Apariciones extraordinarias
APARICIÓN EXTRAORDINARIA DE LA VIRGEN MARÍA, ROSA DE LA PAZ, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Piedad, ¿puede subir al palco con un micrófono?, por favor, colóquese a mi derecha.

 

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Hoy he venido del Cielo con un mensaje de reconciliación, porque Mi deseo ardiente de Madre es que todos Mis hijos tengan la Gracia de poder conocer el Cielo, de liberarse del sufrimiento y del dolor, de todo lo que hoy vive el mundo.

Con una dulzura maternal hoy los contemplo, porque contemplo el dolor del mundo, la agonía que viven muchos de Mis hijos.

Pero hoy quiero llevarlos al Cielo, en donde existe su verdadera realidad. Dios Me ha pedido, en este día, llevarlos en consciencia al Cielo para que, por un momento, en el Reino de los Cielos, sientan la Paz, el Amor de Dios y la alegría de estar cerca de Él.

Mis pequeños hijos, ya no sufran más. Dios conoce sus pesares, Dios conoce su silencio, Dios sabe de sus corazones, así como Yo también sé, porque soy su Madre.

En consciencia, lleguen al Cielo Conmigo y sean iluminados por la energía celestial, en presencia de los coros angélicos.

Queridos hijos, están ante el Universo de Dios. Allí deben regresar, algún día, con todo lo aprendido en la Tierra, con la alegría de saber que pueden superarse todos los días por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús, por la obra de humildad del Castísimo Corazón de San José, por el triunfo de Mi Inmaculado Corazón.

El mundo no quiere mirar a Dios, por eso hoy Yo los llevo Conmigo al Cielo, en alma y en consciencia, en donde podrán encontrar la paz y la alegría de saber quién en verdad es cada uno de ustedes.

Eleven sus consciencias a nuevas dimensiones. Yo estoy aquí, no tengan miedo, sé lo que necesitan. Yo escucho a sus almas, así como escucho la voz de los ángeles que le cantan a Dios eternamente.

Mi Amor por ustedes es invencible.

En el Cielo no existe el error ni el temor, sino la bienaventuranza de estar en Dios por haber cumplido Su humilde Voluntad.

Yo llevo en Mi Corazón el dolor del mundo entero, en este tiempo de pandemia, en el que todas las almas están tomando consciencia de que se olvidaron de algo fundamental, se olvidaron de Dios. Yo hoy los llevaré hacia Él. He venido para eso.

¿Qué es lo que más quieren de sus vidas, hijos Míos? Solo deben querer estar en Dios, para que Él les haga sentir la suavidad de Su Alma, el Amor de Su Espíritu, la Sabiduría de Su Mente Universal.

Hijos, en el Cielo existe la Verdad que los originó y los expresó como esencias. Ya están Conmigo en el Cielo, ¿lo pueden sentir en su corazón?, es el lugar más seguro para sentir a Dios.

Él está allí, Él es su Padre, el Padre de Brazos abiertos, de Corazón expandido, la Consciencia Única, el Amor incondicional.

Cuántos coros hoy están aquí Conmigo por ustedes, así como por el mundo entero, tocando lo más profundo de las almas para que despierten sus virtudes y dones, para que sean embajadoras de la Paz.

En el Cielo no existe la desesperación ni la inquietud, sino la alegría de estar en Dios y de glorificar Su Nombre, así como los ángeles glorifican el Nombre de Dios.

¡Cuántas almas hoy no encuentran esta Gracia que hoy ustedes encuentran!

En este momento, hijos Míos, sus almas están libres de la prisión material. Mientras Yo derramo Mi Luz sobre el mundo, traigo para ustedes la Verdad que es Dios, desde el principio.

Hijos amados, el Cielo los espera después de esta vida en la Tierra.

Sigan rezando Conmigo, todos los días, por el triunfo del Corazón de Dios en el mundo y por la salvación de los pecadores.

El Cielo viene Conmigo en estas últimas instancias, en las que su Madre Celeste cumple un ciclo junto a Sus hijos, después de doce años.

¡Cuántos recuerdos tengo de Aurora! El aroma de su amanecer, el rocío sobre los naranjos, la luz en los rostros que, en la simplicidad de la vida, esperaban por Mi llegada. Esa es la Aurora de Mi Corazón, es la Aurora de los redimidos, Aurora de los pioneros, de todos los que pasaron por ella con la esperanza de la cura y la redención.

