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En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Hoy todo el Universo está atento a este momento. Por eso les pido que también estén atentos, compañeros, porque mientras estoy aquí estoy con el mundo, trayendo para él una Gracia especial que no será palpable, sino interna, la Gracia que los salvará y que, a pesar de este momento planetario, esa Gracia los renovará, a pesar de lo que suceda, más allá de lo que atraviesen o ante cualquier dificultad. Mi Gracia es inmutable, eterna y profunda en los corazones que se abren para recibirla.
Hace dos mil años atrás, cuando encarné en el mundo para traer la Palabra de Dios a la humanidad, vine con un Propósito, el cual la mayoría ya conoce.
Pero en aquel tiempo hubo algo que no fue dicho, de lo cual hoy ustedes están siendo parte, después de haber pasado por la experiencia de este mundo, después de haber aprendido sobre el amor y el perdón. Y aunque les falte todavía aprender mucho más, este es el momento exacto en el que sus consciencias, principalmente, están ante un momento especial, en el que no hay liberación que pueda vacilar, en el que hay un solo tiempo, una sola realidad, que es la misma que descendió cuando Yo nací en el humilde pesebre de Belén.
Es momento de que la cristiandad reconozca que el Nacimiento, la Muerte y la Resurrección de Jesús fue un acontecimiento más allá del plano material y también espiritual, porque así tenía que ser, dada la condición espiritual del planeta y la condición interna de la humanidad.
¿Qué fue lo que verdaderamente hizo que todo eso sucediera? Es claro que fue la Voluntad de Dios. Pero hubo algo más allá de eso, para que el Hijo del Hombre encarnara en la Tierra y trajera la Palabra de la Salvación.
Los Libros Sagrados guardan los sagrados hechos de Mi existencia en este mundo. Pero no solamente en los libros está la Verdad. ¿Eso es falta de fe?
El verdadero conocimiento surge de la Fuente Suprema. Los libros que tienen este mundo son los últimos que reciben ese conocimiento.
Pero Mi Palabra se cumplirá en las almas cuando Mis Palabras pasen por ustedes y no por los libros.
Podrán ser muy eruditos o inteligentes, o creer tener el mayor conocimiento sobre lo que Yo fui, pero así no será. Tienen que reconocerse humildes, pacificadores y abnegados para que sus corazones y vidas estén verdaderamente preparadas para recibir Mi Conocimiento. ¿Acaso eso es falsedad?
En verdad, lo que vive eternamente es el espíritu. ¿El espíritu es falsedad?
Cuando el espíritu de cada uno de ustedes se eleva para abrazar mayores conocimientos, ¿dónde está la razón de todo esto?, no está en la ciencia ni tampoco en el hombre de superficie ni en el mayor letrado de los letrados que existe en este mundo.
A través de Mi Evangelio que en este tiempo se renueva y se amplía con la experiencia de su redención y transformación, Yo ya les dije cómo es verdaderamente la ampliación de la consciencia y eso no significa dejar de vivir a Dios, porque Dios es Todo, es la Creación Suprema externa e interna, visible e invisible.
¿Acaso ustedes no creen en esto? ¿Ese no es el credo de sus vidas? ¿No es lo que dicen y repiten todos los días: ”Creo en Dios Padre Todopoderoso Creador del Cielo y de la Tierra”?
Dios no se condiciona a una sola consciencia, Dios vive a través de Sus criaturas, sino no sería Dios. ¿Y acaso Dios no puede estar aquí? ¿Qué lo impediría? ¿Cuál sería la razón para no hacerlo?
¿Comprenden lo que les digo?
El conocimiento nunca se detendrá ni tampoco se limitará a la mente humana porque no sería conocimiento, sino palabras que solo pasan por sus ojos y no tienen ningún sentido.
¿Cuál es la verdadera espiritualidad? ¿Cómo se alcanza esa espiritualidad? ¿Solo a través del cristianismo?
¿Quién estuvo antes de que Yo llegara al mundo? ¿Solo los patriarcas y los profetas? ¿Qué fue todo lo que sucedió en Oriente?
