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Segunda Serie de Poemas
Sexto poema de un alma al Sagrado y Bendito Corazón de Jesús
Señor,
escóndeme dentro de Tus Llagas
para que sea purificado de mis errores.
Escóndeme, Señor,
dentro de Tus Llagas
para que reciba los Códigos Divinos
de la Transfiguración.
Señor,
escóndeme dentro de Tus Llagas
para que la Luz espiritual
me invada completamente.
Señor,
escóndeme dentro de Tus Llagas
para que sea protegido de todo mal
a fin de que reine Tu poderosa Paz.
Señor,
escóndeme dentro de Tus Llagas
para que reciba toda Tu Gracia
y sea merecedor de Tu insondable Misericordia.
Señor,
escóndeme dentro de Tus Llagas
para que mi alma sea partícipe
de la comunión interna
con Tu Divino Espíritu
y todas las dificultades se disipen.
Señor,
escóndeme dentro de Tus Llagas
para que conozca la esencia profunda
de Tu Amor y de Tu Compasión.
Señor,
escóndeme dentro de Tus Llagas
y haz de mi un nuevo instrumento,
vacío de todo y entregado completamente
a Tu Sagrado Corazón.
Señor,
escóndeme dentro de Tus Llagas
para que despierte en mí
Tu sagrada Humildad.
Amén.
¡Les agradezco por guardar las palabras de esta alma en sus corazones!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Segunda Serie de Poemas
Tercer poema de un alma al Sagrado y Bendito Corazón de Jesús
Lo afirmo, Señor:
sé que Tú lo puedes todo en mí,
aunque a veces pueda hacerme caer
la indiferencia o la arrogancia.
Sé que Tú, Señor, lo puedes todo,
y algún día romperás
con Tus propias Manos
esta dura piedra de la condición humana,
y en ese día Tu Gloria, Señor,
me liberará de todo mal.
Mientras tanto, Señor,
Tú que conoces nuestras
más profundas miserias y errores,
te pido, Amado mío,
hazme partícipe de Tu Gracia eterna
a fin de que yo pueda renacer
por la intercesión de Tu Sagrado Corazón.
No dejes de mostrarme la verdad, Jesús.
Por más que me duela, no será semejante
al dolor de los clavos que Tú soportaste
en Tus purísimas Manos.
Hazme pequeño
entre los más pequeños,
hazme invisible, Señor,
para que mi arrogancia
y mi soberbia desaparezcan.
Escóndeme, Señor,
dentro de Tus luminosas Llagas
y redime, por dentro y por fuera,
todo este imperfecto ser.
Porque sé, Jesús mío,
que algún día triunfarás
y me colocarás con toda autoridad
donde más me necesites.
Ha llegado la hora, Señor,
de que ya no sea más yo el que viva,
desee, aspire o espere,
sino, querido Jesús,
ha llegado el momento
de que Tú seas en mí.
Déjame, Señor,
morir por dentro,
así como Tu humilde Madre
murió Contigo en cada momento
a los pies de la Cruz.
Revélame, Señor,
el valor incalculable de Tu Amor
para que, despojado de todo,
siempre te diga “sí”.
Amén.
¡Les agradezco por guardar las palabras de esta alma en sus corazones!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Primera Serie de Poemas
Decimosegundo poema de un alma al Sagrado y Bendito Corazón de Jesús
En las horas más difíciles
es cuando más te necesito, Señor,
para que me liberes de caer en tentación
y en el mar perverso de los deseos.
En las horas más difíciles, Señor amado,
es cuando más te necesito,
para que me enseñes a salir,
con victoria y humildad,
de la tempestad interior.
En las horas más difíciles, Señor,
es cuando más te busco,
para que me tiendas
Tu sagrada Mano
y me guíes por el camino
que Tú estás recorriendo.
En las horas más difíciles, Señor,
es cuando más te llamo,
para que Tu Corazón sea el farol
que ilumine mis caminos,
y así, evite tropezar
con mis propios defectos.
En las horas más difíciles, Señor,
es cuando yo te invoco,
porque sé que Tu Espíritu me salvará
y vendrá en auxilio de Tus ovejas.
En las horas más difíciles, Señor,
es cuando más te imploro,
porque, a pesar de todas las pruebas,
sé que nunca me abandonarás
y que estarás a mi lado
para ayudarme y confortarme.
En las horas más difíciles, Señor,
solo busco la forma y el modo
de permanecer en Tu Sagrado Corazón,
porque así toda adversidad
y duda se disolverán
y reinarán Tu grandiosa soberanía
y Tu majestuoso Amor consolador.
Amén.
¡Les agradezco por guardar las palabras de esta alma en sus corazones!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Primera Serie de Poemas
Séptimo poema de un alma al Sagrado y Bendito Corazón de Jesús
Amado Jesús,
que mi confianza, aunque sea pobre, se una a la Tuya,
para que Tu Presencia fortalezca mi corazón
en las pruebas que pronto viviré.
Amado Hijo de Dios,
Siervo del Padre Inmutable,
hazme pequeño y simple en todo,
déjame conocer los misterios
más profundos de Tu Corazón.
Revélame, Señor,
la intimidad de Tu Alma
y la grandeza de Tu Amor redentor.
¡Oh, Señor del Universo!,
que en el vacío de mi ser
encuentre la entrega absoluta de mi alma,
para que alguna parte de este imperfecto ser
pueda representarte en la Tierra
como un nuevo apóstol de Tu Corazón.
Amado Jesús,
hazme querer y amar a los semejantes
así como Tú me amas de forma incondicional y eterna.
No me dejes estancado en los defectos del prójimo.
Más bien, Señor, muéstrame mis defectos
para que según Tu Palabra y energía
yo los pueda transformar.
Deseo, Señor,
verte reflejado en el corazón que sufre,
en el alma que desespera.
En todo lugar deseo verte
y, así, poder participar de Ti,
para que, hasta el más pequeño gesto de mi caridad,
pueda saciar la sed que Tú sientes
por las almas que no te aceptan.
Dame valentía
y me abandonaré en Tus Brazos.
Hazme el instrumento que Tú necesitas.
Hazme el proyecto que tanto esperas
para que en nada yo interfiera, Señor,
sino que seas Tú, Cristo,
quien obre a través de esta pequeña vida.
Amén.
¡Les agradezco por guardar las palabras de esta alma en sus corazones!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Con amor concentra tu mirada sobre Mí y contempla la humildad del Amor Misericordioso de Dios, hecha consciencia, alma y divinidad en constante oferta por las almas de la Tierra.
Vislumbra, a través de Mis Ojos, el Paraíso celestial de Dios y cómo los Rayos de Mi Misericordia son la nueva Aurora que despuntará gloriosa y sublime en el fin de estos tiempos.
Intenta por todos los medios encontrarme en tu camino; sentir Mi Presencia incondicional en cada oración como en cada servicio prestado.
Escucha en el silencio de la Adoración el latir de Mi Corazón sincero y siente el poder de Mis Palabras en todo lo que pronuncio, así como en todo lo que decreto.
Quédate adentro del Reino de Mi Corazón y celebra con los ángeles la comunión perfecta con todo lo que es superior y proviene de Dios.
No dejes atrás Mis pasos. Más bien, fija tu mirada en las sagradas huellas del Maestro marcadas en Sus Mensajes como en Sus testimonios de Amor Redentor.
