APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN EL OCTAVO DÍA DE LA SAGRADA SEMANA, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Inspiramos y agradecemos la Presencia de nuestro Redentor.

Por un momento, cierren los ojos.

En este último día de Gracia y de celebración regresemos, en consciencia, a Tierra Santa y véanse allí, con los hombres y mujeres de Jerusalén y de toda Galilea, buscando las huellas del Pastor que llama a sus ovejas para que lo sigan.

Algunos recordarán los hechos de Mi vida pública, otros recordarán los pasos del Calvario, pero todos encontrarán a Cristo, Aquel que recorrió Tierra Santa para llamarlos a vivir el Amor redentor.

Algunos recordarán la multiplicación de los panes y de los peces, otros presenciarán el llamado a los apóstoles en el mar de Galilea.

Pero otras almas estuvieron en donde estuvo el Señor, predicando y enseñando, curando y sanando las heridas más profundas de la consciencia humana.

¿Cuántos de ustedes se sentaron a los Pies del Señor, en la casa de los justos o en la casa de los pecadores?

En aquel tiempo, la humanidad nunca hubiera podido comprender Mi tarea hasta que Yo no cargara la Cruz.

Quiero que se sientan, como en aquel tiempo, llamados por Mí para que, en este momento, lleven adelante Mi convocatoria, pero ahora una gran convocatoria al mundo entero, a todas las tribus que salieron de Israel, se expandieron por todo el mundo  y aprendieron de las Enseñanzas de Cristo por medio de la Palabra de Dios.

Hoy hago un puente en el espacio-tiempo para que recuerden su compromiso Conmigo; pescadores, mujeres, ancianos, jóvenes y niños, presentes en la historia del Redentor, dentro de la experiencia de Su Corazón.

¿Cuál sería la razón de Yo venir al mundo en este momento si no fuera por lo que sucedió en el pasado?

Esa historia, que fue escrita en Tierra Santa, siempre será imborrable. Todo el universo la conoce profundamente, porque fue una coyuntura única para toda la humanidad.

Hoy sus Ángeles de la Guarda son testigos de este momento, de sentirse merecedores de las Gracias del Padre, aunque el corazón humano siga siendo imperfecto.

Pero hoy estoy como estuve una vez en el Monte de las Bienaventuranzas y desde ese monte sagrado hoy emito Mi Mensaje al mundo entero, como el Cristo que está retornando. Elevando Mis Manos al Cielo y abriendo los universos para que descienda la Gracia Divina, les digo: enmienden sus caminos.

Que sus corazones se curen.

Que sus vidas se rediman por la fuerza del Amor de Dios, que brota incansablemente del Corazón del Hijo.

Ámense mucho más de lo que se aman.

Sosténganse en la fuerza de la hermandad, en la unidad inquebrantable, en la fraternidad inmutable.

Sean embajadores de Mi Paz.

Que sus corazones vivan la eterna gratitud y el esfuerzo incansable por seguirme.

Sean señalados y ungidos por el Espíritu Santo, porque está llegando el tiempo de Mi regreso. Señales habrá en el Cielo, pero señales más profundas habrá en los corazones.

Se sentirán conmovidos por una fuerza mayor que llegará de la Fuente Suprema para hacer de sus corazones, corazones valientes dispuestos a llevar adelante Mis pedidos. Porque en la hora que sean juzgados, Yo los defenderé. En la hora que sean blasfemados, Yo les daré el poder de Mi silencio. En la hora que sean negados, Yo les daré Mi mansedumbre y vivirán cosas más grandes que las que Yo viví y, en esa hora, las reconocerán por ustedes mismos.

Porque si se aman los unos a los otros serán reconocidos como Mis apóstoles, pero si se aman más y viven la verdad, serán reconocidos como Mis pacificadores, porque no habrá miseria que no se resuelva, no habrá desierto que no sea atravesado, no habrá dolor que no sea curado, porque aquel que cree en Mí tendrá vida eterna y sabrá lo que es la vida eterna.

En la hora de su muerte, Yo acudiré y los auxiliaré, y la Ley de Mi Misericordia justificará sus errores y faltas, por todo lo que han vivido aquí Conmigo a través de los años.

Pero hay algo que deberán vivir por Mí, que es lo que Yo viví por ustedes, la soledad. Y en esa hora su fe no podrá ser tibia, porque si creen en Mí, lo superarán.

De las miserias, haré nuevos Cristos; de negadores, haré redimidos; de pecadores, haré bienaventurados.

Confíen en Mí, así como Yo confío en ustedes, así como Yo he confiado en los que Me abandonaron.

Mi Getsemaní, en este tiempo, es diferente. ¿Quién se arriesgará a vivirlo Conmigo?, para que Mi Misericordia pueda seguir salvando almas y redimiendo corazones. Hasta antes de que Yo retorne al mundo deberán tener todo esto presente en sus consciencias, porque lo necesitarán.

Así como hoy los llevo a recordar el compromiso Conmigo, así Yo los hago sucesores de la Obra de Mi Misericordia, así como lo hice con los apóstoles.

Llegará el tiempo en el que su casa y su reposo será el mundo entero, y todo lo que aquí han aprendido, por obra de la Misericordia de Dios, lo llevarán al mundo y lo compartirán fraternalmente con sus hermanos para que ellos sientan Mi Presencia y Mi Palabra. Sus voces cantarán en otros espacios, sus pies caminarán por otros lugares.

El Nuevo Testamento de Su Señor Jesucristo, el testamento de estos tiempos, llegará a las almas de los diferentes continentes, y Yo estaré allí para que vivan todo lo que deban vivir en Mi Nombre.

Infinita ha sigo la Gracia de Dios sobre ustedes.

El tiempo ha llegado. Mi Padre necesita ver a los Nuevos Cristos, no en las apariencias, sino en la propia vida, en la entrega incondicional y en el sacrificio por un solo fin, el triunfo de Mi Amor.

Por esa razón he venido aquí y he fundado esta Congregación para que sea la mediadora, junto con todos los hermanos del mundo que escuchan la Palabra del Señor, y prepare Mi Retorno en los corazones.

Después de siete Sagradas Semanas...

Me quedo en silencio para que no solo escuchen Mis Palabras, sino que las sientan, porque lo más importante para Mí, compañeros, es que sientan lo que Yo siento por ustedes.

Grande es el desafío en el fin de los tiempos. Grande es la aspiración de Nuestro Padre Madre Creador, pero uno es el camino que los hará retornar hacia Mí cuando hayan cumplido lo que Yo necesito, sin nada a cambio, hasta en el mayor vacío.

En estos siete años, Yo los llené de Mi Misericordia, los escuché en sus oraciones, los levanté de sus caídas y siempre, siempre, los renové.

Y así como Yo Me levanté del suelo tres veces después de haberme caído con la Cruz, hoy su cruz puede transformarse por la victoria de Mi Amor y de Mi entrega por el mundo, por la vivencia infinita y absoluta de los Sacramentos, por todos los que oran y adoran.

Es aquí en donde estableceré Mis pilares para Mi Retorno al mundo.

Es tanto lo que tengo para darle a la humanidad que aún Mi Amor no es entendido. Pero Yo los arrebaté, arrebaté sus vidas, corazones y consciencias. Y aún necesito más, porque después de siete años ya no son los mismos.

¿Han visto el milagro de la fe? La fe fue lo que Me llevó hasta la Cruz y fue lo que Me hizo besar la Cruz tres veces, por su rendición, por su misericordia, por su redención.

Mi Sangre aún sigue transfigurando la vida material. Sus vidas, por medio de los Sacramentos, deben ser los nuevos cálices para que Yo pueda entrar y hacerlos parte de Mí, para siempre.

Eso es lo que Me hará retornar al mundo con toda Mi Consciencia y todo Mi Ser. Podrán sentir la Presencia de su Maestro y llegará el momento del gran reencuentro cuando los vea cara a cara.

Vean Mi humilde Rostro iluminado, que se muestra al mundo para que escuchen y sientan el Corazón de Dios.

Yo solo quiero que sean en Mí, para que Yo pueda ser en todo el mundo.

Hoy Me siento descansando en ustedes. Su amor le trae renovación a Mi Espíritu para seguir dando más por la humanidad.

La cura que necesita hoy la humanidad llegará en pocos meses, y a través de este impulso que he dado durante estos ocho días, muchas consciencias cambiarán. La vida de las personas ya no serán las mismas, porque Mi Luz entró en muchos corazones en estos últimos días, y esa Gracia es incalculable.

Por eso, todo lo que puedan hacer por el Plan de Mi Padre es importante, para que la Gracia Suprema pueda descender y obrar. Crean que no son sus vidas las que actúan, sino que es Mi vida la que actúa a través de ustedes.

Rindan lo que aún no han rendido. Rediman lo que aún no han redimido, porque Yo los llamaré para obras mayores, así como los he llamado a través de estos tiempos para esta Obra Mayor.

Y vemos ahora, alrededor de Nuestro Señor, a los doce ángeles encargados de la Justicia Divina, que tienen entre sus manos una llama de luz.

Hoy he traído aquí a los seres angélicos más justos del universo, para que sean testigos de este momento y de este último día de la Sagrada Semana.

Reconozcamos las faltas del mundo y sus faltas, y pidamos la Gracia de la reconciliación y del perdón, hagámoslo internamente.

“Señor, 
Dios de todo el universo,
que has creado la vida
para que todos Te amaran y Te adoraran,
escucha las súplicas de Mis compañeros,
cicatriza las heridas de los corazones,
renueva a los espíritus y a las consciencias
para que, impulsados por Tu Amor y por Tu Gracia,
alcancen algún día la redención”.
 

Por los méritos de la dolorosa y sufrida Pasión de su Maestro y Señor, por los méritos de la Bienaventurada siempre Virgen María y por los méritos de todos los seres servidores de buena voluntad, por la fe y el amor de los consecuentes, por el sacrificio de los incansables, por la caridad de los misioneros para curar el dolor de la humanidad, y bajo la autoridad Divina y Celestial del Padre Eterno, vengo a establecer por los méritos de la Cruz no solo el perdón, la reconciliación y la cura de las almas, sino que también vendré aquí para vivir, con todos los Míos, la octava y última Sagrada Semana.

Rezaré para que las fronteras de las naciones y de los pueblos estén abiertas para que vengan aquí y revivan Conmigo la Pasión de Cristo, como cierre del gran impulso del Hijo de Dios para la humanidad. Amén.

Vamos a prepararnos, en Presencia de Cristo, para esta especial consagración Eucarística, y vamos a invitar a todos nuestros hermanos del mundo que nos escuchan en este momento, en sus diferentes naciones y pueblos, a que se sumerjan en este ejercicio espiritual para poder sellar esta Alianza con Cristo, después de estos impulsos de la Sagrada Semana, y para que juntos, desde ahora, preparemos Su gran y última llegada en el año 2021.

Antes de comenzar esta celebración, en Presencia de Nuestro Señor Jesucristo, vamos a responder a un pedido de Cristo, que los hermanos del coro canten al final de este ejercicio la canción “Cara a cara”, para que se puedan preparar en este momento.

Y nosotros aquí, bañados por esta Gracia que brota del Corazón de Jesús, ofrecemos esta celebración en un profundo acto de agradecimiento por todas las Gracias e impulsos recibidos directamente del Corazón de nuestro Redentor.

Vamos a seguir con el instrumental, por favor.

Así como ofrecemos estos elementos del altar, vamos a ofrecernos a Nuestro Señor, así como Él se ofreció hoy una vez más a nosotros, para que nos haga merecedores de Su Misericordia, y por medio de Su santa fe nos fortalezca para vivir el apostolado de estos tiempos, para llevar Su Palabra, Su Amor y Su Paz al mundo.

Los que podamos, nos colocamos de rodillas para esta consagración.

Antes de Jesús haber sido entregado, en un profundo acto de Amor y de Misericordia por todos Sus compañeros y la humanidad, Él tomó el pan, lo elevó y dio gracias al Padre, pidiéndole profundamente con Su Corazón que fuera convertido en Su Cuerpo. Enseguida, Jesús lo partió y se lo ofreció a Sus compañeros, diciéndoles: “Tomen y coman, porque este es Mi Cuerpo que será entregado por los hombres para el perdón de los pecados”.

Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Amén.

Y una forma de Luz entró en el alma de los apóstoles.

Terminada la Cena tomó el Cáliz y realizando el mismo ejercicio lo ofreció al Padre para que fuera convertido en Su Sangre. Enseguida, se lo ofreció a Sus compañeros, diciéndoles: “Tomen y beban, porque este es el Cáliz de Mi Sangre, Sangre de la nueva y eterna Alianza, que será derramada por su Señor para la remisión de todas las faltas. Hagan esto en memoria Mía”.

Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Amén.

El Cuerpo y la Sangre de Cristo.

Bienaventurados los que se sirven de este Sacramento.

Padre Nuestro (en español y en inglés).

Que la Paz de Cristo descienda a la Tierra.

Señor,
yo no soy digno de que entres en mi casa,
pero una Palabra Tuya bastará para sanarme.
 Amén.

Anunciamos en este momento la Comunión espiritual de Cristo con todos nuestros hermanos del mundo.

Escuchamos tres campanadas.

Padre Celestial que a todos conduces,
acepta nuestra oferta de entrega a Ti.
Guíanos por el camino del Amor,
para que Tu Voluntad sea hecha.
Amén.

Esto es el comienzo de algo más importante para el mundo. Una nueva historia está siendo escrita y sus vidas están en las Manos de Dios. Son como una pequeña pluma con la cual Él escribe para hacer nuevas todas las cosas.

Agradezco la fidelidad, el amor y el acompañamiento de todos los devotos del mundo en esta Sagrada Semana.

Que la Iglesia Celestial los guarde. Que la Iglesia Celestial los proteja de todo mal. Que la Iglesia Celestial eleve sus consciencias para que algún día, sus vidas y sus corazones se fundan en la Esencia del Amor de Dios, y así se cumpla Su Voluntad.

Con alegría y júbilo, los bendigo. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Les agradezco.

Podemos escuchar la canción que Nuestro Señor solicitó.

Gracias a todos.

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN EL SÉPTIMO DÍA DE LA SAGRADA SEMANA, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

En la gran estrella de Andrómeda fue en donde Dios depositó Su gran aspiración por esta humanidad y por otras.

Andrómeda es el regente de su Sistema Solar y de otros. Fue allí, a esa parte del universo, adonde los Padres Creadores una vez llegaron para sembrar en el universo material el Plan de Dios a través de un Proyecto Divino, que primero debía surgir y manifestarse en la Gran Estrella de Andrómeda.

Los que allí llegaron fueron seres del universo mental, seres muy iluminados en la Ciencia y en la Sabiduría Divina. Fue así que los Arcángeles enviaron a los Hellel, para que pudieran gestar ese Proyecto de Dios en esa parte del universo. Esto es lo que hoy les muestra Mi Iglesia Celestial a través de su portal principal.

Estamos yendo a la verdadera ciencia de su origen, para que puedan comprender cómo actuaron las Leyes Divinas en un universo creador, para gestar después las Leyes Universales, que luego serían los Mandamientos y que son parte de la gran lección de todas las Leyes Universales.

La vida no podría surgir sin estar regida por una Ley. ¿Cuál sería el sentido de existir la evolución en el universo sin la presencia de la Ley?

Para que se pueda manifestar el Propósito Divino es necesaria la Ley. Por esa razón, el Padre así lo determinó, y la Gran Estrella de Andrómeda fue escogida para que, desde el Universo Mental, viviera esa experiencia.

Los Hellel, los Resplandecientes, los seres angélicos más sutiles del Universo Mental, nunca descendían de ese lugar, solo cuando los Arcángeles se lo solicitaron para que, a partir del universo mental, se llevara adelante en Andrómeda ese Proyecto Divino que era el surgimiento de humanidades tan semejantes a la vuestra.

¿Por qué Andrómeda fue escogida y no otro lugar del universo? ¿Y por qué hoy Andrómeda sigue siendo el Centro Regente de este Universo Local?

Todo parte de un sentido divino y oculto que está dentro de la gran Ley del Misterio de Dios, en el cual el Pensamiento Divino fue el que, en otros tiempos, en tiempos muy antiguos, promovió el surgimiento de la vida en este universo.

Así como Dios pensó en Su Proyecto humano, pensó también en otros Proyectos que siguen evolucionando semejantes a este. Con otros grados de consciencia y de evolución, las diferentes criaturas del Padre viven sus aprendizajes y escuelas para alcanzar la experiencia de los grados de amor.

¿Pero qué hay dentro de este Proyecto de la humanidad que lo hace tan importante para el resto del universo? Lo que otros universos no tienen, como ustedes lo tienen, es la llamada Esencia Divina, que los hace dignos en el Padre e hijos de Él. Eso es lo que permite que ustedes hoy estén aquí, a pesar de los errores.

En Andrómeda el propósito era muy grande; el desafío podría ser imposible, pero no podía tener fallas.

En aquel tiempo, la evolución de la consciencia era diferente. Antes de que se decidiera que existiera una humanidad como esta, que está en la superficie, solo el Padre sabía lo que iba a suceder. Por eso, Él creó las Leyes, primero en el Universo Mental, para que se cumplieran Sus pedidos y se realizaran Sus aspiraciones de tener criaturas semejantes a ustedes, que aprendieran a reconocerlo y a amarlo como Fuente Divina, como Esencia de Amor, como Poder Supremo.

Hasta ese momento, en Andrómeda todo estaba en curso. El Plan estaba pronto para ser llevado adelante.

Así fue que los Hellel, en una fuente de Luz semejante a la Fuente Única, dentro de la gran estrella de Andrómeda, crearon a los primeros representantes que llevarían adelante esta y otra humanidad.

Era necesario que hubiera intermediarios en este Proyecto no solo para acompañarlo y guiarlo, sino para que la primera humanidad que surgiera en la Tierra a través de Adán y Eva, pudiera seguir las directrices divinas que fueron encomendadas por los Hellel a esas consciencias superiores, que eran intermediarias entre el Cielo y la Tierra, entre su humanidad y el Universo Mental.

En ese tiempo, la primera experiencia de amor fue llevada adelante. No estaba en la Mente de Dios descender a la Tierra como el Cristo, para redimir a la humanidad. Pero el Proyecto se desvirtuó, no siguió el camino correcto por la elección de los hombres y mujeres de aquel tiempo.

Pero había algo en todo eso que no se podía perder, era la esencia del Propósito que había sido pedido y solicitado por el Padre a los Arcángeles, y los Arcángeles a los Hellel.

Desde que fue establecido el Proyecto en Andrómeda y partió desde allí hacia otras partes del universo, las humanidades, en sus diferentes escuelas y enseñanzas, debían mantener viva su esencia divina para comprender, en su evolución, al Proyecto de Dios y entender que la vida había sido creada para adorar a Dios, para amarlo y reverenciarlo, así como Él los ama, los reverencia y los adora como parte de Su Paternidad.

Hasta ese momento, Andrómeda consiguió desarrollar lo que el Padre necesitaba. Los Resplandecientes llegaron para instalarse por un tiempo determinado. Fue el gran momento de manifestar el pedido de Dios, en el que las primeras trece humanidades debían existir en el universo material, siendo que una de las trece humanidades tendría el don de la conexión divina y del contacto angélico. Y esa humanidad es la vuestra.

¿Ahora comprenden la importancia de que este proyecto dé resultado?

La llave maestra para superar la dualidad es el Amor. El Amor no puede ser destruido por el adversario, así como él intentó destruir el proyecto muchas veces, tentando a Adán y Eva al gran desvío de todos los tiempos, con el fin de que no se cumpliera lo que Dios necesitaba.

Pero la aspiración de Dios no fue impedida. Muchas consciencias del universo llegaron a la Tierra para socorrer a la humanidad, porque lo que había sucedido en Andrómeda había sido muy importante.

Un cónclave espiritual fue realizado en aquellos tiempos, cuando aún no existía la consciencia humana ni siquiera la elaboración de la primera parte del Proyecto, porque era solo una aspiración del Universo Mental para después ser una realidad en el Universo Material.

¿Por qué el Proyecto de Andrómeda no se completó en la Tierra, con toda la asistencia que le fue concedido? ¿Por qué las consciencias superiores no consiguieron cumplir lo que les pidieron los Hellel?

Tienen que tener consciencia, compañeros, de que un Padre Creador había fallado y que fue absorbido por su desobediencia.

A partir de allí todo cambió. El Padre Eterno, por un momento, estuvo ante una incógnita. ¿Qué sería de la Creación si Su Proyecto no se cumpliera como Su Consciencia Única lo había determinado? ¿Cuál fue la razón de desobedecer a Su Ley y a Su mandato, y de no haber comprendido que el centro de Su Poder es el Amor y no la autoridad?

El errado Padre Creador no pudo ver más allá de los hechos. Por eso negó al Padre Eterno y todo cambió. A partir de allí la evolución fue dividida por el primer error de Adán y Eva. La manzana de la tentación los abrazó y el Proyecto genético cambió de la noche a la mañana.

Salieron de la inmortalidad e ingresaron a la mortalidad. Sucedió algo inesperado, el hombre y la mujer de la Tierra despertaron a la vejez, algo que no estaba previsto porque Dios había pensado en una humanidad eterna e inmortal.

Después de veintiséis mil años de haber surgido el primer Proyecto en la humanidad con Adán y Eva, llegó Abraham, que fue el primer y gran patriarca, que tuvo que enfrentar el momento más duro de su vida, llevar a su pueblo a vivir en la Ley y no en la desobediencia.

Abraham lo consiguió, pero Él tuvo que sufrir mucho porque Dios le pedía todo, sabiendo que de Su descendencia después nacería el Cristo.

Por eso, lo que sucediera con Abraham y su pueblo era determinante. Ese fue el gran momento de corregir el Proyecto humano y de aprender a vivir correctamente las Leyes.

A partir de allí, el Padre Eterno vio que la humanidad nunca más podría estar desorientada, y que el rumbo de la humanidad dependería del cumplimiento de Su Voluntad y de Su Ley. Y eso ha sido así hasta los días de hoy por la intervención de los Sagrados Corazones, porque como parte de Dios conocemos su historia y somos parte de esta humanidad.

Mi Madre y Yo encarnamos para que hasta la materia viviera el proceso de redención y pudiéramos hacer cumplir lo que los Hellel habían determinado. Por eso, tuve que morir en la Cruz, ser negado y repudiado, humillado y flagelado para que el Proyecto humano fuera salvo y, en esta última oportunidad, a través de la Presencia de Cristo en la Tierra, se pudiera cumplir la aspiración de Dios, que Su Amor fuera parte de Sus criaturas para siempre.

Y así, Dios Me ha pedido servirme de Sus criaturas, de Sus hijos, a lo largo de los tiempos y de las generaciones, para que todas las almas posibles alcancen a vivir la vida crística, aun en los momentos culminantes, aun en los ciclos determinantes, hasta que se cumpla la Voluntad de Dios.

Aún la aspiración de los Resplandecientes está por ser realizada. Ese momento definitivo llegará con el Retorno de Cristo, cuando todo esté por cumplirse, cuando las profecías se manifiesten y la humanidad tome consciencia, en la última hora, de estos acontecimientos.

Es así que el Libro Sagrado de los Hellel aún está incompleto. Es la historia de sus vidas que lo completará. Es el valor que, por el precio de Mi Sangre, todos ustedes le puedan dar, para que ese Libro termine de ser escrito por las propias manos de los Resplandecientes.

Su vida y la vida de cada ser de este planeta debería estar escrita en ese Libro Sagrado, como testimonio del cumplimiento de la Voluntad de Dios, así como está la Vida de su Señor escrita en el Libro de los Resplandecientes.

En este séptimo día les dejo esta revelación para que comprendan y sientan lo que el Padre está sintiendo y viviendo, que este momento es culminante y no habrá otro. Por eso, Él Me envía como Su Mensajero, para que no solo en Mi Misericordia vivan estas cosas, sino también las cumplan, así como está previsto.

Hoy su parte humana está ante la Verdad de Dios, para que cada día más se vuelva consciente y responsable, porque estamos ante el último gran tiempo, el tiempo de la llegada, del Retorno del Hijo de Dios.

Que Dios los haga humildes para escuchar Su Mensaje y Su Palabra, para ir más allá de sí mismos y cumplir Su Voluntad.

A través de la Gracia del Sacramento de la Eucaristía, comulguemos de este misterio y de esta verdad de Dios, para que la humanidad pueda dar una respuesta ante el Proyecto no finalizado.

Celebremos.

Nos colocamos en primera persona delante de Nuestro Señor Jesucristo, para recibir Su bendición y Su Gracia Divina. Nos unimos de corazón a esta oración por todos los sacerdotes:

Señor, 
que mi espíritu sea purificado
en este momento,
para que yo pueda participar
de Tus misterios insondables de Amor.

Señor,
que mi alma sea purificada
en este momento,
para que yo pueda ser merecedor
 de todas Tus Gracias. 

Señor,
que mi mente sea purificada
en este momento,
para que mi consciencia esté unida
 a la Divina Mente de Dios, y así,
pueda tener la Gracia de cumplir, amorosamente,
con este santo sacramento.

Señor,
que mi corazón sea purificado
en este momento,
para que mis sentimientos estén unidos
a Tu purísimo sentimiento
de Amor por la humanidad.

Señor,
que mis manos sean purificadas
en este momento,
para que sea digno de participar
de la celebración y de la consagración
de Tu Cuerpo y de Tu Sangre.
Purifica mis manos de todo
lo impuro e incorrecto que he hecho,
para que sea bendecido
al poder tocar Tu glorioso Cuerpo.

Señor,
que mis ojos sean purificados
en este momento,
de todo lo que miro fuera de la Ley,
para que, durante la celebración,
siempre mi mirada esté fija solo en Ti.

Señor,
que mi boca sea purificada
en este momento,
de las palabras, dichos o juicios
que yo haya pronunciado contra el Amor de Dios,
para que todo lo que diga, a partir de ahora,
sea la Santa Palabra de Tu Evangelio,
bajo la Gracia del Espíritu Santo.

Señor,
que mis oídos sean purificados
en este momento,
de todo lo que yo haya escuchado,
para que a partir de ahora
solo escuche Tus Palabras,
y practique, como sacerdote,
todas Tus enseñanzas.

Señor,
vacíame en este momento,
para que no sea mi persona la que actúe,
sino la fuerza y el poder de Tu Espíritu,
el que realizará milagros y prodigios
en esta Santa Eucaristía.

Amén.

Celebremos el misterio del Amor de Cristo presente en la Eucaristía y; ante la Presenciade Nuestro Señor; de los Resplandecientes, los Hellel; y de nuestro Padre Creador; no solo ofrezcamos este Sacramento como rendición de la condición humana, sino también ofrezcamos nuestras almas y corazones como testimonios y acción de Gracias por todo el Amor de Cristo recibido a través de los tiempos.

Por eso, antes de Cristo haber sido entregado, Él tomó el pan, lo elevó dando gracias al Padre para que fuera bendecido como Su Glorioso Cuerpo, para que fuera transubstanciado por los ángeles del universo, como justificación y perdón de los errores humanos. Enseguida lo partió y lo ofreció a Sus compañeros, diciéndoles: "Tomen y coman porque este es Mi Cuerpo que será entregado por los hombres para el perdón de los pecados".

Te alabamos, Señor, y Te bendecimos. 
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos. 
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos. 
Amén.

Enseguida Él tomó el Cáliz y se lo ofreció al Padre por la redención de la humanidad, para que fuera convertido en Su Sangre. El Cáliz fue bendecido y la oración del Hijo fue escuchada por nuestro Padre Creador. Enseguida Él se lo ofreció a Sus compañeros, diciéndoles: "Tomen y beban, porque este es el Cáliz de Mi Sangre, Sangre de la nueva y eterna Alianza, que será derramada por su Señor para la remisión de todas las faltas. Hagan esto en Memoria Mía".

Te alabamos, Señor, y Te bendecimos. 
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos. 
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos. 
Amén.

Padre Nuestro (en español e inglés).

Que la Paz, el Amor y la Luz de Cristo desciendan al planeta.

Señor, 
yo no soy digno de que entres en mi casa, 
pero una Palabra Tuya bastará para sanarme. 
Amén.

Padre Celestial que a todos conduces, 
acepta nuestra oferta de entrega a Ti. 
Guíanos por el camino del Amor 
para que Tu Voluntad sea hecha. 
Amén.

El Plan de Salvación de Cristo está aconteciendo y esa es la esencia de Mi venida aquí como Mensajero de Dios, como Hijo del Padre, para que todos sean rescatados por Mi Amor.

Les agradezco escuchar en este momento la alabanza “Rescatados por Tu Amor”, para que entiendan la esencia del mensaje que hoy fue entregado, porque todo siempre partirá del Amor y el Amor les traerá la Gracia.

Yo los bendigo.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

¡Gracias Señor, por cuánto nos das!

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN EL SEXTO DÍA DE LA SAGRADA SEMANA, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Nos ponemos de pie para recibirlo.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Hoy Mi Iglesia Celestial los aproximará a la Fuente Primordial, porque la humanidad aún deberá seguir comprendiendo cuál es la razón y el motivo de ustedes estar aquí, así como la existencia del universo material.

A través del portal de Mi Iglesia Celestial, que sus almas ingresen a este momento, colocándose ante la Fuente Inmaterial que se muestra por medio de los portales del universo.

Síganme en consciencia hacia el lugar al que hoy los quiero llevar, para que una vez más sus almas y las almas de sus hermanos sean partícipes de los códigos de vida, así como su Maestro y Señor fue partícipe de la Vida del Padre en Sí mismo.

Hoy la consciencia del mundo es colocada ante Elohim, un Nombre de revelación y de fuerza, de determinación y de concreción de la Voluntad en toda la Creación. Santo es el Nombre de Elohim para todo el universo. Santas son Sus formas y matrices geométricas que no solo regeneran la vida, la existencia, sino también toda la Creación.

Preparen su mundo interior para este momento, colocándose en el ejercicio del vacío, para que puedan escuchar más allá de las palabras, para que puedan comprender más allá de la mente, para que sean compenetrados por la Luz del Espíritu, aquel Espíritu reverberante y eterno que es el Elohim mismo.

Sus manos en señal de disposición, en el vacío y en la apertura.

Volvamos, en este momento, el escenario azul, para que la melodía y el color azul impregnen la materia física de sus seres humanos.

Cierren sus ojos por un momento y escuchen, más allá de la Palabra, el sentido vibratorio del Mensaje del Señor.

Y ahora con sus almas ante la Fuente Primordial, en compañía de los Padres Creadores, los Elohim, contemplaremos el misterio de la Creación en su forma divina.

En aquel tiempo, cuando nada parecería tener una forma concreta, surgió el Principio, regido por el Amor de Dios. El Principio tenía un fin, un propósito, depositado en la Mente de los Padres Creadores.

Dios mismo bendijo a los Arcángeles para esa misión, la cual llevarían adelante en la Creación. Pero Ellos no sabían toda la Voluntad de Dios. Solo conocían una parte del misterio, porque en el principio, la Voluntad del Padre era un misterio mismo, no podría ser comprendida por el universo mental.

Pero hay algo que Dios depositó en los seres angélicos, que fue la obediencia, para que la pudieran cumplir y así llevarla adelante en absoluta resignación y entrega a la Voluntad del Padre.

Ahora ustedes, seres de la superficie de la Tierra, esencias de la Divina Fuente Suprema, colóquense al igual que los Padres Creadores, en ese momento y en ese tiempo y, más allá de los errores de la humanidad a lo largo de los tiempos, comprendan el sentido oculto de la Voluntad de Dios, impregnada por la fórmula de la Sabiduría.

Veamos a Dios en Su Trono, en la Fuente Primordial y ante los Padres Creadores, llamándolos uno a uno a servirlo.

Entre el Padre y los Arcángeles, contemplen un profundo lago de luz azul. Allí fue en donde comenzó todo. No solo por Su Pensamiento Divino, sino fundamentalmente a través de un sentimiento profundo, que surgió de las entrañas más profundas de Dios.

Dios, aún es un misterio para muchos, pero Él ya mostró Su Poder en la Creación y en esta humanidad, a través de los cristificados.

Delante de la necesidad del cumplimiento de la Voluntad Divina en este tiempo, y de la recuperación del Propósito en toda la raza humana, así como lo fue pensado en el principio de la Fuente Primordial, una nueva generación de consciencias cristificadas surgirá. Pero no existirá una forma de poder comprenderlo ni siquiera de sentirlo. Será algo que vendrá directamente de la Fuente para los corazones que serán llamados a vivir ese proceso espiritual.

Es algo que llegará más allá de la imperfección, de los errores, de la materia. El camino de la cristificación surgirá en consciencias desconocidas, en personas inimaginables, en almas que están esperando desde el origen de la Tierra por este momento, en colaboración con el Plan de Mi Retorno al mundo.

Las verdaderas transformaciones de la raza humana en este tiempo surgirán desde adentro de los seres, para que después esa transformación se dé en la vida material.

Así como las grandes Jerarquías del universo fueron llamadas por Mí mismo para meditar y reflexionar, hoy ustedes son conscientes de este momento que los Arcángeles están viviendo Conmigo a pedido del Padre Celestial. Es como detener el tiempo y el espacio por un momento. Es paralizar en el universo material los errores y los traumas, especialmente de esta raza de superficie, que debe comprender que este momento de inflexión en el cual se encuentra, es el más importante. Será en el que se dará la última oportunidad.

Por eso, ¿son conscientes de esto?, para que su vida material y sus mentes comprendan más allá de las formas lo que Dios está pensando no solo por ustedes, sino también por toda la Creación.

En este acontecimiento que se da en el universo espiritual, la Sagrada Arca de la Santa Alianza es la intermediaria para que la mayor cantidad de almas posibles en la Tierra reciban este impulso. Y por más que simbólicamente no sea comprendido ni entendido, lo más importante en este momento es la apertura de corazón, para que sean partícipes del advenimiento de la Nueva Humanidad que llegará después de la actual.

Mientras estoy aquí con ustedes, también debo atender atentamente los pedidos de Mi Padre, para que siempre se cumpla Su Voluntad, aunque los propios Arcángeles aún no la conozcan profundamente.

Desde el origen de la Tierra, las grandes consciencias angélicas, los Elohim, aprendieron de esta humanidad y de la evolución de este planeta, de sus aciertos y de sus errores, de sus victorias y de sus fracasos. Y más aún aprendieron de la elección de la humanidad a lo largo de los tiempos y de toda la alteración que fue realizada en el proyecto genético humano.

Ustedes no podrían existir en este momento si Dios no lo hubiera deseado. ¿Cómo sería posible vivir sin Su Voluntad, cuando Su Voluntad es el centro de la vida del universo? Porque de Su Voluntad parten Sus más profundas aspiraciones de ver a Sus criaturas en la felicidad eterna y en el cumplimiento de Su Divino Propósito, regido por el Sagrado Rayo Azul.

Ahora, ese gran lago de luz azul del universo espiritual es la propia Consciencia de Elohim. De allí partió Su deseo ardiente y allí nació Su primera Voluntad.

Dios es una Ciencia y un Poder desconocido, por eso Él tiene tantos Nombres Sagrados para que sea comprendido.

Pero alguna vez se preguntaron, ¿qué hay más allá de Dios?, ¿qué hay más allá de la Santísima Trinidad? La Sagrada Vida del plano espiritual, ¿solo termina en el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo?

Amplíen aún más su consciencia y a través de Mis Palabras capten los impulsos que les estoy enviando.

La vida material no es lo más importante, aunque sea parte de la evolución de sus vidas. Pero es tiempo de que, antes de Mi Retorno, las almas comprendan el sentido de la Presencia de Dios, no solo por Su Nombre, sino por lo que Él es más allá de la vida del espíritu.

Las religiones tal vez no comprenderán lo que les estoy diciendo, pero si Yo no dijera esto, no sería Voluntad de Dios. Si Él envía a Su Hijo al mundo para prepararlos, ¿qué es lo que en verdad está sucediendo en este momento? ¿Por qué la humanidad enfrenta los primeros pasos de su Armagedón? ¿Será el sufrimiento el único aprendizaje? ¡No!, no lo es.

Cuanto más las consciencias se eleven, menores serán los sufrimientos y las deudas a enmendar. Quiero que aprendan como Yo aprendí, a ingresar en la Ley Divina. Yo les di una primera Ley para que la pudieran vivir, que es la Ley del Amor. Cuanto más se amen los unos a los otros, no solo estarán más cerca de Mí, sino también de Mi Padre.

Él necesita que, después de Mi Pasión, se cumpla lo que tanto ha deseado, que despierten los Cristos internos, que concreten la llegada del Reino de Dios en la fe, en el amor y en la confianza de los corazones. Pero primero deben amar lo que les pido, para poder participar.

No intenten comprenderlo, sino intenten aceptarlo. Por esa razón, los Padres Creadores hoy están ante la Consciencia del propio Elohim, para que desde el principio eterno surja una nueva intervención y oportunidad para todas las almas que lo acepten.

Por eso, Mi Iglesia Celestial se ofreció para ser la intermediaria en este acontecimiento y no solo hacerles revivir Mi Amor, sino también amar la Sabiduría Divina que proviene de la Fuente Suprema.

Hoy, los Padres Creadores meditan cómo llevarán adelante esa intervención en la humanidad, de una manera semejante a como Ellos lo hicieron en el pasado, con el pueblo de Israel.

Pero en este tiempo, la necesidad es muy grande para poder atender y corresponder. Se les ha encomendado a los Arcángeles esta misión. Que a través de la Fuente Azul de Elohim, la humanidad sea ayudada para que, al menos, una minoría sea el pueblo que cumpla con la Voluntad de Dios, así como los patriarcas la cumplieron.

Eso traerá la cura de la humanidad y la concientización en el proceso de redención humana. Y aunque todos estén ante el misterio de intentar comprender lo que Dios necesita en este momento, sepan que los Padres Creadores, los Arcángeles, inspirarán a diferentes pueblos en el mundo para que despierten a este llamado y cumplan la Voluntad Eterna, la que proviene del Padre directamente para cada una de las almas.

No solo la Pasión del Señor es ofrecida para que esto sea posible, sino también las oraciones, los sacrificios, las adoraciones y las obras de caridad que se realizan en el mundo entero a través de los seres de buena voluntad y, en este momento y ante esta crisis del mundo, permiten una Gracia extraordinaria y expiatoria, especialmente para aquellos que no la merecerían.

Las nuevas Tablas de la Ley serán entregadas a las Tribus de Israel, hoy extendidas por toda la Tierra. Los Padres Creadores encomendarán ese ejercicio para que en el alma de cada ser sea reconocida y sentida la Voluntad del Padre, que Él ha determinado después del último 8 de agosto. Eso significa que no solo ustedes son conscientes de esto, todo el universo es consciente de esto.

¿Entienden lo que les digo? No es un momento más. No es un ciclo más. Es un tiempo definitivo, pero también culminante no solo para su raza, sino también para todos los que la rodean en el universo, porque el único propósito y meta es la realización y el cumplimiento de la Voluntad, que traerá revelaciones, conocimientos y hechos.

