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En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Nunca puede faltar, en los hijos de Dios, el Don de la Luz, porque al faltar esta Luz en el mundo, reinan las tinieblas en muchas consciencias sumergidas por el caos y el mal.
Hoy, con todo el fervor de Mi Corazón, invoco para cada uno de ustedes el Don de la Luz, que hoy se enciende a través de esta Menorah como un símbolo de la trascendencia y de la transfiguración de las consciencias, así como hoy Me muestro a ustedes como el Cristo Transfigurado y Glorificado, como la propia victoria de la Cruz.
Les traigo a las almas estos Dones que se encuentran dentro del Don de la Luz, porque el Don de la Luz de Dios está basado en Su Amor Eterno y en Su Divina Unidad.
Estas dos poderosas corrientes del universo permiten que las almas despierten de la ilusión; así como la propia Luz de Dios, que encarnó a través de Su Hijo, hizo despertar, en aquel tiempo, a todos los que estaban dormidos, los despertó hacia el verdadero camino espiritual, el camino de la transformación, el camino de la cristificación.
Que esta Luz de Dios, que hoy necesita el mundo, impregne todos los espacios del planeta y de las consciencias; que extirpe de los seres humanos los códigos de los pecados capitales, que llevan a la perdición y a la distracción a las consciencias.
Hoy, a través de Andrómeda, les traigo este Don para que se animen a transfigurarse, a trascenderse y a elevarse, así como el propio Hijo de Dios se transfiguró y se elevó por un solo fin: por amor a todos.
Que esa sea la causa de sus vidas: estar dispuestos, abiertos y disponibles a vivir Mi Camino, el Camino de la Voluntad que intento trazar a través de sus consciencias. Un camino que no termina con la muerte, un camino que continúa a través de la vida eterna y de las experiencias y aprendizajes que ustedes podrán vivir en esa trayectoria evolutiva, entre las dimensiones y los planos de consciencia.
Sería muy limitado pensar que la vida termina aquí. Sus esencias recibieron estos cuerpos que ustedes tienen para poder desplazarse y aprender, para llevar en lo más profundo de sus células todos los códigos de perdón y de amor que puedan alcanzar en esta vida. Porque al fin de todo, la trayectoria de cada uno de los Míos será volcada en la Fuente Primordial para que, a través del triunfo del Amor y de la Redención que Cristo les proporciona en estos tiempos, ustedes, a través de sus experiencias y aprendizajes, puedan ser el resultado que Dios espera.
Sean las consciencias que se animen a recrear esta Creación, para que todo se pueda reparar y sanar.
Con esta puerta que les abro hacia lo desconocido, hoy los invito a subir, no al Monte Calvario, sino al Monte de la Victoria de Cristo, el Monte de los Bienaventurados, la Montaña de los Nuevos Cristos, desde donde podrán vislumbrar y contemplar la llegada de la Nueva Tierra, de la Nueva Raza, de una Nueva Humanidad que ya no estará vinculada con las puertas del mal, sino que estará redimida y también consagrada al Plan Divino; un Plan que no finaliza aquí, un Plan que no finaliza con la transición de la Tierra, porque es un Plan que continuará siendo escrito a través de la evolución de todas sus consciencias y de las consciencias de sus hermanos.
Ahora, podrán comprender ampliamente que la evolución no termina aquí, que los aprendizajes no terminan aquí, porque si su propio Maestro encarnó en el mundo, predicó en el mundo, murió en este mundo y ascendió a los Cielos, al Corazón del universo, la gran Constelación de Andrómeda, ¿acaso creen que no seguí aprendiendo?
Esto es lo más precioso de la evolución y de la Creación, que las consciencias no se acomoden en el camino espiritual o en el camino del servicio, porque la verdadera meta para cada uno de ustedes se encuentra en la Eternidad, en lo que llamamos Eterno Presente, en donde no existe el pasado ni existe el futuro, en donde existe lo que aquí, en el universo llamamos de cuarta dimensión.
¿Se animarán, interna y conscientemente, a expandir sus consciencias hacia el Universo Mayor, para ingresar en el Real Tiempo del universo, en donde está escrita su verdadera trayectoria del pasado y del futuro?
Ustedes son como piezas preciosas de este gran puzle de la Creación Universal, en el que el Padre Eterno aspira a tenerlos como joyas preciosas dentro de las moradas que Él tiene preparadas para cada uno.
Por eso, la vida no termina aquí. Es una constante elevación y esfuerzo por medio del ímpetu de vivir el Propósito, por medio del esfuerzo de vivir la Voluntad de Dios y por medio de la determinación de vivir la Verdad.
Por esa razón, Yo estoy aquí, porque sé que pueden seguir caminando, se pueden liberar del pasado, de aquellas cadenas y amarras que no los dejan caminar. Yo vengo a cortar con Mi propia Espada esas cadenas y vengo a liberarlos de los grilletes de la perdición para que, a través de la Consciencia del Arcángel Miguel, cada uno de sus espíritus se forme como un guerrero de la Paz, que sea capaz de contemplar y de celar por la Llama Sagrada del Divino Propósito que está viva y latente como un terafín en el corazón de Andrómeda.
Postúlense a ser discípulos de la Jerarquía Universal, vaciando sus corazones, purificando sus vidas, expandiendo sus consciencias hacia el Universo Sideral, porque allí está el verdadero sentido y la verdadera razón de todo lo que vivió su Maestro y Señor en la Pasión y en la Cruz.
Todos ustedes, en el fin de estos tiempos, y después de todo lo que han escuchado y aprendido a través de los años, ya tienen la capacidad y también tienen la razón para poder comprender la expansión de la Consciencia de Cristo después de Su Ascensión a los Cielos.
