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En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Querido hijo Mío y querida hija Mía:
¿Qué es lo que pesa en tu corazón que tu Santa Madre no puede resolver?
¿Acaso Yo no estoy aquí y Soy tu Madre, la Madre de las causas imposibles, la Madre intercesora y mediadora entre las almas y Dios?
Hijos amados, si ustedes esto ya lo saben bien, ¿por qué guardan en sus corazones cosas que les pesan?
Para Dios no hay nada imposible de resolver cuando el corazón se abre ampliamente para poder confiar en el destino que Dios tiene escrito para cada ser. Así, todo aquello que ata sus pies se disuelve en sus caminos; aquellas amarras, que los prenden a la Tierra, también son disueltas por el Padre Eterno.
Porque recuerden, hijos Míos, que existe una Voluntad Superior para poder cumplirse en sus vidas. Por ese motivo, una vez más, Mi Hijo los invitó y los llamó a preguntarse, a ustedes mismos, si ahora están viviendo la Voluntad de Dios.
Esto no significa, queridos hijos, que abandonen a sus familias, a sus trabajos o aun a sus compromisos. Yo les hablo de vivir la Voluntad de Dios internamente, de que sus vidas, día a día, estén más consagradas al Plan del Padre para que Él, en su infinita Misericordia, Piedad y Amor, pueda escribir Su Voluntad a través de sus vidas.
El Padre Celestial, en este día, extiende Sus Brazos y Sus Manos hacia ustedes para que sientan Su abrazo paternal, Su abrazo misericordioso, que no los condena por la culpa o por los errores, sino que los libera día a día de la condición humana.
Él extiende Sus Brazos y Sus Manos para que sus vidas se ofrezcan como Instrumentos de Dios, en toda la superficie de la Tierra; para que sus vidas, siendo Instrumentos del Padre, puedan ser una sensata expresión de Amor, puedan ser una expresión de Su Caridad y de Su Misericordia en el mundo.
Él espera esto hace mucho tiempo, que las almas se ofrezcan a ser víctimas de Su Amor Mayor para que las almas de este mundo dejen de ser víctimas de sí mismas. Él espera escribir, a través de sus vidas y sobre todo de sus corazones, la historia de Su Creación y también de Su Voluntad.
El Padre Eterno tiene tesoros guardados para todos, maravillosos tesoros que son incalculables para este mundo material. Por eso, a través de los tiempos y por intermedio de Mi Inmaculado y Materno Corazón, el Padre Celestial les otorga la Gracia de que estén libres de la Justicia, de la condenación en la que los coloca este mundo, para que sus pies puedan caminar por la senda de Cristo, libres de todo aquello que los apremia, libres de todo aquello que los angustia, libres bajo el sagrado espíritu de la paz.
Yo vengo aquí como la Reina de la Paz, porque sé que muchos de ustedes pierden la paz; pero, han pensado por un momento, Mis hijos, ¿cuántos lugares en el mundo ya no tienen la paz, la felicidad de vivir en una familia espiritual como esta, una familia que responde al Llamado del Padre; así como este punto de Luz, en esta ciudad, se predispuso desde el primer día a responder a la Voluntad de Dios?
Quisiera que hoy recuerden, así como Yo lo recuerdo atentamente, cada una de las experiencias de amor y de servicio que aquí se vivieron, especialmente a través de las almas que se ofrecieron a donarse por el prójimo y por el sufrimiento del semejante.
¿Cuántos méritos espirituales han concebido en el alma y en el espíritu de este Núcleo-Luz?
Les aseguro, queridos hijos, en el nombre de Mi Amadísimo Hijo, Jesús, que todos estos méritos espirituales e internos hoy son derramados como Gracias y también como rescate de las almas que más lo necesitan. Y esto genera espiritualmente un magnetismo espiritual que no se puede ver con los ojos físicos, sino con los ojos internos; que no se puede pensar con la mente, sino sentir con el corazón.
Todo este movimiento, que es oculto a los ojos de los ambiciosos, otorga el bien común y la fraternidad en el mundo. Por eso hoy, les pido que no miren sus errores, que no miren sus defectos, que no se sientan condicionados como está condicionada la mayor parte de la humanidad.
Hoy, sus almas están Conmigo, con la Madre Celeste. Hoy, también quiero que sus corazones estén en Mi Corazón; porque recuerden que Yo Soy la puerta segura para la redención, y que sus vidas y las vidas de sus familias y seres queridos pueden estar bajo Mis cuidados.
