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En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Alabado sea Dios y bendito sea este lugar, por los siglos de los siglos. Amén.
Han llamado a la puerta de la mayor Reliquia de Mi Corazón, un tesoro espiritual e inextinguible para toda la humanidad y el planeta, concebido a través de la vida de Jesús en la Tierra para todo el universo y la Creación. Muchos lugares del universo aprenden con él.
Este es Mi Retiro Espiritual de Galileum, el llamado que hace eco en el corazón humano para que despierte, la revelación que se presenta en la vida de las almas, el misterio que se devela al espíritu.
Este es el Gran Centro de Cristo en la Tierra, del que sus almas comulgan y participan hoy, y la vida sublime del Espíritu Santo desciende a través de este impulso que les trae Mi Retiro Espiritual.
En este momento, siéntanse unidos a todos los Maestros, a todas las Jerarquías y Consciencias de este universo que, por un breve lapso en el tiempo y el espacio, participan de esta comunión espiritual con Galileum.
Y así, su Fuente más profunda se abre, a través del Sagrado Mar de Galilea, y los Sacerdotes se reúnen con el Sacerdote Mayor, aquellos Sacerdotes de otrora, del antiguo pueblo de Israel y de la sagrada comunidad esenia, que trajeron al mundo en aquellos tiempos la concreción de la Voluntad de Dios a través de los Linajes, de la expresión de la vida crística en las almas y en los corazones.
Estos Sacerdotes de Israel hoy están aquí, Conmigo, abriendo las puertas del Templo Sagrado de Galileum; para que las almas reciban los impulsos que necesitan en este tiempo, impulsos que las llevarán a una redención victoriosa y culminante, al encuentro del Amor Mayor a través del Sagrado Corazón de Jesús.
Este es el Espacio Sagrado de Cristo que, como un Sagrado Relicario, hoy se expone al mundo entero, especialmente a las almas que tienen fe en Cristo, que aman el misterio, que se adentran en lo desconocido sin comprenderlo; y que reciben, de este Sagrado Lugar Espiritual de Cristo, todos los Rayos que hoy emana Galileum para poder transfigurar la faz de la Tierra, a través del clamor y de la súplica de los Sacerdotes de Israel que forman parte del Gran Consejo Crístico del planeta, expresado en Medio Oriente.
Ha llegado el tiempo, compañeros, de que las vendas caigan de los ojos para que todos puedan ver la verdad, la verdadera tarea que su Maestro y Señor realizó a través de Israel, así como todos los que participaron a través de los tiempos para que eso fuera posible, desde Abraham, Moisés y los profetas, todos fueron participantes del gran preámbulo del Nacimiento de Cristo, así como muchos en los planos internos fueron participantes de la propia Resurrección de Jesús.
Galileum le trae al mundo el principio y el atributo de la Resurrección, tornando lo que es corrupto en incorrupto, tornando lo que es impune en puro, dentro de cada corazón humano, por la única razón de que, cuando las almas se unen a Galileum, atraen del universo las corrientes que él canaliza al planeta, regidas por la Ley Mayor del Amor-Sabiduría.
Galileum no es solamente un Espacio Sagrado de historia y de hechos, es un Gran Espejo de Dios que, a través del Sagrado Mar de Galilea, recibe los impulsos de la Fuente, reflejados como un llamado interior en las almas, en aquellos que se deciden a seguir a Cristo.
Hoy, les ofrezco este Sagrado Retiro Espiritual como una síntesis de todos los impulsos que han vivido Conmigo a través de los tiempos, a pesar de los desiertos, a pesar de las pruebas, a pesar de los desafíos o de las tribulaciones, a pesar de lo que aparentemente parece incierto o que no tiene solución.
Hoy, han llegado a las puertas de Galileum para recibir del Maestro y Señor, a través de la presencia de Sus Sacerdotes, de los Sacerdotes de otrora, el Legado Mayor del Amor y del triunfo del Redentor.
Recuerden que este sagrado mantra de Galileum es inmaculado. Así, debe ser contemplado y adorado, porque están llamando a los Nombres de Dios, a la Sagrada Presencia de Adonai que los concibió y que los expresó desde el origen, desde el surgimiento de sus moléculas crísticas, de Sus grandes estanques del universo, a donde sus espíritus deberán retornar algún día.
Con esto, quiero decirles, ante la solemnidad del Creador, que Galileum es ese Espacio Sagrado, en donde cada uno de ustedes podrá encontrar la respuesta a ese llamado, podrá encontrar el sentido y la razón de responderle a Dios, podrán encontrar la respuesta de vivir el Divino Propósito.
Hoy, su Maestro y Señor está rodeado por los Sacerdotes de Israel, antiguos maestros esenios de Qumran, que están aquí para contemplar y registrar este momento en los Libros de la Luz.
Ellos oran por la realización del Proyecto de Dios, por la expresión de la vida crística en la Tierra, por el despertar de los Nuevos Cristos, por el cumplimiento de la misión de cada ser y, sobre todo, para que los corazones escuchen el llamado de Galileum, sagrada melodía vibratoria del cosmos traída durante el Nacimiento de Cristo, y elevada a través de Su Resurrección y del gran momento de la Ascensión del Señor.
En este pasaje, que hoy les traigo, podrán comprender, más allá del misterio, la importancia del Retiro Espiritual de Galileum que es el corazón del Corazón de Cristo; eterno templo que guarda las Reliquias de la Pasión, las Reliquias de la predicación, las Reliquias de la conversión y de la redención de todos ustedes; así, como el legado de los patriarcas, de los profetas, y de las experiencias divinas que ha vivido el pueblo de Israel.
En Galileum está la llave que cada uno necesita para formar parte de la Nueva Raza y también en Galileum está el impulso interior de su llamado para que aprendan a atravesar el fin de los tiempos con valentía y coraje, para que reconozcan dentro de ustedes que no están solos y que la Gracia de Dios es amplia e infinita, mayor que todos los errores y pecados.
Están ante los Sacerdotes más antiguos del planeta que anunciaron la Venida del Mesías, que prepararon espiritualmente Su llegada y que hoy, con sus presencias, reconstruyen la vida sacerdotal del planeta, para que la comunión con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo siempre se perpetúe a través de los tiempos y de las generaciones, aun en el tiempo del Apocalipsis.
Una vez más, permitiré que Mis Sagradas Reliquias del Arca de la Santa Alianza se expongan espiritualmente al mundo entero, para que las almas reciban la Gracia que necesitan en este momento.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Vamos a cantar nuevamente “Galileum”, hasta que el Señor lo indique.
Canción: “Galileum”.
Y antes de que el Maestro celebre con nosotros la Santa Eucaristía y se retire de este lugar, vamos a acompañar un momento especial que es la consagración de un sacerdote como padre.
Fray El-Shaadir puede venir aquí.
Haz tu oferta a Cristo internamente y nosotros oraremos internamente.
Puedes colocarte la alianza.
Padre El-Shaadir eres Mi pequeño don que trabaja incansablemente por Mi Plan, que le has dado frutos de Misericordia a Mi Corazón a través de tu paciencia e ímpetu.
Hoy, recibe la Gracia de ser padre de todas las almas, de llevarlas hasta el fin de los días hacia Mi Corazón y de darles la Gracia de conocer Mi Iglesia Espiritual que está en los Cielos, de sacramentar, de bendecir y de perdonar los pecados en Mi Nombre, así como de exorcizar los demonios de este mundo.
Que todos te acompañen en este momento, por la renovación de la vida sacerdotal en el planeta.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Vamos a prepararnos para el momento de la Comunión Eucarística que Cristo, junto con los Sacerdotes de Israel, hoy celebrará para nosotros de forma extraordinaria.
Y vamos a permitir, a través de este ejercicio espiritual que Él nos ofrecerá nuevamente, que la vida sacerdotal y religiosa en el mundo entero sea reparada y que todas las Gracias que hoy hemos recibido sean depositadas en toda la vida sacerdotal y religiosa del planeta, para que los apóstoles y seguidores de Cristo sigan representándolo en esta humanidad en obediencia, humildad y servicio.
Mientras nos preparamos, vamos a cantar una canción que Cristo nos ha pedido y que nos recuerda a cada uno de nosotros que Su Palabra es Agua Viva.
Celebremos.
Canción: “Tu Palabra es Agua Viva”.
