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En el nombre del Padre, del hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Postrados a Mis Pies, reconozcan el Sol de Dios que viene en su auxilio, el Sol de la Redención y de la Eucaristía que viene a iluminar y a disipar la oscuridad del mundo.
Postrados a Mis Pies, reconozcan el Legado que recibieron, del que desde siempre participaron y se alimentaron en espíritu.
Postrados a Mis Pies, reconozcan los atributos, los dones y las virtudes que, en confianza, Yo he depositado en cada uno de ustedes, para hacer nueva toda su vida, para que sus consciencias se rediman y se transformen.
Postrados a los Pies del Sol de Dios, reconozcan este momento planetario; la importancia de la expresión de los nuevos apóstoles, de los que mantienen la antorcha de la fe encendida, más allá de las circunstancias.
Hoy, vengan y colóquense a Mis Pies para que sus vidas sean bendecidas y reconsagradas, para que sus consciencias superiores sean depositarias de los impulsos crísticos que hoy les traigo.
En esta alianza perfecta con el Sol Eucarístico de Dios, ustedes podrán reparar el Corazón de Cristo de todas las ofensas que Él recibe diariamente, de todo lo que le hacen día y noche por medio de los ultrajes e indiferencias, de las omisiones y de las faltas.
A través del Sol Eucarístico de Dios, Yo vengo a retirarlos de las tinieblas de la consciencia y de la superstición del ego; vengo a abrirles los ojos de sus almas, para que puedan ver en este horizonte interior la Presencia del Hijo de Dios, que aún espera que cada una de sus vidas sea el testimonio de Su Palabra y de Su Legado.
Vuelvo a traerles este Sol de Dios para que sus caminos sean guiados y reciban en este momento lo que cada uno necesita, lejos de los deseos y de las aspiraciones propias.
Este es el Sol de Dios que ilumina el fin de los tiempos, pero que también reconstruye la vida espiritual de aquellos que se postran a Sus Pies para reconocer a un único Dios, a una única Presencia universal, cósmica e interna; para participar de esta comunión perpetua con el Sagrado Corazón de Jesús, que en este tiempo se vuelve a ofrecer en sacrificio por las almas y, especialmente, por los más pecadores, por las naciones, por la humanidad.
Que los tesoros espirituales, que Yo les he entregado a través de los tiempos, no se pierdan, no se desvanezcan ni se borren de sus corazones.
Hagan parte de sí cada una de Mis Palabras y que sus vidas se conviertan, algún día, en afluentes de Mi Fuente de Misericordia y de Piedad. Porque, hoy, algunos se distraen con otros caminos, colocan su mente en otros caminos y así, oscurecen el corazón, perdiendo la verdadera sintonía Conmigo, con Mi Voluntad.
Este es el tiempo en el que cada uno debe enfrentar su propio Armagedón, debe conocer, de sí mismo, lo que hasta ahora nunca ha visto, porque un velo se retira de sus ojos para que puedan ver y reconocer este momento.
Hoy, acepto los sacrificios de los que persisten. Hoy, reconozco la valentía de los que se transforman y de los que nunca dejan de seguir adelante, más allá de todo. Es allí, en donde se concreta internamente la Obra de la Redención y de la Misericordia. Es en esa constancia y en esa fe, en donde las sagradas semillas de la Luz dan sus primeros brotes para, algún día, dar los frutos que Yo necesito para preparar Mi Retorno, a través de ustedes.
Hoy, veo con Ojos de compasión los errores que, algunos compañeros Míos, cometieron por imprudencia, por falta de atención, por falta de generosidad y por falta de consciencia. Pero hoy, no vengo aquí a señalar esos errores, sino a recordarles los Mandamientos que, en esencia, deben profundizar para entender su sentido oculto, sentido que los llevará a vivir en las Leyes Universales en estos tiempos críticos, en los que muchos ofrecimientos serán presentados a ustedes como si fueran mejores ofrecimientos que los que Yo les entrego.
¿Comprenden lo que esto significa en este ciclo planetario?
Yo vengo a ungir nuevamente con Mi Espírito a aquellos que Me dijeron sí y que, más allá de sí mismos, intentan comprender Mi Voluntad y Mi Obra. El Redentor, su Señor, seguirá dando pasos firmes hacia el Propósito y Él llevará Consigo a todos aquellos que, despojados de sí mismos, seguirán Sus pasos de la misma forma para encontrar la meta, la meta interior.
Este es un tiempo en el que deben ser conscientes de que lucharán contra esa dualidad interior. Dualidad que les mostrará con tanta fuerza lo que ustedes desconocen, con una fuerza opuesta y paralela a la fuerza y el poder que Yo les entrego con Mi Palabra y Mi Presencia.
¿Esto es una batalla? Sí, es una batalla espiritual. Es el momento en el que, ante ustedes mismos, definirán el próximo ciclo, bajo la Mirada de Dios. Y ese ciclo que se definirá, indicará la posibilidad o no de que su Maestro retorne pronto al mundo. Pero recuerden, siempre recuerden, que no dependo de nadie para volver a esta humanidad, así como está escrito.
Sus almas deben tener presente, en la consciencia, que pueden participar o no de este gran acontecimiento del Retorno de Cristo. Porque para que ese Retorno sea posible, en cierta proporción, primero Mi Divinidad, Mi Espíritu, debe morar en ustedes para que, después, Yo pueda volver al mundo en su momento más difícil y doloroso.
Quiero que sepan, compañeros, que están ante el Libro de las Sagradas Escrituras, están ante el capítulo y el signo de este gran momento planetario, en el que los últimos Cristos del fin de los tiempos serán los que marcarán el próximo destino. Y eso va más allá de sus consciencias, de sus ideales o aun de su parecer.
Quiero que sepan que estar Conmigo no es algo momentáneo, sino que es estar bajo una estricta fidelidad a la obediencia divina y a la Voluntad suprema. Pero sepan que no hay otras consciencias u otros hermanos que lo pueden hacer, que puedan preparar Mi Retorno al corazón de los hombres. Si primero eso no sucede, en esta densidad y caos planetario, ¿cómo Yo podría venir aquí, al mundo, a través del poder y de la autoridad que Me ha dado Dios, desde el principio y por toda la eternidad?
Necesito que sus moradas internas sean Mis moradas; y aún, sigo esperando por esto. Hagan su examen de consciencia no para amedrentarse ni para juzgarse a sí mismos, sino para crecer interiormente en oferta y en servicio.
Porque en los próximos meses verán cosas inimaginables, y ustedes como Mis compañeros, que dicen ser Mis compañeros, tienen que estar preparados para lo que llegará; y esto ya no son solo palabras, sino serán hechos, serán acontecimientos en el mundo entero.