Porque si ustedes están en ese nivel de consciencia y con esa actitud, no solo permitirán que los Códigos de Mi Pasión se derramen sobre el mundo o que ustedes mismos se postulen como los Nuevos Cristos, sino que también Me permitirán, como el Gran Gobernante del Universo, como el Gran Espíritu de la Humildad de Dios, que despierte a las consciencias que necesitan despertar y recordar lo que verdaderamente fueron y no los errores que cometieron, porque Yo siempre les concederé el perdón y la reconciliación, siempre y cuando sean consecuentes con las Leyes y principalmente Conmigo.
Porque aquí, Yo no vengo como un juez. Yo vengo aquí como el Abogado de Dios, como el Intermediario y el Mediador de los corazones y de las consciencias que en estos tiempos deben reencontrar su origen, para que nada ni nadie los pueda derrotar ni vencer, ni siquiera Mi enemigo que también será vencido por Mí en algún momento. Pero no como muchos piensan o creen, porque será una entrega que Mi Corazón hará, semejante a lo que fue en la dolorosa Pasión.
Ahora, ¿pueden comprender el sentido oculto de Mi Venida a la Tierra?
Porque no solo fue anunciado y profetizado, o escrito en las Escrituras Sagradas. No solo reaparecí después de haber muerto en la Cruz, revelando el Poder de Mi Resurrección, sino que también traje un Mensaje más amplio a todas las consciencias que fueron fieles a Mí hasta el último momento. Una Gracia que Yo concedí, una promesa que Yo realicé hasta el último momento, a todos los que estuvieron a Mi lado sin comprender por qué Yo Me fui a los Cielos.
Si no hubiera ascendido al universo, ¿cómo podría haber concebido la unión de Mi Gobierno Espiritual con toda la Creación de Mi Padre?
Todo lo que estaba escrito, todo lo que estaba profetizado, hasta aun lo que era desconocido, ya estaba previsto y ha sucedido, se ha cumplido. Por eso, este momento y este tiempo que ahora ustedes viven Conmigo conscientemente, sin dar lugar a ninguna duda o a ningún cuestionamiento, ya estaba previsto.
¿Ahora comprenden que están dentro de Mi tiempo de revelación?, en donde los Sellos del Apocalipsis no solo se están abriendo, sino también el Relicario de Mi Corazón. El Templo de Mi Alma y Divinidad se muestra al mundo a través de estas Palabras y de estos impulsos que solo intentan hacerles recordar que su propia cruz puede convertirse en el triunfo que Yo tanto espero.
Por eso, les pido que ya no reclamen. Por eso, les pido que no escapen de su responsabilidad y de su compromiso, porque no habrá otro momento ni otro tiempo para que lo puedan vivir o cumplir. El tiempo y el momento es ahora.
Por eso, con valentía y coraje, amen su propia cruz. Con valentía y coraje, carguen su propia cruz, no con victimismo o pesimismo, sino con la madurez de un espíritu que comprende lo que es estar en Cristo, que no cede a fragilidades o a debilidades, que no se deja golpear tan fácilmente por cualquier viento contrario, sino que con su corazón abierto y sus brazos abiertos sostiene el estandarte de Mi Paz y de Mi Luz en el mundo, así como Yo sostengo sobre el centro de sus corazones, la poderosa Cruz de Emmanuel.
Yo siento que, en verdad, están abiertos para vivir el cambio de estos tiempos. No le den fuerza a aquello que no pueden hacer, denle fortaleza a aquello que sí pueden alcanzar, porque si hoy están encarnados y están aquí, a Mi lado, escuchándome una vez más después de dos mil años, ¿acaso el Padre se ha equivocado?
Comprendan que este es un tiempo de gran reconciliación y de perdón. Perdónense a ustedes mismos y aprenderán a perdonar a los demás. Ya no se juzguen a ustedes mismos y aprenderán a no juzgar a nadie más.
Por eso, les vuelvo a decir, como les dije a Mis apóstoles en la Última Cena, que es la Ley primera de todas las Leyes: Ámense los unos a los otros, así como Yo los amo en este momento.
Si sus consciencias se elevan a través de una amnistía inexplicable y extraordinaria, la consciencia arcaica de la humanidad también se eleva. Crean que eso es posible, Yo lo estoy diciendo.
Tengan fe y no perecerán.
Tengan fe y aprenderán a caminar correctamente hacia Mí.
Tengan fe y sabrán lo que es un guerrero de la Paz.
Tengan fe y sabrán qué es un guardián del Propósito Divino.
Porque llegará el tiempo en el que deberán unir sus espadas con la Mía para que ese Sagrado Propósito descienda, exorcizando y expulsando las corrientes del mal que, junto con las Huestes del Arcángel Miguel, liberaré y redimiré de este mundo para que los Cristos vuelvan a erguir sus cabezas y eleven su mirada hacia el universo. Y así, de una forma tan simple pero misteriosa, vean venir a Cristo en Su Retorno.
Las almas aún necesitan de los objetos sagrados para comprender Mis Misterios y eso no significa algo menor, sino que a través de los objetos sagrados las almas acceden a la develación de esos misterios espirituales e internos, que Mi Corazón le ofrece al mundo por medio de la Fuente de Gracia y de Misericordia que proporciona los méritos de la Pasión, vividos por su Maestro y Señor.
Por eso, como en todas las Sagradas Semanas y los Viernes Santos, vengo a bendecir estos objetos sagrados que hoy Me ofrecerán, para que puedan estar en contacto físico Conmigo a través del espíritu sagrado de la reverencia, de la devoción y de la paz.
Elévenlos.
“Señor y Padre del Universo,
que has concebido a Tus criaturas
a imagen y semejanza de Tu Corazón y Vida,
por los méritos de la dolorosa Pasión de Cristo,
por los méritos de Su Resurrección y Ascensión a los Cielos,
concede a través de estos objetos sagrados
la unión perfecta y predilecta de Tus hijos
con Tu Glorioso y Poderoso Corazón,
para que unidos a Tus Rayos de Amor y de Misericordia,
las almas alcancen la consagración y la cura de sus vidas,
a fin de que se establezca el tiempo de la redención y de la rehabilitación.
