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En el nombre de Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
El Gran Espíritu Inmortal del Señor del Oriente intentará reconstruir la paz en el planeta; ya que las guerras de estos tiempos, principalmente aquellas guerras que se ocultan a los ojos de todos, han rasgado el éter del planeta y las fuerzas contrarias han ingresado a la humanidad para perturbar a los corazones, para disociar a las mentes, para dividir a toda la humanidad al punto de que se olvide de que todos son hermanos, que tienen un mismo Dios, y son hijos de un mismo Padre.
Por eso, el Señor del Oriente despuntará nuevamente como el Gran Sol del Universo para que pueda ayudar a las almas de la humanidad, para que pueda rescatar a las naciones que se están perdiendo, para que pueda volver a erguir a todos los corazones que han perdido la fe y la confianza en la esperanza, que han perdido el amor por todo lo que viven, por todo lo que atraviesan y padecen en estos tiempos.
Pero esa poderosa Luz del Señor del Oriente, Su Gran Espíritu Inmortal, no se opondrá a nadie ni a ninguna otra energía, porque Su Consciencia Crística e Inmaterial les traerá a todas las almas lo nuevo, así como Él lo trajo hace tanto tiempo a todos los corazones que buscaban incesantemente al Maestro entre los maestros.
El Señor del Oriente reaparecerá como prometió y abrirá las puertas de la Misericordia en el planeta para que los corazones se vuelvan a erguir, para que las naciones se vuelvan a reconciliar, para que todos puedan aguardar Su Retorno tan prometido y esperado.
Porque en esa hora, Su Paz y Su Luz que son invencibles, poderosas e inmortales, les traerán a los corazones el fin del ciclo del sufrimiento, el fin del ciclo de la enfermedad espiritual, mental o física.
Él abrirá las puertas a la cura universal, y será en esa hora, hijos Míos, que el Señor del Oriente llevará adelante el Juicio Universal cuando proclame una vez más Su Palabra; y todo se sabrá en ese momento, todo se conocerá profundamente y nadie quedará más en la ignorancia, porque Su Espíritu impregnado de Sabiduría y de Amor les traerá claridad a los corazones, les traerá la paz a todas las vidas que siempre esperaron con ardiente devoción Su Retorno, y todo el universo lo acompañará.
Por eso, prepárense para ese momento a partir de ahora, preparen internamente sus corazones y almas porque Su hora se está acercando, y ya no verán más el caos de estos tiempos porque aun los que todavía no se han redimido tendrán la oportunidad de redimirse, tendrán la oportunidad de pedir perdón y de enmendar todos los errores que cometieron a través de los tiempos.
Sé que esto les parecerá que es inalcanzable; pero el Señor del Oriente, cuando emerja como la Luz del Sol en el horizonte de este planeta, tendrá todo esto muy presente porque un nuevo ciclo comenzará como está escrito y profetizado. Y Yo estoy aquí, como Su Santa Madre, para anunciarlo, porque Soy la Madre de los profetas, la Madre que anuncia el Retorno de Cristo.
Por eso, vengo aquí para que espiritualmente pueda dejar las señales de Cristo, así como esas señales que Él dejó en cada paso de Su vida pública, en el momento de cada milagro como también en el momento de cada liberación.
Cuando el Señor del Oriente retorne, en el próximo ciclo, reunirá todas Sus experiencias vividas y Sus méritos. Él no usará el Poder que Dios le dio, porque Él emanará Su Amor infinito y cósmico para las almas.
En esa hora, nadie se podrá resistir a Su Amor inconmensurable porque Su impulso será un impulso solar más fuerte que todas las estrellas reunidas, más fuerte que todos los soles de este universo, más poderoso que la expresión original de la Creación; porque el Señor del Oriente vendrá con Su verdadera Faz, aquella Faz que inicialmente fue conocida por algunos de Sus apóstoles en el Monte Tabor.
Y les aseguro, hijos Míos, que la humanidad comprenderá completamente lo que estará pasando; porque el Señor del Oriente en Su Retorno ya no les traerá misterios, sino que les develará los tesoros del Cielo y del universo; porque Él, como emanación del mismo Dios y de la misma Vida Divina, les demostrará a todos, a todas las criaturas de la Tierra, lo que verdaderamente es Dios en Su Esencia, en Su Espíritu de Amor, Prodigio y Compasión.
Por eso, hijos Míos, todos los que siguen a Cristo más allá de la religión o de la creencia, más allá de todo dogma o disciplina espiritual; todos, a través de sus aprendizajes de amor, perdón y redención, deben preparar el Retorno de Cristo y separarse de una vez y para siempre del conflicto, porque este mundo ya está lleno de conflictos.
