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Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Vengo vestida de Gracia para derramarles Mi Luz, para que en este día santo descansen en Mis brazos y solo puedan estar en Dios.
Vengo vestida de Gracia para derramarles Mi Paz, y para que sus corazones y los corazones del mundo encuentren la Misericordia de Dios.
Vengo vestida de Gracia para derramar, sobre ustedes y el mundo, los Rayos de Mi Gracia, que son tan necesarios para estos tiempos, especialmente para las almas que deben comenzar de nuevo sus caminos, los caminos que le ha propuesto Mi Hijo a cada uno de sus corazones.
Vengo vestida de Gracia para que puedan conocer la Compasión de Dios, aquella compasión que el mundo ha olvidado completamente debido a los errores de los hombres, al producir dolor y cometer ultrajes e indiferencias al Corazón del Padre Celestial.
También vengo vestida de Gracia para irradiar Mi Espejo de Luz sobre ustedes; para reencender las esencias que están caídas y que aún no han encontrado el camino de la salvación.
Que el hombre de superficie reconozca la Gracia de la Madre de Dios. Es esa Gracia suprema e infinita, queridos hijos, que siempre los mantendrá en el camino de Mi Hijo, el camino de la paz y del bien.
Y así, como Yo les he dicho esta mañana: la Unidad a todos los salvará. Si sus corazones están unidos en Cristo, no deberán temer por nada, queridos hijos. Cristo es esa Llama de Unidad incandescente que brilla en todo el Universo Celestial.
Nuestros Corazones, llenos de Gracia, se aproximan nuevamente al mundo para decretar la paz y el fin de la guerra, la guerra que viven interiormente muchos corazones, la guerra que se expresa sobre la superficie del planeta como consecuencia del caos y de la adversidad. Pero si sus corazones están unidos a Mi Gracia, ¿creen que ustedes se transformarán?
Mi Gracia todo lo permite, porque de la Gracia nace la Misericordia de Dios, la Misericordia que todo transforma y redime a través de los tiempos.
Busquen en ustedes, queridos hijos, la esencia de la Gracia de Dios, la llama de la Gracia de Mi Hijo, que viene descendiendo desde el universo en estos tiempos, para poder formar a los nuevos rebaños del Creador.
A lo largo de los tiempos vengo acompañándolos a través de la llama de Mi Gracia, para que siempre puedan estar en el camino correcto, para que nunca olviden lo importante que es amarse los unos a los otros, para siempre poder gestar la unidad del corazón.
La Unidad de Dios es invencible, así como Yo les he dicho. Todos los ángeles del Cielo se sirven de esa Sagrada Unidad para poder vivificar al Padre Eterno.
Yo los invito queridos hijos, de esa forma, a buscar su Gracia interior, la esencia del amor y de la unidad entre los corazones. Si ustedes buscan todos los días la unidad entre sus semejantes, el mundo no sufrirá tanto. Pero mientras las almas se aparten de la Gracia de Dios, sufrirán y no habrá remedio que pueda sosegar a esos corazones.
Por eso, les pido, queridos hijos, mantengan firme en ustedes la Gracia de Dios, para que puedan estar con sus semejantes en unidad. Así, sabrán siempre qué deben hacer. Aun en los tiempos del caos la llama de Mi Gracia los conducirá, iluminará sus caminos para que puedan ver el propósito que viene emergiendo en el horizonte.
Yo soy esa Estrella de Gracia para todo el universo y quisiera, queridos hijos, que en cada momento de oración pudieran contemplar la Gracia de Mi Corazón. En Mi Gracia no hay error, no hay dolor, no hay sufrimiento. En Mi Gracia hay Amor, Piedad y Misericordia para las almas del mundo.
Coloquen en Mi Corazón lleno de Gracia a toda esta creación del planeta que tanto sufre las consecuencias de la humanidad.
Coloquen en Mi Corazón de Gracia a los Reinos de la Naturaleza, para que ellos puedan ser reparados por Mi Luz, por la gran consciencia Madre de la Naturaleza.
Coloquen a sus semejantes en Mi Corazón de Gracia, para que sus desiertos y las pruebas que hoy viven puedan pasar pronto y todos puedan vivir, en Mi Hijo, el Sagrado Propósito que con tanto Amor materno vine a depositar en sus vidas.
