás, amorosos con los que están mal y sufren.
Nunca dejen de servir y de entregarse por Mí, porque llegará el día en el que, en la Gloria del Padre, se sentarán a Mi mesa y Yo los coronaré a cada uno por sus esfuerzos y méritos internos.
Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón.
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Compañeros:
Siento una alegría inmensa e inexplicable para ustedes, al poder retornar a una de Mis casas predilectas y Núcleo de Servicio por la humanidad.
Después de una larga caminata, su Maestro y Señor llega al corazón de cada uno de los presentes para que, en adoración y en silencio, Él pueda reposar junto a Sus discípulos y orantes peregrinos.
Este es un momento especial porque, a partir de hoy, los Núcleos-Luz se prepararán, después de tantos años, para algún día convertirse en Centros de acogimiento y de soporte humanitario en el tiempo actual de transición.
En los Núcleos-Luz existe el arquetipo principal de los atributos de las Comunidades-Luz, ellos son los brazos y las manos extendidas al mundo que pueden acoger, recibir y aliviar a los que sufren. Todo esto es un tesoro de la Jerarquía Espiritual, porque los Núcleos-Luz son espacios dedicados a ayudar a las almas a dar los primeros pasos en la fraternidad, en el bien y, sobre todo, en el amor.
Si los Núcleos-Luz no existieran como sustentadores y pilares fundamentales de la Obra de la Jerarquía, hoy no sería posible llevar el servicio humanitario y fraterno al mundo, porque los Núcleos-Luz no solo son espacios para reconectarse con el sentido del mundo interior, sino que ellos representan la experiencia y la síntesis de las Comunidades-Luz.
En síntesis, los Núcleos son frutos del árbol sagrado, de un árbol que a través de las almas y de los servidores deberá seguir sembrando el perdón y la redención en los corazones espiritualmente más necesitados.
Desde siempre estoy agradecido por el eterno y amoroso servicio de las almas de este y de todos los Núcleos-Luz. Estoy agradecido por los que en la fe aún sostienen la antorcha de su Señor sobre la superficie de la Tierra.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Hijos:
Mientras el mundo y la humanidad sufran, siempre habrá servicio para hacer y para ofrecer.
En el servicio encontrarán la puerta correcta para salir de ustedes mismos todos los días.
El servicio no los hace pensar en sus procesos o en sus desiertos.
El servicio les quita la sed interior y los libra de cualquier vacío.
El mundo y la humanidad, especialmente, necesitan servirse recíprocamente para que las faltas más graves ocasionadas a la Creación y a los Reinos de la Naturaleza sean perdonadas.
Imiten a Mi Hijo. Sean, como Él, almas en eterno servicio a Dios y a los más pobres, entre los pobres, espirituales y materiales.
Alégrense cuando el Universo les envíe un nuevo servicio y, así, se liberarán de ustedes mismos.
El mundo sufre no solo por la falta de amor compasivo, sino también por la falta de servicio.
El servicio es el abc de la vida espiritual y de la vida religiosa, porque es en el servicio en donde encontrarán la cura de todas las miserias.
Reciban el servicio como una oportunidad de amar y de compartir la bondad interior.
Que el servicio por los demás los impulse a concretar la tan esperada cura de la humanidad.
¡Les agradezco por responder a Mi materno llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Y ahora, entra Conmigo en el Huerto Getsemaní y revive junto a tu Maestro lo que Él vivió en carne propia, lo que aún nadie conoció, ni siquiera Yo mismo revelé al mundo a través de ningún vidente.
Pero ahora, todos entrarán a ese huerto, al huerto espiritual de Mi Corazón y allí vivirán Conmigo lo que Yo vivo por ustedes, lo que Yo siento de este mundo y todo lo que las almas buenas pueden hacer para aliviar verdaderamente al Corazón del Redentor.
Hoy vengo a compartir una Faz no conocida. Mientras les hablo mantengo Mis Ojos cerrados. Y, así, los invito a cerrar sus ojos y a entrar dentro del templo de su corazón porque será el portal para ingresar dentro del Huerto Getsemaní.
