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En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Hijos amados:
Coloquen su atención en lo que hoy les voy a decir.
Es un momento importante en el que sus consciencias pueden profundizar en el despertar, para ir al encuentro de la verdadera vida que se vive en el universo, para ir al encuentro de la verdadera vibración que puede llegar a ustedes, en auxilio y en protección.
Hoy sobre las palmas de Mis manos, les traigo la esfera de Luz de la consciencia arcangélica y angélica. Esta es la esencia que Dios utilizó para crear a Sus ángeles y arcángeles, a todas Sus huestes de Luz.
Ahora coloquen su consciencia en ese espacio, en esa vibración y dimensión.
Por un momento perciban cómo es posible, a través de Mis Palabras, salir de la esfera terrestre, de la condición humana y del caos, para que adentro de cada uno de ustedes encuentren al verdadero ser, a la pureza original.
A través de esta esfera creadora, Dios manifestó el universo mental ultraterrestre, antes de que existiera el universo material.
Así, hijos Míos, pueden comprender qué antiguo y valioso es ese momento en el que el Padre Eterno colocó Su Mirada y Su Amor para poder crear y manifestar a Sus huestes de Luz.
Esta esfera que hoy llevo en Mis manos, es la esfera creadora, una de las tantas esferas que el Padre utilizó y manifestó para concretar Su Voluntad dentro de la Creación.
Una esfera semejante existe sobre el universo material. Imaginen cuán antiguo fue ese momento en el que todo se manifestó y se creó para Gloria de Dios, para alabarlo y honrarlo como Él es, la Fuente misma, el Amor, la Unidad y la Misericordia.
De esa esfera creadora que hoy llevo entre Mis manos, como les dije al principio, surgieron las huestes arcangélicas y después las angélicas y así sucesivamente los ejércitos de Luz de cada Padre Creador, de cada Arcángel, formando así la Jerarquía Angélica, los comandos sagrados para llevar adelante el importante Proyecto de Dios en el universo material.
Imaginen por un momento, hijos Míos, que antes de que ustedes existieran ya estaba presente la consciencia arcangélica y angélica, aprendiendo a dar los primeros pasos en el servicio incondicional a Dios, aprendiendo a manifestar y a concretar la Ley para que los Mandamientos pudieran expresarse, algún día, en su civilización y en otras; para que, a través de la Leyes divinas, espirituales y materiales, todos Mis hijos en el universo aprendieran a evolucionar.
El Padre sabía, desde el principio, que el Proyecto del universo material podría tener sus oscilaciones antes de que el ángel caído abandonara la Voluntad Divina.
En esa oscilación se generó la dualidad, lo que hoy ustedes conocen como libre albedrío, la libertad de decidir y de asumir las consecuencias y los efectos de las decisiones de cada ser humano.
Por eso, vivir en la Voluntad de Dios es algo más que aceptarla, es algo más que vivirla, es poder tener toda la consciencia impregnada por esa Ley, por esa vibración que solo los elevará al sentido del propósito y de la meta.
Esa Voluntad fue cumplida desde el principio por los arcángeles, los ángeles y todas las huestes de Luz, los llamados coros celestiales.
Así, siguiendo las indicaciones de la Fuente Divina, de la Consciencia Creadora, después de haber formado y gestado las diferentes Jerarquías Angélicas, llegó el momento de la creación del universo material a través de la alquimia divina y de la intervención de Leyes divinas, de Rayos divinos y también de corrientes cósmicas que permitieron crear el universo material y así, los primeros planetas surgidos de las grandes estrellas muy antiguas que hoy ya no existen en el universo material, pero que dieron el impulso para poder concretar la Voluntad del Padre, misión y al mismo tiempo operación divina llevada adelante por los ejércitos de Luz, las diferentes Jerarquías Angélicas, bajo la guía de los Arcángeles.
Así, cada Padre Creador, a los pies de la Fuente Única, recogió lo que Dios con Amor, Unidad y Misericordia entregó a cada uno de ellos, cada uno recibió su esfera divina.
Doce esferas creadoras fueron encomendadas para manifestar la vida del universo material, con el fin principal y el propósito primordial de que las criaturas que surgirían de los Lagos de Luz del universo pudieran tener una importante condición, que era y que hoy es la conexión divina con la Fuente a fin de que, independientemente de cualquier situación o experiencia en el Cielo como en la Tierra, las criaturas pudieran aprender a unirse a lo Alto, a entrar en comunión con la Fuente para poder regenerarse y curarse.
Esas doce esferas, en las manos de los Arcángeles, fueron llevadas hasta los umbrales del universo ultraterrestre, en donde a partir de allí comenzaría a crearse el universo material.
A través de puertas divinas, los Arcángeles llegaron a los umbrales del gran vacío cósmico, en donde aún reinaba un profundo silencio. Momentos después, los doce Arcángeles se unieron en oración y en súplica para que la Fuente Divina los ayudara a realizar y a concretar la misión que el Padre Eterno les había encomendado.
Fue entonces que uno de los Arcángeles se rebeló, su interior se alejó de la conexión divina y principalmente del Amor, apartándose absolutamente de la sabiduría y del entendimiento de la Ciencia Divina que Dios planteaba en aquel tiempo para crear el universo material.
El Trono de Dios, reconociendo esa falla importante, lo dimitió para que en un espacio del universo cósmico reflexionara y recapacitara, a fin de realinear su consciencia con la Fuente Divina y curar su consciencia de los sentimientos opuestos a Dios.
Mientras tanto, los demás Creadores, los Arcángeles, comenzaron a llevar adelante esa misión. Reunieron por un momento todas las esferas creadoras, en las cuales estaba depositada, en cada una de ellas, la Voluntad de Dios.
En cada una de esas esferas creadoras existía el surgimiento de civilizaciones, es decir, de la vida en los diferentes universos materiales que serían creados.
Pero había una de esas esferas creadoras que tenía un deseo ardiente y profundamente espiritual de Dios, lo que hoy llamamos Universo Local. De allí debería surgir, al menos, la mayor experiencia crística de amor, aunque aún en ese momento Dios no había expresado Su Segunda Persona, el Hijo.
En ese entonces, los Creadores llevaron adelante la Voluntad de Dios. Oraron, suplicaron y conectándose con la Fuente Suprema comenzaron a crear, a través de la vibración y del sonido, el universo material.
Fue entonces que Andrómeda se volvió el centro de este Universo Local, como lo fue hasta estos tiempos.
Un Gobierno espiritual y cósmico debería desarrollarse, a fin de que fuera el puente intermediario para que las demás criaturas pudieran vivir en la Ley y cumplirla, pudieran alcanzar la felicidad de evolucionar y de estar en contacto con la Fuente de forma eterna.
Mientras las primeras criaturas eran creadas en los Lagos de Luz, el Padre Creador que se rebeló comenzó a crear la dualidad, el sentimiento de que las criaturas podían decidir por sí mismas, sin importar las consecuencias ni los resultados, sin tener presente que la Ley es la energía que ayuda a alinear la consciencia con el Propósito que la conduce y que la guía hacia su meta espiritual e interna.
