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En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Muchos de Mis apóstoles están llegando a un momento que Yo ya viví por ustedes, hace mucho tiempo.
Para que Me puedan comprender, para que Me puedan sentir, para que puedan interiorizar cada una de Mis Palabras, les contaré una parte de Mi historia, una historia que no fue escrita en la Biblia, en ningún libro sagrado.
Esa historia es semejante a lo que ustedes están viviendo en este momento, no solo por la transición planetaria, no solo por lo que está atravesando la humanidad, sino también por lo que cada uno de ustedes debe entregarme, porque este es el tiempo de la madurez de Mis apóstoles.
Cuando Yo cumplí 21 años, 13 años antes de la gran entrega de su Maestro y Señor, realicé un viaje muy importante al Lejano Oriente.
Esos acontecimientos fueron registrados en algunos de los Evangelios, que fueron retirados para que la humanidad no los conociera.
Pero hoy, Yo vengo a contarles qué fue lo que su Maestro y Señor vivió a Sus 21 años, cuando siendo aún muy joven comenzó a prepararse para beber del Cáliz que, tiempo después, un día el Padre Eterno le ofreció en el Huerto Getsemaní.
En ese viaje, tuve que aprender como hombre, pero también como Consciencia, a asumir la superación de la condición humana, una condición que arrastraba a la raza humana hacia la perdición. Les hablo de hace mucho, pero mucho tiempo.
Ese viaje, tan importante, fue una retribución que Mi Corazón realizó a los llamados “Reyes del Desierto”, que llegaron de tierras muy lejanas para reconocer en la ciudad de Belén, el Nacimiento del Mesías.
Así, comprenderán cómo la trayectoria de sus vidas está trazada por la Voluntad de Dios y cuando las almas no viven la Voluntad de Mi Padre solo sufren y sufren.
En aquel tiempo, a Mis 21 años, bajo la compañía espiritual de Mi Madre Celestial y la ayuda interna de los primeros esenios que Me acompañaron en los planos internos para esa Misión, su Maestro y Señor primero llegó a los países árabes y, ante los grandes imanes de la época, el Hijo de Dios no fue reconocido externamente, Él fue reconocido internamente, solo al haber pasado por ese lugar.
En esa ocasión, visitando los pueblos árabes, Mi Padre Me dio a conocer la importantísima tarea que Él mismo realizó a través de los tiempos, en los orígenes de esos pueblos y de esas religiones; no solo revelando Sus Nombres Sagrados que eran pronunciados e invocados, sino también Él Me dio a conocer la Sagrada Geometría de Su Proyecto Divino para los primeros pueblos que habitaron este planeta.
Allí pude conocer el misterio de la Sabiduría de Dios, que Él sembró y colocó en los pueblos más antiguos del planeta.
Habiendo recibido esa instrucción, que era preparatoria para el momento de Mi gran entrega, su Maestro y Señor, a los 21 años de vida, siguió viaje hacia la India; y en esa ocasión fue para recordar y para recoger los frutos de esa experiencia que el Padre una vez realizó en Mi Consciencia, con otra faz y con otros trajes.
Fue en ese momento, en el que su Maestro y Señor recibió la revelación del misterio de la Compasión de Dios y, ante los reyes antiguos de la India, pude comprender, a los 21 años de vida, por qué en este mundo, y hasta los días de hoy, existe el sufrimiento, y cómo la esencia de la Divina Compasión es capaz de no solo liberar a las almas del sufrimiento, sino que también es capaz de absorberlas, transformando todas las condiciones y limitaciones humanas por el simple hecho de amar.
Si en la India no hubiera tenido esa experiencia, creo que no hubiera tenido la fuerza para beber del Cáliz en el Huerto Getsemaní.
Esa experiencia y esa misión concluyó en Egipto, en las tierras del gran patriarca Moisés, uno de los sucesores del Arca de la Santa Alianza. Allí se completó Mi experiencia preparatoria para que, retornando a Tierra Santa en los años siguientes, ya Mi Corazón estuviera pronto para vivir lo que vine a vivir por ustedes.
En las tierras de Moisés, en la región del Monte Sinaí, el Padre Me dio a conocer aún más la inmensidad de Su Misericordia, la infinitud de Su Piedad por este proyecto del planeta, por la redención humana, por todas las generaciones que llegarían después de Mí hasta los tiempos de hoy.
En ese sagrado lugar del Monte Sinaí, su Maestro y Señor pudo conocer la vida eremítica, porque en el absoluto desierto es donde encontramos solo a Dios para que nos quite la sed, para que nos consuele, para que nos fortalezca y para que nos renueve.
En ese sagrado lugar del Monte Sinaí pude presenciar, con Mi visión interna, los sagrados tesoros de las Jerarquías Espirituales del universo y todo lo que sucedería en los tiempos venideros con las generaciones futuras que tendrían la Gracia de despertar a la Conciencia Cósmica y de saber que la vida, en este planeta, es más amplia e infinita de lo que parece, que las generaciones futuras podrían saber que la vida no termina aquí y que la verdadera vida se encuentra en las estrellas, en los soles y en las constelaciones.
Cuando regresé a Tierra Santa, después de tres meses de viaje, Mi Madre Me esperaba en Nazaret. Allí, Ella también había vivido la misma experiencia, en Su estado de contemplación y devoción, acompañando cada paso del Hijo de Dios, porque sabía que esa misión que viví a los 21 años no era solo una iniciación, sino también una preparación para lo que vendría después.
