APARICIÓN RESERVADA DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA EL SAGRADO LLAMADO

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Que la paz esté en ustedes en estos tiempos de grandes contrariedades, en los que la serenidad y la mansedumbre son las llaves principales para atravesarlos.

Hoy vengo de un lugar que algunos ya conocen y que otros conocerán hoy.

Mi voz hace eco en un lugar lejano de la Tierra, en donde el vacío está presente y la nada colma todo el ser.

Mi voz es escuchada en los planos internos, en donde resuena la melodía de la paz y del rescate para la humanidad.

Hoy Yo vengo de Shambhala, en el desierto de Gobi. Coloquen su atención en ese lugar, en el desierto está la Voz del Maestro, quien prepara Su Retorno a la humanidad.

Las instrucciones y enseñanzas siguen siendo dadas, el conocimiento desciende para traer más sabiduría y discernimiento, en este tiempo.

Las grandes decisiones son llevadas adelante y todos se reúnen en confraternidad.

Shambhala trae, para todos, el sentimiento de lo sagrado y de lo devocional. Su armonía y sintonía despiertan en el corazón humano la melodía sagrada que hace resonar a Shambhala.

Pero Shambhala es remota, su origen es desconocido. Muchos quieren acceder a sus portales, pero pocos los encuentran, porque para llegar a Shambhala el corazón y la intención deben ser puros, así entrarán al Reino de Shambhala.

Desde allí se emite Mi Mensaje en este día de preparación para el mes de agosto, en el que llegaré al mundo para entregar los últimos impulsos y tesoros a la humanidad.

La Luz de Shambhala pacifica las corrientes contrarias y estabiliza las formas, la mente humana no puede comprender de qué se trata. Porque Shambhala no es de este mundo, aunque esté dentro de él. Su existencia es muy antigua, su legado es muy profundo. 

Aquellos que se acercan a Shambhala conocerán lo sagrado y lo bendito, sentirán un llamado a la ascensión y a la elevación de la consciencia, aun en estos tiempos críticos y difíciles.

En el Reino de Shambhala encontrarán a muchos hermanos que no están en la vida material, sino en la vida espiritual, que entonan sus canciones y mantras para sostener el planeta y la humanidad en equilibrio y armonía.

Únanse a esta cadena de amor y de solidaridad con la Confraternidad de Shambhala; que sus espacios sagrados los colmen y los lleven a comprender, más allá de lo material, todo el Plan de Dios.

Es así que hoy Shambhala resuena como una sagrada nota, una clave primordial para este tiempo final, en el que las almas son llamadas, en los planos internos, a los Recintos Sagrados para encontrarse con la Jerarquía y acompañarla en fidelidad y obediencia.

Es así, que hoy Mi Voz se emite desde el corazón de Shambhala, las puertas de Su Reino están abiertas ante la presencia del Maestro del Amor y de la Humildad.

Que sus discípulos lleguen a Shambhala para reconocer también el legado que está dentro de cada ser y que por primera vez fue impulsado en los orígenes de Shambhala para este planeta. Así la superficie será permeada de nuevos principios que disolverán las formas corruptas y transgresoras.

La mente podrá liberarse de la cadena de los malos pensamientos, de la destrucción y de la ironía, porque Shambhala podrá despertar en cada interior.

Así como los monjes de esa región del planeta entonan sus mantras perpetuamente, que resuene dentro de ustedes la voz de la oración, de la súplica y del pedido, porque aún la puerta de Mi Misericordia está abierta para el mundo y para todas las almas, más allá de su condición o situación.

La Luz de Shambhala emerge hacia la superficie del planeta. Algunos consiguen percibirla, otros aún están muy dormidos para darse cuenta de este gran acontecimiento.

Shambhala emana su mensaje silencioso a las almas, para que ellas reconozcan el momento de Shambhala en este tiempo de la humanidad.

Quiero que sus seres se sumerjan en Shambhala para comprender la vida y la existencia desde otro punto de la consciencia, así no se sentirán bloqueados o encarcelados en su propia condición humana. 

Shambhala forja el guerrero, Shambhala forja el vigilante, Shambhala forja el alma devocional e impulsa constantemente la elevación de la consciencia hacia los Universos Sublimes. 

La Tierra no es solo caos. Shambhala, como otros lugares, es un Recinto Sagrado, en donde podrán realizar esa peregrinación interna hacia dentro de ustedes, hacia sus orígenes, hacia la verdad. Así, las apariencias desaparecerán, las incomprensiones se disolverán; pero solo entra en Shambhala el corazón puro y humilde, aquel que sabe reconocer más allá de sí el Poder de Dios y de la Creación. 

