APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN EL CENTRO MARIANO DEL ESPÍRITU SANTO, CÓRDOBA, ARGENTINA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, DURANTE EL SAGRADO LLAMADO

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Mientras el mundo busca una salida equivocada y la humanidad aún sigue ostentando el poder y la propia voluntad; a través del Fuego del Espíritu Santo que hoy los congrega, Yo les traigo el misterio de la Cruz en el Monte Calvario para que lo contemplen a través de Mi Corazón, aquí presente hoy; para que estén a los a los pies de la Cruz, así como lo estuvieron Mi Madre y las santas mujeres; que estén Conmigo a los pies de la cruz del planeta, porque muchos intentan escapar de ese compromiso porque es desconocido y muchos aún le tienen miedo. 

Lo que Yo les puedo ofrecer son sacrificios, una Ley aún no comprendida por el mundo. El sacrificio ha sido transgredido por los hombres y mujeres de la Tierra porque no lo han comprendido, pero Mi Madre estuvo a los pies de la Cruz y amó ese misterio.  

Y hoy, su Maestro y Señor, Glorioso y Resplandeciente sobre estas sierras, se alegra por volver aquí, por estar con los guerreros de la Misericordia de esta Comunidad, por estar con los Suyos por un momento, con aquellos que están aprendiendo a superarse a sí mismos, con los apóstoles que sostienen este Centro Mariano. 

Estoy aquí, finalmente, con los Míos, con aquellos que son fieles a este Plan, que acompañan la Obra de la Jerarquía. Esa es la razón que Me ha traído aquí y es el permiso que Yo He recibido directamente del Padre. 

Muchos más deberán abrirse a amar el misterio de la Cruz, de la Cruz que fue marcada por Mi propia Sangre, de la Cruz que fue bañada por Mi propia Agua. Y hoy, a través de este misterio que les traigo a sus mundos internos, a través de Mi Cruz, Yo los vuelvo a señalar como Hijos del Padre. 

Hoy, los vuelvo a purificar a través de Mi Sangre, como aquellos apóstoles que están escritos en el Corazón de Dios y que, a través de los talentos y de las virtudes, vengo a buscar. 

Hoy, les hablo desde un universo abstracto, pero si el corazón está abierto todo lo comprende y lo siente; comprende el misterio que Yo le traigo al mundo y a los corazones, porque es una sagrada semilla de Luz que Yo siembro en las consciencias, una semilla que germinará y que brotará en los próximos tiempos. Por eso, su fe y su devoción a Mi Sagrado Corazón deberá seguir regando esa sagrada semilla, que es invisible e imperceptible a los ojos de los hombres. 

Así, Yo los vengo a ungir y a señalar con Mi Fuego. 

Hoy, están abiertos para volver a ser ungidos por Mi Espíritu. Y, para completar Mi tarea en Argentina y por Argentina, Yo vengo a señalar a través de la unción a los rebaños de Dios, a los hijos del Cordero Inmolado, para que en este mundo sean una señal visible de la redención; porque no solo ustedes lo necesitan, sino también el mundo lo necesita imperiosamente. 

Alégrense y siéntanse resucitados en espíritu y en alma, y ya no permitan más que sus almas sean impuras. 

Que la señal visible de la Cruz, que hoy les traigo a cada uno, los vuelva a sacramentar a través de Mi Espíritu y de Mi Divinidad, para que los apóstoles del fin de los tiempos estén más definidos, ya no existan dudas ni tampoco incertidumbres.

Por eso, Me aproximo a ustedes en este momento, a través de una cercanía especial y espiritual porque, a través de ustedes, Yo trabajo con el mundo entero, con las almas, y puedo llegar en Espíritu a aquellos espacios que Me necesitan. 

Como les dije en Buenos Aires, aún verán en el fin de estos tiempos la purificación a su alrededor y dentro de ustedes, ¿por qué deben temer, si su Pastor está aquí para ayudarlos? 

¿Acaso creen que no conozco cada parte de sus seres? Cada rincón de sus consciencias es conocido por Mí; nunca habrá nada que Me puedan ocultar, aunque lo crean. 

A través del Sacramento de la Unción, que hoy les ofreceré una vez más, los llevaré a ingresar aún más en Mi Camino Crístico, el camino del sacrificio. Porque la puerta de la gran rendición está abierta para quien la quiera cruzar y Yo estaré allí para acompañarlos, para seguir sus pasos, para que en ese camino de rendición puedan reconocer Mis Huellas, las Huellas Luminosas del Cristo; para que puedan aprender a caminar, así como Yo camino por este mundo; para que Me aprendan a ver, así como Yo estoy presente por medio de diversas almas y corazones sufrientes. 

Si el mundo profundizara en el Don de la Caridad y del Bien, y el Bien no fuera usado como un arma de negocio, o el Don de la Fraternidad no fuera usado en provecho de unos pocos; hoy, les aseguro que la guerra en Ucrania ya hubiera terminado; así como otros conflictos en el mundo que desconocen, en los cuales Yo estoy presente silenciosamente, sosteniendo a las madres en las guerras, escuchando el llanto de los inocentes, abrigando con Mi Luz a los niños a los que les han quitado la inocencia y toda la vida infantil. Podría decirles, en este momento, muchas más cosas de este mundo. 

La gran llave, para atravesar la puerta de la rendición, es la donación. 

Quien dona, toda su vida y todo su ser, no encuentra límites en su consciencia y, aunque los tuviera, sabe superarlos. 

La donación siempre los llevará a la piedad y al servicio. 

Estén más atentos y dónense, no lo hagan solamente por ustedes, háganlo por el mundo entero, por todas aquellas situaciones que hoy son imperdonables para Dios y que solo la Ley de Mi Insondable y Divina Misericordia les podría traer una solución para todo lo que sucede. 

Es de esa forma que Yo los invito a fortalecerse en el apostolado; y esto comenzará en ustedes y con sus familiares, en sus hogares, en el día a día y también en el trabajo. 

Esto fue lo que Yo les enseñé a Mis apóstoles para que, a pesar de que Me hubieran abandonado a los pies de la Cruz o que Me hubieran negado tres veces, no dejaran de sentirse Mis apóstoles, los que a través del Fuego del Espíritu Santo llevarían Mi Palabra, el Evangelio. 

Ahora, sus propias vidas deberán ser Mi Evangelio vivo. No solo necesito el testimonio de su amor o de su redención, necesito una acción concreta, verdadera y honesta. Eso es lo que necesito de los apóstoles del fin de los tiempos, que sus vidas nunca dejen de aspirar a la consagración, que sus propias piernas no se cansen de caminar hacia el encuentro con el Gran Maestro. 

¿Por qué hoy, les digo todo esto, aunque parezca que lo han escuchado muchas veces? 

Es porque aún no sucede y, a través de Mi Bendita Gracia y de la Santa Humildad que les puede ofrecer Mi Corazón, Yo los preparo para el gran tiempo de las revelaciones, para que no hagan lo mismo que hicieron Mis apóstoles en el pasado: dejarme solo en el momento más importante. 

Por eso, les pregunto: ¿quién subirá junto al Maestro el Calvario de la cruz del planeta? 

Esto es algo profundo y espiritual, es vivir en la propia carne el testimonio de Cristo, no solo adorarlo y reconocerlo como el Señor entre los señores, sino que la historia de sus vidas, la historia de su redención y de su amor por Mí en cada paso de la vida, sea un bendito Código de Luz depositado en el Arca de la Santa Alianza que hoy, una vez más, vengo a ofrecerles a todos. 

Argentina necesita de ese tipo de apóstoles, apóstoles de un solo Señor, apóstoles de un solo camino, apóstoles de un Único Dios; porque de lo contrario, compañeros, ¿cómo podrá revertirse lo que hoy vive la Argentina y el mundo? 

Yo vengo a llamar, a Mi Camino, a los que Me dijeron sí desde el principio. 

Yo vengo a llamar a las ovejas por su propio nombre. 

Hijos de Mi Padre, es tiempo de elevar las paredes del templo interno y, de una vez y para siempre, entregar sus moradas; porque los Dones que Yo les entregué deben estar disponibles, en este momento, para su Maestro y Señor. Eso es lo que más necesito en este momento. 

Estoy junto a quien Me permite caminar a su lado, para que Yo los pueda acompañar como siempre los He acompañado. 

Aunque la experiencia de esta vida parezca dolorosa, triste u horrible; aspiren, apelen, imploren conocer el Don del Sacrificio, porque es algo que pueden vivir entre Mi Corazón y sus corazones. 

El Don del Sacrificio es una Ley que el Padre otorgó antes de que Yo pudiera expirar en la Cruz. Porque el Don del Sacrificio es un Don de Comunión Sacramental entre las almas y Mi Corazón, entre la divinidad de cada ser y Mi Divinidad, entre sus espíritus y Mi Sagrado Espíritu. No es algo palpable, es algo espiritual; no es algo material, es algo profundamente inmaterial. 

Cada vez que Me ofrecen algo, recuerden que estarán en comunión Conmigo, bajo la Ley del Sacrificio Sacramental. 

No todos pueden ser llamados a vivir esta escuela, porque depende de la historia de sus vidas y, sobre todo, de sus almas. Pero hoy, abriéndole la gran puerta de la rendición al mundo entero, señalándole esa puerta a cada uno de ustedes, necesito que las almas con coraje la atraviesen porque necesito justificar ante Dios tantos errores en el mundo. 

Nuestros Corazones, el Corazón de Mi Santa Madre, María, el Casto Corazón de Mi Padre, San José, y Mi Sagrado Corazón, necesitan seguir viniendo al mundo para ayudar en esta cruda realidad planetaria e intervenir en este escenario de los horrores del mundo. 

Las almas necesitan recordar, pero también necesitan amar el precio de Mi Sangre, para que esa Sangre Espiritual y Poderosa siga descendiendo al mundo; y todos los que esperan aún en los abismos de este mundo, por rescate y liberación, sean rescatados y liberados de una vez y para siempre. 

¿Ahora comprenden la importancia del sacrificio? Corresponde a una actitud madura y adulta. 

Yo preparo a las almas para que se animen a vivir su propio Huerto Getsemaní. 

