Apariciones extraordinarias
APARICIÓN EXTRAORDINARIA DE LA VIRGEN MARÍA, EN LA CIUDAD DE ÁVILA, ESPANHA, A LOS VIDENTES FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN E HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Coloca tu mirada en Mi Corazón para que encuentres el Universo de Mi Paz.

En este día Yo soy la Señora del Monte Carmelo, la que cuida de la vida religiosa y también de la evolución de las almas.

Por eso hoy he venido con el Reino de Mi Paz, para que tú te animes a ingresar a él y sentir, en confianza, tu verdadero origen.

Esta es la Casa del Padre, en donde todo se crea y se recrea.

Este es el plano y la dimensión en donde todo existe y nunca nada está separado; porque aquí, en este lugar, surge la Fuente Primordial desde donde todo este Universo que fue creado proviene, desde el momento en que el Padre emitió Su Pensamiento y Su Sentimiento de Amor para que todo existiera, así como también Sus criaturas, tan semejantes a Su Consciencia Divina.

Es de este Cielo Superior desde donde hoy provengo como Madre y Señora del Monte Carmelo, para fortalecer la espiritualidad de las almas.

Hoy Me muestro así, ante sus ojos internos y ante sus corazones, para que puedan ver que existe algo mayor y que para muchos es desconocido.

En este lugar también está Cristo, vuestro Señor, vuestro Maestro y Soberano.

Desde allí Él rige con las Leyes del Padre los Universos y los comanda, para que existan la fraternidad, el amor y la unidad.

En este Cielo no todos pueden entrar, pero existen otros Cielos que están abiertos para recibirlos.

Les muestro este Cielo del cual hoy provengo, porque es hacia donde llevaré a los que Me he aparecido a través de esta Obra, para que junto a Mí, y en el próximo mundo que no será material, Me sigan sirviendo y sigan respondiendo al llamado, que no solo es por la humanidad futura, por la próxima humanidad, por la próxima raza, sino por todo lo que vendrá después, para este Universo y más allá de él.

Cada una de las almas tiene un lugar en el Cielo que debe conquistar con su sacrificio, con su entrega, con su renuncia, y sobre todo, con la oración.

Si no existen estas bases en sus vidas, ¿cómo podrán ingresar hacia esos Cielos, donde su vida espiritual e infinita continuará junto a los ángeles bienaventurados, junto a los Sagrados Corazones, que desde ese lugar claman al Padre por una Gracia mayor para la humanidad?

Aunque para muchos parezca que en esta vida material muchas cosas no tienen sentido, o no tienen importancia de ser vividas o experimentadas como sacrificio y entrega, hoy les digo, queridos hijos, que todo eso tiene mucha importancia para Dios; porque es el testimonio y la forma de que paguen sus deudas del pasado, y que a través de la Divina Misericordia que surge de esa Fuente Primordial, pueden ingresar en el próximo mundo a los Universos que hoy les ofrezco con tanta misericordia, gracia y amor.

Hoy, todo lo que rodea Mi aura celestial es sublime e infinito, es cósmico y superior, porque en ese lugar se vive la igualdad, la justicia, la hermandad y el equilibrio.

Todo está en su lugar para que pueda despertar y evolucionar, así como Dios lo piensa y lo siente. Solo que el mundo y la humanidad está con su mirada hacia otras cosas, y el tiempo de la definición se aproxima, y dependerá de cada uno de Mis hijos que puedan dar ese gran paso hacia su misión espiritual y hacia su camino, que continuará en las estrellas.

Mientras tanto, vengo hacia ustedes a llamarlos, para que Me sigan en confianza y fe, porque de esa forma en los planos internos podré llamar a toda la humanidad, y sobre todo, a la que está más dormida y lejos de Dios, sin conocer el verdadero amor, la verdadera existencia, y el verdadero sentido de estar encarnados en este tiempo, y en este ciclo final.

Todas las pruebas que vivan los fortalecerán.

Todas las dificultades que experimenten los harán crecer, para que puedan encontrar el camino y el sentido de estar respondiendo a algo mayor y sublime.

Desde este lugar de donde hoy provengo, desde uno de los siete Cielos del Creador, vengo a llamarlos para que puedan ampliar la consciencia de su caridad y servicio para con los demás, porque es necesario ayudar a un mundo que sufre y que agoniza, día a día.

Vengo a enseñarles a generar, a través de los buenos ejemplos y no de las resistencias, los méritos necesarios para poder ingresar hacia los Universos que Dios tanto espera en el próximo mundo.

Adquieran prontamente un espíritu de caridad y de servicio para con los demás, y aprendan, en estos tiempos, a cuidar de la Obra de Dios en todos los detalles, porque cada cosa que hagan en este tiempo influenciará mucho en el Plan.

Ayuden a que el destino de este Plan se cumpla como está pensado.

Ayúdense a ustedes mismos para que pueda concretarse el Plan.

En este Universo del cual hoy provengo suceden muchas cosas que son desconocidas para la humanidad consciente.

Aquí se guardan proyectos, ideas y tesoros que emana el Creador directamente de Su Fuente, de forma permanente y continua.

De lo que les hablo son los designios que nacen de Su Corazón Eterno, para que en todas las manifestaciones de Su Creación se puedan cumplir, y las almas finalmente conozcan la esencia del Amor, que en este tiempo deben conquistar con esfuerzo y sacrificio.

Eso, al menos, por tan simple que parezca, hará de esta humanidad una humanidad redimible; generará una posibilidad para que nuevas Leyes del Universo puedan actuar en un mundo infernal e indiferente.

Pero a pesar de todo, queridos hijos, Mi Corazón es incansable, Mi paciencia es infinita y Mi propósito por ustedes es aún mayor, y trabajo por ello.

Quisiera que Mis palabras no pasaran, como han pasado otras palabras u otros mensajes.

Necesito que interioricen Mis mensajes y que puedan comprender, a través de sus corazones, todos los símbolos que Yo les revelo, porque de esa forma estarán conscientemente preparados para poder ver las señales que el Universo mostrará en poco tiempo.

Y a pesar de eso, el planeta no dejará de sufrir.