San José ha sido encomendado por el Padre Eterno para ser el gran intercesor entre las almas y Dios desde el universo espiritual, para que las almas reconozcan lo que el Padre necesita en este momento para el planeta. Él será el Mensajero de los planos internos, no solo en la conversión del corazón humano, sino también en el despertar de este gran y último llamado.

Hoy permanezcan en la consciencia de lo que sucede en la Fuente Primordial. Y aunque el mensaje sea simbólico, ámenlo, así como Yo los amo a ustedes para que se animen y se arriesguen a vivir Mi Voluntad, porque todo lo que unen en el Cielo será unido en la Tierra, y todo lo que desaten en la Tierra será desatado en el Cielo.

Las sagradas matrices de la Creación son depositadas en las manos de los Padres Creadores para que, como en el principio de la nada, cuando no existía forma ni vida, Ellos vuelvan a contemplar y a meditar en el Llamado de Dios, de Elohim. 

En el Huerto Getsemaní Me fue revelado este misterio. Nunca podría haber retrocedido ni tampoco haberme negado a sufrir por ustedes, porque Mi propio corazón humano, al igual que el de ustedes, tenía miedo. Mis células tenían miedo por lo que vivirían, ante una gran injusticia y crueldad. Su propio Maestro se vio en Su persona humana.

A pesar de los errores, de las tribulaciones y de los asedios en el Huerto Getsemaní, Mi Corazón, al igual que el de ustedes, fue llevado a la paz para sentir confianza, coraje y valentía de vivir algo tan grande.

Yo confiaba, en ese momento, que ustedes harían cosas más grandes que las que Yo hice.

A pesar del abandono de Mis apóstoles, de la incertidumbre de Mis compañeros, no podía dejar de cumplir la Voluntad de Dios. Y cuando fui crucificado, en las Manos y en los Pies, Dios, en esa hora, Me pidió que Me superara; y lo profundo de Mi Espíritu en ese momento gritó: ¡Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen! Pero eso no solo fue por ese momento, sino por todo lo que sucedería después, hasta este presente.

Mi Espíritu sintió el impacto de la Cruz, pero también sintió el Amor de la Fuente, por la renovación del proyecto humano y la redención.

Mi Santa Madre no quedó atrás. Después de haber conocido este misterio del ofrecimiento del Espíritu de Cristo, en justificación de los errores humanos hasta los tiempos de hoy, Ella también se ofreció, colocando Su cabeza en el suelo de lo alto del Monte Calvario, para que Su vida y Su Corazón fueran traspasados por el dolor de Cristo, en reparación de todo el género humano.

Hoy Yo les pido que hagan lo mismo, más allá de la vida imperfecta, de las caídas, más allá de toda incomprensión, para que siempre le digan al Padre: “Señor, lo hago por Ti, por Tu Voluntad, por Tu Propósito, por Tu ardiente aspiración, por Tu Amor”.

Lleven las manos al corazón y agradezcan.

Ante la mirada reflexiva de Jesús, vamos a ofrecer esta Comunión para que las aspiraciones del Padre se cumplan en todos los corazones posibles.

Cuando Jesús estaba reunido con Sus apóstoles, momentos antes de Su Pasión, comprendiendo el Propósito de Dios más allá de la vida material para que nosotros, algún día, también lo comprendiéramos, Él tomó el pan, lo ofreció al Padre, agradeció y pidió que fuera transubstanciado en Su Cuerpo. Enseguida lo partió y se lo dio a Sus apóstoles, diciéndoles: “Tomen y coman, porque este es Mi Cuerpo que será entregado por los hombres para el perdón de los pecados”.

Te alabamos, Señor, y Te bendecimos,
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos,
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Amén.

Enseguida Él tomó el Cáliz, elevándolo agradeció para que también fuera bendecido y transubstanciado en Su Sangre. Se lo pasó a Sus compañeros, diciéndoles: “Tomen y beban, porque este es el Cáliz de Mi Sangre, Sangre de la eterna y nueva Alianza, Sangre que será derramada por su Señor para la remisión de todas las faltas. Hagan esto en memoria Mía”.

Te alabamos, Señor, y Te bendecimos,
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos,
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Amén.

El Cuerpo y la Sangre de Nuestro Señor Jesucristo.

Bienaventurados los puros de corazón, porque estarán en el Reino de los Cielos.

Padre Nuestro (en español e inglés).

Que la Paz de Cristo descienda a la Tierra.

Señor,
yo no soy digno de que entres en mi casa,
pero una Palabra Tuya bastará para sanarme. 
Amén.

Recojan del Cielo esta revelación de la Fuente Primordial de Elohim, para comprender que es posible la transformación del corazón humano en la vivencia absoluta de la vida crística.

Hoy entonarán para Mí una canción que resuena en la vida de cada ser humano de este planeta y que hace comprender el misterio de la entrega de amor. Yo llevaré esta canción, tan simple y sencilla, al Padre en Mi Corazón, como testimonio de que es posible la redención en estos tiempos definitivos, en donde las llamas de la fe, del amor y de la confianza, siempre deberán ser renovadas para que se cumpla Su Voluntad.

Vamos a escuchar a pedido de Cristo: “Eso que soy, eso Te doy”, y después de esta canción cerraremos el encuentro de este día y nos recogeremos para meditar y reflexionar lo que el Señor hoy nos ha revelado.

Yo les doy Mi Paz, porque Mi Paz es inmutable. Mi Paz es transformadora. Mi Paz es curadora. Mi Paz trae la renovación.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN EL QUINTO DÍA DE LA SAGRADA SEMANA, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Vamos a entonar “Fuente Primordial” por algunas veces y vamos a acompañar a Cristo en Su tarea de liberación del planeta.

Nos ponemos de pie.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

El origen de la Tierra fue modificado desde el principio. El Propósito Divino no llegó a cumplirse y muchos de ustedes ya saben cuál fue la razón.

Hoy no vengo a recordarles el error, sino las causas, algo que aún deberá ser corregido por la propia redención del ser humano, para que recupere su filiación con la Fuente y viva la Voluntad de Dios.

Aún la corrección del Propósito Divino no sucedió. La humanidad ha vivido muchas experiencias a lo largo de los tiempos y aún no se ha redimido. Por esa razón, Yo deberé volver a la Tierra para terminar de realizar y de concretar lo que falta.

Si Yo no hubiera venido, hace más de dos mil años atrás, el planeta no estaría dentro de este sistema solar. La desgarradora injusticia de la humanidad en aquel tiempo era muy grande y, aun con la Sangre que fue vertida hasta lo alto de la Cruz, el ser humano se ha seguido equivocando.

Ahora, la situación en este tiempo comparada con la de ayer es muy diferente. Los acontecimientos se han agravado y han perjudicado la propia espiritualidad del ser humano. La expansión de la consciencia que promete el Universo llegará a la Tierra para ingresar en el interior del ser humano, descristalizar sus resistencias y a través de un gran golpe de Luz que surgirá de la Fuente Divina, a través del Sol Central de la Galaxia, gran parte de la humanidad tendrá la chance de despertar.

Los acontecimientos de estos días son un preámbulo para llevar a la humanidad a la recuperación de su origen y de su propósito.

Es así, que la humanidad tendrá una oportunidad única y podría recuperar el lugar que perdió cuando Adán y Eva cometieron los primeros errores y salieron del Edén. La propia dualidad que hoy viven muchos de ustedes, originaria del tiempo del Génesis, es la que cada uno deberá aprender a vencer y hacerlo.

Eso traerá para la consciencia una posibilidad importante no solo material, sino también espiritual, de que el hombre de la superficie de la Tierra genéticamente recupere su lugar, aquel arquetipo o diseño de Dios que fue pensado para ser aplicado en esta humanidad, en esta raza, y que fue modificado por la perversión y la desobediencia.

La humanidad, en este momento, no sabe lo que internamente sucederá. Antes de que la Justicia Divina modifique el universo, sigan modificando sus actitudes y hábitos, porque así no sentirán el impacto de la Ley en este tiempo.

La Madre Universal les ha hablado del arrepentimiento, de la penitencia. Son palabras, atributos que no pueden ser olvidados, no pueden escucharlos como si no comprendieran lo que eso significa. La Palabra de la Jerarquía llega en este tiempo con determinación.

Es necesario forjar la existencia del verdadero ser para que la ilusión se desvanezca de la consciencia humana. Ya no podrán pasar dos mil años más para que el ser humano pueda cambiar, no hay tiempo. Esta es la única oportunidad, una oportunidad tan semejante y única a la que recibió el pueblo de Israel con el nacimiento del Mesías.

Después de dos mil veinte años, la situación de la humanidad se agravó. La humanidad se alejó del Propósito y ella creyó, por sí misma, que estaba más allá de todo. Pero, en este tiempo, reconoció que no es así. Los hechos demuestran lo contrario y esto debe terminar.

La humanidad no puede seguir retrocediendo, no fue creada para ese fin. El retroceso es parte de la adversidad, la evolución es parte de la Fuente Divina, y en eso se ha concentrado la Jerarquía en estos días especiales, en los cuales decisiones importantes definirán los próximos pasos en la superficie de la Tierra.

Pero aquel que quiera forjar su sobrevivencia, no lo conseguirá. Es necesario esforzarse para estar en la Ley y cumplirla. El sufrimiento no es parte de la Creación ni de la vida. ¿Seguirán sufriendo cuando la ayuda del universo está aquí?

La humanidad debe comprender que no está sola y que la vida no termina aquí. El universo está en un gran dinamismo constante, todo forma parte de la vida, todo forma parte de la Creación. ¿Acaso eso no es de Dios?, siendo que Él fue Quien lo creó.

Despierten y no perecerán. La consciencia debe expandirse y alcanzar su propósito. Los espejismos y la ilusión ya no pueden someter a sus vidas. ¿Cuánto tiempo más esperarán para que el gran paso pueda ser dado?

Esperamos que la humanidad comprenda que hay que dar un gran paso y que de ese paso dependerán muchas otras situaciones que la humanidad ignora y desconoce. Esos pasos tienen que ser dados. No hay hacia dónde ir o dónde permanecer.

La consciencia será llevada a enfrentar la realidad. No ayudará su irritación o intolerancia. Sufrirán, solo sufrirán si se resisten al gran cambio de la consciencia.

La humanidad necesita estar preparada para Mi Retorno. Si no se prepara, ¿cómo Me reconocerán?¿Encarcelarán al Hijo de Dios por no poder crucificarlo nuevamente?

Él vendrá con la Gloria que el Padre le ha dado, con la gran revelación que fue vivida por algunos de los apóstoles en la Transfiguración. Con Él no solo vendrán los seres angélicos, sino también todo lo que está y vibra en el universo, llamado Hermandad.

No habrá forma ni movimiento que lo detenga, porque cuando el Retorno suceda, el universo temblará y el planeta ingresará en un tiempo en el cual nunca ha estado, el tiempo eterno del universo, en donde todo se sabe y se vive.

En este momento, toda preparación podría ser insuficiente. Por eso, la demanda en este tiempo es muy grande. Necesitarán ayudar a sus hermanos en el despertar. No podrán quedar paralizados cuando Yo retorne al mundo y el universo ingrese al planeta de una forma muy fuerte. No habrá quién no lo pueda ver, ese momento está escrito y deben recordarlo.

Por eso He venido, en estos últimos tiempos, preparándolos para que, cuando Yo retorne, no se sorprendan, porque podrán ver el verdadero Rostro del Hijo de Dios como nadie nunca lo ha visto, porque el Hijo vendrá desde la Fuente y a Sus Pies lo acompañará el universo, y la humanidad lo sabrá porque será una señal sin aviso.

Aquellos que nunca creyeron, creerán. Aquellos que Me negaron, se arrepentirán. Y aquellos que Me abandonaron, se golpearán el pecho y dirán: ¡Dios mío, Dios mío! Pero todo ya estará cumplido, porque las Gracias de Mi Fuente han sido inagotables.

Vengo a abrir los ojos de la consciencia. Vengo a hacerles sentir en el corazón la Verdad y esto va más allá de cualquier religión, porque la Fuente Divina es única y universal. Es la Fuente de todas las criaturas y consciencias, en todos los niveles de la Creación.

Esa Fuente Divina pertenece a cada ser, porque todos venimos de ella y el fin de esta experiencia en la Tierra, así como en el universo, es que ustedes retornen algún día a esa Fuente, para renovar la Creación con todo lo que aprendieron y vivieron.

No quiero que sientan temor a Mis Palabras, sino seriedad. La Voluntad de Dios actúa en este lugar y Su Poder se expresa a través de Mis Palabras, despertando a las células del ser humano para que alcancen la elevación y el despertar.

No quiero que más almas se sigan cegando, que pierdan el camino del espíritu, que pierdan la oportunidad de amar y de crecer interiormente.

Di Mi Vida por ustedes y aún la sigo dando, porque la humanidad no ha comprendido el Mensaje. Por eso, aún debo venir del Cielo para que las almas Me puedan escuchar y reconocer. Si Yo estuviera en Mi Iglesia de la Tierra, la humanidad no Me escucharía.