¿Beberán del Cáliz cuando él aparezca delante de ustedes? 

¿Cuándo el ángel les muestre ese Sagrado Cáliz, lo beberán? 

Tendrán tan solo un minuto, en ese momento, para recordar lo que Yo les dije este día. 

No se aferren más a sus miedos, aférrense a Mi Verdad, aférrense a Mi Camino, sean parte de Mi Vida, así como el Hijo es parte de la Vida del Padre y el Padre es Vida en Sus Hijos.  

Argentina se aproxima a ese gran momento de definición interior y cuando vean aún más caos en las calles de este mundo, ¿correrán como los apóstoles, para escapar del sacrificio junto a su Maestro y Señor?, ¿de nuevo estará solo la Santa Madre a los pies de la cruz del planeta?, ¿quién le dará su pañuelo para que Ella pueda secar Sus lágrimas? 

La Madre Dolorosa camina silenciosamente por la Argentina. La Madre recorre cada nación de Sudamérica y junto con Sus Ángeles y Arcángeles, en la dimensión de la Consciencia Divina, atraviesa el Calvario de este mundo y de las almas. 

Recuerden, compañeros, Dios conoce cada corazón y, a través de Su Hijo, Dios se aproxima a ustedes y a sus hermanos del mundo para que, así como fue en el Huerto Getsemaní con su Maestro y Señor, reciban Su fortaleza, coraje y valentía, y digan: “Señor, mi corazón esta pronto”. 

Como un testimonio de la grandeza del Misterio de la Cruz y del Amor de Dios; hoy, tendré la dicha de volver a consagrar a nuevos adoradores que están aprendiendo a amar Mi Cuerpo Eucarístico, que están aprendiendo a ser parte de Mi Cuerpo Místico. Porque en la Adoración al Santísimo Sacramento del Altar, recuerden que está la fuerza de la superación para atravesar el fin de estos tiempos. Quien sea capaz de caer de rodillas, ante el Santísimo, sabrá superarse. 

A Mí no Me importa cuántas veces se equivocaron, Mi Corazón espera que no pierdan nunca más las oportunidades que Yo les traigo y que no son pasajeras. 

Mi Reino necesita tener a las almas como flores en los Jardines de Dios. ¡Cuántas almas, en la vida religiosa y laica, se marchitan día a día al igual que una flor que se seca por la falta del Agua de Vida! Yo les traigo la Fuente de la renovación para que atraviesen la puerta de la consagración. 

Agradezco que hayan preparado este espacio para Mí y para San José. No saben cuán significativo es esto para Mi Consciencia, cuán importante es para Mi Corazón; porque en el corazón es donde se guardan los Tesoros del Padre, en el corazón es donde puede morar el Hijo y el Espíritu Santo. 

Ahora, que se abran las puertas de la consagración, que se encienda el incienso, que se ofrezca el agua para bendecir a las almas y que el sagrado aceite del Altar pueda ungir a los corazones necesitados, a través de la Poderosa Cruz del Redentor. 

Preparémonos verdaderamente para este momento, porque todos pueden recibir una Gracia en este momento, Gracia incalculable e inagotable. 

Alcáncenme los pañuelos de los Adoradores, para que los pueda consagrar con el Soplo del Espíritu; para que ellos, día a día, a través de la Adoración Eucarística, se unan a Mí hasta estar en Mí en la Eternidad. 

Pueden aproximarse a los pies de este Altar los que se consagrarán. 

Señor, Dios del Universo,
que a través de Tu Espíritu 
 y por medio del ofrecimiento de estos Sagrados Elementos, 
 que forman parte de Mi Congregación Crística en el planeta, 
 bendigas y renueves a las almas todas las veces que sea necesario, 
 para que puedan sentir en esta consagración el Soplo de Tu Espíritu, 
 para que todo sea curado y liberado.
Amén.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Cristo acompañará esta consagración de los nuevos adoradores y nos vamos a unir a Él, en este momento, a través de una canción que nos ha pedido, que se llama “Consagración”. Cantaremos en español.

Y, a pedido de Cristo, vamos a acompañar a los hermanos para que vivan este momento de forma profunda e interna, mientras el Señor acompaña esta consagración.

Por favor, mantengamos la quietud porque la Jerarquía está presente.

(Se realiza la consagración de nuevos adoradores del Cuerpo Eucarístico de Cristo)

 

Vamos a pedirle a la mamá de Fray Juan Evangelista que venga aquí para consagrarla, a pedido de Cristo, como auxiliadora. 

Les pedimos que traigan los elementos, por favor.

 

Yo tengo el poder de renovar todo lo que Me ofrecen, cuando esa oferta es verdadera y honesta.  

Mi Amor bendice al alma que se entrega a Mí verdaderamente, porque Yo hago nuevas todas las cosas. 

Hoy, el Señor te bendice con el nombre Lucero de Dios. 

Bienvenida a este camino de auxiliar en los Altares de Cristo y de honrar Su Nombre para siempre. ¡Bienvenida, Lucero de Dios!

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Ahora, vamos a prepararnos para el momento de la celebración eucarística, la Comunión Espiritual, ampliando aún más este espíritu de consagración, para que sea recibido por las almas del mundo. 

Les doy Mi Paz, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS DURANTE LA 74ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA, EN EL CENTRO MARIANO DEL ESPÍRITU SANTO, CÓRDOBA, ARGENTINA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Y ahora, entra Conmigo en el Huerto Getsemaní y revive junto a tu Maestro lo que Él vivió en carne propia, lo que aún nadie conoció, ni siquiera Yo mismo revelé al mundo a través de ningún vidente.

Pero ahora, todos entrarán a ese huerto, al huerto espiritual de Mi Corazón y allí vivirán Conmigo lo que Yo vivo por ustedes, lo que Yo siento de este mundo y todo lo que las almas buenas pueden hacer para aliviar verdaderamente al Corazón del Redentor.

Hoy vengo a compartir una Faz  no conocida. Mientras les hablo mantengo Mis Ojos cerrados. Y, así, los invito a cerrar sus ojos y a entrar dentro del templo de su corazón porque será el portal para ingresar dentro del Huerto Getsemaní.

Y aferrados a Mi Cruz, confiando en todo lo que les digo, traeré para sus consciencias lo que muchos vivieron Conmigo en los planos internos, durante aquel tiempo, cuando su Maestro y Señor estuvo en la Tierra no solo predicando la Buena Nueva, sino trayendo a la humanidad un Amor inconmensurable e infinito, una Gracia eterna que los pudiera salvar y redimir.

Ahora, en este ejercicio de meditación y de introspección, crucen el umbral de su corazón y dejen en este momento que sus almas los guíen. Dejen a un lado su personalidad, su temperamento o su ego. Dejen que la luz de sus almas pueda gobernar este momento, y en esta profunda e íntima comunión puedan revivir junto Conmigo, conscientemente, lo que su Maestro padeció y vivió por el mundo.

No les traigo esta revelación para hacerlos temer o amedrentarlos. Les traigo esta revelación para fortalecer sus corazones en este tiempo crucial, para que vivan un sacrificio semejante al que Yo viví por ustedes y por el mundo; un sacrificio completamente colmado del Amor de Dios y de la Gracia.

Ahora caminen dentro del huerto, guiados por la luz de sus almas y espíritus. Y en lo profundo de ese huerto, en el árbol más sencillo y simple, vean a su Maestro y Señor arrodillado, contemplando la luz de la noche, a pesar de las tinieblas, de las pruebas, de cualquier dificultad.

¿Qué fue lo que llevó a vivir ese gran sacrificio por el mundo, el cual aún no fue recompensado por los hombres, el cual aún no fue valorado por la mayoría de las almas?, ¿cuál es la esencia de ese misterio, de ese sacrificio y de esa entrega?

Pregúntense internamente y sientan cómo, desde dentro de ustedes, surge y se manifiesta la respuesta.

La respuesta no es una forma ni un pensamiento. Es un profundo sentimiento de Amor, un Amor que movió a todo el Universo y que lo sigue movilizando para la redención de las almas y de los corazones.

Este es el huerto del padecimiento de su Señor. ¿Quién se asemejará a este sacrificio vivido por Mí? ¿Quién cargará junto Conmigo la cruz del mundo?, ¿se lo han preguntado?

Su sangre no se derramará como Mi Sangre. Sus martirios no serán como Mis martirios. Pero el silencio del corazón y la conexión con el alma serán la fortaleza inquebrantable para superar los tiempos y las pruebas, guiados por la luz de la perseverancia, la fortaleza de la fe y la confianza en lo que es desconocido.

Así, una Ley Suprema los regirá y serán conducidos dentro de esta trayectoria cósmica al reencuentro de su verdadero origen, de su verdadera realidad y del motivo de estar aquí, en este tiempo.

Por eso, sigan un único camino, el Camino del Redentor, el Camino del único y venerable Maestro, que les trae la consciencia de la realidad para hacerlos partícipes de la Verdad, en donde en este tiempo todo está en juego.

Veneren este momento del Huerto Getsemaní como la oportunidad de la rendición de sus corazones y de la entrega total de sus vidas al sagrado Plan del Redentor.

Y así como los ángeles Me dieron de beber del alivio, Yo les daré de beber de Mi Fuente, Mi Agua de Vida, cuantas veces sea necesario para que se puedan levantar, erguir y caminar firmes como Yo caminé por ustedes hasta lo alto de la Cruz, sabiendo que nada detendría ni impediría la realización de la victoria de su Maestro y Señor, venciendo la muerte y viviendo la Resurrección.

En este huerto, su Señor vivió sus padecimientos más profundos y desconocidos, los padecimientos que hoy vive el mundo. Y así podrán saber, compañeros, que no existen distancias ni límites entre las épocas o los tiempos, porque el eterno presente es la realidad de su Redentor, como debe ser la realidad de sus vidas en cada momento y situación.

No solo derramé Sangre de Mi Rostro y de Mi Cuerpo porque era un hombre igual a ustedes que estaba delante de una gran prueba, sino que al mismo tiempo estaba ante un gran misterio que era movido por el Amor de Dios.

