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Segundo Mensaje
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Como un océano de Luz Cósmica, Yo llego al mundo para sumergir a las almas en la gran Esencia de Dios para que, en esa Esencia Infinita y Eterna, las almas reencuentren el camino hacia su origen, hacia la primera Ley y hacia el primer Propósito que los creó en este sagrado universo inmaterial.
En la unión con esa Esencia Eterna de Dios, las almas encarnadas en este mundo encuentran el camino de retorno a la Casa del Padre. A través de la puerta segura de Mi Corazón, reencuentran los Principios que emergieron y surgieron en el Origen para la manifestación y la expresión de cada esencia divina.
Por este motivo, los coloco dentro de este universo de Luz, que fue lo primero que surgió y manifestó a la Ley de la Creación, antes de que todo existiera en el sagrado universo mental. Y, en este universo material, esta Luz del Origen Divino fue la que se manifestó antes que los Padres Creadores, llamados ángeles y arcángeles.
Y hoy, la humanidad, por una emergencia y una gran necesidad, está en contacto con este patrón desconocido que es un Atributo de Dios. En verdad, fue Su primer Pensamiento, antes que se manifestara Su Proyecto en las dimensiones y en los planos de consciencia.
Es en esa Luz que ustedes conseguirán ser nada. Se sumergirán en el vacío para ser completados por las Sagradas Matrices del Todo.
Sé que hoy les hablo a través de símbolos y analogías, pero abran su corazón para que esta Ley, que hoy desciende por primera vez al planeta, toque lo más supremo de sus espíritus, para que sus espíritus puedan ser colmados por esta Luz Superior que transforma lentamente todas las formas y principios, convirtiéndolos según la Voluntad de Dios.
Es así que se consigue corregir este Proyecto Humano, a través de una representación mínima de la humanidad que le dice sí al Llamado del Maestro.
Pero hoy, no es solo Jesús, el Cristo, que está aquí con ustedes, sino Quien les habla es Su Faz de la Ascensión, aquella Faz que pudo tocar las Esferas Mayores, que fue recibida por los grandes Maestros y Jerarquías para comenzar a vivir el Gobierno Espiritual.
Porque Mi Gobierno Espiritual comienza primero a concretarse y a realizarse en el corazón de los seres anónimos, de todos los que son abnegados Conmigo y que no le temen a la rectitud de Mis Leyes, porque lo que Yo les prometo para la próxima vida es algo muy grande. Nada se asemeja a lo que viven aquí en la Tierra, en este mundo de aflicciones y de tristezas.
Yo, siendo el Hijo de Dios y la Segunda Persona de la Santísima Trinidad, encarné entre los hombres y mujeres de la Tierra para anunciar la Buena Nueva y después cargar con la Cruz de los pecados del mundo, padecer, sufrir y morir por ustedes, y luego resucitar al tercer día en Gloria.
Ustedes deben vivir la misma escuela, pero una escuela de morir primero a ustedes mismos, a todo aquello que creen y que saben, a las convicciones personales e individualistas.
Para alcanzar en la próxima vida el Reino de los Cielos, no solo deben desapegarse, sino también despojarse de ustedes mismos. Al Paraíso no se llevan las cargas de este mundo, porque sus espíritus aprenden, en esta escuela de la redención, a volar muy alto como las aves para poder fundirse en Luz con la Esencia Divina del Padre.
Esta Luz, que hoy les traigo de la Esencia Creadora, fue la misma que inspiró a los doce principales arcángeles para poder diseñar el Plan en este universo material. Plan que primero tuvo que ser impregnado por las formas mentales y ultraterrestres para que siguiera el principio del bien y de la unidad, algo que hoy no se vive en el mundo ni se ve esa unidad y ese bien en todos los lugares de la Tierra.
Por eso, compañeros, para que esta Luz Divina de la Esencia de Dios impregne las partículas más corruptas de sus seres y de los seres de la Tierra, y lo corrupto se transforme en incorrupto, primero ustedes deben dar el paso hacia la entrega total, de alcanzar el vacío de sí mismos y de vivir los diferentes grados de la renuncia, que no se trata de sacrificios ni de padecimientos, sino de un despojamiento gradual que los liberará de las formas concretas y corruptas, que conocen como amarras y prisiones espirituales.
Hoy, les presento este Mensaje aparentemente abstracto para que sus mentes y consciencias salgan de la forma normal e ingresen a la gran geometría de lo inmaterial y desconocido, de donde todo surge y se manifiesta eternamente.
Todo esto y mucho más, a través de la Esencia Divina de Dios, fue lo que su Maestro y Señor encontró cuando ascendió a los Cielos.
Y a través del sagrado ministerio de la Eucaristía, de la institución del Cuerpo y de la Sangre de Cristo para las almas, esas primeras Matrices descendieron para que después de dos mil años de ejercicios espirituales y sacerdotales, las almas y los corazones en el final de estos tiempos pudieran tener la Gracia de que en este día y por primera vez recibieran este impulso espiritual que trae Mi Faz Ascensional, para que todo tenga la oportunidad de la redención, para que siempre sepan y recuerden que hay una salida más allá del aprendizaje o de la escuela, más allá de lo que signifique o de lo que represente para ustedes.
Este es el océano de la Luz Divina de Dios que hoy invade y bendice a la órbita de la Tierra, para que todos los seres de la Tierra, toda esta humanidad, reciban la Gracia de la redención que tal vez no merecen; porque todo esto es por un motivo: por Amor.
Como esta Ley que hoy actúa a través de Mis Palabras es desconocida por ustedes, es hasta aquí adonde hoy puedo llegar, porque todo tiene su tiempo y su momento para Dios. Aunque las escuelas de ustedes sean tan diferentes, la Luz de la Esencia Divina de Dios no es selectiva, ella bendice a todas las criaturas sin excepción.
Por último, quiero decirles, para que después lo mediten, que fue esta Luz de la Esencia Divina de Dios que concedió Mi Resurrección y que Me transformó en un Ser Inmortal.
Todos los que en el tiempo pasado participaron del reaparecimiento de Cristo, después de Su Muerte y de Su Resurrección, tuvieron la Gracia de estar delante de esa Luz. Por eso, les declaro y les explico que le dije a María Magdalena que no Me tocara cuando Me vio y Me reconoció, porque todavía no había subido a la Casa del Padre.
Antes de manifestar la Creación, Dios primero pensó en Su Luz, impregnada preciosamente de Su Amor y Su Unidad para que las almas, y sobre todo las esencias, aprendieran a beber espiritualmente de Su Fuente todas las veces que fuera necesario; así como hoy ustedes están ante esta Luz que viene a traer entendimiento y sabiduría a un mundo herido.