Que todos los que tengan fe en los objetos sagrados
se sientan en este momento protegidos
y también amparados bajo el Manto Poderoso de Cristo
que los hará invisibles ante las interferencias y asedios del mal.
Concédeles, Señor, las Gracias de Tu Reino
y que a través de estos objetos sagrados
las almas siempre vean el camino de la Luz,
por la victoria del Retorno de Cristo.
Amén”.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Vamos a pedir ahora, a los hermanos sacerdotes, que vengan aquí con el incienso y el agua para bendecir los objetos sagrados de todos los hermanos que están presentes. Y vamos a colocarnos de pie también para acompañar en este momento la bendición de los aceites que están siendo ofrecidos al Redentor para la unción de los enfermos y para el exorcismo de los cuerpos.
El Señor dice que le trajeron muchos aceites. Él está mirándolos.
Pueden venir aquí Madre María del Salvador, Madre María Fidelia, Madre María del Huerto y Madre María Shimani.
Vamos a participar juntos en este momento de la bendición de los aceites, de los santos óleos del Señor.
“Así como fui ungido por el amor de Mis esposas y Madres,
Santo Señor del Universo,
Padre de la Paz y de la Misericordia Divina,
Curador de toda la Creación,
Sanador de todas las heridas,
a través de la Fuente de Tu Amor Altísimo,
¡oh, Santo Padre del Universo!,
haz descender Tu Espíritu en este momento,
así como hiciste descender Tu Espíritu en el Huerto Getsemaní
para aliviar los tormentos de Tu Señor, de Tu Predilecto Hijo.
De la misma forma hoy Te pido, Padre Celestial,
que en nombre de estos objetos sagrados
puedas bendecir a la humanidad con Tu Presencia
y que como un Padre Amado,
Bondadoso y Prodigioso, Amoroso y Eterno,
tomes de la mano a Tus hijos
para guiarlos y conducirlos a Tu Reino Celestial,
a fin de que se cumpla Tu Voluntad
por los tiempos que vendrán.
Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén”.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Puede descender, Fray, a bendecir los objetos de los hermanos.
Y ahora, debo retornar al Cielo.
Hoy, vivimos juntos, en nombre de la humanidad, una comunión muy especial e íntima para Mí, que es la Comunión de Espíritu con el Espíritu de Dios.
Por esa razón, quisiera que Me despidieran cantando “¡Oh, Supremo Curador!” para que siempre recuerden que Dios les dará la Cura, les dará la Paz, les dará Su Amor. Siempre deben abrirse a esto y confiar.
¡Les agradezco, por hacer triunfar la Cruz del Redentor!
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Hablo para ustedes, Mis hijos, en nombre de Dios, para que sean conscientes de estos tiempos diferentes que atraviesa la humanidad; del momento en el que la mayoría de esta raza decidió generar condiciones no evolutivas para implantar y establecer sus ideales, los que están vacíos y no provienen del Pensamiento Divino.
Ustedes son la quinta raza, la raza de la transición y la raza del fin. Esta es la humanidad que deberá concluir una etapa no solo espiritual, sino también material.
La raza actual, que son ustedes, es el resultado de graves interferencias y desvíos a lo largo de los tiempos y de las generaciones.
La Jerarquía Espiritual cuidó y acompañó los diferentes ciclos en los que la humanidad se alejó, y se alejó, de la esencia de su propósito.
No es la primera vez que la raza actual se desvía del camino de la Luz, porque en el Cosmos también ocurrieron episodios y experiencias traumáticas que los marcó mucho y por ese motivo hoy están aquí, dentro de este planeta escuela, para que aprendan a través del amor y de la redención a rehacer el camino que una vez destruyeron como raza del Universo.
Estar bajo el Poder de Dios es obedecerlo y seguirlo, algo que no sucedió en los tiempos remotos de esta raza actual. Por esa razón, ustedes y el resto de la humanidad vino caminando a lo largo de las épocas para que, en alguna de ellas, pudieran encontrar la puerta segura hacia la redención.
Pero hoy la humanidad entera y los que están más dormidos, pero también los que están despiertos y conscientes del camino espiritual, están siendo perseguidos por una innumerable cantidad de corrientes disociativas que expulsan a las consciencias del camino de la realización.
Como todo está permitido, la furia del ángel caído se hace sentir, pero muchas veces la Luz poderosa de Mis Espejos lo aparta de ustedes para que tengan tiempo, en donde no lo hay, de poder dar definitivamente los pasos que son urgentes y necesarios en este ciclo crucial de la humanidad.
Llegó el tiempo de enfrentar lo que ninguna otra humanidad enfrentó. Llegó el ciclo, finalmente, en el que los Sellos del Apocalipsis se abrirían y todo comenzará a suceder a partir del año 2020.
Muchos esperarán grandiosos movimientos, pero el gran movimiento de definición y de batalla se dará dentro de las personas.
Ante ese escenario final que nadie vivió en ningún otro tiempo, aférrense al Manto de Luz del Redentor, y que el cambio que deberán vivir sea consciente y verdadero, forjando el guerrero de Cristo desde el interior y atravesando con valentía esta aguda etapa que se aproxima.
No habrá lugar hacia dónde correr o escapar, porque el gran momento estará dentro de cada uno de ustedes, y hacia donde vayan o lo que decidan hacer de sus vidas, esa definición los acompañará, porque será algo imborrable, será un sentimiento inolvidable que estará sucediendo entre ustedes y Cristo.
Por esa razón, ese momento vivirá su alta presión espiritual y los que tenían un compromiso con Cristo y lo abandonaron para sumergirse en la satisfacción de la ilusión global, también lo sentirán. Porque un compromiso espiritual ya realizado, no se desvanece de la noche a la mañana, es algo eterno que les exige estar en el lugar y en el momento correcto.
En esa hora la Jerarquía Espiritual se retirará y desde las altas esferas de consciencia apoyaremos la gran definición de cada ser de este planeta.