Es eso lo que los debe hacer prevalecer en este tiempo para que nunca les falte el Amor Crístico que los impulsará a hacer todas las cosas y a cumplir todas las obras que serán necesarias en este tiempo para el rescate y la redención de la humanidad, para que muchas más almas tengan la gracia y la oportunidad de recibir el impulso del despertar y de tomar consciencia de la realidad en este momento, sabiendo que aún de muchísimos deberán caer los rostros de la ilusión; y los velos también caerán de la consciencia para asumir los lugares del Plan.

Es por ese Plan de Amor que trabajamos todos los días, un plan inmaterial que se volverá material por la ayuda y la colaboración de todos, por una fe que mueva más allá de la montañas y que haga concretar y realizar lo que Dios necesita en este tiempo, por una fe que los impulsa a seguir caminando, al igual que la Fe que moraba, y mora, en Mi Corazón en el momento más agudo y difícil de la Pasión.

Sean así representantes de Cristo en la Tierra y mantengan sus ojos en dirección al Divino Propósito porque así ese Propósito se cumplirá en sus vidas y más allá de sus consciencias. Ese Propósito concretará la Voluntad de Dios que aún muchas almas no quieren vivir por la ceguera de la ilusión y la indiferencia de muchas mentes.

Pero lo que hoy conquistaron aquí, a través de este trabajo de oración, no lo conquistarán en ningún otro momento porque las oportunidades son únicas en este tiempo y Dios está dando todo lo que tiene y un poco más a través de Sus Mensajeros Divinos para llevar a las almas a vivir la realidad de la consciencia y a estar prontos ante la situación de emergencia planetaria.

Es todo este trabajo de amor que hoy ofrecieron, en un punto máximo y elevado, que permitió ingresar en la consciencia del Huerto Getsemaní para que puedan tomar las mismas fuerzas internas, el mismo coraje y valentía que Yo viví por ustedes en aquel tiempo, sabiendo que todo lo que llegará a sus vidas, a partir de este momento, será un desafío y que ustedes únicamente vivirán lo que puedan superar; el Padre nunca les dará una prueba más difícil. Recuerden que Él es una Consciencia de infinita e insondable Misericordia.

Los aprendizajes de la vida, ustedes los generan por sus actos, por sus ejemplos y actitudes. Y allí aprenderán a tomar consciencia de lo necesario que aún es crecer interiormente y madurar espiritualmente en este momento crucial en el que todo, absolutamente todo, está permitido. Y eso es peligroso para la humanidad, porque es muy fácil salirse del camino.

Por eso, sigan un único camino, el camino que los llevará a Mi misericordioso Corazón porque allí siempre estarán protegidos y a salvo, siempre tendrán dirección y guía aunque no cuenten con nadie a su lado.

Confíen en esa dirección espiritual que Mi Corazón les ofrece y les puede entregar en este momento.

No existe miseria, obstáculo o desafío que no puedan superar, porque si Yo lo viví por ustedes, Yo les enseñé cómo hacerlo.

Estén atentos a cada momento de la vida y no pierdan la oportunidad de aprender y de crecer conscientemente. Y especialmente, no pierdan la oportunidad de amar porque el amor siempre los guiará, los protegerá cuando acepten definitivamente vivir en el Amor eterno de Dios para transformar completamente el amor propio.

Es ese amor propio que ha llevado a la humanidad a cometer muchos errores y a ejercer un poder que no le corresponde y que nunca le corresponderá.

Por eso, en el servicio y en la oración encuentran la Fuente del Amor de Dios y, aún más, encontrarán la piedad, la piedad que necesita el mundo para poder ser curado y redimido.

Eleven sus corazones a Dios en este momento. Y después de haber recibido la consciencia del Huerto Getsemaní, ingresemos ahora a la Gloria del Padre para que Él reciba sus intenciones y súplicas.

Y así como ayer se elevaron a Mi Iglesia Celestial, hoy sus vidas puedan ser parte de la Iglesia Suprema del Padre, no solo testimoniando el Amor de Dios sino la transformación de la vida, impulsada por el amor y por la fe.

Nos colocamos de pie, a Su pedido.

En esa profunda unión con Nuestro Señor del Huerto, con esa vivencia de amor incalculable que lo llevó a realizar esa gran tarea por la humanidad, de una forma semejante pero pequeña, ofrecemos nuestro ser, nuestro corazón y vida en las Manos del Redentor para que en este ofrecimiento, para que en este momento de consagración y de transustanciación, la condición humana sea transmutada y redimida a fin de que la luz del alma, en lo profundo de cada ser, gobierne en este tiempo y en este momento y despierte en las consciencias las Virtudes de Dios. Amén.

“Señor, Tú que creaste los elementos para la regeneración de la vida, frutos de la creación de Tu Consciencia, sublima y eleva este momento a fin de que los corazones puedan ingresar en Tu Iglesia Celestial. Amén”.

Bendecimos el altar.

Oración al Padre Celestial (se repite tres veces).

Invitamos a aquellos que puedan, a arrodillarse para la consagración de los elementos.

Antes de ingresar en el Huerto Getsemaní estaba en el Cenáculo con los apóstoles y muchos más, en los planos internos. Y a todos, sin excepción, los hacía beber de la Fuente, por medio de la institución de este Ministerio Sacerdotal y de este bendito e insondable Sacramento.

Por eso tomé el pan, lo elevé a Dios, lo partí y lo entregué a Mis apóstoles y a cada uno de ustedes, diciéndoles: “Tomen y coman. Este es Mi Cuerpo, que será entregado por los hombres para el perdón de los pecados, Cuerpo que se entrega vivo y resplandesciente para ser llevado al matadero y para que ya no exista ningún otro Cordero que sea inmolado o sacrificado”.

Es en ese momento que, por la intervención de la Santísima Trinidad y de la Ley de la Suprema Gracia, se establece en esta consagración el Cuerpo de Cristo.

Te alabamos Señor y Te bendecimos.

Te alabamos Señor y Te bendecimos.

Te alabamos Señor y Te bendecimos.

En esa atmósfera creada durante la Última Cena, que era impulsada y guiada por el Amor de Dios, tomé el Cáliz, lo elevé y el Padre lo bendijo mediante la transustanciación de los ángeles. Lo pasé a los apóstoles, diciéndoles: “Tomen, este es el Cáliz de Mi Sangre, Sangre de la Nueva Alianza entre las almas y Dios, que será derramada por Su Señor para la remisión y el perdón de todas las faltas. Felices y bienaventurados serán los que se sirvan siempre de este Divino Sacramento”.

Y al sonar de las tres campanadas, se estableció y se transfiguró el vino en la Sangre Divina del Señor.

Te alabamos Señor y Te bendecimos.

Te alabamos Señor y Te bendecimos.

Te alabamos Señor y Te bendecimos.

Tomamos el pan y el vino y en profunda unión al Corazón de Jesús y ante Su Divina Presencia, unidos como un solo corazón, repetimos la oración que Él nos enseñó.

Oración: Padre Nuestro.

Y al sonar de siete campanadas establecemos la unión profunda y esencial con el Cuerpo y la Sangre de Cristo.

Nos podemos poner de pie.

Y, así, la vida se renueva en las cosas más simples y humildes. Y en esa renovación es en donde las almas se animan a dar sus primeros pasos, guiadas por Dios e inundadas por Su divina confianza.

Hoy, quiero agradecer especialmente a todos Mis compañeros de Argentina, por haber confiado plenamente en su Maestro y Señor. Y recuerden que, a pesar de cualquier situación, circunstancia o momento difícil en su país, nunca se olviden del amor porque el amor siempre los protegerá del mal y será ese amor que los moverá a amarse, cada día más, entre hermanos.

Y unidos, como una sola familia espiritual, que se puedan ayudar mutuamente los unos con los otros, sea de una forma material, mental o espiritual.

Que esta generosidad y fraternidad humana pueda ir más allá de Argentina y especialmente colmar a toda Sudamérica porque, como parte de esta humanidad y de este planeta, esta región del planeta también vivirá su transición y su purificación.

Pero sepan que si Yo estoy aquí, y no estoy por ejemplo en Israel o en algún otro lugar del planeta, es porque la Voluntad de Dios aún es desconocida por ustedes. Y esa Voluntad no solo mueve el Universo y todas las consciencias, sino que es una Voluntad que, a pesar de ser misteriosa y silenciosa, viene a establecer en Argentina y en Sudamérica un Propósito Mayor.

Les agradezco, compañeros, por haber respondido a este sagrado llamado de Mi Corazón, por haber demostrado a su Maestro y Señor y a nuestro Padre Eterno, su más sincero y verdadero esfuerzo. 

Que este esfuerzo en la caridad y en el bien humano se pueda propagar más allá de las fronteras.

Y nunca olviden que tengo, especialmente, un Amor predilecto por Argentina y eso es los que Me hará regresar aquí, cuando Yo retorne al mundo.

Que así sea.

En el nombre del Amor y de la Paz que el mundo entero y todos los que escuchan la Voz de su Maestro y Señor en cualquier parte del mundo sean bendecidos y colmados por la Luz del Espíritu Santo y que la Paz esté en sus corazones, en sus familias, en sus pueblos y naciones, que puedan seguir siendo portadores de la Paz y que la Paz venza el mal para siempre.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

En unión, por la paz en Argentina y en el mundo entero, en fraternidad y gratitud se darán el saludo de la paz.

Les agradezco y hasta la próxima vez.

Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS DURANTE LA 65º MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA , EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Mi victoria celestial está dentro de cada uno de ustedes y en ningún otro lugar.

Aquellos que se hayan decidido a entregar su vida a Mí, sepan desde ahora y para siempre, que a Mí pertenecerán y no pertenecerán a ninguna otra presencia, porque Mi Presencia es insondable e infinita.

Quiero hacer de sus vidas corazones humildes y pacíficos, que puedan testimoniar la Presencia del Hijo de Dios en la Tierra para estos tiempos difíciles y críticos.

