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Mis queridísimos y amados hijos:
Mientras la violencia, el maltrato y la guerra en el mundo se siguen agravando; por otro lado, Mi enemigo intenta influenciar o tentar a muchos sacerdotes para que la unión que el sacerdote establece entre el Cielo y la Tierra sea interrumpida.
Este es uno de Mis más grandes dolores, porque les trae consecuencias a cientos de almas que esperan esta oportunidad a través de la experiencia de amor de los Sacramentos.
Queridos hijos, necesito que las almas, que se ofrecieron a rezar por los sacerdotes y por el sacerdocio en el mundo, Me sigan acompañando en esta batalla espiritual.
Que los fieles corazones, que confían en la Presencia de Mi Hijo en la Eucaristía, ayuden a los sacerdotes para que cumplan su deber y su misión espiritual.
Si esto no sucediera, no solo más almas perderán la fe que ya está ultrajada en muchos corazones; sino que, sin la presencia de comprometidos y verdaderos sacerdotes de Cristo, no se podrá establecer la paz.
Necesito que Mis fieles ejércitos orantes en la Tierra, unidos al ministerio sacerdotal, sepan atravesar esta feroz batalla del final del tiempo.
Queridos hijos, Mi Corazón de Madre intenta proteger a Mis hijos predilectos, los sacerdotes del Señor, porque sin sacerdotes no hay Sacramentos y sin Sacramentos no hay Gracias para ser derramadas en las almas.
Esta es la hora de que todos recuerden el sacrificio de Mi Hijo por ustedes. Sin tener esto presente, grande será el pesar de los que no hayan escuchado la Voz del Señor.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Dios bajó del Cielo y se hizo hombre entre los hombres para ser crucificado, humillado y agredido por aquellos que recibieron Sus milagros y bendiciones.
Dios derramó cada gota de Su Sangre, a través de Su Hijo, y esa misma Sangre redimió y redime, hasta los días de hoy, a todos los que la invocan para ser purificados.
Dios derramó Su Agua, a través de Su Hijo, para que la humanidad fuese nuevamente bendecida por el Santo Espíritu Consolador, y luego Su Espíritu descendió en Pentecostés.
Solo un Amor tan grande, paciente, humilde y misericordioso podría haber hecho lo que hizo y, en este tiempo, lo vuelve a hacer porque Dios ama a Sus hijos a través de Cristo.
Por eso, en estos días, el Crucificado vuelve a padecer y a sufrir, esta vez a través del sacrificio de Su Espíritu por la humanidad, para que las almas reencuentren el camino de retorno al Padre Celestial.
Y mediante ese camino que Cristo ofrece, por medio de los Sacramentos, que los corazones recapaciten y vean que sin fraternidad y sin solidaridad será imposible seguir adelante con este amado Proyecto de la Creación que es la raza humana.
La consciencia y la fe de los que creen en Cristo los harán vivir ese cambio, y las puertas de la Gracia se mantendrán abiertas para que se cumpla lo que está escrito y previsto.
Por eso, hijos, permitan que la Pasión de Cristo los haga comprender la pasión que hoy vive el planeta y así, la mayoría consiga traer el alivio por el que clama toda la Tierra.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Estos son tiempos de transmutación, son tiempos de redención, pero si sus corazones se abren a este servicio, nunca les faltará nada.
Mi Hijo lo dio todo por ustedes, hasta la última gota de Su Divina Sangre. Hoy Él no les pide que derramen su propia sangre, pero sí que le entreguen sus corazones en Sus Manos para que, por intermedio de ustedes, Mi Hijo pueda obrar y redimir al mundo.
Entregar la vida, por la humanidad y por el Plan de Mi Hijo, sé que no es nada fácil, por eso Yo estoy aquí como su Madre y Madre de la Argentina, para acompañarlos diariamente en cada entrega interior, sabiendo que su verdadero premio está en el triunfo que Mi Hijo pueda lograr en sus corazones. Así, Su Obra de Redención y de Amor seguirá perdurando a través de los próximos tiempos y aunque Mi Hijo retorne al mundo, su Obra de Redención continuará adelante porque habrá mucho por hacer en este dolorido planeta.
Hijos, debido al estado de gravedad de la humanidad y al punto de inflexión en el que se encuentran algunas naciones, como Mi querida Argentina, como Madre los invito a revivir y a meditar en el sacrificio de Mi Hijo para que, en cada momento de sus vidas, sean el ejemplo de una transformación total y de confianza en el Padre Celestial.
Recuerden que siempre estoy aquí, como una silenciosa madre, para acompañarlos y bendecirlos, porque toda entrega y sacrificio compensará la gran desigualdad espiritual y material que vive su raza.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Que la Paz universal de Mi Hijo esté en sus corazones y que esa Paz les ayude a fortalecerlos en el tiempo y en el sacrificio por Cristo para que, permeados por la Paz universal del Señor, aprendan todos los días a sobrellevar los desafíos y las pruebas de estos tiempos.
