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En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Mi silencio debe ser escuchado porque es el silencio de Mi Hijo, el silencio de Dios, porque estos son nuestros últimos Mensajes, son nuestros últimos impulsos a la humanidad.
Por eso, son los momentos más importantes, en los que el silencio interior debe predominar más allá de la palabra; porque la Sagrada Palabra ya creó el universo, ya manifestó la vida y toda la existencia.
Ahora, hijos Míos, deben dar espacio al silencio para aprender a escuchar; porque así, ayudarán a que, en este momento de la humanidad, esta raza de superficie ya no se justifique, sino que aprenda a abrir los oídos internos para aprender a escuchar todo lo que Dios les dijo a través de estos últimos tiempos, a través del Corazón Inmaculado de su Madre Celeste, a través del Corazón de Mi Amadísimo Hijo Jesús y a través del Corazón Casto de San José.
Este es el tiempo de aprender a escuchar la Palabra de Dios. Es el tiempo de aprender a asumir esa Palabra como parte de sí mismo; para que así, poco a poco, se pueda manifestar la Voluntad de Dios en este ciclo de grandes definiciones para todos.
Pero no pierdan de vista lo que les estoy diciendo en este momento. Que sus corazones y sus mundos internos guarden con mucho celo estas Sagradas Palabras de la Madre de Dios, para que aprendan a tomar decisiones correctas, para que aprendan que, en esta vida material, el diálogo es la base de todo entendimiento.
Por eso, les pido, una vez más, que abran sus corazones, que permitan que sus mundos internos reciban este impulso de la Madre de Dios. Porque será de esa forma, hijos Míos, que la esencia crística se aproximará a ustedes para que aprendan a vivir, así como vivió Jesús; para que aprendan a sentir, así como sintió Jesús; para que aprendan a donarse, así como Cristo se entregó por ustedes.
En esta noche, no quiero extenderme demasiado, porque la mirada de la Madre Celeste está en asuntos urgentes de la humanidad. Tenemos muchas guerras aconteciendo en el mundo, aún la sangre inocente sigue siendo derramada y no se toma consciencia de esto, hijos Míos.
Por eso, lo único que Yo les pido es que hagan silencio y que escuchen nuestras últimas Palabras por aquellos que no escuchan la Palabra de Dios, por Mis hijos que por diferentes razones cierran su corazón y no le encuentran sentido a la vida que Dios les regaló.
Por último, vengo a agradecerles a los corazones valientes y orantes que, durante estos últimos nueve días, con mucha fe y convicción, se reunieron a través de la “Oración por la Paz en las Naciones” para cumplir y responder a Mi pedido especial por las familias.
Sepan y crean absolutamente que, todos los que durante los nueve días colocaron sus intenciones, sus oraciones y sobre todo sus corazones a Nuestros Pies, recibirán la Gracia que tanto han pedido.
Que en este tiempo pueda prevalecer la paz, el entendimiento y la escucha para que no sea demasiado tarde, sino para que más corazones y más almas reciban la Gracia del Retorno de Cristo, Nuestro Señor.
A través de los ángeles, que en este momento Me acompañan y que son testigos del renacimiento de Cristo en cada corazón, Yo les agradezco por responder a Mi llamado y los bendigo en nombre de la Paz Universal.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Mientras el universo se abre frente a sus ojos, nunca pierdan la paz. Mi Paz siempre los confortará y les dará el entendimiento sobre estos tiempos.
Este universo se abre para que lo puedan conocer, para que se animen a profundizar en él y así puedan encontrar el sentido y la razón de existir esta Creación.
En esos universos existen varias realidades y hacia allí hoy los quiero llevar, porque el mundo debe elevar su consciencia. La humanidad debe trascender sus miedos y así encontrar la confianza en lo que existe, en lo desconocido.