Por eso he venido nuevamente al mundo con el Rayo de la Transfiguración, porque aún la consciencia humana deberá sublimarse, para que sus cadenas y todas sus prisiones se puedan liberar y el espíritu vuelva a ser libre como lo fue en el principio, como lo fue desde su origen, desde su existencia. Que pueda volver a obrar y a vivir en Dios sin estar dentro de la cadena del sufrimiento y de la agonía.

Lo que Yo les ofrezco en este tiempo, compañeros, es un gran sacrificio y un gran servicio por la humanidad, porque como ustedes saben, la humanidad está desequilibrada no solo desde el punto de vista psíquico, también desde el punto de vista material. Y ese equilibrio que la humanidad perdió, deberá volver a recuperarse a través de instrumentos de Mi Misericordia y de Mi Gracia.

Por eso estos tiempos son difíciles y definitivos, tanto en el júbilo como en la alegría, tanto en la batalla como en el desafío.

Atravesarán muchos puentes y muchos desafíos, pero también atravesarán muchos abismos, dentro y fuera de ustedes y también lo verán en toda la consciencia humana.

No bastará que hoy relate lo que sucede en la humanidad, porque lo están viendo día a día.

El Fuego de Mi convicción debe llegar a ustedes todo el tiempo. Eso permitirá que las Leyes Superiores puedan actuar a la Tierra y ese equilibrio tan esperado se pueda generar y presentar en la humanidad.

Mientras estoy aquí estoy también con los que sufren, con los que agonizan y con los que se desesperan, día a día.

Por medio del canal de la Divina Misericordia que fue abierto es que hoy puedo interceder por cada una de esas almas, tan necesitadas del Amor de Dios, tan necesitadas de la cura y de la redención.

Lo único que hoy les puedo ofrecer, compañeros, es la persistencia que Yo alcancé en la Cruz, persistencia que necesitarán para este tiempo crítico, para este tiempo definitivo, en donde las pruebas serán las escuelas y los aprendizajes para todos. Grandes momentos de definición de su consciencia y de poder dar saltos seguros y firmes en la evolución del amor y de la verdad.

Las pruebas no llegarán para amedrentarlos, sino para fortalecerlos, para que sigan firmes el camino que Yo les ofrezco. Eso los hará más verdaderos y simples, porque es lo que Dios espera de todas sus criaturas, que puedan penetrar el Misterio de Su Amor y la Infinidad de Su Gracia, principios que aún están disponibles para la humanidad y el planeta.

Pero dependerá de la adhesión de Mis compañeros y de Mis seguidores para que esas Fuentes de Dios puedan descender a la Tierra y las cosas no se desestabilicen tan rápidamente como el pasar de las agujas del reloj.

Necesito que el mundo pueda recuperarse y redimirse.

Necesito sobre la superficie de la Tierra espejos de la oración que puedan reflejar hacia todo el planeta todo el amor que Yo les entrego hacia sus esencias y espíritus, porque eso no permitirá que el caos pueda ganar, sino que el amor pueda vencer como siempre ha vencido a través de los tiempos, más allá de los errores, de las fallas y de todas las acciones humanas, que han transgredido una y otra vez el Plan de Dios.

Pero ahora llegó el momento muy importante para el mundo, en donde esa definición interior será clara para todos y eso dependerá de ustedes y de Dios; de Él, no como un Juez, sino como un Padre de Misericordia y de Gracia que tiene sed de Sus hijos, del amor de sus criaturas, de la transparencia de todas las vidas de la Tierra, porque derrotará los principios que ha sembrado el mal en la humanidad y llevan a la perdición y a la desesperación de las almas.

Pero ustedes saben, compañeros, que a través de estos encuentros Yo los preparo para Mi retorno, porque primero debe prepararse su espíritu, para que toda su consciencia esté lista para poder verme y reconocerme.

En el momento más difícil de la humanidad es cuando Yo retornaré y revelaré Mi Faz a todos.

No daré hora, ni fecha. Llegaré en el momento más culminante de la humanidad, cuando todo esté en su gran agonía.

Por eso los necesito firmes, claros y conscientes, para poder reconocer Mis comandos y para que aún las puertas a la Divina Misericordia estén abiertas.

Mientras tanto, persistan a través de Mi Corazón y no vuelvan sus vidas como son las vidas de los demás, las que han perdido el sentido de la misión y del propósito, hasta de la propia experiencia de la vida sobre la Tierra.

Esto va más allá de algo espiritual. Es estar en el camino correcto que el alma vino a cumplir en este planeta para ser merecedora de la Gracia y de la Misericordia de Dios, para poder corresponder al Divino Propósito que la ha traído a la Tierra, más allá de los errores cometidos en otros tiempos.

Hoy no vengo a hablar de las fallas o de los errores, sino de los talentos que aún deben ofrecerme y darme; talentos que esperan despertar dentro de ustedes y sus almas gritan por poner en servicio.

Por eso, compañeros, perciban el fin de los tiempos en una profunda claridad y sabiduría.

Sepan diferenciar las situaciones y las formas. No es para que las omitan, ni tampoco para que las rechacen, porque la transformación es eterna e infinita.

Pero en esa transformación la consciencia se eleva y despierta y encuentra cada vez más el sentido y la razón de haber existido en este Universo y dentro del Universo Espiritual.

Todo tiene su comunicación y su reflejo interno y externo; eso va más allá de la mente o de la intelectualidad.

El sentido del alma debe ser profundo y verdadero. Ella debe poder expresar su tarea en este tiempo final. No puede ser perturbada por sus miserias, por sus dudas o incomprensiones.

Deben permitir que sus almas tengan la oportunidad de servir y de amar y de conseguir expresar el valor que ellas tienen para que puedan cumplir la Voluntad de Dios.

Mientras esa situación en las almas del mundo no se defina, limitadas serán las oportunidades de la intervención universal.

Por eso traigo el bálsamo de Mi Luz para el mundo entero y la cura profunda de Mi Corazón, para que las almas se animen a dar los pasos que necesitan dar, sabiendo que el compromiso definitivo aún es desconocido por todos y que aún están a camino de poder encontrarlo y de verlo.

Anímense a definir sus vidas en la manera simple de la vida, en el amor en el servicio y en la caridad; en la consideración de los otros y del prójimo, como de los Reinos de la Naturaleza.

La escuela que fue enseñada aquí debe permanecer eternamente en la consciencia humana.

Los atributos que fueron sembrados aquí por medio de la instrucción y el camino de la vida grupal deberán ser los pilares para sostener la gran transición planetaria y toda la crisis de la humanidad, sabiendo que, a pesar de los errores, de los sufrimientos o de las guerras, de la ignorancia o de la indiferencia, existe un lugar en el mundo donde se viven los Atributos de Dios de una manera simple pero verdadera, así como los vivieron cada uno de los representantes de los pueblos del desierto junto a Moisés.

Ustedes son el puente, queridos compañeros, para que el Proyecto Sagrado de Dios, reflejado y manifestado en la consciencia humana por medio de la intervención divina y cósmica, pueda tener su continuidad y sobre todo, su porvenir.

Pero depende de la decisión de las almas de estos tiempos, de la consciencia y de la atención ante el llamado que es proclamado desde el Universo Mayor, del interés de cada uno de los corazones del mundo y sobre todo de la unidad que pueda ser gestada entre sus consciencias, a pesar de las diferencias o de las escuelas, más allá de todos los aprendizajes.

Porque donde está el amor, está presente Dios y su Proyecto Divino, está presente Mi Corazón y el Corazón de Mi Madre y el de cada Jerarquía Universal que contempla y observa la humanidad en estos tiempos, y cómo pierde sus códigos y sus experiencias de amor por haberse sumergido en la modernidad actual y en la indiferencia global, raíces de la gran ilusión mundial.

Pero ustedes, compañeros, como cada uno de los que me escucha, no tienen esos velos en la consciencia; han despertado y han sentido el llamado de la Jerarquía.

Espero que puedan aprovechar Mis Palabras, porque Mi ciclo está finalizando con ustedes. Y cuando finalice todo sucederá y no serán solo mensajes o palabras, o cosas invisibles o lejanas a su realidad material.

Deberán volver a buscar la Fuente que aquí se abrió por medio de la instrucción y del conocimiento, para ayudar a sostener a los que no se sostienen, a los que son más ignorantes y necios, para ayudar a curar y a redimir, abriendo sus brazos y corazones para acoger al mundo, a las naciones y a sus pueblos, más allá de sus culturas y de sus creencias.

De nuevo se volverá a repetir el gran desafío de Noé en su Arca Espiritual.

Aquí se congregarán los pueblos si las puertas están abiertas.

Aquí se acogerán los que sufren si el amor está presente.

Aquí estará la Jerarquía si la adhesión y la respuesta fueran sinceras y verdaderas.

Eso permitirá que nuestro Fuego nunca les falte, que nuestra Luz siempre los guíe, que nuestra Consciencia siempre les refleje discernimiento y sabiduría.

Pero llegó el momento, compañeros, de vivir definitivamente el nuevo ciclo para que todo lo que está en el Universo Espiritual pueda descender al Universo Material y así, se lleve adelante el Plan de Rescate en el fin de estos tiempos.

Acepto sus ofertas, escucho sus corazones y acojo sus intenciones en unión a la Jerarquía.

Que se cumpla en ustedes la sagrada misión que han venido a realizar.

Que sus sentidos internos se abran para poder percibir la emergencia de estos tiempos y el llamado inmediato que viene del Cielo, para elevar la consciencia humana de estado y de condición.

Celebremos entonces en esta hora la comunión con el alma de cada ser, y ante la Presencia de Mi Iglesia Celestial, que no solo llega al Corazón del Padre bendiciendo los elementos de este Altar que hoy son ofrecidos y las intenciones más profundas e internas de sus espíritus, en esa donación que sus almas pueden hacer para estos tiempos por muchas, muchas almas más que en este tiempo no lo hacen, ni lo viven. Así también aliviarán Mi Corazón de la gran ceguera humana que estoy viendo en la humanidad y cómo eso sumerge a las almas en la ilusión y en la indiferencia.

Que el amor que ofrecerán hoy sus corazones ante el Rey Universal pueda disolver las corrientes contrarias, y las almas puedan renacer a la vida en el encuentro perfecto con la Esencia Divina.

