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Treinta y tres son las constelaciones principales de este Universo que llevan adelante la vida evolutiva, lugares de los cuales muchos provienen y que han venido con un motivo especial a la Tierra, para formar parte de esta escuela de redención y de perdón que Mi Hijo les viene ofreciendo desde el principio.
Nadie podrá entrar al Reino de Dios sin antes pasar por esta escuela.
Es necesario que el Universo se vuelva a recrear en base a sentimientos de paz, de amor y de caridad, en base a experiencias de redención y de perdón; de un sentimiento capaz de ir más allá de todo, así como lo hizo Mi Hijo hasta el último momento en lo alto de la Cruz.
Pero Él reunió en aquel tiempo a todos los que necesitaban de redención y de perdón, no sólo los que estaban presentes durante el acontecimiento de la Pasión de Mi Hijo recibieron esa gran oportunidad universal, sino también todas las constelaciones que forman parte de este sistema de vida, del cual la Tierra también forma parte desde hace mucho tiempo.
Pero para que esta humanidad alcance un nuevo estado de consciencia, será necesario vivir la escuela de la redención y del perdón colocando a los pies del Creador todos los acontecimientos, todas las experiencias y todos los hechos que modificaron Su divino Plan de Amor.
Por eso, hijos Míos, hoy les digo a todas las criaturas de la Tierra que estamos ya en el tiempo de vivir esa redención, para poder definitivamente trascender el sufrimiento y las secuelas que el dolor deja en la vida de los seres humanos.
Ya no es necesario aprender más de los errores, es necesario aprender del amor, de un amor incondicional y vivo que es capaz de dar la vida por el otro, así como Mi Hijo la dio por cada uno de ustedes.
En aquel tiempo, cuando Jesús estuvo en la Tierra y vivió Su Pasión, se abrió la puerta de la gran oportunidad para la humanidad y aún esa puerta está abierta a pesar de los errores presentes, es la puerta que Nosotros cruzamos cada vez que venimos del Universo a la Tierra para anunciar la Palabra de Dios, para entregar las gracias a Mis hijos y para dar nuevas oportunidades a todos los que las despreciaron por alguna razón.
Todos, absolutamente todos, están ante esa puerta de redención. Esto va más allá de la religión, de la sociedad, de los pueblos o de las naciones. Va más allá de los errores que hayan cometido en el Universo porque esa puerta está abierta por el Amor de Dios, por el Amor que Él tiene por cada uno de Sus hijos, a pesar del desprecio que Él recibe en este tiempo.
Eso también es obra de la divina e insondable Misericordia, a fin de que todas las criaturas que vinieron del Universo, y que hoy están presentes en esta humanidad, no pierdan esa oportunidad de redimirse y de amar incondicionalmente así como Jesús los amó.
Ante la revelación de estos tiempos es importante tener consciencia de lo que estamos viviendo, hijos Míos, porque esa oportunidad que hoy ustedes reciben, también la pueden recibir sus hermanos del mundo entero, buscando de una manera precisa y objetiva que las almas puedan despertar a lo que vinieron a realizar a la Tierra y puedan hacer parte de sí el Plan Divino de nuestro amado Padre Creador.
El Universo no sólo gira en torno a este mundo. El Universo es algo más que el Universo en sí. Él es más amplio de lo que parece, más vasto de lo que tiene, más infinito de lo que posee.
El Universo aún está por mostrarse a la humanidad. Sólo en los últimos tiempos, el Universo se mostró a través de la Jerarquía espiritual, con el fin de buscar el despertar de la humanidad, con el fin de entregar la advertencia de estar desviándose del Propósito de Dios, yendo por el camino de la autodestrucción.
Por eso la intervención divina se da de tiempo en tiempo, así como la intervención de la Jerarquía espiritual en diferentes regiones del planeta, con diferentes culturas y con distintos impulsos de luz que llegan de la Fuente de la Creación para traer consciencia al hombre de superficie.
Es así que hoy el mundo entero, en este día 13 de marzo de 2019, está ante la presencia de su origen, de la oportunidad de recapacitar espiritualmente y de enmendar todos los hechos por más que ellos sean desconocidos y lejanos.
