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En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Aunque la oscuridad abrace a gran parte del planeta, Yo ya estoy retornando.
Aunque las tribulaciones agobien y perturben a los corazones, Yo ya estoy retornando.
Aunque intenten derribar a Mis compañeros, Yo ya estoy retornando.
Aunque la noche oscura parezca muy larga, Yo ya estoy retornando.
Aunque la división se vea en las familias, Yo ya estoy retornando.
Aunque muchos ya vivan su propio desierto espiritual, Yo ya estoy retornando; porque no hay nada que pueda detener la Venida del Señor.
He aquí su Maestro y Amigo. He aquí el Señor de la Paz y de la Misericordia que tiene la Gracia, una vez más, de reunirlos en este huerto de Aljustrel; lugar predilecto para Mí y para Mi Santísima Madre, en donde las almas que buscan hace tanto tiempo la paz, aquí la pueden encontrar una y otra vez.
Así como estuve tan cerca de Mis apóstoles, hoy estoy cerca de ustedes para entregarles, una vez más, Mi Vida, la fuerza de Mi Espíritu, el Amor de Mi Corazón que viene a colocar la mansedumbre y la serenidad en donde más se necesita.
Acompañen ahora la senda que el Maestro les está mostrando. Esta es la senda de los próximos pasos en este mes de agosto; porque espero, en este tiempo culminante, que Mis compañeros y compañeras se terminen de preparar para la Venida del Redentor.
Mientras el mundo agoniza, Yo ya estoy retornando.
Mientras mueren inocentes, Yo ya estoy retornando.
Mientras la impunidad es noticia en todas las partes del mundo, Yo ya estoy retornando. El Señor reaparecerá como un Humilde Siervo, así como apareció en las orillas del Mar de Galilea para llamar por su nombre a los discípulos, así como hoy los llamo a ustedes para seguirme y servir al Señor.
Así como lo hicieron las santas mujeres en aquel tiempo, hoy Mis santas mujeres del final de los tiempos son llamadas a acompañar al Señor en esta agonía del planeta, para que cada acto, cada gesto y cada oración sea un ofrecimiento de reparación y de cura de la humanidad, principalmente de los que hoy aún están prisioneros de su propia vida.
Es así que Yo vengo a disolver, con Mis propias Manos, los grilletes de la perdición. Vengo a retirar de los infiernos del planeta a cuantos están sumergidos en ellos, porque Yo ya estoy retornando. Y así, como fue escrito por Nuestro Dios, se cumplirá por intercesión de los santos profetas y patriarcas.
He aquí, una vez más ante ustedes, el Señor de Israel, que no solo ve derramar sangre en Su tierra sagrada, sino que también ve la esclavitud en muchas partes del mundo, la impunidad y la agonía que muchas consciencias hoy viven por estar presas a través de las rejas de la sociedad; pero Yo vengo a liberarlos de las prisiones espirituales y materiales.
No hay oscuridad que se pueda oponer a Mi Amor, no hay miedo que se pueda oponer a Mi Luz, no hay sufrimiento que no pueda ser disuelto por Mi Misericordia; porque Yo les di Mi Vida en la Cruz, así como hoy les doy Mi Vida eternamente para que tengan vida en abundancia a través de Mí.
Compañeros, este es el tiempo del apostolado, como ya fue anunciado muchas veces. Es tiempo de que cada uno asuma su parte junto Conmigo, así como lo hicieron los apóstoles y las santas mujeres en aquel tiempo.
La historia, que ya fue escrita por la Mano de Dios, vuelve a cumplirse. Otro es el momento, pero igual es la coyuntura, porque la Omnipresencia del Señor es ininterrumpida e irrefutable, porque es una Presencia Eterna e Inextinguible que, de tiempo en tiempo y de ciclo en ciclo, viene a dar Su Vida, Su Amor y Su Misericordia por aquellos que le dicen sí y le responden.
Con una mirada de esperanza vean internamente, delante de ustedes y en su camino espiritual, el Propósito cumpliéndose, aquel Propósito que fue pensado desde el origen de sus existencias en los estanques del Amor de Dios del Universo.
Ahora, anímense a caminar con sus propios pies; y ustedes y sus hermanos no tengan miedo, Yo Soy el Señor de la próxima meta, el Señor de la Ardiente Aspiración de Dios para cada una de las almas, para cada uno de los corazones.
Así en esta noche, en la que Me reciben y en la que se preparan para la última Maratón de la Misericordia junto al Redentor, vuelvan a recibir Mi Unción Espiritual a través de la poderosa Señal de la Cruz que libera a las almas, que disuelve el sufrimiento, que libera las prisiones, que cura a los corazones, que hace renacer la vida y la consciencia de cada ser.