Así, los Sietes Sellos abrirán espacio para que los siete acontecimientos profetizados se cumplan y la humanidad sea purificada de todos los desvíos que vivió a lo largo de los tiempos.
Será en esa hora culminante cuando Cristo regresará.
¡Les agradezco por escuchar con atención!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Finalmente llegó el tiempo de que el Libro del Apocalipsis se cumpla y se viva, momento en el que la Mujer Vestida de Sol corre al desierto para proteger a Sus hijos de toda adversidad y peligro, dentro de la batalla espiritual de estos tiempos.
Créanlo, hijos Míos. No hay otra humanidad futura que viva este acontecimiento final.
Son ustedes, Mis hijos de hoy, los que atravesarán junto a su Madre Celeste este ciclo de desafíos y de obstáculos. Pero, si su fe es fuerte como su oración, nada impedirá que Mi Inmaculado Corazón continúe triunfando en sus vidas y en la vida de sus hermanos.
Este es el tiempo en el que los siete sellos se abrirán y, de una forma inesperada, sin tiempo ni hora marcada, los acontecimientos del Apocalipsis golpearán a las puertas de sus casas y ustedes, Mis queridos hijos, enseguida y sin demora, deberán entrar en oración, cerrar puertas y ventanas, encender las velas del altar y confiar en Dios.
Muchos de Mis soldados piensan que eso no llegará a sus vidas. Vean a través de este momento y de este horario, cómo el cielo les envía las señales del tiempo del Armagedón.
Estén más despiertos, hijos Míos, para que en vigilia y en oración, nada, absolutamente nada, se precipite en ustedes ni en la humanidad.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
El Sol de Dios vendrá después de la gran tormenta planetaria y todos los secretos ya estarán desvelados.
El gran cofre de la redención será abierto y los Patriarcas del ayer convocarán a todas las tribus de la Tierra para que se congreguen en el Nombre del Señor.
El Todopoderoso se mostrará al mundo como nunca antes se mostró.
Ningún ojo quedará ciego por verlo, por más fuerte que sea Su luminosidad.
Él traerá a la Tierra todo Su resplandor, todo Su Poder y toda Su Gloria; y los Nuevos Cristos, que hoy se forman en Mi camino de donación y de amor, participarán de ese gran acontecimiento.
El ángel caído ya estará redimido y todas las fuerzas perversas de la Tierra serán expulsadas, porque por el poder de la oración de todos Mis seguidores y por la persistencia y la fe a pesar de los embates del enemigo, Mi Sagrado Corazón tendrá Su victoria y Su lugar en todos los Míos.
Una espada de luz atravesará el planeta y los Siete Sellos del Apocalipsis se mostrarán.
Aquellos que no hayan seguido a Dios golpearán su pecho por haber despertado tan tarde.
Este es el tiempo de Mi gran Misericordia para el mundo.
Este es el tiempo de que todos se puedan salvar y redimir antes de que todo suceda.
La hora se aproxima cada día más y no hay reloj que lo pueda soportar, es algo inminente, sin precedentes, es algo inesperado.
Mientras tanto y mientras hay tiempo, beban de los frutos de Mi Sangre, coman de Mi Cuerpo por los méritos que Él alcanzó, y nadie perecerá.
Yo vengo al mundo para despertarlo por última vez, porque la ceguera de la humanidad es muy grande y la indiferencia tapa los oídos de las criaturas de Dios.
Pero confío plenamente en los que hoy persisten, porque así Mi Reino Celestial desciende a la Tierra y por intermedio de él desciende Mi Padre, para darle Su Gracia y Su Bendición a todo el mundo.
Sé que quisieran escuchar palabras hermosas. Mi Amor y Mi Consciencia también se reflejan en esto. Este es el tiempo de la conscientización de la humanidad, es el tiempo de asumir responsabilidades verdaderas para que todos los corazones dejen de ser tibios, porque Yo los llamo a cargar con la cruz del mundo así como Yo cargué con sus pecados, aunque no tengan consciencia.
Mi Gracia permite, compañeros, que puedan alcanzar la verdad en este tiempo para que poco a poco abandonen las vestiduras de la ilusión, del hipnotismo mundial y de la indiferencia humana, que son las raíces profundas que crean las guerras y los conflictos entre las naciones.
Pero el sufrimiento terminará, no solo aquel sufrimiento que existe dentro de ustedes, sino en todo el mundo.
Necesito preparar, a través de ustedes, Mi llegada a la humanidad. Y este ya es el momento en que las revelaciones demuestran que el mundo no está comprendiendo el Mensaje de Dios.
Necesito que sigan construyendo en ustedes el refugio que Yo buscaré en el fin de estos tiempos, porque aún deberán seguir elevando sus consciencias para aproximarse cada día más al Propósito de Dios y a Su verdad.
Tengo tanto para dar al mundo y tan pocos lo reciben, pero si hoy ustedes están aquí, así como los hermanos que Me escuchan detrás de este medio, es porque aceptan lo que Yo les quiero entregar, para aliviar su padecimiento y sus sufrimientos, para hacerlos partícipes de la comunión con Dios y para que algún día sean Sus dignos hijos en la superficie de este planeta.
No teman a las revelaciones que les traigo. No son simbólicas, son reales y palpables.
Nadie podrá esconderse de las revelaciones de Dios, porque si es el propio Dios el que Me envía al mundo y en el comienzo de esta Sagrada Semana, es para que sigan creciendo en el amor y en la fidelidad a Mí.
Aún espero que muchos den la vida por Mí como Yo la di por ustedes.
Por eso es necesario que el mundo reviva una y otra vez los hechos de Mi Pasión, no para aterrorizarse por lo que Yo viví y padecí, que fue lo más profundo de todo lo relatado, sino para que algún día sean semejantes a Mí en el ejemplo y en la palabra, en la donación y en la entrega.
Su definición para Conmigo permitirá que Mi Obra se concrete completamente en la humanidad o no se concrete.
El mundo está sufriendo así como también sufren muchos pueblos, razas y culturas.
