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Hijo:
Para aprender a salir del desierto es muy importante orar y saber escuchar, porque en el momento más árido es cuando una palabra podría salvarte de una situación.
Mi Hijo vivió 40 días en el desierto y, como humano, conoció lo que la vida terrestre representa, y cuán exigente es trascender la condición humana, pero no imposible.
Cuando se está en un desierto falta el agua, que es lo esencial para sobrevivir en esa experiencia. Esa agua es la vida en Cristo que trae la posibilidad de poder atravesar el desierto con valentía y determinación.
Y cuando llegas al momento de oscuridad en el desierto, es cuando tienes la posibilidad de conocer la realidad y definirla. En ese momento culminante, Mi Hijo está atento con Su Mirada, porque Él espera que lo puedas superar y así animarte a dar un nuevo paso.
La oscuridad del desierto es el momento más doloroso pero el más importante, porque es cuando todo el Universo está a la espera de que de las ruinas surja la luz de un nuevo Cristo.
Esto no es nada poético, es una verdad sentida en cada una de las células, una experiencia que debe llevarte a ir más allá de ti mismo, para que veas cómo es posible llegar más allá de tus posibilidades por una sola causa, por amor.
Nunca dejes de pedir la llegada de la luz en el desierto, el momento es ahora.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Desde el principio de la vida, cuando la Creación aún era un sentir en lo profundo del Corazón de Dios, su Padre Celestial ya manifestaba los principios de la Cura y de la Redención, Dones que provienen de Su Amor por todo lo que en Su interior estaba siendo gestado.
El Creador sabía, hijos Míos, que enviando a Sus hijos para aprender, experimentar y crecer entre las dimensiones, precisaría crear también las formas con las que ellos pudieran retornar a Su Corazón.
Por eso, al manifestar la vida, las dimensiones y todas las formas para que los seres pudieran evolucionar, su Señor también diseñó en su camino el retorno hacia su Sagrado e Infinito Corazón. Por eso, colmó a los corazones de los hombres de dones ocultos, y colmó al planeta, en el cual habitan, de espacios sagrados, también ocultos, espacios que guardan en sí los Dones de Dios, los frutos de Su Amor que permiten a las criaturas retornar al Corazón del Padre Celestial.
Aurora, hijos amados, no es solo un lugar de paz. Aurora es una Consciencia de Cura y de Redención en la cual sus corazones pueden vivir para retornar a Dios. Aurora surgió del Corazón de su Creador, antes aun de que sus vidas fueran manifestadas.
Contemplando los desafíos del planeta y los velos que estarían cubriendo los ojos de Sus hijos, impidiendo que pudieran ver y saber quiénes verdaderamente son, el Creador manifestó la Consciencia de Aurora; Consciencia que los ampara en Sí, como el vientre de una madre ampara a sus hijos. Todo cuanto necesitan Aurora les da; dentro de Su Corazón los velos se rasgan para que puedan contemplar la verdad sobre sí mismos.
Aurora, hijos Míos, les revela su condición humana más impura, para que primero conozcan las heridas que deben curar, sepan dónde está lo que debe ser transformado. Pero entonces, del Corazón de Aurora surge el bálsamo que los auxilia, que cicatriza lo que estaba abierto, que cura hasta lo más profundo de sus seres, libera lo que estaba impuro y los prepara para que, a través de su entrega y servicio, la Consciencia de Aurora se expanda y llegue a los cuatro puntos de este mundo.
Contemplen, hijos amados, la Consciencia de Aurora en su interior, pero también siéntanse insertos en ella. En su corazón, toda la vida encuentra Cura y Redención, para descubrir la verdad sobre sí y, así, retornar a Dios.
Abran sus corazones, para que no solo este lugar exprese Aurora, sino que también sus vidas y este planeta sean frutos de los Dones que su Creador depositó en el interior de Aurora.
