MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Que tu corazón sienta el dolor del mundo y se conmueva, encontrando en cada instante de la vida la forma de reparar el sufrimiento de la humanidad.

Desde las cosas más simples hasta las mayores renuncias, ofrece a Dios tus acciones, sentimientos y pensamientos, para que Él te transforme en un instrumento de reparación de la consciencia humana.

Que nazca de tu interior un amor mayor, cada día, que se exprese en la fraternidad y en la unidad con el prójimo, que se exprese en el servicio y en la cooperación entre hermanos, que se exprese en la superación de los límites y en el vencimiento de las barreras.

Que en todo, tu corazón reconozca la oportunidad de curar al mundo, sea con la oración o con la vida, con el verbo o el silencio, con la quietud o el servicio, sabiendo encontrar la necesidad, sabiendo abrazar las oportunidades y encontrando a Dios vivo en cada instante.

Tienes Mi bendición para esto.

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN TUSAYAN, ARIZONA, ESTADOS UNIDOS, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Confía, hijo, en lo que Dios está construyendo en tu consciencia y en tu corazón con cada prueba y desafío.

Confía en que tu espíritu se fortalece a medida que cruzas los límites de tus debilidades y ves crecer tu propia fe.

Confía en que, de ti, tu Creador necesita solo un corazón rendido, dispuesto a vivir Sus milagros, dispuesto a cargar el peso de Sus responsabilidades, dispuesto a vivir el cumplimiento de Su Plan.

Confía en que de tus miserias surge un potencial perfecto de amar, así como del barro surgió tu creación, cuando dejaste que el Soplo Divino tocase tu espíritu. Permite que ese Soplo vuelva a colmar tu corazón y confía en que una vida nueva surge cada día en tu interior, cada vez que abres tu corazón para respirar ese aliento que proviene de los Cielos.

Confía en que el Plan de Dios en ti y en este mundo se cumplirá.

Confía, hijo Mío, en que cada piedra del camino fue colocada con amor, porque en cada salto tuyo está la Mano de Dios conduciéndote a un nuevo nivel de tu transformación.

Confía en que hay un Dios escondido y vivo en tu corazón y que, de un momento a otro, Él se irá a revelar a través de ti.

Confía, y que tu confianza se convierta en fe, y que tu fe se convierta en una puerta para el nuevo tiempo y para la nueva vida.

Tienes Mi bendición para esto.

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

¡Gloria a los Reinos de la Naturaleza! Por ser morada de Dios y de la vida, por ser instrumentos de la grandeza del Padre y de Su Presencia.

¡Gloria a los Reinos de la Naturaleza! Porque a pesar de todo lo que acontece en el mundo, a pesar de todos los ultrajes a su cuerpo, a su espíritu y a su consciencia, los Reinos continúan siendo expresiones de donación y de amor y no se cansan de esperar de los hombres la compasión, la paz y, por encima de todo, el despertar del Amor Crístico que abrirá las puertas para que todos los seres den un paso en su evolución.

Hoy les digo: ¡Gloria a los Reinos de la Naturaleza! Porque en ellos habita y se expresa el Creador, vivo, pleno, construyendo Su Cuerpo a través de los elementos que nacen en la Tierra.

Cuando glorifico a los Reinos de la Naturaleza, glorifico al Dios Vivo y a la Madre Celestial que en ellos habita.

En estos tiempos de tribulación, en los cuales las naciones se desequilibran y dentro y fuera de los hombres el caos comienza a ganar espacio, ustedes hijos, deben aprender a contemplar a los Reinos para no perder la paz y la unión con Dios.

Cuanto mayor es el desequilibrio en la vida humana, más deben estar unidos y en comunión con los Reinos de la Naturaleza porque en ellos habita, inmutable, la Paz de Dios y el don de saber donarse por amor.

Contemplando los Reinos, ustedes pueden recuperar la paz que como humanidad perdieron. Amando y sirviendo a los Reinos de la Naturaleza, ustedes pueden despertar en su interior el amor por la vida que, cuando madura, se transforma en Amor Crístico.

No basta contemplar y amar, ustedes deben aprender a madurar el amor, conscientes de los tiempos que viven y de lo que son llamados a vivir y a ser. Son llamados a ser Cristos del Nuevo Tiempo, imitadores de Aquel que entregó todo de sí por amor a Su Padre y a Su Plan Divino.