La vida evolutiva fue siendo generada en este Universo Local como en otros. El tiempo fue pasando, las experiencias se fueron desarrollando y Dios contemplaba cómo Sus criaturas, a las que ama profundamente, le respondían.
Con esto quiero decirles, hijos Míos, que el Proyecto de Dios siempre se actualizó, siempre se adaptó a las realidades de este universo material como a las del universo mental.
Inevitablemente, en el ingreso de la dualidad o del libre albedrío, las criaturas fueron realizando sus experiencias y cometieron muchos errores.
Después de millones de años de su tiempo, surgió del Padre Eterno la creación de una civilización, su civilización sobre la superficie de la Tierra, que no solo pudiera vivir la conexión con la Fuente, la comunión con lo Alto, sino que también expresara la vida crística.
En los primeros tiempos de este Proyecto genético humano, la humanidad consiguió dar sus primeros pasos. Hubo fallas importantes en la historia de la humanidad, hasta los tiempos de hoy.
Para que este Proyecto en la superficie de la Tierra no se perdiera y fuera abortado, la propia Fuente Divina, el mismo Dios, el Todopoderoso, decidió expresar materialmente Su Segunda Persona, el Hijo, y lo trajo a la Tierra.
Pero Él debería dejar una lección y una instrucción importante para todas las generaciones que pasarían por la humanidad, para todas las criaturas que tendrían la oportunidad de vivir en este planeta escuela su redención y el perdón.
Por eso, Cristo encarnó en un lugar muy humilde y simple, como lo fue una gruta. Dios nunca podría haber nacido en un trono o en un palacio, porque no sería Dios mismo.
En el nacimiento de Jesús, en el pesebre de Belén, podrán ver representada por una visión clara la humildad del Padre Eterno, que es lo que a la Fuente le permite gobernar toda la Creación y toda la vida.
Así comprendan, hijos Míos, cuán importante es vivir esa humildad en este tiempo para poder reconocer al Dios interior en cada uno y así poder transformarse.
Hoy, en la consciencia de esta humanidad, deposito esta esfera creadora, que es la que generó el universo material y especialmente su civilización, desde los primeros tiempos.
A través de la esfera creadora, recuperen su conexión con lo Alto, con la Fuente, y vuelvan a unirse al Amor de Dios para que Él les vuelva a dar Su confianza y Su Misericordia; y el mundo recupere, como un todo, su filiación con el Padre Eterno. Así podrán vivir en la Ley, en los Mandamientos; no como la obligación de cumplir una regla, sino con la consciencia abierta de saber que ese es el camino para que cada uno viva su transfiguración y su ascención hasta llegar a fundirse en la Fuente Divina.
Abran sus corazones para acoger este misterio. Lleven en sus consciencias este impulso del Divino Espíritu y reafirmen sus votos con la Fuente de la Creación para que el mundo reciba la Gracia de una nueva oportunidad y así, la mayoría pueda alcanzar la felicidad de estar en Dios y de pertenecer a Su Reino.
Rezo para que alcancen esta, Mi aspiración.
Los amo y los bendigo bajo la Luz de Cristo, Nuestro Señor.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Sea la paz en este lugar y en el mundo entero, en el nombre de Mi Hijo Jesús. Amén.
Con alegría, la Emperatriz del Universo los visita.
Y hoy no solo es coronada por el amor de Sus hijos, hoy Su manto es la bandera de Argentina. El Corazón de la Madre de Dios es el Sol de este país.
Eso es así, hijos Míos, para que puedan vivir el advenimiento del Retorno de Cristo, que hoy se anuncia en lo profundo de los corazones de los hombres y en los milagros de amor que muchos hijos Míos viven en este tiempo.
Como Madre de todos y Madre del Universo vengo a testimoniar, a través de Mi Presencia, esos hechos porque Mi Hijo Me lo ha pedido para poder llevar esa experiencia a los Tronos de Dios como testimonio verídico y verdadero de que los milagros existen en este tiempo, a pesar de ser un tiempo crucial.
Este manto que rodea Mi Cuerpo, que es la bandera de Argentina, es el que utilizaré, hijos Míos, hasta el fin de esta peregrinación porque no solo vengo a trabajar con sus mundos internos o con la consciencia de este país, sino que también vengo en la búsqueda de muchas más almas que, en los planos internos, necesitan de gran ayuda para poder salir de las prisiones de la vida y del terror que Mi adversario les impone, día a día.
Pero, hoy no solo soy coronada por el amor de Mis hijos y esto tiene más valor que cientos de flores en Mi altar, sino que también, hijos Míos, la Madre del Sol y la Madre del Universo pisa con Sus Pies la cabeza de la astuta serpiente para que Mis hijos se puedan liberar, en este momento, de la opresión que sienten en sus corazones y, en consecuencia, las naciones del mundo reciban Misericordia y Piedad.
Por eso, hijos Míos, hoy Yo estoy aquí para entregarles Mi testimonio de amor, no solo a través de Mi Palabra sino también a través de Mi Presencia, porque hoy les puedo decir, hijos Míos, que siento el amor de Mis hijos en Mi Corazón. Y es ese amor el que Dios Me pide que derrame sobre el mundo todo el tiempo, especialmente en aquellos que más lo necesitan y que están en la oscuridad.
Hoy les vuelvo a repasar, hijos Míos, como les dije esta mañana, el valor importante de proteger a la familia, a la familia universal que está constituida por todos ustedes. Eso es lo que Dios necesita en este tiempo, que los hombres y mujeres de la Tierra se vuelvan una única familia sin diferencias ni patrones, sin posiciones ni valores humanos que no sean los valores espirituales de Dios, Sus Divinos Atributos, que los hagan ver a todos que todos son iguales ante los Ojos de Dios. Y si hacen eso, hijos Míos, la célula de la familia se protegerá, Mi Consciencia la amparará de todo lo que aún sucederá en el mundo en estos tiempos.
Hoy no solo vengo por ustedes, sino también por toda la Argentina. Mi Consciencia, de forma omnipresente, no solo está aquí con ustedes sino también con toda la humanidad. Mi Consciencia se expande, especialmente, desde Ushuaia hasta La Quiaca, desde lo alto de las montañas de Los Andes hasta el Río de la Plata. Y así, la poderosa e invencible Cruz de Mi Hijo se establece para que el destino incierto de este país sea protegido y amparado por el Dios, sabiendo que el propio Padre Universal deja y permite que Sus hijos puedan aprender lo que escogieron.
Pero la fuerza del amor en sus oraciones y corazones permite que muchas cosas no sucedan y que a tiempo todo se pueda revertir, sabiendo que Dios espera el bien para todos Sus hijos y un mayor amor para toda la Creación.
Por eso, estoy también aquí como Testigo de Dios y como Su Sierva para abrirles el camino hacia el Amor, para que se animen a recorrerlo y a vivirlo porque es importante en este tiempo, hijos Míos, que ese Amor los pueda curar profundamente más allá de su consciencia material o mental, más allá de su aspecto espiritual o divino. Es ese Amor el que reconstruirá a toda la humanidad y traerá esperanza a los hombres y mujeres de la Tierra.