Porque cuando Yo retorne, las bases espirituales principales del Proyecto de Dios deberán estar preestablecidas en las almas, en todos los que, a través de los tiempos, más allá de la religión o del credo, han recibido Mi Amor Crístico desde oriente hasta occidente.
Quiero agradecerles por sostener solemnemente este momento; porque Dios no es solo grandioso y poderoso, Dios es simple, es cercano, es Padre y Amigo, es un Hombro en donde uno siempre se puede recostar y son Manos de las que uno siempre se puede tomar para sentir Su Amor y Su Fortaleza.
Y ahora, celebremos la Santa Eucaristía para que las almas vuelvan a tomar contacto con esa Luz Creadora.
Recuerden su origen y principio, camino del vacío, pero camino del Todo, en donde se puede vivir la unidad basada en el Amor y en la Verdad.
Les agradezco.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
He aquí el planeta a Mis Pies, siendo irradiado por los Rayos de Mi Corazón Misericordioso.
He aquí las almas en este planeta azul, en la escuela de la redención y del perdón.
Yo Soy parte de este sagrado planeta, Soy parte de la humanidad porque nací entre ustedes, viví entre ustedes, prediqué para ustedes y sufrí por ustedes, por una sola causa, por causa del Amor de Dios.
Por eso, quiero que, en esta nueva Maratón de la Divina Misericordia, contemplen ante ustedes al planeta y todo su sufrimiento; para que los Rayos de Mi Insondable y Divina Misericordia, que brotan de Mi Corazón, puedan abrazar aún más al mundo y a las almas, especialmente a las condenadas al fuego del infierno.
Por eso, hoy les hablo y Me presento a todos Mis compañeros, a todos Mis discípulos y discípulas, desde el Sagrado Montserrat, desde donde hace eco la Voz de Dios, a través de los planos internos de los que tienen el corazón abierto para poder escuchar y reconocer la Presencia del Señor.
Hoy, estoy una vez más aquí con ustedes, por todo el planeta, por sus océanos y Reinos, por sus florestas, sierras y montañas, por toda la vida y por toda la Creación, gravemente ultrajada en este tiempo por la mano del hombre, por la inconsciencia de los que ambicionan el poder.
Pero, He aquí Mi Corazón Insondable que no deja de derramar Sus Gracias sobre el mundo y sobre todo el universo.
He aquí el Corazón silencioso de Cristo, que padece los martirios y los pecados de la humanidad. El Corazón de Cristo que se ofrece una vez más por las almas; el Corazón que se abre como una gran puerta para que todos la puedan cruzar, sin excepción.
Mis Rayos, los Rayos de Mi Corazón, necesitan llegar aún más al planeta, a toda la esfera terrestre. Graves son los errores que se cometen en este tiempo y ustedes ya lo saben. Pero aún el cambio de la consciencia no está sucediendo; no en la mayoría, sino en una minoría.
Es necesario seguir orando de verdad y comprometerse con la fuerza y el poder de la oración, porque mientras esto no suceda, mayores serán los ultrajes del mundo, mayor será el peso de la Ley y sus consecuencias.
Es momento de que puedan ser irradiados por la Luz de Mi Corazón, como muchas veces lo hice por Amor y Misericordia.
No permitan que las puertas de Mi Gracia se cierren. Abran esas puertas de par en par a través de su consagración y de su servicio no solo al Reino Humano, sino también a todos los Reinos de la Naturaleza, para que el dolor de los más inofensivos Reinos de este mundo sea aplacado y aliviado, aunque sea un acto pequeño o anónimo. Esto ya aliviará mucho el sufrimiento del mundo y de los Reinos.
Para que nazca una Nueva Humanidad, para que surja un nuevo planeta, es necesario que invoquen, a través de la oración, la Ley de la Cura; porque muchas heridas aún deben ser sanadas, muchos acontecimientos dolorosos deben ser disueltos para que triunfe el Amor de Dios en todas Sus Criaturas.
En esta Maratón y antes del importante mes de agosto, en el que la Jerarquía Espiritual tomará nuevas decisiones sobre este Proyecto Humano, vean aquí a Mi Corazón Misericordioso, derramando la Sangre y el Agua, a través de Sus Rayos, sobre este planeta herido y ultrajado.
Que se levanten de los abismos.
Que se levante de los abismos el pueblo de Israel, caminante incesante del desierto en la búsqueda de la Tierra Prometida, que ya no es una promesa, sino una realidad.
Esta es la Tierra, este es el planeta prometido por Dios a Sus Hijos y Criaturas. Den valor, reverencien y respeten sus riquezas naturales y espirituales; porque muchos son los tesoros que se guardan en los mundos internos, son las llaves de la redención para toda la humanidad, son los nuevos atributos que emergerán de los Reinos Internos hacia la superficie, a fin de reconstruir, en Mi Retorno, todo este planeta.
Que venga a Mí el antiguo pueblo de Israel y que camine en confianza, sin perder la esperanza ni la fe. Aunque vean en este mundo cosas increíbles o hasta inexplicables, no se detengan.
Que la luz de la oración guíe sus pasos y que este sendero, que les manifiesta la luz de la oración, los lleve a encontrar el Propósito en lo más profundo de su ser. Allí, estarán en comunión Conmigo y con el Padre, porque en lo más profundo está el Templo de Dios, Su Casa, en las esencias de Sus Hijos de toda la vida.
Que nadie más tenga la intención de abortar la vida.
Que nadie más tenga la intención de levantar un arma para herir y lastimar.
Que ya no se escuchen las bombas y las armas entre hermanos de un mismo pueblo y una misma raza, porque vendré a detener todas estas cosas, así como lo hice en el tiempo pasado.
Pero Mis señales no serán simbólicas, sino contundentes. Marcaré en el suelo una línea entre el pasado y el futuro, entre el viejo tiempo y el Nuevo Tiempo, y todo comenzará de cero. Por eso, sigan caminando a través de Mi Luz en este tiempo crucial de desafíos y de nuevas experiencias.
Aunque Mi tiempo con ustedes ya está terminando, que Mis Palabras resuenen por siempre, para que puedan reconocer la Voz del Retorno del Señor que será escuchada en todo el universo, así como la tormenta es escuchada en el cielo.
Así, los preparo para el último y gran tiempo. Y, a través de la Presencia de Mi Padre, los renuevo, y les vuelvo a dar y a entregar Mi Paz.