Desde el universo hoy traigo Mi Mensaje para todos, porque aún la humanidad tiene que escuchar la Palabra de Dios, esta Palabra que viene a fortalecerlos y a darles nuevos valores para que sus almas estén en comunión con el universo y con la Vida Mayor.
Para llegar aquí he cruzado muchos planos de consciencia, eso siempre lo deben tener presente. Para que Yo pueda venir al mundo y hablarle a la humanidad, los universos se tienen que abrir, los portales se tienen que expresar y el gran camino de la Luz es construido para poder llegar a la Tierra y presentarme.
Después de todo lo que ha sucedido en agosto, como Madre y Guardiana de la Fe, vengo a hablarle a la humanidad nuevamente. Porque aún hay hijos Míos que no escuchan la Palabra de Dios, solo la oyen y eso no es suficiente.
En este tiempo de purificación, sus consciencias deben estar unidas a la vida universal. Así, las corrientes del universo los auxiliarán y les darán la fuerza interior que necesitan para poder superarse.
Todo lo que es material deberá ser purificado. Por eso, este es el tiempo, hijos Míos, que ustedes vivan esa trascendencia día a día.
Por eso, Yo traigo el universo para ustedes, para que primero lo puedan reconocer dentro de sí y después puedan expresarlo, aun estando en la vida material, aun viviendo en este planeta y dentro de esta humanidad.
Por eso, sus consciencias deben retornar al origen. No al origen de los errores, de las culpas, de las incomprensiones que tal vez vivieron una vez en el universo o dentro de este planeta escuela.
Deben retornar al origen de su verdad, al origen de su esencia. Allí nada podrá corromperse, porque si están en Dios, Dios estará en ustedes y se cumplirá Su Palabra.
Estos tiempos no solo son tiempos definitivos, tiempos de pruebas, tiempos de confirmación, son tiempos en los que el universo se reúne y se une, y así todas sus Jerarquías, para ayudar a la humanidad.
Los Comandos en el universo son muy amplios, los desafíos por la humanidad son muy grandes. Pero hay una sola razón y motivo que a todos los mantiene aquí, que es el amor por el Proyecto de Dios. Un Proyecto que decayó muchas veces y que se desvirtuó a lo largo de los tiempos.
Pero eso, hijos Míos, ahora no es importante. Lo importante es su despertar, y en su despertar estará la evolución de sus consciencias y esa evolución de sus consciencias solo se alcanzará a través del amor y de la entrega.
Mi Hijo les enseñó cómo hacerlo. Su Instrucción es vigente y atemporal. Sí o sí la humanidad debe caminar al encuentro del portal que los llevará a la Tierra de los Nuevos Cristos. Y esto, hijos Míos, no es una teoría, es una realidad, es una aspiración de Dios, es una meta.
Cuantos más desisten, menos posibilidades tienen de que todos puedan llegar hacia ese portal que el universo abre en la consciencia de la humanidad, y que algún día la llevará al encuentro de la Tierra de los Nuevos Cristos.
El Amor de Mi Hijo les hará conocer ese camino, les hará comprender esa meta y esa aspiración de Dios.
Después del 8 de agosto, el Padre Eterno no ha desistido y no desistirá, aunque la mayoría de Sus hijos tengan su consciencia ocupada en una realidad inferior e indiferente.
Las pruebas vienen a enseñarles a todos ustedes, hijos Míos, que es tiempo de cambiar algo, que no solo puede quedar en la mente como una información o parte de la memoria, que deben practicarlo y aplicarlo en la vida de este tiempo.
Por eso, el universo se moviliza y trabaja incansablemente. Sus corrientes cósmicas, sus espejos de luz, sus Jerarquías, sus puertas universales, mentales y divinas, todo se entrelaza y se interrelaciona a través de los Rayos para ayudar a la humanidad.
Hijos Míos, hay una parte que la Jerarquía no puede hacer por ustedes, y es a ustedes a quienes les corresponde hacer esa parte.
