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En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Vengo al mundo como el Espejo de la Paz para que Mis hijos puedan recordar que la Paz existe, pero que la Paz se disolvió, en estos tiempos, en muchos corazones.
Por eso, vengo como el Espejo de la Paz, trayendo con Mi Presencia el Universo Celestial, todas sus herramientas y atributos, trayendo a los Ángeles de Dios que reflejan la Jerarquía en los Universos Superiores.
Quiero que, a través del Portal de Mi Corazón, cada uno de ustedes vuelva a ingresar en Mi Paz, porque cuantos más ingresen en Mi Paz, a través del Portal de Mi Corazón, muchas situaciones serán resueltas y la furia no se desencadenará ni tampoco la adversidad en los corazones oprimidos.
Ahora, extiendo Mis brazos hacia ustedes para que se tomen de Mis manos y, como pequeños niños que aprenden a dar los pasos en la evolución, ayudados por la Madre Celeste, ingresen al Universo de la Paz. Crean que la Paz existe más allá de las situaciones de la vida, de los desafíos, de los aprendizajes o de las pruebas.
Hijos amados, Yo Soy el Espejo de la Paz y, si están en Mi Corazón, estarán en la Paz de Dios, en la Paz de Cristo, a pesar de todo lo que se presente o se manifieste en este tiempo, porque Mi aspiración en este día es curarlos a través de Mi Paz.
La falta de Paz enferma al cuerpo y al espíritu, enloquece a la mente y perturba al corazón. Por eso, la falta de Paz lleva a las almas y al mundo al conflicto, a la desarmonía, a la ausencia de la fe.
Pero Yo, que Soy su Madre, la Madre que los aceptó desde la Cruz, la Madre incondicional y eterna, la Madre que ama y que los consuela sin condiciones ni reglas, quiero que ingresen al Universo de Mi Paz; porque de esa forma, hijos Míos, cada uno de ustedes y de sus hermanos comprenderán lo que les sucede en este tiempo, lo que atraviesan en este tiempo, lo que enfrentan en este tiempo.
Vamos juntos, en este ejercicio espiritual, hacia el encuentro de la Paz de Dios en el Universo Celestial, en donde Sus Espejos Celestes irradian, a la Creación y a toda la vida presente en el universo, los atributos regeneradores y curadores de la Paz.
Pequeños, Mis niños en evolución, es hora de que crezcan y de que se fortalezcan. Es hora de que maduren sus espíritus y forjen en sus consciencias el guerrero de Dios, el servidor sin condiciones, el apóstol incansable que entiende y que comprende la Voluntad de Mi Hijo, que es la Voluntad del Padre.
Por eso, aproxímense a los Espejos Celestes de la Paz y, ante el Universo Creador y todos los Ángeles de Dios, ingresemos en la consciencia de los Espejos de la Paz, sagradas emanaciones de Luz Celeste que purifican a los mundos internos, que fortalecen a las almas, que encienden en los corazones la llama viva de la fe.
Contemplen, a través del Corazón de su Madre, los Espejos de la Paz para que, a través de ustedes, instrumentos del Padre, la Paz se refleje en el mundo y se establezca en las almas que la han perdido.
En los Espejos de la Paz existe un misterio que hoy será develado: cuando Dios pensó en la Creación, en el absoluto vacío y en el profundo silencio del universo, ¿saben qué pensó Él, a través de Su Mente Creadora?
Que, en sus semejantes, en todas las criaturas que Él crearía, existiera la molécula de la Paz en el centro de la esencia de cada ser.
Por eso, todo lo que han vivido a través de los tiempos e incluso en las diferentes civilizaciones han sido situaciones que los han llevado a perder la Paz.
En todo lo que viven, en este momento, son invadidos y hasta impregnados por diferentes informaciones o situaciones. Todos los estímulos de esta modernidad que los llevan a la desconexión espiritual, tienen el fin de quitarles la Paz, y al estar desconectados de Dios, de Su Fuente, sus cuerpos se enferman, sus espíritus son oprimidos, porque no encuentran la Paz.
Hay una sola herramienta, un solo instrumento común para todos, que los llevará a recuperar la Paz. Y al recuperar la Paz, a pesar de lo que sigan viviendo o experimentando, no perderán la fuerza espiritual, la valentía, el coraje, el ánimo de servir a Dios y de vivir el sacrificio. Ese instrumento es la oración del corazón.
Por eso, en este tiempo, para que ustedes y sus hermanos recuperen la Paz, deben unir aún más su verbo con el Verbo Creador de Dios; para que, en esa fusión interna y en esa unidad inextinguible, sean guiados hacia la Fuente de la Paz, y todo lo que suceda en este tiempo y lo que sucederá en los próximos tiempos no les quite la Paz, sino que sean portadores de la Paz, instrumentos de la Paz de Cristo que, en consciencia y en unidad, preparen Su Retorno.