Quisiera poder abrazar aún más al planeta, porque él está ahogándose por tanto dolor.
Por eso en nombre del Amor, de la Luz y de la Paz, Yo vengo a liberarlo con el poder de todas las herramientas de Mi Padre, con los principios que existen en todo el Universo y con las grandes Potestades Superiores de este gran espacio sideral.
Por eso necesito que sientan Mis Palabras en el corazón, que puedan revivirlas y adoptarlas como parte de sí para cuando Yo ya no esté entre ustedes, porque este es el tiempo en que se cumple la última profecía que Yo mismo prediqué hace dos mil años.
Prometí estar con ustedes hasta el fin de los tiempos y aquí estoy, con humildad y en servicio, con resignación y con entrega como muchos de sus corazones, postrados ante Dios y Su Majestad, ante Su Trono y Sus Jerarquías Celestiales, ante Sus ángeles, arcángeles, santos y bienaventurados, todos ellos hoy participando de la apertura del Gran Portal hacia la Redención y hacia la Paz.
Pero ya veo hoy los frutos de este Misterio de Amor que hay en ustedes y que trabaja silenciosamente cada vez que le dicen si a su Señor, a Su convocatoria y llamado, a pesar de lo que sea.
Dios hoy siente un gozo profundo por Sus hijos, por todo lo que le han ofrecido para que hoy Su Primogénito estuviera aquí.
Sé que no saben lo que eso significa y representa para el Universo y sobre todo para su humanidad, pero así como Yo estuve con los Míos hace tanto tiempo atrás, hoy estoy con ustedes en la comunión con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, para que se cumpla Su Voluntad.
Hoy les vuelvo a decir y a pedir: "Ámense los unos a los otros así como Yo los amé y los amo", porque no vengo a buscar sus miserias sino su fidelidad, su perseverancia y su fe en el Plan de Mi Padre, que está en los Cielos.
Hoy vengo con una buena nueva. El mundo dejará de sufrir, de padecer y de perderse, porque en el horizonte verán venir al Hijo de Dios con todo el poder del Cielo y del Universo, revelando los misterios de la Creación y de Sus Jerarquías, abriendo los ojos de los que están ciegos de espíritu.
Y en esa hora, Yo los encontraré en un lugar que ustedes ni imaginan, pero los encontraré. Los llamaré por su nombre verdadero y profundo, y los congregaré como un solo pueblo y una sola raza sin diferencias, sin reconocimientos y sin protagonismos.
Porque Aquel que vendrá después de Mi será más poderoso, es Aquel que los creó, que los gestó y les dio la vida, para que en la vida vivieran Su Amor y lo reconocieran así como el Hijo y Su Santa Madre lo reconocen.
Yo Soy el principio y el fin.
ABBUN DAVIN ABBA, AKSHOLAM EMMANUEL, ELI BAJDA, OLAM, IKSI.
Es Él que los llama para que vivan en Él y para que Su misterio, guardado en lo profundo de Su Corazón Eterno, sea revelado al mundo y la humanidad de este tiempo recupere el proyecto que perdió algún día.
Las trompetas sonarán y los ángeles llamarán a los pueblos, a las razas y a las culturas. Y las religiones del mundo, finalmente, reconocerán al Cristo en sus semejantes.
Y una unión desconocida, inquebrantable e intransferible se vivirá en el corazón de los hijos de Dios.
Y ya no existirán religiones sino un solo pueblo, una sola humanidad bajo un solo poder y un solo gobierno ante la autoridad del Amor Vivo de Dios.
La Tierra y su superficie serán reconstruidas. Las raíces del mal se disolverán porque los redimidos proclamarán el Nombre Santo de Dios, así como lo hizo el pueblo de Israel.
Y ya no existirá conflicto ni enfrentamiento, duda o incertidumbre, porque la fe de los orantes y de los que perseveran en este camino triunfará, y el mal será vencido en su esencia para siempre.
No habrá dualidad, no existirán dos caminos, ya no existirá la elección porque el pueblo de Dios, que son todas la razas y todos los pueblos, vivirán en el Dios vivo, en Aquel que siempre quiso desde el principio que fueran partícipes de Su felicidad celestial y de Su gloria.
Tengan fe en lo que les digo y ya no importa, compañeros, quien participe o no de eso. Lo importante, en este tiempo, es que creen la condición para que eso suceda, para que los más pequeños de hoy lo vivan en el cercano futuro.
Y las madres de esta Tierra ya no llorarán por sus hijos. Las familias ya no se refugiarán en otra nación. El hambre y la injusticia no serán más el mal del mundo.
Porque Aquel que viene en el horizonte traerá la Paz y todo cambiará porque es Voluntad de Dios. Y el mundo vivirá en hermandad. Amén.
Celebremos el comienzo de esta Semana como el principio de la victoria de Cristo en el corazón de los hombres y de los que tienen fe en Su Presencia inmaterial.
Abriendo las puertas de Mi Iglesia Celestial, hoy los reúno en torno a Mi mesa para que vuelvan a ser partícipes de Mi Cuerpo y de Mi Sangre, de los Dones de Dios que se donaron al mundo a través de Su Hijo, para poder salvarlo y redimirlo.
Pero que esta Cena de hoy que celebraremos, sea la Cena triunfante de las almas bondadosas y piadosas en el Señor, que llevarán en su corazón el triunfo del Amor de Cristo y la llama de la Fe para iluminar las tinieblas de estos tiempos.
En el Nombre del Altísimo postrémonos así como hoy Yo me postro ante el Padre, a Sus Pies.
Que las secuelas de sus sufrimientos sean curadas y que esta Gracia espiritual que hoy les entrego, sea compartida como el gran testimonio de la unidad entre los seres y entre los pueblos.
Hoy rezo especialmente por Venezuela. El fin está llegando y verán la Luz en lo alto de su monte sagrado, la Luz que destruirá al mal para siempre, porque América es la Nueva Tierra prometida.