Reciban Mi poderosa Señal de la Cruz, Cruz en la que fui erguido en lo alto del Monte Calvario como Árbol de la Vida que entregó Su propia Sangre y Su propia Agua en cada momento del Calvario para la remisión de todos los pecados, para la liberación de la humanidad.
Quiero que sacien Mi sed.
El Señor tiene sed por todos los que sufren en el mundo, principalmente por los que están olvidados y descartados, por los que están prisioneros en las cárceles.
El Señor tiene sed por las mujeres que venden sus cuerpos en las calles, por las madres que abortan a sus hijos en las clínicas, transgrediendo la ley de la vida y el amor maternal.
Tengo sed por los que están perdidos en las guerras, por los soldados que luchan engañados para conquistar una ilusión que no existe y que es irreal.
El Señor tiene sed por los que están enfermos en sus casas y hospitales, por los que están desahuciados.
El Señor tiene sed por los ancianos olvidados, por los discapacitados que son ofendidos y distanciados.
El Señor tiene sed por los pequeños niños huérfanos, por los que han perdido a sus familias, por los que luchan y buscan una oportunidad en otras naciones del mundo, cruzando desiertos, mares y océanos, y muchos de ellos perdiendo su vida.
¿Quién le quitará esa sed del Señor a través de sus buenos actos de misericordia, a través de las obras de caridad y de perdón?
¿Quién se arrepentirá por los que no se arrepienten?
¿Quién se confesará por los que no se confiesan y mienten?
¿Quién será capaz de proteger Mi Obra de sí mismo, a través de la verdad, de la transparencia y de la justicia?
A través de la verdad, de la transparencia y de la justicia, el Señor del Universo lo ve todo, nada está oculto para Dios a través de Su Amadísimo Hijo.
Por eso, están a tiempo de enmendar sus actos, por aquellos que no los enmiendan; están a tiempo de enmendar sus pensamientos, por aquellos que no los enmiendan; están a tiempo de enmendar sus sentimientos y todas sus intenciones, por aquellos que no los enmiendan; porque Mi deseo ardiente y profundo es que todos vuelvan a estar en la Ley.
Por eso, Yo les recuerdo que Soy el Camino, la Verdad y la Vida, y que nadie llega al Padre sino a través de Mí. Esto siempre será así porque es una Ley Divina.
Por eso, en este mes de agosto, que sus corazones y vidas se enmienden ante Dios para que la humanidad pueda ser reparada, curada y redimida algún día.
Dichosos los que son verdaderos consigo mismos y con sus hermanos, porque nunca les faltará la felicidad espiritual.
Dichosos los que reconocen sus propias faltas y no las ocultan, porque serán llamados hijos del Redentor.
Dichosos los que lo intentan todos los días, aunque caigan y se levanten, porque serán llamados siervos del Señor.
Dichosos los que, en esta hora del recogimiento de Cristo y de todas las Jerarquías, reconocen las Gracias y los tesoros espirituales que recibieron a lo largo de los tiempos y los llevan a la práctica a través del ejemplo de una vida digna, porque serán llamados colaboradores del Plan.
Dichosos los que se acercan al Sacramento de la Confesión y no se resisten, porque serán bendecidos por Mi Espíritu y no habrá mancha ni pecado que los agobie o los atormente, porque a través de la autoridad sacerdotal universal sus pecados y faltas serán perdonados, y serán llamados bienaventurados del Señor.
Que esta Maratón de la Misericordia no sea una Maratón de oración más, sino que cada uno de ustedes coloque sobre su propia mesa, así como lo hace la Jerarquía, las difíciles y graves situaciones del planeta para que sean iluminadas y colmadas por la luz de la oración, y así también sus vidas y la vida de sus familias serán colmadas por la luz de la oración.
Estaré atento una vez más a la voz de sus súplicas, porque el mundo las necesita, y todos las necesitan.
Sientan Mi abrazo espiritual. Sientan el latir de Mi Corazón, la Presencia de Mi Alma y Divinidad, y el poder del Amor de Mi Espíritu.
En profundidad les agradezco, y reciban Mi Paz, la Paz del Reino de los Cielos y de los ángeles aquí presentes, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Esperé tanto tiempo para poder llegar aquí, a este recinto de la Creación de Dios, en donde las almas que lo encuentran y lo visitan, sin percibirlo o notarlo mucho, retornan al principio de su origen espiritual y cósmico.
A través de los testigos de la Creación de Dios, y por intermedio de estos gigantes del Reino Vegetal, vean cuánta historia se encuentra guardada aquí.
