APARICIÓN RESERVADA DE LA VIRGEN MARÍA EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
 

Hijos amados:

Coloquen su atención en lo que hoy les voy a decir.

Es un momento importante en el que sus consciencias pueden profundizar en el despertar, para ir al encuentro de la verdadera vida que se vive en el universo, para ir al encuentro de la verdadera vibración que puede llegar a ustedes, en auxilio y en protección.

Hoy sobre las palmas de Mis manos, les traigo la esfera de Luz de la consciencia arcangélica y angélica. Esta es la esencia que Dios utilizó para crear a Sus ángeles y arcángeles, a todas Sus huestes de Luz.

Ahora coloquen su consciencia en ese espacio, en esa vibración y dimensión.

Por un momento perciban cómo es posible, a través de Mis Palabras, salir de la esfera terrestre, de la condición humana y del caos, para que adentro de cada uno de ustedes encuentren al verdadero ser, a la pureza original.

A través de esta esfera creadora, Dios manifestó el universo mental ultraterrestre, antes de que existiera el universo material.

Así, hijos Míos, pueden comprender qué antiguo y valioso es ese momento en el que el Padre Eterno colocó Su Mirada y Su Amor para poder crear y manifestar a Sus huestes de Luz.

Esta esfera que hoy llevo en Mis manos, es la esfera creadora, una de las tantas esferas que el Padre utilizó y manifestó para concretar Su Voluntad dentro de la Creación.

Una esfera semejante existe sobre el universo material. Imaginen cuán antiguo fue ese momento en el que todo se manifestó y se creó para Gloria de Dios, para alabarlo y honrarlo como Él es, la Fuente misma, el Amor, la Unidad y la Misericordia.

De esa esfera creadora que hoy llevo entre Mis manos, como les dije al principio, surgieron las huestes arcangélicas y después las angélicas y así sucesivamente los ejércitos de Luz de cada Padre Creador, de cada Arcángel, formando así la Jerarquía Angélica, los comandos sagrados para llevar adelante el importante Proyecto de Dios en el universo material.

Imaginen por un momento, hijos Míos, que antes de que ustedes existieran ya estaba presente la consciencia arcangélica y angélica, aprendiendo a dar los primeros pasos en el servicio incondicional a Dios, aprendiendo a manifestar y a concretar la Ley para que los Mandamientos pudieran expresarse, algún día, en su civilización y en otras; para que, a través de la Leyes divinas, espirituales y materiales, todos Mis hijos en el universo aprendieran a evolucionar.

El Padre sabía, desde el principio, que el Proyecto del universo material podría tener sus oscilaciones antes de que el ángel caído abandonara la Voluntad Divina.

En esa oscilación se generó la dualidad, lo que hoy ustedes conocen como libre albedrío, la libertad de decidir y de asumir las consecuencias y los efectos de las decisiones de cada ser humano.

Por eso, vivir en la Voluntad de Dios es algo más que aceptarla, es algo más que vivirla, es poder tener toda la consciencia impregnada por esa Ley, por esa vibración que solo los elevará al sentido del propósito y de la meta.

Esa Voluntad fue cumplida desde el principio por los arcángeles, los ángeles y todas las huestes de Luz, los llamados coros celestiales.

Así, siguiendo las indicaciones de la Fuente Divina, de la Consciencia Creadora, después de haber formado y gestado las diferentes Jerarquías Angélicas, llegó el momento de la creación del universo material a través de la alquimia divina y de la intervención de Leyes divinas, de Rayos divinos y también de corrientes cósmicas que permitieron crear el universo material y así, los primeros planetas surgidos de las grandes estrellas muy antiguas que hoy ya no existen en el universo material, pero que dieron el impulso para poder concretar la Voluntad del Padre, misión y al mismo tiempo operación divina llevada adelante por los ejércitos de Luz, las diferentes Jerarquías Angélicas, bajo la guía de los Arcángeles.

Así, cada Padre Creador, a los pies de la Fuente Única, recogió lo que Dios con Amor, Unidad y Misericordia entregó a cada uno de ellos, cada uno recibió su esfera divina.

Doce esferas creadoras fueron encomendadas para manifestar la vida del universo material, con el fin principal y el propósito primordial de que las criaturas que surgirían de los Lagos de Luz del universo pudieran tener una importante condición, que era y que hoy es la conexión divina con la Fuente a fin de que, independientemente de cualquier situación o experiencia en el Cielo como en la Tierra, las criaturas pudieran aprender a unirse a lo Alto, a entrar en comunión con la Fuente para poder regenerarse y curarse.

Esas doce esferas, en las manos de los Arcángeles, fueron llevadas hasta los umbrales del universo ultraterrestre, en donde a partir de allí comenzaría a crearse el universo material.

A través de puertas divinas, los Arcángeles llegaron a los umbrales del gran vacío cósmico, en donde aún reinaba un profundo silencio. Momentos después, los doce Arcángeles se unieron en oración y en súplica para que la Fuente Divina los ayudara a realizar y a concretar la misión que el Padre Eterno les había encomendado.