Padre Eterno,
celebramos este momento por la vida sacerdotal del planeta
que une el Cielo y la Tierra, que une a las almas con Dios,
Nuestro Altísimo Señor.
Vuelvo a ofrecerte este misterio de Amor
que se expande en Misericordia y en Redención por las almas.
Acepta estos elementos que son ofrecidos en Tu Altar
y acepta la oferta de Tus compañeros;
para que todo, en este momento,
pueda ser renovado y redimido.
En la noche que iba a ser entregado, tomé el pan, lo elevé al Padre en agradecimiento por Su Eterna Presencia, y le pedí que lo convirtiera en Mi Glorioso Cuerpo, que después partí y se lo ofrecí a los Míos, diciéndoles: "Tomen y coman, este es Mi Cuerpo que será entregado por los hombres para la remisión de los pecados".
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Amén.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Reverenciamos el Cuerpo de Jesús.
Enseguida tomé el Cáliz con Mis Manos, ofreciendo Mi Sangre por la redención de todo el género humano, desde Adán y Eva hasta el fin de los tiempos.
Así, se lo ofrecí al Padre, pidiéndole que Él lo transubstanciara en Mi Preciosa Sangre, para que cada gota de Sangre que sería derramada fuera un impulso de redención y de renovación para todas las consciencias que, a través de los tiempos, tomaran contacto con Cristo.
Fue así que enseguida lo pasé a Mis apóstoles, diciéndoles: "Tomen y beban, este el Cáliz de Mi Sangre, la Sangre de la nueva y eterna alianza entre las almas y Dios, la Sangre del Cordero que será derramada para el perdón de todas las faltas. Hagan esto en Mi Memoria hasta que su Redentor retorne al mundo".
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Amén.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Reverenciamos la presencia de la Preciosa Sangre de Jesús.
Este es Mi Cuerpo y Mi Sangre. Felices los que se sirven de esta Cena, porque siempre serán renovados en espíritu y en esencia, por tan solo confiar en el Señor.
Unidos a los Sacerdotes de Israel y a todos los sacerdotes que llevan adelante el rebaño de Dios, vamos a cantar el Padre Nuestro en arameo, para que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo completen esta consagración eucarística, a través de la intervención divina de los ángeles.
Cantemos en alabanza y en júbilo.
Canción: “Padre Nuestro” en arameo.
Que la Paz de Mi Corazón descienda al planeta, en donde sea más necesario. Amén.
Señor, yo no soy digno de que entres en mi casa,
pero una Palabra Tuya bastará para sanarme.
Amén.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
A pedido de Nuestro Señor, nos damos el saludo de la Paz.Vam
os a comulgar ahora entre los sacerdotes, pero antes de este momento de Comunión, vamos a anunciar la Comunión Espiritual para todos los que nos acompañan en las diferentes naciones del mundo, la Comunión con Cristo Redentor.
Vamos a acompañar con el cántico "Fuente Primordial".
Sol de Dios,
que alumbras la oscuridad de nuestras vidas,
Espíritu de Dios,
que liberas las faltas de nuestros seres;
¡ven Sagrado Cuerpo y Preciosa Sangre de Jesús!,
para que unidos a Ti, alcancemos la Eternidad y el Paraíso.
Amén.
Que la bendición del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo siempre los acompañe. Amén.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
¡Gracias, Señor, por cuánto nos das!
En este encuentro, Te honramos, Señor.
Y ahora, vamos a prepararnos para el momento de los Sacramentos, para ese momento en el que la Fuente de la Gracia del Corazón de Jesús se abre para bendecir a las almas.
Segundo Mensaje
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
He aquí Mi Tierra Prometida, la Tierra de Galilea, el llamado interior de Cristo que resuena a través de los tiempos y es inextinguible.
Escuchen este Llamado, que resuena desde el corazón del universo, de la gran civilización de Andrómeda que prepara, en los mundos internos, la próxima llegada del Señor, Su esperado Retorno.
Hoy, Me alegra poder estar aquí. Ansiaba este momento de encontrarme con aquellos que siguen Mis Pasos, a pesar de sus dificultades y de sus pruebas.
Me alegra encontrarme con los Míos, con aquellos que no se cansan de decirme sí. Aunque no comprendan lo que esto significa, ese sí mueve a todo el universo y a la Creación.
Por eso, hoy, estoy aquí para volverles a presentar Mi Retiro Espiritual latente en el corazón de Tierra Santa, al cual hoy los invito a ingresar internamente en espíritu, en esencia y en alma, para que puedan recibir los códigos que Yo sembré y deposité en ese lugar a través de cada uno de Mis hechos y de Mis pasajes.
Lo más importante de todo esto, compañeros, es que hoy sus mundos internos vuelven a recordar lo que muchos vivieron en esas tierras lejanas, a través de la Palabra del Señor, a través de la Presencia del Señor, a través de la cercanía del Señor. Cada uno de esos momentos, hoy vuelve a despuntar en el horizonte del corazón de cada uno de los Míos.
No podía esperar mucho tiempo sin volver a Brasil, porque este lugar fue digno al recibirme y al aceptarme, al reconocer Mi Llamado y al seguirlo, desde la fundación de esta Comunidad-Luz Figueira.
He aquí el Señor del Árbol de la Vida que viene a renovar el Árbol de Figueira, que viene a traerles en este momento sus orígenes y sus principios, las bases que fueron fundadas a través de los autoconvocados, de los que escucharon el llamado y el mensaje a través de la Instrucción y que ha resonado permanentemente a través de los tiempos, y aunque no lo sepan esto ha hecho eco en las estrellas desde la ascensión de su instructor y maestro José.
Hoy, Él está aquí presente Conmigo, para que puedan vislumbrar y contemplar internamente que es posible vivir la transformación y la redención.
A través de José, Yo estuve presente aquí durante mucho tiempo, en cada momento de Instrucción como en cada momento de manifestación de esta Comunidad-Luz y de otras, en cada labor diaria y en cada momento compartido.
Hoy, compañeros Míos, Mi Retiro Espiritual en Galilea se une al Retiro Espiritual de este lugar, bendecido por las Gracias del Padre Eterno, para que sus almas y las almas de sus hermanos del mundo entero vivan una síntesis interior y un momento de renovación.
Por eso, Yo les digo que aún no todo terminó. En esta Obra de la Jerarquía, que se ha expandido en el mundo a través del servicio y de todas las misiones humanitarias, en este momento ustedes están vislumbrando los frutos del esfuerzo de muy pocos, pero esfuerzos verdaderos que solo Dios conoce en Su Corazón.
Por eso, Yo los invito a no temer más. Los tiempos, que ustedes y sus hermanos están atravesando, son tiempos complejos y tiempos dolorosos; pero no se olviden de que Yo estoy aquí y siempre estaré en sus vidas cuando Me llamen, cuando Me busquen, siempre que Me quieran encontrar.
Este lugar para Mí siempre será un Templo Sagrado en donde Dios, a través de Sus Jerarquías y de todas Sus herramientas, depositará la esperanza para el mundo, una esperanza que trae el Amor de Dios, el consuelo y la renovación para las almas.
Por eso, deben estar abiertos para recibir a todos los que llegan. Nunca le cierran la puerta a nadie, porque Yo podría estar detrás de cada uno de ellos.
Sean compasivos y la Sabiduría de Dios no les faltará.
Sean misericordiosos y la paz no acabará, porque el triunfo de Mi Amor aún está cerca.
Antes de Mi Retorno, esa victoria de Mi Amor se debe completar en ustedes y en sus hermanos. Recuerden que Yo les dije que se amaran los unos a los otros, así como Yo los amo sin condiciones.
Yo vengo aquí para traerles Mis más preciosas Reliquias Espirituales, las Reliquias que Yo deposité, por cada uno de los Míos, en Tierra Santa, y que hoy les presento a ustedes, espiritualmente, para darles la fuerza de la renovación, el poder de seguir adelante, superando estos tiempos, trascendiendo las formas, profundizando en los grados de amor.
En esta segunda visita, que hoy les hago, vengo por el Propósito Espiritual de este país y de las demás naciones, para que el Propósito de cada nación sea contenido, y los pueblos, de cada parte de esta región del planeta, encuentren el sentido de estar aquí, en este mundo, y la razón por la cual están aquí.