Quédate en la Presencia del Señor y haz resucitar la vida planetaria para que algún día todo sea renovado.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Primer Mensaje
Mi Silencio también habla por Dios, y revelo en esta noche Mis Cinco principales Llagas para derramar Mi Sangre sobre los justos, sobre los que perseveran y hacen digno Mi Nombre mientras algunos de los Míos calzan sus sandalias para seguir sus propios caminos y apartarse de Mí.
Hoy ofrezco Mi Agonía por los que aún están aquí, y a Mi lado.
Y si han confiado hasta ahora en Mí, solo les puedo decir, compañeros, que algún día Me encontrarán, y en ese día recordarán que todo lo que he dicho no ha sido en vano.
No sufran por los que se derrotan a sí mismos.
Amen por los que no aman, tengan caridad por los que no sirven y sean misericordiosos por los que ultrajan Mi Sagrado Corazón.
Todo lo que les he dado a los Míos, algún día retornará al Padre, y nada se desperdiciará.
Por eso, quien no sabe cuidar de Mis Tesoros debe pedirme ayuda sincera y abierta para que Yo pueda interceder; mientras eso no suceda, no habrá cómo convertir lo impuro en puro, no habrá cómo transformar lo que es resistente en flexible.
Todo forma parte de una Ley, y si el mundo sale de la Ley para vivir su propia voluntad, sufrirá la Ley, porque la Ley está para generar justicia, igualdad y soberanía.
Nadie puede transgredir las Leyes de Mi Padre como si nada hubiera sucedido.
Tengo el permiso de perdonar y de absolver, pero no tengo el permiso para permitir injusticias ni rebeldías.
Porque quien no ha sido digno de llevar Mis Tesoros, ¿a dónde irá a parar?, ¿quién lo irá a conducir?, ¿y cómo sobrevivirá?
La energía divina que Yo derramo nunca es desperdiciada, ni tampoco usada en vano.
Los hombres creen que lo saben todo y se ríen, tal vez, de Mis Palabras o de Mis Pedidos, pero recuerden, compañeros Míos, que todo lo que Yo les digo de tiempo en tiempo ya fue pensado por Dios.
Gran parte de la humanidad no acepta vivir Mi Voluntad porque sabe que su propia voluntad deberá morir algún día, y ese será el gran momento de dar el gran paso en el amor y en la evolución.
Hoy no vine a dedicar este mensaje por los que han sido injustos o rebeldes.
Hoy vine aquí para estar con ustedes y con los que sin comprender absolutamente nada viven Mi Llamado y confían ciegamente.
Si Judas una vez Me traicionó, ¿acaso los hombres no podrían traicionarme por segunda vez?
La historia se vuelve a repetir y es doloroso poder verlo.
Nadie puede ocultarse a esa verdad. Yo solo les pido que aprendan a morir para sí para que sus enemigos internos no los condenen, así como algunos ya fueron condenados antes de entrar a la vida eterna, quedándose sin ella.
Pero nada quedará sin resolverse, compañeros, porque, así como Soy un Dios de Misericordia, Soy un Dios de Justicia. Y la Justicia de Dios está llena del Amor del Padre; pero ella no puede ser juzgada, ni tampoco tentada, por ninguna criatura de este planeta.
Hoy llevo sobre Mi Cabeza la Corona de Espinas para representar, en este día, la flagelación que vivo por los ingratos y por los soberbios de corazón.
Si Mi Amor aún no pudo llegar a ellos, enséñenles a todos, hijos Míos, que pueden llegar a Mi Amor antes de que sea demasiado tarde para que las almas se arrepientan.
Hoy vengo como el Dios de la Justicia y de la Soberanía, sin dejar de derramar Mi Divina Misericordia.
Para que Yo los pueda renovar deben morir para sí mismos, y eso se consigue con la obediencia y la confianza que muchos hoy no quieren vivir; por eso sufren, por eso se perturban y no encuentran salida.
Pero aquellos a los que Yo les he dado todo porque los he escogido, algún día deberán dar cuenta al Padre Celestial.
Les repito, compañeros, la energía celestial no se desperdicia ni tampoco se ultraja.
Quiero que reparen Mi Corazón por los que mienten, por los que se distancian de Mí y Me rechazan, por los que son ignorantes y están ciegos, por los que no creen en el amor del corazón ni en la regeneración de la vida, por los que Me dan las espaldas, por los que Me hacen sufrir y Me avergüenzan calzando sus sandalias para abandonarme.
Pero hoy les digo que todo esto Yo ya lo sabía, desde el Huerto Getsemaní hasta la Cruz.
Judas Me entregó para que Yo pudiera amar al mundo en su condición más mortal y humana.
Hoy revivo Mi Iglesia Celestial en los que son bienaventurados, en los que hacen honor a Mi Nombre y a Mi Evangelio, viviéndolo todos los días, a pesar de las imperfecciones y de las dudas.
Hoy quisiera que brotara de sus corazones un amor incondicional capaz de superar todas las pruebas, todas las indiferencias y todos los obstáculos.
No deseo que sean mejores que los demás, sino más humildes que los que son humildes y no lo saben.
Dios derrama Su Gracia para los que son más miserables, por eso Yo escojo a los más imperfectos para poder servirme y realizar Mi Obra, al punto de que Mi Presencia y Mi Corazón forjan la liberación de las resistencias y de todo lo que es arcaico.
Cuando les llegue ese momento, compañeros, no desistan, y repitan cuántas veces sea necesario: “Jesús, yo confío en Ti”.
Así, una puerta inexplicable de liberación se abrirá, sus corazones serán aliviados y ya no existirá temor porque habrán confiado en el Nombre del Señor.
Yo vengo aquí para celebrar este reencuentro con Aurora y dejar atrás a los que profanaron Mi Nombre y lo ensuciaron con sus ejemplos y sus palabras.
Yo vengo aquí, a Aurora, a dar honor a Mi Padre, Emmanuel, para que Él vuelva a descender con Su Rayo de Liberación y de Cura en todas las almas que participen en la bendición de la Cruz Azul.
Vendré especialmente a bendecirla el día 5, en la noche, cuando ya hayan orado durante todo el día a Mi Corazón Misericordioso.
Y he llamado a siete Ángeles Regentes para que depositen en la Santa Cruz los siete poderes de la Redención para las almas:
Primero, el arrepentimiento.
Segundo, la introspección.
Tercero, el perdón.
Cuarto, la cura interior.
Quinto, la reconciliación.
Sexto, la transformación interior.
Séptimo, la transfiguración interior.
Esos siete poderes descenderán sobre la Cruz Azul cuando ella sea contemplada como la Victoria de Emmanuel sobre la Tierra y para volver a consagrar los Centros Marianos al Plan del Creador.
Emmanuel vendrá para ver la unión y la congregación de Sus hijos durante ese día, y así, concederá una expiación al Uruguay y al Cono Sur.
Y aquellos que se postren ante la Cruz serán perdonados, porque el Padre que está en los Cielos espera el gran amor de Sus hijos, la gran confianza de Sus criaturas, la reparación de todos los pecadores.
Alegren sus corazones porque un nuevo ciclo comenzará bajo el estandarte universal de la Cruz de Emmanuel.
Bienaventurados serán los que crean en Su Poder, porque vencerán los asedios y el adversario perderá a millones de almas que ha conquistado, porque la Santa Cruz, una vez iluminada, llamará a las esencias, en Aurora y en los demás Centros Marianos en donde se eleve la Cruz de Nuestro Padre eterno.