No es necesario que un ser sea tan espiritualizado para poder notarlo. Contemplando con un corazón abierto y en gratitud, las esferas sutiles de la Creación a través del Reino Vegetal pueden revelarle al ser humano de la superficie realidades de cura interna y espiritual que aún este Reino, más allá de su donación, no consiguió expresarle a la humanidad por todo lo que recibe del Reino Humano, como transgresión y maltrato.
En el silencio de lo que aparentemente está inmóvil, en el silencio de lo que aparentemente está quieto, Dios espeja y refleja Su Consciencia a través de la consciencia de los ángeles y de los devas; para que, en este Proyecto Humano de superficie, volviendo algún día hacia su esencia original, volviendo algún día hacia su Propósito Esencial, esta raza pueda recuperar el código de la Creación que perdió a través de los tiempos.
Cuando Yo les hablo que estaba esperando poder volver aquí es porque hay una parte de Mi Consciencia que visita este lugar en los planos internos, por medio de la expresión de Mi Consciencia Eremítica. En este lugar encuentro no solo para Mí, sino también para todos Mis compañeros, una oportunidad de volver hacia el mundo interior y poder salir de esta superficialidad del final de los tiempos que solo confunde y engaña a las almas, llevándolas por un camino incierto.
A través de este lugar de la Creación de Dios, en uno de los extremos de los Estados Unidos y muy cerca del gran Océano Pacífico, una coyuntura espiritual especial se les presenta a las almas y a las consciencias; porque en este lugar, a través del Reino Vegetal, no solo hay una historia que ya fue escrita, sino también hay una oportunidad como una puerta que se les abre a las consciencias para que no solo retornen hacia su origen esencial, sino que retornando hacia él, comiencen nuevamente de cero, evolucionando así como evolucionan los Reinos Menores, evolucionando así como evolucionan los ángeles, devas y elementales; porque ellos no conocen la Ley del Sufrimiento ya que viven completamente la Ley de la Donación y, a pesar de lo que el ser humano de esta humanidad ha hecho a lo largo de los tiempos de los Reinos Menores, la memoria íntegra de su donación no puede ser borrada por nadie.
Porque, así como los ángeles, los gigantes de esta región solo tienen la misión de elevarse hacia lo alto hasta encontrar la Luz, como una flor que se abre a los rayos del Sol así debería ser la apertura de la consciencia del ser humano en estos tiempos críticos; porque es tan maravilloso lo que hay del otro lado del portal, pero aún muchos temen encontrarse con lo desconocido.
Pero, ¿qué hay más allá de lo que ustedes pueden controlar o retener?
¿Cómo es posible que el alma-grupo de los Reinos, a pesar de las transgresiones de todos los tiempos o aun de la contaminación que ellos viven, no deja de donarse por la evolución de este Proyecto Humano?
¿Dónde está la clave de esta donación constante y permanente de los Reinos Menores? ¿Por qué el Reino Humano no consigue vivirla o alcanzarla?
Esta es una de las razones por las cuales retornaré a la humanidad, para que el Proyecto Genético en su origen y en su ADN sea reconfigurado, porque hay un átomo y una célula que se perdieron.
Por eso, el esfuerzo de la humanidad debe ser muy grande para poder vivir una donación que algún día sea incondicional y verdadera, sin esperar nada a cambio, así como los Reinos Menores y estos gigantes no esperan nada a cambio.
Si la humanidad mirara con otros ojos a los Reinos de esta Creación, ¡cuán maravilloso sería para las almas de este mundo recibir los atributos de los Reinos de la Naturaleza: la fortaleza, la donación, la entrega, el silencio, la reverencia, la devoción a lo sagrado y la transmutación silenciosa, así como la liberación!
Frente a sus ojos tienen el Espejo de Dios; lo tienen todo, más que otros planetas y más que otras constelaciones, lo tienen todo más que cientos de soles y estrellas en este universo.
Abran sus consciencias, así como la Jerarquía Espiritual abre estos espacios y dimensiones para que los devas, ángeles y elementales se hagan presentes en este momento y comulguen de la Segunda Persona de Dios, así como ustedes pueden comulgar de Mi Cuerpo y de Mi Sangre.
Esta es la razón de Mi Retorno, este es el motivo de uno de Mis importantes trabajos por la redención de la humanidad y del planeta, en honor al sacrificio de todos los Reinos Menores, silencioso, verdadero e inmutable.
¿Será que ustedes, en esta superficie, también lo alcanzarían?
Si en verdad, supieran lo que el alma de los Reinos Menores ve del Reino Humano, les aseguro que su respuesta sería otra y muchos, pero muchos, se atormentarían por haber agredido y lastimado a los Reinos de la Naturaleza que hoy, a través de esta humanidad, llevan la culpa de las consecuencias climáticas y las catástrofes.
Pero, ¿cuál fue el primer Reino que desequilibró el planeta?