Hoy los primeros velos de la consciencia caen de sus rostros para que puedan ver la realidad que deberá ser redimida y perdonada, porque esa realidad ya no estará en la Nueva Tierra, no estará en el sentimiento ni en la consciencia de la Nueva Humanidad. Todo, absolutamente todo, será transformado especialmente en este tiempo de transición y de caos.
La ampliación y la profundización del amor en la consciencia del ser humano, será la gran llave del fin de estos tiempos que podrá remediar el caos que existe en las naciones, traer paz donde ya no existe y fraternidad donde hoy no se vive.
Esa llave del amor que está en sus manos y especialmente en sus corazones, será la puerta que Cristo utilizará para retornar a la Tierra.
No será una alegoría, será una realidad viva que llegará de la noche a la mañana.
Por eso, es el tiempo de que el mundo entero resuelva sus deudas, perdone sus conflictos y trascienda los errores por la ayuda de la intervención divina que en este día el Universo les da.
Cada nueva consagración de Hijos de María es la oportunidad de ampliar ese conocimiento divino y de aproximar esta revelación a la consciencia humana, de lo que existe en el Universo, así como de lo que existe dentro del universo interior de cada ser.
Este es el momento en donde se puede profundizar el conocimiento, en donde las almas se pueden volver más conscientes de todo lo que hicieron para poder enmendarlo y perdonarlo, para poder vivir finalmente el propósito que los trajo aquí.
Por eso hoy la consagración de Hijos de María será especial para Mí, porque va más allá de su persona, va más allá de sus espíritus, llega muy cerca del Propósito Divino, del motivo principal y primordial que esta consagración generará en la humanidad y no solo en un grupo de personas.
Con esa expansión de consciencia es que hoy los llamo aquí para que vengan a consagrarse, porque estarán haciendo votos no solo con sus mundos internos, con el propósito que los trajo aquí, sino también estarán haciendo un voto con la humanidad, sabiendo que la humanidad finalmente deberá aprender a vivir la Voluntad de Dios, que ya no será necesario pasar por tantos errores y sufrimientos para poder aprender algo.
Hoy es la escuela del Amor que Yo les ofrezco a los Hijos de María, especialmente a los que hoy se consagran y colocan a Mis pies la oferta de su corazón y de su vida para alcanzar algún día la Voluntad de Dios.
Que hoy la llama espiritual de sus corazones esté encendida para que la sabiduría esté presente en la Tierra, más allá de los acontecimientos o de las pruebas, para que siempre la Sabiduría de Dios, como una llama viva, los lleve al Amor de Dios y a la experiencia del perdón, que deberá ser vivida en este tiempo con profunda sinceridad y verdad.
Escuchando el himno de su consagración, hoy volvemos a renovar los votos ante el Padre Celestial en el camino de la persistencia y de la fe, de la constancia, de la caridad y del bien por encima de todo mal o de toda prueba, de toda dificultad o de toda enfermedad, confiando plenamente en la Presencia de la Divina Gracia, en el Universo de la Misericordia de Dios, que en esta noche los congrega en la Presencia del Divino Espíritu para consagrarlos y bendecirlos, en el nombre del Amor.
Que estas flores que fueron colocadas hoy a Mis pies, no sólo sean recibidas por los que hoy se consagrarán, sino por todos los que están aquí, que Me acompañaron aquí, hasta Aurora, para apoyar a su Madre Celeste en este impulso de la nueva revelación que el Universo de Dios les está entregando para que se pueda vivir el perdón y la redención.
Que estas flores que hoy dejaron a Mis pies les recuerde el retorno a sus orígenes, a su esencia interior, a su pureza original, a su verdad, la verdad que Dios les colocó desde el principio como esencias, como almas, como espíritus.
Que estas flores, estas rosas, les recuerden siempre la Verdad de Dios, y especialmente la infinidad de Su Amor y de Su Sabiduría, presente y viva en toda la Creación.
Que sus vidas, hijos Míos, algún día se conviertan en una flor, para que la Luz del Cristo, del Cristo vivo, se irradie a la Tierra, Amén.
Yo los bendigo, los consagro y los despierto a la verdad universal, a la verdad del amor, a la verdad de la sabiduría y de la cura que todos los seres pueden vivir para alcanzar la felicidad celestial de estar en Dios y con Dios para siempre.