No vengo a ver su imperfección, queridos hijos. Vengo a buscar, en ustedes, que pueda despertar la llama de la Gracia de Dios, para que nunca olviden que la unidad es algo imprescindible en este tiempo.
Hoy vengo vestida de Gracia. Vengo como la Señora de la Gracia para derramar sobre el mundo lo que él necesita; para que la humanidad pueda soportar su purificación a través de la corriente poderosa de la oración.
Queridos hijos, les pido con Mi Corazón materno que no se cansen de escuchar Mi voz. En Mis Palabras está Dios presente y todos Sus códigos de Luz, así como los códigos de Luz de Mi Hijo y los del Espíritu Santo.
Así, Yo Soy la Madre de la Santísima Trinidad, que quiere verlos en paz para poder soportar el fin de los tiempos.
Únanse los unos a los otros para que la Gracia de Dios esté presente en sus vidas. Esta Obra, que Yo vivo con ustedes en estos años, es una Obra generada por la Gracia de Mi Corazón. Si Mi Gracia no hubiera tocado sus esencias, esto no sería posible.
Mediten en lo que les pido.
Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Porque Mi Gracia es infinita.
Así como el Creador que creó todos los universos, era en Sí una Fuente de Vida, Yo, hijos Míos, Soy una Fuente de Gracia para todo el cosmos, para todas las criaturas. Es de Mi Inmaculado Corazón que provienen todas las oportunidades de redención y de cura para aquellos que no las merecen.
Con Mi Maternidad, Amor y Misericordia, derramo sobre cada esencia de este mundo y de muchos otros, la Gracia que necesitan para retornar a Dios.
Cada una de Mis Palabras, hijos Míos, trae en sí una Gracia Especial, una Gracia Única. Aquellos que Me escuchan con atención y que dejan que ellas penetren en lo profundo de sus seres transforman esa Gracia en vida, transforman la propia consciencia, la propia esencia, en una esencia redimida por Mi Gracia.
Cada vez que vengo a su encuentro, les traigo nuevas oportunidades de crecer, de seguir Mis pasos. Cuando les hablo, hijos, no estoy solo corrigiendo sus caminos, les estoy trayendo una Gracia para que puedan despertar, mientras todavía hay tiempo, y cumplir con aquel compromiso que hicieron con Dios en el principio de todo, antes aun de que llegaran a este mundo.
Aquellos que se reúnen bajo Mi Manto y que vienen a Mi encuentro para escuchar Mi Voz fueron llamados y atraídos por la Luz de Mi Gracia.
Por eso, en esta noche, delante de esta Fuente que Yo represento frente a sus ojos, a sus corazones, déjense permear por esta Gracia que se expresa en Mi Divina Luz, que los cura, redime y transforma, para que finalmente expresen lo que es perfecto, que hace tanto tiempo está escondido en sus corazones.
Hijos, para que la Gracia que Yo les traigo se exprese en sus vidas, no bastará que Mis manos sean impuestas sobre sus seres. Necesitan esforzarse para que esta Gracia crezca, dé sus frutos y puedan ir más allá de sus seres; que puedan llegar a aquellos que más lo necesitan, porque para eso les entrego estas Gracias, para que representen a esta Fuente en el mundo, multipliquen las Gracias que Yo les entregué a través del ejemplo, de la vivencia de la unidad, de la fraternidad, del amor, del perdón.
Cuando perdonan los errores de sus semejantes, así como Yo los perdoné cuando los llamé a Mi encuentro, están multiplicando la Gracia que Yo les entregué y están anunciando, no solo a la humanidad, sino a todo el universo, que existe una esperanza de que el corazón humano exprese aquel Pensamiento Divino que surgió del Creador al manifestar la humanidad.
Quiero que contemplen hoy, hijos, la inmensidad de Mi Gracia y las infinitas posibilidades de que ella se multiplique en sus vidas.
Una Gracia, hijos Míos, cuando la reciben del Corazón Divino, de esta Fuente Sublime de la Creación, es algo único y aún incomprensible para sus pequeñas mentes humanas.
Por eso, solo sientan el poder de Mi Gracia y no duden en dejar que ella se multiplique y los transforme completamente.