Shambhala se abre como una fuente de amor inagotable. Las almas son bañadas por la Luz de Shambhala en este momento, para reencontrar el sentido de su existencia y de su misión en la Tierra.

Shambhala está aquí. Esta es la Luz de Shambhala. En reverencia, agradezcan y preparen sus corazones para lo que llegará.

Si Shambhala hoy está aquí es por una importancia universal, y no solo mundial. Ella se revela, nuevamente, después de su largo recogimiento. Sus rayos y luces muestran el próximo ciclo, en el que todo finalizará. 

Vayan a buscar a la fuente de Shambhala lo que necesitan. El Padre siempre les dará todo, siempre. Y cuando estén dentro de Su Ley, beban de esa fuente y sus talentos despertarán. 

Shambhala es inmutable. Shambhala es eterna. Shambhala es historia de grandes orígenes. Por eso, tantos monjes llegan allí, al desierto de Gobi en Mongolia, para buscar a Shambhala en donde aparentemente no existe. 

Que la Luz de Shambhala estabilice los espacios y las consciencias para que reine la armonía y la paz.

Shambhala se prepara para su gran tarea y su gran momento. Acompáñenla. 

Shambhala los convoca en el espíritu y en el alma para la unión interna y la sintonía con lo Mayor. 

Pero cuando caminen hacia Shambhala, despójense completamente. Que sus pies sean lavados del polvo, del caos mundial antes de ingresar al portal para que, purificados, sus almas reciban lo que Shambhala tiene para entregarles. Acompáñenme en esta peregrinación interna. 

Shambhala es la esencia de la Verdad, sigan su Luz. Ella es como una gran estrella en el firmamento. Shambhala es como un gran sol en el Universo. Su Reino está allí para ser reconocido y amado.

Shambhala es la voz de la sabiduría del corazón. 

Shambhala, Shambhala, Shambhala, ven hacia aquellos que buscan la inmortalidad y la superación de sí. Ven hacia aquellos que aman el Plan de Dios y lo buscan.

Antes de despedirme, y para que permanezcan en la luz de Shambhala, quisiera pedirles algo especial para Mí, que en este sagrado encuentro con Shambhala, cierren este trabajo cantando “Cristo Solar”.

Así, las almas se encenderán por el impulso que les dará Shambhala con su sabiduría y amor.

Sigan Mis Pasos en esta peregrinación, hacia el encuentro con lo sagrado y lo devocional. 

Yo los bendigo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.


Sagrada Luz de Shambhala
que emerges en los espacios, 
Sagrada Luz de Shambhala
que impregnas todas las formas y arquetipos, 
Sagrada Luz de Shambhala
que transmutas la mente concreta y terrestre, 
eleva todos los principios, 
transmuta todas las corrientes, 
disipa toda adversidad, 
para que el amor que proviene de ti
triunfe en la Creación.

Amén.

Aparición de Cristo Jesús durante el Sagrado Llamado, en la Ciudad de Cracovia, Polonia, al vidente Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús

Después de más de cincuenta años retorno a Cracovia para traer al mundo la Paz y conceder a la humanidad la Misericordia.

Por esa razón estoy aquí y les he pedido estar aquí, Conmigo, para que las almas se liberen del sufrimiento; un sufrimiento que dejó de ser histórico para convertirse en un sufrimiento milenario.

Por eso, los he traído hacia la Fuente de Mi Divina Misericordia, porque necesito que profundicen en ella, que la puedan conocer más, que puedan profundizar más en ella con la consciencia, porque aún el mundo la necesita.

Pero hoy los traje a un escenario más difícil, a uno de los escenarios más difíciles de la humanidad. Por eso me digné a descender aquí hace tanto tiempo, así como Mi Madre lo hizo en Fátima, para dar a conocer al mundo lo que pensaba y sentía Dios. Pero aún la humanidad no ha comprendido nuestro mensaje, porque no lo ha escuchado de verdad.

Eso trae demoras en el despertar de la humanidad. Por esa razón he regresado aquí, a Polonia, por medio de esta Obra, para que sepan que Mi Obra de Misericordia es una sola Obra, nacida desde la misma Esencia y de la misma Fuente, la que el mundo deberá conocer y no solamente invocar y pedir.