Hasta el mismo Hijo de Dios fue humilde, aun siendo pequeño, para reconocer a los Reyes que lo visitaron en la gruta de Belén. ¿Ellos no eran seres espirituales? ¿Cuál era su tipo de contacto para saber perfectamente que el Hijo de Dios iba a nacer allí?
Abran sus ojos y no sus mentes. Dios habla a Sus hijos, así como Él lo desea y así como Él lo necesita, y eso no significa otra religión, porque Yo no vengo a fundar otra religión en el mundo. Vengo a hacer del mundo una verdadera religión que no está en las Escrituras, está en la acción del amor y del perdón en los corazones. Allí está el Cristo. ¿Y eso no es verdad?
Pero aún el hombre desea sufrir para poder aprender algo. Lamento por aquellos que no creen sin haber visto, porque se arrepentirán, y hoy lo declaro ante el mundo entero.
Yo soy el mismo Señor de ayer y de hoy, pero nadie sabe verdaderamente lo que sucedió en Mi Transfiguración en el Monte Tabor.
Si ustedes no quieren abrir sus ojos, no los abran, hablo de los ojos de su consciencia.
Se perderán así una importante Gracia, pero Yo no Me detendré, nadie lo impedirá, porque quien lo impida, o lo intente hacer, irá en contra de Mi Padre y Yo les aconsejo que no estén allí.
Así como les hablé a los ciegos fariseos, hoy les hablo a los fariseos que dicen vivir Mi espiritualidad.
Yo salí del sepulcro para mostrarles la verdad de Mi Resurrección, pero Yo no podré romper sus blancos sepulcros que adentro están llenos de otras cosas.
¿Esperarán dos mil años más para poder cambiar? ¿Ya no es suficiente lo que vive el mundo? ¿Cuál es la razón de no creer en el amor que Yo les traigo desde hace tantos años?
Si Yo no viniera por fuera de la Iglesia, esto nunca hubiera sido posible. Pero Dios sabe escribir y Él lo hace como Él lo necesita, y eso ustedes nunca lo comprenderán, porque Dios no escribe a través de las palabras, Él escribe a través de los hechos, de los testimonios, de la conversión y del amor que pueden vivir las personas, más allá de cualquier religión o doctrina.
¿Seguirán demorándose en vivir el verdadero ecumenismo?
No pierdan más tiempo, el mundo está sufriendo, ocupen su tiempo en el servicio, en la oración y en lo que verdaderamente es necesario para sus vidas.
No se contaminen más con todo lo que ven o escuchan.
Yo dejaré una prueba aquí de que he estado, es una promesa. Y cuando Yo deje de venir eso sucederá, porque el hombre no ha comprendido aún la Voluntad de Dios.
¿Aún la seguirán desafiando? ¡No lo hagan más!
El amor siempre triunfará.
Yo conozco a Mis amigos, porque Yo veo los frutos que dejé en cada uno de ellos. Esos son los verdaderos frutos que Yo busco; no los frutos de su perversión, de su juicio o aun de su maltrato.
Todo lo que he hecho, en este último tiempo, tiene una razón espiritual desconocida y Yo le doy valor a todo lo que aquí ha sucedido, por lo que Yo mismo puedo testimoniar de los que perseveran en Mí.
Pero todos serán probados cuando Yo deje de venir aquí. Esa será la hora que Yo tanto espero, en la que deberán dar testimonio de lo que dicen que creen y viven por Mí.
Y llegará el juicio de los dos testigos y las últimas Escrituras se cumplirán, así como Juan lo ha visto en el Apocalipsis.
Esto no es un mensaje de persecución ni de última era. Este es un mensaje que viene del Corazón del Universo, de la Esencia profunda de Dios, en donde se gesta y se vive Su Voluntad.
Por eso, hoy he traído a todos los ángeles del Cielo, más de ciento cuarenta y cuatro legiones para que, ante los Señores de la Ley, sean testigos de lo que aquí sucede y ha sucedido, como parte de los méritos de Mi dolorosa Pasión.