Hoy, deseo que sientan Mi Paz, que estén entre Mis brazos y que, amparados por Mi Gracia, reciban un poco de aliento, porque no solo de batallas deben vivir Mis soldados. Recuerden, hijos, que este ejército existe para proclamar la paz, primero dentro de cada uno de ustedes, en sus familias, en sus hogares y después en el mundo entero.
Hoy, entren en el manantial de Mi Gracia y dejen que Yo los abrace, los cure y con el poder celestial de Mi Amor Materno pueda transformar todo aquello que hasta hoy les impide conocer Mi Infinita Paz.
Hoy, vengo a curarlos, redimirlos y ampararlos en Mi Inmaculado Corazón, porque el mundo necesita de la paz que ustedes le deberán llevar.
No solo, hijos Míos, sobrevivan en este mundo; no solo luchen por la vida, en su día a día, en sus hogares. Contemplen un Propósito Superior y, bajo el amparo de Mi Gracia, atraigan hacia el planeta este Propósito Divino, que les trae una nueva esperanza, un nuevo sentido a sus vidas.
Hoy, hijos Míos, quiero llamar hasta aquí a dos Hijos de María que comprendieron, con su limitación humana, el propósito de Mi Gracia, que poco a poco están permitiendo que Yo los transforme, para que se tornen dignos soldados de Mi Inmaculado Corazón.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Quien está en este camino de Luz, alcanzará la sanación, la cura y la redención; porque la Gracia Divina siempre está disponible al alma que abre su corazón para poder reconocerla.
En esta consagración, queridos hijos, a través de estos Hijos, les muestro el poder de la Gracia y de la Unidad; dos vertientes de Luz que siempre podrán contemplar en sus espíritus, uniéndose a la Fuente de Adonai.
Que esta Gracia Divina, que hoy está presente en Aurora, también se pueda expandir al mundo, especialmente a Mis hijos de Venezuela, que necesitan mucho de sus oraciones.
Les digo, a todos Mis hijos de Venezuela, que la Gracia de Dios está con cada uno para que puedan trascender los abismos, las pruebas y las decisiones caóticas que son tomadas. Pero no dejen de perseverar. Mi Inmaculado Corazón triunfará en cada uno de ellos.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Vamos a escuchar, a pedido de María para esta consagración, “Ave María de Aurora”.
Abrimos nuestras manos para recibir la Gracia de Dios.
Vamos a repetir la oración que María Santísima nos está enseñando, frase por frase, hasta que consigamos hacerla todos juntos:
Bendita Gracia de Dios,
que colmas los universos,
hazme digno de vivir Tu Divina Voluntad.
Amén.
Lleven las manos hacia sus corazones.
Vivan la Gracia de Dios todo el tiempo, en una aspiración ardiente de poder encontrarla en cada espacio de este mundo y en cada uno de sus hermanos en perfecta unidad.
¡Les agradezco, por responder a Mi llamado!
Les agradezco a los presentes, a Mis queridos hijos, por haberme acompañado aquí, en Aurora, en esta Sagrada Fuente de Cura.
Y ahora, abro los caminos, como un Águila de Luz, para peregrinar hacia el Brasil. Y allá, esperaré a todos Mis hijos de esa nación, en devoción y amor por el Plan de Dios.
¡Aleluya! Que Dios sea en ustedes.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Yo Soy el Ave que sobrevuela todos los espacios y observa a cada uno de los corazones del mundo.
Yo Soy el Espíritu de Dios que llega a sus vidas para transformarlas por completo.
Yo Soy la Reina de la Paz, la que les trae la paz a las almas, a los corazones, a aquellos a los que les falta paz.
Hijos Míos, Yo Soy la Madre de cada una de sus esencias. De Mi Vientre Sagrado provienen todas las criaturas.
Yo Soy la Sierva de Dios, porque de Él proviene Mi Consciencia.
Fui creada para concebir, para servir al Creador de todos los universos, para ser Su Espíritu Materno, aquel que acoge a Sus Criaturas y las conduce al cumplimiento de Su Plan Mayor.
Hijos Míos, Yo Soy la Cura para sus almas, para sus espíritus, y también para las células de sus cuerpos.
