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En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cuando una Consciencia Divina y Cósmica desciende a la Tierra, tiene la misión, desde los planos superiores, de rescatar a todas las consciencias, más allá de cualquier condición y situación.
Por eso, a la vida nunca pueden mirarla con ojos superficiales, carentes de sentimiento o de sensibilidad; porque la Jerarquía Espiritual, cuando desciende a los mundos inferiores, contempla a través de Su Mirada lo más profundo que hay en cada ser.
En este tiempo, de tanta confusión y engaño, aprendan a mirar como mira la Jerarquía, sin condenación y sin juicio, sino a través de una mirada de compasión y de amor que los ayudará a percibir la realidad de cada ser.
Por eso, las voces que siempre callaron, que ahora hablen. La Jerarquía está con Sus oídos abiertos para poder escuchar a los que siempre estuvieron mudos, por temor a una rebelión.
Nuestro Corazón está abierto a todas las moradas. Nuestro Espíritu está sobre aquellos que confían en Nosotros, para que puedan sentir el abrazo de toda la Hermandad.
Pero, tengan presente lo que les digo en este momento; porque las almas, en este tiempo, necesitan ser consoladas para que puedan vivir paso a paso su consagración, para que se animen a seguir adelante sin temor a equivocarse.
¿Por qué les hablo de esto, compañeros?
Porque deben aprender a sentir y a comprender a quien tienen a su lado, para que la Misericordia Divina sea una realidad en el mundo y en los lugares en donde más se necesita.
Primero, deben aprender a comprender y a amar a quien tienen a su lado, porque no se pueden saltear las reglas de la evolución, las reglas de los aprendizajes, que los harán crecer interiormente como buenas personas, como Hijos de Dios.
Yo vengo con este apelo, aunque parezca que no tiene importancia, porque el valor de la escucha se está perdiendo en el mundo. El diálogo fue esclavizado y sometido, y las consciencias ya no se comprenden.
Pero, con todo lo que Yo les He enseñado, a través de los tiempos y por medio de Mi Dolorosa Pasión, les he dejado Mi Legado y Mi Tesoro para que pudieran imitarme y seguir Mi humilde ejemplo de que algún día sean bienaventurados, aun en la vida cotidiana, en cada nuevo relacionamiento con el semejante para que sea una construcción fraterna y auténtica, alejada del poder y de la autoridad que el ser humano cree tener.
Por eso, compañeros, si el Hijo de Dios, siendo el Hijo del Padre, nunca tuvo a nadie bajo Sus Pies, porque nunca se lo permitiría, por más autoridad que el Padre Me haya dado, ustedes también deben tener esta premisa. Nadie puede estar debajo de sus pies, bajo ninguna autoridad ni bajo ningún poder, porque no estarían Conmigo, así como Yo lo necesito.
Por eso, este es el tiempo, el poco tiempo que resta, para poder redimensionar las actitudes y los aprendizajes, la forma de tratar al semejante; porque todos, en lo más profundo de sus corazones, tienen un valor incalculable para Dios. Y si el Dios Vivo lo contempla en cada corazón humano, ¿cómo ustedes no lo contemplarán?
Es tiempo de cambiar, más de lo que ustedes piensan que ya cambiaron; porque cuando Yo retorne, Mis pilares, a través de las almas, deberán estar firmes y definidos. No podré colocar Mis Comandos, Mis Tesoros y Mis Aspiraciones en tierras movedizas.
Necesito colocar Mi Poder y Mi Amor en el corazón de los simples y de los humildes, que son los que siempre, a través de los tiempos, de las generaciones y de las humanidades, fueron los que concedieron el abrir las puertas de los Cielos en la Tierra, para que toda la humanidad se pudiera salvar una y otra vez.
Yo deseo que vivan el bien en profundidad, no un bien común, sino un bien mayor que les hace comprender la existencia de otra forma, que los coloca de una manera diferente delante de la realidad, sabiendo que es necesario en cada momento llevar Mi Amor al mundo.
Esa debería ser la regla primera: el amor y la escucha, para que se manifieste el diálogo; no un diálogo de indiferencias, sino un diálogo de igualdad, de un bien mayor.
Estas fueron las últimas orientaciones que Yo les hice a Mis apóstoles en el tiempo pasado, porque era necesario que cada uno tuviera bien claro lo que era necesario hacer para cumplir el Proyecto de Cristo en la Tierra. Sin esas bases y sin esos pilares, la Obra de Cristo no se concretaría. Lo mismo hoy, Yo les digo que sin esos pilares y sin esas bases, la Obra de la Misericordia no se concretaría.
Yo necesito que puedan madurar en un amor más expansivo y menos emocional, un amor justo y pacífico, un amor solemne y leal. Así, llevarán Mi Plan adelante con perspectiva y sin tantas oscilaciones, porque lo que Yo vengo a construir en cada uno de sus corazones es algo verdadero y no pasajero, es algo que Yo necesitaré en este tiempo final, cuando Yo los tenga cara a cara y les pida Mis Tesoros para preparar Mi Retorno al mundo, y así cumplir la Aspiración de Dios de manifestar la tan ansiada Tierra Prometida.
Por eso, estoy aquí junto a Mis ángeles, testigos fieles de este momento; junto a sus ángeles de la guarda que también son testigos de este momento, de la importancia de la madurez para todo lo que su Maestro y Señor necesitará llevar adelante en este tiempo final.
Ahora, ¿comprenden la esencia de lo que es el rescate?
Un verdadero apóstol nunca puede interrumpir el camino del prójimo, todos deben sentir la libertad de poder crecer y expresarse. Esto es lo que les permite a ustedes ser verdaderos, sabiendo que cada consciencia y cada corazón tienen su lugar y su espacio en el Corazón de Dios.
Espero que sus hermanos y hermanas, que están en el mismo camino y que se encuentran en Mi Barca, tengan algún día un lugar en sus corazones y no un problema; porque el Amor que Yo les enseño no se refiere a lo tridimensional, el Amor que Yo les enseño se refiere a lo espiritual, a lo verdadero y a lo auténtico, sabiendo cuándo decir sí y cuándo decir no. Por eso, deben hacer un examen de consciencia en ustedes mismos.
No necesito de culpas, necesito de una reflexión madura y consciente, humilde y arrepentida, sabiendo que es lo único que ustedes Me podrán ofrecer para que Yo pueda tener la autoridad de salvar a otras regiones del mundo, a ciertos espacios en donde ya no llega Mi Luz.
Ahora, ¿comprenden la amplitud de Mi Plan de Rescate?
Desde lo más pequeño hasta lo más grande debe ser cuidado y protegido. Desde lo más pequeño hasta lo más grande, todo debe estar bajo una reflexión. Así, Yo les podré confiar más tareas y podré justificar ante la Ley lo que estoy haciendo en este tiempo.
Ya están a las puertas del apostolado maduro, se los vengo diciendo en los últimos tres meses. Ahora es tiempo de vivirlo, es tiempo de concretarlo. Eso es lo que tanto espero, con toda la fuerza de Mi Corazón.
No es nada difícil lo que les pido, ustedes saben que les digo la verdad, porque ahora es necesario preparar Mi Retorno, y cada día que pasa se vuelve más urgente.
Por esa razón, una vez más, Yo estoy aquí no solo para bendecirlos y para alentarlos, sino también para hacerlos consecuentes en Mi Camino de Cristificación, que no se trata de una teología ni de una filosofía, sino que se trata del corazón que ama profundamente la vida, que ama al prójimo, así como es, que ama fervorosamente cumplir la Voluntad de Mi Padre.
Así, Yo les vengo a enseñar lo mismo que les enseñé a Mis apóstoles. Espero que haya una respuesta sensata. Yo conozco el potencial de sus corazones, conozco las virtudes que pueden vivir sus almas, conozco los dones que sus espíritus pueden recibir de Dios.
Por eso hoy, los volveré a sacramentar y, en especial, les volveré a entregar Mi Sagrado Cuerpo y Mi Preciosa Sangre para que sus vidas, en este tiempo final, sean testimonios vivos de Mi Amor para un mundo herido, para que la unidad se establezca, para que la paz sea una realidad, para que los que sufren puedan ser aliviados.
Esta debería ser su aspiración, comenzando con quien tienen a su lado. Así, vivirán en Mi Hermandad Crística.
Les agradezco que hayan respondido tan prontamente para este encuentro. Los animo a caminar en la fe y por la fe, para que la cura sane el corazón humano.
Está todo dicho.
Que Mis Palabras reverberen en lo profundo, para que se pueda cumplir la Voluntad de Dios en la Tierra y en el Cielo.
Y, ahora, celebremos la Santa Comunión para que las almas más sufridas reciban Mi Amor.
Les agradezco.
Continúen en Mi Paz.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Les hablo a todos al corazón, en esta noche que se recoge, pero que se ilumina por la Presencia del Amor Vivo de Dios.
Los He llamado aquí y han respondido a Mi llamado, y por eso, les agradezco; aunque no comprendan en profundidad lo que esto significa, pero Yo sí sé lo que significa y lo que representará en las próximas etapas del Plan de Rescate de la humanidad, en las próximas tareas que su Maestro y Señor llevará adelante en Israel y, a través de Israel, con todo el Medio Oriente.
Porque en verdad, Yo les digo, que en esta noche, estando Conmigo y pudiendo ingresar en Mi Corazón Misericordioso, están volviendo a vivir lo que una vez vivieron Conmigo en el pasado, cuando su Maestro pisó con Sus Pies la superficie de este planeta para predicar, para curar y sanar, para anunciar la Buena Nueva, la que en este tiempo, Yo espero que haga eco más allá de la vida material del planeta, más allá de toda ignorancia e indiferencia, porque Mi Voz y Mi Palabra hacen eco cuando las almas Me viven y Me sienten, cuando los corazones confían en Mí.
Por eso, en esta noche, Yo estoy aquí con ustedes y con el mundo. Estoy aquí por todos los refugiados y exiliados, por todos los que desaparecieron trágicamente en Turquía y en Siria.
Pero hoy, sí, les aseguro que todas esas almas están siendo contempladas por el Padre Eterno, para que alcancen su camino de liberación; pero también su camino de reconciliación con los Cielos, porque el Padre Eterno escuchó las oraciones de Sus Hijos, de todos aquellos que en este tiempo se disponen a responder a Su Llamado, ante la trágica realidad planetaria.
Una vez más, a través de este océano, que se encuentra ante ustedes, Yo les traigo el reflejo del Gran Espejo del Amor de Dios, del Amor Eterno de la Fuente, de la cual todos ustedes provienen y también todos sus hermanos; la Fuente Suprema e Inmaterial que está siendo olvidada por el mundo, por la indiferencia, por las guerras, por la falta de religiosidad o de toda conexión espiritual.
Por eso, a través de Mi Presencia servicial y de Mi Presencia paternal, Yo vengo a congregar a todas Mis ovejas, a llamarlas por su nombre en los planos internos, porque ya llegó el momento del tiempo final, en el que todos Mis compañeros deberán estar firmes y disponibles, enteros, para sostener Conmigo este momento de gran Armagedón.
Pero no se desesperen ni tampoco se amedrenten, porque si confían en la Misericordia de Mi Corazón, nada les sucederá. Si siguen fielmente Mis preceptos, estarán protegidos de ustedes mismos, y así como lo hice con Mis apóstoles en el Sagrado Cenáculo, en este tiempo Yo les enviaré el Santo Espíritu de Dios para que los guíe y para que los conduzca hacia la concreción y la experiencia de vivir la Divina Voluntad; una Voluntad Suprema que también está siendo olvidada y, en algunos casos, está siendo despreciada por los hombres y mujeres de la Tierra.
Pero cuando Yo retorne, mostraré al mundo entero todo lo que ha dejado de vivir con el Padre Eterno. Porque las señales, que Yo daré, serán concretas y todo lo que se guarda como un tesoro en los planos internos se revelará, para que esas señales rediman al planeta y a la consciencia humana; porque este es el tiempo de que esas señales comiencen a descender al mundo entero, para los que están dormidos y aún no despertaron, para todos los que deben reencontrar el camino de la redención.
