Mensaje extraordinario
MENSAJE PARA LA APARICIÓN EXTRAORDINARIA DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Atlántida, una civilización desaparecida

En tiempos remotos, mucho antes del nacimiento de Jesús, existió en el planeta una civilización que se destacó, después de Lemuria, por la intuición, por el contacto interno y el contacto con el Universo.

Sus avances espirituales y materiales fueron más grandes que los avances de la humanidad de hoy. 

Esta civilización estaba concentrada en el Océano Atlántico, dentro de una geografía que en los tiempos de hoy ya no existe, porque cada cierta cantidad de miles de años el planeta vive su transformación geológica.

Atlántida nació de una población muy anterior a los vikingos, aquellas consciencias que evolutivamente conquistaron y conocieron los mares y los grandes océanos, en experiencias que el ser humano iba contactando a través de navegar los océanos.

Atlántida se formó primero como una villa de pescadores, en una de las diversas islas del Atlántico; algunas de ellas, después de su transformación geológica, hoy forman parte del Mar Caribe. 

Atlántida no estuvo en el Mar Caribe, pero sí próxima a esa región, más hacia el centro del Océano Atlántico y en el paralelo horizontal de las costas de África.

Otra parte de la antigua Atlántida, y lo que quedó geográficamente de ella, se encuentra hoy en lo que ustedes conocen como las Islas Canarias, la Isla Gran Canaria, Lanzarote, Tenerife, etc. 

De esa forma podrán comprender cómo la “Atlántida Mayor” vivió una gran transformación, ya que de ser un pueblo menor, pasó a ser una civilización que se irguió entre un sistema de islas exóticas y deshabitadas.

Atlántida desarrolló una expansión material y estructural muy avanzada para aquellos tiempos, en los que no se contaba con grandes ni profundos conocimientos.

Era una civilización semejante a la raza humana que hoy existe; solo que, en su esplendor, estaba rodeada de menos elementos o factores que la pudieran comprometer. 

Atlántida se levantó dentro de un conjunto de islas que provenían de antiguos volcanes que, hasta ese tiempo, estaban inactivos. Dentro del proyecto que se preveía para Atlántida, estaba la propuesta espiritual de que ese conocimiento y desarrollo intuitivo y espiritual que la propia Atlántida había alcanzado, se extendiera para las próximas generaciones sin la necesidad de que los seres humanos comenzaran de cero para poder aprender lo que muchas veces no aprendieron.

En Atlántida hubo consciencias con altísimas virtudes, que después se fueron concretando en ideas y proyectos, que hicieron avanzar rápidamente a la civilización. 

Entre esas virtudes, había dones de Sacerdotes, Sacerdotisas, Científicos, Curadores, Gobernantes, Espejos y Guerreros, de los cuales los Guerreros se destacaban espontáneamente por su capacidad intuitiva de vigilar y de celar por lo sagrado, así como por las islas.

Atlántida fue una civilización que vivía fluidamente el contacto con el cosmos, pudiendo conocer mucho más de lo que hoy conocen los científicos del mundo y lo que captan los satélites.

Con esto podemos ver y comprender cómo Atlántida se destacó por su experiencia en la espiritualidad y en el contacto con leyes inmateriales, las que siempre han estado disponibles para el despertar de la humanidad.

De esa manera, la civilización atlante fue creciendo en experiencias espirituales, científicas y curadoras.

Toda la civilización se veía beneficiada por lo que un círculo representativo de la población, que fueron los fundadores de Atlántida, vivieron desde los primeros tiempos.

Muchos se han preguntado a través de los tiempos cuál fue la causa de la desaparición total de la Atlántida. 

En verdad, antes de que este acontecimiento sucediera, los verdaderos seres contacto, en siete períodos de diferentes tiempos, antes de la gran desaparición de Atlántida, fueron avisados y advertidos, como hoy es avisada la humanidad, que era urgente cambiar ciertas actitudes y poderes que las consciencias creían tener.

El manejo espiritual que Atlántida había alcanzado como voltaje y experiencia era altísimo. Pero en todo eso, ingresó en acción la dualidad y el deseo humano del poder sobre los demás.

Hubo un momento en el que solamente un porcentaje menor consiguió percibir la urgencia de las advertencias, y así abandonaron las Islas de Atlántida, refugiándose en lo que hoy es Sudamérica.

Pero la mayoría se cegó completamente por la ambición, por el poder y por la manipulación de la energía, lo que trajo para la civilización ciertas prácticas indebidas, las que generaron un vórtice de gran desequilibrio físico, mental y espiritual. 

Todo ese movimiento activó, en cadena, todos los volcanes que estaban inactivos. En total fueron siete volcanes que despertaron de manera sorpresiva, sin mucho tiempo para actuar, y generaron el conocido cataclismo de la Atlántida.

Las islas fueron tragadas por el océano y el fuego, y todo lo que había en ellas, sin posibilidad de hacer nada, desapareció.

Una severa Ley Universal corrigió a toda la consciencia atlante; pero los que respondieron a las advertencias se salvaron y, más tarde, recrearon sus pueblos bajo otras experiencias. 

De ahí nacieron los pueblos indígenas, los que en Sudamérica y a través de los tiempos, fueron habitando las altitudes y las llanuras.

El ejemplo de la civilización de la Atlántida demuestra que ninguna consciencia tiene poder sobre nada y que cuando no existe humildad, pobreza y amor, todo podría volverse peligroso. 

Por eso, Cristo vino para dar ese mensaje al mundo entero, para que las almas siempre recordaran la Ley de la Jerarquía y, sobre todo, la presencia de un amor no posesivo ni un amor personal; de un amor fraterno, caritativo y justo para las experiencias de la vida.

¡Les agradezco por reflexionar sobre esta historia con atención!

Los bendice, 

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz