Mensaje extraordinario
MENSAJE DEL PADRE ETERNO, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Mi Presencia se replica en aquellos que Me aman.

Mi Voz hace eco en aquellos que escuchan Mi Llamado.

Estoy presente en el desierto como en el Paraíso. Estoy presente en las caídas como en los triunfos, pero Mi Silencio es lo que Me hace invisible a los ojos de los que dicen ser poderosos.

Mi Amor es como una lanza que traspasa el corazón humano, lo transverbera y lo ilumina, haciéndolo todo para Mí. Por eso, hoy estoy aquí.

Soy Quien los pensó, pero también Quien los creó.

Mi Palabra reverbera en aquellos que viven Mi Mensaje y, aun siendo imperfectos, Yo los sostengo a través de Mi Vida; porque Mi Alegría está en aquellos que Me buscan, en todos los que confían en Mí.

A cada uno le doy lo que debe aprender, lo que debe soportar y sostener, pero nunca le daré algo que no pueda sobrellevar.

Aprendan a caminar a través de aquello que alcanzaron de mejor.

No vean el universo vacío, sino lleno de experiencias de amor y de perdón.

Yo Soy la Brisa que sopla en la mañana.

Soy el Sol que nace a través de los que viven en Mi Fe.

Soy el triunfo del Amor en aquellos que se transforman.

En lo pequeño, Yo Soy Grande; y en lo grande, Soy Invisible. Esa es la tónica de Mi Humildad.

Mis Señales indican que siempre estoy aquí, y los Rayos de Mi Consciencia abrazan a los que Me invocan; porque en la aparente pérdida está el triunfo, en la resignación está la lealtad, en la obediencia está la fidelidad, en el servicio está la oportunidad de amar y de que Yo pueda gobernar sus vidas para siempre, más allá de las batallas o de las incertidumbres.

Yo necesito que sean otros, así como Mi Hijo lo Es. Él bebió del Cáliz sin temor al fracaso. Él se entregó para que todos fueran rescatados, hasta los días de hoy.

Su Reinado está en la Corona de Espinas. Su Voluntad está en Mi Cetro Divino. Su Infinito Amor está en todos, a los que Él ama incansablemente.

Y, Mis Hijos, ¿harán lo mismo?

Cada uno tiene parte Conmigo en este universo, el cual He creado con perfección para que reconozcan Mi Amor y la felicidad que Yo tengo de estar con Mis Hijos. Esa es la razón de Mi Creación. Ese es el Propósito por el cual obro y manifiesto, concreto y realizo a través de los tiempos.

Han sido llamados a vivir este tiempo. Por eso, están aquí y no en otro lugar. El Universo Creador guía a los que le obedecen.

Aún hay una Obra maravillosa por realizar, aun en estos tiempos críticos, en los que la impunidad y la indiferencia quieren sustituir al amor y a la unidad; pero no lo permitiré.

Mi Nombre está escrito en todas las dimensiones.

Mi Amor está presente en todos los seres, aun en aquellos que están lejos de Mí; porque el Amor de Mi Hijo hará triunfar la cruz de estos tiempos. Y aquellos que se aferren a la Luz Victoriosa de Cristo, no perecerán.

Hoy, los vuelvo a reunir como hace más de 2 000 años, cuando el pueblo de Israel escuchaba a los profetas y seguía las Escrituras.

Pero ahora, sus almas, para Mi Hijo, son el nuevo Libro en el cual Él espera poder escribir el nuevo triunfo de Su Amor, más allá de todas las dimensiones y consciencias, más allá de todo mal.

Él conoce sus verdaderos nombres. Ante Sus Ojos nada está oculto.

Síganlo hacia donde Él los llama a ir, porque este es el tiempo de Su Retorno.

Después de que Él vuelva, volverá Su Padre Celestial. Será más que el árbol ardiente ante Moisés, más que las aguas que se separaron para que Su sagrado pueblo pudiera ser liberado del cautiverio, más que la propia transubstanciación del Cuerpo y de la Sangre de Cristo.

Vendré con el Poder del Amor de los Cielos, más que todas las alabanzas y cantos de los ángeles, más que la propia Presencia de la Hermandad.

Mi Amor, en esa hora, se multiplicará más que los panes y los peces, más que la cura que vivieron los paralíticos y ciegos, más que la propia resurrección de Lázaro y de los muertos.