Por eso, este es el tiempo de la preparación inmediata. Esta es la hora de darlo todo por el Plan, a fin de que este Plan se concrete en la superficie del planeta, aunque esto comience a suceder en las cosas más pequeñas, o en la transformación y la rehabilitación de sus vidas.
Esto es lo que necesita el Padre Eterno en este tiempo final: que las almas se decidan a ser Su Gran Espejo, que las vidas de Sus Criaturas reflejen Sus Atributos Divinos, ante un mundo que se aleja cada día más de la verdad y pierde el camino hacia el Reino de la Paz, por vivir todo lo que es mezquino e indiferente.
Este es el tiempo de que sus ojos y los ojos de sus hermanos se abran, para que comprendan que, a través de la actual situación planetaria, es necesario un cambio en la consciencia, pero también en la vida material.
Por esa razón, una vez más, Yo estoy aquí, no solo para llevar Conmigo hacia los Cielos a los que han muerto en este Mar Mediterráneo, sino para advertirle al mundo y, sobre todo, a Europa que deberán enmendar todos sus errores y corregir todas sus indiferencias con los que sufren y son sometidos en la esclavitud; porque este planeta, que el Padre Eterno les ha dado, tiene un Propósito Espiritual y Mayor que aún no se ha cumplido.
Por eso, compañeros, es tiempo de enmendar los errores y de vivir el cambio. Es tiempo de que, de una vez y para siempre, entre los pueblos y las razas, entre las naciones y las culturas, se consideren como una única familia espiritual porque, aunque esto parezca lejano para la mayoría, para su Maestro y Señor no lo es.
Por eso, dediquen su vida a una vida de servicio y de oración, no permitan que en este planeta se sigan abriendo puertas inciertas. Que, por medio de sus oraciones y de su acto de entrega y de donación sincera, puedan mantener las puertas de la Misericordia abiertas a la humanidad, porque de lo contrario el mundo se seguirá purificando fuertemente.
Yo solo busco que puedan crecer en sabiduría y entendimiento, porque ya no quiero ver a nadie más sufrir y padecer lo que este mundo hace todos los días, ultrajando las Leyes del universo, apartándose del Amor y de la Verdad, dejando de cumplir la Divina Voluntad.
Por eso, Yo volveré a erguir sobre el éter de este planeta todos los méritos que alcancé a través de Mi Vida Pública, de Mi Dolorosa Pasión, de Mi Muerte y de Mi Resurrección, a través de Mi Presencia en Tierra Santa. Porque no solo el Medio Oriente lo necesita imperiosamente, sino también la humanidad entera lo necesita; ya que, de no hacer esta gran tarea en Israel, la humanidad se encaminaría a un punto sin salida y nadie conseguiría retirarla de ese lugar, ni siquiera los ángeles.
Por eso, deberán seguir orando por esta gran misión a Israel. Los invito a estar Conmigo, de corazón y en esencia, para que puedan acompañar cada paso de su Maestro y Señor durante los días de la Semana Santa.
También les pido que esta Cuaresma preparatoria que están viviendo, la vivan de verdad, con introspección, con profunda reflexión y penitencia, por esta gran indiferencia que vive el mundo y que no consigue ver la Luz de Dios.
Así, terminarán de estar preparados para los tiempos culminantes que llegarán y nada, absolutamente nada, los tomará de sorpresa, porque lo que deban vivir en este tiempo final solo los impulsará a que puedan ser los Nuevos Cristos. Esos Cristos que Mi Padre Eterno espera ver presentes en este planeta, dentro de esta humanidad, convirtiendo a todos a través de la fe y de la oración, del servicio abnegado y simple que borre de una vez y para siempre los estigmas de este planeta, que cierre las heridas aún no cicatrizadas de esta humanidad golpeada por las guerras y por los conflictos, por la desigualdad y también por la locura de lo que ofrecen las modernidades de estos tiempos, llevando a la mayoría a vivir un dios artificial.
Pero no se olviden, compañeros, de que la Sangre que Yo derramé sobre la superficie de esta Tierra tiene un precio, tiene un valor incalculable e inextinguible. Y es a esa Poderosa Sangre a la que deben invocar, aspirar a recibirla espiritualmente para que sus vidas sean sanadas, redimidas y liberadas del error y del pecado y, a través de la poderosa comunión Conmigo, puedan renacer y renovarse.
Por eso, que esta Cuaresma sea una Cuaresma consciente, que los prepare espiritualmente para ingresar en la Semana Santa. Así, Me podrán acompañar, como Yo lo necesito y lo espero, en todo lo que hará su Maestro y Señor en Israel y, a través de Israel, para el mundo entero. Así, sus corazones estarán prontos y en el lugar en donde Yo los quiero tener.
Que en esta noche reciban Mi bendición, así como muchas veces la recibieron Mis apóstoles y en cada lugar que Yo visité, en cada espacio en donde Yo prediqué, en cada corazón en donde hice un milagro en el nombre del Padre Eterno.
Quiero que sus vidas sean un milagro de amor para que este milagro en sus vidas transforme al mundo, muchas más almas alcancen la Gracia de ser merecedoras de ese milagro de amor, así como ustedes lo están viviendo.
Yo los unjo con Mi Luz Espiritual y, en este mes de marzo, los preparo para la Semana Santa. Sepan que marzo será el mes de la gran preparación, como nunca antes sucedió en la historia de la humanidad y en ninguna otra Semana Santa. Así, comprenderán la importancia de todo lo que les estoy diciendo en este momento. Por esa razón, también estoy aquí, para que ese Propósito se cumpla como está escrito y ustedes sean, una vez más, partícipes de la Misericordia de Dios, que tanto necesita la humanidad y el planeta.
Les agradezco, a los que están presentes, por haber trabajado con las almas y las esencias de los refugiados.
En esta próxima Maratón de la Divina Misericordia, deseo que le recen de todo corazón al Sagrado e Insondable Corazón de Jesús por todos los que son descartados y oprimidos, por los desaparecidos en la tierra y en los océanos, por los que no tienen la oportunidad de vivir la esperanza en ellos y en sus familias.
Recen por todo esto y, así, aliviarán Mi Corazón del malvado espíritu de la indiferencia.
Que la Misericordia convierta las miserias.
Que los corazones reciban la paz y que todo pueda ser renovado; así como es renovado en los Cielos, pueda ser renovado en la Tierra; y así como puede ser renovado en la Tierra, todo pueda ser renovado en su mundo interior; porque lo que más deseo en estos tiempos es que sean parte del Reino de los Cielos, así como lo son los ángeles y los bienaventurados.
Me recojo en los corazones que adoran.
Me fortalezco en las almas que oran.
Me renuevo en los corazones que sirven.
Me hago presente en los que comulgan de Mi Cuerpo y de Mi Sangre; y así, establezco la Luz y el Amor de Dios.
Les agradezco por estar Conmigo en esta noche y, a pesar de que sea tarde en este momento, sepan que, en las noches más profundas, era cuando su Maestro y Señor tomaba Sus grandes decisiones, elevando Su Mirada a los Cielos o buscando en el infinito, en el horizonte, la Presencia del Padre Eterno para sentir Su abrazo y Su consuelo; porque Él es Quien nos conforta y nos renueva a través de Su Amor y de Su Verdad.
Les agradezco y una vez más los invito a orar, durante esta Maratón de la Divina Misericordia, por todo lo que les He pedido con la honestidad de Mi Corazón.
Que África, Europa y Medio Oriente sean bendecidos, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Santísima Trinidad,
Padre, Hijo y Espíritu Santo,
os adoro profundamente
y os ofrezco el preciosísimo Cuerpo, Sangre,
Alma y Divinidad de Jesucristo,
presente en todos los Sagrarios de la Tierra;
en reparación por los ultrajes,
sacrilegios e indiferencias con que Él es ofendido,
y por los méritos infinitos de Su Santísimo Corazón
y del Inmaculado Corazón de María,
os pido la conversión de los pobres pecadores.
Amén.
Estoy en silencio para que aprendan a percibir lo más profundo de Mi Ser y, a través de Mí, puedan sentir lo que en este momento siente y vive la Jerarquía, por todo lo que sucede en el mundo. Y esto no Me cansaré de repetirlo porque aún el tiempo de la redención no ha llegado.
Mi silencio habla de algo profundo y espiritual, de Mi meditación y de Mi oración por las almas, porque las almas deben tener fuerza para atravesar el Armagedón; y sé que esta palabra, Armagedón, asusta a muchas consciencias. Pero no habrá otra forma ni otro camino para que, después de la transición del planeta, pueda comenzar de cero una Nueva Humanidad.
El Señor, su Maestro, no es afín al sufrimiento de las consciencias. El sufrimiento de los seres y la agonía de los corazones son los que Yo debo transmutar y purificar, para que las almas confíen plenamente en Mi Amor Crístico y, así, no pierdan la esperanza de poder rehacer sus vidas y consciencias, de recuperar el camino que perdieron hacia el Padre Celestial; porque muchas almas, en esta humanidad, pierden ese camino día a día.
Por eso, estoy en silencio y en meditación, para que sientan la profundidad y la magnitud de Mi Corazón, para que asuman Conmigo los dolores de Cristo, dolores más profundos y desconocidos que los de la Cruz.
Esto los hace crecer interiormente; y ustedes aprenderán a ver la vida de sus consciencias y la de sus hermanos con mayor discernimiento y responsabilidad, sabiendo que este es el tiempo de no desperdiciar las oportunidades del universo, de no volver la vida superficial e indiferente. Esto fortalece la impunidad, que es algo que el mundo desconoce, y que acelera el fin de los tiempos y sus consecuencias.
Porque ahora, a través de Mis propios Ojos, veo cumplirse lo que el Padre Me mostró hace tanto tiempo, lo que Yo les enseñé en Mi Evangelio a los apóstoles durante Mi vida pública, cuando hablaba del fin de los tiempos, de todo lo desconocido que las almas deberían aprender a enfrentar sin perder la fe, aunque les pareciera difícil.
Por eso, ustedes son muy bendecidos, ante los que no pueden ser bendecidos en el mundo. Por eso, a ustedes se les exigirá más, porque deben corresponder a los tesoros que recibieron de Mí mismo; y esas perlas del Cielo, que Yo les He entregado a cada uno de sus corazones, deben darle sus frutos y sus respuestas al Padre.
Yo les hablo de algo profundamente maduro, aunque muchos no están en el mismo nivel ni en la misma escuela, pero Mi Amor Misericordioso no tiene excepciones.
En el fin de estos tiempos, su Maestro y Señor les dará grandes oportunidades a los menos preparados; porque Yo los conozco esencialmente y no Me fijo en lo que es superficial, y en nada temperamental, Yo busco aquel don que el Padre les depositó desde el principio, de la Fuente.
Así, como sabía que llegaría el tiempo del Armagedón, también sabía que llegaría el tiempo de venir a buscar los talentos. A través de los que siguen Mis Pasos y Mi Camino, ese tiempo está llegando ahora.
¿Lo están percibiendo y reconociendo?
Vendré a pedirles esos talentos por una única vez, no podré detenerme en aquellos que no quieren entregar su vida. Dios, como es tan Bondadoso y Misericordioso, tiene un lugar para cada uno de Sus Hijos.
Seguir Mis comandos y Mis directrices, dentro del desarrollo del final de los tiempos, significa mucho más que tener una consciencia madura y responsable, significa más que obedecer y ser fiel.
Seguir Mis comandos y Mis directrices significa estar disponible incondicionalmente, para que Yo pueda obrar a través de los corazones, ante los horrores que se ven en este mundo y en esta humanidad, situaciones que deberán ser liberadas y aliviadas por alguien, por aquellos que se ofrecen a postularse al camino del apostolado, a estar presente donde es necesario y cuando es necesario, donde Dios quiera y cuando Dios lo necesite.