En este último encuentro de diciembre, Mi Hijo les enseñó a reunirse y a unirse, a través de la oración, a la poderosa Red Suplicante, que es a la que ustedes deben conectarse internamente, a través del verbo creador que proporciona el poder de la oración auténtica. Esto detiene los graves acontecimientos que quieren hacer sucumbir a la humanidad.
El poder del verbo creador, correctamente utilizado, evita desastres mayores en el plano material y espiritual, detiene las ideas tenebrosas de muchas mentes, porque nadie se imagina a una humanidad sumergida en la oscuridad.
Por eso, el espíritu de la oración y del verbo creador detiene muchos acontecimientos, concede muchas oportunidades, otorga muchas Gracias y Misericordias a aquellos que tal vez por Ley no las merecerían, corrige el camino de muchas almas que está desviado y les trae la paz.
Con esto, estarán preparados para recibir al Señor del Oriente porque Su Presencia será inconfundible, Su Amor será el mismo que conocieron en Tierra Santa, en cada acto, en cada prodigio, en cada Palabra emanada a través de Su Amor.
Aurora, como Reino Interior, tiene una tarea fundamental en el final de los tiempos, como base preparatoria para el Retorno del Señor.
No quiero decirles más de lo que debo decirles para que no pierdan Mi impulso espiritual; porque es importante, hijos Míos, que comprendan lo que les estoy queriendo decir a través de este Mensaje.
Él Me envía aquí como Su Sierva, pero Yo vengo aquí también como la Madre de todos para llevar adelante este Plan de Dios que debe manifestarse y concretarse en cada plano, que debe ser una realidad y un triunfo a través de las almas redimidas.
Como muestra de ese Amor, que permite el milagro de la vida y la conversión de los corazones, que se acerquen aquí los que hoy se consagrarán como Hijos de María, para que Yo los pueda bendecir en nombre de la humanidad.
Hoy, estoy aquí, queridos hijos, ante la célula más importante del Proyecto de Dios que es la familia, la familia que en este tiempo está siendo atacada y dividida por Mi enemigo. Pero sientan Mi protección, sientan Mi abrazo consolador y maternal, porque Dios no permitirá que Su más preciado Proyecto se destruya.
Más allá de las batallas o de los conflictos, más allá de la falta de paz o de entendimiento en la familia, ustedes, hijos Míos, que hoy se consagran ante Mí, ofrezcan su vida orante por todas las familias del mundo, principalmente por aquellas que han sido lastimadas y agredidas por los juicios de valor o por la condenación.
Confíenme a sus hijos y a sus familiares, que Yo Me comprometo, como su Santa Madre, a cuidarlos y a asumirlos; porque Mi principal misión, hijos Míos, es que sus familias puedan ser un espejo de amor en el mundo y que los valores espirituales y humanos hagan dignas a todas las familias del mundo.
Reciban así Mi bendición maternal y espiritual, y especialmente las madres que con sus hijos hoy están aquí, junto a este Altar, que reciban al Espíritu Inmaculado, el Espíritu de Dios, que envolvió a su Santa Madre, a San José y al Niño Jesús en Belén.
Que la llama de sus vidas sea la simplicidad, así como lo fue en el Corazón de su Madre Santa.
Que la llama de la humildad sea en sus vidas, así como lo fue en el Corazón Casto de San José.
Y que la llama de la pureza sea en sus familias, así como lo fue en el pequeño Niño Jesús, para que la inocencia se recupere en este mundo, en las familias, en los pueblos y en las naciones que viven las guerras.
A través de Aqua Solar, ofrezco esta alma, en nombre de todas las almas que han sido decapitadas en Medio Oriente, para que la humanidad recuerde que sin el amor de una verdadera madre nunca podrá vivir. Porque el amor de una madre nunca los condenará, siempre los guiará por el buen camino, por el camino del bien y de la caridad.
Yo les agradezco, hijos Míos, por haberme ofrecido hoy esta Gracia de sus familias.
Sepan que el Amor siempre triunfará y el mal nunca vencerá, porque ustedes son Hijos de Dios.
Los bendigo y los consagro como Hijos de María, como hijos Míos que siempre fueron, desde otros tiempos.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Hoy, quiero bendecirle una rosa a cada uno, para que siempre recuerde que existe la Belleza de Dios y, sobre todo, siempre existe Su Amor más allá de todas las cosas, y que Él colocó Su Amor y Su Belleza en cada uno de ustedes desde que fueron concebidos en los vientres de sus madres.
Hijos, Dios lo ha pensado todo y hoy Dios se los recuerda a través de Mí.
Que la belleza de sus almas se pueda expresar como una flor.
Que la devoción de sus almas se pueda elevar a través del aroma de la flor y que el Amor del Padre siempre los cure y los sane.
Hoy, ya son Hijos de María.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
A pedido de nuestra Madre, después de este momento, vamos a prepararnos para que estas familias, que hoy se consagraron, reciban el Sacramento del Bautismo, como un acto de renovación espiritual y como una oferta por las familias del mundo, especialmente por las familias que viven las guerras y que no encuentran la paz.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Que la Paz esté en el corazón de todos los seres de la Tierra, que así sea.
Con alegría, hijos Míos, vengo a colocarlos en el Regazo de Dios para que puedan sentir el Amor eterno del Padre que, a pesar del tiempo y de las circunstancias de la vida, Él no lo deja de ofrecer, se entrega incondicionalmente por cada uno de Sus hijos para que lo puedan sentir y vivir plenamente.
Es por esa razón que hoy estoy aquí, como ese testimonio del Amor del Dios vivo, de ese Amor que los gestó y los creó desde el principio, que los hizo manifestar en este Universo como en otros lugares del Universo, en donde las esencias divinas fueron manifestadas para vivir un proyecto de Amor y no un proyecto de redención.
Pero con la caída del hombre, desde Adán y Eva hasta el presente, el propio Dios se volvió a manifestar, se volvió a entregar y a donar al mundo por intermedio de la encarnación del Hijo de Dios, el Cristo. Eso ha hecho posible, hijos Míos, que las almas por medio del camino de la redención pudieran volver a Dios y estar ante Su presencia.
Es en ese camino del Amor que Yo los quiero tener todo el tiempo, porque así no solo conocerán al Padre Celestial, sino también descubrirán las maravillas y tesoros que hay en el Universo cuando aprendan, a través del esfuerzo, a salir de la superficialidad y de la indiferencia que en este momento la humanidad inculca en las almas.
Por eso, hijos Míos, alegren sus corazones, vean realizarse su momento de redención, porque el Amor de Dios ha venido a través de Su Sierva fiel, no solo para colmarlos sino también para realizarlos como almas, para que desde ustedes puedan despertar los talentos de Dios y todos los dones que Él les entregó desde el principio.
Esa es la intención principal de su Madre Celeste que a pesar de la perversión que vive la humanidad en este momento, de los conflictos, de las guerras, de las crisis humanitarias o aun de la destrucción a los Reinos de la Naturaleza, necesito que Mis hijos despierten de nuevo a su pureza esencial y que recuerden ese estado de pureza interior con el que Dios los concibió; porque así estarán dentro de Su Plan de Amor y de Luz, serán partícipes de las maravillas del Universo, de las fuentes del conocimiento y de la instrucción, que llegan al mundo para despertar la consciencia, para hacer de los corazones, corazones unidos en Cristo y por Cristo.
Por eso en este momento, amados hijos, la base fundamental de su vida material y espiritual es el amor, eso les permitirá trascender la dificultad de estos tiempos; el amor les enseñará a ser humildes y simples, les permitirá ver la realidad y la necesidad en cada lugar y en cada hermano.
Yo necesito, hijos Míos, que decididos y entregados a Dios sean parte de esa Fuente de Amor y de Luz, tan necesaria y urgente para estos tiempos, una Fuente que debe espejarse en la humanidad para poder curar profundas e imborrables heridas que aún siguen sometiendo a los corazones y a las vidas de las personas.
Por eso Yo les traigo la Fuente de Mi Amor, que es la Fuente del Amor de Dios, la Fuente que siempre los nutrirá y los guiará, la Fuente que los sacará de la oscuridad, de la ilusión y de cualquier adversidad que Mi enemigo les quiera imponer.
Un camino importantísimo para encontrar esa Fuente de Amor es la oración, algo que he fundado en sus consciencias desde hace muchos años. Pero ahora, hijos Míos, la oración no solo deber ser su alimento diario, debe ser su arma de defensa y de combate contra Mi adversario, no solo por sus propias vidas, sino también por la vida de sus hermanos, de sus semejantes.
La oración que pueda proteger a la familia como núcleo importantísimo y célula de Dios, para que la familia en este ciclo crucial de la humanidad, por medio de una oración sincera y verdadera que una a todos, se pueda sostener, fortalecer y mantener la fe viva delante de todo lo que el planeta y la humanidad verá; porque este es el tiempo de la purificación, es el tiempo de la transición planetaria, es el tiempo de sumergirse en el Amor de Dios para poder vivir plenamente la compasión del Padre y llevar esa compasión a los que más la necesitan.