Que esta Maratón no sea vivida bajo un sentimiento de obligación, sino de responsabilidad espiritual, de quien está despierto y consciente de que estamos en la última hora y en el último tiempo, y de que una cuenta de la oración podría detener una guerra y la destrucción de pueblos enteros, de vidas enteras.
Que todos los que se consagraron a Mí sean responsables. Han de representarme en el fin de estos tiempos, así como Mis apóstoles del pasado Me representaron cuando Yo ya no estuve más físicamente con ellos.
El Espíritu de Dios no faltará, vendrá como en Pentecostés, como una flameante llama sobre sus cabezas para darles el Discernimiento y la Sabiduría de Dios, para que ayuden a otras almas y se donen por ellas.
Así el gran cambio será una realidad y no una promesa. Así todo será transfigurado, como el Señor fue transfigurado en el Monte Tabor.
Sean valientes y persistan. Mi Corazón está cerca de los consecuentes.
Les agradezco por escucharme y por reconocer al Señor en lo más íntimo del corazón, en donde existe la vida divina para todas las almas.
Yo los bendigo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Mis queridos hijos:
Con gozo en Mi Corazón, retorno a Fátima después de tantos momentos vividos junto con ustedes en Sudamérica.
Una vez más, Europa volverá a ser ayudada, para que la mirada y el corazón de Mis hijos estén en el Propósito y en la Voluntad que Dios tiene para esta parte del planeta.
Quisiera, desde ahora, expresarles a Mis hijos los mejores votos de realización de todo lo que desde Europa viviremos, con el fin de aliviar y de exaltar el Corazón de Dios.
Queridos hijos, este ciclo en Europa traerá a todos la oportunidad de poder cumplir y llevar adelante lo que el Padre tanto espera.
Que, desde ahora, Mis hijos europeos estén bien abiertos de corazón, para que el sagrado Santuario de Fátima les indique la próxima etapa, el próximo camino a recorrer en esta escuela de perdón y de redención.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
No hay sufrimiento que la oración constante no pueda reparar. No hay herida que la oración sincera no pueda curar. No hay corazón endurecido que la oración verdadera no pueda despertar. No hay espíritu distante de Dios que la oración hecha con el corazón no lo haga aproximarse, nuevamente, a su Padre Creador.
Por eso, les repetimos que oren.
Para curar este mundo, oren.
Para restaurar la espiritualidad humana, oren.
Para reabrir las puertas que los unen a Dios, oren.
Para que reciban la Gracia del perdón y de la redención, oren.
Para rescatar el propósito de su existencia, oren.
Para rescatar el sentido de la vida sobre la Tierra, oren.
Para que sus almas, este planeta y todo el universo reencuentren la paz, oren, hijos, oren con el corazón.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Serie – Manifestación de Aurora – Parte IX
Para la convivencia grupal y el despertar espiritual de los peregrinos, algún día deberá expresarse el área Redención 4.
Será un área para las familias que se consagraron al camino del espíritu, pero, al mismo tiempo, será un área que recibirá a los peregrinos que llegan al Centro Mariano para compartir las liturgias y los encuentros de oración.
Redención 4 también expresará, en una parte de su área, la convivencia con los Reinos Vegetal y Animal. Esa convivencia de las familias con los Reinos Menores también será una oportunidad para poder servirlos y así aliviar su sufrimiento y entregarles el amor del corazón. Esa área reunirá a las familias que se irán postulando para vivir una vida diferente a la que ofrece el mundo.
Redención 4 también será un lugar acogedor en donde los niños tendrán como base a la escuela alternativa Parque Tibetano, una experiencia de educación que en otras Comunidades-Luz enriqueció y formó al espíritu de los más pequeños. Redención 4 contará además con un área dedicada al deporte con el fin de que los niños y las familias tengan una mejor calidad de vida.
En este sentido, Redención 4 ofrecerá un espacio más afín al grado de evolución de cada ser humano. Las familias tendrán el apoyo de las actividades de servicio a los Reinos de la Naturaleza, la educación primaria y secundaria, a través de la Escuela Parque Tibetano, como también un área dedicada a la educación física para optimizar la calidad de vida a través de la recreación para los niños.
Esta área será de pasaje y, a medida que las familias vayan madurando y vayan confirmando su compromiso con el Plan, como familia, podrán, como miembros de la Comunidad, ir asumiendo otras áreas y otros sectores de la vida grupal comunitaria.
Redención 4 también dedicará un sector para recibir a los peregrinos de pasaje, los que en toda el área de Aurora, no tienen donde poder hospedarse.
Sería un objetivo bien claro para las familias de la Red-Luz trabajar en conjunto con otras familias para manifestar Redención 4, ese espacio, dentro de la Obra de Amor, que las familias necesitan para poder encontrar un lugar donde vivir y también compartir como miembros de la Comunidad.
Este es otro compromiso y ofrecimiento de la Jerarquía Espiritual para las familias que en los últimos tiempos demostraron cambios internos y a las que, en la actualidad, el mundo, en su totalidad, les afecta y necesitan encontrar un espacio para poder servir mejor a Dios.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Perseverar espiritualmente no es luchar contra el mundo para establecer los propios sueños y aspiraciones. Perseverar espiritualmente es rendirse a Dios y mantenerse rendido, a pesar de todas las dificultades, deseos y tentaciones que emergen del corazón, del cuerpo y de la mente.
Perseverar espiritualmente es arrodillarse cuando se sienten seguros y postrarse cuando se sienten firmes, porque solo hay seguridad o firmeza en Dios. No hay lugar más seguro que el Corazón del Padre.
Perseverar espiritualmente es clamar por Misericordia aun cuando ustedes sientan el corazón limpio, con la certeza de que siempre hay algo desconocido para redimir, en la propia consciencia y en la consciencia humana.
Perseverar espiritualmente es saber de la vastedad del Universo y de la infinitud de la Creación Divina y, así, siempre profundizar en la unión y en el conocimiento de Dios porque el Padre siempre tiene algo nuevo para revelarles y para enseñarles a Sus hijos.
Perseverar espiritualmente es confiar en las promesas de Dios por medio de Cristo y tener certeza de que, sin importar lo que suceda en este mundo, Sus Palabras se cumplirán algún día y Sus promesas serán vida.
Perseverar espiritualmente es caminar, cada día más, para ser nada; descubriendo y amando la humildad, aprendiendo y dejándose transformar por la renuncia, descubriendo la comunicación con Dios en el misterio del silencio y de la soledad.
