APARICIÓN DE CRISTO JESÚS DURANTE LA SAGRADA SEMANA, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Veneren y adoren al Señor Crucificado.

 

Por los martirios soportados,
por los dolores transmutados,
por la victoriosa Misericordia alcanzada,
Cristo Redentor, libéranos de las amarras.
Amén.

(x 3 veces)

 

Hoy vine aquí, mostrando Mi Costado para el mundo, desde donde brotó lo más insondable para todos y desde donde sigue brotando para toda la humanidad, hasta los últimos días de la Tierra.

Vean al Señor en recogimiento, preparando su momento para poder resucitar en más corazones que están muertos y que no me viven.

Vean al Señor junto a Sus Coros, penetrando los abismos de la Tierra a través del recuerdo de Su Crucifixión, para la salvación de la humanidad y la liberación de todos sus pecados.

Vean, a los pies del Sepulcro, a los Ángeles Custodios en adoración, para que pronto retorne el Hijo de Dios hacia la humanidad.

Los invito a todos a venerar Mi Cruz como una victoria, como la realización  de la Obra del Altísimo en aquellos que saben distinguir los prodigios del Mesías, de su Señor.

A Mi derecha, el Arcángel Metatrón, disipando hoy los abismos del mundo y a las tinieblas que abrazan a los corazones dormidos.

Su Fuego violeta todo renueva.

Su Luz ilumina lo que está oscuro, en unión al Hijo Predilecto, su Señor Jesucristo.

Dejen, compañeros, que esa llama se vierta en sus consciencias y almas.

Llamo a los que se han consagrado a Metatrón para esta tarea planetaria de liberación.

Vean los Aspectos de Dios manifestados en Resplandecencia y Luz sobre el mundo.

En esta hora de crueldad humana y de profunda indiferencia, retiren de sus corazones cualquier desunión con ustedes mismos, o con sus semejantes.

Dejen que este Fuego de Metatrón descienda en sus espíritus para que los purifique y los eleve a Mi Reino.

Vean la lanza ardiente de Metatrón en Su sagrada mano, que decreta los poderes del Cielo y los unifica con todas las almas.

Vean ese Fuego Solar y violeta que desciende sobre el mundo, en esta hora de conflicto y de falta de Paz.

Vean los prodigios que el Santo Padre Metatrón realizó a través de Mi Cruz contra los demonios del mundo y las bestias infernales que sucumben a los corazones perdidos.

Él es el transformador de la materia corrupta.

Él es el fuego que sublima las fricciones entre los corazones.

Él es el Unificador del pensamiento entre  las consciencias y el Patriarca de los elegidos.

Él es el portador del mensaje universal de la Llama Trina, el fuego incandescente del fuego liberador de todas las formas.

Hoy vean a Mi Cruz como una gran victoria y no como un fracaso, como muchos lo creen en la inmensidad de su ignorancia.

Vean al Hijo de Dios en el Sepulcro siendo exaltado, restaurado y transfigurado por los ángeles de la Luz y las legiones de los Padres Creadores que vivieron este Misterio junto Conmigo durante Mi Muerte y aun, cuando descendí a los infiernos para desterrar a los ambiciosos, a los perseguidores e infieles a la Ley.

¡A cuántos Yo retiré del abismo durante Mis días de sepultura!

Mientras Mi Padre Me tenía en brazos y mientras las mujeres santas oraban  en adoración a las afueras del Sepulcro, no dejé de trabajar por el mundo ni un solo minuto, esperando Mi Resurrección en el silencio.

Repitamos:

Arcángel Metatrón,
Patriarca y Portavoz del Fuego Divino,
trasciende la materia en liberación.
Amén.
(x 3 veces)


Fray Elías del Sagrado Corazón:
Jesús dice ahora  que tenemos que hacerlo con un poco más de fe interior.
 

Arcángel Metatrón... (x 6 veces)

Y así, compañeros, podrán liberar los malos espíritus que corroen a las almas y a los corazones dormidos que aún no aceptan a Dios en el verdadero testimonio de la resurrección de Su Hijo y de Su segundo retorno al mundo, en el momento más crucial de la humanidad.

Cuando sientan falta de fe imploren y decreten, por esa oración, al Arcángel Metatrón, el Padre que transforma a través de Su Fuego Divino y que eleva a las almas por medio de la liberación.

Así podrán ver, queridos compañeros, cómo la Obra de los Padres Creadores es única y Omnisciente, cómo todas esas sublimes Consciencias intercedieron durante Mi Pasión por la salvación de los pecadores y de todos los mortales.

¿Cuál fue el gran misterio que reveló el Sepulcro durante los tres días en un profundo silencio? Fue la liberación que el Amado Hijo de Dios, Jesucristo, junto a Metatrón y Miguel realizaron de todos los infiernos de la Tierra por un ciclo de dos mil años.

Y aunque el mal aún esté presente en los corazones y en la superficie del planeta, deben creer, compañeros, que su cautiverio terminará y que su libertad estará  cerca, para el próximo mundo.

No esperen ver resultados con prontitud, pero sí, sacrifiquen sus vidas para que la Nueva Tierra pueda nacer en la victoria y el triunfo de Mi Sagrado Corazón.

¡Cuántos ángeles del Cielo hoy visitan sus moradas y las moradas de sus hermanos que hoy no están aquí, pero sí presentes en Mi Corazón Sacratísimo!

Tomen su cruz con coraje y valentía, y trabajen todos los días por su redención, así como Yo se los he enseñado amorosamente por medio de la paz, la compasión y la misericordia.

No sean más indiferentes con sus semejantes.

Quiebren y rasguen sus estructuras para que el verdadero espíritu del Cristo interior pueda nacer cuando Yo ya no esté más aquí, entre ustedes, dirigiendo Mis Palabras para el mundo.

