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En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Como Madre del Sepulcro, estoy a la espera de Mis hijos, de los que aún deberán resucitar en espíritu en este tiempo de transición, en el que las almas viven y enfrentan situaciones inesperadas e incomprensibles.
Por eso, con todas las santas mujeres, la Madre de Dios profundiza en Su oración perpetua, para pedirle al Hijo de Dios la Gracia de que conceda la resurrección espiritual a todos los que la necesitan, especialmente a aquellos hijos Míos que salieron del Camino de Cristo.
Pero esto también es un misterio para toda la mente humana, porque solo Dios sabe el momento y la hora en que sucederá, el concederles a Mis hijos del mundo la resurrección espiritual.
Hoy, en este día especial para su Madre Celeste, un día especial para todos los seguidores de Cristo, vengo peregrinando con ustedes a Roma, realizando el mismo camino que su Madre Celeste realizó con las santas mujeres y José de Arimatea, trayendo las Reliquias Sagradas de Cristo a toda Europa y al mundo entero.
Y en este camino de peregrinación espiritual e interior, su Madre Celeste vuelve a encender los Centros Internos que rige la Jerarquía Espiritual desde el principio, desde que al mundo le fueron concedidos tener presentes los Centros Internos de la Jerarquía en la superficie de este planeta, a fin de que todas las almas, en su diversidad y en sus caminos, encuentren a través de los Centros Internos el impulso que necesitan para vivir la redención.
Por esa razón, hoy estamos aquí, y todo se vuelve a transformar, para que el universo aproveche cada momento vivido para concederles a las almas, que aún no han resucitado espiritualmente, la Gracia de la liberación.
Y, después de todo el itinerario vivido en Tierra Santa, una peregrinación interna hacia las Reliquias y Lugares Santos de Mi Hijo, su Madre Celeste vuelve a acompañar al mundo a través de esta Obra, donando los códigos crísticos del amor y de la redención a las almas para que todas tengan, una vez más, la oportunidad de la redención.
Quiero que, por un momento, contemplen todas las etapas que vivieron en Tierra Santa, porque esto será volcado como una Gracia en la consciencia de la humanidad.
Ustedes, Mis hijos amados, son parte de este Proyecto de la humanidad en la superficie, y cuando un alma de Cristo da un paso en dirección hacia Él, toda la humanidad recibe ese impulso, por más que no lo merezca.
¿Hasta dónde llega la infinidad del Amor de Dios, que su Madre, incansable y eterna, sigue caminando junto a Sus hijos, junto al sagrado pueblo de Israel, hoy expandido por todo el planeta y que debe ser preparado imperiosamente para el Retorno de Cristo?
Pero, para estar ante ese gran momento de la llegada de Mi Hijo, necesitan esos códigos crísticos para poder comprender ese acontecimiento.
Nadie podría estar ante el Retorno de Cristo como algo común o pasajero. Por eso, a través de Mi Hijo, Yo vengo a ofrecerle al mundo los códigos de las Sagradas Reliquias del Redentor que, en estos últimos días, a través de la Sagrada Semana, fueron altamente expuestos a nivel espiritual e interno para las almas.
Por esa razón, Yo estoy aquí. Y hoy, a través de Israel y de Italia, creo un puente de Luz entre lo sagrado y el apostolado; porque de todos los que contemplan las Sagradas Reliquias de Cristo en Tierra Santa, puede nacer el impulso de la vida apostólica y misionera para que los códigos de Cristo sean compartidos con la humanidad.
Queridos hijos, Roma ha sido la sede de muchos acontecimientos históricos. Aquí estuvo el sucesor de Mi Hijo, San Pedro, y en este lugar él vivió su gran entrega por Cristo.
Como una buena Madre, Yo oré por ese momento y aun en Mi peregrinación con las Reliquias Sagradas junto con las santas mujeres y con José de Arimatea, estuvimos aquí con San Pedro para alentarlo y para que pudiera llevar adelante esa gran tarea que Mi Hijo le había encomendado, de abrir las puertas del Cielo para todos los corazones a través de la vida crística, a través del servicio y del amor por los demás. Y esto se cumplió, así como estaba previsto por Cristo.
Y ahora, Yo estoy aquí para completar ese momento con ustedes, aspirando a que en esta Sagrada Semana sus corazones hayan vivido una experiencia interior que enriquezca y fortalezca su camino espiritual para que, a partir de este nuevo ciclo que comenzará después de la Semana Santa, sus caminos estén más maduros y definidos.
Porque aún Cristo espera que ustedes lo puedan acompañar para sostener la cruz planetaria, y esto, queridos hijos, no es algo simbólico, sino profundamente espiritual y verdadero. Así, Él podrá saber cuándo podrá retornar, porque necesita que Sus apóstoles y seguidores estén prontos.
¿Quién lo acompañará cuando Él esté aquí, en el planeta, en todo lo que el Maestro hará en ese momento? Esto no es nada imaginario ni tampoco es una fantasía, Mis queridos hijos.
El Rey del Universo tocará con Sus Pies este suelo del planeta, volverá a reunir a las tribus de Israel, expandidas por todo el planeta, y las llamará para que se vuelvan a encontrar con Él, porque Su Voz será más que un trueno y Su Llamado resonará más que en este universo material. Y Él les preguntará:
"Compañeros, ¿qué han hecho con todo lo que Yo les di?”.