Así como este lugar es sagrado, todo el planeta es sagrado, queridos hijos, pero para reconocer los misterios de Dios en el planeta que los acoge, primero los deben vivir en sí mismos. Para que se rasguen los velos que cubren lo sagrado que hay en el mundo, primero deben rasgarse los velos que cubren sus propios ojos.
Dejen que las manos de Aurora se extiendan delante de sus rostros y retiren los velos que los tornaban ciegos, para que puedan ver, sentir, experimentar y vivir quiénes son y, más que eso, cuál es el propósito de esta vida.
Todo lo que les digo está impregnado de una verdad profunda e interior, verdad que pueden conocer a través de la entrega y de la rendición de sus vidas.
Para vivir Aurora, se deben rendir ante Dios y clamar por Sus Dones, por los Dones que Él les entregó por medio de los lugares sagrados que se ocultan en este mundo y en toda la Creación.
Ha llegado el Tiempo de Dios, hijos amados. Tiempo en el que no solo el caos se cumplirá como estaba previsto, sino que la redención también se cumplirá.
Con Mis palabras los llevo a vivir las Escrituras, los llevo a ser profecías vivas, porque es a través de ustedes que todo se cumplirá.
Yo los llevo en Mis brazos hacia el desierto, porque aún no saben quiénes son. Llegará el momento en que, habiendo cruzado ese desierto, les mostraré en el horizonte la Verdad de Dios, y descubrirán, hijos Míos, que pueden no solo estar en Mis brazos, sino que pueden caminar Conmigo, rumbo a la Tierra Prometida.
Después del desierto, les mostraré la Nueva y Eterna Jerusalén que está en el Cielo como en la Tierra y, como dos realidades que se unen en una sola, la Tierra Prometida emergerá y todo se cumplirá. Todos sabrán quiénes son, todo se tornará más claro y lo que antes pesaba en sus corazones, como dudas y temores, se disipará.
De Aurora surgirán luces, luces de una nueva vida, y del Cielo también descenderán a la Tierra los principios de la Nueva Humanidad. Este será el Reino de Dios, hijos amados; un Reino siempre presente, sin embargo solo revelado a los hijos del Supremo, los que se saben Sus compañeros y frutos de Su Amor.
Que Mis palabras resuenen en su interior, no solo como una promesa, sino como una verdad que los lleva a clamarle a Aurora para que la cura acontezca y la redención se realice, para que sus ojos sean dignos de ver y sus corazones sean dignos de sentir todo lo que hoy Yo les dijo.
Yo los bendigo con el poder de Aurora y la Gracia del Espíritu de Dios.
Yo los amo y les agradezco por venir a Mi encuentro con el corazón.
Su Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Los Tres Sagrados Corazones, como nunca antes, estamos trabajando dentro de la humanidad y de su consciencia profunda, a fin de que algunos principios espirituales se mantengan intactos y protegidos.
For this reason, more than ever, the Spiritual Hierarchy makes all the necessary efforts to prevent human ignorance itself and the inordinate use of power on Earth from spiritually creating those degenerative conditions that will open the door to decadence and the risks that humanity, with no consciousness, will choose as its destiny.
Paulo Roberto Migray, [24 de fev de 2023 11:15:38]:
Ok, gracias
Es así que, silenciosamente, como hace más de dos mil años, cuando esta raza se encontraba a las puertas de su gran autodestrucción, fue allí que los Sagrados Corazones se reunieron para llevar adelante esa misión compleja de volver a colocar a la consciencia de la humanidad en el lugar que le corresponde.
En este tiempo se vuelve a llevar adelante una misión espiritual semejante a la anterior, solo que esta vez no es solo compleja, sino también difícil, ya que la consciencia humana aprendió a destruirse a sí misma, así como también aprendió cómo deshacerse de su propia vida y trasgredir su sociedad, su cultura y su fe.
A las puertas del Apocalipsis los Sagrados Corazones articulan estrategias amplias, a fin de que la mayoría pueda despertar del sueño y de la ilusión en la cual se colocó.