Por eso, Me toca anunciar, como Sierva de Dios, el advenimiento de Mi Hijo, el Retorno tan esperado por toda la humanidad. Pero primero Mi Hijo debe retornar en sus corazones. Deben abrir la puerta para que puedan vivir experiencias crísticas, para que sus vidas se puedan transformar completamente conforme Dios lo necesita, porque de esa forma estarán viviendo en Su Voluntad y en Su Amor y eso se espejará y se irradiará a toda la Argentina y al mundo entero. Los valores de Dios los protegerán y estarán libres de muchas, de muchas opresiones.
Por eso comiencen, hijos Míos, a proteger a sus familias y a sus seres queridos, a todos los que tienen a su alrededor día a día, viviendo el principio de la reconciliación y de la fe, de la hermandad y de la fraternidad para que el amor no desaparezca de las familias del mundo sino que sea el motor que todo lo transforma, que amplía sus consciencias y corazones, que los hará algún día alcanzar liberarse de esta prisión planetaria que los hombres crearon sobre la superficie de la Tierra.
Por eso, vengo bajo la Voluntad de Dios y a Su pedido, porque dentro de ustedes, hijos Míos, existe algo infinito e inmaterial que espera mostrarse ante sus ojos, ante sus mundos internos y consciencias. Es ese aspecto divino que ha venido a cumplir una misión especial a la Tierra a pedido de los Padres Creadores. Y esa misión deberá cumplirse en este tiempo, no solo con su despertar sino también con su caridad.
Estoy aquí, hijos Míos, para ayudarlos y guiarlos, para ampararlos y protegerlos, para que esa esencia divina que está dentro de ustedes tenga su misión fundamental en este tiempo y, en primer lugar, en sus vidas porque así todo sufrimiento se disolverá, el dolor desaparecerá, la cura del alma llegará y el espíritu se regocijará por la presencia del Amor de Dios Vivo, que estará dentro de ustedes y ustedes lo podrán dar al mundo entero por medio de su servicio y entrega a Dios.
Es en las cosas simples que Dios podrá reconsagrar al planeta, transfigurar la consciencia humana de todos los errores que ha cometido hasta los días de hoy, saliendo de las Leyes y de los Mandamientos.
Dios los colocará sobre Su Mano para que puedan sentir Su protección y se sientan apoyados de una forma incondicional por los Sagrados Corazones, para animarse a vivir esa transformación que repercutirá en el mundo entero y en sus familias, principalmente.
Es en lo simple en donde se verá la verdad. En lo simple y humilde es donde retornará Mi Hijo y podrá estar entre ustedes volviendo a predicar Su Palabra de salvación y de redención, de alegría y de júbilo para todas las almas.
En verdad, hijos Míos, es a Él a quien le debemos todo lo que ha sucedido hasta los días de hoy porque Él es el gran Intercesor ante el Padre Celestial, es el gran Mediador y Consolador de los corazones. Yo soy Su Sierva y Su Esclava y los invito, hijos Míos, a que muchos más sean sus servidores y apóstoles porque en Jesús, el Cristo, está su salvación; y eso permitirá que su Cristo interno pueda despertar y puedan sentirse en el camino del Padre Celestial, puedan reencontrar el sentido de estar aquí, en este tiempo tan crítico y difícil de la humanidad; porque su verdadera misión va más allá de lo material y eso siempre lo deberán percibir, hijos Míos.
Todo lo que les envía el Universo para aprender lo deben agradecer profundamente y sin reclamos porque así crecerán interiormente y sus consciencias se expandirán en grados de amor cuando todos los días se animen a amar sin condiciones ni reglas, así como los amó y los ama Mi Hijo, por toda la eternidad.
Hoy consagro a muchas almas en el Universo espiritual y todas esas almas estarán ante Dios en algún momento y tomarán consciencia de lo que han venido a hacer aquí, en este tiempo. Por esta razón, hoy estoy aquí en Argentina, para traer esa oportunidad a los corazones que aún no despertaron y que en su mundo interior claman por redención, así como todos ustedes hoy clamaron al Padre Celestial.
Yo soy ese puente que siempre los llevará a Dios y que los protegerá en el camino del espíritu porque, hijos Míos, es su espíritu el que deberá estar consciente y despierto en este tiempo para que sus mentes y corazones estén disponibles al servicio de Dios a fin de poder sostener a esta humanidad que ha perdido el sentido de la verdad por tantas influencias que vive día a día.
Yo necesito, hijos Míos, que después de estos doce años ustedes se sigan transformando en Mis rosas de luz, para que el centro de su pureza original sea quien gobierne sus consciencias y lleve a sus corazones a la devoción por Dios y a la búsqueda incesante de la verdad que les mostrará el camino que deberán seguir para el próximo tiempo.
Si sus vidas se convierten, sus corazones serán pacificadores y representarán a Cristo en la Tierra, y Él podrá venir a llamarlos cuando retorne físicamente al mundo para que, bajo la compañía de todas las tribus de Israel, Él repueble esta Tierra de nuevos principios y códigos que la humanidad perdió desde el Génesis.
Por eso, son sacramentados y bendecidos en este tiempo final para que sus almas estén prontas ante Su próximo advenimiento y así no pierdan el sentido de todo lo que Él les quiere señalar e indicar en este ciclo.
Así, hijos Míos, Mi Amado Hijo contará con ustedes porque estarán con una madurez espiritual que Él necesita ver, presente en este tiempo, por todo lo que sucederá, por todo lo que llegará y se mostrará de una forma sorprendente a la humanidad.
Tendrá pilares; tendrá soldados, servidores y colaboradores; tendrá columnas de luz, vivas y disponibles que puedan conformar sus ejércitos y comandos para que cuando Él llegue, de una forma inesperada ante la manifestación de la realidad del Cosmos y de algo que todavía la humanidad nunca vio, existan corazones y almas que sostengan ese movimiento universal que el propio Rey Universal, Mi Amado Hijo, realizará en compañía de los Padres Creadores, los Arcángeles.
Todos, en esa hora, verán su propia realidad. La mayoría se arrepentirá, pero muchos más se alegrarán por vivir ese reencuentro con Cristo. Tendrán recuerdo de Su pasaje al lado de Jesús, Mi Amado Hijo, y sentirán un impulso tan fuerte y tan inextinguible que los colocará, como guerreros de la luz, en las filas de Sus ejércitos para anunciar y pronunciar la redención de Luzbel.
Y así todo terminará. El Universo será reconstruido como lo fue en el tiempo pasado, convertido en lo que era en los tiempos más antiguos. El Origen del origen de lo que Dios pensó, meditó, contempló y deseó profundamente, retornará al presente, a este tiempo actual para que en la Presencia de Su Hijo, el Cristo, surja la nueva humanidad que ya no tendrá religión porque su propia religión y su propia fe será el Amor de Cristo que todo unirá y que nada más separará, porque todos se verán y se reconocerán como dignos Hijos de Dios; y todo volverá a comenzar y el Proyecto se cumplirá.