Y así, se volverá a cumplir la Profecía de Cristo a través de las parábolas que Él les enseñó a todos.
¿Estarán prontos para responderle en ese momento?
Ahora, podrán comprender la importancia de la preparación interior y de la sintonía; porque, así como fue dicho por el propio Señor, Mi Amado Hijo, no avisará el día ni la hora en que Él llegará, aparecerá de una forma antes nunca vista y Sus señales serán contundentes y no tenues.
Aquellos que nunca creyeron en Él, podrán creer y todo será desenmascarado, porque se volverá a cumplir Su Ley de que no quedará piedra sobre piedra; y ese momento necesitará ser sostenido por todos, especialmente por aquellos que se han definido como Sus apóstoles y discípulos, los apóstoles y discípulos del fin de estos tiempos.
Por eso, Él Me envía aquí, a Roma; y así los envía a ustedes como Él envió a los apóstoles a varias regiones del planeta para dar testimonio de Su Amor, a través del ejemplo y no tanto a través de las palabras; para dar testimonio de Su Verdad, a través del ejemplo de su transformación y no tanto de sus apariencias; para dar testimonio de Su Camino, a través de su fe y no de su fanatismo.
El camino que Mi Hijo les indica a todos es muy claro y libre de segundas intenciones. El apostolado del fin de estos tiempos es también algo único, porque es el apostolado de la transición del final de los tiempos, de un antes y un después bien marcados en toda la consciencia de la humanidad.
Yo quería traerles este Mensaje a todos Mis amados hijos, porque vengo a cerrar todo lo que ha pasado en esta última Sagrada Semana.
El Plan de la Jerarquía está sobre la mesa. Él ya ha sido equilibradamente dividido. Ahora, ¿quién tomará la parte que le corresponde y será esa pieza fundamental que la Jerarquía necesita?, para que, en este tiempo del Plan de Rescate, la Jerarquía Espiritual pueda llevar adelante sus operaciones y todo lo que aún está previsto que suceda más allá del caos del planeta, más allá de los conflictos o de los enfrentamientos entre las naciones y los pueblos, más allá de toda situación conocida o desconocida.
Esta es la hora de concretar el compromiso y de que los apóstoles de Cristo, que apelan seguir Su Camino hasta el final, dejen de permanecer en la periferia para concentrarse en el centro del Propósito de Dios.
Sé que lo que estoy diciendo no puede abarcar a todas sus consciencias; por eso, debo rezar perpetuamente para que estén bien despiertos. Eso es lo que Me ha pedido Mi Hijo imperiosamente, para que, en cada nueva etapa, puedan vivir lo que Cristo les ofrece por Amor.
Quisiera terminar este Mensaje, Mis queridos hijos, agradeciéndoles a todos los que oraron por la Misión en Israel y también a los que seguirán orando por la Misión en Turquía.
Medio Oriente necesita urgentemente que las puertas de la Misericordia estén abiertas sobre esa región. Sigamos orando, queridos hijos, por todo lo que la Jerarquía necesita materializar en esa región del planeta.
Así, Mis amados, podrán confirmar, en este momento y en este ciclo, hasta dónde ha llegado la Obra de la Jerarquía, desde el surgimiento de la Comunidad-Luz Figueira hasta el presente.
Les agradezco a aquellos que siguen adelante en la fe y que aspiran todos los días a beber un poco más de la Fuente del Amor de Mi Hijo, para aprender a atravesar estos tiempos desconocidos y difíciles, para aprender a superarse en el amor.
En nombre de Mi Hijo, como Madre y Señora de Israel, les agradezco por todo lo que ha sucedido; porque las centellas de Luz de los Retiros Internos de Cristo hoy se mantienen encendidas en Medio Oriente por el esfuerzo de los apóstoles de Cristo, por todos los que se animan a decirle sí.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Quien los bendice y los ama,
María, Rosa de la Paz
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos Míos:
A través de la misión humanitaria en Turquía un nuevo reino se está construyendo en el corazón de las personas que amorosamente fueron abrigadas por Mis misioneros de la paz.
Eso significa el triunfo, en este momento, de la vida espiritual y del amor en la existencia de millones de personas. Así, hijos Míos, comprenderán que viviendo plenamente el servicio abnegado siempre se mantendrán abiertas las puertas de los Cielos para los corazones que necesitan de redención.
Ahora, queridos hijos misioneros, que ya aprendieron a percibir la condición humana, que sus brazos estén aún más abiertos para abrigar espiritualmente en el Corazón de los Mensajeros Divinos a cuantos esperan sentirse amados de verdad.
La misión humanitaria en Medio Oriente alcanzó una repercusión espiritual inigualable, porque en toda esta tarea de servicio y de amor crístico, siempre tuvieron que trabajar para superarse a sí mismos por cada consciencia de Medio Oriente, por los que viven en su propia carne la opresión de una guerra armada.
Queridos hijos, Vuestra Madre Celeste los acompaña en esta última etapa espiritual, en la que más códigos de redención, de misericordia y de perdón serán sembrados en más corazones.