Y consumaré este testimonio por medio de la celebración de la Eucaristía, porque lo que Yo enseñé hace dos mil años atrás, no solo fue un legado para el mundo, es una obligación de todos los corazones vivir esa unión Conmigo, en el amor y en la verdad. Y ese legado es para aquel que lo quiera recibir en reverencia y humildad.
Traedme aquí el incienso y el agua, para bendecir este altar.
Nos colocamos de pie.
“Señor Dios del Universo, que das la Vida y la Gracia a Tus hijos, Tú que has gestado desde el principio, desde antes de la llegada de Tu Hijo a la Tierra, este momento para que los corazones sientan la verdad y no las apariencias, porque Tu Poder, que es Gloria y soberanía, ha descendido aquí, Poder inconfundible e irrefutable, Poder colmado de Tu Amor y de Tu Verdad, de Tu Luz y de Tu infinita Misericordia.
Deseo, Padre, que se cumpla Tu Voluntad en los que no son merecedores de Tu Gracia, porque aún el Poder y el valor de Mi Sangre es eterno, infinito, para toda la humanidad. Y por el Poder de Mi Sangre, hoy se cumplirá aquí Tu Voluntad. Amén.
Disipa, Señor, todo lo que está contra Tu Voluntad y omnipotencia. Que el Poder insondable de Tu Luz y de Tu Amor desciendan en este momento, para que Tu Amor esté en los corazones”.
Así como bendigo este lugar, bendigo a los corazones que escuchan abiertos a reconocer Mi Palabra, porque los lobos están entre las ovejas. Son los lobos que nunca ustedes imaginarían, los que necesitan de Mi redención.
Traemos el altar.
El agua para lavar las manos.
Yo les enseñé a amar a través de este testimonio, entregado al mundo para la redención de sus pecados y la liberación de las almas de su prisión espiritual e interna.
Después de haber lavado los pies y las manos de Mis apóstoles, en un momento tan solemne como este, Yo tomé el pan, lo elevé para consumar el sacrificio del Hijo del Hombre, enseguida lo partí y se lo di a Mis apóstoles, diciéndoles: “Tomen y coman, porque este es Mi Cuerpo, que es entregado por los hombres para el perdón de los pecados”.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Amén.
Enseguida tomé el Cáliz, elevándolo a Dios para confirmar la consumación del sacrificio del Hijo del Hombre y que fuera bendecido. Enseguida, se lo entregué a los apóstoles diciéndoles: “Tomen y beban, porque este es el Cáliz de Mi Sangre, Sangre de la Nueva Alianza, que será derramada por su Señor para la remisión de las faltas. Hagan esto siempre en memoria Mía”.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Amén.
Consumamos este momento a través de la transubstanciación del pan y del vino. Y así como el pan y el vino, el Cuerpo y la Sangre de Cristo, se vuelven a elevar en sacrificio y ofrenda, en este momento elevemos nuestras almas, corazones y vidas, para también consumar la grandeza de este testimonio de amor, por medio de la Eucaristía.
Es así que unidos al Corazón de nuestro Rey, Maestro y Señor, oramos la oración que Él nos enseñó.
Padre Nuestro (en portugués).
Padre Nuestro (en inglés).
Declaramos en este momento la Paz y el Amor de Cristo en la humanidad.
En este momento, los ángeles son testigos de la aparición de Nuestro Señor Jesucristo, ante la Mirada compasiva de Dios y de los corazones abiertos.
En este momento, se cumple la Voluntad de Dios y las almas que escuchan viven su Comunión espiritual Conmigo.
Nos unimos a todas las almas del mundo en Comunión espiritual con Cristo y por Cristo.
“Señor, yo no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra Tuya bastará para sanarme”.
Repetimos.
Madre y Hermana Lucía, por favor.
Madre María del Salvador y Fray Luciano, por favor.