Mis Palabras son claras, compañeros. Asuman el tiempo de la rendición, pero también de la reparación.
Esta humanidad y este planeta ya podrían salir de la tercera dimensión con la ayuda espiritual de los grandes ángeles y devas de todos los Reinos, porque ellos fueron creados para este gran momento de la historia de este planeta y de esta civilización. Ellos esperan, en el final de estos tiempos, no solo que la raza humana ame a los Reinos Menores como si fueran su propia vida, sino también que los Reinos de la Naturaleza, a través de los ángeles, de los devas y de estos gigantes de la Creación, abran la puerta, la última puerta al Tiempo Real.
¿Ahora, comprenden que la consciencia material no termina aquí?
Cuando están delante de estos gigantes o de cualquier espacio y manifestación de la Creación de Dios en este planeta, cuando están delante del Sol, de la luna o las estrellas, ¿no sienten algo?
Hay muchos que están perdiendo esta sensibilidad porque le dan fuerza y poder a los dioses artificiales y modernos. El alma se estremece ante esta situación, porque el alma de cada uno de los Hijos de Dios surgió de Sus Fuentes Cósmicas no solo para evolucionar, aprender y vivir, sino para estar en comunión con toda la Creación; como ustedes hoy, delante de estos gigantes de la Creación de Dios, pueden estar en comunión con un gran misterio que les es develado por las Palabras de Cristo.
Cuando Mi Madre atravesaba los bosques, cuando San José trabajaba con la madera, los Reinos los reverenciaban al estar ante Ellos, por el reflejo de Su Santidad y sobre todo de Su resignación ante las Leyes de Dios y las Leyes de la Naturaleza.
¿Cómo es posible que la humanidad de estos tiempos no pueda vivir lo mismo?
La cura de la humanidad está presente a través de esta Creación. Yo vengo a recordárselos para que no siga siendo destruido el corazón y la esencia de cada Reino. Esto es lo que volverá a erguir al alma de las naciones y de los pueblos: que la humanidad de superficie ame, proteja y respete a lo más sagrado que Dios le concedió.
Pero, quiero decirles que Mi Palabra no es de un ecologista. Yo le traigo el impulso a la humanidad de algo mayor y cósmico, porque aún una pequeña puerta está abierta para retornar al origen, hacia su propia naturaleza interior que no es humana, sino solo espiritual.
Recuerden que, a través de estos espacios, encontrarán a la Jerarquía.
Recuerden que, a través de estos espacios, encontrarán la respuesta interior que tanto buscan, que no está afuera de ustedes, sino en el silencio más profundo de la consciencia, del anonimato y del servicio.
Regeneren, en este momento, sus células y átomos. Liberen sus consciencias de las formas y de los obstáculos. Permitan que, en este momento, a través de los gigantes de la Creación, este Proyecto Humano sea reparado a través del impulso de Amor y de Luz de los Reinos. Ángeles y devas acompañan al Gran Maestro.
Hoy, su Maestro y Señor, y por intermedio de estas Palabras, está ante el origen de esta humanidad, ante el primer Adán y la primera Eva, para que el pecado original comience a ser disuelto de la consciencia humana; y, así, la mayoría de las esencias de este mundo, algún día, alcance lo inmaculado y lo más puro de este Proyecto de Dios.
Cuando esto suceda a través de Mi Retorno, les aseguro, compañeros, que el Proyecto de Dios será retomado como está escrito en los Libros, pero sobre todo en los corazones de los Señores de la Ley del Universo.
Tengan consciencia de que están participando en esto y no lo olviden, porque todos los Reinos serán alabados en el Cielo y en la Tierra, así como Dios los alaba a través de Su Amor y de Su Espíritu.
Recemos no solo por el Reino Humano, sino también por los demás Reinos de la Naturaleza, que sufren y padecen el Apocalipsis de la civilización humana.
Pidamos a todos los Reinos del planeta, a través de estos gigantes de la Creación de Dios, que se pacifiquen y se neutralicen en este momento, que las fuerzas de la discordia y de la desunión se disuelvan, para que los poderes telúricos de este planeta y del universo establezcan el equilibrio interno y externo en todas las formas de la Creación.
Que las Leyes de los Grandes Padres Creadores, Gabriel, Rafael, Miguel y Uriel, puedan establecer un principio de paz y de neutralidad para que las almas y también el alma-grupo de los Reinos Menores reciban el impulso del silencio y de la interiorización, que reflejará la propia condición de cada ser; para que, bajo la llama del amor, de la luz, de la reconciliación y de la cura, se restablezca la unidad.