Muchos fueron los caminos que Mis compañeros decidieron tomar y se alejaron de Mí lentamente. En el centro de Mi Corazón divino y solar uno atodos los caminos para que las almas retornen a Mí y tengan vida eterna.

Pero Mi llegada al mundo, Mi Retorno, no está lejos. Piensen en eso, porque en el momento menos pensado Yo llegaré y ustedes deberán estar prontos para ir a Mi encuentro, así como Yo iré hacia los cinco continentes. Y la humanidad entera, a pesar de sus lenguas, Me comprenderá, porque hablaré en un solo idioma que aún nadie ha escuchado. Será el Espíritu de Dios el que les hará comprender Mi Mensaje, así como ahora comprenden Mis Palabras.

Deben ser celadores de Mi Legado, viviéndolo para que sus hermanos también aprendan a vivirlo.

Yo vengo del Cielo con el Propósito de Dios, porque queda poco tiempo para que la humanidad corrija sus caminos y enmiende sus errores, a fin de que no le falte Mi Misericordia. Eso es lo que espero, que no les falte Mi Misericordia.

Hoy entre Mis Manos tengo el gran Pergamino de Dios, que el Padre escribió para la humanidad, Su Deseo sublime y ardiente para cada uno de Sus hijos.

Este Pergamino fue presentado a los Arcángeles en el Génesis, para ser aplicado en la primera humanidad, en Adán y Eva.

Recen Conmigo por los tiempos que vendrán, para que este Propósito de Dios que está escrito, se cumpla en cada una de sus vidas conforme ÉL lo ha pensado, y Yo rezaré por ustedes para que lo puedan vivir.

Muchas almas negaron este Legado, almas con grandes tareas rechazaron este Propósito sin tener consciencia de lo que hacían. Pero Yo Me ocuparé de ellas y las colocaré en el lugar que les corresponda por su elección, porque ahora ya no tendrán el premio de los Cielos, sino la amorosa Justicia.

Pero ustedes seguirán rezando hasta antes de Mi Retorno al mundo, para que las almas puedan corresponder a Mi Llamado, que es el Llamado de Mi Padre a través de la Voz de Su Hijo, que espera hacer eco en los corazones.

Hoy, delante de la Voluntad escrita de Dios en el origen de esta Creación, vamos a ofrecer el Sacramento de la Eucaristía, para que a través del Cuerpo y de la Sangre de Cristo las almas tengan fuerza interior para vivir el Propósito.

Celebremos contemplando este misterio.

Vamos a contemplar a Cristo, aún presente en este lugar para el mundo entero, sosteniendo entre Sus Manos el Pergamino de Dios, la ardiente Voluntad del Creador para Sus hijos en el origen de la Creación.

Llevamos nuestras manos al corazón y nos unimos a Jesús Cristo, haciendo nuestro ofrecimiento en esta tarde de Misericordia y de consciencia. Y en nombre de la humanidad, vamos a agradecer que el Señor siempre nos lleva a la Verdad para que seamos guiados al Padre.

Ofrecemos nuestro corazón imperfecto y aspiramos a recibir la llegada de Cristo a la Tierra, en hermandad y en luz. 

Jesús, conociendo el Propósito de la Creación, en aquel tiempo, mientras estaba reunido con Sus compañeros, tomó el pan, lo elevó y ofreció todo Su Ser por cada uno de nosotros. Y le pidió al Padre que el pan que le era ofrecido fuera convertido en Su Cuerpo.

El Padre, lo escuchó y aceptó Su entrega.

Fue así que Jesús lo partió y lo ofreció a los apóstoles, diciéndoles: “Tomen y coman, este es Mi Cuerpo que será entregado por los hombres para el perdón de los pecados”.

Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Amén.

Y la forma de Luz entró en el alma de los apóstoles. Enseguida, Jesús tomó el Cáliz y lo elevó, pidiéndole al Padre que se convirtiera en Su preciosa Sangre, el Padre Lo escuchó. Enseguida, Jesús lo ofreció a los apóstoles en un acto de profundo Amor, diciéndoles: “Tomen y beban, porque este es el Cáliz de Mi Sangre, Sangre de la nueva y eterna Alianza, que será derramada por Su Señor para el perdón de todas las faltas. Hagan esto en memoria Mía”.

Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Amén.

El Cuerpo y la Sangre de Cristo.

Con todo nuestro corazón, en la Presencia viva de Nuestro Señor Jesucristo, ofrecemos la oración que Él nos enseñó:

Padre Nuestro (en español e inglés).

Que la Paz de Cristo descienda a la Tierra.

Señor, 
yo no soy digno de que entres en mi casa, 
pero una Palabra Tuya bastará para sanarme. 
Amén.

Padre Celestial, 
que a todos conduces,
acepta nuestra oferta de entrega a Ti.
Guíanos por el camino del amor,
para que Tu Voluntad sea hecha.
Amén.

Yo siempre les daré todo lo que Soy y todo lo que tengo, porque sé que lo necesitan para aprender a amar Mi misterio y vivir Mi Voluntad.

A pedido de Nuestro Señor, vamos a escuchar a través de los hermanos del Consejo, una intención que quieran dejar en el Corazón del Redentor por la humanidad. 

El Señor los escucha, uno por vez:

“Que se cumpla Tu Voluntad eternamente, Señor”.
“Que haya paz en los corazones, a pesar del sufrimiento”.
“Que podamos vivir la compasión y la unidad, y seamos un solo corazón y una sola alma, en Cristo”. 

 

“Padre, escucha a aquellos que Me sirven,
a aquellos que Me siguen, a aquellos que Me viven.
Padre, dulce Adonai, Suprema Voluntad, Eterna Esperanza,
sagrado alivio del sufrimiento,
escúchanos, para que se cumpla Tu Voluntad.
Padre, no mires los errores,
cree en todo aquello que Yo puedo hacer en Tus hijos,
porque Tu Amor, Tu Gracia y Tu Misericordia, siempre vencerán”.

Yo los bendigo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Para cerrar este encuentro y esta transmisión, llevando el impulso de Amor de Cristo en el corazón, vamos a escuchar una canción a Su pedido: “Retorna”.

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN EL CUARTO DÍA DE LA SAGRADA SEMANA, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

En la solemnidad de la consagración de nuevos adoradores, ante las puertas de la Iglesia Celestial, en la Presencia de Nuestro Señor Jesucristo y de Sus santos ángeles, vamos a escuchar "PaterNoster" y nos uniremos a esta procesión angélica que desciende del universo a la Tierra, junto al Santísimo del Altar.

Seguimos con instrumental.

Saludamos a Nuestro Señor Jesucristo, al Sagrado Corazón de Jesús, y reverenciamos Su Eucarístico Corazón en unión a todos los adoradores del mundo que imploran, en esta hora, por la Misericordia de Nuestro Señor para el mundo entero.

Hoy He preparado dentro de Mi Iglesia Celestial una ceremonia simple pero profunda, muy significativa para sus vidas en este momento crucial de la humanidad.

En este día, el centro de la celebración en Mi Iglesia Celestial es Mi Corazón Eucarístico, para que Él sea honrado y adorado, para que el Amor del Dios Vivo sea reconocido y aceptado por todas las almas de la Tierra, a fin de que a través de la Adoración alcancen el espíritu de la redención y la elevación de la consciencia.

La gran tarea de todos los adoradores del mundo recién ha comenzado. Desde el primer día que fue instituido el Corpus Christi hasta el presente, todo ha sido una preparación para este tiempo final.

Cada adorador se compromete a ser celador de Mis Reliquias espirituales, para que esas Sagradas Reliquias, que nacen del Corazón Eucarístico de Jesús estén disponibles para todas las almas, y los méritos de Mi Corazón Misericordioso puedan ser derramados en el mundo.

La Adoración que en este tiempo final podrán ofrecerme no solo los unirá a Mi Iglesia Celestial, no solo podrán seguir haciéndola en silencio para contemplar el silencio de su Señor, sino también podrán conocer muchos más misterios de Mi Corazón, que aún no fueron revelados al mundo.

La Adoración que pueden ofrecer Mis Adoradores, en este tiempo final, será muy significativa e importante para Mí, no solo por todo lo que ya ha dicho la Jerarquía a través de los tiempos, sino porque llegó el gran momento de que sus vidas sean el milagro eucarístico de la Adoración. Y eso no son solo palabras, serán hechos, será algo más que un testimonio y más que una experiencia o que un ejercicio espiritual, para que aprendan a sostener Conmigo el fin de los tiempos.

La Adoración es una Ley instituida espontáneamente en los primeros tiempos de la cristiandad por las almas devotas a Mi Corazón Misericordioso, por las primeras comunidades cristianas que comprendieron el sentido oculto de la Presencia de Cristo en la Tierra, hace más de dos mil años.

¿Comprenden lo que significa que una Ley Divina haya sido atraída desde la Fuente por las almas de la Tierra? Cuando las almas de la Tierra deben vivir la Ley, ¿qué es lo que permite ese milagro espiritual y profundamente interno? Es la Adoración, a través de los tiempos y de las generaciones.

Las almas que adoran en este tiempo ya adoraron en otros tiempos. A través de la coligación profunda con Mi Corazón no son solo celadores de los tesoros espirituales del Redentor, sino que a través de la Adoración su vida espiritual es convertida y redimida, perdonada y absuelta de los errores del pasado.

La Adoración, en este tiempo final, modifica la genética humana transubstanciándola y redimiéndola en cada ejercicio de Adoración.

La ciencia de la Tierra nunca podría explicar esto. Pero si las almas en los tiempos pasados fueron capaces de atraer hacia sí la Ley inmutable de la Adoración, ¿qué más podría suceder en este tiempo final si más almas se comprometen verdaderamente a adorar las reliquias de su Maestro y Señor por medio de la Eucaristía?

Por eso necesito que, en este tiempo final, sus vidas sean el propio milagro eucarístico a través de la Adoración.

Es algo más que estar en Adoración ante Mi Corazón Eucarístico, es aprender a penetrar el misterio del universo inmaterial que se presenta en la ciencia de la Eucaristía por medio de la intervención de las Leyes Divinas, las que permiten, por obra del Espíritu Santo, los milagros eucarísticos.

Las almas que hoy se consagrarán no solo estarán sellando un compromiso Conmigo, pendiente y definitivo, sino también lo estarán haciendo por todas las almas que no Me adoran y que no Me aman.

Hoy la Iglesia Celestial, a través de esta ceremonia especial para los Adoradores de Cristo, trabaja con la indiferencia de la humanidad, con la omisión a los Comandos del Cielo.

A través de la Adoración Yo los erguiré como el nuevo Árbol de la Vida, y sus vidas podrán expresar los Tesoros de Cristo, los frutos que provienen de los dones y de las virtudes, y su tarea de Adoración no será personal, será una tarea esencial de sus almas Conmigo, su compromiso Conmigo, su transparencia Conmigo.

Así Yo podré renovar todas las cosas, así como puedo renovar a todos los que llegan y, en cualquier nivel de consciencia, se colocan a Mis Pies para ser desgarrados por Mi Amor.

El próximo paso de cada una de sus vidas es dejarse desgarrar por Mi Amor, de adentro hacia afuera, para que todo sea removido, a fin de que la luz de los tesoros de su Maestro y Señor, presente en la Eucaristía, ingrese en sus consciencias para que aprendan a ser otras consciencias, y así vivan la Voluntad.

En la Iglesia Celestial la Adoración es permanente, es un estado eterno de consciencia que los ángeles veneran constantemente, a fin de dar tributo y honor a los méritos que alcanzó su Maestro y Señor por medio de Su dolorosa Pasión.

Aún el poder de la Eucaristía es desconocido para la humanidad, su poder llegará en el fin de estos tiempos como una gran señal visible en los cielos. Cuando su Maestro y Señor esté retornando no solo habrá señales en el cielo, sino en todos los Sagrarios de la Tierra que hayan sido correctamente adorados y reverenciados por las almas. Demostraré al mundo que Cristo no es una religión, es un estado de consciencia que pertenece a los hijos de Mi Padre, superando cualquier religiosidad o dogma.

En ese momento sus vidas, si hubieran adorado correctamente a su Maestro y Señor en la Eucaristía, podrán ser un sagrario mismo. Y así, en ese tiempo y en esa hora que se aproxima, se cumplirá la Ley.

En la Sagrada Eucaristía de la Iglesia Celestial y en todos los sagrarios de la Tierra, están los cinco Poderes de Cristo: la liberación, la transfiguración, la transubstanciación, la redención y la Misericordia.

En la Eucaristía está la síntesis de toda Mi Vida y experiencia con la humanidad, es el testimonio de la Presencia del Dios Vivo.

Ahora ya conocen Mis cinco Poderes, búsquenlos, contémplenlos, adórenlos y los alcanzarán.

Si las almas supieran lo que Yo les dejé a través de la institución de la Eucaristía, la humanidad ya sería otra, y ella ya no sería más deudora, sino merecedora de todas las Gracias del Cielo.

Por eso cada adorador repara las ofensas que recibe su Maestro, enmienda las acciones contrarias que son cometidas por la humanidad, para que la Gracia Suprema descienda y los corazones tengan una oportunidad.