Por eso, Argentina tiene una misión muy importante ante este acontecimiento. Dios nos pidió estar más presentes aquí en los próximos tiempos, porque ahora y después de estos últimos tiempos, todo lo que ha sucedido, hasta este momento, ha sido solamente una pequeña preparación.
A partir de este 8 de agosto de 2019 comienza su verdadera misión. Que así sea.
Detrás de Mí, hijos Míos, hoy está el Universo que los conduce a Dios, que los lleva a Su infinita Presencia.
En gratitud y en júbilo por Él haberme permitido estar aquí hasta ahora, durante doce años, enviaremos nuestro amor a la Fuente Suprema por medio del canto y de la voz.
Nos colocamos de pie y llevamos nuestras manos hacia el corazón, para sentir a Dios dentro de nosotros en este compromiso de renovación y de fe del día 8 de agosto de 2019.
Y junto a su Madre Celeste, para cerrar este encuentro, en la presencia de Su Iglesia Celestial y de Su Creación, a través de Mi Corazón, hijos Míos, ustedes invocarán los Atributos del Padre por medio de “Adom, Adom, Olam”.
Colocamos nuestras manos ahora en señal de recepción para que la Luz de Sus Atributos desciendan sobre ustedes y, en consecuencia, en Argentina y en el mundo entero, para que la decisión tan definitiva que tomará esta nación, en el mes de octubre, beneficie y ampare a los que más necesitan y claman por justicia. Amén.
Los escucho.
Llevamos nuestras manos al corazón y agradecemos sintiendo esa unión con Dios bien fuerte, bien sincera y verdadera. Y así renovamos nuestra fe, nuestra alegría y confianza en el Padre, en el Padre Eterno.
Y vamos a agradecer delante de la Madre de Dios que por Su intercesión y mediación como Abogada nuestra, como Madre nuestra, el Padre nos haya llamado, así imperfectos como somos, para animarnos a seguir a Su Hijo en esa trayectoria por el camino del Amor y hacia el Infinito.
Queridos hijos, en el nombre de Cristo les dejo la Paz, para recuerden siempre la Paz y esté en sus corazones. Que estos momentos les sirvan de auxilio y de amparo, de ánimo y de ímpetu para vivir las pruebas de estos tiempos, sabiendo que por detrás de cada aprendizaje, escuela o experiencia está Dios con Sus Brazos abiertos y con Su Corazón expandido para recibirlos.
Que en este día, las almas puedan gestar en Argentina la venida del Reino de Dios.
Y este altar que hoy han ofrecido a Mí amorosamente, el que los ha llevado al Gran Portal del Universo, en donde Mi Consciencia y Espíritu habita, para cada día elevarlos más a Dios. He usado este escenario para traerles la Presencia del Padre y el testimonio de Su Amor.
He aquí Su Sierva y Esclava, la Corredentora, Madre del Salvador y Madre de Dios, la Abogada Celestial de los que claman y la Mediadora de los que piden de corazón por ayuda y Misericordia.
Que este altar quede establecido aquí hasta el día 13 de agosto para que su Madre Celeste, a pedido del Padre, siga profundizando Su tarea aquí en Argentina y para que Mis hijos, que el 13 de agosto se consagrarán, también puedan vivir el camino seguro y confiable de su profundo despertar.
Los bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo y les agradezco por responder, en este día tan importante, a Mi llamado, porque en el fin de sus días antes de partir a las Escuelas del Infinito, antes de caminar hacia el Paraíso y hacia donde Dios los necesite, en algún punto de esta Manifestación Creadora, comprenderán este día y lo recordarán como si fuera hoy. Amén.
A pedido de Nuestra Señora María, Rosa de la Paz y Madre de la Divina Concepción de la Trinidad, vamos a escuchar una canción que es sentida en el corazón de todos Sus hijos que confían en Su Presencia y en Su intercesión. Una canción que María dice que nació de una gran discípula de Ella, seguidora de Cristo.
Unidos a través de la melodía y de la voz, vamos a escuchar “Mirarte a Ti”.
Siete son los sellos que se abrirán y los pergaminos que se mostrarán; el tiempo está indicando ese momento, queridos hijos.
Y para testimoniar este acontecimiento que va más allá de toda consciencia humana, de toda comprensión o intelectualidad, hoy he traído a Mi pequeño Hijo en brazos, porque Él es quien encomendó, en nombre del Padre Celestial, la revelación de esos misterios que intentarán volver a corregir la consciencia humana y que le traerán a todos la oportunidad de recibir nuevos principios y formas de vida que, a través de los tiempos, han estado muy lejos de la humanidad y del planeta.
La Divina Consciencia Superior se aproxima a la Tierra para hacer su revelación y no solo Mi Corazón Inmaculado, sino también los corazones de todas las Jerarquías de la luz están testimoniando este momento tan importante para la humanidad.
Hoy no podré revelarles con detalles lo que eso significa, pero acojan con amor cada una de Mis palabras, porque, así como hoy se los dije, Mis palabras son la actuación de la Gracia de Dios en toda la consciencia humana y en todo el planeta.
Esta revelación superior y divina que está escrita en lo más profundo del Corazón de Dios, les traerá a todos los seres de la superficie el despertar y la consciencia de haberse alejado demasiado del Plan de Dios, así como de haber trasgredido las Leyes universales y todas las leyes naturales de la Tierra.
Pero, por medio de la Misericordia y de la Gracia, el Padre Celestial ha encomendado a Sus arcángeles y a Sus ángeles esta intervención divina en la humanidad, para que, al menos, una colonia en toda esta raza pueda prevalecer en el fin de estos tiempos, cumpliendo y viviendo de forma simple los mismos atributos de vida que vivió la Sagrada Familia.
Este es el motivo de haber pedido la novena por las sagradas familias de este planeta, que deberá volver a recuperar los valores que perdió al haberse sumergido dentro del caos de estos tiempos y de la ilusión mundial.
Digo “sagradas familias”, porque en la Esencia de Dios todos son sagrados hijos de Dios. Sus esencias no perdieron la filiación con el Padre Celestial, es solo que sus cuerpos más inferiores se distrajeron del Propósito.
Por esa razón, las Revelaciones de Dios que llegarán en estos tiempos, traerán para la consciencia humana la elevación de su espíritu, de su condición humana y la transformación de los aspectos humanos que han condicionado la evolución de la raza y la posibilidad del despertar de nuevos cristos.
Hoy el Creador decidió, dentro de Su vasto Universo Espiritual, Mental y Material, la revelación de Sus Misterios, expandiendo aún más los términos que se encuentran en la Biblia, las simbologías y los mensajes; expandiendo aún más los términos del Apocalipsis y profundizando aún más las visiones que tuvo Juan el Apóstol, para que todas esas informaciones que vienen de la Jerarquía Espiritual ya no sean misterios, sino verdades, revelaciones claras y precisas sobre cómo saber actuar y cómo conducir a esta humanidad en el fin de los tiempos.
Con Mi brazo sostengo al Niño Jesús que hoy está presente aquí, con ustedes.
Con Mi otra mano sostengo los pergaminos de la Revelación de Dios para que comience a aproximarse a sus consciencias la información divina de lo que Dios ha visto y ha participado a través de los tiempos, desde antes, durante y después de la Creación.