Infelices serán los que hoy no están aquí para este gran acontecimiento, porque si tan solo hubieran confiado, sus amarras se hubieran liberado y sus deudas hubieran sido perdonadas.
La Confianza de Dios se conquista con el amor del corazón y no con la mente.
La mente es un medio para llevar adelante el Plan de Dios, pero no para dirigirlo ni para concretarlo.
Si el amor no está en sus corazones no pueden vivir el Plan de Dios; no lo intenten, porque fracasarán como algunos fracasaron.
Los que calzaron sus sandalias y se alejaron de Mí están escritos en la última hoja de Mi Libro Sagrado; no quedará piedra sobre piedra, eso ya no es una teoría.
¡Que se arrepientan las almas antes del tiempo de la gran tribulación!
¡Ay de aquellos que Me dieron las espaldas!, porque recordarán vivamente todo lo que ya no tienen, porque han perdido el estado de Gracia y han salido de la guía de Mi Mano.
Pero confíen, porque todo será encaminado, y los que ya no podrán estar aquí, estarán en otras moradas para aprender a amar desde el principio.
Los que Me han negado conocerán el Don del Temor de Dios, y cuando ese Don descienda, en poco tiempo todo estará consumado.
Celebren por los que están vivos de corazón y oren por los que están muertos de espíritu.
El legado que Yo les doy a los que he llamado no se puede desperdiciar ni alterar.
Mientras tanto, aférrense a la Cruz Azul de Emmanuel, porque así no solo Me ayudarán a cargar con el mundo y con la humanidad, sino que sus corazones y vidas se elevarán en unión al Padre por las alas que ella expresa.
Que esta Maratón sea dedicada como una entrega mayor por los que Me ofendieron, por los que Me hieren, por los que ensucian Mi Nombre.
Y con todas sus oraciones y súplicas podré decirle al Padre, así como lo dije en la Cruz antes de expirar:
“Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen.
Perdónalos, Padre, porque no Te viven ni Te sienten;
porque no Te llaman ni Te suplican con humillación y renuncia.
Perdónalos, Padre, y colócalos en Tu Reino para que, algún día, sean Tus dignos hijos.
Amén”.
Mientras Mis Llagas duelen por los clavos de los ingratos, Mi Corazón se alivia con el llanto de los justos.
Y así, todo se recrea, todo se transforma, y las almas participan de la comunión con Mi Espíritu.
Que en esta Maratón se reviva el compromiso de Mis soldados con Mi Sagrado Corazón; que sus cabezas, pies y manos, sean lavados y purificados por el Agua de la Vida para que rebrote en sus corazones la donación incondicional de sí, y el servicio a los semejantes y a los Reinos de este planeta.
Padre de la Humildad y del Amor,
Señor de la Misericordia y de la Justicia,
Yo Te ofrezco este Sacramento en nombre de los que aún Me siguen y persisten,
para que por medio de Tu Gracia y de Tu Sabiduría,
Mis ejércitos, Mis soldados y Mis compañeros
cumplan el porvenir de una nueva y fraterna humanidad.
Que así sea. Amén.
Como todas las veces en las que Me encuentro con ustedes para que Me revivan, Me sientan y escuchen la vibración y el poder de Mi mensaje, en este espíritu de reparación y de consolación deseo escuchar una canción para que Mis Llagas de los Pies, de las Manos y de Mi Costado se cierren y Yo también, como aprendiz de la Obra del Creador, pueda revivir lo que una vez el Padre Me mostró en el Huerto Getsemaní cuando las generaciones futuras, cuando todos Mis seguidores, harían digno Mi Proyecto en este planeta.
“Cristo eres Tú”. (Canción solicitada por nuestro Señor).
Ese es Mi pedido para sus Cristos internos y para los que hoy no están aquí, entre nosotros.
Yo los bendigo y los preparo para una Maratón de interiorización y de reconfirmación de votos, para que le hagan saber al mundo que existe una Cruz Azul que desciende como Proyecto a la Tierra para salvar a las almas más perdidas.
Bienaventurados los que lloran, porque serán consolados.
Bienaventurados los que persisten, porque serán fortalecidos.
Bienaventurados los que confían, porque tendrán sabiduría.
Bienaventurados los que aman, porque conocerán el Reino de Dios.
Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Aquí está el Arca Sagrada de Dios, que guarda los mayores tesoros del Universo.
Ella retornará Conmigo a la Tierra para instituir el nuevo Plan de Dios al momento que surja la nueva humanidad.
Retornaré más brillante que un sol y más luminoso que cientos de estrellas.
Mi Espíritu será tan fugaz como el viento, semejante a la fuerza de los océanos y de todos los mares.
Un Portal del Universo se abrirá sobre la Tierra, y los 144 mil lo sentirán porque escucharán Mi Voz en sus corazones y sabrán que la hora se aproxima.
Será el momento en que Dios habrá declarado Su Justicia sobre el mundo; y los impíos, los injustos, lo sabrán.
Por eso, vengo a ofrecer esta Arca Sagrada como última salvación de la humanidad.
He colocado dentro de ella Mi Sagrado Corazón lleno de espinas para que sea venerado, adorado y reparado por los hombres.
Los ángeles participarán de ese acontecimiento, de la Venida del Hijo del Hombre, y no habrá consciencia que quede sin saberlo, porque Dios ya está poniendo fin a las injusticias humanas, a todo lo que es pecado y a todo lo que está perdido.
Como hice hace más de dos mil años en Tierra Santa, vengo a ofrecer Mi Corazón como símbolo de expiación universal para que las almas encuentren un refugio seguro, para que sepan conducirse en los tiempos que vendrán y no pierdan la posibilidad de ser guiadas.
Con todo esto, vengo a revelarles los misterios de Mi Sagrado Corazón, los cuales no son verdaderamente contemplados ni buscados por todos, en estos tiempos.
Escogí este lugar para hacerlo porque aquí ha venido uno de los Míos; ha venido en Mi Nombre a dejar algo que la humanidad no ha comprendido y que ha convertido esa oportunidad en perdición para muchas almas.
Pero Mi Misericordia es infinita, más grande que todos los océanos y que todo el Universo.
Mi Fuente de Gracia nunca dejará de brotar, pero debo ser obediente a Mi Padre, así como ustedes deben ser obedientes a la Ley y a la Justicia.
Mi Gracia no terminará, pero deberé cerrarla en algún momento. Por eso, en estos tiempos, vengo a fortalecerlos para intentar hacer de sus vidas nuevos instrumentos que puedan corresponder a la necesidad de Mi Plan y de Mi urgente retorno al mundo.
Mientras el mundo sea injusto a todo lo que Yo le he dado a través de Mi Sacrificio y de la Cruz, por la profanación de la Palabra, del Divino Verbo, y de la Eucaristía, aún sufrirá más de lo que espera.
Por eso vengo, con tan pocos, a cambiar los acontecimientos y a hacer de sus encarnaciones un momento de renovación y de esperanza para el mundo.
Quisiera que todos los días Me oraran como Me oraron hoy.
Quisiera que todos los días caminaran hacia el Portal de la Paz así como caminaron hoy, con simplicidad, en amor y en sintonía.
Eso ha permitido que Yo viniera aquí, a recoger los purgatorios que existen en toda Europa.