Cuando salen del Amor de Dios comienzan a sufrir, porque saliendo del Amor, hijos Míos, no solo salen de las leyes sino también de la Ley de la Jerarquía.
El Amor nunca los hará dudar, el Amor siempre los fortalecerá y los sostendrá, el Amor les dará discernimiento y sabiduría en los momentos difíciles, aunque no tengan a nadie que los pueda guiar u orientar. Si sus corazones están en el Amor, sumergidos en la oración viva, la ayuda y la respuesta llegará a sus vidas, el sufrimiento se disipará, porque el Amor les concederá la cura espiritual como atributo principal de la Fuente del Padre Celestial.
Y así, como seres de Amor, podrán contribuir con este planeta, con esta humanidad enferma que no pone su atención en la vida del espíritu, sino su atención en las cosas materiales y mundanas.
Pero no toda la humanidad está perdida, aunque la mayoría esté muy distraída. Por eso es necesario ingresar en la Fuente del Amor de Dios todos los días y tener como regla primera esa conexión profunda con el Padre Eterno, buscando dentro de ustedes el Reino de Dios para que Él los pueda conducir, impulsar y guiar.
Es este Amor tan desconocido pero infinito lo que hoy Me hace volver aquí, a esta sagrada tierra, que espeja para el mundo la oportunidad de amar, de servir y de entregarse por los demás y por los Reinos de la Naturaleza.
Este semillero de Luz que representa la Comunidad Nueva Tierra es compromiso de todos Mis orantes y servidores, de protegerla y de sostenerla y de que siga viviendo su expansión, no solo a través de una educación espiritual, de un ejemplo de vida fraterna, sino también que ella se pueda expandir y manifestar como un pedacito del Reino de Dios que fue colocado aquí por Mi Corazón materno para que sea protegido y preservado por todos.
Es tiempo, queridos hijos, de fundar y de solidificar las bases espirituales de la Jerarquía Divina, no solo en los Centros Marianos como este, que debe ser un Centro vivo con la participación de todos Mis hijos, sino también debe ser un lugar, una común unidad en la que todos puedan participar de lo simple que es la vida y lo hermoso que significa servir al otro primero.
Porque las Islas de Salvación como estas serán la cuna para recibir a los que más necesitan, aquellos que escaparán de las guerras, de los conflictos en las naciones, de las catástrofes que vendrán por acción de la naturaleza debido al desequilibrio que genera el hombre de superficie. Y en las Islas de Salvación siempre estará la Jerarquía, a pesar de lo que suceda y acontezca en la superficie, porque la presencia de la Jerarquía en ustedes es espiritual, interna, profunda y también divina.
Si ustedes mantienen y sostienen esa coligación con la Jerarquía Divina, la protección nunca les faltará, la ayuda siempre llegará y cuando sea necesario algo se manifestará, porque la Ley es perfecta en el Universo. La Ley de la manifestación y de la abundancia fue creada con perfección para que a cada uno de los hijos de Dios nunca les falte nada.
Yo los invito, hijos Míos, a comprometerse un poco más profundamente con esta Comunidad-Luz que acoge a los más pequeños e inocentes y que deberán ser el futuro para lo que llegará más adelante. Y ese futuro se construirá con la colaboración y la donación de todos, de una manera periódica, fiel y transparente.
Eso permitirá que la Jerarquía pueda conceder más gracias en este lugar a los que las necesitan; y los que más necesitan llegarán porque se sentirán atraídos por la Fuente de ese Amor, que hoy Mi Corazón Inmaculado derrama sobre los Centros Marianos y sobre las Comunidades-Luz. Un Amor que es para ser compartido y vivido por todos, un Amor que siempre les hará ver el bien y disolver el mal en cualquier circunstancia.
Hoy Me siento atraída hacia este lugar porque sé lo que representa para Dios esta comunidad y lo que ella debe alcanzar en el fin de estos tiempos, no solo como parte del Proyecto de Dios y de la Sagrada Familia Universal, sino también por los tesoros espirituales e inmateriales que ella deberá acoger en el próximo tiempo para la tarea que deberá realizar en la superficie con la raza humana, así como también con los Reinos de la Naturaleza.
Por eso, todos son invitados a participar, a vivir y a encontrar el amor en el día a día, de una vida grupal que es construida por todas sus consciencias y que los hará ser más conscientes, más serviciales y disponibles para todo lo que habrá que atender en la humanidad.