Sé que este acontecimiento removerá muchas estructuras, porque el impulso que vendrá de la Fuente será fuertísimo y dará la oportunidad para que cada criatura sobre la superficie de la Tierra pueda reevaluar su vida y su consciencia, a fin de que defina su vida espiritual y su camino para estar dentro del Paraíso de Dios o para condenarse.
Antes del tiempo de la segunda venida de Cristo, estas revelaciones traerán un impulso para cada ser humano.
Será por un estado de gracia y de Misericordia que las almas tendrán la oportunidad de sumergirse en su despertar y de abrirse al conocimiento sagrado que vibra y que palpita en el Universo Mayor, como pequeñas esferas de luz que viajan entre el tiempo y el espacio, desde el Universo Espiritual hacia el Universo Material, con la intención de que los espíritus de todos los seres humanos despierten a la gran Consciencia Divina y al conocimiento mayor que siempre ha estado vivo en el Universo.
Solo que ahora, hijos Míos, después de treinta años de caminata, llegó la hora de que sus consciencias se definan, se definan de verdad, interiormente, para que permitan que las puertas al conocimiento universal se abran sobre la humanidad y no exista ninguna resistencia u obstáculo para la Jerarquía.
Porque si aún estamos aquí es por un motivo universal, es un propósito que sus consciencias aún no pueden alcanzar. Es un motivo infinito que fue pensado y meditado desde antes de su existencia para que esta revelación divina, que proviene de la Fuente Inmaterial de Dios, llegara en este tiempo y delante de este acontecimiento planetario.
En los tiempos pasados esta revelación no hubiera sido posible, no hubiera sido eficaz ni eficiente, porque la consciencia humana no estaba preparada.
Y aunque todavía la consciencia humana es muy inmadura e infantil, los tiempos que llegarán, que preparan el advenimiento de Cristo a la Tierra por segunda vez, elevarán la consciencia de aquellos que se abran de corazón y de alma para recibir la revelación divina, tan semejante como el afluente de un río, que sacia la sed de los seres y que nutre toda la consciencia humana para que pueda vivir, respirar y así continuar con su evolución. De esa misma forma es que llegará la información del Universo.
Eso los hará madurar conscientemente y colocará sus consciencias en el Propósito universal, delante del gran desajuste planetario de estos tiempos; de las guerras, de los conflictos, de la división en las familias, de la ilusión a través de las modernidades, de la ceguera espiritual que genera muchos movimientos espirituales, creyendo que el ser humano es invencible.
Solo el amor los hará invencibles, hijos Míos, pero deben vivir esa escuela, deben animarse a entrar en ese conocimiento universal.
Los primeros pasos para vivir en esa escuela de amor y de sabiduría están registrados en la experiencia de Cristo en la Tierra y en todas las enseñanzas que Él le entregó a la humanidad.
No existe otro Maestro para la humanidad actual que no sea el Cristo.
Él lo anunció y lo advirtió: “Muchos vendrán en Mi Nombre y serán reconocidos. Muchos creerán en sus palabras, pero después se lamentarán por haber confiado plenamente en algo que no venía del amor y que no era verdadero”.
Con esto, hijos Míos, delante del Hijo de Dios que está hoy en Mis brazos, en la Presencia de la Santísima Trinidad, sus caminos deberán definirse por un solo camino para que den lugar y una oportunidad para la revelación divina.
Quiero que puedan ser conscientes, hijos Míos, de verdad. La escuela de Mis hijos pequeños ya terminó. Es hora de prepararse y de enfrentar el fin de los tiempos, porque la batalla entre el amor y la indiferencia no terminó.
Deben conquistar el amor viviendo el amor y siendo el amor en cada momento. Renunciando, sacrificándose y amando. Silenciosamente entregando cada experiencia de vida por los demás, sin angustias y sin desesperaciones.
Porque si en verdad vivieran una verdadera crisis espiritual o estuvieran en riesgo de perderse, no estarían aquí, hijos Míos, como muchos, muchos no lo están y muchos dejaron de estarlo, por haberse cegado por la ignorancia.
Solo en el Padre está la Verdad para sus vidas. El hombre solo debe aprender a ser verdadero en los pequeños detalles para que después pueda serlo en lo grande, asumiendo grandes responsabilidades delante de la Jerarquía Espiritual, conduciendo y guiando a los rebaños de Cristo, a todas las razas de la Tierra que necesitarán de este impulso espiritual que desciende sobre este Centro Mariano para poder reubicar sus vidas y encontrarle un sentido al camino espiritual.
Por eso, los que hoy consagraré como Hijos de María tendrán un gran compromiso Conmigo. Será un compromiso personal y grupal entre sus corazones y el Mío, por lo que deberán rezar, todos los días, para que estas Revelaciones que Dios ha decidido entregarle a la humanidad, que superan toda la existencia de la Iglesia de Cristo en la Tierra y todos los Libros Sagrados, puedan descender correctamente y de forma protegida por la Jerarquía Celeste.
Pero será necesario, hijos Míos, como en otros tiempos y en otras Apariciones, que existan intermediarios para que estas revelaciones que ampliarán la consciencia humana puedan llegar.
Disculpen que sea tan rápida, el Tiempo de Dios aquí, en la Tierra, es limitado, porque debemos atender muchos acontecimientos más que se agravan en la raza de este planeta, en diferentes regiones de la humanidad, que necesitan ser atendidos y auxiliados por las Jerarquías.
Así podrán entender, hijos Míos, que cada Aparición de María, de Cristo o de San José no es algo más, sobre todo en estos tiempos definitivos, en donde la transición y su mayor auge los sorprenderá a todos de la noche a la mañana.
Por eso deberán estar preparados por medio de este conocimiento para que la inercia mundial no los paralice y los retire del camino de la luz.
Espero que comprendan lo que les digo. Estoy siendo franca con cada uno de ustedes, porque ya no hay tiempo.
Pueden venir aquí los que hoy se consagrarán. Y tocando la melodía de su consagración, sus almas se están preparando para esta bendición que impartirá Mi Corazón Inmaculado.
Porque será necesario, hijos Míos, que asuman con responsabilidad y madurez este compromiso de la consagración, ya que Mi Corazón ha quedado muy ofendido por los que han abandonado su consagración, no solo a Mi Corazón Inmaculado, a Mi Maternidad y a Mi gran Amor, sino también la consagración a Dios, que no puede ser derrotada ni interferida por ninguno de sus aspectos humanos, ni siquiera por su propia voluntad.
La consagración que Yo le entrego a cada Hijo de María es intransferible e irrefutable. Depende de cada hijo Mío que esa consagración sea parte de sí, de una forma verdadera, sincera y honesta, porque así evitarán, hijos Míos, ingresar en el caos de la humanidad y en los grandes conflictos espirituales que muchas almas hoy viven en el mundo por creer que no necesitan de Dios, ni siquiera de arrodillarse para suplicarle.
Solo les pido que en este día de consagración muchos Hijos de María más se vuelvan a reconsagrar interiormente, renovando este voto con la Madre de Dios, para que este voto interno y divino se renueve con el Padre Celestial.