Necesito que Mis siervos y que los apóstoles de Cristo correspondan a cada necesidad que se presenta en estos tiempos, por más simple que parezca. Si no lo hacen, queridos hijos, no estarán creciendo interiormente sino que se estarán estacionando evolutivamente.

Y ustedes deben seguir creciendo para poder abrazar nuevos principios y nuevos propósitos que Dios les mostrará en los próximos años.

Sus vidas, ya no son sus vidas; sus caminos, ya no son sus caminos; sus decisiones, ya no son sus decisiones.

Aprendan a ser en Cristo, para que Él pueda estar en ustedes, y así, actuar. Y tengan consciencia, discernimiento y sabiduría para no equivocarse, ni errar.

Los invito a ser celadores de un Propósito desconocido.

Los invito a ser columnas de una Obra infinita, que no solo comienza y termina en una aparición, en un mensaje, o en una liberación de una región, de un país, de un pueblo, de un sufrimiento, o de una cultura.

Necesito que con las bases de instrucción que han recibido en los últimos treinta años y en los últimos tiempos, puedan actuar así como Dios lo necesita.

La exigencia será mayor, pero el consuelo será muy grande.

Mi Corazón Inmaculado será la fortaleza de los consecuentes, de los que dicen "sí", sin pensarlo tanto, y de los que responden espontáneamente, sin ninguna resistencia a vivir lo nuevo, lo renovador y lo transformador.

Quisiera que acogieran en sus corazones los Designios de Dios, así como Mi Corazón Inmaculado los acoge en esta hora, como la Sagrada Señora del Monte Carmelo, que vuelve a entregarles el símbolo del escapulario de la paz, para que las almas puedan tener sobre sus cuerpos la unión entre el Cielo y la Tierra, entre Dios y las almas, entre este Universo y el Paraíso.

Vengo así, hijos Míos, a prepararlos para un tiempo en el cual solo podré observarlos.

Vengo para que maduren rápidamente, que puedan sentir y comprender lo que vivirán en el futuro y que tengan como fortaleza para las pruebas que llegarán los misterios del Infinito, del Universo que los aguarda y los aguardará siempre, porque ellos son sustentados por la Fe y la Esperanza del mismo Dios, su Padre Creador.

Vengo a prepararlos para un tiempo en el cual Mi voz ya no resonará sobre el mundo, pero el eco de Mis palabras deberá estar dentro de ustedes.

Todo lo que les dije a lo largo de estos años y de los años que vendrán, debe quedar impreso en sus consciencias y reflejarse en sus vidas como acciones puras y simples, de corazones que están despiertos para cumplir el Plan de Dios.

Hoy los coloco delante de un portal que la humanidad desconoce, porque los corazones están mucho más dispuestos hacia las cosas del mundo, que para los Misterios de Dios.

Por eso vengo hasta aquí, para renovar la fe de la humanidad, para renovar su compromiso con el Plan Superior, para renovar la espiritualidad de este mundo, que está tan degenerado, por los pocos Principios Divinos que aún resuenan en los corazones.

Vengo, hijos, para renovar las religiones, para renovar las almas en una unidad con Dios, con Su Plan; para retirar de los templos y de las iglesias la voluntad humana, para que reine, finalmente, la Voluntad Divina, como debería ser desde el principio.

Vengo para ayudar a retirar del templo de sus corazones su propia voluntad, para que reencuentren el propósito que los hizo llegar a este mundo.

Y es con las cosas simples, hijos Míos, aunque puras y verdaderas, que conseguirán cumplir con lo que les pido y vivir lo que les digo.

Muchos quieren encontrar los Misterios Celestiales solo con el rebusque de la mente, pero se olvidan de la simplicidad del corazón, de construir este camino con los escalones de una oración verdadera, del servicio al prójimo, de la comprensión de las miserias de sus hermanos, para curar, en sí, lo que esperan ver curado en el otro.

Este Reino sublime que hoy tienen delante de sus ojos es solo uno de los muchos Reinos que están disponibles para que el corazón humano ingrese.

Pero ese corazón no puede estar impuro, debe curarse, para expresar aquel pensamiento perfecto que Dios emanó al crear Sus criaturas, Sus hijos, que deberían ser la esperanza para la evolución universal.

Este proyecto es un gran desafío para la Consciencia Divina; tanto como lo es para cada uno de ustedes. Pero acuérdense, hijos, que si la Esperanza de Dios aún está sobre la humanidad, y aún en silencio Sus Ojos continúan colocados sobre el mundo, aún está al alcance de cada uno de ustedes vivir esta pureza de la cual les hablo, y esta verdad que les presento.

Hoy vengo a preparar sus espíritus para una misión más amplia, más profunda, en la cual conduciré la consciencia humana a Universos desconocidos.

Pero para eso, hijos Míos, necesito que comprendan y que vivan, definitivamente, los primeros pasos de su consagración al Plan Divino.

Quiero llevarlos a Universos Superiores, a realidades mayores, para que la humanidad ya no esté ignorante de lo que es real.

Por eso preparo hoy sus corazones, por eso les revelo y les anuncio los símbolos que se manifestarán en el futuro, para disipar la incredulidad de los corazones y que puedan guiar a otros en el momento en que todo acontezca.

Confíen en Mis palabras y esfuércense para despertar la fe, la simplicidad y la humildad en sus espíritus.

Si tan solo oraran conmigo, la misma oración de sus corazones, unidos al Mío, los libertará del pasado que aún los oprime y les impide vivir lo que les hablo.

Hoy, hijos Míos, como Nuestra Señora del Carmelo, Nuestra Señora del Monte Carmelo, Señora y Madre de todos los espíritus consagrados, concedo una Gracia especial a todos Mis hijos religiosos de este mundo, para que puedan liberarse de los atavismos del pasado y que su consagración sea verdadera; para que todas las cofradías, monasterios, conventos, templos, de verdadera unión con Dios, se tornen esas columnas de luz que sustentarán el mundo, y que allí se viva la Verdad y no la mediocridad humana.