Estamos ante el desafío de los últimos tiempos.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Hijo e hija:
No busques la perfección de la vida tan rápidamente. Permite que el servicio y la donación constante de sí sean los que te lleven, algún día, a encontrar esa perfección.
Deja que la humildad gobierne toda arrogancia y que la estricta obediencia rija cualquier tipo de control humano; así conseguirás aproximarte un poco más a la esencia de la perfección.
Confía que con el despojamiento de ti mismo permitirás que otros principios sagrados actúen en tu vida, como la renuncia, el anonimato, el silencio y el sacrificio, virtudes que te ayudarán a construir lentamente ese camino a la perfección.
Mientras tanto, agradécele a Dios por cada prueba o dificultad vivida.
Agradécele a Él por enseñarte a superarlo en el amor, hasta en los detalles más simples.
Comienza trabajando en tu camino a la perfección con tu ardiente necesidad de servir a los demás y de donarte plenamente, para que el propio Espíritu Divino de la Gracia de Dios sea el que un día conciba en ti la consagración total de tu consciencia a la Voluntad Sagrada de Dios.
En ese día, y bajo esa circunstancia, estarás superando la dualidad para comenzar a vivir en la unidad definitiva.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Descansa, hijo Mío, en el Corazón del Padre y acepta rendido todas las pruebas de fe que Él te envíe.
Acepta con humildad cada etapa de la vida y nunca reclames.
Recógete en el silencio del corazón y ora, ora hasta poder disolver cualquier sentimiento y pensamiento contrario a la luz.
No te precipites hacia el vacío y no te preocupes, el tiempo y los acontecimientos siempre mostrarán las señales que necesitas para arriesgarte, cada día, a amar más y más.
Así construirás dentro de tu ser una fortaleza basada en los principios de la fe y de la lealtad.
Como Madre, conozco profundamente la condición humana y este planeta es la primera escuela para poder trascenderla.
Pero si en verdad sientes que estás amando lo que vives y eres feliz por estar sirviendo a Dios, no te amedrentes, no le abras la puerta a Mi adversario.
Sostente en la confianza de saber que Dios te ama como eres y que, a pesar de las circunstancias, siempre debes hacer lo mejor.
Anímate a seguir Mi ejemplo, simple, aunque te parezca lejano.
Soy Madre y amo a cada ser.
Deseo el bien para tu vida y el triunfo de Mi Hijo en cada esencia crística.
¡Adelante!
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Hijos Míos:
Coloquen sus ojos y sus corazones en la Verdad de Dios, porque hoy, y a partir de este nuevo ciclo, Yo vengo a despertarlos del sueño de este mundo y a liberarlos de los cautiverios de la vida material.
Yo vendré para remover de su interior aquello que los ata a este mundo, les hablaré al corazón y también a todos los aspectos de sus consciencias que se resisten a la transformación; porque ya llegó el momento de ser otros y, ante todo lo que saben y todo lo que recibieron, no pueden continuar sus vidas como si fueran los mismos tiempos de hace quince o veinte años atrás.
Hijos, ya no deben basar su entrega y su donación en la falta de entrega y en la crisis material que vive el mundo en este tiempo. Esta crisis es el anuncio de un tiempo de pruebas y, cuanto más difícil sea la vida sobre la Tierra, cuanto más les cueste donar material o espiritualmente algo de sí, más deben saber, hijos Míos, que es hora de hacerlo, porque el hecho de que el mundo esté en crisis significa que Mi Corazón, así como el Sagrado Corazón de Jesús y el Casto Corazón de San José, deben llegar a las almas y a las naciones que necesitan despertar.
No midan los Planes de Dios de acuerdo con las necesidades humanas. No piensen que, si las naciones están en crisis y la economía es escasa, los Sagrados Corazones ya no deberían peregrinar por las naciones; porque estos pensamientos son semillas de árboles dañinos que están naciendo en sus consciencias para distraerlos y hacerles olvidar el Plan de Dios.