Sean consecuentes con el Universo, y vivan su cruz como una perfecta alegría de poder servir a Dios hasta el fin de sus días.

Al menos, compañeros, háganlo por Mí y no me fallen.

Esta Obra, que hoy reúno en ustedes y entre ustedes, fue escogida por Mí con mucho amor después de Mi Pasión, de Mi Resurrección, de Mi Aparición a través de los tiempos y de la revelación de Mis íconos Sagrados de la Faz de Mi Misericordia y de Mi Gloria hasta los tiempos de hoy.

En este presente, la Obra continúa en unión a su Santísima Madre María.

Si ustedes compañeros, no apoyan este Plan, ¿quién lo cumplirá?

Nosotros venimos del Cielo con Metatrón para traerles la Gracia y la Piedad.

Ustedes, remanguen sus vestimentas y trabajen en los caminos que Yo construyo para que la Obra se cumpla, así como está previsto en el Corazón de Dios.

Si la Obra no se cumple en cada parte del mundo que nosotros amorosamente visitamos, ¿cómo se salvará la otra parte de la humanidad y despertará?

Podría enviar millones de ángeles para el despertar de los corazones sin su ayuda, pero, ¿cómo, compañeros, serán Cristos en colaboración al Plan de Mi Padre? 

No se olviden de todo lo que están recibiendo.

Deberán dar testimonio y juicio en el último día de la Tierra, y así sabrán que Yo he dicho la verdad y que aún separaré la paja del trigo.

Manténganse firmes, en oración y vigilia Conmigo, porque al fin verán su gloria en el Paraíso.

Incienso...

Padre Nuestro en arameo.

Y ahora purifiqué sus faltas para que, renovados por Mi Espíritu, carguen con la cruz de la redención y de la paz, que traerá la oportunidad para muchos corazones de la Tierra en la constitución que Yo hago y en la efusión que Yo construyo a través de esta Orden, con Mi Espíritu Sagrado.

En Presencia Amadísima del Arcángel Metatrón, entonemos Su nombre sagrado, para que Sus legiones auxilien y acudan a los corazones más necesitados, en esta hora de la Pasión del Señor en lo alto del calvario espiritual de todo el planeta.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

A pedido de nuestro Señor Jesucristo nos ponemos de pie.

Quien tenga  cruz, de los peregrinos presentes, el Señor pide que coloque esa cruz sobre el pecho para que Él la pueda bendecir también, en la Presencia de Metatrón, mientras cantamos e invocamos Su nombre.

Vamos a cantar Kodoish melódico y cuando el Señor diga, Nuestro Señor, comenzaremos a cantar.

Kodoish...

Metatrón...

Kodoish...

Que este recuerdo nunca se borre de sus vidas, y deben saber que cuentan con una intercesión divina que viene en auxilio de la humanidad en esta época, al igual que los demás Padres Creadores.

Que la confirmación de su cruz sea la entrega absoluta al Creador para esta sagrada tarea.

En nombre de los Cielos, den la paz para el mundo, Yo los bendigo a ustedes, a sus hermanos, familiares, necesitados y a todos los objetos sagrados que representan la presencia de la fe en los corazones.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

 

Jerarquía Divina de Ángeles y Arcángeles... (x 3 veces)

 

Este es el aceite de la simplicidad para los que viven la consagración monástica a Mi Corazón.

Hoy a todos señalaré con una cruz para que el Padre, en Su Misericordia, a pesar de lo que suceda en el fin de los tiempos, los recuerde y los ayude.

 

Canción: "Cristo del Calvario".

¡Gracias Señor por cuánto nos das!

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Canción: "Escúchame, Redentor"

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS DURANTE LA SAGRADA SEMANA, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Mientras estoy presente, recapaciten en todo lo que Yo les dije en estos últimos días, y  definan sus vidas en Mi Corazón Misericordioso, que se abre como manantial inagotable para las almas sedientas del Amor de Dios.

En este día los preparo para mañana, en Mi última Cena, donde reviviremos el gran misterio de Mi Divinidad y de Mi Agonía, antes de la Pasión.

Mi Corazón se ofreció completamente por cada uno de ustedes, y Él, nada perdió.

Estoy ante ustedes como ante el pueblo de Dios, que se reúne como un solo rebaño para recibirme en esta Semana Santa.

Ya ungí sus pies, bendije sus cuerpos, purifiqué una parte de sus vidas y los acerqué aún más al Corazón de Mi Padre, para que siendo renovados por Mi Espíritu, puedan sobrevivir en esta transición que se aproxima, la cual deben amar aunque no la comprendan ni la conozcan, porque el mundo tiene que purificarse, compañeros, para así poder encarnar una nueva humanidad, y escribir una nueva historia en los libros sagrados del Cielo, a través de este cenáculo que hoy viviremos y de esta bendición que propagaremos para la bienaventuranza de todos.

Eleven nuevamente sus intenciones para que Mi Padre las pueda escuchar, y así, contemplar en Su Misericordia infinita todas las necesidades de Sus hijos en el mundo entero.

Ustedes saben, compañeros, que hay almas que sufren más que ustedes en esta hora planetaria; por eso la obra en la que están todos ustedes debe tener una continuidad, y no vacilar.

Mi Santa Madre les entregó las bases para realizar esas obras, basada en la integración de la fraternidad y en la unidad de los seres de la Tierra que se congregan en Mi Nombre para servirme, y así, servir a Mi Padre que está en los Cielos.

No quieran nada para sí, sino todo para los demás, así encontrarán su libertad en la donación simple de las cosas, y en la expansión absoluta del amor de sus corazones.

