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En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Sus oraciones, cantos y mantras se elevan a los Cielos, así como estos árboles que los abrazan se elevan a los Cielos, para buscar incesantemente la Luz de Dios.
¡Qué bello es ver que esto les suceda a Mis compañeros, ante un mundo muy dividido y martirizado, ante la soledad que abunda en muchos corazones, ante aquellos que ya perdieron la esperanza!
Que desde este recinto sagrado pueda emerger la Luz de Aurora y que, a través de sus corazones y almas, esta Luz hoy se pueda expandir al mundo entero; porque Me encontrarán aquí en este lugar simple, pero sagrado y hasta diría imperceptible.
¡Cuántas cosas maravillosas podría vivir toda la humanidad, así como hoy ustedes las viven conscientemente!
Yo estoy aquí para socorrer a los mundos internos y a todos aquellos que, por alguna razón, perdieron la esperanza y las ganas de vivir.
Yo estoy aquí y Soy su Maestro, el Maestro de siempre, el Galileo, Quien caminó al lado de todos los necesitados, Quien visitó a los hogares de los simples, así como hoy Yo los visito. Soy Quien curó y sanó las heridas más profundas, a través del ofrecimiento de Mi Dolorosa Pasión.
Cada golpe que recibí fue por ustedes. Cada latigazo que sentí fue por ustedes. Cada gota de Sangre que derramé fue por ustedes. Cada dolor que sentí en Mi Ser durante el Calvario fue por ustedes, por la redención del mundo.
Y así, Yo cumplí la Voluntad de Mi Padre, así como hoy ustedes tienen la dicha de cumplir la Voluntad de Mi Padre, en este tiempo final desconocido para la mayoría. Pero si sus almas ya escogieron Mi Camino, ¿de qué tienen miedo? Avancen y ya no retrocedan.
De Mi Corazón, Yo les entrego lo mismo que les entregué a Mis apóstoles cuando los envié a predicar el Mensaje del Señor a todos los rincones de la Tierra.
Hoy, Yo los envío como Mis portadores de la paz, de la paz tan necesaria para el mundo y la humanidad, la paz que desaparece día a día de la faz de la Tierra, la paz que desaparece de los mundos internos de muchas almas en el mundo.
Hoy, Mis amigos y compañeros, les vuelvo a presentar Mi sed, Mi sed espiritual, una sed más profunda que la que sentí en lo alto de la Cruz y en los últimos minutos de Mi Vida, antes de terminar de padecer por ustedes y la humanidad.
Por eso, esta respuesta sensata de los consecuentes alegra Mi Corazón, ante tantos ultrajes y agravios en el mundo; porque en verdad, les digo que son muchas las almas que están sufriendo en este tiempo, muchas.
Que sus vidas puedan ser un pilar de Mi Amor en esta superficie. Que, más allá de sus imperfecciones o aun de sus incertidumbres, la fe del Señor los sostenga, los fortalezca y los impulse a aspirar siempre a cumplir la Voluntad de Mi Padre, que también es Mi Voluntad.
Por eso hoy, de manera especial, Aurora se refleja en la humanidad de superficie como un Espejo, en el que todos se pueden ver reflejados por medio de la esencia de la vida y de lo que es real para sus mundos internos.
La aridez de esta humanidad está en el vacío y en la sequedad de los mundos internos, de lo que muchos están viviendo en este tiempo por no confiar en Mi Misericordia. Pero ustedes, que ya conocen Mi Misericordia, decídanse a ser misericordiosos con ustedes mismos y con todos los que los rodean, sin negarle el auxilio a quien lo necesite, sin dejar de socorrer a quien lo pida, sin dejar de atender a quien lo necesite, a quien les golpee la puerta; porque el amor debe reinar en este momento para que la oscuridad sea disipada del mundo y de las almas.
Yo vengo a cerrar un ciclo con ustedes, para comenzar así una nueva etapa preparatoria del Retorno del Señor. Pero Yo solo podré retornar, compañeros, cuando ustedes ya estén prontos y decididos.