Hijos Míos, toda esta tarea no solo ha tenido repercusión en ustedes a través de la misión, sino también en sus hermanos de las comunidades, especialmente del Centro Mariano de Aurora que ha sido el depositario de ciertas corrientes que debían ser liberadas. Esto es una realidad difícil y dura, que muy pocos están dispuestos a vivir sin horario ni limitación de tiempo por la salvación espiritual de la humanidad.
La obra de la Jerarquía Celestial es más amplia de lo que parece y no se restringe a un área del planeta en donde se sirve, sino también a planos de consciencia que durante las misiones humanitarias son apoyados por los Centros Marianos fundados por la Madre del Cielo.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los une a la Fuente del Amor,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Madre de los refugiados
Queridos hijos:
En la etapa más importante de la misión en Turquía y después de haber pasado por experiencias que han dejado fuertes marcas en sus consciencias, los misioneros podrán hacer, desde ahora y hasta el final de la misión en Medio Oriente, una síntesis profunda y una reflexión grupal respecto de todo lo que vieron como resultado de una gran calamidad humana.
Será al final de esta primera misión a Medio Oriente que los misioneros de la paz llevarán en sus corazones una experiencia imborrable que los fortalecerá, para que en el futuro cercano, ellos estén preparados para asistir a situaciones más graves del planeta y que irán más allá de una guerra civil y regional.
Queridos hijos, por eso siempre será imprescindible que los orantes apoyen con devoción todas las misiones humanitarias, porque un grupo en nombre de todos y de toda la humanidad indiferente, está dando un paso hacia la vida del servicio total y de la entrega absoluta a la Voluntad Divina.
Hijos Míos, así como Cristo vivió Su gran misión en la vida pública, ustedes, queridos hijos misioneros, vivirán la entrega hasta en los más pequeños detalles; con eso le demostrarán a Dios, como ya lo han hecho hasta ahora, que en verdad el proyecto de redención de la humanidad podrá cumplirse.
¡Les agradezco por siempre responder a Mi llamado!
Los ama y los protege,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Madre de los refugiados
Queridos hijos:
A las puertas del servicio humanitario en Turquía, los misioneros de la paz seguirán rumbo al encuentro de nuevas necesidades espirituales, sociales y morales; todas ellas serán cubiertas por medio del amor fraterno.
Es así, queridos hijos, que Vuestra Madre Celeste está en este momento trabajando en unión a los misioneros con grupos de almas especiales, las que desde el principio de sus vidas esperaban una ayuda espiritual mayor.
Vean, hijos Míos, cómo el servicio humanitario verdadero, sin lucros ni aprovechamientos de ninguna parte, el servicio de corazón llega hasta lo más profundo del espíritu de cada ser.
La Madre del Mundo motiva a los misioneros de la paz para que ellos alcancen el mismo grado de donación y de entrega, así como lo vivió Mi Amado Hijo. Por ese camino de donación absoluta y abnegada de parte de los hijos de Dios, es que las puertas celestiales se mantienen abiertas y son estas puertas internas las que indican a los servidores el próximo lugar de servicio.
Cuando la plegaria también se colma por el servicio y por la fe, queridos hijos, las puertas de la Ley de la manifestación y de la no carencia se abren, y el espíritu de la providencia transforma la pobreza espiritual y material de las consciencias.
El servicio es un don, pero al mismo tiempo es un misterio que se presenta en la vida de las personas, para que ellas se animen a trascenderse a sí mismas y sobre todo para que en el servicio al prójimo se viva el verdadero amor.
La misión de paz en Medio Oriente, en este momento, está permitiendo que las almas con diferentes credos recuperen por algún camino su filiación íntima con el Padre Celestial. Cuando se recupera esa filiación y ese sentimiento de pertenencia a lo Divino, el alma que sufre y que carece, gana fuerzas internas para continuar adelante y así avanzar en el nombre de Dios.
Las religiones en este momento se volverán un punto de conflicto para la humanidad, porque como ha sido hasta ahora, estará en juego la fe y la confianza de las pobres almas en el Señor. Esa fe y ese testimonio de cada hijo de Medio Oriente han permitido que la Jerarquía Celeste enviara en misión humanitaria a los servidores del Plan desde América.
Ese clamor de parte de los corazones sufridos también permitió, queridos hijos, que las misiones humanitarias se expandieran por todo Medio Oriente, por los países árabes.
A través del servicio, la llama del Amor de Dios nunca se apagará porque el servicio deja viva al alma que se dona sin intereses ni reclamos; es así que por el servicio de Mis hijos Mi Inmaculado Corazón también triunfará.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los motiva a la constante donación de sí,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Madre de los refugiados
Queridos hijos:
Con la alegría que hoy siente Mi Inmaculado Corazón después de la respuesta positiva y de la confirmación de una mayor permanencia de los misioneros de la paz en Medio Oriente, es que en este día Mi plan de paz, de rescate y de servicio se expandirá por las regiones árabes.
Es así, queridos hijos, que Vuestra Madre Celeste estará enviando a los servidores para que lleven adelante próximas misiones humanitarias en Irak, Omán, Qatar, Emiratos Árabes Unidos entre otras naciones hermanas que necesitan la presencia de la energía crística a través de la donación del servicio voluntario.