Por eso, Yo les traigo el ejemplo de Mi Corazón Traspasado, un ejemplo fuerte de contemplar en estos tiempos, porque deben tener la valentía de sentir lo que Yo siento y lo que Yo vivo para poder estar tan unidos a Mí como nunca antes lo estuvieron. Porque la unión Conmigo siempre es gradual cuando las almas se animan a vivir su camino de cristificación y de entrega.
Por eso, en esta tarde de Piedad y de Misericordia para el mundo, les dejo delante de ustedes las necesidades del planeta y de la humanidad; los proyectos y las aspiraciones que tiene la Jerarquía en los diferentes lugares del mundo, en donde a toda la Hermandad del Cielo le urge la expresión de los Sagrados Puntos de Luz, reflejados a través de la vida grupal de las Islas de Salvación. Los lugares menos pensados necesitan de esa asistencia espiritual y concreta, por ejemplo, hoy, Medio Oriente.
Imaginen, por un momento que, a través de esos Puntos de Luz, si existieran y se manifestaran por medio de la correspondencia de los Míos, ¡cuántas puertas inciertas se podrían cerrar en el mundo entero!
¡Cuánto más los elementos y los Reinos de la Naturaleza disminuirían su furia y su enojo con la humanidad!
¡Cuánto más se podrían sostener las fuerzas telúricas del planeta, el Círculo del Pacífico!
¡Cuánto más los continentes, a través de los Puntos de Luz, podrían sostener, mínimamente, su conexión con lo Divino!
Podría decirles muchas cosas más que las que les dije hasta ahora. Pero para que todo eso sea posible no es necesario solo de interés o de entusiasmo, no es necesario solo de consciencia, de responsabilidad o discernimiento; es necesario que eso viva en ustedes, en primer lugar.
No quisiera ver a un mundo más destruido de lo que está, una superficie corroída por las fuerzas del caos. No quisiera encontrar a una humanidad reducida, cuando Yo retorne. Pero sé, desde el Huerto Getsemaní, que Yo vendré a cerrar, definitivamente, los infiernos del planeta; y llegaré en ese momento en el que las almas percibirán todo esto claramente.
Por eso, deben orar con más fervor y con mayor consciencia todos los días que vendrán. Deben estar preparados para las emergencias inesperadas, no solo aquí, sino en cualquier lugar del mundo.
Les He podido manifestar y concretar la Fraternidad - Misiones Humanitarias, un impulso tan concreto de la Jerarquía para el fin de estos tiempos, una llave fundamental para cada una de sus vidas, para que su vida material también esté preparada, a través de ese espacio que la Fraternidad - Misiones Humanitarias pudo ofrecerles a todos y al mundo.
No solo estoy hablando de ética, de reglas o de principios fundamentales para sobrevivir en el Armagedón; estoy hablando de que puedan estar profundamente unidos a la Jerarquía, a través del Plan de Rescate que se perfila en el fin de estos tiempos, a través del ejercicio de la Fraternidad - Misiones Humanitarias.
La Jerarquía se ha arriesgado por ustedes, y a Mi pedido, al unirse con otras instituciones y organizaciones del mundo. Y aunque esta Obra y este servicio sean pequeños e insignificantes; en este momento, compañeros, es el lugar que Yo tengo para poder sembrar Mis semillas de Luz en aquellos espacios del mundo en donde ya no existe la luz, el amor ni la paz.
Les daré un ejemplo: imaginen que un día despiertan y todo su alrededor está en un profundo caos y destrucción, ¿qué es lo que ustedes harían? ¿Cuál sería su primera actitud espiritual?
Así, viven millones de personas en el mundo; y esta Obra, que fue formada a través de la Comunidad Figueira, Me ha ofrecido este espacio único en el fin de estos tiempos, para que Yo tuviera la oportunidad de hablarle al mundo.
Nadie está preparado en esta humanidad para lo que llegará. Por eso, les vuelvo a implorar que profundicen en la luz de la oración; y les pido, por caridad, que no solo busquen su propia salvación, que también busquen la salvación de aquel que tienen al lado, todos los días. Así, comenzarán a aprender y a comprender lo que les digo.
Hoy, les adelanto este Mensaje antes del tiempo previsto, porque impredecibles están este mundo y esta humanidad. Mientras muchos más sigan creyendo que nada sucederá, les sugiero que cambien de idea rápidamente, que sean humildes y reconozcan el Armagedón para que nada los tome de sorpresa, así como Mis apóstoles fueron tomados de sorpresa cuando fui apresado en el Huerto Getsemaní. Espero no tener que ver lo mismo en este tiempo.
Pero para Mí es importante, en esta hora, que ustedes puedan crecer conscientemente y madurar, no solo por todo lo que le espera a este país, sino también por todo lo que le espera al resto del mundo.
Aquí, Yo no vengo a dar un Mensaje apocalíptico. No quiero que se confundan, quiero que sean conscientes de la realidad en la cual viven y que, a partir de ahora, todo lo que suceda aquí o en cualquier otro lugar del mundo debería ser tan importante para ustedes como lo es para la Jerarquía, porque eso los formará como verdaderos servidores de Mi Plan.
Necesito sacarlos de ustedes mismos, de una vez y para siempre. Si salen de ustedes mismos, también los demás saldrán de sí mismos y dejarán de lado sus preferencias e intenciones para vivir Mi Voluntad, que aún espera cumplirse en sus vidas.
Así, Yo vengo una vez más a rezar por ustedes y por el mundo. Vengo a decirles que pueden contar Conmigo en cada momento, y que las entrañas más profundas de Mi Corazón están abiertas para que puedan entrar y ser parte de Mi Cuerpo Místico. Y el primer camino para conseguirlo es la adoración, reconociendo la Presencia de su Maestro y Señor a través de Su Cuerpo Eucarístico.
Cada vez será más urgente para el mundo que las almas se postulen para el ejercicio de la Adoración Eucarística, para que los diferentes puntos en la Tierra estén sostenidos por un equilibrio espiritual, sobre todo, el eje de la Tierra que tanto lo necesita.
Como un testimonio de Mi Amor por los que se esfuerzan, He aceptado la consagración de nuevos adoradores; a los que invito silenciosamente a que se aproximen al altar para que sean consagrados, en este momento, por Mí.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Preparemos, por medio de los sacerdotes, el incienso y el agua para que sean bendecidos por Cristo.
Les quiero dar las gracias a cada uno de ustedes porque, con esfuerzo, han colocado un granito de Luz en este mundo, dentro de este árido desierto de sufrimiento y de guerra en la humanidad.
Por eso, hoy los consagro para que Conmigo se comprometan, a través de las futuras adoraciones al Santísimo, a sostener el equilibrio del planeta, de los elementos y de los Reinos de la Naturaleza; para que, en el norte, en el sur, en el este y en el oeste de este mundo, el tiempo de la purificación sea sostenido por ustedes en cada momento de adoración, como en cada momento de oración.
Sus almas caminan juntas hace mucho tiempo, aunque lo desconozcan. Así, caminaron Conmigo por muchas regiones de Tierra Santa; porque ustedes Me buscaron y Me encontraron, Me suplicaron y tocaron Mi Manto, y Yo los sané y los curé.
Hoy, les vuelvo a recordar esto como un tesoro para sus almas y sus vidas; para que confíen que estoy a su lado, aunque muchas veces se hayan sentido solos, golpeados por la tristeza o la desesperación.
Yo les vengo a dar la fuerza y el poder que les da la Eucaristía. Si ustedes están siempre ante Mí, Mi Corazón siempre estará en ustedes, siempre los aliviaré y a través de ustedes podré aliviar sus familias y amigos.
No se olviden de lo siguiente: si el esfuerzo mínimo nunca es hecho, este mundo no podría convertirse.
Cada cosa que puedan sacrificar por Mí será una muestra fiel de que están en Mi camino de apostolado. Es así, que a través de esta consagración y de este tiempo que Yo les dedico a ustedes, porque sé que lo necesitan, les afirmo Mi Amor y Mi Victoria, porque le han abierto la puerta al Señor, para que Yo viva en ustedes, más allá de las imperfecciones. Por eso, estén en paz y confíen.
Todo en la vida tiene un porqué. Todo tiene su hora y su momento. Y Yo estoy aquí para alentarlos y alentar a sus hermanos; porque verán, al igual que Yo, que habrá más horrores en el mundo.
Ofrézcanse plenamente a Mí a través de la adoración del Santísimo del Altar, para que todo sea aliviado en ustedes y en el mundo. Tengo sed.
Padre Celestial,
Tú que ves la respuesta de Tus Hijos,
Tú que ves, de cerca,
concretarse la Obra de Mi Amor
a través de las almas,
recibe en Tu Reino esta ofrenda
de los que reconocen plenamente
la Presencia de Tu Hijo en la Eucaristía,
y por este mérito que ellos han generado,
bendícelos y bendice a sus familias,
para que algún día, así como Yo lo espero,
ellos sean un verdadero templo de adoración,
testimonio de la redención con Cristo.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Que la Paz y la fuerza de Nuestro Señor Jesucristo esté en ustedes.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Vengo a revelarles la historia verdadera de su civilización, no para engrandecer sus personas, sino para hacerlos crecer interiormente en lo que Dios necesita construir en este tiempo final de la humanidad.
Por esa razón y motivo, digo todas esas informaciones y presento todas esas revelaciones porque en los próximos tiempos, de los apóstoles, Yo haré profetas e instructores de la Palabra de la Jerarquía; de los colaboradores, Yo haré grandes servidores incondicionales y entregados a dar sus vidas ante cualquier necesidad; de los que despiertan, Yo haré consciencias maduras, disponibles, impulsadas a vivir el servicio y la absoluta donación de sí; de todos y de cada uno, Yo haré algo.
Porque el tiempo se aproxima, y el tiempo muestra la necesidad que existe en la humanidad y, sobre todo, en este planeta.
Les cuento la verdadera historia de las civilizaciones del pasado, de los momentos más emblemáticos e importantes de la humanidad, cuando en tiempos remotos, el Plan se fue cumpliendo, más allá de los errores o de las experiencias.
Les digo todo esto para dar continuidad a lo que Dios necesita que se concrete y se manifieste en el próximo tiempo, para que el proyecto de la familia espiritual y universal de la humanidad siga adelante, así como lo vivió hasta cierto punto y momento el sagrado pueblo de Israel, que también participó, no solo de las Gracias del Padre directamente, sino también del despertar de sus virtudes, talentos y dones, que Dios trajo a través de los profetas y de los patriarcas.
Todo para Dios tiene un sentido profundo, íntimo y también desconocido, así como lo tiene también para ustedes. Por eso, deben confiar ampliamente en lo que estoy haciendo, diciendo y construyendo; colocando su consciencia en el gran vacío de Dios, para que, de esa forma, sean llenados por Su Sabiduría, Amor y Presencia, así como los pueblos del pasado fueron colmados por los Atributos Sagrados de Dios.
Comprendan, compañeros, la historia y el momento en el cual están participando y cómo, hasta en los más pequeños detalles, Dios puede escribir un nuevo tiempo en la humanidad, en las consciencias y, especialmente, en las esencias que participan de la llamada de Dios.
El Hijo del Padre, antes de que retorne nuevamente al mundo, tiene esa misión y tarea; y ustedes son partícipes, así como sus hermanos de camino también son partícipes.
Cada uno cumple una parte importante dentro de este Plan y es llamado, día a día, a profundizar en ese compromiso y entrega, así como lo hicieron los apóstoles en el pasado que, de vivir una vida simple y austera, se entregaron para vivir una vida mayor y desconocida, entregando sus familias, bienes y posesiones en las Manos del Padre para que se pudiera construir, en vida, la experiencia del Evangelio, de la Palabra de Dios, de Su Voluntad.
Es de esa forma que doy continuidad a esa Aspiración del Padre para estos momentos críticos, en los que la humanidad deberá reconocer primero el desvío que está viviendo en estos tiempos y la ilusión que abraza a millones de almas en el mundo.
Vengo a traer, como hace más de 2.000 años atrás, la Buena Nueva, pero una Buena Nueva impulsada por el Rayo inmaterial de la Liberación y de la Trascendencia para que, de esa forma, los Atributos del Padre puedan ingresar en las consciencias que más los necesitan y, así, se animen a dar los pasos hacia Dios.