Lo que más quería en este día, compañeros, es poder estar aquí con aquellos que Me escuchan, con aquellos que reconocen Mi Voz, con aquellos que siguen Mis Pasos, superándose a sí mismos para dar testimonio de la cristificación, que comienza dentro de cada uno, en lo más pequeño, en lo que nadie puede ver. Es allí en donde Mi Obra comienza a realizarse, en la transformación de los corazones valientes, en el ánimo de los consecuentes, en la esperanza de los que viven Mi Llamado.
Recuerden que Conmigo ha venido el Arca de la Santa Alianza, reverentemente depositada en este lugar, en el corazón de esta Comunidad-Luz. Porque en esa Sagrada Arca está todo guardado, el pasado, el presente y el futuro, todos los códigos de la Creación vividos a través de los tiempos y de las civilizaciones en el universo y en la Tierra, en la entrega y en la vida interior de todos Mis compañeros.
Celebremos este momento con alegría y júbilo. Quiero ver en sus rostros la sonrisa de este momento sagrado, por todos aquellos que en el mundo no lo pueden vivir, por aquellos que en el mundo no Me pueden recibir.
Que esta comunión interna con el Maestro y Señor del Universo se pueda multiplicar en bendiciones y Gracias, no solo para ustedes, sino también para sus hermanos del mundo, especialmente para aquellos que viven la persecución, la guerra y los conflictos.
Quiero que esta Maratón sea una Maratón hacia dentro de ustedes, hacia la búsqueda incesante de su Cristo Interno.
Deseo que en esta Maratón puedan estar en su Cristo Interno, para que puedan estar en unidad Conmigo, por todo lo que su Redentor realizará durante este mes de mayo, junto con los demás Sagrados Corazones.
Les agradezco que presten atención a este pedido y que puedan seguir los impulsos del universo, impulsos espirituales que los colocarán en la sintonía correcta y en el momento correcto para poder comprender todo lo que hará la Jerarquía. Ya saben cómo hacerlo, es solo comenzar.
Hoy, quiero entregarles un mérito que no estaba previsto en Mis Planes, porque He visto la dedicación y también el esfuerzo verdadero que le han ofrecido a Mi Corazón durante la última Sagrada Semana, aun atravesando todas las tribulaciones.
¿Comprenden que estando en Mi Amor todo es posible?
Hoy, todos están aquí sanos y salvos, escuchándome, y tienen la Gracia de estar delante de Mí, así como Yo tengo la Gracia de estar delante de sus mundos internos.
El mérito que quiero concederles es una consagración especial para que, a partir del comienzo de esta próxima Maratón de la Divina Misericordia, puedan ingresar con mayor profundidad en todo lo que hará la Jerarquía, sabiendo que en estos tiempos están aprendiendo a sostener lo que el mundo no puede sostener por sí mismo, que están aprendiendo a apoyar lo que el resto de la humanidad no consigue apoyar conscientemente y que, especialmente, están aprendiendo a amar lo que el resto del mundo no ama ni considera.
Por eso, en esta Maratón reconozcan que es la hora de que se decidan a vivir Mi Escuela Crística, porque ya no hay tiempo. Y en Mi Escuela de Cristificación y de Amor aprenderán rápidamente si la aceptan; crecerán en dones, virtudes y santidad, y sus miserias ya no serán un problema, sino que su objetivo y propósito será servir a los demás, a los que están cerca y a los que están lejos, en la vida incesante de la oración para que este mundo se vuelva a equilibrar y pueda reencontrar la paz.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Cristo dice que, con el permiso del Consejo de esta Obra, convoca aquí, a los pies de este altar, a las postulantes a auxiliadoras.
Vamos a traerle a Cristo los elementos de la consagración: las alianzas y los velos.
Nos mantenemos en sintonía y en unidad delante del Señor.
Y vamos a acompañar este momento, a pedido de Cristo, a través de la canción "Consagración".
Sirviéndonos de este momento, que nos ofrece Cristo para renovar nuestros votos, con la sagrada ley de la consagración y de la vida del espíritu. Sirviéndonos de este momento para que, delante del Corazón de Jesús, nos renovemos en nuestros votos, en nuestros principios y, sobre todo, en el servicio a Su Plan de Amor.
Nos preparamos.
Padre Celestial,
que Has concebido la vida en este universo,
para que Tus Hijos y Criaturas
Te reconocieran en su interior
y Te alabaran.
Te pido,
Altísimo Señor del Universo y de la Infinita Misericordia,
que bendigas estos elementos que a partir de este día
representarán la renovación para estos corazones,
que se postran delante del Rey Universal,
para servirlo incondicionalmente hasta sus últimos días,
a través de los votos que han sido concedidos
para todas las auxiliadoras.
Que estos elementos representen la unión Conmigo;
pero, sobre todo, que los mundos internos de estas almas
puedan restablecer su alianza Conmigo,
desposándose con el Cristo Redentor.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Canción: “Consagración”.
Hoy, Cristo está consagrando a esta hermana con el nombre de: Bethlehem.
Cristo está consagrando a esta hermana como: María de Judá.
Cristo está consagrando a esta hermana como: Sinaí.
Cristo está consagrando a esta hermana como: Betania.
Cristo está consagrando a la hermana como: María del Cenáculo.
Cristo está consagrando a la hermana como: Qumran.
Cristo está consagrando a la hermana como: María de Betsagé.
Cristo está consagrando a la hermana como: Eloheinuh.
Cristo está consagrando a la hermana como: Consuelo de Jesús.
Cristo está consagrando a la hermana como: Estrella de Israel.
Y tú que Me has sido fiel desde el principio y lo serás hasta el fin, que has agradado a Mi Corazón con tus obras, que has alegrado el Corazón de Mi Madre con tu generosidad, hoy quiero darte el nombre en esta consagración, un nombre muy sagrado para Mí y para Mi pueblo de Israel: Menorah.
Tu nombre para Mí, hoy será: Emmanuelle, en nombre al Creador.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Y para consumar esta Consagración de las hermanas, vamos hacer la oración del Advenimiento de la Nueva Raza:
Señor,
que se cumpla el advenimiento de la nueva raza.
Que la humanidad pueda expresar su arquetipo.
Que la Palabra sea viva y construya Tu Templo.
Que se expanda en nosotros Tu misterio
y que se revele al mundo la verdadera existencia,
para que podamos reunirnos en Tu Nombre
y glorificar la perfecta unidad.
Amén.
¡Gracias, Señor, por cuanto nos das!
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen.
Perdónalos, Padre, Yo He dado la vida por cada uno de ellos.
Perdónalos, Padre, porque Yo padecí cada paso con la Cruz.
Padre, perdónalos, porque solo Tú sabes
lo que Tu Hijo vivió en el Huerto Getsemaní.
Padre, dales Tu Perdón, porque Tu Hijo murió en la Cruz
para liberar a la raza humana, hasta el fin de los tiempos.
Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen.
Perdona a esta humanidad, por todo lo que vive y por todo lo que hace.
Como hace dos mil años atrás, Mi hora se aproxima.
¿Quién esperará el Retorno de Cristo?
¿Quién estará atento para reconocerlo?
¿Quién lo esperará con los brazos abiertos?
¿Quién le dará morada al Señor?
¿Quién lo reconocerá a través de las señales en el cielo y en la Tierra, en pleno auge del Armagedón?
¿Quién, una vez más, cargará con el Maestro, la pesada cruz del género humano? Una cruz más pesada que la que su Maestro y Señor cargó hace más de dos mil años.
La dificultad no está en el madero; la cuestión, Mis compañeros, está en la disposición de Mis discípulos, en que ellos comprendan lo que esto significa y la emergencia que esto tiene para este ciclo agudo de adversidad y de incertidumbre.
Por eso, Mi hora se aproxima; y hoy, junto a todos los Maestros en los Himalayas, el Señor abre Sus Brazos y extiende Sus Manos hacia el mundo como el Redentor, para dar Su bendición a los que más lo necesitan, para llegar con Su Luz donde hay más oscuridad.
Así, el Maestro de los Maestros se prepara para Su hora, así como Él se preparó para la hora más dolorosa de Su Vida, a través de la Última Cena, cuando el Señor del Universo, el Señor de la Vida y del Amor, solo necesitaba en aquel momento, así como hoy lo necesita, sentir la cercanía de los corazones valientes.
Por eso, Me reúno con toda la Jerarquía Espiritual, ya que los planes cambiaron y una gran decisión deberá ser tomada, porque aún el hombre de esta superficie ostenta el poder y la impunidad.