No tengan miedo ni resistencias al escuchar Mis Palabras, porque Yo vengo a tocar en donde la humanidad no se quiere transformar, Yo vengo a abrirles los ojos a aquello que no quieren ver.
Sí, el mundo está en crisis. Sí, las personas en las naciones están con dificultades económicas y cada vez lo estarán aún más, porque las bases de sus vidas no deben estar formadas según las necesidades materiales.
No es para acumular bienes físicos, disfrutar ni usufructuar del planeta que vinieron al mundo, hijos Míos.
Vinieron al mundo para vivir este exacto momento por el cual hoy están transitando. Momento en el que Dios los llama a transformar la condición humana, a no tener miedo de donar aquello que no tienen, más allá de lo que les sobra. Y les hablo de todos los niveles de donación, no sólo material como también espiritual.
La crisis del planeta se expandirá por todos los sectores de la vida, y ustedes son llamados a consagrarse cada vez más a los Planes de Dios.
Muchos los verán como locos y criticarán Mis Palabras, pero no tendrán precio las Gracias que las almas y el planeta recibirán durante su mayor crisis, cuando los Mensajeros permanezcan en el mundo y fortalezcan los corazones para su prueba mayor.
Aún necesitaremos llegar a muchas naciones de este mundo para abrazar y alcanzar a aquellos hijos Míos que, en lugares remotos, condenan la propia existencia, y para curar heridas planetarias que de otra manera no podrían ser curadas.
Porque no son muchos, hijos Míos, los que tienen la dádiva de ser conscientes de lo que Dios realiza espiritualmente en el mundo por intermedio de Sus Mensajeros. Y, a esos pocos, a los que les damos todo, también les pediremos todo, porque a través de sus conciencias es que transformaremos los conceptos humanos y, a través de sus vidas, testimoniaremos al mundo que es posible entregarse, aún en tiempos de crisis, de miedo y de caos.
Sus corazones deben estar en el establecimiento de los Planes de Dios y, de esa forma, vacíos de conceptos humanos en un mundo lleno de miedo, ustedes, hijos, serán como antorchas que simbolizan el despuntar de una nueva vida.
Y es en esas bases, formadas por sus corazones y en las que rendirán al viejo hombre, que Mi Hijo vendrá para reconstruir la Tierra.
Crean y tengan fe de que cuando les hablo estas cosas estoy preparando, en ustedes y en este planeta, el esperado Retorno de Cristo al mundo.
Yo los bendigo y los llamo a la profunda reflexión del corazón.
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Confía, hijo Mío, en el poder indescriptible del perdón.
Si no hay paz en tu corazón es porque aún no has vivido el poder del perdón, el que trasciende incomprensiones, el que supera diferencias, el que concede, por encima de todo, la paz.
Que el perdón sea la tónica de estos tiempos para todos Mis hijos, porque todos, a pesar de sus aprendizajes o de sus escuelas, necesitarán del poder divino del perdón.
Anímate a ejercitar el perdón por encima de ti y de todos los acontecimientos.
El perdón es la puerta segura a la reconciliación y a la trascendencia de la condición humana.
Que en la esencia del perdón encuentres la salida para superar los obstáculos de la consciencia inferior humana.
Abraza el perdón como tu gran aliado y sabrás vivir cada prueba y cada desafío de una forma diferente, sin ingresar en el sufrimiento o en la división.
Gesta dentro de ti la esencia divina del perdón y conocerás nuevos grados de amor que solo el Padre Eterno te puede conceder.
Sé partícipe de la gran corriente del perdón y ayúdame a liberarte de la división humana o de la indiferencia que puede estar escondida en ti.
Ábrete al perdón para que tus hermanos también aprendan a perdonar de la misma forma que Dios perdona a los hombres, no importando sus errores.