Su fe en este tiempo deberá ser fortalecida al igual que su confianza en el Plan de Dios, son tiempos de situaciones increíbles, nunca antes vistas.
Pero ustedes no pueden quedarse allí, en lo superficial, deben aspirar a lo inmaterial aunque no lo conozcan, aunque no lo entiendan, aunque no lo vivan.
De allí vendrá la ayuda de la Fuente, así como la Fuente Inmaterial ayuda a todo el universo, al resto de la Creación. Ustedes están en un tiempo que ninguna otra humanidad vivió.
¿Ahora comprenden la importancia de este momento?
Sus vidas deben ser el propio mensaje cumplido, la Palabra de Mi Hijo manifestada a través de la redención y de la entrega a Dios.
Eso justificará, en este momento, todos los errores que comete el mundo y que lleva adelante la humanidad, aun dentro de una pandemia.
No dejen que la Ley de la Misericordia se aparte, llamen por la Misericordia de Dios y confíen.
Llego al mundo para poder profundizar en el despertar, sabiendo que el universo está allí a la espera de los que se autoconvocaron y de los que retrocedieron en el camino de Mi Hijo.
El compromiso de cada ser no se disuelve, por más que se cambie de vida, por más que se aparten del camino, porque es un compromiso esencial, es algo que ustedes traen dentro de sí mismos, en la esencia, aportado por la Fuente Inmaterial.
¿Ahora comprenden el sentido de esa responsabilidad?
Estar con Mi Hijo no es un momento pasajero ni emotivo, Nuestras Palabras deben cumplirse en ustedes, porque Dios las dona por amor y sabiduría.
Eso hará recrear la Creación, y sus vidas siempre deberán vivir una metamorfosis, un cambio constante, una transformación permanente, porque es allí donde Cristo obra y lleva adelante Su Plan.
No les pedimos lo imposible, sino lo que es posible, lo que proviene del corazón y renueva la vida.
En nombre de todas las Jerarquías del Plan Divino y Universal, los santifico y los bendigo en este momento para que, saliendo cada día más de sí mismos, alcancen la realidad suprema, aun viviendo la vida material.
No es imposible, solo es aspirar y querer, la Vida Mayor allí estará, llamando a las puertas de sus consciencias, llevándolos al despertar y a comprender, más allá de todo, el Plan.
Que su fe sea renovada, que el compromiso sea recordado por todos, que las Virtudes y los Dones de Dios se cumplan en la superficie de la Tierra para que nazca la Nueva Humanidad.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Hoy la voz de su Madre Celeste emerge desde el desierto, en un lugar lejano del planeta para ustedes y que Dios les ha dado hoy la oportunidad de conocer para que ese lugar se pueda revelar y mostrar al mundo.
Por esa razón, vengo de ese lugar y desde ese espacio para pronunciar la Palabra de Dios, para traer a las almas la revelación interior que proviene del Universo y de la Vida Cósmica.
Desde ese lugar, Yo traigo el mensaje para todos, para que lo puedan sentir, percibir y reconocer, sabiendo que son tiempos en los que la humanidad deberá volver a ubicarse en el Plan del Padre, después de haberse apartado durante mucho tiempo, de haberse alejado de la Ley y del cumplimiento de los Mandamientos.
Es por esa razón que hoy vengo desde el Gran Cañón del Colorado, en donde la historia de la humanidad está guardada en su más profundo e interno silencio, en donde la naturaleza y principalmente el Reino Mineral revela ese mensaje para todos, con la potencia y el poder de su expresión, de su belleza y de su hermosura.
En ese lugar hubo muchos acontecimientos, una de las primeras civilizaciones allí surgió, una civilización que mantenía un contacto con Dios y que sabía cuál era la esencia del Plan de Dios y de su cumplimiento en la superficie.
Dios les mostró a ellos, de esa forma, Su Divina Voluntad para que la pudieran vivir y cumplir conforme Él lo había pensado.
