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A algunos días de terminar tu camino cuaresmal, hijo, fortalece aún más tu corazón, rehace tus ofertas, renueva tu compromiso, revisa ante Dios lo que aún no entregaste, suelta las riendas que aún están en tus manos, deja los tesoros que aún abrazas como preciosos para ti y sumérgete aún más en el vacío.
Con los pies descalzos y las manos vacías, camina despojándote del pasado y del futuro, perdonando lo que pasó y ofreciendo lo que vendrá. A cada paso, abraza el momento presente y permite que las Gracias Divinas desciendan sobre tu consciencia para colmar los espacios vacíos.
Da lugar al Espíritu de Dios, para que Él sea el que te conduzca en tus últimos días del desierto y Él sea el que te guíe después de cruzar las tierras áridas de la soledad interior.
Que cada día, el Creador encuentre en ti un corazón dispuesto a estar en Él y a vivir por Él cada instante de la vida en este mundo.
No te canses de caminar y no temas lo que vendrá al salir del desierto, pues para eso estás preparando tu corazón. Y, si te transformas en un instrumento, cada vez más vacío y transparente, siempre le darás espacio al Padre para que esté en ti; y es Él, hijo, Quien vivirá cada etapa de la transformación humana dentro de tu corazón.
Por eso, concentra tu energía, tu consciencia y tu voluntad en ser un instrumento vacío en las Manos de Dios. Todo lo demás, Él lo hará en ti y a través de ti.
Tienes Mi bendición para esto.
Tu padre y amigo,
San José Castísimo
Ve, hijo, en auxilio de las almas que sufren; de las almas que, en la soledad de su corazón, cargan el peso de la desesperanza, del desespero, del desaliento; almas que están buscando un sentido para su propia vida y que necesitan auxilio para reencontrar la Luz del Propósito Divino.
Ve en auxilio de las almas y dale sentido a tu existencia a través del servicio, de la oración y de los Sacramentos que conducen a las esencias al reencuentro con su origen divino.
Ve en auxilio de las almas, escucha a los corazones que sufren, quédate al lado de los que necesitan ser sustentados para no caer en los abismos que están tan cerca de sus pies.
Sostiene de la mano, a través de la oración verdadera, a los Hijos de Dios que necesitan retornar al hogar. Sé un puente para que esas almas reencuentren el camino de la Morada Celestial.
Ve, hijo, ve en auxilio de las almas solitarias y desamparadas, de los que se comprometieron con Cristo, pero que se perdieron en las aguas turbias y agitadas del final de los tiempos.
Que tu corazón sea una isla de salvación, que tu espíritu sea el puente y la puerta para que los que necesitan rescate puedan ser ayudados. Esto es a lo que eres llamado a vivir hoy.
En el vacío de ti mismo, permite que Cristo te use como Su instrumento, porque las únicas cosas que rescatarán a las almas en este tiempo son la Unidad y el Amor. Estas son las dos llaves que encienden la Luz de un mundo interior que está en la oscuridad; esta es la mano que se extiende hacia un alma aprisionada en abismos profundos.
Por eso, en la virtud del servicio, ejercita los dones del Amor y de la Unidad, porque las almas necesitan rescate y Luz en este mundo que se apaga de adentro hacia afuera.
En tiempos de un caos cada vez mayor, sé un puente de Amor y Unidad para las almas.
Tienes Mi bendición para esto.
Tu padre y amigo,
San José Castísimo
Que tu corazón este siempre limpio para que puedas recibir a Dios en tu interior, escuchar Sus Palabras y seguir Sus Pasos.
Que tu corazón sea puro, corazón humano y divino, donde el Espíritu de Dios pueda habitar y guiar tu vida a cada instante.
Para consolidar en tu interior una morada santa, hijo, necesitas aprender de la determinación, no la determinación fruto de la voluntad y de los impulsos humanos, sino la determinación fruto del amor, del diálogo y de la comunión con Dios, la determinación que nace de la voluntad de corresponder a la Voluntad Divina y ser enteramente Su morada, Su instrumento.