Yo Soy la Cura para este planeta, porque a través de Mi Corazón encontrarán el camino hacia el verdadero despertar, que apartará de sus vidas todas las enfermedades que este mundo les causó.
En esta noche, les hablo de las enfermedades del cuerpo, pero también de las enfermedades del espíritu que alejan a las almas de Dios y las prenden a las ilusiones de este mundo.
Por eso, Mi queridos, convoqué a cada una de sus almas para que llegara hasta aquí, y en esta sagrada hora recibo en Mis Brazos todas sus súplicas, que representan las súplicas de la humanidad, para que no existan más en este mundo, entre las criaturas de Dios, estas enfermedades que no les permiten llegar al Universo Celestial, que no les permiten abrir las puertas a través del amor del corazón para que un nuevo tiempo ingrese en este mundo.
Hijos Míos, muchas Palabras Mías son incomprensibles para los seres de esta Tierra, porque no se abrieron a descubrir una vida que existe más allá de este mundo y que Yo vengo a revelarles, como su Madre y Señora, porque a través de Mí encontrarán un camino seguro.
En Mi Corazón, hijos Míos, encontrarán el camino para llegar al Corazón de Cristo y allí, en el Corazón de Mi Hijo, todas las Verdades serán encontradas.
Quiero que confíen en Mi Presencia, no solamente en este día, sino en todos los días de sus vidas; porque Yo los observo día y noche y aguardo un pequeño instante en el que sus corazones se abren para que Mi Luz pueda ingresar a este mundo y, a través de un solo corazón que se abre, pueda llegar a todas las almas, sin importar donde estén.
Quiero que descubran en Mi Presencia un camino seguro, un camino que no encontraron en otros tiempos de sus vidas.
En Mi Corazón, hijos Míos, no habrá decepción, no habrá abandono ni desconfianza. Por eso, vengan a Mis Brazos, estos que hoy se abren ante ustedes y los invitan a retornar al Origen Celestial.
Hoy, Mi Corazón se enciende por la alegría que siento en esta noche, porque muchos de Mis hijos en el mundo están respondiendo a Mi llamado; pero aún necesito llegar a muchas almas que viven en la oscuridad y que desconocen la Verdad y el Paraíso, que es una realidad en el universo, realidad a la que todas las consciencias deben ingresar en algún tiempo.
Así como hace dos mil años Mi Hijo les mostró el Camino, la Verdad y la Vida a través de la entrega y del sacrificio, a través del Amor a todas las criaturas; hoy, hijos Míos, Yo vengo antes que Mi Hijo para que las almas que no respondieron a Su Llamado en aquel tiempo, no pierdan otra oportunidad. Mi Hijo retornará, llegará al mundo en busca de aquellos que se perdieron en el camino.
Y Mi Inmaculado Corazón, en este momento, viene a decirles que a través de la oración podrán fortalecer sus corazones, despertar sus consciencias, aliviar la desesperación de este mundo y podrán reconocer en un futuro quién será el verdadero Cristo, porque aquel que ora, hijos Míos, no será engañado por el enemigo, que muchas veces intentará engañar a las almas del mundo, aun a través de las cosas espirituales.
Por eso, les digo que Mi Corazón será un camino seguro porque podrán sentir en sus esencias la verdad de Mi Presencia y, frente a frente con Mi Hijo, jamás dudarán que Él es el que cumple con Su promesa, esta que después de dos mil años se cumplirá.
En esta noche, quiero llegar lo mas cerca posible de Mis hijos que el Corazón del Padre Celestial Me permita, para así agradecerles por haber respondido a Mi llamado.
En esta noche, quiero revelarles la grandiosa importancia de haberme permitido llegar a esta ciudad, que representa para el mundo la redención de todos los Reinos de la Naturaleza.
Hijos Míos, si pudieran ver a través de Mis Ojos y sentir con Mi Corazón el gran dolor que sienten los Reinos en este mundo, alabarían a Dios eternamente por la liberación que Él le concedió realizar a Su Sierva, en este mundo, a través de la intercesión de Sus Hijos.
Hoy, Mi Corazón tiene un gran motivo para estar alegre, porque muchos más responden a Mi llamado y reciben Mi Manto sobre sus cuerpos como símbolo de protección, como testigos vivos de Mi Presencia y de Mi Amor por la humanidad.
