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Primer Mensaje
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Con la presencia de todos los ángeles del Cielo y el Arca de la Santa Alianza a Mis Pies; hoy, les traigo a ustedes, para los días del encuentro especial Conmigo en la Maratón de la Divina Misericordia, un portal especial y predilecto para Mí, que esperé poder abrir en este día para todas las almas del mundo y para todos los corazones, para todos los que necesitan de la Presencia del Padre Celestial a través del Sagrado Corazón de Jesús.
Hoy, por esa razón, estoy aquí de forma extraordinaria, para abrir las puertas en este mes de mayo, puertas espirituales y puertas profundas, que el Señor les viene a anunciar a todos en este día; puertas que se abren para que las almas las puedan cruzar en confianza.
Esta puerta especial, que hoy les abro, es la puerta hacia Mi Retiro Espiritual, expresado a través de todos Mis pasajes y hechos en Tierra Santa, y también colmado de la experiencia y de la historia de los patriarcas y de los profetas; porque en esta ocasión especial en el mes de mayo, no solo las almas necesitarán de esos códigos crísticos en este tiempo; sino que también, a través de las almas, las naciones los necesitarán.
El Padre Celestial Me Ha enviado junto con el Arca de la Santa Alianza; porque ustedes, como ya saben, compañeros, esa Sagrada Arca guarda muchos tesoros espirituales y desconocidos por la humanidad; esta Sagrada Arca Espiritual que fue construida por el propio Moisés, venerada y adorada por el sagrado pueblo de Israel a través de todos los tiempos; esta Sagrada Arca Espiritual que guarda todas las experiencias y hechos de la vida pública de Jesús y los mayores sentimientos de Amor elevado que su Maestro y Señor tuvo por cada una de las almas.
Hoy, esa Sagrada Arca actúa como intercesora y mediadora entre las almas y todos los pecados del mundo; para que el Padre Celestial, a través de Su Ley, de Su Gobierno Espiritual y de Su Omnipresencia, le conceda en este mes de mayo una urgente y necesaria amnistía espiritual a todas las esencias del mundo; especialmente a aquellas almas que creen en Cristo, que viven Su Evangelio y que dan su vida a través del servicio incondicional por la redención de todo el género humano.
Por eso, el Arca de la Santa Alianza, hoy presente en el corazón de esta sagrada casa, dedicada incondicionalmente a la Obra de los Mensajeros Divinos, ha sido depositada espiritualmente, para que esta Sagrada Arca, que hoy les He traído a todos, irradie los códigos que el mundo necesita para encontrar su camino de redención; para encontrar su camino de retorno a la Casa del Padre, ofendido por los pecados y los ultrajes del mundo, por la indiferencia, por los conflictos y por la guerra.
El Padre Celestial Ha concedido, en este mes de mayo, que este Sagrado Terafín de Dios, concebido a través del pueblo de Israel, llegue aquí, a Sudamérica, para que las naciones de esta región del planeta reciban la asistencia que necesitan, la asistencia espiritual inmediata que ayude a desatar los nudos energéticos de este mundo que generan puntos de inflexión, espacios sin salida, en donde todas las almas que aquí viven están expuestas, debido al no cumplimiento del Gobierno Espiritual.
Por esa razón, hoy, Yo estoy aquí de forma extraordinaria, junto con Mis compañeros, junto con Mis apóstoles y con Mis seguidores, con todos los que se autoconvocan a Mis Pies para reafirmar y reconocer, una y otra vez, el sacrificio del Señor, en Su más profundo silencio.
Compañeros, hoy, estoy aquí, abriendo la gran puerta para que Mi Retiro Espiritual pueda ser reconocido, en este momento, por los mundos internos; y si los mundos internos de cada uno de ustedes lo reconocen, podrán recordar, compañeros, lo que hace tanto tiempo cada uno vivió Conmigo en Tierra Santa y en otros lugares del mundo.
Es de esa forma, que vengo a despertar a los últimos apóstoles, a aquellos que verdaderamente no quieren nada para sí; los apóstoles de los últimos tiempos que se animan a cruzar el umbral hacia lo desconocido, los apóstoles de los últimos tiempos que no le temen a la transformación, a la liberación del dolor, a la cura y a la sanación de la culpa para que puedan renacer en Cristo y por Cristo.
Yo quiero traerles, a través de este Mensaje, un momento de esperanza, de júbilo y de alegría, porque para su Maestro y Señor Ha sido importante lo que He vivido con ustedes en Israel y, principalmente, lo que Yo He vivido con cada uno de los Míos, los que estuvieron presentes, cerca o lejos, en esta última Sagrada Semana.
Este momento que hemos vivido, a través de la Sagrada Semana, ha permitido que su Maestro y Señor, que el Inmaculado Corazón de Mi Madre y que Mi padre, San José Castísimo, los Tres Sagrados Corazones, vuelvan a estar presentes aquí en Brasil, y a través de Brasil en el mundo entero; para atender espiritualmente a todas las necesidades, urgencias y demandas que las almas Nos están colocando en estos tiempos, porque sabemos que esta humanidad de superficie no solo vive el gran preámbulo de su Armagedón, sino que también vive momentos desconocidos que nunca experimentó ni aprendió, y que la ayuda espiritual es necesaria para poder atravesarlos, aceptarlos y comprenderlos.
Vengo, en este día, a prepararlos para que puedan vivir de verdad la próxima Maratón de la Divina Misericordia y para que, como Mis guerreros orantes y Mis apóstoles, ya puedan estar enteros a Mis Pies, a los pies de Mi Iglesia Espiritual y Celestial; para que el pequeño e insignificante ofrecimiento de cada uno justifique todos los errores del mundo, especialmente los que viven los niños y los jóvenes de estos tiempos. Y así, su Maestro y Señor, pueda liberar a muchos corazones, asediados por la creación del suicidio, por la falta de amor, de la verdad, de la esperanza y del renacimiento interior.
Yo vengo a pedirle a Mis compañeros un paso más en la consciencia; ya que es el momento de dar un paso hacia la madurez, hacia lo que verdaderamente representa y significa el Plan y su cumplimiento en el fin de estos tiempos, a través de todas las almas que se autoconvocan para estar ante el Señor y vivir el final de los tiempos con valentía y coraje; viendo, a través de cada experiencia y de cada prueba, una oportunidad de crecimiento interior y no de culpa, una oportunidad de expansión de la consciencia y no un vínculo con lo superficial.
Deben aprender a leer en los acontecimientos, así como lee la Jerarquía. Yo los animo, en este mes de mayo, en el que Nuestros Sagrados Corazones traerán todas las Gracias necesarias para las almas, a que no desaprovechen esta oportunidad, a que sean conscientes en cada momento y en cada minuto de que la Fuente de las Gracias, del Corazón de María, de San José y de Cristo, estará abierta para que ustedes vengan a beber y quitar la sed en este desierto de superficie.
Que esta próxima Maratón sea la oportunidad de la confirmación de cada uno de ustedes, aquella definición que Yo les pedí en Israel, porque aún su Señor espera llevar adelante Sus últimos Planes en las almas y en el mundo, en las naciones y en lugares lejanos del planeta.
Pero para eso, compañeros, es muy necesario un sustento espiritual, sólido, firme y construido en base al amor, a la unidad y a la armonía; porque todo esto establecerá una paz desconocida, una paz que muchas almas en estos tiempos buscan y no encuentran.
Quiero decirles, en claras Palabras, que Nuestros Sagrados Corazones no solo podrán conectar a las almas con el Retiro Espiritual de Cristo durante el mes de mayo, sino que también Nuestros Corazones trabajarán incansablemente para ayudar a las almas a volver a conectarse con la Fuente Primordial.