Que en la Paz universal de Mi Hijo ustedes encuentren la confianza de Dios, la que los renovará y los colmará de todos Sus Dones a fin de que el camino del apostolado sea vivido, cada día más, con mayor entrega y disposición ante las necesidades de la humanidad y del planeta.
Queridos hijos, hoy Dios contempla en Su Paz universal, el verdadero esfuerzo de Sus criaturas, de todos los que se dispusieron y se ofrecieron como discípulos de Mi Hijo.
Como Madre protejo y cultivo la paz interior en ustedes para que, a pesar de la adversidad de estos tiempos, siempre, Mis queridos hijos, tengan entusiasmo y valentía para servir mejor, cada día, al Señor del Amor.
Hoy les dejo la Paz universal de Mi Hijo para que, internamente, sea difundida en todos los rincones de la Tierra.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Existen ciertas historias pasadas en el Universo que de ser recordadas ocasionarían dolor. Por eso, es mejor estar en el presente aguardando con esperanza el próximo tiempo.
Lo que pudo pasar en el Universo no resolverá ni hará evolucionar en el amor a ninguna criatura. Solo en este planeta escuela es que por el sacrificio de Mi Hijo ustedes encontrarán el camino para vivir su entrega, su perdón y su redención esperados por el Universo.
Mientras tanto, vivan los aprendizajes del día a día como si fueran los últimos y hagan de toda esta experiencia un triunfo de amor para Dios.
Será de esa forma que el pasado será purificado y sublimado, todas las veces que sea necesario, y en ustedes mismos encontrarán nuevas virtudes que les darán ímpetu y fuerza interior para seguir caminando en la fe, en el sacrificio y en la esperanza de que siempre darán lo mejor para que este planeta y este Universo sean recreados por lo que alcance cada ser en la escuela de los grados de amor.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
La fuerza del sacrificio por Cristo es inquebrantable; no hay amor o consciencia que no pueda sentirlo.
La fuerza del sacrificio podrá cambiar el planeta y traer a la Tierra la Voluntad de Dios.
La fuerza del sacrificio renueva los tiempos y las formas, ya que las almas reciben del Cielo un impulso de Amor cósmico.
La fuerza del sacrificio le concede al mundo el tiempo de paz, llevando a las almas a reconocer dentro de sí la Esencia de Dios.
La fuerza del sacrificio trae al mundo el momento culminante del retorno de Cristo.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Hoy, comienza en sus vidas una oportunidad interna de poder recorrer un camino nuevo, que es posible a través del sacrificio de Amor que Mi Hijo realizó por todos ustedes.
En el comienzo de esta Sagrada Semana, Yo los llamo a ingresar profundamente en la esencia de cada una de las estaciones del Via Crucis. Así, ustedes, durante esta semana, podrán penetrar el misterio infinito que le permitió a Mi Hijo concretar la salvación de la humanidad.
Pero, como Su Madre de los Dolores, aún veo el martirio que muchos hijos Míos viven en este tiempo, martirios que son ocasionados por las ideas de Mi adversario y que llevan al pecado mortal a muchas almas prisioneras del abismo infernal de este ciclo.
Pero Yo, como Su Madre del Cielo, les traigo la Luz de Mi Gracia para que crean que, a pesar de todo, es posible vencer el miedo y alcanzar la victoria del Amor, más allá de los enemigos.
Deseo que esta Sagrada Pasión de Jesús sea ofertada al Creador por todos los corazones heridos, principalmente, por aquellos que no encuentran ni siquiera el consuelo interior.
Ante la gravedad de las cosas que suceden en la humanidad, sus pruebas son pequeñas frente a la inmensidad de los pecados y de los ultrajes que cometen los hombres de la Tierra.
Por eso, hijos Míos, que sus corazones se animen a alcanzar las esferas celestiales a través de la contemplación de la Pasión del Señor; así, comprenderán la grandeza de la Misericordia de Dios en estos tiempos.
Queridos hijos, Su Madre Celeste los llama a la preparación mediante la oración. Así, un escudo invencible de Luz surgirá en sus manos y ese escudo de oración los protegerá de los engaños de Mi enemigo.
En este día, en el que sus almas son llamadas a caminar al lado de Jesús, reciban de Mi Corazón la fortaleza necesaria para poder trascender el fin de este ciclo.
Su constante purificación cesará y no será necesario vivir más sufrimientos. Pero, para eso solo bastará la premisa de que las almas acepten la transformación, a través de la Fuente de la Misericordia que les está siendo ofrecida a todos. Así, harán triunfar también Mi Proyecto de Paz en el mundo.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los lleva hasta el Calvario del Señor,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más