¿Por qué creen que hoy les cuento todo esto?
Mi finalidad no es que tengan más conocimiento, sino que crezcan en el amor, en el amor maduro que se entrega, el amor que los renueva, que los lleva a arriesgarse cada día más, a vivir mayores experiencias de amor por Mí, sin importar lo que signifique o lo que represente.
Muchos de ustedes, desde el punto de vista espiritual, se encuentran en los 21 años de su evolución; y aquí, compañeros, no tiene nada que ver la edad evolutiva ni tampoco la edad material.
Muchos se encuentran viviendo los 21 años de su evolución y están ante el umbral, ante la oportunidad de dar un gran paso, un paso más firme y más seguro, un paso hacia la madurez y hacia la responsabilidad.
Esa madurez y esa responsabilidad les permitirá comprender, en este tiempo crítico, que ustedes ya no pueden estar primero en todo, sino que todo lo demás, que es más necesario y urgente que ustedes mismos, debe estar primero en sus vidas para que asuman la madurez espiritual y material, para que el Padre Celestial les entregue mayores responsabilidades y mayores tareas.
Muchos de ustedes podrían creer que no están prontos para esto. Pero recuerden lo que hace poco tiempo les dije, que el eje del planeta es sostenido por un finísimo hilo de Luz, ese hilo de Luz se debe fortalecer para que nunca se rompa, para que no se desarrollen más acontecimientos en la humanidad y en el planeta.
En este momento, la humanidad no tiene justificación ante Dios. Es el amor y la responsabilidad de mis apóstoles, es la madurez y la consciencia de Mis compañeros, lo que generará una verdadera justificación ante Dios, para que la Misericordia descienda y la Justicia Divina se detenga.
Sé que, a través de estas Palabras y de este Mensaje, coloco a sus mundos internos en una presión ardiente. Pero sepan que Mi deber es decirles la verdad y abrirles sus ojos, los ojos de la consciencia, pero también abrirles sus corazones para que no se cristalicen, para que no se endurezcan, para que nunca pierdan la sensibilidad ante la realidad de estos tiempos.
Como hace 2 000 años atrás, nuevamente esta historia se vuelve a repetir en el presente, con pocos haré todo lo que debo hacer. Pero este es el tiempo de Mis apóstoles, de los apóstoles maduros y disponibles, capaces de ir más allá de sí mismos, capaces de renunciar más allá de sí mismos, capaces de entregarse aún más por Mí.
En este último mes del año, y antes de que ingresen en un nuevo año, deben pensar y reflexionar sobre estas cosas, porque están en el momento de no solo poder recordar quiénes fueron, sino también están en el momento de saber para qué vinieron aquí y qué es lo que aún deben cumplir bajo la guía de la Voluntad de Mi Padre.
No vengo a pedirles que sean perfectos, les vengo a pedir que alcancen la perfección a través de la entrega y del servicio; porque quien confía en Mí no tiene por qué preocuparse, ni siquiera de sus propias miserias.
Porque a quien verdaderamente está Conmigo, Yo lo liberaré de sus cadenas y opresiones. Yo lo sanaré con Mi Mano Curadora y se liberará para siempre de sí mismo; y su alma no vivirá más en una prisión espiritual, sino que como un águila de luz volará hasta las altas cumbres de la Casa del Padre, para ser parte de Sus Divinas Moradas.
Este es el Mensaje que quiero dejarles a todos los que son fieles a la oración del corazón y en especial a los Encuentros de la Maratón de la Divina Misericordia.
A partir del próximo ciclo, serán ustedes, Mis compañeros y Mis amigos, los que deberán sostener a través de la oración misericordiosa todo lo que sucederá en el planeta; porque a los 21 años de su evolución, están en el momento cierto de dar el gran paso, sin que Yo esté presente. Pero tengan fe, porque desde lejos, desde Mi Gobierno Espiritual, estaré rezando por ustedes para que, algún día, sean Cristos.
Y ahora, en este silencio, que los invito a vivir internamente Conmigo, comulguen de Mis Palabras para que sus corazones estén prontos para lo que llegará.
Recuerden que Mi Madre es su Madre, y si el Hijo de la Madre de Dios entregó lo más valioso que tenía a los pies de la Cruz, entregó a Su Madre para cada uno de ustedes, ¿son capaces de creer que lo conseguirán?, ¿que conseguirán entregarse como Yo Me entregué?
Eso es todo lo que hoy quiero decirles, y les agradezco por tener la valentía de animarse a sentir cada una de Mis Palabras.
Recemos, frase a frase.
Oración: Cristo de la Luz.
Que esta Maratón sea el gran paso de los apóstoles para los tiempos que llegarán.
Los bendigo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
A pedido de Nuestro Señor todos vamos a cantar, en este momento, uno de los Nombres de Dios, invocando el descenso de la Iglesia Celestial sobre el planeta. Vamos a hacer el cántico Eloha Shamayin.
Todos nos ponemos de pie para reverenciar este momento, aún Nuestro Señor está llegando junto con la Iglesia Celestial.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Mientras las bases de Mi Iglesia se afirman en la superficie de la Tierra, grandes fuerzas del mal son liberadas del planeta por la elevación de las estrellas caídas. Sean bien recibidos por la Iglesia Celestial de Mi Padre y la esencia de todos Sus misterios de Amor.