Por eso, quisiera ver, en los próximos días y semanas, esta simple y verdadera devoción ardiente que hoy encontré aquí. Que esto despierte en los corazones el entusiasmo de vivir el reencuentro Conmigo; porque así, una y otra vez, Yo los renovaré, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Y así, podrán seguir Mis Pasos, podrán reconocer Mis Huellas; porque, aunque no lo sepan, Yo tengo un camino construido para cada esencia, esperando a cada alma en esta trayectoria que la llevará hacia el Infinito.
Porque el resultado de toda esta experiencia en la Tierra es que ustedes aprendan a vivir del Amor, del Amor Mayor.
Les agradezco por hoy estar Conmigo y por atender a Mis pedidos.
Vayan en paz.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Vendré a través del amanecer del sol. Vendré a través de la luz de la luna. Estas son las señales del nuevo tiempo.
No es una nueva religión. No es un nuevo movimiento. Es el advenimiento de lo esperado.
Ese gran portal hacia el nuevo tiempo se abre en la bóveda celeste, se abre entre todas las puertas del cosmos.
Es el portal hacia el Gran Cónclave, que hoy está reunido ante ustedes, que hoy está presente ante sus mundos internos. El Padre Celestial así lo decidió y, en obediencia y en ley, lo cumpliremos.
Hoy, Mi Voz hace eco desde Andrómeda y, a través de Andrómeda, en todos los universos y consciencias.
Hoy se cumple una etapa culminante no solo para su civilización o para el alma del planeta, sino para que se abra el portal hacia el Gran Tiempo. El cambio se dará.
Las almas deben estar despiertas y amar, aún más, lo desconocido; aquello que no tiene forma, aquello que no es intelectual. Lo desconocido es aquello que no es material.
Por eso, hoy, venimos y Nos presentamos ante ustedes, a través de un gran portal desconocido. Es el portal hacia la cuarta dimensión.
Ese será el camino, ese será el sendero y también será el puente para que todos lo puedan cruzar. Pero no es a través de una técnica ni tampoco a través de un procedimiento mental o espiritual.
Ese portal lo cruzarán a través de su mundo interior; porque es allí, en el mundo interior de cada uno de ustedes en donde existe la esencia del Divino Propósito; que la humanidad ultrajó, violó y transgredió hasta los tiempos de hoy.
¿Ahora comprenden las consecuencias de lo que viven?
Pero el Amor es lo que siempre prevalecerá. Es ese Amor que hoy nos reúne, es ese Amor que hoy nos congrega, el Amor de las Jerarquías Mayores que los llama a todos a cruzar el gran portal, para que todas las consciencias y también el planeta sean transmutados, purificados y liberados.
Porque es en los momentos más caóticos, como los tiempos de hoy, que se dan las grandes oportunidades de liberación y de redención.
No se olviden de que la esperanza está latente en el Corazón del Universo; y es esta esperanza, permeada por la Divina Unidad, la que hoy les traigo para que puedan aceptarla y vivirla.
Por eso, es importante que practiquen una consciencia fraterna y no mezquina, una consciencia inclusiva y no de descarte, una consciencia pacífica y no de conflicto, una consciencia de amor y no de mentira.
Estos atributos expurgarán de la Tierra la corrupción planetaria, la que genera la gran deuda de este mundo y de toda la humanidad, la que sumerge a los más inocentes y a los más pobres en los abismos, sin que tengan una oportunidad de levantar la mirada hacia el Cielo para volver a creer y tener fe.
Por eso, estoy preparando Mi Retorno al mundo como lo he prometido, y quiero que sepan, compañeros, que hoy no son solo Palabras, son hechos.
Han pasado dos mil años de Mis acontecimientos con ustedes y entre ustedes; por eso, reúno en Cónclave a todas las Consciencias Evolutivas del universo para que Me ayuden y preparen Mi Retorno. Así, verán venir al Hijo de Dios entre las nubes, las nubes son los portales del universo que se abrirán y que serán físicos. Así, el Espíritu de Dios retornará, sanará la Tierra y sus heridas, poblará la Tierra de los Nuevos Cristos, aquellos que supieron decirme sí.
Por eso, el portal hacia el Gran Tiempo hoy se abre ante sus ojos y mundos internos. Hoy se abre sobre estos océanos, en representación de toda la humanidad y del planeta, como de los Reinos de la Naturaleza que también verán venir al Hijo de Dios. Y aquello que fue pensado en el origen del Proyecto de la humanidad será reconstituido y restablecido.
A través del tiempo y del espacio, se disolverá el mal que fue generado en generaciones enteras; y los que persisten hasta el final para esperar que retorne, verán ese cambio de forma concreta.
Y así todos, absolutamente todos, volverán a sus orígenes, al origen para lo que fueron pensados y creados, al origen para el fin por el cual surgieron, al origen para el fin por lo cual existieron y fueron emanados de la Fuente Suprema.
Hoy, les hablo no solo a través de Mi Gobierno Espiritual, sino a través del Amor de Dios; un Amor que fue capaz de morir por ustedes en la Cruz, aun sabiendo que lo negarían.
Que, hoy, los que padecen y sufren sean sanados, los que están desesperanzados sean renovados, los que decidieron bajar sus brazos que los eleven hacia Dios, porque llegará la hora de expresar la gratitud por Mi Retorno que está cerca.
Este es Mi gran Mensaje para la celebración de las 100 Maratones de la Divina Misericordia; un momento importante y espiritual para todos, en el que el Hijo de Dios, la Esencia Solar del Cristo Cósmico, les hace ver y reconocer hasta dónde han caminado Conmigo.
No vean solo las miserias de sus pruebas, los destierros de sus aspectos humanos. No vean solo el sufrimiento del planeta o la transgresión a los Reinos de la Naturaleza. Les pido que, para esta Maratón número 100, vean los esfuerzos alcanzados, la persistencia construida, la unidad fortalecida, la fe expandida y la Misericordia alcanzada, a pesar de las tinieblas de este mundo.
Porque será a través de este Cónclave Universal que ustedes encontrarán la solución y la salida, este Cónclave de Consciencias Evolutivas que los conoce profundamente, que los sabe profundamente, que acompaña desde el origen sus trayectorias cósmicas.
Es allí en donde hallarán la fuerza y la convicción necesaria para seguir adelante y así cumplir el Plan. Un Plan que aún hay que cumplir, primero en cada uno de ustedes para que después ese Plan Cósmico se cumpla en el mundo entero, aunque todo parezca estar en ruinas y en oscuridad.
Es esta Luz de los Consejos Mayores que hoy los bendice y los contempla, no solo como seres en redención, sino como consciencias en trasformación y valentía.
En todos los Míos, haré los nuevos apóstoles. Por eso, persistan y sigan Mis huellas de Luz, sigan Mis pasos firmes hacia el Propósito Divino, porque hoy el Cetro de Dios está en Mi Mano para conducirlos y guiarlos hacia la meta, la gran meta de su cristificación.
Quiero agradecer, desde lo más profundo de Mi Corazón, a los consecuentes y orantes; a los que en estos últimos 100 encuentros de oración sostuvieron el estandarte de Mi Paz y que lo seguirán haciendo, por mucho tiempo más, hasta que Yo los encuentre cara a cara en Mi Retorno.
Y lo último que les digo, compañeros, para que lo guarden en sus corazones es lo siguiente:
¿Qué harían si, en este momento, Yo estuviera físicamente frente a ustedes?
¿Qué es lo primero que Me dirían?
¿Qué es lo que harían Conmigo si Yo les dijera: “hijo, hija, ya estoy aquí porque retorné”?
Contemplen esa escena en su mundo interior y atraigan esa realidad en cada nuevo día.
Cuando sientan que no pueden o incluso que no lo conseguirán, que no tendrán fuerzas para seguir adelante, piensen y contemplen por un instante: si Yo estuviera delante de ustedes, ¿qué Me dirían?