De esa forma, hijos, hoy les pido que se unan a Mí, en una oración verdadera, por la consagración de la humanidad; para que los corazones estén listos para que, en un futuro próximo, encuentren a Cristo, cara a Cara, sin culpas y sin miedo, por no haber ehcho lo que Él esperaba de Sus compañeros.

Prepárense y esfuércense, para que su Señor los encuentre cristalinos, perseverantes en su meta y dispuestos a despertar el amor que hace valer cada gota de Su Sangre derramada en la Cruz; que hace valer cada Sacrificio Suyo que se hizo eterno, a lo largo de los siglos, en el Universo y que hace valer Su Retorno a la Tierra para enfrentar el mal con la potencia de Su Amor y rescatar los corazones humanos.

Dejo para ustedes este mensaje como una preparación para lo que vendrá, en poco tiempo.

Todos los símbolos posibles son revelados, para que la humanidad tome consciencia y de el paso.

No sientan frustración por lo que no pueden hacer.

Sientan alegría y júbilo por lo que son llamados a vivir en estos tiempos, sabiendo que el beneficio de su sacrificio y entrega, de su renuncia y de su donación, es para los demás; para los que son desgraciados por no tener la Gracia de Dios, como ustedes así la tienen, y deben cuidar, preciosamente, a cada momento y sin abusar de ella, porque todo esto es parte de un misterio del cual ustedes participan, y que proviene de este Cielo Mayor que hoy les traje para que conocieran, en simplicidad y amor.

Que sus ojos se puedan abrir a lo que deben descubrir de ustedes mismos y seguir transformando, con valentía y sin miedos a enfrentarlo, porque la fuerza de Mi Divino Espíritu siempre los ayudará.

Siempre estoy fuera, frente a la puerta de su mundo interno para poder ingresar; solo les pido que la abran para que Mi Luz y Mi Maternidad todo lo pueda transformar.

Que el Señor escuche nuestras súplicas por una humanidad futura.

Que los Reinos de la Naturaleza puedan ser restaurados.

Que el planeta, como consciencia, alcance su evolución y que los mil años de paz finalmente desciendan, para que las almas vivan en el gozo de encontrar a Cristo, en su interior.

Que nadie pierda la oportunidad de vivir este misterio.

Que los no redimidos se puedan redimir pronto, y que los que ya se redimieron puedan avanzar, sin tener miedo de perder el control, el poder o su propia soberanía.

Que las riendas y las amarras del pasado sean liberadas.

Que los apóstoles que son autoconvocados puedan caminar libres hacia el portal del infinito, en donde los espera, en el otro lado, una nueva etapa, que será preparar el Retorno de Cristo.

Que sus labios nunca se cansen de orar.

Que sus mentes nunca se cansen de elevar.

Que sus sentimientos sean cada vez más puros y que permitan que la Luz Divina pueda ingresar, para que cada partícula, cada átomo y cada célula se transfiguren, en Cristo.

Les agradezco por responder a Mi convocatoria y desde las puertas del Castillo Interior en Ávila, los bendigo y les doy la Paz.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Sientan en sus corazones Mi Presencia. Después de haber anunciado Mi Paz al mundo, deseo proclamar esta Paz en cada una de sus esencias. 

Hijos Míos, en esta noche Mi Corazón derrama Gracias y bendiciones al mundo, porque muchos hijos Míos respondieron a Mi llamado. Grande es la alegría del Señor, en el Reino de los Cielos, por este encuentro de sus almas con Mi Inmaculado Corazón.

Ustedes son esencias preciosas ante los Ojos del Creador. Hace mucho tiempo, el Señor aguarda a que puedan estar delante de los portales celestiales, para que el Origen Divino los impulse una vez más, para que reciban en este tiempo la Misericordia y la Redención de Mi Hijo y la reconciliación con Dios Padre por medio de la Presencia de Su Sierva.

Hoy, extiendo Mis Brazos a sus almas, para que depositen en Mis Manos sus súplicas. Escucho cada uno de sus corazones. 

En este momento único en sus vidas, díganme qué es lo que más necesitan. Quiero escuchar el clamor de sus corazones y responder a sus pedidos, siempre y cuando sean la Voluntad de Dios. Elévenme sus súplicas en sus corazones, Yo los escucho. 

A los que piden Gracias para sus familias, Yo se las concederé; porque en este tiempo, hijos Míos, es Voluntad del Señor que todas las familias del mundo puedan vivir el perdón y la reconciliación para expresar, en un tiempo futuro, el arquetipo de la Sagrada Familia. A través de las Gracias que derramaré en sus vidas, poco a poco podrán convertirlas y sentirán, en cada día, que Mi Corazón se hace aún más presente, disolviendo las dificultades, amparando sus corazones y los corazones de todos los que están a su alrededor.

A aquellos que claman por cura, Yo también se la concederé, porque es Voluntad de Dios que sus espíritus sean curados y que sus almas alcancen la redención en este tiempo para que, antes del tiempo de la Justicia, sean testigos vivos del poder de la actuación de la Misericordia Divina.

A los que claman por paz, Yo se la concederé, porque quiero estar al lado de cada uno de Mis hijos, trayéndoles paz en cada instante de sus vidas. Pero a cada una de esas Gracias, hijos Míos, le deberán abrir las puertas por medio de la fe absoluta en Mi Corazón.

Mi Voz, en esta noche, resuena no solo en este lugar, sino también en cada espacio de este mundo. Escucho no solamente sus súplicas, sino las súplicas de todos Mis hijos que, a lo largo de este mundo, Me abren las puertas de sus corazones.

Quiero que, reunidos alrededor de este Portal de Paz que hoy abro para conducir sus almas al Universo, oren Conmigo por todos los que están en el mundo y no reconocen la Presencia de Dios, pero que solo ultrajan Su Sacratísimo Corazón por sus acciones y pensamientos, por sus sentimientos, por sus palabras.

Cada una de sus almas, hijos Míos, representa para Dios una oportunidad de redención de toda la humanidad. Sus vidas representan para el Creador una oportunidad de manifestar Su Sagrado Plan; pero, para que eso ocurra y para que esta aspiración divina sea una realidad, necesitan entregar sus vidas a Dios. Esto no es difícil. 