Mi Espíritu se agrada en el Señor, porque Su Amor se refleja y se expresa en el silencio y en la reverencia de todo lo creado. Esto alimenta la fe de quien lo capta y lo reconoce, de quien percibe las realidades internas como un abundante universo que nunca acaba, que es infinito y que eleva la consciencia hacia el estado que Dios tanto espera, un principio de paz, de amor y de unidad.
Que todos puedan, algún día, encontrar este camino.
Que todos puedan caminar a Mi lado, así como los ángeles y devas de Dios caminan en silencio y en entrega.
Que los corazones ya no retrocedan con sus pasos, sino que los espíritus avancen hacia la meta y el propósito que los espera.
Hoy, en nombre de la humanidad, como parte de esta civilización, como Ser que encarnó en este mundo, para guiarlos y para enseñarles, reparo a la consciencia de los Reinos de la Naturaleza, por los ultrajes, maltratos e indiferencias que ellos reciben en estos tiempos.
Que se vuelva a erguir la esencia del espíritu de la Paz.
Que así sea.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Emmanuel los escucha con Su profundo sentimiento de Amor y de Verdad.
La balanza de la Justicia está siendo equilibrada para algunas partes del mundo, en donde falta la paz y principalmente Mi Misericordia.
Como Ángel Solar les traigo lo que existe en el Reino de los Cielos, aquello que es más puro, entre todo lo que existe de puro en este Reino.
Y para cerrar este séptimo día, recemos, así como han venido haciéndolo en estos días.
Toda la Orden a los pies de Mi altar. Podrán quedar de pie aquellos que no puedan arrodillarse ante Mi Trono. La reverencia nace del espíritu y no de la materia. El espíritu es colmado por la Luz de Dios y así se vivifican en Su Amor.
Nuestro Señor pide a la Orden, rezar la oración que el ángel nos enseñó en Fátima, la oración de reparación, cuando Él lo indique.
Mientras tanto, compañeros, vean a Emmanuel aquí presente, en Su emanación más profunda, a través de Su Hijo amado que manifiesta Su Poder, Su Manantial y Su Amor para esta Tierra comprometida con las insignias del mal.
Reparación es lo que muchas almas necesitan para alcanzar la redención. Sin la reparación no habrá cura y la cura nace del Amor, y es el Amor el que repara todas las cosas profundas de las almas.
El fin se está aproximando. El Omega se está dibujando en el Universo Sideral. Esa es la señal visible de un gran cambio que llevará a la humanidad a un cambio en la consciencia, permanente y continuo, sin detenimientos, más allá de las horas y del tiempo.
Es la gran mudanza interior en los corazones abiertos, que viven en el Señor, que moran en Su Espíritu y que trascienden los tiempos sin que nada los lastime y los aleje de Dios. Pues es la comunión profunda que los llevará a la Paz.
Recemos, compañeros, la hora lo está marcando. Aquellos que no saben la oración, que se unan a través del corazón, a la gran vertiente que abriré en este séptimo día.
¡Oh! Señor amado,
¡oh! Cristo amado,
acepta nuestra reparación a través de nuestro amor,
de nuestra entrega y de nuestra oración,
para que Tu Corazón flagelado, Señor,
sea aliviado por nuestra devoción a Ti.
Amén.
(se repite siete veces)
Eleven a Dios vuestras plegarias e intercedan amorosamente por esta humanidad dormida, que precisa despertar al espíritu de la redención.
Liberados de las faltas y de los pecados, durante estos siete últimos días, sean dignos en el Señor para recibir nuevamente Su Gracia.
Y así preparados y dispuestos a enfrentar el fin de los tiempos, podrán ayudar a todos aquellos hermanos que necesitarán de vuestras manos y oraciones. Esto será un signo visible para todos y eso demostrará que el final llegó.
Emmanuel es la fuente de todas las causas justas para este Universo. De Su Corazón nace la Verdad y esa Verdad se proporciona para todos los cielos de este Universo, hasta que llega aquí, a vuestro plano en esta vida material y así muchas almas reconocen Su Voluntad.
Pero cuando la mayoría de esta humanidad está desconectada de esa Verdad de Emmanuel otros son los caminos que se recorren. No son los caminos del Señor, las almas se distancian del propósito y van perdiendo la fuerza de su luz interior.
Por esta razón, Mis compañeros, Mi Dios me envió al mundo; y Dios se manifestó ante ustedes en Cuerpo, Alma y Corazón. Lo flagelaron, lo martirizaron y lo humillaron, pero esto fue así para salvar a toda esta raza.
Muchos de los que hoy no están aquí y que serán testigos de que Yo he estado aquí, cuando conozcan Mi mensaje, agradecerán y se arrepentirán por haber perdido el tiempo y haberle dado las espaldas al Universo que los acoge y los llama a la redención.
Pero el Padre los necesita fuertes y purificados porque las señales vendrán una detrás de otra y, para ese momento, no habrá más tiempo que esperar.