Cuando sus pies caminan con determinación y firmeza hacia Mi Portal de la Paz, muchas cosas Yo puedo hacer a través de ustedes; y todas las que Yo puedo hacer, son muy desconocidas para la humanidad.
Hoy han permitido que Mi Padre concediera traer hasta aquí el Arca de la Santa Alianza, bajo la veneración profunda de Mi Sagrado Corazón, que está dentro de la misma, como esencia y energía.
Quiero que sus ojos observen el horizonte de Mi Corazón, el Universo de Mi Amor y la Divinidad de Mi Consciencia, y que puedan creer que más allá de todo esto existe algo mayor y verdadero, que el mundo aún desconoce.
Hoy pude dejar en sus corazones las Moradas de Mi Padre, aquellas moradas de las cuales Yo he hablado en el Evangelio, en el Nuevo Testamento.
Quiero que no solo oren por ustedes, sino también por el mundo infiel y egoísta; por aquellos que usan Mi Nombre y el Nombre de Mi Madre para promoverse y hacer creer a muchas consciencias que todo es verdad.
No saben cuánto siente Mi Corazón cuando desvirtúan las cosas, como propósito y como designio celestial.
No tengo nada más para entregarles que Mi Corazón y Mi Vida, Mi Alma y Mi Divinidad.
Aspiro a poder ser en los Míos mucho más de lo que Soy.
Aspiro a poder convertir lo que aún no Me permiten.
Aspiro a poder liberar lo que aún se resiste en ustedes, por miedo o por vergüenza.
Mis Ojos de Misericordia no vienen a ver lo que está mal; sino vienen a ver lo que Mi Padre ha creado en lo profundo de sus consciencias, desde el Principio.
Es por la esencia de las almas del mundo que rezo todos los días, a los pies de una luminosa cruz semejante a esta que está junto a Mi altar.
En esta Cruz Yo di todo por el todo y mucho más de lo que los hombres conocen por historias o por relatos, por experiencias o por visiones.
Dios nunca revelará totalmente Su Misterio, porque sabe que el hombre es débil en la carne y en la tentación.
Pero sí, Él podrá dar todos Sus tesoros y lo que existe más allá de este Universo, a los que tienen fe en Él, a los que creen en Su Palabra, a los que viven en Su Voluntad y la respetan, a los que confían plenamente en Su Misericordioso Amor.
El mundo está muy enfermo de cuerpo, de mente y de espíritu.
¿Quién socorrerá este mundo llagado y lleno de heridas?
Un mundo que sufre como consciencia, a través de la humanidad y de los Reinos que Mi Padre ha creado para su beneficio, para beneficio de Sus criaturas.
Estoy como un árbol, esperando que Me contemplen.
Estoy como las aves, esperando que Me alaben.
Estoy como el mar, para que Me busquen en el silencio.
Estoy en el viento, para que reconozcan la caricia de Mi Amor en todo lo creado.
Mi Amor, que es el Amor de Mi Padre, está en todo, esperando por reparación y cura.
Que los valientes se animen a seguirme.
Que los perseverantes no se cansen de seguir Mis pasos.
Que los imperfectos no se amedrenten.
Que los enfermos crean en el Poder de Mi Cura, y que los pacificadores no dejen de dar la paz, a pesar de lo que suceda.
Porque, en verdad les digo, dichosos serán los que hagan cosas más grandes que las que Yo hice, porque en el Cielo serán coronados por vivir y buscar Mi Humildad; porque en el Universo serán reconocidos como Mis siervos del fin de los tiempos, y como los santos de los últimos días.
Ofrezcan sus pequeños sufrimientos por los que más sufren.
El planeta, como un todo, como consciencia, es el mayor dolor de este Universo.
Retornaré en Gloria para corregir este proyecto humano y esta gran idea, divina e inmaculada, que Mi Padre emanó de Su Corazón al Infinito.
Cuando vean que el mal hace temblar todo y que las mayores dificultades de la Obra se presentan, sepan que Mi enemigo está inquieto, porque estoy dando pasos firmes, camino a Mi Retorno.
Que se enciendan las antorchas de los Nuevos Cristos.
Que se eleven los estandartes de la rehabilitación.
Que en lo alto de los montes se vean las banderas de la paz, porque el fin está llegando, aunque muchos no lo crean.
Refúgiense en el Inmaculado Corazón de Mi Madre.
Oren, adoren y esperen en silencio, porque una señal significativa pasará y no podrán estar distraídos, sin poder verla.
Esa señal indicará el fin del último fin y la llegada del Omega a la humanidad.
Los Libros Sagrados terminarán de ser escritos porque la Mujer Vestida de Sol abrirá el nuevo cofre, en donde las perlas más preciosas de la redención serán presentadas ante los Tronos de Nuestro Señor.
El Arcángel Gabriel anunciará a Sus ángeles el momento de Mi Llegada, y la última trompeta en el Universo Celestial se escuchará. ¡Ay de aquellos que no hagan penitencia!
La Justicia será muy grande por lo que la humanidad ha hecho, pero Mi Misericordia salvará a aquel que se rinda, de verdad, por él mismo y por sus hermanos.
Ya no busquen la paja en el ojo ajeno. Ya no juzguen, ya no critiquen.
Sean misericordiosos como Yo lo Soy, hasta el final de la cruz, hasta que sean traspasados por la Lanza del Amor de Nuestro Padre.
Aun en esa hora, no desistan porque, aunque aparentemente Yo no esté presente, Mi Espíritu Divino siempre estará en aquel que crea y que viva Mi Confianza.
Que esta Arca sea el símbolo de los nuevos redimidos que veneran, pacíficamente, Mi Sagrado Corazón y que lo hacen por una raza perdida e indiferente.
Alegres serán los que así lo hagan, porque nunca les faltará la fe.
El Reino de Dios se aproxima para derramar Su Justicia, y Yo haré todo lo posible y un poco más por los caídos. Que así sea.
Rezaré en estos días, junto con ustedes, para que estas rosas que han traído a Mi Altar sean bendecidas y, al tercer día de este encuentro, se las lleven como un presente de luz de Mi Sagrado Corazón y como parte de la donación de los Reinos de la Naturaleza a la humanidad, una donación incondicional.
Que en esta Maratón oremos por los que no viven Mis Mandamientos, por los que infringen las Leyes del Universo todos los días, por los que son religiosos y espirituales y no son verdaderos, para que el Espíritu Santo abra sus ojos y rompa los candados de sus corazones; para que descienda la Gracia de Mi Misericordioso Corazón y las almas sean rescatadas de sus abismos. Amén.
Mientras Me elevo al Universo con todas las súplicas recibidas, necesito en esta hora que alivien Mi Corazón de todo lo que ve, día a día, de este mundo.
Estoy aquí por los que Me escuchan, por los que Me viven, por los que Me buscan, por los que creen en su Divino Señor.
Necesito que reparen Mi Corazón, hoy, con una canción muy profunda para Mí.
Yo estoy aquí con ustedes, y ustedes, a través de esta canción dirán: Señor, Tú estás aquí, siempre.
Los bendigo con el poder salvador de la Cruz, con la señal luminosa de la redención y de la paz, para que los espíritus impuros sean liberados y para que las almas encuentren la paz, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Hoy he venido al mundo por segunda vez en Gloria para que la puedan conocer, para que puedan conocer el poder de Mi Gracia.
Ante vuestros corazones está el Trono de Dios, dichosos de aquellos que ingresan en él, con humildad en el corazón.