El pueblo que vivió en el Círculo Polar Ártico y que participó de la experiencia espontánea de su contacto con el Universo y con Dios, experimentó también, en consciencia y en la vida grupal, los Atributos del Padre.
La evolución de esa civilización comenzó a suceder naturalmente al cabo de los meses, hasta que, sin percibirlo, comenzaron a ingresar en la séptima dimensión de consciencia. Ellos comenzaron a participar de todo lo que había en esa séptima dimensión, más allá de que todavía vivieran en el plano material. Su estado de pureza y de sintonía les permitió vivir esas experiencias.
El crecimiento espiritual es un principio de la Divina Sabiduría que puede colmar a los espíritus y a las almas del mundo para que sean guiados por el propio Padre Eterno según los designios de Su Fuente y de Su Bondad.
De esa forma, traigo el impulso de esta civilización de Norteamérica que vivió en esas lejanas tierras y en el más arduo frío de los tiempos remotos, en los que conoció espontáneamente todo lo que existía en el Universo y así comprendió, hasta en el plano material, la Voluntad de Dios dentro de Su Proyecto de las diferentes civilizaciones de la Tierra.
Cada pueblo, cada cultura que pasó por este planeta, aportó algo importante para el proyecto de la humanidad y, sobre todo, para su continuidad en el presente. Si eso no hubiera sido posible, la humanidad de estos tiempos no existiría.
Comprendan con esto, compañeros, la importancia de construir, en estos tiempos, ese Proyecto de Dios que aún deberá concretarse y cumplirse por la experiencia interior y la transformación de todos.
De esa forma, Yo les traigo los impulsos que están guardados y registrados en los Libros Sagrados de Dios, y que también hablan de esta parte del Universo local y, especialmente, de este planeta y de su proyecto humano, acompañado y guiado por los grandes arcángeles, dentro de la diversidad de vida existente en todo el Universo material, mental y espiritual.
Con esta consciencia, tienen que percibirse como algo muy pequeño e inofensivo dentro de la gran Creación que los rodea y que vibra en todos los espacios como una suave y dulce melodía proveniente de la Fuente del Amor y de la Unidad, porque Dios aún coloca Sus Ojos sobre esta raza, sobre esta humanidad y planeta.
Es el tiempo del Plan de Rescate y de que ese Plan se pueda desarrollar y llevar adelante a través de la redención de las consciencias y de los pasos que las consciencias puedan dar en este tiempo para que, como en el pasado, como fue con el pueblo sagrado de Israel, también ustedes puedan testimoniar ese cambio profundo de la consciencia y esa madurez tan imprescindible para este ciclo, a fin de prepararse y de preparar a sus hermanos para el tiempo final que ya está próximo.
Y cuando digo próximo, es que está muy próximo en este tiempo material en el que viven y habitan.
La Jerarquía trae los tesoros de la humanidad para que les sean revelados, pero también, entre sus manos trae los Libros Sagrados del Universo, para revelar todo lo que él guarda desde antes del origen de sus esencias, de su existencia y de su creación.
Comprendan con esto, compañeros, cómo la historia es aún más amplia y profunda, y que el conocimiento no se mide con la mente ni tampoco con la intuición, sino con la apertura del corazón de cada uno de Mis apóstoles y amigos que, en confianza, beben de la Fuente del conocimiento sin vanagloriarse ni honrarse a sí mismos, porque todo esto tiene un fin mayor que ustedes desconocen ampliamente.
Por eso, la confianza los hará estar en el vacío y, sobre todo, en el agradecimiento de poder recibir estos impulsos espirituales y estas Gracias que vienen para que muchos puedan recordar lo que hicieron en otros tiempos y lo que vivieron en otros tiempos y, así, se animen a dar continuidad a lo que el Padre Eterno necesita.
Pero todo esto, no será solo material, sino profundamente espiritual e interno. Es allí, en lo interno, en donde debe resonar la Palabra de la Jerarquía para que después se construya en lo externo lo que Dios quiere materializar como aspiración y voluntad. Ese es el camino para comprender el sagrado conocimiento y para que sus seres puedan crecer y expresar lo que Dios necesita por medio de la presencia de sus Cristos Internos.
En este día, les traigo estas palabras para que sus consciencias se puedan ampliar, para que sus corazones puedan seguir madurando en el amor y en la entrega; en la donación y en la convicción necesaria de servir, en estos tiempos al Padre Creador, como compensación de los errores cometidos en este ciclo por millones de almas en el mundo, lo que trae y lo que hace descender velozmente la Ley de la Divina Justicia.
Así entenderán y comprenderán que todo esto y todo este propósito que hoy les traigo, tiene una finalidad más amplia e infinita y que abarca, no solo a las almas, sino también a otros Universos y espacios de la Creación que se preparan, antes de que Yo retorne al mundo, para dar también su gran y último paso.
Vean entonces en los cielos la construcción espiritual e inmaterial que lleva adelante su Maestro y Señor con la Palabra de Dios, con el Mensaje de lo Alto, con el anuncio de la Buena Nueva para estos tiempos.
Sean un espejo y una representación semejante a la civilización de Norteamérica, a ese pueblo que vivió esa experiencia tan espontánea y profunda con la Creación, que lo llevó a estar en niveles superiores de consciencia y ya no fue necesario que estuvieran en este plano físico para seguir aprendiendo a evolucionar y a crecer interiormente.
Es posible alcanzar la vivencia de otras Leyes, aún desconocidas por el hombre de superficie; pero eso es posible a través del corazón, de un corazón manso, de un corazón pacificador, de un corazón confiable, de un corazón que cree por encima de sí, en todo lo que no sabe y en lo que nunca ha conocido.
Recojan estas palabras como Mis últimas Palabras, como Mis últimos impulsos, como las últimas revelaciones, porque ya es tiempo de llevar adelante lo que Dios necesita a través de la vida grupal y de la vida comunitaria, para que se materialice y se concrete la Voluntad del Padre, con el fin de realizar y de manifestar la Familia Universal. Y así, la mayoría de los seres y de las consciencias podrán ingresar en la Nueva Humanidad.
Hoy, el Padre Me acompaña no solo a través de la Palabra y del Verbo, sino a través de Su Presencia, Omnipotente y Omnisciente.
Adonai está aquí, con Sus hijos, con Sus herederos del Conocimiento Universal y Planetario, para que en reconocimiento, valor y honra a Su Consciencia Infinita y Cósmica, a Su Fuente Inmaterial, Espiritual y Divina, a Su Universo de Amor y de Sabiduría, todos Sus hijos lleguen a Él, así como llegó esa civilización de Norteamérica, porque ingresó dentro de la Consciencia de Dios y cumplió una parte de Su Aspiración Infinita para este Universo Material, y eso se reflejó en el Universo Mental y Espiritual. Y así, todos aprendieron de esa experiencia, de esa vida que una vez se dio en la superficie de la Tierra.
Regocíjense por lo que proviene de la Sabiduría y beban de las Palabras de la Jerarquía para que puedan crecer en la donación absoluta de sí. Eso los hará dignos hijos de Dios.
Sigan orando para que su Maestro y Señor pueda cumplir con el Propósito que el Padre le ha entregado para este tiempo, y para que Sus apóstoles puedan soportar las corrientes poderosas que vienen en auxilio de la actual humanidad, antes de que todo suceda, antes de que todo se desencadene.
Todos tienen la oportunidad de subir a esta última barca que está pasando para recoger a los autoconvocados y así, vivir en la nueva arca, en el Arca de la Santa Alianza.
"Padre, Tú que sabes de la importancia de Tu Propósito y de Tu Aspiración Universal, permíteme que alimente a Tus hijos de Tu Sabiduría y de Tus Palabras, para que fortalecidos por la fuerza de Tu Espíritu y de Tu Gracia tengan el impulso y el coraje de dar el gran paso hacia la realización y la concreción de Tu Plan.
Que estos principios, que provienen de la Fuente y que son parte de la historia de las diferentes humanidades de la Tierra, puedan colmar a los corazones de lo que es nuevo y renovador, a fin de que se cumpla Tu Voluntad, así como se cumplió en los que pasaron y vivieron en este Planeta.
Que la Luz del Conocimiento los haga entregarse cada día más a Ti y en esa confianza, cumplir ardientemente con lo que Tú deseas, así como Tu Hijo cumplió con lo que Tú necesitabas y aspirabas, hasta morir en la Cruz por un gran Misterio, que después Tú Me revelaste y Me hiciste partícipe, como parte de Ti.
Que cada ser, alma y espíritu pueda ser parte de Ti, como Yo soy parte de Ti y Tu eres en Mí, en comunión perpetua y eterna. Amén".
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Que se cumpla el advenimiento de la Nueva Raza.
Que la humanidad pueda expresar su arquetipo.
Que la palabra sea viva y construya Tu templo.
Que se expanda en nosotros Tu Misterio
y que se revele al mundo la verdadera existencia,
para que podamos reunirnos en Tu Nombre
y glorificar la perfecta Unidad.
Amén.
¡Gracias Padre, por cuánto nos das!
¡Gracias Señor, por cuánto nos das!
En este encuentro te honramos Señor.
Amén.
En el Arca de Noé, como en las manos de Moisés y en el Templo de Salomón, estuvo el Arca de la Santa Alianza.
Hoy ella está entre Mis Manos, para traer un impulso espiritual al mundo, definitivo y preciso, dentro de estos tiempos de caos.
El Arca contemplada por los ángeles y los arcángeles tiene en su interior la revelación que necesita la humanidad, los escritos más sagrados del universo, el Pensamiento transmitido por la Mente de Dios, dentro del Divino Propósito.
Esta es el Arca que formará parte de la Nueva Humanidad y ya no estará guardada en los Recintos internos, será colocada en la superficie, tiempo después de Mi retorno al mundo, cuando Yo ya haya congregado a todos Mis rebaños de todos los tiempos y de todas las generaciones; cuando haya vencido al mal a través del Amor, y así, haya trascendido la dualidad en cada consciencia humana.
Ese será el preámbulo del advenimiento del Arca de la Santa Alianza, la que en su interior traerá para la humanidad el Santo Grial, con todos los códigos divinos, con todos los impulsos transformados, sublimados y elevados por la Consciencia del Hijo de Dios, con toda la experiencia divina vivida una vez en la Tierra entre Sus apóstoles y seguidores, con todos los códigos de la Resurrección y de la Transfiguración, así como también los códigos de la Ascensión vendrán en el Arca de la Santa Alianza.
Sé que no saben lo que eso significa y lo que eso representa, porque es algo que aún no sucederá en esta humanidad.
Mientras tanto, compañeros, que su perseverancia Conmigo no sea pobre, ni tampoco que se debilite; que su confianza Conmigo no sea mediocre, ni indiferente; porque los tiempos difíciles llegarán, pero para quien confíe en Mí, los tesoros del Cielo no le faltarán.
Así como desde los planos de la Divinidad hoy traigo el Arca de la Santa Alianza, el Cordero que fue inmolado y que resucitó entre los muertos, decretando la victoria del Amor y de la Verdad, glorioso y resplandeciente, retornará a la Tierra dentro de Su gran Consciencia Divina y universal, nunca antes vista por ningún hombre de la Tierra, solo contemplada y admirada por la Madre de Dios.
Esa es la Consciencia Divina del Hijo Primogénito, del Hijo Resucitado y Glorificado que vendrá al mundo por segunda vez.
Vigilen y adoren por esta revelación. Sigan orando de corazón y con constancia, y los frutos del nuevo tiempo llegarán a sus corazones y vidas.
Pero el tiempo de la oscuridad, aquel que ha generado la raza humana para este tiempo de Armagedón es necesario e imprescindible, porque las almas deberán aprender a vencer la dualidad interior, por medio de la fuerza y del poder del amor.
No Me sirve, compañeros, que bajen los brazos. Después de todo lo que Yo les he dado, su pensamiento debe estar en Mi Pensamiento, y sus sentimientos, deben ser Mis Sentimientos sublimados y elevados.