Yo no hablo de forzar un compromiso, Yo les hablo de que sean Mis instrumentos en el mundo, los instrumentos que Yo necesito para poder obrar y hacer milagros, y aunque les parezca imposible, para el Señor nada es imposible.
Hoy, ustedes Me reciben aquí, en este Sagrado Bosque de los Ombúes, así como Mis apóstoles y seguidores Me recibieron muchas veces en Tierra Santa. Y, desde aquí, ayudo a Mi Tierra Santa herida y martirizada por la guerra y por la vida de todos los inocentes que murieron sin justicia ni misericordia.
¿Ahora, entienden a dónde Yo quiero llegar, compañeros?
Es muy simple lo que Yo necesito, lo que necesito es de su verdad, de su incondicionalidad y de su fe para ayudar a cuantos sufren en este momento, para socorrer a cuantos emigran sin ningún futuro y se les cierran todas las puertas en vez de abrírselas para darles una oportunidad, como es el caso de muchas familias inmigrantes.
Yo camino al lado de cada uno de ellos, así como camino a su lado, compañeros. Mi Corazón se ofrece, una vez más a ustedes, como el refugio para su desesperación y agonía, como el portal de la paz para todos los corazones y vidas que confíen en Mí.
Sean valientes y prepárense para los nuevos desafíos, Yo siempre estaré allí para sostenerlos en este camino de la desconocida transición planetaria.
Pero llegará el día y llegará la hora en los que Me verán venir entre las nubes, y algunos Me encontrarán cara a cara en un lugar semejante a este, como fue en el huerto con las santas mujeres que vigilaron ardientemente en oración por la Resurrección del Señor y no dudaron.
Aunque aparentemente todo era una derrota, el triunfo de Mi Amor en el mundo y en las almas fue a través del solemne silencio y de la aceptación del Cáliz de la agonía en el Huerto Getsemaní.
Hoy aquí, en este lugar de Uruguay, Me siento como en el Huerto Getsemaní, pero no en un huerto de agonía, sino en un huerto de consuelo y de fortaleza de todos Mis compañeros y compañeras; la fortaleza que Me da la presencia de Mi Cuerpo Místico en el mundo, formado a través de todas las almas que viven por Cristo y en Cristo.
Sigan así y no desistan, tiempos fuertes llegarán en poco tiempo. Tómense de Mi Manto cuando lo necesiten, agárrense de Mi Mano cuando lo necesiten, sientan el latir de Mi Corazón cuando lo necesiten, y todo estará bien, porque el Amor de Dios siempre triunfará por encima de todo mal y de toda adversidad.
Estén firmes, decididos y abiertos de corazón, para que Yo los pueda guiar como los guíe hasta ahora, en el silencio de Mi paternidad espiritual y de Mi amistad celestial.
Que sus corazones sean portadores de Mi Gracia y de Mi Misericordia, por un mundo que agoniza, perdiendo su propia luz y su propia paz.
Que la eterna Luz de Aurora ilumine todos los espacios, dimensiones y planos para que el Hijo Solar sea reconocido en Su Retorno a la Tierra; porque, así como ascendí a los Cielos, de los Cielos descenderé.
Así como Dios, a través de sus ángeles, en el Huerto Getsemaní Me reveló las maravillas de Mis compañeros y compañeras hasta el final de los tiempos; así, Yo Me maravillaré al encontrarlos cara a cara y poder ver a través de sus ojos, en una amorosa mirada, los frutos de la redención de sus vidas.
Una vez más, les agradezco por acompañarme en solemnidad, reverencia y gratitud por todos los que necesitan ayuda.
Les agradezco.
En el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Yo soy el Guardián de la noche, y es en la noche donde el Guardián de las almas protege a Sus ovejas para que estén bajo Su Manto de Luz y de Amor.
Soy el Guardián de la noche, y es en ese momento cuando Yo llamo, en los planos internos, a Mis ovejas para guardarlas y protegerlas en el Establo de Mi Corazón.