De esta forma, hijos, auxilien a los Reinos de la Naturaleza y, en comunión, reciban de ellos el auxilio para que ustedes se tornen otros, para que se renueven, crezcan y maduren la expresión del amor en sus corazones.

Para vivir el Amor Crístico, no hay una fórmula; solo deben amar y ser amor, amando todo lo que es vida, todo lo que guarda en sí la expresión de Dios porque el Señor tiene su morada en el interior de Sus hijos.

Su Padre y Amigo,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Cuando Jesús estuvo en la Cruz y dijo: “Padre, ¿por qué Me abandonaste?”, fue Su humanidad la que pronunció esas palabras; fueron Sus Células, sustentadas hasta ese momento por el Poder Divino las que, en lo profundo, temían la hora de estar solas con su dolor y su padecimiento.

Después de esa pregunta de Su corazón humano, Jesús reconoció en todos los espacios de Su Consciencia, desde la materia hasta el espíritu, Su filiación y unidad con Dios. Comprendió, en Su íntimo, la esencia del amor y del proyecto humano y experimentó la plenitud de ser semejante al Padre.

El miedo de Sus Células se desvaneció por la potencia del amor y del perdón que emanaba de Él. Jesús comprendió la Voluntad de Su Padre y porqué Él lo abandonó en aquella hora, que parecía ser la más difícil, si siempre lo había acompañado. Descubrió que el Padre quería hacerlo sentir y vivir el amor que tenía en Su interior, que lo tornaba semejante a Dios y lo unía a Él; y que, en verdad, el Creador no lo había abandonado. Descubrió que el Padre estaba en Él, así como Él en el Padre, por medio del amor, del perdón y de la misericordia que, en aquel momento, eran vertidos sobre la Tierra.

La Virgen María y Juan comprendieron la Voluntad de Dios cuando vieron a Jesús en la Cruz pidiendo perdón por los que lo crucificaron y aprendieron con Cristo ese amor insondable que une la materia al espíritu, que diviniza al hombre.

Fue así como la Virgen María y Juan también vivieron esta profunda unión con Dios, por el simple hecho de observar a Cristo. Esa unión fue vivida más tarde por los apóstoles y discípulos de Jesús y de María, por medio de la Gracia del Espíritu Santo y, de esa forma, todos vencieron el miedo a la muerte y a la soledad; todos colmaron sus espíritus de la valentía que nacía de la certeza de que Dios estaba en ellos, porque eran parte viva de la Consciencia Divina.

Fue por esa certeza y por esa valentía que la Iglesia de Cristo se consolidó en la Tierra. Pero, a lo largo de los siglos, no todos los hombres comprendieron la Pasión de Jesús ni meditaron sobre Su ejemplo a punto de dejarse divinizar por Él; ni todos encontraron la certeza de la semejanza con Dios; ni todos buscaron la fortaleza en el Dios vivo presente en su interior.

Hijos, hoy el Creador les habla y los instruye por medio de Sus Mensajeros. El Señor Altísimo acompaña cada uno de sus pasos y renueva la historia, despertando Nuevos Cristos. Pero, así como Él “abandonó” a Jesús en la Cruz, también les llegará a cada uno de ustedes el momento de descubrir, en soledad, la unión con Dios. Y, por un instante, les podrá parecer injusto, doloroso o incomprensible que el Creador los abandone cuando mas necesitan de Él. Sin embargo, si vencieran el miedo humano y buscaran en el espíritu la unión con Dios, comprenderán que el Padre, al que siempre buscaban en las Alturas, está vivo dentro de cada ser, en su esencia, en su universo interior.

Cuando llegue la hora de la prueba de la humanidad, recuerden lo que les dije y no teman, pero, sí, amen y vivan el perdón, como Aquel que amó y perdonó antes que ustedes, dejándoles el ejemplo.

Su padre y amigo, el que prepara sus caminos para la divina unión,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

La Liturgia de la Vida


En el universo, hijos, la vida por sí misma es una liturgia permanente.

La hora de reposar los cuerpos es la hora de meditar en el Propósito divino, de reconfirmar al propio espíritu en su adhesión a los Planes de Dios y al camino evolutivo que Él propone a Sus criaturas.

La hora de despertar es la hora de ofrecer al Padre cada acción, cada movimiento, pensamiento, sentimiento, cada vibración emitida, para que todo sea por la manifestación de Su Voluntad.