La determinación espiritual debe nacer en tu interior para que madures y consolides cada día el Propósito de Dios para tu vida. Esa determinación surge del amor a Cristo y se forma, cada vez más intensamente, a medida que tu corazón está más unido al Sagrado Corazón de Jesús.
La confesión con Dios cada día fortalece en ti la determinación de seguir Sus Pasos, renueva tu corazón y te impulsa a comenzar de nuevo, a pesar de las caídas, y a no desistir, a pesar de los desafíos
La adoración al Cuerpo Eucarístico de Cristo colmará tu ser de Gracia Divina y fortalecerá en ti la determinación para saber decir no delante de las tentaciones y estímulos que repetidas veces te llevan a caer.
De esta forma comprende, hijo, que para desarrollar en tu corazón la determinación santa que lleva a un corazón puro, necesitas colmarlo de la Gracia que el relacionamiento sincero con Cristo trae para tu vida a través de la confesión y de la adoración diarias, porque estos dos momentos serán para ti como beber de la Fuente del Amor de Dios, para amar Su Voluntad y Su Pensamiento perfecto, para escuchar Sus Designios y renovar tu compromiso con Él, para que sepas estar en este mundo y vencer sus estímulos.
En estos tiempos de tantas batallas que se traban en lo invisible de la mente, de los sentimientos y de los sentidos humanos, la determinación espiritual será un don necesario para que consigas mantenerte de pie. Por eso, busca esta Gracia y cultiva este don en tu corazón.
Tienes Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Vigila en oración, para que tu corazón esté pronto para abarcar misterios del Reino Celestial que nunca antes fueron vividos por los hombres.
Vigila en oración, para que tu consciencia sepa reconocer las señales visibles de la Presencia de Dios, y Ella te transforme, por dentro y por fuera.
Vigila en oración, para que, con el corazón vacío, puedas recibir todos los dones divinos que, como último impulso, están siendo entregados a la humanidad. Deja que esos dones se hagan vida, fecundando en tu interior aquello que te llevará a participar de una nueva Tierra, de un nuevo tiempo.
Vigila en oración, para que tantos engaños del enemigo no te confundan y no te hagan perecer antes de alcanzar, en el propio interior, la renovación del Amor de Dios.
Solo ora, hijo, y vigila en oración, porque ha llegado el tiempo de la definición de cada ser, y cada instante debe ser para ti un momento de confirmar tus votos con Dios.
Vigílate a ti mismo en oración, y no permitas que seas tú quien te retire del camino.
Vigila en oración, para saber pedir ayuda en el momento correcto, para saber clamar a Dios por Su Gracia.
Vigila en oración, para percibir cuando el otro necesita de ti, aunque sea en silencio.
Vigila en oración, para comprender que tu vida, por menor que te parezca, puede transformar otras vidas cuando sabes ser instrumento de Dios.
Tienes Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Hijo:
No midas tus posibilidades según tus propias fuerzas. No busques concretar el Plan de Dios solo con tus propias manos. No pienses que no eres capaz de hacer y de vivir esta o aquella cosa porque no encuentras dentro de ti las posibilidades.
Mira la historia de los que cumplieron la Voluntad de Dios y la expresaron, manifestando la parte que les cabía de la Obra Divina del Creador. ¿Fueron ellos, por sí solos, constructores de esa Obra?
Tus posibilidades humanas y lo que conoces de ti mismo poco importan en el momento de concretar una Obra Divina. Lo que sí importa es tu capacidad de ir más allá de ti mismo, de colocar tus ojos, tu pensamiento y tu corazón en Dios y decir:
Señor,
Haz en mí y a través de mí Tu Obra,
cumple Tus promesas, manifiesta Tu Espíritu
y toma mi corazón vacío como Tu morada.