Cuando Yo ya no esté, Mi Luz estará en Aurora, así como Aurora estará en el Cielo a la espera de los autoconvocados que prepararán el retorno de Mi Hijo.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Ahora nuestra Madre Divina está mostrándose sobre Aurora. ¡Etan hermoso ver eso!, ¡tan simple!

 

Felices los que reconocieron Mi llamado en Aurora y le dijeron sí a Dios.

Felices sean los que llegaron a Aurora para curar las dolencias de sus corazones.

No puedo explicar, hijos Míos, lo maravilloso que he visto en ese humilde lugar. Me sentí regresando a Nazaret, una y otra vez, al encuentro de Mis hijos.

Hoy Dios sigue escribiendo. Él sigue escribiendo la redención de los perseverantes, la entrega de los incondicionales.

Aurora está de pie en su mayor recogimiento y silencio. Su Amor está de pie en los que han creído en ella, porque llevarán en sus almas ese recuerdo para siempre, aunque hoy ya no estén aquí. Rezo por ellos.

Aurora es uno de los Cielos de Dios. Por segunda vez, Él se hace pequeño y pobre, pero esta vez en el corazón de los que llegaron a Aurora, así como Él se hizo pequeño en el Corazón de Su Hijo.

Es así que hoy traigo la Cura espiritual para el mundo entero y les digo, hijos Míos: "no hay tiempo, ya no hay tiempo". Arrepiéntanse, reparen el Corazón ofendido de Dios, para que la paz se vuelva a alcanzar en el mundo, para que Yo tenga más razones para volver aquí hasta el fin de los días, hasta que Mi Hijo regrese al mundo. Eso es todo lo que deseo por el bien de la humanidad y del planeta.

Agradezco la novena realizada a San Rafael Arcángel. Él le concedió al mundo este momento y esta oportunidad. Por esta razón, hoy estoy aquí, para que reciban el Cielo de Aurora en ustedes, cura espiritual para la humanidad.

Estos son Mis últimos momentos, hijos Míos. Deseo tanto estar con ustedes, deseo tanto volver a la Tierra para seguir recogiendo los frutos de su oración y los milagros de la Adoración Eucarística.

“Poderosa Energía de Dios, convierte en este momento todo lo que aún no se ha redimido, por los méritos de la dolorosa Pasión de Mi Hijo y de la dolorosa Pasión espiritual de la Madre de Dios, por los méritos de las siete agonías de Cristo, los siete dolores del Corazón Inmaculado de María y por el ejemplo de humildad de San José”.

Hijos Míos, hoy Mis Palabras se anuncian a través de algunos silencios para que recuerden, en este tiempo, cómo estar en el Cielo aunque estén en la Tierra, porque lo necesitarán.

Les agradezco por responder a Mi llamado.

Hoy el mundo ha recibido una ayuda profunda y espiritual, así como todas las almas que Me escuchan en este momento.

Antes de irme, deseo enviar un mensaje a Mi hija Analía, de Buenos Aires, Argentina, a su amado esposo, Gustavo Contreras, a Mi pequeño amor, Mi pequeña niña, a la que tengo en Mis Brazos en este momento.

Querida hija Mía, Analía, Dios aceptó tu sacrificio, y Yo tendré a tu hija en Mis brazos para siempre, la guiaré en esta escuela de la Tierra. No importa lo que suceda, confía en el triunfo de Mi Corazón a través de tu experiencia, de tu entrega de amor.

No es la primera vez que has estado Conmigo en el Cielo. Yo he enviado a la Tierra muchos ángeles para que sirvieran a la humanidad a través de la maternidad y del amor de muchas madres en el mundo.

Rezo a los pies de tu camilla, en el sanatorio. Siempre estaré contigo, hija Mía.

Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán Misericordia.

Mi Luz sobre ti y sobre todos Mis hijos.

Hoy les hablo así, hijos Míos, tan suavemente, porque Mis Palabras deben llegar a sus almas, a lo más profundo de sus corazones, en donde siempre reconocerán la verdad.