Por esa razón estoy aquí, no sólo para revelarles esos tesoros que algún día llegarán y se presentarán, sino también para protegerlos con Mi Consciencia Divina sabiendo que serán de gran importancia, no sólo para este estado de Rio de Janeiro sino también para todo el Brasil, así como otros lugares de este país reciben los tesoros espirituales de Dios, que la mayoría desconoce completamente.
Por eso, los llevo a través del camino de la instrucción hacia esa revelación para que puedan ser partícipes de esos tesoros, celadores de esos tesoros y guardianes del sagrado conocimiento divino.
Para eso también los estoy preparando, pero será necesaria, hijos Míos, una fiel y mayor colaboración en esta comunidad, porque aún muchos más niños y jóvenes esperan tener la oportunidad de llegar aquí y de saber que el Amor no se perdió.
Por este Amor que concibe milagros y las maravillas de la vida, con este Amor que hoy surge de Mi Corazón Inmaculado es que consagraré a los nuevos Hijos de María, que serán los primeros para este nuevo ciclo en el que se comprometerán fielmente Conmigo para participar activamente en esta comunidad y en esta vida grupal, para ayudar y contribuir en la educación de los niños, en el apoyo de los jóvenes y en la sustentación de los Reinos de la Naturaleza.
Estos hijos que hoy se consagrarán, como otros que se consagraron aquí y que todavía tienen ese compromiso Conmigo y no lo pueden olvidar, también sostendrán este Centro Mariano, lo harán vivo a través de la liturgia que aquí se puede expresar y vivir simplemente. Una liturgia de oración, de adoración y de contacto con Dios que toca el Corazón del Padre Eterno muchas veces, que aquí ya sucede.
Por eso, hijos Míos, esta consagración es una consagración hacia la madurez y la responsabilidad espiritual, porque es importante que Mis hijos comprendan, especialmente los que se consagrarán en el futuro, que ser Mi hijo no es solo estar en Mi Corazón, es vivir el Plan de Dios, es realizar el Plan del Padre, es vivir Su Voluntad con responsabilidad y llevarla adelante cueste lo que cueste.
Esa será una respuesta verdadera y sincera de parte de cada uno de ustedes, de que están comprendiendo lo que significa ser un Hijo de María. Necesito que sean esas esferas de Luz, permeadas por el Amor de Dios, que puedan irradiarse al mundo y a los que lo necesitan.
Invito en este momento a que los Hijos de María se coloquen de pie, los que hoy se consagrarán ante Mi presencia.
Y escuchando el Himno de su Consagración, hijos Míos, los bendeciré y los colmaré con Mi Amor y con Mi Luz, sabiendo que es necesario hacer algo por este planeta y por esta humanidad, es necesario vivir el Amor y llevar el Amor a los que sufren y a los que lo necesitan, desde el ser humano hasta los Reinos menores.
Ese Amor debe multiplicarse y crecer dentro de ustedes, en las acciones de la vida, en el día a día, en todos los que están a su alrededor.
El Amor les permitirá reconciliarse, los llevará a la Paz, los llevará al entendimiento y a la sabiduría y, a pesar de que todo pueda estar difícil o imposible, si invocan o llaman al Amor de Dios todo se resolverá.
Porque todo lo que puedan vivir en este tiempo es porque lo necesitan, necesitan aprender algo de todo lo que experimentan y viven, eso también es Amor aunque no parezca.
El sufrimiento no es Amor, el Amor es luz, es cura y es paz; el Amor es estar en el Corazón de Dios.
Por este Amor que los concibió desde el principio y en el origen y por este compromiso que hoy asumen Conmigo, de ser celadores de esta Comunidad-Luz y servidores del Plan en incondicionalidad y entrega, es que Yo los voy a bendecir, hijos Míos.
Colocando Mis manos sobre sus corazones e impartiendo la Gracia de Dios en sus vidas, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Que antes de que canten el Himno de la Consagración, que es un momento de renovación de votos para todos, es que Me quiero despedir de esta Comunidad Nueva Tierra, sabiendo que ella siempre estará en Mi Corazón y Yo estaré en ustedes haciéndoles sentir Mi presencia, dándoles fuerza en cada momento que lo necesiten, levantándolos del suelo, acogiéndolos en Mis brazos, haciéndoles sentir el palpitar de Mi Corazón.
Y cubriéndolos con Mi Manto los sumergiré a todos en Mi Paz, en la que podrán ver la Luz del Padre, Su Misericordia infinita y Su Compasión; y cualquier situación se disolverá, porque el hijo que invoca a la Madre de Dios, es atendido, protegido y asistido. El hijo de Dios, que invoca a la Madre Celeste, está dentro de Su Corazón Universal.