Solo les pido una vida de oración, de reconciliación. Les pido que perdonen el pasado, que perdonen los errores cometidos, propios y de los demás, para que en este tiempo puedan renacer ante Mi Presencia y ser los nuevos apóstoles del Señor. No les pido, hijos Míos, grandes obras de caridad, sino pequeños actos de amor con los que tienen al lado, con los Reinos da Naturaleza que son tan ultrajados y olvidados por esta humanidad. Les pido que sean simples de corazón para que, de esta forma, puedan encontrar la Presencia de Mi Hijo en el interior de cada criatura.

En esta noche, les digo que no les costará mucho llegar a Mi Inmaculado Corazón y vivir el Plan de Dios para este planeta. Solo sigan el ejemplo de Mi Hijo, que amó a cada criatura como a Sí mismo y a Dios Padre por encima de todas las cosas.

En esta noche, les pido que sean el ejemplo vivo del poder de la transformación de Dios, que permitan que Él actúe en sus vidas, convierta sus acciones y lo profundo de sus seres para que, de esta forma, muchos más puedan servirse de sus ejemplos.

En esta noche, les hablo a los simples de corazón, que comprenden la grandeza de Mi Presencia. Y esta comprensión no la alcanzan con la mente, sino con el corazón, que sabe que esta Presencia es real y divina y viene para transformar este mundo definitivamente.

Ahora, Mis queridos, en este lugar sagrado, quiero abrir las puertas del Cielo y que estén permanentemente abiertas para que, en este lugar, los Reinos encuentren una oportunidad de redención y de restauración de sus esencias. Por eso, les pediré que oren Conmigo, para interceder por los Reinos de la Naturaleza. Y, mientras así lo hacen, intercederé no solamente por los Reinos, sino por cada una de sus almas.


Madre del Cielo, Madre Tierra, 
intercede por nosotros y por los Reinos.
Amén.
(Se repite14 veces)


Que, por medio de la simplicidad de sus corazones, Mi Paz se establezca en este lugar; y que, no solo las criaturas humanas de este mundo, sino también la consciencia de todos los Reinos de la Naturaleza, encuentren aquí un lugar de paz, de reconciliación con Dios, de restauración y de perdón; porque de esta forma, hijos Míos, este mundo será aliviado.

Quiero que, ante Mi Presencia, aprendan el poder de la oración para que, a partir de hoy, no oren solo por ustedes mismos, sino también por el mundo entero y por todos los Reinos de la Naturaleza.

Ahora, les pido que se acerquen a Mis hijos, los que se dispusieron a responder a Mi llamado y a consagrarse más profundamente a Mi Corazón Inmaculado.

Ser un Hijo de María no es un mérito que reciben. Vestir esta parte de Mi Manto es un compromiso que sus almas asumen Conmigo por la redención de este mundo.

Yo los llamé para que, en un tiempo futuro, puedan ser el testimonio vivo de que Yo estuve en la humanidad, de que regresé para estar entre Mis hijos para traerles la redención, para anunciarles el Retorno de Mi Hijo Jesús y para que puedan reconocerlo en el momento en que Sus Pies toquen la Tierra.

Cada día que pasa, aspiro a consagrar más Hijos de María; pero para eso, hijos Míos, necesito que sus almas se dispongan a vivir la transformación, se dispongan a vivir el amor y no solo a usar esta camiseta que Yo les entrego, porque ella es solo un símbolo que marca el primer paso de todo lo que deberán vivir de aquí en adelante.

Aquellos que aceptan ser Hijos de María, deben aceptar también vivir la transformación, superar los límites de la vida y de la propia consciencia para que, poco a poco, esta consagración se expanda por cada espacio de sus seres y para que, a través de ustedes, hijos Míos, la humanidad pueda consagrarse a Mi Corazón.

Ahora, les pido a todos que abran sus corazones, sus almas y sus espíritus para que puedan ser liberados de todo el mal, para que este perdón divino que traigo de los Cielos pueda impregnar sus consciencias y transformar a cada uno en un futuro apóstol de Mi Hijo.

Yo les agradezco por responder a Mi llamado, por confiar en Mi Presencia y por vivir la oración en cada instante de sus vidas. A esto aspiro de los que estén ante Mi Corazón.

Que sigan en paz, bajo la bendición del Padre y del Espíritu Santo.

Les dejo Mi Amor y Mi protección, eternamente.


Canción: Consagración.


Yo aún estoy presente y observo si realmente Me cantan con el corazón. No se olviden de que Yo los escucho siempre, aun cuando se escondan de todos. Yo siempre estaré presente, hijos Míos, por eso no pierdan un instante para orar con el corazón, con el alma. Yo siempre los acompañaré.

Ahora, cántenme otra vez, desde lo profundo de sus corazones. Elevaré al Cielo la devoción de las almas del mundo y se la entregaré a Dios para generar méritos por la redención de todos los que no Me escuchan y no Me cantan.

APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA EN LA CIUDAD DE SANTA FE, ARGENTINA, A LOS VIDENTES FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS Y HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Queridos hijos:

Día y noche, vengo al mundo a llamarlos para una tarea mayor.

Necesito formar a los nuevos apóstoles de Cristo, a través de la oración y del Amor de Dios. Para que eso suceda, queridos hijos, sus corazones deben estar abiertos para responder a Mi llamado.

Sepan, que esta es la última vez que Yo estoy entre ustedes, en el fin de un tiempo que se prepara para algo nuevo, antes del regreso de Mi Hijo Jesús.

Por eso, abran sus brazos y acojan en sus corazones Mis Palabras. Son las últimas Palabras que pasarán sobre la faz de la Tierra, preparando a los corazones y a las moradas para el Juicio Final que vivirá toda la Tierra.

Por eso, queridos hijos, ingresen en ese manantial de Misericordia que representa Jesús, abandónense por entero a Su Sacratísimo Corazón. De esa forma, Mis amados, sentirán confianza y plenitud, perderán el miedo y se librarán del pecado.

Dios quiere perdonarlos, queridos hijos. Escuchen este llamado tan importante a la reconciliación.