Las Gracias que Yo derramo no pueden desperdiciarse.
Quiero decirles esto, hijos Míos, con todo el Amor de Mi Corazón por cada uno de ustedes.
Grandes partes del mundo, pueblos enteros, razas diferentes y culturas tan semejantes a las de ustedes están sufriendo por la falta de Dios y por aquellos que los gobiernan, sometiéndolos y castigándolos de una forma injusta.
Ustedes, hijos Míos, que tienen la Gracia y la oportunidad de estar ante Mi Inmaculado Corazón y el Sagrado Corazón de Mi Hijo en esta noche, deben intentar equilibrar los desencuentros y los desajustes que vive la otra parte de la humanidad por haberse apartado del amor, y porque los más inocentes son los más sometidos y los más castigados por la mano del hombre.
Yo necesito que Me representen sobre la superficie de la Tierra como esas estrellas de luz que una vez cayeron del Universo, pero que hoy se vuelven a elevar por la oferta sincera y por la súplica amorosa de su Madre Celeste ante el Padre Celestial.
Como una esfera de luz, hoy Yo les entrego a sus almas este compromiso de orar por las próximas Revelaciones de Dios, a fin de que se cumpla Su Divina y Sagrada Voluntad.
He aquí la Esclava del Señor.
He aquí los siervos de Cristo.
Señor, que se cumpla en nosotros Tu Palabra
para que nazca y para que surja la Nueva Humanidad.
Amén.
Reciban, entonces, la energía de Mi Gracia y sean bañados por la Luz de Mi Espíritu, de Mi Espíritu incondicional y servicial que está unido en Alma, en Divinidad y en Esencia al Padre Celestial, así como al Castísimo Corazón de San José y al Sagrado Corazón de Jesús.
Yo los bendigo para que en esta próxima Natividad del Señor las familias se reconsagren a la vivencia de los Atributos de Dios en estos tiempos críticos para que pueda vencer el amor, para que triunfe la luz y sea derrotado todo mal por la divina intercesión de San Miguel Arcángel. Amén.
Yo los bendigo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Y les agradezco, hijos Míos, por abrirse para escucharme, porque lo único que deseo es su bien y su bienestar.
Les agradezco y escucho el canto de sus voces.
Y aún cuando el mundo no escucha a Dios, Su Amor se hace visible en los corazones humildes.
El poder de Su Simplicidad es grandioso, por eso hay muchos que no lo conocen. Mas aquellos corazones que son simples siempre lo conocerán, a pesar de que no tengan nada en su vida material.
El contacto con Dios se crea a través del amor, de la unión perfecta con Él, en la búsqueda incesante de Su Universo, para concretar Su Voluntad sobre la Tierra.
Hoy vengo como la Madre del Uruguay, porque aún tengo esperanza.
No demoraré en trabajar para que Mis hijos despierten; así como deben despertar, queridos hijos, todas las criaturas de este mundo, antes de que la purificación se acreciente en cada una de sus vidas.
Pero Dios no imparte castigo para nadie, Él solo desea que lo amen y que lo busquen todo el tiempo.
El Amor de Dios es lo que construye todas las cosas y es lo que permite manifestar las ideas divinas en todos los planos.
Si en sus corazones no está el Amor de Dios, el Amor del Único, ¿cómo lo conocerán?
El Padre no está lejos de nadie, solo que está muy olvidado y las almas sustituyen su despertar por las modernidades, por la búsqueda vanidosa de la espiritualidad, por la búsqueda de la energía que solo pertenece al Creador.
Por eso, queridos hijos, Yo les enseñé a orar. Con algo tan simple y profundo, he visto que sus vidas se han transformado con mucho esfuerzo.
Pero aún hay mucho por hacer. Tendré que cumplir con Mis Obras, las Obras que Yo he prometido al Padre, junto a sus corazones, y esas Obras no pueden finalizar sin que el mundo las conozca antes, así como Yo las he revelado en otros tiempos y en otras apariciones.
Hoy vengo bajo el esplendor del Amor, para que lo puedan reconocer en su interior. El Señor necesita que se unan a ese Amor para que aparten sus consciencias de la ilusión que promueve el mundo, una ilusión que promueve el aborto, la drogadicción, el fanatismo, la superstición, la soledad, el abandono, la falta de luz en el alma.
Pero es el Amor infinito de Dios lo que hoy Me ha traído aquí, queridos hijos, para compartir con ustedes lo que es la Verdad; la Verdad que no es profundamente conocida, pero que debe ser amada por ustedes para que estén dentro de la Verdad de Dios.
El Señor, que está en el Universo y rige en todos los cielos, no quiere el castigo de nadie; pero las decisiones del mundo, las actitudes de las almas llevan a que Sus Leyes se manifiesten en este tiempo con severidad.
Dios no podría ser Dios si no fuera el Dios del Amor.
El Amor fue lo que creó todos los universos, las estrellas, los planetas y la vida en todos los planos; pero si el Amor de Dios no está presente en sus corazones, nada de eso podrán conocer.
La vanidad espiritual es un arma muy peligrosa para este tiempo. Sé que existen almas, queridos hijos, que buscan la vida espiritual con arrogancia, con propiedad y control.
Las criaturas de la Tierra nunca tendrán nada para sí. Por eso les hemos enseñado, queridos hijos, a través de nuestra Presencia en el mundo, por medio de los Sagrados Corazones, que la humildad es la primera tabla de su salvación.
Sin humildad, nada conseguirán.
Sin humildad no podrán conocerse a ustedes mismos y desterrar lo que no es verdadero, lo que Yo llamo de falso.
Así el mundo, a través de los tiempos, de la guerra, de la aniquilación y del falso poder, creyó conquistar el planeta.
No será necesario, queridos hijos, que observen lo que sucede en el mundo. Miren a su lado y verán la verdadera necesidad.
Jesús también está dentro de los corazones que sufren y Él espera que lo puedan servir a través de sus hermanos.
El servicio en este tiempo es lo que promoverá la salvación de la humanidad; el servicio a los Reinos de la Naturaleza, a todo lo que encuentren en sus caminos como necesidad.
Hay mucho por hacer, queridos hijos, y son pocos los corazones y brazos que se disponen a hacerlo.
Uruguay tiene esa gran oportunidad.
El servicio en Uruguay no es la prioridad de las almas para su camino espiritual, porque significa rebajarse ante el prójimo.
¿Acaso Jesús, Vuestro Señor, no lavó sus pies por medio de los apóstoles?
Él se humilló ante ustedes para que Dios pudiera derramar la Misericordia sobre el mundo; Él se dejó morir en la Cruz, para que ustedes se pudieran salvar.
Él es la Verdad. No hay otra, queridos hijos, en este tiempo.
Los espíritus impuros podrán revelarles muchos secretos, o las energías que creen conocer podrán satisfacerlos; pero si no hay oración, no hay Amor de Dios, no hay servicio, no hay ascensión de la consciencia.
Estas bases que Yo les dicto los harán dignos ante el Señor.
Y creerán que orar será algo rutinario, pero en este tiempo es el portal que se abre para la liberación del mundo, en todos los Centros Marianos que Yo he consagrado a la devoción de Mi Inmaculado Corazón.