Ante la presencia de Su Sagrada Arca, reciban los impulsos de Luz que provienen de Dios a través del Corazón misericordioso de Su Hijo.
En compañía del universo angélico, preparen sus corazones en este momento, para ofrecer sus almas a Dios y ser partícipes de esta tarea que impartirá su Maestro y Señor al mundo.
Las puertas de Mi Iglesia ya están abiertas y las almas están llegando al Templo de Mi Corazón.
Las almas llegan, así como ellas se encuentran, en el estado espiritual y material que viven. Con sus imperfecciones y errores, las almas llegan al centro del Templo de la Iglesia Celestial donde en este momento se encuentra el Arca Sagrada, la que actúa como una fuente espiritual de Luz para todas las almas que en este momento se aproximan a ella.
Y a un lado del Altar Mayor de Mi Iglesia Celestial se encuentra la Virgen Madre con las santas mujeres y algunos de los apóstoles, rezando en este momento por ustedes, en el silencio contemplador de la oración que se refracta a través del espejo del corazón.
Lleven su mano hacia el corazón y sientan el latir de su corazón, Mi Corazón late igual que el de ustedes, sintiendo el pulsar de la renovación y de la vida.
Lleven la Luz de Mi Iglesia hacia su corazón y la otra mano que esté en ofrecimiento. Vean la llegada, en este momento, del Padre Celestial en Su estado de Consciencia Única. Y en el vacío de sus seres, realicen la entrega que hoy le darán a su Redentor.
La Iglesia Celestial se sigue expandiendo sobre el mundo para que todas las almas de todas las naciones, pueblos y razas, ingresen a Mi Iglesia Celestial y todos comprendan una sola lengua, un solo sentir, que es el idioma del corazón, inconfundible y perfecto.
Ahora que están conscientes de lo que sus almas están viviendo Conmigo por todos sus hermanos de la Tierra, ingresen al pasillo principal de Mi Iglesia Celestial y aproxímense al Altar Mayor, en donde está el Arca de la Santa Alianza.
Hoy estamos ante el momento en el que Dios pensó en crear a Sus criaturas. Encima del Altar y a través del Arca de la Santa Alianza, sientan en sus corazones el gran momento de Nuestro Padre Creador, cuando Él quiso tener seres semejantes a Él para que lo amaran y lo adoraran.
Estamos ante el Dios de la Misericordia. Sientan el Corazón de Dios que, en Su silencio, implora al mundo diciéndole:
"¡Reconcíliense Conmigo! Yo Soy su Creador, Soy el Principio y Soy el Fin. En Mi Casa existe un lugar especial para cada uno de Mis hijos.
Hoy, Mi amado Hijo Me ha pedido traerlos hacia Mí y ustedes están ante Mí en este momento.
Soy el Dios de la Misericordia, de la profunda Sabiduría Divina, el Dios de la Compasión y del Amor.
Hijos, enderecen sus vidas, corrijan sus caminos, el tiempo final se aproxima y solo Me tendrán a Mí para poder atravesarlo. Soy el Dios de la bondad, el Dios de la aceptación, el incondicional Espíritu.
Hoy su Padre Eterno no mira sus faltas, sino el don que con tanto amor colocó en cada uno de ustedes. ¿Cuándo Me lo ofrecerán? Mi Hijo les ha enseñado cómo hacerlo.
Este es el tiempo de la reconciliación, para que la paz y la cura lleguen al mundo.
He movilizado a todo el universo en este momento, porque su Padre está aquí, viendo cómo Sus hijos se pierden y se maltratan, cómo se alejan de la Ley y de la verdad.
Yo no los creé para que sufrieran, sino para que tuvieran vida eterna a través de la Presencia de Mi Hijo, su Redentor. Pero hoy he permitido que ingresen en Mi Iglesia Celestial para que reciban en sus mundos internos todos los misterios que concedieron esta Creación, desde antes de que ustedes existieran.
Están ante el Legado de la Sabiduría de Dios por medio del Arca de la Santa Alianza. Así, la Nueva Jerusalén se aproxima y los hijos retornan a la Casa de David para retomar el camino, que una vez perdieron, al Propósito de Mi Corazón.
Solo deseo la felicidad para el mundo y no la justicia, pero Mis hijos no lo comprendieron. Una vez descendí, Yo mismo, a la Tierra para enseñarles sobre el Amor a través de la Palabra, de cada una de Mis Llagas, de la entrega absoluta de Mi Corazón.
Yo Soy el Dios Vivo, inmutable e infinito. Mi Casa los espera algún día, pero mientras estén aquí aprendan todo lo que les dona el universo, enmienden sus errores, purifiquen sus faltas y la cura se alcanzará.
Vengo a darles una expiación que hoy no comprenderán, pero que en poco tiempo lo sabrán, porque son sus almas las que necesitan de esta Gracia de escuchar al Dios de la Creación.
El Libro de la Vida de la Creación espera ser reescrito por cada uno de ustedes, por sus experiencias de perdón y de redención.
En este primer día de la llegada de Mi Iglesia a los corazones del mundo, vengo a celebrar junto a Mi Hijo, el primer y fundamental legado que Su Redentor le dejó a la humanidad: el Sacramento de la Eucaristía.
Así como lo hacen sus almas en este momento, en el recogimiento del corazón y en el vacío, prepárense para el ofrecimiento, a fin de que todo lo que aquí pasará, así como todo lo que aquí sucedió, siga teniendo sus frutos de Misericordia y de Amor en cada alma de esta humanidad.