Cuando no puedan seguir adelante, llamen a la Madre de Dios. Cuando se sientan perturbados o en agonía, invoquen por Mi Inmaculado Corazón.
Yo Soy la Madre que siempre los abraza y los sostiene. Soy la Madre de la Caricia de Dios. Los quiero tener en Mis Brazos, así como lo tuve al Pequeño Niño Jesús.
Entréguense a Mí en confianza, en sublime plenitud, y la oscuridad que los podría estar rodeando se disolverá. Porque donde está el Amor de Dios, está presente el Amor de la Madre Divina, de una Madre incansable, de una Madre que no se detiene y que no duerme, de una Madre que trabaja por la salvación de todos Sus hijos en cualquier condición, de una Madre amorosa y misericordiosa que siempre les abrirá la puerta al Reino de Dios.
Porque quiero que sepan, si no lo sabían, que este fue Mi compromiso a los pies de la Cruz. Recuerden lo que Cristo nos dijo a todos: "Madre, ahí tienes a Tu hijo; hijo, ahí tienes a tu Madre".
¡Qué ternura expresó Jesús en Su profundo dolor! Una ternura y un Amor que superó toda agonía, aunque Su persona humana haya sido clavada en la Cruz.
¿Cómo comprender el Amor de Dios en el sufrimiento y en la entrega?
Esto es una escuela para los Nuevos Cristos, para aprender a superarse a sí mismos todos los días, para amar profundamente la Divina Voluntad, así como Yo le dije al Padre en aquel tiempo: "He aquí la Esclava del Señor, hágase en Mí según Tu Palabra".
Hoy, les digo, hijos Míos, que se haga en ustedes la Palabra de Dios a través de Mi Palabra, porque los espero a todos en el Paraíso.
Que vengan a Mí, Mis hijos, los que hoy se postularon para consagrarse como Hijos de María, porque ya son Mis hijos, no lo olviden.
Así, Yo los reúno a todos en este momento de consagración, dentro del Oratorio Inmaculado de Mi Corazón, para que Yo pueda ofrecer sus almas al Padre Eterno por todas las almas que sufren en el mundo y que hoy no encuentran la paz.
Pero sepan, hijos Míos, que ustedes hoy están ante el portal de Mi Paz, el portal del Sagrado Reino de la Paz que desciende sobre este Sagrado Cielo, sobre esta Sagrada Casa ofrecida incondicionalmente a responder al Llamado del Redentor.
Mis hijos, gracias por haber venido hoy a Mi encuentro, lo esperaba hace mucho tiempo porque sus almas y corazones son los que vienen a Mi encuentro; así, sus vidas son bendecidas por Mí a través de un gesto de Amor Maternal.
Quiero consagrarlos como Mis pequeños hijos, como esos hijos que aprenderán a caminar y a hablar algún día, como aquellos hijos que aprenderán a dar los primeros pasos en el camino crístico, como los hijos que algún día aprenderán a madurar sus consciencias para aprender a tomar sus primeras decisiones de vida que repercutirán el resto de sus vidas, como aquellos hijos que aprenderán a amar y a perdonar algún día.
Por todo esto y mucho más, Yo los consagro como Mis Hijos, como los Hijos de María.
Tráiganme aquí las rosas para que Yo pueda consagrarlas para Mis Hijos.
Oremos por esta consagración.
Oración: “Madre Universal”.
Les agradezco, hijos Míos, por estar Conmigo de corazón.
Mi Hijo espera felizmente Su Fuente Espiritual, a través de la fuente de bendiciones y gracias que aquí construirán, que Él se ha comprometido a bendecir algún día.
Entren en confianza al nuevo ciclo de este Núcleo-Luz, Mi Hijo les dice a todos sus fundadores y a todos los que sostienen este lugar sagrado para Dios que sigan adelante, que están en un muy buen camino y les agradece.
Yo los bendigo y los consagro como Mis Hijos, y reconsagro a aquellos que ya también son Mis Hijos, Hijos de María.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Queridos hijos, quiero que todos Me canten el Ave María. Estoy aquí para escucharlos.
Liberen sus culpas y abran sus corazones. Yo soy su Madre, la Reina de la Paz.
Eleven sus velas como una señal de paz para el mundo. Hoy vengo a rezar por ustedes y por la humanidad, a desatar los nudos que impiden la liberación de Mis hijos.
Escuchen Mi Corazón, Él es su único refugio.