Estoy muy agradecida. Las cosas simples, las entregas verdaderas, las oraciones sinceras, el servicio incondicional, siempre tocarán el Corazón de Dios y Él tocará sus corazones con Su Amor Eterno.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

A pedido de la Santísima Virgen María, por el triunfo de Su Inmaculado Corazón, escucharemos el “Ave María” de William Gómez.

APARICIÓN RESERVADA DE LA VIRGEN MARÍA EN LA CIUDAD DE NÁPOLES, CAMPANIA, ITALIA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

María, en este momento, aparece vestida de blanco, descalza, con la Luna a Sus pies y la Corona de Doce Estrellas.

En el centro de Su pecho aparece el símbolo de una gran Eucaristía, que tiene las letras JHS. En presencia de Nuestra Señora los espacios se estabilizan. Su energía de paz establece armonía y une este espacio y este lugar con la Fuente de Dios, por medio del trabajo de oración que fue realizado.

Nuestra Señora nos pidió transmitir primero Sus palabras para que la podamos acompañar en lo que Ella está haciendo en este momento.

Nos vamos a unir y a sintonizar con la presencia de María como la Madre de la Sagrada Eucaristía.

Queridos hijos:

Desde el Cielo, Yo les traigo la protección interior porque si están Conmigo, están con Dios y con Su Plan de Amor, el que a pesar de ser impredecible para los hombres, es un Plan que se realizará primero en los niveles de los mundos internos para después manifestarse en la superficie por medio de las almas y de los corazones que se redimirán en Cristo.

Yo les traigo esa seguridad interior porque sé que la necesitan para poder seguir confiando en Dios y en Su Presencia.

Es así que hoy les traigo el Sagrado Cuerpo Eucarístico de Mi Hijo porque, como Sierva y Discípula del Señor, soy la primera que debe adorarlo y honrarlo, no solo por Su tarea y Su misión realizada en la Tierra, sino por Su gran Obra de Misericordia y de Gracia en el Universo y en la humanidad.

Yo les traigo, en este momento, un espacio del Reino de Lys en donde esa seguridad interior se expresa y se manifiesta por medio de los ángeles que allí están presentes y que trabajan con todas las almas peregrinas que llegan al Santuario de Fátima para reconocer, una y otra vez, a la Madre de Dios, a la vencedora y triunfadora sobre las tinieblas.

Este es el tiempo, hijos Míos, de aprender a vivir los momentos más difíciles de la humanidad porque así ayudarán a otros hijos Míos a hacerlo. Ayudarán y enseñarán a atravesar el fin de los tiempos sabiendo que, a pesar de que se presenten los tres días de oscuridad, sabrán cómo continuar porque quien está ante el Cuerpo Eucarístico de Mi Hijo, está ante Dios y Su Presencia Celestial, Su Trono, Su Poder, Su Majestad.

Es así que, en el silencio de Mi Corazón, Yo les traigo la verdad de saber escuchar a Dios por medio de los Mensajeros Divinos, de poder confiar más allá de los acontecimientos o de los cambios. Yo les traigo la oportunidad de vivir el sacrificio por Mi Hijo, verdaderamente, y sin ilusiones ni imaginaciones.

Sé que es un paso muy grande para todos los servidores de Cristo, pero Dios necesita expresarse en estos momentos tan difíciles de la humanidad para que la consciencia humana aprenda a cambiar y a trascenderse, aprenda a buscar la reconciliación con Dios y nunca más alejarse de Él, de la Fuente de Su Amor y de Su Gracia.

Ante la Presencia del Cuerpo Eucarístico de Mi Hijo en Mi Corazón, Yo les traigo también la Sabiduría de Dios, sabiendo que en estos tiempos difíciles, grandes decisiones deberán ser tomadas para que la Obra de Mi Hijo se cumpla a pesar de las consciencias o de los cambios.

Sepan, hijos Míos, que nunca atravesaron un tiempo tan diferente de este, un tiempo tan impredecible, porque este es un tiempo en el que deben aprender a estar en Cristo y en el Amor de Mi Hijo para que, en esa unión perfecta con Él, se fortalezcan y sigan adelante cumpliendo con Su Plan y con Sus pedidos.