¡Ay, amigos Míos! Cómo me gustaría que Me escucharan muchos más, así como Me escuchan ustedes con el corazón abierto, y con la preparación que Yo les imparto para vivir el fin de los tiempos.

No dejen su trabajo espiritual para atrás, nunca lo permitan. Caminen en confianza hacia Mi Corazón y así podrán vivir todos los días la renovación espiritual de sus seres internos.

Ahora Yo les mostraré un ejemplo[1]:

Este es el mayor secreto de Mi Amor por el mundo.

Esta es la revelación perfecta del Amor de Dios para con todas sus criaturas.

Quien la contempla se salva.

Quien la interioriza, encuentra la liberación de su espíritu de todas sus formas.

Quien ama al Santísimo revive Mi Pasión y la abraza como su trabajo interno.

Esto fue, compañeros lo que Yo entregué para los doce y para toda la humanidad.

En el plano material, Yo les muestro Mi Presencia.

Dichosos de aquellos que creen en eso y lo viven permanentemente.

Este es el portal por donde ustedes pueden pasar todos  los días y dejar para atrás sus costumbres y hábitos mundanos para elevar sus espíritus, lo que los liberará.

Quien cruza a través de esta Santa Custodia hacia el Reino de Dios, se fortalecerá y nunca se sentirá perdido.

Esta es Mi Expresión de Amor por el mundo y se los repito, para que lo  puedan sentir como verdadero y puro.

Aquí esta Dios presente con toda Su Conciencia, pequeño y semejante a ustedes, vivo y resplandeciente, como los corazones humildes.

Este es el símbolo de Mi Patriarcado, este es el emblema para  Mis legiones, para los adoradores de Cristo y de Su Santa y Viva Faz.

Este es el alimento para los hambrientos.

Es la luz para los que están en la oscuridad.

Es la solución para las dudas, la claridad para las incertidumbres, la fortaleza para los que están ciegos y no Me pueden ver.

¿Quién querrá adorarme así como los ángeles Me adoran,  todo el tiempo?

No Soy algo desconocido para ustedes, por eso encarné en el mundo y les di el mayor testimonio de Dios para toda la humanidad.

El día miércoles, después de haber vivido Mi mayor agonía por amor y de haber soportado todos los pecados que hasta los días de hoy las almas cometerían por ignorancia y perdición, antes de la última cena, Me retiré en el silencio del corazón.

Yo vengo a revelarles, compañeros, esa luz que Yo Soy, para todo el Universo, ese símbolo salvador para las almas que buscan la salida y que no encuentran en su camino ninguna verdad.

Vean al Hijo de Dios resplandeciente en este Misterio, previo a Su Pasión del viernes.

Cuánto amor se reflejó para cada uno de ustedes en aquel tiempo, y aún está vivo a través de los corazones y de todas las generaciones que viven a Cristo en su interior.

Este es el compromiso de todos los adoradores que quieran asumir en sus vidas el equilibrio del planeta y de la humanidad, en este tiempo de caos: Adorar al Santísimo Cuerpo de su Maestro hasta los últimos días de la batalla.

¡Cuánto amor hay para derramar a través de este Santísimo y de este símbolo de paz!

¡Cuántos corazones podrían ser aliviados, si solo Me miraran con simplicidad y devoción!

No vengo a instaurar almas fanáticas, sino espíritus en permanente contemplación y elevación hacia lo alto; espejos de Dios vivos sobre la superficie de la Tierra que retransmitan a través de sus almas los impulsos Divinos de este santo símbolo: ser espejos de la paz, ser luz entre la oscuridad y las tinieblas, ser amantes de Mi Amor Misericordioso y Pacífico.

Asuman en sus vidas este legado, porque hay almas que han venido a este mundo para realizar esta, Mi Voluntad, de adorarme todo el tiempo.

En la mesa de la última cena instituí este Principio de Dios en el mundo y para todas las criaturas.

Mi Corazón se entregó por ustedes, y se ofreció como una gran eucaristía viva de carne, sangre y agua, para que las almas pudieran salvarse bajo la intercesión  de su Señor.

Y hoy impongo aquí, compañeros, la bendición de la Santísima Trinidad sobre este arquetipo, este símbolo de paz para el mundo.

Quien camine detrás de él será una chispa para el mundo, resplandeciendo en los abismos.

Quien viva por Cristo encontrará la paz y nunca perecerá, cuando su confianza sea más grande que sus miedos y que todas sus pruebas.

Ahora hijo, muestra al mundo lo que Yo Soy.

Dejen depositado en este símbolo sus aspiraciones; en verdad nunca los abandonaré, porque quien está en Mi nada teme y tendrá vida eterna.

Los bendigo, hijos, con Mi Luz y con Mi Paz.

Coloquen sus rostros sobre Mi Corazón resplandeciente y sientan el amor que los conforta en esta hora de entrega y de renuncia por el mundo.

Ustedes se consagraron a Mí, y Yo Me complazco por eso.

Ustedes dijeron que sí y Yo los acepto, en imperfección e inmadurez, porque no veo sus miserias, compañeros; solo veo todo lo que el mundo puede dar cuando caminan en la trascendencia y se confirma en la fe de servir a Dios hasta el final.

En el nombre del padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Y aun cuando estoy presente, espero que sepan contemplarme en la continuidad de su amor y de su devoción por Mí, porque lo único que deseo, compañeros, es la redención de sus vidas y la pacificación de sus corazones, en ustedes y en sus semejantes.

Elevemos al  Padre del Cielo este ofertorio de hoy, que acoge Mi Corazón Misericordioso, y sientan la paz, solo la paz de vivir en Dios.

Quien está en Dios, nada teme
Quien está en Dios, no retrocede,
Quien está en Dios vive del amor de Dios,
Esta es la fuerza de hoy.
En Dios, en Dios, en Dios. Amén. ( x3)

 

Incienso.

