Apariciones extraordinarias
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN EL CUARTO DÍA DE INSTRUCCIÓN, DURANTE LA SEMANA SANTA, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Reverenciamos en este momento el legado más importante de la humanidad, que ha traído hoy Nuestro Señor Jesucristo. Ese legado es el Arca de la Santa Alianza, que cuatro ángeles han traído con Nuestro Señor.

Reverenciamos ese legado espiritual, universal e inmaterial, que hoy está frente a nosotros, bajo la protección de Nuestro Señor Jesucristo y en la presencia de Abraham y de Moisés.

Este legado hoy es irradiado a toda la humanidad, hacia los cuatro puntos de la Tierra, mientras Cristo, Abraham y Moisés, junto con los ángeles, contemplan la Santa Arca.

Y vemos dentro de ella todo lo que guarda como legado espiritual, universal e inmaterial, y cómo el centro de Luz del Corazón de Cristo emana una poderosa Luz sobre el Arca de la Santa Alianza, en donde están la Corona de Espinas, los Clavos que Él llevó en la Cruz, el Santo Cáliz y las Tablas de la Ley, los llamados Mandamientos que recibió Moisés, así como otros elementos que conforman ese legado espiritual para este Universo material.

Y somos rodeados por el Universo que tiene como centro a este acontecimiento espiritual e interno en este momento.

Al igual que los ángeles, que adoran y protegen la Santa Arca, dejémonos colmar por ese legado y ese misterio que se revela frente a nosotros.

Alrededor de este acontecimiento, vemos a los Ancianos que también se mostraron a Juan en la última parte de su vida, cuando él vio el Apocalipsis.

Aquí y ahora, en este momento, se forma la Orden de la Hermandad Celestial, que hoy ha llegado ante cada uno de nosotros, para que su amor y su vibración resuene dentro de cada uno, en el centro de nuestro ser y esencia, para que entremos en comunión con el legado espiritual que formará las bases de la Nueva Humanidad.

Mientras tanto, los Ancianos que están presentes llevan, entre sus manos, un Sagrado Libro que muestran con páginas en blanco y están atentos, vigilantes y contemplativos para registrar y escribir lo que cada uno ofrecerá por este legado, a fin de ser celador y vigilante, guardián y protector del Conocimiento Divino y Cósmico.

En este momento, vemos cómo Cristo, tan solo con Su mirada de Amor, ilumina dentro del Arca de la Santa Alianza al Santo Cáliz, para que a través del Santo Cáliz una potente columna de Luz comunique aún más al Cielo con la Tierra, y se abran aún más los Portales hacia el Universo y, en este momento, bajo esa apertura espiritual que realiza Cristo en un absoluto silencio y sintonía, vemos por encima de ese espacio y de ese acontecimiento, un poderoso Triángulo de Luz de lados iguales que representa un aspecto de Dios, Abba.

Dentro de ese Triángulo de Luz que nos observa y nos contempla está Dios, como también contempla el acontecimiento del Arca de la Santa Alianza, en la Presencia de Cristo, de Abraham, de Moisés, de los Ancianos y de los ángeles.

Debajo del Arca de la Santa Alianza vemos presentarse y dibujarse a nuestro planeta que es colmado por los rayos de Luz que expresa esa Santa Arca, y el aura espiritual del planeta es encendida y santificada por cada una de esas corrientes poderosas que el Arca está emanando en este momento, a través de todos sus elementos sagrados.

Mientras que Abba, a través del Triángulo de Luz, ilumina aún más el espacio presente, la síntesis de cada uno de Sus Nombres Sagrados se hace presente en este momento, en este acontecimiento espiritual y universal.

Los ángeles, ante la Presencia del Padre, el Todopoderoso, no dejan de mantener su cabeza en el suelo como un acto de adoración y de reverencia a nuestro Creador. Y vemos, en este momento, cómo diferentes huestes de Luz, ejércitos de ángeles comienzan a rodear la Presencia de Dios.

Todos son convocados a este encuentro, para recibir el bálsamo del Amor de Dios y el principio de Su Sabiduría.

Para terminar de unir a la Tierra con todo el Universo, y antes de continuar con todo lo que Nuestro Señor quiere realizar en este día, en un acto de mayor reverencia y amor a nuestro Creador, ante esta revelación y Presencia Divina, entonaremos el Nombre de Abba, a través de "Fuente Primordial" como una sola voz y un solo corazón, hasta que Nuestro Señor lo indique.

En este momento, vamos a permitir que cada uno de los principios y atributos de la Santa Arca no solo bañen de Luz a nuestro planeta, sino también a las naciones y a los pueblos, a los Reinos de la Naturaleza, a los océanos, para que toda la vida, en este momento, esté en Dios.

Podemos comenzar.

Canción: "Fuente Primordial".

Vemos cómo en los Libros Sagrados de los Ancianos se han escrito nuestras ofertas, las cuales quedarán guardadas en ellos hasta que Dios las solicite.

Nuestro Señor retira del Arca de la Santa Alianza el Santo Cáliz para que, espiritualmente, sea colocado sobre este altar y celebremos, en esta tarde, la comunión con el Cuerpo y la Sangre de Cristo.

Sentimos bien cerca de nosotros a ese Santo Cáliz, aquel Cáliz con el que Cristo celebró la Última Cena, y que testimonia y expresa a la reliquia más importante de la humanidad que es la Sangre preciosa de Jesús.

Nos dice Cristo:

Mis Palabras hoy son representadas a través de esta experiencia de amor porque ya muchos de ustedes, conscientes y preparados en el camino del espíritu y del servicio por la humanidad, están prontos para vivir estas experiencias que solo Yo podría dirigir, por la autoridad que Mi Padre Me concedió. Experiencia de la cual los hago a cada uno partícipe, para que sus almas y esencias estén fortalecidas en este servicio del fin de los tiempos, en el que su donación y entrega será la llave fundamental para concretar Mi Retorno.

Por eso, hoy he dejado sobre este simple altar el Santo Cáliz, para que no solo los irradie a ustedes, sino también al mundo entero que lo necesita con suma urgencia espiritual.

Así, Yo les demuestro, a todos los que escuchan, la validez de la comunión espiritual Conmigo, cuando tan solo se abren para vivirla.

Los Ancianos son los testigos de esta humanidad y de este planeta hasta sus últimos días, por esa razón hoy están aquí con ustedes y con el mundo.

Abraham y Moisés son parte fundamental de la historia de su humanidad que, en diferentes tiempos y épocas, alcanzó importantes movimientos espirituales de expansión de la consciencia y de la realización del Plan del Creador.

Este es el tercer momento, después de Mi Pasión, Muerte y Resurrección, en el que podrá suceder lo mismo, siempre y cuando las almas se adhieran al descubrimiento de este legado espiritual, guardado en el Arca de la Santa Alianza, para todas las esencias del Universo y más allá de este.

Hoy el Arca de la Santa Alianza viene a traer la cura y la renovación de la humanidad, porque las almas necesitan curarse para poder estar sanas físicamente y así poder reencontrar el camino hacia Dios en este momento planetario, en el que se enfrentan el amor y la indiferencia, lo que definirá el próximo tiempo para toda la raza humana.

En este momento Moisés y Abraham se retiran, llevando consigo el Arca de la Santa Alianza hacia el centro del Triángulo, en donde está Dios, para  resguardala donde siempre está.

Pero aún las puertas de los Cielos se mantienen abiertas, porque fuimos llevados hacia otro espacio de la Iglesia Espiritual de Cristo, la llamada Iglesia Celestial. El centro de esta Iglesia es el legado del Arca de la Santa Alianza, que los ángeles resguardan, adoran y protegen con un infinito amor por todo el sacrificio que Cristo vivió por esta humanidad y por cada uno de nosotros, en este planeta.

Aunque parezca incomprensible e imposible, estamos ante Abba y Nuestro Señor Jesucristo, colmados por Su profundo silencio celestial y por Su Amor eterno que emana del Padre, del Hijo y de la Fuente. 

Aún se mantiene cerca de nosotros el Santo Cáliz, porque Nuestro Señor lo retornará a su lugar cuando esta ceremonia entre el Cielo y la Tierra, entre la Iglesia Celestial y las almas, haya finalizado.

Y así, vemos cómo Cristo enciende trece puntos de Luz en toda América y cada uno de esos puntos de Luz, que emergen del interior de la Tierra, traen un tono, una vibración y una melodía que la humanidad necesita para poder ingresar en el próximo tiempo; y vemos cómo en perfecta armonía, esos trece puntos de Luz se unen, emergiendo hacia la superficie, comenzando desde Norteamérica hasta Sudamérica, en toda la columna de las Rocallosas y de los Andes.

Estamos ante una Red de Luz espiritual que siempre ha estado presente en el planeta desde sus orígenes, pero que tuvo su tiempo para despertar. Visualicemos a las Américas encendidas por esos trece puntos de Luz y percibamos, en este momento, qué es lo que siente nuestro corazón.

Guardar la memoria de este sentimiento es lo que nos pide Cristo, para que siempre lo podamos reconocer y a partir de este sentimiento profundo e interno, tengamos fuerza y valentía para poder renovarlo todo, así como Cristo nos renueva.

Así, vemos réplicas de este Santo Cáliz en los trece puntos de Luz. Vemos que una Sangre espiritual es derramada sobre cada uno de los Cálices que los ángeles vierten en este momento en ellos y el planeta es bañado por la poderosa Sangre de Jesús.

Así, todas las almas reciben este impulso de Nuestro Redentor.

Y en lo alto de los Andes, vemos la misma Cruz que estuvo en lo alto del Monte Calvario y a sus pies, a Nuestra Santísima Madre, la Virgen María, así como a todos Sus hijos, seres de amor, de oración y de buena voluntad extendidos en los cuatro puntos de la Tierra.

Esa Cruz es una Cruz de Luz que ilumina a cada uno de los Cálices y somos colmados por el Espíritu Santo.

Vemos a Nuestra Santísima Madre rezar por el mundo y por la humanidad, colocando a Su lado al Santo Padre, el Papa Francisco, y a América. Y a través de América la humanidad se vuelve a levantar, así como Cristo se levantó durante el Calvario.

El Triángulo de Dios recorre cada punto de Luz de las Américas, colocando sobre ellos cada uno de Sus aspectos y Nombres Sagrados; y desde el centro de nuestro planeta sentimos el dolor de la Madre Tierra que es aliviado, en este momento, por la Sangre que Jesús derramó en la Cruz.

Nos vaciamos nuevamente para poder recibir todo esto, reconocemos nuestra pequeñez delante de este gran misterio, el misterio del Amor de Dios por la humanidad.

Y en este escenario, con el Santo Cáliz cerca de nosotros, celebraremos este momento con un profundo acto de agradecimiento por esta revelación de Nuestro Padre, Dios, a través de Su Hijo, el Cristo.

Cristo nos ha pedido, en este momento, que nos podamos lavar las manos en señal de purificación y de rendición, en nombre de la humanidad.

Vamos, a pedido de Cristo, a lavar las manos de los hermanos del Consejo de esta Obra, en nombre de la humanidad.

Pedimos que, en este momento, a pedido de Nuestro Señor Jesucristo, si fray Supremo nos está escuchando, que también lave sus manos, realizando la misma oferta que pide Nuestro Señor, para que el Amor pueda curar todo el dolor. Esto siempre será para que el Amor derrote la impunidad.

Ante la Luz del Santo Cáliz, recordamos a Nuestra Madre Santísima a los pies de la poderosa Cruz, en lo alto de los Andes, porque Ella también está recibiendo nuestra oferta, en este momento, como Madre de la humanidad.

Mi Dios,
yo creo en Ti, yo Te adoro,
yo Te espero y yo Te amo.
Y Te pido perdón
por los que no creen en Ti,
no Te adoran,
no Te esperan y no Te aman.
Amén.
      (Se ora en inglés tres veces)

Tomen y coman todos de Él, porque este es Mi Cuerpo, que hoy es entregado al mundo por el perdón de los pecados.

Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Amén.

Tomen y beban, porque este es Mi Cáliz, el Cáliz de la Nueva Alianza entre las almas y Dios, con la Sangre que es derramada por su Señor para la remisión de las faltas. Hagan esto siempre en memoria Mía.

Te alabamos, Señor, y Te bendecimos
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Amén.

Por la poderosa Luz que emana del Santo Cáliz en este momento, en unión con Nuestra Santísima Madre en lo alto de los Andes, en unión con los trece puntos de Luz que fueron encendidos por Nuestro Señor, recemos juntos la oración que Él nos enseñó:

Padre Nuestro (en español).
Padre Nuestro (en inglés).

El Cuerpo y la Sangre de Cristo.

Bienaventurados los que se sirven de este legado de Amor.

Que la Paz descienda a la Tierra.

Nuestro Señor retira el Santo Cáliz del altar y lo lleva entre Sus Manos para retornarlo al Arca de la Santa Alianza. Y así, los trece puntos de Luz se recogen en donde surgieron y se manifestaron. Nuestra Madre, la Virgen María, se eleva al Cielo junto a Su Hijo, así como todos los ángeles que participaron de este momento, para poder seguir en adoración a Dios.

¡Gracias, Señor, por cuanto nos das!

¡Gracias, Padre, por cuanto nos das!

En este encuentro te honramos, Señor.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO DURANTE LA SAGRADA SEMANA, DÍA 3, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

 

Mi Dios, 
yo creo en Ti, yo te adoro,
yo te espero y yo te amo.

Y te pido perdón,
por los que no creen en Ti,
no te adoran, no te esperan
y no te aman. 

Amén.

 

Hijos de Mi Padre, escuchen bien lo que les diré:

Aquí está presente el testimonio de Mi Amor vivo por ustedes. Dichosos los que lo contemplan de corazón porque merecerán la vida eterna.

Escuchen, tribus de Israel, hoy extendidas por toda la Tierra. Escuchen, pueblos de Oriente. Escuchen, pueblos de Occidente, que Mi Voz resuena en los cuatro puntos de la Tierra.

Escuchen a su Señor, que está declarando a la humanidad el último tiempo de Su Misericordia.

Levanten las banderas de la paz entre todas las naciones de la Tierra. Enciendan en sus corazones la llama de la pacificación. Que entre hermanos se reconcilien. Que entre las tribus se unifiquen y que todos sean exaltados por la venida del Hijo de Dios.

Aquí está el testimonio de Mi Amor por ustedes, hecho Cuerpo y Sangre, para la reconciliación de la humanidad con Dios. Dichosos son los que lo contemplan en la Adoración y en la Comunión.

Escuchen Mi Voz, tribus de Israel. El Señor Todopoderoso está enviando a Su Hijo por segunda vez. Dichosos de los que creen en Sus Palabras, porque sus ojos se abrirán para poder verlo, cuando Él llegue en el momento menos esperado, glorioso y sublime entre las nubes, anunciando al mundo el fin del dolor y el resurgimiento de la esperanza en los corazones.

Tribus de Israel, hijos de David, ya no se opongan los unos a los otros. Que las naciones ya no se levanten las unas contra las otras. Mucha sangre inocente está siendo vertida en el mundo.

Hoy vengo aquí por Mi amada Tierra Santa, por Egipto, por Eritrea, por Sudán, por Siria, por Turquía y por Grecia. Que escuche la humanidad la Palabra de Dios, mientras los ángeles se postran ante la Divinidad del Hijo de Dios.

Resígnense por aquellos que no lo hacen. Humíllense por aquellos que no se humillan ante Dios. Que escuchen la Palabra de Dios, todos los corazones. Que escuchen la Palabra del Hijo del Padre, impregnada por Su Divina Misericordia y por Su profunda Piedad.

Que se unan las lenguas y los pueblos. Que ya no existan las fronteras ni las barreras. Que cada uno acoja a su hermano y semejante, para que el Reino de Dios los guíe en esta hora sangrienta de la humanidad.

Sean bendecidos los presentes por Nuestro Padre Abba. Sean bendecidos los que no son bendecidos. Que reciban del Corazón del Hijo de Dios el aliento para retornar a la esperanza, la alegría para seguir viviendo, la cura para sanar sus heridas más profundas.

Quiero que escuchen la voz de Aquel que estuvo entre ustedes como Hermano y que, nuevamente en esta semana, vuelve a verter Su Sangre Espiritual sobre el mundo, para que la Justicia Divina no descienda sobre gran parte de la humanidad.

Quisiera que hoy sus corazones, ante la adoración de Mi Cuerpo Eucarístico, terafín universal de todas las humanidades, ustedes pudieran asumir con consciencia y de corazón a las naciones del mundo que sufren su propia agonía. En esta Sagrada Semana ofrezcan, amigos Míos, Mis siete agonías por Egipto, Eritrea, Sudán, Nigeria, Israel, Grecia y Siria. Yo dejé en aquel lugar un tesoro para el mundo que muchos aún están buscando en su peregrinación de fe.

Pero vengo aquí a Sudamérica para demostrarles la omnipresencia del Hijo del Altísimo porque, en Su omnipresencia, Él ama a Sus criaturas en la esencia de sus espíritus y almas, constituidas por la molécula del Amor de Dios desde el principio de su existencia.

Hoy no solo quiero que sean corazones sinceros, sino fieles a Mi Llamado. Estoy abriendo las puertas para que ingresen a las nuevas escuelas que Mi Corazón les ofrece, en Su inmensidad e infinidad.

Hoy siete adoradores, de esta Orden que Yo he constituido, ofrecerán a Su Señor, a Su Santísimo Esposo Eucarístico, la llama de sus corazones, encendiendo una vela a los pies de este Santísimo. Y lo harán por cada una de las naciones que Yo he nombrado, que sufren el terror y la pérdida inmensa de Mi Divina Misericordia.

Las espero para poder continuar. Mantengan su atención en el Santísimo Sacramento del Altar, porque Mi Cuerpo Eucarístico y Mi Divinidad están presentes, trabajando con el mundo entero.

Entonen esa canción, mientras espero.

Y así, Yo les encomiendo, queridas hijas, que oren, al igual que muchos más, por cada una de las naciones que les he nombrado, las cuales son parte del dolor de Mi Corazón, en esta Sagrada Pasión que en este tiempo estoy compartiendo con todos ustedes.

Alivien la agonía de Mi Corazón para que, pudiendo salir de sí, se unan a Mí como tantos siervos Míos para clamar por esta raza que está perdiendo su Proyecto. Pero Mi Divina Misericordia supera todas esas cosas cuando sus corazones se unen a Mí en constancia y fe y, a pesar de lo que suceda, responden a Mi Corazón misericordioso, para que Yo pueda ser Misericordia en ustedes, y ustedes sean Misericordia en el mundo que está sufriendo muchísimo.

A todas Mis hijas y Mis hijos adoradores, hoy les entrego el mayor tesoro de Mi Consciencia que es la Comunión espiritual de su Maestro y Señor. Porque cada vez que adoren al Santísimo Señor, en el silencio de sus espíritus, deben saber que estarán comulgando plenamente todos los días Conmigo, hasta que se pueda cumplir Mi Plan de Paz.

Los ángeles, al igual que ustedes, criaturas semejantes a Dios, tienen en sí el potencial de divinizar las cosas cuando aman profundamente y con confianza.

Les pido a todos Mis siervos, consagrados o no como adoradores, que cada día más se animen a penetrar en este misterio, en este terafín y en este símbolo, que los elevará en humildad, renuncia y sacrificio por todo lo que su Maestro desea cumplir en el mundo.

Hoy, a cada uno de ustedes, compañeros, los tomo de la mano para que acompañen a su Señor en esta agonía, que ve suceder en el mundo, día tras día, y que no se detiene. Pero el Poder de Dios es más fuerte que todos los hombres y que todas las naciones.

¡Ay de aquellos que hacen el mal a sus hermanos! En el día de Mi venida al mundo Me temerán por tanto Amor que Yo emanaré para todos los confines de la Tierra, hasta que surja la nueva humanidad.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Nos ponemos de pie.

 

Hijos de Mi Padre, reverencien a Aquel que viene entre las nubes trayendo el Amor de Dios y la Misericordia, y haciéndola viva en todos los que confían en Su Sacratísimo Corazón.

Yo estoy aquí para estar cerca de ustedes y no separarme jamás, porque lo que Yo tengo para cada uno es eterno.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Cantemos.

 

Mientras preparo el altar, para bendecir el agua que bautizará a las almas en el Espíritu Santo, unámonos en este momento a la Fuente del Amor de Dios, que es la que santifica a las consciencias que se unen para vivir en sus esencias estos sacramentos, en representación de muchas almas más.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

El Señor se está preparando para vivir el momento más doloroso de Su Pasión por la humanidad. Y ustedes deben ser sacramentados para poder acompañarlo en este camino de búsqueda incesante de Su Corazón.

 

"Señor, exorciza este incienso para que sea tan sublime como los ángeles del Cielo, que liberan de las fuerzas del mal a todas las criaturas de la Tierra.

Padre Eterno, bendice esta agua, para que sea más casta y más pura, y sea tan bendita así como Tú lo eres en el Universo.

Amado Padre, bendice estas velas para que sean Luz Divina en el mundo, así como Tú te hiciste Luz y expansión de Consciencia en todo lo creado. Amén.

Señor, Adonai y Padre Altísimo, Tú que creaste el agua para generar la vida en las consciencias; Tú que hiciste nacer este elemento para que todos pudieran aspirar a encontrar Tu sublime castidad; Tú que has dado este elemento a todos los planetas y estrellas para que esta agua se comportara como una fuente de cura y reparación de todas las heridas que Tus criaturas vivirían a través de los tiempos, haz que ella espeje Tu Amor en aquellos que serán sacramentados en este día. Haz, Señor, que ella, en su castidad y esencia, expurgue, purifique y limpie lo impuro para que cada corazón que será santificado, encuentre la cura, la renovación y la paz. Que así sea.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Aquí, en este momento, Adonai y a través de estos elementos que son parte de los humildes que aran la tierra para que nazca el trigo y de los que cosechan la vid para nutrir sus cuerpos, hoy Me vuelvo a entregar a Ti, Señor, tan pequeño, humilde e insignificante entre Tus hijos, para que a través de esta transustanciación, los corazones encuentren refugio en Mi Espíritu.

Elevo Señor, esta ofrenda, Adonai, Emmanuel, Abba, a los pies de Tu altar para que sea derramada Tu Gracia en Mí, y Mi Gracia sea en ellos, en todos los que sufren y padecen las guerras. Que así sea".

Y hoy también pediré una canción, compañeros, para poder elevarla a Dios, clamando por esta Misericordia para la humanidad; una canción que representa el amor a la Palabra de la Jerarquía Universal y Celestial, porque Mi Palabra es como el agua que quita la sed. "Mi Palabra es agua viva".

Les agradezco por estar en Mí y por permitir que Yo esté en ustedes.

Oremos un Padre Nuestro por todo el planeta.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

¡Gracias, Señor, por cuánto nos das!

En este encuentro te honramos, Señor. Amén.
 

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS DURANTE EL SAGRADO LLAMADO EN LA CIUDAD DE BARCELONA, ESPAÑA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Sagrado Corazón de Jesús
Fuente de todos los prodigios
Derrama Tu Misericordia
Sobre los conflictos del mundo
Amén.
(tres veces)

 

Como el Soplo del Espíritu de Dios, vengo a este lugar para bendecirlo y bendecirlos a todos, en el nombre de la Verdad y del Amor de Dios que se derrama en este momento sobre ustedes y sobre sus hermanos.

Esperé mucho tiempo para poder encontrarnos aquí, nuevamente, en la Alianza con Mi Divino Espíritu; esperé volverlos a encontrar en la Paz que traigo del Universo para cada uno de sus corazones en esta perfecta Comunión Conmigo, con Mi Cuerpo y con Mi Sangre.

Vengo a Europa para erguirla ante los  tronos de Dios, por la aceptación profunda que emiten sus corazones de que el Plan se cumpla en esta parte de la humanidad; para esto, las puertas del Universo se abren para poder recibirlos en el Corazón de Dios, Padre Celestial.

Las legiones de los ángeles han llegado aquí, con mucha levedad para poder encontrarlos en la oración que proclama Mi Divina Misericordia.

Abran sus corazones, sientan sus almas, y queden en Mí. Esto es ahora lo que necesitan para poder proseguir, sobre todo Mis apóstoles, a los que Yo he llamado con tanto amor.

Sigan Mis Pasos, sigan Mis Caminos y nunca perderán la paz, porque si sus corazones confían en Mí, estarán confiando en Dios, porque Dios ES a través de Mi Corazón, y Yo Soy a través de ustedes, en la esencia profunda del espíritu y de la hermandad.