Perseveren espiritualmente, hijos, porque éste es el tiempo de sustentarse y ser firmes en Dios hasta el cumplimiento de Sus promesas.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Santidad es estar delante de Dios y, en confesión, reconocer sin miedo las propias faltas, debilidades e imperfecciones, sin esconder, ni de sí mismo ni del prójimo, las pequeñas o grandes miserias que los prenden a este mundo y les impiden llegar al Cielo.
Santidad es ser consciente de la Presencia Divina y vivir bajo Su Mirada, avergonzándose, arrepintiéndose y confesando las debilidades y, al mismo tiempo, acogiendo, reverenciando y agradeciendo los Dones y las Gracias que provienen del Padre.
Santidad es atravesar, cada día un poco más, las capas de la ilusión material para fijar los ojos y el corazón en el Propósito y en la Verdad Divina. Poco a poco, las fuerzas, las tendencias y las condiciones humanas van perdiendo su lugar en el corazón de los seres y ese espacio es colmado por la libertad de amar y de servir a Dios.
Santidad es reconocer que el camino es largo, pues el desvío fue grande, pero, sobre todo, es confiar en el milagro y en la Misericordia de Cristo, sin condicionar o limitar las acciones del Señor en la propia vida; sino, al contrario, dejando siempre que Él tenga la posibilidad de transformar las piedras perdidas en el lodo en perlas cristalinas y puras, plenas de Su Verdad y Transparencia.
Santidad es saber que nunca se ha alcanzado el punto necesario y no detener los propios pasos ni la Gracia de Dios en sus vidas, con la certeza de que en algún momento de la evolución la Unidad llegará y, ese día, la Creación se recreará. Y el Padre, habiendo renovado Su Amor, reinventará la Vida en un nuevo grado de Amor.
Vean la santidad como un horizonte que los llama. Este es un camino y no una utopía.
Busquen el servicio, el amor y la transparencia y, sin percibirlo, vivirán la redención y, más aún, retornarán a Dios.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Alegren sus corazones en la Fuente de Paz que proviene del Corazón de Dios y que permea lo más profundo de la Tierra, como la savia que nutre a los árboles y les da vida.
La Paz de Dios es la fuerza sublime que proviene del Cielo y nutre a la consciencia del planeta, creando fuentes menores en lo profundo de la Tierra, en recintos sagrados llamados Centros de Amor.
Comulguen de los Dones de Dios que ingresan en el planeta y están disponibles para todos los que se abran en gratitud para recibirlos.
Comulgar y vivir los Dones de Dios es más simple de lo que imaginan. Basta que sus corazones estén dispuestos a la transformación, y a veces, distraídos de sí mismos, para que en un acto de servicio al prójimo, al Plan, a la vida, sus seres sean permeados por las Gracias que provienen del Padre.
Yo los congrego en el espíritu de servicio, no solo para que reparen algo o por el servicio en sí; Yo los congrego en el servicio para que, olvidándose de sí mismos, dejen que el Amor y la Alegría que provienen del Padre los transforme, los renueve y los torne dignos de ser llamados hijos de Dios, compañeros de Cristo.
Cuando sirven en un lugar sagrado, por más simple que sea su servicio, el Amor que proviene de Dios y que allí encuentra su morada, puede permear también sus corazones y, más allá de ellos, llegar a toda la consciencia humana.
Hoy, hijos, Yo les entrego la llave para la cura, para la transformación y para la vida fraterna. Sirvan con alegría, sabiendo que, en este momento, Dios los observa.
Ya no miren al Cielo para pedir cura, transformación o gracias, porque todo les fue dado en forma de oportunidades de servir y de descubrir que la vida superior está dentro de ustedes y que se manifiesta cuando ustedes se distraen de lo que piensan que son y se abren para ser lo que son en verdad.
Dentro de ustedes habita lo sagrado, lo divino; y si no lo ven, deben buscarlo, pero no solo consigo mismos, sino en el servicio, en unión con sus hermanos.
Yo los congregué aquí porque quiero conducirlos a una nueva escuela de amor, aunque piensen y sientan que nada de lo que hacen es nuevo. Renuévense en este, Mi pedido, de estar juntos sirviendo, construyendo y manteniendo esta, que es su casa, y la casa de Dios.
Dejen que nazca de sus corazones la alegría que sienten los niños y, en poco tiempo, ustedes verán que todo cuanto clamaban a Dios, ya se manifestó en ustedes sin que lo percibieran.
Mi gracia está en sus vidas. Yo solo los llamo a encontrarla.
Hoy, Yo los bendigo, les agradezco por responder a Mi llamado a la unidad y les pido que no bajen los brazos, pues verán nacer los frutos del propio esfuerzo.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Cánticos de Figueira – “Hermanos de otrora”
Este cántico implora por la aproximación de la vida universal a la humanidad a través del conocimiento sagrado revelado por los Hermanos de otrora.
En esta invocación, la consciencia humana que apela por ayuda espiritualmente es elevada, en los planos internos, hacia las Moradas Celestiales, en donde sus núcleos más profundos son trabajados para vivir el estado de la transformación.
En ese camino, la humanidad que despierta cuenta con el apoyo incondicional de los Hermanos de otrora para vivir su proceso de perdón y de redención.
Una de las llaves que brinda este cántico es el amado atributo del silencio, el que abre las puertas para dejar a la vista del mundo interno todos los misterios universales, realidades sublimes que pueden permear la consciencia de muchos más atributos internos.
Ese silencio, en el que la consciencia se puede sumergir, permite encontrar el estado profundo del templo del corazón, desde allí surge la gratitud eterna que permite concebir la Misericordia, el amor y el perdón.
En el templo del corazón es donde se manifiesta esa sagrada llama que los venerables Hermanos de otrora contemplan, como Jardineros de los espacios cósmicos, a fin de que despierte el Nuevo Hombre.
Este cántico también nos prepara para el encuentro interno con realidades superiores, en donde encontramos la razón de nuestra existencia. Eso hará surgir y nacer el nuevo ser que es llamado a asumir su compromiso ante el Plan Divino del Amor.
Los Hermanos de otrora están al servicio de la humanidad y del planeta para entregarnos la palabra llave que éramos antes de partir de viaje hacia la vida universal.
Después de esa trayectoria, el Universo nos permite regresar a la esencia de lo que éramos y eso es concedido por la sagrada Fuente de la Instrucción, la que nos retira de la ignorancia y nos abre las puertas a la elevación de la consciencia.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
La vida eterna es el mayor tesoro que las almas reciben por haber servido a Dios, en este planeta y en esta humanidad.
La vida eterna es el triunfo del servidor de Dios, de aquel que aprendió a trascender los límites de la materia y los propios límites internos, buscando plenamente, en cada etapa de su vida, cumplir la grandiosa Voluntad de Dios.