Cada trabajo que se realiza, cada contacto que hacen los unos con los otros, todo es para que se establezca la paz y por la evolución de todas las criaturas, nunca solo por la propia evolución.

En el universo, no existe el individualismo: la consciencia de la unidad y de la fraternidad es viva.

Los seres saben, desde el principio de su evolución, que para crecer y llegar al Origen de Todo, deben vivir la unidad con todos. Saben que para llegar al Creador de todas las cosas, es necesario estar unido a todo lo que Él representa y, reconociendo que Su Esencia divina se multiplicó en toda la Vida, los seres conscientes viven la unidad con todos.

En la vida universal, antes de actuar, los seres ofrecen al Padre sus acciones y preguntan a sus esencias, que representan la unidad con Dios, cuál es el mejor paso para dar. La confianza en el Creador está por encima de todas las cosas. La certeza de que Él habita en el propio interior y ahí interactúa con Sus criaturas es lo que fortalece constantemente a Sus hijos, para que no salgan de Su Camino ni de Su Guía.

Les digo eso, hijos, porque la Tierra debe ingresar en el tiempo del Universo y eso comienza con la transformación de cada consciencia. Ustedes deben aproximar sus vidas a los patrones de vida universales y, para eso, es hora de reconocer y de recordar los principios de esa vida.

Hagan, de cada día, una liturgia viva: que todas las horas sean momentos de encontrar a Dios; que todas sus acciones sean motivo para buscarlo, y que las liturgias y momentos de oración, que ya conocen, sean el alimento que nutre las almas y las fortalece; sean oportunidades de interceder por aquellos que están dormidos y por los que no conocen la paz; oportunidades de clamar por los Reinos de la Naturaleza y de aproximarse más conscientemente a la Verdad.

Es hora de despertar para la liturgia de la vida.

Si ustedes viven lo que les digo, en poco tiempo, comprenderán por qué les enseñé estas cosas.

La liturgia de la vida es la puerta al cosmos.

Los amo y los bendigo siempre.

Aquel que vive en la oración permanente a Dios,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

En el principio de la Creación solo existía la Unidad, la Consciencia Divina que habita donde no hay tiempo ni espacio, donde no hay materia, sentimientos ni pensamientos, donde solo hay Espíritu.

Sin dejar de ser Unidad, el Espíritu de Dios se multiplica. Esto es Omnipresencia.

Sin dejar de ser Espíritu, nace la Mente de Dios manifestada en los Arcángeles. Esa es la obra de la Omnisciencia.

Sin separarse de los niveles del Espíritu, Dios manifiesta la Luz en creaciones materiales. Ese es el fruto de la Liberación.

Dios, que era Uno, se divide en tres, sin dejar de ser Único. Incomprensible para la mente humana es Su Trascendencia.

Dios Padre se hizo Hijo y en la Transfiguración multiplica a Su Único Hijo en todas las criaturas. Todas son Una con el Padre, por intermedio del Hijo.

Los principios primordiales toman vida propia y poder creador. Los Rayos se tornan consciencia y habitan todas las partículas existentes en el cosmos.

Dios jamás perdió la Unidad del inicio. Su multiplicación no tiene fin, no tiene límite. Su Consciencia se expande más allá de las fronteras del espíritu, de la mente y de la materia. Su Divinidad todo lo impregna.

Ustedes pueden preguntarse: “¿Cómo habitará el Creador en un mundo tan lleno de oscuridad? ¿Dónde está Dios, cuando el caos se precipita en el mundo?”.

Dios es Vida que habita la esencia, Consciencia que anima a los conscientes, Luz que da forma y vida a lo que los ojos de los que no están ciegos pueden ver. 

Un hombre puede no ser ciego, pero si hay ausencia de luz en su vida, nada podrá ver. No es que el mundo no exista, que los colores no existan, que la vida no exista: lo que sucede con ese hombre es que está separado de la luz. No está ciego, solo está encerrado en un cuarto oscuro y vacío, y no encuentra forma de abrir las ventanas ni sabe que las ventanas existen en el cuarto de su consciencia.

Así sucede con la mayoría de la humanidad. La ignorancia y la indiferencia encerraron a la consciencia humana en un cuarto oscuro y todos los misterios de la vida están del lado de afuera, listos para ser revelados en el momento en que se abra la ventana de la consciencia.