Es una civilización desconocida para todos y aún no revelada para el hombre de superficie, pero que sí existió desde tiempos remotos, en los que la humanidad vivía un proceso fluido de contacto con su mundo interno y el Universo.
Desde allí provenían las sagradas instrucciones para toda esa civilización que alcanzó grados importantes de evolución y, sobre todo, de sabiduría. Experiencia que los llevó no solo a comprender la vida y la existencia, sino también los llevó a ingresar en otra escuela, en otra dimensión en otro plano de consciencia, en donde ya no era necesario vivir lo que se vive en la superficie de la Tierra, en donde ya no era necesario servirse de lo que es material y concreto, sino que en ese ingreso de toda esa consciencia grupo comenzaron a vivir de lo espiritual, de lo cósmico y de lo divino.
Y a partir de allí comenzaron a dar pasos importantes, no solo en su despertar, sino también en su evolución; pasos individuales y también grupales porque la esencia de todo ese acontecimiento era la unidad, la unidad de grupo, la unidad de almas, la unidad de consciencias.
Eso llevó a que esa civilización tan simple, pero profundamente contactada, viviera y conociera las leyes del Universo y todos los tesoros que guarda el Universo Mayor, y que se encuentran dentro de las diferentes galaxias, estrellas y soles.
Esa revelación se llegó para ellos, esa revelación se mostró para ellos de una forma clara y nítida. El impulso de la instrucción y del conocimiento los llevó a dar ese gran paso por toda la humanidad, aun por la humanidad presente, por la humanidad actual, aunque ustedes no lo crean.
Ellos sabían que llegarían generaciones futuras que vivirían grandes pruebas y desafíos, grandes acontecimientos y aprendizajes y, aun alcanzando ese grado tan alto de consciencia y de contacto, decidieron permanecer en el planeta para poder salvaguardar y proteger la esencia del proyecto de la humanidad y de su evolución.
Ellos así conocieron los dones del Espíritu Santo, y la ciencia se mostró en el camino de ese pueblo sagrado, de esa civilización que encontró un sentido más profundo de estar presente en el planeta para vivir la Voluntad de Dios y los designios mayores.
Pero esa historia no terminó allí, porque aún esa historia, ese acontecimiento y esa escuela se sigue viviendo hasta los tiempos de hoy. Ese sagrado pueblo y civilización se encuentra allí viviendo esa experiencia de evolución y de despertar de la consciencia, y como grupo de almas, como grupo de consciencias, siguen emitiendo y emanando esos principios para toda la humanidad, la humanidad más ignorante e inconsciente de estos tiempos.
¿Ese pueblo ya es una hermandad? Una hermandad aún no conocida ni revelada. Es más que una hermandad, es una fraternidad universal e interna, una fraternidad espiritual que también vivió su experiencia y dio sus pasos a través de la donación de sí y de la entrega de sí a la Voluntad Mayor.
Pero llegó el tiempo, hijos Míos, de que la humanidad de superficie tome contacto con estas realidades y que pueda ser retirada del sueño profundo de la ilusión y de la ignorancia que coloca a todas las consciencias a través de las modernidades y de la indiferencia.
Todos los pueblos sagrados, que atravesaron la escuela del planeta, se mostrarán en los próximos tiempos desde los planos internos, para que las almas que están en la superficie del planeta y que también viven la misma escuela de evolución, puedan servirse del conocimiento que ellos vivieron y aprendieron y que sigue siendo un conocimiento eterno que los lleva a expandir aún más sus consciencias y los lleva a elevar, a trascender y a sublimar el código genético humano que debe seguir alcanzando, así como lo alcanzó Cristo, Su gran expresión de Amor y de donación.