Los Universos y los Cielos Mayores vienen a auxiliarlos, abran sus ojos a la Luz Mayor que proviene del Padre.

Vean venir desde el Cielo a Mi Sagrado Corazón; porque Yo necesito, en esta era tan importante, de servidores dispuestos a responder a Mi llamado. Así, se librarán de sus preocupaciones y dudas; porque Yo vengo aquí, en esta era, a consolarlos, a reconciliar sus corazones con el Altísimo.

Queridos hijos, Dios Me ha permitido transmitirles estas Palabras, porque es necesario prepararse, en este tiempo, para los grandes cambios que vendrán en sus vidas y en el mundo entero. Por eso, están a tiempo, queridos hijos, de calentar sus corazones en Mi Fuego Maternal.

Quiero derramar, sobre ustedes, Mi Gracia y devoción eterna.

Necesito solo de corazones simples que quieran abrirse a lo nuevo y conocer lo superior, aquello que muchos desconocen en este tiempo, que es el misterio de Dios que quiere revelarse a todos. Pero es necesario, queridos hijos, que haya una respuesta sincera de parte de ustedes.

Yo Soy su Santísima Madre María, la que viene, a lo largo de los siglos, a restaurar y a redimir a la humanidad. Yo preparo hace siglos a la humanidad para el Advenimiento de Mi Hijo, que está próximo en este tiempo.

Por eso, observen sus vidas, observen sus acciones y ejemplos, imiten a Cristo en este tiempo, en lo que ustedes pueden dar de verdad y de corazón.

Queridos hijos, ustedes no saben cuán grande y plena es Mi Gracia por ustedes, Mi Amor eterno por cada uno de Mis hijos. Conozco a la humanidad en profundidad, internamente y externamente. Conozco sus intenciones y súplicas.

Pero ahora, Yo los necesito dispuestos a servir un poco más; están en el gran tiempo de darlo todo, de donarse a los Brazos del Padre Eterno y de sentirse amados de verdad, porque a quien está en Dios nada le faltará.

Queridos hijos, vean el ejemplo de la Sagrada Familia que, en humildad y simplicidad, vivió el misterio de Dios.

Yo los invito a ser humildes y simples, queridos hijos, eso les permitirá dar los pasos en el camino de la conversión y de la redención.

Miren primero, queridos hijos, a sus hermanos, a sus necesidades, para que puedan ayudarlos. Este es un ejemplo fiel de caridad. Yo los invito a servir, de corazón y de alma, en el esfuerzo y en el sacrificio permanente.

Queridos hijos, quiero decirles que Dios los ha escogido, como una nación importante para cumplir una Promesa Suya, en la Nueva Humanidad.

Por eso, las semillas están siendo plantadas en sus corazones. 

Por eso, necesito, queridos hijos, que sus corazones estén fértiles en la oración y que se abran, a través de la oración, a encontrar el camino de la hermandad y de la paz.

Como su Madre del Cielo, solo les pido cosas simples, tan simples que pocos las cumplen. Por eso, los invito, día y noche, a vivir en el universo de la oración para que puedan percibir el fin de los tiempos, que todos ustedes están cruzando en esta época.

Abran sus ojos y sientan el palpitar de Mi Corazón, sientan en sus vidas Mi Amor Materno y Mi protección, Yo los necesito siempre.

 

Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Cada vez que están delante de Mi Presencia, deposito en sus esencias una parte luminosa de Mi Corazón, una molécula de Mi Divina Consciencia. 

Mas en esta noche les pido, hijos Míos, que esta Gracia que les entrego a sus vidas, no la guarden solo para para ustedes mismos. Vayan por el mundo, anuncien Mi retorno a la Tierra, Mi Palabra, que una vez más resuena para despertar a los corazones del mundo.

Con esta Luz que hoy enciendo en sus corazones, iluminen el camino de los que hoy viven en la oscuridad. No teman ser ejemplo para aquellos de Mis hijos que hoy no tienen una referencia; porque veo el mundo desde los Cielos y muchos de Mis hijos se pierden en este tiempo por ignorancia, porque no conocen a Dios y porque no sintieron Mi Amor Maternal, como hoy lo pueden sentir.

Hijos Míos, en esta hora les pido que recorran el mundo, expandiendo a todos los corazones esta Luz que hoy les traigo a sus vidas. 

El Señor Me pidió que viniera a la Tierra a despertar aún más corazones misioneros, porque este mundo necesita de la caridad, necesita del servicio fraterno entre los hermanos, porque la unidad entre los seres, hijos Míos, se está perdiendo en esta Tierra. No permitan que este atributo primordial, que es la unidad que les irradio a partir de Mi Reino, se pierda en el mundo y, a través del servicio, de la caridad fraterna, cultiven en sus corazones y en el corazón del prójimo la unidad, la hermandad y la fraternidad entre los seres, porque en este tiempo el mundo está carente de estos atributos.

Hijos Míos, no los invito a acciones sociales, los invito a compartir, con amor y verdad, la donación profunda de sus corazones; porque aquel que se dispone a servir y entrega todo de sí, al prójimo, descubrirá una grandiosa Gracia que hasta hoy es desconocida para la mayoría de los corazones del mundo.

Hoy, los impulso a que sigan los pasos de San José, a que auxilien a la humanidad a través de la oración, de la caridad, de la entrega de sus vidas, para que muchos más puedan despertar al servicio, al servicio abnegado y verdadero.

Hijos Míos, sus almas tienen sed de donación, pero es necesario que no teman hacerlo, sino que se arriesguen a experimentar un Amor que desconocen y que despierta en el corazón que sirve. 