Como no están ciegos, creen que ven todo. Como no conocen la luz, no saben que están presos en un cuarto oscuro y piensan que la vida comienza y termina dentro de las cuatro paredes de ese cuarto.

El amor, el servicio y la oración llegan a lo oscuro de esas consciencias como rendijas de luz, que entran por la ventana, revelando que la ventana existe y que detrás de ella se encuentra un grandioso misterio.

Algunos pueden ver la luz por la rendija y creer que ya conocen todo; otros osarán abrir la ventana y contemplarán la vista delante suyo. La consciencia se expandirá, profundamente, a pesar de ver solo la vida delante de su pequeña ventana.

Hasta hoy, casi no existieron quienes se dispusieran a salir de ese cuarto y explorar el mundo fuera de sí mismo; por eso, los misterios continúan siendo misterios.

Comencé este mensaje con algunas palabras que son capaces de abrir, en el cuarto oscuro de la consciencia, una pequeña rendija, pero sé que muchos cerrarán la ventana con sus propias manos para, así, permanecer en la oscuridad absoluta. 

Reflexionen sobre lo que les digo e intenten, por un instante, arriesgarse a sentir en los ojos del corazón este misterioso rayo de luz, esta pequeña rendija que se abre en la consciencia.

Si dejan que la consciencia se expanda, podré llevarlos verdaderamente hacia la unión con Dios. Podrán ser más verdaderos en todo y develar misterios, incluso sobre sí mismos y sobre la vida planetaria.

Por el crecimiento y madurez de la consciencia humana y su adhesión a la Verdad,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Muchos se preguntan de dónde partirá la unidad entre las diferentes culturas, religiones, razas y naciones. ¿Cómo unir tanta diversidad?

Pocos descubrieron la potencia del Amor de Dios y casi nadie vive la verdad que es saber que, si un Dios tan infinito fue capaz de crear tanta diversidad, Él se encuentra en todas las cosas y también en las diferentes religiones inspiradas por Él.

Las criaturas están dentro de la Consciencia de Dios, y Dios en ellas, pero la ignorancia que cerró sus ojos no les permite ver que el Creador está ahí, en lo profundo. Y, así, viven una ilusión, una vida separada de Él, solo por el hecho de no saber que Él Es en todo lo que fue creado. No lo ven y no lo sienten porque no se abrieron para saber que Él está en el interior de los seres.

El Creador, en Su posibilidad inconmensurable de amar, a lo largo de la existencia de la humanidad, concibió muchas religiones. Cada una conduciría una parte de Su Creación, pero al mantener viva su esencia todas llevarían a un único fin.

Cuando María dice que unirá, en Su Inmaculado Corazón a las diferentes religiones, pueblos y razas, no significa que todos reconocerán a la persona de María como Madre de Dios. María es la propia Unidad, pues Su Manto ampara en sí a toda la Creación. Como Unidad, Ella conduce a las diferentes religiones al Amor, que es el Principio que expresa Su Hijo.

Puede ser que muchos no reconozcan a la persona de Cristo como el Camino, la Verdad y la Vida, pero aquellos que creen en el Amor y viven en el Amor están en Cristo, sin saberlo.

El Amor que Cristo expresa trasciende la existencia de la persona de Jesús. La Unidad que expresa María trasciende la persona de María. Ellos ya no son parte material de una Creación. Aquellos que provinieron de un Espíritu Único se manifestaron en la Tierra para construir un camino, para expresar un arquetipo, para dar un ejemplo vivo y, ahora, en las diferentes escalas de evolución, siguen dando ejemplos y dejando Sus pisadas en todas las dimensiones, para que incluso los ángeles sigan Sus pasos.

Los principios de Amor y de Unidad son posibles de vivir para todas las religiones verdaderas e, incluso, aquellos que no tienen una religión guiada por una institución, pero que, en sus corazones, buscan religarse con Dios todo el tiempo por el Amor y por la Unidad. Es así como Cristo y María conducen a la humanidad. 

Ser cristiano es más que creer en Cristo. Si quieren llegar a la religión del corazón, en la cual todos son hermanos, hijos de un único Dios, crean en el Amor y en la Unidad.

El Amor y la Unidad los llevarán al Origen. Esta es la razón de la existencia humana: vivir esos dos atributos universales, que un día se hicieron carne y que hoy retornaron al Corazón Purísimo del Creador, para que toda criatura que vive, desde la materia hasta el espíritu, pueda retornar a Dios.