La vida eterna es para todos, por eso siempre deben aspirar a ella.
Cada momento de servicio, de oración y de entrega incondicional por el prójimo es una oportunidad de profundizar en la aspiración de encontrar, algún día, esa vida eterna, a fin de fundirse con Dios en Su más misteriosa Esencia, en lo profundo del Templo de Su Corazón.
Deben aprender con este ejemplo, compañeros, a superar los límites de la materia y a encontrar el sentido en lo que es infinito y eterno.
La vida material no termina aquí, sus espíritus son los que se forjarán en nuevas escuelas y con nuevos aprendizajes, los que alcanzarán nuevas esferas y abrazarán nuevos conocimientos para poder seguir recreando esta Creación.
Cada vez que un servidor alcanza esa trascendencia de sí, la confirmación del Plan de Dios se fortalece; pero si más almas en el mundo se animan a hacerlo, eso enriquecería la Obra de Dios y las Gracias que provienen de Su Corazón no dejarían de descender a la humanidad, porque sus vidas serían ese espejo que Dios necesita para que Él pueda refractar Sus Atributos en estos tiempos críticos.
El origen de su existencia y todo lo que han vivido a través de los tiempos son un precioso legado interior que ayudará a constituir a la Nueva Humanidad cuando ella comience a formarse espiritualmente.
Cada esfuerzo que hagan en sus vidas, por más pequeño que parezca, ayudará a Dios en la manifestación de Su Divino Plan en toda la esfera de la Tierra.
Deben aplicar en sus vidas, poco a poco, los Atributos de Dios.
No servirá de nada, compañeros, que se arriesguen a vivir todos los Atributos de una sola vez, porque de forma paralela está su transformación y su redención; deberán redescubrir en ustedes, todo el tiempo, el motivo y el propósito que los trajo aquí, a este despertar de la consciencia profunda para poder servir a Dios, así como Él lo pensó para cada uno de sus seres.
Lo que hoy les digo, compañeros, no es nada nuevo.
La vida eterna palpita en el Universo, es parte de toda la vida universal y esta se recrea de tiempo en tiempo, a fin de fortalecer los grados de amor en todas las consciencias que forman parte de esta Creación en los diferentes planos, en las diferentes dimensiones.
Quiero que se animen a practicar el legado que les fue entregado.
Es hora de que nuevos servidores puedan surgir en esta humanidad.
Es hora de abrir las puertas, aún más, para el conocimiento, para que los misterios dejen de ser misterios y esta humanidad de superficie sea consciente de la verdadera realidad que va más allá de este planeta y de este Universo Local.
Si sus vidas aspiran a esa vida eterna, viviendo cada prueba con gratitud, viviendo cada aprendizaje con alegría, permitirán que nuevos principios lleguen a sus vidas y ustedes sean ejemplos para muchos más que necesitarán de la Fuente de Amor interior para poder soportar estos tiempos y estas grandes definiciones que se acercan a la humanidad.
El último 8 de agosto ya fue el comienzo de un nuevo ciclo. Septiembre vuelve a confirmar ese momento.
Es hora de poner atención en los acontecimientos de la humanidad y aplicar las Leyes superiores, no solo en sus consciencias, sino también en la vida externa para que más almas se puedan salvar y vivan este regocijo interior de haber podido servir a Dios, así como Él lo ha pensado desde el principio, desde el principio de sus orígenes, desde antes que fueran una existencia o una molécula de luz.
La Obra continuará con su trayectoria adelante, aún hay mucho por hacer, por rescatar, por redimir y, especialmente, por perdonar.
Su respuesta en este día es el reflejo de su entendimiento, porque de a poco se van abriendo para poder comprender a la Jerarquía que es la que guía todo esto desde el principio de la Creación.
Ustedes saben, compañeros, que su primera Jerarquía es el Padre Creador y después todas las que están debajo de Él, hasta llegar a los Instructores de la superficie, los que son enviados al mundo a través de los tiempos para que la humanidad no olvide la esencia de su origen, el motivo principal de su propósito, el cual las fuerzas del caos consiguen distraer y desvanecer de la consciencia.
Pero en el caso de ustedes, compañeros, que tienen más herramientas que la mayoría de la humanidad, su responsabilidad es más grande que la del prójimo.
Todo lo que hagan en este tiempo deberá repercutir en el bien.
Por eso es importante que dentro de ustedes tengan los principios claros para saber proceder correctamente, para abrirse correctamente a lo que habrá que seguir transformando.
La evolución de la humanidad deberá continuar adelante.
Hoy una nueva escuela comienza para los discípulos que se han abierto a Mi llamado, para todos los que supieron acogerme aquí, como también en sus corazones, sabiendo que la Jerarquía no pierde el tiempo delante de los acontecimientos que se desencadenan en la humanidad.
Aún hay tiempo de poder revertir los errores del mundo y eso comenzará primero con sus ejemplos, llevando una vida digna, viviendo un compromiso verdadero, lejos de la ilusión o de cualquier fantasía, teniendo consciencia de la importancia del cambio, de la transformación de los tiempos y de la elevación de la consciencia.
Hoy han subido un escalón más dentro del Plan de la Jerarquía. No desciendan de él, continúen elevándose para que la Jerarquía pueda confiar y obrar.
Cada uno tiene su parte en todo esto. Lo que se firma en el Universo no se borra, aunque la consciencia ya no esté aquí, presente.
Los que tienen compromisos con la Jerarquía y no los han comprendido no podrán pensar que nunca los tuvieron, porque es un compromiso espiritual, firmado ante los Señores de la Ley. Aunque el ser lleve otra vida, nunca podrá separarse de ese compromiso. Aunque no lo cumpla, ese compromiso volverá a presentarse de alguna forma para recordarle lo que le debe a Dios.
Por eso los que no están aquí están sufriendo y los que permanecen pueden sentir la paz, más allá de su purificación, porque el Plan se construye con las consciencias y él se realiza con el “sí” de todos.
La Jerarquía no espera el sufrimiento de nadie más ni la incomprensión del semejante.
La Jerarquía espera la ardiente devoción de cada corazón que sabe responder al soplo del espíritu, que se abrirá para escuchar y comprender más allá de las formas.
La Obra no es una persona, es la manifestación de una Voluntad Divina, es una de las grandes ramas del Árbol del Propósito; si ustedes cuidan de él, siempre brotará y dará nuevos frutos.
Los frutos que recibieron fueron las Gracias que les hemos entregado.