Él necesita tener Espejos de la Paz de la Madre de Dios, ¿quién se ofrecerá?, ¿quién se postulará a ser un Espejo de la Madre Divina?, ¿atraer, hacia la Tierra, los Atributos que fueron ultrajados, interferidos y disueltos en muchas consciencias?
A través de la oración, deberán seguir uniendo el Cielo y la Tierra, sus almas con Dios, el planeta con la Fuente Divina. No hay otra salida. Cada uno, viviendo la oración del corazón, vive la Paz y aprende a cargar con su cruz, a pesar de lo que suceda o del peso que ella represente.
Ahora, vuelvan su mirada al interior, coloquen sus almas delante del Espejo de la Paz. Y todos juntos, unidos a Mí, en este momento, restableceremos la Paz del Padre Celestial en los mundos internos y, desde los mundos internos, en todo el planeta, para que las consciencias y las almas sean aliviadas, recuperen la fe y la confianza en el Padre y todo sea curado y renovado. Para eso, cantaremos la palabra “Paz” como un sagrado mantra de elevación y, así, encenderemos los Espejos de la Paz del Universo Celestial.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Descendiendo la Luz de los Espejos de la Paz y abarcando a todas las consciencias del mundo, llegando a cada corazón de este planeta.
Inspiramos.
Recuerden que Yo Soy la Reina de la Paz, y que siempre pueden buscar la Paz a través de Mí, sabiendo que, más allá de todo, Dios los ama y los bendice a través de Su Amor Eterno.
Mi Corazón recoge todas las intenciones que fueron depositadas, a través de los corazones orantes, en este día de reencuentro Conmigo.
He pedido que, a través de la Comunidad Flor de Lys, hoy fuera colocada una cesta de intenciones a los pies de Mi Altar y una oferta sincera y honesta en nombre de toda la humanidad y de todos los que aspiran recibir una respuesta de lo Alto.
Hoy, esta cesta que está a Mis pies, no solo será atendida como Dios lo ha pensado y como el Padre lo determine, sino que también estas intenciones serán respondidas como una instrucción para todos Mis hijos.
A través de este ejemplo, los invito a fortalecer la fe en la oración para que sus pedidos e intenciones sean elevadas al Padre de forma correcta y, por encima de todo, siempre busquen el bien común y la necesidad de todos, para que todos reciban las Gracias que necesitan.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Primera intención de un hermano de la Comunidad Flor de Lys:
"Humildad, concede al mundo la Gracia del despertar y que puedan conocer y sentir Tu Amor".
Nuestra Señora responde que en eso ha trabajado, en este día, con todos los que han escuchado este Mensaje.
"María, haz que esta humanidad conozca el Amor Verdadero".
El Amor Verdadero, dice nuestra Madre, lo encontramos en nuestra abnegación, en nuestro servicio incansable por los otros y por el Plan de Dios.
"Por el alivio del sufrimiento de todos los niños del mundo y por todos los que dirigen las naciones".
Este es el principal propósito que tiene Mi Hijo, dijo la Madre de Dios: que los que dirigen las naciones y gobiernan los pueblos tengan consciencia de la fraternidad y de la igualdad, teniendo la oportunidad y la Gracia de que cuando retorne Mi Hijo conozcan el verdadero Gobierno de Sí.
"Ser expresión de la Voluntad y de la Verdad que desciende desde lo Alto y habita en nuestro interior y que, unidos a esa Fuente, seamos expresión de la Realidad Superior".
Fue una sincera intención, dijo la Madre Divina.
"Madre, que las almas, de los lugares más oscuros de los abismos, sean rescatadas por Tu Amor y llevadas hacia el Reino de Dios".
Ella dijo que agradece por tener consciencia de esa intención.
"Que todos tengan la oportunidad de seguir los pasos hacia Cristo. Por todos los sacerdotes".
Dijo la Madre de Dios que Su principal fortaleza son los sacerdotes, cuando ellos consiguen cumplir con los pedidos de Cristo, porque los sacerdotes son Sus hijos predilectos. Sin sacerdotes no hay unidad entre el Cielo y la Tierra, no hay comunión entre el Cielo y la humanidad.
"Por la Paz y la Cura en todo el mundo".
Eso fue lo que hoy hizo la Madre de Dios.
"Que todos los que fueron llamados sean fortalecidos por Dios, en este tiempo de tribulación interna y externa. Y donde haya alguien que ore a Nuestra Señora encuentre la Paz para todo su pueblo".