Y todos los pueblos y naciones, en el Nombre del Señor, son llamados para que América y África sean la cuna de la Nueva Humanidad.
Que así sea.
Podemos ponernos de pie y seguimos en esta construcción hacia lo divino, lo inmaculado y lo puro.
Que suenen los campanarios del Universo. Que suenen las campanas de esta comunidad y de este monasterio, porque el Todopoderoso, en esta Santa Semana, se vuelve a entregar a través del misterio del Amor y de la Eucaristía a cada uno de Sus hijos.
Que hoy sean lavados por el Espíritu Santo, sean purificados por Su Llama de Amor para que, libres de toda falta y de toda deuda, sus templos internos se enciendan en la comunión con el Amor de Dios.
Agradecemos y celebramos, en lo profundo del corazón, porque el Dios de la Misericordia y no el Dios de la Justicia escuchó la voz de los orantes. Y por los méritos de Mi Pasión hoy las almas del mundo y las esencias de Dios son rescatadas por la fe que los orantes dieron a Mi Corazón.
Celebremos, porque muchas almas del infierno hoy entran al Cielo por obra de los misericordiosos.
Que florezcan los altares de la Creación. Que se enciendan las velas de la Adoración, porque Aquel que los ama los escuchó y Su Reino Celestial tocó la Tierra y curó profundas heridas.
Padre Universal,
Eterno Dios de la vida y de todo lo creado,
escucha ahora la voz de Tu Hijo,
que, a las puertas de la Nueva Jerusalén,
implora por Tu Gracia y Tu Luz
para que el mundo sea bañado por
la potencia de Tu Espíritu, de Tu Alma y Divinidad,
y para que todos celebren
el júbilo de hoy estar en Ti.
Amén.
Así como Tú bendices al Cielo,
hoy bendices a la Tierra,
por el poder insondable
de Tu Misericordia y de Tu Piedad.
Borra de los corazones el sufrimiento,
reenciende en las almas la llama de Tu Fe
para que en el fin de sus vidas,
en la última espiración de sus cuerpos,
vean abrirse el portal que los llevará
hacia Tu Reino Celestial.
Amén.
Santo eres, Señor del Universo,
por todo lo que creaste y manifestaste.
Santo eres, Señor, por la vida
que generaste y despertaste.
Santo eres, Señor, por haber creado
a las mujeres para que fueran madres
de Tus hijos hasta el fin de sus días.
Santo eres, Señor, por los hombres
que trabajan Tu tierra y la cultivan
para alimentarse de Tus Sagrados Dones,
de los Dones de la Naturaleza.
Santo eres, Señor, por haberme enviado
al mundo como un simple y humilde hombre
para demostrar el infinito Universo
de Tu Humildad y de Tu Paz.
Amén.
Y se acerca el momento en que el Hijo del Hombre se transubstanciará a través de la forma del pan y del vino, en Su Cuerpo y en Su Sangre.
Que sus corazones revivan este momento del sacrificio y de la entrega de Su Maestro y Señor por la humanidad.
Los que podamos nos arrodillamos y los que no puedan se quedan de pie.
Señor, recuerdo la oportunidad que Me diste, de poder vivir este gran sacrificio por la humanidad, y en nombre de los hechos vividos en la Última Cena, hoy les recuerdo: "Tomen y coman todos de Él, porque este es Mi Santo Cuerpo que fue entregado por los hombres para la remisión de los pecados".
Repitamos: Te adoramos, Señor, y te bendecimos.
Del mismo modo que en el pasado hoy les vuelvo a decir: "Tomen y beban todos de Él, porque este es el Cáliz de Mi Sangre, Sangre de la Nueva Alianza, que es derramada por el Cordero de Dios para el perdón de los pecados, hagan esto en Mi memoria".
Te adoramos, Señor, y te bendecimos.
Y en unión con la Santísima Trinidad, nos tomamos de las manos para repetir el gran decreto de la unión de las almas con el Universo de Dios.
Padre Nuestro (en portugués).
Y así es consumado el misterio del Amor de Dios en la Eucaristía y en la Sangre de Cristo.
Así se revela al mundo, de una forma simple y humilde, sagrada y bendita, la Voluntad de Dios y el cumplimiento de Su Proyecto de Amor en la Tierra.
Veneremos y adoremos a Aquel que nos dio la vida y la oportunidad de amar, de perdonar y de reconciliarnos.
Que por los méritos de Su Amado Hijo, el Señor los absuelva y les conceda el Sacramento de la Reconciliación, a fin de que sientan Su Eterna Paz.
Yo los bendigo en este primer día, a las puertas del tiempo de la revelación y de la consciencia.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Nos ponemos de pie.
Y en el nombre del Amor y de la Unidad en toda la humanidad se darán el saludo de la Paz.
Les agradezco.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Mi silencio interno les dice muchas cosas, los invito a percibir el final de los tiempos; pues, como rebaños de Cristo, fueron llamados a participar de este gran evento planetario.
Mientras siguen orando, dirijan sus miradas hacia el Portal de la Paz.
Le estoy revelando las señales del fin de los tiempos a aquel que abra su corazón, pues la humanidad necesita estar más consciente para que tenga tiempo de revertir todas las cosas.
Recen Conmigo, mientras Yo les revelo los secretos.
Abran sus ojos al Corazón de Dios y no pierdan ni un minuto en todo lo que Yo les pido.
Oración: Ave María (en portugués).
Amo a este planeta, amo a todas las almas, pero ¿quién inclinará su cabeza hacia el suelo para humillarse ante el Creador y pedirle perdón por las faltas graves que comete el mundo?
Yo soy la Mensajera del Apocalipsis. Traigo Mi Corazón a todos, pues será su único refugio en los tiempos que llegarán. No hay otro lugar adonde ir y ninguna otra verdad que descubrir.
A través de este Portal de la Paz, estoy derramando Mi última Gracia sobre este mundo, nuevos códigos de Luz para almas tan antiguas que deben despertar a la redención.