Yo los bendigo, con la autoridad que Mi Hijo Me concedió y por los méritos de Su preciosísima y divina Pasión, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Pueden cantar.
Les agradezco
Que la Gloria de Dios esté en este lugar para siempre.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Abriendo las puertas del Universo Celestial, la Consciencia de la Madre de Dios penetra las dimensiones profundas de la Tierra, para traer a las almas una gracia y una oportunidad.
Es que hoy tampoco estoy aquí sola, sino rodeada por las Jerarquías de la Luz, aquellas grandes Consciencias del Universo que contemplan, tiempo tras tiempo, el Plan Divino de Dios y Su manifestación en los diferentes mundos.
Con la gran bóveda del Cielo, hoy bendigo a todas las almas de la humanidad y mientras Mis portales se abren, la Luz de la Nueva Aurora emerge en el corazón de aquellos que creen en ella.
En este momento, una intervención espiritual se establece entre el Universo y la Tierra, entre las almas y Dios. Y una Gracia extraordinaria permea a todos los espíritus de la Tierra para concederles la Paz, la Redención y el Amor vivo de Dios en cada corazón humano.
Es de esta forma que las estrellas de Mi Corona de Luz hoy descienden sobre la Tierra, rodean la órbita de este planeta para encenderlo, no solo en Luz, sino también con todos los atributos de Dios, con las doce principales corrientes de Su Divino Espíritu, que harán de la Tierra un planeta rescatable y una Nueva Humanidad redimida, que finalmente seguirá los mandamientos del Señor.
Por eso escuchen la voz de la Madre de Dios en este día único y extraordinario, en donde no solo sus almas se ven beneficiadas por el Universo Mayor, sino también sus seres superiores que participan de esta coyuntura; aquellos seres que vinieron a la Tierra con un principio y con una misión, la que en estos tiempos definitivos se revelará para aquel que quiera abrirse a conocerla, porque esa misión y ese principio espiritual serán un aporte importante e imprescindible, diría, una gran tarea espiritual e interior que cada alma podrá donar para Dios con la plenitud de su corazón y de su vida, donándose constantemente al Creador en entrega, en servicio y en sacrificio.
Este compromiso de cada ser de la Tierra es vital para estos tiempos. Es por esa razón, queridos hijos, que las grandes Jerarquías de la Luz, hoy reunidas alrededor de su Madre Celeste, contemplan la gran oportunidad que tienen las almas del mundo, en esta coyuntura universal y cósmica, en donde las almas más despiertas y más disponibles para este nuevo año que comenzará, tendrán la gracia de dar un nuevo paso bajo la bendición de Dios y de Su Divina Confianza, concretando así Sus Principios y Voluntades, materializando Sus Proyectos y viviendo plenamente Su Plan.
No deben perder la oportunidad de comprender lo que Dios necesita, porque Sus Palabras no se desperdician, son agua de Fuente Viva para todas las almas de la Tierra, para todos los congregados por Su Amor.
De universos superiores viene el auxilio para el mundo. Lo desconocido se torna conocido, los Misterios se develan y las puertas se abren, para que el Sagrado Conocimiento de Dios descienda una vez más a la Tierra y esto fortalezca a las almas en su compromiso con el Plan y la vivencia de los Principios de Dios y del Propósito que el Padre tiene para cada ser.
Por eso hablo de que es una oportunidad única e irrepetible, para que este nuevo año que comienza no solo sea permeado por la consciencia y por la sabiduría, sino por la concienciación de todos, sobre lo que verdaderamente deberá suceder para este nuevo ciclo, con el aporte y la colaboración de todas las criaturas de Dios, de todos los servidores de Cristo, de los que quieren plenamente vivir en el Señor, para así, siempre encontrar Su Reino.
En los silencios de Mi Alma es cuando descienden los más importantes códigos y las almas se pueden nutrir de la Verdad.
De esa nutrición espiritual el alma encuentra su camino, retorna a su origen y despierta a la Consciencia Divina, encontrando el sentido de su existencia y la capacidad, cada vez más, de poder amar de verdad y sin condiciones, transcendiendo los límites, las fronteras y las dificultades.