Pero, no se olviden de este mes tan especial para Mí y para ustedes.
Quiero que todas Mis fieles madres y mujeres de la Tierra tengan en sus brazos a Cristo en Su Nacimiento.
Quiero que los humildes y servidores hombres de la Tierra, Mis apóstoles, misioneros y colaboradores, irradien la inextinguible paciencia de San José en este tiempo de tribulación, en el que el templo interno de los corazones deberá ser preparado para lo que llegará.
Esto es lo más grave que hoy sucede en el mundo: los corazones no están prontos para lo que llegará.
Por eso, en esta próxima Natividad, en la que la gran Estrella de Belén se reencenderá desde los espacios de este universo, hagan brillar la luz de sus oraciones e invocaciones, pidan al Padre Celestial por toda la grave situación planetaria, por todo lo que se está saliendo de control en cada segundo, por lo inminente que está por llegar.
Mi sed, al igual que en la Cruz, es por los corazones que aún no Me dejan entrar y, así, no están prontos.
Les aseguro que esta es la hora más difícil para su Maestro y Señor. Vuelvo a tomar la fuerza del Espíritu de Dios y la valentía en este momento crucial, elevando ante ustedes Mi Santo Cáliz para que, al igual que los apóstoles del pasado, en esta hora tan definitiva, de tanta emergencia, coman de Mi Cuerpo y beban de Mi Sangre, como una sabia y justa justificación ante los errores que hoy vive el mundo.
Pero no se olviden de que el Señor de la Luz vino en un momento tan semejante a este, para traerle la redención a todo el género humano, para abrir las puertas hacia el amor y hacia la verdad.
¿Ustedes están realmente decididos a seguirme, a pesar de que les duela?
Esto es lo mismo que, en esa santa noche de la Comunión, Yo les planteé a los apóstoles, y aunque supiera que no habían comprendido, la unión con Mi Cuerpo y con Mi Sangre, a través del Santo Espíritu de Dios, por un instante les dio luz, discernimiento y sabiduría a Mis compañeros, para que estuvieran prontos para acompañar la Pasión del Señor.
Y aunque Me hayan abandonado, no dudé en entregarles lo mejor.
Yo vengo a colocar en los corazones la Voluntad Divina, el Amor de Dios para que se cumpla Su Proyecto a través de la realización del espíritu, de la trascendencia del alma, de la madurez de la consciencia, en todo lo que deben vivir en su encarnación.
Estoy reunido con los Maestros, así como hoy estoy reunido con ustedes, para que en esta hora crucial acompañen el sentimiento profundo del Señor, que los necesita cerca, que los necesita verdaderos, que los necesita disponibles para que, a través de Mí, puedan comprender la emergencia de estos tiempos.
Por eso, Mi Voz no se callará hasta que se cumpla y se realice lo que el Padre Me ha pedido; y esto comienza a través de cada una de sus vidas, porque es en ellas donde Dios debe realizar Su Voluntad; aún un misterio para muchos, pero muy perceptible para los abiertos de corazón, porque así podrán reconocer el camino que los aguarda en esta trayectoria de evolución y de entrega de sí.
Mientras estoy aquí, les traigo en Mis Manos el ofrecimiento de Mis dolorosas Reliquias de la Pasión. Recuerden lo que les dije la última vez en Roma, cuando les ofrecí también Reliquias Sagradas.
Este es un símbolo profundamente espiritual para ustedes; deben aprender a comprender el significado espiritual de asumir estas Reliquias Conmigo por un fin, para que este mundo no termine y para que regiones del planeta no desaparezcan.
Esta es una emergencia.
Por eso, la voz de todas las súplicas sostiene este momento planetario. No habría explicación científica ni física para comprender el poder de la oración y lo que ella en este momento crucial está haciendo en toda la Tierra. No habría cómo explicar que el eje de la Tierra no haya girado sin la fuerza fiel de los orantes.
Y aunque el mundo deberá purificarse, aún es posible aplacar los acontecimientos, aliviar los eventos, si existen personas conscientes de todo lo que hoy les digo y que, al terminar este momento Conmigo en esta noche, sean otras personas y den una señal evidente de lo que han comprendido.
Es por alguna razón que estoy aquí, no solo para que Me sientan o para que Me escuchen, sino para que Me acompañen en esta hora, en la que también necesito de Mis apóstoles para dar luz y fuerza a Mi Iglesia ultrajada, herida y difamada.
Recuerden que, con el poder de los que adoran Mi Cuerpo Eucarístico, en cada momento de Adoración, están secando las Lágrimas del Redentor, están sanando el Corazón herido del Hijo de Dios.
He aquí el Corazón ultrajado y herido de Jesús, que les señalo en este momento en el centro de Mi Pecho.
Los ángeles contemplan este Corazón Sacramentado.
Que las almas, en este momento, también lo contemplen, como expiación por los graves pecados del mundo, por la barbaridad de las guerras y de los conflictos del mundo; para que el Corazón Herido de Jesús que quiere ser parte de ustedes para que ustedes sean parte de Mí, ese Sacrificado Corazón de Jesús detenga las bombas letales.
Por la sangre de los inocentes,
¡Ten Piedad, Señor!
Por las familias divididas y martirizadas,
¡Ten Piedad, Señor!
Por los niños abandonados, abortados y desechados,
¡Ten Misericordia, Señor!
Por la división de las naciones y de los pueblos,
¡Ten Misericordia, Señor!
Por los migrantes, refugiados y exiliados,
y en especial por los que desaparecen en los mares del mundo
sin que nadie los ayude,
¡Ten Misericordia, Señor!
Por la impunidad de los gobernantes
y las mentiras de los que se creen poderosos,
¡Ten Misericordia, Señor!
Por los que sufren en soledad,
por el llanto de los niños,
por la desesperación de las madres en la guerra,
por todos los que son esclavos,
¡Ten Misericordia, Señor!
Por la Iglesia de Cristo en la Tierra
y la vida espiritual de todos los sacerdotes,
para que triunfe el Amor de Cristo,
¡Ten Misericordia, Señor!
Por todos los Reinos de la Naturaleza,
por el maltrato que ellos reciben,
por la agonía de los Reinos Menores,
¡Ten Piedad, Señor!
Por los que son ignorantes,
por los que aún no despertaron
y por todos los que negaron a Cristo
en algún momento de su vida,
¡Ten Misericordia y Piedad, Señor!
Por el Sagrado Proyecto del Altísimo,
para que se cumpla como fue pensado
y la humanidad corresponda a esa petición,
¡Ten Misericordia y Piedad, Señor!
He aquí Mi Corazón, que lentamente se cicatriza con la voz de las súplicas.
He aquí el Corazón Vacío de Jesús, pero lleno de Amor y de Misericordia por las almas; un Corazón que aguarda a los Suyos.
Que, en esta próxima Natividad, pueda nacer finalmente el Cristo maduro en cada uno de los Míos y que este Cristo Interno pueda gobernar la vida de los que siguen Mi Mensaje y de todos los que creen en Mi segunda Venida, porque está cerca.
Mi hora está llegando, no se olviden de prepararse para reconocer y para recibir al Señor.
Oraré por esta causa, para que este Mensaje se cumpla en ustedes y en sus hermanos, para que no sean necesarias más profecías en este mundo, para que todos escuchen Mi Voz y la reconozcan, y sobre todo sientan Mi Amor.
Junto con los Maestros de los Himalayas, unidos por la causa de la redención de la humanidad, por la paz y por el bien en este planeta, celebraremos la Comunión Espiritual.
Solo les pediré una cosa más, que mientras Me recojo para seguir trabajando, en lo que Dios Me Ha pedido, y hasta el momento de comenzar la Comunión Espiritual, no se desconecten de Mí, sino que acompañen lo que la Jerarquía Espiritual está realizando, profundizando en su súplica interior.
Yo los bendigo y les doy Mi Paz.
Eleven sus rosarios.
Padre del Universo,
Señor de la Vida,
que a través del Espíritu Santo
has dado Luz y Conocimiento a María y a los apóstoles,
derrama Tu Luz, Tu Amor y Tu Fe
en todos aquellos que creen en Tu Palabra y en Tu Presencia,
y que en esta hora, en la que todos deberán prepararse,
por medio de los objetos sagrados,
las almas tengan fuerza interior
para ser valientes y seguir adelante,
sabiendo que, a través de la oración
y de la unión con los objetos sagrados,
siempre encontrarán la fuerza de Tu Amor.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Celebremos.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
He venido, en la hora indicada y en este último día, junto con los ángeles que han traído en sus manos las Reliquias de Mi Pasión, guardadas en el Arca de la Santa Alianza.