Les dejo Mi Paz, les dejo Mi gratitud, les entrego Mi Amor Consolador y Redentor.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
¡Te damos gracias, Señor, por cuánto nos das!
¡Te damos gracias, Señor, por cuánto nos das!
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Con alegría y júbilo los reúno en este momento, porque en los planos internos reúno a muchas culturas y pueblos que llegaron a este país, a Canadá, para vivir una oportunidad y una esperanza.
Por esa razón, compañeros, los he reunido aquí, en este lugar. Los he reunido aquí, en este país, para que pudieran comprender desde cerca el significado de este momento.
Es una síntesis entre culturas y pueblos que se está viviendo en este momento, y es a través de Mi Presencia Crística que eso sucede.
Por eso les he pedido que Me acompañen, que pudieran llegar hasta Canadá, para que las bases de Mi Obra Redentora con ustedes se puedan fundar aquí, porque esa es una de las Aspiraciones de Dios para este momento planetario, en el que todas las almas y las esencias del mundo, así como todas las culturas y los pueblos, deben prepararse para el nuevo tiempo, después de esta transición de la Tierra, en donde las almas vivirán cosas inexplicables, pasarán por experiencias desconocidas, que necesitarán ser sostenidas por la fe y el amor de Dios, a través del corazón de todos Sus hijos.
Con esto quiero explicarles, más claramente, que la Aspiración de Dios de haber venido aquí, a Canadá, es para dar un impulso no solo espiritual, sino también material, en la concreción de nuevos puntos de Luz en el mundo, formado por la integración de las almas, la unidad de los corazones y la vivencia de la vida grupal, entre todos los miembros de esta humanidad.
En este caso, hablo de las culturas y de los pueblos que emigraron hacia Canadá, pero que no perdieron sus principios ni atributos de vida, todo lo que aprendieron desde los orígenes de sus países.
Y eso es muy valioso para Dios porque, de alguna forma, Canadá ha conseguido acoger y recibir a todas estas almas, no solo abriendo las puertas a las oportunidades y a la esperanza, sino también abriendo las puertas internas y espirituales, para que después de casi treinta años, en los que emigraron muchas personas hacia este país, este es el momento y esta es la oportunidad para que la Jerarquía Espiritual pueda comenzar a realizar un trabajo y llevarlo adelante.
Este es el mensaje que hoy quiero traer para todos Mis compañeros; pero especialmente para los que hoy Me acompañan aquí, para los hermanos que están aquí, en la ciudad de Toronto, y que abrieron sus corazones, sin pensarlo y sin meditarlo, para recibir este impulso directo de su Maestro y Señor, que tendrá como consecuencia y resultado el beneficio espiritual e interno para muchas almas más, para todos los que emigraron aquí, a este país, y que también son considerados por la Misericordia de Dios.
Lo que caracteriza a todos los pueblos y culturas, que se radicaron en Canadá, es la simplicidad de su vida, los atributos que viven a través de lo que han aprendido en sus vidas y todo lo que han construido a través de sus culturas y de sus lenguas, sin dejar de dar continuidad a lo que cada país y nación representa, no solo como cultura o como pueblo, sino también como consciencia espiritual.
Canadá ingresará en una nueva etapa espiritual, con la ayuda y la colaboración de todos los extranjeros que aquí se encuentran y que se han integrado muy bien a este país y a esta cultura, en donde fueron insertados en la vida diaria de la comunidad.
Eso crea pilares importantes, más allá de todo; esos pilares espirituales que la Jerarquía necesita para fundar las comunidades; esas comunidades nuevas que se abrirán y que vendrán a través de la fe y de la confianza de las almas en Dios; porque no perderán sus principios ni atributos de vida, sino que esos atributos y principios se expandirán en la consciencia.
Y así, como está escrito en la Biblia, los pueblos se unirán y se fusionarán como una sola consciencia, más allá de lo que hayan aprendido y vivido. Y eso se dará a través del amor, de la comprensión y de la aceptación de las diferentes culturas, para que ese ecumenismo universal, que proviene del amor, se pueda seguir gestando y viviendo en este país de Canadá.
La aspiración de la Jerarquía Espiritual es expandir este impulso desde Toronto hacia el resto del país, para que más almas y consciencias tengan la Gracia de recibir la instrucción directa de la Jerarquía, no solo para su vida material, para su vida familiar, sino, sobre todo, para su vida espiritual e interna.
En esta integración y ecumenismo, que se vive en Canadá a través de todos los extranjeros, es que se crean las bases necesarias e imprescindibles para que la Jerarquía pueda continuar con la Obra en el planeta. Y a través de estas almas y corazones que aquí se encuentran, que han experimentado la sobrevivencia, la superación del sufrimiento y del dolor y, sobre todo, que han encarnado la Trascendencia y el Amor de Dios, consiguiendo superar todos los límites de sus consciencias.
Para la Obra que debe establecer aquí la Jerarquía, en Canadá, con todos los representantes de sus naciones hermanas, a través de este trabajo y de esta Obra, la Jerarquía podrá ayudarlos. Y también recibirán las Gracias y las Misericordias que necesitan para poder despertar.
Por eso, hoy, Mi Consciencia y, sobre todo, Mi Corazón misericordioso, en este día tan especial, en este momento tan especial y en este encuentro tan especial, establece las bases espirituales que el Padre ha establecido para que, desde los planos internos, se comience a construir esa Aspiración de Dios, hasta poder materializarse completamente.
Y eso será a través de las almas que se autoconvocarán, que sentirán el llamado para profundizar en su vida espiritual y para reencontrar el camino hacia esa comunión perpetua y eterna con el Padre Eterno.
Por eso, dedicaré un tiempo especial para esta tarea en este país, el tiempo que sea necesario, porque estas almas que emigraron hacia Canadá, y que se encuentran en este país viviendo, representan a sus naciones de origen, a todos sus pueblos y culturas, y desde aquí, la Jerarquía espiritual podrá ayudar a todas las almas que hasta los tiempos de hoy viven dificultades y pruebas y no consiguen salir adelante por sus propios medios.
Es por la apertura de los corazones simples y humildes, es por el amor y la confianza de los que creen en Mi Nombre y lo invocan, que Yo puedo llegar a otras almas del mundo que no solo viven el sufrimiento, sino también la persecución y la esclavitud.
Es de esa forma, compañeros, que el bálsamo de Mi Divina e Insondable Misericordia llega a ellos, cicatrizando con el tiempo las heridas más profundas y, así, renuevo a las almas, para que puedan seguir adelante bajo la confianza y la guía de Dios.
Hoy vengo a celebrar con ustedes este momento y el establecimiento del nuevo monasterio de la Misericordia de Dios, que abrazará y amparará a todos los inmigrantes que aquí se encuentran, en Canadá, por medio de la virtud del servicio y de la oración, que traerá para todos ellos la comprensión sobre la vida y la unión profunda con el Plan del Padre Creador.
Las bases espirituales de ese trabajo, hoy quedan aquí fundadas por su propio Maestro y Señor, y esto traerá para todos, no solo oportunidades infinitas, sino Gracias infinitas para los que necesitan sentirse nuevamente amados, comprendidos y aceptados, para que sus heridas internas se puedan curar y cerrar.
Hoy traigo este mensaje porque sé que todos lo escucharán y que corresponderán a su Maestro y Señor para que esto se cumpla, porque será desde la Obra y dentro de esta Obra de Amor y de Redención, desde donde surgirán los medios para llevar adelante esta aspiración de su Maestro y Señor que proviene del Padre.
Aquí en Canadá, en el tiempo en el que se desarrolle este trabajo y esta Aspiración de Dios se vivirán muchos ciclos y etapas de posibles crecimientos espirituales y materiales, para que las almas alcancen el Portal de la Liberación, y así se sientan renovadas, consoladas y amadas por el Padre, así como por Su Divino Hijo.