Estoy aquí, acogiendo sus súplicas, hijos Míos, y las de sus familias; entréguenmelas todas.
Ahora, hijos Míos, escuchen Mi Mensaje.
El enemigo teme Mi poder, porque lo desconoce profundamente. El poder que Yo tengo es el del Amor, aquel que vence a todo mal, convierte a todo corazón y transforma a toda una vida.
Busquen en este tiempo tan difícil el poder de Mi Amor, que es el Amor misericordioso de Mi Hijo, que Yo derramo a través de Mi Corazón Inmaculado para todos.
Abran las puertas de sus corazones y vidas, y busquen la esencia de Mi Amor maternal. Yo espero depositarlo en cada uno de ustedes, como en cada momento de oración que sus labios comparten con Mi voz.
Hoy, Soy recibida con alegría y regocijo, y eso alivia mucho a Mi Corazón ante las faltas graves que comete la humanidad entera.
Depositen en Mi Corazón Inmaculado sus aspiraciones. Dios desea hacerlos vivir cosas nuevas, cosas transformadoras que no reconocerán en ustedes mismos.
Por eso, será a través de la esencia de Mi Amor y de la potestad de Mi poder celestial que sus vidas se liberarán pronto; alcanzarán la cura que tanto buscan espiritualmente y estarán muy cerca de Mi Corazón, en el regazo de Mis brazos maternales, donde siempre Yo los quiero tener para poder observarlos, consolarlos y entregarles Mi Amor purísimo.
Ustedes, hijos Míos, pueden ser chispas de Mi Corazón Inmaculado. Vean cuántas chispas ya se encendieron a través de los Hijos de María. Busquen la consagración de sus vidas.
No teman por lo que los perturbe o los pueda inquietar. Mi Corazón siempre los protegerá.
Yo vengo a aliviar sus dolores y faltas. Vengo a entregarles el manantial de Mi cura divina, pero necesito corazones depositarios de Mi Verdad, de Mi Amor y de Mi oración.
Así, poco a poco, hijos Míos, como si nadie lo percibiera, el mundo se irá transformando internamente. La semilla interior de todas las almas, que es la Luz Divina de Dios, se está apagando en muchos corazones.
Por medio de Mi promesa ante el Creador, Yo vengo a reencender sus espíritus para que alcancen el camino inmaculado, el camino sagrado que siempre los llevará a vivir la redención, la redención a través de Mi Hijo Jesús. Él ardientemente los espera en la hora de Su infinita Misericordia para que todas las almas del mundo puedan reconocer la fuente de Su Amor, que todavía sigue siendo derramado sobre el mundo, aunque la Justicia ya esté actuando.
Busquen el manantial de Mi Hijo. Busquen Su Misericordia y Su Compasión. Ya no se lamenten más por sus vidas, dejen de padecer sus propios dolores. Coloquen sus manos en servicio y caridad, así alegrarán el Corazón del Padre Celestial; porque Él, desde Su Reino Mayor, verá a los soles brillando en todo este firmamento planetario.
Yo vengo a despertar su corazón misionero, su ansia por servir y por donarse, por perdonar y por amar.
La humanidad ha olvidado la esencia del perdón. Por eso, Yo vengo en esta noche a su encuentro porque, a partir del primer momento en el que Yo aparecí para ustedes en esta noche, sus almas y corazones Me entregaron lo que aún no han perdonado.
Mi Corazón transforma todas las cosas. Mi Corazón es Ley divina de Paz y Amor. Anímense a perdonar aquello que no han perdonado. Hijos amados, están a tiempo de poder hacerlo.
Mi Corazón siempre los socorrerá. Yo nunca los dejaré solos mientras oren Conmigo a través de la oración del corazón.
Refuercen sus súplicas al Cielo. Los Ángeles de su Guarda están disponibles para servirlos. ¿Quién los escuchará? ¿Quién percibirá su invisible presencia?
Hay muchos ángeles que están siendo sometidos, principalmente en estas grandes ciudades, porque no consiguen llevar las almas hacia el Amor de Dios porque son amarrados por las vidas de los hombres. Y cada vez que Yo vengo a este lugar, como a cada ciudad que Yo visito, Mi Corazón los libera y los lleva al Cielo, para que los Ángeles de la Guarda de todas las almas de la Tierra puedan renovar el principio de su misión y volver a servirlos en la simplicidad, en la caridad y en el amor.