Yo soy Tuyo.
Esa, hijo, debe ser tu oración en los tiempos que vendrán.
No mires tus imperfecciones, sino la Perfección de Dios. No mires ni siquiera tus destrezas y virtudes, para que no limites la Obra Divina a tus posibilidades; solo sé un instrumento vacío, morada del Espíritu Santo, dispuesto siempre a seguir caminos que no están en tu mente, que no fueron trazados por ti, sino por Dios.
Confía en que, en un corazón vacío y dispuesto al Creador, allí operan Sus milagros, y sé tú un milagro vivo.
Tienes Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Un alma que aspiraba a profundizar su unión con Dios y a madurar esa unión a través de una entrega verdadera y de un contacto puro con el Corazón del Padre Celestial, le oraba, diciéndole: “Señor, mi vida y toda la vida Te pertenecen, mi corazón y cada corazón Te pertenecen y son partes vivas de Tu Corazón de Amor. Entonces, enséñame a sentirme, cada vez más, parte de Tu Ser, de Tu Espíritu, de Tu Fuente. Enséñame a vivir y a moverme siempre dentro de Ti, expresándote y siendo Tu instrumento en este mundo y más allá de él”.
Y, después de un instante de silencio, contemplando el interior de esa alma, el Señor le respondió: “Para expresarme más a Mí que a ti, debes primero, alma pequeña, hacer como te enseñó Mi Hijo: entrar a tu cuarto en silencio y orar en secreto a Mi Corazón, que te escucha en secreto. Es allí donde fortaleces tu unión Conmigo. Antes de demostrarla al mundo, antes de ser un instrumento Mío ante los ojos de los hombres, primero debes no solo construir, sino también consolidar y renovar, por los siglos que vendrán, esa unión con Mi Corazón.
Es en secreto que Yo te revelo lo que más quiero de ti. Es en secreto que te muestro Mi Reino en tu interior. Es en secreto que escucho tu confesión y perdono tus pecados, lavo tus pies, tu rostro y tus manos, y te hago nueva todos los días, para que siempre tengas una nueva oportunidad de intentar llegar más cerca de Mi Espíritu, de Mi Fuente.
Completa tu oración con el servicio silencioso y simple, esforzado y atento, pero siempre buscando la humildad. Al principio, alma amada de Mi Corazón, no busques ni siquiera dar el ejemplo, porque aquel que está buscando dar el ejemplo busca la atención de alguien que lo observe y que aprenda de él. Tú no quieras enseñar, sino solo vivir; no quieras mostrar, sino solo ser. Sabe que eres un aprendiz y que estás intentando cada día ser mejor, y si para Mi Gloria alguien te observa y aprende contigo, que tu corazón no cambie, sino que permanezca eterno aprendiz de Mi Espíritu, eterno servidor de Mi Plan, eterno buscador de Mi Presencia. Así, aprenderás en un contacto verdadero Conmigo, Yo estaré en ti y tú Me representarás, tal vez sin percibirlo siquiera”.
Que este diálogo, hijos, les enseñe a buscar a Dios, a profundizar en su contacto con Él y a ser Sus instrumentos en este mundo y mucho más allá de él.
Tienen Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Que tu corazón sienta el dolor del mundo y se conmueva, encontrando en cada instante de la vida la forma de reparar el sufrimiento de la humanidad.
Desde las cosas más simples hasta las mayores renuncias, ofrece a Dios tus acciones, sentimientos y pensamientos, para que Él te transforme en un instrumento de reparación de la consciencia humana.
Que nazca de tu interior un amor mayor, cada día, que se exprese en la fraternidad y en la unidad con el prójimo, que se exprese en el servicio y en la cooperación entre hermanos, que se exprese en la superación de los límites y en el vencimiento de las barreras.
Que en todo, tu corazón reconozca la oportunidad de curar al mundo, sea con la oración o con la vida, con el verbo o el silencio, con la quietud o el servicio, sabiendo encontrar la necesidad, sabiendo abrazar las oportunidades y encontrando a Dios vivo en cada instante.