Dijo María: ¡que así sea!
Y vamos con la última intención, entre tantas que fueron recibidas:
"Madre Divina que Tu Manto de Luz siempre me ilumine para llegar al Corazón de Nuestro Señor, Jesús Cristo".
Dijo la Madre Divina que por eso Ella trabaja eternamente e incansablemente.
Y así como he respondido a estas intenciones, que Mis demás hijos que escuchan en este momento, sepan que escucho las intenciones de sus corazones y almas, porque todo tiene su hora cierta.
Los bendigo, bajo los Espejos de la Paz de Dios.
Sean fuertes y valientes. Mi mano los guía.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Hoy vengo a entregar Mi mayor Amor al planeta, a la humanidad, a Italia.
Vengo con el Amor de Dios a encontrarlos y a sostenerlos, a través del Amor del Padre, para que vivan su tiempo de purificación, el tiempo de la redención que Mi Hijo aspira a ver en ustedes.
He venido a través de esta peregrinación al sur de Italia, para traer a Mis hijos lo que ellos necesitan, porque una Madre, en el Amor insondable de Dios, sabe lo que sus hijos necesitan en esta hora.
Hijos Míos, Yo los necesito tener en Mis brazos para que puedan ser colmados por el Amor de Dios.
Un Amor que los liberará del sufrimiento, de toda culpa y de todo pecado.
El Amor de Dios es más fuerte que toda maldad o ceguera humana. El Amor de Dios que hoy les traigo, a través de Mi Corazón maternal, les dará la paz y los retirará del cautiverio espiritual en el cual se pueden encontrar en este momento.
A través de Mi Corazón Maternal, hijos Míos, Yo los llevo al Amor de Dios, porque en el Amor de Dios no hay oscuridad, no hay adversidad, no hay miedo.
Yo les traigo el Amor de Dios para que aprendan a superar el fin de los tiempos porque en el Amor de Dios, ustedes estarán en armonía, en equilibrio interior, estarán en una profunda paz.
A través del Amor de Dios, hijos Míos, Yo vengo a abrir los ojos de sus consciencias para que sus almas en este tiempo se animen a seguir a Dios conforme a Sus Mandamientos y a Su Voluntad.
Por medio del Amor de Dios no solo les prometo la salvación, el fin del cautiverio espiritual, sino también les prometo, hijos Míos, el Reino de los Cielos por medio de un sincero arrepentimiento de corazón por todas las acciones cometidas en este lugar, en su pueblo, en su historia y a través de los últimos tiempos.
Yo les vengo a ofrecer el Amor porque en el Amor de Dios no hay sufrimiento; encontrarán alegría, fortaleza e ímpetu de conversión.
Yo les ofrezco, hijos Míos, a través de Mi Corazón Inmaculado, el Amor de la Fuente del Padre que hoy se presenta en Italia para que esta nación y todo su pueblo sean bañados por la Misericordia de Dios y es en la Misericordia, hijos Míos, viviendo la Misericordia de Dios y siendo misericordiosos en cada momento que percibirán muy claramente y con total consciencia que deberán cambiar por el bien de Dios, por el bien de su tierra, de su pueblo, de toda la humanidad.
En el Amor, Yo los aproximo a la Paz de Dios para que ese cambio de consciencia esté bajo un gran discernimiento y sabiduría, para que no sientan sufrimiento ni tampoco dolor en el momento de cambiar por una Voluntad mayor y única.
Como Mensajera de Dios y del Altísimo, como la Señora del Santo Rosario, la Reina de la Paz, Yo les pido, hijos Míos, que si abren sus ojos para poder ver el llamado de Dios por medio de la presencia de Su Sierva, todos sus hermanos y sus familias también escucharán en su interior el llamado de Dios, conforme Dios lo ha pensado y lo ha sostenido hasta este tiempo.
Abran su corazón, hijos Míos, para que en este momento el Amor de Dios los cure profundamente para que esta isla sea una isla de salvación, una isla de redimidos que se congreguen en el amor de Cristo para vivir la Palabra de Dios por medio de la luz del Evangelio y de los santos Sacramentos que Mi Hijo les ofrece día a día.
Revivan las Enseñanzas de Cristo y cada una de Sus Palabras para que, ustedes al igual que el pueblo que estuvo al lado de Jesús, puedan convertirse y transformarse en el modelo espiritual e interior que Dios necesita de cada uno de sus hijos de Italia.
Extendiendo Mis Manos hacia ustedes, Yo les ofrezco la Luz de Mi Corazón que es la Luz eterna de Dios, del Dios Vivo, del Dios Altísimo, del Dios del Amor que los contempla y que los reenciende dentro de Su Fuente de Piedad, de Misericordia.