Como un Sacerdote Mayor celebro este momento con ustedes, porque es un momento de celebración y de júbilo, de esperanza y de mucha Misericordia para todos los que necesitan encontrarla en sus vidas.
Por eso, bendigo y consagro este momento, y estas bases espirituales que hoy estoy estableciendo en Canadá, para que una nueva etapa y un nuevo ciclo comience, así como está previsto.
Agradezco la adhesión y el acompañamiento de todos Mis compañeros y, especialmente, agradezco a Mis queridas hijas de Etiopía, que representan a toda Mi amada África, que está en el centro de Mi Corazón, en este gran momento, en el que su Maestro y Señor volverá a colocar Sus Pies sobre ese continente para liberarlo del cautiverio para siempre.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Lleven en sus corazones la insignia de la Hermandad.
Que se levanten los que han caído.
Que la maldad se sumerja en sus infiernos y que finalmente se cierren las puertas a la perdición de la condenación de las almas, porque el Todopoderoso ha venido a su encuentro para poder colmarlos con Su Luz y Su Misericordia y hacer de Sus criaturas un nuevo rebaño de Luz, lleno del Amor de Dios, e impregnado por Sus Dones de Compasión, de Unidad y de Fe.
Hoy vengo como el Sacerdote del Universo; vengo a darles Mi Paz para que estén en Mi Paz y les doy Mi Paz para que la multipliquen y la hagan viva en sus corazones y en los corazones de sus hermanos.
He venido de un lugar muy especial para Mí y también para Mi Padre, uno de los lugares más bellos de la Creación de este planeta.
Vengo de las altas cumbres de los Himalayas, en donde el espíritu de lo sagrado, de lo puro y de lo reverente se gesta para la humanidad.
Quiero que los Míos caminen junto a Mí por esa montaña. Quiero que sientan sus pies libres para poder hacerlo.
Quiero que puedan alcanzar las metas que Yo les propongo para estos tiempos y que, a pesar de todo, sigan confiando en Mí, porque a pesar de que la purificación sea grande, el misterio de la Fe es infinito y es lo que permite a las almas estar en Dios y a Dios estar en ellas.
Quisiera que contemplen estas montañas de los Himalayas como una gran revelación de su Maestro y Señor, que cuando estuvo entre ustedes hace más de dos mil años, ya conocía lo que allí existía.
Que las montañas sean el ejemplo y el principio de la elevación de la humanidad y sobre todo, de la elevación de la mente humana que es precaria y destructiva.
Vengo a dar fuerza a los que se consideran Mis soldados.
Vengo a traer la Luz que surge en lo infinito del horizonte.
Por eso, caminen junto Conmigo por esa senda de la montaña, hasta poder alcanzar el punto más elevado de ella; y así, sus espíritus se regocijarán porque ya no verán obstáculos ni tampoco tendrán límites para poder elevarse a Dios. Mientras la materia se purifica, que el espíritu sea firme en su propósito y en su misión.
Joyas preciosas de hermandad están siendo entregadas para todos y ellas deben ser reconocidas primero en su interior, para después poder expresarlas en la vida material.
Para poder subir a lo alto de esa montaña deberán cumplir una regla que es necesaria para Mí: que sean lo que Yo necesito que sean; que den el ejemplo de su verdadera espiritualidad y que, a pesar de lo que suceda, se mantengan en la fe y saber que nada está perdido.
La humanidad nunca ha enfrentado tiempos tan difíciles como estos. Es la primera vez que cruza un portal hacia la definición de sus consciencias y de su propósito.
Yo vengo desde lo alto de los Himalayas para poder mostrar al mundo que es posible alcanzar la meta y llegar al final del propósito cueste lo que cueste.
Pero si sus manos se mantienen unidas como hermanos y crean una gran cadena de Luz hasta lo más alto de los Himalayas, aquel que es último y está en la prueba más difícil, podrá ser elevado a través de ustedes y alcanzará la Luz, sentirá la Paz y podrá encontrar en este ejemplo el Espíritu de la Hermandad.
Muchos lugares del planeta guardan sagrados misterios.
Llaves desconocidas serán activadas en el fin de los tiempos para que la Humanidad dormida pueda despertar.
Y para que eso pueda suceder, primero partirá de ustedes esa iniciativa, porque en verdad ya saben que es lo que existe en los mundos internos de este Planeta y que permite el verdadero despertar de la humanidad.
Hoy les muestro a los Himalayas para que puedan ver en ellos el espíritu de lo sagrado, de todo lo bueno que se puede fecundar en la consciencia que busca la trascendencia y la elevación de su ser.
Yo no soy el único Maestro en ese lugar, también hay otros, que en los planos internos, trabajan por el propósito de la salvación de esta Humanidad, sobre todo de la Humanidad más inconsciente.
Ingresen a lo alto de estas montañas y sientan sus espíritus en profunda libertad.
Vean cómo sus almas vuelan como las aves, sientan cómo sus corazones se abren al palpitar de la Hermandad y de todo lo sagrado.
Descubran en ustedes el verdadero Sol que son. Déjenlo que brille y que encandile para poder cumplir con su propósito en esta humanidad.
Vengo a liberarlos de las raíces de la indiferencia.
Vengo a elevarlos hacia el espíritu de la Verdad, para que puedan ingresar hacia esas montañas, libres del pasado, redimidos en sus acciones y curados en sus heridas.
Así recibirán la luz interior que necesitan y abrazarán, con gratitud, los Códigos de Amor que les enviará Dios a través de Su Presencia en esos sagrados lugares del planeta.
Desde lo alto de los Himalayas, vengo a proclamar Mi llegada al mundo, para que todos los oídos escuchen en los mundos internos y este Verbo haga eco y resuene en donde debe resonar, mas allá de este Universo.
Mientras tanto, las puertas hacia una oportunidad incalculable se abren, para que las almas puedan reconocer su origen y dejar de ser ignorantes y dormidas, ante los Misterios del Universo que se develan en estos tiempos, en donde todo está en juego.
Hoy, los dejo a todos en lo más alto de los Himalayas, en uno de los lugares más sagrados para Mi Padre, el que Él ha escogido para posar Sus Pies y traer de nuevo Su Espíritu de Reconciliación y de Paz, para entregarlo a todas Sus criaturas.
Su Fuente se hará visible en los tiempos que llegarán, y las almas despertarán y dejarán su ignorancia; abrirán sus ojos a lo que verdaderamente son y abandonarán la soberbia y todo lo que es mezquino en el hombre de superficie.
Las cadenas de los errores de otrora se disolverán porque San Miguel Arcángel pasará Su espada sobre ellas. San Rafael Arcángel derramará Su cura en los espíritus que sean incondicionales a Dios.
Las llaves de las puertas del Cielo serán entregadas en las manos de los simples, en aquellos que han seguido el Camino del Señor, a pesar de su purificación y de sus pruebas.
Benditos sean los que ingresen a Mi Himalaya interior.
Benditos sean los que comulgan de este Misterio y lo revelen al mundo.
Benditos sean los que, con gratitud, agradecen todas estas cosas, sin profundamente conocerlas.
Benditos sean los que buscan el Espíritu de la Hermandad, más allá de si mismos y de sus imperfecciones.
Benditos sean los que cuidan el Proyecto de Dios y lo hacen parte de sus vidas, defendiéndolo de sí mismos.
Benditos sean los que se descalzan para entrar al Templo, en un acto de reverencia y devoción a la Divina Compasión.
Benditos sean los que se postran en lo alto de las montañas, para suplicar al Padre, al Adonai.
Benditos sean los que construyen lo nuevo y lo preservan a través de los tiempos.