Tienes Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Cada día más, hijo, busca imitar el vacío y la nada de tu Señor.
Déjate ser un instrumento en las Manos de Dios y que no te importe ser elevado y aclamado, que no te importe el sacrificio y el peso de la cruz, la humillación, la soledad o el abandono.
Deja que tu consciencia penetre en la verdad de cada acontecimiento. Mientras sirves, y tu servicio es elevado delante de los ojos de los hombres, que tu corazón esté colocado en la verdad de que todo lo que haces es para la manifestación del Plan de Dios en la Tierra.
Y cuando el Señor te pida renunciar o te entregue pruebas y humillaciones que forjan en tu ser la unidad con Él y el vacío interior, deja que tu consciencia sea moldeada según Su Voluntad.
Sabe que tanto los grandes hechos como las grandes renuncias construyen con la misma intensidad el Plan de Dios, así como tu Señor que comenzó a construir un vínculo con las almas en los montes por medio de milagros, pero consolidó la Alianza entre los hombres y Dios, vacío de sí, en la Cruz sobre el Calvario.
Profundiza, en cada instante, tu entrega y el sentido de la verdad de tu fe, para que siempre permanezcas en esa verdad.
La situación del planeta colocará en tu camino muchas pruebas, incomprensiones y desafíos, pero tu corazón debe estar en el Cristo del Calvario, vacío con Él, transitando la Pasión de este mundo para culminar como cáliz pleno de Dios vertido sobre la Tierra.
Tienes Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Cuando tu Señor te llama a Su encuentro, ve, hijo, y no temas caminar sin mirar hacia atrás.
Coloca en Sus manos y en Su corazón todo aquello que a veces pareces abandonar, y sabe, en la certeza de tu corazón, que todo encontrará su camino, su propósito y su espacio en el Corazón de un Dios tan inmenso, que para cada criatura tiene un lugar único y perfecto.
Camina hacia tu lugar en el Corazón de Dios, sabiendo que el propósito de tu vida es seguirlo y estar en Él a cada instante, como Su instrumento, Su amigo, Su compañero, en esta y en tantas trayectorias.
Fortalece tu corazón a través de cada prueba, de cada "sí" para Cristo y de cada "no" para lo que es oscuro. Sabe que tu corazón pertenece a un único Señor y en Él siempre debes estar.
Consolida la fortaleza en tu interior, sabiendo que ella está siendo construida sobre las Manos de Dios. Y ten fe, hijo Mío.
Vientos, lluvias y desalientos pasarán, pero las bases de tu morada permanecerán firmes. Por eso, la única cosa necesaria ahora es colocarte en las Manos de tu Padre y Señor y, obedeciendo Sus designios, encontrar Su más puro Amor por ti.
A través de Él amarás a todas las cosas. Y todas las renuncias encontrarán sentido, y todas las ofertas serán multiplicadas en la mesa abundante de la redención de la vida, donde muchos hambrientos comerán de los frutos de tu servicio.
A veces no percibes esos frutos, porque ellos permanecen en las Manos de Aquel que los recoge para, un día, ofrecerlos al mundo.
Ten fe y busca a Dios. Estas son las llaves de hoy para el aliento de tu alma.
San José Castísimo
Para comenzar a buscar la iluminación de la consciencia, ustedes deben amar a Dios, a Su Plan y a Su Voluntad por encima de todas las cosas; deben desenvolver la percepción de Su Presencia en todas las formas de vida y saber que todos los seres necesitan expresar su potencial como criaturas provenientes de Dios para que, entonces, encuentren la paz y expresen la paz en el mundo.
Sin saber la verdad sobre sí mismos, los seres caminan en la oscuridad de la ignorancia confundidos entre las miserias, los deseos y las destrezas que no expresan lo que ustedes vinieron a expresar en el mundo.