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

A pedido de Nuestro Señor escucharemos el Padrenuestro cantado en latín, para que las Puertas de Su Iglesia Celestial se abran y Su Gracia descienda en todos los corazones.

Nos ponernos de pie para la consagración.

Pater Noster...

Cristo Jesús:

En aquel tiempo Yo les di Mi Cuerpo para que resucitaran.

En aquel tiempo Yo les di Mi Sangre para que pudieran purificarse, consagrarse a Mí, para consagrarse al Plan de Dios.

En esta hora y en este momento se vuelve a revivir el sacrificio del Cordero de Dios, cuando en aquel tiempo tomé el pan dando gracias a Dios, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo lo bendijeron, se lo entregué a Mis Apóstoles diciéndoles, para que le transmitan a la humanidad, que "este es Mi Cuerpo que fue entregado por todos para el perdón de los pecados".

Tomé el Cáliz y elevándolo a Dios, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo lo bendijeron. Lo pasé a Mis Apóstoles diciéndoles: "Tomen y beban todos de Él, este es el Cáliz de Mi Sangre, que a través de los tiempos y de las generaciones derramará la preciosísima Sangre del Cordero de Dios, para que todos reciban Sus Códigos de Luz y se rediman".

Este es el Cuerpo y la Sangre de quien dio la vida por ustedes hasta lo alto del Monte Calvario y sufrió por la humanidad para que ella no perdiera el sentido de su existencia y el camino perfecto de su alma.

Gloria a Dios en las Alturas, paz en la Tierra a todos los seres de buena voluntad.

Y ahora que el Padre recibió la oferta de los elementos en el Altar y la oferta de los corazones, ha llegado el momento de la bendición a través de la infusión divina que el Padre propaga para todas las almas de la Tierra, y a través de la Obra, de la Ciencia del Espíritu Santo.

Que la Paz de Mi Corazón esté en ustedes y esté en todos los seres de la Tierra para que sean portadores de la paz y de la Misericordia de Dios, a fin de que terminen las guerras, el hambre, el sufrimiento y la desesperación de los corazones.

Por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús en este país y en el mundo, Yo los declaro Mis apóstoles y Mis compañeros, y les doy Mi bendición espiritual y paternal.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén. (x 3)

En fraternidad y en compasión se darán el saludo de la paz.

¡Les agradezco!

Maratón de la Divina Misericordia
Aparición de Cristo Jesús durante la 58ª Maratón de la Divina Misericordia, en el Centro Mariano de Aurora, Paysandú, Uruguay, al vidente Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús

Que la luz del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo estén en este lugar y en los lugares del mundo que más la necesitan. Amén.

Después  que han acogido Mi llamado, ahora sí podré volver a Egipto, luego de haber pasado por allí como niño; pero ahora volverá el Rey, a liberar al pueblo de su esclavitud, a traer a ese lugar y a Medio Oriente, la Paz.

Y aunque aún los acontecimientos se desencadenen en el mundo y en esta humanidad, llevaré Conmigo a las almas que más necesitan y retornaré a los corazones que más Me buscan, no importando su creencia o religión, porque lo que permite la vida en este mundo es el amor; es el amor que los mantiene vivos, es el amor que les permite respirar y soñar con un tiempo mejor, con esperanza.

El cautiverio terminará algún día, no solo en Egipto, sino también en el mundo. Por eso debo retornar a los lugares en donde una vez ya estuve, siendo niño, joven o adulto, en Oriente, o en el lejano Oriente.

Los valores de la espiritualidad se deben recuperar para que el mundo no pierda la paz. Por eso estoy volviendo a esos lugares, como sacrificio y también como Gracia, para llevar a los corazones el reencuentro con Dios desde los planos internos y para que estos se espejen en la superficie, en la sociedad. Eso hará todo más justo y equilibrado, eso aplacará el sufrimiento y las agonías, porque es a través de los méritos que su Maestro y Señor alcanzó en la Pasión, que estas Gracias son posibles en este mundo y en su humanidad.

No puedo dejar de decir que a veces Mi Corazón está triste por los que no entienden, pero el gozo de los que Me viven y de los que creen en Mi y Me dan su confianza Me alegra, como lo han hecho ustedes ayer y hoy, de forma simple.

El Reino de Dios es el mayor tesoro de la simplicidad para este mundo y para las almas. Si son simples siempre vivirán el Reino de Dios y Él siempre estará próximo de sus vidas y sobre todo, estará en sus corazones.

Quiero que este gozo y júbilo que viven Conmigo de tiempo en tiempo llegue al mundo entero y no solo a Sudamérica. Ahora llegó el momento de vivir el apostolado y de hacerlo parte de ustedes en cada etapa de la vida.

Así Mi Misericordia llegará a los que más sufren, como también a los Reinos de la Naturaleza, que en esas partes del mundo también viven su sufrimiento silencioso, porque no pueden hablar como los hombres de la Tierra.

Sé que a su alrededor también existe el sufrimiento, a veces en sus familias, en sus ciudades, en sus trabajos, en sus seres más queridos. Pero Yo les pido, por misericordia, que den un paso más hacia Mí y llevemos este tesoro del amor a los lugares que más necesitan y que durante miles de años no han recibido nada, ni del Universo, ni de los Cielos.

Vengo a recuperar a través de Egipto los valores de las últimas humanidades, porque la evolución continúa y el despertar también.

Llegó el momento, compañeros, de que recuperen lo que una vez vivieron Conmigo en Tierra Santa y más allá de ella. Esto no es una teoría ni tampoco es una ilusión. Es hora de vivir el Plan de forma verídica. Es hora de hacer el Plan vivo en más corazones del mundo, que Me están buscando y no Me encuentran porque no saben la salida.

Ustedes sí encontraron la salida, pero el mundo aún no la ha encontrado. Por eso debo volver y retornar al centro, desde donde todo se crea, como conflicto, guerra y persecución.

Porque esta vez no solo la Señora de la Luz pisará con Sus pies a la serpiente, sino también su Maestro y Señor pisará con Sus Pies a sus aliados y los derrotará, para que se arrepientan algún día. Y ya no existirá arma contra arma, religión contra religión, porque a pesar de que el momento más grave no ha pasado todavía, aún el ímpetu y la fuerza de Mi Corazón poderoso podrán transformar todas las cosas cuando tan solo Me digan “sí, Señor, aquí estoy”.

Así Yo tendré el permiso de seguir obrando, tendré el permiso de seguir transformando y unificando a las almas con Dios, para que Su Reino celestial descienda a la Tierra y se cumpla Su Voluntad. Porque al fin de todo, Su Sagrado y Eterno Corazón triunfará.

Los caídos serán perdonados, los asesinos serán redimidos, los perseguidores serán amados y se disolverá el mal, porque el mal no conoce el Amor que viene de la Fuente. El mal es la incomprensión de la consciencia humana por no aceptar la Voluntad de Dios, como fue la Voluntad de Dios traer a Su Hijo a la Tierra para enseñarles la Escuela del Amor y de la Redención.

Vuelvo a reunir en este tiempo a los que estuvieron Conmigo en algún momento, sea en la vida consagrada, o en la vida del espíritu; en la vida del servicio, o en la vida abnegada; en la vida misionera, o en la vida orante.

Que ese compromiso sea revivido por los que despiertan.

Que ese compromiso sea reconfirmado por los que ya despertaron, para que se siga cumpliendo la Voluntad del Creador en estos tiempos críticos.

Mi Corazón abrazará al Medio Oriente y a todos los que se encuentren en ese lugar, no importando su condición o su condenación. Porque en verdad, compañeros, Mi Misericordia es muy grande y aún desconocida. Mi Misericordia es tan grande, que Mi Sangre se dejó verter en la Cruz gota por gota, dolor por dolor y angustia por angustia, para disolver el mal de la humanidad y su condenación eterna.

Es el tiempo de dar a conocer Mi Amor al mundo. Y que los demás pueblos y razas sepan que los amo, como los amo a ustedes.

Que anuncien que estoy volviendo al mundo por segunda vez y que el Reino celestial se reaproximará a la Tierra junto a los ángeles y arcángeles, para poner fin a la perdición de la humanidad y para disolver las tinieblas por la intervención del poderoso Padre San Miguel Arcángel,  de San Rafael Arcángel y de San Gabriel Arcángel.

Los anunciadores de la Palabra de Dios retornarán a la Tierra, como fue en el principio del pueblo antiguo del Medio Oriente.

Y a partir de allí se escribirá una nueva historia y se borrará el sufrimiento, trayendo del Cielo los Libros de Dios abiertos, para mostrarle al mundo Su nuevo Propósito en la Nueva Humanidad.

Bienaventurados serán los que vivan las profecías y se regocijen en ellas, porque el Señor, el Todo Poderoso, le mostrará Su Poder a los humildes.

Con esta Luz que traigo extiendo la Paz hacia la Tierra, renovando este ciclo y este momento para todos; dando la chance a los que están confundidos, de poder retornar a Mi camino antes de que el Portal se cierre.

Que se eleven los corazones hacia Mi Iglesia celestial y que en comunión con la vida de cada ser, todo sea renovado.

El Universo de Dios desciende a la Tierra y en este simple lugar, las almas siempre encontrarán a Dios. Aunque Mi Presencia no sea aceptada, Yo siempre aquí estaré para abrazarlos con la Luz de Emmanuel.

Vengo a bendecirlos con la Palabra de Vida. Vengo a ungirlos con el soplo del Espíritu. Vengo a bautizarlos con el Agua que brotó de Mi Costado en la Cruz, como parte de la Fuente de la Divina Misericordia, para que sean santificados por el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

Hoy no existen fronteras ni separaciones entre las naciones y los pueblos. El amor que Yo pude ver aquí es el que necesito para renovar los tiempos y sobre todo, a la humanidad. Es el amor de los que se congregan dentro de Mi Iglesia celestial para comulgar de la Llama de la Santísima Trinidad, junto a los Ángeles de nuestro Padre-Madre Creador, Emmanuel.

Hoy, los Elohim, llamados seres resplandecientes del Universo mental, los Ángeles de Dios, testimonian con Su puño y letra que Mi misión en Egipto será realizada por la receptividad y la oración de las almas que colaborarán para que eso sea posible y así, Mi gran Espejo de la Misericordia se encienda en Medio Oriente.