De la fuente de esa Justicia nace el Omega y ese es el símbolo predestinado para el mundo, el que cerrará una etapa al final de la purificación para dar comienzo a otro ciclo, a una nueva Tierra liberada de todo mal.
Pero para que eso sea posible, compañeros, el esfuerzo será grande. La exigencia también lo será. Muchos darán todo para alcanzar esa meta, hasta sus propias vidas, como muchos lo hicieron en el pasado para mantener el equilibrio de la humanidad.
Pero no deberán pensar en esas cosas. Vuestro Señor es la verdadera existencia, debe ser la aspiración de vuestra confianza para que las bases sean construidas verdaderamente y ningún pilar quede torcido, para que el Templo de la Luz, en rectitud y armonía, se pueda elevar ante el Señor, vuestro Dios.
El suelo de vuestros pies deberá ser removido. La Tierra temblará porque dará el grito en el momento de su gran parto. Y allí los seres de la Luz se congregarán alrededor del Omega para dar inicio a la ceremonia final. Y verán brillar en algunos puntos de la Tierra luces protectoras que colmarán a las almas de un espíritu desconocido, de una fuerza desconocida que los fortalecerá y los llevará a la paz, delante de todas las cosas. Y eso servirá de apoyo para muchos corazones que no están destinados a servirse de esa Luz Mayor.
Ahora recuerden, compañeros, la Fuente de la Santa Justicia. Hoy, vuestro Señor, Cristo Jesús, revela a todos la esencia del tiempo final.
No piensen en vuestras familias y en vuestros hijos, pues si en verdad entregaron sus vidas a Mi Corazón, ¿qué deberán temer?, ¿acaso ya no son parte de Mi insondable Misericordia?
En los momentos difíciles deberán recordarme y allí más que nunca, compañeros, las virtudes y los dones que Yo les entregué en estos días, invisibles a vuestros ojos, deberán estar disponibles para el servicio al planeta. No será necesario gritar por las cosas que verán ni tampoco dividirse a través de vuestros fundamentos.
Recuerden buscar la esencia de la humildad que Yo les enseñé, esa es la verdadera casa invencible y fuerte, que no será destruida por el mal. Construyan en vuestras bases la esencia de la humildad, para que el templo sea erguido correctamente y ningún viento mayor a vuestra fortaleza los pueda derribar.
Así, Yo podré entrar a vuestros templos como muchas veces lo vengo haciendo para ayudar a las almas a la liberación.
Canten a Emmanuel, vuestro Padre Eterno. A través de Mi Corazón, Él escucha las ofertas de los simples, cuando la emanación interior nace de verdad desde el corazón de cada ser.
Canción: Emmanuel Padre-Madre Creador.
Cuando ustedes cantan, no solo las puertas del Universo se abren. Las almas son colmadas de un espíritu desconocido, al cual aman mucho desde el principio de su nacimiento. Ese espíritu es el del Amor, fortaleza invencible para los tiempos de caos.
En este séptimo día, compañeros, Mi última bendición será junto a los apóstoles, instituyendo en este pequeño espacio Mi Cenáculo Sagrado, en donde la imagen del Sagrado Corazón deberá ser erguida. Y así muchos recordarán que Yo estuve aquí entre ustedes, no solo caminando entre los naranjos, visitando vuestras almas, consolando vuestros sufrimientos y dando vida a lo que estaba muerto.
Si el Sagrado Corazón estuviera aquí presente como imagen y como luz, aquí encontrarán un lugar de alivio junto a la casa de Mi Madre y a la ermita de San Miguel.
El Universo les dona tres espacios espirituales y profundos, para que en esta vida material puedan encontrar la ayuda que tanto buscan. La cura siempre se dará en vuestro interior y así el cuerpo enfermo se curará.
Realicen ahora el camino correcto. Curen las cosas profundas. Libérense de vuestros seres y así hallarán la paz en este manantial que hoy dejo abierto para todos.
Sepan que en este lugar humilde, pequeño y simple, donde hoy se encuentra este altar estará Mi Presencia, el latir de Mi Corazón, no solo para este país que tanto le debe al Señor, sino para toda esta región de América.
Pero si vuestros espíritus se coligan con Mi Presencia aquí, a pesar de donde se encuentren, amigos Míos, Yo iré hacia vuestros hogares creando un puente de luz, desde aquí hacia vuestros hogares. Les derramaré Mis Gracias, siempre y cuando las necesiten.
Los tiempos de prueba llegarán, por eso les dono un pedacito del Cielo que se deposita en este lugar a través de Mi Corazón Sacratísimo. Este será el recinto del Rey, Aquel que no gobierna solamente en los corazones simples. Ese es el verdadero Rey.