Por eso, a veces se torna tan difícil amar y aceptar al prójimo como él está. Digo "él está" porque ellos aún no saben para lo que verdaderamente fueron creados para ser, pues esto aún se oculta en su interior. Pero, antes de que vean la verdad expresarse en sus hermanos, primero deben saber que ella existe y deben amarla, sentir la necesidad de que ella se torne vida en sí mismos y en el prójimo. Así, su búsqueda será verdadera y su aspiración pura los conducirá al camino correcto, al camino de la Voluntad de Dios.
¿Por qué les digo esto?
Porque muchas veces su atención está en las cosas del mundo y en las realizaciones humanas, cuando en verdad el ser humano solo se realiza cuando es capaz de expresar la Voluntad Divina y participar de Su Verdad Celestial. Allí, entonces, ustedes podrán discernir, actuar y hasta aun disponer de las destrezas humanas para convertirlas en instrumentos de la manifestación de la Obra Divina.
Sin dejar de asumir sus responsabilidades, profundicen en el sentido por el cual ustedes las llevan adelante.
Miren hacia el prójimo, buscando sentir el amor y la aspiración de que él se encuentre a sí mismo. Estén en la vida con la aspiración de que ella encuentre su sentido.
Inspírense en la manifestación de la naturaleza, en la realización de las flores y en la belleza de aquel porcentaje de la vida que sí cumple con la Voluntad Divina y que encontró su realización, su plenitud.
Tienen Mi bendición para esto.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Guarda en tu corazón lo que te hace ser un discípulo de Cristo, que es la obediencia, la humildad, el amor y la fe absoluta en Su Plan.
Recuerda, hijo, que tu corazón debe ser un instrumento del Señor y, a donde quiera que vayas lleva contigo esa certeza y esa misión.
Que tu corazón sea siempre un puente hacia el Corazón de Dios y para eso debe estar vacío de sí; vacío de planes, de proyectos y de expectativas; vacío de voluntades y de sueños a ser realizados.
Para ser un instrumento de Dios, tu corazón debe ser humilde y obediente, siempre abierto a escuchar, siempre dispuesto a aprender, más inclinado a percibir lo que el Universo te quiere mostrar cada día que a aportar algo para alguien o para alguna situación.
Si siempre estuvieras dispuesto y atento para aprender, podrías percibir lo que Dios quiere de ti a cada instante. Si estuvieras dispuesto a obedecer, acompañarías los ciclos y no te aferrarías a tus voluntades y a tus planes, por más que en algún momento hayan sido la misma Voluntad y el mismo Plan de Dios.
Los tiempos cambian, los ciclos pasan y cada día trae consigo una necesidad diferente. Por eso, lo más importante en este tiempo es saber obedecer, es estar atento a los nuevos impulsos que llegan de Dios y estar dispuesto a cambiar la dirección de la barca, cuando así fuera necesario.
Que ser un instrumento de Dios en el mundo sea tu única voluntad. Así, hijo, todo se cumplirá como tiene que ser y, sea en África o en cualquier parte del mundo, el Plan y la Voluntad Divina se manifestarán a través de ti.
Vive y permanece en el vacío. Busca, en oración, al Creador que habita en ti; escucha Su Voz, siente Su Amor y sabe que en tu propio interior siempre encontrarás un refugio en donde estar con tu Dios para renovar tus fuerzas y proseguir.
Tienes Mi bendición para dar un paso en el vacío.
Tienes Mi bendición para descubrir lo que es vivir bajo la Voluntad y la Gracia de la Jerarquía Divina todo el tiempo.
Tienes Mi bendición para ser un instrumento de Dios y para encontrar la paz.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
La Misericordia Divina desciende al mundo como fruto del Amor más puro y profundo de Dios por todas Sus criaturas. Deja que este manantial encuentre, en tus oraciones, el puente para llegar al mundo y, en tu corazón, la puerta para permear los corazones de los hombres.