Alegren sus corazones porque están siguiendo el camino correcto. No habrá otro lugar que Me represente en la Tierra, sino este. Porque vuelvo a decirles, compañeros, vengo fuera de Mi Iglesia para llamar a los rebaños que más Me necesitan y que Mis representantes no han sido dignos de acogerlos con castidad.

Que el amor de los simples promueva la Paz en la Tierra.

Que el servicio de los humildes restaure a los Reinos de la Naturaleza.

Que la oración de los que se congregan en comunidad y en luz, transforme los tiempos, a fin de que el Cetro del Hijo de Dios descienda a la Tierra para poner fin a la maldad humana.

Y ahora elevaré al Cielo esta ofrenda que han colocado a Mis Pies, porque en verdad todo pertenece a Dios, nuestro Padre, que está en los cielos y hoy escucha con atención la Voz de Su Hijo y de Sus compañeros, a fin de que un grano de Su Reino celestial se siembre en esta humanidad, para que la humanidad sea recreada por medio del amor y del bien entre los hombres.

Que todo sea santificado y que todo sea elevado bajo el Rayo de la Transubstanciación. Y que a los pies del Altar de Dios sea colocada la ofrenda de cada corazón humano, en esta tarde.

En el silencio, compañeros, pueden hacer su ofrenda ante Mi Iglesia celestial. Los escucho en el silencio de la oración.


Padre Celestial, que a todos conduces,

acepta nuestra oferta de entrega a Ti.

Guíanos por el camino del amor,

para que Tu Voluntad sea hecha.

Amén. (x3)


La oferta ha sido aceptada.

Los que hoy serán bautizados serán iluminados, y al ser iluminados, se convertirán.

Los que hoy serán ungidos recibirán la Gracia que tanto esperan, pero por ella deberán orar.

Padre, que Te has hecho pequeño para que el mundo Te comprendiera y así pudieras ingresar en la esencia de Tus hijos a fin de que te vivificaran y exaltaran Tu Nombre, para siempre, a la mesa de estos nuevos apóstoles Míos, hoy Te vuelvo a declarar, mediante esta fórmula sagrada que Tú has dictado al humilde Corazón de Tu Amado Hijo.

Que escuchen los mundos internos lo que hoy declara su Rey y Señor del Universo: Les pido que tomen y coman todos de Él, porque este es Mi Cuerpo, que fue entregado por los hombres para el perdón y la remisión de los pecados.

Señor Mío y Jesús Mío, que escuchen las almas de la Tierra la Voz de su Maestro y Señor, el Cristo Vivo, que les dice: Tomen y beban todos de Él, porque esta es Mi Sangre, que fue derramada por los hombres para el perdón de los pecados.

Les pido, que por los tiempos que vendrán y los acontecimientos que llegarán, hagan esto en Mi memoria a fin de que la Paz y la Misericordia de Dios estén presentes en el planeta.

Señor Mío y Dios Mío, este es El que ha dado la vida por todos y que ha resucitado para volver al mundo en espíritu y divinidad, a fin de transfigurar la Tierra en una humanidad redimida.

Padre Nuestro...

Y como les dije a Mis apóstoles, Mi Paz les dejo y les doy Mi Paz, porque siempre su Maestro y Señor mirará la fe de los miembros de Su Iglesia celestial a fin de que todo sea reparado y la humanidad sea curada de su enfermedad espiritual.

Que esta Paz sea llevada a Egipto y a los lugares que fueron encomendados por su Maestro y Señor y por Su dulcísima Madre, la Santísima Virgen María, para que Sus Corazones de Servicio y de Humildad, de Amor y de Esperanza, lleguen a todo el mundo. Amén.

Dense ahora la paz.

Que la paz repueble a la Tierra de esperanza y que la esperanza renueve a los corazones que aspiran a alcanzar la Misericordia de Dios.

Con las voces de sus corazones hoy deseo expandir, por medio de una canción, la lluvia de amor en todo el planeta, dando la bendición al mundo en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Les agradezco por estar Conmigo en la simplicidad del corazón y de la vida.

Aparición de Cristo Jesús durante el Sagrado Llamado, en el Centro Mariano de Aurora, Paysandú, Uruguay; transmitido al vidente Fray Elías del Sagrado Corazón

Si vives dificultades dentro de Mi Plan, es señal de que él se está cumpliendo.

Ten siempre una mente madura y un corazón fuerte, para aprender a superarte a tí mismo todos los días, sabiendo que por detrás de cada prueba y de cada desafío, está Mi Corazón y se proyecta Mi Voluntad sobre tu vida: en todos tus sentidos, en cada respiración, así como también en cada nuevo sueño.

No pierdas tus expectativas. Eso también se lo dije a Mis apóstoles en el pasado. Mantén tu espíritu ardiente y el gozo de Dios siempre te colmará.

No existe amarra ni lazo que no pueda ser desatado. No existe obstáculo ni prueba que no pueda ser superada. Porque si confías en Mí plenamente, Mi Corazón te protegerá y Yo siempre renovaré tu vida a través de los aprendizajes, de las enseñanzas y de las pruebas, que en este próximo tiempo deberás vivir por Mí.

Pero no te desanimes. Si Yo Soy tu Señor y tu Dios, nada te faltará. Tengo grandes tesoros especiales para entregarte, cuando tus pasos se dirijan solo hacia Mí y puedas encontrar la libertad en Mi Camino.

No tengas miedo de saber lo que te espera a la vuelta del camino. No tengas miedo de sentir el poder y el rigor de Mi Voluntad, porque si Yo, que Soy tu Esposo y tu Compañero, estoy a tu lado, nada te pasará. Solo necesito que crezcas en los grados de amor, de la entrega y del servicio.

Muchas almas necesitan aprender por medio de tu ejemplo, sincero y verdadero, para Conmigo.

Cuando estés a punto de caer en el abismo o en una gran dificultad, te sorprenderás, porque Yo te tendré entre Mis Brazos, para consolarte y darte la fuerza del espíritu.

A Mis más preciados soldados, a los que Yo he convocado y he escogido para Mi tarea planetaria, les exigiré grandes cosas. Y sé que tal vez, podrán ser grandes para ellos, pero Yo siempre los socorreré, siempre los auxiliaré. Y a pesar de que Mi Consciencia esté en silencio, no perderé un momento, ni la oportunidad de poder acompañarlos en los pasos hacia la transformación y de la redención.

Apóstol Mío: vierte tus aspiraciones sobre Mí, porque Yo también deseo ser consolado por tu entrega, por tu dedicación y por tu gran perseverancia. Solo deseo el bien para ti, pues Yo, el que te habla, que Soy tu Dios, estoy aquí; confía en Mí y tómate de Mi Mano, para poder llegar hasta el fin, a lo que más deseo para ti, a lo que he pensado y he diseñado en la meditación de Mi Corazón y de Mi Espíritu.

Yo solo seré tu refugio y no existirá otro. El mundo es una ilusión y se sumerge en sí mismo, en la perdición. Por eso Yo ofrezco grandes sacrificios para los que he escogido con Mi propia Mano. Y aunque tú no comprendas completamente Mi Voluntad, Yo te ayudaré a sustentar la cruz que Mi Padre te ha entregado. Y seré el nuevo Cirineo, Aquel que viene a ayudarte para alcanzar la libertad y el perdón de todas tus penas.

¡Vacíate, vacíate, solo vacíate !

Anímate a hacerlo por Mí y Yo haré muchas cosas a través de ti, porque Mis designios son muy desconocidos; Mis Voluntades son inexplicables. Pero Mi Propósito para tu vida es muy claro y nunca lo cambiaré, porque lo que está escrito en el Corazón de Mi Padre se cumplirá.

Por eso, Yo te llamo. ¡Sígueme y no te canses de hacerlo!

No vengo a mirar tus pecados. No vengo a contemplar tus imperfecciones, tus dudas, ni tampoco tus fracasos. Solo necesito que confíes en Mí y que Me esperes todo el tiempo en la adoración, en la oración, en el silencio, en la comunión con la Naturaleza. Y de la nada, todo se disolverá, porque Mi enemigo no conoce el amor, ni el poder que él tiene.

Tú eres una chispa de Dios. Eres una célula inmaterial de Su Espíritu. Y Él una vez sopló y viajaste por el Universo para encarnar como espíritu, dentro de una gran experiencia que es el amor.

Sin amor nadie puede vivir, tampoco el mundo. Sin amor, las almas mueren. Sin amor, las almas enferman. Cuando no puedas estar en el amor, búscalo en Mí, que Yo te lo daré, te lo haré sentir como en el primer día en el que te decidiste a decirme sí. Y todo pasará. No existirá angustia ni temor que prevalezca, porque el Amor que Yo tengo por los que he escogido con Mi Mano es intransferible.

Reposa, en esta noche, tu espíritu sobre Mis Brazos y entrégate a Mi Amor renovador. Yo tengo la potestad de cambiar todas las cosas y todos los acontecimientos. Si por lo menos las almas del mundo miraran con sinceridad a Mi Corazón, ya no existiría el sufrimiento.

Por eso sufro por los que no se entregan. Sufro por los que Me abandonaron y no supieron confiar en Mi Amor; porque Mi Amor, hasta el fin de sus vidas, será desconocido y solamente lo conocerán en la Eternidad, en el Paraíso, en donde ya no existe ni vive el dolor, ni el sufrimiento.

Quisiera, apóstol Mío, que te rindieras a Mis Pies, que te postraras ante Mi Presencia cada vez que lo necesites; porque Yo te levantaré del suelo y te haré fuerte, tan fuerte como lo fueron los apóstoles y nadie perderá su camino, porque quien confía en Mí no perecerá. Podrá atravesar una gran prueba, pero en el mayor naufragio, en la mayor duda o en el mayor cautiverio, Yo estaré allí presente, esperando que Me busquen, que Me encuentren, que Me abracen y que sientan el Fuego Misericordioso de Mi Corazón.