Ahora, escuchen Mis Palabras.
Hace dos años, en este simple lugar, les pedí que se reunieran en Mi Santo Nombre, para orar durante dos días la Coronilla a Mi Divina Misericordia.
Las almas que Me seguían y las que no Me seguían se fueron congregando como Mi nuevo rebaño para responder así a Mis Pedidos.
A lo largo de estos meses, vuestras vidas conocieron los poderes de la oración, encontraron en la fe el sentido verdadero de la vida y transmitieron esta invitación espiritual de hermandad a aquellos que no conocían a Jesús ni a Su insondable Misericordia.
Después, fueron llamados a participar de la unión perfecta y reparadora a través de Mi Sangre. Oraron a Mi lado cada una de las cuentas de la Coronilla y colocaron su esperanza en el océano misericordioso de Mi Corazón.
Más tarde, compañeros, abrieron las puertas de vuestros corazones y de vuestros hogares para darme a conocer, pero tal vez no encontraron grandes resultados ni profundos cambios. Pero sepan, Mis orantes, que por vuestra fidelidad Yo estuve entre los suyos, y así Mi Corazón comenzó a resplandecer en la consciencia de todos. Tomaron conocimiento de la verdadera vida del espíritu y más tarde tomaron consciencia de cada una de vuestras deudas.
En esos momentos, Mi Corazón estuvo entre ustedes para ayudarlos a caminar en la sagrada confirmación de Mi Camino Crístico.
Ustedes cayeron y se levantaron, Me abandonaron y retornaron a buscarme una y otra vez. Murieron muchas veces a través de Mi redención y resucitaron de la tumba de este mundo infiel.
Ustedes pasaron a ser Mis discípulos, se consagraron y Me llevaron a vuestras familias, a vuestros trabajos y amigos; llamaron a todos para que regresaran a Mi Corazón. Y así, por vuestra oración misericordiosa Me glorificaron humildemente.
Ahora que hoy están de nuevo frente a vuestro Guía y Pastor del Amor, ¿han visto los sagrados resultados de esta fusión eterna con Mi Amor? Sí, muchos los vieron y los seguirán viendo. Así, abandonarán vuestras raíces y saldrán de este eterno cautiverio que representa la vida material.
Entonces, hijos de Mi Padre, ya más despiertos, son invitados a meditar sobre vuestras vidas, son llamados por Mí para tornar vuestros corazones en templos dignos del Señor, porque la señal de Mi Retorno, para mañana, 5 de agosto de este año definitivo, estará presente ante vuestros ojos.
Yo Soy Cristo resucitado. Yo Soy Cristo ascendido. Yo Soy Cristo misericordioso y ahora Soy vuestro Rey glorificado, que viene antes de que todo suceda para recordarles que no deben olvidar a Dios en estos tiempos ni tampoco Sus Planes que cada uno deberá cumplir ante el Universo Divino.
Queridos compañeros, extiendan vuestros brazos hacia Mí y acojan a Mi Corazón manso y pacífico.
Vengo a través de esta Maratón de oración para revelarles el poder de Mi Gloria, que es el siguiente paso después de Mi Divina Misericordia.
Les dejo Mi Paz y les doy la Paz.
No miraré vuestras deudas, sino todo lo que Me podrán ofrecer durante estos próximos días.
Dichosos de aquellos que ingresarán al Reino de Dios, porque Él estará abierto para todos sobre este lugar santo.
Asuman vuestras misiones y así Me agradarán siempre.
Los convoco a la alegría y a la paz.
Sean en Mí, en estos días.
Bajo la Gracia que proviene de Dios, sean bienaventurados.
Les agradezco por haber llegado aquí, al encuentro de Mi insondable Corazón.
Cristo Jesús Glorificado, ante ustedes y el mundo entero
El tiempo de la Justicia universal llegará.
Por eso, vengo a llamar a los más pecadores e imperfectos para que, en honra al Sagrado y Glorificado Corazón de Jesús, reciban la última chance de vivir la conversión y la redención, pues no quedará piedra sobre piedra y nadie lo podrá impedir.
Vuestro juicio ante todo el universo celestial y angelical está próximo, pero si mis almas buenas continuaran orando de corazón y sin obligación o compromiso prometo, antes de la última hora, prestar ayudar a las almas que han manchado, con su soberbia y negación, el Corazón de Mi Padre Eterno.
Enviaré en vuestro auxilio a Mis Ángeles Custodios para que, en las horas más difíciles, en las que la Tierra se purificará intensamente, ellos guíen vuestros pasos y a todos los cenáculos de oración en donde se glorifique a la Santísima Trinidad.
Reciban la ayuda que necesitan, Mi Iglesia verdadera plena de apóstoles simples ya cumplió la parte que le correspondía, delante de la Ley y de la instrucción.
Nadie, en este mundo material, podrá decir que no conoció al Hijo de Dios, Aquel que vendrá entre las nubes trayendo la balanza de la Justicia y el Cetro contra la impunidad y el sufrimiento.
El Hijo de Dios vendrá en la omnipotencia de Su humildad, de Su humildad alcanzada, y no habrá quien no lo vea venir en esplendor celestial y en Amor misericordioso.
Las escrituras sagradas se cumplirán de una forma desconocida para los impíos y los crueles.
Pero Mi soberanía pertenece al Universo Mayor, desde donde descenderá la Gloria de Dios y el Reino de Su eternidad.
Prepárense, arrepiéntanse y oren con amor luminoso para que las últimas penumbras del horror humano no toquen ni influencien vuestros corazones.
Quien no sea humilde y manso no lo soportará. Por eso, ahora que están a tiempo de poder revertir todo, sean inteligentes, busquen una vida de confraternidad y de pureza, así estarán protegidos de las interferencias del adversario y de ustedes mismos.
Les envío Mi Paz, y Mi Paz les entrego, ya no hay nada mejor que hacer en esta vida que orar y servir.
Acepten el tiempo del apocalipsis que están pasando, siéntanse protegidos por Mi Espíritu paterno y no pierdan tiempo ni espacio con los malos entendidos. Ya no sean puertas del pasado, sean instrumentos de Mi insondable e infinita Misericordia.
Recuerden lo que hoy les digo, estas ya son Mis últimas Instrucciones y Mensajes para la humanidad. Vivan en la fe y salgan del mundo de la desesperación y de la inquietud desordenada.
Oren, oren, oren Conmigo y vigilen.
Búsquenme en el Santísimo Sacramento del altar y serán dignos de regresar algún día a Mi Reino de Paz y de Amor.
Bendigo en esta noche a los que no merecerían Mi bendición, así podrán sentir la magnitud de Mi Amor por todos ustedes.
Les dejo Mi Paz, bajo la Misericordia de Dios sean bienaventurados, les agradezco por acompañarme.
Vuestro Redentor, Cristo Jesús
Fray Elías del Sagrado Corazón:
Jesús llegó aquí con Su esplendor como Sagrado Corazón de Jesús y Su Presencia luminosa y amorosa estaba rodeada de seis ángeles que portaban en sus manos un Santísimo que ellos proyectaban como espejos de luz sobre nuestros seres.
Y, allí, el Maestro fue haciendo un trabajo en nuestro interior, viendo la necesidad de cada uno de nosotros, de la ciudad y del planeta.