En la oferta del incienso, compañeros se encuentra la purificación del espíritu y del alma, y de cada parte de los cuerpos que se alinean con la luz para elevarse.

Agua,

El agua es el símbolo de la purificación de toda la materia, es la castidad de Dios manifestada a través de este elemento sagrado, es el bautismo para todos los que deben renovarse.

Aceite.

En el aceite se encuentra el remedio para los enfermos de espíritu, la renovación por obra de la Gracia, y los objetos sagrados que dibujan la elevación de las almas por medio de la contemplación y de la adoración, son la conexión perfecta para los seres.

Instituyo el código de Mi Divina Sangre.

A través de MI Cuerpo instituyo la esencia de Mi Alma glorificada.

Segundo día de intenciones bendecidas por Mi espíritu.

Se recita el Padre nuestro en arameo y se leen y responden algunas intenciones.

En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

 

A pedido de Cristo y por todas estas intenciones escucharemos “Páter Noster”

[1] Fray Elías pide que traigan el Santísimo.

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO DURANTE EL SAGRADO LLAMADO, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Contemplen Mi Gloria. Cuando Yo estoy presente todo es perfecto y nada hiere.

Hoy, les ofrezco nuevamente la cruz del mundo para que la carguen Conmigo en esta Sagrada Semana que se aproxima; porque después de tantas Gracias todo ya es diferente y nada puede ser igual.

Hoy, están aquí por Mi Misericordia, que es la Misericordia de Dios; la que los ha reunido a través de Mí y alrededor de Mí, para honrarme.

Hoy, estoy con ustedes y estoy con el mundo, con las necesidades de cada corazón y de cada alma, sin dejar de atender  las peticiones de Mi Padre, para que se haga Su Voluntad.

Hoy, les muestro las llagas de Mis Manos para que las veneren durante toda esta próxima semana, donde daré señales precisas para estos tiempos finales, para que las almas continúen en Mi camino y en ascensión a Mi Sagrado Corazón.

Yo sé que es difícil vivir el caos del mundo, el caos de las almas y de las consciencias que se resisten purificar. Pero no puedo hacer más nada.

Sus corazones y el corazón de sus hermanos debe estar abierto para que Yo pueda obrar y así ayudarlos hasta el final. Porque es la Voluntad de Mi Padre que vivan en Mi Gracia y es el sentimiento de Mi Corazón que se regocijen en Mí todos los días de la vida, para que así conozcan Mi Voluntad, que es invisible ante sus ojos y perceptible para la intuición de los puros.

Yo necesito alcanzar en ustedes la santa humildad, la pacificación, la entrega y la mansedumbre. Pero sé que todo es por grados. Deben alcanzarlo a través del esfuerzo y de la dedicación que viven por Mí Corazón y por la Voluntad de Mi Padre que está en el Universo y que siempre los contempla con mucha compasión. Porque si de Él no brotara la compasión por ustedes y por las almas del mundo, ya no habría humanidad.

La tónica de estos tiempos es la intercesión de los Sagrados Corazones, de María, de San José y de Mi Corazón, de lo contrario nada sería posible, compañeros.

No vengo aquí para traerles decepciones sino la verdad; verdad que deben amar todos los días para poder alcanzarla y para que sus corazones sean cristalinos al igual que el Mío, sin soberbia, sin negación, sin indiferencia.

Deben persistir como Yo persistí por ustedes en la Cruz.

Deben madurar en el amor, como Yo entregué el Amor de Dios por ustedes en cada etapa de la Pasión, así como Mi Madre entregó el Amor por cada uno de Sus hijos que negaban y rechazaban al Rey del Universo.

Necesito que en esta Sagrada Semana, sus corazones vivan en humildad Mi Pasión. Que sientan Mi Pasión como la gran victoria y como la gran promesa para aquellos que aún no han despertado y que se separan de Dios día a día.

Necesito, compañeros, que a través de esta Sagrada Semana vivan Mi Pasión, para que sus almas confirmen que Yo estoy aquí presente todavía acompañándolos, así como también Yo acompaño a aquellos que más necesitan en esta hora aguda del mundo.

Necesito, compañeros, que en esta Sagrada Semana no solo vean Mi sacrificio, sino la victoria del Arcángel Miguel a través de Mi Corazón y de Mi Consciencia, que en el momento más culminante dejó Mi Ser para que Yo Me cristificara, así como en estos tiempos Yo los invito a vivir la cristificación del corazón a través de la entrega y de la oración perpetua.

Si no hubieran almas como ustedes en el mundo, así como hay otras almas que aman Mi Corazón insondable y misericordioso, Yo ya no estaría aquí y eso no sería una negación porque no tendría dónde derramar Mi Gracia y Mi Misericordia sobre aquellos que la claman de verdad por sus hermanos y por toda la humanidad, como por los Reinos menores creados por Dios, vuestro Señor, vuestro Padre Eterno.

Así Yo necesito, compañeros, que en esta Sagrada Semana, multipliquen Mi Misericordia por todos los lugares donde vayan y que ella se multiplique aún más cuando se retiren de aquí, de este Centro sagrado, después de haber recibido Mi impulso espiritual de amor y de compasión.

No necesito que se martiricen con Mi Pasión. Hubieron mujeres santas en el pasado que vivieron eso por Mí a través de los tiempos y sobre todo al lado de Mi Cruz, junto a María, Mi Madre.

Yo los invito, compañeros, en esa Sagrada Semana a ser santas consciencias que veneran Mi Sagrado Corazón a través de la Pasión y de la cruz y de cada paso que Yo di por ustedes desde la última Cena hasta Mi resurrección.