Mientras estoy aquí presente con ustedes, estoy presente con Mis hijos de Polonia y de toda Europa Oriental, porque ya estoy abriendo los caminos con Mi Consciencia Divina y Paternal para poder llegar a Asia y a Oceanía.

Preparando las bases a través de la Fuente de Mi Misericordia, la Obra de la Redención se podrá realizar y ella se podrá llevar adelante, con la ayuda incondicional que muchos han dado para que Polonia recibiera esta oportunidad especial.

Es así que hoy estoy deteniendo la historia de lo que ha pasado; es decir, estoy disolviendo el sufrimiento humano, lo que ha quedado registrado en la consciencia de los hombres y de las mujeres de toda Polonia.

Por medio de Mi Fuente vengo a disolver el sufrimiento, vengo a conceder la paz y traer la esperanza a los corazones, sabiendo que aún hay mucho por hacer en esta humanidad.

Es así, que hoy me presento a ustedes como el Señor de la Misericordia, pero también como el Señor de la Gracia, como el Señor de la Piedad, el Señor del Amor, ya que estos atributos son los necesarios en este momento y para lo que necesitan los hermanos de Polonia, sabiendo que su propia fe los ha salvado.

Es esa fe tan ardiente, tan verdadera y pura que ha permitido esta Gracia, que su Maestro y Señor del Universo retorne a la Tierra, retorne al lugar en donde Él abrió la Fuente de Su Divina Misericordia para que no solo todo se pueda recuperar, sino para que también las almas reciban lo que necesitan en este momento.

Estamos en un momento importante ante el Universo, ante la Iglesia y la humanidad. El Señor de la Misericordia viene a su encuentro, no solo para borrar el pasado, sino también para hacer renacer los espíritus en la Fuente del Amor y de la Unidad.

En esta hora disuelvo lo que ha sucedido aquí, en este pueblo, así como disuelvo en sus corazones, la impotencia que existió en algún momento de no poder sobrevivir. Pero ahora, ante Mi Presencia Celestial, el Maestro del Amor y de la Unidad les vuelve a presentar Su Fuente de piedad y de reparación, para que todas las esencias de Polonia y del mundo se sumerjan en Mi Fuente de reparación y de cura, en la que los códigos del mal serán disueltos para que renazca en ustedes la verdadera luz que son ante el Padre Celestial.

Por eso, en esta tarde en la que Polonia recibe la presencia del Cielo, Yo les ofrezco el Don del perdón y de la reconciliación, para que sean instituidos en sus vidas a fin de que esos dones de Mi Gracia ayuden a reparar a muchas más almas que necesitarán desprenderse del sufrimiento y de la agonía para volver a tener confianza en Dios y sobre todo, en Su Divino Reino.

Con todo el Poder que instituye el Cielo y el Universo, Yo les traigo la Fuente de Mi Divina Misericordia, para que se puedan sumergir en Mi Océano de Amor y los Códigos de Luz se renueven en sus seres y en todo el pueblo polaco.

De este modo Yo les traigo la expiación para que consigan perdonar y volver a amar, sabiendo que todos son parte de una misma Fuente y de un mismo Origen y que, algún día, todos serán uno dentro de esa Fuente de Amor y de Unidad que representa al Padre Celestial.

Que hoy sus rostros no reflejen la tristeza del pasado, porque sé que es una tristeza verdadera por la agonía, por el sufrimiento, por el dolor. Pero Yo les pido que reflejen un rostro de esperanza, porque Dios les ha concedido a su pueblo dos sucesores de Mi Misericordia: Santa Faustina y San Juan Pablo II.

En ellos encontrarán las bases de esa renovación. A través de ellos llegarán a Mi Corazón misericordioso, porque en total incondicionalidad se han ofrecido al mundo después de ascender a los Cielos, para ayudar a la humanidad y sobretodo a Europa Oriental a fin de reparar y de cicatrizar las heridas, heridas imborrables en las mentes y en los corazones.

Pero sepan, compañeros, que en la Fuente de Mi Divina Misericordia todo se resolverá, porque mientras les hablo y Me escuchan, Yo escucho el llanto de los inocentes, los acojo en Mi Corazón paternal y los llevo a la Fuente de Mi Divina Misericordia; una Fuente armoniosa y pacífica para que todos ellos se puedan liberar.