Si en verdad Me vieran como Yo los veo, muchas cosas ya no sucederían en su mundo interior y exterior. Yo vengo a llamar a los que se pierden en sí mismos y se escapan muchas veces de la Verdad. En ellos, Yo He repetido Mi Propósito durante mucho tiempo y aguardaré hasta el final una sabia respuesta, una respuesta verdadera. Pero ahora, que todo parece estar confuso en muchos, la Luz de Mi Sabiduría los envuelve, confortándolos.
Veo que Mi Padre, a través de tantos sabios y seres celestiales, Ha confiado en todos ustedes y en muchos más; pero el camino de la Verdad comienza buscando la transparencia en sí mismo, para irradiar después la pureza y en consecuencia la verdadera intención del corazón.
Cuando el Propósito sea visto por ti mismo, te aseguro que fallarás en el primer intento, porque la Verdad no te ha sido mostrada y estarás sujeto al engaño permanente. Por eso, líbrate de ti mismo, para que Yo pueda hacer lo que tengo previsto, desde antes de tu nacimiento en el mundo. Pues Mi Verdad, que no es conocida, se encuentra en el espíritu de la Paz y ese mismo espíritu es sembrado por el Amor de Dios, en donde existe el centro supremo de la Verdad.
Como muchos no conocen estos simples misterios de la vida, Yo vengo a revelarles la Verdad de que ya no deben actuar por los impulsos de su propia imperfección. Por esta causa, muchos hacen padecer a Mi Corazón Sagrado y Él muestra la Sangre que derrama por los errores del mundo, que ofenden a Dios, sin que perciban la gravedad de estos tiempos.
Antes de que la Ley descienda del Cielo, en donde Yo vivo en Gloria todo el tiempo, Yo intercederé ante Mi Padre para aliviar las causas y heridas espirituales imborrables que muchos ocasionan al Altísimo Creador.
Yo padecí por ustedes, para que ustedes no padecieran en vida. Yo morí por ustedes, por Amor, para que ustedes no murieran en espíritu.
¡Ay de aquellos que Me ofendan, por ignorancia y falta de consciencia, en estos tiempos que vendrán!
Aquel, que se oponga a Mi Propósito, sufrirá por la acción de su propio querer y Mi Misericordia Infinita se convertirá en un manantial de Justicia en los que Me sean infieles.
La vida no puede vivirse en dos caminos, escojan a tiempo qué camino seguirán, el de la Luz o el de la eterna oscuridad del mundo. Fieras y redes diabólicas se soltarán sobre el mundo, como lluvia en noche de frío, y convencerán a muchos para seguir falsos caminos, movidos por la emoción y por el engaño. ¡Pobres de estas almas que Me abren heridas antes de tiempo!
¿Dónde quedará lo que Yo les He dado con tanto amor y confianza?
Pero la Verdad se busca en la humildad, que nunca debe acabar, más si ella llegara a faltar, invoquen a Mi Presencia para que el orgullo que muchos tienen no los ahogue y no los inunde como una barca en el mar.
Yo Soy la Salvación y el Camino Perfecto para los que se humillen ante Mí; pero sé que muchos, por sus ideas y sus propios preceptos, no se dejarán rendir a Mi Amor y ante la aparición de la menor crisis de vida, decidirán serme infieles y en verdad no saben lo que esto significará en este tiempo de tribulación.
Recen para que sus seres se desprendan de las causas de la perdición. No sean orgullosos, sino sean valientes y humildes para encontrar la rendición. A quien esté dispuesto a seguirme, Yo lo ayudaré hasta el final y no lo dejaré solo a pesar de la gravedad de los tiempos. Por eso, busquen la unidad sincera con sus semejantes; así sus corazones serán espejos de la Verdad y de la Misericordia que, por el propio poder que Yo les daré, expulsarán el mal, disolviéndolo en cualquier camino.
Para ser Mi apóstol es necesario ser humilde y no astuto, sus propias miserias pueden sumergir el proyecto confiado a sus vidas. Únanse y todo se resolverá a través de Mi Presencia Infinita.
Bajo el Amor del Padre, que los acoge y los perdona, sean verdaderos, y así Me agradarán.
Cristo Jesús Glorificado
¿Qué esperas, alma Mía, para despojarte del mundo y vivir eternamente en el consuelo de Mi Corazón?
Sigue la luz invisible que está delante de ti, son los Rayos de Mi Corazón que alumbran durante la noche oscura del mundo.
¡Oh celeste alma de Dios!, que esperas impaciente resolver todas las cosas, en tus manos existe el poder humilde de la oración, un camino infinito para llegar al Creador. Quédate en el Océano de Mi Vacío Sublime para que en todo puedas ver que existe un porqué y una respuesta.
Sagrada alma, ¿qué esperas para darme el eterno sí?
En Mi Camino Yo te ofrezco el sacrificio como liberación y la entrega como redención. En Mi Reino solo existe la Paz, la cual muchas veces buscas en las cosas externas. Alma Mía, ríndete en Mis Brazos, deja que el Agua que brota de Mi Cuerpo humedezca tu cuerpo para que él se transfigure en un cuerpo de luz, un instrumento perfecto en las Manos del Creador.
Aún crees que no fuiste vencida, pero Mi Amor es la vertiente inacabable que vencerá a tu ser, para darle de beber una nueva agua, agua que te saciará por entero.
Pequeña alma Mía, el Señor te llama para encontrar en estos tiempos el sendero de la humildad y de la renuncia; deja que Mi Luz Suprema inunde tus cuerpos para que sean el símbolo vivo de la nueva transfiguración.
Querida alma, llegó la hora del despojamiento; acepta el Amor Supremo de tu Esposo, porque así encontrarás la respuesta interior que tanto buscas. Confía en Mi Presencia, quiero hacerte conocer la grandeza de Mi Reino Celestial.
Alma Mía, revístete con el traje de la pureza para que los ángeles del Cielo te reciban libre y entregada a Mi Corazón.
Bajo la Gracia del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por entregarte a Mi Corazón.
Cristo Jesús
Fray Elías del Sagrado Corazón: Al final del mensaje le preguntamos al Maestro por qué nos estaba dirigiendo Sus Palabras en estos días de forma tan especial. Él nos respondió:
Hoy les hablo de esta forma debido a que muchos de los Míos en poco tiempo se desposarán con el Esposo Fiel para siempre. Este es un ciclo dedicado a las almas preciosas, aquellas que siempre buscan al Fiel Consolador. Por eso, estoy llamando a todos los que Me quieran escuchar.
Vuestro Maestro del Amor
Alma Mía:
Dirige tus pasos de luz hacia Mi Corazón y Yo te entregaré la túnica de la humildad para que la vistas. Y con tus manos donarás la vida por los otros para que tus semejantes puedan sentir la plenitud de tu santidad.
Ve en todo lugar una respuesta, una señal que se presenta para la transformación del corazón. Condúcete a través de Mis Palabras, así tu camino que está lleno de piedras se convertirá en un jardín de flores y de aromas sutiles.
¡Oh alma Mía!, que perteneces desde el origen a Mi Reinado, entrega tu cansancio en Mis Brazos y despósate con tu Esposo Fiel y Amable. Busca el Fuego ardiente de Mi Corazón, porque solo en Mí encontrarás las respuestas para tus dudas, el alimento verdadero para tu espíritu, la paz eterna para tu pequeñísimo corazón.