Aurora es ese Centro que Yo consagré desde el principio, cuando Mi Luz, la Luz del Amor de Dios, posó Sus Pies sobre este lugar.
Muchos creen que esto todo fue una locura y que aún lo sigue siendo. Miren el interior de sus hermanos y verán los frutos que Yo he conseguido realizar, de forma simple pero verdadera.
El mundo busca lo que satisface sus deseos y se aparta de Dios. Por eso sufre y no encuentra la Luz, se pierde en las tinieblas y sucumbe en los infiernos de la consciencia; cuando están sumergidos en el error, en la perdición, en el engaño y el sufrimiento, ¡ahí recuerdan a Dios!
Pero como Él sabe que la humanidad es muy frágil y débil, Él envía a Su Sierva para que sus ojos del corazón se abran a reconocer la Luz que viene del Cielo y de todo el Universo.
Queridos hijos, trabajaré con los que estén Conmigo hasta el final. No necesito que Me prometan nada, solo que hagan lo que les pido de la mejor forma posible.
Agraden al Corazón de vuestro Dios ofendido y mediten en Su Presencia a través de la Eucaristía; y que la oración siempre los eleve a lo Alto, así como Yo los elevo en Mis brazos a la Casa del Padre Celestial.
Hoy vengo a traer la quietud para sus espíritus, la serenidad para sus almas y la restauración para sus cuerpos.
No podré prometer, queridos hijos, que las batallas espirituales en este mundo cesarán. Mientras haya guerra y matanza de animales en la humanidad, el sufrimiento existirá.
Por eso, Yo los llamo a la oración; para que sus cuerpos, células y átomos se puedan elevar y perciban, finalmente, que no es necesario comerse a otro, a otro Reino semejante, tan amoroso e insignificante a sus ojos.
El Amor de Dios es lo que permite mantenerlos en la unidad.
Por más que lo que hoy les digo, queridos hijos, sean siempre las mismas palabras, es porque hoy todavía no han elevado sus corazones hacia Mis pedidos.
No cierren sus corazones por nada. Yo siempre los mantengo en Mis brazos para que puedan ver a Jesús y Su Corazón, que resplandece en este Universo.
Él es el Sol que los guía.
Yo Soy la Estrella que les indica el camino para poder encontrar su verdadero amanecer en la presencia de Aurora.
No se desesperen, pero no sean ingenuos. Acepten vivir la reconciliación, para que en el mundo se establezca la paz.
Estoy unida a cada corazón que hoy ha orado Conmigo sinceramente; porque Dios reconoce las ofrendas de todos Sus hijos y agradece su esfuerzo.
Ahora, queridos hijos, ante los Tronos del Padre, de los arcángeles, de los elohim, de los coros y ejércitos celestiales y de los ángeles de la guarda, que han sigo desterrados por las criaturas de este mundo que no aceptan el Amor de Dios, junto a ustedes y a cada peregrino oraré por el mundo con una simple proclamación.
Coloquen sus manos en recepción para que reciban el mayor regalo del Universo: el Amor de Dios que se fundirá en sus corazones y en el Corazón de Dios.
Padre del Universo, escucha la Voz de Tu Servidora
y enciende en los corazones la Llama de Tu Sagrada Presencia.
Perdona a la humanidad por su continuo sueño y despierta,
a través de Mi Aurora, a todos los que duermen.
Líbéralos de la ingenuidad. Llévalos hacia el servicio
para que encuentren Tu Paz y Tu Amor.
Derrama, a través de Mi Corazón bondadoso y servicial, todos Tus Dones
y concreta Tus Obras en todos los corazones del mundo.
Envía a Adonai, ¡Oh Padre Amado!, a Tus ángeles de Luz, para que derramen
Tu Misericordia sobre aquellos que Te niegan y no Te escuchan.
Ten Piedad, Señor, por los que son ignorantes y cierran su corazón a Tu Llamado.
Que en la última hora de este mundo las almas encuentren Tu Camino
para llegar a Jesús, y que Jesús los lleve a todos hacia Tu Reino de Poder Celestial.
Hoy dejo a Tus Pies, Padre Universal, a cada una de Tus criaturas,
para que no hagas temblar en ellos Tu Justicia,
sino que enciendas en sus corazones la Compasión infinita de Tu Espíritu.
¡Oh, Señor del Universo!, cierra las puertas inciertas en este mundo.
Perdona a los que no hacen bien las cosas y se olvidan de Ti.
Compadécete de los que destierran, de los que sufren el exilio.
Y muéstrate con Tu Faz, con Tu Gloria y con Tu Amor
a cada ser de este planeta, para que por Mi imploración y Mi alabanza a Ti,
Emmanuel, el Plan pensado por Tu Mente Única se cumpla hasta la Nueva Humanidad.
Amén.
Fray Elías del Sagrado Corazón:
Cantemos Ave María, en la Presencia de nuestra Madre.
Los encontraré siempre en la oración del corazón, sagrado refugio de las almas que esperan el retorno de Cristo.
Les agradezco por responder a Mi llamado y por orar por la consagración de las Américas a Mi Inmaculado Corazón.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Fray Elías del Sagrado Corazón:
Hermanos, siempre es muy bueno que intentemos guardar en nuestro corazón ese Amor que nos trae María, este Amor que todo lo comprende, que todo lo alcanza, que todo lo puede, y que Ella sabe, por encima de todo, que está dentro de nosotros: el Amor de Dios.
Ella vino con ese Amor de Dios, con esa Fuente del Amor y de la Unidad del Padre, a ofrecerlo no solo a nosotros, sino también a todos aquellos que no lo quieren aceptar.
Y María, pacientemente, a través de cada encuentro, nos decía que va intentando reconstruir, trabajar en cada uno de nuestros seres, esa conquista, ese triunfo del Amor de Dios en nuestros corazones, en nuestras vidas.
Que es ese Amor de Dios, según María, lo que nos va a ayudar a enfrentar estos tiempos, estos momentos difíciles que está viviendo la humanidad y que Dios se servirá del amor que nosotros le ofrezcamos para que también Su Obra se pueda cumplir.
Queríamos, sintéticamente, simplemente relatar cómo fue la Aparición de hoy, pues es importante, para que todos puedan llevar esa imagen, esa misión que María trajo a través de Su Presencia.
Cuando llegó aquí, Ella se mostró, como siempre se muestra, como la Virgen María. Hoy, su Manto, el Manto que la cubría, era la Bandera del Uruguay.
Y en un momento, cuando comenzó a dirigir Sus palabras, se aproximó más hacia nosotros para irradiar ese Amor de Dios, el Manto que caía por detrás de Ella, que formaba ese Velo que iba hasta los Pies, tenía las banderas de todas las Américas, de todas las naciones de América.
Y mientras hablaba, a pesar de que hablaba, Ella iba orando por cada una de las naciones, por cada uno de los miembros que forman las naciones y por cada uno de los presentes que estaban coligados con Ella en este momento.