Lean las señales del fin de los tiempos. Los Siete Sellos ya fueron abiertos y nadie aún es consciente de esto. Por Mi Gracia e intercesión, hoy se los revelo, hijos Míos. No vengo a impartir miedo a ustedes, sino el despertar de una mayor consciencia.
La Nueva Humanidad deberá nacer y los rebaños de Cristo, aquellos que se congregan en el amor y en la devoción, deben tener muy presente al Corazón de Mi Hijo Amado, que será siempre su Salvador.
No teman a las potestades de este mundo, no hay mayor poder que el de Dios. Dios está entre ustedes y está, a través de Mi Corazón en esta noche, acompañándolos y preparándolos para saber vivir la transición. No busquen saber cuál será la respuesta a todo lo que sucederá en poco tiempo.
La humanidad ha sido muy ingrata con Dios y aún lo sigue siendo, no escucha y está sorda. La ceguera es mayor que el amor, pero dichosos aquellos que se aferran a Mi Corazón. La Señora del Santísimo Rosario siempre los tendrá unidos a Dios y al Corazón del Hijo amado. Nada perderán, hijos Míos, busquen pronto su conversión. Oren mucho, todos los días, y recuerden que este es Mi principal pedido en el fin de los tiempos.
Dios desea infundir mucho más la devoción a Mi Inmaculado Corazón en este mundo. Si sus corazones están unidos a Mi Corazón, a nada deberán temer.
Yo siempre soy su Guía Universal, la Madre de todos los enfermos y de todas las almas perdidas.
Alégrense aquellos que despiertan a Mi Corazón. Alégrense aquellos que Me tienen como principal motivo de sus vidas; pues, Yo vengo a donar lo mejor que tengo porque amo a todos Mis hijos. Yo siempre los bendigo y los contemplo.
Que, en estos tiempos, puedan estar bien despiertos. Dios los llama a tener mayor consciencia para que puedan despertar a cosas desconocidas; pues para que los secretos no se puedan cumplir, deben rezar con total consciencia y verdad. Esa será la señal evidente, ante el Creador, de parte de todos ustedes, para que el mundo alcance la paz y el fin de la tribulación; pues antes de que llegue Mi Hijo Amado, deberán estar purificados, limpios y puros, libres de toda mancha y pecado.
Recapaciten en sus vidas. Recapaciten en todas las cosas que hacen, en todo lo que sienten, piensan y viven, pues Dios está atento a su transformación y Mi Corazón Inmaculado siempre los auxiliará.
Solo deseo, hijos Míos, en esta noche, que alegren Mi Corazón, por el peso que el mundo Me genera; pues más lo siente su Padre, Aquel que está en los cielos y que siempre los necesita para cumplir Sus Obras de Misericordia.
Dichosos aquellos que guardan las Palabras en el corazón y que, saliendo de este lugar, dan el primer paso y se transforman; no pierden más tiempo en cosas superficiales, sino que despiertan al infinito Llamado del Creador.
Hoy, les entrego a todos Mi Corazón Inmaculado, que está rodeado también por las espinas del mundo. Los invito a la reparación, a la meditación, a la reflexión.
Los tiempos son urgentes, hijos Míos; y así como Yo les avisé en Fátima que deberían cambiar pronto, hoy nuevamente les digo, hijos Míos, cambien rápido y no pierdan tiempo.
Dios espera establecer Su Reino en el mundo y expulsar el mal de este planeta que solo hace sucumbir las almas al infierno, las hace perder en las modernidades y en las ilusiones. No confíen en sus sentimientos, en sus pareceres e ideas.
Únanse, todos los días, al Corazón del Creador. Así, serán partícipes, hijos Míos, de la Divina Voluntad; porque el Don del Espíritu Santo de la Sagrada Sabiduría de Cristo los habrá permeado profundamente y estarán unidos a Dios, cumpliendo Su Voluntad por encima de todas las cosas y no perdiendo ni un minuto más en las cosas que los distraen y que les quitan la atención del Creador.
Hijos Míos, Yo les traigo la Consciencia Universal de Dios, pues Mi Padre amado, Aquel que también es su Padre Celestial, necesita que despierten profundamente y abran sus ojos a la Verdad. Vean en este ejemplo tan simple, hijos Míos, cómo las almas no escuchan a Dios por escuchar las cosas del mundo.
Yo les traigo la verdad del Amor, la esencia de la Instrucción, pues el Poder de Dios debe compenetrar sus corazones para que se desvanezcan sus amarguras y sufrimientos. Dios desea, hijos Míos, que curen sus heridas y puedan renacer en el Corazón de Mi Hijo, que sigue siendo ultrajado por los hombres ingratos.
Recen, hijos Míos, recen Conmigo al Creador, así serán dignos de recibir la Gracia de Dios y estar en el Paraíso para que Yo los encuentre.
Oración: Padre Nuestro (en portugués).
Hoy, abro Mis brazos y extiendo Mis manos hacia ustedes. Vengan a Mí, queridos hijos, al refugio inmaculado de Mi Corazón, allí siempre recibirán lo que necesitan. Mi Amor siempre los colmará, Mi Sabiduría los iluminará y tendrán entendimiento sobre todas las cosas en estos tiempos difíciles y crueles.
Abran sus consciencias para que sus almas se eleven hacia el refugio inmaculado de Mi Corazón. Les ofrezco Mi Corazón como emblema de paz para el mundo. Dichosos de aquellos que veneran Mi Corazón y honran el Corazón de Mi Hijo, para atender sus necesidades y súplicas.
Reciban en esta noche, a través de este Portal, el espíritu de Mi Paz. Reciban, hijos Míos, Mi sagrada bendición maternal.
Por eso, que vengan aquí los Hijos de María, pero todos son Mis hijos. En la oración perpetua de Mi Corazón, siempre espero por su verdadera consagración. Deseo la consagración de sus almas para que sus vidas se santifiquen, hijos Míos. Esto, verdaderamente, le demostrará a Dios que este Proyecto es posible, a pesar de los pecadores y de los pecados, porque siempre Dios encontrará en los más simples el portal para alcanzar Su Proyecto Original.