Ahora habrá que seguir arando la tierra para volver a sembrar en este nuevo ciclo y que así puedan cosechar, en el futuro, lo que Dios les entregará por medio de su confianza y de la fidelidad de todos.
La fidelidad la construirán siendo verdaderos de corazón y de palabra, eso los hará libres para que puedan servir más y más, y para que, a pesar de cualquier circunstancia, nunca sientan cansancio por esperar a Dios, hasta cuando Él decida llegar, como hoy.
La memoria del amor nunca se borra. La experiencia del amor que puedan vivir con el propio Dios del Universo, enriquecerá sus vidas y les dará la fuerza interior que necesitarán para enfrentar los últimos tiempos.
Pero deben cumplir los atributos para que nunca les falte la esperanza interior, a pesar de cómo se desencadenen los tiempos o todas las purificaciones.
A través de este nuevo escalón que han subido, se abrirá una nueva escuela que se profundizará dentro de la que ya existió y que traerá, para todos, la mayor consciencia de lo que Dios necesita revelarles para que puedan seguir aprendiendo y así se puedan renovar, como hoy se están renovando.
Su Instructor fue hacia una nueva escuela. Él está abriendo el camino para que puedan llegar hasta allí; para que sus espíritus, sus verdaderos seres superiores, puedan traer de esas esferas lo que el mundo necesita hoy, alineados con la Jerarquía y obedientes al sagrado conocimiento.
Es hora de que sean conscientes de lo que han venido a vivir y de lo que han venido a cumplir en este ciclo y en este tiempo.
No se trata de solo escuchar a la Jerarquía, se trata de obrar junto a la Jerarquía, de asumir con alegría cada nueva convocatoria. Eso permitirá que el planeta no se hunda y que la humanidad no se cristalice con sus propios errores, con sus propias acciones, con todos los cometidos que llevan a las almas a perder el sentido de su existencia en este mundo.
La puerta de Mi Misericordia abrió el espacio para esa nueva escuela, en donde hoy su Instructor se encuentra con antiguos hermanos de otras estrellas, que en este día lo reencuentran para seguir viviendo esa trayectoria hacia el Infinito, para seguir emitiendo los impulsos de luz que todos los discípulos que han quedado aquí, en la Tierra, necesitan, a fin de seguir transformándose hasta llegar a ser Nuevos Cristos.
Vamos a seguir reconstruyendo el Plan por medio de los servidores, de los que se han autoconvocado.
Vamos a restaurar esta humanidad por medio de todos los seres superiores que, a pesar de vivir la escuela del amor y del perdón, se están ofreciendo para seguir los pasos de la Jerarquía y ayudar a elevar la consciencia de la humanidad de dimensión y de plano.
Que Mis Palabras puedan resonar más allá de sus oídos.
Que siga siendo sagrada la Instrucción de la Jerarquía y la palabra de los que instruyen y se han ofrecido a Dios para vivirlo en nombre de muchos más.
Que no existan resistencias a los cambios.
La Gloria de Dios les fue dada, ahora deberán glorifican sus vidas para que esa Gloria retorne a Dios y el Universo se recree una vez más.
Eso comenzará con la vivencia de su responsabilidad, de su adhesión y de su unión con el Plan, a pesar de cualquier circunstancia.
Los que se fueron hace un tiempo de aquí hoy son bien recibidos, porque siempre tuvieron un lugar en Mi Corazón, sino Yo no estaría aquí, no tendría sentido.
Pero es hora de vivir correctamente lo que la Jerarquía pide, despojándose de su propia voluntad y hasta de sus propias creencias, sino no podrán vivir el nuevo ciclo. Nadie puede quedar atrás.
Por eso hoy les estoy extendiendo Mi Mano, como Maestro entre los Maestros, como Instructor entre los Instructores del Universo.
Aún tengo Mi Mano extendida hacia la humanidad, porque sé que ella necesita de ayuda y que no podrá hacerlo sola.
Reciban, entonces, el aliento del Instructor del Universo, del Humilde Señor entre los Humildes Señores, del Portador de la Paz entre los Portadores de la Paz, del Hijo de Dios, Jesucristo.
Yo siempre vendré a darles todo lo que tengo, porque nací para ser el Verbo Encarnado y así poder ser el Ejemplo para todos Mis compañeros y amigos que, a través de los tiempos, deben seguir las huellas del Señor.
Hoy sus espíritus terminan una academia interior, porque su Instructor partió hacia nuevas escuelas para poder instruir a nuevos discípulos que necesitan de la misma gracia que ustedes recibieron.
Hoy les dejo a los Instructores que están aquí para que ustedes vivan la nueva escuela que necesito que vivan, abiertos de corazón, en comunión con sus almas y en gratitud hacia el Universo.
Así habrá más tiempo para el rescate planetario, para que muchos más puedan entrar en Mi Barca antes de que venga el diluvio de la Justicia.
Les doy ejemplos y les digo verdades.
Ofrezcan, entonces, su corazón a Dios para que se reconfirme su compromiso y nada sea desperdiciado. Así agradarán a su Redentor y vendré a traerles, como hoy, otra Buena Nueva.
En el nombre del Universo, Yo los bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Todos desconocen la existencia de la historia de su origen, pero la mayoría que vive el camino espiritual siente en su interior la razón de haber venido a la Tierra.
En verdad, la Tierra fue escogida para ser testigo de innumerables y complejos procesos de redención.
El Hijo del Padre vino a la Tierra para señalar e indicar el camino de regreso a la esencia original.
Por esa razón, hasta los días de hoy, y hasta que retorne el Maestro, existirá ese velo en la consciencia, el que guarda detrás de él la verdad y la razón de haber venido al mundo para cursar la Escuela del amor, del perdón y de la redención.
Mientras tanto, solo algunos escogidos, por permiso del Padre Eterno, tienen la gracia de saber y de conocer sobre la existencia y la historia de la venida de las almas a la Tierra, a través de la revelación de la verdad sobre cada espíritu encarnado en este planeta.
El velo en las consciencias también impide que ellas cometan los mismos errores de otros tiempos y vuelvan a adquirir igual cantidad de deudas.
Todos aquellos que todavía no recibieron la revelación sobre su existencia y sobre su historia, sea cual sea, es porque todavía no les llegó la hora de conocer esa verdad, hasta que vivan el proceso del perdón y de la redención absolutos.
Algunos Centros Sagrados, como Aurora, en el fin de los tiempos, tienen esa misión de dejar en amplia evidencia la existencia de los que son tocados por su llama azul.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Queridos hijos:
Los Tres Sagrados Corazones, como nunca antes, estamos trabajando dentro de la humanidad y de su consciencia profunda, a fin de que algunos principios espirituales se mantengan intactos y protegidos.