En estos últimos años, aprendieron a amarme y aún lo están haciendo; aprendieron a confiar en estas, Mis Apariciones, y aprendieron a beber de la Fuente de Mi Palabra por medio de los Mensajes, pero sé que alguna vez dudaron sobre Quién en verdad les está hablando.
Yo no vengo aquí solamente por ustedes, vengo aquí por un Propósito Mayor. Ese mismo Propósito que Mi Madre, la Virgen María, ya presentó en otros tiempos y en otras humanidades; para que la mayor cantidad de almas y de corazones alcanzaran la vida del espíritu y la unión con la Consciencia Trina.
Hoy no vengo a hacerles ver sus miserias, vengo a hacerles ver lo que en verdad sucede, para que lo reconozcan y lo acepten en humildad y en profunda gratitud.
No Me detendré por nadie más. Su planeta está en llamas.
¿Quién cruzará Conmigo los umbrales del infierno para interrumpir la pérdida de cientos de almas consagradas y laicas?
¿Quién irá Conmigo hasta lo más profundo de los abismos para encender su propia luz crística?, y así, poder vencer en el Amor a la oscuridad, como Yo lo hice por medio de cada gota de Mi Sangre y aún más, hasta el momento de Mi entrega en la Cruz.
Yo no vengo a colocarlos bajo una presión desconocida e insoportable.
En el nombre del Amor y de la Misericordia, que aún desconocen profundamente, Yo vengo a colocarlos ante la realidad, que es tiempo de aceptar y de vivir porque muchos de ustedes vinieron para ser Mis apóstoles. Y esto no es una ideología ni tampoco una teoría, menos es un sentimiento o una emoción pasajera, es un compromiso irrefutable que sus espíritus firmaron en el universo, y ese compromiso para cada uno tiene un tiempo, tiene una duración que solo Dios sabe.
Cuando las almas buscan otras enseñanzas que no son las Mías; piensen qué es lo que Yo puedo sentir delante de todo lo que amorosamente y en confianza les he dado, año tras año, día tras día, semana tras semana y mes a mes.
No pueden perder el objetivo de su Propósito, no se pueden dejar engañar ni tampoco pueden mentir; están ante el Rey del Universo, no ante un juez, sino ante el Corazón sacrificado del Cordero de Dios que se inmoló por ustedes para salvarlos, hasta el fin de los tiempos.
Recuerden que su camino de conversión y de redención está en los Sacramentos y no en otros libros. Que su verdadera espiritualidad se base en la fe del cristianismo y en la confianza absoluta de poder estar cumpliendo la Voluntad de Dios.
Como podrán percibir, compañeros, Yo vengo con un Mensaje de advertencia; pero de profunda compasión y solidaridad con los que se pierden, día a día, en el camino y dejan de ver, en sus propios caminos, las Huellas del Maestro.
Que está Maratón sea un paso más hacia la definición y, sobre todo, un paso para poder valorar y reconocer lo que fue recibido con tanto sacrificio y esfuerzo, para que nada sea en vano.
Los bendigo, en este tiempo de crisis interna y planetaria. Sepan que, más allá del sufrimiento y del dolor, está la Luz del Cristo Vivo, de Aquel que murió por ustedes para que tuvieran vida en Mí y así, tuvieran vida en el Padre Eterno.
Que las oraciones de Misericordia en este encuentro no solo sean palabras repetidas, sino afirmaciones sentidas en lo profundo del corazón.
Les agradezco por ser valientes y animarse a escucharme en el espíritu de la fe.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Las almas sedientas de Dios buscan el amor consolador del Padre. El puente para esas almas es la vida religiosa y sacerdotal, la que se ofrece en comunión Conmigo para ser testigo del Amor del Redentor.
Las almas sedientas no buscan la perfección del consagrado o del sacerdote, porque su propia sed espiritual les hace reconocer que la vida consagrada es esa casa mística que las almas necesitan para poder encontrar a Dios.
En este caso, el sacerdote es capaz de cuidar y de proteger su propio templo, para que en él habite la Consciencia de Cristo, lugar desde donde su Señor realizará todos los prodigios y las bendiciones necesarias.
Las almas más sedientas siempre necesitarán de ese puente ofrecido por la vida sacerdotal, para que despierten a los dones necesarios para poder caminar en la vida espiritual.
Sin la presencia de sacerdotes consagrados el Plan de Rescate no tendría sentido.
Esa misma existencia que proviene de cada sacerdote, y que es divina, le permite llevar adelante sus oficios y cumplir así con la Divina Voluntad.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el Corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
De Mi Corazón brota la Sangre de redención y de vida, porque en Mi Corazón existe aún la Llaga que fue abierta una vez en la Cruz. Una Llaga que en ese momento nadie conoció. Solo Mi Madre y las Santas Mujeres, como también Juan el Apóstol conocieron el surgimiento de esa Llaga material y espiritual.
Esa Llaga fue la última y gran entrega espiritual, mental y moral de Su Señor.
En verdad, más que las Llagas de las manos y de los pies, fue la Llaga que hasta los días de hoy justifica los errores de la humanidad y es la Llaga que permite que Yo esté aún aquí, entre ustedes, para anunciar y proclamar el Reino de Dios dentro de cada ser y en toda la Creación Universal.
Esta es la Llaga que testimonió el Amor de Dios por los hombres, a pesar de que estuvieran equivocados o estuvieran en la mayor y absoluta oscuridad.
Esta es la Llaga que aún deberá ser aliviada, que es causada por la ignorancia de los que no viven a Dios y por la indiferencia de los que le dan las espaldas y se van, abandonando el Amor del Redentor.
Esta es la Llaga de Su Maestro que aún deberá ser curada por mucho tiempo más. Y lo que la cicatrizará, algún día, será el amor de los que son bienaventurados y no tienen preconceptos de la Obra Universal y Divina de Su Señor.
Esa Llaga será curada a través de los que ayuden y se entreguen a la transmutación silenciosa.
Esta Llaga será curada a través de todos los que confíen ciegamente en Mí, más allá de lo que les suceda, atraviesen o purifiquen, porque si aún llevo en Mi Corazón la Llaga del dolor y de la ignorancia del mundo, será posible a través de los Míos que esa dolorosa Llaga sea aliviada como lo es en cada momento de adoración, de oración y de comunión Conmigo.
Porque cuando todo suceda y cuando Mi Llaga sea curada, ustedes solo tendrán refugio en Mi Corazón, en Mi Vida Divina y en Mi Presencia.
Nunca dejen de ser generosos con los demás, amorosos con los que están mal y sufren.
Nunca dejen de servir y de entregarse por Mí, porque llegará el día en el que, en la Gloria del Padre, se sentarán a Mi mesa y Yo los coronaré a cada uno por sus esfuerzos y méritos internos.
Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón.
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
¿Quién recogerá en el cáliz de su corazón la Sangre Espiritual que hoy su Maestro derrama a las tres de la tarde sobre el mundo?