Quiero que anuncien al mundo que Dios es único y que los une a Él en los principios del Amor y de la Unidad. No importa que el camino sea aparentemente diferente, porque unos tendrán más apertura para seguir los pasos de Mahoma; otros, los de Buda; otros, de Cristo; otros, de María; pero todos pueden unirse, en espíritu, en el Propósito de Dios para la humanidad, que es único: el Amor y la Unidad para llegar a Él.

Vivan con esa certeza en el corazón y no duden, ni un solo instante, de la posibilidad de que Dios, del cual provienen todas las cosas, pueda hacer retornar hacia sí, todo lo que un día Él creó.

Yo los amo, los bendigo y les pido que sigan orando por la Paz en el planeta. Todos los días recuerden que sus espíritus ya viven en Dios y que, solo de ser conscientes de la Presencia de Él dentro de ustedes, ya son portadores del mayor misterio de Amor y de Misericordia de esta Creación.

Oren por los que desconocen el Amor de Dios y por aquellos que creen que lo aman, pero que no conocen el verdadero Amor ni la verdadera Unidad que llevan al Creador.

Su padre y compañero,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Querido hijo:

Fortalece en tu interior, todos los días, la certeza de la existencia de una vida superior y de un propósito que trasciende la materia y las superficialidades impregnadas en ella. 

En estos tiempos, muchos fortalecerán las ilusiones, los placeres desmedidos y el usufructo absoluto.  Las grandes empresas que dominan la mente común de la humanidad con sus influencias, inspiradas en las fuerzas del caos, de la misma forma que los falsos gobiernos de este mundo, incentivarán a la humanidad a buscar el placer por encima de la propia vida.

Cuando el cambio del ciclo planetario sea visible hasta para los ciegos de corazón, la Luz llamará hacia sí a Sus hijos y las tinieblas también querrán fortalecer su reinado. Tú, como hijo de laLuz, deberás ser un faro que ilumine el camino de los perdidos y les indique la meta.

No te dejes llevar por la desesperación de la humanidad o incluso por el ansia de “gratificarse mientras hay tiempo”, porque ese será el lema de los tenebrosos al final de todo.

Trata de estar lúcido en medio de todos y, por más que aquellos que amas sigan otros caminos, mantente firme en el propósito de llegar a Dios.

Nunca pienses, hijo, que ya no vale la pena seguir principios espirituales e intentar encontrar a Dios en un mundo que tanto se separó de Él. Por más que a tu alrededor el mundo pareciera que se acaba, el Principio de todo, la semilla que fecundará la Nueva Tierra, estará dentro de ti y, mientras te mantengas firme, a pesar de ti mismo, ella nunca morirá.

Dios está vivo en el interior de todas Sus criaturas, pero solo actúa por medio de aquellos que creen en esa verdad y que permanecen en ella, aunque parezcan ser los únicos con esa certeza.

Las cosas que te digo, hijo, podrás encontrarlas hoy en el mundo a tu alrededor o mañana a tu lado. Por eso, asimila lo que te digo y consolida dentro de ti la convicción absoluta del triunfo de Dios en la Tierra

 Por menos visible que esta guerra sea para tus ojos, en este momento debido a tu inmadurez espiritual, solo confía y crece; madura tu espíritu con bases santificadas por los impulsos de los Mensajeros Divinos y serás, tú mismo, el Principio vivo de una creación perfecta en este mundo.

Como tú, existirán otros, y de todos surgirá la Nueva Humanidad. Por eso, sé valiente y persevera. No bajes los brazos, pues estamos contando contigo en este ejército de amor, de paz y de renovación para la Tierra.

Tu padre y amigo,

San José Castísimo

 

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Cuando estuve sobre la Tierra como José de Nazaret, muchos Me buscaban para que los aconsejara sobre cómo unirse a Dios. Mi Casto Corazón estaba descubriendo, en el Niño Jesús, que Dios estaba dentro de todos los seres. Pero en una época en la cual no se pensaba en un Dios Vivo, sino en las Escrituras, era muy difícil concebir la existencia de Dios dentro de cada ser.