Así, no perecerán y no les faltarán las llaves para poder abrir las puertas que los conducirán hacia el Reino de Mi Corazón, a la Casa del Padre Celestial, aunque aún estén sobre la superficie de este planeta.
Hoy traigo entre Mis Manos este terafín universal para que sea contemplado y admirado.
Dentro de este universo material el Arca de la Santa Alianza representa la Voluntad de Dios manifestada para este universo y para toda la vida creada, dentro del plano físico.
Allí se encuentra, dentro de esa Sagrada Arca, la historia pura de Dios antes de que Él pensara y concibiera la Creación, así como también toda la historia más evolutiva del universo; el triunfo de muchas humanidades y la historia escrita en muchas estrellas, así como la historia de Su Hijo Primogénito y de la Concepción Divina en el Vientre purísimo de la Madre Universal; la historia del acompañamiento de todos los ángeles y la derrota de los grandes infiernos del mal; la historia del Arcángel Miguel en la humanidad en la fusión divina con el Divino Hijo, así como la presencia incalculable e inalterable del Arcángel Gabriel en la Consciencia de la Madre de Dios; la presencia del Arcángel Rafael en la experiencia humilde y simple de San José.
Y aún más, compañeros, esta Sagrada Arca, guarda la historia evolutiva de las primeras humanidades, de los que pudieron representar a Dios de una forma simple y verdadera, los que pudieron vivir los misterios del universo y atraer hacia la Tierra una vida fraterna y de hermandad; los que aprendieron a sostener el Plan de Dios a través de los tiempos difíciles, tanto en el pasado como en el presente; la historia de amor vivida por los grandes patriarcas, la experiencia de redención de los apóstoles; la santificación de las mujeres de Jerusalén y todo el compromiso vivido y revivido, una y otra vez, a través de los tiempos, hasta los días de hoy de todos los que se comprometieron Conmigo en toda la historia de la humanidad y del planeta a ser parte de esa alianza divina con la Sagrada Arca del Padre Celestial.
Ahora, toda esa historia no podrá ser interferida, ni tampoco detenida. Depende de ustedes, de su disposición, de su adhesión y de su compromiso incondicional para que su historia de vida, su historia de redención, de perdón y de rehabilitación forme parte del Arca de la Santa Alianza, como el triunfo del Código Crístico transfigurador en cada consciencia humana, en cada corazón humano, en la vida espiritual de cada ser.
Por eso, los animo a seguir adelante. El peso de su cruz pasará y Mi Palabra, que es eterna, triunfará.
Lo único que les pido es que sean constantes, consecuentes y responsables con los impulsos divinos que reciben, porque hoy les vuelvo a decir, compañeros, con la humildad de Mi Corazón, que Mi tiempo con ustedes se está acortando para terminar esta tarea, para que los Nuevos Cristos sean vistos en la Tierra como portadores de la paz, de la Misericordia y del bien.
Ustedes son llamados a dar continuidad a Mi Obra divina y a sumergirse dentro del caos y de la tribulación para salvar a las almas, aun si fuera necesario de que den su vida por Mí, Yo podré atestiguar que su entrega fue verdadera.
No les vengo a pedir lo que es imposible ni tampoco lo que aún no Me pueden dar. Solo les pido que caminen a Mi lado, que se sostengan en Mí, que confíen en Mí y que pidan por Mi Misericordia, así como lo hizo todo el tiempo el apóstol Juan, aprovechando cada momento para poder estar cerca del Señor, para poder estar cerca de Dios, en comunión con la Vida y con el Espíritu de Dios.
Que el Arca de la Santa Alianza represente para ustedes el símbolo de la elevación de la consciencia y la aspiración permanente de alcanzar el Reino de Dios, sabiendo que nada de lo que sucede es por acaso, que todo tiene un sentido y una meta para el Padre Celestial.
Si sus infiernos internos son muy grandes o si su júbilo es infinito para sus almas, no hay nada que deban temer, porque todo tiene su porqué.
Únanse a este Principio Creador y reciban hoy, del Arca de la Santa Alianza, el último impulso del Redentor para la transformación de sus vidas y la redención de sus seres en nombre del triunfo del Sagrado Corazón de Jesús.
Ante la Iglesia Celestial que hoy los reúne, ante los Sacerdotes del Universo y de los patriarcas de la Palabra Divina, ante los ángeles del Cielo y de todos los seres humanos, que a través de la historia se santificaron por medio de la experiencia de Mi Amor, ante el Corazón Espinado de Jesús y la agonía silenciosa de María por todo lo que sucede en el mundo, ante la fuerza y el poder de la oración, ante la confianza de todos Mis discípulos y peregrinos y el amor de todos Mis allegados, ante la presencia del Trono del Padre Celestial y de Su Fuente Inmaterial, acepto y acojo la reconsagración de Brasil a Mi Sagrado Corazón, y hoy extiendo para este pueblo una Gracia especial y expiatoria que deberá ser cuidada y protegida por cada uno.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
El Maestro está elevando Su Mano derecha para bendecir al Brasil y colocando Su Mano izquierda sobre el Corazón.
Cristo Jesús:
Hoy Te imploro Padre, que descanses en el amor de Tus hijos, que Te regocijes en la pureza de las almas que se consagran y que puedas estar vivo y presente, en cada corazón humano, para que el latir de Tu Espíritu sea el pulsar del corazón de cada ser, el latir infinito de Tu Amor y la expansión gloriosa de Tu Gracia.
Bendice, Señor, a este pueblo y a todos los seres humildes que en el silencio de su simplicidad, representan a Tu Obra en la Tierra y viven el apostolado de Mi Corazón.
Y ante los Universos superiores que conceden esta intervención divina, reconsagro al Brasil a Mi Sagrado e Insondable Corazón, para que los Cristos de este pueblo sostengan el fin de los tiempos y los tres días de oscuridad, como testigos verdaderos del Sagrado Corazón de Jesús.
Que la fuerza de su fe nunca se quiebre, que la templanza de sus corazones se sostenga en la templanza de Mi Corazón y que el Fuego del Espíritu Santo coloque la palabra divina en sus labios, a fin de defender Mi Obra Redentora en el fin de estos tiempos.
En el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Antes de santificar los elementos de los cuales las almas se servirán para recibir Mi Gracia y Mi Misericordia, quisiera anunciarle al mundo entero, que la continuidad de esta Obra con los Mensajeros Divinos vivirá una pausa a fines de este mes de diciembre, y que ella continuará adelante cuando todo se haya cumplido, no solo a nivel espiritual sino también a nivel material.
Depende de ustedes y del mundo entero de que Mi Palabra y Mi Presencia llegue a más lugares del Brasil para poder sostenerlo y auxiliarlo, así como también Mi Verbo Divino pueda llegar a otras naciones del mundo y hacia otros continentes.
Dios reconoce los esfuerzos, pero los esfuerzos deben ser equilibrados y justos.
Todos son merecedores de la Gracia y de Mi Presencia en este tiempo final y en las naciones del mundo, no será fácil, y ustedes lo saben.
Es un compromiso de la humanidad de que Mi Presencia y Mi Mensaje puedan estar en otros lugares del mundo hasta que el Padre Celestial lo indique y lo considere.
Aún tengo planes para cumplir con ustedes y con la humanidad, que son los planes de los últimos tiempos y de los últimos impulsos espirituales que cada Sagrado Corazón le dará al mundo antes del momento más difícil de la humanidad.
Estamos sedientos de almas buenas y también de corazones arrepentidos.
El Plan de Rescate se construirá con la cooperación de todos, bajo la Ley de la Hermandad.
A pedido de Mi Padre, estoy anunciando esta pausa y este receso.
La respuesta de todos y del mundo entero es lo que Me permitirá continuar adelante. De lo contrario, en nombre de la Ley de la Justicia Divina y de la Ley del Equilibrio, sagrados atributos para el Universo, solo podremos continuar hasta el fin de este mes, pero no dejarán de recibir Nuestras palabras.
No podremos estar presentes en aquellos espacios que tenemos que estar.
Ustedes saben que Nuestra Consciencia es omnipresente y no Nos costaría nada estar en cualquier lugar que fuera necesario, pero Yo les estoy dando la oportunidad de servir a Dios y de aliviar sus deudas espirituales para que puedan renacer finalmente en el amor, y ayuden a otros a renacer en el amor.
Esperaré pacientemente en lo alto de las montañas durante estos próximos meses para escuchar sus respuestas.
Dios bendiga este momento, para que cada ser se vuelva más consciente y asuma lo que ha venido a cumplir en el nombre del Amor y de la Unidad.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Nos podemos poner de pie para la consagración.
Cristo Jesús:
Señor, Tú sabes que las almas te aman, por eso te pido, Padre, que aceptes todas las ofertas que hoy te realizan, a fin de que triunfe Tu Proyecto de Amor. Amén.
Bendice esta agua, Señor, para que Tu Gracia se pueda esparcir en el mundo, y así como el agua que cae en el planeta por medio de la lluvia, se convierta en una lluvia de gracia infinita y de amor en las almas, a fin de que todo sea cumplido. Amén.
Padre, bautiza con Tu Espíritu a los que han sufrido, para que las dolencias espirituales se disipen y se desvanezcan de la consciencia humana.
Que el afluente infinito de Tu Amor, que el manantial de Tu Gracia, de Tu Perdón y de Tu Cura santifique a los que hoy serán bautizados por Tu Espíritu, en unión a Tu infinito Amor. Amén.
Señor, unge con este aceite los cuerpos enfermos, exorciza a las almas poseídas y libera a las almas de las corrientes del mal.
Con la unión poderosa de la Cruz, que todo mal sea vencido y extirpado. Que, así como el Hijo de Dios fue ungido por las mujeres de Jerusalén, hoy los que serán ungidos sean restaurados y reparados por la cura divina. Amén.
Por el poder del Arca de la Santa Alianza que los códigos desciendan.
Y hacemos memoria del misterio del Amor del Hijo de Dios durante la Última Cena cuando tomó el pan, dando gracias a Dios por el Sacrificio, el Padre lo bendijo y entregándoselo a los apóstoles, les dije: “tomen, coman todos de él, porque este es Mi Cuerpo que será entregado por los hombres para la expiación de los pecados".
Del mismo modo, su Maestro y Señor tomó el Cáliz, no solo para irradiarle la paz al mundo y la redención a la humanidad, sino también para que el Padre lo santificara y lo bendijera y entregándoselo a los Apóstoles les dije que bebieran de él porque "esta es Mi Sangre que será derramada por los hombres y por los mártires para el perdón de los pecados".
Hagan siempre esto en Mi memoria.
He aquí el Cuerpo y la Sangre de Cristo, Fuente de Misericordia y de Salvación para todas las almas que confían en Él.
Dichosos sean, compañeros Míos, todos los que se servirán de este Sacramento, pero, antes, que se confiesen y se arrepientan para que el Divino Cuerpo y la Preciosa Sangre, purifiquen sus almas y santifiquen sus corazones. Amén.
Confíen en que todo se cumplirá como Dios lo ha previsto. En su confianza está la llave para la concreción del Plan. Si desde ahora lo comienzan a vivir y a sentir profundamente, el Plan se cumplirá, como está escrito.
Que se alegren sus corazones porque el Brasil se ha reconsagrado a Mi Corazón Misericordioso y él profundizará su reconsagración en los próximos meses, con la constancia y la devoción de los orantes y el clamor de todo el Pueblo de Dios.
Gloria a Dios en las alturas y paz en la Tierra a todos los seres de buena voluntad.
Extendiendo Mis Brazos en señal de Cruz, como testimonio del Amor verdadero de Dios por todas Sus criaturas y el planeta, Yo los uno al poder de la Sagrada Cruz y al misterio infinito de su impulso exorcista.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. (x3)
Que la paz esté en todos los mundos internos para que pueda estar en todos los hombres de la tierra, así como en todas las naciones del mundo.
Sigamos orando por la paz, por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús, del Inmaculado Corazón de María y del Castísimo Corazón de San José.