No solo vengo a verlos a ustedes, sino a cada uno de sus ángeles; los ángeles que están perdidos en esta ciudad y que necesitan de todas sus oraciones, hijos Míos, para que ellos mismos puedan ser liberados y alcancen a transformar la vida de todos los seres, que está muy perdida.
Pero Mi Corazón hoy fue consolado por sus corazones. Puedo reflejar hacia sus vidas Mi sonrisa de Luz. Eso siempre Me calmará, porque veo corazones consecuentes y disponibles, en cualquier horario y lugar, para responder a Mi llamado a la oración, al servicio y también a la transmutación.
Queridos hijos, amados hijos, guarden Mis Palabras en sus corazones.
Yo vengo en esta hora tan difícil a trabajar con Mi Amor en cada uno de sus corazones, para que ellos puedan fortalecerse para los tiempos que llegarán, porque deberán estar preparados para el Retorno de Cristo.
Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Aquellos que responden a Mi llamado, representan a la esperanza de Mi Inmaculado Corazón. Porque aunque este mundo, hijos Míos, muchas veces parezca irreversible ante la oscuridad que en él habita; cuando llego al mundo y encuentro corazones que oran, que encienden la llama de la devoción en lo profundo de sus esencias, abro una puerta al Trono de Dios, y así le muestro al Creador cómo la humanidad todavía genera méritos para la salvación de este planeta y de los Reinos de la Naturaleza.
Pero, en esta noche, les digo que el mundo aún necesita mucho de su auxilio, de que oren perpetuamente. Que, así como oran cuando están ante Mí o cuando preparan el camino para Mi llegada a la Tierra, de esa forma deberían orar todos los días; porque siempre que oran verdaderamente con el corazón, encuentro una oportunidad de venir al mundo. Y, aunque no me vean, podrán sentir Mi Corazón, porque Yo estaré próxima a ustedes, llevando sus oraciones al Señor, como méritos de la humanidad para la salvación de tantas almas que están perdidas.
No se imaginan, hijos Míos, que el gran dolor del Señor puede ser aliviado por tan pequeñas oraciones. Así, verán que no es mucho lo que les pido, les pido pequeños esfuerzos, sin embargo sinceros y verdaderos.
Por eso, en esta noche, les hago un nuevo pedido: quiero ver en esta casa un punto de Luz para el mundo. Y, así como hoy están aquí, les pido que encuentren un espacio en sus vidas para no dejar que se pierda la fortaleza que estoy construyendo en este lugar y que debe ser construida con el esfuerzo de cada uno de ustedes.
De la misma forma, hijos Míos, necesito que cada Centro Mariano sea ayudado por los Hijos de María y por todos aquellos que sienten en su corazón responder a este llamado.
Dios necesita ver el esfuerzo de los hombres para equilibrar toda la indiferencia que existe en el mundo. El mal se esfuerza día y noche, hijos Míos, para expandir su reinado en el planeta. Y, ¿adónde estarán los soldados de Cristo que, por medio de la oración, del servicio y de la caridad, deberán expandir una nueva Luz en el mundo, que encienda los abismos, que ilumine a las esencias de todos los seres, que rescate a los Reinos de la Naturaleza, que están tan perdidos?
Este es Mi último llamado. Estoy haciendo, hijos Míos, todos los esfuerzos que puedo. Todos los días, Me arrodillo ante el Señor, ofreciéndole todo lo que tengo, hasta la más pura Rosa de Mi Corazón por la salvación de la humanidad. Mas, el Señor Me pide que venga al mundo y despierte al corazón de los hombres; porque no solo Mi Corazón Divino deberá clamar, también el corazón humano deberá elevar al Cielo diariamente su clamor, así como hizo el Hijo de Dios; para que, por medio del sacrificio y de la entrega de sus vidas, la Misericordia pueda volver a derramarse sobre este mundo.
Escuchen Mi llamado, hijos Míos, que con tanto Amor ingresa en sus seres. Mi Paz retorna al mundo por medio de sus vidas y se debe expandir en cada espacio de este planeta a través de sus corazones, de la pacificación que realizarán en sus familias, en sus hogares, en sus trabajos, en la vida diaria de cada uno de ustedes. Quiero estar con ustedes no solamente en la oración, sino también en el servicio y en cada pequeña acción diaria.
No se olviden, Mis queridos, de que cada pequeño acto de sus vidas es una oportunidad para generar méritos ante Dios para la salvación de muchas almas que no la merecen, pero que la necesitan.