Benditos sean los que no tienen nada que ganar y tampoco qué perder, porque el Reino de los Cielos estará en ellos y se cumplirán todas las escrituras; serán liberados del pecado de Adán y Eva. Y finalmente nacerá una Nueva Humanidad, colmada de nuevos cristos, espíritus servidores, de almas en constante adoración.
Benditos sean los que cuidan su trabajo de oración, verdaderamente y sin engañarse.
Benditos sean los que construyen las bases de la espiritualidad y las guardan en sus corazones, como el último legado.
Hoy, su Sacerdote Mayor les habla; el Todopoderoso pronuncia Sus Palabras a través de Su Amado Hijo, para que los rebaños extendidos por toda la Tierra se congreguen, a los pies de esta montaña de los Himalayas, a la espera del gran momento del Retorno de su Amado Señor.
"Te pido, Padre, que abras los Cielos sobre un mundo que está a oscuras y que a través de la Compasión de tu Corazón veas en el mundo las luces que se encienden para reconocer Tu Llamada.
Mira ahora, Padre, cómo brillan Tus estrellas caídas y cómo ellas se elevan hacia lo más alto del Firmamento para formar parte de Tu Reino Universal y de Tu gran Bóveda Celeste.
Ahora, Padre, no dejes a nadie para atrás. Prometo refugiar en Mis Brazos a los que están perdidos. Prometo cumplir Mis Obras a través de los que se donan a Mí y que, incondicionalmente, son consecuentes con Mi Convocatoria.
Hoy dejo en lo más alto de los Himalayas, Padre, a los que más necesitan de Ti, para que los que son más conscientes y despiertos, a los pies de estas montañas sagradas, cuiden de Tus demás rebaños.
Coloco Mi Cetro sobre lo alto de estas montañas y lo golpeo sobre la Tierra, para encenderla en Luz.
Los falsos templos caerán a Mi derecha y a Mi izquierda y las ruinas de la perdición y de los infiernos serán tragados por la tierra, a fin de que se abra Tu Gran Portal de Compasión entre Oriente y Occidente, y finalmente, Padre, se cumplan Tus Palabras en la Humanidad. Amén".
Hoy envío Mis agradecimientos a los que cuidan de la Sagrada Instrucción, de la Jerarquía Espiritual y Divina. A través de ellos Mi Palabra es conocida en el mundo y todas las lenguas pueden recibir Mi Mensaje, para que él se pueda cumplir en la Humanidad.
Quisiera dedicar Mi Amor a los que hacen los esfuerzos para que esto se cumpla según Mis designios.
Sepan que a través de Mis Palabras y de todos lo que revisan y corrigen, para que Mi Mensaje de Luz se expanda en el mundo, sus corazones son trabajados profundamente, de época en época, y sin percibirlo, sus consciencias se unifican a la Mía y así se manifiesta el Plan.
Después de estos últimos años de trabajo, los que cuidan de las Instrucciones de los Mensajeros Divinos sepan que tienen un tesoro espiritual entre sus manos y que a través de su oferta, este tesoro espiritual e interno puede llegar a muchas almas que también lo necesitan.
Porque así despertarán los ciento cuarenta y cuatro mil que esperarán a su Señor durante una noche de vigilia.
Y antes que despunte el amanecer, antes de que surja la nueva Aurora, escucharán en su silencio, los Pasos del Señor que se aproxima para volver a encontrarlos y así sellar la Alianza entre los corazones y Dios.
Que así sea.
Mi silencio proclama la victoria y la renovación de las almas.
Es en el triunfo de vuestro Rey en el silencio de Su Corazón Sagrado, en donde se guarda el Misterio de Dios para todas las consciencias de la Tierra.
A través de Mi Corazón encontrarán el Portal que los dirigirá hacia Dios, para que estén en Él y en perfecta reconciliación.
Es el silencio de Mi Corazón que renueva todas las consciencias, que trae la paz, el amor y la luz para todos los seres que se rinden ante Mí.
He venido aquí para pedirles colaboración, siguiendo los pasos de Mi Santa Madre y de Mi Padre San José, en perfecta Trinidad con el Todopoderoso.
Derramamos nuestras Gracias sobre aquellos que no las merecerían, porque son todos mis seguidores que han permitido esta Gracia mayor y extraordinaria sobre este pueblo del Brasil y más allá de él.
Vean entonces, compañeros, cómo es que trabaja la Consciencia divina donde no tiene límites ni fronteras, donde se abren nuevas puertas para todos los corazones que buscan una oportunidad de redención y conversión.
Les pido, compañeros, no endurezcan el corazón, pues Mi Corazón Todopoderoso les viene a traer la transformación y la paz.
Vuestro Maestro del Amor está moliendo el grano duro, los aspectos más difíciles de las consciencias de este planeta. ¿Qué resultará de todo esto? Si ustedes se dejan moldear por Mi Espíritu, nada malo les pasará.
Yo Soy el Sagrado e Invencible Corazón de Jesús, que viene a unir las consciencias y las naciones, en este Espíritu Universal de la Paz, que viene al mundo para poder rescatarlo de su profunda ilusión e indiferencia.
Yo les traigo, compañeros, el último chance, momentos antes de Mi Glorioso Retorno.
Yo les traigo, compañeros, la posibilidad de amar y de perdonarse a sí mismos y a sus semejantes.
Ya no esperen más, compañeros, amen y perdonen, y así alcanzarán la liberación.
Las dudas y todas las confusiones se disiparán de sus corazones y mentes; porque podrá ingresar Mi Divina Misericordia, que viene a desterrar el viejo ser para que nazca el nuevo hombre, la nueva consciencia, al alma que aún está dormida.
A través de Mi Presencia Yo les traigo la Pacificación.
Les pido que crean en Mi Mensaje, en Mi Nuevo Evangelio que vengo a dictar para los corazones simples; porque si sus corazones viven en la simplicidad, no sufrirán, tendrán fuerza, fuerza interior y fe para superar todas las barreras de esta gran inercia planetaria.
Nuevamente, como hace ya dos mil años atrás, vengo a traerles la Palabra de Dios, la salvación de sus consciencias y de todos los Reinos de este Planeta, que también sufren por ustedes en este tiempo que cambia.
Quiero de sus vidas un ejemplo verdadero de amor.
Moldeen sus corazones en Mi Corazón. Sentirán la verdad y el alivio que tanto buscan.
No vengo a traerles los milagros de hace dos mil años atrás y de todos los tiempos, que fueron realizados por Mi Consciencia Divina para demostrar al mundo que Yo estoy presente en la Eucaristía, en la eterna comunión que pueden vivir las almas Conmigo.
Dichosos son los que comulgan de Mí, a través del Cuerpo Vivo, de la Preciosa Sangre de vuestro Señor. En este Sacramento está su renovación y la justificación ante el Padre, delante de todos los pecados que comete el mundo sin detenerse.
A través de Mis Llagas, las Llagas de Mis Manos, Yo los vengo a bendecir, y así a revelarles que Soy el mismo Jesús de Nazaret, el Hijo del Dios Vivo que viene al mundo para conducirlo hacia la vida eterna, para sacarlo de la perdición, de la profunda indiferencia y la falta del amor, de la caridad y de la hermandad.
Primero debe comenzar en ustedes esa gran experiencia de amor, que es interno y no humano.
Debe comenzar primero en ustedes la hermandad y la caridad, el servicio que cura y abre las almas para que encuentren la Fuente del Amor de Dios.
En nuestros Sagrados Corazones están las llaves para su liberación y redención.
Hoy vengo en la quietud del Espíritu y no de la batalla. Vengo a pacificar a las consciencias que deben despertar a Mi Amor Misericordioso y aceptarlo como una tabla de salvación ante la Justicia de Dios.
No pierdan esta oportunidad de reencontrar todos los días el Amor de Dios. No pierdan esta Gracia de salir renovados y vivificados en la fe, en la fe que les trae Mi Corazón, con toda Su Gloria.