Que así sea.
Fraternalmente se darán el saludo de la paz, para que la paz esté en las familias que viven las guerras y en todas las familias del mundo que no pueden vivir la unidad en esta sagrada Natividad.
¡Les agradezco!
Por medio de la Oración por la Paz en las Naciones vengo a instituir en la humanidad la Nueva Alianza entre los hombres y Dios y a través de ese ejercicio espiritual, vengo a conceder a las almas muchas más oportunidades para sus vidas, a fin de que más consciencias se puedan redimir.
Una gran red planetaria de luz se establece entre los mundos internos de todos los que se adhieren a ese ejercicio. Situaciones difíciles y caóticas en el fin de estos tiempos son resueltas y la Jerarquía espiritual, por medio de ese impulso que dan las almas hacia el Universo, puede interceder en una gran operación de rescate planetario.
A través de ese ejercicio espiritual de Oración por la Paz en las Naciones, la fe y la convicción de los corazones en el Universo Espiritual permite derrotar grandes fuerzas involutivas y consciencias que oprimen a grandes naciones del mundo, así como todas sus poblaciones y culturas.
Este es el preámbulo de la preparación para Mi segundo Retorno al mundo.
Será a través de todos los seres conscientes y disponibles al Plan de Dios que se comenzará a remover lo más impuro que existe en la humanidad y el planeta; así, las almas también se purificarán y sin percibirlo, trascenderán sus miedos, dificultades y dudas, porque contarán con el apoyo supremo de la Jerarquía Universal.
Cada vez que este trabajo se fortalezca y sea asumido conscientemente por cada orante y colaborador, se ampliarán aún más las oportunidades en la humanidad y aunque no lo puedan creer, ni afirmar, ese ejercicio tendrá repercusiones en varios lugares del mundo, en lugares más lejanos de la humanidad.
Por eso, la Jerarquía cuenta con el apoyo de todos los servidores de la Obra. Porque ellos siempre y para siempre, serán la base para que todo eso suceda y permitirán que más almas se aproximen a esta corriente poderosa de la oración, que va más allá de cualquier religión o cultura.
Porque las almas, en el fin de estos tiempos, uniéndose al propósito del rescate y de la redención de las naciones, permitirán descubrir a través del poder de la oración, muchos más atributos y sus vidas cambiarán de la noche a la mañana. Ya no serán forjados por las fuerzas del caos, porque su fe se fortalecerá en Cristo y por Cristo, y serán señalados por el Sacerdote Mayor cuando Él retorne al mundo por segunda vez.
Pero primero deberán prepararse desde el mundo interno, para poder conocer la verdadera Faz de vuestro Señor, que vendrá entre las nubes anunciando el retorno del Reino de Dios.
Y eso será escuchado como centenas de trompetas y el ser escuchará en su interior el llamado de la Palabra de Dios, que lo sostendrá en el fin de los tiempos y atraerá a su consciencia lo que en verdad existe en todo el Universo Mayor.
Por eso, compañeros, asuman ese compromiso como algo esencial e imprescindible. Así permitirán que muchas más cosas sucedan en la humanidad y en el planeta, y la energía de la Divina Gracia y el poder del Divino Amor pueda seguir convirtiendo los corazones perdidos, y reencontrarán su origen; no se sentirán solos, sino dentro de la gran familia espiritual de la Jerarquía.
Yo los invito a atravesar estos tiempos a través de ese ejercicio de Oración por la Paz en las Naciones, porque la unidad entre las almas y los corazones creará una protección invencible, que surgirá primero desde sus consciencias, porque será impulsado por sus espíritus superiores que finalmente despertarán a la vida cósmica.
Los velos de la consciencia caerán de sus rostros, reconocerán sus errores y reconocerán sus aciertos.
Pero la Ley de la Misericordia que todavía actuará por un tiempo más, equilibrará todas las deudas y todos los cometidos, porque el sincero servicio incondicional de sus corazones abrirá las puertas para la redención y la cura de sus consciencias; despertarán para sus atributos y dones, reconocerán sus talentos y linajes, y en esa unión perfecta con la Jerarquía Espiritual y Divina, ya no perderán el tiempo en esta humanidad, porque caminarán conscientes hacia un mismo propósito y hacia una misma meta, sabiendo que desde las Esferas sublimes del Universo vendrá la ayuda y sus corazones, su mundo interno, se unirán en esa perfecta alianza espiritual con la Jerarquía.
Aún los tiempos más difíciles no llegaron. Pero tienen en sus manos el poder de la oración para poder transformarlo todo.
Ustedes son consciencias impredecibles como humanidad. Aún están a tiempo de cambiar los acontecimientos del planeta. Y aunque el planeta se purifique ampliamente, los espíritus sobre la Tierra que estén coligados con la Jerarquía no perderán la fe, no se disolverá la confianza. Vivirán la fortaleza por medio de los impulsos del Espíritu Santo.
Y finalmente, compañeros, en esa verdad que vivirán a partir del nuevo ciclo, estarán cumpliendo su misión y su tarea en esta humanidad y sirviendo a este planeta dentro de esta escuela de redención y de perdón.
Deben conseguir espejar lo que en verdad ustedes son, en esencia. Por eso deben abandonar los hábitos y las costumbres de la vida humana para que las energías sublimes del Universo que impulsa la Jerarquía, por medio de su presencia y de sus herramientas, pueda transustanciar y transfigurar a sus consciencias completamente, sabiendo que la materia seguirá siendo materia; pero la materia humana, especialmente sus células y átomos, se pueden volver a iluminar.
Si ustedes buscan la trascendencia interior, ayudarán a elevar la consciencia de la humanidad perdida. Los tiempos del caos, por más que sean difíciles, se podrán transmutar y purificar, porque corresponderá a todos la purificación del planeta y de la consciencia humana.
Y como las grandes estrellas del Universo, llegará la Jerarquía a la Tierra, en Su Consciencia sublime de Luz, para volver a restablecer el Proyecto de Dios como fue en el principio.
Pero están en un tiempo aún de vencer la dualidad y de poder atraer hacia la Tierra los atributos que la humanidad tanto necesita para estos tiempos.
Ustedes son una humanidad actual en transición y en redención, pero sepan que cuentan con el apoyo de la Consciencia Universal del Único, del Todo Poderoso, del Altísimo, de Adonai, Abba y Emmanuel, como ustedes lo puedan identificar y sentir.
La Fuente Primordial vendrá al auxilio de la consciencia humana en el fin de los tiempos y todos tendrán la oportunidad y la Gracia de reencontrarse con su verdadero y profundo ser.
Mientras estoy aquí, con ustedes, también les hablo a los mundos internos de todas las almas de la Tierra y Mi Espíritu Divino abraza a muchas consciencias.
En este momento desciende la Divinidad para poder transformar a todos los seres, que en sinceridad y en honestidad se abran para poder vivirlo.
Por eso también los elementos de la naturaleza también Me acompañan en este día, porque todo forma parte de una sublime purificación de la consciencia, hasta que finalmente, se puedan consagrar.
Que sus almas reciban este impulso de Cristo como uno de los últimos y que puedan recibir de la Fuente lo que en verdad necesitan a fin de que sigan creciendo interiormente y no exteriormente.
Hoy, no estoy solo aquí. La Jerarquía Espiritual está contemplando este momento, momento en el cual los mundos internos se postulan para dar un nuevo paso en la consciencia delante del escenario del fin de los tiempos y de los próximos acontecimientos que llegarán al planeta.
Toda la Jerarquía evalúa este momento y la sensibilidad de los corazones delante del Reino de Dios.
La Jerarquía Espiritual reflexiona y acompaña este momento a pedido de Dios, sabiendo que esto no sucede solo aquí sino también en el mundo, en todas las naciones y en todos los pueblos, en los que se han postulado para vivir el Plan.
Mis impulsos removerán muchas cosas, pero susténtense en la Divina Misericordia de Mi Corazón, porque lo que tengo pensado y diseñado para cada uno es perfecto, solo deben abrirme la puerta de su corazón para que la Energía Divina pueda entrar y ser parte de sus espíritus, de su esencia y de sus almas.
Reciban entonces, colocando sus manos en señal de recepción, esta Gracia, que hoy no será comprendida ni entendida, sino que el tiempo la revelará cuando cumplan los Designios de Dios: que vinieron a vivir como almas, como eternos servidores en la superficie de la Tierra dentro de esta gran hermandad universal.
Mi Silencio también atrae a las almas hacia la Redención y curo infinidad de almas miserables, que después de tanto tiempo reciben esta oportunidad, efecto insondable de la Divina Misericordia.
Pueden colocar las manos sobre el corazón.
En esta comunión con la Vida Infinita, que intenta regenerar la vida humana, la consciencia planetaria y todos los Reinos de la Naturaleza, gravemente ultrajados por el hombre y hoy siendo curados por Mi Espíritu, que nazca de sus corazones una nueva oferta para Dios, que en el silencio de su templo interno podrán proclamar para el Creador, por medio de la bendición y de la consagración de todos estos elementos, que no solo transustanciarán una vez más al Brasil, sino también al mundo y a muchos más que esperan por esa Gracia.
Todo esto es generado por el Amor de Mi Corazón, que abre las puertas a millones de almas miserables que necesitan de la compasión de Mi Corazón para sobrevivir, para que puedan vivir la cura y el perdón.
En este momento, compañeros, he recibido en Mis Manos, desde sus mundos internos, su ofertorio, para que sea contemplado por la Fuente de la Creación y él sea elevado al Cielo por el impulso de trascendencia de todos los ángeles.
Que en esta comunión con la Vida, la vida humana sea respetada y sobre todo, los que nacerán sean respetados, para que el mundo tome consciencia algún día, que la vida de cada ser es el mayor Proyecto de Amor de Dios.
Hoy, Me apiado por los madres que han abortado, por los hijos que nunca nacieron, por las almas que fueron ultrajadas.
La Misericordia de Mi Corazón llega a todas las vidas, también en los planos internos, para que esas almas tengan una nueva oportunidad dentro de este Universo y se sientan amadas, así como Mi Madre los ama en todo momento y a cada instante.
Por esa razón, hoy he venido especialmente para pedir a las madres del mundo la oración por los no nacidos, a fin de que el Padre derrame Su Gracia y no Su Justicia, y las madres que no han comprendido lo que tenían en su vientre, tengan la oportunidad de volver a amar y de perdonar, así como hoy Yo los perdono y los absuelvo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Esa oración será realizada dos veces a la semana: los días lunes, en honor a los Misterios de la Alegría, por el nacimiento y el renacimiento del Cristo interno en todos los seres, especialmente en las madres del mundo que se deshicieron de sus hijos; y los días viernes, para recordar el sacrificio y el dolor de su Señor por este pecado, tan grande en el mundo, que intenta esparcirse por las naciones como si fuera una nueva moda.
Que la vida espiritual sea respetada para que la vida material sea amada. Que así sea.
Oración del Ángel de la Paz:
Mi Dios, yo creo en Ti... (x3)
Así como Mi Energía transustancia sus consciencias, que estos elementos que fueron colocados a los pies de Mi Altar sean transustanciados para el beneficio de las almas y la Luz en el planeta.
Que así sea.
Padre Celestial, que a todos conduces... (x3)
Por el agua que fue derramada en la Cruz, hoy todos los que serán sacramentados reciban la energía de Mi Gracia, a fin de que esta Gracia se expanda en la humanidad y las almas se sientan atraídas hacia Mi Corazón. Que así sea.
Cuántas Gracias hoy derrama Mi Espíritu sobre todos los que la necesitan, a fin de que encuentren, verdaderamente, la alegría de vivir en Dios.
Bendice Padre, estos elementos, a fin de que sirvan de ayuda a todas las almas y los corazones puedan elevarse en espíritu hacia Tu Reino. Amén.
Que con el mismo poder del Amor que fue ungido por las mujeres de Jerusalén en el Santo Sepulcro, hoy sean ungidos los hijos de Dios, para que encuentren el camino del propósito y de la eterna vida. Amén.
Fray Elías:
Nos ponemos de pie.