Que el centro de sus vidas a partir de ahora sea este misterio.

Nunca habrá pregunta sin respuesta, todo está en la Adoración, dentro y fuera de la consciencia.

La Iglesia Celestial hoy ofrece la reparación de muchas almas por sus indiferencias, ultrajes y omisiones a la Santa Eucaristía, desde la vida religiosa hasta la vida común, y esto es posible, aunque desconocido, por el ofrecimiento de las almas adoradoras.

Pero antes de bendecir a los que se ofrecerán para sostener el planeta Conmigo hasta el fin de sus vidas, en esta solemnidad del Corazón Eucarístico de Jesús, a través de la Iglesia Celestial, bendeciremos junto con los ángeles del Cielo a las custodias que fueron traídas a este altar, para que ellas sirvan no solo de Adoración, sino de inspiración, de fortaleza y de cura para las almas.

Nos ponemos de pie.

Vamos acompañar esta bendición, en unión con nuestros Ángeles de la Guarda, entonando solemnemente: “Kodoish”.

Vamos a esperar que los ángeles ingresen para que indiquen el momento de la consagración.

Cantemos.

Inspiramos.

Volvemos al "PaterNoster".

Y ahora nuestros hermanos postulantes harán su ofrecimiento interior a Nuestro Señor, para consumar esta consagración en el silencio del corazón.

El Señor los escucha.

Recibimos esta Gracia haciendo la Señal de la Cruz.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Vamos a pedir a Nuestro Señor, para estos hermanos, la Gracia de la perseverancia en esta sagrada tarea de adorar el Corazón Eucarístico de Nuestro Señor, por la paz y el bien de la humanidad.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén (en portugués).

Pueden ir.

(Pasa el segundo grupo de postulantes).

Vamos a pedirle a Cristo para esta tarea, la Gracia de la perseverancia en ese sagrado ejercicio de Adoración de Su Cuerpo Eucarístico.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Pueden ir en paz.

Volvemos ahora al instrumental del principio para que realicemos esta consagración. Y así como las almas adoradoras se ofrecen a Nuestro Señor, en constante unión y amor con Él, vamos a pedir a través de la Iglesia Celestial, ante la Presencia de Nuestro Señor Jesucristo, que Su Corazón Eucarístico, la poderosa Custodia de Luz, pueda despertar e inspirar a las almas que aún no encontraron a Cristo, para que sientan Su Amor y Su Misericordia.

Nos ofrecemos, en esta hora, a la Iglesia Celestial, así como ofrecemos estos elementos del altar, para que una vez más sean bendecidos.

Vamos a colocarnos en el momento de la Última Cena, cuando Jesús enseñó a Sus apóstoles por medio de los elementos, lo que Él iría a vivir por nosotros hasta lo alto del Monte Calvario en la Cruz.

Fue así que Jesús, después de haber bendecido a Sus compañeros, tomó el pan, lo elevó y agradeció al Padre el sacrificio que Él viviría para que fuera transubstanciado en Su Cuerpo. Lo partió y lo ofreció a Sus compañeros diciendo: "Tomen y coman, porque este es Mi Cuerpo que será entregado para el perdón de los pecados".

Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Amén.
(en portugués)

La forma de Luz del Cuerpo Eucarístico de Cristo ingresó en Sus compañeros, así como hoy Él ingresará en nosotros para que comulguemos con Su Paz.

Enseguida, tomó el Cáliz y lo elevó agradeciendo para que fuera transubstanciado en Su Sangre. Luego, con una mirada de Amor y de Misericordia, lo ofreció a Sus apóstoles diciéndoles: "Tomen y beban, porque este es el Cáliz de Mi Sangre, Sangre de la eterna y nueva Alianza, que será derramada por su Redentor para el perdón de todas las faltas. Hagan esto en memoria Mía".

Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Amén.
(en portugués)

El Cuerpo y la Sangre de Cristo.

Que sean felices los que hoy se sirven de este Sacramento por la redención de la humanidad.

Padre Nuestro (en portugués y en inglés).

Que la Paz de Cristo descienda a la Tierra.

Señor, 
yo no soy digno de que entres en mi casa, 
pero una Palabra Tuya bastará para sanarme. 
Amén.

Santísima Trinidad, 
Padre, Hijo y Espíritu Santo, 
os adoro profundamente 
y os ofrezco el preciosísimo Cuerpo, Sangre,
Alma y Divinidad de Jesucristo, 
presente en todos los Sagrarios de la Tierra; 
 en reparación por los ultrajes,
sacrilegios e indiferencias con que Él es ofendido, 
y por los méritos infinitos de Su Santísimo Corazón 
y del Inmaculado Corazón de María, 
 os pido la conversión de los pobres pecadores. 
Amén.

Por algunos segundos adoremos el Sagrado y Eucarístico Corazón de Jesús, por la paz y la cura de la humanidad.

Padre Celestial, 
que a todos conduces, 
acepta nuestra oferta de entrega a Ti, 
guíanos por el camino del Amor 
para que Tu Voluntad sea hecha. 
 Amén.

Los bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Cerramos esta transmisión contemplando el Corazón de Cristo en nuestro interior.

Gracias a todos.

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN EL TERCER DÍA DE LA SAGRADA SEMANA, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Para recibir en este momento la perfección de la Iglesia Celestial de Nuestro Señor, a Su pedido nos ponemos de pie y vamos a entonar “Ha Rishon”, para recibir el impulso de la Consciencia de Emmanuel.

Canción: “Ha Rishon V´ha Acharon”.

Acojan en su interior la Presencia de Emmanuel, uno de los grandes aspectos de Dios, en Mi Iglesia Celestial. Es el Dios pensante y creador, el que ha gestado en Su Espíritu todo lo que existe en la Creación y en el Universo.

Su Universo Mental no solo es expansivo, sino también es infinito.

De Emmanuel emana el poder del Propósito, la concreción de la Sagrada Meta.

De Su Mente creadora nacen todas las formas que fortalecen la expresión de la Iglesia Celestial.

A través de Emmanuel encontramos el camino de la rectitud, del alineamiento y de la armonía.

Su Mente Creadora debe actuar en todo lo que existe y vive. Por eso, en Su Plan no existe el error ni la equivocación, geométrica y matemáticamente todo es perfecto. De allí nacen las formas sagradas, los llamados símbolos de la Creación, que han constituido la manifestación de los universos espiritual, mental y material.

Hoy, en la Iglesia Celestial de su Maestro y Señor, estamos ante la Fuente Creadora de Emmanuel, regida por el sagrado Rayo Azul, que expresa Su Mente infinita y pura.

De Emmanuel nacieron los Arcángeles. La Fuente original de los Padres Creadores está en Emmanuel, y a través de los Padres Creadores, de los Arcángeles, nacen los principios y los atributos de la Divinidad, especialmente para este universo material.

En su interior y en este momento, vean dentro de ustedes la gran Nebulosa creadora de Emmanuel, la poderosa Mente del Padre Eterno, que impulsó, desde el principio, la manifestación de la Voluntad.

Vean dentro de ustedes la sagrada Nebulosa de Emmanuel y retornen al origen del Origen, así como hoy los Padres Creadores, por medio de la Sagrada Iglesia Celestial, retornan al Origen junto a todas las almas buenas y bienaventuradas.

Es así que deben encontrar, en este momento, en el silencio del corazón como en la vida inmaterial, la esencia de su propósito, el motivo de su creación y de su existencia.

Mientras tanto el Padre los contempla, así como Él los contempló en Su Poderosa Mente Creadora antes de que ustedes tuvieran vida, antes de que fueran una esencia con un propósito creador.

En la Nebulosa de Emmanuel está el principio de sus seres, el origen de su surgimiento, el camino que los llevará de nuevo a Dios.

Dios hoy ha querido que supieran estas cosas, que tomaran consciencia de este misterio que va más allá de la vida material y hasta de la vida espiritual.

Pregúntense internamente: ¿quién soy yo?, mientras ven dentro de ustedes la Sagrada Nebulosa de Emmanuel.

¿Quién soy yo?

Y vean escrito dentro de ustedes el Sagrado Nombre de Emmanuel, el “Dios en Nosotros”, y así comprenderán que su vida no termina aquí, que esta vida es un pasaje y es una experiencia que los llevará algún día a encontrar la verdad, la verdad que está dentro de cada uno de ustedes, una verdad libre de apariencias, de errores, de traumas y de sufrimientos.

Dios desea ardientemente que recuerden su vida esencial, el Dios en nosotros, y así todo lo superarán, todo lo comprenderán y al fin penetrarán en el misterio de la Consciencia de Emmanuel, así como el Hijo de Dios vive en el misterio de Su Padre, así como el Padre vive en el misterio de Su Hijo.

Lo que brilla dentro de ustedes, bajo el Amor de Dios, es más fuerte que todo lo externo.

Vean sus vidas de otra forma, comprendan sus caminos a través de otros símbolos, porque el “Dios en Nosotros” está allí, esperando hasta el día de hoy que realicen Su aspiración.

Sigan vaciándose y despojándose de sí mismos para que puedan comprender y amar la revelación de este misterio, que llega a la consciencia de todo el planeta y de la humanidad.

Mientras Mi Iglesia emana este impulso para el mundo, los corazones pueden encontrar la verdad y la respuesta que tanto esperan para entender que la vida no termina aquí y que es regida por un Sagrado Propósito, que está escrito en sus esencias desde que surgieron de la Fuente.

En este tiempo crucial de la humanidad, los Padres Creadores retoman los principios de la Fuente para poder derramarlos y depositarlos en todas las esencias posibles a fin de generar el despertar. Si eso sucede y las almas comprenden el mensaje que viene del universo, no será necesario el fin del tiempo y el caos en la humanidad terminará, porque millones de almas estarán conscientes de su propósito y podrían enmendar sus errores bajo experiencias de amor y de redención.

La Fuente purísima de la Consciencia de Emmanuel se abre a través de la Iglesia Celestial para llegar al mundo e intentar corregir sus errores, bajo el impulso de la Divina Voluntad que traen los Padres Creadores.

Si los ofrecimientos siguieran siendo verdaderos, muchas puertas inciertas se cerrarán y las almas no padecerán, porque habrán encontrado el sentido de estar aquí en este planeta aprendiendo de lo que están viviendo y experimentando, de lo que están sintiendo, en unión perfecta con el Creador.

Pero Emmanuel no es la única manifestación creadora del Padre; ya saben algunos de Sus Sagrados Nombres y debe ser su aspiración conocer aún más el misterio de cada Nombre Sagrado, porque son vibraciones que emanan de la Fuente Suprema, bañando todo el universo espiritual, mental y material.

Pero eso no termina allí, los Nombres de Dios son grandes llaves de acceso a la Consciencia Suprema y al reencuentro con la Fuente que los generó y que los emanó.

Emmanuel es el Gran Poder Restaurador del Universo. Durante los tres días en el sepulcro, el poder de la Luz de Emmanuel restauró al Sagrado Hijo y lo llevó a la Resurrección. Si las almas conocieran aún más ese poder no se perderían, porque quien adora al Dios que está en los Cielos, adora a toda la Creación y a toda su manifestación en los planos de consciencia.

Hoy están ante esta Nebulosa de la Luz de Emmanuel, para que la vida de la humanidad sea restaurada y la cura sea alcanzada en este momento del planeta.

Muchas de las esencias caídas retornan a la Fuente Primordial por intercesión de los Padres Creadores, para recuperar los principios que perdieron y los atributos que abandonaron desde que surgieron de la Fuente, y esto es posible por el descenso de la Iglesia Celestial y por este espacio físico ofrecido a su Maestro.

Hoy se da la unión interna entre el universo material, mental y espiritual; y las almas de la Tierra llevan consigo un gran impulso que proviene de Emmanuel.

Ahora, colocando sus manos en señal de agradecimiento y de recepción, encendamos dentro de cada ser la esencia del Propósito, entonando el Nombre sagrado de Emmanuel.

Podemos comenzar.Todos dentro de la Nebulosa azul de Emmanuel.

Cántico: Emmanuel.

Llevamos las manos al corazón y agradecemos. Agradecemos a nuestro Padre Creador.

Vamos a celebrar esta Eucaristía ante la Consciencia de Emmanuel y de Cristo. Vamos a pedirle a Nuestro Señor que nos haga merecedores de este momento para que podamos participar de los misterios de Amor de Cristo, reviviendo Su dolorosa Pasión.

Vamos a ofrecer en este momento una oración por todos los sacerdotes del mundo, para que el Señor siempre nos conceda la Gracia de representarlo en la superficie de la Tierra como Sus compañeros y apóstoles, para que también la consciencia sacerdotal sea restaurada en la Presencia del Padre Creador Emmanuel:

Señor, 
que mi espíritu sea purificado
en este momento,
para que yo pueda participar
de Tus misterios insondables de Amor.

Señor,
que mi alma sea purificada
en este momento,
para que yo pueda ser merecedor
 de todas Tus Gracias. 

Señor,
que mi mente sea purificada
en este momento,
para que mi consciencia esté unida
 a la Divina Mente de Dios, y así,
pueda tener la Gracia de cumplir, amorosamente,
con este santo sacramento.