En esos pasos que hoy Yo les encomiendo meditar día a día, encontrarán la fortaleza para estos tiempos, la fuerza interior para superar sus problemas, la disipación de todas las dudas y de la falta de confianza al Corazón del Creador.

Necesito, compañeros, que revivan Mi Pasión por aquellos que no lo hacen y sobre todo por aquellos que nunca lo hicieron y que menos Me conocen en las diferentes partes del mundo, por vivir su propia idolatría.

Eso pesa para Mi Corazón, porque Yo vengo con Mi Gracia para todas las almas, para todos los que a pesar de todo continúan en Mi camino, como es en el día de hoy ante Mi presencia.

Así verán, compañeros, cómo es la Misericordia de Mi Corazón, cómo es el sustento y el apoyo que Yo puedo dar para sus espíritus cuando confían en Mí y lo decretan.

Yo no solo les traigo la revelación de Mi Gracia sino también la presencia de Mi Gloria celestial alcanzada después de Mi ascensión al Universo, a las moradas de Dios.

Necesito que se purifiquen en Mi confianza y que acepten la tarea que Yo, con tanto Amor, les he encomendado para estos tiempos desde el principio de sus nacimientos.

Así como Mi Corazón infinito agradeció el apoyo de Mi Santa Madre durante la Pasión y desde el principio de Mi vida en este mundo por cada uno de ustedes, así espero, compañeros, que  ustedes agradezcan a sus madres por su existencia y presencia en este momento tan especial Conmigo. ¿Qué sería de ustedes sin sus madres?

Aunque sus madres no parezcan lo que ustedes desean, ellas son el modelo perfecto de la transformación para sus corazones y vidas. No podrán seguir caminando en Mi sendero sin antes recordar a sus madres por todo lo que han dado, aunque hayan sido errores, pruebas o conflictos.

Dios, a través de sus madres, quería quebrar sus corazones endurecidos para que sintieran el verdadero amor que nace de la maternidad de todas las santas mujeres que conciben ante la Creación y dan a luz, como Mi Madre dio a luz por cada uno de ustedes.

Necesito que amen la fuerza maternal y que no la rechacen, porque en la fuerza maternal se encuentra la salida a las posibles dificultades del camino.

Entre Mi Pasión para esta Sagrada Semana y el espíritu de la maternidad, encontrarán dos grandes puertas para alcanzar también el perdón y la reconciliación entre sus seres queridos.

No necesito, compañeros, que juzguen sino que amen lo que Dios les entregó a través de sus madres y también de sus madres espirituales que Yo he colocado en el camino, para trabajar el sendero de  perfección y de santidad en ustedes.

Descubran en el misterio de Mi Pasión y de la maternidad el camino para la conversión y para dar los pasos en la simplicidad del espíritu y del alma que se dona al Padre celestial, abriendo su corazón y comprendiendo todas las cosas que llegan a la escuela del aprendizaje.

Les dejo en esta noche, compañeros, el símbolo de las llagas de Mis Manos, de las Manos que se donaron por ustedes, de las Manos que curaron, que sanaron, que multiplicaron los panes y los peces, de las Manos que derramaron gracias y prodigios, que resucitaron a los muertos, de las Manos que hicieron levantar a los paralíticos, que curaron a los ciegos y que redimieron a los corazones endurecidos por su propia voluntad.

Estas son Mis Manos, las Manos de Dios a través de Su Hijo amado, que nuevamente para esta Sagrada Semana se donan a ustedes y al mundo para santificarlo por la efusión del Espíritu.

Que sus manos imiten Mis manos. Que sus seres se donen en confianza y sin resistencia, porque Yo conozco, compañeros, la pasión de cada corazón, la pasión interior, los miedos y las incertidumbres.

Espero que en cada uno ustedes y de sus hermanos, Yo pueda hacer brotar lo que vengo a buscar hace tanto tiempo y después de tantas veces y de tantos intentos.

Ahora, compañeros, que saben todas estas cosas, anímense a dar el paso y a no retroceder, porque Mis pies caminan descalzos frente a los suyos, marcándoles el camino hacia la paz y la transformación.

Un pedido más para los que escuchan Mi voz. Quisiera verlos arreglados y limpios todos los días para recibirme. Así como Yo mandé a bañar a los pozos de Betsaida, de Samaria a los enfermos para que se purificaran, Yo los invito a prepararse todos los días para el encuentro Conmigo a las tres de la tarde, en armonía y orden, interior y exterior. No necesito que se embellezcan por Mí, sino que comprendan y sientan la importancia de la ceremonia en cada detalle, porque eso forma parte a la Ley de la Jerarquía.

Y ahora, compañeros, en esta víspera de preparación que sus  corazones ya pulsen y sientan la Sagrada Semana latiendo en su interior como una llama viva que se moldea y se prepara para recibirme en confianza.

Y la síntesis de toda esta Sagrada Semana que viviremos por una humanidad enferma, separada e indiferente; por aquellos que no pueden vivir esto Conmigo y que aún no lo conocen, les recuerdo el misterio infinito del sacramento de la Comunión, del pan hecho carne de Cristo y de la Sangre preciosa del Maestro como fuentes de salvación y conversión para las almas que comulgan en la fe con la divinidad de Mi Espíritu ante el Padre Universal.

En gloria a Dios por esta gracia concedida para realizar la Sagrada Semana aquí, y en espera de todo el Cielo, que su colaboración sea eficiente para los próximos encuentros en esta orden material de la obra de la Jerarquía.

Espero que Mis Gracias no caigan en vano, sino que sean la multiplicación permanente del servicio y de la donación por esta obra redentora y corredentora junto a Mi Madre y San José.

Espero que sus corazones, compañeros, despierten a la importancia de la colaboración en este proyecto de los Mensajeros Divinos en este plano material. Eso definirá después de esta Sagrada Semana la continuidad de ese proyecto sagrado de conversión y de paz para el mundo.