Y aferrados a Mi Cruz, confiando en todo lo que les digo, traeré para sus consciencias lo que muchos vivieron Conmigo en los planos internos, durante aquel tiempo, cuando su Maestro y Señor estuvo en la Tierra no solo predicando la Buena Nueva, sino trayendo a la humanidad un Amor inconmensurable e infinito, una Gracia eterna que los pudiera salvar y redimir.
Ahora, en este ejercicio de meditación y de introspección, crucen el umbral de su corazón y dejen en este momento que sus almas los guíen. Dejen a un lado su personalidad, su temperamento o su ego. Dejen que la luz de sus almas pueda gobernar este momento, y en esta profunda e íntima comunión puedan revivir junto Conmigo, conscientemente, lo que su Maestro padeció y vivió por el mundo.
No les traigo esta revelación para hacerlos temer o amedrentarlos. Les traigo esta revelación para fortalecer sus corazones en este tiempo crucial, para que vivan un sacrificio semejante al que Yo viví por ustedes y por el mundo; un sacrificio completamente colmado del Amor de Dios y de la Gracia.
Ahora caminen dentro del huerto, guiados por la luz de sus almas y espíritus. Y en lo profundo de ese huerto, en el árbol más sencillo y simple, vean a su Maestro y Señor arrodillado, contemplando la luz de la noche, a pesar de las tinieblas, de las pruebas, de cualquier dificultad.
¿Qué fue lo que llevó a vivir ese gran sacrificio por el mundo, el cual aún no fue recompensado por los hombres, el cual aún no fue valorado por la mayoría de las almas?, ¿cuál es la esencia de ese misterio, de ese sacrificio y de esa entrega?
Pregúntense internamente y sientan cómo, desde dentro de ustedes, surge y se manifiesta la respuesta.
La respuesta no es una forma ni un pensamiento. Es un profundo sentimiento de Amor, un Amor que movió a todo el Universo y que lo sigue movilizando para la redención de las almas y de los corazones.
Este es el huerto del padecimiento de su Señor. ¿Quién se asemejará a este sacrificio vivido por Mí? ¿Quién cargará junto Conmigo la cruz del mundo?, ¿se lo han preguntado?
Su sangre no se derramará como Mi Sangre. Sus martirios no serán como Mis martirios. Pero el silencio del corazón y la conexión con el alma serán la fortaleza inquebrantable para superar los tiempos y las pruebas, guiados por la luz de la perseverancia, la fortaleza de la fe y la confianza en lo que es desconocido.
Así, una Ley Suprema los regirá y serán conducidos dentro de esta trayectoria cósmica al reencuentro de su verdadero origen, de su verdadera realidad y del motivo de estar aquí, en este tiempo.
Por eso, sigan un único camino, el Camino del Redentor, el Camino del único y venerable Maestro, que les trae la consciencia de la realidad para hacerlos partícipes de la Verdad, en donde en este tiempo todo está en juego.
Veneren este momento del Huerto Getsemaní como la oportunidad de la rendición de sus corazones y de la entrega total de sus vidas al sagrado Plan del Redentor.
Y así como los ángeles Me dieron de beber del alivio, Yo les daré de beber de Mi Fuente, Mi Agua de Vida, cuantas veces sea necesario para que se puedan levantar, erguir y caminar firmes como Yo caminé por ustedes hasta lo alto de la Cruz, sabiendo que nada detendría ni impediría la realización de la victoria de su Maestro y Señor, venciendo la muerte y viviendo la Resurrección.
En este huerto, su Señor vivió sus padecimientos más profundos y desconocidos, los padecimientos que hoy vive el mundo. Y así podrán saber, compañeros, que no existen distancias ni límites entre las épocas o los tiempos, porque el eterno presente es la realidad de su Redentor, como debe ser la realidad de sus vidas en cada momento y situación.
No solo derramé Sangre de Mi Rostro y de Mi Cuerpo porque era un hombre igual a ustedes que estaba delante de una gran prueba, sino que al mismo tiempo estaba ante un gran misterio que era movido por el Amor de Dios.