Señor,
que mi corazón sea purificado
en este momento,
para que mis sentimientos estén unidos
a Tu purísimo sentimiento
de Amor por la humanidad.

Señor,
que mis manos sean purificadas
en este momento,
para que sea digno de participar
de la celebración y de la consagración
de Tu Cuerpo y de Tu Sangre.
Purifica mis manos de todo
lo impuro e incorrecto que he hecho,
para que sea bendecido
al poder tocar Tu glorioso Cuerpo.

Señor,
que mis ojos sean purificados
en este momento,
de todo lo que miro fuera de la Ley,
para que, durante la celebración,
siempre mi mirada esté fija solo en Ti.

Señor,
que mi boca sea purificada
en este momento,
de las palabras, dichos o juicios
que yo haya pronunciado contra el Amor de Dios,
para que todo lo que diga, a partir de ahora,
sea la Santa Palabra de Tu Evangelio,
bajo la Gracia del Espíritu Santo.

Señor,
que mis oídos sean purificados
en este momento,
de todo lo que yo haya escuchado,
para que a partir de ahora
solo escuche Tus Palabras,
y practique, como sacerdote,
todas Tus enseñanzas.

Señor,
vacíame en este momento,
para que no sea mi persona la que actúe,
sino la fuerza y el poder de Tu Espíritu,
el que realizará milagros y prodigios
en esta Santa Eucaristía.

Amén.

“Padre,
Tú que eres el Amor existente en toda la existencia,
en esta tarde de Misericordia,
ofrezco los méritos y los triunfos
del Sagrado Corazón de Tu Hijo,
para que sean derramados
por el poder de este Sacramento,
a fin de que las faltas de las almas
sean perdonadas,
los corazones sean reparados,
y la vida sea curada en todos los que lo necesitan,
a fin de que se cumpla Tu Voluntad.
Amén”.

Cuando estaba reunido con los doce, tomé el pan, en acción de Gracias lo elevé para que fuera transubstanciado por los ángeles de la Creación, a fin de que se convirtiera en el Cuerpo de Cristo. Enseguida lo partí y lo di a los apóstoles, diciéndoles: “Tomen y coman, porque este es Mi Cuerpo que será entregado por los hombres para el perdón de los pecados”.

Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Amén.
(en portugués)

Enseguida, acabada la Cena, tomé el Cáliz y lo elevé al Cielo en acción de gracias, para que fuera transubstanciado en la Sangre de Cristo por los ángeles de la Creación. Luego lo pasé a los Míos y se los ofrecí diciéndoles: “Tomen y beban, porque este es el Cáliz de Mi Sangre, Sangre de la nueva y eterna Alianza que será derramada por el Redentor para la remisión de todas las faltas. Hagan esto en memoria Mía”.

Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Amén.
(en portugués)

Padre, Hijo y Espíritu Santo, que los poderes de Tu Gracia creadora desciendan a través de este Sacramento y establezcan la Comunión espiritual con todas las almas devotas del mundo.

Padre Nuestro (en portugués e inglés).

Que la Paz de Cristo descienda a la Tierra, bajo el Poder de Emmanuel.

Señor,
yo no soy digno de que entres en mi casa,
pero una Palabra Tuya bastará para sanarme.
Amén.

Anunciamos en este momento, a pedido de Nuestro Señor Jesucristo, ante la Presencia de Emmanuel, el Padre Creador, el establecimiento de la Comunión espiritual con todos los seguidores de Cristo del mundo entero, a través de tres campanadas.

Padre Celestial que a todos conduces,
acepta nuestra oferta de entrega a Ti,
guíanos por el camino del Amor
para que Tu Voluntad sea hecha.
Amén.

Santísima Trinidad,
Padre, Hijo y Espíritu Santo, os adoro profundamente,
y os ofrezco el preciosísimo Cuerpo,
Sangre, Alma y Divinidad de Jesucristo,
presentes en todos los Sagrarios de la Tierra,
en reparación por los ultrajes,
sacrilegios e indiferencias con que Él es ofendido,
 y por los méritos infinitos de Su Santísimo Corazón
y del Inmaculado Corazón de María,
os pido la conversión de los pobres pecadores.
Amén.

Mi Padre, Emmanuel, fue el poder interior que Me hizo llegar hasta lo alto del Monte Calvario, aunque aparentemente nunca lo conseguiría, porque fue el poder de Su Amor que convirtió a la Cruz en el Árbol de la Vida.

Sus propias cruces pueden ser, algún día, el Árbol de la Vida. Crean en ello, porque el fin del cautiverio está próximo, y todo cambiará con Mi Retorno al mundo.

Hoy lleven a Emmanuel en el corazón y sientan dentro de sí Su Fuego azul para que la esencia del Propósito encarne en todas las almas posibles, y así como el amado Hijo, el Crucificado, las almas cumplan la Voluntad que proviene de la Fuente Suprema.

Quédense en Mi Paz.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Escuchamos, a pedido de Cristo, cerrando esta aparición, una canción que Él tanto siente y que ayuda a cada uno de nosotros, llamada “Haz de mí nada”.

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN EL SEGUNDO DÍA DE LA SAGRADA SEMANA, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Los quiero ver en este momento despojados, para que pueda llevar Mi tarea adelante en este día.

¡Háganlo!

Señor, yo que nada soy,
me entrego a Ti
para que hagas de mí Tu morada.
Amén.
(tres veces)

Aún hay Llagas que el mundo Me hace padecer.

Hoy, quiero que contemplen la Llaga de Mi Costado. Aquella Llaga que una vez derramó, en la Cruz, Agua y Sangre como la última y gran entrega de su Redentor.

A través de la Iglesia Celestial vayamos hasta el Monte Calvario, no para recordar Mi sufrimiento que aún es muy desconocido, sino para que conozcan Mi Victoria, que es la Victoria de Mi Padre a través de Su Hijo. Por eso, los necesito despojados.

El Señor está mostrando el Monte Calvario, entre humo y fuego, y Su Cruz vacía. A los pies de la Cruz está la gloriosa Madre. Coloquémonos al lado de Ella para que, junto a los ángeles de la Iglesia Celestial, contemplemos este momento y la revelación de este misterio que se guarda en el Arca de la Santa Alianza.

Vayamos al momento en el que Nuestro Señor expiró por última vez y tenía Su Cabeza extendida sobre Su Pecho. Contemplemos la Muerte de Jesús y cómo todos los coros angélicos se colocan a los Pies del Cordero de Dios, entre el humo y el fuego, para sentir la transformación del dolor en Amor.

Veamos a la Virgen Madre contemplando el misterio de esta entrega, siendo Su Corazón traspasado por compartir el dolor con Su Hijo, el dolor que redimió y que liberó.

Y en lo alto del cielo del Monte Calvario, vemos venir un ángel, el Arcángel Gabriel, con doce de Sus ángeles, llevando entre Sus manos un Cáliz para recoger los frutos de la Sangre del Señor.

En la aparente Muerte de Jesús, Él estaba más vivo, obrando y redimiendo los planos internos en todos los aspectos del planeta y en los mundos inferiores de la consciencia humana.

Contemplemos el Alma de Jesús, el Alma resplandeciente y viva, junto a los ángeles, limpiando los infiernos, elevando a las almas caídas, en el misterio de Su Amor.

Veamos el Alma de Jesús transfigurada, iluminada y glorificada, elevando al Cielo a los no escogidos, por medio del misterio de Su Muerte en la Cruz.

Y así, el Arcángel Gabriel desciende hasta lo alto del Monte Calvario y toma entre Sus manos la reliquia espiritual del Sagrado Corazón de Jesús. La Santa Madre tiene la revelación de ese misterio, así como hoy nosotros también la tenemos.

La Madre de Dios ofrece al Arcángel Gabriel el Corazón de Su Hijo para que la expansión y la obra de la Misericordia sea más fuerte.

Ofrezcamos nuestro corazón imperfecto, nuestro corazón humano, para que sea considerado y aceptado por el Arca de la Santa Alianza.

En honor a los méritos de nuestro Redentor, nos mantenemos en lo alto del Monte Calvario, contemplando el dolor de la Muerte y la victoria de la Luz, siendo bañados y colmados por los misterios de Nuestro Señor.

Ahora veamos, en este momento y en esta aparición, la piedad de María con Su Hijo en Sus brazos, Santa María Magdalena, San Juan el apóstol, José de Arimatea y algunas de las santas mujeres, todos contemplando, en la Muerte de Jesús, la vida del Alma de Jesús. Y cómo, desde el Pecho de Cristo, una luz profunda emerge de Su Corazón herido. Es la Luz del Amor de Dios, incansable, que no se deja de entregar por Amor a Sus hijos.

Coloquemos nuestras manos en señal de recepción, estamos en lo alto del Monte Calvario junto a Nuestra Señora y a los compañeros de Cristo, y también con los ángeles del Arcángel Gabriel, que guardan las reliquias de Nuestro Señor, los frutos y los tesoros de Su experiencia en la Tierra.

Y en lo alto del Monte Calvario vemos la Consciencia de Dios que se aproxima, Emmanuel.

Guardemos en nuestro corazón la Luz del Amor de Cristo, así como Nuestra Señora y las santas mujeres guardaron esa Luz en sus corazones.

"Señor,
yo no soy digno de que entres en mi casa,
pero una palabra Tuya bastará para sanarme".
Amén.

Repetimos.

Ahora, veamos esa Luz que emergió del Corazón de Cristo en nosotros. Sintamos la Presencia de Jesús, Su amorosa Presencia, el Amor que transforma y que sana, el Amor que acepta y que comprende, el Amor que calma y que trae la vida nueva.

Elevemos más nuestras consciencias, así como lo hace el Arcángel Gabriel, llevando la reliquia espiritual del Sagrado Corazón de Jesús a la Iglesia Celestial.

Y ahora, veámonos dentro de la Iglesia Celestial. Nuestras almas están allí nuevamente, contemplando también este misterio revelado en lo alto del Monte Calvario.

El Arcángel Gabriel deposita dentro del Arca Sagrada la reliquia espiritual del Sagrado Corazón de Jesús, guardando la herida del Corazón de Cristo como el gran ofrecimiento del Amor de Dios por toda la Creación.

El Arca de la Santa Alianza se ilumina hasta desaparecer por la intensa luz. Toda la Iglesia Celestial se ilumina. Nuestras almas desaparecen por la intensa luz y toda la Creación se ilumina en el plano espiritual, mental y material, y toda la vida se ilumina.

Hoy el planeta recibe el misterio del Corazón de Jesús, guardado en el Arca de la Santa Alianza.

Nuestra Señora, la Virgen María, vestida como Esposa de Dios, tiene entre Sus manos alianzas. Ella, estando al lado del Arca Sagrada, las ofrece como un paso más en la consagración de nuestras almas. Nuestras almas aparecen ante Nuestra Señora, en el centro del altar de la Iglesia Celestial.

El Sagrado Corazón aún sigue iluminando todos los espacios de la Creación. Y detrás del Arca de la Santa Alianza, en el templo principal, está Nuestro Señor sentado en el Trono, junto a los veinticuatro Ancianos, los Ancianos del Apocalipsis.

María, en Su humildad, ofrece esas alianzas a los hijos que quieran aceptar el camino de la cristificación, en este tiempo de la humanidad.

Nuestra Señora espera, ante el escenario de la Iglesia Celestial, que Sus hijos se aproximen en alma, para tomar la alianza, ante la Mirada paternal de Jesús.

Traedme aquí las alianzas de las nuevas auxiliadoras. Nuestro Señor las ha solicitado para que, en este ejercicio, todos nosotros también vivamos esta consagración y renovación de votos.

Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, que por el Nacimiento, la Pasión, la Muerte y la Resurrección de Cristo demostraste Tu Amor misericordioso al mundo, recibe en Tu Iglesia Celestial la aceptación de nuestras almas, de esta alianza eterna con Tu Divino Espíritu a fin de que se cumpla Tu Voluntad.

Quisiera que aprendieran a vivir en Mi Reino todo el tiempo, porque Yo siempre estoy allí, compartiendo los frutos del Amor con los ángeles y los bienaventurados. Es así, que su unión con Mi Reino Celestial hará emerger la santidad de sus vidas, y la imperfección será transformada a través de los Sacramentos de Amor que Yo les entregué.

Adoremos este momento y preparémonos para esta consagración y celebración eucarística, trayendo a nuestra consciencia todo lo que el Señor hoy nos ha revelado. No salgamos de ese espacio y de ese lugar. Sintámonos abrazando el madero de la Cruz y expresando nuestra gratitud por el triunfo del Amor de Cristo en toda la humanidad. Amén.

Incienso. Agua bendita.

Señor, ofrecemos este incienso en Tu Altar como elevación de nuestras almas y consciencias a Tu Reino Celestial, para que las almas que más necesitan, en este momento, sean tocadas por la Luz de Tu Amor y de Tu consagración. Amén.

Bautízanos, Señor, con el Agua de Tu Espíritu, para que cada parte de nuestro ser sea bendecida por Tu Luz. Amén.

Ahora, hermanas, hagan su ofrecimiento interno a Nuestro Señor, para que este momento sea sellado por la alianza con Su Sagrado Corazón.