Hoy, ya existen conocimientos y experiencias suficientes, como humanidad, para que comprendan las cosas del Cielo y cómo ellas se expresan en el mundo. De esta forma, descubrirán  en el mundo el potencial que él tiene para vivir de acuerdo a la vida celestial.

Así como Dios está vivo en cada ser y pocos pueden verlo, Su Reino vive en la idea original de la creación de la Tierra. De esta forma, tanto el Dios Vivo debe surgir en los seres como Su Reino debe manifestarse en el mundo. 

Para encontrar al Señor dentro de sus propios corazones y reconocerse semejantes a Dios, ustedes tendrán que desconocerse como individuos imperfectos y meramente humanos desde el punto de vista de la Tierra.

Para que el Reino de Dios sea una realidad en el mundo, todo lo que no está conforme a ese Reino debe dejar de existir. Y no será Dios quien hará desaparecer todas las cosas y, así, resolver todos los problemas planetarios. Ustedes, Mis amados, serán los que deben hacer desaparecer, primero de sus propias consciencias, todos los conceptos, los principios, las ideas y las intenciones que construyen todas aquellas cosas que, como humanidad, los separan de Dios.

Por ejemplo: por más que no sean gobernantes ni tengan la potestad de comenzar ni de acabar con una guerra, para abolir las guerras en el mundo deben aplacar, en sus consciencias, la ira, la competitividad, la avaricia, la codicia… Y, de esa forma, deben actuar con todo, porque poco a poco el Reino de Dios descenderá al mundo; pero, para eso, la armonía con la cual ese Reino se instalará dependerá de la preparación de la consciencia humana para recibirlo.

Muchos temen la tan citada transición planetaria, pero pocos están reconociendo que el curso de esa transición será el resultado de lo que cada uno pueda hacer para transformar en sí la consciencia humana y, en consecuencia, la consciencia planetaria.

Mediten en lo que les digo y en lo que les dije en días anteriores. Encontrarán en Mis palabras las llaves para alcanzar la redención de una forma pacífica y armoniosa.

Les dejo Mi amor y Mi consejo paternal, así como en otros tiempos.

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Santifiquen sus vidas, adorando al Dios Vivo que habita en todo lo que fue creado.

En la esencia del acto de adorar, puramente interior, encontrarán el verdadero sentido del servicio y de la caridad, que es la búsqueda de la unidad con el Dios existente en todas las cosas.

En un pasado lejano, los seres humanos reconocían lo sagrado como algo más natural y podían sentirlo como parte de sus  vidas. Hoy en día, enseñarles a reverenciar y a adorar a Dios, internamente, es como ofrecerles un gran desafío.

En Jerusalén, como en todo el Oriente, muchos pasaron la vida entera buscando al Salvador y esperando al Mesías, creyendo que vivían y respiraban solo para encontrarlo.

Sin embargo, cuando estuvieron delante de Él, no lo aceptaron y negaron la Humildad de Dios, que era el símbolo purísimo de Su manifestación entre los hombres.

No corran el riesgo de repetir lo mismo que la humanidad de tiempo atrás vivió. Ella creía que buscaba a Dios y que vivía para Él y, sin embargo, nunca creyó en la autenticidad de su búsqueda y menos aún de su meta. Recibía la enseñanza como algo sagrado, pero solo para mantenerse en la teoría y organizar la vida social y éticamente, de manera de poder vivir con un poco más de paz en tiempos de tantas guerras, conflictos y de búsqueda incesante de poder.

Que las palabras de los Mensajeros Divinos, hoy sagradas para muchos, no sean solo bellas teorías, sino que los torne más pacíficos delante del común de la sociedad en que viven.

Destierren de su interior la duda oculta sobre la veracidad de la enseñanza y no permitan que el inconsciente de la humanidad los haga creer que Cristo nunca regresará, porque, si ustedes reflexionan y buscan en lo profundo de la inconsciencia, encontrarán en ustedes muchos aspectos que niegan la existencia de Dios y de Su Plan, como también del retorno de Su Hijo. Esos son los resquicios de una humanidad degradada que, hace más de dos mil años, no creyó en la encarnación del Mesías.

Abran los ojos y purifíquense. Caminen verdaderamente hacia la transformación, para que así no sean sorprendidos por sí mismos en un futuro próximo.

Yo los amo y los conduzco hacia la transparencia interior, para que se conozcan a sí mismos y destierren el viejo ser.

San José Castísimo, fiel guardián del retorno de Cristo

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Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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