Porque será el amor de cada uno de ustedes al Plan de Dios lo que permitirá que Sus Obras sigan aconteciendo; permitirá que todo pueda suceder y que nada, absolutamente nada, sea alterado por la indiferencia de los hombres o por la mediocre colaboración de las almas.
Para concretar el Plan de Dios y su próxima meta, es necesario de colaboración y de adhesión, de una adhesión verdaderamente interior, para que después sea una adhesión exterior y verdadera que pueda cumplir los preceptos de Dios, según como Él lo ha pensado y lo ha destinado para el mundo.
Pero mientras eso no suceda, hijos Míos, Dios esperará en Su Reino por las respuestas de Sus hijos. Su Reino Celestial debe descender a la Tierra en este tiempo crítico, porque de lo contrario el planeta no sobrevivirá.
Es necesario, hijos Míos, que comprendan más allá de las formas, de la mente, más allá del corazón. Que se puedan unir a la Fuente para encontrar el sentido de Sus principios y la manifestación de Sus Proyectos para estos tiempos agudos de la Tierra.
Todo el conocimiento que ya fue entregado debe ser la base para su reflexión y despertar, para su próximo paso en este año que comenzará, esperando una respuesta sincera y honesta de todos los corazones para con el Padre Celestial, y una respuesta que comprende más allá del conocimiento, que entiende más allá de la sabiduría, que acepta más allá de las formas y que se adhiere de corazón y de forma incondicional a lo que Dios necesita.
Todos esos cambios y todas esas vivencias formarán esa gran respuesta de parte de la consciencia humana, la que concederá de parte de la humanidad, la continuidad de Plan y la manifestación para estos tiempos.
Pero es importante que en este ciclo que termina, cada uno de sus corazones, cada una de sus consciencias, haga una síntesis interior, perciba la realidad, despierte a la verdad y tome conocimiento de lo que necesita tomar conocimiento, no perdiendo la Palabra de la Jerarquía, no perdiendo el sentido del Mensaje, para encontrar las próximas llaves que necesitarán, que abrirán las puertas a las nuevas oportunidades y al descenso de las nuevas gracias que tanto necesita el mundo, y también la humanidad.
No quisiera que en este año terminaran con alguna ignorancia, con alguna incomprensión o con alguna duda.
Deseo que en este año que termina su respuesta sea sincera y verdaderamente honesta para con Dios.
Lo vuelvo a repetir para que lo comprendan y lo acepten, para que lo vivan y especialmente, para que lo practiquen, sabiendo que aún hay mucho para hacer en esta humanidad que está doliente, que está enferma por apartarse del Amor de Dios, por creer en el amor propio, en las fantasías, en las ilusiones, en los espejismos que todo el mundo ofrece día a día, tiempo después de tiempo.
Pero su recapacitación para con la Jerarquía, la concienciación de su respuesta honesta y verdadera, creará nuevas oportunidades, nuevas condiciones de que la Gracia Universal y la Misericordia Cósmica llegue a más corazones de la Tierra y a más naciones.
Recuerden que aún espero poder llegar a Asia y Oceanía y esa meta deberá concretarse por todos para este nuevo año que comenzará.
No dejaré de venir al mundo hasta poder concretar esta misión espiritual, junto a la unión con todos Mis hijos y bajo la respuesta de todos.
Esto permitirá expandir la Obra en la humanidad, las misiones de servicio y de caridad en regiones tan lejanas del planeta, en donde existe la verdadera desesperación, el caos, la enfermedad, la indiferencia y la soledad de muchos corazones.
Pero ahora, hijos Míos, ustedes que son portadores de la Gracia y de la Misericordia de Dios a través de los tiempos, tienen todas las posibilidades y todos los medios para poder realizarlo, y así también poder duplicar y difundir este llamado a más corazones en el mundo, que deben despertar a la concienciación de estos tiempos, a la emergencia de estos tiempos, a la necesidad de la vida fraterna y de servicio para con las almas del mundo.
La cura del planeta está en sus manos. El cambio de la consciencia está en su interior y la elevación de esta humanidad está por medio de su oración.
Cumplan con Mis pedidos para estos próximos meses. Sean obedientes y vayan a los Centros Marianos. No dejen que la comodidad los sumerja. Hagan el esfuerzo que es necesario, que es justo, del cual merece Dios, de cada uno de ustedes por todo lo que Él les ha dado en estos últimos once años.