Hoy no vengo a ver  las conductas malas del mundo, los horrores, las malas acciones y la indignación. Hoy vengo a ver de sus corazones la llama del Espíritu de Dios que encarnó en ustedes, desde sus nacimientos en esta humanidad y a través de los tiempos, una llama que nunca puede apagar Mi adversario porque si  el corazón ora y persiste, triunfará.

Hoy están nuevamente ante Mi Misión Celestial, que es la Iglesia a la que muchos esperan ingresar  pero que no la conocen.

Hoy están ante Mi Patriarcado, Mi Legado y todo Mi Universo; que es el Universo de Mi Padre, que se congrega en lo invisible de Su Espíritu.

Hoy vengo a traer para ustedes esa presencia que siempre deben aspirar encontrar en estos tiempos de caos y de persecución en el mundo.

Alimenten la llama de sus espíritus y por más que vean la oscuridad a su alrededor, les digo, en verdad,  que no perderán la paz.

Pero hoy los invito a ser verdaderos Conmigo, en cada paso de la vida, en cada ejemplo, y en cada pequeña acción. No necesito sus corazones perfectos, sino honestos y simples, abiertos a recibir Mi Instrucción, a través de Mi Santa Palabra, o a través de cada hermano que se encuentre en sus caminos, porque Yo me hago presente de forma inesperada en la vida de ustedes y de todos sus hermanos, compañeros Míos.

La oportunidad que Yo les traigo, es la oportunidad que necesita el planeta y toda la humanidad, como también los Reinos de la Naturaleza que tanto sufren la consecuencia del hombre de superficie.

En cada aspecto de la vida, Mi  Corazón y Mi Luz está presente, cuando el alma invoca Mi Presencia universal. Junto a Mis ángeles constituyo entre sus corazones, en esta hora, la presencia de Mi Iglesia Celestial y abro los altares del Cielo para que puedan comulgar, de lo único y verdadero que es el Amor de Dios.

Es el amor de Dios que nunca los decepcionará, que nunca los engañará, como muchos los engañan y se engañan a sí mismos todo el tiempo porque tienen sus corazones endurecidos a Mi Presencia y Energía; pero Mi Misericordia permite traerles el perdón y la expiación que tanto necesitan en esta vida y en este tiempo final.

Si están ante Mi Iglesia Celestial, están ante el Único, el Adonai. Emmanuel, Abba, el Elohim, están ante el Universo, ante toda la Hermandad que se congrega para recibirlos en la Fraternidad del Espíritu y de la Unidad.

Vean en este momento, corazones Míos, cómo emergen desde ustedes las estrellas de la luz, los soles internos, que deben  resplandecer en esta hora, para alumbrar a la humanidad que está en las tinieblas; y muchos no creen estar en ellas, pero lo están.

Si piensan estar Conmigo, compañeros, háganlo, y no pierdan tiempo. Busquen la esencia de Mi Corazón que los llevará a la paz y les permitirá  realizar el camino que han venido a cumplir en nombre de Mi Padre y de Su Plan.

Los corazones no se animan a amar Mi Corazón profundamente, por temor a lo que Yo les pueda pedir. Pero desde el principio, compañeros, Yo sé lo que cada uno de ustedes Me puede dar y no les pediré aquello que no Me puedan dar, eso sería una gran pérdida de energía para estos tiempos finales.

Necesito que Mi Obra se realice en sus corazones, de la mejor forma posible. Pero en verdad les digo, compañeros,  que algunos de ustedes tienen un compromiso marcado Conmigo y que es definitivo y eso no lo pueden omitir, con su propia indiferencia.

Sientan que Mis Palabras forman sus espíritus y moradas internas.

Sientan como sus almas se elevan a Mi Iglesia Celestial, para ingresar al templo y vivificar la unión Conmigo, a través de la Eucaristía.

Adoren Mi Corazón, como los ángeles lo hacen, y confirmen que en esta humanidad es posible alcanzar la Redención y la Paz.

Quisiera que otros soldados Míos estuvieran aquí para escucharme, pero sé que por sus propios medios, espirituales e internos, no lo pueden hacer; pero les pido que no se justifiquen. Mi Sangre y Mi Agua se derramó para justificar sus vidas, sus errores, sus pruebas, omisiones e indiferencias, como todos los ultrajes hasta los tiempos de hoy.

Ahora es momento de no hacerlo más y de abrir los ojos y de mirar hacia el infinito, hacia el Universo, para verme llegar entre las nubes con toda la Gloria del Padre Celestial.

Necesito que estén preparados por los que aún no se han preparado.

Necesito que despierten a Mi Vida Crística por los que aún no despertaron a Mi Vida Crística.

Necesito que sean testigos, incluso en las imperfecciones, porque si sus corazones son verdaderos y sus mentes son puras, siempre estarán en Mi Corazón.

No vengo a pedirles lo imposible porque sé que la humanidad ahora no lo puede dar.

Necesito que sus vidas se transformen, así como Yo transformo el barro con Mis Manos y moldeo un nuevo odre para la Gloria de Dios; odre que recibe los Códigos de Mi Gracia y de Mi Misericordia que provienen del Padre Universal.

Entonces, compañeros,  reciban en esta hora Mi Gracia, y Mi Misericordia, por aquellos que no la quieren recibir y que se omiten para no querer conocerme.

Hay tanto amor en Mi Corazón que muchos no creen que Yo pueda transformar sus vidas completamente.

Mi Corazón explota de tanto amor para entregar al mundo y a todas las almas, aún a las que omiten Mi Presencia. Es este el Amor que Yo viví por ustedes, que Yo trabajé por ustedes,  que Yo entregué para salvarlos, una vez cuando estuve en la Cruz.

Cada Llaga de Mi Cuerpo, cada señal marcada en Mi Santo Cuerpo Glorificado, fue para testimoniar la Salvación, el  Perdón y el Amor por cada uno de ustedes.

No quiero que en Mi Corazón se multipliquen las espinas de la ingratitud de los apóstoles Míos que no han comprendido lo que les he pedido en esta hora.