A través del Reino de Lys, Yo les traigo la Paz, la Paz del Ángel de Portugal, porque este fiel Mensajero de Dios en esta peregrinación está trabajando mucho para ayudar a los ángeles de las demás naciones de Europa que necesitan liberación y auxilio al igual que todos Mis hijos de este histórico y herido continente.

La Luz del Reino de Lys emerge como grandes esferas de consciencia en las que Jerarquías y ángeles de Luz se manifiestan en los planos internos, en los que ocurren grandes interferencias, para socorrer, auxiliar y aliviar a las almas, para reencender en los corazones la devoción y el amor a Dios, para traer la paz al mundo en los lugares donde ya no existe por ignorancia o por error.

Pero el triunfo de Mi Inmaculado Corazón se dará en situaciones límites, en momentos límites, en tiempos culminantes y decisivos.

Por eso, hijos Míos, Yo apelo a que puedan reconocer esos momentos, para que puedan estar atentos y vigilantes así como lo está su Madre Celeste ante la adversidad y ante la batalla espiritual de estos tiempos.

La Mano de Dios nunca se separará de ustedes si permiten que esté sobre ustedes todo el tiempo. Dios desea profundamente el amor y el bien a la humanidad, pero muchos no lo aceptan.

Para poder ver a Cristo en Su Segundo Retorno, cambios importantes deberán suceder en la humanidad y en el planeta, cambios que deberán comenzar en la consciencia para que se reflejen en las acciones, en los ejemplos y en los actos; sabiendo que un grupo como ustedes, al servicio de Mi Hijo, debe sostener lo que es imposible para una consciencia tridimensional y humana.

Pero la fuerza de Mi Inmaculado y Materno Corazón los impulsará a llevar adelante la antorcha de la paz que iluminará al mundo y, en consecuencia, traerá la Presencia de Cristo a la humanidad y a los corazones perdidos.

Sepan que no deberán sobrevivir en estos tiempos como muchos están sobreviviendo, de forma espiritual y material. Dios les da todo para que ustedes lo puedan dar todo. Dios no les reclama. Dios los espera y los escucha, los acoge en Su Corazón Eterno e Infinito. Dios les trae la Paz por medio de Sus Siervos celestiales.

Dios establece Su Misericordia en aquellos que escuchan Su llamado y no retroceden, porque este es el tiempo de conceder una gran cura para el planeta y para la humanidad. Es el tiempo de sostener lo que es insostenible y de amar lo que es imposible de amar, de comprender lo que es imposible de comprender. Es tiempo de considerar los valores que les ha dado la Jerarquía en cada momento y en cada etapa, porque así tendrán siempre una dirección, un camino, una luz en el horizonte en los tiempos de oscuridad.

Yo les traigo, por medio del Cuerpo Eucarístico de Mi Hijo, la Fortaleza de Dios. Aquella misma Fortaleza que Mi Hijo necesitó en el momento culminante del Huerto Getsemaní cuando, en una profunda soledad y oscuridad, no dudó de Dios ni siquiera en un momento. Porque, a pesar de haber sido un hombre simple y humilde mantuvo Su fe en lo Alto, en la Voluntad más allá de comprenderla o de vivirla.

Por eso, Él es el Cristo y ustedes también lo pueden ser. Mi Hijo, en este tiempo, no solo dice palabras para alegrarlos o alentarlos. El Nuevo Cristo es aquel que imita a Mi Hijo en el ejemplo y en la vida interior aunque caiga y se levante muchas veces. Mi Hijo los impulsa a ser los Nuevos Cristos porque serán los apóstoles que defenderán y proclamarán Su Segundo Retorno a la humanidad en los cuatro puntos de la Tierra. 

Hermanos, que hoy ustedes desconocen, proclamarán la venida del Redentor y se cumplirá la profecía que está escrita en la Biblia: “La Mujer vestida de Sol llegará de nuevo a la Tierra con la Luna a Sus pies y la Corona de Luz en Su cabeza, anunciando el advenimiento del Redentor, del Salvador, del Maestro entre los maestros, de aquel que triunfó en el Amor y en la Verdad”.

Sean uno en Cristo en cada momento, en cada circunstancia, bajo cualquier situación o experiencia. Así, Él estará entre ustedes y ustedes estarán en Él. Así, Él cumplirá Sus Prodigios y manifestará Sus Gracias a los que las necesitan hace mucho tiempo.