Así, hijos Míos, por más de que esté la tempestad en la humanidad, la oscuridad en el planeta, la tribulación en los corazones perdidos, no Me cansaré de venir al mundo una y otra vez, porque llevaré en Mi Corazón de Madre la respuesta sincera de Mis hijos para poder mostrarle a Dios y así continuar adelante con Su Plan, de que el Reino del Padre viva y more en todos los corazones para que triunfe Su Amor y Su Plan.
Tal vez en esta noche esperaban escuchar grandes cosas, más revelaciones que puede impulsar Mi Corazón. Pero eso será posible, hijos Míos, cuando su respuesta se amplíe, supere las barreras, trascienda los miedos y que ustedes se puedan adherir absolutamente a lo que les digo, sabiendo que por detrás de cada una de Mis Palabras existe un propósito, un sentido y un objetivo espiritual que aún no alcanzan sus consciencias.
Por eso, hijos Míos, abran los sentidos internos, abran el corazón y acojan Mis Palabras con la dulzura del amor por la cual las entrego, para que sus vidas se enriquezcan en Dios y vivan la plenitud de Su Sabiduría. Aún queda tiempo para poder cambiar.
Gran parte del mundo llorará por no haber cambiado, pero si el cambio nace de muy pocos, todos en la mayoría, se sentirán impulsados a cambiar, hasta en lo más pequeño que parezca.
Por eso, hijos Míos, en esta noche de gloria, de júbilo y de amor, en donde los portales del Universo están abiertos para elevar sus consciencias y a todo el planeta, la consagración de los Hijos de María en esta noche especial, es un compromiso irrefutable, intransferible e inmediato. Un compromiso de orar por los Planes de la Santísima Trinidad y de comprometerse en la vida material de espejar esta Voluntad Superior por medio de los actos, de las virtudes, del servicio y de la entrega, que serán los medios que transformarán sus consciencias para poder vivir algún día el Amor Crístico.
Que los que hoy se consagrarán se coloquen a la derecha del altar, y vengan aquí con el ánimo que Yo les entrego, que le entrego a todas las almas, a todos los que Me escuchan y a todos los que Me viven, porque la unidad de nuestras consciencias es donde se construirá el Plan de Dios y se manifestará, y sus bendiciones serán ilimitadas.
Sus Gracias se expandirán en sus consciencias y corazones, y así sus vidas se transformarán completamente conforme a lo que Él ha pensado para cada una de sus esencias.
Por eso, hijos Míos, hoy los consagro para que puedan vivir el compromiso con Dios, en nombre de millones de almas que no lo viven, que están sumergidas al hipnotismo y en la ilusión mundial y que despertarán de golpe a su realidad y vivencia, cuando Mi Hijo retorne por segunda vez a la Tierra.
Pero ustedes tendrán la oportunidad, hijos que hoy se consagrarán, de poder ayudar a esas almas que desconocen, colocándolas en la oración en cada acto de amor y de servicio, para que la Gracia Divina toque esas consciencias y más almas se puedan transformar según Cristo, según Sus Principios de Amor y de Verdad.
Escuchando el himno de su consagración, que la Fuente de la Gracia Suprema se aproxime sobre esta amada Aurora, para que los corazones sientan el gozo de vivir en el Amor de Dios, en la Gracia de Su Sabiduría, la que cura los corazones heridos, cicatriza a las consciencias que fueron lastimadas por el mal, disipa todas las dolencias espirituales e internas.
Aurora, en el Nombre de Dios, les concede la cura interior y la absolución de sus deudas, para que ese compromiso sea verdadero y transparente, amoroso y humilde, siguiendo los pasos de Nuestro Redentor, Jesucristo, el Salvador.
Colocando su mano sobre el corazón reciban la Luz de Mi Espíritu, reafirmando el compromiso con Dios y la meta de materializar Su Propósito para estos tiempos, a fin de que más almas alcancen la cura, la redención y el perdón, así como hoy ustedes, hijos Míos, ante el Universo de Dios lo alcanzan por una Gracia extraordinaria y por una expiación infinita, frutos de la Obra de la Misericordia.