Oren por el mundo que está agonizando.
Oren por la Madre Tierra que está sufriendo las acciones de sus hijos en la superficie.
Oren por las almas que se están perdiendo, por los olvidados, por los que están perdidos sin poder ver la luz.
Oren por los que están enfermos y los que sufren.
Es la oferta de Mi Corazón de que puedan salir de sí, para ver la verdadera necesidad de estos tiempos.
Oren por los Reinos que se están perdiendo por las manos de los hombres de esta humanidad, que destruyen la Creación de Dios si ningún gramo de consciencia.
Oren por los que, verdaderamente, necesitan encontrar la salida hacia Mi Corazón, la cura de sus consciencias y la redención de sus espíritus.
Oren por los que padecen la guerra, las consecuencias de la tribulación .
Oren por los continentes y las naciones, que enfrentan el caos de estos tiempos, generado por la propia humanidad que no mira para Dios sino para sí mismo.
Oren por los que claman por Misericordia.
Por los que sufren el hambre y la enfermedad.
Oren por los que mueren solos.
Por los que no tienen padres ni madres.
Oren por los niños que lloran sin consuelo.
Oren por los animales que son sacrificados y por el perdón que necesitan los hombres, al no ver en ellos, el amor semejante de Dios que se vivifica en cada Reino de la Naturaleza.
Oren por los mares que están contaminados y por los grandes Espejos que son afectados, que traen la armonía a este Planeta y la consciencia humana los lastima, sin saber lo que están haciendo.
Oren por el desequilibrio mundial, por la falta de igualdad en todos los pueblos.
Oren por los que tienen mucho y no dan nada.
Oren por los que no tienen nada y reciben poco, porque ellos están sufriendo la consecuencia de estos tiempos.
Oren por las esencias que se están perdiendo.
Oren por los que ignoran la realidad superior y que no tienen interés de conocerla y pierden su filiación con Dios.
Oren por los que se sumergen en la vida material, por los que son vendidos y traficados, como animales del fin de los tiempos.
Oren por los que no viven la paz en su interior y en el planeta.
Oren por los que no conocen Mi Divina Misericordia.
Salgan de sí por un momento y vean todo así como Yo lo veo, con profunda piedad y compasión.
Oren por los ángeles que están caídos y que son llevados a la perdición, por las fuerzas contrarias a Dios.
Oren por los que no oran por sus Ángeles de la Guarda, que no tienen conocimiento ni consciencia de esa Presencia divina.
Oren por los que no creen que Yo estoy aquí presente, pero Mi Verbo es más profundo que toda falta de fe.
Oren por la Justicia que se aproxima y para que el mundo se corrija y vuelva a ser un pueblo sagrado, la esperanza de una Nueva Humanidad, unida al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Únanse a los arcángeles que están trabajando en toda esta consciencia planetaria, únanse a sus ejércitos celestiales para que la paz no se disipe del planeta.
Sientan el sufrimiento de Mi Corazón, que trae el peso de este mundo que está agonizando.
Oren por Mis Llagas que están doliendo, al ver los horrores de este mundo que se aparta del amor y de la verdad, que no ama a su semejante así como Yo los amo a todos, sin mirar sus pecados, sino sus esencias divinas que aún deben descubrir en esta hora difícil del planeta.
Oren para que su Madre Santísima los pueda seguir ayudando y Ella derrame la Gracia de lo profundo de Su Corazón, sobre todo lo que es imposible y aún no se transforma en esta consciencia humana.
Oren por los que están padeciendo las injusticias de este mundo.
Oren por los que son perseguidos por las religiones.
Oren por los que son verdugos de este mundo y que traen el sufrimiento a las consciencias.
Oren a Mi Sagrado Corazón para que siempre los ilumine y encuentren, por encima de todo, Mi Eterna Paz.
Oren por aquellos que no Me escuchan y que no abren su corazón a Mi Llamado.
Oren por los que ignoran Mi Presencia y que no se sirven de Mis prodigios.
Oren para que el Reino Celestial se aproxime sobre todo esta Tierra sufrida.
Oren para que el mundo no pierda el amor y este proyecto humano se cumpla con todos los que despierten.
Este es el Llamado del Gran Maestro, que anuncia al mundo Su Segunda Venida.
Es la Segunda Persona de Dios quien les habla, el Hijo Primogénito del Padre, que encarnó en este mundo y vivió entre ustedes, para darles a conocer la Fuente del Amor y la Unidad Suprema.
Pero, hoy vengo a agradecer con Mi Corazón manso, que esta tarea en Centroamérica se cumplirá.
No saben lo que significa para nuestros Sagrados Corazones que las consciencias se abran para algo que es invisible y que es perpetuo en el Corazón de Dios.
Agradezco por aquellos que han colaborado para que los nuevos apóstoles despierten en Centroamérica, así estoy lanzando Mis redes, para atraer hacia Mí todos los corazones.
Esta es la victoria del fin de los tiempos, de todos los que se unen a su Rey, para llevar adelante el Plan de Dios entre todos los autoconvocados.
Quiero escuchar esa canción que resuena en Mi Corazón, pues es la súplica de vuestro Maestro para todos los que aún no Me han conocido en su interior.
Por toda esta causa, Yo los absuelvo, les doy Mi Paz, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En todo el Planeta, derramo Mis Rayos de Misericordia y congrego a las nuevas almas para que se sirvan de Mi Corazón en esta Comunión perfecta con Mi Santísimo Cuerpo y Mi Divina Sangre.
Como hace dos mil años atrás, parto el pan para ustedes y les vuelvo a decir:
"Tomen y coman, porque este es Mi Cuerpo, que hoy es entregado por muchos, por el sufrimiento de la consciencia humana".
"Les entrego Mi Cáliz y les doy de beber de Mis Dones espirituales, por todos los que derraman su sangre a través de la injusticia humana y que pierden la oportunidad de poder conocerme".
Los mando de dos en dos, como Mis Apóstoles, para que en estos tiempos prediquen Mi Amor y difundan Mi Paz; esto es obra de Mi Misericordia.
"Con todos los Ángeles reunidos y el Poder Celestial que todo gobierna, Yo transubstancio estos elementos, en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén"
Gracias por cantarme y por pedir y orar por el mundo.
Vayan en paz y en confianza.
Si tienes sed de Mí, encuéntrame en el desierto, porque Yo conozco a todos los corazones que dan la vida por Mí y por el Plan de Mi Padre.
En esta hora definitiva, los encuentro nuevamente por segunda vez en este espacio sagrado, en donde Mi Espíritu se regocija porque las Puertas de los Cielos se abren, para hacer descender Sus Gracias en los que más lo necesitan.
Si tienes sed de Mí, búscame en el desierto, porque Yo Soy esa Fuente inexplicable, ese Manantial extraordinario que emerge desde lo profundo de cada ser, para darle vida espiritual y consciencia en estos tiempos finales.
Ven Conmigo y cruza tu desierto interior, pues Yo nunca dejaré de guiarte.
Mi Propósito es que camines a Mi lado todos los días, para que puedas conocer Mi Plan, que es el Plan de la Gran Hermandad.
En este sagrado lugar del Perú, Mi Padre envió a Sus Mensajeros, para que el mundo tomara consciencia de la verdad, verdad que aún no conocía, verdad que está por encima de este Cosmos, y más allá de él.
Él envió a Sus Mensajeros del Universo, del Cielo y más allá de los Cielos, para que a través de la Verdad, los que despertaban conocieran la realidad del Universo.
Hoy vengo aquí con este testimonio para ustedes, pues eso no puede perderse de la consciencia humana.