Vive el Don de la Divina Misericordia y sé, tú también, misericordioso. Expresa tu gratitud siendo consecuente con todas Gracias que recibes en tu vida.
Vive para anunciar al mundo la dádiva de la Presencia Divina e imitando el Amor de Dios con acciones, pensamientos y sentimientos de Misericordia, multiplica, hijo, todo lo que el Creador te entrega,
Eres un instrumento de Dios en el mundo, fruto de Su Gracia, expresión viva de Su Amor. Lleva en tu corazón esa certeza y con tu vida inspira a los seres al Amor.
Tienes Mi bendición para eso.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Que cada instante de tu vida sea una misión ofertada al Creador. Encuentra en cada acontecimiento una oportunidad de servir, de renunciar, de amar, de comprender para que los Principios Crísticos inunden tus actos y se instalen en tu consciencia y, así, hijo, ingresen en lo profundo de la consciencia humana, allí donde son generados los pensamientos, los sentimientos y las acciones.
Comprende cada momento como el momento correcto de ofrecerte como instrumento al Padre y, aunque sea para aquellos que estén a tu lado todos los días, sé una fuente de paz, de gracia, de cura, a través de la cual puedan fluir los Rayos que provienen de Dios en auxilio de la humanidad y de toda la vida sobre la Tierra.
Recuérdale a tu consciencia su propósito en este mundo. Ya sabes que viniste al mundo para vivir una Ley Mayor, que restaura la vida y la evolución de todas las criaturas de Dios.
En tus menores acciones, imprime este propósito de paz. Así, hijo, estarás en Dios y Él en ti.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Percibe al Corazón de Dios en tu corazón y déjate transformar por Su Presencia. Deja, hijo, que solo Él crezca dentro de ti.
Permite que el Amor de Dios tome el lugar de tu ignorancia y te convierta en un instrumento Suyo en este mundo. Concede al Padre la posibilidad de actuar, de pensar y de sentir a través de ti. Permite que el Padre modele tu condición humana y suelta las raíces que Él está arrancando de tu consciencia.
Percibe que sin Dios nada eres.
No hay vida, sino en el Padre. No hay verdad fuera de Él. Cuando no estás en Dios, tú solo giras en torno de tu ignorancia y de tu ilusión sin encontrar el camino correcto de tu evolución.
Agradece las correcciones de la vida que te hacen más humilde. Agradece tus errores que te demuestran tu imperfección y cuánto tienes que aprender, crecer y transformarte para convertirte en lo que Dios espera de ti.
Cruza las puertas de las pruebas que Él te envía y deja que, en cada caída, sea Su Mano Divina la que te levante y no tu orgullo que aumente aún más, delante de tus ojos, impidiéndote conocer la verdad y vivirla.
Abraza con gratitud este ciclo de madurez interior y aprende, hijo, a reconocer que todo lo que mejor expresas proviene de Dios y que para cumplir con Su Plan debes buscar, en Él, el Amor y la Gracia que necesitas para manifestar Su Voluntad.
Ve y haz lo que te digo. Tienes Mi bendición para eso.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Con lo poco que los corazones le ofrecen a Dios, el Creador repara a Su Creación y va trayendo de vuelta, a Su camino de amor, a las almas que se perdieron.
La única cosa que el Padre Celestial necesita, hijos, es que ustedes profundicen, cada día, en la propia entrega y santidad. No importa que no sean muchos, que no estén en medio de multitudes proclamando la paz. Lo que importa es que, en sus corazones, el reinado de Dios se haya establecido y que dentro de ustedes haya un espacio único, una morada interior para Él. Que Dios pueda llamarlos más que como Sus hijos, Sus compañeros, Sus instrumentos.