Ese pueblo sagrado, del Gran Cañón del Colorado, sigue aprendiendo aún muchas cosas de la propia Jerarquía y muchos ya ingresaron en nuevas escuelas de instrucción y de conocimiento, para ampliar su consciencia cósmica y, así, poder seguir abrazando el Plan de Dios en sus diferentes manifestaciones de Universo.
Que seres humanos de la superficie de este planeta y de otros tiempos hayan alcanzado ese grado de despertar impulsa a la humanidad precaria de hoy a buscar ese mismo nivel de consciencia y de despertar, aunque sea silencioso y en recogimiento. Porque ese pueblo sagrado vive su retiro permanente en el Gran Cañón del Colorado, pero también vive su actividad inteligente que le proporciona el Espíritu Santo, dentro de Su servicio de amor a la humanidad.
Es de esa forma, hijos Míos, que ellos nunca perdieron sus raíces ni su cultura. Toda esa escuela y experiencia la llevaron consigo para presentarla y compartirla con las Consciencias Mayores del Universo, con los grandes regentes de la Hermandad Celestial.
Todo fue complementado y todo fue comprendido. Y esto hace posible que el proyecto humano sea comprendido y conocido en el resto del Universo como una experiencia posible de redención, de perdón, de conversión y, sobre todo, de amor, de un amor que se expande, de un amor que se vive, de un amor que lleva a las consciencias a aceptar el Plan de Dios y a cumplirlo más allá de sus posibilidades o de sus comprensiones.
Ese pueblo sagrado del Gran Cañón del Colorado espeja hacia la humanidad lo que la humanidad necesita encontrar espiritualmente en estos tiempos. Y es su fin, su intención y propósito, que la mayoría pueda alcanzar y contactar lo que ellos alcanzaron y contactaron en su simplicidad y entrega.
Ahora, que ya tienen consciencia de todo esto y que la ilusión se apartó de la visión humana, es que encuentran la verdad de la existencia y la historia real de toda su civilización del planeta desde los primeros tiempos. Es tiempo, hijos Míos, que impulsen a la humanidad por el mismo camino, por el camino de alcanzar esa misma evolución a través de la vida grupal y de la conexión verdadera con lo Alto.
Así, la Esencia de la Voluntad de Dios será más conocida y comprendida por los hombres y mujeres de Tierra, y la ignorancia ya no los abrazará, sino que comprenderán el sentido de estar aquí, encarnados en este mundo y en este tiempo, para dar continuidad a lo que Dios necesita, dentro de esta experiencia y de esta civilización humana, que no puede seguir deteriorándose ni destruyéndose a sí misma, sino que debe abrazar la visión del Propósito y de las metas que coloca el Padre Eterno para cada grupo de almas, dentro de Su universalidad y de Su Consciencia divina.
Así, formarán parte de una gran fraternidad y se sentirán parte de una gran existencia, que no tiene ninguna condición humana y que no se restringe a los procesos internos ni tampoco mentales, sino que en la profunda espiritualidad de la vida y de la ciencia todo es comprendido y evoluciona.
Desde el Gran Cañón del Colorado, hoy su Madre Celeste se anuncia y se presenta al mundo para que sepa que está a tiempo de recuperar su civilización, sus raíces y su cultura, sus aprendizajes evolutivos y, sobre todo, su contacto con lo Alto, el contacto que alimenta el espíritu de cada ser y que proviene a través de los impulsos de la Jerarquía de un único y absoluto contacto que viene de la Ley de la Jerarquía, de la cual todos se pueden servir y aprender para estar en el camino correcto y no en otros, no en otros caminos.
Este es el tiempo de tomar consciencia de la verdad y de que sepan que todos Mis hijos son llamados a dar continuidad a esta civilización humana que debe abrazar el Propósito, para que él se pueda expresar y cumplir en estos tiempos, para que el planeta pueda ser regenerado, para que la humanidad pueda ser redimida y curada de todo lo que ha vivido a través de los tiempos, porque aún hay mucho por hacer, aún hay mucho por realizar y llevar adelante.