Sientan entonces, hijos Míos, el abrazo de su Madre Celestial que disipa las tinieblas, que redime a los corazones siguiendo los pedidos de Cristo, Nuestro Señor.
Yo los llamo, hijos Míos, como Señora de las Lágrimas a un momento de reflexión profunda, antes de que en Italia todo se desencadene, porque en ese momento de reflexión podrán vivir su conversión, su transformación bajo el bien que les ofrece Mi Hijo por medio de Su Comunión Eucarística.
Es así, hijos Míos, que desde Sudamérica, lugar de su Madre Celeste, llego aquí a Italia para traerles la Luz y el Amor de Dios, para que sus caminos estén limpios, sus mentes estén claras y sean movidos por el amor del corazón que habita dentro de ustedes y que debe despertar como un fuego eterno, como una fuente inacabable que se dona y que se entrega por amor.
A través del Amor de Dios, hijos Míos, Yo los bendigo y los invito a seguir Mis pasos de Sierva Fiel para que sus vidas sean un ejemplo de fraternidad y de unidad con el prójimo, de servicio y de alivio del sufrimiento.
Yo los llamo, hijos Míos, a que el servicio por los demás sea lo primordial en sus vidas para que puedan encontrar, a través de él, no sólo al Cristo Interno en el semejante, sino también la Piedad de Dios que los llevará siempre a la Misericordia y a Su Fuente.
Y les prometo que sus vidas no las reconocerán en poco tiempo, por la transformación que podrán vivir plenamente por medio del Portal de la Paz y de la Armonía que hoy abro aquí en Sicilia, para que todos Mis hijos y su historia puedan pasar por él, como alivio y cura de todo el dolor vivido en los últimos tiempos.
Yo los llamo, hijos Míos, a ser la Luz de Cristo en la Tierra por medio de un compromiso vivo con la oración del corazón.
Yo los llamo, hijos Míos, a fundar verdaderos grupos de oración, especialmente en sus familias para que el Corazón de su Madre Celestial sea el fuego que ilumine sus caminos en estos tiempos difíciles de la humanidad, para que sus familias también reciban y acojan Mi llamado.
En verdad, hijos Míos, les ofrezco un camino simple pero verdadero, es decir una última oportunidad para que toda su patria se santifique, conforme a la Voluntad de Dios y al Plan ardiente que Él desea establecer aquí.
Pero primero deberá comenzar en ustedes, hijos Míos, como ya les dije, a través de un ejemplo de verdadera conversión y de incansable servicio por el semejante.
Así impulsarán a otros corazones a que vivan el Evangelio de Mi Hijo, en la práctica de la vida diaria y no más en la teoría de sus mentes.
Quiero abrir en ustedes la Fuente del Amor de Dios. Ese es Mi propósito de hoy estar aquí y de algún día, mediante el Padre Celestial, regresar aquí para que muchos más como ustedes alcancen la luz y salgan del abismo de la consciencia porque serán elevados por el Amor y la Misericordia del Padre Celestial.
Anímense a vivir este camino para que sus familias sean una sagrada familia, al igual que la Nuestra, que las visita desde el Cielo para traerles el tiempo de la renovación y de la esperanza.
Es todo lo que hoy les quería decir.
Como Madre consagro a Italia, a través de esta consagración a este hijo Mío, que se abre cada día más para ayudar a la Madre de Dios a cumplir con el llamado y para que este llamado repercuta en cada corazón de Italia, sabiendo que hoy en este día 13 de mayo, en honor a la Señora de Fátima y del Santísimo Rosario, hoy comienza aquí, una nueva etapa para Italia, por intermedio de esta Obra que se donó a Dios por todas las naciones y los pueblos a fin de que todos conozcan el Amor de Dios.
Yo te bendigo y te consagro como Mi hijo para que muchos hijos más, de esta tierra herida pero muy santificada por Dios, se consagren algún día al inmaculado y eterno Corazón de María.
Escuchando ahora el himno de su consagración, cantaremos este himno como si fuera una profecía, la que se cumplirá en la consagración de nuevos hijos de Italia y de nuevos grupos de oración que serán parte de Mi Rosario de Luz en toda Europa.
Les agradezco, hijos Míos, por haber respondido a Mi llamado y las puertas de Mis Centros Marianos en Sudamérica están abiertas para acogerlos y recibirlos y para que encuentren, allí también, la Paz de Mi Inmaculado Corazón.
Reconsagro a Italia a Mi Corazón Maternal y a la oportunidad de vivir la Voluntad de Dios.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más