- Inicio
- Blog
- Mensajes
- Oración por la Paz en las Naciones
- Calendario
- Oraciones
- Impulsos Diarios
- Libros publicados
- Pinturas e Imágenes
- Objetos Sagrados
- Música
- Galeria de fotos
- ¿Quiénes somos?
- Centros Marianos
- Campaña por la Paz
- Redes Sociales
- Contacto
Un alma, que vivía sumergida en la tristeza y en la amargura, le cuestionaba al Señor cuál era el sentido de su existencia. Sabiendo que todas las criaturas fueron hechas para expresar el Amor y sintiéndose lejos de conocer ese Amor y de expresarlo, no encontraba la razón de su propia existencia.
Su Señor, con Ojos de Compasión, contempló a esa alma y le respondió también con una pregunta: “Sientes que no puedes expresar Mi Amor y vives sumergida en la amargura y en la tristeza, pero ¿buscas, cada día, a Mi Corazón? ¿Pides Mi Gracia y te esfuerzas, en la sequedad de tu interior, para superar tu amargura y llegar a Mi Pensamiento para ti?”.
El alma, afligida y un tanto contrariada, le respondió al Señor que no lo buscaba, que no lo sentía y que estaba solo sumergida en sus debilidades y amarguras.
Entonces, el Señor le dijo: “Eres un alma amada, y Yo te amo tanto como tú también puedes amarme a Mí y a todo. Sin embargo, desde que Yo te creé, alma querida, te distanciaste de Mi camino y te cubriste con tantas vestiduras y tantos velos que ya no puedes reconocer quién eres ni quién Soy Yo. Pero, para que Yo te muestre tu verdadera faz, necesitas pedírmelo, ir más allá de tus amarguras y debilidades, de tu sequedad y tristeza, de tus deseos y metas, y de todo aquello que piensas sobre cómo Yo Me manifiesto en tu vida, cómo Me revelo a ti y cómo Me puedes sentir.
Deja que Yo actúe en tu corazón y, para eso, solo dime sí, todos los días, con humildad y persistencia. El propósito de tu existencia es vivir y renovar Mi Amor, pero para que eso suceda hay un camino de redención y de humildad, de renuncia y de entrega, de superación y de rendición, en el que tú te pierdes de ti y Me encuentras a Mí para que, solo entonces, sepas lo que es expresar y renovar Mi Amor.
Mi milagro en tu vida comienza cuando Me dices sí, mas él es constante y eterno, y muchas veces no percibirás que Mi Amor actúa a través de tu corazón; pero, por encima de todo, debes confiar en Mí”.
Hoy, les cuento esta historia, breve y profunda, porque las almas del mundo no encuentran el sentido de la propia existencia, pero tampoco buscan a Aquel que se lo puede revelar.
No es en el mundo o en las metas humanas en donde encontrarán la realización y la plenitud. Para liberarse del vacío y de la amargura de una vida sin amor, deben buscar a Dios, hijos, y en Él las respuestas a sus cuestionamientos más profundos.
Tienen Mi bendición para esto.
San José Castísimo
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
No teman porque, a pesar de todas las adversidades, a pesar de las miserias que desbordan de sus corazones y de que a veces les falta la esperanza, el Corazón de Dios, hijos, aún pulsa dentro de cada uno de ustedes.
Sientan este universo interior que está por detrás de todas las capas de ilusión en las que esta humanidad vive constantemente. Ya está llegando el tiempo de que la verdad se revele a todos los hijos de Dios y que se reconozcan Sus hijos, que puedan percibir la semejanza que existe entre el Creador y Sus criaturas.
Por eso, no teman. No teman por las ilusiones del mundo, solo teman estar distantes de Dios, porque este es un Don de Su Santo Espíritu, que no permitirá que cada uno de ustedes abandone Su camino.
Mayor que todas las enfermedades que rodean a este mundo es la enfermedad que habita en el interior de los seres humanos y que no les permite aproximarse a Dios. Y esta enfermedad, hijos, debe comenzar a ser curada, porque solo ella les impedirá vivir la Voluntad Divina.
No será ningún plan del adversario lo que los separará de Dios si, dentro de cada uno de ustedes, esta unión se perpetúa. Por eso deben comenzar a trabajar, de adentro para afuera; procurando, en lo profundo de su interior, la conexión con Dios; esta puerta hacia el Universo, hacia el infinito que hay en sus corazones.
Hoy no vengo a hablarles de las enfermedades de este mundo, tampoco vengo a decirles sobre las miserias humanas, sino de la perfección que se esconde dentro de cada uno de ustedes, así como de la perfección que se esconde en lo profundo de este planeta y que les debe ser revelada.
Vengo a elevar sus consciencias una vez más, para que salgan del punto en el que hoy se encuentran y se coloquen en las dimensiones celestiales que no están distantes de ustedes, sino que están en su interior, que están en lo invisible de este lugar, que se esconden debajo de sus pies, en el corazón más profundo de esta Tierra.
Hoy, hijos, no vengo a hablarles de aquello que no merecen recibir, no vengo a señalar aquello que deben transformar, porque Yo conozco profundamente el corazón humano, él aún pulsa en Mi interior, porque así es la Voluntad de Dios. Mi Corazón humano solo se fundirá en el Padre cuando cada corazón que pulsa dentro de ustedes también lo haga.
Por eso, los comprendo cada vez más. Sé de sus flaquezas, de sus limitaciones y de sus dificultades, pero Yo también sé del misterio que se guarda dentro de ustedes y que desconocen.
Veo con Mis ojos a sus seres transparentes y contemplo en su interior la esencia divina. No preciso mirar hacia el cielo para encontrar a Dios. Hoy Yo miro a cada uno de ustedes y puedo encontrarlo. Sus esencias son espejos vivos de la Consciencia Divina, y muchos creen que ya lo saben, que ya lo comprenden, pero no es una cuestión de comprender o de saber, porque la humanidad sabe muchas cosas y sin embargo se mantiene en el punto en el que está.
Llegó el momento de dejar a ese Dios Vivo expresarse dentro de cada uno de ustedes. Y eso se hace con la rendición, parando de observar las miserias humanas, parando de señalar los errores ajenos o los errores del propio corazón y buscando, hijos, la verdad que habita en lo profundo de sus corazones.
Esa verdad silenciosa también se encuentra y se revela a través del silencio. Pero para silenciarse y buscar a Dios en el propio corazón, deben ser valientes de espíritu, porque el Creador no se parece a lo que ustedes piensan. Él no se expresa como ustedes se expresan todos los días. Él no aspira a sobresalir sobre nada ni nadie, tanto es así que Se mantuvo silencioso en su interior desde el principio de la Creación. Pero ahora, ese Corazón pulsa, ese Verbo se quiere expresar, se quiere revelar a Sí mismo, primero para cada uno de ustedes, después para toda la Creación.
Es el momento de que la humanidad exprese el Pensamiento Divino y, más que ese Pensamiento, es momento de que la humanidad exprese al propio Dios, porque solo de esa forma podrán superar la unión de los tiempos llamada transición de este planeta.
Por eso, silénciense, cada uno delante de Dios. Dejen que sus almas se rindan, que puedan traspasar los umbrales de las miserias y de las dificultades humanas, tanto en ustedes como en el prójimo.
Porque no es verdad que no son perfectos. ¡Sí, ustedes son perfectos!, pero aún no descubrieron quienes son, porque no lo expresaron ni en el Cosmos ni en la Tierra, a pesar de que un día vieron alzado en una Cruz a Aquel que para ustedes fue un espejo de lo que verdaderamente son.
Dejen de lado sus temores y también sus aspiraciones.
No busquen los lugares que no les corresponden, busquen su propio lugar en el Corazón de Dios y no en este mundo.
No queden buscando papeles en el teatro de esta Tierra, busquen la verdad en el propio corazón y quieran expresarla.
No busquen la verdad en el prójimo, no quieran que él exprese a Dios, porque eso es tan humano como la humanidad que ustedes conocen.
Es el momento de que cada uno busque a Dios en sí mismo, contemple delante de sí los altares celestiales y, postrado ante esos altares, pueda rendirse a Dios.
Hoy Yo les digo todo esto, hijos, porque Mi Corazón también estuvo enfermo, perdido en las ilusiones humanas, creyendo tener una misión, un papel principal en la historia de este planeta, porque Dios me hizo padre de Su Hijo y, en un momento, me llamó a Su Reino y Me pidió abandonarlo, lo que para Mí era abandonarlo, porque Yo pensaba que esa era Mi misión y que este plan no se cumpliría porque el Hijo de Dios no estaría protegido y la Madre de Dios tampoco sería amparada.
Pero, en el momento en el que Yo estaba en los brazos de María, y sin que Ella me dijera una palabra y Yo tampoco le hablara nada, encontré el silencio que Me mostraba la semejanza con Dios. Vi reflejado en el Corazón de María el Universo Celestial, el mismo Universo que se reflejó en Mi interior. Reconocí la semejanza con Dios, quién era Yo y quién es Él. De esa forma, no temí entregar Mi Espíritu en Sus Brazos e ingresar en Su Tiempo Eterno, caminar hacia la Fuente de la Creación, hacia el eterno servicio al Corazón de Dios.
Ustedes, hijos, no precisan dejar este mundo para comprender lo que les digo, porque no es necesario. Hoy el Creador los llama para algo diferente, los llama para encontrar ese misterio a través del esfuerzo y de la rendición, a través del silencio y de la soledad interior, esa que es tan temida por la humanidad, porque, a veces, parece que tienen miedo de descubrir la verdad, porque se perderían de sí mismos, de todo lo que creen ser.
Si por un instante pudieran contemplar la Verdad Divina, no dudarían en abandonarse para ser lo que verdaderamente son.
Recuerden que aún están transitando la Cuaresma, ese momento de encontrarse a sí mismos y de encontrar a Cristo, primero dentro de ustedes y después delante de ustedes, cuando por Su infinita Misericordia, podrán reencontrarlo en este mundo.
No teman al desierto, no teman percibir que las almas se debilitan, porque el Creador tiene una Voluntad para cada ser de esta Tierra y esa Voluntad se cumple no como ustedes piensan, sino como Él la conduce, según el permiso que las almas le dan. Por eso, paren de mirar hacia los lados y comiencen a mirar hacia adentro.
El Plan de Dios se está manifestando, está buscando ganar el espacio dentro de ustedes que la humanidad nunca le dio, pero este es el tiempo de darle.
Que este desierto sea fecundo, la oportunidad de estar transparentes, de vivir esa tan temida transparencia. Prepárense para la Pascua, para entregarse completamente, sin miedo, para estar vacíos delante de Dios.
Los acontecimientos planetarios muchas veces pueden ser usados para cumplir la Voluntad Divina. Sepan hacer de las adversidades un momento para fortalecerse. Sepan hacer de la próxima Sagrada Semana un momento de estar ante Cristo en lo más profundo de sus corazones, de participar con Él verdaderamente de Su Pascua, de sentir Su soledad, Su agonía y Su entrega; y vivir esa soledad, esa agonía y esa entrega, porque eso es lo que su humanidad vive, es parte del camino que deben recorrer para rendirse a Dios, para vencer aquello que la humanidad más teme: la entrega, el sacrificio y la llamada muerte. Y así, descubrirán quiénes son y quién es Dios, en ustedes y en toda esta Creación.
Mientras les hablo, Mi Corazón se abre, y todos los códigos más profundos que alcancé en nombre de la humanidad, todo el camino que tracé para estar aquí, los deposito en estos sagrados Relicarios que Yo bendigo para cada Centro Mariano y para Mi amada África.
Este es el séptimo Relicario, que Yo aspiro a que llegue allí, para que comprendan que Mi Corazón permanece con aquellos que más lo necesitan. Yo estoy con ustedes, hijos Míos, como con cada hijo de esta Tierra, estoy en cada hogar y en cada corazón, porque Mi Corazón está unido a Dios, y este mismo Corazón Divino y Celestial habita dentro de ustedes.
Contemplen los Relicarios para descubrir esta verdad, para estar delante de un espejo, así como Yo estuve delante del espejo del Corazón de María. Hoy les entrego el espejo de Mi Casto Corazón, a través de cada Relicario consagrado por Mí. Que esta Gracia se expanda por los cuatro puntos de este mundo, para que todos los seres tengan la oportunidad de descubrir la verdad sobre sí mismos.
Mientras en omnipresencia, Mi Corazón se multiplica para ingresar en cada uno de esos Relicarios, les pediré que canten, que traigan hasta aquí incienso y agua bendita para que, Conmigo, los consagremos y los ofrezcamos a Dios.
Cántico: Sagrado Relicario.
Ahora contemplen el mayor de todos los Relicarios, Aquel que guarda el Cuerpo y la Sangre de su Señor, Aquel que es el eterno espejo de lo que ustedes deben ser, de lo que deben descubrir.