Si llaman al Guardián de la noche mediante un sentimiento de amor, de fe y de oración, Él siempre estará allí para acompañarlos incondicionalmente y para guiarlos por el camino más seguro.
Yo soy el Guardián de la noche, y en ese momento es cuando su Señor entra en vigilia y oración para poder ayudar y auxiliar a los corazones que claman y lo piden.
Yo soy el Guardián de la noche, y en ese momento llevo a todos hacia el Universo de Mi Luz para que sientan el alivio y la Gracia de poder reencontrarme todas las veces que lo necesiten.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Durante la noche oscura, cúbrete con el Manto Sagrado del Señor para que tu consciencia sea invisible ante los asedios que vendrán para probar la fe de la humanidad.
Durante la noche de tinieblas, cúbrete con el Manto Sagrado del Señor para que las corrientes contrarias no golpeen tu espíritu ni tampoco lo derroten, sino que seas invencible, así como Yo lo fui en la Cruz.
Durante los tiempos de grandes batallas, cúbrete con el Manto Sagrado del Señor para que nada contrario a la luz te reconozca ni tampoco te pueda encontrar.
Durante el tiempo del Armagedón, cúbrete con el Manto Sagrado del Señor para que todo lo que se mostrará, y será espantoso, no llegue a tu corazón, sino que puedas refugiarte dentro de Mi Espíritu para orar por los que serán sometidos.
Durante las horas cruciales de la humanidad, cúbrete con el Manto Sagrado del Señor para que en ti repose la Paz de Dios y aprendas a protegerte de todo lo que sucederá, a fin de ayudar al prójimo para que él también se cubra con el Manto del Pastor.
Durante la hora definitiva, cúbrete con el Manto Sagrado del Señor para que tus ojos no vean lo que sucederá en el mundo, especialmente en los que nunca Me reconocieron como el Hijo de Dios y Guardián de las Almas.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Siente la Presencia de Dios en tu corazón y no salgas de allí.
Fortalécete con el fluido poderoso que proporciona la oración, con el escudo potente que la oración crea.
Mantente dentro de Dios y vive cada momento, a fin de que crezca tu espíritu.
Condúcete a través de las Leyes y de los Rayos sublimes que provienen del Universo, así aprenderás, con esa ayuda, a superar los últimos tiempos.
Anímate a trascender los obstáculos con amor y las pruebas con perdón para que en esta humanidad despierten los Nuevos Cristos.
Así, tú podrás ser un ejemplo para los demás y muchos más aprenderán a trascenderse y a donarse espontáneamente al Plan de Dios.
Vence cualquier contrariedad a través del amor y de la inteligencia.
No dejes que nada opuesto te lleve, así como la corriente del río.
Tómate del Manto del Pastor y Él te librará.
Quédate en Su Paz, porque en Cristo todo es posible.
Sigue adelante con la certeza de pertenecer a Dios y de estar formando parte de Su Reino.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Vean Mi Corazón, altamente ultrajado por las injurias del mundo, y reveréncienlo, Él es el Corazón, el manantial predilecto de todos. De Mi Corazón brotan los Rayos de la Piedad y las causas justas para todos los seres. Bienaventurados aquellos que beben de la Fuente de Mi Corazón, porque resucitarán.
Mientras hoy estoy aquí, también estoy en África con todos, acompañándolos, siguiendo vuestros pasos y guiándolos en el silencio de Mi Corazón misericordioso.
Porque a través de vuestras manos y del caminar de vuestros pies al encuentro del servicio y de la caridad, Yo puedo actuar en omnipresencia y llevar Conmigo a las almas, a las que más sufren desde hace mucho tiempo, a las cuales nadie recuerda en su oración.
El tiempo de la oportunidad ha llegado, antes de que descienda la Justicia de Dios, por eso prepárense con coraje y valentía. No tengan miedo de desterrar aquello que vive dentro de ustedes y que ya no pertenece más a los Planes del Creador.