A través de Mis Palabras e instrucciones, he consagrado todos los elementos. Y así como lo hicieron durante estos días de oración de Misericordia, invito a todos los fieles y congregados a que eleven sus rosarios para que lleven esta, Mi Luz, la Luz de Dios hacia donde vayan.
Recuerden que todo se distribuye con amor y caridad, sin manipulación ni poder porque así mi Luz no actuará. La sinceridad de vuestro corazón marcará el camino para llevar Mi Luz al mundo.
Agradezcan a Dios por este encuentro final y como el sol que brilla en esta galaxia, aquel que los alumbra hace muchos siglos y eras, hoy, derramo ese Sol que es la presencia de Mi Corazón, código perfecto para la salvación de las almas, cura profunda de las almas heridas, liberación de los espíritus perdidos y Misericordia para toda la humanidad.
Bajo el poder que Dios me concedió, en la base de la fe y la confianza de vuestras vidas, Yo los bendigo y los absuelvo de todo pecado para que no pequen más, se transformen y se conviertan en comunión perfecta con Mi Corazón.
Recuerden que siempre los perdonaré, pero el tiempo de la justicia está llegando y el manantial de Mi Misericordia se recoge. Beban de esa Fuente Mayor. Sumérjanse en ese Océano de Gracias pues la puerta se está cerrando.
Bajo los ángeles del Señor, Yo los bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Ahora, hermanos, coloquen vuestros rosarios sobre las palmas de las manos.
¡Oh! Sangre de Cristo,
derramada sobre el mundo,
purifica nuestra alma,
alivia nuestro corazón.
Ten piedad de nosotros, Señor.
(se repite tres veces)
Oración: Padre Nuestro (en arameo).
Fray Elías:
Por favor, que un hermano de Casa Redención, a pedido de Cristo, traiga un pan entero sin cortar.
A continuación, Fray Elías del Sagrado Corazón recibe el Mensaje diario de Cristo Jesús.
Cántico: “Vigilad y orad siempre”.
Sagrados corazones Míos, hoy Me alegra ver rostros lavados por la Fuente de Mi Misericordia y pies liberados de todo el polvo del pasado, renovados en alma y en espíritu les entrego en este día también Mi Gracia.
En reparación del Corazón de Nuestro Padre, les pido que oferten las cuentas que faltan por Dios, por vuestro amor a Dios, para que Él también envíe Su Misericordia al resto del mundo, a aquellos lugares que están en penumbras y en donde Mi Luz aún no ha ingresado.
Cuando Yo pedí todas estas oraciones, todo tenía un fin espiritual y universal que, a través de vuestra gracia y amor, se ha cumplido.
Así, Yo les pediré en los tiempos finales cosas imposibles, y podrán confirmar que lo pueden hacer cuando solo se unan a Mí en el propósito, en la misión, por el bien de todos y por la paz de todos.
Por eso, en esta tarde de Misericordia, Mi Corazón de Luz se aproximó a ustedes desde el Cielo, viajando desde el corazón del universo hasta aquí, para irradiarles Mi Amor y Mi Paz.
Cada uno de ustedes tiene un compromiso Conmigo. Por eso, a algunos les pediré todo y otros sabrán qué podrán darme. Estamos en un tiempo de definiciones, de consagraciones a la Voluntad de Dios para que todas las almas, que están detrás vuestro, puedan también recibir una oportunidad misericordiosa. Así, la red de almas, en el mundo entero, que recibe los impulsos de Mi Luz y de Mi Misericordia podrá liberarse y alcanzar la redención prometida.
Queridos, antes de Mi despedida y de Mi agradecimiento, sepan que Mi Presencia no está solo con ustedes, sino con todos los internos del mundo entero.
De esta forma, está retornando Mi Ser a Su casa, a la casa de Sus compañeros, para recordarles sus orígenes, la verdadera faz de cada ser, el espíritu de cada uno que aún desconocen por vuestros velos. Pero Mi Gracia viene a retirar vuestros velos y a liberarlos del pecado, restaurándolos en Dios, en Su Fuente Primordial, en Su Amor misericordioso.
Sepan que lo que Yo le pedí a Faustina, hoy se lo pido a ustedes; pero también se lo pido a toda la humanidad por aquellos que Me escuchan verdaderamente, aquí y en sus hogares.
Les agradezco porque son semillas de Luz que implantan Mi Corazón en sus corazones.
Ahora escucharé, en Gloria a Dios, en esta unidad celestial y terrenal que se ha establecido a través de Mi Sagrado Corazón, en esta hora definitiva. Escucharé el canto de Mis consagrados y también consagraré ante ustedes el pan, que es Mi Cuerpo, el vino, que es Mi Sangre, para sellar una profunda unidad para que no se olviden de este momento Conmigo.