Por la autoridad que Mi Hijo un día Me concedió como Sacerdote ante Dios, consagro no solo esta Eucaristía, sino también a cada sacerdote de este planeta. Que reciban la castidad, la humildad, la renuncia y el vacío de Mi Casto Corazón, para que de esta forma sean cálices vivos para la Consciencia de Cristo.
Vamos a orar juntos ante el Ángel de la Presencia, no solo para la consagración de estos elementos y para la transustanciación del pan y del vino en el Cuerpo y en la Sangre de Cristo; vamos a orar por la reparación del Corazón de Nuestro Señor, por todos los males causados por esta humanidad. Vamos a orar clamando, en nombre de cada ser de esta Tierra, para que todos vean, delante de sí, la Verdad Celestial, se puedan fundir en ella y verla revelada en su propio interior.
Oremos al Padre, clamando por Su Misericordia. Y esa misma Misericordia, que emana del Corazón insondable de Dios, consagra estos elementos y repara la consciencia humana. De esa forma, hijos, en ese misterio divino, el propio Corazón de Dios es reparado.
Oración: Padre Nuestro (en portugués y en arameo).
Que suenen siete campanadas para proclamar la paz en ustedes y en este mundo.
De esta forma, Yo los bendigo y les agradezco por escuchar Mis Palabras, meditar sobre ellas y encontrar esa verdad en sus corazones.
Les agradezco y los bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Hermana Lucía de Jesús:
Vamos a finalizar, a pedido de San José, con el Himno a San José, sintiendo toda esa historia que pulsa dentro de cada uno de los siete Relicarios consagrados hoy por Él.
Cántico: Himno a San José.
De tiempo en tiempo, las Palabras y los impulsos de Dios se renuevan, aunque en Su íntimo estén los mismos principios que buscan conducir la humanidad a la expresión de la Voluntad y del Pensamiento Divino.
Desde la era de los Patriarcas, y mucho antes de ellos, Dios ya le hablaba a los hombres, corregía sus caminos y guiaba sus pasos para que, según la comprensión humana de cada período, los seres pudieran vivir los atributos de la entrega, de la renuncia, de la caridad, del amor y todos los Dones que, en el origen de la existencia humana, el Espíritu Santo manifestó en la esencia de cada ser.
Cuando los hombres necesitaron justicia, Dios les habló con justicia.
Cuando necesitaron de sabiduría, Dios les habló con la sabiduría y la ciencia del Espíritu.
Cuando necesitaron paz, Dios les habló con paz y transmitió la paz de Su Reino.
Cuando los hombres estaban completamente perdidos y a un paso de desaparecer como raza y Proyecto Divino, Dios les envió a Su Hijo para romper los velos de la ilusión y abrir los ojos de los seres a lo que es su verdadero Propósito.
Hoy, hijos, la humanidad necesita vivir una síntesis de todo lo que aprendió a través de los errores y aciertos de su evolución.
Por eso, Dios viene a su encuentro y les habla con piedad y con justicia, con silencio y con ciencia, con amor y con Misericordia; llevando sus espíritus al despertar, a la rectitud, a la madurez y a la entrega, porque dentro de ustedes están todos los impulsos que, como humanidad, recibieron a lo largo de los tiempos.
Hoy, cada palabra divina viene para hacerlos recordar y colocarlos en un punto nunca antes alcanzado por la humanidad, porque es tiempo de redimir lo viejo y de vivir lo nuevo.
Por eso, escuchen cada Palabra de Dios y reciban cada impulso Suyo. La historia de la humanidad se reescribe todos los días a través de sus vidas.
A pesar de todas las dificultades, sepan decir sí y, de esa forma, todo se cumplirá.
Tienen Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Hablo para ustedes, Mis hijos, en nombre de Dios, para que sean conscientes de estos tiempos diferentes que atraviesa la humanidad; del momento en el que la mayoría de esta raza decidió generar condiciones no evolutivas para implantar y establecer sus ideales, los que están vacíos y no provienen del Pensamiento Divino.
Ustedes son la quinta raza, la raza de la transición y la raza del fin. Esta es la humanidad que deberá concluir una etapa no solo espiritual, sino también material.
La raza actual, que son ustedes, es el resultado de graves interferencias y desvíos a lo largo de los tiempos y de las generaciones.
La Jerarquía Espiritual cuidó y acompañó los diferentes ciclos en los que la humanidad se alejó, y se alejó, de la esencia de su propósito.
No es la primera vez que la raza actual se desvía del camino de la Luz, porque en el Cosmos también ocurrieron episodios y experiencias traumáticas que los marcó mucho y por ese motivo hoy están aquí, dentro de este planeta escuela, para que aprendan a través del amor y de la redención a rehacer el camino que una vez destruyeron como raza del Universo.
Estar bajo el Poder de Dios es obedecerlo y seguirlo, algo que no sucedió en los tiempos remotos de esta raza actual. Por esa razón, ustedes y el resto de la humanidad vino caminando a lo largo de las épocas para que, en alguna de ellas, pudieran encontrar la puerta segura hacia la redención.
Pero hoy la humanidad entera y los que están más dormidos, pero también los que están despiertos y conscientes del camino espiritual, están siendo perseguidos por una innumerable cantidad de corrientes disociativas que expulsan a las consciencias del camino de la realización.
Como todo está permitido, la furia del ángel caído se hace sentir, pero muchas veces la Luz poderosa de Mis Espejos lo aparta de ustedes para que tengan tiempo, en donde no lo hay, de poder dar definitivamente los pasos que son urgentes y necesarios en este ciclo crucial de la humanidad.
Llegó el tiempo de enfrentar lo que ninguna otra humanidad enfrentó. Llegó el ciclo, finalmente, en el que los Sellos del Apocalipsis se abrirían y todo comenzará a suceder a partir del año 2020.
Muchos esperarán grandiosos movimientos, pero el gran movimiento de definición y de batalla se dará dentro de las personas.
Ante ese escenario final que nadie vivió en ningún otro tiempo, aférrense al Manto de Luz del Redentor, y que el cambio que deberán vivir sea consciente y verdadero, forjando el guerrero de Cristo desde el interior y atravesando con valentía esta aguda etapa que se aproxima.
No habrá lugar hacia dónde correr o escapar, porque el gran momento estará dentro de cada uno de ustedes, y hacia donde vayan o lo que decidan hacer de sus vidas, esa definición los acompañará, porque será algo imborrable, será un sentimiento inolvidable que estará sucediendo entre ustedes y Cristo.
Por esa razón, ese momento vivirá su alta presión espiritual y los que tenían un compromiso con Cristo y lo abandonaron para sumergirse en la satisfacción de la ilusión global, también lo sentirán. Porque un compromiso espiritual ya realizado, no se desvanece de la noche a la mañana, es algo eterno que les exige estar en el lugar y en el momento correcto.
En esa hora la Jerarquía Espiritual se retirará y desde las altas esferas de consciencia apoyaremos la gran definición de cada ser de este planeta.
Así, los Sietes Sellos abrirán espacio para que los siete acontecimientos profetizados se cumplan y la humanidad sea purificada de todos los desvíos que vivió a lo largo de los tiempos.
Será en esa hora culminante cuando Cristo regresará.
¡Les agradezco por escuchar con atención!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Mi mensaje llega nuevamente al mundo, especialmente a los corazones que estén abiertos a escuchar la Palabra de la Jerarquía Divina, una Palabra y un Verbo que resuena en el Universo, porque es un Verbo que proviene de Dios.
Porque del Verbo surgió la Creación y todo lo que existe, así como también surgieron los hijos del Padre, que han venido caminando en esta trayectoria cósmica para poder alcanzar algún día la redención.
Pero el perdón es concedido a los que se animan a vivir el camino de la redención.
Por eso, aún el Universo y la Jerarquía sostienen a este mundo y a la humanidad, porque aún hay tiempo de vivir ese camino, a pesar de todo lo que suceda en este ciclo.
La Jerarquía necesita que los valientes se animen a sumergirse en la Vida Universal, una Vida que les muestra su origen, su existencia y su propósito. En simples palabras, la revelación de su verdad y también de su pasado; no de un pasado para volver hacia atrás o recordar los errores cometidos, sino para que recuerden lo que aprendieron, lo que vivieron y lo que adquirieron a través de los tiempos, del tiempo cósmico.
Hoy, vengo a pronunciarme al mundo desde los Andes, uno de los lugares en donde la Jerarquía tiene Su Corazón y Su Presencia, desde los Andes mendocinos y chilenos, porque para la Jerarquía no existe división ni fronteras; hay un solo pueblo, un único pueblo, una única raza que, a pesar de sus experiencias y vivencias, algún día deberá reconocerse como única en este Proyecto de Amor y de redención, de perdón y de Misericordia.
Por eso, abro las puertas del Universo en este lugar, en donde hoy ustedes se encuentran para acompañar a su Madre Celeste; en donde las estrellas caídas y los soles que despiertan pueden volver a reencontrar su origen y sentirse parte de un todo, sentirse parte de la Creación, de la Vida Universal.
Por eso, hoy sus espíritus son colocados ante la presencia del Universo, ante la presencia de la Jerarquía, ante la Fuente del Amor de Dios, porque es de eso que los seres de la superficie de la Tierra, en este tiempo, deberán alimentarse para aprender a sobrevivir en estos momentos cruciales, en los que la humanidad enfrenta el resultado de lo que escogió.
Pero Yo vengo como Madre y también como Gobernanta del Universo, como la Matriz de los Espejos, para ayudarlos a corregir el camino, para enseñarles a encontrar el sendero de la paz y de la armonía, para que sus soles internos puedan brillar y manifestar el Propósito, más allá de la vida humana, de la superficialidad.
Las oportunidades que da la Jerarquía en este momento son únicas y no se repetirán. Por eso, deben aprovechar los tiempos y los acontecimientos. Deben nutrirse espiritualmente de lo que les da la Jerarquía Espiritual para que, cada día más, puedan reafirmar ese compromiso y ese propósito que vinieron a cumplir por una Voluntad Mayor y aún desconocida.
Los orígenes de los que despertaron y de los que despertarán, hoy, se unen a este momento y a este encuentro con la Madre Divina, para que el verdadero linaje, para que el verdadero don o virtud en cada ser, impulse a la consciencia tridimensional a dar el paso que necesita dar, y ayudar a revertir, en el servicio y por amor, la situación en la que se encuentra la humanidad, que es una situación adversa y muy oscura.
Pero mientras Yo estoy aquí con ustedes, hijos amados, mientras Me pronuncio en el centro de cada uno de sus seres, en donde resuena verdaderamente la Palabra de la Jerarquía, la Madre Universal y la Gobernanta Mayor disuelven las corrientes contrarias por medio del camino de la paz y de la armonía, sin generar conflictos ni enfrentamientos espirituales. Porque el amor, como ustedes lo saben, está por encima de todo, de cualquier situación o momento, de cualquier desierto interior o agonía.
El amor los hace renovar y les permite reencontrar el camino que a veces pierden por diferentes circunstancias.
El mundo y especialmente la humanidad, hoy, deberá reconocer que no está sola en este macrocosmos. Eso concederá la intervención y la ayuda de las Esferas Celestiales. Y la humanidad, o al menos una pequeña parte, podría recuperar lo que perdió interiormente; y seguiría siendo impulsada a vivir el camino de la Luz.
Por eso, todos los esfuerzos que hace la Jerarquía en este momento son inmediatos y urgentes. Así su respuesta, en este momento, deberá ser inmediata y urgente, para que el mayor equilibrio se pueda alcanzar en todo el género humano, en toda la superficie de la Tierra, en cada corazón que forma parte de esta familia universal.
Y así, mientras les hablo y les transmito Mis palabras, su Madre Celeste y la Gobernanta Mayor trabajan con la humanidad en aquellas situaciones que aún no están resueltas y que necesitan de la Mano poderosa de Dios para encontrar una solución y un camino de regreso al origen.
Cuando estoy aquí con ustedes, Yo les traigo el Universo, no solo el que existe allá afuera en el Cosmos, sino también les traigo el Universo Espiritual, en donde está el principio de todo y el origen de su existencia, la Esencia primordial y fundamental que los creó, para que hoy estuvieran aquí, en este planeta, y viviendo esta escuela que Mi Hijo les ofrece por Amor.
Asumiendo el compromiso con lo que verdaderamente son y no con lo que aparentan, permitirán que el Propósito sea alcanzable para cada uno de ustedes y puedan seguir contribuyendo al Plan de la Jerarquía en este tiempo agudo de la humanidad.