Yo les ofrezco el Cuerpo Eucarístico de Mi Hijo como una puerta para su redención y su entrega a Dios. Mi Gracia Maternal será su fortaleza y su consuelo en los momentos difíciles.

Tengan fe en lo que les digo y oren por las causas de Dios, para que se cumpla Su Voluntad y en la Tierra se realice Su Plan de Amor.

Les agradezco por escucharme.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Apariciones extraordinarias
APARICIÓN DE LA VIRGEM MARÍA, EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

La Madre de Dios hoy penetra con Su Luz al planeta y ayuda, en este día especial, en el despertar de la humanidad, de los corazones que están dormidos y que deben reconocer en este tiempo su compromiso con Dios.

Hoy es un día especial, a pesar de los acontecimientos y de los fenómenos climáticos; a pesar de la purificación del planeta, de la purificación de los Reinos de la Naturaleza y de la transición que viven muchos, pero muchos, corazones en este tiempo.

Es un día especial porque es el día de los últimos santos, de los que, en espíritu de abnegación y de entrega, de renuncia y de sacrificio por su Madre Celeste y Su Hijo Amado, ofrecen sus vidas para que por medio del dolor silencioso y del recogimiento interior las almas se puedan liberar en diferentes partes del mundo, en diferentes continentes; a fin de que salgan del sueño profundo y de la inercia; de la somnolencia espiritual y de la ceguera, que no les permite ver la luz y que solo por este acto de amor y de entrega, despertarán algún día y sentirán en su interior el llamado, como ustedes también lo sintieron en algún momento.

Sentirán la necesidad de servir y de salir de sí mismos, como ustedes lo hicieron en algún momento; aunque todavía lo estén aprendiendo por medio de la transformación, de la persistencia y de la fe.

Hoy es un día especial para su Madre Celeste, porque muchas más vidas reciben en el espíritu, una Gracia extraordinaria que no es palpable a los ojos de los hombres, al sentimiento de los humanos o a la visión de los que son concretos; sino que es profundamente interno, diría inmaterial; que desciende desde lo Alto hacia este mundo, hacia el universo interior de cada ser y que trae lo nuevo, lo que es renovador, lo que abre a la consciencia para lo desconocido, para lo que es imperceptible y mora en el Corazón de Dios.

Los ángeles del Universo ayudan en este impulso de este día trayendo entre sus manos los Tesoros del Padre, esferas preciosas de luz llenas de muchos códigos, que son sembradas en los que duermen y en los que estarán por despertar para estos próximos tiempos.

Es de esa forma, hijos, que les demuestro que la tarea es más profunda de lo que parece y de que cada encuentro Conmigo es un momento de ampliar, aún más, el Plan de Dios en la humanidad y de que los frutos divinos y espirituales estén disponibles para las almas que más lo necesitan y que aún no han reconocido su misión en esta humanidad.

Esas Gracias del Cielo y de este día, hoy llegan para los que conocen y para los que desconocen.

Porque en el universo espiritual de cada ser es posible realizarlo todo; porque allí fluyen las Leyes, se manifiestan los Principios y se muestran los diferentes Rayos del Universo que promueven en las almas el despertar de la consciencia y la derrota de la ilusión humana, para que los nuevos apóstoles nazcan, para que los nuevos apóstoles participen de la última Cena Redentora de Cristo en el momento de Su segunda llegada al mundo.

Todo lo que se vive en este tiempo es una preparación, hijos Míos.

Cada momento ofrecido por ustedes es una Gracia. Cada paso dado es una nueva oportunidad que se presenta para almas tan semejantes a las suyas.

Es así que una gran red de luz se teje y trae para el mundo un rescate mayor, aunque la mayoría de la humanidad no responda como Dios lo necesita; pero todo es posible por los que se ofrecen y porque su Madre Celeste está aquí, trayéndoles lo nuevo desde la humildad de Su Corazón Inmaculado.

Eso abre puertas para nuevos acontecimientos; eso trae para los corazones una clara verdad de saber que aún hay mucho por hacer y que el mundo espera por ayuda de más corazones y de más servidores especialmente proyectados en la juventud, que son los que ayudarán a sostener el mundo, aunque no lo parezca. Porque han venido así, en este tiempo, para poder llevar el Plan adelante con el impulso de las Jerarquías de la Luz, con la compañía de los Sagrados Corazones.