Es eso lo que los debe hacer prevalecer en este tiempo para que nunca les falte el Amor Crístico que los impulsará a hacer todas las cosas y a cumplir todas las obras que serán necesarias en este tiempo para el rescate y la redención de la humanidad, para que muchas más almas tengan la gracia y la oportunidad de recibir el impulso del despertar y de tomar consciencia de la realidad en este momento, sabiendo que aún de muchísimos deberán caer los rostros de la ilusión; y los velos también caerán de la consciencia para asumir los lugares del Plan.
Es por ese Plan de Amor que trabajamos todos los días, un plan inmaterial que se volverá material por la ayuda y la colaboración de todos, por una fe que mueva más allá de la montañas y que haga concretar y realizar lo que Dios necesita en este tiempo, por una fe que los impulsa a seguir caminando, al igual que la Fe que moraba, y mora, en Mi Corazón en el momento más agudo y difícil de la Pasión.
Sean así representantes de Cristo en la Tierra y mantengan sus ojos en dirección al Divino Propósito porque así ese Propósito se cumplirá en sus vidas y más allá de sus consciencias. Ese Propósito concretará la Voluntad de Dios que aún muchas almas no quieren vivir por la ceguera de la ilusión y la indiferencia de muchas mentes.
Pero lo que hoy conquistaron aquí, a través de este trabajo de oración, no lo conquistarán en ningún otro momento porque las oportunidades son únicas en este tiempo y Dios está dando todo lo que tiene y un poco más a través de Sus Mensajeros Divinos para llevar a las almas a vivir la realidad de la consciencia y a estar prontos ante la situación de emergencia planetaria.
Es todo este trabajo de amor que hoy ofrecieron, en un punto máximo y elevado, que permitió ingresar en la consciencia del Huerto Getsemaní para que puedan tomar las mismas fuerzas internas, el mismo coraje y valentía que Yo viví por ustedes en aquel tiempo, sabiendo que todo lo que llegará a sus vidas, a partir de este momento, será un desafío y que ustedes únicamente vivirán lo que puedan superar; el Padre nunca les dará una prueba más difícil. Recuerden que Él es una Consciencia de infinita e insondable Misericordia.
Los aprendizajes de la vida, ustedes los generan por sus actos, por sus ejemplos y actitudes. Y allí aprenderán a tomar consciencia de lo necesario que aún es crecer interiormente y madurar espiritualmente en este momento crucial en el que todo, absolutamente todo, está permitido. Y eso es peligroso para la humanidad, porque es muy fácil salirse del camino.
Por eso, sigan un único camino, el camino que los llevará a Mi misericordioso Corazón porque allí siempre estarán protegidos y a salvo, siempre tendrán dirección y guía aunque no cuenten con nadie a su lado.
Confíen en esa dirección espiritual que Mi Corazón les ofrece y les puede entregar en este momento.
No existe miseria, obstáculo o desafío que no puedan superar, porque si Yo lo viví por ustedes, Yo les enseñé cómo hacerlo.
Estén atentos a cada momento de la vida y no pierdan la oportunidad de aprender y de crecer conscientemente. Y especialmente, no pierdan la oportunidad de amar porque el amor siempre los guiará, los protegerá cuando acepten definitivamente vivir en el Amor eterno de Dios para transformar completamente el amor propio.
Es ese amor propio que ha llevado a la humanidad a cometer muchos errores y a ejercer un poder que no le corresponde y que nunca le corresponderá.
Por eso, en el servicio y en la oración encuentran la Fuente del Amor de Dios y, aún más, encontrarán la piedad, la piedad que necesita el mundo para poder ser curado y redimido.
Eleven sus corazones a Dios en este momento. Y después de haber recibido la consciencia del Huerto Getsemaní, ingresemos ahora a la Gloria del Padre para que Él reciba sus intenciones y súplicas.
Y así como ayer se elevaron a Mi Iglesia Celestial, hoy sus vidas puedan ser parte de la Iglesia Suprema del Padre, no solo testimoniando el Amor de Dios sino la transformación de la vida, impulsada por el amor y por la fe.