Hoy, vengo a contemplar lo verdadero que hay en ustedes y no lo aparente; vengo a hacer despuntar el centro de su ser, que es un sol, una esencia que cumple un propósito y una meta en esta Creación, como muchas, muchas esencias en el universo y así los vengo a unir a una única Fuente, al Pensamiento Divino de Dios.
Los vengo a elevar hacia el Corazón del Padre, porque allí siempre encontrarán la fuerza interior que necesitan para trascenderse y redimirse en el nombre de Mi Hijo, su Redentor.
Mientras esto también sucede, las esencias de la humanidad son trabajadas por su Madre Celeste, por la Gobernanta Mayor, para que al menos una chispa de la Gracia Divina encienda la consciencia de los que duermen y así puedan despertar a la Verdad Universal.
Necesito, para que eso sea posible, de intermediarios, de servidores, de fieles colaboradores que sigan la instrucción de la Jerarquía Espiritual y no otras, para que no se confundan, para que no se vanaglorien, para que solo cumplan en obediencia y gratitud la Divina Voluntad, que es la Voluntad que siempre los liberará y los conducirá hacia el camino justo y cierto.
Mientras el planeta vive su purificación y la purificación moviliza el caos y los conflictos, que reine la Paz en el corazón de los que creen en Dios y en aquellos que cumplen Su llamado sin condiciones ni reglas.
Que el advenimiento de la Nueva Humanidad ya sea una realidad para todos porque esa humanidad, hijos, primero debe nacer en ustedes, para después estar presente en la superficie; es algo profundamente espiritual e inmaterial.
La Nueva Humanidad será un don de Dios concedido por el propio Padre Eterno para la regeneración de la vida y de toda la Creación, después de las traumáticas y dolorosas experiencias vividas en toda la raza humana, a través de los tiempos y de las décadas.
El don de Dios de la Nueva Humanidad será una realidad viva en aquellos que se autoconvoquen para que el viejo rebaño de Israel se vuelva a reunir y a congregar, y cumpla finalmente las promesas que están escritas en el Corazón de Dios, su Padre Eterno.
En este momento de transición planetaria, reúnan las fuerzas internas que provienen del amor del corazón y del amor del espíritu para llevar adelante, en este camino, las voluntades y los proyectos de Mi Hijo que aún están por manifestarse en este tiempo, aunque la humanidad viva esta dura realidad.
Confíen en lo que es posible realizar, en lo que es posible concretar y en todo lo que es posible alcanzar, porque como es Voluntad de Dios se manifestará y se presentará ante sus ojos, y llevarán adelante todo aquello que el Padre espera hace tanto tiempo.
Es posible disminuir los riesgos que podría vivir el planeta y la humanidad en este tiempo si la oferta fuera sincera y no oscilante. El Plan se cumplirá porque es Ley y en eso deben creer todos los días.
Yo estoy aquí con ustedes siempre, para ayudarlos a construir en ustedes el Plan de Dios, para que después el Plan sea una realidad en la superficie.
La obediencia y la fidelidad serán la gran llave en este momento de transición para todos los servidores y colaboradores de esta obra, así nunca faltará el puente de contacto entre su Universo y el Nuestro.
Que el Amor que hoy trae Mi Corazón los reconstruya interiormente y los coloque en los Comandos de Mi Hijo, para que la Obra de Su infinita Misericordia llegue a todos sin distinción.
Desde los Andes vuelvo a invocar y a proclamar a todos el retorno a su origen para que, en este tiempo de purificación, crean en lo hermoso y bello que Dios les dio en el principio.
¡Les agradezco por acompañar este momento planetario! Porque sé que nunca lo vivieron ni lo experimentaron. Este es el gran momento y el gran tiempo para todos. Sírvanse de Nuestro Amor para poder vivirlo. Acojan Nuestro apoyo para poder enfrentarlo.
Yo estoy aquí y soy su Madre Universal.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Hoy vengo a este planeta en compañía de los doce Resplandecientes, en compañía de los Hellel, para que junto Conmigo, Ellos deliberen los próximos pasos de la humanidad y de este proyecto genético, el cual aún deberá alcanzar la realización de la Voluntad de Dios y el cumplimiento del Plan.
Meditamos y reflexionamos desde las esferas superiores de consciencia. Nos aproximamos a la Tierra, nos acercamos a la humanidad para que espiritualmente sea ayudada a poder despertar y tomar consciencia de este momento y de este tiempo agudo, que todos atraviesan.
Esa reflexión y meditación parte de un Pensamiento Divino, de una Voluntad Mayor, de intentar hacer retomar a la humanidad lo que una vez perdió, retornando al camino de Dios y hacia Su Divino Pensamiento para que, a pesar de los errores y de los hechos cometidos, se pueda volver a sembrar en la consciencia de los seres, lo que Dios tanto esperó y espera que se realice sobre la superficie de la Tierra.
Este pequeño planeta, por más pequeño que sea, es importante para Dios porque desde aquí deberán surgir los Nuevos Cristos, aquellos que portarán en sí mismos la semilla del Amor de Dios, ofrecida a través de la experiencia vivida por su Maestro y Señor en la Tierra durante Su vida pública, Su Pasión, Su Muerte y Resurrección, hasta el momento de Su Ascensión.
Todos esos códigos, todas esas experiencias vividas, todos los méritos alcanzados por su Maestro, el Cristo, Él intentará nuevamente volcarlos y derramarlos como Luz sobre el mundo, y especialmente, sobre aquellas esencias que, a pesar de sus imperfecciones y pruebas, se ofrecen fielmente para la realización del Proyecto Redentor, Proyecto que recién ha comenzado, Proyecto Redentor que acompañará la transición de la humanidad, las consecuencias que ella viva y las decisiones que ella toma, todo lo que influye en la realización divina de la Voluntad de Dios.
Pero no pierdan las esperanzas ni las aspiraciones de ver, en el futuro próximo, el surgimiento de una nueva humanidad que finalmente cumplirá las leyes, vivirá los mandamientos y celebrará, en alegría y en júbilo, la Presencia de Dios en la vida de cada ser.
Los Hellel representan no solo la Luz de Dios para los planos y los Universos, sino también representan esa máxima Voluntad que viene de la Fuente, que es inmaterial y divina.
Ellos son los portadores de las más grandes aspiraciones de Dios y son los encargados, después de Cristo, de cumplirlas y realizarlas en el Universo espiritual, mental y material.
Desde ese Universo espiritual, desde donde emana la Fuente del Amor, de la unidad y de la verdad, surgen los impulsos para que los espíritus que ya están experimentando la evolución y el despertar y, también, para aquellos que en los próximos tiempos surgirán de nuevas Fuentes del Universo y vivirán también la Escuela del Amor y del Perdón para que todos puedan aprender a encarnar, en sí, esa Voluntad Divina que nace de la decisión interior de estar en Dios y de cumplir Su gran aspiración, que es ver a Sus hijos felices, alegres, en adoración y en honra a Su Presencia, para que esa comunión y esa unión con el Universo se establezca, primero en cada ser, para después poder expresarse en la superficie de la Tierra.
Como Consejeros del Universo, como aquellos que llevan adelante las decisiones de Dios y las cumplen, a través de Sus pedidos, sabemos que la humanidad está en un punto muy difícil y crucial.
Pero si esa fe que nace del corazón, que cree y tiene convicción en el Padre Eterno siempre estuviera presente, no hay qué temer porque Dios a lo largo de los tiempos siempre se presentó y se manifestó a través de pequeños grupos, para que ese Proyecto que Él quiere alcanzar y realizar a través de Sus hijos pudiera concretarse.
Por eso siempre que surge una nueva civilización, siempre que se manifiesta una nueva raza, existen grupos de almas que son convocados por el Universo de Dios para llevar adelante Su Voluntad de una manera más próxima y cercana a la realidad planetaria.
Pero no es algo material, compañeros, no es algo visual, ni concreto. Es algo profundamente espiritual; es a través de esa unión íntima de las almas, de los espíritus, de las esencias con la Consciencia Divina; es entablar ese contacto y esa comunicación con lo Alto, sabiendo que el Padre siempre está allí y que Sus hijos también lo están, para poder vivir de una forma simple y humilde Su Voluntad.
La humanidad no coloca atención en lo que eso significa y en la importancia que tiene, porque exige de cada consciencia vivir un cambio y una transformación.
Es la propia Voluntad Divina, es la propia energía de la Fuente inmaterial de Dios que impulsa no solo a la voluntad, sino también a la transformación y a la redención de los seres. Y cuando eso sucede, cuando esa transformación se presenta y esa purificación se manifiesta es señal de que esa Voluntad se está concretando, más allá de las formas, de las apariencias o de los hechos.
Por eso, las almas que aspiran a vivir en Dios nunca pueden perder de vista ese conocimiento y esa instrucción que los llevará siempre a poder renovarse, en nombre de muchos seres, de muchas consciencias que duermen, que están en la ilusión, que no quieren ver a Dios y lo ofenden.
Será ese amor en el corazón que aspira a Dios, el que permitirá sostener en este tiempo al planeta y a la humanidad, por más que sea un amor imperfecto. Debe ser un amor verdadero, aunque no sea maduro, que se ofrezca incondicionalmente a suplir la necesidad de la humanidad, su gran necesidad espiritual e interna para que la Luz no se apague, para que la Luz prevalezca y reine por encima de todas las dimensiones y de los planos; esa Luz que proviene también de la Fuente de Dios, tan semejante a la Luz del Sol que los nutre y les da vida.
Aunque no tengan consciencia de las decisiones de Su Maestro, junto a los Resplandecientes, colóquense siempre en esa actitud de vivir la renovación por medio de la transformación, de la purificación y de la redención. Porque así, compañeros, Me estarán testimoniando en este momento agudo del planeta, en el que todo lo que hace el ser humano de superficie es muy grave. Por eso, entre pocos, entre los más silenciosos e imperceptibles, Dios realiza Su Plan y Su Voluntad.
Así como Él lo hace, con Sus arcángeles, ángeles y Jerarquías, sosteniendo por amor lo que es insustentable, para que las almas puedan tener una oportunidad de renacimiento en el Amor y en la Gracia, para que puedan volver a ser ungidos por el Espíritu Santo y se rediman reconociendo no solo sus errores, sino también sus virtudes y dones que una vez fueron desperdiciados para que, ahora, por medio de esa Gracia especial, sean colocados al servicio del Padre Eterno.
Solo necesito que nunca se olviden de lo que hay dentro de cada ser que es la Esencia de Dios, la que los ayuda a comunicarse con el Universo y con toda la existencia, la que los impulsa por medio de sus almas a vivir el Plan y la Voluntad Divina.
Por encima de toda adversidad, tribulación u oscuridad recuerden esa Esencia Divina y comprométanse a protegerla y a cuidarla de ustedes mismos y del mundo, para que más Luz y más Amor del Universo esté presente en este momento en la Tierra, que sea emanado e irradiado hacia todas las consciencias y hacia todos los lugares, en donde se necesita del Amor, de la Misericordia y de la Paz.
Cada vez, compañeros, que venimos hacia su encuentro reencendemos, nutrimos y alimentamos de Luz Divina esa Esencia que está dentro de cada uno de ustedes, para que sea el Amor el que crezca en ustedes y no la ignorancia.
Den valor a esa preciosa Esencia que Dios les dio y sabrán cómo atravesar estos tiempos y cómo soportar estos momentos de inflexión planetaria; y se ofrecerán así como Yo Me ofrecí por ustedes y por el mundo, para poder curarlos con Mi Sangre y para poder purificarlos con Mi Agua.
Revivan ese compromiso recordando Mi Pasión y, de allí, tendrán fuerzas internas para atravesar este momento planetario. Aún hay mucho por hacer. Aún hay mucho por realizar.
Ocúpense de lo esencial, de lo que cada uno vino a cumplir y a aportar en este tiempo, y de lo demás se ocupará Dios, el Universo y, así, su cura y su redención se alcanzará y seguirán evolucionando y profundizando no solo en el conocimiento universal, sino también en la comprensión y en la sabiduría infinita de la Voluntad Suprema.
Hoy bendigo al mundo de una forma especial, en la Presencia de los Resplandecientes, los Hellel, para que las almas sean ayudadas internamente a tomar sus decisiones y a dar sus pasos en dirección al portal de la redención.
Yo les doy la Paz para que la vivan y la compartan en donde sea más necesario y urgente.
Les agradezco por acompañarme en este tiempo.
Y no se olviden de su Esencia Divina y Solar que está en ustedes para ayudarlos a vivir la redención.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
Antes de que Dios existiera, en Su Esencia Divina, Él ya había pensado en la Creación. Con esto quiero que comprendan la infinidad de Su Amor y de Su Misericordia para con Sus hijos de esta humanidad.