Canten, hijos Míos.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Cantaremos “Señora de las Gracias”.
Nuestra Señora se ha quitado el velo.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Por la divinidad que Dios Me ha concedido, bendigo en esta noche a los que sufren, a los que padecen, a los que pierden la fe, a los que se apartan de Dios, a los que están en la oscuridad, mas también a aquellos que se encienden por el fuego del Espíritu Santo.
Bendigo a todos Mis hijos, independientemente de sus deudas y problemas.
Yo Soy su Madre Santísima, Soy su Gran Obradora de la Paz. Siempre los llevaré hacia Mi Hijo, sigan Mis pasos, miren Mis pies descalzos e imiten Mi ejemplo maternal.
Siempre querré lo mejor para sus vidas y esto será lo mejor para el mundo.
Vengo a abrir sus corazones cerrados, a abrir la fuente de sus esencias para que pueda rebrotar el Amor del Creador. Necesito que sus esencias se iluminen para que se disipen de sus vidas toda amargura, dolor y sufrimiento.
Queridos hijos Míos, Yo siempre los bendeciré con Mi Corazón Inmaculado. Así, como en esta noche los reúno en el Cenáculo del Señor, por encima de este cielo los ángeles se reúnen para adorar a sus corazones, porque Dios sabe que es posible la redención.
Por esta noche de Gracias pero también de despertares, Yo les agradezco, hijos Míos, por responder a Mi llamado que es el Llamado de Dios, su Creador.
Que suenen las campanas. Deseo especialmente que todos estos hijos, a los cuales hoy consagro, recen una oración a la Madre Universal por las almas del mundo.
Escucho su voz.
Clemencia.
Oración: Madre Universal.
Yo los bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Nuestra Señora quiere que hagamos la Señal de la Cruz por dos veces más.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Que la Santísima Trinidad permee sus vidas y se pueda cumplir la Santa Voluntad.
Queridos hijos, siempre y para siempre los amaré.
Canción: “Ave María”.
Madre María Shimani de Montserrat:
Ha sido una noche especial. Queremos intentar explicar, en forma simple y sintética, qué significan estos movimientos que Nuestra Señora realiza en estos tiempos.
Ustedes vieron que Nuestra Señora quedó mucho tiempo en silencio. Ella muestra, para quien tiene la tarea de ver, ciertas cosas que están previstas que ocurran para que la humanidad tenga la consciencia de saber que necesita esforzarse para cambiar esos acontecimientos.
¿Por qué Nuestra Señora les revela a los videntes algunas cosas que no se pueden transmitir?
Así como ha sido, a lo largo de la historia, cada vidente guarda algunos secretos, porque la Divinidad espera que esos secretos algún día no se cumplan; pero necesitan, de alguna forma, quedar registrados en la consciencia planetaria.
Y es así que, a lo largo de los siglos, María depositó en algunas consciencias, como un documento, como un registro, algunos acontecimientos que, de acuerdo a lo que sucede hoy, se cumplirían en un futuro cercano o lejano; pero depende de nosotros que se puedan revertir esos acontecimientos.
Cuando Ella nos explica que, colocándonos en Su Inmaculado Corazón, podríamos vivir la tribulación con armonía y cierta paz, con discernimiento, con sabiduría, es porque eso es posible. Pero para eso, necesitamos colocarnos dentro de Su Inmaculado Corazón, entregarnos, consagrarnos a Su Inmaculado Corazón, ese lugar de amor y protección donde estamos refugiados y a salvo. Pero como depende de nosotros que hagamos eso, siempre está previsto que la humanidad no responda y que algunos acontecimientos tengan que suceder para que la humanidad comprenda aquello que la aleja de Dios.
Así, en estos tiempos finales, como Ella anunció hoy, cuando nos dio la bienvenida al final del tiempo, y hablamos de bienvenida como un ingreso a otro ciclo; nosotros tenemos que admitir, en algún espacio de nuestra consciencia, que acabamos de ingresar a otro ciclo. Y no importa mucho lo que nosotros veamos a nuestro alrededor que pueda parecer casi normal, porque en los planos de consciencia reales de la humanidad ingresamos a otro ciclo.
Ella ya nos ha advertido de que ha comenzado Su caminata hacia el desierto como la Mujer Vestida de Sol. Hace unos días, nos reveló que el dragón rojo estaba preparándose para llegar, y si nosotros conocemos las revelaciones de los textos sagrados, sabremos que estamos en plena Ley del Apocalipsis, una Ley que nos rige en este momento y que nos mueve de una forma completamente diferente.
Ella nos dijo hoy que no confiáramos en lo que sentíamos ni en lo que pensábamos, porque en nuestras emociones más materiales y en nuestros sentimientos habrán tormentas de la tribulación. Por eso, necesitamos unirnos todos los días al Corazón de Dios para que, en el Corazón de Dios, nuestra barca no se hunda.
Si bien es un momento difícil para todos, sabemos que todo pasará y que solamente nos tenemos que sostener, orar, mirar a Dios todos los días, unirnos entre nosotros y confiar que todo pasará y que todo será para el bien de la humanidad; porque así, hermanos, como estamos, esta consciencia planetaria no puede seguir, y creemos que estamos todos de acuerdo.
Así que hay que afirmarse en la oración, en el Manto de Nuestra Señora y en el Corazón de Nuestro Señor para persistir y caminar mirando hacia adelante, porque es en el único lugar en que podremos encontrar la Luz.
Nuestro Señor camina firme hacia adelante y nosotros no podemos perder Sus pisadas. Por eso, necesitamos caminar rápido como Él camina, para no perder nunca de vista el movimiento de Su túnica; y hacia dónde Él camine, estaremos seguros.
Así, los invitamos a todos a reforzar nuestra oración, nuestra confianza en la Divinidad y en esa fraternidad que Ellos nos piden que nosotros debemos vivir.
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más