Mi Amor reestablecerá las Leyes en la Tierra. Más que a todos los elementos, reuniré a todos los Reinos. Más que en el propio Cenáculo de Pentecostés, la lengua será una sola, el entendimiento dará sabiduría y la Justicia Divina reconstruirá a la Tierra, de norte a sur y de este a oeste.

Y, en ese momento, será cuando se plasmará la Cruz de la Nueva Humanidad. La síntesis se completará espiritualmente, y los últimos velos caerán de sus ojos para que puedan ver Quién Soy Yo.

Mi Amor aún sigue siendo desconocido; pero después del Retorno de Mi Hijo, todo se consumará, como lo fue en la Cruz. La ley del sufrimiento ya no existirá, las almas ya no conocerán sus dolores y sus culpas, sino que se les dará a conocer la felicidad del Reino de los Cielos que los ángeles les mostrarán.

En esa hora, resurgirá el nuevo hombre, la nueva consciencia, porque ya no estará unida a la deuda espiritual, sino a la dádiva de los Cielos.

Construyan con esperanza este gran acontecimiento, no lo busquen; espérenlo, porque llegará.

Una vez más, la hora de Mi Hijo se aproxima. Por eso, es tiempo de orar con misericordia y piedad.

Que ya no exista la guerra ni la división entre los seres.

Que ya nadie más promueva la cultura del descarte y de la indiferencia, ni siquiera con el hermano que está a su lado.

Sean merecedores de las dádivas del Cielo, porque cielo y tierra pasarán, pero Mi Mensaje permanecerá vivo en aquellos que confían en Mí.

Mi Corazón está lleno de Gracias para todos. Mis Brazos están abiertos para aquellos que quieran sentir Mi Consuelo.

En el silencio, los escucho en confesión.

Que no haya temor, sino fe.

Que no haya desconsuelo, sino esperanza.

Que no haya sufrimiento, sino liberación.

Que no haya maldad, sino amor.

Este es Mi Mensaje para los que vivirán los próximos encuentros con Mi Hijo, como una oportunidad única de estar ante el Portal de Mi Misericordia, aquel que se muestra como el Agua y la Sangre de Cristo.

Quien se alegra y los bendice, a ustedes y al mundo, por este encuentro,

Adonai
 

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
 

Mensaje extraordinario
MENSAJE DEL PADRE ETERNO, TRANSMITIDO EN LA CIUDAD DE CZESTOCHOWA, POLONIA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Cuando tu corazón está afligido por todo lo que ves y por todo lo que vives, es señal de que estás perdiendo la confianza en Mí. 

Pero escucha: nunca te condenaría por tus errores o por tus faltas, solo te mostraría, cuántas veces fuera necesario, que Me estás perdiendo de vista y que, por diferentes situaciones, te alejas de Mi Mano.

Dile al mundo que Soy Misericordioso y que no tengo una vara para medir la Justicia.

Dile a todos que tengo un Corazón de Padre que siente y que vive con pesar lo que Sus Hijos de la Tierra eligen y hacen. 

Eternamente, tengo Mis Brazos extendidos hacia el mundo y hoy, muy, pero muy pocos, lo pueden percibir.

Mi Amor sigue siendo un misterio, porque las almas escogen amores ajenos. Pero, en verdad, les digo a todos que Soy simple, que Mi Amor es profundo porque sin Amor no podría Ser su Creador, Aquel que contempla la vida desde el Infinito.

Por eso, dile a todos que los espero, que los comprendo, que sé cuán difícil es la batalla espiritual de estos tiempos. Pero también, dile a Mis Hijos que tengo cientos de ejércitos angélicos para cada uno. 

Tengo tanto para darles, que nunca lo podrían medir o comprender. Mi Amor y Mi Providencia no son una cuota, no son una condición. Mi Amor por ustedes es una donación inconmensurable.

Dile a todos que los siento cerca; y aún más, los siento a todos cuando pierden Mi Mirada, una Mirada de Padre que los conoce por dentro, una Mirada que no juzga ni tampoco castiga.

El castigo que está viviendo el planeta es generado por ustedes mismos, Mis Hijos de toda la humanidad.

En Mi Reino están los tesoros y la felicidad que les prometí desde el principio; pero las almas, muchas veces, no Me reconocen a través de todas las señales que les doy.