¿Quién dará el valor merecido a este infinito Misterio de Amor?
¿Quién se animará por Mí a dar el todo por el todo, para que este mundo y las naciones no desaparezcan?
Solo necesito que, cada día, valoren más el Legado de su Maestro, porque Su Sangre Divina es capaz de purificar y lavar sus faltas, especialmente, aquellas que están arraigadas en la consciencia profunda y que solo el Amor de Dios las puede extirpar y liberar de sus seres.
Por eso, cada día, valoren y reconozcan el sacrificio de la Sangre de Jesús comulgando Conmigo, verdaderamente, todos los días para que en el mundo no falte la Paz ni la insondable Misericordia de Mi Corazón.
Mi Cuerpo Espiritual, Mi Corazón y todo Mi Ser están colmados de los códigos de Misericordia y de la Sangre Divina para los que, en su purificación, los quieran aceptar.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Queridos compañeros:
Ya está todo preparado para el descenso glorioso de su Maestro y Señor.
Todo fue preparado con amor por las manos y los corazones de Mis seguidores.
Se volverá a abrir la puerta victoriosa de los méritos y del legado de la Pasión y de la Resurrección de su Señor.
Todo el Universo espiritual está a la espera del gran momento en el que el Pastor y Rey de reyes volverá a celebrar la Comunión redentora con Sus amigos.
Mientras las puertas del Universo se están abriendo, a medida que pasa el tiempo, la presión y la opresión de los infiernos se vuelven insoportables, ya que los poderosos Códigos de Cristo están descendiendo sobre la consciencia del planeta y de la humanidad.
Es así que los siete ángeles de las trompetas se posicionan en los lugares indicados, mientras el Arca de la Santa Alianza, que trae consigo al Santo Cáliz, es colocada próxima a la dimensión de la Tierra.
Todo lo contrario quedará paralizado durante los ocho días, cuando el Hijo de Dios descienda en espíritu a la Tierra, y el fin comenzará en la humanidad.
¡Les agradezco por acompañarme de verdad en esta Sagrada Semana!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Invocación al Divino Atributo de la Humildad
Señor nuestro,
hazme pequeño e insignificante.
Que mi persona no se vanaglorie de nada;
que mi corazón sea un puente hacia Tu santa Paz.
Señor, hazme servicial y bueno,
bondadoso y misericordioso con los demás.
Que mi consciencia siempre reciba
las correcciones necesarias de la vida;
que mi corazón humano nunca se cierre;
que yo pueda aprender a agradecer
todas las lecciones y experiencias.
Que todo lo haga por Ti, Señor,
y nada por mí, ni por mi propia e imperfecta voluntad.
Enséñame a vaciarme.
Enséñame, en humildad, a reconocerte
vivo y presente en la Comunión,
en la consagración de la vida,
en cada uno de los votos
que me he propuesto realizar por Ti.
Señor,
destruye mi soberbia,
disuelve mi arrogancia
y cúrame de la negligencia espiritual.
Que aprenda a proteger de mí mismo Tu majestuosa Obra;
que ya no sea más una espina en Tu Corazón manso,
sino una flor a los pies de Tu sagrado Altar.
Señor,
enciéndeme en Tu Humildad,
vivifícame en el constante vacío
y redímeme, todo el tiempo,
en el fuego amoroso de Tu Corazón
para que, al menos, lo más pequeño de mi vida en la Tierra
sea el testimonio de Tu Amor y de Tu Divina Voluntad.
Amén.
¡Les agradezco por orar de corazón esta oración!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
El Universo se detiene para escuchar al Servidor de Dios y en todos los planos internos se escucha Su Palabra. Su Voz emite la esencia de la Verdad y no hay esencia en este Universo que no reconozca la Voz del Hijo de Dios.
Porque Yo Soy Aquel que vino a estar con ustedes, que está con ustedes y lo estará hasta el fin de los tiempos, a fin de que se cumpla el Propósito de Mi Padre en los corazones que son congregados por Mi Amor.
Desde el Universo Celestial se pronuncia Mi Palabra y ella hace eco en todos los planos de la manifestación.
No solo ustedes escuchan, sino también escucha el Universo y todo lo que está más allá de él es permeado por la Palabra de Dios, y el Espíritu colma a los corazones; los vivifica, los eleva y los redime ante Mi Presencia.
El vacío debe estar presente en sus corazones en este momento para que el Hijo de Dios pueda obrar y actuar, trayéndoles a las almas la oportunidad de la luz y de la redención.
Hoy no solo le hablo a sus consciencias físicas, sino también a los planos más internos, porque en los planos internos se conceden las oportunidades para las almas y, así, ellas no pierden la oportunidad de encontrar la Verdad, de aproximarse a ella y de poder vivirla en estos tiempos difíciles.
Hoy viene a su encuentro el Sacerdote Mayor, quien lleva entre Sus Manos el Cáliz de la Redención; vestido con la estola de la purificación; descalzo y humilde como un siervo de Dios. Quien está a la derecha del Todopoderoso y viene del Cielo para encontrarlos, para bendecirlos y para entregarles el Amor del Creador; Amor que se deberá multiplicar y expandir en el mundo, que curará la enfermedad, que traerá la paz, que sanará todo dolor e incomprensión.
Es en ese Amor que ustedes deben vivir, en el Amor que Yo les ofrezco y en el Amor que Yo les entrego; porque en ese Amor estará su liberación de toda perdición, de toda culpa, de toda maldad.
En el Amor está el triunfo de la Obra de Dios, porque el amor que ustedes también Me pueden dar y ofrecer es contemplado por el Todopoderoso como parte de la Obra de Su Sabiduría.
Sea el amor, entonces, transformado y sublimado; un amor que sea incondicional, capaz de ir más allá de los límites, capaz de superar cualquier dificultad y de entregarse ante cualquier necesidad.
Si en este tiempo Mi Amor no estuviera en el mundo, la humanidad perecería.
Yo no les entrego un amor propio, personal o autónomo. Yo les entrego, compañeros, el Amor que una vez los creó como esencias. Es este Amor que se debe regenerar dentro de ustedes todos los días, porque el Amor es la mejor compañía.
En el Amor de Dios el alma puede estar en la Verdad y aprender a no alejarse de ella.
Deberán profundizar en el Amor para que la Verdad de Dios esté en sus vidas; la vivan y se la enseñen a sus semejantes, sabiendo que en este tiempo el Amor y la Verdad, como atributos, podrán caminar juntos en sus vidas para que siempre tengan guía y sabiduría.
Los tiempos que llegan anuncian grandes cambios. Será esencial vivir en ese Amor para comprender más allá de las formas, para vivir más allá de los acontecimientos, para aceptar más allá de los errores.
Es ese Amor que Yo viví en la Pasión y que a Mí también Me elevó por el Sacrificio entregado.