Hijos, aún todo se puede renovar y muchos más pueden seguir el camino de la santidad, aunque no lo hayan pensado para sus vidas. La santidad es una entrega por algo mayor, es un servicio por algo desconocido y que no es palpable. La santidad es decir "sí" a cada momento y ante cualquier circunstancia. La santidad es amar al otro como es y es no tener preferencias por nada, sin esperar resultado alguno y sin expectativas.

Esa es la santidad que vive Dios y Sus Mensajeros Celestiales, y es la santidad que el Padre espera poder ver en Sus hijos de este planeta.

Por eso, de tiempo en tiempo y de siglo en siglo, han existido santos; almas que han encarnado en la humanidad para un servicio mayor, aunque no tuvieran total consciencia de eso. Porque todo es parte de un Propósito mayor, de una idea pensada por el Padre para la evolución de Sus hijos en los grados del amor y del servicio.

Eso ayuda a sostener a la humanidad perdida, a las vidas que están ciegas en su camino espiritual y a todos los que están caídos y necesitarán levantarse de los abismos para conseguir ver la luz en el gran horizonte del Cristo.

Hijos, hoy estaré así con ustedes, porque así el Padre lo desea, para que, en esta escuela que Yo los invito a vivir diariamente y por medio de esta Obra, aprendan en la simplicidad a reconocer la Suprema Voluntad y a no forzar el cambio de los acontecimientos, y de aprender a leer en todo lo que sucede a su alrededor y en el día a día, a fin de estar en sintonía con lo Alto para poder comprenderlo todo y así llevar el Plan adelante.

Por eso hoy es un día especial, no solo por la encarnación de su madre espiritual en la Tierra, sino por todo lo que eso significa en los planos internos y en la Consciencia Suprema; porque de la misma forma, hijos, cada uno de ustedes es importante para Mí y sobre todo, para Dios.

Un destino está escrito en sus vidas. Un propósito aún está por manifestarse y expresarse sobre la superficie de este planeta y para la renovación de los tiempos.

Sigan caminando junto a Mí, por medio de ese ardor de amor en el corazón por la Obra de los Mensajeros Divinos, que es la Obra de Dios viva e intacta en el Universo.

Los animo a la profundización del apostolado por medio de la próxima misión en Europa y África que esta vez, como en otros momentos, podrá ser acompañada por todos en cada momento de oración por las naciones del mundo; en cada momento de recogimiento y de introspección, para poder acompañar la Voluntad de Dios, mediante cada parte del Propósito que se va cumpliendo con la ayuda de Mis hijos y en la compañía de sus oraciones.

Fueron llamados, después de treinta años de instrucción, como familia espiritual y como pueblo de este planeta, a seguir los mismos pasos que siguió Moisés con el antiguo pueblo del desierto; pero esta vez con más compromisos y con más consciencia, sabiendo que todo lo que ofrezcan será un tesoro para Dios, preciosamente considerado por Su Divino Espíritu y por Su preciosa Fuente.

Sus vidas, como tantas otras vidas que están consagradas en este mundo, han venido a testimoniar que es posible vivir el Plan de Dios y de hacerlo parte de sí todos los días.

Con esta Luz y este Amor que brotan de Mi Corazón, Yo los bendigo y los impulso a seguir lo nuevo, por medio de la historia que Cristo está escribiendo en los corazones que ya despertaron y en los corazones que despertarán.

Hoy dejo sobre el Corazón de la madre vuestra, Mi Rosa de Luz, para que ese Amor que proviene de Mí y directamente de la Fuente, llegue a los que más lo necesitan, bajo el Espíritu de la maternidad y de la aceptación de todas las cosas.

Que ese Espíritu de Amor llegue a todas las madres de la Tierra y a las madres, especialmente, que han quitado a sus hijos de sus vientres por temor a fracasar.

Que todas las vidas sean reconstruidas y que las vidas que no nacieron sean contempladas, para que lleguen algún día al Cielo y vuelvan, así, a comenzar en una nueva trayectoria universal.

Les agradezco por responder a este llamado especial y por acompañar los pasos de los Mensajeros Divinos por las tierras de Europa y de Medio Oriente.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Quiénes somos

Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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