Nos colocamos de pie, a Su pedido.
En esa profunda unión con Nuestro Señor del Huerto, con esa vivencia de amor incalculable que lo llevó a realizar esa gran tarea por la humanidad, de una forma semejante pero pequeña, ofrecemos nuestro ser, nuestro corazón y vida en las Manos del Redentor para que en este ofrecimiento, para que en este momento de consagración y de transustanciación, la condición humana sea transmutada y redimida a fin de que la luz del alma, en lo profundo de cada ser, gobierne en este tiempo y en este momento y despierte en las consciencias las Virtudes de Dios. Amén.
“Señor, Tú que creaste los elementos para la regeneración de la vida, frutos de la creación de Tu Consciencia, sublima y eleva este momento a fin de que los corazones puedan ingresar en Tu Iglesia Celestial. Amén”.
Bendecimos el altar.
Oración al Padre Celestial (se repite tres veces).
Invitamos a aquellos que puedan, a arrodillarse para la consagración de los elementos.
Antes de ingresar en el Huerto Getsemaní estaba en el Cenáculo con los apóstoles y muchos más, en los planos internos. Y a todos, sin excepción, los hacía beber de la Fuente, por medio de la institución de este Ministerio Sacerdotal y de este bendito e insondable Sacramento.
Por eso tomé el pan, lo elevé a Dios, lo partí y lo entregué a Mis apóstoles y a cada uno de ustedes, diciéndoles: “Tomen y coman. Este es Mi Cuerpo, que será entregado por los hombres para el perdón de los pecados, Cuerpo que se entrega vivo y resplandesciente para ser llevado al matadero y para que ya no exista ningún otro Cordero que sea inmolado o sacrificado”.
Es en ese momento que, por la intervención de la Santísima Trinidad y de la Ley de la Suprema Gracia, se establece en esta consagración el Cuerpo de Cristo.
Te alabamos Señor y Te bendecimos.
Te alabamos Señor y Te bendecimos.
Te alabamos Señor y Te bendecimos.
En esa atmósfera creada durante la Última Cena, que era impulsada y guiada por el Amor de Dios, tomé el Cáliz, lo elevé y el Padre lo bendijo mediante la transustanciación de los ángeles. Lo pasé a los apóstoles, diciéndoles: “Tomen, este es el Cáliz de Mi Sangre, Sangre de la Nueva Alianza entre las almas y Dios, que será derramada por Su Señor para la remisión y el perdón de todas las faltas. Felices y bienaventurados serán los que se sirvan siempre de este Divino Sacramento”.
Y al sonar de las tres campanadas, se estableció y se transfiguró el vino en la Sangre Divina del Señor.
Te alabamos Señor y Te bendecimos.
Te alabamos Señor y Te bendecimos.
Te alabamos Señor y Te bendecimos.
Tomamos el pan y el vino y en profunda unión al Corazón de Jesús y ante Su Divina Presencia, unidos como un solo corazón, repetimos la oración que Él nos enseñó.
Oración: Padre Nuestro.
Y al sonar de siete campanadas establecemos la unión profunda y esencial con el Cuerpo y la Sangre de Cristo.
Nos podemos poner de pie.
Y, así, la vida se renueva en las cosas más simples y humildes. Y en esa renovación es en donde las almas se animan a dar sus primeros pasos, guiadas por Dios e inundadas por Su divina confianza.
Hoy, quiero agradecer especialmente a todos Mis compañeros de Argentina, por haber confiado plenamente en su Maestro y Señor. Y recuerden que, a pesar de cualquier situación, circunstancia o momento difícil en su país, nunca se olviden del amor porque el amor siempre los protegerá del mal y será ese amor que los moverá a amarse, cada día más, entre hermanos.
Y unidos, como una sola familia espiritual, que se puedan ayudar mutuamente los unos con los otros, sea de una forma material, mental o espiritual.
Que esta generosidad y fraternidad humana pueda ir más allá de Argentina y especialmente colmar a toda Sudamérica porque, como parte de esta humanidad y de este planeta, esta región del planeta también vivirá su transición y su purificación.