Será ese Amor que siempre los sostendrá y así nunca perderán de vista su presencia.
Porque el Amor de Dios siempre proviene de la Fuente y nunca acaba, porque es un Amor incondicional, capaz de abrazar el error, capaz de transformar el dolor, capaz de comprender y de aceptar lo imposible.
El Amor lo puede todo.
Ofrezcan su amor personal al gran Amor infinito de Dios para que, algún día, sus sentimientos sean los Sentimientos de Dios en la vida espiritual, en la caridad y en la unidad entre las criaturas.
El Amor siempre trascenderá las fronteras, superará los obstáculos, comprenderá y aceptará más allá de los acontecimientos.
Porque el Amor no se apropia de nadie. El Amor libera, el Amor eleva, el Amor acoge al moribundo de espíritu.
Si ese Amor no estuviera en ustedes, nada será posible.
Este es Mi gran mensaje para el mundo entero en este día en que se concluye una etapa entre Mi Corazón y sus corazones.
Este es el momento de que ese Amor en ustedes sea real y no teórico; que sea un Amor vivo; que acepte, que se done y que se entregue a los demás, sin nada a cambio.
Será el Amor el que vencerá al mal.
Será el Amor el que disolverá el caos de las naciones.
Será el Amor el que fortalecerá la fe en los corazones.
Será el Amor el que encenderá en los espíritus la confianza en Dios.
Hoy Mi ceremonia es en el nombre de ese Amor Divino e Infinito que todo hace posible en lo que es imposible; el Amor que concede, que cede; el Amor que se entrega todo el tiempo.
Eso es lo que Yo les puedo legar, más allá de los milagros, de los fenómenos o de las curiosidades.
Quien en este tiempo no viva en el Amor de Dios estará como en un desierto, solo y vacío, con una gran sed que nadie le podrá quitar.
No pierdan la oportunidad de que ese Amor los lleve a la Verdad todos los días, para que, algún día, alcancen la misma Sabiduría que Yo alcancé en la Cruz.
Mi Amor por cada uno de ustedes, por cada ser de este mundo, estuvo de brazos abiertos en la Cruz.
Mi Amor nunca se cerró. El Amor de Dios se expandió en cada gota de sangre, en cada padecimiento, porque es un Amor que es capaz de ir más allá de toda adversidad.
Y hoy les traigo dentro de este Cáliz, el testimonio del Amor de Dios representado en la Sangre de Cristo, para que cada una de sus almas beba de este compromiso y recuerde, todos los días, que el Amor es lo que deberá reinar para que él triunfe sobre todo mal.
Que se abran sus corazones para esta comunión espiritual Conmigo, en donde son llamados a Mi Mesa para unirse al Amor de Mi Corazón, el Amor que todo lo entrega y que todo lo perdona, en este mismo momento.
Vacíos de sus faltas, absueltos de sus deudas, reciban de Mi Corazón el mayor Tesoro de Dios manifestado en el símbolo de este Sagrado Cáliz que guardó, a través de los tiempos, la experiencia de Amor más real y viva que el Hijo del Padre entregó hasta lo alto de la Cruz, hasta Su última respiración, hasta cerrar Sus Ojos cuando expiró, entregando Su Espíritu en las Manos del Creador.
Que este Amor se perpetúe en ustedes hasta el fin de los tiempos y que sea este Amor capaz de hacerlos retornar a Mi Camino cuando recuerden y perciban que salieron de él por alguna causa.
Lo más importante para Dios es que Sus hijos, Sus criaturas, no se separen de Él, de la Fuente del Amor, porque el Amor será lo que regenerará al mundo y traerá la cura para las almas enfermas.
Hoy deposito aquí lo que viví en la Cruz y en los planos internos un escenario semejante al Monte Calvario aquí se manifiesta para demostrarle al mundo, y especialmente a la humanidad, el triunfo del Amor por encima de todo dolor y de toda adversidad.
Porque fue el Amor el que, en lo alto de la Cruz, transformó el dolor en Misericordia y en Gracia para que reverberara hasta el fin de los tiempos en el corazón de todos los que reconozcan al Hijo de Dios y se sientan parte del Él en cada momento de la vida, como en cada comunión con Su Cuerpo y con Su Sangre.
Ante las puertas del Cielo, abiertas sobre la Aurora, que el soplo del Espíritu de Dios se encienda en ustedes como una sagrada llama, al igual que en los Apóstoles, para que difundan en este tiempo el poder y la confianza que puede expresar Mi Amor por todas las almas, por todos los que están caídos, por los que perdieron la paz.
Que perseveren los que viven las guerras.
Que las familias que sufren el caos no pierdan la esperanza.
Que los niños que hoy no nacen dejen de llorar en los planos internos, porque el nuevo Paraíso les llegará.
Que los Reinos de la Naturaleza, que sufren en el silencio de sus esencias, persistan, porque el día de la liberación llegará y el mal será vencido por la poderosa Espada de Amor de San Miguel Arcángel.
Y en los corazones renacerá la Nueva Tierra, la luz de los últimos Cristos repoblará a la humanidad y los atributos y Mandamientos del Padre retornarán al planeta para volver a reconstruir el Plan en todos los que fueron autoconvocados y que no le respondieron.
A los que lleguen Conmigo hasta el fin de los días nada les faltará; bendecidos serán por la Gracia, colmados serán por el Espíritu de Dios por la entrega y la persistencia de cada corazón creyente y devoto.
El sufrimiento se extinguirá de la noche a la mañana y la luz de una Nueva Aurora llegará para que las almas celebren el día de su liberación. Amén.
Celebremos este momento, junto con la oportunidad de renovar su compromiso, a través del Sacramento de la Comunión ante el Padre Celestial.
Que las puertas del Cielo, en este momento, hagan descender a la Tierra la Gracia Divina. Que así sea.
Señor del Universo,
donador de la Vida,
incansable Padre de la Gracia,
deposita sobre estos elementos,
y especialmente en los corazones,
la misma oportunidad que Tú Me diste
de amar hasta el final en lo alto de la Cruz.
Que cada padecimiento se convierta en alivio,
que cada sufrimiento se convierta en liberación
para que todos los seres de la Tierra,
reunidos en el nombre de Tu Amor,
participen de la venida gloriosa de Tu Hijo.
Amén.
En aquel tiempo Yo les di el pan y ofreciéndolo a Dios, Él lo bendijo. Y hoy les vuelvo a repetir, compañeros, que este es Mi Cuerpo que fue entregado por ustedes para el perdón de las faltas.
Tomé el Cáliz y ofreciéndolo a Dios, Él lo bendijo. Y hoy les vuelvo a decir, tomen y beban todos de él, porque este es el Cáliz de Mi Sangre, de la Nueva Alianza entre las criaturas y Dios, por toda la eternidad.