Hoy, están ante una civilización espiritual y físicamente enferma, esclava de los vicios, de los placeres y de la ambición de querer poseer y extraer los recursos de la Creación.

Yo no les di el planeta para que lo contaminaran, y fueran indiferentes al contaminar y agredir a los propios Reinos que están al servicio del equilibrio espiritual. Ni siquiera la propia agua que beben, de las entrañas de la Tierra, es pura.

Sé que la mente de la mayoría de Mis Hijos está en la sobrevivencia. Pero les aseguro que está la solución, están los recursos del Cielo y del universo para que se puedan regenerar, por dentro y por fuera.

¿Qué esperan? 

¿Ustedes piensan que llegará del Cielo? 

No, no llegará, Mis Hijos; la solución está dentro de ustedes. Tienen todas las herramientas y los medios para poder hacerlo. 

Ustedes aprendieron a conquistarse, aprendieron a destruirse, aprendieron por el asedio de Mi hijo, el ángel enojado, a quitarse la vida.

A través de los tiempos, muchos se preguntaron si el inconveniente o la inflexión de la Creación estuvo en la rebelión del ángel caído, y Yo les respondo: “Sí, lo estuvo”; porque fue allí cuando verdaderamente comenzó el llamado aprendizaje de toda la Creación.

Fue el gran momento y lo sigue siendo hasta los días de hoy, en el que es probada la compasión y la paciencia infinita, más allá de todos los errores cometidos desde ese momento hasta los días de hoy.

Pero, Me podrían preguntar: ¿Padre, hubo una falla en Tu Divino Proyecto? 

No, no lo hubo. Lo que hubo fue una temida desobediencia a las Leyes Superiores, y esto ha sido así desde aquellos tiempos.

Cuando tu vida está desorientada, aun en el aparente camino de la espiritualidad, debes detenerte, confesar que ya no puedes más solo. A partir de ese acto sincero, todo se revierte, se encuentra la Luz en el fondo del abismo.

Ahora, cuando una consciencia se equivoca, o tropieza en la misma falla, no es saludable vivir de la culpa porque no se llegará a ningún resultado. Culparse es no reconocerse como Hijo o Hija de Dios.

La cura de esta situación está en la confianza y en la fe, que son impulsos que todo lo transforman y todo lo redimen.

En esa culpa y en ese autocastigo se encuentra el mundo. 

Por eso, les pido que hagan el esfuerzo correcto para que muchos más abandonen ese círculo vicioso de la culpa y del victimismo.

Sean inteligentes y abracen la cruz con gratitud. Porque cuando no hay gratitud, la cruz personal se vuelve muy pesada; cuando hay reclamo no hay liberación espiritual. 

Salgan de ese estado y ayudarán a que la arraigada indiferencia mundial ya no sea la causa de tantos males y situaciones inciertas.

Este es el esperado fin de los tiempos. No hay otro tiempo en el que puedan vivir. Acéptenlo.

Mi Hijo, el Redentor del mundo, les prometió el Gran Espíritu Consolador. Aquí está, Yo Soy el que Soy.

Soy ese Infinito e Inconmensurable Espíritu que los ama y que los ilumina en la actual noche oscura planetaria.

No se dejen empujar por lo que viven de incierto. Nada prevalecerá por encima de Mi Amor, porque Mi Amor viene a sanarlos, viene a hacerlos retornar a la Casa de su Padre Eterno.

Que hoy sientan disolverse sus pesadas cadenas del pecado, para que el pecado original sea liberado de la humanidad.

Que hoy sientan disolverse sus pesadas amarras, para que el mundo sea finalmente liberado de la dualidad.

Porque Mi Amado Hijo les prometió Su Retorno y, ese Retorno tan esperado, está cerca. Crean en ello.

Estén en vigilia y oración para poder reconocerlo.

Que la Eterna Luz de la Fuente los bendiga, los proteja y los ampare.

Que la cura espiritual sea una realidad, sea el camino para la definitiva reconciliación de toda la humanidad con el Reino de los Cielos.

Hoy, hago un testamento de Mis Palabras.

Los amo, infinitamente, más de lo que lo pueden concebir.