En los planos espirituales Vuestra Madre Celeste ya se encuentra trabajando junto a los ángeles para manifestar ese proyecto, para que el amor y el servicio de los Mensajeros Divinos llegue a través de las misiones humanitarias a muchas almas necesitadas y totalmente olvidadas.
La respuesta positiva de la asociación turca al servicio de los refugiados desde hace ya muchos años, abrió las puertas para que deudas espirituales impagables entre Medio Oriente y América fueran equilibradas a través de la donación abnegada de la Fraternidad - Federación Humanitaria Internacional junto a la asociación turca que cuida de los refugiados.
El intercambio ecuménico que espontáneamente se creó a través del servicio permitirá, en el próximo ciclo y en nuevas misiones, aproximar muchas almas al Espíritu Divino de la Misericordia, de la paz y del amor más allá de las creencias religiosas; el verdadero ecumenismo ocurre a través de la atención que un alma da a otra, cuando esta sufre el dolor y el olvido.
Queridos hijos, Vuestra Madre Celeste y San José ya se encuentran preparando, en los planos internos, las próximas etapas de servicio y de donación abnegada que nuevas consciencias de este trabajo espiritual serán llamadas a vivir directamente por el llamado interno de la Madre Divina.
En esta hora en la que el juicio se lleva adelante en el mundo y para todas las almas de la Tierra, el Universo estará concediendo una Gracia extraordinaria para que a tiempo se deje sembrado en la consciencia de la humanidad las semillas del amor y de la misericordia, que en este caso a través de las misiones humanitarias serán depositadas en las naciones árabes de Medio Oriente.
Este acontecimiento que está sucediendo entre las diferentes misiones de América y de Medio Oriente es extraordinario, ya que está movilizando la acción de Leyes más elevadas de misericordia y de redención para el mundo.
Dejo este mensaje como una oportunidad no solo para los misioneros, sino para todos los servidores, de que aún hay tiempo de cambiar el destino de esta humanidad y de este amado planeta.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice y los eleva siempre,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Madre de los refugiados
Los Cielos se abren para recibir las ofrendas de la humanidad.
Siendo sinceros de corazón es como la Misericordia vuelve a descender en tierras que ya viven la Justicia Divina. Los actos misericordiosos son los que los unen a la Consciencia de Cristo, Aquel que es la propia Misericordia.
Una misión humanitaria, hijos, es más que un acto social, porque les hablo de un pedido de Dios, una renovación y un despertar del compromiso que Sus criaturas tienen para con Él.
Por más que estén delante de dos misiones en las cuales se encuentran con culturas extremadamente diferentes de las suyas, las almas reconocen la unidad, y los espíritus son tocados por el amor que impregna sus actos.
Cuando sirven de corazón, equilibran muchos males, no solo de aquellos a los que están sirviendo. El amor que ustedes irradian toca a los que están a su alrededor e impregna la vida del espíritu; sustituye los errores y las deudas de las naciones por los méritos divinos de Redención, de Salvación y de Misericordia.
Si, en verdad, todos se abrieran al espíritu misionero, comprenderían lo que les digo.
Hoy quiero que sepan que los misioneros en Turquía ya se tornaron un instrumento en las Manos de Dios, porque sus espíritus reconocen que el servicio que prestan no es para sí mismos. La experiencia y los años los encaminaron para consagrar la vida a los actos de Misericordia y, así, se tornaron, como grupo, un puente para que la Misericordia del Creador descienda a la Tierra. Pero ellos son solo catorce y no pueden multiplicarse en todas las naciones que deben consagrarse a Dios por el servicio y por la oración. Por eso, cuando los llamo al servicio, escuchen Mi voz.
Ninguno de los misioneros en Turquía es perfecto; ninguno de ellos sabía servir desde el principio; pero las resistencias se fueron quebrando por el amor y, hoy, cuando están delante de una misión pedida por Dios, pueden trascender las individualidades y miserias para ser portadores de la Divina Misericordia.
No esperamos que las diferentes misiones que pedimos tengan el mismo éxito, pero sí que se abran al espíritu misionero que la consciencia-grupo de esta Obra de Amor ya alcanzó a lo largo de los últimos años.
Quisiera que el espíritu misionero se expandiera más allá de Brasil y que principalmente Uruguay y Argentina se animaran a trascender los atavismos para servir al prójimo y descubrir en el servicio la inmediata transformación, la unión con Dios y con el prójimo, la transmutación y la liberación de esas naciones de todos los errores cometidos en el pasado.
Porque, aunque la Tierra tenga que recomenzar, necesita tener un punto de partida, y ustedes deben dejar en ella un suelo fértil, para que los que vendrán después siembren las semillas de un nuevo tiempo.
Yo los amo y solo les pido que confíen en lo que les digo y que no teman responder a los pedidos celestiales. En estos tiempos, todo esfuerzo es poco para cumplir la meta que les corresponde desde el principio de esta raza.
Su padre y compañero,
San José Castísimo
Fraternidad, Unidad con Dios, Fe y Esperanza son atributos que siempre deben reinar en el corazón humano.