Hoy, quiero consagrar a estos pequeños hijos que aceptaron responder a Mi llamado. Algunos sin saber porqué, pero que aceptaron y hoy vinieron ante Mi Presencia para que Yo pudiera bendecirlos y agradecerles eternamente por los méritos que generaron en el universo para la redención de este mundo y de todas las almas que viven sobre la Tierra. Un día, hijos Míos, comprenderán lo que viven hoy y que es tan desconocido para sus almas y para sus mentes.
Yo los consagro y los bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Y animo a todos los que Me escuchan a responder a Mi llamado con el corazón, a consagrar sus vidas, sus hogares, a la oración verdadera para que todo el mal pueda ser liberado de este mundo y todas las almas, como también todos los Reinos de la Naturaleza, alcancen finalmente la redención.
En esta noche, también les agradezco a todos aquellos hijos Míos que responden a Mi llamado en otras partes de este mundo, que fueron al servicio de las almas que estaban enfermas de cuerpo y de corazón y que necesitaban de Mi aliento y del aliento de Mi Hijo para que una nueva puerta se abriera en este mundo.
Les agradezco, hijos Míos, por responder a Mi llamado. Vayan en paz y lleven la paz al mundo.
Hermana Lucía de Jesús:
A pedido de la Madre Divina, vamos a escuchar una canción que se llama "Faces de la Madre Divina".
Relato de la Aparición:
Hoy, nuestra Madre Divina se aproximó como la Reina de la Paz.
Durante la oración, las montañas y los cerros a nuestro alrededor comenzaron a encenderse en varios colores diferentes, y era como si los Reinos alabaran a nuestra Madre Divina. Mientras Ella se aproximaba a la Tierra, los portales de Luz comenzaron a abrirse hasta que apareció por encima de los hermanos aquí presentes.
En un momento, Ella comenzó a descender un poco más y Sus Pies casi tocaron la cabeza de estos hermanos que están aquí, en el frente. Era tan fuerte lo que irradiaba, que Ella tornaba nuestros seres transparentes y era como si pudiera ver todo en cada uno de nosotros y nos transmitía un Amor profundo que sentía por cada uno.
Ella agradeció mucho la posibilidad de estar hoy aquí; de estar, en verdad, en estos dos días, porque realizó una liberación importante de los Reinos de la Naturaleza que repercutía no solo en este lugar, sino también en el mundo entero, como Ella nos explicaba.
Para finalizar este trabajo, queremos agradecer mucho la presencia de todos, y los invitamos a seguir acompañando a nuestra Madre Divina a través de la oración, de la reconciliación con sus familias, del perdón, del amor, que son las llaves que Ella nos entregó hoy, a través de las que está presente en nuestras vidas. Muchas gracias a todos.
¡Somos gratos, Madre, por cuánto nos das!
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Agradezco, en esta noche, a todos los que respondieron a Mi llamado. Esto tiene un importante mérito en el Cielo, desde el momento en que ustedes retornen a la Casa de Dios.
Como Madre de las Américas, vengo a traer paz a este continente. Uno a pueblos, razas y orígenes; y creo, en estos tiempos, la nueva cultura sobre la faz de la Tierra, los Nuevos Cristos que despierten al llamado redentor.
Por eso, queridos hijos, como Madre de Brasilia, vengo a pedirles algo muy importante, sigan rezando todos los días, Mi Inmaculado Corazón escucha sus ofertas.
Yo vengo, en este tiempo final, a desatar los nudos de la consciencia, a liberar las amarras de los caminos de Mis hijos; por eso, corto con Mi espada todos los acontecimientos del mal.
Yo solo les pido, queridos hijos, que no se olviden, en esta era final, de unirse a Mi Corazón Inmaculado. Mi Corazón Inmaculado será su eterna casa, en donde estarán protegidos de ustedes mismos y del mundo.
Yo vengo, en esta era final, a pedirles cosas simples, porque ya fueron realizados muchos milagros a lo largo de los siglos. Mi Hijo dio testimonio de Su Presencia a lo largo de los tiempos y, a Su pedido, Yo también lo di.