Mientras viven vuestra purificación alegren vuestros corazones, compañeros, porque la hora de vuestra rendición está llegando y estarán, al igual que muchas almas, a las puertas de la redención para que crucen los umbrales hacia Mi Corazón y, definitivamente, se fundan en Mi Espíritu de Luz y, ahí, en ese momento, sean Mis apóstoles, los apóstoles del nuevo tiempo.
Hoy traigo entre Mis manos las oraciones de muchos hijos Míos para ofertarlas, a través de Mi intercesión, a vuestro Padre Creador Adonai, que está atento a las súplicas de todos cuando estas son verdaderas, simples y responden a la necesidad de la Voluntad Mayor.
De esa forma, compañeros, las Gracias son derramadas, primero en los corazones más necesitados y, después de todos, en ustedes, en la última fila de Mi ejército recibirán la parte que les cabe, aquella que Dios ha pensado desde el principio.
Ya algunos de Mis compañeros recibieron muchas Gracias de parte de Mi Corazón. De la misma forma, Yo espero que puedan responder a Mi Llamado Mayor y, delante de los tiempos de crisis y de caos, ustedes puedan estar dispuestos a servirme independientemente de lo que suceda dentro o fuera de ustedes, en donde se encuentren. En cualquier parte del mundo Yo estaré ahí presente, en omnipresencia, cuando Me invoquen a través de Mi Divina Misericordia.
Mientras Mis Palabras hoy se pronuncian al mundo, Mi Luz y Mi Amor van borrando de vuestros corazones todas las secuelas del mal y los vínculos que realizaron con él, para que puedan renacer en espíritu y, purificados por Mi Amor misericordioso, se coloquen en las filas de Mi ejército celestial, porque la hora de la congregación está llegando y todos los soldados se unirán durante la hora más difícil para poder servir al Creador, en este tiempo de transición.
Mientras algunos caminan hacia su purificación, no vean a vuestro alrededor la oscuridad que los está circundando.
Miren hacia los cielos, porque Mi Luz llegará a ustedes y los envolveré dentro de Mi Manto como un buen pastor lo hace con sus ovejas y prontamente, compañeros, estarán residiendo en el establo de Mi Corazón.
Ahora, reciban con gratitud Mi Mensaje mensual.
A continuación, Fray Elías del Sagrado Corazón recibe el Mensaje mensual de Cristo del 17 de abril de 2015.
En esta noche, consagraré lo más preciado que tengo para todos, que son Mi Cuerpo y Mi Sangre, motivos perfectos para vuestra redención. Dichosos aquellos que comulgan Conmigo y aceptan el camino de la rehabilitación.
En este momento, compañeros, bajo la autoridad que Dios Me concedió, como vuestro Maestro y Pastor, celebraremos la consagración cantándole a Dios.
Que los ángeles se congreguen, que los Ángeles de la Guarda participen de esta oportunidad de ofertorio que podrá ser realizada por cada uno de ustedes y, nuevamente, Mi Corazón sea reparado.
Oración:
Señor amado, oh Cristo amado,
acepta nuestra reparación
a través de nuestro amor, nuestra entrega y nuestra oración,
para que Tu Corazón flagelado, Señor,
sea aliviado por nuestra devoción a Ti.
Amén.
(tres veces)
Canción: “Adonai, Espíritu Santo”.
Recen Conmigo la oración del Ángel de la Paz:
Santísima Trinidad,
Padre, Hijo y Espíritu Santo
os adoro profundamente, y os ofrezco
el preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Jesucristo,
presentes en todos los Sagrarios de la Tierra,
en reparación por los ultrajes,
sacrilegios e indiferencias con que Él es ofendido,
y por los méritos infinitos de Su Santísimo Corazón
y del Inmaculado Corazón de María,
os pido la conversión de los pobres pecadores.
Amén.
Mientras Me despido de este Centro de Amor, elevando al Padre Eterno vuestras súplicas, derramando sobre las almas pecadoras Mi Misericordia, en honra al Dios del Amor, de la Unidad y de la Justicia, deseo en esta noche que se encienda, nuevamente, el carbón para dar con el incienso la bendición a estas almas presentes, a las que también con predilección Yo he bendecido.