Sean parte de Mis Rayos, de los Rayos de Mi Corazón Glorificado, Sagrado y Bendito. Sean esos Rayos que se transforman de la noche a la mañana, que viajan como el viento; que viajan como el viento por todos los lugares del mundo, para llevar la Paz y la Misericordia de Dios.

Sean ese sol que nace todos los días en el horizonte y ya no vivan más a oscuras. Confíen plenamente en ustedes, en que pueden dar los pasos, al menos por Mí, por Mi Santa Madre y por Mi Padre Celestial.

Vivan todo el tiempo en Nuestra Santísima Trinidad y serán premiados con los Dones de Mi Espíritu: tendrán fuerzas para caminar, aliento para seguir adelante y esperanza por donde ver en cada parte de la Tierra.

Y a pesar de que el mundo está a oscuras y los corazones están cerrados,Yo vengo a dar, en esta tarde, el Testimonio de Mi Amor en ustedes y por cada uno de sus hermanos en  este mundo.

Reciban la Unión con Mi Sagrado Corazón y vivan Mi Camino como la puerta de salida a su liberación y perdón.

Agradezco que hayan preparado este Altar para Mí, así como preparan sus vidas, en este tiempo y en este ciclo, para recibirme en la plenitud de Mi Espíritu, de Mi Gracia.

No teman por lo que no han conseguido.

No quiero que sufran más, porque Mi Corazón ya sufre por los que son indiferentes, por los que caen, por los que hacen el mal, por los que niegan Mi Amor todo el tiempo.

Necesito de sus corazones un templo de alegría, de regocijo, de verdadero amor y de paz, para que sus pecados se limpien,  y las manchas en sus almas se puedan borrar por la Fuente y el Océano de Mi Divina Misericordia.

Así, compañeros, amigos, discípulos y siervos alegrarán Mi Corazón por los horrores que vive el mundo de los que caminan todo el tiempo al abismo.

Si sus corazones no aman, ¿cómo amarán al prójimo? Si no Me aman a Mí, ¿cómo amarán a sus semejantes? Porque si Yo estoy en sus semejantes, escondido en el tabernáculo del corazón, ¿por qué son indiferentes y no Me ven?

Yo estoy en el que está desposeído, triste, perdido, ciego y sordo. Yo golpeo la puerta de esos corazones para que puedan despertar a su verdad y a su misión.

Cada cosa tiene su tiempo, porque está marcado por el Universo de Dios.

Ofrezcan en esta tarde, esta Comunión por toda Europa, por los que están perdidos, por los que están ciegos, por los que están solos, por los que están enfermos, por los que sufren en la ignorancia de sus vidas y de sus caminos, por no encontrar,  por los que no encuentran a Mi Sagrado Corazón que hoy está aquí, entre ustedes, para que lo vivan y lo sientan en esta Comunión perfecta, con espíritu de paz y de fraternidad.

Yo los constituyo a todos como una nueva familia, así como fue la familia de Nazaret, junto a María y San  José. No está lejos de ustedes formar esa sagrada familia espiritual que debe reinar entre las almas y los corazones que siguen a los Mensajeros Divinos.

En esta hora, compañeros, la Divinidad trabaja en todos los continentes de la Tierra para sembrar Su Luz en el mundo.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Vamos a cantar "Estoy contigo, Señor", a pedido de Jesús, para bendecir los elementos que Él hoy consagrará, para todos nosotros.

 

A través de los tiempos, compañeros, elevo a las almas hacia el Reino de Dios, cuando cada una de ellas comulga, el mayor testimonio de amor en la presencia de Mi Cuerpo Vivo y Mi Preciosa Sangre, en Honor al Padre Celestial y a Su Divino Plan que emana del Universo para todas las criaturas de la Tierra.

En Mi Iglesia Celestial, les vuelvo a enseñar lo que una vez prediqué para todos ustedes: sentados a Mi mesa de Luz y de Amor, los invité en aquel tiempo, a agradecer a Dios por todo, por cuanto Él nos da en el Misterio Infinito de Su Amor. Y para eso, compañeros, en el nombre de la Paz, Yo elevé el pan, di gracias al Padre por el Sacrificio; lo bendije, lo repartí a ustedes y les dije que "siempre comieran de él  porque él es el Cuerpo Vivo de Cristo, vuestro Señor".

Una vez terminada la Comunión con el pan, di gracias a Dios por el Cáliz que las almas recibirían en sus esencias, para ser depositarias de Mi Espíritu de Misericordia y Redención. Elevando el Cáliz hacia lo alto, di gracias al Padre, lo pasé a ustedes y les dije una vez: “tomen y beban  todos de él, porque esta es Mi Sangre que será derramada por ustedes y por todos los hombres para el perdón  de todas las faltas”.

Y hoy, en Mi Presencia, compañeros, ante Mi Iglesia Celestial,  reafirmo la Presencia y el Poder del Amor de Dios. Amén.

Gracias Señor, gracias Señor por tantas bendiciones que siempre nos das, que siempre nos das

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Hermanos, queremos que todos los que están aquí presentes y a través de la transmisión en vivo para el planeta, por MMTV, nuestros hermanos del monasterio de la Orden, de las comunidades, de los grupos de oración, que están unidos a nosotros, queremos compartir, realmente, cómo  fue esta Aparición con Cristo, que en realidad, tal vez, no diga muchas cosas, pero lo que Él hizo hoy con nosotros, así como en los días de la Maratón anterior, en Buenos Aires, en Argentina.

Él nos introdujo en ese misterio que la humanidad todavía no conoce muy bien, que es la Iglesia Celestial de Cristo, y el propio Cristo nos dijo que es algo que intentó instituir para que pudiéramos aprender desde que el tiempo que estuvo aquí, con nosotros, hace dos mil y tantos años atrás.

Hoy, Él realmente vino muy espléndido, maravilloso en su Amor y en Su Misericordia.

Él nos fue introduciendo poco a poco , en ese espacio de la consciencia que llama la Iglesia Celestial, en donde los ángeles y los bienaventurados, de forma verídica, verdadera, celebran continuamente esa adoración, al Cuerpo y a la Sangre de Cristo; y Él nos llevó hacia ese lugar, poco a poco.

A través de Sus Palabras, de Su Mensaje, nos fue introduciendo a todos nosotros, los que estamos aquí y a los que están en sus hogares acompañándonos, quienes también fueron siendo llevados, a través de sus almas hacia ese espacio de la consciencia.