Por eso, queridos hijos, abran sus corazones. Abran sus corazones para escuchar la Voluntad de Dios, así podrán salir de las cosas superficiales, su sufrimiento se calmará y nacerá la cura en sus espíritus, porque serán consecuentes Conmigo en la oración y Yo podré seguir intercediendo por todos ustedes.
Como ya les dije hoy, Yo necesito almas despiertas y dispuestas, que puedan escuchar la Voz de Dios en este tiempo. Por eso, Mi Espíritu Inmaculado recorre las naciones para demostrarles que ustedes son una única raza, son la nueva civilización crística que debe nacer. Por eso, escuchen sus corazones, calmen sus mentes y pensamientos para que la Energía Divina pueda fluir en ustedes y el Espíritu Santo les pueda demostrar cuánto hay que hacer en estos tiempos tan delicados.
No solo necesito de sus oraciones, sino también de su disposición inmediata. Yo necesito encender en ustedes las estrellas de la Confederación, aquellas que aguardan brillar como soles sobre la faz de la Tierra.
Queridos hijos, Yo vengo a pedido de Cristo a despertarlos. En tiempos pasados muy pocos escucharon Mi llamado. Yo vengo, en esta era, a renovar las cosas en nombre de Cristo; pero para que esto suceda, hijos amados, ustedes deben dar el primer paso hacia Mí, después todo acontecerá como está previsto en el Cielo.
Yo vengo a evitar cosas gigantes en este mundo; así como lo hice en Fátima, en Medjugorje, en Lourdes y en otros puntos de la Tierra que ustedes no conocen.
A lo largo de los siglos, vengo anunciando el importante llamado por la paz; pero como la copa está tan llena, hay algo que se debe hacer, queridos hijos; antes de que se termine de derramar por entero, ustedes deben despertar a tiempo. Todo se puede revertir a través de una buena y sana actitud.
Yo vengo a abrir sus corazones, a consagrar sus templos internos en una unión predilecta con Dios Padre.
Queridos hijos, Yo les aseguro que, en el final de estos tiempos, recordarán Mis Palabras, todo lo que Yo les estoy diciendo en esta noche y, ¿qué harán en esa hora tan difícil?
Yo vengo a socorrerlos y a auxiliarlos. Vengo como Madre de toda la humanidad para interceder por todos Mis hijos, ¿qué más necesitan para poder dar el paso?
Aquellos que aún Me siguen se esfuerzan demasiado, pero Yo necesito de muchas manos más que puedan trabajar Conmigo para el Retorno de Cristo. Yo necesito entregarles, en lo profundo de sus corazones, las señales visibles de la Venida de Cristo; para poder identificarlo y no engañarse ante todos los falsos que surgirán.
Mi Hijo es único y glorificado. Su Corazón Sagrado es inconfundible. Yo vengo en nombre de Cristo a ofertarles el Corazón Sacratísimo de Jesús. Están a tiempo de poder consagrarse a Su Corazón; así podrán estar protegidos de las cosas que sucederán, porque cuando todo acontezca, queridos hijos, Yo estaré de nuevo en el Cielo, acompañándolos con la fuerza de Mi oración.
Estos descensos que Yo hago a la Tierra, manifestando Mi Consciencia universal y maternal, son únicos y determinantes en este ciclo final.
Vengo a entregarles aquello que Yo aprendí en el universo. Necesito que se fusionen como un solo grupo de almas, que entre ustedes ya no existan las mentiras y las indiferencias, el ego o el error. Curen sus corazones a través de Mi Corazón, sientan Mi llama de Paz en sus vidas. Yo necesito su fervor y devoción para que la Paz que existe en el Cielo descienda a la Tierra.
Mi único Propósito, queridos amados, es cumplir el Plan de Dios sobre la Tierra a través de sus vidas, de sus familias y de todos sus seres queridos. Así, Me ayudarán, queridos hijos, a que el mundo alcance la paz.
Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Porque este Portal de Paz en esta noche se abrió sobre esta ciudad para disolver toda la oscuridad que está tan arraigada en este suelo.