Y hoy los ángeles del Santísimo Hijo transustanciarán los elementos ofrecidos a los pies de la Madre de Dios, los que se convertirán en el Cuerpo Vivo y la Sangre Viva de Cristo, para que las almas se alimenten de la comunión reparadora con Dios y de Su Esencia Sublime, la que es eterna en todo el Universo Creador.
Así como lavo sus almas, lavo sus cabezas, sus manos y sus pies, con la Fuente del Espíritu Santo, para que sus vidas se reparen en la comunión con Nuestro Salvador.
Que la Sangre Divina de Cristo sea vertida como Código de Luz en las almas sedientas del Amor de Dios.
Que el Agua que brotó del Costado de Cristo descienda como cura a los corazones.
En esta noche donde el mundo no vigila ni adora, que el Cordero de Dios, que fue inmolado y llevado al matadero, sea reconocido y adorado por sus fieles seguidores en el mundo entero, para que sus atributos de Gracia y de Misericordia, fuentes de cura y renovación, se expandan en la humanidad para tornarla algún día rescatable y sagrada, así como el Padre Celestial necesita por los siglos de los siglos. Amén.
Coman del Cuerpo de Cristo, beban de la Sangre del Señor y confíen que todo se reparará y se curará conforme como Dios lo ha pensado.
Este es el Cuerpo y la Sangre de Cristo. Felices serán los que en esta noche se sirvan del Señor, Amén.
Padre Nuestro...
Y ahora que fueron consagrados con el Espíritu, sean consagrados con Mi Paz, en la Esperanza, en la Fe y en el Amor de que comprenderán para los próximos meses lo que Dios necesita de ustedes, para que Su Voluntad se cumpla en toda la Tierra y en toda la humanidad.
Yo los consagro, hijos, y los bendigo, en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
En alegría y en júbilo, en nombre de Mi Hijo, se darán el saludo de la paz, para que la paz permee la Tierra.
¡Les agradezco!
Hoy, la reunión se realizó en el auditorio del área de F2, un gran salón donde se realizan estudios y charlas de la Comunidad.
La Madre Divina nos pidió realizar el encuentro en este lugar para que las personas estuvieran más atentas y concentradas en Su Mensaje. El sol, en estos días, ha sido muy intenso y muchas personas tienen dificultad para estar tanto tiempo bajo el sol del mediodía.
Con mucho amor y delicadeza, se preparó un bello altar y se colocó la pintura de Santa María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad. Esos detalles, más las comodidades del lugar, ayudaron a concentrar las energías, haciendo que la oración fuera profunda y llena de devoción.
Después de una hora de oración, Fray Elías se colocó de pie y se dirigió al lugar donde la Madre Divina apareció.
Se hizo silencio y comenzó la transmisión del Mensaje.
Queridos Míos:
Hoy, los convoco para que entren más profundamente dentro de Mi Corazón, para que reciban en sus manos el cáliz de Mi oferta, para que puedan permanecer Conmigo en Paz y dejarse nutrir por Mi Luz Maternal.
Quiero que todos oren más tiempo para establecer Mi Paz en esta nación y en las naciones hermanas. Debemos prepararnos para el tiempo que vendrá, así lo dice el Señor. Yo Soy la Guardiana de las almas y quiero conducirlos como un gran rebaño.
Hasta el día 25, muchas cosas sucederán. Quien permanezca en fidelidad comprenderá lo que le digo y sembrará en su corazón Mi Corazón, Mi Corazón de Luz, Mi Corazón de Paz.
En ese momento se generaron algunos movimientos en el fondo del salón y, por un momento, se hizo una pausa en la transmisión.
Quédense en paz mientras Yo les hablo, pues les está hablando el Señor a través de Mi Voz redentora.
Hoy, elevo sus plegarias hacia Mi Reino.
A aquellos que quieran creer en Mi Presencia Inmaculada, hoy les dejo la Luz de Mi Espíritu para que la puedan reconocer como la Madre de los antiguos tiempos que vuelve a surgir por el Llamado del Señor.
No quiero convertirlos a ninguna doctrina, solo a Mi oración eterna, que está abriendo las puertas para la reconversión de las almas que quieren caminar por esta senda hacia Mi Corazón.