Amable alma de Dios, deja que el Obrero construya Su casa de amor en tu ser porque así surgirá el templo de luz que irradiará su presencia interior para todos. Consagra tu vida a Mi Camino. Víveme todos los días como la única y suprema pasión de tu vida y deja que Mi Sangre se derrame sobre tu cuerpo para que él vuelva a ser puro como el día de su nacimiento.
Recibe en el silencio la luz de Mis Códigos. Dame las gracias por haber llamado a la puerta de tu vida. Quédate en Mí para siempre, Yo tengo tesoros mayores a los que existen en la Tierra. Te ofrezco Mi Eternidad.
Bajo el Amor del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por verter sus vidas en Mi Corazón de Paz.
Cristo Jesús, el Esposo Fiel
4.ª Maratón de la Divina Misericordia – primer día
Las raíces verdaderas del Amor Universal se encuentran en la sabiduría y en el conocimiento que cada ser de este vasto cosmos puede experimentar, día a día, dentro de esta escuela a la cual su Altísimo Padre llama “escuela de la evolución”.
Hoy Mi Corazón se ha podido regocijar en esa sabiduría, que está despertando como luz en los corazones orantes. La sabiduría del corazón es la que siempre les permitirá comprender las cosas inmateriales y espirituales.
El camino que Yo les ofrezco para esta vida es el camino del espíritu, morada interior que los ayudará a entender los grandes Misterios de Dios. El camino para llegar al amor es la humildad, instrumento inmutable que les dará la simplicidad necesaria ante todas las pruebas de la vida.
Hoy este camino de la humildad no es buscado por la mayoría de los Míos, porque la humildad exige de los buenos corazones el vacío de sí, la honestidad purísima y la entrega a la Voluntad Divina. Por eso, Mi Padre Me ha pedido que les recuerde estos principios básicos que forman la vida del caminante y del peregrino.
Les dejo la aspiración de buscar la Divina Sabiduría; el mundo deberá reconocer, a través de ella, que es hora de cambiar y de pedir Piedad por los que aún están caídos en los cuatro puntos cardinales de la Tierra.
La oración a Mi Infinita Misericordia siempre los llevará a recordar el camino de Mi Pasión en la Cruz, el que realicé por ustedes. En estos tiempos, la Divina Misericordia intentará despertar espíritus humildes para que pronto se conviertan en puentes de salvación para los que están olvidados en el mundo.
Estoy pidiendo lo más simple de todas las escuelas que existen en el Universo, solo los animo a buscar este perfecto camino de redención y de paz para todos.
Agradezco el trabajo de los maratonistas y principalmente el de todos los hijos que, Maratón tras Maratón, Me abren la puerta de sus hogares para que Mi Amor Invencible pueda entrar.
Bendigo a los apóstoles que se animan a caminar a Mi lado en estos tiempos de purificación, pero también de paz para quienes siempre buscan la Luz de Mi Corazón.
Bajo el Amor Infinito de Dios, sean humildes y bienaventurados.
Gracias por ingresar hoy en Mi Casto y Puro Corazón Misericordioso.
Su Guía Universal, el Maestro Jesucristo
Que en estos tiempos, Mis discípulos no teman ser ofendidos, porque en el camino de la humildad, los corazones duros terminarán de abrirse al llamado de Mi Amor Redentor.
Sean pacientes y silenciosos, sean ejemplo de bienaventuranza y simplicidad, porque el espejo que refleja su corazón será el ejemplo de los que Me viven en la paz y en la fe.
Estoy retornando y buscaré a los que he escogido para que Me ayuden a cumplir con Mi Obra Redentora.
Mi Corazón Manso está con todos los buenos servidores.
Adelante.
Bajo el Bien de Dios, sean bienaventurados.
Gracias por vivir en Mi Corazón.
Cristo Jesús
Cuando sus oraciones son donadas con amor, ellas llegan a Mi Corazón como flores que lo alivian.
Hoy, hermano Mío, compañero de la larga trayectoria al Infinito, dame todo lo que eres y lo que no eres para que Yo lo transforme según Mis Designios.
Entrégame lo que está bien dentro de ti o lo que acongoja tu corazón, porque a las tres de la tarde Mi Corazón abre la Fuente que te libera del pecado.
Asume que nada podrás ser si no es a través de Mí.
No te desanimes por tus caídas ni te alegres por tus aciertos, porque solo el espíritu de la humildad te dará a conocer que todo deberá ser en el perpetuo silencio del corazón.
Yo guío a Mis ovejas hasta el final del camino para que desde allí comiencen a caminar Conmigo como apóstoles en redención.
Si Mi Consciencia escogiera almas sabias y perfectas, ¿cuál habría sido la razón de Mi Venida a la Tierra?
Yo vine al mundo para liberarlo del error y para demostrarle que en Mi Misericordia se encuentra la liberación de sí mismo. Por eso, sigue caminando a pesar de los derrumbes en los caminos de la vida, Mi Esperanza por redimirte te confortará.
Cuando te dirijas a Mí hazlo en confianza y sin miedos.
Yo Soy el Hijo del Dios del Amor, Aquel que siempre te comprenderá y te animará a transformarte en algo que desconoces, porque serás parte de Mi Diseño Redentor del fin de tiempo.
Alégrense por estar conscientes de Mí y por saber que, por medio de Mi Comunión Eucarística, ustedes hallarán la vida eterna.
Bajo la Gracia del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por permanecer en Mi Sagrado Corazón.
Cristo Jesús, el Mediador
En la fecha santa de San Pío de Pietrelcina, hoy los llamo para que recuerden la inocencia y la pureza de esta gran Consciencia que llevó grabadas en su cuerpo las señales de Mi Pasión.
En él, vean reflejado el ejemplo de la simplicidad y del amor, de la valentía de servir a Dios y de cumplir con la Voluntad del Padre por encima de todas las cosas.
Vean en este Santo Padre Pío, la señal del amor verdadero y fuerte por la humanidad.
Ahora, como un Instructor de la humanidad, acéptenlo como el mediador y confesor por las virtudes de su vida. Que en el ejemplo de su sagrado sacerdocio puedan encontrar el camino para su comunión Conmigo.
En este día bienaventurado, el Cielo y la Tierra agradecen por la presencia de esta Consciencia Sagrada que, al igual que ustedes, imitó el camino de fe y de amor a través de Mi Sagrado Corazón.
Recuerden que este Santo Padre Pío, es el mediador en los casos imposibles y quien cultivará en sus seres el amor por la humildad.
Bajo el Bien del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por permanecer en Mi Sagrado Corazón.
Cristo Jesús
2.ª Maratón de la Divina Misericordia – segundo día
Hoy celebro desde el Cielo una nueva cena pascual, la Pascua del corazón; porque aquel que en verdad comulga de Mi Cuerpo, recibe el ministerio de la Nueva Pascua del corazón, una Pascua que renueva sus espíritus para apartarlos del pecado constante, y así resucitarlos a la Vida Mayor de las estrellas.
La Pascua Sagrada del corazón es la que todo el Universo comparte Conmigo, y esas grandes pero humildes consciencias viven, en el Tiempo Real, Mi Camino de Cristificación.
Esta Pascua proviene de la esencia de Mi Espíritu y, en consecuencia, de la Suprema Divinidad.
Como Sacerdote Mayor, Yo reúno, en este tiempo terrenal en el que viven, a las esencias que se originaron de las diversas Fuentes de Dios, y por medio de Mi Gracia y de Mi Misericordia Divina conduzco a las ovejas hacia el establo interno de Mi Corazón.