Hoy entrego estas palabras a los que persisten y no se cansan; a los que se animan a amar todos los días más allá de sí mismos. Porque si en verdad amaran el misterio, él se conocería y las almas adquirirían sabiduría para realizar las Obras de Dios.

Hoy vengo a cicatrizar una herida espiritual imperceptible y a pasar Mi Mano sobre ella para poder curarla, sabiendo que la Voluntad de Mi Padre se cumplirá.

No desistas ni te canses. El soplo del Espíritu te auxiliará y se abrirán las puertas, se iluminarán los caminos y las tinieblas desaparecerán a tu alrededor. Solo necesito que te entregues a Mi Confianza, para poder dar el gran y último paso, el que te desposará Conmigo eternamente. Y viviremos una Alianza espiritual y amorosa, desconocida para tu alma. Porque quien se desposa Conmigo alcanza la libertad y es semejante a un ave en alto vuelo, libre para poder alabar a Dios por toda la eternidad y para estar algún día entre los santos y los bienaventurados, proclamando con los coros celestiales, el retorno de su humilde Maestro y Señor.


Padre, hoy Te imploro. Da fuerza a los que Te escuchan. Da ímpetu a los que Te siguen. Haz crecer la fe en los corazones que Te claman. Y Te aseguro, Adonai, que el mundo cambiará, porque la Tierra será repoblada de Nuevos Cristos, que serán como llamas semejantes al Espíritu Santo y que estarán entregadas a Ti, en adoración.

Padre, Amado Señor, fortalece la esperanza; obra en Tus criaturas por medio de la cura y de la redención, para que todos los autoconvocados y los que aún no se convocaron, estén a Mi lado, celebrando junto a Mí la ceremonia del Perdón y de la Reconciliación.

Da a conocer, Señor, Tu Infinita Voluntad. Da de beber a todos de la Fuente de Tu Amor, para que las heridas más profundas y desconocidas se cicatricen y se establezca, Señor, Tu Reino para siempre. Amén.


Deja tu corazón vacío para Mí, y Yo podré depositar Mis mayores tesoros, los que se revelarán con el tiempo por medio de tu servicio, de tu entrega y de tu caridad.

Que Mi Nombre resuene en los corazones del mundo, para que Mi Palabra se cumpla en todos los que he llamado en este tiempo, para servirme.

Quédate en Mis Brazos y siente Mi Paz.

Quédate en Mis Brazos y siente Mi Aliento.

Abrázame fuerte y escucha el latido de Mi Corazón, coloca tu cabeza sobre Mi Pecho, para que resuene en tu interior la flamante Llama de Mi eterno Amor.

Que tus faltas se disuelvan. Que tus pecados sean perdonados y que tu alma se consagre a Mí, para que en los últimos días de la vida, te unas en matrimonio espiritual Conmigo, para siempre.

Y así, los Jardines del Cielo florecerán. Y como una dulce esposa, caminarás entre las rosas hacia Mi encuentro, libre del pasado y de todo dolor. Y al final de los Jardines, Me encontrarás y colocaré en tus manos Mi Sagrada Alianza, para que seas Mi compañera de camino y así vivas, después de esta vida, Mi Voluntad en otros espacios del Infinito.

Y serás una estrella incandescente, que tendrá escrita en su interior la historia de la redención y del perdón. Y muchos seres del Universo conocerán esa historia, porque finalmente tu esencia será como un espejo que derramará de la Fuente, el Amor, que todo perdona, todo cura y todo redime.

Y reuniré a las estrellas del Universo para la ceremonia. Y todas las esencias que se han consagrado a Mí, se desposarán con su Rey y Señor. Y Yo, con el Cetro de la Luz de Dios, en compañía de María Santísima, bendeciré a todas las esencias, las consagraré y las desposaré con Dios, para siempre.

Y en esa hora ya no existirá el mal, porque todos los que hayan confiado en Mí, conocerán el verdadero Amor y la verdadera Sabiduría.

Pacifica tu corazón. Calma tu mente y entrégate a Mis Brazos, para que Yo pueda dejar en ti el Universo de Mi Amor y de Mi Misericordia.

Vean cuán grandioso es el Amor del Padre; Él, que es tan grande e infinito, se hizo pequeño entre Sus criaturas, y entregó lo más grande que tenía: a Su Hijo, para que Él, mediante el pan y el vino, diera de comer de Su Cuerpo y diera de beber de Su Sangre, a fin de establecer la Alianza entre las almas y el Creador.

Con especial gozo y alegría, hoy bendigo este pan. Y vuelvo a repetirles: tomen y coman todos de él, porque este es Mi Cuerpo que fue ultrajado por los hombres, para el perdón y la remisión de los pecados.

De la misma forma les digo: tomen y beban todos de él, porque este es Mi Cáliz, es Mi Sangre de la nueva y eterna Alianza entre los hombres y Dios, a fin de que se cumpla Su divino y magnífico Propósito.

Que los que hoy coman y beban de la Mesa del Señor se regocijen, porque sus pecados fueron perdonados, sus amarras fueron liberadas y el Amor del Glorificado y Sagrado Corazón de Jesús triunfó sobre los redimidos. Amén.

Y ahora, deja que Yo lave tus manos, tus pies y tu cabeza, con la Fuente Espiritual del Amor, para que todo sea renovado y no existan dudas de que este es el Camino que Yo te ofrezco para vivir todos los días, hasta que Yo pueda ver con Mis propios Ojos y sentir con Mi propio Corazón, que Me has superado en el Amor.

Y aunque no lo creas, eso es posible, porque quien de verdad ama, se dona; y quien se dona, se entrega a Dios incondicionalmente.

Establece entonces, para los días que vendrán, este matrimonio Conmigo y deja que te coloque el velo para desposarte Conmigo y te entregue Mi Alianza para que te unas a Mí. Porque Mi Corazón no solo guarda tesoros, sino también muchos misterios de amor, que en este tiempo deseo derramar sobre las almas que Me buscan y que deseo entregar a las almas que más Me necesitan.

¡Tengo tanto Amor para dar, pero muchos corazones lo rechazan y lo cambian por otras cosas, por otros deseos o por otras satisfacciones!

¡Necesito de Nuevos Cristos para poder seguir adelante con Mi Obra!

¡Sonríeme!, porque quiero ver tus ojos brillar y que tus lágrimas sean de gratitud y de esperanza por los que sufren, por los que lloran con desconsuelo y no tienen alivio. Y así, a través de ti, Yo podré llegar a cada una de ellas y te reafirmarás en tu camino, hasta que al final te encuentres Conmigo en el Cielo.

Quiero escuchar, en esta noche, una canción de una esposa Mía, canción que revela una historia de amor entre un alma y Mi Corazón. Y por la cual, todas las almas se podrán sentir unidas a Mí, por medio de ese canto tan simple.

Deseo que algún día, en su ardiente aspiración y compromiso Conmigo, nos veamos cara a cara. Porque por más que Mi trabajo y Mi deber sea muy grande para con el mundo, el Señor siempre tiene Su espacio para los que necesitan ser escuchados en la oración y en el silencio.

Yo los bendigo en nombre de todos los ángeles y arcángeles del Cielo, en nombre de la Fuente renovadora del Amor que cura y cicatriza las heridas.

Que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo estén entre ustedes, ahora y siempre. Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Llevaré la súplica de esta canción, por todas las almas que no tienen la oportunidad de conocerme ni de escucharme. Eso habla de la importancia de difundir Mi Mensaje al mundo entero y en todas las lenguas posibles.

Les agradezco.

 

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO DURANTE LA SAGRADA SEMANA, DÍA 6, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

 

Oración: "Padre Celestial".

Cuando vean a su Maestro mostrar las Llagas de Sus Manos, de Sus Pies y de Su Costado, despertando en ellas la Luz de Dios, es señal que un nuevo misterio está siendo revelado para el mundo.

Cuando vean a Sus ángeles rodeando al Santo Señor, en la contemplación de Su divino Sacrificio por toda la humanidad, es señal que algo importante está por suceder.

Cuando vean detrás de su Señor, en lo más alto del universo, la presencia del Padre Celestial y del Espíritu Santo, es señal que algo importante está por suceder.

Y esto importante es lo que ha traído el misterio de Mi Cruz, hace más de dos mil años, en donde la preciosa Sangre se vertió sobre el mundo y el Agua divina se derramó de la Llaga principal de su Señor.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Los consagrados que están aquí, ¿pueden acercarse, por favor?

El Señor los está llamando para revivir el misterio de Su Cruz, porque es importante que sus corazones comprendan que la victoria de Cristo no fue algo solamente humano, sino también profundamente universal.

 

Y ustedes, que hoy prepararon este sepulcro para Mí, sepan que de él haré resucitar a la humanidad, que se ha perdido del camino de Dios, por las tinieblas.

De este sepulcro nacerán los Nuevos Cristos y así resucitarán las consciencias, para que puedan vivir el llamado de Dios, cumpliendo así Su Divina Voluntad en estos tiempos de crisis.

Quiero ahora, que cada una de las nuevas santas mujeres, que Me auxilian en la Divina Misericordia, encienda una vela para su Señor y así podré dar continuidad a la revelación universal, que hoy les traigo.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Sol, Janisa, Aylén y Nadia, subirán aquí y estarán al lado del sepulcro, a pedido de Nuestro Señor.

 

Yo llamo a las ovejas por su nombre, para que puedan alimentarse espiritualmente de las vibraciones más sutiles de su Señor.

En aquel tiempo Me comprometí con las santas mujeres, para revelarles interiormente los misterios de Mi Pasión y las victorias universales de la Cruz.

Dejen entonces que Mi Luz penetre en lo más profundo de las células, para que despierten las células crísticas, que los renovarán y los harán dignos hijos de Dios.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Cantemos: "Adoramos" por algunas veces.

Ahora, aquellos que puedan colocarán sus manos en señal de irradiación.

Nuestro Señor, en este momento, está mostrando Sus cinco principales Llagas: las de Sus Manos, las de Sus Pies y la de Su Costado. Y las cinco Llagas brillan más que un sol, mientras los ángeles lo rodean.

Está descendiendo un ángel mayor, quien le entrega a Nuestro Señor un pergamino, que ahora Él, está leyendo.