Que cada uno cumpla con su parte para que así se manifieste la Voluntad de Dios.

Mi último pedido, compañeros: recen por los corazones que se cerraron. Deseo ver en estas cuentas la persistencia de los consagrados. Que cada cuenta que oren represente la oportunidad y la gracia para una nueva alma que debe ser rescatada por la trinidad de los sagrados corazones.

En este sacramento, compañeros, Yo les dejo el modelo para su conversión, para que sean pacificadores, mansos de corazón y humildes de espíritu.

Yo les agradezco, compañeros, por compartir este momento Conmigo en nombre de la Luz y de la Redención.

Y así a los presentes Yo los bendigo preparándolos para vivir este sagrado momento Conmigo, en esta Sagrada Semana que se aproxima, donde los Cielos estarán abiertos durante siete días sobre este lugar para que las almas se eleven en espíritu a través de Mi Corazón a la Casa del Padre Celestial.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.


Fray Elías del Sagrado Corazón:

Vamos a cantar, a pedido de Cristo, “Pacificadores de Cristo Redentor”.

Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS DURANTE LA 32ª. MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Mientras las almas Me viven, sus corazones se encienden en Misericordia y eso es algo verdadero, eso es algo que Yo siempre busco de todos los corazones de la Tierra.

Hoy Me muestro a ustedes en Gloria.

Así como Yo Soy en el Cielo, así Yo Soy ante Mi Padre, quien merece gloria y alabanza.

Hoy vengo de un lugar del Universo muy especial, hacia donde podrán ir, algún día, después de que se cumpla Mi Obra en esta humanidad.

Quisiera que hoy no solo contemplaran Mi Corazón, sino también que lo sintieran aquí, presente entre ustedes, comulgando con la esencia de la unidad y de la hermandad entre todos los espíritus de buena voluntad que, a través de los tiempos, se congregan para escucharme, así como una vez Me escucharon en Tierra Santa.

Por eso, Mi Padre los ha colocado aquí, en esta parte del planeta, para que volvieran a vivificar Mis Principios de instrucción y de transformación.

Hoy sí puedo extender Mi Mano sobre ustedes y posarla sobre sus cabezas, como lo ha pedido Mi Madre en Sus oraciones perpetuas.

Hoy sí puedo decir que el Amor de Dios vence y que todo lo transforma, cuando Él es reconocido de verdad, por las almas que lo claman sinceramente.

Hoy, Mi Gracia se aproxima al mundo oscuro para volver a iluminarlo en Mi Espíritu; en Mi Espíritu de Paz y de Misericordia.

Pero hoy, compañeros, no solo estoy con ustedes sino también con aquellos que abren sus corazones y sus hogares para recibirme en esta comunión espiritual, con el Corazón que los ama permanentemente, sin restricciones ni condiciones; con el Corazón que sufrió por ustedes los martirios de la Pasión y de la Cruz; y  que, en el momento culminante, dijo: Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen.

Pero hoy no quiero que piensen quiénes fueron en ese momento, sino que Me vivan en este eterno presente, del cual Yo los hago partícipes, a cada nuevo encuentro.

Hoy, muchos de los que están aquí representan a las naciones del planeta, sus deudas y sus compromisos. Yo necesito, compañeros, que sus corazones sean Mis misioneros de la paz, como lo han sido los que Me han servido en Medio Oriente, en medio de la tribulación y del caos, confiando plenamente en los pasos de Mi Santa Madre, que se regocija en los corazones que aman Mi Corazón y  Mi Misericordia.

Hoy, vengo a entregarles lo que necesita el mundo para este último tiempo, que es el Amor de Dios que debe renovar todas las cosas y que debe redimir a los corazones que aún están cerrados a Mi Llamado.

Pero Yo espero, como esperé en el Huerto Getsemaní, en la absoluta soledad del Corazón y de la Consciencia, con la asistencia suprema de los ángeles del Cielo, que consolaron Mi ofrecimiento en la Cruz y en la Pasión.

Ya no los quiero ver dormidos.

Mis Palabras son códigos de vida para todos.

Mi Amor es el bálsamo para sus espíritus, es la consolación para las almas, es la cura profunda para los que se han herido con sus propias acciones.

Pero sepan, compañeros, que aún no puedo retornar en Gloria, porque los corazones que Yo he escogido deben estar preparados para recibirme en ese momento, para poder reconocerme y abrirme las puertas de sus almas, para abrazarme fuertemente y saber quién Soy.

Quisiera que no solo Me pudieran  ver, sino que Me reconocieran cuando fuera el momento, ustedes y sus hermanos del mundo, que aún duermen en el sueño de la ilusión, de la realización personal y del poder propio.

Hoy estoy aquí, en Gloria, ante los corazones que Me han dicho “sí” a la redención. Por eso, iré primero a bendecirlos con Mi Espíritu, que es el Espíritu de Dios, que ilumina a todas las formas y exalta los buenos sentimientos de las almas que se reconcilian con Dios todos los días de la vida.

Ustedes Me adoran, Me esperan y Me aman. Yo también los espero, también adoro lo verdadero que son y amo lo que en verdad existe en ustedes, que es lo más bello que Dios creó para este Universo: la Unidad.

Si sus corazones no estuvieran unidos cuando Yo ya no esté aquí, presente entre ustedes, ¿qué harán?

¿Cómo Me esperarán cuando Yo golpee la puerta de sus moradas?

¿Cómo transmitirán Mi Palabra a los que la deben escuchar en esta hora tan aguda?

No tienen por qué perturbarse, eso es cosa de Mi adversario.