Pero colocando sus consciencias en ese nivel de evolución y de contacto, sus miserias se disolverán, sus problemas terminarán y colocarán su corazón al servicio de lo Alto, un corazón que será impulsado siempre a encontrar la verdad y el sentido de su existencia dentro de este Universo y dentro de esta escuela planetaria.
Y eso es también parte del Proyecto redentor de Mi Hijo, que llega dentro del ciclo de las revelaciones divinas de la Jerarquía Espiritual.
Recuerden entonces, hijos Míos, todo lo que pasó aquí, en el Gran Cañón del Colorado, y que aún sigue repercutiendo a través de los tiempos y de las generaciones para que la humanidad no pierda el sentido de su propósito y de la esencia de estar aquí, en este planeta.
Con este anuncio, Yo los llevo de la mano y los conduzco para que puedan alcanzar nuevas escuelas, escuelas más profundas de amor y de donación, de entrega y de confianza en la guía absoluta del Padre Eterno.
Desde el Gran Cañón del Colorado les hago reencontrar a las almas el sentido de sus orígenes, de sus orígenes de la Tierra y de sus antepasados, que vivieron la experiencia del amor y de la hermandad.
A través de este impulso Yo los bendigo para que sigan el mismo camino, y por más que no sepan cómo hacerlo, que permitan que sus mundos internos los puedan guiar al mismo nivel de contacto, de sabiduría y de comprensión, como el pueblo sagrado del Gran Cañón del Colorado lo vivió y lo sigue viviendo a través de los tiempos.
Yo les agradezco, sinceramente, por responder a Mi llamado.
Los bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Vengo al mundo por una razón espiritual y universal.
Vengo para abrir aún más la consciencia de Mis hijos, para que sientan en su corazón la Verdad, la Verdad que Yo profeso a través de Mi presencia.
Vengo por un mundo que agoniza y desespera.
Vengo durante un tiempo de purificación intensa.
Vengo para traerles lo que en verdad necesitan, lo que les concederá la libertad, la oportunidad de vivir lo que Dios ha pensado y lo que Él ha planificado para sus vidas.
Mientras tanto, manténganse dentro de Mi Corazón, revivan cada momento de oración como una oportunidad de renovación, para que los códigos divinos lleguen a sus vidas y reciban la sabiduría que necesitan para poder tomar decisiones correctas.
Por eso vengo aquí, una y otra vez, hasta que se cumpla lo que Dios necesita, hasta que se realice lo que Dios ha pensado.
A pesar de que sea un tiempo de caos, si Él decide que todo se lleve adelante, se llevará.
Por eso la confianza de ustedes es imprescindible, y especialmente, la adhesión de todos, para que se pueda cumplir lo que está escrito.
Tal vez sientan que esto lo escucharon muchas veces, pero si lo vuelven a escuchar es porque no se ha cumplido.
Es necesario colocar sus pies en un solo camino.
Es necesario reclinar la cabeza para poder entrar por la puerta de la humildad, así como Nosotros lo hicimos cuando estuvimos aquí presentes en la Tierra como la Sagrada Familia.
Los atributos que son necesarios en la humanidad no podrán perderse.
Deben ser celadores de esos atributos, deben ser guardianes de las Reglas de Dios para que todo se mantenga en su curso, a pesar de los acontecimientos que ya están sucediendo en la humanidad y también de los acontecimientos que sucederán.
Cuando todo esté muy intenso, no habrá hacia donde correr. Solamente en Mi Corazón encontrarán el refugio que necesitan, el aliento que tanto esperan, el alivio que tanto buscan.
Pero Yo los invito en este tiempo a seguir ese camino de fidelidad, como Nosotros lo seguimos hasta el presente y por toda la eternidad.
Ese camino de fidelidad que Yo los invito a vivir los llevará a la transparencia, porque, a pesar de las miserias, sus corazones serán transparentes y puros y algún día podrán vivir la Verdad, a pesar de que el mundo esté en su gran transición.