Si Él, antes que existiera, pensó en la Creación, ¿qué fue lo que lo movió para llevar ese pensamiento adelante, para sentir en Su Corazón, profundamente espiritual, que debería existir una Creación tan vasta e infinita que aún el ser humano de superficie no conoce?
Y dentro de esa Creación y de esa infinidad deberían manifestarse los Reinos, las civilizaciones y toda la vida que aún el ser humano desconoce, incluso en este presente, en esta actualidad.
¿Saben cuál fue ese impulso que movió a Dios, desde Su esencia divina, para poder manifestar la Creación?
Fue el Amor. Un Amor eterno que es inextinguible, un Amor que nunca muere, un Amor que renueva, que transmuta y que libera, que trae a la consciencia de los hijos de Dios la oportunidad de encontrar el bien y la sabiduría.
Ese Amor es lo que ha traído al Hijo de Dios hasta aquí para poder contarles estas cosas y para que perciban, en este momento, la importancia de cuidar y de proteger la Creación; en este caso, compañeros, de este planeta y de este proyecto humano, que aún no concluyó, que aún camina hacia la redención y que deberá definirse para poder ingresar en una nueva etapa.
Dios sabía desde el principio, dentro de las probabilidades del Universo y de los aprendizajes de todos Sus hijos, que este momento actual de la humanidad podría llegar. El Padre ya lo sabe todo, Sus hijos son los que no saben nada. Por eso deben confiar en el Padre Eterno, porque existe una Voluntad Mayor que no solo los rige, sino que también los guía para el cumplimiento de un propósito, de un destino y de una misión que aún no está al alcance de todos.
Ustedes deben confiar, compañeros, así como confió el Hijo del Padre, hasta el último momento, en la Cruz, en lo alto del Monte Calvario, en el que en el mayor sufrimiento y agonía, el Hijo de Dios no dudó, confió en la Voluntad Divina, en el destino de ese propósito.
Y así se cumplió lo que Dios tanto esperaba: que Sus hijos de la Tierra aprendieran del Amor de Dios con el Dios mismo encarnado en la Persona del Hijo que es lo que lleva en este momento, compañeros, a que Yo esté aquí en este momento con ustedes, pronunciándome a la humanidad entera, sabiendo que como raza enfrentan un momento crucial y definitivo, en el que en la gran prueba de sus vidas deberán definir qué es lo que triunfará: el amor o prevalecerá la indiferencia. Esto también es para con toda la Creación, no solo con sus personas humanas, sino también para con los Reinos de la Naturaleza.
El ser humano de superficie aún no aprendió a vivir en equilibrio con la Creación; abusó completamente de la Creación y la explotó, y lo continúa haciendo. Pero eso no podrá seguir siendo así, existe un límite y también existe un final.Yo vengo aquí para que ese final no llegue, para que tomen consciencia no solo ustedes que están aquí viviendo el crecimiento espiritual y la entrega, sino que también tomen consciencia todos sus hermanos, aquellos que están más dormidos e hipnotizados por el mundo.
Por eso, compañeros, hoy su compromiso se amplía no solo en la vivencia de su misión espiritual, sino en el servicio incondicional para con el semejante que también debe tener la oportunidad y la gracia que ustedes tuvieron. Porque cuando ese final se aproxime ya no habrá más tiempo.
Por esa razón Yo estoy aquí. No solo para estar ante ustedes, para seguir bendiciéndolos y consagrándolos, para llevarlos a Mi Corazón y al centro de Mi Ser, sino también para decirle al mundo que aún queda un poco de tiempo para poder cambiar y ampliar la consciencia hacia lo que verdaderamente significa este proyecto sagrado de Dios, no solo en este planeta sino en otros.
Toda la Creación está atenta al movimiento y a la acción de la humanidad. Tengan fe de que si cambian de corazón y trascienden las resistencias, Dios siempre los acogerá y los recibirá, y será una respuesta tan verdadera y profunda que les permitirá ver cosas más profundas de las que hoy ven que les permitirá comprender la realidad de estos tiempos, así como lo comprende y lo ve la Jerarquía.
En este momento, no hay más nada que tengan que hacer sino responder al llamado de Dios y colocar dentro del centro de sus seres la situación de este planeta y de esta raza, para que aún más el Amor, la Paz y la Misericordia puedan redimir y transformar a las consciencias que lo necesitan.
Por eso hoy les traigo, por encima de Mi Presencia y de Mi Ser, la gran bóveda de la Creación Universal, donde mora el Pensamiento Divino que los creó y el sentimiento más profundo de Amor que los manifestó.
En esa bóveda de la Creación Universal se encuentra el sagrado conocimiento, ese conocimiento que espiritualmente los alimenta hasta este momento, ese conocimiento que fue conocido no solo por los patriarcas y los profetas, sino por muchas civilizaciones que pasaron por este planeta.
Ustedes, como proyecto humano actual de la humanidad, deben tener presente que son parte de una historia que se está escribiendo y que esa historia que debe ser pura y sagrada, por la transformación y la redención de sus vidas, debe estar dentro de ese gran conocimiento universal, dentro de la esfera de la bóveda sagrada de Dios, en donde el conocimiento universal se expresa e impulsa, tanto a ustedes como a otras civilizaciones, no sólo alcanzar el despertar y la evolución, sino las diferentes escuelas de los grados de amor.
Si al día de hoy no consiguen amar al semejante, comiencen a amar a los Reinos de la Naturaleza. Sírvanlos, dónense, entréguense a ellos, expresen su amor a ellos y podrán expresar su amor a todos sus hermanos y descubrirán, compañeros, que no existirán diferencias ni tampoco límites para poder expresar ese amor que primero los transformará a ustedes mismos y después transformará a todo a su alrededor.
Alivien a los Reinos de la Naturaleza y cada situación que encuentren en sus caminos, resuélvanla, atiéndanla, asistan a los Reinos menores, den alivio al sufrimiento, así como Dios les da a ustedes Su Misericordia y el mundo se transformará, el proyecto no terminará, la evolución de la raza continuará y los soles en la Tierra brillarán, así como brilla la esencia de los Reinos que, a pesar de padecer y sufrir por la mano del hombre, se donan incondicionalmente a ustedes sin dejar de expresar la devoción y la belleza de Dios.
Quiero decirles, con seriedad, que hoy están ante el mismo momento en que estuvieron Adán y Eva. Es como si estuvieran en el Génesis, en el Principio, en el momento más culminante de tomar una gran decisión que no solo influenciará sobre sus vidas sino sobre la vida de todo el planeta y sobre la vida del resto de la humanidad. Pero esta decisión no es individual, es de toda la raza, de toda el alma grupo que conforma el Reino Humano. Esa decisión también influenciará a los Reinos menores para que puedan o no continuar en la superficie de este planeta, porque lo que primero Dios protegerá es lo que Él creó antes que el hombre.
La vida en otros Universos puede regenerarse, los Reinos en otros lugares de la galaxia pueden expresarse. Muchos de ellos se ofrecieron antes que ustedes para estar presentes en este planeta azul, en el extremo de este Universo local y de uno de los brazos de esta galaxia. De lugares tan lejanos y profundos del Universo, los Reinos menores, los llamados Reinos de la Naturaleza llegaron aquí a pedido del Creador para manifestar la vida, la belleza, la devoción, el amor y la pureza para cada uno de ustedes.
De esa forma están ante una gran decisión, que errores milenarios que cometió la humanidad y que sigue cometiendo en esta actualidad puedan ser perdonados y los errores puedan ser absueltos por la mano piadosa de Dios, por la intervención de la divina e insondable Misericordia de Mi Corazón.
Pero si esa respuesta que debe ser una afirmación de cada uno de sus corazones para con el Proyecto de Dios y los Reinos de la Naturaleza fuera débil, las leyes se mostrarán. No solo hablo para ustedes, hablo para el mundo entero, para todos los que deben aprender a respetar la naturaleza y la Creación que Dios les entregó.
Sean conscientes de sus acciones, de sus movimientos para no herir más a la Creación. Y así el planeta que sufre en su profundo silencio, se autotransmutará y le dará nuevamente una oportunidad al hombre de superficie.
Tal vez no conseguirán que cientos de hombres o gobiernos dejen de talar los árboles. Pero si su actitud y su decisión interior fuera verdadera, darán oportunidad y mérito para que esas almas, tan pecadoras e ignorantes, reciban la oportunidad de tomar consciencia de lo que están haciendo y de revertirlo para siempre.
Todo lo que Yo les entrego es un ejemplo. La situación es más profunda de lo que parece y la gravedad es más amplia de lo que se ve, porque no solo es algo material, sino también espiritual. Y en lo espiritual que es inmaterial, el hombre de superficie, toda la humanidad, no puede perder el contacto con Dios porque así se perdería el proyecto. Por eso, amen con mayor amplitud a los Reinos de la Naturaleza y así aprenderán a amar a sus hermanos, sostener y soportar la condición humana y las acciones que cometen muchas naciones, por ignorancia y en contra de la evolución.
En este momento, ante el Padre Celestial, vengo a establecer una amnistía que durará algunas horas para que las almas en los planos internos, en cualquier lugar de la Tierra que se encuentren, tengan el tiempo necesario para poder tomar una decisión que cambiará o no el rumbo de la humanidad.
Para que esa amnistía sea concedida al mundo entero en nombre de todos los que en este momento se unieron, más allá de su religión o de su credo, por la Creación y la Naturaleza de este planeta ofreceré la consagración de los elementos, para que esa amnistía sea concedida a los seres internos y en una profunda reflexión, en una profunda introspección, la decisión sea tomada y que desde lo que hizo Adán y Eva hasta el presente sea absuelto por el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
Todo el Universo estará atento al movimiento de los planos internos y de la decisión que las almas tomen durante las próximas horas, porque es una decisión universal.
Nos podemos poner de pie.
Delante de la Iglesia Espiritual de Dios, por intermedio del Divino Hijo, renovaremos nuestros votos y afirmaremos nuestra fe por el cumplimiento de la Sagrada Voluntad en la consciencia humana y en el planeta. Amén.
Así como en el altar se ofrece el pan y el vino que se convertirán en el testimonio del Amor de Cristo, por medio de Su Cuerpo y de Su Sangre, nos ofrecemos sinceramente en este momento ante el Creador para que Él nos revele Sus misterios y nos conduzca a través de Su Voluntad.
Hacemos nuestra oferta interna ante los portales del Cielo.
Y en nuestro interno, contemplamos la majestuosidad del Amor de Jesús, no solo en Sus Palabras sino también en Su Presencia, en Su Presencia espiritual.
En este momento, vamos a revivir el sacrificio y la Pasión de Jesús, el legado de Amor y de redención que Él dejó para la humanidad, a través del Sacramento de la Eucaristía.
Aquellos que puedan se colocan de rodillas.
En aquel tiempo, nuestro Señor estaba reunido con los discípulos celebrando la institución de la Eucaristía. Después de haberles lavado las manos y los pies y de haberlos reunido a Su alrededor en un profundo silencio y amor, en unión con cada uno de los suyos, Él tomó el pan, lo elevó para que el Padre lo bendijera, lo partió y lo entregó a Sus apóstoles diciéndoles: "Tomen y coman, este es Mi Cuerpo, que será entregado por los hombres para el perdón de los pecados".
Escuchamos las campanadas.
Repetimos juntos:
Te alabamos Señor y te bendecimos.
Juntos:
Te alabamos Señor y te bendecimos.
Te alabamos Señor y te bendecimos. Amén.
Enseguida Él tomó el Cáliz entre Sus Manos y en la expresión de un profundo Amor por ese sacrificio que viviría, Él lo elevó para que el Padre lo bendijera, enseguida lo entregó a Sus apóstoles diciéndoles: "Tomen y beban, porque este es el Cáliz de Mi Sangre, Sangre de la Nueva Alianza, que será derramada por su Señor para la remisión de las faltas. Hagan esto siempre en memoria Mía".
Juntos:
Te alabamos Señor y te bendecimos (se repite tres veces).
Amén.
En unión al Sagrado Corazón de Jesús vamos a repetir la oración que Él nos enseñó, para terminar de consumar esta consagración: Padre Nuestro (en portugués).
Vamos a cubrir los elementos.
Sepan, compañeros, que todo lo que haga el ser humano en este tiempo influenciará mucho más al Universo de lo que parece. Por eso el Padre envía a Sus Mensajeros Divinos, para que Su Sagrada Palabra sea escuchada y ella resuene en los corazones, a fin de que las almas se animen a dar los pasos que son necesarios en el camino de la transformación, de la fraternidad y de la paz.
Por eso, les dejo Mi Paz y establezco esta Paz en este primer día sobre toda la sagrada Amazonía, en donde muchos Reinos desconocidos por ustedes, por intermedio de la oración del corazón que hoy fue realizada, fueron profundamente aliviados y rescatados a fin de tener una nueva oportunidad en la escuela de la evolución espiritual.