Cuando se abren a llevar la Presencia de Dios, a través de la caridad, el Señor puede utilizar sus corazones como un puente para la humanidad perdida. Pero necesito que digan sí, que se dispongan a abrir esa puerta, porque la humanidad necesita de corazones despiertos, corazones que en todas las acciones de la vida irradien amor y caridad, que estén siempre dispuestos a suplir la necesidad del prójimo en cualquier momento y en cualquier hora; porque, es de esa forma, hijos Míos, que poco a poco Mi Reino ingresa en la Tierra, que los corazones y las almas se convierten, y la Presencia Divina puede estar entre los seres.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Todos ustedes, queridos hijos, son potenciales hijos consagrados a Mi Inmaculado Corazón y, hace un tiempo atrás, Mi Corazón Inmaculado solicitó la consagración de dos hijas de Argentina que, en el primer momento de sus vidas cuando se encontraron Conmigo y despertaron a Mi llamado, confiaron en Mi Corazón Inmaculado y reconocieron la Presencia de la Madre de Dios en este tiempo, en esta región y también en este país, al cual Yo he visitado con tanto amor y seguiré visitándolo cuantas veces ustedes Me lo permitan.

Recuerden, queridos hijos, calentar sus corazones en Mi Fuego Eterno de devoción. Es necesario que pulse en sus corazones, en la devoción y el servicio, abriendo caminos para los que lo necesitan, redimiendo vidas y curando corazones.

Por eso, llamo, en esta noche de Misericordia y Piedad, a estas hijas para consagrarlas, y a un hijo que también ha respondido a Mi llamado.

Así vean, queridos hijos, como Mi tarea maternal es universal, abraza a los pueblos, a las almas y a las naciones. Mi Misericordia por ustedes es infinita.

Quiero derramar Mi Luz y Mi bendición sobre ustedes.

Queridos hijos, Mi Corazón Inmaculado siempre estará abierto para acogerlos. Yo acepto todos los tipos de consagración, porque ante Mis ojos misericordiosos y piadosos, y ante el Padre Celestial, todas las almas son iguales.

Yo les agradezco por responder a Mi llamado en esta noche.

Aguardo con alegría el encuentro con ustedes mañana, cuando Mis Rayos Celestiales y Universales descenderán profundamente sobre el planeta.

Los amo y los bendigo.

Vayan en paz.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Queremos compartir un pequeño relato sobre la Aparición, para que ustedes también puedan comprender cómo fue que María llegó hoy aquí, a Santa Fe.

María hoy llegó como la Reina de la Paz, una mujer joven, hermosa, con un velo blanco en Su cabeza, una túnica rosa y un manto celeste que la envolvía, llevaba un cinturón dorado, anunciando un símbolo para nosotros: el nacimiento de algo nuevo para la humanidad; estaba descalza, Su sonrisa era cristalina y pura, y sustentaba en sus manos un rosario que Ella hacía mover cada vez que conversaba con nosotros.

Ella vino rodeada de ángeles, quienes le abrieron las puertas para que llegara hasta este lugar y compartiera con nosotros Su Maternidad y Su Amor.

Hoy, María dio un Mensaje muy particular para cada uno de nosotros, que ustedes pudieron escuchar a través de Hermana Lucía y de Fray Elías; porque relatábamos cada cosa que la Madre nos decía, no olvidando ningún detalle de lo que ella nos indicaba en ese momento.

Hoy, comprendimos y sentimos que nuestra Madre, necesita de los argentinos un fuego más caliente que brote del corazón, una devoción que permita concretar aquellos Planes que Dios tiene previstos para esta nación.

Hoy, Ella nos dijo que nos utiliza como Sus instrumentos para que ustedes conscientemente puedan despertar y juntos según nuestra Madre podamos ayudarlos a concretar ese Plan que Dios tiene previsto, que es un Plan a través de la oración, de la caridad, del servicio, de estar atentos a las necesidades del prójimo y de ver las necesidades en cada lugar al que vayamos.

En verdad, nuestra Madre espera que surjan de aquí nuevos apóstoles, que puedan nacer a través del corazón, y que puedan sentir esta situación, este Mensaje de María como algo verdadero.

Hoy, simbólicamente, nuestra Madre María estaba movilizando bastante nuestro corazón, nuestro interno, porque Ella necesita de nosotros para que Su Hijo pueda llegar hasta aquí. Ella viene a preparar este lugar, este planeta, para la llegada de Cristo, pero necesita que nosotros acreditemos que Cristo va a volver primero en nuestros corazones, que lo podamos sentir, que lo podamos llamar.

Hoy, nuestra Madre nos mostró su infinita Gracia y Misericordia, como un manantial, como un río de Luz, que llegaba hasta aquí, a este lugar, y que en un cierto punto se detenía, porque nosotros necesitamos abrir las puertas para que esa Gracia descienda, y eso lo vamos a conseguir según nuestra Madre María, cuando nosotros estemos unidos de corazón fraternalmente.

La Madre necesita vernos unidos como grupo, como consciencias y como almas, para que Ella pueda cumplir lo que tiene previsto hacer en esta nación a través de ustedes, y que de alguna forma ustedes también sean mediadores para que otras consciencias, otros hermanos, puedan recibir la Gracia que necesitan.

Hoy, estuvimos delante de un Mensaje muy profundo, y de un último llamado, como Ella nos dijo. Tenemos que tener presente que esta es una oportunidad única para todos y que como dicen aquí en Argentina y en Uruguay, el tren, el último tren está pasando y nosotros precisamos subir a ese tren para no perder ese impulso espiritual que María nos trae desde Cielo.

Ella espera de cada uno de ustedes una respuesta sincera.

 

¡Gracias, Madre, por cuánto nos das!

APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA EN GOIÂNIA, GOIÁS, BRASIL, A LOS VIDENTES FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS Y HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Queridos y amados hijos de Goiânia, en Mis manos traigo al mundo, porque es un mundo que sufre y que se desespera. En Mi Corazón traigo a sus corazones, porque como Reina de la Paz y Madre del Universo he escuchado sus súplicas y vengo en respuesta a su llamado.

Queridos hijos, que, en un tiempo sin paz, haya paz en sus corazones. Busquen el Reino de Mi Paz a través de la oración, así sus familias y allegados serán ayudados.

Dios quiere que en el mundo se amplíe la devoción a Mi Inmaculado Corazón, y Mi Faz de la Paz se presenta ante ustedes para que sus corazones reconozcan la tarea tan importante del fin de los tiempos. 