Los tesoros que vienen del Universo son incalculables. El ser humano no puede medirlos, ni tampoco apreciarlos; mas si sus corazones tienen gratitud, podrán conocerlos y saber sobre la dimensión que ellos abrazan, cuando las almas los reciben en plenitud.
En los desiertos del mundo Mi Voz se proclama para dar testimonio a la humanidad de que el Plan debe continuar a pesar de lo que suceda y que el Propósito lo conocerán cuando se adhieran a ese Plan grandioso, que ha diseñado Mi Padre desde antes de la Creación.
Yo Soy la emanación de esa Fuente de Amor que los nutre y que les da la vida, la Vida Superior; que les da la esencia, la renovación y la Gracia.
En este silencio del desierto se guardan los más preciados misterios que una vez, como en este lugar del Perú, se mostraron a los que se autoconvocaron, al igual que los profetas y que los Patriarcas, a vivir el Propósito de Dios.
Sé que muchos quisieran saber, compañeros, qué es lo que deben hacer en esta vida. Yo les digo: amen el Plan aunque no lo conozcan, y lo sabrán.
Cada uno de ustedes es una pieza importante en el Gran Proyecto de Dios y de todo el Universo.
Ustedes son estrellas que cayeron a la Tierra para redimirse, a través de la oferta de Mi Presencia en el mundo, de Mi Pasión y de Mi Resurrección.
Ustedes vinieron aquí para autoconvocarse, para cumplir una meta, una misión, que va más allá de sus capacidades y de sus sentimientos. Por que quien está en Mi Padre está en Su Ley, está en Su Consciencia, en Su Divino Propósito, en Su Divino Pensamiento.
Yo les traigo la posibilidad, compañeros, de dar ese salto hacia ese camino de entrega, que es un camino de constante renovación, de transformación profunda, en donde todos los miedos de la Consciencia se pierden.
En este desierto sagrado se encuentra esa esencia, la que una vez intentó motivar a los hombres de la superficie, para que pudieran llevar adelante lo que los Mensajeros del Universo habían anunciado en esta meta de vivir la Misión del Plan.
Ahora a ustedes, que a través de Mis Palabras y de estos últimos tres años han sido preparados para este momento, los traje a todos, en Consciencia y en alma a este desierto, en donde una vez, en este mundo, comenzó a conocerse la verdad, que siempre muchos quisieron ocultar.
La Vida Universal, la esencia de la Vida y del Sagrado Conocimiento, es una existencia viva que se experimenta en todo el Universo en su tiempo real, tiempo que el mundo aún no alcanzó, por su indiferencia y sus errores.
Pero para aquellos que sí quieren seguirme y abrir, aún más los ojos de la consciencia y del corazón para poder ver lo que hay más allá de esto, Yo les daré lo que necesitan y no perderán tiempo.
En el pasado enseñé a Mis Apóstoles, cuando caminábamos por los desiertos, qué era esa Vida Superior, la Vida Universal, en donde todas las consciencias del mundo están incluidas, a pesar de que no lo sepan conscientemente.
Por eso, las almas son tentadas por Mi adversario para salir de ese propósito, del propósito de su despertar.
Fue así que, después de dos mil años, cuando Yo ya había ascendido y gobernaba gran parte del Universo, así como lo gobierno hoy, envié a los Mensajeros del Universo, a los portavoces del Mensaje Universal.
Muchos creen que entre Cristo y la vida del Universo hay una separación, o que es una mezcla de creencias o de filosofías.
No es así, Mis compañeros. Los que dicen ser más sabios están equivocados.
Desde el principio hasta el fin, seré esa Gran Estrella que gobierna todas las cosas, por ser emanación del Amor de Dios.
Es por ese amor que viví entre ustedes y por ustedes, que el Universo experimentó su transformación y abandonó su dualidad, para encontrar el nuevo camino, el camino de la Ascensión.
Cuando están en los desiertos no deben temer ver sus vacíos, lo que aún no han conseguido alcanzar.
Por eso Yo estoy aquí, porque Soy esa Fuente de Amor que los saciará.
Hoy les traigo el Principio de Mi Renovación, porque es hora de que crucen ese portal. Muchas consciencias esperan por ese momento desde hace mucho tiempo.
Su oración en esta Maratón es escuchada desde los desiertos como éste, en el Perú. Sus palabras reverberan y se elevan, clamando a Dios por Su Misericordia para el mundo.
Sepan que hoy Mi Corazón recibe todas sus súplicas, aquellas que profesan a través de la oración de la Misericordia, y que sus consciencias están aquí Conmigo, en este desierto, para cruzarlo en consciencia y sin temor.
Porque Yo Soy ese Corazón que aún se ofrece por este mundo infiel, por este mundo cruel e indiferente.
Mi Corazón viene aquí por las almas que responden y que se animan a seguir Mis pasos en confianza y que, poco a poco, ingresan en Mi Camino Crístico, en el camino de la redención total de la consciencia.
Hoy he venido para darles las gracias por comprender Mis Planes, y por aquellos que son felices al haber aceptado este momento Conmigo.
En la quietud se encuentra el gran silencio, el silencio que ofrecen todos los desiertos. Es el momento en donde las almas se pueden unir a Dios en plenitud.
Yo les doy la paz y les doy Mi Gracia para que la reciban en amor y en renovación para sus consciencias.
Los tengo a todos en Mi Corazón y oro por ustedes y por el mundo en este desierto de Dios.
Los bendigo.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
¿En qué piensan cuando vengo a vuestro encuentro? ¿Dónde está colocado vuestro corazón ante Mi Presencia? Y vuestro espíritu, ¿dónde mora?
¿Dónde reside Dios en estos momentos, cuando Su Hijo Primogénito desciende al mundo para destapar las catacumbas de la Tierra y liberar a las almas que están presas?
Ustedes son portadores de Mi Luz y Mi Misericordia está aquí, pues si Yo estoy dentro de ustedes, ¿porqué estoy afuera de algunos?
Mi Corazón es más fuerte que el pensamiento y permite despertar a todas las almas que no son merecedoras de la Gracia de Dios, mas confío en muchos de ustedes en esta hora sacratísima, en la que Mi Corazón se muestra al mundo para glorificar a Dios y a todas Sus criaturas que corresponden a Su Plan Mayor de Redención.
¿Acaso recuerdan de dónde vienen? ¿Qué fue lo que los motivó a estar aquí, en este momento?
Mi Camino es único, no existen dos caminos. Mi barca es única, no existen dos barcas en Mi Proyecto de redención, ¿a cuál subirán?, ¿a la barca del mundo que se sumerge o a la barca de la Santa Alianza que viene a salvarlos en espíritu y en divinidad?
Yo no vengo a buscar lo que no Me pueden dar, vengo a buscar aquello que Yo les entregué que se llama el don del Corazón; donen el don de vuestro corazón a Dios, así glorificarán al Padre Celestial que es muy ultrajado por este mundo, porque a pesar de que Mi Misericordia es invencible y se presenta ante ustedes para darles la vida, el espíritu y la renovación; en otras partes del mundo, compañeros, el sufrimiento es mayor que la luz y no hay almas en este tiempo que puedan dar alivio a esas cosas.
Eso se llama, compañeros, la gran deuda impagable de la humanidad, pero si vuestros corazones confían en Mi Corazón, algún día podrán ser misericordiosos y plenos, recibirán el Reino de Dios en vuestros corazones y estarán dentro de Su plenitud celestial para mostrar a esta civilización que el cambio profundo es posible.
Yo vengo con la esperanza de que sinteticen en vuestras vidas este encuentro de hoy Conmigo, porque lo repito, compañeros, es hora de la gran definición. Vuestros pies no pueden andar por dos caminos, Yo vengo a ofertarles un único camino de luz que se llama sacrificio por la humanidad, esperanza para las almas caídas, redención para los que están caídos y, principalmente, por aquellos que en su resistencia espiritual no se dejan vencer por Mí.