Que la paz esté en ustedes y que la paz sea compartida por donde vayan.
Que esta corriente de paz despierte a los corazones y traiga sabiduría a los que gobiernan.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En Mi Presencia y en unidad con la Creación universal se darán el saludo de la paz.
¡Les agradezco!
Busquen amar con sabiduría: siempre palabras para Dios, siempre acciones para Dios, siempre sentimientos para Dios, para que construyan con sus vidas Su Plan.
Busquen vivir con sabiduría, observando las propias acciones e intenciones, dejando que ellas sean conducidas por un Propósito superior; observando el corazón para que él esté imbuido de su misión y de la Verdad Divina.
Busquen en Dios las respuestas a sus preguntas y sabrán que los méritos de las victorias de sus vidas son de Él.
Busquen en Dios las virtudes a expresar y sabrán que Él es el motor de toda transformación verdadera.
Dejen que las Manos de Dios los guíen, que el Pensamiento Divino los inspire, que el Amor de Dios los colme, que la Sabiduría Divina sea lo que impulse todo lo que son, y sus pensamientos serán inspiraciones de Dios, sus consejos serán dones de Su Espíritu, sus acciones serán Obras incansables que construyen puentes para llegar al Padre, sus vidas serán santificadas por Su Presencia, y más que eso, por Su Acción.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Curar es atraer, desde lo profundo de los seres, las Leyes y Principios Divinos que manifestaron la vida en el inicio de todas las cosas; es hacer que el ser encuentre, en sus propias células y en su consciencia, el Pensamiento original de Dios para su vida y para la vida en sí; es atraer desde el Corazón del Padre y desde lo oculto de los seres lo perfecto que sus cuerpos, mente, alma y corazón deben expresar.
Curar es retornar al Origen Celestial.
Curar es hacer que el ser descubra la verdad sobre sí mismo.
Las enfermedades ocultan la perfección de las células, de la mente, del alma y del corazón, pero no por eso ella deja de existir. Curar es ir más allá de lo que está dañado y es volver a traer a la luz lo que es perfecto.
El planeta necesita cura. Las almas necesitan cura. Las células necesitan cura. La vida necesita cura.
Oren y vean emerger la verdad en ustedes y en el mundo. Sean curadores, en esencia, de sí mismos y de la vida. Busquen el Origen y creen las condiciones para que otros puedan encontrarlo.
Un día, hijos, el Señor les dijo: "La Verdad los hará libres". Y hoy Yo les digo: "La Verdad los curará".
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
Que las bendiciones y las gracias del Reino de Dios permeen sus vidas. En el nombre de Cristo, Yo los bendigo para que, como su Padre e Instructor, pueda conducirlos a un nuevo ciclo. Muchos se preguntan qué ciclos son esos, en los que la Jerarquía los coloca repetidamente.
¿Qué son los ciclos espirituales?
En estos tiempos, hijos, los impulsos que descienden de los Cielos son infinitos y, cada vez que estos impulsos llegan a la Tierra representan para sus vidas un nuevo ciclo, una nueva oportunidad para que puedan recomenzar.
Esto significa que mucho más allá de sus faltas y de sus pecados, mucho más allá del pasado y de las experiencias que ya vivieron en la Tierra y más allá de ella, en estos tiempos, en este mundo, el Creador les ofrece nuevas oportunidades para que estén limpios, con el corazón puro y dispuesto a renovarse ante Dios y a participar en esta evolución como Sus dignos hijos.
Este ciclo, en el que ingresan como humanidad, representa una oportunidad única de despertar.
Muchos creen que ya conocen todo lo que les hablamos, que ya saben de la vida superior, de los Centros de Amor, de Luz.
Pero Yo vengo a decirles que lo que la mayoría de los hombres tiene es información, una información en la mente que carece de experiencia, de vivencia, de sabiduría.
Si los seres humanos conocieran realmente los Centros de Amor, si fueran permeados por los Centros de Luz, el planeta no estaría en el punto en el que se encuentra, la humanidad ya no viviría en la ilusión y participaría Conmigo de las dimensiones celestiales.
Por eso ingresan en un nuevo ciclo, un ciclo que ya no es de informaciones, sino de experiencias.
Un ciclo que forjará en ustedes a los verdaderos compañeros de Cristo, para que ya no vivan la vida espiritual de una forma pasajera, cuando estén cansados de distraerse con las cosas del mundo.
Cada día más, hijos, esta vida superior se debe tornar en su realidad y sé lo difícil que es caminar en la Tierra con la consciencia en el Infinito, en el Universo de Dios, pero esto es lo necesario en estos tiempos.
No es para que dejen de hacer las cosas en el mundo y que dejen de participar en la experiencia humana tal como hoy se presenta en los niveles materiales, sino para que sean conscientes de la verdadera realidad que aún no les fue revelada.
Cada día que pasa, el Tiempo de Dios se aproxima al tiempo de este mundo.
Lo que era invisible se hará visible, lo que era incomprensible se tornará en un saber. Lo que parecía ser parte de la imaginación de unos pocos, se revelará como la realidad a todos.
Su historia y su origen ya no estarán en los libros sagrados como medias verdades.
Hasta hoy, la mayoría de los seres humanos camina como niños en evolución, pero este período de la infancia espiritual ya terminó.
Ahora, hijos, el planeta ya no espera, las almas se definen por sí solas porque los mismos impulsos que descienden del Universo las llevan a la definición.
Aquellas que plantaron luz, florecerán en luz, y las que plantaron oscuridad, crecerán en oscuridad.
Por eso el mundo se desequilibrará de una forma inaceptable para muchos y, al mismo tiempo, verdades nunca dichas se revelarán.
Los seres despertarán a su verdadera misión y muchos de los que estaban distraídos con el mundo sentirán, en su interior, la angustia de la necesidad de la vida superior, de la vida interna, de la vida espiritual.
Deben estar atentos a ellos, porque tienen sed y necesitan conocer la Fuente que se encuentra en el Corazón del Padre.
Nunca dejen a alguien con sed de vida espiritual. Den de beber a las almas que despiertan, den a conocer al mundo este camino, porque muchos perdieron la esperanza y deben reencontrarla.
Muchos piensan que no les digo nada nuevo, que Mis impulsos se repiten, pero Yo los toco en sus corazones como el agua incansable que golpea la piedra para moldearla.
Golpeo las puertas de sus corazones para abrirlas, porque ni siquiera ustedes conocen el propio mundo interior, la verdadera composición de la consciencia humana, la ciencia que se oculta, la verdad, la esencia.
Por eso Yo aún estoy aquí y seguiré aquí hasta que Dios Me lo permita.
No me canso de hablarles, de venir a su encuentro y de hacer esto todos los días si así fuera necesario, cruzando las capas de las dimensiones inferiores hasta llegar a la Tierra, abriendo el camino en el Cielo para que las almas lleguen a Dios, porque conocí la maravilla de la unidad con el Creador y quiero llevarlos a vivir esa experiencia de estar plenos en Dios, en Su Verdad, en Su Corazón.
Pero para esto, hijos, primero deben vivir el sacrificio, el esfuerzo, el olvido de sí y de sus propias voluntades. Deben servir en lo que es necesario, cuando sea necesario y donde sea necesario, porque su evolución ya no puede amoldarse a la propia voluntad sino a la necesidad de este planeta.
Ya no están aquí solo para vivir una experiencia, porque en este ciclo se define la evolución de la Tierra y ya no habrá más experiencias para hacer, solo un Plan que cumplir, que es el Plan del Creador.
Siglos y siglos pasaron hasta ahora, ya experimentaron mucho en este mundo. Ahora llegó el momento que tanto esperaban como consciencias y como almas, como seres provenientes del Universo de Dios.
Llegó el momento de ver manifestado el Pensamiento Divino y lo que era incomprensible para toda la Creación se hará visible.
El Universo no comprendía el Amor de Dios por la Tierra; cómo criaturas tan imperfectas portaban en lo oculto de su interior la Perfección Divina y no la descubrían, no la sentían, no la vivían.
Llegó el momento de descubrir esto y de vivir las consecuencias de Su manifestación en sus vidas.
La consecuencia de la presencia divina en ustedes es la renovación del Amor de Dios. Este es el ciclo que comienza y será en las pequeñas cosas, en los pequeños esfuerzos por amar, por servir, por trascenderse por el prójimo y por la necesidad del planeta, por ser un ejemplo, para la humanidad, del amor al Plan de Dios.
Esto, hijos, es lo que despertará en ustedes la vida superior, esto es lo que hará que la Luz de los Centros Sagrados se irradie al mundo, porque la humanidad ya no tiene referencias de la vida evolutiva y, aunque piensen que nadie ve la experiencia que viven aquí, que viven en las Comunidades-Luz y en todos los hogares consagrados a Dios, se irradiará al mundo, brillará como una Luz en la oscuridad, encandilará a los ojos de los que están en las tinieblas y, aunque estén en silencio, su ejemplo gritará alto a la ignorancia del mundo.
La vida superior no se manifiesta solo cuando oran, cuando meditan y cuando ingresan en el universo interior; se manifiesta también cuando se trascienden, se vencen a sí mismos y expresan el amor.
Se manifiesta cuando vencen la voluntad propia y afirman el amor a la Voluntad Divina. Se manifiesta cuando arrancan las raíces de la vida retrógrada y escogen los nuevos patrones de la vida humana, aquellos que se manifestarán en la Nueva Humanidad y que ya existen dentro de ustedes.
Esto es lo que abrirá sus ojos a la vida superior. Esto es lo que les hará ver la Luz del Infinito manifestándose en la Tierra, la realidad de la Jerarquía, lo que estuvo oculto.
Esta será la alfombra que se extenderá sobre la Tierra para la llegada de Cristo: su sacrificio, su esfuerzo, su amor, su entrega.
No se olviden de lo que les digo. Déjense elevar hacia la consagración de la vida para que aprendan a tornar sagrada la vida sobre la Tierra.
Esta es la experiencia que Yo les traigo, este es el legado que Yo les entrego, porque eso fue lo que aprendí en este mundo y eso fue lo que Me hizo retornar a Dios y venir hoy a su encuentro para enseñarles estas cosas.
Sientan Mi amor paternal, sientan como Yo vivo este sacrificio junto con ustedes, porque no dejaré de venir al mundo mientras la humanidad lo necesite, mientras Dios Me permita estar aquí.
Eleven un pensamiento de gratitud al Universo para mantener siempre abiertas las puertas a las Gracias de Dios, al auxilio superior. Mientras sean esforzados y agradecidos, el Padre siempre vendrá a su encuentro.
Hoy quisiera decirles muchas cosas, pero esto es lo que necesitan en este momento. Hagan de sus vidas oportunidades para estar en Dios, Dios es Amor.
Cuando expresan amor, están en Él y encuentran la verdad sobre sí mismos.
Tienen Mi bendición para esto.
Reciban Mi Paz y Mi Gracia.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
Silénciate y respira para buscar dentro de ti el camino de la elevación. Deja que se muestren a tu corazón todas las capas de la ilusión y de la condición humana que debes cruzar, transmutar y trascender antes de llegar a Dios.
Que tus limitaciones te hagan humilde, pero que no retiren de ti tu fe y esperanza. Ve más allá y descubre en tu interior la puerta que te une al Infinito, a la Consciencia Divina y a tu origen celestial. Deja que tu esencia se revele como un puente hacia el Corazón de Dios y, aunque no puedas cruzar ese puente de una sola vez, permite que él sea siempre un símbolo de tu perseverancia, el motivo de tu fe.
Cada día aspira más al Infinito, a lo eterno, pero no solo para abandonar lo que te incomoda de la vida sobre la Tierra. Ama la oportunidad que Dios te entregó y aprende a comprender la vida en su sentido evolutivo y espiritual. Que tus ojos contemplen en el planeta la oportunidad de amar más y mejor, y en cada uno de tus hermanos, el potencial de la renovación del Amor de Dios en el surgimiento de un Nuevo Cristo.
Aspira al Infinito, al universo, como una forma de saber que tu meta es retornar a Dios; pero retornarás, hijo, con tu corazón pleno de un amor desconocido, con tu espíritu pleno del Espíritu Divino, con tu consciencia expresando plenamente la esencia del Pensamiento Divino para la humanidad. Y con ese legado en tu corazón, lo ofrecerás a Dios para que un nuevo comienzo sea escrito en el Cielo como en la Tierra.
Para eso aspira a la vida superior; para eso aspira a retornar a Dios. Que no haya en ti aspiraciones humanas y conceptos humanos sobre la vida suprema. Que la verdad pulse en tu corazón y sea el motor que te lleve a vivir la transformación todos los días.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Deja nacer la Luz de Dios en tu interior
Querido hijo:
Todo pasará, confía plenamente en los designios que vienen de lo Alto y tu consciencia no sufrirá por ninguna resistencia.