Fue algo bien intenso, muy difícil de poder soportar, porque a pesar de que es una Energía Divina, Celestial, el voltaje vibratorio energético de la Presencia de Cristo, de ese estado de consciencia, de la Iglesia Celestial. es bien alto para nuestras células, para nuestros cuerpos para nuestros átomos; pero como Él sabe que nosotros somos seres terrestres, somos seres humanos, Él cuenta con nuestras almas.

De alguna forma, Él se sirvió de nuestras almas, de nuestra apertura del corazón para quien tuvo el corazón abierto, para ingresar hacia ese estado de consciencia y vivimos, como quien dice, varias iniciaciones, varias purificaciones; pasamos por varios procesos durante toda la Aparición y no solo nosotros fuimos beneficiados espiritualmente, sino también aquí, esta región del continente europeo, que tanto lo necesita.

Y cuando el Maestro repetía que ofreciéramos la Comunión por todo lo que Él dijo, los enfermos, los que son ignorantes, que están  ciegos, están sordos, etc.,  Él fue detrás de cada uno de ellos porque el canal de oración que nosotros abrimos durante la coronilla  lo utilizó para esa tarea; de alguna forma encontró los corazones abiertos y consiguió realizar esa tarea.

Entonces entre tan pocos que somos, Él hizo que cosas grandiosas, como una vez lo prometió, que íbamos a hacer cosas más grandes a las que Él hizo, aunque en ese momento Él las comandaba, las llevaba adelante, esa tarea, esa misión, que vino a cumplir aquí, en Barcelona, la hizo a través de nuestro corazón.

Lo que vino a realizar, lo pudo cumplir y eso se expandió para todo el planeta , para toda la consciencia planetaria con la ayuda, gracias a Dios, de los ángeles que estaban bien cerca de nosotros; ángeles muy alados estaban bien cerca de nosotros, y eso también me llamó mucho la atención, el acercamiento de los ángeles, con una sutileza, una bondad, una misericordia inexplicable.

Queríamos dejar este relato con ustedes para que podamos proseguir unidos en esa tarea que los Mensajeros Divinos vienen realizando no solo en América, sino ahora aquí, en Europa, de una forma bien amplia.

¡Gracias Señor por cuanto nos das!

Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS DURANTE LA 31.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA, EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

He visto a muchos de los presentes en el desierto de Shambala respondiendo una vez más a Mi Llamado, en el nombre de Mi Padre que está en los Cielos y que los reúne en este Propósito de Amor y de redención de la humanidad.

Hoy Mi Corazón Glorificado se ilumina al recibir las respuestas de las almas que se congregaron en torno a este oratorio para rezar al Padre Universal, al Infinito, al Único. Por eso hoy extiendo Mis Brazos hacia ustedes, y en donación les entrego Mis Manos para que reciban de lo profundo de Mi Espíritu los Rayos de Mi bendición paternal, de Mi Amor Misericordioso.

Hoy Mis Ojos lloran no solo por la tristeza del mundo, por el padecimiento, por el caos, por la aniquilación humana, sino que también Mis Ojos lloran porque Mi Espíritu se regocija de los rebaños que Me escuchan verdaderamente y que, más allá de sus intenciones y de sus pruebas, responden al Pastor que los ha congregado en este desierto de Shambhala para descubrir el propósito interior en cada ser, en cada uno de Mis hijos, de Mis compañeros.

Gracias al esfuerzo de todos y a la recepción que han dado a Mi Sagrado Corazón, es que esta obra se expandirá aún más. Y eso exigirá de todos ustedes, compañeros, una cordial confianza en los proyectos de Mi Padre y en los pedidos de los Mensajeros Divinos, los que interceden por ustedes y por millones de almas en el mundo a través de esta Obra Universal. Porque es el Universo que los congrega, que los une, que los reúne en el nombre del Señor, Dios Todopoderoso.

Y aun en sus flaquezas Mi Espíritu los colma, los vivifica, los renueva para que puedan seguir adelante.

Si hoy, en este Centro Sagrado de oración, dedicado a los Sagrados Corazones de Cristo, de María y de San José, hay más de quinientas almas congregadas, ¿cuántas almas ustedes creen que habrán, en este momento, unidas a Mi Corazón Misericordioso y a través de este encuentro?

Es por eso que les he pedido que vinieran aquí. Pero, no quiero que sientan aflicción los corazones que no pudieron llegar, porque si los corazones orantes del mundo están unidos a Mi Corazón, ellos también están aquí. Pero aquellos que tuvieron la Gracia de venir hacia Mi encuentro, también para recibir Mis Gracias, es porque el Universo les demuestra que es posible donarse más y cada uno salir de su propio lugar. Porque en verdad, compañeros, nunca pierden nada, sino ganan los tesoros del Cielo, que están disponibles para los corazones receptivos al llamado del Hijo de Dios.

Si Yo los uno a todos en Shambala es para renovar los votos originales que hicieron con Mi Espíritu Crístico en el Getsemaní, en la plaza de la flagelación, a las puertas del sepulcro o en la Ascensión.

¿Cuántos de ustedes retoman lo que han dejado atrás Conmigo?

Y, amorosamente, Yo les traigo este recuerdo, compañeros, porque sus espíritus deben participar, vivamente, de esta obra corredentora que prepara el retorno de Cristo, vuestro Señor, en esta hora crucial del planeta.

Por eso, Yo los he llamado a Shambala, para que pudieran retornar al corazón del Corazón, a la esencia de la Esencia verdadera, al principio original de ustedes, a la pureza.

Hoy, los rayos expandidos por Mí los unen a todos a Mi Sagrado Corazón y así les demuestro que Mi Obra se realiza de diferentes formas y por diferentes caminos, cuando estos obedecen a la Ley del Señor y no se involucran con otras cosas que no sea la vivencia del Sagrado Corazón de Jesús o del propio Padre Celestial, que los ama y los reúne nuevamente.