Hoy, los ángeles del Universo recuerdan especialmente la Pasión y Muerte de Su Señor.
En este momento y a través de todos estos elementos, del pan y del vino, se vuelve a constituir el gran misterio de este Amor que dio la vida por todos los hombres de la Tierra.
En aquel tiempo tomé el pan y conociendo el mayor dolor que sufriría por el mundo, le ofrecí al Todopoderoso este sacrificio y Él, en Su nombre Trino lo bendijo.
Lo entregué a Mis Apóstoles, diciéndoles que "este es Mi Cuerpo, que será entregado por los hombres para la expiación de todas las faltas".
De la misma manera, tomé el cáliz y conociendo el padecimiento, la flagelación, el calvario y la Cruz, por medio de la Sangre que derramaría ofrecí este sacrificio a Dios, y Él lo bendijo en Su Consciencia Trina.
Y les dije a Mis apóstoles, como a muchos presentes más: "Tomen y beban todos de Él, porque este es el Cáliz de Mi Sangre, de la nueva alianza entre las almas y Dios hasta el fin de los tiempos".
En el nombre de la Santísima Trinidad sean constituidos y transustanciados estos elementos en el nombre del Señor, en el Cuerpo y la Sangre de Cristo.
Padre Nuestro...
Y con el Soplo de Mi Espíritu dejo en la Tierra muchas oportunidades para las almas, dejándoles Mi Corazón como testimonio vivo de Mi Amor, que proviene del Corazón de Dios.
¡Que sean bienaventurados los que serán sacramentados y se servirán del Cuerpo y la Sangre de Cristo!
Hoy, de nuevo les dejo Mi Paz y Mi Paz les doy, para que sean paz en la Tierra y en todas las naciones del mundo.
¡Que el Universo Celestial y el poder infinito del Amor, representado en el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, los bendiga y los colme!
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
En el nombre del bien, de la caridad y de la compasión, se darán fraternalmente el saludo de la paz.
Les agradezco por haberme acompañado estos días, porque ha sido muy importante para Mí.
¡Les agradezco!
Al fin llegué al lugar donde tanto tiempo esperaba.
Lleven en su pecho la señal de Mi Retorno, porque esa señal vendrá del Universo y nadie podrá decir que no la verá.
Vendré para los justos y para los que han sido injustos, y a partir de allí reconfiguraré la Tierra, repoblaré el planeta de nuevos dones, de algo que aún no ha descendido desde el Universo y que llegará cuando Yo retorne al mundo por segunda vez.
Pero para que Me puedan volver a ver en Gloria, primero deben sentirme en su divinidad.
Debo construir lo nuevo en ustedes, debo sembrar lo nuevo en ustedes, para que así estén preparados para recibirme por segunda vez.
Hoy estoy aquí con la alegría del Espíritu de Dios debido a la receptividad de sus almas y corazones, porque por más que no comprendan Mi Misterio, muchos de ustedes se adhirieron a él y eso es lo que permite ampliar la Obra de Mi Misericordia en el mundo.
Mientras les hablo, los purifico. Mientras sienten, Yo los consagro y elevo sus espíritus hacia el Reino de Dios para poder retirarlos de la superficialidad de estos tiempos e ingresarlos de lleno al Reino de Mi Corazón.
Todo lo que han hecho hoy, compañeros, ha servido para que Yo esté aquí entre ustedes, acompañándolos.
Recuerden lo que les dije la última vez cuando estuve en Mendoza: que la Argentina viviría una gran prueba de fe. Esa prueba ya está sucediendo, pero Yo los invito a no coligarse con la prueba en sí sino con su enseñanza, para que puedan crecer interiormente y demostrar al Padre Celestial que están comprendiendo los tiempos definitivos, más allá de los acontecimientos y de las experiencias.
Yo necesito que cultiven dentro de ustedes, el bálsamo perfecto de Mi Amor, el que los llevará a la Divina Misericordia y a la Paz, para que estén libres de cualquier perturbación y agonía, y aprendan a atravesar los tiempos en esta transición final.
Así podrán ser verdaderos instrumentos de la Jerarquía Espiritual, presente en la Tierra, así podrán ayudar a sus hermanos de camino y a todos los que desconocen, para que aprendan a vivir también esta transición final.
Por eso deben recordar su compromiso Conmigo. Aunque hayan creído que nunca lo tuvieron, sus almas hoy los trajeron aquí para recordarles ese compromiso con Mi Corazón Eterno; para cumplir en esta hora, lo que está escrito en el Corazón del Padre dentro del Universo de Su Divina Voluntad.
Mientras Mi Gracia desciende a la Tierra, sus espíritus son elevados al Reino de Dios para que puedan despertar en ustedes los sagrados talentos que Yo les traje hace más de dos mil años; talentos que necesitaré en estos tiempos para llevar Mi Obra a los cuatro puntos de la Tierra.
Que sus espíritus puedan sentir el gozo de este sagrado reencuentro, de poder estar participando del Cenáculo de Mi Amor, en Comunión con Mi Espíritu y con Mi Esencia; Esencia que disuelve los errores y las culpas, los miedos y los fracasos; Esencia que disuelve las dudas y los malos entendidos.
Siéntanse parte de una nueva familia espiritual, aquella que vive en el Universo celestial, porque a pesar de que estén en la Tierra todavía, podrán formar parte de ella en la comunión de sus almas con el Espíritu de Dios, en donde se construye la Sagrada Unidad.
Argentina deberá ser repoblada de valientes ejércitos de la Luz, incondicionales colaboradores del Plan de evolución, que se animen a despertar en sí mismos la Sagrada Estrella de la Hermandad en su interior, para que toda su consciencia esté presente en estos tiempos y participe junto a los comandos de la Jerarquía espiritual en este plan de rescate del fin de los tiempos, que opera silenciosamente, que trabaja de forma invisible en lo más profundo de los mundos internos de los seres.
Que sus consciencias en esta tarde se sigan elevando.
Asciendan de plano la Consciencia de la Argentina para que el plano espiritual sea purificado, no solo en esta ciudad sino en todo su país, en todos sus hermanos, que también son merecedores de la Divina e Insondable Misericordia, porque ellos sufren al igual que ustedes sufren, porque ellos esperan al igual que ustedes, la esperanza.
Que en esta comunión en donde sus espíritus son elevados de plano y de consciencia, se cree este gran círculo de la fraternidad que une los orígenes y los tiempos, las esencias y las almas con el gran Gobierno sideral, el que ha impulsado la manifestación en este plano material y la vida a través de los tiempos.
Que se vuelva a constituir en el espíritu de la Argentina el amor a la vida, para que los que vayan a nacer en los próximos tiempos tengan un lugar de reposo y de amor, de regocijo y de esperanza, así como ustedes lo han tenido.
Eso permitirá aliviar el sufrimiento de Argentina, la crisis social y las incertidumbres en los corazones.
La nueva Misericordia trae la nueva esperanza.
Las ovejas de Dios son llamadas a seguir al Gran Pastor del fin de los tiempos, El que en Su segunda venida al mundo, revelará Su verdadera Faz, así como fue revelada en lo alto del Monte Tabor, a algunos de Mis apóstoles.
El tiempo de la mayor tribulación pasará, pero persistan, vivan en la fe y practiquen la esperanza, a fin de que todo sea trascendido y los espacios más difíciles del planeta sean colmados por la Luz Crística.
Vengo también por los que realmente más necesitan de Mí, para los que esta es su única y última oportunidad.
Tal vez no comprenderán lo que les digo con esto, pero tengan confianza en Mi Corazón Misericordioso, porque la puerta a Mi Divina Misericordia aún está abierta para los que se han condenado de espíritu y de alma.
Yo no vengo a buscar de ustedes lo que es imperfecto. Vengo a despertar en ustedes las virtudes de Dios, para que sus seres superiores cumplan su misión en la Tierra y aprendan a purificarse y a transformarse día a día, sabiendo que la sublimación y la elevación de la consciencia es un trabajo incansable del verdadero apóstol de Cristo.
Si sus vidas se convierten por medio de Mi Amor, si Argentina acogiera Mi Llamado, más lugares del mundo se transformarán, muchas catástrofes se evitarán y no será necesario que las almas aprendan a través del sufrimiento.
Mi Misericordia es inagotable e inextinguible.
A veces no sé donde colocar tanta Misericordia de Mi Corazón en las almas, porque la mayoría no la clama, ni la vive.
Hoy puedo derramar Mi Divina Misericordia, porque ustedes la han clamado, y eso repercutirá en sus vidas hasta el próximo mundo. Así se manifestará la Divina Voluntad y serán partícipes de la eternidad después de esta experiencia en la Tierra.
Son sus espíritus que deben volar hacia lo alto mientras transforman su materia, purifican su mente y elevan sus sentimientos.
Sigan adelante confiando en el afluente de Mi Misericordia y no se cansen de llamar por Mí; porque por más que no esté en el próximo tiempo con ustedes, Mi Omnipresencia se cumple en donde las almas llaman al Señor.
La Consciencia del Hijo de Dios se elevó a los Cielos para seguir adelante con Su Misión y Tarea, para convocar a todos los que se han autoconvocado para el fin de los tiempos, para llevar adelante la Obra del Retorno de Cristo y el descenso de su Divina e Infinita Misericordia.
Crean que en los planos invisibles suceden muchas cosas. Es hacia allí donde deben colocar su atención.
Deben aprender a percibir, deben aprender a intuir lo que está en los planos superiores de la consciencia y todos los tesoros celestiales, que no solo pueden descender en sus vidas, sino también en el planeta.
Por eso no teman abrazar su cruz y seguirme, porque Yo puedo aliviar su cruz, puedo disolver su sufrimiento, transmutar su agonía cuando sus corazones son sinceros con el Mío y se abren, de verdad, a Mis Leyes Divinas, para que sobre la superficie de este planeta se cumpla la Divina Voluntad.
Ahora los invito, compañeros de Argentina, y colocando su mano sobre el pecho, a que sientan y encuentren en ustedes el Reino de Dios, más allá de lo que han vivido y lo que han sentido, de lo que han sufrido o experimentado.
Confíen en el Reino de Dios que está dentro de ustedes y háganlo parte de sus vidas a cada momento, para que ese Reino interior que está en lo profundo de sus esencias se pueda irradiar al mundo entero, y especialmente a su país, merecedor de una Gracia extraordinaria.
Sientan esa Luz que puede emerger desde dentro de ustedes y sientan el Amor de Dios y Su Confianza.
Fortalezcan este momento como el único momento para sus vidas.
Sírvanse del Espíritu de Dios que desciende a través de la Voz de Su Hijo para fortalecer los corazones, para unir a las almas al poderoso Reino de Dios.
Mientras las puertas del Cielo se siguen abriendo sobre la Argentina, sus espíritus son colmados por Leyes cósmicas.
Sientan el descenso de la Luz Divina y la bendición del Sagrado Espíritu de Dios, tan semejante a su Bautismo o a su Primera Comunión.
Arrodillados delante de los Tronos del Padre clamemos por Piedad, Misericordia y Redención, para que más almas sean llevadas al Cielo; para que más espíritus vivan el gozo de permanecer en el Reino de Dios y en Su Gloria, por los siglos de los siglos.
Y ahora que conocen lo que en verdad está dentro de ustedes y es eterno, recuerden su origen, la Fuente de la cual provienen, la Fuente de la cual surgieron para vivir esta escuela de amor y de perdón en la Tierra.
Y por más que tengan los velos en la consciencia, hoy los retiro, para que puedan recordar y nutrirse del Conocimiento Sagrado de las Estrellas; impulso divino que en el nombre de la Luz viene a reconstruir la consciencia planetaria y a curar a los espíritus heridos por los errores del pasado.
Y ahora que Mi Iglesia Celestial se ha presentado en la Tierra; la verdadera Iglesia de Dios que solo vive en el Universo Celestial delante de las Puertas del Cielo, que sus esencias se entreguen y se donen de una forma tan incondicional, así como Yo Me doné y Me entregué por ustedes en la Cruz, sufriendo Llaga por Llaga, gota de Sangre por gota de Sangre, para que triunfara el Amor de Dios.