Hoy, mientras este lugar, esta ciudad, se pierde en las ilusiones, en los festejos, quiero que clamen por todos aquellos que no escuchan Mi Voz, por todos aquellos que no Me conocen; porque así, hijos Míos, Mi Manto no solo se expandirá en este lugar, sino también en toda esta nación y en este mundo.
Oren Conmigo por la paz en cada instante de sus vidas. Yo siempre los aguardo y siempre los escucharé.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
El Universo de Dios les dio esta casa para que aprendan a servir, a amar y a perdonar.
Llegó la hora, hijos Míos, de que renueven este espacio sagrado, porque aquí los Cristos internos deben despertar por medio de la redención y de la paz.
Veo, queridos hijos, que Me han donado un corazón de rosas. Que al final de este encuentro entreguen una parte de Mi Corazón a cada alma para que vean, en este símbolo, la infinita expresión de Mi Amor por todo el mundo, por esta humanidad y por cada una de las almas.
Sigan rezando por las almas que se pierden, principalmente por las que son mutiladas y sufren las consecuencias del enemigo. Mi Corazón, por medio de sus sinceras oraciones, socorrerá al mundo y siempre lo librará de todo mal; pues llegó la hora, hijos amados, de que los soldados se pongan a trabajar y formen los ejércitos de Luz en el cenáculo predilecto de Mi oración.
Me retiro de aquí con alegría. Mis ojos alumbran sus caminos.
Sigan transformando sus corazones con la paciencia. Yo siempre los guiaré, hijos amados.
Nuevamente les pido que, en honor a Dios, el Creador, y por todos los que sufren, canten a Mi Corazón. Así, Yo elevaré al Trono del Padre sus dulces voces, que deben ser voces de amor que expresen las gracias y el amor al Creador.
Les agradezco, hijos amados, por responder a Mi llamado.
Recen, recen mucho, no se olviden de orar, ustedes lo necesitan y el mundo también. Así, permitirán que Yo vuelva aquí para bendecirlos.
Y mientras Me cantan, eleven sus rosarios para que Yo los pueda bendecir con la señal luminosa de la Cruz de Mi Hijo.
Yo bendigo estos elementos sagrados e inmaculados que proporcionan la Luz y la conversión a las almas, con el permiso celestial de Dios y con la intercesión de Mi Hijo amado, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Canción: “Nuestra Señora”.
Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Les pido que se levanten y que canten, porque así consagraré cada una de sus almas.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Estoy presente escuchando sus voces, abriendo las puertas de Cielo para los corazones que sufren.
Cántenme con más amor y con fe.
Los vuelvo a bendecir en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Caminen Conmigo.
Madre María Shimani de Montserrat:
Bien, vamos a compartir con ustedes algunas cosas que han sucedido y algunos pedidos de Nuestra Señora.
Vamos a pedirle primero a Fray Elías que comparta aquellas cosas que Nuestra Señora nos pidió.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Cada encuentro con María es una renovación para nuestras vidas. Ella llegó aquí como la Reina de la Paz, vistiendo Su Manto azul, Su túnica celeste clara con un cinturón azul, descalza, rezando por cada uno de nosotros. A medida que nosotros íbamos orando, un hilo de Luz fue descendiendo sobre la ciudad de Rio de Janeiro, todo lo que estaba oscuro alrededor comenzó a ser absorbido por ese canal de Luz, y dentro de ese movimiento estaban muchas almas que también fueron liberadas por los ángeles que acompañaban a nuestra Madre.
Cuando Nuestra Señora nombró a nuestros Ángeles de la Guarda, por algunos minutos, cada uno de nuestros ángeles se manifestaron y éramos muchos más de los que estábamos presentes. Los Ángeles de la Guarda, de cada uno de nosotros, agradecieron el que Nuestra Señora haya respondido por ellos, porque ellos son serviciales permanentemente.
Cuando estábamos entonando el cántico, ahora al final, apareció la manifestación de Nuestra Señora María Auxiliadora, llevando al Niño Jesús en Sus brazos, que se manifestó fuertemente, abrió Sus Brazos, mostró Su pequeño Corazón y dijo: “Yo siempre reinaré”.
Después, Nuestra Señora mostró Su Corona, que no era una Corona propia de Ella, sino que Ella decía que hoy nosotros la coronamos con nuestro amor.