Por eso, Mi Hijo Me envía al mundo para avisarles y anunciarles que es hora de orar con el corazón. Así, muchas cosas podrán curarse pronto, porque sus esencias se abrirán a lo nuevo, a la Fuente Mayor que proviene del Padre Altísimo, lugar del cual Yo vengo en este día para anunciarles a todos Mis hijos que es posible redimir la vida y el corazón.

Abran sus brazos, queridos hijos, para recibir Mi abrazo maternal. Muchos de Mis hijos necesitan en estos tiempos conocer nuevas cosas que provienen del Cielo y del Universo, que ayudarán en la transición de esta humanidad para que muchos hijos Míos dejen de sufrir, dejen de padecer el dolor y encuentren a Cristo en esta hora.

Mi Hijo Me envía para anunciarles que Él está retornando, por eso, deberán prepararse con prontitud. Es necesario, queridos hijos, que sus hogares sean templos de oración, así el enemigo no los hará temer, porque Mi Inmaculado Corazón reinará en sus familias.

El Cielo Me envía, queridos hijos, a preparar la Nueva Raza para el Retorno de Cristo, que está muy próximo. Mientras tanto, amados hijos, oren con el corazón, confiesen a Dios sus faltas, que Él los escuchará.

Es necesario, queridos hijos, abrir el corazón al perdón, mientras el mundo vive muchas pruebas y desafíos. Dios está buscando corazones humildes dispuestos, para que puedan ser los nuevos apóstoles de la oración y preparar el Reino de Dios en la Tierra, aquel que vendrá con Mi Hijo en Gloria y en el gozo de todos los ángeles y arcángeles. Es necesario que ingresen a Mi Reino todos los días. 

Como Madre procuro siempre que puedan volver a Mi Hijo, que es muy olvidado en estos tiempos, pocos buscan la Eucaristía, la Comunión eterna con Su Corazón. 

Por eso, en esta noche, Yo los invito a renovarse en los Sacramentos, así prepararán sus almas para ese camino que Cristo quiere recorrer en sus vidas, guiarlos, ampararlos y protegerlos, para que cumplan la misión final, hijos amados, que es alcanzar el Paraíso, el Paraíso de Dios.

 

Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Hijos Míos, muchos no comprenden el poder de la oración ni tampoco saben de la grandeza de vivir el acto de orar; y, hoy, les digo que el mundo nació del Verbo Divino y la Nueva Tierra debe ser preparada a través del verbo puro de sus criaturas.

Hijos Míos, el Verbo Divino creó a este planeta muy perfecto y se los entregó; creó a cada una de sus consciencias para que pudieran glorificar a Dios. Cada uno de sus corazones recibió un Atributo Divino que es perfecto y que está guardado en sus esencias. Es a través de este atributo, hijos Míos, que se llama Amor, que deben crear un mundo nuevo, poco a poco, a través de sus acciones, de sus pensamientos, de sus sentimientos y de la oración constante que deben pronunciar todo el tiempo.

Hijos Míos, hoy les quiero enseñar a vivir una nueva vida en esta Tierra, a olvidar para siempre los errores del pasado, porque hoy tienen la oportunidad de renacer ante Dios. Por eso, vengo al mundo a renovar a todas las criaturas de la Tierra. Por eso, les pido que Mi Verbo llegue a cada espacio de este mundo, para que todas las consciencias, que aquí habitan, reciban la oportunidad del perdón, del perdón absoluto de todas sus faltas para que puedan renacer en espíritu para reconstruir este mundo.

Hijos Míos, descubran el poder del verbo orante, que primero crea en lo invisible y, poco a poco, manifiesta en la materia la Voluntad de Dios. Solo conocerá este poder aquel que actúe y comience a orar con fervor, aquel que se atreva a colocarse en oración por sobre todas las cosas de la vida, no importándole lo que los otros piensen, pero sí sabiendo que un ejemplo puro y verdadero convierte a todas las vidas, convierte a todos aquellos que están alrededor de ustedes.

Hoy, los llamo a que den ejemplo de virtud y de caridad, de servicio, de amor y de paz, paz que tanto falta en el mundo y que pocos conocen.

Hijos Míos, si hoy tienen la oportunidad de estar ante Mi Inmaculado Corazón, abran sus esencias para que Mi Amor pueda depositar en ellas este pequeño pedazo de Mi Reino, que debe ser entregado a sus corazones para que puedan multiplicarlo y transformarlo en esta Nueva Tierra, que debe nacer semejante al Paraíso de Dios.

Hijos Míos, todo es posible para los que le dicen sí a Dios. Solo necesito que sean valientes, que tengan coraje para abandonarse a sí mismos, a lo que hasta hoy conocen de ustedes, para que vean nacer un hombre nuevo, pleno de una pureza que desconocen, irradiando una verdad que nunca vieron en este mundo y que está latente en el corazón humano.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Mientras que la mayoría de la humanidad necesita cura y bendiciones, el Rayo Poderoso del Amor de Dios, que traspasa Mi Corazón Inmaculado, se derrama sobre sus vidas, familias y seres queridos.

Necesito, queridos hijos, que ingresen bajo Mi Manto, para que Mis pasos de Peregrina los puedan guiar. 

A lo largo de los siglos, he dicho solo: oración, oración y más oración para convertir al mundo. 

Preparen sus corazones para el tiempo definitivo. Mi Gracia llega a ustedes, Mi Maternidad los acoge y reúne a los rebaños de Mi Hijo para encaminarlos hacia la Luz Eterna, la Luz del Padre Celestial.

Agradezco estos presentes sagrados que han traído a Mi Altar, los bendigo con Amor y con Maternidad y, como ya lo he dicho, nuevamente los bendigo para que sean un símbolo, una referencia de paz y de luz para todos. 

Sepan, queridos hijos Míos, que la unión de sus corazones con el Mío será la verdadera unidad entre el Cielo y la Tierra, entre las criaturas y Dios, por medio de Mi Corazón Inmaculado.

Glorifiquen a Dios, Él está muy cansado de ver tanto mal en el mundo, Él necesita derramar la inmensidad de Su Misericordia sobre ustedes. Para eso, queridos hijos, abran sus vidas a Dios, que Dios esté primero, antes que las demás cosas; así percibirán, hijos amados, la diferencia de estar en Dios y de estar lejos de Dios.