Este es el Cuerpo y la Sangre de Cristo, dichosos los que se sirvan de este misterio de amor para participar, algún día, de la Gloria Eterna. Amén.
Espero que esta Maratón sea una Maratón que atraiga la esperanza a la Tierra y la oportunidad de vivir en Dios, para que todas las almas reciban la Gracia Suprema.
Yo los bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En fraternidad y por la paz en todo el planeta, se darán el saludo de la paz.
Les agradezco.
Que Mis últimas Palabras escriban el triunfo de Mi Amor en el libro de tu alma.
Que, en este nuevo ciclo, tu memoria recuerde el pasaje de cada instrucción entregada y que tu espíritu se enriquezca con los impulsos de luz enviados por Mi Corazón.
Que cada uno de Mis mensajes te sirva de aliento, te fortalezca y te dé esperanza para que, algún día, cuando estés ante el portal de Mi Presencia, tu consciencia se entregue definitivamente a Mí, con amor y con confianza.
Deja que Mis últimas Palabras no solo se escriban en el libro de tu alma, sino que también cada vibración emitida por Mi Voz colme hasta el recinto más profundo de tu ser para que aprendas, a través de Mis Mensajes, a estar en comunión Conmigo.
Aún atravesarás desiertos. Aún sentirás la soledad.
Aún te encontrarás con el trago amargo de la hiel, como el que Yo bebí por última vez en la Cruz.
Pero nunca te sentirás abandonado, despreciado u ofendido, porque si de verdad siempre estuviste Conmigo, cada prueba será una oportunidad de dar un nuevo paso.
Has renunciado para seguirme. Le has entregado tu familia a Dios para seguir Mis pasos y, después de haber vivido y experimentado tantos desafíos, hoy estás aquí, ante Mí.
Sé lo que significa para ti dejarlo todo. Sé lo que significa para ti entregarlo todo.
No olvides que Yo fui un hombre como tú, que vivió en carne propia el abandono y la soledad del corazón.
Pero Aquel que está por encima de todo, Aquel que está más allá de todo, siempre te colocará en Sus Brazos, porque sabe que eres frágil, pequeño e inexperto.
El Padre Celestial siempre te dará Su Amor para que lo vivas.
Mis Palabras graban en tu alma los tesoros internos, los que te prepararán para que algún día, próximo, Me puedas reconocer. Y en ese día, sin adversidades, sin sufrimientos y sin angustias puedas sentarte a Mi Mesa para compartir el Pan de la Vida y de la Renovación.
Recuerda que siempre quiero estar en ti.
Necesito un refugio para aliviarme y fortalecerme ante todo lo que veo en el mundo.
No te separes de Mí.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
No pienses todo el tiempo en lo que sucederá después, no es necesario.
Quédate Conmigo en el eterno presente, en el eterno encuentro con Mi Corazón, y allí deposita tus angustias, dolores y penas para que yo las pueda transformar en luz.
Quédate Conmigo en el eterno presente, en la eterna comunión Conmigo, lugar en donde siempre encontrarás fortaleza, ánimo y empeño por estar cumpliendo Mi llamado.
Ven y quédate Conmigo en el eterno presente, en la eterna alianza entre tu corazón y el Mío, porque en esa unión perfecta tu alma resplandecerá y vivirá la alegría de estar Conmigo.
Quédate Conmigo en el eterno presente y no recuerdes el pasado, el tiempo cambia minuto a minuto, y algo nuevo y hermoso te espera para que lo vivas por Mí.
Quédate Conmigo en el eterno presente, porque allí Yo te podré curar y acompañar, te podré apoyar y conducir hacia el propósito que tengo para ti.
Solo quédate Conmigo hasta el final.
¡Les agradezco por guardar Mis palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Ven, hijo Mío, y sé parte de la Confraternidad de Mi Corazón, sé parte del cenáculo de los Nuevos Cristos.
Ven, hijo Mío, con todos tus aciertos y errores, con todas tus angustias y alegrías y sé parte de la Confraternidad de Mi Corazón.
Sé parte de la Confraternidad del Universo y de la Tierra. Intégrate completamente al espíritu de Mi Sagrada Hermandad y así conocerás tu origen y tu propósito, el propósito que Dios colocó desde el principio en la esencia de tu ser.
Ven y sé parte de la Confraternidad de Mi Corazón.
Construye Conmigo la paz sobre la superficie de la Tierra.
Levanta con tus propias manos el estandarte de los pacificadores de los últimos tiempos y, en todo, da tu vida por Mí, porque lo que Yo vengo a buscar de tu vida es algo interno, es parte de la riqueza espiritual que Dios Padre depositó en tu alma.
Fortalécete en esa sagrada unión Conmigo y ya no existirán fronteras ni divisiones en tu consciencia.
Aprende a morir para ti mismo para que sepas cómo resucitar a la vida del espíritu todos los días.
Sigue remando en Mi barca, la que te llevará al puerto del Reino de Dios.
Adelante.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Mi Corazón es como un sol que, irradiando los Rayos de la Misericordia, ilumina la noche de los mundos internos, y también es como un lucero que guía los pasos espirituales de los discípulos.
A este Corazón Misericordioso ustedes pueden ingresar a través de sus consciencias para que en el amor y en la paz estén en comunión Conmigo, todos los días, hasta que Yo retorne en el fin de los tiempos.
Sientan este Corazón como su refugio, su confesionario, su motivo, y encuentren allí el sentido de vivir sobre la superficie de la Tierra para que, en confianza, Me representen como Mis apóstoles de los últimos días.
Entren en Mi Corazón porque él se ofrece como instrumento de reparación y de consuelo, comprendiendo y sintiendo a cada ser, más allá de los errores y del pasado.
Este es el Corazón que se ofrece, día a día, por la salvación espiritual de las almas; un Corazón pobre que espera ser amado y reconocido por todos, hasta que se cumpla el advenimiento de la Nueva Humanidad.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Les prometí, así como escribió el Apóstol Mateo, que estaría con ustedes todos los días hasta el fin de los tiempos. Ahora, y en este momento, esa promesa se cumple.
Estoy aquí, con ustedes, todos los días de la vida y lo estaré hasta el fin de los tiempos. Por eso, vean y crean lo que está sucediendo.
Muchos esperan que Yo aparezca dentro de la Iglesia, pero en verdad, no Me comprendieron.
Yo voy al encuentro de la Iglesia espiritual que existe dentro de cada ser; esa es la Iglesia que Yo busco de las almas buenas que Me veneran y que Me escuchan a través de estos mensajes diarios.
Sigan, entonces, haciendo realidad todos los días la promesa de su Maestro y Señor, para que Yo pueda seguir estando con ustedes hasta el fin de los tiempos y, así, más corazones tengan la dicha de conocerme y de participar de la comunión Conmigo.