Les agradezco por compartir Conmigo, en esta noche, el océano de Mi Misericordia.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Fray Elías del Sagrado Corazón:
Queremos compartir con todos que hoy el Maestro vino como Jesús Glorificado, Aquel que conocimos en la Faz que nos reveló el 5 de enero de 2013, y que hoy llegó hasta aquí, al Reino de Aurora, mostrando Su Corazón lastimado. Pero, dentro de ese Corazón había un portal infinito, en donde se encontraba un gran océano, que Él nos decía que era el océano de Su Amor. Y después de eso, dirigió Sus Palabras a todos los presentes y nos trasmitió este Mensaje. Él dijo que es una revelación interior que hace para cada uno de nosotros.
Y a pedido de Nuestro Señor, vamos a escuchar una reflexión de Madre María Shimani sobre este Mensaje, ya que Nuestro Señor considera que es importante que entendamos bien lo que Él nos quiso decir.
Madre María Shimani:
Para todos nosotros debería ser bien clara la oportunidad que estamos recibiendo como representantes de la humanidad.
Nunca antes, en la historia de esta civilización, la Jerarquía Divina habló tan directamente con nosotros, guiándonos paso a paso para vivir esta transición final.
Nuestro Señor nos está explicando que, a través de nuestros encuentros con Él, de alma a Alma, de alma a Divinidad, hemos estado recibiendo directamente desde Su Consciencia códigos de muy alto valor que nos van a proteger de aquí hasta que finalice este proceso de transición en este mundo. Y que Él nos está dando una Gracia especial a través de los pedidos que nos realiza, que nos permiten, al obedecer con amor y con alegría, saldar las deudas que esta humanidad tiene y permitir que algunos acontecimientos que, serían muy difíciles para nuestra humanidad, se puedan evitar.
Porque si bien todos sabemos que este mundo merecería vivir algunos ajustes importantes a través de esos movimientos que el planeta podría vivir, muchos inocentes padecerían algo que no merecen, y la Divinidad con Su amor no solamente piensa y siente a esos inocentes, sino que también siente a todos aquellos que han pecado gravemente en contra de la humanidad, porque nunca nos tenemos que olvidar que, para Nuestro Señor, el más perdido de los pecadores es esa victoria que le quiere ofrecer a Su Padre. Para Su Corazón, Su Amor y Su Misericordia, nada está perdido.
Entonces nosotros, a través de esto que estamos viviendo y compartiendo juntos, estamos teniendo una gran oportunidad para todos y para toda la humanidad, algo que para nosotros sería inimaginable.
Cuando el ser humano aprende a hacer la Voluntad de Dios, cuando se despide de su propia voluntad y con alegría obedece a la Voluntad Suprema, pueden pasar cosas inimaginables, algo tan simple como haber ido a África, que catorce hermanos estén recorriendo África haciendo obras de caridad, en total obediencia y en total servicio, unidos a nuestra oración y que ese evento haya podido evitar muchas dificultades para este planeta.
Es importante que podamos comprender qué pasaría si, como decían hoy nuestros hermanos en el programa del Sagrado Llamado, todos nos reuniéramos a las tres de la tarde a orar por la Misericordia.
Si todos los seres humanos reverenciaran a Dios, este planeta sería un paraíso lleno de vida y de felicidad para todos. Porque eso fue lo que nuestro Padre pensó para esta civilización.
Con estas insignificantes cosas que nosotros hacemos, cuando en rendición amamos y servimos a Dios, pueden cambiar todos los acontecimientos que están previstos.
Por eso Nuestro Señor nos revela que, cuando nosotros estamos unidos en Dios, el Reino de los Cielos puede descender a la Tierra.
Por eso, nosotros intentamos siempre invitarlos a que se unan a orar por este mundo, a hacerlo de corazón como dijo Nuestro Señor, sin arrogancia, en la simpleza del corazón, y así cambiar definitivamente el destino de este mundo.
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más