Hoy, les irradio Mi Paz nuevamente, para que en la quietud Me escuchen y comprendan la Gracia que están recibiendo.
Yo Soy la Reina de los Cielos y la Madre de los ángeles, la Madre de todas las criaturas, y abro Mi Manto protector para que todos entren y se refugien en Mí.
Sepan, queridos Míos, que las naciones vivirán muchas pruebas para confirmar la alianza con el Señor. Estamos en el tiempo de la Misericordia, antes de que la Justicia Divina llegue a todos los corazones, vivos y no vivos.
Sepan que es importante mantener la alianza de la oración en el fin de este tiempo. Reitero Mis Palabras a cada momento para que Me escuchen y reflexionen; pues Yo, como la Reina de la Paz, les traigo Mi Luz sublime y profunda.
Debemos orar para aliviar al mundo, que busca la Luz al igual que ustedes. Por eso, Yo he venido aquí para anunciarles Mi Paz, para que encuentren el camino que les estoy abriendo en esta última fase del mundo.
Muchos secretos, en el fin de este tiempo, serán revelados; secretos en Medjugorje, secretos en este lugar, que podrán formar a las almas que se mantengan en oración Conmigo cuando Yo ya no esté aquí.
Sé qué corazón corresponde a Mi llamado. Sé quién es quién y responde al Señor para poder encontrar alivio. Sepan que las puertas están abiertas para los que se animen a cruzarlas y encontrar un nuevo destino que Mi caminar está marcando.
Lleven con ustedes la adopción de otras almas que necesitan de salvación, antes de que todo ocurra en este mundo.
En este momento, Yo estoy aquí, en este hemisferio y en el otro también, para que Mi Voz se difunda y para que todos mediten sobre Mis Mensajes que se anuncian por última vez.
Todos recibirán la oportunidad de escucharme una vez más, en el último ciclo del año 2012.
Entonces, todo comenzará y sus corazones deberán estar preparados, sin malos sentimientos y sin prejuicios, completamente donados a Mí.
A los que se animen a cruzar hacia lo profundo de Mi Corazón Inmaculado, sepan que Yo, la Reina de la Paz, contaré con ustedes en el silencio.
Hoy, estoy acompañando a los elementos para que sepan Quién está aquí, respondiéndole al Señor; y es así como ustedes Me deben responder.
Yo conozco sus corazones y sus internos, y les digo que es importante abrirse a los nuevos caminos que vendrán. Pocos caminarán sabiendo qué hacer en este último ciclo; y por eso, oremos.
Oremos por el Plan Divino, por la salvación de las almas y de los corazones que están oscuros, a los que Yo despertaré en el fin de este tiempo.
En ese momento se oró: “Ave Luminosa”.
Que Mi Corazón Misericordioso cultive nuevamente sus vidas, para que puedan nacer en Mí y Yo en ustedes como la Madre de la Reconciliación, que perdona y eleva las faltas, especialmente las de aquellos que las esconden de Mí. Como Dios es prodigioso, Yo todo lo puedo ver, para saber quién es fiel y quién no es fiel a Mi llamado.
Las puertas están abiertas a Mi Reino Celestial, y las cruzarán aquellos que se animen a hacerlo con confianza en Mí, en Mi Infinito Corazón.
Preparemos los corazones para que estén mansos durante esta noche. Después de que todo pase comprenderán, pues sepan que la humanidad, en consciencia, todavía es lenta en comprender los Designios Divinos. Pero ustedes, a lo largo de estos días, han comprendido más que los otros que viven separados del Señor, separados de Dios.
Yo los estoy preparando para que encuentren alivio y se puedan curar, para que puedan caminar junto a Mí como la Madre de Paz, la Sierva de todos los rebaños que siguen el Camino de Cristo. Curen sus dolencias con la oración y perdonen todo lo que han hecho.
Este es Mi precepto para el fin de este tiempo.
Gracias por responder a Mi Llamado.
Meditemos y comprenderemos.
Se cerró el encuentro con la canción “La Mujer que nos guía”.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
¡Gracias, Madre de Dios, por cuánto nos das!
Y tal cual Ella nos pidió, vamos a dejar a nuestros corazones mansos para recibirla esta noche en la Colina de las Apariciones, como todas estas noches.
Gracias a todos.
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más