Coloquen su rostro sobre Mis Pies.
Mi Dios, yo creo en Ti,
yo Te adoro, yo Te espero y yo Te amo;
y Te pido perdón por los que no creen en Ti,
no Te adoran, no Te esperan y no Te aman.
Amén.
(tres veces)
Reciban el símbolo de la Geometría Sagrada del Arca de la Santa Alianza y llévenlo al corazón en gratitud y reverencia".
Dice Nuestro Señor que la Palabra de Dios llega al mundo después de dos mil años.
Mi Padre los absolvió.
Nuestro Señor llora por los no creyentes, por los que lo han abandonado y no tuvieron fuerzas para sostenerse en Él, y nos muestra la Luz de Sus cinco Llagas, la Luz de Sus Manos, de Su Costado y de Sus Pies. Y a través de Sus Manos nos presenta Su Corazón dorado de Luz, más fuerte que cientos de soles.
Él, por los méritos de Su Misericordia y de Su dolorosa Pasión, bendice a la humanidad, a los cinco continentes y a todas las naciones, para que la ciencia de la Sabiduría ilumine a las mentes de los hombres a fin de que se establezca la cura y la reparación de la humanidad.
Así como Nuestro Señor nos entrega Su Corazón en esta tarde, entreguémosle también nuestro corazón.
Celebremos.
Como hace dos mil años atrás, Yo les vuelvo a entregar Mi Vida y todo lo que Soy por una simple razón: que vivan en Mi Amor y que conozcan la Verdad.
Que el Padre Celestial reciba estos elementos que servirán de Gracias y de unción espiritual para toda la humanidad, rememorando la Pasión y la Muerte de Nuestro Señor.
Fue así que, cuando Jesús estaba reunido con Sus apóstoles, Él tomó el pan, lo elevó y lo ofreció al Padre, como ofrecimiento de Su Sacrificio por la humanidad. El Padre lo bendijo y enseguida Nuestro Señor lo partió, diciendo: “Tomen y coman, porque este es Mi Cuerpo que será entregado por los hombres para la remisión de los pecados”.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Amén.
(en portugués)
Enseguida Él tomó el Cáliz y ofreciéndolo al Padre para que fuera bendecido, Él lo entregó con todo Su Amor a Sus compañeros, diciéndoles: “Tomen y beban, porque este es el Cáliz de Mi Sangre, Sangre de la eterna y nueva Alianza, que será derramada por su Redentor para el perdón de todas las faltas. Hagan esto en memoria Mía”.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Amén.
(en portugués)
Reconociendo la Gracia infinita que recibimos, en la inmensidad de la Misericordia de Dios, reafirmando la Pasión y Muerte de Nuestro Señor por la redención de la humanidad y de toda la Tierra, nos unimos de corazón y de mente a Nuestro Señor Jesucristo y ante Su Iglesia Celestial repetimos la oración que Él nos enseñó para consumar esta consagración.
Padre Nuestro (en portugués y en inglés).
Que la Paz, el Amor y la Misericordia de Cristo desciendan a la Tierra.
"Señor,
yo no soy digno de que entres en mi casa,
pero una palabra Tuya bastará para sanarme".
Amén.
El trabajo más real de estos días sucederá en los mundos internos. Es allí en donde ustedes encontrarán Mis Tesoros para poder servirse de ellos en este tiempo final.
Les agradezco por haber ingresado a Mi Iglesia Celestial.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Vamos a cerrar esta transmisión manteniendo presente en nuestra memoria lo que hoy vivieron nuestras almas junto al Padre Celestial, para que en el día de mañana, en el segundo día de la Sagrada Semana, nuestras almas estén más elevadas para ser colmadas por los impulsos de nuestro Padre Creador y de Su Santísimo Hijo.
Nos unimos a cada uno de nuestros hermanos del mundo, en comunión espiritual con Nuestro Señor.
Y agradecemos, siempre agradecemos.
¡Gracias Señor por cuánto nos das!
En este encuentro Te honramos Señor.
Bajo la bendición del Sagrado Corazón de Jesús, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cuando un nuevo ciclo llega a tu vida, contempla, alma amada, en la coyuntura de las estrellas, el mensaje celestial que tu Creador te envía.
Recibe los impulsos que Él generó en la manifestación de tu esencia y, a través de una comunicación profunda con Dios, comprende Sus Sagradas Geometrías y, a través de ellas, los designios del Padre para los ciclos que llegarán.
Cuando cumples un año más en esta Tierra, sabe que tu evolución se renueva y tu compromiso con Dios se amplia. La profundidad de la madurez de tu ser humano y espiritual te conduce a responsabilidades cada vez mayores ante Dios y Su Plan.
Renueva, entonces, tu espíritu en este nuevo ciclo, dejando que Su Amor cierre las heridas más profundas y ocultas aún abiertas por las experiencias de la vida.
Entrega a tu Creador tus pesares más internos, tu silencioso sentimiento de impotencia ante aquello que no puedes ofrecer a Dios.
Deja que, por un instante, el dolor que compartes con el Creador, por aquello que Él ve en el mundo, se calme y se restaure, porque para comenzar un nuevo ciclo es necesario restaurar y calmar el corazón.