Pero sepan que si Yo estoy aquí, y no estoy por ejemplo en Israel o en algún otro lugar del planeta, es porque la Voluntad de Dios aún es desconocida por ustedes. Y esa Voluntad no solo mueve el Universo y todas las consciencias, sino que es una Voluntad que, a pesar de ser misteriosa y silenciosa, viene a establecer en Argentina y en Sudamérica un Propósito Mayor.
Les agradezco, compañeros, por haber respondido a este sagrado llamado de Mi Corazón, por haber demostrado a su Maestro y Señor y a nuestro Padre Eterno, su más sincero y verdadero esfuerzo.
Que este esfuerzo en la caridad y en el bien humano se pueda propagar más allá de las fronteras.
Y nunca olviden que tengo, especialmente, un Amor predilecto por Argentina y eso es los que Me hará regresar aquí, cuando Yo retorne al mundo.
Que así sea.
En el nombre del Amor y de la Paz que el mundo entero y todos los que escuchan la Voz de su Maestro y Señor en cualquier parte del mundo sean bendecidos y colmados por la Luz del Espíritu Santo y que la Paz esté en sus corazones, en sus familias, en sus pueblos y naciones, que puedan seguir siendo portadores de la Paz y que la Paz venza el mal para siempre.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En unión, por la paz en Argentina y en el mundo entero, en fraternidad y gratitud se darán el saludo de la paz.
Les agradezco y hasta la próxima vez.
La historia de un peregrino de la paz de Aurora
Su devoción conmovió siempre Mi Corazón, porque su fidelidad era la oración misma que expresaba su peregrino corazón.
Su reverencia al tocar el campanario llamaba a todas las almas a despertar, y muchas veces, sin nadie saberlo, su amor por la Virgen Santísima hacía salvar a las almas más perdidas.
La oración era su alimento espiritual y lo hacía volar hasta las altas esferas de consciencia, en donde recibía el Amor del Padre Eterno para compartirlo con sus hermanos de camino.
Él llegó como un silencioso peregrino. Su amor por Aurora era tan fuerte que lo hizo permanecer cerca de ella y esperar que las puertas se abrieran para él.
Pero en verdad, su humildad, resignación y servicio lo llevaron a consagrar su alma, mente y cuerpo a su Maestro y Señor.
Aurora no solo tuvo un hermano y compañero de Cristo, Aurora tuvo un peregrino de la paz que caminó al lado de muchos durante años y, en su vida de simplicidad, de alegría y de renovación, ayudó a expresar la Luz del Reino de Aurora.
Hoy no solo partió al Cielo un hermano devoto y peregrino; hoy se elevó al Reino de los Cielos el guardián del campanario de Aurora, recuerdo imborrable que permanecerá resonando en el corazón y en la memoria de quien, alguna vez, escuchó el tañido de la campana de Aurora.
Con alegría, regocijo y gratitud, la Orden fundada por su Maestro hoy recibe, en los Altares del Cielo, al primer santo, hombre y peregrino, quien testimonió en vida propia, que es posible vivir en Cristo y ser parte de Cristo por toda la eternidad.
Hoy el Cielo recibe al triunfo de una vida de simplicidad, de abnegación y de servicio, que impulsará a todos los que quedaron a cumplir y realizar la misma aspiración.
¡Salve Aurora! Hoy una estrella de redención se iluminó en tu sublime firmamento y la paz llegó a todos.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Despierta en tu interior el mandala de luz y de amor y deja que, por medio de la oración, él manifieste su forma perfecta y armoniosa.
Deja que tu mandala interior, expresado por la luz del alma, manifieste en su perfecto diseño la nota que lo caracteriza y la representación de su relación espiritual con el Universo.
Deja que, finalmente, tu mandala interior aporte a la humanidad de hoy todo el amor, la devoción y la reverencia que ella necesita para que se vuelva a unir a Dios y, así, pueda entrar en contacto interno con las Leyes Superiores.
Deja que la luz y el amor de tu mandala interior sea construído por la oración fervorosa y sincera de tu alma, así como por la donación incansable de tu ser al servicio del Plan Mayor.