Por eso, en esta hora muchas cosas están sucediendo. No hay enfrentamiento contra el mal o la adversidad. Mi Presencia ha neutralizado todos los espacios. Mi Presencia ha iluminado todos los rincones. Mi Corazón ha concedido el fin de un cautiverio espiritual que ha quedado guardado en el corazón de los polacos.

En esa unión íntima con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, el Señor de la Misericordia y de la Piedad viene a reconstruir a Su humanidad y a Su pueblo, por medio de los siervos que Yo he enviado al mundo, que han pasado por esta Tierra para anunciar y proclamar Mi Palabra y que aún pasan por esta humanidad como embajadores de la paz para proclamar Mi Evangelio victorioso y la llegada al mundo de Mi infinita Misericordia, antes de que se abra la Fuente de la Justicia Divina.

Por eso, compañeros, no solo ustedes ingresen en la Fuente de la reparación de Mi Corazón, sino llévenla a todos los que necesitan de Mi infinita Misericordia, así Yo podré hacer muchos más prodigios, como los que hago en el espíritu de los presentes y de los no presentes, llevándolos a la comunión con Mi Corazón Eucarístico y encendiendo en sus almas el Fuego misericordioso de Mi Amor, el que finalmente curará todas las heridas, liberará a todas las almas y establecerá la paz.

Que se cumpla entonces el advenimiento de la Misericordia en Mis siervos para que el planeta, como un todo, reciba una oportunidad, sabiendo que deberá volverse a Dios para encontrar la cura y la reparación de toda la vida planetaria, especialmente de aquellos acontecimientos que han marcado la historia de la humanidad y de millones de almas que aún no han conseguido liberarse del sufrimiento y del dolor humano.

Pero hoy por medio de Mi Gracia y de la Fuente de Mi Divina Misericordia, su Maestro y Señor viene a reparar a todas las esencias, especialmente a la esencia original de Polonia que a pesar de todo lo que ha sufrido y padecido, no ha perdido la esperanza, la alegría y el júbilo de vivir a su Maestro y Señor.

La prueba del pasado fue realmente difícil, pero la victoria de su pueblo está en la perseverancia y en el dogma de su fe; esto hace regresar la Fuente de Mi Misericordia a Polonia, sabiendo que aún hay tiempo para poder redimirse por medio de los Sacramentos que Yo les he concedido desde Mi Vida pública hasta la Última Cena, llegando a lo alto del monte Calvario en la Cruz.

Todos esos méritos, todos esos dones, todos los poderes de esa Gracia concedida por Dios, forman parte de la Fuente insondable de Mi Misericordia que hoy vuelvo a derramar sobre Polonia y especialmente en las almas que aquí habitan, para que en el próximo tiempo, el tiempo de la gran renovación y del gran cambio, ustedes demuestren al mundo que es posible perdonar, amar y reconciliarse interiormente, a pesar de todo lo que haya sucedido.

Es por este medio de la Divina Misericordia que el Señor y Maestro de Polonia, el Señor de Europa Oriental, viene a este lugar que es bendecido por la Gracia para entregarles nuevamente la comunión con Mi Cuerpo y con Mi Sangre, para que todo se pueda renovar en sus espíritus, para que todo se pueda disolver en sus consciencias, especialmente aquello que les ha impedido seguir caminando en la fe y en la alegría de vivir a Dios en plenitud y en confianza.

Por eso eleven sus corazones hacia los altares de Nuestro Padre Creador, para que en este ofrecimiento y sacrificio del Cordero Unigénito, todo pueda ser reparado y restaurado en la Fuente de la Divina Compasión, concediendo a su pueblo y al mundo la Misericordia de Dios, aquella que disuelve los errores, los sufrimientos y las heridas profundas.

Ofrezcan hoy Conmigo este Sacramento del Altar, para que los ángeles que han venido a Mi encuentro y desde el Reino de Dios, no solo transubstancien la forma del pan y del vino, sino también transubstancien a todas las esencias de Polonia a fin de que se reencienda el Fuego y el Espíritu del Amor consolador y todo se redima, poniendo fin al sufrimiento e ingresando al Portal de Mi Corazón, de Mi Corazón de Alegría, de Esperanza y de Júbilo.

Con estas palabras que hoy les traigo desde el Cielo, los invito a celebrar esta Eucaristía en nombre de millones de almas más en el mundo que en muchos rincones de la Tierra, como en muchas naciones del Mundo, esperan por la Fuente de Mi Divina Misericordia.