Retoma los impulsos perdidos en las batallas de esta vida, reconstruye la esperanza herida por la acción de la astucia del enemigo sobre las almas y confía, alma pequeña, en que cada oración pronunciada por los que se perdieron en el camino será el mérito que les abrirá las Puertas de un nuevo Cielo en el último instante de sus vidas.
Respira por un momento y recibe el Soplo de Dios. Su Amor Divino renueva tu consciencia y, en un diálogo profundo y silencioso, todo se hace nuevo. Este es tu aniversario con Dios.
Recibe Mi bendición para el ciclo que vendrá.
San José Castísimo
Queridos hijos:
Que en este tiempo se establezca la paz, para que la paz esté presente en el corazón humano.
Desde ahora y para siempre, agradezco la devoción de los corazones por la Reina de la Paz. Y en este día, del reinado de Mi Paz, derramo para el mundo entero más Gracias y Principios sagrados a fin de que se cumpla la Voluntad de Dios en los hombres y mujeres de la Tierra.
Por eso, hijos Míos, las Sagradas Geometrías de Dios cumplen en el mundo con todos los pedidos del Padre, pues ellas reflejan lo que, en este tiempo, la humanidad necesita para alcanzar la paz y la verdad que los librará de las cadenas de la ilusión y de la adversidad.
Cada vez que su Madre Celeste llega al mundo o visita alguna nación, las Sagradas Geometrías del Padre, que son perfectos diseños de luz que provienen de la Fuente del Amor y de la Unidad, descienden al mundo a través de Mi Presencia materna para que los hijos de Dios alcancen el cumplimiento y la realización de Su Proyecto de Amor y de Redención en la Tierra.
Mientras más almas despierten a Mi llamado, habrá más posibilidades de que en la humanidad se cumpla el Sagrado Proyecto de Dios que, en base al retorno de Su Sagradas Geometrías, como principios y códigos de Luz, harán de la Tierra el lugar prometido para que las almas que hoy viven sobre este planeta cumplan con Sus Designios de amor y de unidad divina.
Todo esto, hijos Míos, tiene el sentido de llevar al mundo entero a reencontrar el camino de lo sagrado y de lo bendito a fin de derrotar la adversidad y la crueldad que existen en los hombres por haberse apartado del amor.
Es así que, como Madre, Yo los conduzco hacia Mi Hijo porque Mi Hijo es el propio Proyecto de Dios manifestado en el Universo espiritual, mental y material.
Mi Hijo es el modelo perfecto para cada uno de ustedes y Él, como una sublime y Sagrada Geometría de Dios, encarnó en el mundo para testimoniar físicamente la Voluntad y la Verdad del Padre ante todo este Universo.
En Mi Hijo se cumplió ese Proyecto Divino, no solo desde Su nacimiento, sino también en la Cruz cuando, por encima de todo error y mal, Su Amor venció, demostrando al mundo el cumplimiento del Proyecto de la redención en todos los que, en aquel tiempo, cayeron y en los que están cayendo también en este ciclo, por ignorancia y falta de amor.
Pero el Amor de Mi Hijo en la Cruz dejó marcada la señal de la victoria del Proyecto del Padre y construyó el puente para que millones de almas, a lo largo de los tiempos, recuperasen su pureza original y así, definitivamente, se cerrara la puerta a la oscuridad.
Por eso, hijos Míos, como Mediadora e Intercesora, Me ofrezco al mundo una y otra vez no solo porque los amo, sino también porque, siendo testigo de la Pasión de Mi Hijo y de Su muerte, sé de la importancia de esa gran oferta que Él hizo por cada uno de ustedes.
Mi ardiente deseo de Madre es convertir sus vidas en algo sagrado para que, humanamente, existan en el mundo instrumentos de paz y de amor en tiempos de adversidad y conflicto; para que la Fuente de la Paz no acabe en el corazón de los hombres y para que las naciones sean el cumplimiento de los Sagrados Principios del Padre en toda la Creación.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Dios Padre establece Sus Geometrías Sagradas a través de las peregrinaciones por las diferentes naciones y culturas del mundo.
En esa diversidad humana, el Padre intenta, por medio de Sus Sagradas Geometrías, que Sus Hijos de la Tierra retornen a la esencia de lo que eran en el principio, antes de cometer errores.
Es así que los Mensajeros Divinos van diseñando, en los planos internos, los principios de esas Geometrías y así, importantes matrices espirituales se establecen por medio del verbo, de la instrucción, de los Sacramentos, de la Misericordia y de la Gracia.
Las Sagradas Geometrías de Dios intentan que, en este tiempo, las almas recuerden sus orígenes para que en ese Origen puedan recuperar lo que perdieron de espiritual y de divino en estos tiempos, en los que la modernidad y las influencias desvían a los corazones del camino de la realización de su misión.
Por eso, los Sagrados Corazones, mientras peregrinan por el mundo, llevan a las almas hacia el camino del despertar para que el espíritu de cada ser pueda reconocer, en su interior, el Amor de Dios y unirse al Padre Eterno.
Allí, en esa unión, en esa alianza divina, el alma toma contacto con las Sagradas Geometrías que son, en esencia, las Virtudes de Dios y Su Propósito Mayor para la humanidad.
Por esa razón, cuando se cumple una peregrinación como fue ésta que acaba de concluir en Europa, la Jerarquía Divina consigue terminar de establecer, en los planos internos, esas Sagradas Geometrías, las que traen consigo impulsos de renovación para las naciones, de despertar hacia una vida de servicio desinteresado y, principalmente, esas Sagradas Geometrías establecen la paz entre los pueblos por mayores períodos de tiempo.