Así, como lo hice con los apóstoles del pasado, vengo a instruirlos sobre los próximos tiempos.
Preparémonos.
Verán venir, a través de este Sistema Solar, al Hijo del Hombre.
Aún no es conocida la forma de Su Retorno al mundo, pero muchos de ustedes participarán de ese acontecimiento de tres formas probables: material, mental o espiritual.
No sabrán cuándo ese momento se acercará, porque vendré como el vigía de la noche y no avisaré; pero si sus corazones están atentos, vigilantes y orantes no entrarán en tentación, sino que sabrán reconocer, en lo profundo de su ser, el momento de Mi llegada.
Como fue dicho en las Apariciones de Garabandal, en España, será dada una señal al mundo, a través de tres llamadas.
La primera, será una llamada interna, que muy pocos reconocerán, pero que muchos podrían conocer, sentir y escuchar si verdaderamente tuvieran el corazón abierto a la transformación.
La segunda llamada será una llamada mental, propia del Universo Ultraterrestre que, de una forma u otra, sus Ángeles de la Guarda se la harán saber como fieles mensajeros del Padre, siempre y cuando estén unidos a ellos, en divinidad y de corazón.
La tercera llamada será más fuerte, será una llamada universal, en el ápice de la gravedad planetaria, una llamada que será en todos los continentes y pueblos. Será una llamada planetaria real y física, inconfundible pero misteriosa. Solo los puros de corazón comprenderán el mensaje que será visto en el cielo.
Les dije a Mis apóstoles que vendrían tiempos de grandes definiciones y esos tiempos son ahora. Ustedes y la humanidad los están atravesando. A partir de este año, que los rige en su calendario alternativo, todo sucederá de manera gradual.
Pero no tengan miedo, porque más allá de lo que vean, sientan o escuchen, quien esté unido a Mí y defienda de sí mismo todo Mi Legado no estará solo, sino que será parte de la promesa que Yo le he hecho a Dios para el fin de estos tiempos, antes de Mi Retorno al mundo.
Hoy también vengo a hablarles de los grandes cambios que aún deben suceder en sus vidas, siguiendo el camino de la fidelidad y de la transparencia, de la lealtad y sobre todo del amor, para que sus vidas estén protegidas de las fuerzas del mal que aún seguirán desatándose sobre la superficie del planeta.
Aunque en ciertos momentos sientan que la batalla espiritual es muy fuerte, nunca, pero nunca se suelten de Mi Mano, porque Yo no los abandonaré. Pero ustedes deben conquistar el Amor crístico, el Amor redentor y unificador, ese mismo Amor que fue vivido por Mí hasta la Cruz.
En ese momento y bajo ese acontecimiento, sabrán, compañeros, cuál es su verdadera cruz y qué es lo que esa cruz significa para sus vidas.
Por eso, a través de estos encuentros, Yo vengo a renovar sus vidas, para que sus vidas estén preparadas para lo que la humanidad vivirá como definición. No solo puedo hablarles, compañeros, de cosas hermosas, debo hablarles de la verdad.
Mi venida, en este tiempo y en este momento en el cual se encuentran, no es un encuentro pasajero o momentáneo. Este es el ciclo de hacer despertar al apóstol y que, al igual que los apóstoles del pasado, den sus vidas por Mí. Porque así el mundo entero, aún sumergido en el dolor y en la ignorancia, será merecedor, en el fin de estos tiempos, de los tesoros espirituales que guarda Mi Corazón en el Arca de la Santa Alianza.
Yo les prometí estar con ustedes todos los días, hasta el fin de los tiempos, y estoy aquí a través de este encuentro cumpliendo esa promesa. ¿Lo creen?
Por eso, cada uno de ustedes debe difundir Mi Mensaje, todo esto no puede quedar solo aquí. Ustedes pueden ser Mis apóstoles y también Mis mensajeros, a través de sus palabras pueden llevar Mi Palabra de vida, Mi Palabra de consuelo.
Cuán hermoso es ver cómo entre hermanos se sostienen entre sí, más allá de sus diferencias, sentires o ideas. En esa unidad oculta, que los invito a vivir en este tiempo final, es en donde no podrá entrar el mal, nunca lo olviden.
Si Yo los amo como los he amado desde siempre, cuánto más ustedes se podrán amar entre hermanos.
Ustedes y muchos de sus hermanos en el mundo, más allá de las distancias, pueden ser parte de la nueva fraternidad esenia, de aquella que una vez existió en los tiempos pasados y que dejó una huella imborrable en todos los que tuvieron la Gracia de conocer al Mesías y a toda Su vida crística.
Esa fraternidad esenia debe ser, en este tiempo, su aspiración para poder estar dentro de la Ley de la Jerarquía, para vivir en la Jerarquía, para ser como la Jerarquía.
No piensen que lo que les digo es imposible o inalcanzable, su primer paso en este tiempo es la fraternidad humana para, algún día, alcanzar esa fraternidad esenia.
Recuerden todo lo que ahora les digo, porque ya lo vivieron. Recuerden y permitan que, de lo profundo del corazón, de lo profundo del alma y de la esencia, emerja esa fraternidad esenia que ustedes compartieron con la Sagrada Familia.
Muchos fueron discípulos de San José, muchos fueron discípulos de Mi Madre, y todos fueron seguidores Míos a través de los tiempos.
Solo deben dejar que el corazón los inunde con estos principios, los colme con estas aspiraciones y, cada día más, los haga buenas personas que no solo siguen los Mandamientos, sino que también los viven en la simplicidad del corazón y en la humildad de la vida.
Yo vengo a mostrarles la verdadera historia de su humanidad. Así como estuve con ustedes hace dos mil años, hoy de nuevo estoy con ustedes después de dos mil años. ¿Logran sentir lo que esto significa y cuán grandiosa es la maravilla de Dios? La Gracia del Padre, que de tiempo en tiempo, desciende sobre las almas sedientas de Misericordia, de Luz y de Redención.
Mi Nombre debe estar escrito en sus vidas, porque el Nombre de Jesús aún es un misterio para todos. Pero ese misterio, dejará de serlo cuando Yo retorne; sabrán Quién fue Jesús, como muchos en algún momento lo habrán podido sentir. Detrás de ese Nombre existen muchos más Nombres, Nombres que provienen de la Fuente y de toda la manifestación divina.
Es allí hacia donde deben retornar, para que Yo pueda retornar a ustedes.
No crean que son lo que externamente muestran o todo lo que aparentan. No permitan que sus vidas sean regidas por esas energías, dejen que el corazón se abra más y más, hasta que sus corazones puedan amar a todos sin condiciones y aprendan a ser padres y madres en espíritu, hermanos en la sagrada fraternidad esenia.
También en el pasado, la Orden Templaria dio continuidad a esa fraternidad esenia, pero eran los mismos que se reunieron y que se unieron en torno a las sagradas Reliquias de la Pasión, para poder fundar ese nuevo impulso que vino del universo de que, de una forma u otra, se constituyera la nueva humanidad como una semilla de luz en las consciencias.
A través de estos últimos años y de las últimas Sagradas Semanas, he venido con Mis propias Manos trayendo el Agua de Vida para regar esa semilla interior que hay en ustedes, para que brote y nazca la nueva vida, la Nueva Humanidad. Pero ese trabajo es muy esforzado, requiere de Mis apóstoles mucha determinación y valentía, para que esas profundas Aspiraciones de Dios se cumplan.
Por esa razón, Yo los he traído hasta aquí, hacia Aurora como hacia otros lugares, en donde esa semilla de luz pueda expresar la vida de las Comunidades-Luz y, aún más, abrir sus puertas y sus corazones para acoger al mundo entero por medio del servicio humanitario, en donde muchas más semillas, en este tiempo de aparente derrota, están siendo colocadas y sembradas en los corazones, por un solo motivo, que todos alcancen la felicidad de estar en Dios y de reconocer Sus Sagrados Nombres para que esta humanidad herida sea curada, para que esta humanidad enferma sea sanada, para que esta humanidad indiferente sea unificada, para que esta humanidad dividida sea hermanada, para que esta humanidad desesperanzada viva la divina esperanza.