Quiero que en esta tarde de celebración y de profunda reparación lleven esta Fuente al mundo, por medio de la comunión con Mi Cuerpo y Mi Sangre, estableciendo así en sus consciencias el estado de Mi Gracia eterna.

Celebremos entonces este momento, por todos los sacerdotes, por todos los religiosos, por todos los creyentes y los no creyentes, por todos los que necesitan sumergirse en la Fuente de Mi Misericordia, concediendo a su pueblo y a la humanidad esta expiación extraordinaria que hoy Mi Corazón trae del Cielo para derramarla en sus corazones, como un Cáliz renovado por la Sangre del Cordero. Amén.

Incienso.

Y todos los que Me escuchan en cualquier lugar del mundo, también ofrezcan este sacrificio junto a su Maestro y Señor, para que la paz no solo llegue a los corazones, sino también a las naciones del mundo que viven los conflictos y las guerras de estos tiempos.

Envío ese Rayo de Mi Misericordia de una forma especial y muy amorosa para Egipto, Siria, Irak, Nicaragua y Venezuela. Que todas esas almas que allí se encuentran, hoy sean merecedoras de la Divina Misericordia, para que no pierdan la esperanza y la aspiración de volver a encontrar a su Maestro y Señor cuando Él retorne al mundo por segunda vez y para poner fin al sufrimiento humano, para instituir el espíritu de la alegría del Reino de Dios. Que así sea.

Que los elementos del altar sean transubstanciados por la presencia de los ángeles del Cielo y así el Espíritu de la Renovación se pueda instituir, trayendo la Paz y la Misericordia al Mundo.

Felices hoy serán los que vivan este Sacramento, porque podrán reconocer a Aquel que vendrá entre las nubes, trayendo la Gloria de Dios y el regreso del Reino de los Cielos, como fue en el principio.

Que el Espíritu Santo descienda sobre este elemento para que él esparza sus Dones en Polonia y el mundo.

Con el agua los purifico y también los consagro.

Con el agua los elevo y también los trasciendo.

Con el agua los sublimo y también los santifico.

En esta Cena que hoy les ofrezco, se volverá a desvelar un misterio que se encuentra en el centro de Mi Corazón, que es el Misterio del Amor vivo de Dios en todos los seres y en todas las criaturas que Él ha creado a Su Imagen y Semejanza. Es hacia esa llama poderosa del Amor que deberán retornar y regresar siempre, porque en el Amor de Dios se encuentra la Fuente de Mi Misericordia.

La Sangre y el Agua que brotó del Cordero es la Sangre que santifica a las almas y las redime espiritualmente.

Por todos los que obran en Mi Iglesia de la Tierra y en Mi Iglesia Celestial, hoy ofrezco este Sacramento para que se esparza como Luz en el mundo y las tinieblas se disuelvan.

Tomen y coman todos de Él porque este es Mi Cuerpo que es ofrecido por el Cordero Inmolado y entregado por los hombres para el perdón de los pecados. Nunca olviden hacer esto en Mi Memoria.

Tomen y beban todos de Él, porque esta es Mi Sangre, Sangre de la Nueva Alianza que es derramada por los hombres para el perdón de los pecados. Beban de esta Fuente de amor y de reparación para que todo sea curado, dentro y fuera de los hombres de la Tierra. Este es el Cáliz de la Concepción Original, el Cáliz de la Santísima Trinidad que se ofrece en lo más simple y humilde, para que sea bebido por los hijos de Dios a fin de renovar todos los tiempos.

Este es el Sacramento de la fe de todos los hombres de la Tierra. Benditos sean los que comulgan de Él para renovar sus consciencias, familias, pueblos y naciones para que triunfe el poder de Mi glorificado y misericordioso Corazón.

Oración: Padre Nuestro.

Escucharemos ahora el Padre Nuestro en polaco.

Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros (se repite dos veces)

Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, dadnos la paz.

Felices serán los invitados a beber de la Sangre y a comer del Cuerpo del Cordero para que todo sea renovado.

Es de esa forma que Yo les concedo la Paz, para que vivan en Mi Paz y sean Mi Paz.

Vayan en Paz y lleven la Paz, porque así el mundo será reparado y toda la humanidad será consolada de sus innumerables sufrimientos.

Yo les agradezco por haberme ayudado a llegar hasta aquí, para reabrir la Fuente de Mi Misericordia, no solo en Polonia, sino también en Medio Oriente.

Todo se ha consumado.

Los bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.

Ahora se darán el saludo de paz en Mi Nombre.

Quiénes somos

Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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