En ese sentido, las Sagradas Geometrías siempre se manifiestan desde el comienzo hasta la finalización de una peregrinación y ellas pueden seguir trabajando por más tiempo, aunque la peregrinación haya terminado.
Es así que un misterio se proyecta sobre la consciencia de las naciones y ese misterio se devela cuando las consciencias se adhieren al Propósito Divino, muchas veces sin comprenderlo ni conocerlo.
Pero todo propósito está basado en el amor y es ese amor el que se aproxima a las almas sufridas para que lo experimenten en la alegría de reencontrar a Dios y de poder vivir el perdón y la Misericordia.
Por eso, en cada peregrinación, nuevas Geometrías Sagradas son entregadas por los Mensajeros Divinos para que sean sembradas en la consciencia de las naciones y, en consecuencia, en la humanidad.
Todo este movimiento espiritual y divino desactiva los puntos de conflicto mundial como las bases ocultas de la explotación, de la corrupción y de la trata de personas. Así también los Reinos de la Naturaleza se ven beneficiados por las Sagradas Geometrías de Dios.
Así el planeta, como una consciencia que vive y siente, vuelve a respirar.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
La geometría sagrada es el símbolo más antiguo de esta humanidad. En verdad, ella surgió primero de la Fuente, para poder manifestar la creación y dar origen a los principios y a los atributos de la vida evolutiva.
La geometría espiritual, sagrada e inmaculada, siempre estuvo presente en la Tierra, a pesar de las eras y de sus diferentes épocas.
Las primeras humanidades conocieron estos sagrados símbolos, vivenciaron las sagradas geometrías, no solo para la elevación de la consciencia, sino también para la evolución de la genética humana.
Toda la configuración del ser humano como ser natural y espiritual, está formado por una geometría sagrada y perfecta, idea principal y originaria de los Padres Creadores.
Los primeros diseños de esta geometría fueron emanados por la Fuente Principal de Dios, la que hasta los días de hoy, emana el Amor, la Unidad y la Sabiduría.
La geometría sagrada no es solo parte de los mentalistas y de los filósofos, es algo que fue captado por los diferentes profetas, por el pueblo antiguo de Israel, hasta por el mismo Moisés.
Estos principios sagrados a través de la geometría, traen para el mundo el conocimiento del Propósito de Dios, y es la forma de unir puentes y dimensiones entre las consciencias.
Llegó el momento, de que la humanidad pueda curarse y regenerarse a través de la geometría sagrada, de la única y perfecta geometría que proviene de la Jerarquía Espiritual y de ninguna otra.
Lo que viene de la Fuente es incalculable, lo que ella emana es imborrable.
Desde los principios de la Tierra y desde antes de la primera humanidad, la geometría sagrada fue lo que constituyó la formación de este Universo local, para que después existiera la vida, la evolución, y por último, el despertar.
En la geometría sagrada está la raíz de sus orígenes, el conocimiento de sus constelaciones, la razón de haber venido a la Tierra para vivir una escuela de perdón y de redención.
Llegó el momento del tiempo de la síntesis, en el cual, Oriente conoció profundamente la geometría sagrada, la reverenció y aún forma parte de sí en este tiempo actual, a pesar del uso inadecuado que muchos pueblos han hecho de ella.
Pero esa geometría sagrada de la cual hoy les hablo, compañeros, se encuentra en la esencia del Santo Cáliz, dentro del Arca de la Santa Alianza, en donde todos los atributos, todos los propósitos y todos los pensamientos elevados de Dios, expresados antes del origen de la Creación, se encuentran allí guardados y protegidos por los santos ángeles.
Es este propósito del Arca de la Santa Alianza y la emanación de su geometría sagrada, la que después del fin de los tiempos y en la Nueva Tierra, con la Nueva Humanidad, deberá retornar al planeta para poder constituir una nueva raza, libre del sufrimiento, del dolor, de la agonía y del mal.
En la geometría sagrada se encuentra algo valioso e inextinguible. Es como si estuvieran delante de la manifestación más perfecta de Dios, representado a través de símbolos y de geometrías que traen una energía sublime para la consciencia humana.
En los Centros Sagrados como éste se guardan geometrías sagradas, principios fundamentales de la Fuente de la Creación, que en el silencio, acompañan a la humanidad desde el principio. Pero, es hora y es tiempo que este conocimiento sagrado pueda emerger de la consciencia humana, para todos los que se comprometieron a seguir el Propósito de Dios, y sobre todo se comprometieron a descubrir dentro de sí su universo interior.
¿Puedo continuar?
No escucho…
Todos responden: ¡Sí!
La geometría sagrada es lo que existe de más sagrado en el Universo. Fue el propio Dios, nuestro Padre Celestial, quien la creó y Él la entregó como algo inmaculado y sagrado en las manos de los arcángeles, para que ellos pudieran recrear y plasmar Su Divina Voluntad en el plano del espíritu, en el universo mental, y por último en este universo material.
Las geometrías sagradas son patrones de conducta que necesita el ser humano para este ciclo, para que pueda transitar y atravesar el fin de los tiempos, manteniendo viva dentro de sí la luz crística, la llama sagrada de la esencia, o como ustedes la quieran comprender, el despertar.