Cada día, busquen esta gracia de una entrega verdadera y profunda, una entrega que va abarcando, poco a poco, los espacios profundos de su consciencia, llegando a lo que llaman subconsciente. Y es allí, en su mundo interior, en el subconsciente más profundo en donde se guarda la historia de la humanidad, en el que la Luz de Dios comienza a trabajar con toda la consciencia humana. De esa forma, hijos, a través de ustedes el Padre puede curar a cada uno de Sus hijos de este mundo y más allá de él.
Todo es cuestión de abrazar con amor el camino del servicio que Él los llama a vivir, dejando que sus núcleos más desconocidos se rindan a Dios y se transformen. Y así, estarán permitiendo que toda la consciencia humana viva una transformación y retome el camino del Pensamiento y de la Voluntad Divina. Por eso, Yo los bendigo y les ofrezco Mi eterno auxilio.
Oren Conmigo y Yo los ayudaré. Busquen Mi presencia paternal y Yo estaré con ustedes porque para eso Dios Me envía al mundo para auxiliarlos, para ser un puente para sus almas y consciencias, para ayudarlos a retornar a Su Corazón Celestial.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Devoción: una puerta hacia la liberación
La devoción, hijos, es un Don de Dios en el corazón de los seres humanos, un Rayo Divino colocado en el interior de los seres para que, cuando esté activo y despierto, los haga retornar al Corazón del Padre.
La devoción activa en la consciencia humana su potencial de unir las dimensiones, de disolver todas las barreras que separan los corazones de Dios y de abrir las puertas para que los seres se liberen de todo lo que les impide llegar al Padre.
La devoción es como un imán que eleva la consciencia hacia Dios y, al mismo tiempo, la purifica para que llegue al Padre.
La devoción permite que los corazones reconozcan la necesidad de estar en Dios y, cuando esa devoción es madura y evolutiva, que los seres sean conscientes de la necesidad de crear una condición para que, aquellos que no lo consiguen, tengan también la posibilidad de llegar al Padre.
La devoción que nace en el corazón y se eleva a la consciencia, permite que los seres maduren sus núcleos inferiores y los transmuten, porque la propia energía los lleva a comprender que es necesario transformarse para llegar a Dios.
La devoción es una puerta hacia la liberación planetaria y un camino seguro para despertar y activar los espejos de sus corazones.
La devoción siempre debe profundizarse en los seres, elevar su vibración y dejar de ser un proceso emocional para pasar a ser una experiencia, una condición espiritual e interna de los seres.
La devoción se debe ir elevando, desde el corazón hacia la consciencia, para que ustedes siempre sepan cómo abrir las puertas para llegar a Dios.
Dejen que se exprese la devoción en sus corazones. No tengan miedo de transformarse y de tornarse puros ante Dios, porque esto es lo que los hará retornar al Padre.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Busca la pureza de tu corazón, a través del silencio y de la oración, para reparar este mundo de tantos pecados e ilusiones.
Ofrece una reparación sincera a Dios, a través de las pequeñas renuncias de la vida para que, por estas ofertas, el Señor pueda interceder por los que son ignorantes e indiferentes en este mundo, a pesar de tener un compromiso con Dios y con Su Amor.
Vive, cada día, una religiosidad verdadera y ama estar unido a Dios por aquellos que se engañan a sí mismos, en falsas vidas espirituales.
Repara el Corazón del Padre por esos ultrajes, orando y adorándolo con el corazón. Sé un instrumento para el milagro de Dios, dejándote transformar. Sé una fuente para Su Gracia, dejando que Él esté en ti.
Tienes Mi bendición para eso.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Para que el Reino de Dios llegue a la Tierra, primero tendrá que vivir en el interior de los seres. Abran camino hacia ese Reino a través de sus oraciones, momentos en los que la pureza de sus corazones emerge y les da a conocer los verdaderos sentimientos y pensamientos que un ser humano vino a expresar en el mundo.
Oren, hijos, atrayendo la paz hacia su interior y hacia su consciencia y luego dejen que esa paz se expanda por este mundo.