Les agradezco y hasta la próxima vez.
Vengo del Cielo para cumplir una promesa del Padre Creador, una promesa que pertenece a Mis hijos de la Tierra y que en este último tiempo deberá cumplir y concretar.
Vengo con la promesa, hijos Míos, de que descubran en su interior lo que Dios colocó desde sus orígenes, antes del principio se esta Creación para este Universo Material.
Eso que existe dentro de ustedes es muy valioso para Dios y ha venido con ustedes en esta vida, encarnó en ustedes, para que pudiera cumplir su propósito y su manifestación.
Hoy les hablo de aquello que está en lo interno de lo más interno y que deberá algún día retornar a Dios, con toda la experiencia vivida del Amor, del Perdón y de la Reconciliación.
Hijos Míos, en este tiempo la humanidad no pone atención a esto. La vida está muy exteriorizada y las almas están muy hipnotizadas por todo lo que les ofrece el mundo.
Pero existe algo en lo profundo de sus seres, que es eterno, invencible e intransferible.
Es eso que necesito, hijos Míos, que en este tiempo ustedes puedan buscar. Porque descubriendo dentro de ustedes lo que Dios dejó, la humanidad podrá reconstruirse espiritual y físicamente.
Los Reinos de la Naturaleza ya no padecerán las consecuencias del ser humano, todos podrán vivir en armonía y en paz, así como Dios lo desea.
Pero como ustedes están dentro de un tiempo de transición que nunca vivieron en ningún otro tiempo, buscando eso que existe y que Dios colocó dentro de ustedes, podrán atravesar estos tiempos con mayor madurez y adultez; podrán percibir la clara realidad de estos tiempos, y así, estarán unidos a la Jerarquía.
Hijos Míos, reencuentren en ustedes la esencia interior, aquella esfera de Luz que los Padres Creadores diseñaron para sus consciencias, que surgió de una Fuente, que nació de un gran estanque de luz para poder peregrinar por el Universo y por la Tierra, para aprender amar, crecer y vivir.
Hijos Míos, muchas de esas esencias en el mundo están contaminadas; pero Yo vengo con la Luz de Mis Espejos para poder purificarlas y sublimarlas y Me sirvo de los grandes océanos de esta región para poder espejar sobre ellos los atributos de Dios, aquellos que a cada uno de ustedes algún día los tornará libres y podrán estar en comunión con la Creación y con la Vida.
Por medio de la oración, del servicio, de la entrega y de la donación de sí y una vida de interiorización y de meditación interior, con todo lo que existe en este vasto Universo, ustedes podrán regenerar sus vidas, hijos Míos, y las corrientes poderosas del Universo vendrán en su auxilio para seguir impulsando sus consciencias al gran cambio, el gran cambio que la humanidad deberá vivir en estos tiempos definitivos.
Por eso su preparación básica es el camino de la oración y no otro.
Ustedes deben aprender a comunicarse con Dios interiormente a través del verbo orante.
Y a través de la oración que ustedes hoy Me han ofrecido amorosamente, hijos Míos, es permitido que Yo les pueda decir todas esas cosas, porque como Madre de ustedes y Madre de la Humanidad, deseo el bien para cada uno de Mis hijos.
Tengo la intención amorosa y espiritual de retirarlos de la ilusión. Por eso, hijos Míos, anímense a sumergirse dentro de ustedes, para que puedan sentir y percibir cómo está su esencia interior.
Los ángeles de la guarda esperan por poder ayudarlos y servirlos incondicionalmente. Eso ayudará ampliamente al ángel de esta nación, al Ángel del Brasil, que espera que cada uno de ustedes se una a Él, para poder aprender a atravesar estos tiempos difíciles en un mayor grado de neutralidad, amor y sintonía.
Por medio del descubrimiento de sus orígenes, hijos Míos, sus espíritus posarán sobre sus cuerpos y crearán esa perfecta unidad con el Padre Celestial.
Y no solo serán merecedores de las Gracias del Universo, sino de las Gracias del Conocimiento sideral, que está guardado en cada una de las estrellas de este Universo, despertando la consciencia de sus seres.
Estableciendo la unidad con sus esencias purísimas, podrán ser merecedores de mayor misericordia y perdón. Podrán percibir, hijos Míos, que muchos hábitos en sus vidas ya no son necesarios.
El alimento de la oración y la fuerza interior del servicio por los demás, es lo que hará transformar el mundo y traerá el amor a todos los corazones.
Con este ejercicio simple, que Yo les entrego, de aprender a buscar su esencia interior, también ayudarán a sus almas a encontrar el camino de la cura. Ellas suplican al Universo por ayuda, una y otra vez.