El Señor nos está pidiendo que, juntos y unidos, consumemos este momento en Su Presencia.
Su Señor, a través de los tiempos, en el silencio de Su Corazón, debe soportar la injusticia de los hombres, pero ese sentimiento tan profundo y desconocido por ustedes, es disuelto y colmado del amor y de la devoción de las almas verdaderas, así todo se cumple.
Yo los bendigo y les agradezco por haber orado Conmigo en este día.
Mi promesa de llegar a África está vigente y no desistiré.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
A pedido de Nuestro Señor Jesucristo, cerrando este encuentro en el Corazón de Nuestro Señor, resonará una última melodía, una última canción: “Por el poder de la Sangre de Jesús“.
Gracias, Señor, por cuanto nos das.
En este encuentro Te honramos, Señor.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Es en el silencio de Dios en donde se guardan los más grandes y preciosos tesoros de la Creación. Testigos de todos esos tesoros son los árboles, en su diversidad y manifestación, en su expresión y belleza.
Los árboles son los templos que traen hacia la Tierra los Principios de Dios. Ellos captan desde el Universo las energías mayores que la humanidad necesita para elevar su consciencia y curarse.
Hoy están en un lugar al que Yo tanto he esperado llegar desde hace muchos años, uno de los lugares del mundo más importante para Dios.
Aquí no solo están los testigos de la Creación del Padre desde hace millones de años, sino más aún, aquí están presentes los guardianes del Legado original de la humanidad, los que a través de la Sagrada Montaña Blanca, son los que celan y protegen ese sagrado conocimiento que viene de la Hermandad.
El norte de California es el receptáculo interior del Legado original de la humanidad, algo que hoy las mentes no saben y que escuchan por primera vez.
Los grandes vigilantes del Reino Vegetal están aquí presentes cumpliendo una tarea desde hace millones de años, desde antes que existiera el hombre en la superficie como consciencia y como ser.
Los he traído aquí a todos, en los planos internos, para que puedan recordar y participar del Origen de sus orígenes como humanidad de superficie, como consciencias que deben evolucionar y alcanzar los grados de amor a través de Mí, así como a través de los Reinos de la Naturaleza.
Estos grandes árboles son testigos de los errores de las diferentes civilizaciones de la humanidad, de los acontecimientos que sucedieron y que marcaron también a la Creación, no solo dentro de este planeta, sino fuera de él, en el Universo, en la existencia.
Ellos sienten todo lo que ha hecho el hombre de superficie, todo lo que la humanidad ha generado desde el primer momento en el que existió en la superficie de la Tierra hasta los días de hoy.
Ese sufrimiento lo transmutan los grandes árboles del norte de California, así como también otra parte de los Reinos, y aún la humanidad no tiene consciencia de que eso sucede.
Los árboles del norte de California son un gran misterio para el hombre de superficie. Es hora de que la humanidad descubra el valor que ellos tienen y la espiritualidad que portan como alma-grupo del Reino Vegetal.
Ellos son también los grandes guardianes y vigilantes de los Retiros interiores del planeta. Ellos están presentes a lo largo de los Andes, cada especie y cada árbol, cumpliendo una función principal y primordial para Dios.
Ellos son los templos que guardan los mil portales, a los que la humanidad necesita acceder a través del verdadero y único tiempo que los rodea en el Universo y en el Sistema Solar.
A través de los grandes árboles encontrarán el acceso hacia la realidad superior y podrán vivenciar todo lo que guarda esa realidad superior, y que viene al encuentro de los que buscan la Paz y el Amor del Universo.
Los árboles experimentaron el sufrimiento que vivió el planeta y todo lo que la humanidad le ha generado. Aun así, ellos están presentes aquí sosteniendo lo que la humanidad de hoy no puede sostener, donando lo que la humanidad de hoy no consigue donar y entregar al Padre Eterno.
Su silencio e inmovilidad los hace grandes y fuertes para sostener también el eje de la Tierra y el corazón de este planeta.