Sean testigos de este importante acontecimiento de estar participando del reaparecimiento de Cristo.
Que este sagrado encuentro reverbere en los tiempos que vendrán para que no solo las almas, sino también el planeta, sean merecedores de Mis Misericordias.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
En esta Navidad quisiera que Mi Espíritu volviera a renacer en tu mundo interior y que pudieras recibir de Mi Alma las bendiciones que precisarás para comenzar el nuevo año y el nuevo ciclo colmado por la Luz de Mi Espíritu.
Recibe entonces, compañero y amigo Mío, la posibilidad de renacer en Mi Amor Crístico para que, cada nuevo día, aprendas a compartirlo y a expresarlo, a fin de que las almas también reencuentren su Cristo interior, el que necesitarán para saber cómo enfrentar el fin del tiempo.
Por eso, prepara tu corazón, prepara tu mente y sobre todo tu espíritu, para que Mi Amor Crístico pueda reposar, y tú, amigo Mío, puedas recibir la fuerza imperiosa de Mi Fe, la que te impulsará con confianza a dar nuevos pasos.
Mi Corazón está lleno de Misericordias para las almas. A veces Mi Corazón desborda de Amor y no encuentra lugar, espacio o recinto en donde poder colocarlo.
Deseo que, en esta Navidad, ese recinto que prepararás para recibirme sea el que establecerá la comunión interna con el Hijo de Dios.
Les agradezco por guardar Mis Palabras en el Corazón.
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Novena al Sagrado Corazón Espinado de Jesús
Octavo día
Hoy, aunque parezca imposible de hacer, retira de Mi Corazón la espina de la infidelidad y del agravio.
¡Cuántas almas en el mundo Me son infieles día a día! Y eso está tan arraigado en la consciencia humana que ya se considera algo normal.
La infidelidad de los que lastiman Mi Corazón es tan insoportable que el Fuego de Amor que guardo en Mi Corazón, agoniza, porque las almas pierden la fidelidad y la confianza en el Maestro.
Pídele al Padre Celestial por todos los que Me han sido y Me serán infieles algún día.
Yo les ofrezco abrir Mi Corazón para que las almas puedan entrar en Mi Templo para comulgar de la Verdad y librarse del sufrimiento.
Ustedes deben saber que una de las causas de la infidelidad es la distracción y la ilusión mundial de estos tiempos.
Ruégale al Padre Supremo por todas las almas infieles para que, algún día, tengan la gracia de ser sumergidas en el océano espiritual de Mi Misericordia, a fin de que reciban una nueva oportunidad.
Aún hay tiempo para evitar la perdición en masa de muchos corazones.
Ahora, reconoce tus posibles infidelidades en la palabra, en el sentimiento y en la acción; pero no lo veas como un tormento, míralo como un ejercicio constante de corrección y de persistencia, para que recibas la cura por medio de la ciencia de la fe.
Afirma tu consciencia como parte de Mi Consciencia y, en esa unión inviolable e infinita, conságrate a Mi Corazón Espinado para que en Mi Pecho dolorido nazcan las rosas del amor y de la fidelidad.
Agradezco tus esfuerzos, porque en lo pequeño se construye lo grande y en lo humilde se construye lo inalterable y eterno.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice y los ama,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Cánticos de Figueira - “Regente Estelar”
En este cántico existe una preciosa invocación a la Jerarquía Espiritual, en donde la consciencia terrestre puede encontrar la revelación de su verdadero ser.
Es necesaria la intercesión de un Regente Estelar, que sea el puente perfecto y directo para que el aspecto superior del ser humano alcance la correcta correspondencia de su ser, a través de la comunión con la Suprema Consciencia.
El cántico menciona una montaña, símbolo sagrado de la elevación de la consciencia. La montaña también es ese lugar, puro e inmaculado, en donde podemos encontrar a la Hermandad para que se abra la puerta de retorno hacia nuestro origen.
La faz que se expresa en el cántico "Regente Estelar" es la denominada vibración de la Jerarquía Espiritual, la que, como un polo cósmico, atrae hacia la Tierra y a toda su humanidad las corrientes del espacio sideral que son nutridas por la Fuente de la Creación.
Desde la Consciencia de la Jerarquía nace el impulso que el ser terrestre necesita para que, en estos tiempos definitivos, pueda elevarse de plano y de vibración.
Esto lleva, como dice el cántico, a que el ser humano que se une a la Jerarquía nunca más se olvide de ella, especialmente en los momentos en que el propio ser deberá enfrentar su realidad espiritual.
Ese recuerdo que revela el cántico, conduce al ser humano espiritual a tener consciencia de que él proviene de un origen universal y que deberá cumplir con una Voluntad universal.
Cuando las almas tienen la gracia de saber todo esto y, sin embargo, desperdician la oportunidad, su vida espiritual retrocede y el Universo da espacio para que la consciencia aprenda lo que decidió aprender.
Este cántico nos ayuda a no ser ingratos, a responder adecuadamente conforme la Jerarquía espiritual lo necesita, a fin de erradicar del planeta la indiferencia y el desamor para que reine la hermandad entre los seres.
Por esa razón, como dice el cántico, la Jerarquía siempre emite una señal para que la consciencia pueda despertar y, así, corresponder a los designios que van más allá de la vida tridimensional.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Hijo:
Después de que todo se defina, algunos pensarán que Yo nunca estuve aquí y tampoco creerán que en estos últimos años Yo te he hablado directamente para que, a pesar de tus miserias e imperfecciones, le dieras a conocer al mundo que Yo ya estoy retornando.
Por esa razón mantente firme sin vacilar y confía en Mí, porque de Mi Corazón saldrán las palabras correctas cuando tú y algunos de tus compañeros tengan que atestiguar por Mi causa. Pero en ese momento, y en esa hora, todo ya estará dicho y el mundo estará en el ápice de su gran y última purificación.
Por eso, desde ahora, no te lamentes ni te acongojes. Todos los que Me sirven, por alguna razón, deben ser probados en fidelidad, obediencia y amor, a fin de que en Mis siervos, en los que Yo he escogido, esté representada la transformación que hace Mi Palabra y el milagro que produce Mi Mensaje.
Mantente como hasta ahora, cerca de Mí, en simplicidad y amor, y dile a tus compañeros que hagan lo mismo, porque llegará la hora de proteger la Obra de los enemigos.
Los que se opongan conocerán el ardor mayor de Mi Fuego.
Los que se adhieran sin condiciones conocerán la maravilla celestial de Mi Amor.
Por eso sigue adelante por Mí y por nadie más; el mundo está lleno de personajes y a todos ellos les llegará el momento de desaparecer por estar llenos de fantasías e ilusiones.
Pero tú, que estás Conmigo y que por Mi Misericordia te he enseñado a estarlo, nunca dejes de darme a conocer.