Quien acongoja su corazón es porque no Me ama, o aún no sabe cómo vivirme; pero si Yo vengo en Gloria para los que Me corresponden y para los que aún deben despertar en cada parte de esta Tierra, ¿qué tienen que temer, si están en Mi Luz, si creen vivir en Mi Corazón que todo lo puede?

Cuando Yo caí con la Cruz por segunda vez, Mi Madre se acercó, viviendo Mi Dolor, porque era algo compartido bajo el Propósito de Dios, compartir el dolor del mundo y de los pecadores pervertidos.

Ella misma Me elevó, Me levantó del suelo cuando Mi Cuerpo estaba muy cansado; porque era el cansancio de Dios sufriendo en Mi Cuerpo por las almas ingratas, por los pecados del mundo; pero era el amor lo que Me hacía fuerte, no era Mi Voluntad; porque Mi Voluntad estaba en Mi Padre.

Mi Padre estaba en Mi, haciendo Su Voluntad. Es eso lo que ustedes deben vivir, así como Yo lo viví, cada uno en su proporción y en su grado.

En ese momento, en la segunda caída, pensé que iba a morir en el camino del calvario. Y la mirada de Mi Madre fue lo que Me salvó; una mirada de amor, de consolación y de amparo. Allí fue cuando el Arcángel Miguel Me dio fuerzas para erguirme y continuar, y dije en aquel tiempo: Madre, Yo renuevo todas las cosas, porque es Mi Padre el que las renueva en Mí y en Ti.

Deben dejarse renovar por Mi Corazón, que está en oferta para los que quieran recibirlo; porque no habrá para dónde seguir, compañeros, cuando el caos se manifieste; no habrá refugio, casa o persona que los ayude. Mi Corazón es su salvación y su fe eterna.

Así, Yo podré ayudar a Mis hijos cuando esté en sus corazones todo el tiempo, y no solo por algunos momentos.

Necesito que Mi Existencia se expanda en ustedes por más tiempo. Ustedes, compañeros, son depositarios de una gracia inexplicable, de una oportunidad incalculable delante de la deuda del planeta y de la humanidad; por eso, Yo insisto con ustedes hasta alcanzar lo que quiero.

En perpetua Adoración deberemos estar para los tiempos difíciles. Fue así como Yo se lo pedí a Faustina en el Santísimo Cuerpo de Cristo.

En el Sagrario está la Fuerza renovadora para todos los que la busquen.

Los bendeciré e iré con ustedes. Peregrinen a Mi Corazón, y no se cansen de hacerlo; así entenderán muchas cosas en el próximo tiempo.

Ahora, Yo he venido aquí para que todos se sientan purificados, pues Mi Luz se expande como moléculas en todos aquellos que abren sus corazones para recibirla, en gratitud y amor.

Recuesten, en silencio, sus cabezas sobre Mi Pecho, y sientan Mi Corazón Glorificado que consuela y sana todas las heridas, sin importar cual sea, porque para el Hijo de Dios no hay nada imposible.

Si su fe es fuerte, Mi Amor será fuerte en ustedes y se sentirá en los corazones que se aproximen para reconocerme en Mis hermanos.

Esta agua hoy los bendecirá a todos, como símbolo de la renovación de su primer bautismo; y aquellos que no fueron bautizados como Yo, en el río Jordán, recibirán esta primera bendición que los preparará para su primer bautismo, en donde todo mal se disipará, y la Luz de Mi Gloria se establecerá sobre las almas que se regocijarán en Mi Espíritu.

Oremos como el Padre lo enseñó a través de Su Hijo, para que, en Gloria, el Espíritu Santo descienda y santifique esta agua que es la primera señal de la Creación de Dios en este planeta y en todo el Universo, el agua que sacia la sed de las almas.

Alabado sea Dios, glorioso Su Reino. Aleluya, Aleluya, Amén.

Con esta bendición, compañeros, que los Dones de Mi Padre se puedan manifestar en ustedes, a través de la vivencia de los Sacramentos y de la renovación de sus votos con el Proyecto Altísimo de Dios.

Que sus almas se alegren y que nunca dejen de hacerlo, viviendo todos los sacrificios por la humanidad y el planeta, para la redención final del mal.

Mi Corazón hoy triunfó nuevamente en el mundo por su respuesta.

Que Mi Paz se establezca en aquellos que no la tienen.

Que Mi Fe se propague como el aroma sutil del Universo.

Que Mi Amor se expanda como la brisa del viento y que todos sientan la esperanza de vivir en Dios, para siempre.

Yo los bendigo a ustedes y a los que más lo necesitan en este mundo, como lo hice en el Monte de las Bienaventuranzas, elevando Mi Mano derecha hacia Mi Padre, colocando Mi Mano izquierda sobre Mi Corazón, que es el Corazón de Dios,  abriendo los Cielos, he invocado al Espíritu Santo.

Así, Yo los bendigo en el nombre Santo de Mi Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

He venido a la orilla, para llamarlos, como a los apóstoles.

Ayer escuché esa canción y quisiera que hoy la hicieran en gratitud a Mi Padre.

Pueden ir en paz.

Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN, DURANTE LA 8.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

Santísimo Corazón de Cristo,
convierte nuestros corazones
en llamas sagradas de Tu Divina Misericordia,
para que Tu Faz se funda sobre el gran corazón humano.

Que el venidero descenso de Tu Gloria Celestial
redima a todas las consciencias,
en honor y en gloria al Padre Celestial.

Amén.

A través de este Mensaje, Yo les he dejado una poderosa llave de conversión, como también les entregué el Orandio de la Pasión y de la Trasfiguración.

Son llaves importantes para la redención en estos tiempos. Aquel que las utilice de verdad y con honestidad, se transformará y no se reconocerá en el pasado, sino en el eterno presente de Mi Corazón.