Deja que la Voluntad impregne tu ser para que se cumpla el Proyecto de Cristo en tu vida.
Participa de las grandes decisiones del Plan y únete, incondicionalmente, a ellas. Así, hijo Mío, sabrás por dónde caminar, sabrás qué dirección tomar y no estarás perdido.
Cree que por encima de todo, y más aún por encima de ti, es el Padre que gesta todo bajo el principio de Su Pensamiento infinito.
Hoy vengo para hacerte la propuesta de vivir los cambios que son necesarios para que la Obra se construya en unión con tus hermanos.
Así, con un ánimo renovador, en una unidad inquebrantable, lleva adelante, con alegría y no con desánimos, la parte del Plan que te corresponde en esta nueva etapa.
Eso te impulsará siempre a salir de ti mismo, a no dejarte sumergir en dolencias internas innecesarias, las que más tarde enferman al cuerpo a causa de su resistencia.
Deja que el Propósito Divino quiebre todas las estructuras dentro de ti.
Deja que Mi propio Hijo haga de ti el diseño perfecto de Su Divina Voluntad.
Así, querido hijo, ya no demorarás tus pasos y abrirás las puertas para que otros hermanos reciban grandiosas oportunidades como las que tú recibes en este tiempo.
Ya no tengas miedo de decir “sí”.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Vengo de un Templo donde la vida sacerdotal se torna plena. Vengo de un Templo donde la Presencia de Dios existe en cada elemento, en el aire que se respira como en el interior de las criaturas, en cada vela encendida como en cada espíritu en adoración.
Vengo de un Templo donde la pureza existe como principio divino y original, no solo en el interior de los seres, sino entre ellos, en su verbo, en sus acciones, en sus sentimientos y pensamientos, en sus menores intenciones.
Vengo de un Templo donde no solo se comulga del Cuerpo y de la Sangre de Cristo, sino también de Su Presencia eterna, de Su sabiduría viva, de Su sacrificio y de Su entrega.
Vengo de un Templo donde el tiempo no existe, donde solo existe la Presencia Divina, la Verdad, la Esencia, la unidad con el Todo.
Vengo de un Templo que sustenta al planeta, donde las almas contemplan y adoran constantemente para que este mundo no desaparezca.
Vengo de un Templo donde el Pensamiento Divino está vivo, dentro y fuera de los seres, como una llama que se alimenta de la devoción, pero también de las acciones.
Como ese Templo, existen muchos otros en diferentes puntos del planeta, en su interior, ocultos para la mayoría de los ojos humanos, sin embargo vivos y tan palpables para aquellos que los buscan y que, con fe, aspiran a ingresar en ellos. Los que son puros en sus intenciones ingresarán y lo conocerán, y vivirán en Él.
El mundo interno del planeta, hijos, guarda muchos misterios, de donde, en verdad, proviene el sustento de la vida en la Tierra. Si esos Templos de Verdad eterna no existiesen, la vida en este mundo ya no existiría.
Los Códigos dejados por Jesús, en Su Pasión, ingresaron en el suelo de la Tierra y se hicieron fértiles dentro de ella, en su interior, en dimensiones que se crearon sin el conocimiento de la humanidad común, porque pocos fueron aquellos que miraron hacia dentro, hacia dentro de sí, hacia dentro de la Tierra. Y como el suelo que alimenta a las raíces de los árboles que generan la vida, esas dimensiones internas alimentan al espíritu y al corazón humanos con aquello que es verdadero, y permiten que estos no perezcan por las futilidades de este mundo.
Hoy vengo de un Templo que aspiran a conocer, un Templo donde todos ustedes encuentran un lugar cuando son sinceros, cuando pueden ser lo que ustedes realmente son. Quisiera elevar la consciencia humana para que pudieran conocer la verdad, la verdadera vida que habita en esta Tierra y que no debería estar separada de la vida de superficie, sino existir para caminar junto con la evolución humana.
Ese Templo, del cual hoy vengo, pertenece a un Reino tan perfecto y tan sublime como el Reino Celestial, porque a él responde, a él se une, porque de él se nutre, en él se torna pleno. Como ese Reino, existen muchos otros, tan sagrados como el universo.
Vengo del Reino de Lys, que muy pocos conocen, pero también quisiera presentarles el Reino de Mirna Jad, el Reino de Aurora, donde la Vida Sagrada se esconde, porque los ojos humanos no se abren para verla.
En cada uno de esos Reinos, lo Sagrado se manifiesta, una cura se dispone, un camino se guarda para que retornen al Origen. Y para ingresar en ellos, hijos, basta que sean simples, en la mente como en el corazón; que cuestionen poco y se entreguen más; que duden menos, que amen más; que juzguen menos, que comprendan más; que piensen menos en lo que no alcanzaron y más en aquellas puertas que están abiertas para que puedan ingresar; que deseen menos las cosas del mundo y aspiren más a las del Cielo; que estén menos presos del pasado y más vivos en el presente; que estén menos aferrados a las estructuras, a las instituciones y más disponibles a lo nuevo, a aquello que se renueva como el universo, aquello que evoluciona con el Corazón de Cristo, aquello que se renueva con Dios, que cambia y que se transforma para retornar, retornar al Origen.
Ingresen Conmigo en ese Templo, en ese Reino, como en tantos otros que abren sus puertas a la humanidad. Y aprendan aquí a recorrer el camino de retorno al Corazón del Padre, a curar los desvíos, los engaños, a curar las incomprensiones y las heridas. Vengan a ser perdonados para que aprendan a perdonar; vengan a ser curados para que se tornen curadores, curadores en silencio que curan con el ejemplo, que curan con una mirada, que curan cuando unen el corazón al Corazón de Dios, que curan cuando son humildes ante el orgullo, que curan cuando son pobres ante la riqueza y la soberbia, que curan cuando son castos ante la lujuria, la vanidad.
Ingresen en ese Templo, al cual los llamo para que puedan auxiliar a este mundo. Ya estamos, hijos, en el último tiempo de ilusión para la Tierra, porque la Verdad emergerá como una ley que moverá los espacios y los interiores de los hombres, moverá a los Reinos de la Naturaleza, moverá a este mundo, para que él pueda despertar.
Ingresen en ese Templo, al cual los llamo, para que él construya en ustedes una fortaleza inquebrantable, una fortaleza que no desequilibra con el viento ni con el temblor de la tierra, que no se debilita con los asedios, que no se estremece con las amenazas del enemigo; una fortaleza que se construye con el espíritu de la paz y que es inquebrantable, no por sí misma, sino por su unidad con Dios.
Permitan que sus consciencias se eleven a una vida superior, dejando de lado, aunque sea por algunos instantes, las mezquindades de este mundo, esas cosas tan pequeñas que se tornan grandes y que toman la mente y el corazón humano, porque aún son niños en la vida espiritual y no saben disponer sus prioridades para encontrar a Dios.
Muchos aún no comprendieron la urgencia de estos tiempos, y por eso se pierden en las cosas pequeñas. Llegó la hora, hijos, de que vuelvan a lo sagrado y que las Palabras que les entregamos durante tantos años se tornen vida. ¿Cuántas veces escucharon esa frase? ¿Cuántas veces les pedimos que vivieran Nuestros Mensajes?
Responder a ese pedido ya no debería ser una opción, sino una necesidad, porque este mundo está sin vida y la vida proviene de Dios. El verdadero aire proviene del Soplo del Espíritu que los alimenta y los sustenta. Aquel que no respira de este soplo, aunque que esté de pie, morirá; aunque camine, estará vacío.
Ayuden a este mundo a despertar, ayuden a sus hermanos a encontrar la verdad, den de beber a los que tienen sed de Dios, muestren la fuente a los que están vacíos, porque ya es tiempo de que crezcan y de que preparen, en este mundo, un camino digno para que el Rey del Universo retorne.
Conozcan los Reinos Divinos, que se espejan en el interior de la Tierra, en los Centros Sagrados, porque un día ellos emergerán a la superficie y aquellos que reconozcan sus puertas podrán ingresar para recomenzar la vida en la Tierra, como ella debería ser desde el principio.
Si Mis Palabras les son incomprensibles, solo siéntanlas, dejen que ellas ingresen en su interior como una verdad que los transforme y así, hijos, no les será un peso vivir la transformación.
Hoy les dejo las puertas abiertas para que den un nuevo paso e ingresen Conmigo en ese Reino, en ese Templo, como en tantos otros que están debajo de sus pies y no los ven.
Oren de corazón y permitan que el Señor les revele Sus misterios. Dejen que sus ángeles de la guarda los conduzcan, en cada instante de la vida, para que den pasos seguros, afirmados en la Voluntad Divina, y no en la propia.
Dejen que cada inicio de un nuevo ciclo los renueve verdaderamente y los eleve. Si así fuera, cuando llegue el último, él los encontrará listos para dar un paso definitivo. Hoy conduzco sus esencias a los Templos Sagrados del interior de la Tierra, para que sean renovados y dejen que la fuerza humana sea substituida por el Poder de Dios.
Hoy Mis Palabras son como una llave que les abre la puerta hacia aquello que siempre fue desconocido y que ahora ya no debe serlo. Déjense conducir, déjense guiar y, así, hijos Míos, estarán en el lugar correcto donde Dios necesita de ustedes, para que auxilien a la humanidad cuando estén prontos para eso.
No solo pregúntense dónde están y qué son los Reinos Sagrados del interior de la Tierra. Pidan, en humildad, conocerlos en esencia y que ellos puedan vivir en ustedes como una comprensión divina, una sabiduría que nace de lo profundo de su interior, una cura que emerge y los renueva, un agua que los lava y los purifica.
No esperen que los Centros Sagrados, los Reinos del interior de la Tierra se manifiesten como los Reinos de este mundo. Ellos se expresan en ustedes como un estado de consciencia, un estado de espíritu. Solo vivan y sean esas Emanaciones Divinas.
Dejen que Mirna Jad se exprese como una cura que los libera del pasado. Dejen que el Reino de Lys se exprese como una pureza que surge en el interior. Dejen que Aurora se exprese como una voluntad superior que los conduce a instituir en la Tierra la nueva vida.
Hoy los dejo con estos impulsos que son simples y profundos al mismo tiempo, así como es la Vida Divina; que son claros y misteriosos al mismo tiempo, comprensibles y desconocidos. Dejen solo que ellos vivan en cada uno de ustedes.
Con Mis Palabras y por la potestad que Dios Me concedió, Yo los bendigo y los renuevo.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Vengo vestida de Gracia para derramarles Mi Luz, para que en este día santo descansen en Mis brazos y solo puedan estar en Dios.
Vengo vestida de Gracia para derramarles Mi Paz, y para que sus corazones y los corazones del mundo encuentren la Misericordia de Dios.
Vengo vestida de Gracia para derramar, sobre ustedes y el mundo, los Rayos de Mi Gracia, que son tan necesarios para estos tiempos, especialmente para las almas que deben comenzar de nuevo sus caminos, los caminos que le ha propuesto Mi Hijo a cada uno de sus corazones.
Vengo vestida de Gracia para que puedan conocer la Compasión de Dios, aquella compasión que el mundo ha olvidado completamente debido a los errores de los hombres, al producir dolor y cometer ultrajes e indiferencias al Corazón del Padre Celestial.
También vengo vestida de Gracia para irradiar Mi Espejo de Luz sobre ustedes; para reencender las esencias que están caídas y que aún no han encontrado el camino de la salvación.
Que el hombre de superficie reconozca la Gracia de la Madre de Dios. Es esa Gracia suprema e infinita, queridos hijos, que siempre los mantendrá en el camino de Mi Hijo, el camino de la paz y del bien.
Y así, como Yo les he dicho esta mañana: la Unidad a todos los salvará. Si sus corazones están unidos en Cristo, no deberán temer por nada, queridos hijos. Cristo es esa Llama de Unidad incandescente que brilla en todo el Universo Celestial.
Nuestros Corazones, llenos de Gracia, se aproximan nuevamente al mundo para decretar la paz y el fin de la guerra, la guerra que viven interiormente muchos corazones, la guerra que se expresa sobre la superficie del planeta como consecuencia del caos y de la adversidad. Pero si sus corazones están unidos a Mi Gracia, ¿creen que ustedes se transformarán?
Mi Gracia todo lo permite, porque de la Gracia nace la Misericordia de Dios, la Misericordia que todo transforma y redime a través de los tiempos.
Busquen en ustedes, queridos hijos, la esencia de la Gracia de Dios, la llama de la Gracia de Mi Hijo, que viene descendiendo desde el universo en estos tiempos, para poder formar a los nuevos rebaños del Creador.