Deja que tu mandala interior te revele el don y el talento de poder servir a Dios dentro del Universo del vasto propósito, y que así te puedas unir a los mandalas internos de tus hermanos para formar el gran mandala de la hermandad y del bien; atributos que, en solidaridad y en fraternidad, podrás entregar para el descenso del Mandala Mayor de Dios, el que te hará ingresar en Su Reino y Eternidad.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Oración del alma sacrificada
Si mi vida, Señor, fuera servirte para siempre,
sin nada recibir a cambio,
que se cumpla Tu Voluntad, Jesús,
porque el mayor tesoro que tengo es poder encontrarte
en el servicio incondicional a mis queridos hermanos.
Señor, no permitas que quede ciego por mis propias miserias.
Ayúdame, Jesús, a salir de mí todos los días,
para que pueda descubrir y comprobar
que en el sacrificio y en la donación constante de mi vida
está el camino victorioso a la rendición.
Jesús, Tú eres el Sol de nuestras vidas.
Encandila el mundo con los rayos de Tu Misericordia
y así me daré cuenta de que todo lo que Tú hiciste por nosotros
es más grande e inmenso que todas las renuncias
que debo superar y atravesar, día a día;
porque en lo profundo de cada aprendizaje, mi Jesús,
está Tu silenciosa Voluntad,
que solo aspira a hacer de mi persona
una consciencia bondadosa, amorosa, servicial y buena.
Por eso, Te pido, mi Señor, que no me hagas perder
la riqueza espiritual de cada sacrificio y de cada prueba.
Que tenga la gracia de poder imitarte
en el amor compasivo y en la Misericordia,
porque Tú eres el Señor, sin hora, sin reglas ni condiciones.
Tú, mi Jesús, lo eres todo por nosotros
y aspiro, algún día, a poder ser lo mismo por los demás.
Que el camino de la fraternidad
me enseñe a desprenderme de mí mismo
y que, ante cada nuevo desafío, encuentre
el poder humilde que proviene de Ti para
romper las cadenas de la indiferencia y de la mediocridad.
Señor, te pido y te ruego:
solo vive en mí.
Amén.
¡Les agradezco por guardar esta oración en sus corazones!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Oración del alma donada
Señor,
si no te siento ni tampoco te percibo,
me entrego a Ti, Jesús,
porque sé que todo lo que vivo y atravieso
es parte de un aprendizaje mayor.
Que me pueda sostener en Ti
aunque a veces me parezcas distante,
pero revélate al menos en la Eucaristía.
Que ese sagrado encuentro sea la razón
de permanecer por siempre en Tu camino,
porque aunque cruce desiertos, pruebas o desafíos
sé que Tú, Jesús mío, estarás allí.
Cuando sufras por lo que ves o por lo que hago,
quédate dentro de mí,
para que Tú me hagas tener consciencia
de lo que estoy necesitando cambiar.
Por eso, Jesús, me dono completamente,
aunque sea imperfecto y esté equivocado.
Señor, yo me dono a Ti para que
puedas cumplir una parte de Tu Obra,
y, así, las almas puedan confirmar
que Tú estás presente más allá de todo.
Déjame a Tu lado, Jesús,
aunque ahora no te puedas mostrar.
Hazme semejante a Ti
en el amor y en el servicio,
que no tema perder el control de todas las cosas,
porque sé que tuyo es el Poder y la Gloria.
Recíbeme, Señor,
en Tu Corazón para que,
con base en Tu Amor infinito,
construya la nueva humanidad.
Amén.
¡Les agradezco por guardar esta oración en sus corazones!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Oración del alma entregada
A pesar de cómo me encuentre,
yo Te seguiré, Señor.
A pesar de lo que viva,
yo Te seguiré, Señor,
porque solo encontraré reposo y nuevas fuerzas
cuando esté ante Tu piadosa Presencia.
A pesar de lo que atraviese,
a pesar del durísimo y frío desierto espiritual,
yo Te seguiré Señor,
porque todo Te lo debemos absolutamente a Ti
y no hay nada que nos impida confirmarnos
para seguir Tu camino de Redención y de Amor.