Fue entonces que uno de los Arcángeles se rebeló, su interior se alejó de la conexión divina y principalmente del Amor, apartándose absolutamente de la sabiduría y del entendimiento de la Ciencia Divina que Dios planteaba en aquel tiempo para crear el universo material.

El Trono de Dios, reconociendo esa falla importante, lo dimitió para que en un espacio del universo cósmico reflexionara y recapacitara, a fin de realinear su consciencia con la Fuente Divina y curar su consciencia de los sentimientos opuestos a Dios.

Mientras tanto, los demás Creadores, los Arcángeles, comenzaron a llevar adelante esa misión. Reunieron por un momento todas las esferas creadoras, en las cuales estaba depositada, en cada una de ellas, la Voluntad de Dios.

En cada una de esas esferas creadoras existía el surgimiento de civilizaciones, es decir, de la vida en los diferentes universos materiales que serían creados.

Pero había una de esas esferas creadoras que tenía un deseo ardiente y profundamente espiritual de Dios, lo que hoy llamamos Universo Local. De allí debería surgir, al menos, la mayor experiencia crística de amor, aunque aún en ese momento Dios no había expresado Su Segunda Persona, el Hijo.

En ese entonces, los Creadores llevaron adelante la Voluntad de Dios. Oraron, suplicaron y conectándose con la Fuente Suprema comenzaron a crear, a través de la vibración y del sonido, el universo material.

Fue entonces que Andrómeda se volvió el centro de este Universo Local, como lo fue hasta estos tiempos.

Un Gobierno espiritual y cósmico debería desarrollarse, a fin de que fuera el puente intermediario para que las demás criaturas pudieran vivir en la Ley y cumplirla, pudieran alcanzar la felicidad de evolucionar y de estar en contacto con la Fuente de forma eterna.

Mientras las primeras criaturas eran creadas en los Lagos de Luz, el Padre Creador que se rebeló comenzó a crear la dualidad, el sentimiento de que las criaturas podían decidir por sí mismas, sin importar las consecuencias ni los resultados, sin tener presente que la Ley es la energía que ayuda a alinear la consciencia con el Propósito que la conduce y que la guía hacia su meta espiritual e interna.

La vida evolutiva fue siendo generada en este Universo Local como en otros. El tiempo fue pasando, las experiencias se fueron desarrollando y Dios contemplaba cómo Sus criaturas, a las que ama profundamente, le respondían.

Con esto quiero decirles, hijos Míos, que el Proyecto de Dios siempre se actualizó, siempre se adaptó a las realidades de este universo material como a las del universo mental.

Inevitablemente, en el ingreso de la dualidad o del libre albedrío, las criaturas fueron realizando sus experiencias y cometieron muchos errores.

Después de millones de años de su tiempo, surgió del Padre Eterno la creación de una civilización, su civilización sobre la superficie de la Tierra, que no solo pudiera vivir la conexión con la Fuente, la comunión con lo Alto, sino que también expresara la vida crística.

En los primeros tiempos de este Proyecto genético humano, la humanidad consiguió dar sus primeros pasos. Hubo fallas importantes en la historia de la humanidad, hasta los tiempos de hoy.

Para que este Proyecto en la superficie de la Tierra no se perdiera y fuera abortado, la propia Fuente Divina, el mismo Dios, el Todopoderoso, decidió expresar materialmente Su Segunda Persona, el Hijo, y lo trajo a la Tierra.

Pero Él debería dejar una lección y una instrucción importante para todas las generaciones que pasarían por la humanidad, para todas las criaturas que tendrían la oportunidad de vivir en este planeta escuela su redención y el perdón.

Por eso, Cristo encarnó en un lugar muy humilde y simple, como lo fue una gruta. Dios nunca podría haber nacido en un trono o en un palacio, porque no sería Dios mismo. 

En el nacimiento de Jesús, en el pesebre de Belén, podrán ver representada por una visión clara la humildad del Padre Eterno, que es lo que a la Fuente le permite gobernar toda la Creación y toda la vida.

Así comprendan, hijos Míos, cuán importante es vivir esa humildad en este tiempo para poder reconocer al Dios interior en cada uno y así poder transformarse.

Hoy, en la consciencia de esta humanidad, deposito esta esfera creadora, que es la que generó el universo material y especialmente su civilización, desde los primeros tiempos.

A través de la esfera creadora, recuperen su conexión con lo Alto, con la Fuente, y vuelvan a unirse al Amor de Dios para que Él les vuelva a dar Su confianza y Su Misericordia; y el mundo recupere, como un todo, su filiación con el Padre Eterno. Así podrán vivir en la Ley, en los Mandamientos; no como la obligación de cumplir una regla, sino con la consciencia abierta de saber que ese es el camino para que cada uno viva su transfiguración y su ascención hasta llegar a fundirse en la Fuente Divina.

Abran sus corazones para acoger este misterio. Lleven en sus consciencias este impulso del Divino Espíritu y reafirmen sus votos con la Fuente de la Creación para que el mundo reciba la Gracia de una nueva oportunidad y así, la mayoría pueda alcanzar la felicidad de estar en Dios y de pertenecer a Su Reino.

Rezo para que alcancen esta, Mi aspiración.

Los amo y los bendigo bajo la Luz de Cristo, Nuestro Señor.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.