Aprendan, hijos Míos, a corregir sus caminos y a seguir el camino crístico que les ofrece Mi Hijo, Nuestro Señor, y estarán dentro de la senda de la Jerarquía y seguirán recibiendo sus impulsos espirituales, que los llevarán a comprender la vida tal cual es y a estar en contacto interior con todas las esferas sublimes del Universo.
Necesito, hijos Míos, que en este tiempo sus esencias sean curadas, porque siendo curadas serán purificadas, podrán recibir los atributos de Dios, que son urgentes y necesarios para estos tiempos difíciles.
Los atributos los transformarán, elevarán la consciencia y podrán estar delante de la realidad planetaria con otros ojos, encontrando en cada lugar y en cada rincón una necesidad para ser suplida.
Necesito, hijos Míos, que sigan desarrollando dentro de ustedes el camino del amor, para que en sus vidas se fortalezca el camino de la fe, pilares importantes para estos tiempos críticos, en donde se verán cosas increíbles e inconcebibles por parte de la acción de los seres humanos y de las naciones.
Pero Yo no los invito estar en el conflicto, ni en la desesperación. Los invito, hijos Míos, a estar en la divina armonía de Dios. Por eso deben descubrir dentro de ustedes el valor de sus esencias, para que pueda volver a resplandecer el sentido de su existencia y el motivo superior que los trajo a esta vida y a este mundo.
Tomando conocimiento de todas esas cosas, hijos Míos, podrán vivir la Voluntad de Dios.
Mis Manos y Mi Corazón están llenas de Gracias para ser derramadas sobre el mundo y espero que sus esencias se puedan purificar y sublimar para ser merecedores de esa Gracia Divina, y tendrán todos los sentidos internos abiertos. Sus sentidos externos se aquietarán y se calmarán para poder percibir la realidad divina y el verdadero sentido que trae el Universo para estos tiempos y para la humanidad.
Deseo que siempre puedan hacer el bien en cada lugar y en todo momento, porque así, hijos Míos, permitirán que otras almas se curen y el sentido de muchas almas más cambiará sus vidas, y la vida de sus hermanos volverá a tener un sentido y un propósito para este tiempo.
Yo no les pido, hijos Míos, nada imposible. Pido lo que en verdad puedan alcanzar en este ciclo, pero es urgente que la humanidad tenga consciencia de lo que está haciendo, que todos los seres se puedan unir en el amor y en la verdad para que Dios no derrame Su Justicia sino su Infinita Misericordia, porque el Padre Celestial les ha dado todo y sigue dando todo a Sus hijos.
Necesitan responder a eso que reciben; por eso Yo les vengo a advertir en el nombre del amor para que sus caminos estén en el camino de Cristo, siempre velando por la Verdad, por la realidad superior y la consciencia que cada uno de ustedes debe descubrir en este tiempo.
No sientan temor por lo que hay más allá de este Universo material, porque hacia el Infinito, algún día sus consciencias deberán volar para poder fundirse con el Padre, con Su Fuente máxima de Gracia y de Amor, y así podrán vivir una síntesis de todo lo vivido y experimentado en este planeta.
Pero en este tiempo es necesario, hijos Míos, que sus dones puedan despertar, para que sus talentos estén al servicio de Dios.
Mediante el camino de la oración perseverante y constante. Irán transformando sus vidas, poco a poco y podrán algún día, mediante la Gracia de Dios, espejar hacia el mundo lo que verdaderamente son, desde donde surgieron para vivir esta experiencia de Redención y de Perdón.
Les invito, hijos Míos, a ingresar en la Escuela de la Verdad, ya que muchos de Mis hijos, los que antes estaban Conmigo, decidieron salir de esta Escuela. Pero como Madre paciente, amorosa y perseverante espero por todos Mis hijos, para que cada uno de ellos pueda ingresar en esa Escuela de la Verdad y así recibir el conocimiento que necesita para ennoblecer sus espíritus y cumplir la Misión que Dios les ha pedido en este planeta.
Eso es, principalmente, para la juventud, a la cual tengo mucho en cuenta para estos tiempos críticos. Porque la juventud trae ese puente hacia la renovación que permitirá traer la cura del Universo para todas las consciencias.
Yo le extiendo Mi Mano a toda la juventud del planeta para que se anime a conocerme y a sentirme, a descubrir quién es en verdad la Madre de Dios, la Madre que siempre los acompaña y los guía desde antes que ustedes tuvieran consciencia sobre su existencia.