Imítame, aunque no lo consigas, búscame, aunque no te llame, porque de esa comunión espiritual Conmigo te llegará la fuerza que necesitas para defender Mi Palabra y Mi Mensaje de los que intentarán desmentirlos.
Acepta los ciclos que están llegando y nunca dejes, ni por un segundo, de superarme en el amor. Así, por tu servicio, Me permitirás que Yo pueda conquistar la obediencia que espero de muchos más corazones desobedientes a Mí.
Hoy no te hago brillar ni como el oro ni como el diamante, eres la piedra más imperfecta que ha sido moldeada por Mí. Déjame seguir penetrando en lo profundo de tu espíritu, porque allí es en donde la Voluntad Suprema se realizará.
Sé un ejemplo de constancia, así como son algunos de los Míos.
Cree, por encima de todo, en lo que Mi amor puede hacer, así todo se transformará.
Seré tu aliento en los momentos de prueba. Seré tu esperanza en los días de gran oscuridad planetaria.
Yo Soy el que Soy.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Tercera Serie de Poemas
Decimosegundo poema de un alma al Sagrado y Bendito Corazón de Jesús
¡Oh, Jesús amado!
¡Cuánto tiempo hace que camino
por esta senda del planeta
en búsqueda de Tus humildes Huellas
a fin de poder imitar Tu Camino!
¡Oh Señor mío, Maestro del Amor!
¡Hace cuánto tiempo que
estoy en búsqueda de Tu Corazón
para poder sentirlo, vivirlo y adorarlo
con el honor que Tú mereces!
¡Oh Señor Jesús,
dulce Esposo de la Verdad!
¡Magnífico Hombre de Nazaret!
¡Cuánto he buscado Tu Espíritu
en la Comunión diaria!
¡Cuánto he aspirado a
llevar adelante Tu Voluntad
para poder concretarla!
Querido Maestro de la Luz,
termina de disipar en mí todas las ilusiones
y que pueda compartir con todos
el Amor maravilloso
que Tú tanto me has entregado.
Quisiera que muchos corazones más
se animaran a pasar por Tu Fuego curador.
Quisiera que Cielo y Tierra
supieran cuánto te amo
y lo mucho que te necesito.
Dame a conocer el misterio de Tu Resurrección.
Que cada momento por Ti vivido en la Pasión
pueda quedar guardado en mi esencia
hasta que yo pueda renovar mi vida en Ti.
Amén.
¡Les agradezco por guardar las palabras de esta alma en sus corazones!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Tercera Serie de Poemas
Séptimo poema de un alma al Sagrado y Bendito Corazón de Jesús
Eleva, Señor, mi alma al Cielo
para que pueda unirse a la Tuya
y así comulgar de Tu Divinidad.
Hazme simple y verdadero
en los quehaceres del día a día.
Deposita en mi corazón
el poder de Tu Confianza
y haz de esta vida un instrumento
en las Manos de Dios.
Permíteme, Señor,
vivir en el vacío y presenciar
en cada acto de amor,
Tu Paraíso celestial.
Sírvete de mi consciencia
para que el Universo
descienda a la Tierra
y todo, completamente todo,
sea transformado.
Déjame, Señor, que conozca
el sentido profundo de Tu Palabra.
Eleva mi consciencia
cuantas veces sea necesario
para que esté despierto
ante Tu llamado.
Ayúdame a vencer la arrogancia
y el orgullo espiritual para que,
libre de cualquier ceguera,
yo reciba Tu bendición
para tener consciencia y discernimiento.
Déjame a Tu lado,
y podré guardar en mi mundo interior
lo magnífico que significa estar en Ti, Señor.
Haz de mi vida lo que tanto esperas.
Llegó la hora de que cruce
el portal hacia la redención,
así podré acompañarte
como siervo Tuyo
y discípulo de Tu Corazón.
Amén.
¡Les agradezco por guardar las palabras de esta alma en sus corazones!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Yo Soy el Señor de la Eucaristía y por medio de Mi Divina Misericordia llevo a todas las almas hacia el Reino del Amor y de la Unidad.
Soy el Señor de la Eucaristía para que Me veneren y honren en todos los sagrarios de la Tierra.
Soy el Señor de la Eucaristía y, por medio de ella, anuncio en cada nueva Comunión la redención de la humanidad y del planeta.
Soy el Señor de la Eucaristía y, por medio de ella, convierto a los corazones endurecidos, atraigo hacia Mi Divino Espíritu a todos los que necesitan amor y perdón.
Soy el Señor de la Eucaristía y, por medio de ella, establezco en el mundo los tiempos de paz y de cooperación entre las almas.
Soy el Señor de la Eucaristía y, por medio de ella, renuevo a las consciencias que infunden y viven los Sacramentos como el mayor testimonio para la redención espiritual de la humanidad actual.
Soy el Señor de la Eucaristía y, por medio de ella, imparto Gracias hacia los cuatro puntos de la Tierra, trayendo la Misericordia y la Redención.
Soy el Señor de la Eucaristía y, por medio de los que adoran, transmuto la condición humana y toda adversidad interna o externa.
Soy el Señor de la Eucaristía y a quien Me busca le concedo la paz interior.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el Corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Segundo Mensaje
Y así como Yo vengo del corazón de este universo, quisiera que sus almas se elevaran para encontrarme. Eso permitirá, en este tiempo, crear esa Comunión perfecta entre sus almas y Mi Corazón.
Quisiera que abrieran sus oídos más internos para escuchar Mi Mensaje y para hacerlo parte de sus vidas, porque ya no bastará solo saber el conocimiento, será necesario aplicarlo en sus vidas para que Mi Plan se pueda realizar, paso a paso.
Hoy vengo a dar continuidad a lo que he dicho ayer. Vengo a extender este mensaje especial a todos Mis compañeros, porque aún es necesario que crezcan en amor y en verdad, sin dejar atrás lo que deben transformar, todo lo que deben trascender, todo lo que deben aspirar a alcanzar en estos tiempos difíciles, en los que el Plan se vive con muchos riesgos que las almas desconocen, porque, en muchos casos, no están atentas a las señales que envía el universo.
Ahora, Yo los invito a redoblar los esfuerzos, los invito a ser considerados los unos con los otros, como Yo se lo enseñé a los apóstoles en el pasado.
Deben cumplir las reglas básicas de la evolución, porque así sabrán la Ley y no solamente la conocerán.
Esa es una de las causas por las cuales las almas de este mundo y, sobre todo, aquellas almas que son Mis compañeras, no saben interiorizar los impulsos que Mi Corazón les envía de tiempo en tiempo, intentando elevar a las almas cada vez más hacia la Verdad y hacia el Sagrado Conocimiento.