Ustedes, compañeros, han entregado vuestros corazones a Mi Corazón. Muchas noches pasé por vuestros hogares para visitarlos, compartir Mi alegría, consolar vuestras tristezas, traer un consuelo profundo para vuestros espíritus. Muchas veces, compañeros, los acompañé en vuestros trabajos, guie vuestras familias hacia Mi Corazón Sacratísimo, y esto ha sido posible porque ustedes abrieron la puerta para que sucediera.
Desearía, profundamente, que en esta tarde escucharan otras cosas, cosas que vienen del Universo Celestial, que son emanaciones eternas de todos los Padres Creadores que se congregan en Mi Cenáculo de Luz para dar una solución a este Proyecto de la humanidad.
Ustedes, compañeros, son parte de este Proyecto de redención y de rehabilitación, nunca pierdan la esperanza ni tampoco la fe de que vuestras vidas se realizarán en Mí, porque así Yo estaré presente todo el tiempo acompañando vuestros corazones y vuestras familias.
Quisiera decirles, amados Míos, que a través de los Sacramentos Yo vengo a darles una oportunidad única a las almas. Cuando un Sacramento no se lleva adelante, están interfiriendo en Mi Proyecto de redención, mas ustedes son libres desde su nacimiento en la vida.
Yo vengo a ofertarles una oportunidad y no una opresión, mas las cosas se entenderán después, después que Yo ya no esté aquí y hayan pasado algunos años, en los que verán como testimonio verdadero todo lo que los Mensajeros de Dios realizaron y hacia dónde los condujeron por un Propósito Mayor infinito y divino para esta humanidad, para esta parte de la humanidad aquí en el planeta.
Yo les traigo la confianza en lo que es imposible realizar y creer. Sé que muchos de ustedes sienten Mi Espíritu, pero todavía no Me podré mostrar a todos, algunos Me verán después de esta vida a través de ese Portal de Luz que recorrerán como almas hacia el encuentro de Mi Reino de redención, donde estaré esperándolos para una nueva fusión divina, para una nueva misión en los Planes de Dios.
Todo lo que aquí se realiza en Mi Nombre, como los Sacramentos, tiene un propósito espiritual e interior que no comprenderán en esta vida, mas la experiencia que Yo les aporto a través de los Sacramentos es imborrable y la verán en la próxima Tierra.
Por eso, en estos tiempos, en este día y en este lugar, Yo vengo a reconstruir lo que les entregué en el principio, vengo a renovar las enseñanzas que les di a Mis apóstoles a través de lavarles los pies, de bautizar los espíritus, de exorcizar los cuerpos, de consagrar a las almas que vienen a vivir una experiencia de amor en esta humanidad.
Con esto, les digo que el Sacramento del Matrimonio es un proyecto primordial de Dios. Yo vengo a recuperar el espíritu de la Sagrada Familia en muchos corazones, porque ese espíritu que Nosotros depositamos en el mundo se está borrando de la consciencia de la humanidad a través del sufrimiento, el martirio del castigo, que es generado en estos tiempos.
Ustedes saben más que Yo, compañeros, que las familias se están desuniendo, las almas se están perdiendo porque en ellas ni siquiera reside el espíritu de Mi oración. Por eso, a través del Sacramento del Matrimonio, Yo vengo a recuperar y a renovar vuestras vidas en esa casta unión que Yo les propongo a través de la consagración simple a Mi Corazón Sagrado.
Tan solo por ese movimiento y ese hecho de consagrar vuestros corazones a Dios, reabrirán las puertas para que la bendita y Sagrada Familia del universo descienda con su espíritu de vida a la Tierra, colme los corazones consagrados, se renueven las enseñanzas para que vuestras vidas sean un ejemplo para Dios, para el universo, para la vida universal.
Y así, en Presencia de Mi Corazón, a través de cada Sacramento, estarán testimoniando que el Proyecto de Dios, así como fue con los pueblos del desierto, estará siendo recuperado en vuestras consciencias.
Sé que no lo comprenderán. Sé que no comprenden a veces lo que les pido, porque no tienen la estructura para poder entender, mas el corazón que es confiado nunca fracasará, porque estará en el camino correcto, el camino de Mi Sagrado Corazón.
Mis Palabras hoy serían otras, pero Mi Instrucción debe ser bien escuchada, no por vuestras mentes, sino por el sentimiento verdadero del corazón de luz que mora en cada uno de ustedes, que pertenece a Dios y a Su infinidad universal, por obra de Su Gracia.
Siempre son libres para poder caminar, pero les pido que no se olviden de Mí, porque todo esto tiene un peso en el universo, por la expiación que Yo les entrego y por la Obra de Mi Divina Misericordia.
Los corazones se están separando cada vez más de sí, y esto repercute en las familias. Las familias deben ser la expresión de Mi Amor, de la alegría, de la esperanza y de la renovación. Acaso, compañeros, si la familia no es sagrada ni bendita, ¿cómo el Proyecto continuará en la Nueva Humanidad?
Por eso, Yo vengo a abrirles una puerta para que ustedes, que son los primeros en la lista perfecta de Mi Corazón, puedan reabrir las puertas para aquellos que están perdidos, que odian, que se separan de Dios Padre.
Cada Sacramento es una túnica para vuestras vidas.
No descansaré hasta alcanzar lo que Mi Padre Me pide. No descansaré hasta que Mi Obra se realice en vuestras vidas completamente.
Deben amar los Planes de Dios para poder entenderlos, hay muchos que quieren conocerlos antes de amarlos. Mi Ciencia no es de este mundo. Yo los aproximo a ella para que puedan crecer en sabiduría.
Fray Elías del Sagrado Corazón:
Nuestro Señor está llamando a los coordinadores de las áreas de Figueira porque quiere decirles algo.
Mientras espero, confíen en Mi Divinidad, eso los aproximará a Dios y no se perderán fácilmente cuando las cosas se agudicen en este mundo.
Escuchen Mi Voz, compañeros, porque cuando Yo ya no esté aquí y tampoco Mi Madre ni San José, vuestros corazones deberán realizarse en la fe, en la confianza, en la credibilidad de que Nosotros siempre estuvimos aquí para guiarlos y consolarlos, pues deberán dar testimonio ante las leyes de la Tierra de todo lo que sucedió aquí, en el próximo tiempo.
Ese será el momento definitivo e importante para cada uno de ustedes, y una confirmación ante Dios y Su Proyecto de Amor. Eso permitirá, o no, que las puertas estén abiertas para aquellos que necesitarán de la consolación de los puntos de luz que fueron fundados en la base perfecta de los Sagrados Corazones.
Esta Obra no terminará cuando Nosotros ya no estemos. Esta es la primera parte de la preparación, la Obra continuará a través de los años, las multitudes crecerán porque la fe estará presente como una llama viva en lo alto de esta Colina. Será la motivación primordial, el espíritu invisible que llamará a los corazones a la redención y a la cura de cada una de sus vidas.
Así se congregarán los 144 000 antes de que Yo retorne en Gloria, en Cuerpo, en Alma y Divinidad. Si así fuera, una parte del Proyecto estará cumplida. Si así no lo fuera, deberemos rezar.
Bendigo para ustedes este importante Sacramento que está en Mi Altar, que no solo une corazones y almas, sino une vidas y familias, a través del espíritu de Mi Misericordia.
Les agradezco por consolar Mi Corazón por los graves pecados del mundo, pues las espinas duelen en Mi Pecho, y ustedes pueden aliviarlo a través del amor y de la oración, así como lo han hecho hasta ahora.
Renuévense todos los días y no se cansen de trabajar a Mi lado por la paz.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amen.
Fray Elías del Sagrado Corazón:
¡Gracias, Señor, por cuanto nos das!
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más