Mis promesas aún se seguirán cumpliendo en aquellos que se ofrezcan como cálices vacíos para que sean depositarios de los códigos de Mi Iglesia Celestial, de todos los méritos alcanzados durante Mi Nacimiento, vida pública, Pasión, Muerte, Resurrección y Ascensión.
Yo no necesito de algo difícil, Yo necesito de su simple donación, porque quiero que Mis amigos vivan en Mi Amor, para que Mis amigos vivan en Mí, como muchos amigos Míos a través de los tiempos vivieron en Mí y se animaron a amar lo desconocido.
Cuando hago silencio es para que contemplen, mediten y escuchen Mis Palabras, porque Cielo y Tierra pasarán, pero Mis Palabras permanecerán en los cálices vacíos.
Vendré a su encuentro en las próximas Semanas Santas, pero esta vez será diferente porque Mi tiempo está finalizando con ustedes. Pero Mis Dádivas y Mis Gracias nunca terminarán, hasta que sus vidas sean la propia Gracia de Dios transformada.
Este encuentro seguirá siendo llamado Sagrada Semana, pero nos reuniremos solo en algunos momentos de las próximas Semanas Santas: en el Domingo de Ramos, en el Jueves Santo, en el Viernes Santo, en el Sábado de Aleluya y en el Domingo de la Resurrección de su Señor.
En esos días, Yo vendré al mundo para entregarles Mis últimas Instrucciones, porque no puedo partir de aquí ante tanto sufrimiento planetario, porque sé que las almas Me necesitan.
Solo les pido algo, que recen para que esos próximos encuentros puedan suceder.
No importa cómo sea, dónde sea, pero Mi Mensaje llegará, les doy Mi Palabra de esto, y espero que en la próxima Semana Santa sus corazones estén más decididos y definidos porque les quiero decir a todos que ya no hay tiempo.
No quiero forzarlos a dar un paso, quiero despertarlos a dar un paso, paso en los grados del amor. Es tan maravilloso esto, que los grados de amor son tan infinitos pero tan semejantes en todos Mis compañeros.
Tengan presente esta Instrucción, porque el universo y Su Rey siempre les darán la oportunidad de amar. También es una promesa que amen aquellas cosas que ustedes mismos no creerían que podrían amar.
Pero después de tantas Instrucciones, de tantas bendiciones y Sagradas Semanas, solo espero que en esta Pascua que hoy celebramos, del Cordero de Dios inmolado en sacrificio, puedan decirle a Dios Padre: "Mi Corazón está pronto para lo que Tú deseas, para lo que Tú esperas. Padre, haz de mi vida un instrumento en Tus Manos. Transforma este barro en algo bello para Ti, porque Tú, Padre Amado, siempre resucitarás mi vida. Yo confío en Ti".
Quiero celebrar esta Pascua con todos los presentes y, especialmente, con todos los que están en sus hogares y con sus familias en este Domingo de Pascua, en el que las puertas de los Cielos están abiertas sobre el mundo para que Mi Espíritu resucitado resucite a todos los espíritus caídos, bajo la gloria del Sacramento de la Eucaristía.
En la presencia de los Ángeles Custodios de Dios, en la presencia de los Coros más cercanos a la Fuente Divina, hoy ellos, ante el Rey del Universo, serán testigos de que la sagrada forma de la Eucaristía ingresará, como una luz inmaterial, en los corazones que se abran para recibirla y así se instituya, de una vez y para siempre, la sagrada fraternidad esenia. Amén.
Para que sus corazones se terminen de purificar y preparen sus templos internos para recibir el Sacramento, prepararemos esta ceremonia para todos.
Los invito a invocar la presencia de sus Ángeles de la Guarda para que también sean testigos de la celebración de esta Pascua del Resucitado, de Aquel que resucita de tiempo en tiempo en el corazón humano, para hacer de cada corazón humano un corazón redimido.
Ofrezcan a sus almas la oportunidad de gobernar este momento y que todas las miserias, incertidumbres, dudas o sufrimientos, sean disueltos a través de esta celebración eucarística. Para eso escucharemos una canción desde el Centro Mariano de Figueira, una canción tan simple que dice muchas cosas, llamada “Corazón vacío”.
Los escucho, y celebremos en Mi Iglesia Celestial.
Canción: Corazón vacío.
Postrados ante la Iglesia Celestial de Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo y Rey de la Vida, ofrecemos en este momento, ante Su Presencia, nuestros corazones vacíos para que, como Él dijo, nos pueda llenar de Sus Códigos de Luz y así todas las incertidumbres, dudas, sufrimientos, dolores sean disueltos por la sagrada celebración de esta Eucaristía.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús
Escuchamos el instrumental y vamos a seguir, en este momento, los pasos que nos está indicando Nuestro Señor.
Hoy, después de haber resucitado de entre los muertos y especialmente de haber resucitado en el corazón de cada uno de los Míos, vengo a compartirles el Pan de Vida y el Cáliz de la Salvación a todos Mis compañeros del mundo, para que la fortaleza de la unidad y de la fe unifique a todas las familias del mundo y haga de cada corazón humano una llama de fe en estos tiempos de oscuridad; para que la Luz del Reino de los Cielos, que está dentro de cada uno de los Míos, se haga presente y triunfe una vez más. Que así sea.
Antes estuve reunido con Mis apóstoles, hoy estoy reunido con muchos seguidores más y vengo a entregarles Mi Vida sacramentada en la Eucaristía.
Es así, que tomando el pan entre Mis Manos lo ofrezco al Padre, Adonai, Elohim y Abba, para que lo bendiga y lo convierta en el glorioso y resucitado Cuerpo de Cristo, que hoy ingresará en forma de Luz Divina en los corazones que se abran para recibirlo en Comunión Espiritual.
Así, por todo el planeta y por ustedes, haciendo memoria de Mi Legado en todas las Sagradas Semanas, vuelvo a partir el pan para ofrecérselo a ustedes, diciendo: "Tomen y coman, porque este es Mi Cuerpo que fue entregado por ustedes para el perdón de los pecados".
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Amén.
Y como los Ángeles del Cielo, nos postramos ante la presencia del Divino Sacramento del Altar, para que las almas más sufridas sean reparadas por la Presencia de Cristo, Nuestro Señor.
Así, vuelvo a tomar el Cáliz entre Mis Manos y se lo ofrezco a Adonai, Elohim y Abba, para que sea bendecido y convertido en Mi preciosa y divina Sangre y les vuelvo a decir, compañeros: "Tomen y beban, porque este es el Cáliz de Mi Sangre, Sangre de la nueva y eterna Alianza que fue derramada por su Redentor para la remisión de todas las faltas. Hoy hagan esto en memoria Mía".
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Amén.
Que todos los Reinos de la Naturaleza sean reparados, porque ellos no se pueden defender del hombre. Que las almas de la Tierra y el corazón humano despierten a la consciencia del amor por toda la Creación para que Mi divina e insondable Misericordia descienda a la Tierra.
Con alegría, júbilo y amor anunciamos que este es el Cuerpo y la Sangre de Cristo. Bienaventurados los que se sirvan de este Sacramento en Comunión Espiritual, porque Yo les he prometido la vida eterna.
Y ahora, oraré y les pediré que oren Conmigo para consumar la consagración de estos sagrados elementos. Así como Yo lo hice en el Monte de las Bienaventuranzas, oraremos meditando sobre cada palabra.
Oración: Padre Nuestro (en arameo).
Anuncien Mi Paz al mundo.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Acaba de aparecer Nuestra Señora, vestida como una Esposa Celestial. Su belleza es indescriptible.
Pedimos ahora que las Madres se coloquen detrás del altar, para que anunciemos junto a Nuestro Señor y a Nuestra Señora esa poderosa, pero simple oración del centurión.
Contemplamos la majestad de nuestra Madre Divina que viene a recibir, en Su Corazón Inmaculado, las ofertas de todos Sus hijos.
“Señor yo no soy digno de que entres en mi casa,
pero una palabra tuya bastará para sanarme.
Amén".
Así, hoy les anuncio que cada uno de los presentes y de los no presentes en este santuario, está en Comunión Espiritual Conmigo. Celebremos a través de tres campanadas.
Hoy invito a todas las madres del mundo, en nombre de todas estas madres aquí presentes, a renovar sus votos con la maternidad espiritual, inextinguible espíritu de protección divina sobre todos los hijos de Dios.