En ese Amor los invito a sumergirse. En ese Océano Infinito de Amor los invito a permanecer y a vivir, porque será ese Amor Eterno que proviene de la Fuente de la Creación el que los ayudará a seguir adelante, a pesar de lo que suceda o de lo que vivan.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Iniciando esta ceremonia de consagración ante la Iglesia Celestial de Cristo y de las puertas del Cielo, vamos a entonar los nombres de Dios, para que el Cielo descienda a la Tierra por medio del Amor de Nuestro Maestro.
Nos podemos poner de pie.
Cada uno de nosotros en este momento, a pedido de Cristo, en el silencio de su corazón, realizará su ofertorio a Dios, no solo por sí mismo sino por Argentina, y colocará a los Pies de Cristo su petición para que sea contemplada y escuchada por el Padre Eterno.
Que los elementos que el Padre creó para este Universo material sean bendecidos, y sublimen las energías a fin de que se cumpla el Propósito.
Cantan los Nombres de Dios
Hace dos mil años enseñé algo muy simple: era lavar los pies los unos a los otros, para que no solo fueran purificados de su sufrimiento y dolor, sino para que la humildad encarnara en las almas, a fin de poder reconocer la Faz Sagrada de Dios.
Que hoy, los que lavarán sus pies y también purificarán sus almas, puedan reconocer en sí mismos la Faz Misericordiosa de Dios, la que aplaca toda justicia. Amén.
En el río Jordán, Mi Primo Juan los bendecía con agua, pero Yo los bendigo con el Espíritu de Dios, para que sus consciencias se consagren y se eleven en constante sacrificio y reparación.
Que estos elementos sean impregnados por la Luz del Amor, a fin de que el alma se santifique, reencuentre la paz y el alivio que tanto busca. Que así sea.
Cristo llama a una hermana auxiliadora.
He esperado este momento para que recibieras Mi Bendición, porque para Dios todo tiene Su momento.
Quien confía y persiste, reconoce la Voluntad de Dios, forma parte de Su Divina Gracia.
Hoy Mi Espíritu te bendice junto a los ángeles del cielo por tu incondicional servicio a la humanidad.
Hace más de dos mil años Yo les enseñé a compartir el pan para que tuvieran vida eterna. Les enseñé a compartir de Mi Sangre para que aprendieran a purificar sus vidas.
Hoy el Señor del Universo realiza este ofrecimiento por Argentina, para que su propósito se vuelva a restablecer y encuentre en el fin de los tiempos el gozo de vivir en el sublime Espíritu de Dios.
En aquel tiempo tomé el pan, di gracias a Dios y Él lo bendijo. Enseguida lo entregué a Mis Apóstoles diciéndoles: Tomen y coman todos de él, porque este es Mi Cuerpo que será entregado por ustedes para el perdón de los pecados.
Tomé el Cáliz de la Salvación y en aquel tiempo les dije: Tomen y beban todos de él, porque este es el Cáliz de Mi Sangre de la Nueva Alianza, que será derramada por los hombres para el perdón de los pecados. Siempre celebren esto en Mi Memoria, hasta que Yo retorne al mundo.
El Cuerpo y la Sangre de Cristo sean motivo de reparación y de cura en las almas, alegría y esperanza para los próximos tiempos.
Nos tomamos de las manos.
Padrenuestro...
Alabado sea Dios, Glorioso Su Reino. ¡Aleluya, aleluya!
Vamos a repetir:
Alabado sea Dios, Glorioso Su Reino. ¡Aleluya, aleluya!
También Yo les enseñé en aquel tiempo a amar a través de un gesto tan simple pero profundo para la vida del Espíritu.
Hoy en Mi Ascenso a los Cielos les pido que fraternalmente se den el saludo de la paz.
¡Les agradezco!
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Fray Elías del Sagrado Corazón:
Estamos viendo a Nuestro Señor, vestido con una túnica color lila, y en el centro de Su Pecho aparece la bandera de Venezuela. Pero hay un detalle importante en esa bandera que Nuestro Señor está mostrando, tiene estrellas que brillan, así como brilla Su Pecho. Nuestro Señor está muy dentro de Sí, meditando en silencio.
Y sobre esa túnica lila tiene una vestimenta sacerdotal, toda bordada desde Sus Hombros hasta Sus Pies
Él toma con Su Mano derecha un cáliz y con la otra, una pequeña cruz. Sus Ojos son de color celeste y Su Rostro casi pálido, rodeado de una luz dorada. Detrás de Él hay un cielo, tan profundo como infinito.
Él me dice que está sobre el Monte Ávila, en el punto más alto de Caracas. No está solo, está acompañado por filas de ángeles regentes que lo circundan y que también lo contemplan.
Mi Silencio hoy es para los inocentes.
Mi Presencia, sobre ese monte, es para los que Me buscan y no han perdido en sí mismos su esencia divina. Por eso, estoy allí como también estoy aquí, en esta tierra tan apreciada por Mí.
Es así que hoy estoy en dos lugares al mismo tiempo, porque Mi Padre Me lo ha pedido, a través de Su omnipresencia.
Mientras estoy aquí, disuelvo todo aquello que genera el mal, como el caos y la desesperación, la falta de fe, la carencia de confianza y la pérdida del amor.
Hoy ruego por aquellos que ruegan a Mi Corazón, porque sé que es justo que esa súplica y ese pedido sea respondido por vuestro Señor.
Con el semblante que hoy les muestro, semejante al que Yo tuve en la agonía del Huerto Getsemaní, Yo les quiero representar, a través de este símbolo, que es importante mantener la serenidad, la calma y la neutralidad, virtudes que Mi enemigo no conoce, porque cuando esas virtudes están presentes en las consciencias, Mi adversario se siente perdido, como si no tuviera el suelo debajo de sus pies.
La virtud de la serenidad construye cosas positivas. Es como una herramienta invisible que, al igual que la oración, trabaja de forma potente sobre las estructuras negativas y las disuelve poco a poco, hasta que el mal se consuma a sí mismo. En ese sentido, no hay batalla, no hay guerra ni tampoco oposición.
La calma es una herramienta importante que desvanece las ideas que se oponen al Plan de Dios.
La neutralidad es otra herramienta que mantiene todo en equilibrio y no permite que la consciencia se involucre en nada externo. La neutralidad es muy semejante a la paz. No es difícil alcanzarla. Es necesario buscarla, porque cuanto más neutros sean, todo lo que no sea luz se disolverá y encontrarán la fuerza interior para llevar adelante Mis Obras, la obra de la redención de las almas, de la conversión de los corazones y de todo lo que es necesario que alcance la Luz de Dios.
Así, vengo para proteger a las esencias en su camino de transformación. Por eso, cuento a las esencias una a una, para que puedan ser contempladas por Mi Padre, en el esfuerzo que las esencias hacen para vivir Mi Camino Crístico.
Por eso, sobre este Monte Ávila, en lo más alto de Caracas, vengo a construir nuevas bases, que no serán vistas pronto. Así, podrán ser contempladas por todos los que oran a Mi Corazón.
No puede haber voluntad humana que perdure más que la Voluntad de Mi Padre. Ella caerá por su propio peso, porque es una voluntad que no tiene amor, compasión ni misericordia.
De esta forma vengo a demostrar que, así como estoy aquí, estoy con los que Me necesitan, con todos los que lloran pidiendo a Dios Su intercesión.
Estas huestes, que hoy Me acompañan, serán enviadas por su Señor hacia la nación de Venezuela para que comiencen a trabajar en la Operación Rescate. Es algo que no verán en el plano físico, pero confíen en que algo estará sucediendo.
No se queden en lo superficial. Eleven cada vez más sus consciencias por todos los que no la podrán elevar porque están sumergidos en el sufrimiento y en la agonía. Vengo a aliviar esos estados que forman parte de la condición humana, de la propia deuda que debe pagar la humanidad.
No se desconcentren. Estoy haciendo algo arriesgado por los que más necesitan de Dios. Mantengan esa serenidad que les pido y estarán muy lejos de las realidades del caos.
Quisiera que todos los que Me escuchan, en sus hogares y grupos de oración, asumieran junto a su Señor una ayuda humanitaria mayor por todo ese pueblo. No solo les hablo de algo material, sino también de algo espiritual, que se ofrezcan a compartir, Conmigo, lo que pocos comparten: su silencio y oración.
Oremos.
Oración: Padre Celestial (se repite tres veces).
Todos los que se unen durante la adversidad siempre vencerán, porque en la unidad entre corazones y almas existe el amor, la confianza y la esperanza en el Creador. No teman, porque en el aparente horror, Mi Sagrado Corazón triunfará.
Hoy dedico este momento, junto a los ángeles del Señor, a Mis hijos de Venezuela, a todos aquellos que, en esa nación, aún no Me han alcanzado, no Me han sentido o no Me han podido vivir en su interior por el miedo, por la dificultad, por el sufrimiento, por la enfermedad.
Venezuela es un pueblo de esperanza. Venezuela es un pueblo de alegría. En ese pueblo existe la Nueva Humanidad. Venezuela es una nación de hermandad, porque ella es regida por la Madre del Cielo y por todos Sus coros que descienden a ayudar a las almas que sufren.
Hoy libero el sufrimiento, en representación de muchos más. Hoy libero la tristeza de los que ven, a su alrededor, todo lo que causa el dolor.
Venezuela siempre estará viva, porque Dios así lo desea. Venezuela siempre será un pueblo de igualdad, de equidad y de esperanza.
Felices serán los que creen en Mí, porque nunca perderán la paz y serán instrumentos que irradiarán al mundo el amor que el mundo tanto necesita.
Hoy quiero que cantemos por Venezuela, Siria, Turquía, Brasil, Egipto y por todos los que esperan que alguien ore por ellos, así como ellos oran por los que desconocen.
Cantemos.
Fray Elías del Sagrado Corazón:
Agua bendita.
El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, bendigan a Venezuela y a todos los que claman al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, por la Paz. Amén.
Santifica Señor, todo lo que Tus hijos Te ofrecen y que surge de los corazones que claman por igualdad en estos tiempos.
Que los rostros de Mis hijos, cuyos nombres son colocados a los pies de Mi Altar, sonrían al universo, porque su libertad está próxima. San Miguel Arcángel dejará Su espada de liberación en Venezuela. Que así sea.
Hoy sus corazones estarán más aliviados, encontrarán en ustedes lo que tanto buscan hace tiempo.
El Señor bendiga las intenciones de los que aman la Justicia divina, suprema e infinita. Amén.
Que su pueblo sea ungido por la redención y así, encuentre la paz.
Que, en esta Cena que hoy celebro con ustedes, todos se alegren, que se viva la cura del corazón. Que Mi hoy Sangre los lave. Que hoy Mi Cuerpo los fortalezca. Que todos sientan en su interior la gran oportunidad de amar, más allá de sus vidas y de sus consciencias.
Cantemos junto a los ángeles.
Fray Elías del Sagrado Corazón:
Cantemos junto a los ángeles.
Nos ponemos de pie.
Hoy uniremos a los pueblos, a las culturas de todos los que buscan la paz y la esperanza en estos tiempos. Invito también, compañeros, a que todos los que Me escuchan imiten este ejemplo de hermandad.
El Amor de Dios siempre vencerá porque es un Amor que crece, que se cultiva y se regenera en todos los que creen en él.
Que la Fuente de este Amor misericordioso llegue a los seres de todo el planeta, especialmente a los que más lo necesitan.
Que este Amor traiga la esperanza, la unidad y la alegría de estar en Dios, eternamente. Amén.
Yo los bendigo, por la autoridad que Me ha concedido Mi Padre, especialmente a Venezuela, regenerando en ese pueblo la alegría y la esperanza de seguir confiando en Dios hasta el fin de los días, hasta que Yo venga al mundo por segunda vez. Que así sea.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Quiero que, mientras Me elevo, sigan cantando para que esta súplica sea colocada en el Corazón de Dios. Amén.
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más