Partiendo del principio de la Unidad de Dios, que en la diversidad de la manifestación de Su Consciencia jamás dejó de ser Único, vivan ustedes también la unidad entre sí como un único cuerpo perteneciente a la Consciencia Divina.
El Creador se multiplicó y se expandió en diferentes formas de vida, de expresión, de manifestación, para que Su Perfección se hiciera vida y materia, para que el Amor que Él expresa en Su Espíritu Divino pudiera tornarse carne, mente, sentimiento, alma, espíritu, vibración y sonido, para que no hubiera límite en la manifestación de Su Amor.
Dios impregna todo lo que fue creado y a todas las criaturas les da la oportunidad de ser semejantes a Él. Conscientes de los Principios del Creador, ustedes deben imitarlo. Que el amor se multiplique en sus corazones, que se exprese de diferentes formas, con palabras, oraciones, silencio, acciones, con comunión interna, espiritual o física, a la hora de recibir la Eucaristía.
Como grupo, exprésense como la Consciencia de Dios: muchas formas de vida, muchas formas de servir, infinitas posibilidades de amar, pero todo eso sin perder nunca la unidad.
Aunque las criaturas existentes sean tan diferentes unas de las otras, eso no hace desaparecer de ninguna de ellas la esencia que las une en la semejanza divina con el Padre Creador.
Les digo todas estas cosas porque es hora de la unidad, de la reconciliación, de la fraternidad como puentes para el amor.
Las diferentes misiones que hoy se están llevando adelante indican el camino que cada uno debe recorrer en su día a día: superar las diferencias entre razas, culturas, idiomas, naciones, religiones, para vivir, como humanidad, la Unidad con Dios.
Sean conscientes de que llegará la hora de unir sus consciencias en un único propósito: ofrecer a la Tierra paz y reconciliación.
El sufrimiento del corazón humano hace que se venzan las barreras para amar, y la necesidad de encontrar la paz los une.
Tanto en Medio Oriente como en Chaco, comprenderán lo que la purificación material, mental y física, causa en la consciencia humana. Deben estar delante de estas situaciones tan extremas no solo para auxiliar, sino también para aprender. Entonces, con ese aprendizaje en la consciencia, deberán preguntarse si realmente es necesario que pasen por semejantes purificaciones para que aprendan a vivir el amor, para que busquen la unidad con el prójimo, para que trasciendan las diferencias y caminen rumbo a la concreción de los Planes de Dios como una única raza.
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El dolor los hace buscar el amor, aunque la posibilidad de amar existe dentro de sus corazones, latente como una condición natural del ser humano. Solo es necesario que salgan de sí mismos y se entreguen a la búsqueda de ese Amor Crístico, verdadero; amor que une los universos, amor que destraba la evolución, amor que los asemeja a los ángeles y les permite retornar a Dios.
Delante de las situaciones de Medio Oriente y de Chaco, reflexionen profundamente y hagan sus elecciones: esperar los tiempos de caos o aprender a amar desde ya, rindiéndose a la Gracia de la Unidad con Dios.
Su padre y compañero de siempre,
San José Castísimo
Sé que las Apariciones de los Mensajeros Divinos son un misterio para muchos, misterio que en algunos motiva el crecimiento de la fe y en otros el tormento de la duda.
Este mundo, hijos, está lleno de misterios. La propia consciencia humana, en sí, es un gran misterio tanto para el cosmos como para ustedes mismos.
En este planeta, deben aprender a vivir por la fe: fe en lo invisible, en lo intangible, en lo divino, en lo pleno. Solo con la gracia de la fe, el corazón puede estar delante de las diferentes situaciones de la vida con la claridad y la comprensión necesarias.
Les digo esto porque, como grupo y como humanidad, ustedes están delante de dos desafíos que son las dos misiones que están viviendo. Ambas situaciones, que deben ser develadas, tienen raíces muy profundas y desconocidas para todos. Y, para que no estén ante ellas de manera superficial, deben abrir sus corazones a la vivencia de la fe, pues es así, confiando en lo invisible y siguiendo sus corazones en cosas tal vez inexplicables o no tan obvias para sus mentes, que ustedes podrán estar plenos frente a esos dos desafíos.
Las dos situaciones que hoy enfrentan los seres, tanto en Medio Oriente como en Chaco, Argentina, necesitaron llegar al extremo para que la humanidad colocara sus ojos sobre ellas y, aún así, aquellos hermanos padecen mucho con la indiferencia, porque el corazón humano todavía no se abrió para vencer sus propias comodidades e ir al encuentro de las necesidades del prójimo.
Sus hermanos de la consciencia indígena intentaron llevar a cierta parte del planeta, sobre todo a América, a una vida evolutiva diferente de la vida del resto de la humanidad. Ellos encontraron lo Sagrado gracias a la reverencia, porque era justamente la falta de contacto con las creaciones e invenciones materiales de la mente humana lo que les permitía encontrar un camino evolutivo diferente, basado en el amor y en la simplicidad.