A pesar de lo que sienta,
de lo que vea o de lo que crea,
yo Te seguiré Señor,
porque necesito aprender a rendirme
así como Tú Te entregaste
por cada uno de nosotros.
Señor,
no permitas que las ilusiones y los espejismos
de este mundo me confundan.
Que en cada momento pueda encontrar
la llama luminosa e inextinguible
de Tu maravilloso Amor para que,
sirviéndome de Tus más profundos y misteriosos Dones,
yo pueda representarte
como Tu apóstol y embajador de la paz.
No dejes, Señor,
que mis propias miserias
me arrastren hacia los abismos.
Hazme valiente y animado
para poderte encontrar siempre
en mi imperfecto camino.
Sostenme, Señor,
en los momentos en los que no comprendo
ni puedo trascender todo lo que me rodea.
Ayúdame, Jesús,
a ser inconmensurablemente misericordioso.
Retira de mi consciencia
cualquier indicio de mediocridad
y de falta de fraternidad,
porque al fin de esta larga caminata
en búsqueda de Tu Divina Presencia,
podré comprender, Señor,
que la vida es un regalo de Dios
y que ella está llena de oportunidades
para que, sinceramente, podamos amar
así como Tú nos amas siempre.
A pesar del cansancio, de las incomprensiones
y de los más íntimos secretos
que Tú conoces, Señor,
yo Te seguiré.
Porque el gran y único mérito de mi vida
será servirte y sufrir Contigo
lo que Tú ves del mundo para que
la ignorancia, la indiferencia y la impotencia
sean aliviadas en Tu Corazón,
por la entrega que hoy hago de mi vida a Ti.
No me abandones, Jesús.
Te necesito y Te espero
con el ardor de mi corazón humano.
Amén.
¡Les agradezco por guardar esta oración en sus corazones!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Mientras que decisiones muy importantes son tomadas después del último 8 de agosto, situaciones inesperadas se definen dentro de esta consciencia planetaria, y las naciones del mundo, poco a poco, son colocadas ante el Juicio Universal.
Eso significa que dependiendo de lo que escojan las consciencias en el próximo tiempo, será cómo se mostrará el fin de los tiempos, y nadie podrá detener el resultado proveniente de esa elección.
Por eso las almas deben orar para que los acontecimientos no los sorprendan de la noche a la mañana y para que todo lo que verán y presenciarán no sea demasiado fuerte para ustedes.
Con sus oraciones, coloquen a las naciones dentro de Mi Misericordia, aunque algunas naciones le hayan cerrado las puertas a Dios por su ignorancia e indiferencia.
Que todo y todos puedan ingresar en Mi Misericordia para que, en algún nivel de la consciencia, algo reciba la oportunidad y la Gracia que tanto necesita.
Solo les pido que sean fuertes en la oración y pacíficos en el servicio, así ayudarán también a otros hermanos durante el tiempo de los grandes y definitivos acontecimientos.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Lo que un alma recibe cuando está enferma y es visitada tiene mucho más valor que cientos de medicamentos porque, en la visita, si hay amor y esfuerzo por ayudar al enfermo de alguna forma, eso representa una oportunidad y una Gracia que la consciencia jamás olvidará en el resto de su vida.
Por eso, cada vez que visiten a un enfermo, recuerden que Me estarán visitando a Mí y que Yo estaré esperando su cariño, amor y simpatía para poder curar el corazón que sufre.
Cada ejercicio de servicio, cualquiera sea, representará la posibilidad de que el servidor amplíe sus grados de amor y, saliendo de sí, dé pasos que de otra forma no conseguiría dar.
Por esa razón, Yo Me encuentro en cada una de las situaciones de la vida para que los seres humanos aprendan a servir y a llevar adelante obras de Misericordia que los ayuden a saldar sus omisiones o sus indiferencias.
Cada oportunidad de servicio es una Gracia de poder encontrar más fortaleza y determinación en el momento de entregarse a Dios.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más