Ella hizo dos pedidos importantes, que para que este nuevo ciclo de la “Casa do Cristo do Bem” pueda continuar no solo a través de los grupos de oración, sino en la tarea de servicio que siempre cumplió esta Casa, la Madre Divina dice que debemos renovar y acoger a las almas, porque hay muchas, muchas almas aquí, en esta ciudad, decía María, que necesitan despertar su Cristo interno. Y Ella estableció aquí una bendición especial para que eso pueda suceder y María nos decía que eso sucederá a través del acto de nuestro servicio.
Ella se comprometió a acompañarnos en esta tarea del “Cristo do Bem” y Su pedido fue que aquí se manifestara la imagen de la Madre de la Divina Concepción de la Trinidad.
Ella consagró este espacio donde está el altar para colocar la imagen, como está en varios Centro Marianos, la imagen blanca que lleva el rosario entre Sus manos; y también esa imagen estará en el Centro Mariano del Niño Rey, porque Ella siempre dijo que será la Portera de nuestras casas.
Madre María Shimani de Montserrat:
Y, cumpliendo con un pedido de Nuestra Señora, vamos a revelarles un nuevo ciclo que vamos a vivir con Ella.
Ayer, cuando estábamos haciendo una oración en el Centro Mariano del Niño Rey, en la liturgia, sorpresivamente Nuestra Señora apareció y Ella nos mostró algo bien importante, Ella nos mostró cómo comenzará a aparecer en este ciclo de la humanidad.
Ella nos dijo que le pidió a Dios, un pedido especial de fin de ciclo, porque Ella necesita recoger todos nuestros corazones en Su Corazón; y Ella va a hacer un último intento por esta humanidad, porque las cosas cada vez se ponen más difíciles y el dolor más grande de Nuestra Señora y de Cristo es que la humanidad está rechazando la Misericordia.
La humanidad no presta atención al llamado de los Mensajeros Divinos y le da la espalda a las Gracias de Dios. Por eso, Nuestra Señora va hacer Su último intento maternal y vamos a leer ahora la experiencia que Fray Elías vivió ayer, en donde está descripta la nueva Presencia de Nuestra Señora y lo que Nuestra Señora hará con nosotros durante todo este próximo año.
La Hermana Lucía de Jesús lee el relato sobre la Aparición extraordinaria de María, Rosa de la Paz, del 27 de febrero de 2015, durante una oración reservada de los consagrados de la Orden Gracia Misericordia, en el Centro Mariano del Niño Rey, Teresópolis, Rio de Janeiro, Brasil.
Madre María Shimani de Montserrat:
La rosa que nos ofrece María es el símbolo espiritual de Su Concepción. Diríamos así, que cuando Dios concibió el Espíritu de María, a través de Su Pensamiento y de Su Amor, Él materializó una rosa blanca, que sería el símbolo de la Pureza Original.
Por eso, María hoy ofrece a toda la humanidad lo más apreciado que como Consciencia posee, aquello que Dios concibió para Su Espíritu en el origen, es lo último que le queda.
Por eso, tenemos que tener bien presente la urgencia que María tiene porque nosotros escuchemos Su llamado. Ella ya se ha despojado de todo, hasta de lo más puro que posee, que Dios le ha entregado desde Su Origen. Por eso, es muy importante que nosotros podamos responder al llamado de María.
A partir de mañana, 1 de marzo, todos los días María descenderá sobre el planeta para entregar nuevamente un Mensaje diario con Sus Instrucciones, Su llamado de Amor para el rescate de toda esta humanidad. Así, estaremos atentos para poder recibir esa Gracia de Nuestra Señora y poderla acompañar en este ciclo para que, como Ella dice, Dios pueda ver que esta humanidad todavía es rescatable y podamos mostrarle a Nuestro Señor de que Sus ángeles no tengan necesidad de enviar Su Justicia.
Así, los invitamos a todos a estar atentos a partir de mañana; en realidad más atentos para que todos podamos compartir este nuevo ciclo que seguramente será un impacto importante para la consciencia planetaria; porque como hemos podido ver, en este último tiempo, nuestra Madre ha sido bien directa y nos ha dicho muchas verdades, porque Ella considera que ya somos hijos adultos y que necesitamos saber sobre las verdades de este mundo.
Entonces, para todos, buena atención a partir de mañana, o más atención. Vamos a despedirnos cantando como hacemos siempre y nosotros, personalmente, les queremos agradecer a todos el calor del corazón que hoy pudimos vivir aquí.
Canción: “Misericordia, María”.
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más