Pero en un planeta al que todos vinieron para aprender a amar, la misma tendencia de los espíritus presentes en él sofocó la expresión natural de los guardianes de la pureza, los pueblos originarios. Con la ayuda y el incentivo del enemigo de Dios, ustedes no pudieron comprender las diferencias y, a lo largo de muchos siglos, intentaron imponer una forma de vida mental, material y basada en la competencia y en la lucha por el poder. Por el hecho de que los indígenas no sean así y por haber permanecido en su pureza, ustedes los hicieron sufrir y, hasta hoy, influyen como pueden en las mentes de los pequeñitos, intentando hacerlos desaparecer de la Tierra, sin percibir que, con ellos, desaparecerán el amor, la simplicidad, la pureza y la humildad del corazón.
Es la misma lucha por imponer sus propias costumbres e ideales la que genera, en Medio Oriente, las guerras y los conflictos permanentes. Y Yo les digo que no solo proviene de Medio Oriente el incentivo para esas guerras y que no es solo con la ayuda de las grandes potencias económicas de Occidente que ellas crecen y se desarrollan. Quiero que comprendan que esos males tienen raíces espirituales profundas y un único propósito: destruir los Planes de Dios. Es por eso que contamos más con la fortaleza espiritual de pocos que con los recursos materiales de muchos.
Una de las formas que el enemigo usa para hacerles perder la fe y la esperanza es colocar en las mentes el ansia de encontrar resultados materiales, pero esa búsqueda fue la que llevó a Judas al suicidio, por no comprender que la victoria del Mesías era en la Cruz.
Ustedes, que están más conscientes, deben servir sin buscar resultados; deben trafnsformarse sin recibir méritos; deben esforzarse sin encontrar recompensas ni reconocimientos. Dios tiene Sus Ojos puestos en los que son verdaderos y fieles a Su Plan. Sobre estos Él colocará Su Cruz, que para unos podrá significar muerte y fracaso, pero para los que tienen sus corazones abiertos y sus consciencias despiertas significará el triunfo de Dios en todo el universo.
Sirvan todos los días con la certeza de que la verdadera batalla se vive en el espíritu y que ahí debe ser vencida. Lo que sucede en la materia es un simple reflejo de lo que se multiplica en los Planos Superiores.
Por eso, quiero hacerles comprender los acontecimientos del mundo desde un punto de vista más amplio para que, delante del servicio, ustedes no se apeguen a lo que puedan hacer con las manos, pero sí a lo que se alcanza con el corazón.
Por el descubrimiento del servicio y de la misión espiritual,
San José Castísimo
Queridos hijos Míos:
Su Madre Celeste, con Su Corazón resplandeciente, se prepara para descender espiritualmente, junto con los misioneros de la paz, en la ciudad de Ankara, Turquía, en donde se les revelarán a Mis hijos misioneros los primeros pasos de la asistencia a los refugiados, a través de esta nueva misión humanitaria.
Turquía es una nación que ha acogido el sufrimiento y el exilio de millones de refugiados. Ankara ha sido una de las ciudades por donde pasan Mis hijos en éxodo.
El miedo a ser extraviados, por la guerra y por la persecución, ha llevado a que los refugiados se exilien en naciones de Europa. Por eso, queridos hijos, esta misión humanitaria intentará ayudar primero llevando paz en medio de la desesperación de los que por temor y por la guerra perdieron todo.
En el plano espiritual, la Jerarquía Celeste trabajará para que en los planos internos las almas recuperen la fe y la confianza en Dios, que son disipadas por la guerra. A pesar de todo lo que está sucediendo, su Madre Celeste guiará a los misioneros para que ellos se encuentren con las almas que tienen verdaderas necesidades físicas, morales y espirituales.
Los misioneros de la paz llevarán en sus corazones el testimonio del Amor de Dios y lo demostrarán a través de las obras de servicio y de caridad a las personas que encontrarán en cada lugar.
El abrigo espiritual y humano será una de las llaves importantes para esta misión humanitaria en Medio Oriente. Por eso, Mis hijos misioneros verán, en todo lo que es indigno y triste, la oportunidad de recuperar la pureza en los corazones exiliados. Será un momento para recapacitar y aprender sobre la unión profunda que debe existir con Dios a pesar de las circunstancias.
Queridos hijos, Turquía es el portal por donde pasan los que escapan de la guerra; el espíritu de la paz deberá recuperarse, pues todo deberá comenzar de nuevo.
Mi guía interna estará en todos los misioneros.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
En Misión de Paz,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Hermana Lucía de Jesús: Mientras orábamos, vi a San José en Medio Oriente, vestido como musulmán y con un paño que le envolvía la cabeza. Andaba por el desierto, acompañando a diferentes familias que emigraban y colocaba en Sus brazos a los niños más cansados de caminar. Después, lo vi en otras ciudades grandes, ayudando a las personas en las calles o solo acompañándolas como alguien que simplemente pasaba por ahí. Lo vi también en diferentes aldeas indígenas y cuando apareció, estaba rodeado de niños indígenas, que parecían tener entre tres y ocho años de edad. Mientras San José transmitía el mensaje diario, los niños que lo acompañaban irradiaban, espiritualmente, luz para las diferentes tribus indígenas del mundo.
Queridos compañeros en Cristo, misioneros del amor en esta Tierra con tanta necesidad de auxilio y de paz:
Hoy vengo a su encuentro con alegría, aunque también con mucho pesar en lo profundo de Mi Casto Corazón.