Vuestro Padre Eterno, 

Adonai

 

Mensaje extraordinario
MENSAJE DEL PADRE ETERNO PARA LA 99.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA, TRANSMITIDO EN EL MONTE SUBASIO, ASÍS, PERUSA, ITALIA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Vendré, junto a Mi Hijo, a través del ocaso. A través de Mi Hijo, traeré el Nuevo Tiempo y el surgimiento de la Nueva Raza.

Ustedes son parte de Mi Matriz Universal, fueron originados a través de Mi Proyecto, del Proyecto de Mi Voluntad.

Todo lo que les he creado es para ustedes, no para que lo transgredan, no para que lo conquisten, tampoco para que lo sometan; sino para que lo reverencien, para que lo hagan sagrado, para que lo hagan bendito.

Pero esta parte de la Creación, a la cual ustedes pertenecen, es la que vive la mayor transición de estos tiempos. Mis hijos, que son Mis criaturas, quedaron ciegos y ya no Me pueden ver ni percibir. 

Por eso, envío a todos los Mensajeros que están a Mi servicio eterno, al servicio del Plan del Padre, al servicio de la Creación. He enviado a la Tierra a muchos ángeles y a grandes Jerarquías para que, a través de los tiempos, la humanidad escuchara la Palabra de Dios y la cumpliera.

¿Pero, qué ha pasado, en el fin de estos tiempos, que la humanidad está sumergida en el caos?

Desde la entrega de Mi Hijo, en el Huerto Getsemaní, Él ya sabía que este tiempo llegaría para todos ustedes, para esta generación humana. Por eso, cuando les hablo que vendré a través del ocaso, es porque ese tiempo se aproxima y está muy cerca.

Pero primero, tienen que estar en comunión eterna Conmigo, por medio del Legado de los Sacramentos que Mi Hijo les enseñó con tanto Amor. Pero muchos de los Sacramentos vivieron sacrilegios, vivieron grandes ofensas e irreverencias. 

Es a través de los buenos y sanos apóstoles que Mi Hijo lleva adelante Su Plan, para poder cumplir con el Plan del Padre.

No es en las grandes cosas que Me encontrarán, sino en lo que es más pequeño y simple; y ustedes, Mis criaturas, ya lo saben.

Por eso, decidí, hace mucho tiempo, nacer en un pequeño pesebre, para que el mundo comprendiera que Dios no se cree poderoso, sino que Dios es humilde y pequeño, al punto de haber nacido en un humilde lugar, en una simple gruta, para que los hombres y mujeres de la Tierra pudieran reconocer al Dios Vivo dentro de sí mismos y pudieran reerguir a esta humanidad herida y lastimada.

Pero hoy, Yo vengo con la Santísima Trinidad; con el Padre, con el Hijo y el Espíritu Santo.

Vengo, en esta Unión Trina, a decirle al mundo que aún tiene un tiempo para poder cambiar y enmendar sus errores, para arrepentirse y hacer penitencia, para liberarse de sí mismo para siempre, para poder encontrar en el cercano tiempo la llegada de Mi Hijo, el Retorno del Redentor.

Desde lo alto de esta montaña, Yo emito este Mensaje al mundo entero, para que sepan que estoy cerca de todos y que, en el silencio de Mi Presencia y de Mi Corazón, medito sobre ustedes, medito sobre los próximos tiempos que vendrán.

El hombre Me ha cambiado por el dios de las tecnologías, por el dios de las modernidades, por el dios del descarte, de la indiferencia, de la falta de amor y de hermandad.

Pero aún, mantengo firme Mi Propuesta y Mi Propósito, a través de todas las Sagradas Jerarquías que han evolucionado en este universo y en otros, y que traen al mundo un impulso interior de renovación para que, en la superficie de la Tierra, al menos exista un pequeño grupo de consciencias que represente a la Nueva Hermandad, esa Hermandad que debe surgir en este plano material, para que así los tres planos cuenten con servidores disponibles, íntegros y enteros para llevar adelante la recreación de esta Creación.

Y esto se dará a través de la entrega de los corazones, a través del servicio de las almas, a través de la disposición de los espíritus de todo este universo.

De esa forma, se acoplarán Conmigo, por medio de una gran red de luz interna, profunda e intransferible. Una red que une a consciencias, a almas y también a corazones que, aunque no estén totalmente despiertos, forman parte de esos núcleos profundos de Mi Vida Divina.