Pero, para que Mi Luz pueda penetrar en los abismos y disolver la potestad del enemigo en los corazones humanos, necesito el permiso de sus corazones, necesito que almas despiertas equilibren a las almas que hoy están adormecidas; y, más que eso, hijos Míos, que soldados marianos equilibren a aquellos de Mis hijos que se perdieron en el camino y que no están dormidos, sino que conscientemente son soldados de la oscuridad.
En esta noche, hijos Míos, Mis Ángeles y Arcángeles descienden a este mundo. Sus espadas de Luz cortan los lazos con el mal, pero, para que estas espadas atraviesen sus vidas y los desvinculen de la oscuridad, definitivamente, necesito de su sí, de un sí verdadero y definitivo, de almas que se entregan a la Voluntad Superior.
Vengo a este mundo para realizar verdaderos milagros espirituales en la vida de todas las criaturas.
Hijos Míos, Mi Corazón penetra en los abismos y en la desesperación de esta Tierra, y no existe lugar en este mundo en donde Mi Luz no pueda ingresar. Sí, existen lugares a los que el corazón humano no Me permite llegar, pero si una de sus almas se entrega verdaderamente a Dios, el Señor Me dará permiso para que Mi Reinado se expanda en este mundo.
Porque, Mis queridos, Mis ojos contemplan el planeta desde Mi Reino y oro permanentemente, porque observo que las almas de este mundo sufren tanto cada día.
Hoy, los llamo a que puedan salir un poco de sus pequeñas vidas para que, a través de la oración del corazón, sean instrumentos de Dios y auxilien al Creador para que, a través de Su Sierva, pueda rescatar a las almas que tanto caen en los abismos de este planeta.
Veo desde los Cielos, hijos Míos, que en todo instante una consciencia se pierde en el mundo, que la oscuridad está queriendo tomar el Reinado de Mi Paz, pero es posible que eso no suceda; es posible, Mis queridos, que aprendan a través del Amor y no del sufrimiento, que vean al mundo desmoronarse delante de sus ojos, pero que sus corazones estén dentro del Corazón de Dios, y nada que esté fuera de este Sacratísimo Corazón los perturbará.
Mis queridos, quiero que despierten en esta noche a una Vida Superior, porque Mi Presencia Divina viene a abrir sus corazones y sus consciencias para que ya no duerman más el sueño de las ilusiones de este mundo. Eleven sus aspiraciones a Mi Corazón, porque hoy Mis brazos están abiertos para recibir a cada una de sus necesidades. Escucho sus súplicas y sé el motivo por el cual cada uno de sus corazones vino a Mi encuentro.
En esta noche, les digo que aquellos que verdaderamente se decidan a ser soldados de Mi ejército, que no se preocupen más con sus angustias y aflicciones porque, al entregarse al Corazón de Dios, la Luz de Mi Reino Celestial disolverá todas esas angustias y las transformará en fuente de inspiración divina, en una voluntad que sus almas sentirán de superar los temores, de superar el sufrimiento y de ir al encuentro de la tan grande necesidad de este mundo.
Mis queridos, como ya les dije en este día, quiero invitarlos a realizar pequeños sacrificios, pequeñas obras de caridad, que poco a poco convertirán a este mundo.
Mis amados, hoy abro Mis brazos y les muestro Mi Inmaculado Corazón, para que tengan delante de sus ojos la Morada Superior, a la cual deben retornar en este tiempo. Vengan sin demora y sin miedo, porque nada malo les sucederá, una profunda paz ingresará en sus vidas, una devoción y una fe inquebrantables, para que, finalmente, hijos Míos, puedan ser convertidos en los Cristos del Nuevo Tiempo, semejantes a Mi Hijo, semejantes a Dios Padre.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Yo les agradezco por confiar en este llamado. Quiero decirles, queridos hijos, que Mis Gracias fueron depositadas en sus corazones y familias.
Adoren, todo el tiempo, la Gracia de Dios. Contemplen Su Majestad y Misericordia; porque lo que Yo les puedo legar son los Códigos de Dios, los principios de la Fuente Primordial, que nacen en el amor y en la unidad. Eso está disponible para todos en el vasto Universo del Creador; solo les bastará, queridos hijos, pedirle a los Cielos, que el Cielo les entregará todo su legado, toda Su Redención y Misericordia.