Vengo con alegría porque sabía que, al llegar al mundo, encontraría seres dispuestos a estar Conmigo en dondequiera que sea necesario. Y vengo con pesar porque no puedo ser indiferente a todo lo que sucede en el mundo y también en el universo, como repercusión de los acontecimientos en la Tierra.
Hoy, no solo vengo de Medio Oriente. Vengo de muchos lugares de este vasto planeta, en donde puedo caminar más allá de las fronteras, ya que, para Mí, ellas no existen. Vengo principalmente de la región de Chaco, en Argentina, y también de otras aldeas y tribus de pueblos originarios que la humanidad aún desconoce. Y no estoy solo, pues traje al encuentro de ustedes a los pequeños que, desde los Planos del Espíritu, irradian su pureza a los seres humanos que tienen la misión de seguir resguardando la presencia de la consciencia indígena en el planeta para que la pureza y la simplicidad no desaparezcan del corazón humano.
Muchos piensan que no sería necesario realizar dos misiones al mismo tiempo y elucubran, imaginando la razón por la cual pedimos una misión en Chaco, ya que los misioneros están yendo tan lejos, a Medio Oriente.
Sé que la ignorancia propia de la mente humana común muchas veces no les permite pensar ni sentir cómo piensa y siente el Creador de todas las cosas. Por eso, les explicaré algunas verdades, pidiéndoles que las observen y que aprendan de ellas, para cuando llegue el tiempo de que con su propio discernimiento tomen decisiones importantes, tiempo en el cual Nosotros ya no les podremos dictar todos los pasos, como ahora.
La consciencia indígena, de manera general, tiene la importante misión de resguardar la pureza en la humanidad y también la posibilidad de comprender la naturaleza y, por medio de ella, encontrar a Dios. Los indígenas son guardianes de la unidad, de la vida en comunidad, de forma pacífica y amorosa. A lo largo de los tiempos, muchos fueron perdiendo esos atributos, y las costumbres de la humanidad actual fueron influyendo en las diferentes comunidades indígenas del mundo.
En Argentina, la región de Chaco, así como otros lugares, es un espacio de la consciencia de la nación que, a pesar del abandono y del sufrimiento en que vive, no perdió la esencia de lo que es y sigue siendo guardiana de la pureza, principalmentepara esa nación.
Como América del Sur tiene un papel primordial en el final de los tiempos, si la propia Argentina no cuida el tesoro que tiene en Chaco, podrá perder la posibilidad de vivir la simplicidad, la humildad, la paz y la pureza, atributos que son primordiales para el surgimiento de una Nueva Raza.
Esa misión de consagrar América a Dios es responsabilidad de todos aquellos que responden a esta Obra del Señor, los cuales deben tener consciencia de que cada pueblo cumple un papel primordial en la construcción de la Nueva Tierra.
¿Por qué enviamos los misioneros a Chaco y, al mismo tiempo, a Medio Oriente? Porque, mientras que unos intentarán curar el dolor, el sufrimiento y el rencor de seres que salieron de sus tierras, de sus casas, otros irán al encuentro de una situación semejante, de personas que también fueron apartadas de sus tierras y, sin embargo, no perdieron la esperanza.
Que la pureza de sus hermanos indígenas sea irradiada a Medio Oriente y que, gracias a los diferentes misioneros que conformarán esas dos misiones y a todos los grupos orantes que los apoyarán, pueda darse una conexión de amor y de unidad, para que por medio del servicio, el amor fortalezca a la población de Chaco, y que la pureza de ese pueblo, fortalecida por el amor, llegue a Medio Oriente como esperanza de que un día esos hermanos puedan vivir la fraternidad.
Que, en estas dos misiones, ambos pueblos reaviven la esperanza de estar entre hermanos, en un mundo de cooperación, de fraternidad, de unidad de unos con otros y de todos con Dios. Todo esto se alcanza con la pureza de intención y con el corazón unido perfectamente al Corazón de Dios, de donde provienen todos los principios y arquetipos para la humanidad.
¡Adelante, misioneros de Cristo, de María y de Mi Corazón Castísimo! Estaremos en Omnipresencia con todos, velando por el cumplimiento del Propósito Divino.
Su padre y amigo, misionero de todas las horas,
San José Castísimo
Mis amados compañeros y buscadores de la verdad celestial:
Hoy Mi Casto Corazón solo viene para pedirles que sigan profundizando en el camino de la oración y de la entrega.
Les pido que no se olviden de la campaña para la cual los invité hace un tiempo atrás y que se acuerden de la sagrada misión que los misioneros de María deberán llevar adelante, tan pronto como sea posible.
Sepan que el adversario de Dios hará de todo para que los misioneros no puedan llegar al destino marcado por el Señor. Por eso, desde ya, como soldados orantes de Dios, que viven para cumplir Sus Planes, coloquen en sus oraciones y en sus corazones esta sagrada misión para que así se abran los caminos y se disuelvan los obstáculos impuestos por el mal.