For this reason, more than ever, the Spiritual Hierarchy makes all the necessary efforts to prevent human ignorance itself and the inordinate use of power on Earth from spiritually creating those degenerative conditions that will open the door to decadence and the risks that humanity, with no consciousness, will choose as its destiny.
Paulo Roberto Migray, [24 de fev de 2023 11:15:38]:
Ok, gracias
Es así que, silenciosamente, como hace más de dos mil años, cuando esta raza se encontraba a las puertas de su gran autodestrucción, fue allí que los Sagrados Corazones se reunieron para llevar adelante esa misión compleja de volver a colocar a la consciencia de la humanidad en el lugar que le corresponde.
En este tiempo se vuelve a llevar adelante una misión espiritual semejante a la anterior, solo que esta vez no es solo compleja, sino también difícil, ya que la consciencia humana aprendió a destruirse a sí misma, así como también aprendió cómo deshacerse de su propia vida y trasgredir su sociedad, su cultura y su fe.
A las puertas del Apocalipsis los Sagrados Corazones articulan estrategias amplias, a fin de que la mayoría pueda despertar del sueño y de la ilusión en la cual se colocó.
Estamos ante el desafío de los últimos tiempos.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Que la luz del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo estén en este lugar y en los lugares del mundo que más la necesitan. Amén.
Después que han acogido Mi llamado, ahora sí podré volver a Egipto, luego de haber pasado por allí como niño; pero ahora volverá el Rey, a liberar al pueblo de su esclavitud, a traer a ese lugar y a Medio Oriente, la Paz.
Y aunque aún los acontecimientos se desencadenen en el mundo y en esta humanidad, llevaré Conmigo a las almas que más necesitan y retornaré a los corazones que más Me buscan, no importando su creencia o religión, porque lo que permite la vida en este mundo es el amor; es el amor que los mantiene vivos, es el amor que les permite respirar y soñar con un tiempo mejor, con esperanza.
El cautiverio terminará algún día, no solo en Egipto, sino también en el mundo. Por eso debo retornar a los lugares en donde una vez ya estuve, siendo niño, joven o adulto, en Oriente, o en el lejano Oriente.
Los valores de la espiritualidad se deben recuperar para que el mundo no pierda la paz. Por eso estoy volviendo a esos lugares, como sacrificio y también como Gracia, para llevar a los corazones el reencuentro con Dios desde los planos internos y para que estos se espejen en la superficie, en la sociedad. Eso hará todo más justo y equilibrado, eso aplacará el sufrimiento y las agonías, porque es a través de los méritos que su Maestro y Señor alcanzó en la Pasión, que estas Gracias son posibles en este mundo y en su humanidad.
No puedo dejar de decir que a veces Mi Corazón está triste por los que no entienden, pero el gozo de los que Me viven y de los que creen en Mi y Me dan su confianza Me alegra, como lo han hecho ustedes ayer y hoy, de forma simple.
El Reino de Dios es el mayor tesoro de la simplicidad para este mundo y para las almas. Si son simples siempre vivirán el Reino de Dios y Él siempre estará próximo de sus vidas y sobre todo, estará en sus corazones.
Quiero que este gozo y júbilo que viven Conmigo de tiempo en tiempo llegue al mundo entero y no solo a Sudamérica. Ahora llegó el momento de vivir el apostolado y de hacerlo parte de ustedes en cada etapa de la vida.
Así Mi Misericordia llegará a los que más sufren, como también a los Reinos de la Naturaleza, que en esas partes del mundo también viven su sufrimiento silencioso, porque no pueden hablar como los hombres de la Tierra.
Sé que a su alrededor también existe el sufrimiento, a veces en sus familias, en sus ciudades, en sus trabajos, en sus seres más queridos. Pero Yo les pido, por misericordia, que den un paso más hacia Mí y llevemos este tesoro del amor a los lugares que más necesitan y que durante miles de años no han recibido nada, ni del Universo, ni de los Cielos.
Vengo a recuperar a través de Egipto los valores de las últimas humanidades, porque la evolución continúa y el despertar también.
Llegó el momento, compañeros, de que recuperen lo que una vez vivieron Conmigo en Tierra Santa y más allá de ella. Esto no es una teoría ni tampoco es una ilusión. Es hora de vivir el Plan de forma verídica. Es hora de hacer el Plan vivo en más corazones del mundo, que Me están buscando y no Me encuentran porque no saben la salida.
Ustedes sí encontraron la salida, pero el mundo aún no la ha encontrado. Por eso debo volver y retornar al centro, desde donde todo se crea, como conflicto, guerra y persecución.
Porque esta vez no solo la Señora de la Luz pisará con Sus pies a la serpiente, sino también su Maestro y Señor pisará con Sus Pies a sus aliados y los derrotará, para que se arrepientan algún día. Y ya no existirá arma contra arma, religión contra religión, porque a pesar de que el momento más grave no ha pasado todavía, aún el ímpetu y la fuerza de Mi Corazón poderoso podrán transformar todas las cosas cuando tan solo Me digan “sí, Señor, aquí estoy”.
Así Yo tendré el permiso de seguir obrando, tendré el permiso de seguir transformando y unificando a las almas con Dios, para que Su Reino celestial descienda a la Tierra y se cumpla Su Voluntad. Porque al fin de todo, Su Sagrado y Eterno Corazón triunfará.
Los caídos serán perdonados, los asesinos serán redimidos, los perseguidores serán amados y se disolverá el mal, porque el mal no conoce el Amor que viene de la Fuente. El mal es la incomprensión de la consciencia humana por no aceptar la Voluntad de Dios, como fue la Voluntad de Dios traer a Su Hijo a la Tierra para enseñarles la Escuela del Amor y de la Redención.
Vuelvo a reunir en este tiempo a los que estuvieron Conmigo en algún momento, sea en la vida consagrada, o en la vida del espíritu; en la vida del servicio, o en la vida abnegada; en la vida misionera, o en la vida orante.
Que ese compromiso sea revivido por los que despiertan.
Que ese compromiso sea reconfirmado por los que ya despertaron, para que se siga cumpliendo la Voluntad del Creador en estos tiempos críticos.
Mi Corazón abrazará al Medio Oriente y a todos los que se encuentren en ese lugar, no importando su condición o su condenación. Porque en verdad, compañeros, Mi Misericordia es muy grande y aún desconocida. Mi Misericordia es tan grande, que Mi Sangre se dejó verter en la Cruz gota por gota, dolor por dolor y angustia por angustia, para disolver el mal de la humanidad y su condenación eterna.