Pero ahora es el momento de que todo esto salga a la luz, de que nadie más sea ignorante, de que nada más sea imperceptible ni oculto.
Ellos necesitan el amor de los hombres de la Tierra para poder seguir cumpliendo su tarea espiritual e interna.
Ellos también fueron testigos de lo que le sucedió a su Maestro y Señor, desde antes de que su Maestro y Señor existiera en esta humanidad a través de la encarnación en el humilde pesebre de Belén.
Los grandes Arcángeles de Dios fueron los que ayudaron y aportaron Sus conocimientos para la creación y la manifestación de esta expresión y belleza de Dios, por medio de los devas y de los ángeles menores. Porque los árboles palpitan y vibran en una importantísima melodía que el hombre de hoy desconoce.
Es solo aproximarse a ellos para reconocerlos y sentirlos, y saber que los grandes árboles que se guardan en el norte de California son los antiguos ancestros que no quisieron salir del planeta para ayudarlo en su proceso de evolución y de cura.
Los grandes ancestros de los pueblos indígenas de Norteamérica están aquí. Su sabiduría, su humildad y su amor los ha hecho expresar esta grandiosa manifestación de la Creación del Reino Vegetal, que supera los límites de la consciencia humana, no solo mental sino también visual.
Los grandes árboles tienen mucho para dar a los hombres de la Tierra. Ellos solo necesitan ser reconocidos para que sus esencias se puedan abrir y mostrar, así como hoy se muestran a ustedes en una profunda e incondicional simplicidad.
Fue tan grandiosa su oferta y entrega que se donaron, por medio del madero de la Cruz, para poder ayudar a la humanidad a través de la entrega del Hijo de Dios. Por eso son los grandes testigos del ayer y son los que traen para la humanidad el sagrado conocimiento de la Creación.
Los árboles son una vida no comprendida aún y ellos tienen, en su constitución, lo que el ser humano necesita para poder evolucionar y despertar cada día más.
En estos sagrados espacios del universo vegetal se recoge también la sagrada Jerarquía para poder pensar y meditar sobre los próximos pasos de esta humanidad y de este planeta, así como de todo el Universo.
En los lugares más simples es en donde se encuentra Dios y es en donde Él se muestra en Sus diferentes manifestaciones.
Quiero que sepan que los grandes árboles del planeta seguirán siendo los testigos, pero en este ciclo serán los testigos del tiempo final.
Los hombres los han dañado, ultrajado y herido, y la sangre de su savia tiene un precio para todo el género humano. La falta de conexión con lo Alto y el Universo es la razón de tantos desequilibrios psicológicos y siquiátricos.
Ellos también vivieron su pasión, tan semejante a la de su Maestro y Señor. Por eso la reconciliación y el perdón de los hombres es imprescindible para estos tiempos, para que se corte esa cadena de daño y de destrucción del Reino Vegetal.
Alégrense porque son conscientes de todo este conocimiento y, sobre todo, de lo que ellos han querido hablar desde hace millones de años y nadie los ha escuchado. Hoy es la primera vez que eso sucede, porque su Maestro y Señor se ofreció para que todo esto se diera conforme a la Voluntad del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Cuando el hombre de superficie comprenda porqué existe cada Reino, la humanidad evolucionará y ya no se perderá en los sufrimientos ni en las pruebas.
Por eso, estos grandes árboles están en el norte de este planeta. Ellos son los grandes captadores del principio y de la energía divina para la humanidad. Y eso lo siguen cumpliendo y realizando desde hace millones de años. Es un eterno servicio de amor por las almas y por todos los planos de consciencia.
Ahora digan al mundo que es el momento de reconstruir el planeta y de curar a los Reinos de la Naturaleza, de plantar árboles y de regenerar la vida, el suelo y sobre todo a las consciencias que nunca estuvieron atentas a la Creación y que están para servirla, para hacerla crecer y despertar.
Los Retiros interiores ofrecen estas llaves para todos los seres humanos, independientemente de su condición espiritual, mental o material; porque los grandes árboles de Norteamérica están presentes y existen para que los hombres y mujeres de la Tierra nunca se olviden de regresar al Origen de su esencia que es el amor, la armonía y el equilibrio interno y espiritual.