Y ahora que todo ya fue consumado, llegó el momento más importante para su Maestro y Señor, en el que Él puede recordar y revivir la entrega de Su Amor a Sus compañeros.

Ante el poder de la Iglesia Celestial, ofrézcanse también en este momento al Altísimo, para que los méritos de la Pasión de Cristo sean parte de sus seres.

Jesús, cuando estaba reunido con Sus apóstoles, conociendo los misterios de Su Sacrificio, tomó el pan, lo elevó y dio gracias al Padre para que fuera transubstanciado en Su Cuerpo. Enseguida lo partió y lo ofreció a Sus compañeros diciendo: "Tomen y coman, porque este es Mi Cuerpo que será entregado por los hombres para el perdón de los pecados".

Te alabamos, Señor, y Te bendecimos. 
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos. 
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos. 
Amén. 
(en portugués)

Enseguida, terminada la Cena, tomó el Cáliz y lo elevó, ofreciéndose nuevamente por cada uno de nosotros, para que el vino fuera transubstanciado en Su Sangre. Y así, Él lo ofreció a Sus compañeros diciendo: "Tomen y beban, porque este es el Cáliz de Mi Sangre, Sangre de la nueva y eterna Alianza que será derramada por su Señor para la remisión de todas las faltas. Hagan esto en memoria Mía".
 

Te alabamos, Señor, y Te bendecimos. 
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos. 
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos. 
Amén. 
(en portugués)

En el vacío de nuestro ser, en la entrega de nuestra alma, somos colmados a través de la Iglesia Celestial de los méritos gloriosos y victoriosos de Nuestro Señor.

Y así, como Cristo lo enseñó en lo alto del Monte de las Bienaventuranzas, recemos:

Padre Nuestro (en arameo, portugués e inglés).

Que la Paz de Cristo descienda a la Tierra.

Y a través de tres campanadas nos unimos a nuestros hermanos del mundo entero para anunciar la Comunión espiritual.

"Señor,
yo no soy digno de que entres en mi casa,
pero una palabra Tuya bastará para sanarme".
Amén.

Y a pedido de Nuestro Señor vamos a cantar: “Señor, yo no soy digno de que entres en mi casa”, para unirnos a este momento de consagración de las hermanas auxiliadoras.

Recuerden todo lo que hoy les he dicho, porque lo necesitarán en los tiempos que vendrán. El Amor que proviene de Dios siempre será un Amor triunfante y eterno, y es ese Amor que los fortalecerá y los unificará con Mi Padre.

Que, en este tiempo, el Amor esté por encima de la indiferencia, para que los corazones se abran, sientan y glorifiquen al Dios que está en los Cielos, al Dios de la Creación.

Les agradezco por haberme acompañado en el misterio de lo alto del Monte Calvario, en la victoria de la Cruz y de la Paz.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Nos recogemos en el Corazón del Señor, reviviendo Sus Palabras y Sus impulsos.

Cerramos esta transmisión con el corazón lleno de gratitud y de alegría, por ser nuevamente ungidos por Nuestro Señor.

Gracias a todos.

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN EL PRIMER DÍA DE LA SAGRADA SEMANA, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

A pedido de Nuestro Señor todos vamos a cantar, en este momento, uno de los Nombres de Dios, invocando el descenso de la Iglesia Celestial sobre el planeta. Vamos a hacer el cántico Eloha Shamayin.

Todos nos ponemos de pie para reverenciar este momento, aún Nuestro Señor está llegando junto con la Iglesia Celestial.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Mientras las bases de Mi Iglesia se afirman en la superficie de la Tierra, grandes fuerzas del mal son liberadas del planeta por la elevación de las estrellas caídas. Sean bien recibidos por la Iglesia Celestial de Mi Padre y la esencia de todos Sus misterios de Amor.

Ante la presencia de Su Sagrada Arca, reciban los impulsos de Luz que provienen de Dios a través del Corazón misericordioso de Su Hijo.

En compañía del universo angélico, preparen sus corazones en este momento, para ofrecer sus almas a Dios y ser partícipes de esta tarea que impartirá su Maestro y Señor al mundo.

Las puertas de Mi Iglesia ya están abiertas y las almas están llegando al Templo de Mi Corazón.

Las almas llegan, así como ellas se encuentran, en el estado espiritual y material que viven. Con sus imperfecciones y errores, las almas llegan al centro del Templo de la Iglesia Celestial donde en este momento se encuentra el Arca Sagrada, la que actúa como una fuente espiritual de Luz para todas las almas que en este momento se aproximan a ella.

Y a un lado del Altar Mayor de Mi Iglesia Celestial se encuentra la Virgen Madre con las santas mujeres y algunos de los apóstoles, rezando en este momento por ustedes, en el silencio contemplador de la oración que se refracta a través del espejo del corazón.

Lleven su mano hacia el corazón y sientan el latir de su corazón, Mi Corazón late igual que el de ustedes, sintiendo el pulsar de la renovación y de la vida.

Lleven la Luz de Mi Iglesia hacia su corazón y la otra mano que esté en ofrecimiento. Vean la llegada, en este momento, del Padre Celestial en Su estado de Consciencia Única. Y en el vacío de sus seres, realicen la entrega que hoy le darán a su Redentor.

La Iglesia Celestial se sigue expandiendo sobre el mundo para que todas las almas de todas las naciones, pueblos y razas, ingresen a Mi Iglesia Celestial y todos comprendan una sola lengua, un solo sentir, que es el idioma del corazón, inconfundible y perfecto.

Ahora que están conscientes de lo que sus almas están viviendo Conmigo por todos sus hermanos de la Tierra, ingresen al pasillo principal de Mi Iglesia Celestial y aproxímense al Altar Mayor, en donde está el Arca de la Santa Alianza.

Hoy estamos ante el momento en el que Dios pensó en crear a Sus criaturas. Encima del Altar y a través del Arca de la Santa Alianza, sientan en sus corazones el gran momento de Nuestro Padre Creador, cuando Él quiso tener seres semejantes a Él para que lo amaran y lo adoraran.

Estamos ante el Dios de la Misericordia. Sientan el Corazón de Dios que, en Su silencio, implora al mundo diciéndole:

"¡Reconcíliense Conmigo! Yo Soy su Creador, Soy el Principio y Soy el Fin. En Mi Casa existe un lugar especial para cada uno de Mis hijos.

Hoy, Mi amado Hijo Me ha pedido traerlos hacia Mí y ustedes están ante Mí en este momento.

Soy el Dios de la Misericordia, de la profunda Sabiduría Divina, el Dios de la Compasión y del Amor.

Hijos, enderecen sus vidas, corrijan sus caminos, el tiempo final se aproxima y solo Me tendrán a Mí para poder atravesarlo. Soy el Dios de la bondad, el Dios de la aceptación, el incondicional Espíritu.

Hoy su Padre Eterno no mira sus faltas, sino el don que con tanto amor colocó en cada uno de ustedes. ¿Cuándo Me lo ofrecerán? Mi Hijo les ha enseñado cómo hacerlo.

Este es el tiempo de la reconciliación, para que la paz y la cura lleguen al mundo.

He movilizado a todo el universo en este momento, porque su Padre está aquí, viendo cómo Sus hijos se pierden y se maltratan, cómo se alejan de la Ley y de la verdad.

Yo no los creé para que sufrieran, sino para que tuvieran vida eterna a través de la Presencia de Mi Hijo, su Redentor. Pero hoy he permitido que ingresen en Mi Iglesia Celestial para que reciban en sus mundos internos todos los misterios que concedieron esta Creación, desde antes de que ustedes existieran.

Están ante el Legado de la Sabiduría de Dios por medio del Arca de la Santa Alianza. Así, la Nueva Jerusalén se aproxima y los hijos retornan a la Casa de David para retomar el camino, que una vez perdieron, al Propósito de Mi Corazón.

Solo deseo la felicidad para el mundo y no la justicia, pero Mis hijos no lo comprendieron. Una vez descendí, Yo mismo, a la Tierra para enseñarles sobre el Amor a través de la Palabra, de cada una de Mis Llagas, de la entrega absoluta de Mi Corazón.

Yo Soy el Dios Vivo, inmutable e infinito. Mi Casa los espera algún día, pero mientras estén aquí aprendan todo lo que les dona el universo, enmienden sus errores, purifiquen sus faltas y la cura se alcanzará.

Vengo a darles una expiación que hoy no comprenderán, pero que en poco tiempo lo sabrán, porque son sus almas las que necesitan de esta Gracia de escuchar al Dios de la Creación.

El Libro de la Vida de la Creación espera ser reescrito por cada uno de ustedes, por sus experiencias de perdón y de redención.

En este primer día de la llegada de Mi Iglesia a los corazones del mundo, vengo a celebrar junto a Mi Hijo, el primer y fundamental legado que Su Redentor le dejó a la humanidad: el Sacramento de la Eucaristía.

Así como lo hacen sus almas en este momento, en el recogimiento del corazón y en el vacío, prepárense para el ofrecimiento, a fin de que todo lo que aquí pasará, así como todo lo que aquí sucedió, siga teniendo sus frutos de Misericordia y de Amor en cada alma de esta humanidad.

Coloquen su rostro sobre Mis Pies.

Mi Dios, yo creo en Ti,
yo Te adoro, yo Te espero y yo Te amo;
y Te pido perdón por los que no creen en Ti,
no Te adoran, no Te esperan y no Te aman.
Amén.
(tres veces)

Reciban el símbolo de la Geometría Sagrada del Arca de la Santa Alianza y llévenlo al corazón en gratitud y reverencia".

Dice Nuestro Señor que la Palabra de Dios llega al mundo después de dos mil años.

Mi Padre los absolvió.

Nuestro Señor llora por los no creyentes, por los que lo han abandonado y no tuvieron fuerzas para sostenerse en Él, y nos muestra la Luz de Sus cinco Llagas, la Luz de Sus Manos, de Su Costado y de Sus Pies. Y a través de Sus Manos nos presenta Su Corazón dorado de Luz, más fuerte que cientos de soles.

Él, por los méritos de Su Misericordia y de Su dolorosa Pasión, bendice a la humanidad, a los cinco continentes y a todas las naciones, para que la ciencia de la Sabiduría ilumine a las mentes de los hombres a fin de que se establezca la cura y la reparación de la humanidad.

Así como Nuestro Señor nos entrega Su Corazón en esta tarde, entreguémosle también nuestro corazón.

Celebremos.

Como hace dos mil años atrás, Yo les vuelvo a entregar Mi Vida y todo lo que Soy por una simple razón: que vivan en Mi Amor y que conozcan la Verdad.

Que el Padre Celestial reciba estos elementos que servirán de Gracias y de unción espiritual para toda la humanidad, rememorando la Pasión y la Muerte de Nuestro Señor.

Fue así que, cuando Jesús estaba reunido con Sus apóstoles, Él tomó el pan, lo elevó y lo ofreció al Padre, como ofrecimiento de Su Sacrificio por la humanidad. El Padre lo bendijo y enseguida Nuestro Señor lo partió, diciendo: “Tomen y coman, porque este es Mi Cuerpo que será entregado por los hombres para la remisión de los pecados”.

Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Amén.
(en portugués)

Enseguida Él tomó el Cáliz y ofreciéndolo al Padre para que fuera bendecido, Él lo entregó con todo Su Amor a Sus compañeros, diciéndoles: “Tomen y beban, porque este es el Cáliz de Mi Sangre, Sangre de la eterna y nueva Alianza, que será derramada por su Redentor para el perdón de todas las faltas. Hagan esto en memoria Mía”.

Te alabamos, Señor, y Te bendecimos. 
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Amén. 
(en portugués)

Reconociendo la Gracia infinita que recibimos, en la inmensidad de la Misericordia de Dios, reafirmando la Pasión y Muerte de Nuestro Señor por la redención de la humanidad y de toda la Tierra, nos unimos de corazón y de mente a Nuestro Señor Jesucristo y ante Su Iglesia Celestial repetimos la oración que Él nos enseñó para consumar esta consagración.

Padre Nuestro (en portugués y en inglés).

Que la Paz, el Amor y la Misericordia de Cristo desciendan a la Tierra.

"Señor,
yo no soy digno de que entres en mi casa,
pero una palabra Tuya bastará para sanarme".
Amén.

El trabajo más real de estos días sucederá en los mundos internos. Es allí en donde ustedes encontrarán Mis Tesoros para poder servirse de ellos en este tiempo final.

Les agradezco por haber ingresado a Mi Iglesia Celestial.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Vamos a cerrar esta transmisión manteniendo presente en nuestra memoria lo que hoy vivieron nuestras almas junto al Padre Celestial, para que en el día de mañana, en el segundo día de la Sagrada Semana, nuestras almas estén más elevadas para ser colmadas por los impulsos de nuestro Padre Creador y de Su Santísimo Hijo.

Nos unimos a cada uno de nuestros hermanos del mundo, en comunión espiritual con Nuestro Señor.

Y agradecemos, siempre agradecemos.

¡Gracias Señor por cuánto nos das!

En este encuentro Te honramos Señor.

Bajo la bendición del Sagrado Corazón de Jesús, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

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Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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