Es el tiempo de dar a conocer Mi Amor al mundo. Y que los demás pueblos y razas sepan que los amo, como los amo a ustedes.
Que anuncien que estoy volviendo al mundo por segunda vez y que el Reino celestial se reaproximará a la Tierra junto a los ángeles y arcángeles, para poner fin a la perdición de la humanidad y para disolver las tinieblas por la intervención del poderoso Padre San Miguel Arcángel, de San Rafael Arcángel y de San Gabriel Arcángel.
Los anunciadores de la Palabra de Dios retornarán a la Tierra, como fue en el principio del pueblo antiguo del Medio Oriente.
Y a partir de allí se escribirá una nueva historia y se borrará el sufrimiento, trayendo del Cielo los Libros de Dios abiertos, para mostrarle al mundo Su nuevo Propósito en la Nueva Humanidad.
Bienaventurados serán los que vivan las profecías y se regocijen en ellas, porque el Señor, el Todo Poderoso, le mostrará Su Poder a los humildes.
Con esta Luz que traigo extiendo la Paz hacia la Tierra, renovando este ciclo y este momento para todos; dando la chance a los que están confundidos, de poder retornar a Mi camino antes de que el Portal se cierre.
Que se eleven los corazones hacia Mi Iglesia celestial y que en comunión con la vida de cada ser, todo sea renovado.
El Universo de Dios desciende a la Tierra y en este simple lugar, las almas siempre encontrarán a Dios. Aunque Mi Presencia no sea aceptada, Yo siempre aquí estaré para abrazarlos con la Luz de Emmanuel.
Vengo a bendecirlos con la Palabra de Vida. Vengo a ungirlos con el soplo del Espíritu. Vengo a bautizarlos con el Agua que brotó de Mi Costado en la Cruz, como parte de la Fuente de la Divina Misericordia, para que sean santificados por el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
Hoy no existen fronteras ni separaciones entre las naciones y los pueblos. El amor que Yo pude ver aquí es el que necesito para renovar los tiempos y sobre todo, a la humanidad. Es el amor de los que se congregan dentro de Mi Iglesia celestial para comulgar de la Llama de la Santísima Trinidad, junto a los Ángeles de nuestro Padre-Madre Creador, Emmanuel.
Hoy, los Elohim, llamados seres resplandecientes del Universo mental, los Ángeles de Dios, testimonian con Su puño y letra que Mi misión en Egipto será realizada por la receptividad y la oración de las almas que colaborarán para que eso sea posible y así, Mi gran Espejo de la Misericordia se encienda en Medio Oriente.
Alegren sus corazones porque están siguiendo el camino correcto. No habrá otro lugar que Me represente en la Tierra, sino este. Porque vuelvo a decirles, compañeros, vengo fuera de Mi Iglesia para llamar a los rebaños que más Me necesitan y que Mis representantes no han sido dignos de acogerlos con castidad.
Que el amor de los simples promueva la Paz en la Tierra.
Que el servicio de los humildes restaure a los Reinos de la Naturaleza.
Que la oración de los que se congregan en comunidad y en luz, transforme los tiempos, a fin de que el Cetro del Hijo de Dios descienda a la Tierra para poner fin a la maldad humana.
Y ahora elevaré al Cielo esta ofrenda que han colocado a Mis Pies, porque en verdad todo pertenece a Dios, nuestro Padre, que está en los cielos y hoy escucha con atención la Voz de Su Hijo y de Sus compañeros, a fin de que un grano de Su Reino celestial se siembre en esta humanidad, para que la humanidad sea recreada por medio del amor y del bien entre los hombres.
Que todo sea santificado y que todo sea elevado bajo el Rayo de la Transubstanciación. Y que a los pies del Altar de Dios sea colocada la ofrenda de cada corazón humano, en esta tarde.
En el silencio, compañeros, pueden hacer su ofrenda ante Mi Iglesia celestial. Los escucho en el silencio de la oración.
Padre Celestial, que a todos conduces,
acepta nuestra oferta de entrega a Ti.
Guíanos por el camino del amor,
para que Tu Voluntad sea hecha.
Amén. (x3)
La oferta ha sido aceptada.
Los que hoy serán bautizados serán iluminados, y al ser iluminados, se convertirán.
Los que hoy serán ungidos recibirán la Gracia que tanto esperan, pero por ella deberán orar.
Padre, que Te has hecho pequeño para que el mundo Te comprendiera y así pudieras ingresar en la esencia de Tus hijos a fin de que te vivificaran y exaltaran Tu Nombre, para siempre, a la mesa de estos nuevos apóstoles Míos, hoy Te vuelvo a declarar, mediante esta fórmula sagrada que Tú has dictado al humilde Corazón de Tu Amado Hijo.
Que escuchen los mundos internos lo que hoy declara su Rey y Señor del Universo: Les pido que tomen y coman todos de Él, porque este es Mi Cuerpo, que fue entregado por los hombres para el perdón y la remisión de los pecados.
Señor Mío y Jesús Mío, que escuchen las almas de la Tierra la Voz de su Maestro y Señor, el Cristo Vivo, que les dice: Tomen y beban todos de Él, porque esta es Mi Sangre, que fue derramada por los hombres para el perdón de los pecados.
Les pido, que por los tiempos que vendrán y los acontecimientos que llegarán, hagan esto en Mi memoria a fin de que la Paz y la Misericordia de Dios estén presentes en el planeta.
Señor Mío y Dios Mío, este es El que ha dado la vida por todos y que ha resucitado para volver al mundo en espíritu y divinidad, a fin de transfigurar la Tierra en una humanidad redimida.
Padre Nuestro...
Y como les dije a Mis apóstoles, Mi Paz les dejo y les doy Mi Paz, porque siempre su Maestro y Señor mirará la fe de los miembros de Su Iglesia celestial a fin de que todo sea reparado y la humanidad sea curada de su enfermedad espiritual.
Que esta Paz sea llevada a Egipto y a los lugares que fueron encomendados por su Maestro y Señor y por Su dulcísima Madre, la Santísima Virgen María, para que Sus Corazones de Servicio y de Humildad, de Amor y de Esperanza, lleguen a todo el mundo. Amén.
Dense ahora la paz.
Que la paz repueble a la Tierra de esperanza y que la esperanza renueve a los corazones que aspiran a alcanzar la Misericordia de Dios.
Con las voces de sus corazones hoy deseo expandir, por medio de una canción, la lluvia de amor en todo el planeta, dando la bendición al mundo en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Les agradezco por estar Conmigo en la simplicidad del corazón y de la vida.
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más