Si hoy están aquí, Mis queridos compañeros, es porque vuestras almas Me han escuchado. Así podrán entender, en esta hora, que lo que responde a Dios es el espíritu en cada uno de ustedes, espíritu que al final de los días, se fundirá con Dios, Conmigo y con el universo.
Cántico: “Kyrie Eleison”
Fray Elías:
En nombre de Dios Todopoderoso y del Espíritu Santo, dice Jesús que, el que pueda, se arrodille.
Sembraré en el pan y en el vino una célula de Mi Cuerpo y de Mi Sangre.
Fray Elías:
Junto a Cristo, el monasterio va a entonar el Padre Nuestro (en arameo).
Siete campanadas.
“Expiraste Jesús, pero Tu Muerte hizo brotar un manantial de Vida para las almas y el océano de Tu Misericordia inundó al mundo entero. Oh, Fuente de Vida, insondable Misericordia Divina, inunda el mundo entero, derramando sobre nosotros hasta Tu última gota de Sangre. Amén”.
Vayan en paz y renuévense a través de Mi Corazón.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Fray Elías:
Sería importante que todos los hermanos sepan algunas cosas que Él permitió revelar. Primero, Él hoy nos dijo que venía del corazón del universo, del Cielo. Y desde allí Él llegó hasta aquí fuertemente. No vino solo, sino acompañado por otras Jerarquías de la Luz que, con mucha reverencia, estaban ante Su Presencia.
En un momento, cerca del palco, se abrió el universo y, como Él dijo, por algunos segundos el universo y la Tierra eran uno solo. Y en nuestros seres internos Él nos hizo experimentar otro tiempo diferente a este, diferente a este tiempo físico. Cuando Él hizo ese movimiento, como si fuera un mudra, percibimos que no solo nosotros estábamos en otro tiempo con Él, sino todos aquellos que estaban coligados con Él en ese momento.
En cierto momento, de repente, sucedió algo extraño, Él ingresó con Su Consciencia en los medios de comunicación, por ejemplo en internet, y Su energía viajaba por internet. No solo Su Presencia se desdoblaba en los hogares, sino que también Él llegaba a esos espacios que necesitaban mucha luz.
De repente, detrás del Maestro apareció una escalera que era de color celeste y que iba hacia lo Alto, hacia el infinito. Él estaba rodeado de Jerarquías de Luz y por Su izquierda y por Su derecha comenzaban a descender dos energías, que tampoco en ese momento entendíamos de qué se trataba, pero Él pedía que observáramos para poder guardar esa información.
Lo que entendimos es que esas dos energías venían directamente del Padre-Madre Creador. Cuando las Jerarquías de Luz que estaban en torno a Cristo vieron ese movimiento, enseguida lo reverenciaron, tomaron una postura de reverencia, y percibimos que ellos estaban sintiendo algo que iba más allá de sus capacidades, era algo mayor, más poderoso.
Esas dos energías que venían del Padre-Madre Creador se unieron a través del Corazón de Cristo. En ese momento, Él nos dijo algunas cosas respecto de la tarea de oración que venimos haciendo desde ayer hasta hoy.
Y cuando Él hablaba, no hablaba solo para nosotros, sino que hablaba para todos aquellos que estaban coligados con Él. En ese momento, Él todavía seguía circulando, por medio de Su Consciencia, en internet.
Cuando Él habló de la red de almas, entendíamos que era un estado en el que todos estábamos inmersos. Él nos explicaba que tenía que ver con el punto o momento en el que nos encontramos en nuestra evolución espiritual, y a través de ese estado Él trabaja con todo el planeta.
Y cuando Él seguía con Su Consciencia dentro de esos medios de comunicación, hacía dos tareas en una sola: socorría, auxiliaba, salvaba a lo que era necesario en esta hora de Misericordia, mientras transmitía el mensaje. Entonces nos vimos delante de una situación totalmente sobrenatural y conocimos de Cristo una Faz diferente a la que conocíamos hasta este tiempo, la Faz del verdadero Redentor del Universo.
Supimos que hoy llegó a nuestro encuentro una parte de Él que era más cercana a Su Consciencia material, física. Por eso, Él decía que no nos preocupáramos por lo que sentíamos o veíamos, que dejáramos que Él hiciera la tarea, que confiáramos que todo estaba bien.
Nos dijo que, como resultado de la Maratón, el sesenta por ciento de la tarea que Él tenía prevista ya estaba cumplida. Él, en ese sesenta por ciento, pudo ayudar a gran parte del planeta y nos decía que, en esta hora, en el encuentro con Él, la Maratón estaba concluida, pero que nos pedía un esfuerzo mayor por Dios.
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más