Que el perdón sea el bálsamo para tu alma, sea el motivo perfecto para vivir todos los días nuevas pruebas de amor.
El perdón cicatriza.
El perdón aclara la vida espiritual.
El perdón disuelve las culpas y los errores entre los seres.
Sé parte de la esencia del perdón y todo pasará.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Hijo:
No busques la perfección mientras estés en la Tierra, porque la verdadera perfección se encuentra en el Cielo, en el momento en que tu consciencia se fundirá a Dios definitivamente.
El camino de la perfección se conquista día a día, en cada nuevo paso, con cada nueva prueba, hasta que se alcance la trascendencia total.
En este tiempo, en el que los desafíos y las dificultades son muy grandes, el camino de la perfección se forja través de la constancia y del compromiso con la oración, haciendo de ese ejercicio espiritual el motor principal de la transformación y de la batalla diaria.
Todo eso será hasta vencer la condición humana de este planeta, una condición que está en las raíces de esta civilización.
Por eso, con determinación y valentía, continúa, hijo Mío, trabajando por tu perfección, a fin de perfeccionar al mundo un poco más, todos los días.
La perfección se alcanza bajo un espíritu de humildad y de entrega absoluta a Dios.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Limpia, todos los días, tu corazón con la oración luminosa y así irás alcanzando, de tiempo en tiempo, los códigos de la perfección.
Mientras estés en este mundo aprenderás a sobrevivir a tus propias y miserables dificultades humanas.
Pero ten espíritu de ánimo y de valentía porque cada vez que atravieses una prueba y la consigas trascender o superar, hallarás fuerza interior y coraje para que, algún día, todo sea transformado.
La condición humana es el mayor obstáculo para las almas que deben expresar sus virtudes y sus potenciales.
La condición humana es la prueba principal de superación para los discípulos que están dispuestos a rendirse al Señor.
Mientras tanto, con coraje interior, vive todos los días los desafíos que te coloca la vida, no como una dificultad, sino como el momento oportuno de dar pasos directos hacia la luz que habita en tu interior, hacia el Dios interno.
Sigue adelante sin pensar que no conseguirás redimirte a ti mismo; al contrario, afirma, día a día, que tienes la posibilidad de encontrar en esta vida el sentido de tu misión y de tu existencia.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Yo Soy el Sol que ilumina con amor los tiempos de oscuridad y que debajo de Mi Manto coloca a todas las almas para que alcancen la Divina Protección.
En verdad, les digo que los apóstoles que están en las primeras filas de la preparación del Retorno de Cristo deberán enfrentar en sí mismos toda suerte de abismos y de pruebas que los colocarán aún más cerca de Mi Hijo; porque así la condición humana y arcaica se irá disolviendo de la consciencia material de los seres humanos.
Por eso, deberán buscar un espíritu de inmensa mansedumbre, de paciencia y de resignación; ya que en estos tiempos será importante dar el todo por el todo, debido al gran desequilibrio planetario de esta raza.
Yo los animo a atravesar el fin de los tiempos con espíritu de inextinguible esperanza, porque así adquirirán fuerza interior para llevar adelante la Obra Redentora de Mi Amado Hijo.
Solo les pido que se mantengan calmos, serenos y receptivos; y que en cada nueva batalla interior y exterior solo reine el amor, porque el amor que puede brotar de sus corazones lo disolverá todo en luz.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de La Paz
Queridos hijos:
Para poder liberarlos de las amarras de la condición humana, debe existir en sus corazones una adhesión capaz de trascender todos los límites de la consciencia terrestre.
Para eso, queridos hijos, el primer paso es tener fe y esperanza que esa liberación se dará y hará de cada momento una oportunidad para evolucionar.
En este tiempo las almas presentes en el mundo enfrentarán su purificación sin siquiera conocerla, pero aquel corazón que tenga como premisa la vida de continua oración encontrará las llaves que necesita para hacer de cada experiencia, como de cada prueba, una oportunidad de trascender los abismos de la consciencia.