Reunido con los Míos en esta cena les presento, en amor a ellos, a los nuevos apóstoles de la Luz, aquellos que una vez estuvieron Conmigo en Tierra Santa. Estos hermanos, los nuevos apóstoles servidores de Cristo, serán ahora su guía, serán los pastores que prepararán espiritualmente Mi llegada al mundo por segunda vez en este tiempo terrenal.
Hoy, en esta Pascua espiritual, les pido: únanse como renovados apóstoles al ejemplo de los antiguos, para que el amor por la palabra y el amor por el servicio al Plan de Dios despierte en estos Nuevos Cristos que, aunque imperfectos, intentan imitarme.
Yo Soy el fruto maduro de la vid, y de este fruto nace la Sangre de Vida que lava y redime por toda la Eternidad a quien la busca por sobre todas las cosas. Sigan cultivando en sus corazones el camino del apostolado; es hora de que los Míos den el testimonio de la redención y de la conversión que Yo he realizado en ellos.
Recuerden que la humildad los acompañará para que algún día, vacíos de ustedes mismos, surja el nuevo ser redimido que formará parte de la historia de Mi Legado Universal.
Recuerden que algunos conocerán el poder y la grandeza de Mi Reino.
Es tiempo de confiar en Mí, como lo dice la oración. Caminen sin demora hacia Mis Brazos, pues aguardo lavar sus manos y sus rostros para darles de comer de Mi Nueva Pascua Redentora.
Les agradezco por permanecer en Mi Corazón Sagrado durante este día de oración reparadora por el mundo entero. Muchas almas sedientas de Mi Luz fueron recogidas de los abismos del mundo.
Gracias por confiar en Mi Infinita Misericordia.
Bajo la Gracia del Padre, sean bienaventurados.
Vuestro Rey del Amor, Cristo Jesús
Queridos Míos:
Hoy los invito a recordar la unión perfecta que existió en el pasado entre los miembros de la Sagrada Familia, para que a través de ese ejemplo sus seres internos puedan alcanzar lo sagrado.
Para mejor entendimiento de ustedes, Yo les diré cuáles fueron los frutos que la Sagrada Familia alcanzó a través de la convivencia y de la vida diaria en Nazaret.
En cada uno de nosotros despertaron Dones del Espíritu de Dios, los que estuvieron al servicio constante de la humanidad, aun cuando vivíamos sobre la faz de la Tierra.
El Espíritu de Dios despertó en la Virgen María el don de la oración para realizar los Planes de Dios, el don de la maternidad para acoger a todos los hijos de Dios, el don de la humildad para reafirmar Su purísima entrega a Dios y el don de la virginidad para irradiar el Amor Puro de Dios.
En Mi Padre San José se despertó el don de la castidad para conservar los Designios de Dios, el don del buen obrero para manifestar la Voluntad del Padre, el don del silencio para construir lo nuevo en los planos internos y el don de la alegría para curar a los enfermos.
Esos y otros dones también se hicieron evidentes en el espíritu del pequeño Niño Jesús como el don de la palabra para transmitir el Amor de Dios, el don de la redención para convertir a los que estaban distantes de Dios, el don del retiro para interiorizar los Planes de Dios, el don del corazón para irradiar el Espíritu de Dios y el don de la meditación para llevar adelante las Ideas del Padre Universal.
Los dones en la Sagrada Familia siempre fueron un misterio para muchos y ellos generaron, por medio de los tres Sagrados Corazones de la Santa Familia, un cambio profundo en la consciencia de la humanidad, llevándola así a la conversión y a la redención.
Por eso, en este día oren y mediten sobre los poderes de los Dones que emanan desde el Corazón de Dios, así ayudarán a consagrar de nuevo a la necesitada humanidad.
Bajo el Amor del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por vivir en los Dones de Dios.
Cristo Jesús
Que hoy sus seres sean revestidos por el manto marrón de la humildad, al igual que Mi Sagrada Madre que hoy lo lleva en honra y alabanza al Dios del Amor.
Que en este día, consagrado a Nuestra Señora del Monte Carmelo, sus corazones se unan al poder y la fuerza del rayo de la humildad que brota incesantemente del Inmaculado Corazón.
Que hoy, como buenos hijos de Dios, sus vidas experimenten el ejercicio de la humildad para que puedan reconocer que Dios está en todas las cosas simples así como en lo reverente y en lo sagrado.
También vean el rayo de la humildad en los sacerdotes, los que día a día deben proclamar la Palabra de Vida, que siempre debe estar plena del carisma de la humildad y de la simplicidad en todo, porque esos son Mis verdaderos discípulos y apóstoles.
Permanezcan, día a día, buscando la humildad en sus plegarias y en sus tareas. Hagan todo en nombre de la sagrada humildad, para que sean agraciados por los Dones del Espíritu Santo, como una vez lo fue la Virgen María en el Cenáculo.
Un camino para que ingresen en la sagrada humildad es pedirle al Espíritu Santo que los envuelva con Su Divina Luz y les muestre cómo vivir en humildad, para que así vivan en el desapego de ustedes mismos.
Esta es Mi aspiración actual: que cada día que pasa sean verdaderos discípulos de la humildad para que desaparezcan de sus consciencias la competencia, la arrogancia y la vanidad.
Cuando asuman vivir en la humildad y por la Humildad de Dios, reconocerán los rostros que se esconden bajo sus velos. Les pido que no los enfrenten, sino que les den la orden de transformación y de trascendencia, porque así estarán en armonía.
Caminen por el mismo sendero de la Cruz que Yo caminé por ustedes y sientan la humildad como una tabla de salvación y como obediencia a las Leyes Mayores y a sus Superiores.
Hoy les pido que todos los días antes de las tres de la tarde, relean el último mensaje que haya sido transmitido, porque en humildad comprenderán qué es lo que Yo les pido día a día.
Bajo el Amor del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por vivir a través del espíritu de la humildad.
Cristo Jesús, el Humilde Pastor
Hermanos:
Recuerden que Yo Soy su Rey de la Paz y que a través de Mi Paz encontrarán el camino de la armonía que tanto buscan.
Hoy los invito a ser constantes y pacientes en el camino de la entrega y del vacío de sí que ustedes han decidido vivir Conmigo.
Como buenos discípulos, Yo los reúno para recordarles que todos los días deben perdonar y trabajar para que ese amoroso perdón se extienda al mundo entero, porque es a través de ustedes que Yo conseguiré realizar Mis Planes.
Les recuerdo la importancia de trabajar también por la profunda unidad entre sus corazones, así permitirán que los nuevos designios celestiales se manifiesten en aquellos que necesitan de una cálida palabra de consuelo.
Intento prepararlos como simples mediadores de la oración y de la caridad. Existen muchas almas que necesitan del mismo impulso diario que Yo deposito en ustedes, para poder dar los pasos hacia el templo de Mi Sagrado Corazón.
Por eso les recuerdo que también vivan todos los días en la esencia de la humildad, para que la vida orgullosa y vanidosa se pueda desvanecer como la niebla en el amanecer.
Les pido que sean Uno Conmigo, porque solo a través de Mí podrán ser uno con sus semejantes. Solo anímense a ser corregidos y a vivir la transformación de sus corazones, porque ustedes ya Me han dicho sí.
Bajo el Amor del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por guardar Mis Palabras en el corazón.
Cristo Jesús
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más