Que los corazones se alegren en esta tarde y que nunca se cansen de buscarme.

Mis Oídos escuchan todas vuestras plegarias. Yo Soy vuestro misericordioso Pastor y ustedes son Mis ovejas que deben dirigirse hacia Mi Establo, hacia el Templo de Mi Corazón. En ese lugar nada los hará temer y no tendrán miedo de nada porque estarán en Mi Amor y en Mi Misericordia.

Me despido, bendiciendo los elementos sagrados, los cuales pueden traer hasta aquí en Mi Presencia.

La Comunión unifica el Cosmos y la Tierra, unidad perfecta entre las almas y Dios. Aquellos que comulgan de Mi Corazón, están unificados con el universo y reconocerán, al fin de los tiempos, las señales visibles que Yo traeré en Mi Retorno.

Les agradezco.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Hoy tuvimos una experiencia genética con Cristo, y vamos a explicar de qué se trata esa experiencia genética que Él llevó adelante con cada uno de nosotros.

Cuando Él apareció, llegó como el Sagrado y Glorificado Corazón de Jesús. En un momento de la Aparición, mostró que entre Sus Manos llevaba un símbolo.

Al principio no entendíamos qué era lo que nos quería transmitir, pero solo pidió que observáramos para pudiéramos compartir con ustedes.

Él siempre abre Sus Brazos cuando aparece para acogernos, para recibirnos, irradiando un gesto de amor y de fraternidad para nosotros. 

Pero cuando Él abrió Sus Brazos, en la palma de Su Mano derecha había cinco gotas de Sangre, aquella Sangre que Él había derramado en la Pasión. Y no supimos bien como sucedió, pero cuando Él mostró estas cinco gotas de Sangre, Él se convirtió en un manantial de Sangre preciosa y un fuerte rayo de luz color sangre comenzó a traspasar nuestro ser físico, nuestra alma, nuestros cuerpos.

En un momento todo quedó en blanco y solamente sentimos Su Conciencia presente.

En una cuestión de segundos, Cristo nos llevó al momento de Su Pasión y a algunos momentos culminantes que Él vivió. Por ejemplo, Él nos llevó al momento en que fue flagelado y derramó Su Sangre, y nos mostró a nuestra Madre María recogiendo esa Sangre preciosa. 

Cuando recibió la corona de espinas fue otro momento al que Él nos llevó, lo que Él sintió y lo que Dios realizó a través de ese sacrificio que Él ofertó. 

Y también nos mostró el momento de la Cruz de una forma diferente a la que hemos conocido en la historia de la humanidad, porque hoy Cristo se propuso mostrarnos verdaderamente lo que sucedió cuando Él murió en la Cruz.

Él nos pidió que nos sintonizáramos, que meditáramos sobre Su Sangre, porque nos dijo que fue tratando varios aspectos durante Su Pasión. Por eso, Él nos pidió que nos concentráramos específicamente en el poder de Su Sangre.

En un momento le preguntamos por qué quería trasmitirnos esto en este momento. Porque el poder de Su sangre, decía Él, preparará el retorno del Salvador a la Tierra.

El ejercicio de concentración en la Sangre de Jesús, en la visualización de esa Sangre preciosa, como Él la llama, puede revelar a nuestras vidas y a nuestro espíritu muchos poderes que Él llama poderes divinos, poderes celestiales. 

Después de que Él nos llevó por esos momentos de Su Pasión, nos vimos, como grupo, sumergidos dentro de esa historia de la Pasión de Jesús, al punto de que Él nos mostró los aspectos diferentes que teníamos en ese tiempo, cómo éramos físicamente, qué ropa vestíamos y qué papel cumplía cada uno en ese momento de la Pasión de Jesús.

Entonces, delante de todas esas cosas, le preguntamos por qué hacía todo eso, en ese momento, y Él no contestaba nada, estaba en silencio, y luego dijo: Yo lo revelaré en el Mensaje. 

Lo más importante fue la experiencia que Cristo nos trasmitió para que pudiéramos comprender el poder de Su Sangre, porque Él necesita que nosotros adoremos y contemplemos Su Sangre de una forma espiritual. Así es como nos lo pidió en este día, porque Él dijo que quien se coligue con esa Sangre preciosa podría resolver y curar muchas cosas irreparables. 

Entonces, hoy nos vimos delante de una importante experiencia espiritual para cada uno de nosotros, que vino directamente del Corazón del Maestro.

Fray Elías lee el Mensaje de Cristo Jesús para el día 5 de marzo de 2014.

En ese momento el Maestro empieza a trasmitir el Devocionario a la Poderosa Sangre de Jesús, como parte del Mensaje.

Y Él nos dijo al final:

 

Mediten sobre lo que hoy les entregué. Son llaves secretas de Mi Trasfiguración.

Bajo el Poder de Dios, sean bienaventurados.

¡Gracias por caminar a Mi lado!

Cristo Jesús

 

Madre María Shimani:

Mientras el Fray estaba leyendo, estaba recordando que tanto Cristo como nuestra Madre Divina nos dijeron que para este nuevo ciclo en este año, Ellos nos iban a revelar nuevos misterios celestiales, mucha información crística que la humanidad necesita saber para poder enfrentar esta purificación que estamos comenzamos a vivir, este apocalipsis que esperábamos hace tanto tiempo.

Así que están llegando todas estas dádivas y estas Gracias desde el Cielo, para que cualquier persona sobre la Tierra sea salva. 

Quedemos con esta reflexión en el corazón y hoy antes de dormir, agradezcamos mucho con nuestra consciencia. La gratitud es uno de los caminos más cortos para llegar a Dios. 

¡Gracias a Dios por cuánto nos das!

Gracias a todos los que nos acompañaron hoy.

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Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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