A pesar de que el mundo esté convulsionado, en el silencio del Templo de los Árboles, de los mil portales, se abren los planos de la Divinidad Única para que todos puedan recibir y acoger la donación que ellos entregan en su silencio y firmeza, para que la cura regenere a las consciencias y para que las consciencias encuentren el camino para entrar en comunión con la Creación.
En el silencio escuchen al alma-grupo de los árboles, de los grandes testigos y guardianes de Norteamérica y del mundo.
Que la humanidad reaccione y ya no se autodestruya ni tampoco destruya a sus hermanos menores, en este caso al Reino Vegetal ni a sus elementales, devas y ángeles que, en su quietud y silencio, celan y protegen su evolución como raza y como consciencias.
Sean tocados por esta poderosa luz que viene de los grandes árboles de Norteamérica y que, desde el coronario hasta el sur del planeta, todo sea trasmutado, transubstanciado y elevado bajo el amor incondicional de la Creación y de sus grandes regentes del Universo.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
La Paz sea en ustedes.
Que suenen treinta y tres campanadas anunciando Mi Retorno y Mi Resurrección en los corazones que estaban muertos.
Mi Reino es su Reino. Mi casa es su casa.
Yo no soy de este mundo, pero vine para salvarlo.
Dichosos de los corazones que se abrieron para escuchar Mi Voz, porque el Espíritu Santo está haciendo morada en esas almas en este día de resurrección de los espíritus que estaban caídos.
Eleven sus corazones hacia el Trono del Padre.
Que sus corazones se sientan glorificados y bienaventurados, porque la Promesa que fue escrita se está cumpliendo. Y los nuevos seres sobre la Tierra escribirán en el Libro de Luz las Palabras de Dios.
Glorifiquen al Padre en este momento.
Alabemos al Dios del Amor y de la Unidad.
Los supra universos vienen a este lugar.
Las estrellas y soles se congregan por un Plan Mayor, irradian sus rayos y sus luces sobre el mundo en este día.
Así están conociendo el Poder del Hijo de Dios, el cual viene a acogerlos y reunirlos en el nombre del Amor.
Glorifiquen al Dios de las Alturas, porque está enviando por segunda vez a Su Hijo a la Tierra.
Les pido nuevamente sean testigos de todo lo que han vivido en estos días, porque alguien lo deberá vivir también en un próximo tiempo, a través de todo lo que ha quedado sembrado en sus corazones.
Hoy Mi Corazón se enriquece por su amor.
Hoy Mi Corazón siente la paz de sus corazones, y las espinas que fueron retiradas de Mi sangriento Corazón durante estos siete días consecutivos.
Siervos de Mi Padre, amigos Míos, no comprenderán lo que esto significa, pero los sigo invitando a que amen lo invisible, allí está el verdadero Plan del Padre para este mundo.
Los Reinos se abren ante sus ojos y corazones, para que las Palabras de Luz sean sembradas en sus esencias y las Leyes se cumplan en los corazones que están pobres, que han quedado sin Dios y sin el Amor. Por eso ustedes son los llamados apóstoles del nuevo tiempo.
Sus consciencias son reunidas en este ciclo de Apocalipsis, para cumplir con lo que está en la Escritura.
Muchos han entendido que eso sucedería en otras religiones. Pero Yo vengo nuevamente a los más simples, como Yo fui simple entre ustedes desde el principio.
Hoy les entrego Mi humildad y Mi pacificación, pilares importantes para poder sustentarse en este fin de tiempo. En el Amor podrán vivir las Leyes que el Señor espera en ustedes.
Yo los necesito todo el tiempo disponibles y abiertos para escucharme.
No podré decirles cuando retornaré por tantos días seguidos.
Que sus células sientan grabadas los códigos de Mi Luz, Mi Luz Crística y Redentora.