Quisiera que pudieran beber de la Luz de Mis palabras, que escuchen y que guarden memoria de todo lo que les digo, porque después no habrá nadie que les pueda hacer recordar lo que hoy les estoy diciendo y lo que ya les he dicho en otros momentos.
La Instrucción que viene del Cielo es como el manantial que surge de una montaña, es inagotable e inacabable. Pero para que ese manantial perdure debe ser cuidado y protegido, porque inesperadamente podría terminar.
Deben aprovechar las Palabras de la Jerarquía.
Deben construir en ustedes ese camino hacia la verdadera realidad que en un futuro próximo los librará de ustedes mismos.
Muchos creyeron comprender todo lo que Yo necesitaba y todo lo que Yo decía, pero no comprendieron, porque quien vive la Palabra de la Jerarquía se transforma, a pesar de que lo intente una y otra vez.
Por eso, rezo por los que ya no están aquí, porque no comprendieron al no haber abierto su corazón a Dios, sinceramente.
La Verdad es una sola, no existen dos verdades diferentes; por eso al ser humano le cuesta tanto vivir la Verdad cuando se debe enfrentar a ella para reconocerla y aceptarla.
Estamos en un tiempo de grandes movimientos internos.
Estamos en un tiempo en donde cosas ocultas están saliendo a la luz para que todos las puedan ver.
Ya no habrán engañadores ni mentirosos.
Ya no habrán manipuladores ni consciencias que se puedan aprovechar de todo, porque la Ley ya está descendiendo aunque no lo parezca y Mi amor de Madre viene para auxiliarlos, para decirles: "hijos, no se queden allí, ni tampoco sean así".
No pueden ir contra la Voluntad Divina. No pueden oponerse a ella, porque la Voluntad Divina es invencible.
El Amor de Dios nunca les faltó.
La Gracia de Dios, en muchos casos, fue en abundancia y pocos se dieron cuenta de eso.
No necesito que se entristezcan, ni que se ofendan.
Quisiera que pudieran sentir como siente Mi Corazón y que pudieran vivir como vive Mi consciencia.
No estoy diciendo que serán seres iluminados, ni elevados. La humildad, la obediencia y la entrega los transformarán, pero siempre deberán dar el paso hacia esa búsqueda constante de la Verdad que está en el Corazón del Padre, así como está en el corazón de Sus hijos.
El mundo agoniza, por sí mismo, al haber salido de la Verdad y de la obediencia. Las Leyes de la Gracia ya no están pudiendo tocar la Tierra como antes, solo cuando el corazón se rinde y clama con sinceridad.
Dios los creó para que siempre fueran felices y estuvieran en Su Plenitud Celestial.
Dios no los creó para que sufrieran, ni padecieran.
Por eso, muchos errores están guardados en el Universo y en el planeta. Muchas historias aún son imborrables y nadie ha conseguido desvanecerlas de la consciencia interna de los seres.
Pero llegará el tiempo en que eso sucederá, cuando retorne Mi Hijo para poner fin al cautiverio humano y a la perdición de las almas, para terminar de transmutar a la humanidad y redimirla, y crear así una nueva civilización, con pocos cristos.
La humanidad no está percibiendo que está perdiendo la oportunidad de amar y de encontrar a Dios, y que Él espera que Sus hijos sean consecuentes con Él hasta en los más pequeños detalles.
La Obra es sostenida por la fe, la oración y el servicio de todos.
Aún hay tiempo de revertir muchas situaciones, antes de que el reloj del Universo marque el tiempo final y todo se desencadene.
Las almas no creen que pueden perder la evolución y muchas de ellas se ríen de esto, porque no lo saben, por su ignorancia, por su falta de conocimiento de la Verdad.
El Plano Espiritual es un compromiso de todos; antes, durante y después de esta vida.