 

Él dice:

Esta es la revelación sobre Mi Divinidad; desde donde provengo y hacia donde fui, después de Mi Ascensión. Todo esto es posible por la exposición de Mis cinco principales Llagas.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Ahora, los ángeles están orando:

¡Oh!, Señor Jesús,
resucita nuestra vida espiritual,

redime nuestro corazón,
eleva nuestro ser ante Dios.
Amén.

 

Podemos, ahora unir nuestras manos en señal de oración, aquellos que puedan, o de lo contrario colocar la mano izquierda sobre el cardíaco

 

Esta revelación fue escrita por los ángeles del universo, guiados por San Gabriel Arcángel.

Tres días después de Mi Ascensión, cuando Me elevé a la Casa de Mi Padre, a pedido del Único, por intercesión del Arcángel Gabriel, Sus huestes celestiales se reunieron en el universo, para dejar plasmado en este universo material y en todos sus éteres, la revelación sobre Mi Divinidad y Origen, de la cual, hoy contaré solamente una parte, porque la segunda parte será conocida cuando Yo retorne al mundo y Me vean venir entre las nubes, con el poder de la Gloria de Dios y de todos Sus ejércitos angélicos.

Yo provengo de una Fuente desconocida, llamada por los seres materiales “Fuente Primordial”. Nací y surgí como el segundo aspecto de la Santísima Trinidad. Y Mi Espíritu, por Obra y Gracia de Dios, descendió a un sol más radiante que este, que los alumbra todos los días, desde el amanecer hasta el atardecer.

Este sol es el centro de muchos universos, de muchas constelaciones, planetas y estrellas. Allí reposó por primera vez, la Divinidad del Hijo de Dios.

Por las manos de los arcángeles, en una sagrada Fuente solar, más radiante que el oro rubí, Mi Consciencia fue preparada como una sublime Esfera de Luz, que penetraría las dimensiones y los universos, hasta llegar a encarnar en la Tierra y nacer en el sagrado pesebre de Belén.

Pero antes de llegar al mundo, los tenebrosos ya sabían Quién era Yo. Sus planes temblaron y sus reinos fueron derrotados, porque era la Misericordia misma, que en Su Sagrada Divinidad, estaba naciendo y surgiendo en el Corazón del Universo.

Sutiles consciencias presenciaron, así como todas las criaturas celestes, el surgimiento de la Divinidad de Cristo, que por primera vez se materializaba dentro de este universo material, para despertar el Amor superior en todas las consciencias.

Concéntrense. No permitan que el enemigo abunde en las mentes. Quien contempla Mis cinco Llagas mientras escucha Mis Palabras, no se desconcentrará, porque estará en el propósito y en la vibración correcta para recibir lo que tiene que recibir y así, no perder todo lo que hoy traigo, para una humanidad en tinieblas.

Soy sincero con sus corazones, para que puedan crecer en la verdad y no perder las oportunidades que hoy les traigo, con el objetivo y la misión de aliviar su propia cruz, a través de Mi Divinidad Crística, desconocida por el mundo y por toda Mi Iglesia.

Es así como Yo les enseño que Jesús dejó de ser un hombre después de haber vivido la Cruz y de haber resucitado, entregando la expiación al mundo. Su Cuerpo, Mente y Alma se tornaron divinos para dar continuidad al Plan de salvación universal.

Fue esta Esencia que surgió desde ese sagrado Sol, la que atravesó los universos y los planos de consciencia hasta llegar a este planeta, para traer nuevamente la Fuente de Dios, que toda la raza en el tiempo pasado, había perdido.

Para que esta Divinidad estuviera aquí, Dios tuvo que sacrificar Su segunda Persona. Y en una universal humillación, volverse pequeño, humilde y simple, entre los más simples.

¿Ahora comprenden, compañeros, con Quién están conversando y a Quién están escuchando, aunque todos los días parezca lo mismo?

Mi Divinidad viene a cambiar el punto de sus consciencias, para liberarlos del engaño diario y para que así ingresen en la verdadera fuente de sus corazones, en donde Yo aspiro a estar todo el tiempo.

Hoy, es esta Esencia, esta Divinidad Solar, la que se muestra al mundo por segunda vez, después de haber encarnado en Belén, para traer la Luz al mundo y la Redención de la humanidad.

Hoy, no todos pueden ver esta Divinidad, pero sí pueden coligarse con Ella a través de sus esencias, en donde se guardan los verdaderos secretos de la historia de su evolución y de su despertar. Quiero servirme de esas esencias crísticas, que en estos tiempos son atormentadas por su personalidad; son flageladas por sus pensamientos; son crucificadas por sus acciones.

Dejen nacer, ahora y siempre, su verdadera esencia solar. Esto fue lo que Yo vine a encender hace dos mil años atrás, en todos Mis apóstoles y en las santas mujeres, con la ayuda de Mi amada Madre, Quien se comprometió a los pies de la Cruz, a ser guardiana de la fe de todas esas esencias, hasta el fin de los días.

Dejen nacer a su verdadero Ser interior. Él espera ser morada del Corazón de Cristo.

No pierdan tiempo. No se confundan. Ya no juzguen. Sean uno en Mí y Yo, hasta el fin de los tiempos, podré ser Uno en ustedes, en sublime hermandad.

Dios llora en este tiempo, en Su profundo silencio, al ver tantas esencias solares perdidas, que buscan el amor en lo exterior; que satisfacen sus necesidades en la superficialidad de las cosas; que no encuentran sentido ni salida, ni tampoco ninguna cura para sus consciencias.

¿Qué esperan, soldados Míos?

Esta, Mi Divinidad Crística, que estuvo entre ustedes por treinta y tres años, retornó a la Casa de Su Padre para terminar de concretar las Obras de la Santísima Trinidad, después del triunfo de Mi Corazón en la Cruz.

Hoy les traigo esta Comunión con Mi Divinidad, porque llegará un tiempo en que solo podrán estar en comunión perpetua con Mi Divinidad eterna. Ese será el refugio no solo para sus almas, sino también para sus consciencias y sus cuerpos. Ese refugio divino que hoy les ofrezco, es fuente de reparación y de prodigios en las consciencias que se rinden y se despojan de sí, para que habite en ellas el Supremo Rey.

Contemplen Mis cinco Llagas. Sírvanse del Manantial de Mi Corazón, para que todo resucite como era en el principio de esta Creación.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Por la Bendita Llaga
que marcamos en el Costado
de Nuestro Señor Jesús
de donde brotó la Fuente Insondable de Misericordia
para el mundo entero,
Adonai, Padre Eterno,
reconcílianos con Tu Glorioso Reino.
Amén.

Acepten en silencio, los sufrimientos que hoy les imparto y háganlo por Mí, por la salvación de la humanidad y de los Reinos de la Naturaleza.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Las cruces.

 

Hoy, Mi Cruz se reparte en muchas consciencias del planeta, que se animan a aliviar Mi Corazón agonizante, para que así, todo el planeta sea restaurado; para que el planeta sea restaurado en esta hora aguda de la Tierra. La cruz representa la liberación interior de todos los atavismos de los seres humanos, de todos los que aceptan vivir esta entrega, por el surgimiento de una Nueva Humanidad.

Hoy también dejen posando sobre Mi Pecho su cruz espiritual, para que sea aliviada por el Amor de su Señor.

¡Cuántas cruces vive el mundo! ¡Cuántos sufrimientos viven las almas inocentes! ¡Cuántas guerras son generadas! ¡Cuántos conflictos son realizados! ¡Cuánto amor falta en los corazones endurecidos, que no aceptan Mi Divina Misericordia!

¿Por qué les he pedido colocar las cruces sobre este simbólico sepulcro? Porque estas cruces, que también carga su Señor, deben repartirse amorosamente entre Sus discípulos y seguidores.

Hoy, esta es Mi invitación para ustedes: que salgan de sí, para que Yo pueda estar en ustedes, compartiendo las cruces de la humanidad.

¡Cuántas razas y pueblos viven su cruz! ¡Cuántas culturas y tribus son diezmadas! ¡Cuántos niños son explotados! ¡Cuántos pequeños aún son abortados! ¡Cuántos padres están solitarios, sin tener a un niño en sus brazos, mientras muchos son retirados de los vientres de sus madres! ¡Cuántos enfermos agonizan en este Viernes Santo!

Así, Yo digo para Mi hijo Miguel que estoy con él, cargando su cruz hasta que Mi Amor venza.

¡Cuántos moribundos están en las calles de este mundo! ¡Cuántos ancianos son lastimados! ¡Cuánto sufre el Reino Mineral, en su más perpetuo silencio! ¡Cuántas piedras preciosas son retiradas de las montañas que son explotadas! ¡Cuántos vegetales son cortados y nadie lo percibe! ¡Cuántos animales son ultrajados, tanto en la tierra, como en los océanos! ¡Cuántos de ellos son comidos y no existe compasión por el sufrimiento de esos semejantes! ¡Cuántos devas son retirados de las grandes florestas del mundo! ¡Cuánta maldad se ha hecho a la Creación, después de tanto Amor expresado por el Padre! Y ni siquiera después de haber encarnado Su Hijo y de haber muerto en la Cruz, han terminado los males en el mundo.

¿Ahora comprenden por qué tantas esencias solares se pierden?

Llegó el tiempo de la gran fraternidad, de la unidad entre los corazones, entre las culturas y pueblos. Los simples reerguirán a la nueva humanidad, después de tantas catástrofes vividas.

Les doy la esencia de Mi Misericordia, para aliviar estas pesadas cruces del mundo.

Les dejo esta reflexión para que oren por ella y que, aún más, las puertas a Mi Divina Misericordia se abran para la humanidad.

Que así sea.

Mientras Me elevo al Universo, por Mi dolorosa Pasión, ofrezcan a Dios sus voces, invocando a Adonai, Su Espíritu Santo y Su Misericordia.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Canten con toda la fuerza del corazón y del alma, para que la Tierra sea repoblada de nuevos códigos crísticos.

Que así sea.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

¡Gracias Señor por cuánto nos das!

En este encuentro, te honramos Señor.

 

 

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Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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