Como criaturas semejantes a Dios, los seres humanos guardan en sí el potencial de irradiar hacia toda la vida lo que hay en su interior. El universo de sus cuerpos, el microcosmos que se guarda en la composición de sus seres desde la consciencia hasta el menor de los átomos, es un espejo del Cosmos infinito.
Ustedes, hijos, son espejos del Corazón de Dios. Lo que habita en ustedes se irradia al mundo, aunque no sean conscientes de eso.
Para tener un mundo de paz, ustedes deben dejar que la paz se instale en sus consciencias y se asiente en todas sus células. Pacifíquense, conscientemente y, así, estarán trayendo paz a la vida.
Todo por lo que ustedes claman lo pueden atraer hacia el mundo a través de la transformación de su propia consciencia. En oración, pueden encontrar en ustedes la puerta hacia el Reino de Dios y, cuando sean capaces de permitir que Él se exprese en su interior, ahí entonces, hijos, ese Reino comenzará a expandirse por el mundo.
¿Comprenden la ciencia de la existencia humana?
El Creador manifestó a los seres humanos para transformar, a través de ellos, a toda Su Creación. El amor que puede nacer en ustedes, cuando abarca su genética y se expresa en todos sus átomos, puede transformar galaxias y universos. De la misma forma, cuando ustedes no viven en paz, la oscuridad que habita en los seres también resuena en toda la vida.
Reconozcan entonces, el potencial de sus corazones, de sus cuerpos, de sus vidas y tórnense instrumentos de paz y de Misericordia para este mundo.
Tienen Mi bendición para eso.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
A pesar del adormecimiento y de la indiferencia de los hombres, si un alma despierta oferta su corazón al Padre, Dios enviará al mundo Su más profundo Amor y Su Misericordia.
Que los corazones se consoliden en la propia entrega, en el vacío de sí y en la renuncia para que, con sus ofertas, el Señor transforme y redima a este mundo.
Oren y nunca pierdan la esperanza. Que la entrega de sus vidas sea, cada día, más sincera y verdadera.
Dejen que la verdad, que emana de sus corazones, sea suficiente para que, cada día más, sean instrumentos de Dios y de Su Gracia.
Que las pruebas y los desafíos de todos los días forjen en ustedes un nuevo hombre, porque ante las dificultades, ustedes deben renovarse en el amor y en el vacío, y renovarse en sus ofertas sin importar la retribución que tengan de este mundo.
Vivan, cada día, por un propósito espiritual. Que su alegría y su plenitud estén en servir y en amar cada vez más y mejor. Así podrán ser instrumentos para que el Creador instituya un nuevo patrón de vida, en el que lo más importante es vivir bajo Su Gracia y hacer triunfar Su Amor.
Tienen Mi bendición para eso.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Vigila en oración con tu Señor para que, en estos tiempos, Él encuentre a Sus compañeros y apóstoles despiertos, conscientes de la agonía y de la pasión del planeta, dispuestos verdaderamente a entregar sus vidas por Cristo a través de los pequeños y grandes sacrificios que los aproximan a Dios.
Esfuérzate todos los días para ofrecer algo más de ti al Padre, en nombre de toda la humanidad. Que tu oración, tu canto y tu entrega se profundicen y se tornen cada día más sinceros e incondicionales, por ser los instrumentos y los vehículos de tu unión con Cristo, de tu servicio a Su Plan de rescate en este mundo.
Ora y vigila con el Señor porque así estarás acompañando Sus pasos. Es así que corresponderás a Su presencia espiritual en este mundo. Es así que prepararás Su camino de retorno a la Tierra y serás digno de estar con Él en la institución de Su Reino.
Haz de la oración el agua sin la cual tu alma no puede vivir y del sacrificio el alimento de tu espíritu. Así, hijo, estarás cada día más cerca de Dios y, en consecuencia, elevarás contigo a este mundo y a su humanidad.
Tienes mi bendición para eso.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más