El Plano Espiritual no termina aquí, ni tampoco finaliza después.
En el Plano Espiritual está la decisión divina, el Decreto de Dios y Su Afirmación.
Si las almas del mundo no viven el Plano Espiritual, se irán muriendo por sí mismas, se irán apagando, así como el sol desaparece en el horizonte, sin avisar.
El tiempo actual determina una decisión severa de parte de las almas, teniendo consciencia del compromiso y de la responsabilidad, sabiendo que ya no hay espacio para mediocridades.
Es hora de crecer y de forjar el Cristo interior para que gobierne, para que actúe y participe del Plan de Dios.
No dejen que sus niños internos desaparezcan. Cumplan con su deber y todo pasará.
Dios ama profundamente a Sus trabajadores del Plan, pero no olviden que es necesario orar y ayudar al planeta.
La Oración por las Naciones ha sido el refugio para Mi Corazón y también Mi consolación, pero ese compromiso debe sostenerse y no debilitarse por comodidad, cansancio u otra razón.
Ya no son tiempos de justificar sus vidas, es tiempo de remediar los pecados y los graves ultrajes que cometen las naciones día tras día.
Un poco del Amor de Dios aún deberá reinar en la Tierra por intermedio de los corazones que profesan su fe y su comunión con Cristo.
No estamos en tiempos de descanso, ni de poco trabajo.
No estamos en tiempos de pensar si se cumple o no el Plan, o si se deja para mañana o para el próximo mes.
Hijos, ¡despierten, despierten y salgan de su fantasiosa convalecencia!
Miren hacia el firmamento, el Universo espera por interceder y así llevar adelante el Plan de Rescate.
Nadie les prometió tiempos gloriosos, fueron llamados a vivir el Apocalipsis y ustedes se comprometieron.
No se pueden desperdiciar las perlas de la Creación, ni los tesoros del Cielo. Todo, absolutamente todo, tendrá su cuenta final, es parte del gran cálculo del Universo y del equilibrio universal.
Debo anunciarles esto para que despierten, para que la somnolencia no los abrace, no los haga indiferentes, ni mediocres.
La necesidad del planeta será asumida por muy pocos, así como Mi Hijo lo asumió con muy pocos.
Hay almas que se sumergirán en sus propias lamentaciones y en sus propios deseos, pero ya no habrá tiempo para esperar.
El guerrero se forja con la vivencia del Plan y de su cumplimiento.
El soldado se sostiene en la confianza del Propósito y de su meta, así el fuego de la transformación nunca le faltará y podrá librarse de sus cadenas para renacer como un ave de fuego que decreta la realización del Plan.
Que se abran las puertas de sus consciencias.
Que sus corazones se sientan movidos y no conmovidos.
Que sus espíritus reconozcan la tarea y que la cumplan con la mejor voluntad posible y con el mayor amor que puedan expresar para estos tiempos.
Así, la nueva raza se manifestará y dejará de ser una promesa.
Los nuevos cristos habitarán la Tierra y lucharán junto con el Maestro, para vencer el mal y para que se establezcan los mil años de paz.
Deseo que recuerden este mensaje todos los días de sus vidas, porque lo necesitarán.
Bienaventurado será el que cree sin haber visto y sin haber comprendido, porque el Espíritu Santo no lo abandonará.
Me regocijo, hijos Míos, con los que son consecuentes con la Ley y la cumplen.
Mi plenitud llega a los que están más confusos y necesitan de guía, porque Mi Amor siempre será para todos.
Mi plenitud llega a los que están más confusos y necesitan de guía, porque Mi Amor siempre será para todos, a fin de que se cumpla la Divina Voluntad.
Les agradezco por acoger Mis palabras y por no perderlas, por reconocerlas y, humildemente, aceptarlas para la Gloria de Dios.
No pierdan la fe y la convicción de vivir en Cristo, Él los espera.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más