Hoy he traído entre Mis Manos uno de los Pergaminos de Dios, uno de los tesoros más antiguos de este Universo, de la Fuente Inmaterial de la Creación, del Universo de los Resplandecientes, en donde está escrito el origen del propósito de esta humanidad.
Dios pensó, en Su Silencio, la posibilidad de la existencia de criaturas tan semejantes a Él, que pudieran vivir el Amor como Él lo vive, que pudieran superarlo en el Amor, por medio de experiencias de unión, de luz y de perdón.
Por eso, Él creó una geometría sagrada, la que sintetiza la existencia de este mundo y de este universo local.
En esta geometría, de la cual hoy les hablo, está la posibilidad de que la humanidad entera reencuentre su camino, el camino que perdió hacia a la Fuente de la Creación desde el momento en que surgió la dualidad, o como ustedes la quieran comprender, como adversidad.
Pero en esa esta geometría sagrada que también está dentro del Arca de la Santa Alianza, se encuentra la réplica de este pensamiento muy elevado de Dios, que surgió de Su Corazón eterno desde el momento en el que Él sintió la voluntad y la necesidad de que Sus hijos lo pudieran conocer y reconocer, como Padre de la Sabiduría, como Padre del Amor, como el Señor de la Verdad.
Pero fue antes de Mi nacimiento en Israel, que los pueblos más antiguos del desierto conocieron la geometría sagrada de Dios.
En los cuarenta años en el desierto, el pueblo de Israel, al ser protegido y amparado por el Padre Eterno, en esa larga caminata, en la búsqueda de la Tierra Prometida, conoció y vivenció la esencia de esa geometría sagrada por medio del maná que lo sació y lo alimentó. Fue el contacto físico que tuvo con la esencia de ese Propósito de Dios que originó la vida en la Tierra y el surgimiento de la primera humanidad.
Fue de esa forma que antes del aparecimiento de Cristo en la Tierra, a través de Su encarnación en Belén, el pueblo antiguo de Israel pudo hacer parte de sí el Propósito Divino, lo que en su constitución genética y natural permitió, un tiempo después, que Mi esencia humana recibiera de ese pueblo lo más sagrado que alcanzó a nivel del Espíritu y del Mental Superior.
Cuando Yo estuve en la Tierra, fui la propia geometría sagrada de Dios manifestada como hombre y como consciencia. Fui el propio arquetipo y principio divino materializado en la Tierra, a través del vientre purísimo de Mi Madre en la intervención sagrada del Espíritu Santo.
Todo fue pensado, contemplado y meditado para que el mundo, a través de los tiempos y de las generaciones, nunca olvidara la principal geometría sagrada de Dios que es el Amor, que dentro de la consciencia humana permite la evolución, la ascensión y la expansión de la caridad.
En el Universo de Dios, existen muchos Pergaminos como éste. Revelaciones tan profundas y desconocidas por la mente humana que ayudará a todos los seres humanos a retomar el camino que perdieron hacia su verdadero propósito, hacia la verdadera razón que los trajo aquí por una meta espiritual, por un fin elevado, por un principio sagrado.
Sus almas, sí reconocen este legado porque son parte de esa manifestación, de esa experiencia, que comenzó en el origen de este Universo.
Mientras la Aurora contempla este escenario del Hijo trayendo al mundo la geometría sagrada de Dios, una gran bóveda celeste en los planos internos se manifiesta para todos sus espíritus, a fin de que ellos capten los símbolos sagrados de Dios, que el pueblo de Israel una vez conoció y que permitirá retomar en la Tierra la reverencia, para alcanzar la ascensión del cuerpo, de la mente y del espíritu.
A través de lo que Yo les enseñé a los apóstoles, por medio de los Sacramentos, también se encuentra la geometría sagrada de Dios, diversificada en diferentes principios y formas, al punto de que esas geometrías sagradas son materiales, por medio del Bautismo, de la Unción, de la Confesión, del Lavapiés y el más importante, a través de la Comunión.
Porque fue en la última cena, donde la más importante geometría sagrada de Dios descendió a través de Mí, en la materialización del Cuerpo y de la Sangre de Cristo, geometría sagrada que Me permitió llegar hasta la Cruz, para poder expandir y donar todos los símbolos que redimieron en aquel tiempo a la humanidad.
Hoy los ángeles del cielo preparan las puertas del Universo, porque los impulsos de la geometría sagrada de Dios retornarán a la humanidad para que las almas puedan vivenciar una forma de vida diferente y aprendan, en la simplicidad, a superar el miedo, el error y el dolor que esta genética humana ha generado a través de los tiempos por haberse distanciado del Propósito de Dios, de la geometría sagrada del Padre.
El Arcángel Metatrón es el guardián y celador de la sagrada geometría de Dios. Él es el encargado, dentro de este Universo material y local, de enviar estos impulsos en el fin de los tiempos, a fin de que las almas alcancen una conexión profunda con el Padre Creador, por medio de la intervención de Metatrón Arcángel.
Es el fuego de ese arcángel, por medio de Su principal geometría sagrada, que permitirá la transmutación de la consciencia humana y la liberación del espíritu humano del pecado, del error, de la perversión y de la perdición.
Dios enseñó en el principio de este mundo, la primera y más importante geometría sagrada, que es el Verbo de la oración. Ella es el puente y es la base para construir una nueva vida que las almas, en poco tiempo, no reconocerán en sí mismas por el voltaje que la oración proporciona para la consciencia humana por medio de la elevación y de la transformación.