Con Amor y Misericordia he compartido el Espíritu de Mi Sangre Divina. Derramé el Agua que nació de Mi Costado sobre sus seres, para poder preparar sus consciencias hacia lo nuevo.
Pero de todos los que fueron llamados, sé que pocos Me responderán.
En un pequeño Cenáculo Yo regresaré, y los más simples Me esperarán para la nueva Cena, donde Yo volveré a compartir el Pan de Vida y la Sangre que transfigura sus cuerpos.
Sírvanse de este Misterio tan infinito, amen este Misterio tan infinito, así podrán ingresar a lo que Yo necesito que ingresen. Que sus moradas sean templos para Dios, donde se viva la Ley, la Unidad y el Amor.
Sientan Mi Paz en este momento y únanse a Mí, como en el primer día; pero en el término de este día, intentaré hacer algo más con ustedes. Ábranse para eso que es desconocido a sus ojos y que no tiene ninguna respuesta para sus mentes.
Mi Espíritu ya es omnipresente y poderoso, y Él se proyecta sobre diferentes partes de la Tierra para congregar a los que se han olvidado del Padre, que vinieron a cumplir con esta parte del Proyecto de Dios. Pero hoy quiero en alegría y en gloria, comulgar con ustedes, que reciban nuevamente, a través de esta Comunión, Mi símbolo de paz.
Alégrense, porque vuestros corazones comulgarán de Mi Cuerpo Glorificado y beberán de la Sangre de la Redención.
Recuerden que cuando estén delante de estos elementos sagrados, están delante de la Presencia de Dios. Por eso cuiden lo que les ha sido entregado con tanto Amor.
Muchos desearían recibir este don tan especial, esta Gracia suprema que desciende directamente a sus corazones, sin ningún intermediario, solo a través de Mi Corazón Misericordioso.
¿Saben lo que esto significa para este tiempo actual?
Pero, nuevamente, vengo a recordarles la importancia de vivir Mi Evangelio, porque delante de todo lo que han recibido hace tantos años ya están preparados para ayudar a sus semejantes, para asumir tareas maduras y conscientes y propagar sobre todos los lugares de la Tierra la Paz de Cristo.
Los ciento cuarenta y cuatro mil ya no son una teoría. Yo vengo a revelar ese Misterio que muchos no conocen. Los ciento cuarenta y cuatro mil están siendo llamados desde los cuatro puntos de la Tierra.
Y se están congregando las viejas tribus de Jerusalén, para un tiempo actual y necesario, en donde se necesita del amor y de la disposición, para que todos se unan a través del Amor de Cristo y permitan cumplir el Plan del Padre, como mediadores sobre la Tierra.
Yo los llamo para esta tarea mayor. Únanse primero a Mi Espíritu paternal, y a su tiempo Yo diré todas las cosas que deseo.
Ahora vengo fuera de Mi Iglesia, porque todos son merecedores de Mi Divina Misericordia. Por eso vengo a hablar en este fin, del principio de Mi Iglesia, de la Iglesia interior, que muchos han dejado atrás por vivir en la iglesia exterior.
El Espíritu de Mi Padre es la gran Iglesia en sus corazones, que deberá elevarse hacia los Universos de Luz, para que después de esta vida terrenal, encuentren la vida eterna y el paraíso, consciencias supremas que existen sobre este universo, donde muchos son moradores, santos y bienaventurados que trabajan por este Plan Mayor e Infinito.
Dios me ha instituido como el Omega y también como el Alfa. Yo abrí la puerta de la liberación para ustedes en el principio de Mi venida a la Tierra como el Mesías; ahora Yo cerraré la puerta para el mal, pero será necesario que existan apóstoles dispuestos a seguirme.
Yo siempre escucharé sus sinceras peticiones.
La nueva Iglesia de Mi Corazón deberá erguirse en las esencias de sus corazones, para que ellas glorifiquen a Dios a través de la oración y de la unidad.