Y cuando comenzó a aproximarse aquí, a aparecer como siempre lo hace a través de una esfera dorada de luz que viene del Universo Celestial, que comienza a dirigirse hacia el planeta hasta localizar este lugar espiritualmente, Ella comenzó a descender y a abrir varios Cielos a través de una columna de luz.
Y mientras esa columna de luz descendía con cantos de los ángeles, las almas perdidas, las almas que estaban presas en los infiernos de este mundo, comenzaban a elevarse a medida que Ella descendía.
Y allí fue cuando Ella apareció, y se mostró esa Madre que estaba con el Manto del Uruguay.
Así que, solamente queríamos relatarles eso para ustedes, para que realmente confiemos que todo lo que está sucediendo es lo que tiene que suceder y que tenemos que, como Ella decía hoy, amar esa Voluntad del Padre.
¡Gracias Madre por cuanto nos das!
El grupo se reunió en la Colina de las Apariciones a las 11:00 h para comenzar la oración de sintonía. Se comenzó orando la “Oración a la Madre Universal”.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Vamos a prepararnos, la Señora está llegando.
En ese momento, el coral entona el cántico “Encuentro con María”. Luego, suenan 33 campanadas, anunciando la Aparición de la Madre Celestial.
Salve a todos, Yo Soy la Divina Concepción de la Trinidad.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Ella está tocando con Sus Pies este suelo. A Su derecha está la presencia del Arcángel Gabriel y a Su izquierda la presencia del Arcángel Miguel.
Ella pidió que los que puedan, se arrodillen.
Vengo a anunciarles el Tercer Secreto de Fátima, que es más profético aún.
En ese momento, Fray Elías les relata, de forma privada, a Madre Shimani y a José Trigueirinho lo que la Madre Divina está revelando como secreto. Mientras esto sucede, todo el grupo ora la “Oración a la Madre Universal”.
Un tiempo después se vuelve a escuchar la voz de Fray Elías.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Los que sientan, ya pueden ponerse de pie.
Nuestra Señora, María, hoy ha aparecido como la Madre de la Divina Concepción de la Trinidad y se ve más nítida que en los otros días.
He venido aquí a anunciarles la Luz de los arcángeles, para que sepan que pueden contar con ellos cuando Yo no esté presente en este plano, y solo esté en sus corazones.
El Arcángel Gabriel trae la redención, el Arcángel Miguel trae la liberación. Estos son los dos Padres Creadores que asistirán al mundo antes del Retorno de Cristo. Esta es Mi Buena Nueva.
Oremos por la Paz y por la Luz. Encendamos los corazones que están quebrados desde hace siglos, corazones que nuevamente están aquí, en este mundo, buscando la Luz dentro de las tinieblas. Ha llegado la hora de la revelación; por eso, estoy aquí entre ustedes, sobre sus consciencias y las del mundo.
En Medjugorje, he anunciado una parte importante de Mis Mensajes; en Uruguay, he revelado otra parte; y aquí, en Brasil, Mi predilecto corazón de almas, revelaré otra parte más.
Yo Soy la Mensajera de la Paz para las vidas, para aquellos que se animen a vivir cada calvario dentro de Mí. Es hora de descender del monte y encontrar el nuevo camino que los lleva hacia Mí, en esta última hora, la hora del fin de ciclo.
Yo Soy la Inmaculada Concepción, la Mensajera de la redención para los que Me quieran escuchar por última vez. Lleven la Paz en sus corazones y no se detengan por nada que acontezca; saben que Yo estoy ahí, protegiéndolos en oración y en amor.
Estoy aquí para anunciarles que deben realizar una cadena de oración; y esta, Mi Casa, al igual que la de Fátima, deben progresar en el verbo orante. Para aquellos que quieran escuchar la Voz de los Cielos, este es el momento de la protección a través de las Palabras.
Yo Soy una emanación de esos Cielos, y les traigo Mi Espíritu de la Paz para que lo sientan y se abran a Él.
Les digo las mismas Palabras que he repetido en las diferentes Apariciones a lo largo y ancho del mundo: solo la oración es Paz. La Eterna Paz es la viva y ardiente oración que trasciende las fronteras y abre las barreras para que todos, a tiempo, puedan llegar a Mí.
Yo estoy aquí, en Mi Reino, aguardándolos.
Oremos por la paz en Medio Oriente y por el amor y el rescate de Mi amada comunidad africana.
Yo Soy la Reina de todos los lugares, que lleva el mismo Mensaje en Su Voz para que, al fin de este tiempo, todos lleguen a Mí. Yo llego a todos cuando se abren sin restricciones; pues el Amor, que no es de este mundo, todo lo puede, un Amor que nutre el corazón y que da vida.
Quien quiera peregrinar por Mi camino será salvo y victorioso.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Vamos a repetir junto con Ella la oración “Ave Luminosa”.
Todos oran algunas cuentas.
Por el Poder de Mi Inmaculado Corazón, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
La Madre Divina está anunciando que dará una bendición a los que están enfermos. Es importante que todos los enfermos se acerquen al árbol y si no es posible, que permanezcan en sus lugares.
Mientras esperamos, oremos la “Oración a la Madre Universal” junto con Ella.
En ese momento, muchas personas que estaban con alguna enfermedad se aproximaron al árbol.
Yo Soy la Señora de las Gracias y de las reconversiones del espíritu, el alivio de todo dolor y el amparo de todo mal. Yo Soy la Virgen Original, el respaldo de los corazones, la llama que arde en el dolor, que abre la purificación de las faltas.
Hoy, acepten a Mi Corazón Misericordioso y sientan descanso en Mí. No teman, Yo estoy con ustedes. Soy la Madre de la Sagrada Providencia, estuve aquí en la Tierra y sé cómo es.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Ahora, Ella abre Sus Brazos y los extiende hacia abajo, está irradiando una energía celeste.
Desde el centro de Su Corazón salen dos rayos blancos que se proyectan hacia abajo, y también se están iluminando Sus Estrellas.
El árbol está quedando cada vez más invisible y, a cada lado de Ella, aparecen tres ángeles que están abriendo un Cielo profundo y celeste.
Ahora, Ella abraza una cruz cristiana y transmite las siguientes Palabras.
Soy la Patrona que lleva la cruz de la redención. Toquen Mis Pies y sientan Mi Fuego.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Está iluminando Sus Pies y las rosas.
Sé que creen en Mí. Estén Conmigo, nada les faltará en este Reino en el cual Me encontrarán después de esta oferta que han hecho.
El Amor sana y si tienen Amor estarán curados.
Mi hora de partir ha llegado. Los volveré a encontrar pronto.
Ahora, otros hijos Me necesitan en otra parte de este mundo. Mi Ave de la Paz debe viajar hacia allá para que otros también encuentren reposo en este mundo en purificación.
Recuérdenme como María si quieren sentirme más cerca de sus corazones. Soy María, la Madre Universal, Yo Soy el Ave que desciende ahora desde los Cielos hacia sus corazones.
Recuerden, recuerden, recuerden, recuerden, solo Paz, plena Paz.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Ella ya se fue y nos saludó con Su Paz.
Todo el grupo entona primero el “Ave María” y luego el cántico “La Mujer que nos guía”.
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más