Quien viva la escuela de la geometría sagrada de la oración conocerá otras geometrías sagradas del Padre y el plano espiritual no estará más lejos de ustedes, lo podrán reconocer en su interior al tomar contacto con esos principios divinos que vienen de la Fuente.
Hasta hoy, es lo que Yo les puedo decir, porque la geometría sagrada tiene un elevado voltaje de energía espiritual e inmaterial que transmuta la consciencia humana, y los impulsos que vienen del cielo deben aprenderlos a vivir y a administrar, porque el conocimiento en sí ya es un impulso que quedará dentro de ustedes para llevarlos a dar un gran paso en algún momento de sus vidas.
Esta es la razón por la cual hoy Me detengo, porque las almas tienen una capacidad de soportar, pero confíen en lo que Yo estoy haciendo, así como Yo confío en lo que ustedes hacen, día a día, y en todo lo que hoy Me han ofrecido por el triunfo de Mi Sagrado Corazón en la humanidad.
Es esta fidelidad, esta constancia y esta fe que viene desde dentro de ustedes que permite la aproximación de este conocimiento para que la humanidad salga de lo superficial, de lo mezquino, de lo indiferente, para que sean instrumentos de esas geometrías sagradas en cada momento de la vida, como en cada acto de oración, para que sean espejos de Dios.
Agradezco a los que escuchan atentamente, porque esto emite una respuesta del Universo, de que al fin, el día de su despertar llegará para estar en comunión de una forma íntima y verdadera con la Fuente Principal de Dios, para que estén en contacto con Dios, aunque estén en la Tierra aprendiendo a superar el sufrimiento y aprendiendo a vivir el Amor.
La geometría sagrada siempre los elevará.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
El Maestro guardó el pergamino…
Y ahora, para sintetizar este impulso en la vida consagrada manifestada en diferentes formas, porque es algo que viven las almas, también se encuentra la sagrada geometría de Dios.
Y hoy consagraré dos nuevas auxiliadoras porque han manifestado esa constancia de buscar ese Propósito de Dios, y así, sigo reuniendo Mi rebaño para que reconozcan su filiación Conmigo y sobre todo, ese íntimo matrimonio con Mi Corazón.
Deseo tener aquí los elementos de consagración para las dos auxiliadoras.
Y en esos elementos, que se tornarán sagrados, también se espejará la geometría sagrada de Dios para que esté presente en todas Mis esposas que se han ofrecido para servirme a través de este servicio de donarse a los altares del Señor.
Todas las geometrías sagradas son vertientes del Amor de Dios, son la vivencia máspróxima de la Fuente de la Creación.
Los invito a colocarse de pie en reverencia a las sagradas geometrías de Dios, por ustedes, por sus familias, por sus conocidos, por la humanidad entera que debe recuperar los atributos de Dios por medio de estos últimos impulsos que Yo traigo del Universo para los humildes de corazón.
Celebremos ante las puertas del cielo este acontecimiento. Que la humanidad entera pueda ser merecedora de esta Gracia, porque lo verdadero solo proviene de lo inmaterial y de la vivencia del Amor en la vida material.
Escucharemos la melodía del Kodoish para que los ángeles, a Mi pedido y a Mi llamado, se reúnan aquí para traer hacia la Tierra la esencia de la geometría sagrada de Dios, fecundo tesoro que se guarda en los Centros Sagrados de la Jerarquía.
Padre, en cada elemento que Tú creaste, se encuentra la esencia de la geometría sagrada.
Hoy elevamos y ofertamos cada uno de estos elementos para que la consciencia humana sea transmutada y las almas alcancen el perdón y la redención. Amén.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Fray Melquisedec, Fray Juan de la Cruz, los dos hermanos, si pueden venir.
Del elemento agua que Dios creó, nace la geometría sagrada de la vida, del cual todo ser de la Tierra se alimenta y vive porque este elemento lo une y lo eleva hacia el Reino de Dios. Amén.
Comenzamos a entonar suavemente el Kodoish melódico para recibir los impulsos angélicos y acompañar esta ceremonia.
Canción: Kodoish melódico.
Inspiramos.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Perdón, dijo que me olvidé de un paso...
Padre, este es Mi Cuerpo que como geometría sagrada, hoy es ofrecido al mundo para la remisión de las faltas y la redención de las consciencias. Amén.
Padre, este es el Cáliz de Mi Sangre que hoy amorosamente es ofrecido para la elevación de la consciencia humana, para la purificación de la vida terrestre, para la cura de los corazones. Amén.
Y a través de la geometría sagrada de la oración, Padre Eterno, bendice todos estos elementos y especialmente a Tus hijos, para que todos tengan fuerza interior de seguir adelante, a fin de alcanzar la victoria celestial. Amén.
Oración: Padre Nuestro en arameo.
Padre bendice a estos corazones para que siempre sean partícipes de Tu Gracia y de Tu Misericordia y actúen en este mundo como luceros de Tu Corazón, llevando la paz a toda la Tierra.
Yo las bendigo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Les doy las gracias por ser valientes para escuchar y no perder el coraje de poder hacer triunfar el Amor en este planeta. Sigamos obrando y viviendo en la Divina Misericordia.
Yo los bendigo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
En fraternidad, por Mí, por Mi Padre y por el Espíritu Santo, se darán el saludo de la paz.
¡Les agradezco!
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más