MENSAJE DIARIO DE CRISTO JESÚS, TRANSMITIDO AL VIDENTE FRAY ELÍAS

Queridos:

Alabados sean sus corazones porque podrán estar en Mi Gloria cuando tan solo sigan Mi Camino Salvador. 

Por Mi Santa Cruz redimí al mundo y liberé del Infierno a muchas esencias que se habían condenado al eterno sufrimiento. Hoy ya no cargo más con la pesada cruz del mundo, pero retornaré para dar Vida Eterna a lo que esté muerto en vida, vendré para entregar Mi Espíritu a lo que esté vacío.

Conmigo, en Mí y junto a Mí, nunca perderán la Luz que Yo les proveo desde el Reino de Mi Padre. A quien vive en Mí, 
Yo le prometo que no padecerá ni siquiera en la hora de su muerte, ya que su humilde corazón encontrará la Luz Eterna que tanto ha buscado.

Mis queridos, hoy no solo mediten sobre lo que di por ustedes, les pido que vean Mi Sacrificio por el mundo como la victoria de la Redención sobre el mal. Mediten sobre Mi Pasión como una Gloria del Espíritu y de la Voluntad de Mi Padre para que, unidos como un solo rebaño, encuentren abiertas las puertas del Paraíso.

Solo les pido servirme, amarme y amar al prójimo como Yo los amé hasta en los últimos momentos. Ahora Mi Amor es fuerte, poderoso e insondable para aquellos que renuncian a sí mismos para que Mi Espíritu Divino pueda entrar.

Queridos, que este Viernes Santo sea honrado y confirmado por todos ustedes como el retorno definitivo de sus vidas a Mi Vida Celestial, de sus corazones a Mi Sagrado Corazón, de sus misiones a Mi Sagrada Misión planetaria.

Que nadie pierda la devoción por tenerme a su lado diariamente porque en verdad les digo que, antes de venir en Espíritu durante este día al encuentro de ustedes, Yo ya conocía a cada una de sus consciencias. Con esto sean partícipes de Mi Omnipresencia en el Cielo y en la Tierra.

Queridos, los hago caminar a Mi lado recordando Mi Pasión porque hoy aliviarán la carga que el mundo coloca en Mi Pobre Corazón. Mírenme, vean el resplandor de Mis Ojos, Ojos sabios de bondad que en el amor los quieren llevar hacia la Luz y el Amor Eterno de Mi Padre.

Que hoy surja de ustedes la consagración y la confirmación de sus almas a Mi Corazón.

Bajo la Misericordia del Padre, sean bienaventurados.

Gracias por responder a Mis Preceptos con el corazón.

Les agradezco por escucharme, amadas ovejas Mías.

Cristo Jesús, el Salvador y Redentor