Por eso en esta noche, hijos Míos, espejo el Gran Amor de Mi Corazón para todos los que necesitan de ayuda, de intercesión y de Gracia para estos tiempos.
Desde ahora agradezco a todos los que han acompañado esta peregrinación, sabiendo que no es solo una peregrinación material sino especialmente espiritual, que abraza a muchas consciencias, naciones y situaciones planetarias que se van desactivando, reconstruyendo y transformando para que todas esas situaciones estén todas dentro del Propósito de Dios y no del propósito de los hombres.
Depende de la humanidad la oportunidad de recibir una gran intervención divina. La respuesta de parte de los seres humanos será muy necesaria, para que esa ayuda universal pueda llegar a la Tierra y todo, absolutamente todo, se mantenga en el equilibrio.
Reciban cada una de Mis palabras como si fueran las últimas, porque sé como Madre que las necesitarán, para poder seguir caminando en esa trayectoria de la Tierra, rumbo al sagrado encuentro con el Redentor.
Por esa razón, también vengo aquí por los que hoy se consagrarán, por los que ya se consagraron una vez a Mi Inmaculado Corazón.
Este será el momento, hijos Míos, especialmente para los Hijos de María de todo el Brasil, de poder responder y corresponder al llamado de Dios en todo lo que es presentado y manifestado como Voluntad Divina. Eso evitará muchos acontecimientos en su país y las puertas de la Divina Misericordia se mantendrán abiertas sobre un pueblo y una nación, que fielmente es devota a la Madre de Dios.
Que se aproximen los que hoy se consagrarán como Hijos de María.
Preparándonos mediante el cántico de la consagración, haremos la renovación de nuestros votos a la Madre de Dios, asumiendo nuestro compromiso interior y espiritual con la Obra de los Mensajeros Divinos y el Padre Celestial.
Almas queridas de Dios, seres congregados en el nombre del Amor ante el Altar Sagrado de la Madre de Dios: Que sus almas hoy reciban esta bendición maternal que Yo les traigo.
Que sus corazones sientan el impulso de la paz, del amor y del bien, que hoy emite Mi Corazón Inmaculado, para que su compromiso ante Dios sea verdadero y persistente, para que aprendan a proteger sus vidas mediante el camino de la oración, del servicio por los demás y por los Reinos de la Naturaleza, para que en sus familias y hogares pueda despertar el principio de la Sagrada Familia, mediante actos de bondad, de caridad, de amor y de bien para con sus semejantes.
Hoy, su compromiso Conmigo será por todas las familias del Brasil y del mundo, para que en sus familias exista el oratorio dedicado a Mi Materno e Inmaculado Corazón, donde Mi Presencia pueda estar allí entre ustedes y en todos los hogares del mundo, especialmente en las familias que están divididas y separadas por el desamor.
El Brasil, como pueblo devoto a la Madre de Dios, tiene la posibilidad de realizar muchas obras. Por eso no Me canso de volver aquí una y otra vez, para poder bendecir a Mi pueblo querido, que siempre suplica a Dios por Su Amor y por Su Gracia, por Su Misericordia y por Su Compasión.
Hijos, Yo los amo y solo deseo que hagan el bien, para que el Bien de Dios esté en sus corazones y en el corazón de todos sus hermanos, a fin de que la maldad sea disuelta, los infiernos sean cerrados, para que las almas se liberen y reencuentren el camino hacia Dios.
Oremos. Y hoy oraré con ustedes, hijos Míos. al Padre Celestial. para que esta ofrenda que nace de sus corazones, sea recibida en Su Reino y Él les devuelva Su bálsamo de Paz, de Cura, de Amor y de Perdón, para que sus vidas a partir de ahora sean otras. Crean que eso es posible.
¡Recemos!
Padre Celestial ... ( x 3 veces)
Brasil siempre será el Edén, donde Dios colocará Sus Ojos para contemplar la transformación de Sus hijos y el cuidado de todos los Reinos, a fin de que siempre esté presente la paz, el amor y la unidad entre los seres.
Yo los bendigo y los consagro a todos como Mis hijos.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Que una lluvia de Amor y una Gracia espiritual descienda en este momento, no solo para bendecir al Brasil sino también a todos los Reinos, a todos los continentes y los océanos que están unidos a la Creación de Dios en perfecta unidad.
Hoy Me alegro por haberlos tenido aquí, porque hayan traído su ofrenda para Mi Corazón.
Hagan lo que les pido, oren todos los días y todo se transformará y se curará. Es algo muy simple, así algún día serán como Yo, bellos en el Amor y agradecidos en la Confianza.
¡Yo les agradezco!
Sigan adelante en el Camino del Corazón.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más