Y así, como Me han respondido en este día de Misericordia, en el que el Infinito se aproxima a la humanidad para recordarle que debe arrepentirse, soltar las riendas y caminar libre en el sendero de la redención, es que Yo los estoy llamando a concretar Mis Obras, a abrir sus brazos, a expandir sus corazones en el Amor de Mi Corazón vivo para que más almas se congreguen. Las almas que siguen a Dios por otros senderos, senderos que se encuentran en el espíritu de todos los seres donde mora Dios, donde los reúne a todos, sin separación ni diferencias, sin credos ni religiones, porque la verdadera religión es el Amor.

Es en el Amor donde ustedes deben religarse una y otra vez en estos tiempos finales, porque es el Amor de Dios que les permitirá ver las cosas y ayudar a aquellos que más necesitan en estos momentos tan difíciles. Es el Amor que también nace de Shambhala y que congrega a los autoconvocados para responder a la Jerarquía Celestial.

Ese es el camino que les ofrece la Jerarquía Universal para todos los que una vez fueron principiantes y que ahora ya son discípulos de Mi Misericordia. Es esa Misericordia que Yo quiero expandir sobre el mundo a través de sus corazones y de su vivencia viva sin fantasías ni formas, sin ilusiones ni engaños.

Quiero que sean rayos de Mi Corazón, definitivamente. Quiero que se decidan por un solo camino, el cual Mi Madre les ha ofrecido hace tantos años y de los que muchos no comprendieron lo que significaba y que después de todo lo que han vivido a través de los tiempos, de sus experiencias y pruebas han abierto sus ojos para reconocer que en esto no había nada oculto, no había ningún misterio, ninguna  interrogante, solo la esencia del Amor de los Sagrados Corazones que ingresaron a la consciencia devuestra obra a pedido de Dios Todopoderoso, para convertirlos en aquello que aún no han conseguido: ser verdaderos apóstoles de Mi Corazón.

Y ahora, compañeros, en este desierto de Shambala que les revela muchos tesoros, muchas señales de luz para el alma y el espíritu, ¿ustedes ya se creen Mis apóstoles?

Están siendo formados por Mí mismo para algo definitivo que desconocen. Pero por más que no comprendan, Dios siempre les mostrará Su Verdad en los pequeños detalles.

Si creen que Yo estoy aquí presente entre ustedes para amarlos una y otra vez, crean que están en el camino que fueron llamados a recorrer en este tiempo final.

A través de este retiro interior en Shambhala y por medio de la oración misericordiosa, los corazones se unen a Mi Espíritu y las obras se manifiestan para todos los que dicen “sí” a Mi sagrado llamado.

Mientras se purifiquen no desistan. Mis Pies no dejarán de caminar a su lado. Mi Corazón iluminará sus caminos y podrán ver en el horizonte la Estrella de Dios que los guía hacia el encuentro del verdadero refugio que brota de Mi Insondable Corazón.

Los preparo para realizar una obra planetaria a través de las misiones humanitarias, pues eso es solo una pequeña muestra de lo que el Plan puede realizar en estos tiempos. Pero aún es necesario más.

Sigan con valentía Mi Camino, porque en este día también Yo los preparo para que Me encuentren en la Sagrada Semana del mes de marzo, donde volveremos a reunirnos en este Centro Mariano de Aurora para dar un paso más hacia adelante, en la confianza absoluta de que con disposición de ustedes ,interior y espiritual, podrán unirse al Universo y traer hacia la Tierra lo que Él está donando para todos a través de Sus tesoros celestiales.

Quisiera compañeros, que todos los días levantaran los brazos hacia el Cielo, así como lo han hecho hoy, para confirmar Mi Misericordia entre ustedes y en cada parte del planeta. Porque a pesar de que las guerras continúen, y que las masacres se lleven adelante sin misericordia ni compasión en el corazón de los hombres injustos, Mi Espíritu Crístico en cada discípulo nunca morirá, porque quien cree en Mí, tiene vida eterna.


Señor del Universo, Padre Abba, que riges todos los mundos, dimensiones y planos, que vives intensamente como chispa de luz en todos los espacios, que Te expresas en las formas, elementos y vibraciones más sutiles, que Te unificas, Padre, a los espíritus que Te invocan, que Te haces presente para dar ayuda a Tus hijos, que Te reflejas y Te muestras en los elementos, en el viento, en el agua, en el fuego, en la tierra y en la vida, que Tu Espíritu colma todo lo que fue creado a través de Tu semejanza; es que hoy Te pido, Padre Abba, que ayudes piadosamente a los que se han autoconvocado, pues si desde el principio los llamaste para vivir Tu Obra, Te ofrezco nuevamente Mi Corazón Misericordioso y Glorificado para que los redimas.

Pues así como la lanza traspasó Mi Corazón para derramar Misericordia, hoy intercedo por ti, ante ti pequeño corazón, pequeño corazón humano, pequeña alma que debe vivir su divinidad y su ascensión. Intercedo ante el Padre Abba para que cumplas con tu parte en este Proyecto infinito del Universo.

Escucha, Padre, el clamor de los que pronuncian Tus Palabras en las oraciones diarias, escucha la voz de los corazones que sienten el amor de Tu Espíritu y de Tu Presencia invisible en todos los planos. Mas aléjalos, Padre, del gran adversario. Libera a las almas a través de las oraciones que ofrecen Tus hijos a Tu Corazón Puro y Grandioso.

No mires los errores del mundo. Que Tu Corazón no se lastime por los pecados de la humanidad, pero sí que Él se restaure a través del bálsamo orante de Tus hijos, que en fidelidad y fe aspiran a seguir Tu Camino.

Hoy intercedo entre el Universo y la Tierra, entre el Cosmos y las almas pidiéndote, Padre Amado, que les des fuerza y convicción para vivir Tu Plan, redención para purificar sus espíritus y un amor tan profundo, divino y verdadero que invada cada parte de sus cuerpos y de sus células, así, Padre, como Tú Me has colmado en la Resurrección.

Padre Eterno, si Tú te glorificas en Tu Hijo, glorifícate, Padre, en aquellos que Te escuchan.

Te ofrezco Mi Corazón para que sea el portal que conduzca a los corazones hacia el Propósito.

Cuando finalmente todos hayan despertado podré fundirme con Tu Espíritu, Padre Amado, y seremos uno con Tus hijos para siempre.

Amén.


Los espero en la Sagrada Semana para vivir un momento de renovación, pues este ya es el último tiempo que Yo vengo al encuentro de ustedes antes que todo suceda.

Quiénes somos

Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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