Yo les traigo, a través de este Mensaje, una oportunidad de concientización, pero también les traigo la Gracia de la Paz; porque sé que lo necesitan, porque sé que muchos de Mis hijos están lejos de Mí y no quieren escucharme, ni siquiera quieren sentirme o conocerme.

Les pido que no se queden con la imagen del Dios de la Justicia, sino con el Padre de la Misericordia. Un Padre que los conoce desde los orígenes, desde la Fuente, de lo más profundo y eterno de la Creación, de donde vinieron para poder servirme en este mundo, en este planeta que Yo les oferté con mucho Amor.

Ahora, pueden ver con sus propios ojos, en lo que han convertido esta casa sagrada, esta creación bendita, este planeta especial entre tantos planetas del universo. 

No pierdan la oportunidad de concretar el Proyecto de Dios y de hacer los esfuerzos necesarios para que esto se pueda cumplir.

Pero hay una sola premisa para que eso suceda: depende de cada uno de ustedes que esto se lleve adelante. No bastarán pocas consciencias para que se pueda llevar adelante la próxima humanidad.

Deseo ardientemente, desde lo profundo de Mi Espíritu y de Mi Corazón, que muchas más almas, muchas más consciencias en este mundo, formen parte de la Nueva Raza.

Aunque el momento que están atravesando es el más difícil de todos, es el más oscuro y hasta tenebroso; Yo los invito a colocar su mirada, como estas montañas del Monte Subasio, en lo alto del horizonte desde donde viene la Luz del Sagrado Sol del Padre Eterno para poder iluminar sus caminos, para poder traer sabiduría a sus consciencias, para poder conducirlos hacia Mi Paz.

Lo que creé en el principio, desde el origen de las primeras civilizaciones, fue una Tierra rica y provechosa, una Tierra abundante, con frutos y con naturaleza, con Reinos Menores y con mucha vida, mucha vida y mucha luz. Pero Mis Hijos, las criaturas de este planeta, lo han destruido y lo siguen destruyendo.

Es así que la consciencia de este planeta, el alma de la Tierra, está de parto, pero también está gritando. Y esta Tierra, este planeta, tiembla y muestra su furia por todo lo que sus hijos le han hecho en la superficie. Es tiempo de reparar esta situación no solo con buenas acciones, sino también con consciencia, con determinación.

Yo les traigo, hijos amados, el Amor del Padre, el Amor del Hijo y el Amor del Espíritu Santo. 

Yo les traigo la oportunidad de seguir un camino de obediencia, de humildad y de paz, para que puedan encontrar en este camino que Yo les ofrezco un camino de redención y de amor, un camino de renovación y de paz; porque las almas siguen el camino de la distracción, el camino que los lleva por otros senderos que no son Mis Senderos, que no son los Caminos de Mi Voluntad.

Mientras esto suceda, muchas más almas, pero muchas más almas, perderán la oportunidad de servirme, de conocerme y hasta de amarme. Por eso, el sacrificio de unos pocos representa el gran esfuerzo por aquellos que no lo hacen, por aquellos que son ignorantes, que son inconscientes, que están distraídos y que perdieron el camino hacia Mi Corazón.

Con este Mensaje, Yo les traigo, Mis criaturas, no solo un llamamiento a la concientización, sino también el despertar. No hablo de algo religioso ni tampoco espiritual, les hablo de lo más simple hasta de lo más concreto, es allí en donde se debe dar el cambio de toda la humanidad, para que el alma de la Tierra, el alma de la naturaleza, no se rebele contra ustedes.

Sean pacificadores del planeta, sean siervos de Mi Palabra, sigan los pasos que Yo les indico hacia Mi Corazón, y todo se renovará y se curará.

Yo Soy su Padre Eterno, Adonai, Emmanuel y Abba. 

Recen Conmigo.

Oración: "Padre Nuestro" (dos veces).

Y, a pesar de que la barca parezca naufragar, de que la tempestad sea más fuerte que su fortaleza interior y de que los ataques de las corrientes contrarias quieran hacerlos sucumbir, no desistan porque Yo les daré el Don de la Fortaleza y de la Ciencia para saber actuar.

Mi Protección está sobre ustedes.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Mensaje extraordinario
MENSAJE DEL PADRE ETERNO PARA LA 97.° MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA, TRANSMITIDO EN ALGARVE, PORTUGAL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Refúgiate en Mí.