Este es Mi importante mensaje para la humanidad de hoy, busquen la Iglesia interior, el Templo verdadero del Único y del Supremo. Vuélvanse hacia adentro por tan solo un instante, y observen como está su iglesia interior. ¿Está abandonada? ¿Le falta Luz o Amor? ¿Dónde está la semilla que Dios les dejó a través de Mí? Busquen dentro de ustedes lo que aún no han encontrado. En el centro de sus corazones se encuentra la respuesta.
No se sientan perturbados ni solos, porque cuando el tiempo de la tribulación descienda sobre esta humanidad actual, y aunque los demonios hagan adversidades sobre los cuerpos de los seres humanos, el Hijo de Dios descenderá con Su Poder, derramando Gracias y Misericordia sobre los caídos, cerrando los infiernos que abre esta humanidad, la falta de consciencia en todo lo que hacen.
Yo los vendré a resucitar de nuevo en el espíritu y verán a sus antepasados en la Gloria de Dios, pronunciando la promesa al pueblo de Israel, la cual, hasta los días de hoy, no viven ni creen, y verán en las estrellas del Cosmos a los grandes maestros, donde enviarán el Espíritu de Dios para que fecunde la paz y todos serán uno ante los ojos de Mi Padre y todo lo que no ha ido bien a lo largo de los siglos, será destruido por la fuerza de Mi Amor poderoso.
Me verán venir entre las nubes y las estrellas, y muchos Me podrán encontrar en el corazón, porque sintonizarán Mi Clave Cósmica, aquella que Yo pronunciaré de nuevo para la Tierra, que transformará a la humanidad, a los continentes y a los Reinos de la Naturaleza.
Y el Hijo de Dios, bajo la autoridad de Su Supremo, reinará entre las almas para siempre. Y el Reino de Dios será verdadero sobre la Tierra, dejará de ser invisible para los ojos de muchos.
Por eso, antes que esto suceda, Mis queridos, Dios envía a Su Sierva fiel, aquella pequeña consciencia que dijo “sí”, desde el principio y abrió la gran puerta para la redención de la humanidad.
¿Ustedes han pensado, queridos compañeros, si María hubiera dicho “no” al llamado de Dios? Pero Su pureza era más grande que Su pensamiento terrenal. Ella era invadida desde el nacimiento por el Espíritu Santo. Su gestación fue preparada por el Espíritu de Dios, Su pureza fecundó a la nueva Tierra y permitió la liberación de Israel y de todas las tribus que vivían en aquel tiempo sobre el mundo.
Pero Ella volvió a lo largo de los tiempos, anunciándose como el Ave del Espíritu Santo, cuidando con amor y paz a la humanidad.
Muchos han llegado al Cielo por escuchar Su mensaje. Muchos han aliviado Mi Corazón sufrido por todo lo que ha hecho la humanidad a lo largo de los tiempos.
Y ahora, Yo se las envío con amor y reverencia para que transmita a sus esencia los aromas celestiales, aquellos que formaron parte desde el principio en nuestros espíritus y permitieron la liberación de esta humanidad decadente.
Ahora aunque el Reino está un poco caído sobre la Tierra, no será necesario que exista ningún otro Rey.
Sepan que Yo soy el Gobernante del Universo y como Gobernante Mayor vendré a la humanidad, anunciando la palabra de cura y de misericordia.
Por eso, Mis ángeles anunciarán ese momento tan esperado por todos, y la aurora amanecerá en los corazones que escuchen Su voz. Ella erguirá hacia los Cielos la venida del Mesías y las estrellas del Cosmos serán vistas por todos, porque cada una, en su brillo particular, anunciará Mi llegada para estar entre los Míos y para que todo vuelva a comenzar.
Canción: Espíritu Santo ven
A pedido de Nuestro Señor, vamos a repitir la oración al Santo Grial de Jesucristo y Él nos pidió que todos los hermanos que están coligados en este momento, comulguemos al mismo tiempo del pan y del vino, como una sola humanidad, respondiendo al llamado de Cristo.
Oración: Oración al Santo Grial de Jesucristo
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más