El Universo presentará a cada ser el momento de dar su paso definitivo hacia lo desconocido y de poder desprenderse de las amarras de la Tierra.
Para ese momento deben estar preparados en la oración, porque de esa forma sus corazones contarán con la ayuda de los ángeles para poder caminar firmes hacia la meta final, que es encontrarse con Mi Hijo después de toda esta escuela vivida.
El Padre, por medio de Sus hijos redimidos escribirá una nueva historia que después será contada en la Nueva Tierra y en la nueva humanidad, como los hechos que permitieron que toda esta raza tuviera una oportunidad de vivir la redención interior.
Dejo limpios sus caminos para que puedan pisar fuerte en la transformación de la consciencia, como una ofrenda continua al Creador.
Les agradezco por trascenderse un poco más todos los días.
Los impulsa a la elevación,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
El sacrificio de amor de San José
Queridos hijos:
Mi Santo Esposo José vivió una vida plena en el Señor. Eso no lo eximió de todas las pruebas y renuncias humanas que tuvo que vencer, porque detrás del amoroso sacrificio de San José, el Casto Corazón estaba transmutando y trascendiendo la condición humana de la época.
Así, hijos Míos, José Castísimo profesó Su fe en Dios desde temprana edad y desde entonces el propio José fue conociéndose como hombre y después como consciencia divina.
José Castísimo tuvo que vencer el miedo, la tentación y la soledad de quienes lo rodeaban desde Sus primeros años hasta Su juventud.
Cuando San José hizo voto de castidad sabía que estaba ofreciendo la casta unión con el Universo para, de esa forma, apartar de la ilusión y de la pérdida espiritual a aquellos que las vivían.
Su silencio y quietud ayudaron a José a prepararse para la gran tarea de ser el padre y el guardián de Jesús.
Su reverencia y amor hacia los más necesitados hicieron del pobre Casto Corazón un ejemplo de santidad para muchos.
José tuvo que soportar en Su silencio la discriminación, las blasfemias y las indiferencias porque había escogido, en Su mayor y profundo recogimiento, vivir eternamente para Dios. Estos ataques morales y verbales eran insidias del adversario que, desde el primer momento, se vio vencido ante el poderoso y simple amor que San José emanaba por medio de las obras de caridad.
San José nunca renegó ni omitió nada de lo que recibía, vio desde el principio que todo lo que vivía era parte de Su redención y purificación.
Pero sin saberlo, San José ya era un hombre de plena santidad; Su Corazón humilde y manso nunca quería lo mejor para sí y siempre lo daba todo para que Sus semejantes tuvieran buen provecho de todas las Gracias que recibía. En este aspecto oculto, todos los bienes espirituales que recibía José Castísimo de parte del Eterno Padre, los derramaba a través de Su servicio y amor a los pobres.
San José se preparó de esa forma para ser el padre escogido por Dios para cuidar y acompañar la llegada del Mesías.
Era tanta la humildad y la castidad de José, que el día del nacimiento de Jesús, en el que los ángeles llenaban con su luz la gruta, el pobre San José, humilde obrero, salió a buscar paja para calentar el lugar para María durante el momento en que estaba naciendo el pequeño Niño Rey.
En Su santa bondad, José prefirió orar fuera de la gruta y dejar a la Santa Madre en la plenitud de Su éxtasis, mientras los santos ángeles ayudaban en el nacimiento de Jesús; ese acto de desapego y de renuncia de San José lo llevó a alcanzar en ese momento el cumplimiento de la Voluntad de Dios.
San José fue un hombre libre de sí, se transformó día a día a través de las palabras que decía el pequeño Niño, palabras que resonaban en Su Casto Corazón como una oración de un padre por su pequeño hijo.
En todo, San José reconoció la majestad de Dios en Jesús y en María encontró el reflejo de la maternidad y de la paternidad del Creador.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
En unión al Casto y Humilde Corazón,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más