Para los Sagrados Corazones, esta misión es de vital importancia, como la campaña para sembrar el Amor en la humanidad, porque si ustedes cumpliesen esos dos propósitos, la humanidad estará enviando una señal para el Cielo, de que anhela ardientemente que la Luz descienda al mundo y que el mal sea disipado.
Hoy les digo que, para que sea disipado todo el mal que la humanidad causa al planeta, a Dios y a sus semejantes, no basta querer; deben orar, actuar y hacer muchos esfuerzos y sacrificios. Ustedes saben que el mayor sacrificio del ser humano no es el martirio del cuerpo, sino la vivencia de la humildad. Es por este motivo que los envío para que pidan perdón y vivan la reconciliación en pro del cumplimiento de un Plan Superior porque, así, ustedes vencerán lo que el hombre siempre alimentó: el orgullo y la vanidad.
Todos los conflictos del mundo tienen como base el orgullo arraigado en el corazón humano; por eso, para que se establezca la paz, sean humildes de corazón.
Yo los amo porque sé de la grandeza de sus corazones cuando expresan la verdad que está latente en su interior.
San José Castísimo
Queridos compañeros:
Es muy importante para la manifestación de la Misión en Turquía y en Hungría, y para que dicha Misión tenga la correcta repercusión en la consciencia planetaria, que todos ustedes, siervos de Dios, se adhieran a la Campaña de Mi Casto Corazón. No olviden que esta es una obra que está siendo guiada para que se cumpla un Plan Mayor y, para eso, necesitamos de la acción verdadera de todos.
En los últimos días, la consciencia planetaria recibió un gran impulso gracias a la respuesta de todos al Llamado de Dios, pero ese impulso necesita seguir creciendo y profundizándose dentro de cada uno de ustedes, manifestando así la transformación de sus vidas y, en consecuencia, de toda la humanidad.
Deben confiar en que cada uno de sus actos es valioso delante del universo y que, con uno de sus pasos en dirección a la luz, podemos cambiar el destino de la humanidad.
La Victoria de Dios en un grupo de consciencias dictará el rumbo de la evolución de toda la Creación Divina. Es por eso que, entre tantos mundos y tan vasto universo manifestado, la Consciencia de Dios está tan próxima a sus vidas con todos Sus Aspectos.
El Creador espera enviar grandes impulsos para la consciencia planetaria y entregar lo más precioso que existe en el cosmos, como una manera de llevarlos a expresar su potencial como Creación Divina.
En estos tiempos definitivos, el Creador entregará todo a la humanidad, para que ustedes también entreguen todo a Dios y sean según lo que Él pensó para cada uno. Mis amados, les hablo todos los días a los que, despiertos en el corazón y en el espíritu, seguirán Mis pasos y, en la simplicidad de Mis instrucciones, encontrarán la grandeza y la perfección de Dios.
Para saber y comprender lo que les digo, es necesario que experimenten por sí mismos. Por eso les pido esa Campaña, que es tan simple, aunque tan grandiosa a los ojos de Dios. Si ustedes verdaderamente la siguen y ofrecen sus acciones a Dios, ellas tendrán repercusiones planetarias incalculables.
Yo los amo y los guío hacia una transformación mayor.
San José Castísimo
Cuando un grupo de almas ofrece la vida para equilibrar el sufrimiento de una parte de la humanidad, el Corazón de Dios se vuelve a encender y la fe del universo recibe un impulso de luz.
Mis queridos compañeros:
Para esta próxima Misión a Turquía y a Hungría, les pido que no se muevan basándose en las emociones, sino que se dispongan a ir solo los que verdaderamente aspiran a que el principio del Amor se manifieste en el mundo, más allá de sus propias vidas.
Todos aquellos que acompañen esta Misión con el corazón formarán parte de esta obra, que tiene como finalidad renovar el espíritu del Amor y de la Fraternidad en la consciencia humana y no permitir que el odio y el dolor sean males que se apoderen de todos los corazones del mundo.
Los que vayan en misión, como también los que los acompañen con el corazón, no pueden fijar sus miradas en las injusticias, en el sufrimiento ni en el rencor de los seres. Solo deben ser portadores de un amor que se extingue en el mundo y que la Divinidad depositó en sus corazones.
En esta Misión, Mi Casto Corazón los guiará en una purificación profunda de la propia incapacidad de perdonar y de amar, y esto lo hará con todos aquellos que quieran ser misioneros, no solo físicamente, sino también en espíritu.
Yo los conduciré para que transformen aspectos profundos de la consciencia, enraizados en la competitividad y en el ansia de poder, para que puedan purificarse de todo el mal que genera a las guerras y los conflictos en el mundo.
Más que realizar cualquier entrenamiento, ustedes deben orar mucho a fin de que Yo los auxilie y los coloque en el punto al que necesitan llegar, de manera que sean verdaderos instrumentos de Dios para toda la humanidad y no solo para Medio Oriente.
Sepan que estamos invitando a todos los grupos de oración para que den un nuevo paso y vivan la transformación necesaria para entregar la vida por amor a Dios y a Su Plan.
Nuestra protección y amparo siempre estarán con los que responden a los designios de Dios. No tengan ningún temor, solo amen con la esencia del corazón.
Yo los guío y los fortalezco.
San José Castísimo, padre de todos los misioneros
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más