A lo largo de los tiempos vengo acompañándolos a través de la llama de Mi Gracia, para que siempre puedan estar en el camino correcto, para que nunca olviden lo importante que es amarse los unos a los otros, para siempre poder gestar la unidad del corazón.
La Unidad de Dios es invencible, así como Yo les he dicho. Todos los ángeles del Cielo se sirven de esa Sagrada Unidad para poder vivificar al Padre Eterno.
Yo los invito queridos hijos, de esa forma, a buscar su Gracia interior, la esencia del amor y de la unidad entre los corazones. Si ustedes buscan todos los días la unidad entre sus semejantes, el mundo no sufrirá tanto. Pero mientras las almas se aparten de la Gracia de Dios, sufrirán y no habrá remedio que pueda sosegar a esos corazones.
Por eso, les pido, queridos hijos, mantengan firme en ustedes la Gracia de Dios, para que puedan estar con sus semejantes en unidad. Así, sabrán siempre qué deben hacer. Aun en los tiempos del caos la llama de Mi Gracia los conducirá, iluminará sus caminos para que puedan ver el propósito que viene emergiendo en el horizonte.
Yo soy esa Estrella de Gracia para todo el universo y quisiera, queridos hijos, que en cada momento de oración pudieran contemplar la Gracia de Mi Corazón. En Mi Gracia no hay error, no hay dolor, no hay sufrimiento. En Mi Gracia hay Amor, Piedad y Misericordia para las almas del mundo.
Coloquen en Mi Corazón lleno de Gracia a toda esta creación del planeta que tanto sufre las consecuencias de la humanidad.
Coloquen en Mi Corazón de Gracia a los Reinos de la Naturaleza, para que ellos puedan ser reparados por Mi Luz, por la gran consciencia Madre de la Naturaleza.
Coloquen a sus semejantes en Mi Corazón de Gracia, para que sus desiertos y las pruebas que hoy viven puedan pasar pronto y todos puedan vivir, en Mi Hijo, el Sagrado Propósito que con tanto Amor materno vine a depositar en sus vidas.
No vengo a ver su imperfección, queridos hijos. Vengo a buscar, en ustedes, que pueda despertar la llama de la Gracia de Dios, para que nunca olviden que la unidad es algo imprescindible en este tiempo.
Hoy vengo vestida de Gracia. Vengo como la Señora de la Gracia para derramar sobre el mundo lo que él necesita; para que la humanidad pueda soportar su purificación a través de la corriente poderosa de la oración.
Queridos hijos, les pido con Mi Corazón materno que no se cansen de escuchar Mi voz. En Mis Palabras está Dios presente y todos Sus códigos de Luz, así como los códigos de Luz de Mi Hijo y los del Espíritu Santo.
Así, Yo Soy la Madre de la Santísima Trinidad, que quiere verlos en paz para poder soportar el fin de los tiempos.
Únanse los unos a los otros para que la Gracia de Dios esté presente en sus vidas. Esta Obra, que Yo vivo con ustedes en estos años, es una Obra generada por la Gracia de Mi Corazón. Si Mi Gracia no hubiera tocado sus esencias, esto no sería posible.
Mediten en lo que les pido.
Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Porque Mi Gracia es infinita.
Así como el Creador que creó todos los universos, era en Sí una Fuente de Vida, Yo, hijos Míos, Soy una Fuente de Gracia para todo el cosmos, para todas las criaturas. Es de Mi Inmaculado Corazón que provienen todas las oportunidades de redención y de cura para aquellos que no las merecen.
Con Mi Maternidad, Amor y Misericordia, derramo sobre cada esencia de este mundo y de muchos otros, la Gracia que necesitan para retornar a Dios.
Cada una de Mis Palabras, hijos Míos, trae en sí una Gracia Especial, una Gracia Única. Aquellos que Me escuchan con atención y que dejan que ellas penetren en lo profundo de sus seres transforman esa Gracia en vida, transforman la propia consciencia, la propia esencia, en una esencia redimida por Mi Gracia.
Cada vez que vengo a su encuentro, les traigo nuevas oportunidades de crecer, de seguir Mis pasos. Cuando les hablo, hijos, no estoy solo corrigiendo sus caminos, les estoy trayendo una Gracia para que puedan despertar, mientras todavía hay tiempo, y cumplir con aquel compromiso que hicieron con Dios en el principio de todo, antes aun de que llegaran a este mundo.
Aquellos que se reúnen bajo Mi Manto y que vienen a Mi encuentro para escuchar Mi Voz fueron llamados y atraídos por la Luz de Mi Gracia.
Por eso, en esta noche, delante de esta Fuente que Yo represento frente a sus ojos, a sus corazones, déjense permear por esta Gracia que se expresa en Mi Divina Luz, que los cura, redime y transforma, para que finalmente expresen lo que es perfecto, que hace tanto tiempo está escondido en sus corazones.
Hijos, para que la Gracia que Yo les traigo se exprese en sus vidas, no bastará que Mis manos sean impuestas sobre sus seres. Necesitan esforzarse para que esta Gracia crezca, dé sus frutos y puedan ir más allá de sus seres; que puedan llegar a aquellos que más lo necesitan, porque para eso les entrego estas Gracias, para que representen a esta Fuente en el mundo, multipliquen las Gracias que Yo les entregué a través del ejemplo, de la vivencia de la unidad, de la fraternidad, del amor, del perdón.
Cuando perdonan los errores de sus semejantes, así como Yo los perdoné cuando los llamé a Mi encuentro, están multiplicando la Gracia que Yo les entregué y están anunciando, no solo a la humanidad, sino a todo el universo, que existe una esperanza de que el corazón humano exprese aquel Pensamiento Divino que surgió del Creador al manifestar la humanidad.
Quiero que contemplen hoy, hijos, la inmensidad de Mi Gracia y las infinitas posibilidades de que ella se multiplique en sus vidas.
Una Gracia, hijos Míos, cuando la reciben del Corazón Divino, de esta Fuente Sublime de la Creación, es algo único y aún incomprensible para sus pequeñas mentes humanas.
Por eso, solo sientan el poder de Mi Gracia y no duden en dejar que ella se multiplique y los transforme completamente.
Hoy, deseo que sientan Mi Paz, que estén entre Mis brazos y que, amparados por Mi Gracia, reciban un poco de aliento, porque no solo de batallas deben vivir Mis soldados. Recuerden, hijos, que este ejército existe para proclamar la paz, primero dentro de cada uno de ustedes, en sus familias, en sus hogares y después en el mundo entero.
Hoy, entren en el manantial de Mi Gracia y dejen que Yo los abrace, los cure y con el poder celestial de Mi Amor Materno pueda transformar todo aquello que hasta hoy les impide conocer Mi Infinita Paz.
Hoy, vengo a curarlos, redimirlos y ampararlos en Mi Inmaculado Corazón, porque el mundo necesita de la paz que ustedes le deberán llevar.
No solo, hijos Míos, sobrevivan en este mundo; no solo luchen por la vida, en su día a día, en sus hogares. Contemplen un Propósito Superior y, bajo el amparo de Mi Gracia, atraigan hacia el planeta este Propósito Divino, que les trae una nueva esperanza, un nuevo sentido a sus vidas.
Hoy, hijos Míos, quiero llamar hasta aquí a dos Hijos de María que comprendieron, con su limitación humana, el propósito de Mi Gracia, que poco a poco están permitiendo que Yo los transforme, para que se tornen dignos soldados de Mi Inmaculado Corazón.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Quien está en este camino de Luz, alcanzará la sanación, la cura y la redención; porque la Gracia Divina siempre está disponible al alma que abre su corazón para poder reconocerla.
En esta consagración, queridos hijos, a través de estos Hijos, les muestro el poder de la Gracia y de la Unidad; dos vertientes de Luz que siempre podrán contemplar en sus espíritus, uniéndose a la Fuente de Adonai.
Que esta Gracia Divina, que hoy está presente en Aurora, también se pueda expandir al mundo, especialmente a Mis hijos de Venezuela, que necesitan mucho de sus oraciones.
Les digo, a todos Mis hijos de Venezuela, que la Gracia de Dios está con cada uno para que puedan trascender los abismos, las pruebas y las decisiones caóticas que son tomadas. Pero no dejen de perseverar. Mi Inmaculado Corazón triunfará en cada uno de ellos.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Vamos a escuchar, a pedido de María para esta consagración, “Ave María de Aurora”.
Abrimos nuestras manos para recibir la Gracia de Dios.
Vamos a repetir la oración que María Santísima nos está enseñando, frase por frase, hasta que consigamos hacerla todos juntos:
Bendita Gracia de Dios,
que colmas los universos,
hazme digno de vivir Tu Divina Voluntad.
Amén.
Lleven las manos hacia sus corazones.
Vivan la Gracia de Dios todo el tiempo, en una aspiración ardiente de poder encontrarla en cada espacio de este mundo y en cada uno de sus hermanos en perfecta unidad.
¡Les agradezco, por responder a Mi llamado!
Les agradezco a los presentes, a Mis queridos hijos, por haberme acompañado aquí, en Aurora, en esta Sagrada Fuente de Cura.
Y ahora, abro los caminos, como un Águila de Luz, para peregrinar hacia el Brasil. Y allá, esperaré a todos Mis hijos de esa nación, en devoción y amor por el Plan de Dios.
¡Aleluya! Que Dios sea en ustedes.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Queridos hijos:
Deseo constituir aquí, en este lugar, un firme grupo de oración que ore por toda la consciencia europea, especialmente por los que fueron inmigrantes a través de los tiempos.
Deseo constituir aquí un precioso oratorio dedicado a Mi Inmaculado Corazón, para que Yo pueda derramar las Gracias, no solo en Brasil, sino también en Europa.
Asuman, queridos hijos, Mi Faz de Nuestra Señora de Guadalupe como el gran terafín de sus vidas, como el ícono sagrado para sus corazones, por el que, a través de Mi Corazón Inmaculado, ustedes podrán unir todos los continentes y las culturas, los pueblos y las naciones, por medio de Mi Divino Espíritu de Madre.
También deseo aquí, queridos hijos, que trabajen ampliamente por su conversión; que sus corazones se enciendan a través de la llama de Mi Corazón Inmaculado; porque así, queridos hijos, Yo podré tenerlos a todos en Mi Vientre purísimo, podré gestar nuevas cosas para sus vidas y conquistar sus corazones cumpliendo así el pedido de Dios de manifestar Su Obra, en estos tiempos, en todos los corazones aún no redimidos.
Queridos hijos, abran sus brazos para que la llama de Mi Amor penetre en sus corazones. Sientan el calor maternal de Mi Corazón que solo desea abrazarlos y consolarlos, para que sus pies caminen por el sendero que Yo les ofrezco en estos tiempos, el gran camino de la redención y de la paz, que todos los corazones deben contemplar para estar plenos del gran Corazón del Padre Celestial.
El motivo de Mi Presencia en este lugar, queridos hijos, es que Yo los pueda llevar hacia Mi Hijo Amado, que espera por almas que puedan despertar al camino de la Misericordia que Él les ofrece también en este tiempo.
Sientan en sus espíritus el gran consuelo celestial que proviene del Corazón del Padre y que hoy se irradia a todo el universo y a todos los corazones abiertos para recibir esta energía espiritual.
Yo deseo también, queridos hijos, que sus vidas se reeduquen en los principios de la Sagrada Familia, de la bondad y de la caridad, para que ustedes, saliendo de sí mismos, perciban cuán grande es la necesidad en estos tiempos; no solo en esta ciudad que hoy Yo visito, sino también en el mundo entero, en donde hay grandes necesidades planetarias, principalmente en las almas que sufren por aquellos que no sirven a Dios y que están dormidos por las ilusiones de esta humanidad.
Yo vengo a abrir sus ojos, los ojos del corazón y del alma, para que participen Conmigo de esta unidad perfecta con la Santísima Trinidad y así sus espíritus, que hoy poco a poco despiertan ante Mi Presencia, puedan recibir los Dones del Espíritu Santo y comenzar una nueva vida en Cristo, su Señor.
Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Quisiera revelarles en esta noche los misterios de Mi Inmaculado Corazón, misterios que deben vivir para tornar sagrada la propia vida.
Hoy, vengo a este lugar, hijos Míos, para que la humanidad comprenda que los errores del pasado, muchas veces, permanecen en los corazones a lo largo de los siglos y no reciben la cura y la liberación que necesitan hasta que la Misericordia de Dios no se derrame sobre esos corazones.
La ignorancia de Mis hijos, los que trajeron el caos y el mal a tantos corazones, a los pueblos originarios, buscando educarlos en una cultura que no comprendían, aún vive, hijos Míos, como un dolor profundo en el corazón de esta Tierra. Y la cura que necesitan como humanidad, aún puede descender sobre el mundo si sus corazones se tornan orantes, serviciales, verdaderos ante Dios.