Me despido de sus corazones en nombre de la Paz y convoco, en este Altar, a los nuevos hijos que hoy Yo consagraré y al grupo de Brasilia que preparó este encuentro Conmigo; porque también será consagrado por Mi Inmaculado Corazón, con la esperanza de que todos ellos sean el corazón vivo para el Brasil, el corazón que pulsa en el amor, en la paz y en la oración.
Bendigo estas flores que serán para los presentes el símbolo de Mi Rosa Mística Universal, de la belleza que Dios gestó a través de Mi Corazón Inmaculado. Consagro las sagradas imágenes para que sean el símbolo vivo de la Luz en estos tiempos de oscuridad.
Yo los bendigo y los contemplo. Y, ahora, escucharé sus voces cantándole a Dios, para la consagración final.
Por todo esto y por los días que vendrán, les agradezco por responder a Mi llamado.
Vayan en paz, vivan en Mi Paz, sean portadores de Mi Paz.
¡Aleluya a Dios!
Canción: Ave María (en latín).
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Colocamos nuestras manos con las palmas hacia arriba para recibir la Gracia de Nuestra Señora.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Queridos hijos Míos, Mi último pedido será para ustedes: recen todos los días que vendrán por Mi peregrinación a los Estados Unidos. A través de su oferta y donación a Mi Corazón Inmaculado, una gran puerta a la conversión se abrirá en ese lugar.
Yo los reúno en nombre de Cristo. Yo los congrego a través de la fuerza de Su Espíritu. Yo los uno a la Fuente de Su infinita Misericordia, ahora y siempre.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
“María de Nazaret” es un cántico que alegra Mi Corazón y hace que Mi Espíritu encienda a las almas en una perpetua devoción. Cantemos alegremente para Dios en esta noche.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Hoy, nuestra Madre llegó aquí, hasta nosotros, como Nuestra Señora de las Gracias o de la Medalla Milagrosa y nos invitó a recordar ese símbolo tan importante que Ella imprimió en la humanidad y que recordáramos ese pasaje que Ella realizó en la historia de la humanidad, a través de esa Aparición.
Y hoy, principalmente, el Mensaje de María nos invitaba a recordar nuevamente esa Aparición. Ella nos dijo:
Queridos hijos, hoy los invito a la unidad. Para que haya unidad, queridos hijos, debe reinar el amor. Vivan por el amor y vivan en el amor.
Queridos hijos, debe haber paz en sus corazones. No teman a lo que acontezca. Para que haya paz en el mundo debe haber paz en sus corazones, y esto lo alcanzarán a través de la oración.
Hoy, derramo Mi Luz sobre ustedes, queridos hijos, porque en Mi Corazón todo está bien.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Después, Ella nos dijo que estaba muy agradecida por los encuentros que están realizando los grupos de oración de Venezuela, y Ella agregó:
Queridos hijos de Venezuela, ahora, de una forma armoniosa, amorosa y responsable, ustedes están preparando Mi llegada.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Después, también les dijo a los grupos de oración de Brasil:
Queridos hijos, también estoy acompañando su encuentro. Les agradezco por prepararse para recibirme.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Hoy también, Nuestra Señora nos reveló que, durante todo nuestro encuentro de oración en esta noche, Ella estaba orando en Brasil, principalmente por el Santo Padre Francisco y nos dijo:
Queridos hijos, hoy, Mis oraciones son para el Santo Padre.
Queridos hijos, hoy estuve en Aparecida, en ese importante encuentro. Por eso sepan, queridos hijos, que Mi Corazón Inmaculado está reuniendo a todos los rebaños; porque, como Yo lo dije en Fátima, América tendrá una tarea importante.
Por eso, queridos hijos, no teman por lo que les suceda, lo principal es que se realice el Plan de Dios, aquello que deberá cumplirse aquí, en esta parte del mundo.
Madre María Shimani de Montserrat:
Muy bien, vamos a hacer dos cosas: primero atender a un pedido de Nuestra Señora, que mañana la Vigilia continúe hasta la hora de la Aparición y sea ofertada por la tarea del Santo Padre.
En segundo lugar, a pedido de Nuestra Señora, vamos a repetir la oración que Ella nos entregó hoy en el Mensaje a Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús.
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más