Busquen primero a Dios todos los días, en sus corazones, en cada nuevo amanecer. 

Estaré muy honrada y agradecida cuando practiquen y ejerciten la oración en Dios, la Comunión con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo; así, sus esencias estarán en la Santísima Trinidad y no estarán solos en este tiempo. La Sagrada Triangulación de Dios prevalecerá en sus vidas, un misterio de paz y de sabiduría para los corazones que tienen sed y que buscan la paz, el consuelo que necesitan, la Gracia que buscan en esta era.

Queridos hijos de Goiânia, les agradezco eternamente por este día, por este año y por este ciclo que viven Conmigo.

Lleven Mi Paz a sus hogares. 

Que la Luz de Cristo alumbre la oscuridad de estos tiempos. 

Que Reine el Amor y la Fraternidad entre todos Mis hijos, así superarán las pruebas y no sufrirán, simplemente por querer estar en Dios. 

Busquen a Dios.

¡Les agradezco!

En el nombre del Padre, del hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Madre María Shimani de Montserrat:
Vamos a compartir con todos algunas cosas sobre lo que sucedió en la Aparición, algunas cosas que Nuestra Señora nos permite transmitirles, además, obviamente, de todo lo que Ella ya nos dijo.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús: 

A los hermanos que están hoy por primera vez, les vamos a contar brevemente cómo sucede la Aparición de la Virgen, para que puedan entender conscientemente lo que acontece.

Durante el trabajo de oración se va creando una condición, y los planos que existen más allá de este plano físico, que son los Planos Divinos, los Planos Celestiales, se van uniendo uno con otro hasta que, en cierto momento Nuestra Señora, con la ayuda de los ángeles, va aproximándose hasta este lugar físico. 

Ella viene como una imagen en tres dimensiones, es como si viéramos una persona en otro plano. En ese momento, Nuestra Señora comienza a aproximarse, los ángeles comienzan a preparar y a crear la condición para que Ella descienda.

Como nuestra Madre es un Ser Divino, Ella tiene una forma única de aproximarse hacia nosotros, de confirmar que es la Virgen María. 

Por eso, durante cada Aparición, como Madre Shimani nos relataba hoy al principio, suceden muchas cosas antes de que Ella descienda. Hoy, por ejemplo, Nuestra Señora comenzó a aproximarse como una esfera de Luz, que a través de un túnel de Luz celeste y blanca, Ella venía descendiendo, venía del Universo en dirección a la Tierra y, en Su Consciencia Maternal y Divina, Ella sabe dónde nosotros nos encontramos y comienza a dirigir Su Consciencia hacia ese lugar.

Mientras los ángeles preparan y abren las puertas para que Ella venga, también ellos reciben indicaciones de ayudar a nuestros seres internos. Entonces, suceden muchas cosas al mismo tiempo, en otro tiempo diferente a nuestro tiempo material.

Es un poco difícil explicar cómo sucede eso, pero es así como se ve. Todo es a través de un movimiento de Luz, energía que Nuestra Señora va gestando, preparándose para llegar hasta nosotros.

Una nube de Luz apareció aquí, sobre el palco, venía directamente del Cielo, en donde se encuentra Nuestra Madre. Y esa nube de Luz comenzó a expandirse sobre el público, era una Luz de serenidad, de paz, que comenzó a invadir nuestros corazones y nuestras almas hasta que, en cierto momento, nos aproximamos aquí para esperar a Nuestra Madre. Ella siempre nos ha enseñado que debemos orar para esperarla y recibirla. 

En ese momento, nuestra Madre aparece, como un Ser Vivo y Resplandeciente. Hoy se aproximó como la Reina de la Paz: el cutis rosa claro, los ojos celestes muy profundos como el mar, un velo blanco que llegaba hasta su cintura, un cordón dorado, un manto celeste y una túnica rosa claro, descalza, con el rosario entre Sus manos; rezando por nosotros y por el mundo, y abriendo Sus brazos, cada vez que nos dirigía Sus Palabras, nosotros repetíamos lo que Ella nos decía, y ustedes lo escuchaban.

Mientras Ella transmitía Sus Palabras para todos, siempre nos trae, a través de una visión, las situaciones que pasan en este momento en el planeta, en la humanidad. Ella siempre nos dice que no solo desciende por nosotros, los que estamos presentes, sino también por la humanidad, porque como Madre está ayudándonos a todos.

 

Madre María Shimani de Montserrat:

¡Cuántas cosas que suceden cuando Nuestra Señora se acerca!, ¿verdad?  

Siempre ha sido igual a lo largo de los siglos de esta humanidad, solo que, en las Apariciones anteriores, los videntes no tenían la posibilidad de transmitir como hoy. Muchas veces, posiblemente, no comprendían qué era lo que exactamente veían, no podían explicar lo que veían. 

Pero, a lo largo de toda la historia de la humanidad, Nuestra Señora ha ayudado a Sus hijos de la misma forma que hoy; solo que, en este tiempo, que nosotros ya somos un poco más adultos, espiritualmente, es necesario que sepamos cómo funciona el proceso de una Aparición, porque también es necesario que podamos comprender el alcance de lo que sucede cuando una Jerarquía Divina está presente.

Ahora, nuestra tarea será orar, orar para que todo lo que Nuestra Señora dejó aquí pueda mantenerse y dar sus frutos.

Ahora, todos nos vamos a despedir de Nuestra Señora con algo que conocemos, algo que podemos llamar ecuménico, y quién sabe si algún día Nuestra Señora retorne a Goiânia, porque siempre retorna cuando los corazones se abren para recibirla.

Esto que vamos a compartir con ustedes, nació como una travesura de nosotros, los monjes, algo un poco oculto, y un día parece que Nuestra Señora nos escuchó, nuestra travesura fue descubierta y nos pidió que la cantáramos en una Aparición; así, para todos ustedes, para el corazón de cada uno, con todo nuestro amor.    


Canción: “Nuestra Señora”.   

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Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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