Cuando no saben interiorizar lo que les decimos, se pierden en algún lugar del camino y pueden quedar confusos, sin saber hacia dónde ir o qué hacer.
Pero existe una llave maestra, para todo esto, que es la confianza. La confianza en todo lo que se presenta. La confianza en todo lo que se propone. La confianza en todo lo que se revela.
Porque, en esencia, todo va más allá de sus posibilidades, de sus conocimientos, de su intelectualidad.
No vengo a construir Mi Reino en mentes concretas porque, de lo contrario, no habría tenido sentido que Yo hubiera venido a este mundo a encarnar para testimoniar, en este plano, la Presencia del Amor de Dios.
Es el Amor el que les revelará Mi Reino. Es el Amor el que los unirá siempre. Es el Amor el que nunca los separará. Porque donde está el Amor Yo estoy presente, lanzando semillas de luz en tierras fértiles, que después Me darán frutos para que, al final, sean Dones que Yo ofreceré en Gloria al Creador.
Por eso busco de los corazones más simples lo que es bueno y verdadero. Me glorifico en los corazones humildes. Me distancio de los corazones resistentes. Me alejo de los que no Me quieren escuchar, porque sé que estos últimos temen al verdadero Amor porque nunca lo han conocido completamente, porque nunca se han animado a dar un paso y a dejarse rasgar por dentro, hasta que el Amor los haga herir profundamente.
Por eso, deposito Mis Llagas internas en los corazones conocedores de Mi Amor.
No puedo dar Mi Legado a mentes abstractas. El mundo y su humanidad perderían completamente el rumbo por su ambición y soberbia. Necesito quebrar lo que aún está rígido y duro.
Por eso, uso Mi gran martillo de Luz y golpeo en lo que está más resistente para que se pueda quebrar algún día y así, todo se rinda a Mis Pies; no por Mí mismo, sino por Mi Padre que es justo y compasivo, que es merecedor de la bondad de sus corazones y almas por todo lo que Él ya les ha dado a pesar de sus miserias, a pesar de sus errores, a pesar de sus caídas.
Vengo a elevar la consciencia de la humanidad hacia otro punto porque, aunque no lo parezca, Yo estoy aquí en constancia y en fe, para seguir adelante.
Por eso, a los que Me siguen en estos tiempos, a los que se dicen Mis compañeros de camino y de vivencia espiritual, los animo a vivir los cambios sin resistencias ni restricciones.
Los invito a no poner límites a sus consciencias y a saber reconocer, con humildad, el Sagrado Conocimiento que viene de Dios por medio de Nuestros Sagrados Corazones, para esta humanidad de superficie.
Así Yo podré traer aún más Mi Cielo, el Cielo de Mi Padre, Su Universo Celestial, y Mis Ángeles estarán acompañando cada paso, cada momento como cada prueba; así como ellos Me acompañaron desde el Huerto Getsemaní hasta la Cruz.
A los sufrimientos que Yo les ofrezco a Mis compañeros de este mundo, algunos les temen porque no los conocen, porque, antes de todo, no se animan a amar la Voluntad que Yo traigo para concretar en sus vidas Mis Proyectos y Mis Designios.
He escogido estar entre estas sagradas montañas de los Andes para recordarle al mundo que aún no ha elevado su consciencia ni su mente. Es hora de salir de lo atávico. Es hora de renunciar a lo superfluo y a lo mezquino.
Debo dejar Mis Llaves de Oro en los corazones simples, en los que pueden guardar dentro de sí Mi Legado, que no proviene de este mundo sino del Universo.
Para que este Plan continúe adelante, para que esta Obra prosiga, deben, compañeros, reposicionar sus lugares, sabiendo que todo lo que han recibido en estos últimos años, no será desperdiciado por la humanidad como lo fue una parte de Mi Pasión, aunque no lo crean.
Con Ojos de Misericordia, vengo a observar al mundo. Con un Corazón compasivo, vengo a socorrer a los que sufren y a los que no pueden darse por entero a Mi Corazón.
Sepan, Mis queridas almas, que aún hay mucho por hacer. Por eso, los invito a renovar la unidad y la fraternidad entre sus consciencias. Los invito a respetar la Ley de la Jerarquía para que el Universo de Dios siempre pueda estar cerca de ustedes y en cada detalle.
Ahora, sean Mis estrellas redimidas, salidas de los abismos del error y del pecado, de la perversión y de la maldad. Honren a su Rey y Señor como Él lo merece, en el Cielo como en la Tierra.
No se separen más. Únanse a través de Mi Corazón para que Yo pueda seguir viniendo a su encuentro; para evitar que Yo no pueda venir más en este tiempo en el que la humanidad necesita de altas vibraciones de amor y de paz.
Despojen de sus corazones y vidas lo que ya está viejo y resistente, lo que no hace a la unidad y al amor entre las criaturas y pueblos, entre las razas y los orígenes.
Entregué Mi Vida en este mundo y por esta humanidad para que supieran cómo hacerlo, y así no caer en tentación.
Vengo en este día, con este segundo mensaje, para abrir aún más sus ojos y, especialmente, para abrir más sus corazones a lo que necesitan escuchar con madurez y calma.
No quisiera ver a los responsables de esta Obra confusos, no quiero encontrarlos más así, sabiendo que cada etapa que vivimos juntos es imprescindible para vuestro Dios, para la realización de Su Voluntad, para la manifestación de Su Obra en los diferentes planos de este universo, hasta llegar a la humanidad.
Si los lazos de amor entre ustedes se rompen, compañeros Míos, ¿quién llevará Mi Plan adelante?
Si ya saben que es verdad que no encuentro un lugar o una morada en donde poder anunciar Mi nueva Palabra, Mi nuevo Mensaje enviado por Dios desde lo más Alto de este universo.
No quisiera perderlos de vista, porque existen almas en el mundo que también Me necesitan, y las debo atender, así como atiendo a sus almas en estos tiempos.
Por medio de esta Maratón, eleven a Dios su más sincera ofrenda para que un Rayo de Mi Corazón misericordioso toque aquel espacio en sus consciencias que aún está oscuro y se resiste a cambiar.
Recuerden que Yo lo puedo todo y que Mi Padre no Me ha puesto límites.
Vengo con Mi Gobierno Celestial para poner en orden todas las cosas, desde lo invisible hasta lo visible, desde lo inmaterial hasta lo material, desde el espíritu hasta la carne. Todo bajo el orden universal.
Que se alegren las almas de Chile por este momento, para que se pueda volver a repetir durante estos tiempos críticos, en los que más compañeros Míos deben despertar al llamado de la redención.
Felices serán los que escuchan y creen sin haber visto.
Bienaventurados serán en el Cielo los que guarden los Tesoros de Mi Corazón y los vivifiquen, de tiempo en tiempo.
Los bendigo en el nombre del Amor y de la Unidad.
Bajo la Luz del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más