Escuchamos, en comunión, siete campanadas.
Hoy, después de mucho tiempo, siento sus corazones en Mi Corazón y esto Me motiva y Me impulsa a venir aquí, para poder llegar al mundo.
Agradezco a todos los que construyeron con sus manos y con su tiempo está Sagrada Semana, una de las más inolvidables para Mí. También agradezco a todos los que fielmente acompañaron esta Semana Santa. Como les ha dicho Mi Madre: "Yo estoy aquí" y Soy Su Maestro.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Hermana Amerisa puede pasar aquí y arrodillarse un momento delante de Cristo.
Nuestro Señor, hoy la bendice en esta sagrada tarea de la maternidad como Madre Elisabeth de la Cruz.
En nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Pueden ponerse de pie.
Y ahora, compañeros, Mi tiempo ha terminado y quiero que terminen escuchando una canción que sea la melodía de estos tiempos para los nuevos apóstoles. Esta canción se llama “Estar en Tu Corazón”.
Yo los bendigo y les doy Mi Paz.
En el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Podemos ir en Paz, demos gracias a Dios.
Madre María Shimani de Montserrat:
A pedido de nuestro Maestro, vamos a repasar con ustedes, muy brevemente, aquellas cosas que han sucedido en esta semana.
Recuerden que Nuestro Señor llegó en el Domingo de Ramos, anunciando que Su Pasión iba a tener, en esta última semana, una profundidad más amplia, porque Él quería que nosotros preparáramos nuestro corazón.
Él trabajó con toda la humanidad durante toda la semana solo para preparar nuestro corazón, para que hoy, domingo, el día en que Él resucita en nuestro corazón, nosotros nos pudiéramos animar a decirle: “Señor, mi corazón está pronto”.
Y en esa última frase que Él dijo, que nuestro corazón estaría pronto para ser un instrumento, abrazando lo desconocido con total confianza, se resume toda nuestra trayectoria durante esta semana. Y es lo único que nos debe importar en este tiempo: preparar nuestro corazón para que esté pronto, para abrazar cualquier cosa que Él necesite de cada uno de nosotros, con total confianza en todos Sus Designios y en Su Amor.
Su Gracia y Su Misericordia son infinitas; por eso, Él estará sustentando nuestros espíritus por las Semanas Sagradas que vendrán.
Nosotros prepararemos, con júbilo en el corazón, Su casa, nuestro corazón, y lo esperaremos con alegría y gratitud.
Prepararemos para todos ustedes una tarea que va a resumir todo aquello que Nuestro Señor realizó durante esta semana, y podremos repasar todo lo que vimos y escuchamos, y todo aquello que, ocultamente, Nuestro Señor hizo en nuestro planeta y en nuestra humanidad y que Él tuvo la Gracia de podernos mostrar, porque necesitamos comprender lo que sucede en este mundo cuando Él nos regala Su Presencia.
“Seguimos preparando nuestro corazón, Señor, para abrazar todo aquello que vendrá y transformará esta Tierra, en esa Aspiración de nuestro Padre: que este mundo, este planeta y esta humanidad se conviertan en un planeta sagrado”.
¡Gracias, Señor, por cuánto nos das!
Y unidos a Ti, Rey del Universo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En la solemnidad de la consagración de nuevos adoradores, ante las puertas de la Iglesia Celestial, en la Presencia de Nuestro Señor Jesucristo y de Sus santos ángeles, vamos a escuchar "PaterNoster" y nos uniremos a esta procesión angélica que desciende del universo a la Tierra, junto al Santísimo del Altar.
Seguimos con instrumental.
Saludamos a Nuestro Señor Jesucristo, al Sagrado Corazón de Jesús, y reverenciamos Su Eucarístico Corazón en unión a todos los adoradores del mundo que imploran, en esta hora, por la Misericordia de Nuestro Señor para el mundo entero.
Hoy He preparado dentro de Mi Iglesia Celestial una ceremonia simple pero profunda, muy significativa para sus vidas en este momento crucial de la humanidad.
En este día, el centro de la celebración en Mi Iglesia Celestial es Mi Corazón Eucarístico, para que Él sea honrado y adorado, para que el Amor del Dios Vivo sea reconocido y aceptado por todas las almas de la Tierra, a fin de que a través de la Adoración alcancen el espíritu de la redención y la elevación de la consciencia.
La gran tarea de todos los adoradores del mundo recién ha comenzado. Desde el primer día que fue instituido el Corpus Christi hasta el presente, todo ha sido una preparación para este tiempo final.
Cada adorador se compromete a ser celador de Mis Reliquias espirituales, para que esas Sagradas Reliquias, que nacen del Corazón Eucarístico de Jesús estén disponibles para todas las almas, y los méritos de Mi Corazón Misericordioso puedan ser derramados en el mundo.
La Adoración que en este tiempo final podrán ofrecerme no solo los unirá a Mi Iglesia Celestial, no solo podrán seguir haciéndola en silencio para contemplar el silencio de su Señor, sino también podrán conocer muchos más misterios de Mi Corazón, que aún no fueron revelados al mundo.
La Adoración que pueden ofrecer Mis Adoradores, en este tiempo final, será muy significativa e importante para Mí, no solo por todo lo que ya ha dicho la Jerarquía a través de los tiempos, sino porque llegó el gran momento de que sus vidas sean el milagro eucarístico de la Adoración. Y eso no son solo palabras, serán hechos, será algo más que un testimonio y más que una experiencia o que un ejercicio espiritual, para que aprendan a sostener Conmigo el fin de los tiempos.
La Adoración es una Ley instituida espontáneamente en los primeros tiempos de la cristiandad por las almas devotas a Mi Corazón Misericordioso, por las primeras comunidades cristianas que comprendieron el sentido oculto de la Presencia de Cristo en la Tierra, hace más de dos mil años.
¿Comprenden lo que significa que una Ley Divina haya sido atraída desde la Fuente por las almas de la Tierra? Cuando las almas de la Tierra deben vivir la Ley, ¿qué es lo que permite ese milagro espiritual y profundamente interno? Es la Adoración, a través de los tiempos y de las generaciones.
Las almas que adoran en este tiempo ya adoraron en otros tiempos. A través de la coligación profunda con Mi Corazón no son solo celadores de los tesoros espirituales del Redentor, sino que a través de la Adoración su vida espiritual es convertida y redimida, perdonada y absuelta de los errores del pasado.
La Adoración, en este tiempo final, modifica la genética humana transubstanciándola y redimiéndola en cada ejercicio de Adoración.
La ciencia de la Tierra nunca podría explicar esto. Pero si las almas en los tiempos pasados fueron capaces de atraer hacia sí la Ley inmutable de la Adoración, ¿qué más podría suceder en este tiempo final si más almas se comprometen verdaderamente a adorar las reliquias de su Maestro y Señor por medio de la Eucaristía?
Por eso necesito que, en este tiempo final, sus vidas sean el propio milagro eucarístico a través de la Adoración.
Es algo más que estar en Adoración ante Mi Corazón Eucarístico, es aprender a penetrar el misterio del universo inmaterial que se presenta en la ciencia de la Eucaristía por medio de la intervención de las Leyes Divinas, las que permiten, por obra del Espíritu Santo, los milagros eucarísticos.
Las almas que hoy se consagrarán no solo estarán sellando un compromiso Conmigo, pendiente y definitivo, sino también lo estarán haciendo por todas las almas que no Me adoran y que no Me aman.
Hoy la Iglesia Celestial, a través de esta ceremonia especial para los Adoradores de Cristo, trabaja con la indiferencia de la humanidad, con la omisión a los Comandos del Cielo.
A través de la Adoración Yo los erguiré como el nuevo Árbol de la Vida, y sus vidas podrán expresar los Tesoros de Cristo, los frutos que provienen de los dones y de las virtudes, y su tarea de Adoración no será personal, será una tarea esencial de sus almas Conmigo, su compromiso Conmigo, su transparencia Conmigo.
Así Yo podré renovar todas las cosas, así como puedo renovar a todos los que llegan y, en cualquier nivel de consciencia, se colocan a Mis Pies para ser desgarrados por Mi Amor.
El próximo paso de cada una de sus vidas es dejarse desgarrar por Mi Amor, de adentro hacia afuera, para que todo sea removido, a fin de que la luz de los tesoros de su Maestro y Señor, presente en la Eucaristía, ingrese en sus consciencias para que aprendan a ser otras consciencias, y así vivan la Voluntad.