La consciencia humana, Mis amados, es una sola. Por eso, la devoción que tienen por Mi Inmaculado Corazón, en este lugar, se puede expandir a muchos otros corazones del mundo, siempre que unan sus intenciones a Mis Intenciones Divinas y caminen verdaderamente para la manifestación de Mi Plan en esta Tierra.
El Creador Me envía a este mundo como Su Sierva para perpetuar el ejemplo de la Sagrada Familia, para que jamás se olviden, hijos Míos, de los principios que les entregamos cuando estuvimos en el mundo.
Mi Sagrado Hijo Jesús les mostró el ejemplo de la entrega y de la donación de sí. Pero, en el silencio de Nuestros Corazones, San José y Mi Corazón también les dieron un ejemplo de vida, de bondad, de fraternidad; ejemplo que deben vivir en estos tiempos para curar la degeneración del corazón humano.
Hijos, mientras están ante Mí, muchos se pierden en la ignorancia, muchos se lanzan a los abismos de oscuridad y de terror que el propio hombre abrió en la consciencia planetaria.
Necesito, en estos tiempos, que sus mentes y sus corazones se puedan unir a un Propósito superior a la propia vida; porque de esta forma, hijos Míos, le darán un sentido verdadero a su existencia en este mundo.
Si viven para servir a Dios y ser una manifestación viva de Sus Planes, estarán cumpliendo con su parte, estarán viviendo plenamente el Pensamiento Divino para esta humanidad.
Todo comienza, hijos Míos, en la simple oración del corazón. Después, poco a poco, Yo los guiaré y podrán escucharme dentro de cada uno de ustedes, porque todos los días aspiro a que cada alma de esta Tierra escuche la Voz de Mi Corazón.
Pero, para que Me escuchen, hijos Míos, necesitan silenciar la propia voz, la propia voluntad, la propia aspiración, para que, de esta forma, vacíos de sí, puedan escuchar la Voz de Dios que se pronuncia a través de Su Sierva.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Queridos hijos:
Es de esa forma, queridos hijos, que Yo los motivo a la consagración del corazón, a la vida orante, al servicio y a la caridad que debe ser vida en sus vidas, porque así agradarán a Mi Hijo Amado que está desconsolado por esta humanidad.
Aun cuando existen muchos errores, Mi Corazón les trae la Gracia y la misericordiosa oportunidad de comenzar de nuevo todos los días, a través de la fe y de la confianza en Dios.
Es a través de Mi Presencia, y para poder estar hoy aquí, entre ustedes, que activé los Divinos Espejos de Mi Consciencia para que las puertas se abrieran hacia este lugar que necesita de redención; para que las almas fueran tocadas por Mi Luz Santísima, así como Mi Luz tocó muchos corazones a través de los tiempos.
Necesito, queridos hijos, que en esta ciudad oren el Rosario a Mi Inmaculado Corazón por la consciencia indígena, para revertir los males que sucedieron a través de los tiempos, para equilibrar las deudas, para traer el Perdón de Dios a esta humanidad; porque esta nación, queridos hijos, siempre fue muy colonizada y eso debe terminar.
Cada nación debe vivir su profunda paz y eso comenzará en ustedes cuando inicien el camino de la oración del corazón, que hoy les vengo a ofrecer amorosamente. Si oran a Mi Corazón Inmaculado todos los días, cualquier oración que ustedes recen, Yo les prometo, queridos hijos, que todo será curado en poco tiempo y ustedes renacerán al espíritu, se reconciliarán con Dios Padre y reconciliarán así a toda la humanidad. Es de esa forma que, vengo a formar los ejércitos de la oración, porque será necesario, queridos hijos, que estén bien preparados para el fin de los tiempos.
Hoy, quiero decirles, Mis hijos amados, que los tiempos ya no son normales. Despierten al llamado que viene a través de Mi Corazón, porque es la Voz de Dios que se pronuncia a través de Mi Espíritu en esta noche sagrada por cada uno de ustedes y de sus hermanos.
Queridos hijos, abracen con devoción todo lo que Yo les digo, porque es su corazón el que comprenderá todas las cosas que son muy inmateriales.
Queridos hijos, abran sus ojos y vean la Luz que desciende desde el universo, los rayos de Mi Gracia que se aproximan a ustedes buscando un profundo despertar de sus consciencias.
De esa forma, hijos amados, Yo los invito a salir de la comodidad, a ingresar en el camino del servicio a los semejantes. Allí, encontrarán la piedad en sus vidas, la cura de sus almas y familias, el renacimiento del Espíritu de Dios en sus corazones.
Para dar testimonio de todas estas cosas que hoy les digo, queridos hijos, los invito a consagrarse a Mi Corazón. Por eso, a través de este altar sagrado que Me han ofertado y de todas las imágenes que han colocado a los pies de Mi altar; Yo hoy consagraré a nuevos Hijos de María, que en esta noche se comprometerán Conmigo a orar por la paz hasta el fin de los tiempos.
En esta noche, queridos hijos, que el Corazón Solar los bendiga. Mi Inmaculado Corazón, irradia los rayos del Sol del Universo para que sus espíritus se congreguen en esta bendita misión por la paz en el mundo.
Ahora, como peregrinos que siguen el camino de Cristo, Nuestro Señor, invito a aproximarse a aquellos que hoy se consagrarán y que se coloquen a los pies de este altar, no solo como almas, sino como llamas de Mi Corazón que se reencienden por la acción de Mi Gracia, por el triunfo de la Misericordia de Dios en los corazones autoconvocados para servirme.
En cada nueva consagración los corazones se renuevan y es una oportunidad máxima, para todos, de que todos los corazones que se han consagrado como Hijos de María, puedan reafirmar sus votos Conmigo y vivir, en este tiempo final, Mi gran proyecto por la paz.
Aproxímense, queridos hijos, para sentir el consuelo de Mi Inmaculado Corazón que los bendecirá en esta tarea de orar por esta ciudad, por toda la consciencia europea, para que así se instituya la redención en la humanidad.
Ahora que están aquí, coloquen sus manos sobre el corazón y sientan Mi Corazón Inmaculado que los abraza fuertemente y los une al Amor de Dios.
En esta consagración al Plan Divino del Padre, sientan el abrazo de los ángeles, el canto de los bienaventurados y de todos los seres de buena voluntad que, en esta hora y a través de este encuentro, se unen a Mi Corazón de Luz.
Vean en sus internos cómo se reenciende la esencia profunda de sus seres, la pureza original de Lys en sus vidas.
Repitan Conmigo, queridos hijos:
Mi Dios,
yo creo en ti,
yo Te adoro, yo Te espero y yo Te amo.
Y Te pido perdón por los que no creen en Ti,
no te adoran, no Te esperan y no Te aman.
Amén.
(tres veces)
Todos los Hijos de María son espejos de la oración, reflejos de Mi Presencia en el mundo, chispas divinas del Espíritu de Dios que se reencienden para dar testimonio del Retorno de Cristo a la humanidad.
Contemplen ese misterio en este tiempo y en cada momento de su oración.
Recuerden todos los días que Mi Hijo está retornando y Yo congrego a Sus rebaños dispersos por el mundo para que vuelvan a despertar al Sagrado Llamado de Dios, a Su Plan evolutivo para este tiempo final.
Con sus manos sobre sus corazones, Yo hago descender sobre ustedes, queridos hijos, la bendición divina del Padre para que, unidos a Él, siempre recuerden que Su Misericordia es infinita y Su Luz es invencible.
Ahora, oraré por ustedes.
Yo los consagro, queridos hijos, y los renuevo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Y que ahora, sus voces, también consagradas a Mi Inmaculado Corazón, canten el himno de su consagración para que los Ángeles del Cielo eleven la oferta hacia el Universo de Dios, en unión con sus Ángeles de la Guarda por los mil años de paz.
Hoy, queridos hijos, recibirán una flor de este altar como testimonio de Mi Amor por ustedes y de Mi devoción por todas las almas del mundo.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Gloria a Dios en las alturas y paz en la Tierra a todos los seres de buena voluntad.
Que así sea. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Hoy, María, a través de Su Faz de la Reina de la Paz, hizo una tarea entre Europa y América del Sur, liberando algunas cosas de la consciencia del planeta, especialmente lo que sucedió entre la consciencia indígena y los colonizadores. Y ustedes podrán preguntarse ¿cómo es que sucedió eso?
Nuestra Madre Divina también es omnipresente y Su Amor Maternal abraza muchas cosas. Su trabajo maternal viene sucediendo a través de los tiempos.
En un momento de la Aparición, María se mostró como Nuestra Señora de Guadalupe para que en nuestra consciencia y, especialmente, en nuestro corazón, quedará guardada esa imagen que, hasta los días de hoy, está vigente; porque Ella decía que, la Señora de Guadalupe, es la que une los pueblos, las culturas y las naciones a través del amor.
Así, este Mensaje queda también para ustedes, para que los que están en esta ciudad, cuando hagan sus trabajos de oración, solos o en grupo, recuerden a Nuestra Señora de Guadalupe; para que así, todos nos podamos curar espiritualmente y ayudemos a nuestra Madre Divina para que su Paz se establezca, no solo en el Brasil, sino también en el mundo.
Queremos agradecer la presencia de todos y a todos los que nos acompañaron a través de la transmisión en vivo.
Y ahora, vamos a agradecer a nuestra Madre Divina por este encuentro.
¡Gracias, Madre Divina, por cuánto nos das!
El corazón que se une a Dios sabe que las Verdades Celestiales aún están guardadas, para este mundo, detrás de los velos de los misterios divinos; sabe que la humanidad estuvo, durante estos millares de años de existencia, madurando su crecimiento espiritual, para algún día manifestar el Propósito de Dios para el corazón humano.
Por más que la mayoría de los hombres aún no esté pronta para conocer la Verdad de Dios, los tiempos se aceleran, y esa Verdad se revelará y causará el despertar y la evolución brusca de aquellos que nunca quisieron abrir sus ojos a la existencia de la Luz.
Hoy, hijos Míos, les revelo la grandeza de Mi Corazón que, en el universo, reina junto a Cristo, junto a Dios, y conduce Sus ejércitos divinos para la concreción de Sus Planes en esta Tierra y mucho más allá de ella.
Vengo abriendo el camino a San Miguel Arcángel, porque soy Aquella que conduce la Voluntad de Dios para Sus Padres Creadores, los Cocreadores de todas las cosas. Y así fue desde la manifestación de Mi existencia, en el principio de toda la vida, anticipando toda la manifestación de la Creación Divina.
Antes de tornarme un espíritu divinizado, Mi Consciencia ya habitaba en la Consciencia de Dios, como vientre materno, de donde proviene la manifestación del Pensamiento Divino. Mi Espíritu fue generado en el universo, en la Fuente de la Consciencia de Dios; porque así como en consciencia Yo ya manifestaba el Pensamiento Divino para todo el cosmos, como espíritu encarnado en Su Proyecto principal debería dar vida a Aquel que representaría al Pensamiento Divino encarnado, el Verbo de Dios hecho carne y hombre.
Sé que muchos ignoran esa verdad, por eso vengo a hablarle al mundo y no a unos pocos; porque la soberbia y el orgullo hicieron desaparecer la humildad del corazón de los seres humanos y así les impidieron contemplar y creer en la grandeza de la Creación, cuando esta se manifiesta delante de sus corazones.
La falta de humildad en el corazón humano no le permite reconocer la propia pequeñez y la grandeza de Dios. Por eso, muchos comparan a Su Hijo con la humanidad común y a Su Madre Celestial con un espíritu humano común, ignorando las posibilidades de que Dios se manifieste en la Tierra para conducir la creación de esta raza que deberá alcanzar la semejanza con Él.
Para que alcancen la semejanza con Dios y así lleguen a Su Universo espiritual y divino, fue que Él Se hizo carne en el hombre como en la mujer y, de esa forma, mostró a todos cómo seguir Sus Pasos; y por medio del Corazón Castísimo de San José, el Creador demostró que si la humanidad siguiera e imitara los pasos de Su Hijo y de Su Madre Divina, podrá alcanzar Su estado de Divinidad. Fue así que San José, como hombre, se hizo semejante a Dios; y la única llave que abrió las puertas a ese grandioso paso fue la sublime humildad que expresó Su corazón.
Por eso, hoy, hijos, delante de San Miguel Arcángel, abandonen el camino de la oscuridad y del pecado, libérense de la ignorancia y ábranse para vivir según la sagrada humildad que Dios les ofrece. Así podrán estar prontos para escuchar lo que debo decirles en los próximos días.
Yo los amo y los conduzco a la Verdad Divina.
Su Madre María, Rosa de la Paz
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más