Soy parte de tu respiración y de todos tus sentidos; y más aún, de todos tus sentidos internos. 

No temas, anímate a cruzar los océanos de Mi Consciencia.

Surgiste de un espacio tan bendito y sagrado para Mí, que debes aspirar a recordarlo. 

¿Lo sabes?

Ten fe, porque Yo siempre te sostendré.

Estás como una pequeña e inofensiva ave sobre Mis Manos.

Te acaricio y te consuelo con la Luz de Mi Eterno Corazón.

¡Despierta, hijo! Es hora de que te abras internamente para poder conocer Mis más profundos misterios. No dudes de lo que te digo, sé valiente y lo conseguirás.

Todo lo que te di fue para que Me hicieras feliz. Cada parte de Mi Creación fue perfectamente pensada para agradarte y hacerte sentir muy cerca de Mí.

En el silencio, allí estoy. En cada Reino Menor de la naturaleza, allí estoy. En los elementos, allí estoy. Te pido: búscame y Me encontrarás.

Estoy más allá de lo que es concreto. Estoy muy cerca de ti, más cerca de lo que te puedes imaginar. 

Aproxímate a Mi Creación. Todo lo que ves, en este planeta y en todo el universo, está de brazos abiertos para recibirte.

Sé fuerte, pero también sé paciente.

Como nadie más, tu Padre Celestial sabe sobre el momento que tú y Sus demás hijos están atravesando.

Pero, donde está Mi Amor, está Mi Creación.

Abre tu mente e imagíname. Soy algo más que lo que se ha escrito sobre Mí. 

Mi Ciencia es Sabiduría y les doy a Mis criaturas esa Sabiduría para que Me puedan representar.

Mi Amor es Compasión. Les doy a Mis criaturas Mi Misericordia para que se puedan perdonar a sí mismas y a los demás.

Debes saber que no estoy lejos de todo lo que viven esta humanidad y este planeta.

Yo también sufro el pesar de Mis criaturas, pero muchos de Mis hijos se apartaron de Mi Amor y, al apartarse de Mi Amor, se alejaron de Mi Verdad.

Aún estoy de brazos abiertos, y en silencio espero a cada uno de Mis hijos para que esté a Mi lado, junto a un Padre que los ama desde siempre, con un Amor que no cambia, con un Amor que los lleva hacia la Verdad.

Hoy, estoy emitiendo este Mensaje para el universo interior de todos Mis hijos, porque todos son Mis hijos, sin distinción. 

Este es el tiempo de preparar la llegada de Mi Amado Sucesor, el Cristo.

En Él, Yo les di la Vida, Yo les enseñé el Camino y Yo les entregué la suprema Verdad del Corazón.

Hijos, no se dejen confundir por el mundo, miren hacia adentro de ustedes.

Yo estoy allí porque allí está Mi Iglesia.

En ese espacio sagrado, estoy para escucharlos, estoy para atenderlos; los puedo ver, los puedo sentir, puedo saber sobre cada pensamiento.

No tengan miedo, vacíense un poco más para que Mi Amor y Mi Luz los puedan gobernar.

Bienaventurados los que padecen injusticia, porque serán consolados.

Bienaventurados los que son esclavizados, explotados y exiliados, porque en el último día serán reconocidos y serán llamados benditos santos del Padre.

Alégrense los que reciben Mi Misericordia, porque las cadenas y las prisiones se romperán, y la Luz de Emmanuel vencerá.

Que tus manos siempre estén en oración Conmigo, para que, más allá de todo, estemos comunicados en espíritu.

Vengan a Mí los desahuciados, vengan a Mí los oprimidos y los que están cansados; porque Yo los consolaré y los bendeciré con Mi Espíritu, así como Mi bendito Hijo Jesús fue bendecido en el río Jordán.

Que tu vida aspire a ser un nuevo sacramento. Te ofrezco Mi reconciliación para que sepas que Yo Soy la Paz.

Camina, con tus pies, seguro de que sigues la senda de retorno hacia la Casa de tu Padre, que está en los Cielos y que está dentro de ti. 

Sacia la sed en Mi Fuente Divina.

Aquí está Mi Nombre, alabado y exaltado, para poder erguir de las ruinas a la consciencia de Mis hijos. 

Quédate en Mí, porque escucho tus palabras.

Tu Padre Celestial,

Adonai

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Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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