En la Iglesia Celestial la Adoración es permanente, es un estado eterno de consciencia que los ángeles veneran constantemente, a fin de dar tributo y honor a los méritos que alcanzó su Maestro y Señor por medio de Su dolorosa Pasión.
Aún el poder de la Eucaristía es desconocido para la humanidad, su poder llegará en el fin de estos tiempos como una gran señal visible en los cielos. Cuando su Maestro y Señor esté retornando no solo habrá señales en el cielo, sino en todos los Sagrarios de la Tierra que hayan sido correctamente adorados y reverenciados por las almas. Demostraré al mundo que Cristo no es una religión, es un estado de consciencia que pertenece a los hijos de Mi Padre, superando cualquier religiosidad o dogma.
En ese momento sus vidas, si hubieran adorado correctamente a su Maestro y Señor en la Eucaristía, podrán ser un sagrario mismo. Y así, en ese tiempo y en esa hora que se aproxima, se cumplirá la Ley.
En la Sagrada Eucaristía de la Iglesia Celestial y en todos los sagrarios de la Tierra, están los cinco Poderes de Cristo: la liberación, la transfiguración, la transubstanciación, la redención y la Misericordia.
En la Eucaristía está la síntesis de toda Mi Vida y experiencia con la humanidad, es el testimonio de la Presencia del Dios Vivo.
Ahora ya conocen Mis cinco Poderes, búsquenlos, contémplenlos, adórenlos y los alcanzarán.
Si las almas supieran lo que Yo les dejé a través de la institución de la Eucaristía, la humanidad ya sería otra, y ella ya no sería más deudora, sino merecedora de todas las Gracias del Cielo.
Por eso cada adorador repara las ofensas que recibe su Maestro, enmienda las acciones contrarias que son cometidas por la humanidad, para que la Gracia Suprema descienda y los corazones tengan una oportunidad.
Que el centro de sus vidas a partir de ahora sea este misterio.
Nunca habrá pregunta sin respuesta, todo está en la Adoración, dentro y fuera de la consciencia.
La Iglesia Celestial hoy ofrece la reparación de muchas almas por sus indiferencias, ultrajes y omisiones a la Santa Eucaristía, desde la vida religiosa hasta la vida común, y esto es posible, aunque desconocido, por el ofrecimiento de las almas adoradoras.
Pero antes de bendecir a los que se ofrecerán para sostener el planeta Conmigo hasta el fin de sus vidas, en esta solemnidad del Corazón Eucarístico de Jesús, a través de la Iglesia Celestial, bendeciremos junto con los ángeles del Cielo a las custodias que fueron traídas a este altar, para que ellas sirvan no solo de Adoración, sino de inspiración, de fortaleza y de cura para las almas.
Nos ponemos de pie.
Vamos acompañar esta bendición, en unión con nuestros Ángeles de la Guarda, entonando solemnemente: “Kodoish”.
Vamos a esperar que los ángeles ingresen para que indiquen el momento de la consagración.
Cantemos.
Inspiramos.
Volvemos al "PaterNoster".
Y ahora nuestros hermanos postulantes harán su ofrecimiento interior a Nuestro Señor, para consumar esta consagración en el silencio del corazón.
El Señor los escucha.
Recibimos esta Gracia haciendo la Señal de la Cruz.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Vamos a pedir a Nuestro Señor, para estos hermanos, la Gracia de la perseverancia en esta sagrada tarea de adorar el Corazón Eucarístico de Nuestro Señor, por la paz y el bien de la humanidad.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén (en portugués).
Pueden ir.
(Pasa el segundo grupo de postulantes).
Vamos a pedirle a Cristo para esta tarea, la Gracia de la perseverancia en ese sagrado ejercicio de Adoración de Su Cuerpo Eucarístico.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Pueden ir en paz.
Volvemos ahora al instrumental del principio para que realicemos esta consagración. Y así como las almas adoradoras se ofrecen a Nuestro Señor, en constante unión y amor con Él, vamos a pedir a través de la Iglesia Celestial, ante la Presencia de Nuestro Señor Jesucristo, que Su Corazón Eucarístico, la poderosa Custodia de Luz, pueda despertar e inspirar a las almas que aún no encontraron a Cristo, para que sientan Su Amor y Su Misericordia.
Nos ofrecemos, en esta hora, a la Iglesia Celestial, así como ofrecemos estos elementos del altar, para que una vez más sean bendecidos.
Vamos a colocarnos en el momento de la Última Cena, cuando Jesús enseñó a Sus apóstoles por medio de los elementos, lo que Él iría a vivir por nosotros hasta lo alto del Monte Calvario en la Cruz.
Fue así que Jesús, después de haber bendecido a Sus compañeros, tomó el pan, lo elevó y agradeció al Padre el sacrificio que Él viviría para que fuera transubstanciado en Su Cuerpo. Lo partió y lo ofreció a Sus compañeros diciendo: "Tomen y coman, porque este es Mi Cuerpo que será entregado para el perdón de los pecados".
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Amén.
(en portugués)
La forma de Luz del Cuerpo Eucarístico de Cristo ingresó en Sus compañeros, así como hoy Él ingresará en nosotros para que comulguemos con Su Paz.
Enseguida, tomó el Cáliz y lo elevó agradeciendo para que fuera transubstanciado en Su Sangre. Luego, con una mirada de Amor y de Misericordia, lo ofreció a Sus apóstoles diciéndoles: "Tomen y beban, porque este es el Cáliz de Mi Sangre, Sangre de la eterna y nueva Alianza, que será derramada por su Redentor para el perdón de todas las faltas. Hagan esto en memoria Mía".
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Amén.
(en portugués)
El Cuerpo y la Sangre de Cristo.
Que sean felices los que hoy se sirven de este Sacramento por la redención de la humanidad.
Padre Nuestro (en portugués y en inglés).
Que la Paz de Cristo descienda a la Tierra.
Señor,
yo no soy digno de que entres en mi casa,
pero una Palabra Tuya bastará para sanarme.
Amén.
Santísima Trinidad,
Padre, Hijo y Espíritu Santo,
os adoro profundamente
y os ofrezco el preciosísimo Cuerpo, Sangre,
Alma y Divinidad de Jesucristo,
presente en todos los Sagrarios de la Tierra;
en reparación por los ultrajes,
sacrilegios e indiferencias con que Él es ofendido,
y por los méritos infinitos de Su Santísimo Corazón
y del Inmaculado Corazón de María,
os pido la conversión de los pobres pecadores.
Amén.
Por algunos segundos adoremos el Sagrado y Eucarístico Corazón de Jesús, por la paz y la cura de la humanidad.
Padre Celestial,
que a todos conduces,
acepta nuestra oferta de entrega a Ti,
guíanos por el camino del Amor
para que Tu Voluntad sea hecha.
Amén.
Los bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cerramos esta transmisión contemplando el Corazón de Cristo en nuestro interior.
Gracias a todos.
Poemas al Inmaculado Corazón de María
Trigesimoctavo poema
Santísima Madre de la Contemplación,
Guardiana Sagrada de las Reliquias de Cristo,
Mensajera de la Palabra de Amor de Tu Hijo,
en este día, Te pedimos
que nos ayudes a vivir integralmente
todas las enseñanzas de Cristo,
para que, en este tiempo definitivo,
podamos ser un ejemplo de Redención y de Gracia.
Santísima Madre de la Contemplación,
ayúdanos a que cada Palabra de Cristo
resuene como un impulso de Luz dentro de nosotros.
Que, a través del Evangelio, nos autoconvoquemos
para servir a Dios sin condiciones,
teniendo como meta
aliviar el Corazón herido de Cristo
por todo lo que Él observa en el mundo.
Santísima Señora de la Contemplación,
enséñanos a comprometernos con el Camino de Cristo,
porque en adhesión, ayudaremos a preparar Su Retorno
a través de las obras de amor.
Que nunca perdamos la alegría de servir
y de reconocer que somos hijos de Dios.
Cuando consigamos despojarnos de nosotros mismos,
Te pedimos, Madre, que nos lleves de la mano
hacia el camino de la verdad,
en el que seguiremos redimiendo nuestras vidas,
que estarán al servicio del Plan de Amor
de Nuestro Señor.
Amén.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más